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domingo, 23 de abril de 2023

The Last of Us. Season I & 1899.

 






Quién es un ´influenciador` o plantador de opiniones ajenas... 

Acaso un/una, político, periodista, deportista, un actor/ una actriz... ¿a lo mejor, crítico? 

Pues no, debería ser nuestro... ¡Super-Coco!

Claro que, no el de Barrio Sésamo, recordando aquel maravilloso documental con los simpáticos personajes de Jim Henson y su mundo casi idílico, salvo esos pequeños hechos reales que definieron el aprendizaje... Sino, el que tenemos sobre nuestros hombros. Un verdadero despertar de la inteligencia o conocimiento.





El nivel de exigencia dependerá de las herramientas, su uso y el contexto generado con ciertas personas alrededor, porque pueden existir motivaciones adicionales que parecían escondidas para la mas y directamente, son de sobra conocidas por los entendidos. Pero... nos da igual, y nos lanzamos a una deriva mental. Porque vivimos tiempos extraños, acomodados, está claro. Cerca puede ser, pero, más lejos unos de otros.

Los que habitan en las galeras, excluidos... son los murciélagos en un universo oculto y subterráneo. ¿Dónde estamos? ¿Qué nos ha pasado...? ¿Por qué?

El transeúnte de la calle, no lo sabe... el padre, el hermano, la hija, la madre, el amigo... la nueva amiga que se parecía a ella, una simulación tal ver... De pronto, se encuentran con una situación alucinante y peligrosa, una especie de pesadilla. Contagiosa...

Muchos, cada vez más, se comportan como compradores de género, van cayendo por el precipicio. Cualquiera, sea en un centro comercial o transatlántico, cargado de opciones de negocio online, se puede transformar en un adicto. Un consumidor de universos extraños o distópicos.

En un lugar ´ficticio` donde el pensamiento se ha desterrado y todo entra por los ojos. Incluido el sexo... Todo se compra y vende, especialmente en esas redes sociales que otorgan extraordinaria trascendencia a lo visual... y en la vida material. Funcioanando  como un organismo, no deduzco si... vivo. A veces...

Es normal hasta cierto punto, ya que en la interpretación histórica en todos los acontecimientos que no vivimos en directo y fueron terroríficamente intensos, exangües... marcó la supervivencia. La competencia por encima de los demás, seres humanos, o monstruos. 

O a la búsqueda de una medicina adecuada, que es lo mismo...

Quizá se venda en un catálogo o vídeo compartido en nuestros perfiles, se consuma masivamente... ¡Normal!, cuando uno se vende así mismo, siempre. Pensemos en funciones, trabajos o relaciones personales.

Ahora en cambio, se exhiben con cualquier chorrada o situación robada en la calle, incluso criminal, con un móvil ladino. 

Y cuidado, en las calles hay hongos... y en intenet, virus, que te pueden limpiar hasta las huellas en la playa. Mientras las olas, golpean nuestros pies, como un casco a la deriva.Sólo nos faltaría la Invasión extraterrestre... 

¡Piensa en verde! Si no, en negro.

El origen...

El terror, siniestramente negruzco, llega de repente. Para que el desaparecido Sam Neill dejara de creer en esa humanidad desnaturalizada, a vueltas con el consumo de alimentos escasos o charlas amistosas. Tal que Charlton Heston en la notable Soylent Green o los encuentros maduros de George Miller con Max o Imperator Furiosa, hay tantos ejemplos como Leyendas o los últimos replicantes; en definitiva, a bordo de una odisea post-apocalíptica, o con unos individuos, desconocidos interconectados, que se sienten fuera de sí... como títeres. Alienados, puede que animalizados. Hay tantos casos, escuderos de hidalgos.

U osteocitos encadenados a un esqueleto, un todo orgánico que se transforma en celulosa, mientras el superviviente, más humano, arranca un automóvil tuneado para andar por las áridas llanuras, sea en Australia o el desierto de Namibia. Por supuesto, el agua también sería importante como el alimento, y aquí lo es nada... muy poco.

Entonces, seres controlados psicológicamente por una mente todopoderosa, que los arrastra como simples marineros de un barco teledirigido... digo, marionetas que se transbordan, pensando en una travesía, no por el desierto, más bien... ¡por el 1899! Son varios ejemplos del control de mentes.

Otros resultados, son material retro desde la enfermiza Edad Media, parecido a existir o estar manejado en otros tiempos, dentro de un juego arcade o con una enrevesada I.A. Pero con armadura y escudo heráldico... cerrando el círculo de lo misterioso que confunde a la existencia humana y su pensamiento crítico. ¿No querían pandemia...? Pues ya la hemos tenido, como esa peste negra o verdosa enmarronada.

Este comentario paralelo, me recuerda a aquella jaula fantástica en que un personaje residual de videojuego y masacrado por los usuarios avezados, pasaba como Free Guy a otra nueva realidad. Gracias a sus ocultos secretos... programas, se sale del mismo. Tomando sus propias decisiones y cambiando el juego... modificando el guión. ¿Hasta qué punto...? Hasta cierto punto, insospechado.

Pues no lo entiendo, era un juego nada más y debía crecer narrativamente, hasta engancharme durante varias horas... 

Osando salvar la incidencia de algunos youtubers, que sirven de referencia para una masa, no sé si tan ecléctica, de jóvenes. Con todo tipo de calificaciones.  Algunos, pocos  ejemplos, al menos, hablan para sí, para complementarse ellos mismos. Algo parecido a un ser independiente, con sentido crítico, creo... 

Esos pueden merecer la pena. ¡O ser repudiados! 

En realidad somos como bichos, un jod... y maldito enjambre. 

En ocasiones, demasiado subterráneo... esperando sigiloso, el mínimo movimiento.

Y ¡zas! lanzarnos. Algunos no comen, solo devoran lo que ven...

Así, es la ficción de los bits, que ha creado un ejército de personajes zombificados... a ratos libres, inoperantes. Quizá demasiado.

O, es qué no nos molestamos en cultivar la mente... permitimos el control de las masas, por pura comodidad... 

Seguramente es, por un quítame esas pajas, u hongos... del ojo.


Definitivamente, si bien algunos reniegan del término, los programadores de Naughty Dog que son muy perretes y referentes a la adicción dentro del colectivo y evaden el calificativo zombie para The Last; otros sentidos contagiosos, pongamos a Craig Mazin, creador de un caótico Chernobyl, aunque también de algún Scary Movie, ojete..., no es lo mismo, pero lo intenta en ambos sentidos. A otros, les llamó el tiroteo desde el juego, le gustó la diversión masoca...

Como en la historia del Pinball y la histeria jugable, de los Hnos. Bragg, con una prohibición descabellada en la época de poner límites a la libertad de uso y consumo, por miedo a las mafias de las apuestas. Divertida película con Mike Faist (West Side Story de Steven Spielberg), la interesante Crystal Reed (Ghostland, La Cosa del Pantano) y un moldeable Dennis Boutsikaris, que va desde Better Call Saul, a la nueva Las Brujas de Mayfair, próximamente aquí...

Más me refería al desarrollador inicial, su lanzador para monedas en consolas de todo el mundo o formatos vendibles, Neil Druckman, que ciertamente, no se ha impuesto demasiado en la acción... ya lo veremos. Este prefiere ser pegajoso, a toda máquina.

Pues eso, que estos renegados, como comecerebros, somos nosotros. Los del Cordyceps sin fronteras, obligados a la difusión genérica de las nuevas características genéticas, infectadas de setas, e instalada como parásito del cerebelo. 

Si Alfred levantara y echara un vistazo, se desintegraría orgánicamente ante tanta incapacidad para el suspense, tal vez, imposibilidad narrativa... y unos chistes, que señalan el despropósito de lo inventivo.


Luego, mi pensamiento se retuerce y reniega de todo. Puede que lleguemos a no confiar, los unos en los otros. 

La mente se aproxima a la experiencia para identificar los nuevos virus que nos amenazan y se mueven en las sombras, los contagios del futuro, qué pesadilla de ambientes sin gracia en ocasiones... siempre adoptando algunas soluciones. Desde unas coordenadas fantasmas, a un lugar regido por el Gran Hermano de 1984. Otra fecha, a marcar en el calendario de lo subjetivo.

Bueno no, algunas protecciones adicionales frente a los posibles naufragios mentales que vendrán, y sobre todo, se establecen en contacto con el resto de personajes. Ya que no sabremos si funcionarán.

Recordando que las muertes verdaderas, no fueron causa de una invasión fungoide, sino de algo ´probablemente` originado genéticamente, por los seres humanos... otra variante. Me refiero a esta, nuestra nueva realidad, después de aquel incordio y sacrificio obligado.

Ahora, nuestros organismos están de nuevo en peligro ante la HBO, y nuestras mentes... Cuando, no todo reluce en esta espesura narrativa y no tan preclara, porque es difícil alimentarse de ideas interesantes, originales y divertidas. Especialmente, tras ese primer capítulo... que mi cerebro me dice, en el silencio, ¡fue el mejor!

Ground Control to...

El gran Vampiro, el paciente cero de sangre fría que invitaba a alimentarse con la esencia vital de los mortales, mientras que el CollinRobinson, se dedicaba a freírnos neurológicamente, ¡a risas, eso sí! Eran agentes del control de mentes en la ficción.

Pues, la base es esa interconexión que nos convierte en esclavos al cine, como los zombies a su hambruna incontenible por cerebritos ¿pensantes? Crear una necesidad, un hábito, o deseo. Hasta así lograr una expansión, una epidemia ilimitada a través de las grandes ciudades... y sus redes wifi. Mas, ¿quién está detrás de las ficciones, reales?

Pero, como es una elección, de historias... el cine es salvación de muchos de nosotros.

Sin embargo, el Poder... a los mandos de nuestro juego... es la quintaesencia de una realidad que recorre las grandes naciones, como EEUU o China, se siega con promesas vacuas, vacunas inoperantes y compras masivas con Bitcoins... Irremediablemente algunos se forrarán, sin medida... Mi mente no tiene dudas... 

En The Last of Us con sus luces y sus sombras, como en la próxima parada del barco de la serie 1899, doscientos años antess de... donde destaca la brillante producción anglo-alemana para Netflix, padecemos una recreación paralela de los acontecimientos políticos y las causas sociales, como los grupos o las clases sociales. Donde aparece a la vez, otro tipo de vigilancias, negocios ocultos y control de la información. Censuras.

Todo en todas partes, controlado, desde la ultraviolencia de Alex DeLargue en la Naranja de Kubrick, la manipulación faraónica o todopoderosa del gran Marlon Brando (inolvidable Walter E. Kurtz) en Apocalypse Now, que ya estaba en el cuento de Conrad; o el pensamiento de Randle o Jack Nicholson en Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco, hasta esa desaparición sistemática del pensamiento crítico, rebelde o total... ¿Sabías que la obra de teatro fue protagonizada por Kirk Douglas? Y que no tuvo éxito en la cartelera de Broadway, pero que pasó a manos de su hijo Michael y de la mente de éste, a la pantalla grande con la genialidad de Milos Forman.

¡Sólo existirá Hambre, en un futuro! Bueno y Anna Torv, al inicio... 

Si la de nota de sobresaliente en Mindhunter, si bien en ésta parece casi una desconocida heroína. Por cierto, aquellos si que se mostraban como verdaderos cazadores de mentes...

Acá no, se trata de derribar los estereotipos y salirse de las normas. No es una colección de tramas, sino que se sobrevive con ellas... y ellos. También con ese grado de abatimiento moral que rodea a la colectividad pensante, si es que resiste por ahí,  algo así como, una película basada en un libro de Stephen King, que alguien se empeña en adaptar a arcade... o viceversa. En lugar de dejarlo en su envoltorio, dentro del cajón de los recuerdos leídos o jugados... Depende de cada cliente, ahora convertido en vidente, al antojo de un creador.

Y eso que no soy del regimiento hambriento, básico, pues no controlo ni un átomo de pixel en movimiento, capa sobre capa... Aunque, también soy algo de naturaleza vampiresca. Sin embargo, con futuro no renovable.

Recordando lo de Taika y Clément, fue llevar el documental scifi de monstruos sedientos, otra variante, al paroxismo de la diversión; mientras que lo de HBO y los creadores de Él Último de Nos... es una razón catalogada, más que espiritual, para adentrarse en el pensamiento universal y la narración con tintes a lo woke, de la corrección. Una más, que no son pocas.

Es una especie de canto espiritual sobre la supervivencia diaria, de lo eterno, frente a las esporas de la concentración de almas descontroladas, o no. Un enfrentamiento entre fanáticos sin ideas, frente a los que quieren solamente comer y crecer coordinados, o un viaje de compañeros con encefalogramas planos con traje militarizado a lo H.G. Wells sin suspense. No mejor aún, un Avatar incrustado en la obscuridad total, subterránea, sin neones ni ná.


Furibundos por el mundo post-apocalíptico, líquenes sin fronteras, donde su simple contemplación, así naturaleza abierta en canal en un par de episodios... es una mera contemplación ralentizada del desarrollo vegetativo... Vamos, que aburre un pelín... Vamos que me interesa, un champiñón.

Ya que los hongos, hace lo que les sale de entre las panspermias, como la narrativa woke, que equivale a una cínica censura de nuestros tiempos, pero con sabor a pensamiento único y definitivo. Se asemeja a aquellos cantos de sirena que condenaban a los intrépidos y no desfogados, marineros de las leyendas mitológicas, esperando acercarse la metaverso del embeleso virtual, o patria de los jugadores en el Olimpo.

La interpretación del juego, es lo importante, sobre todo para diversas mentes y posturas, con las pequeñas semillas sembradas por sus programadores en la oficina, para defenestrar a los ´free guys` y ocupar el puesto de sus neuronas frente a las pantallas. Y llegará la inteligencia artificial, y nos hará libres... ¿no? Conste que no estoy cerrado, ni reniego de tal. Soy uno más, en la cadena de producción... pero, miro las consecuencias. El escarabajo y la pirámide tienen la culpa, que son iconos de resurrección, o reiniciación. Pero, ¡estamos en un mundo de sombras! O dos...

¡Malditos engendros mutantes... del hiper, cyberespacio! Money, money, money, money... lala laralá, coser el bolsillo y plantar por allá... lalá. In the universe...

La Triangulación de la Mente.

Lo han intentado una y otra vez, varios regimientos de regímenes poderosos, y siempre ha habido un iluminado, entre la opción manipulada de Los Niños del Brasil. Por no decir, otros... ¿Sienten o padecen... los generados? Parece que no, o bastante poco.

Ni los ´monguiformes` en viaje por los USA profundos y sus ciudades con escombros, desaprovechadas como mares inhóspitos, ni cualquier otro pasajero que se quiera aproximar a las raíces del control mental. Ni siquiera algunos de nosotros, que visualizamos el panorama desde la profundidad del sillón. Me aburro...

Este es un nuevo caso más formal, de los estereotipos humanos... de la desconexión cerebral en general, bajo la máquina del abatimiento colectivo o alienación personal, hasta las tópicas posiciones que realizan sus miembros... Sin embargo, no sé a qué viene lo del reparto sexual, no cuadra ni siquiera triangula, en la historia. Tenemos colección, prosti, oriental, de niña desubicada, una pareja que no siente nada, el cura falso y el íbero gay, daneses extremos, franceses poliédricos, el rarito a lo Demian, que no es para tanto, plis... plas. Rudos alemanes, u obstusos, a las calderas y las armas... el capitán desnortado, el giro contundente o viraje, que es lo que define y no llega a buen puerto. Pues, todo acaba, para bien o para mal. Somos holandeses errantes, ante los anglosajones que nos dirigen el cotarro. ¡Heroícamente? A saber...

Es como Alien de vacaciones en el mar, enarbolando la bandera del amor libre, porque el sexo está por doquier, sin entender porqué... Lo oculto es mejor, pero no rotundo.

Me preocupa esta falta de conectividad, con estas dos series visualizadas consecutivamente, pues no me había pasado habitualmente, tanta desconfianza y desajuste mental con el entretenimiento televisivo... creo que me siento un poco carnívoro capitular dentro de un mundo vegetariano... y no jugón, por abandono arcano, de un mando de consola, spectrum, espectral.

También nuestras ciudades y condiciones climáticas, marejadas, huracanes, teletransportaciones, esencias genéticas, sueños, etc..., empiezan a parecerse bastante entre sí, amenazadas por las mismas tormentas sociológicas. Mientras los ojos en la cima de la pirámide, nos observan como esencia vital entre lo verde y marrón, es un vampirismo que sufrimos desde aquel 1899 al 1984, que fue anterior conceptualmente... Contra la síntesis, prometeica, una y otra vez, un paso más, colina arriba... mar abajo.

Es decir que, de Los Ángeles a unas coordenadas determinadas sobre pleno Atlántico, entre USA y las variantes de Europa... ¡vamos a morir todos! O al menos, nuestro sistema central límbico. Que, a veces, es el más reptiliano... o era, retorcido.


En esta situación al límite umbilical de la acción, sin control violento o leyes animalescas, nos metemos en jaulas refugio de bytes, al lado de los guetos de acero y hormigón, viendo como la sala de máquinas se convierte en infierno ético, sacudido por las olas estereotipadas del pensamiento elevado o subconsciente. Y el escarabajo, es el pasado que no sabe dónde va, pero sí lo que buscaba... lo de siempre. Una salida.

De las vainas provenientes del espacio, que no alienadas (recuerda las de Jack Finney), pasando por una panspermia inesperada que funciona como una motosierra biológica en Texas, hasta las profundidades de la mente sobre una cubierta de ocultismo casi mitológico y poliédrico... Nos sentimos un poquito, perdidos, observados por el Gran Hermano de los colectivos minoritarios, a una mente prodigiosa.

Y este Control con mayúsculas y sin leyes, aquí y ahora, es el peligroso meteorito que se acerca, desintegrador de especies. Y no, la tabla de salvación del Titanic... que, por otro lado, era resbaladiza y falsa. He dicho.

Y el salvador es...

Para Netflix y el futuro, que ha cancelado los viajes siguientes, o para la de HBO, como en aquella Invasión de mayor calidad, donde los jóvenes imbuidos por un conocimiento superior, eran protagonistas o las claves. Pero no sé... tengo dudas.

No valen las promesas de un futuro mejor, ni funcionaron las vacunas, tampoco esa triangulación de la fe, en un ser superior, o la vía del brillante escarabajo verdoso, que busca el punto de fuga, ante el todo. Ni siquiera aquella luz de las luciérnagas, servía  para tanto... Tendremos que volver a Tierra como Odiseo, una y otra vez, como la infinita existencia de un Prometeo, invisible... o no.

Aquel entretenimiento digital, lo desconozco, así como los misterios ocultos en nuestra realidad, que expresan un caos, semejante a solicitaciones de ayuda que son solo avisos de un peligro oculto. 

La empatía inexpresiva de The Last of Us, era salvaba gracias a la interpretación de las realidades paralelas, por parejas... con un Pedro Pascal un poquejo más gruñón y desubicado en la etapa protectora y paternal, por descontado; mientras que el transatlántico de lujo llamado Cerberus, en plena crisis testimonial de este 1899 y de las primeras secuencias de vapor por su océano, se daba de bruces, o proa, con una interpretación más grupal. Con camarotes menos interesantes por mi parte. Y esa desvinculación musical por los temas escogidos para la desvirtualización, que prometen el tiempo y espacio. Con un gato mojado, que no encaja en ellos, creo. 

Esa descoordinación con personajes del reparto y otros anatemas psicosociales que son anécdotas, hilos sin fundamento ante la idea principal, lanza pequeños icebergs, en una vegetativa invasión de efigies y un cataclismo obscuro, sin hielo, que surcan efigies artificiales a la deriva.

Aquí nos haría falta un Sauron, con un par, e inteligencia semi-artificial, para volvernos a dejar tentar por la jugabilidad del láser. Sin tener que forzar una reiniciazación total o el borrado final de todo. Ya que no conocemos la sinopsis concreta, la triangulación perfecta, la ley de este juego, aunque sí, separados de aquellos episodios hitchcocknianos de la tele que enganchaban, dejando un caminito de semillas... a seguir.

También a algún Mandaloriano que nos enseñe el camino, no a las luciérnagas con cierto resentimiento, o credo, en donde no importan las mentes. Únicamente salvarse, ¡qué son dos días...! Y esto es una odisea, Mr. Bowie. Del Oeste.

Wake Up!

Los flashbacks tan memorables en pelis del pasado, ahora funcionan como fungicidas, las revueltas internas como fotocopias de un transiberiano, con cambios de posición y articulado por clases... que se van desarticulando, a marchas forzadas,  y los sonidos de su banda sonora, no significan nada, salvo recuerdos personales y privados, del observador. Desconectado de las historias... o es magia negra.

Demasiadas aventuras y conversaciones enlatadas, que crecen como enredaderas de la raíz principal, que debería ser más entretenida y jugable, gracias al Todo. A la Ley.

Recuerdo aquella del maestro H.G. Wells, que estaba en todas, hasta la genética para apuntar al Dr. Moreau, rey de los creadores en La Isla de las Almas Perdidas, como  el coronel Kurtz fue de la región africana oculta para El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad. La primera con, uno de los primeros dominadores de mentes, Mr. Bela Lugosi y Charles Laughton, que tal recita, y la Mujer Pantera, enamorada de la luna, como gata de dibujos animados. La dirección de, otro caso perdido en Hollywood, salido del mudo, llamado Erle C. Kenton. Caso de pandemia a revisitar.

Mírame a los ojos, no pienses... La pícara viborita, joer. El libro de la Jungla, vaya.

Las leyes de nuestra naturaleza, han hecho desaparecer parte de aquel buque por un engendro mecánico, que evaporó la memoria de Kirk Douglas, para salir en otra época por la fantástica The Final Countdown, a West World. Nino ninooo yeaaaah... y también sembró el pánico en la comunidad Resident Evil, con dudas para echarle flores. Falta chicha en the Last. Demasiada semilla deshidratada, debe ser... por la proporción de sal y situaciones, poco sabrosas. El meollo es... no habíais caído... la supervivencia. La Vida Eterna...

Aquí, cada cual se mueve a su bola... y esto debería ser un triángulo, b x h dividido entre dos. La perfección áurica... No del dinero. Voy a por otras...`

Gustavo Santaolalla - The Last of Us Soundtrack

Jefferson Airplane - White Rabbit (1899 Soundtrack)

Blue Öyster Cult - (Don't Fear) The Reaper (1899 Soundtrack)


sábado, 25 de marzo de 2023

Carnival Row & The Rings of Power. Epic Season I

 
De como la Magia puede estar en Todo, en todas partes... No digamos la Guerra. Y de penumbras bajo el fuego.






Sin embargo, el tiempo se cambiante, varía con cada experiencia. Adaptado a unas condiciones determinadas a cada era. Nosotros llevamos varias, otros se contaron en 3 y alguna variante, pero literariamente.

Por tanto, no digamos en los cuentos tradicionales... de magia/hadas, caballeros y espadas, que se narraron oralmente... 

Y los Cantares, que los trovadores cantaron. Tres fueron tres, las hijas de Elena (que contaban los granaínos...), como el tercer ojo del gran Cuervo Negro, como las tres brujas que en Macbeth, William Shakespeare, describiera.

Provocaron las pesadillas de los pueblos, los sueños, cada cual con sus características costumbristas, y también con sus miedos en mente. Casi en paralelo, con las sectas místicas y las religiones, que asustaron con sus monstruos y dragones de aliento fétido.

Hubo una época, mucho después de la creación Ea... que determinados cerebros preparados para ligüísticas, de diversas culturas ancianas, se juntaron sobre pintas, para hablar de sus fantasías. No eran tan animadas, pero si harían crecer la imaginación de futuros lectores... C.S. Lewis quería sacar a sus Inklings de Oxford, los seres tras el armario, como en el espejo mitológico de Oz y sus valores... para junto a otros profesores recitar, aquellos tres cantares inspirados en el héroe. Y John Ronald Reuel, afamado en tres consonantes sonoras de la historia, J.R.R, y de Tolkien no digamos que igual estaba en el pub The Eagle & the Child... o pasaría al contraataque de la odisea, de la guerra primera a la conferencia de 1939, otra a las puertas de Brandemburgo. Atrayendo la aventura y la epopeya, como lo haría la Flecha sobre el Halcón, una década después, con Jacques Tourneur a la cabeza y al guión de Waldo Salt, el de El Regreso de la guerra de Vietnam y la psicología alcoholizada de Midnight Cowboy, otro antihéroe...

El tema "Sobre Los Cuentos de Hadas", estudio incompleto tras los iniciados entre celtas, pueblos germánicos, vikingos islandeses y algunos mitos artúricos, anglosajones. Que el mismo joven escritor, también dejaría sin poema...

Algo antes de la 1ª, en 1910, muchas intrigas palaciegas y esos otros cuentos mágicos, se clasificaron por un tal, Antti Amatus... amores prohibidos, fábulas animalescas, y lenguas arquetípicas, se reunieron en la lista fantástica más al Occidente. Con algunas versiones que fueron suavizadas por sus autores de época, como Los Grimm, para no alterar conciencias. Luego saltarían fronteras, adaptándose a las costumbres, como de vuelta nos invadirían iliadas en Mil y una noches. Para no irnos, al Kama-sutra, que fue muy anterior, como el incombustible del sexo.

Los animales, y algunos objetos inanimados, llevaban tiempo alcanzando la vida, sino superándola como en el caso del Antiguo Egipto y sus inscripciones del más allá, con dioses múltiples, como los terrores... y la esperanza del más Alto. Habilidades del teriomorfismo o teriantropía, que les conferían alas a la espalda, aguijones, escamas, genios a las lámparas, anillos... y hasta picos de oro. ¡Qué se lo pregunten a Sigfrido... y el tesoro oculto de sus Nibelungos! Cachis, Aquiles.

Y los monstruos, que de eso sabía mucho Fritz Lang, y de detectives en negro, con su gabardina... se convirtieron por arte de magia, en verdaderos animales, lobos, arañas, dragones, escorpiones, laberintos gigantes como toros, cíclopes, murciélagos... mitológicos o humanos. Pero, ay los humanos, son xenófobos... O héroes como Batman y el próximo cómic.

El Destripador del Row.

Lo real y lo que pudo ser cierto, aparece con otra forma a través del tiempo, los siglos, los milenios... las eras de los hombres, o no.

Algunos fueron felices, y otros se comieron hasta los higadillos, pues la guerra entre ellos, y razas fantásticas, siempre significó una verdadera picadora de carnes. Si no, abundaban las psicopatías y los delirios de horror. Ese destripador, como después estranguladores de Boston que vuelven... sería una muestra.

Una muestra de lo que ocurre en las cloacas de nuestras sociedades, incluso cuando escaseaban las instalaciones, más bien en el interior de los seres ´humanos`, en esa otra batalla eterna entre el bien y el mal... Que somos... modificando la realidad.

Con el tiempo, muchas palabras en tipo carolingia, o entre The King and the Queen o Castillos Negros, como en las dos Torres del ajedrez... cambiaron las frecuencias de los deseos entonados. Para volverse leyendas en visual y errantes, a caballo, navío o unicornio, que es el amor. 

Comunicólogos, lingüistas y otros artistas, propusieron su propia visión en descripciones, que hoy son configuradas en mezcla de digital. Más o menos, de acuerdo con la del creador... que siempre tendría algo que definir, disuadir o reprochar. O tal vez, para eso están los críticos... ¿Qué palo va a proponer Tarantino? A continuación...

En el Row de las Hadas, de Amazon el Prime, ves paralelismos con la realidad victoriana, que por otro lado desconocemos concretamente. Serial killers entre tules oscuros y capas, como verdaderos vampiros, licántropos que ya provenían de camas cuentistas y gasas del desierto, pelos, garras o escamas de dragón con corazón misterioso, pelos de Sansom digo... Alas membranosas, como las de los pájaros del Triásico, cuernos retorcidos como los del fauno mágico y su flauta sexual, trasgos, troles y orcos, la trilogía... ¡Transformaciones de cuento!

Niños pequeños, desnortados por el ojo o muertos, que se avivan como la yesca bajo la imaginación del escritor Carlo Collodi o Lorenzini, el Pichochio del siglo XIX, hoy es un Del Toro, niño títere de madera. Trozo de pino con sentimientos, lejos de los trabajadores en el industrialismo que creció el libro, o la emigración, como son los seres mitológicos que asoman tras la guerra, esa que vendría con millones de cuerpos corrompiéndose en las calles de Europa, y de pisoteadas "hadas". Hombres y mujeres extraordinarios, como aquel cómic, en definitiva. Jeckyll y Mr. Hide, eran criminales, también ¿no? Con ese carácter animalesco, otra conexión.

Ese radicalismo del grupo se aprecia aquí, como en otras muchas historias, que llegarían al máximo deltoriano en su Pinocho contra balas del fascismo, al lado del amor universal, entre contrarios o parecidos mutilados, y esa gran epopeya que es la amistad o el sentimiento familiar. Su "stromboli" particular... o la ballena, eh.

Esa es la cuestión, ser o existir... o no ser. 

Como Legolas, Orlando Bloom es nacido en Inglaterra, o el padre Mr. Tolkien también, se ven invadidos por nueva fantasía juvenil y algo de violencia tétrica. Como la obscuridad de Sauron o el Señor de Licántropos, quería acabar con la luz del Señor de los Anillos, o el brillo élfico de las familias del Silmarillion; este Row quiere ahondar en los monstruos reales y las traiciones internas de gobernantes. ¡Está en la historia!

Como en la guerra de Guillermo del Toro y su títere,  aquí en el Row, los asesinos campan a sus anchas, en la fuerza del poder, ante las leyes que promulgan, para otros. Es el castigo del mundo moderno, guionizado por Travis Beacham, adaptado a la psicopatía por René Echeverría. En todas las partes, del cuerpo, gracias a la capa de invisibilidad que se ponía Jack The Ripper, en la negrura de las calles londinenses. La sangre era de las putas, hadas. El mismo lugar, donde Frankenstein creó a su monstruo, le dio vida con trozos de cadáveres, desenterrados por el escocés Robert Louis Stevenson, gracias a la magia de Boris Karloff y el romanticismo monstruoso, en el rostro de Elsa Lancaster, a posteriori. Es la trilogía del Row, que lo intenta, pero queda bastante lejos.

El pulular de razas está bien, pero indefinidas por ahora, ya veremos los futuros gremios, la ceniza de su gran guerra es difusa, las culpas, familiares, demasiado, los tejados, visitados, los olores rancios, suenan al hoy, ya maniqueo... sus alas, cortadas.

Las tradiciones abiertas en canal, acusaciones de violación por doquier, investigaciones sojuzgadas o manipuladas, el héroe maltrecho, los polvos, mágicos, las mitologías son arbitrarias como las narraciones por capítulos, el dinero bien, por la ambientación. Los seres empezados en hierática (jeroglíficos adaptados a escrito) del Antiguo Egipto, vienen de Osiris y su resurrección, injertos de piel vaginal de su esposa Isis, fantasías de fecundación de hada o María en virgen. Los hados bien, gracias... también existían aunque parezca mentira, en los cuentos hablados. Luego Walt Disney, cambió la idea.

No María Magdalena, que en el cristianismo, la tildaron de otra forma menos mágica, como un hada, madrina de muchos. Es su oficio, la Magia, o no. 

Pues se rebela hacia el feminismo, más movilizado, en parecido al terrorismo callejero, con sentido de cambiar las leyes, en pos de la post-verdad. En la llamada postrera a George Orwell, marxista y animalista en Su Granja. Con facultades humanas, ¿te suena no? Faunos revolucionados, hobbits circenses, esclavos, sexuales, órganos locos, se mueven, se extirpan, se juzgan... están presentes siempre, en esta primera temporada, irreal de Carnival Row. Con tradiciones cargantes, a las espaldas. Es el llamado Preciosismo Europeo, pero del presente... con violencia primeriza de Grimms.

Por fin, llegamos al sexo de los ángeles, y ´ángelas`... Cara Delevigne, amante de tod... de Rolando, casi como el del cantar medieval, como el  Cantar de Mío Cid, más cercano, que las sagas islandesas, de las que se sació el gran autor y Señor de los Anillos imaginarios... Bueno, pues Cara es fría como el frío o aquella princesa del hielo de los cuentos, que es Grimm,  que en sus ojos tiene el fulgor de los polvos lesbianos... y subir a los cielos en sus alas con el hado Orlando. ¡Hala!

Silmarillion y... otros manuscritos.

En Compañía, de familias diferentes, comenzó la literatura en siguiente oleada artística, sobre la obscuridad de la enfermiza Edad Media. No la de la Tierra de las familias élficas, que viene a continuación... tras la Creación fantástica de J.R.R. Tolkien, y familia, que es en lo en detallamos lo siguiente.,,

Ves leyendas artúricas, y dices coño... al héroe arquetípico de los Hermanos Grimm o Perrault, leches... a los seres casi inmortales, hostia hadas. Las lanzas, dios y Sigfrido, Juan Sin Miedo, los Nibelungos, elfos, Rin en el fondo, tesoros, anillos, oros, plata, dagas, enanos de los metales, la Cenicienta, los nuevos pelusos, bueno, el feo, el bueno, futuro Aragorn, el malo, ya te lo imaginas casi, por el camino, la Odisea, la venganza que vendrá... Valquirias, Wagner, LA GUERRA... No todavía, no.

Siglos comprimidos para la comprensión, de todos los enanos, porque es más aventura que vísceras, más esotérica que mágica, por ahora... es apenas, la segunda Edad de la Tierra Media y la primera de Amazon, que se gastó en derechos para 5, un pastón.

Estas familias de cuento, son y serán, vehículo idóneo para la pasión, entre el amor y el odio, que siempre es reconocible en negro y sombras. Metal carbonatado, fuerte y casi irrompible, frente al luminoso mithril, más poderoso aún. El Arca de la guerra. 

La política entre tronos, llegará y verás, la sangría... las letras doradas vienen como cuchillos en la espalda, o las alas anteriores. Todo está relacionado, en todas partes, incluso, el Renacido. La Estrella, viene de antiguo, El Istar. Casi Blanco, tentado por las 3 de Macbeth y Mr. Shakespeare. Mientras que los monstruos, bien por cierto en caracterización y movilidad ´orquil`, son un verdadero puzzle, al que se le ven las piezas... pero no importa, es la mítica creada por Mr. Tolkien y la Épica, que mola.

Mazazos en la testa, truenos de torres que caerán, nubes piroclásticas de ojos de fuego, venenos en la piel, que se hereda, 1984, otra vez, Dante y el infierno. De lo maravilloso y el horror fantástico, balrogs incluidos como dragones, su poder que otorga invulnerabilidad a Sigfrido, enanos petrificados por el padre, amistad ancestral, elfas guerreras (algunos ponen pegas...), pero hubo valkirias. Como en el Row, hay guetos mas en el campo, campero, hasta que llegue la Comarca.

Los wargos, las transformaciones, la conexión con los licántropos es su Señor Oscuro, como Vader de las Galaxias, como el del nuevo Marvel by Night. Esta tiene un comienzo mágico, por lo prometedor en la simulación de Ágata Christie y la investigación en marcha, pero se va desinflando como los músculos del bicho... no de Gael, sino de la criatura, que no llega... Vamos que los personajes están bien seleccionados y su estructura narrativa es llamativa, pero no concreta en la chicha, para un servidor. De los señores del acero, de los que C.S. Lewis sacó tanto del armario, joer que había lobos, como en los Juegos de Tronos, como en la historia del Anillos de los Nibelungos, en las SS... y más. Continuará...

Un ruso antropólogo, unió a todos estos seres, desde  Madame D´Aulnoy y sus hadas viajeras al sin miedo de los Grimm´s, mezclando mundo animal y humano, lenguas avícolas conocidas de forjador de espada, Sigfrido de nuevo en el denominado Codex Regius (o Edda Poética, primero),  para siempre. Y aquí estamos, irracionalmente, disfrutando de la clasificación de algunos capítulos, más. Las hechuras son muy buenas, por cierto. Si bien, las peludas de pies, se parecen demasiado a la historia que conocimos, y parece más reivindicativa del idilio femenino y el nuevo rumbo mundial de la amistad... como las hadas revolucionadas del Norte. ¡P´habernos matau, riau riau!

Bueno, pues J.R.R. Tolkien estuvo versado en los golpes de la vida y sus lenguas ancestrales, que no le permitieron finiquitar todo el trabajo. El Silmarillion es la prueba de la creación de Ea, y la monstruosidad de milenios, que han cogido los herederos durante décadas, y transformado, metido cositas, valkirias... inventado ideas para series, texturas y colores, cohorte de sangres variadas y dragones subterráneos, que calientan por debajo, los mares de fuego... ¿ como los de Worms?

Él dijo que no, que no tenían que ver los Cantares de los Nibelungos, ni esa trilogía comentado en la anterior serie, cantares de gesta los llamaban, églogas si no había sangre en el campo, elegías con lágrimas, tortazos en Astérix y Obélix, y Cía. Romanzas caballerescas, todas anónimas hoy, que pasaron por la mente privilegiada de Richard Wagner y la visionaria realización del maestro Fritz Lang. Su tierra no es el Rin, sino que se dividió en subcontinentes con la guerra en Beleriand y aquella primera Alianza contra Melkor, atraído por el Enemigo del Mundo.  Estos proceden de los ainur, protectores de la Llama Imperecedera que iluminaba las grietas con arañas negras y las intenciones malsanas de pavorosos balrogs. En este lugar, se perdió la triple alianza de los Silmarils, engarzados con el poema de Tolkien en 1914, que entonaba: "Salve Earendil, el más brillante de los ángeles. Enviado a los hombres sobre la Media Tierra" (Christ I), era bastante católico.

Aquí no hay monstruo de Frankenstein, pero casi, porque es siervo, un mandao con cara de malos amigos, que lo hace requetebien,  antes de que los Alvar de más Alto Rango, creen los Anillos de Poder, los 3 Silmarils, rojo fuego de entre el volcán, azul fondo marino y tortuoso, a reposar allí por siglos, y blanco de la estrella que dirige los navíos futuros, ¡lo conoces! Earendil, o el ángel blanco de los elfos que ilumina el firmamento. Esta temporada es una oda de paz para hoy, y de guerra para mañana...

Esta inspirada en las memorias y documentos recogidos por el hijo en los Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media, la esposa, la editorial y más, incluido de refilón Mr. Bezos, entre diferentes Edades del Sol, y más Obscuridad, que cae en el ser de Peter Jackson. ¡Vamos que no vio la luz! Pero, se rueda en Reino Unido y Nueva Zelanda, para más inri, porque molan los parajes e irse a otro sitio, es tontería. Vale, excepto a Tenerife... Ideal es repetir la banda de Howard Shore, con nuevas bases y letras para canciones, también están potables... y la idea en los mapas del ilustrador mítico John Howe. Ah y la dirección entre la valkiria sueca Charlotte Brandstrom, Wayne Yip y nuestro Juan Antonio Ballona  (I&II) en el Cantar del Amor y del Odio, de Christopher Tolkien.

En resumen, la cosa va así, de Melkor/Morgorth a Sauron, caídas de ángeles en la tradición de los pueblos, cuando el maestro novelista inglés cayó enfermo en plena IGM, desde ese 1917 hasta renacer en su vida en varias ocasiones. Los elfos oscuros que se convirtieron en diversos monstruos,  frente a los luminosos (oro y plata) y los Magos, los héroes, herreros que aprendieron el arte de la forja, futuros navegantes y jinetes varios, dunedain de Númenor, muchos reyes y princesas de cuentos, en proceso, razas que acompañan, procedentes de bosques, oscuros, Bárboles que pensarán y otros se moverán, como las entrañas de un volcán durmientes, en espera de Ojos. Oteando  montañas a dominar en piedra y metal, en fusión con el Tercer Reich, enanos con barba, que se cabrean y mandan a la mierda, no a enanas variantes, últimas alianzas y amores imposibles, pero que todos recuerdan en los tiempos. Todo, en miles de años condensados, en todas las regiones de la Tierra Media. Es parecido a los viajes de Homero, pero en multiverso.

En conclusión (por hoy...), ¡pura aventura! Infiltración y afinidades encontradas con formas de Anillos, giros épicos que enlazan Nibelungos con elfos, dioses caídos en desgracia como ejemplos de Loge o Loki, puños endurecidos al machacar piedra y sus propiedades mágicas, que se quedan petrificados antes del viaje por el Rin y su tesoro en las profundidades... El Único, que está por forjar en el Destino... El Ocaso de los Dioses, también, recuerdan a Net o Amon-Ra, hermanos como Seth y Osiris, o viceversa, voluntad mágica de ninfas, secretos a descubrir, torres en la lontananza, aprendices de Trancos, y el Ojo de la Guerra, la Amenaza del Controlador de Masas.

La vista puesta en Gondor, y la mítica Gran Comunidad, la del libro internacional y los de New Line, para comparación con Mr. Lang y sus Nibelungos,  encariñarse con los nuevos intérpretes como Morffiydd Clarke en piel dorada de Galadriel, conocida por Crowl y Saint Maud. La pequeña Nori de la simpática y bella, Markella Kavenagh; el gran Elrond de un sensible Robert Aremayor tras la estela de Game of Thrones antes de perder la cabeza Stark; un emotivo Durin con Awain Arthur, peleado con su padre Peter Mullan, en extensiones; Joseph Mawle también de la Casa Stark, de otro RR, George; Ismael Cruz Córdova, el primer elfo negro de El Mandaloriano; la médica y madre, Nazadin Boniadi, va para cachas; Charlie Vikern como Halbrand y el Maia de Daniel Weyman, puede llegar a la mitificación de El Extraño o Istar, 

Pero, todo puede cambiar en los cuentos y volverse obscuridad... Este es el esqueje, que amenaza con crecer hoy, de aquella Edad posterior a los Árboles y el orfebre creador o Féanor. Que significó la creación de Arda, en la vasta complejidad de Ea y sus mares... Pues sí, suena a Tierra... ¡Salve Iluvatar! O no... Depende de tu parte oscura.

Él, el otro creador ya no está, y para un servidor, ahí acaba la polémica de la imaginación futura... Como la tuvo el propio Mr. Jackson, casi Five. Como la tuvo Ralph Bakshi, se la entregamos a Chris u otros, por sobrevolar. 

Elrond sobrevive a la Tercera Edad, junto a portadores del Anillo, en el Valhalla de la memoria, con el libro de Frodo y Bilbo Bolsón,  en la Última Compañía, de la boca babosa de Gollum, a añadir Galadriel en poco, y el Mago Blanco de mil batallas, Gandalf. Una odisea por mar eterno a Toleressëa, sin monedas en los párpados, ni incendios escandinavos, cerca de Valinor en travesía a casa de Odiseo, para cerrar el círculo perfecto. Todos juntos, en todas partes, memorias... la Familia Tolkien.

12 nombres, como horas  de un reloj a la espalda de Sigfrido y su punto débil, pasando por 3 manos de Reyes Elfos bajo el cielo, incluido Celebrimbor "el Nietísimo" (Charles Edwards), 7 para los Señores Enanos en palacios de piedra, 9 para los Hombres mortales condenados a la muerte... y ahí está, el volcán, es Mordor, el cetro de las Sombras.

Vean señores y damas, o demás seres extraordinarios, que... cualquiera puede convertirse en héroe. Necesario tener amigos y poseer determinación, no tener miedo como Juan de los Hermanos Grimm y que tus hazañas sean recordadas por bardos, para correr la voz y el vino... A Gandalf también humo.

La tele, para afines o para críticos, es así... Se ve en todas las partes.

Postdata... Todo a la vez, en todas partes.

Y ganó... y todos la llamaban loca.

Alguno desde sus ondas de transmisión, se quejaban amargamente, diciendo que era un embrollo o no entendían las aristas de un posible multiverso. 

Claro, en eso consiste el surrealismo visual, en descolocar al personal y las mentes

Sin duda, preferían historias más digeribles, para pasar el rato... y que no hagan pensar demasiado. Sin darse cuenta que en todas partes, inclusive tras este multiverso mágico (que no es igual al metaverso, cuidado), se esconde el trabajo imaginativo que hay detrás. 

Desde los actores y sus buenas interpretaciones, hasta el informático que diseña un efecto especial... Todo es ocurrencia y meta, de los directores y guionistas, los Daniels, la producción arriesgada, que fomentan la importancia de todo, en las relaciones personales

La amistad "de una compañía", el amor incondicional a la pareja, por ejemplo de Krimilda con Sigfrido y otras... continuará... Por supuesto, la familia. 

De abuelo a madre, de madre a hija... Somos, like a rolling stones.

GRIEVE NO MORE - Patty Gurdy


Hedningarna - Drafur och Gildur (No es  Soundtrack, pero mola...)


Rings of Power - Soundtrack Bear McCreary

domingo, 4 de septiembre de 2022

Love, Death & Robots. Season III

 


Desde que el mundo se iluminó y los seres vivientes se establecieron en él... éste se ha regido por las mismas interpretaciones de su realidad irrefutable... El dolor y la muerte.
Luego llegarían esos seres llamados inteligentes, que añadieron otras características más humanas, o en igual medida viendo sus armas... Las denominaron, la paz, sí, la amistad, siempre... y el amor, tal vez.

Pues bien, llevan ya varias temporadas intentando hacerse una idea con distintos fragmentos de la ficción, que van cambiando según evolucionan los medios técnicos a su alcance, y en las manos de los diferentes creadores, formando un gran equipo... Casi como una familia muy animada.
Ellos, tres amigos con aspiraciones robóticas, han conseguido programar una ruta que se expandirá en próximas entregas ya orquestadas, dos chefs hermanados en apellido Miller, Jennifer como Tim, montan tanto; y un culto caótico o un descubrimiento vital de primer orden, en el rover todoterreno de Mr. David Fincher.
Con semejantes axiomas en la ecuación gráfica... ¿qué podría salir mal? Nada, salta del barco y hazlo, grumete.

Es una máquina engrasada para sonreír o dañar, una cadena de producción de dibujos animados, que se componen de varios géneros entrelazados para el bien común de la serie y sus creadores, directores, dibujantes, etc... y otros moribundos, nosotros. A través de muy diversos métodos de elaboración aún más perfeccionada, ya sea en papel contundente volcado a pantalla en brillos ancestrales, brochazos imaginativos de desesperación, mezcla de millones de colores encadenados como bestias, y una concepción apocalíptica de la generación anclada a un ordenador... Esto es lo que tenemos una serie, imaginativa y épica... dependiendo de los episodios.

La psicología y la robótica, es una armonía de la perfección que va encaminada a una lucha generacional y una posible incompatibilidad en el horizonte, con esos otros elementos enclaustrados en la mente artificial. Más o menos, electromecánicos, porque el futuro es una teoría que comprende todas las evoluciones posibles o imaginadas.
Además, de batallas sangrantes con otras rivalidades, en forma de especies alteradas, algo evolucionado en grandes mentes predominantes, que serían un riesgo para seres individuales.
Es lo que tenemos... que no es poco.

Y colorín, colorado... este cuento aún no ha terminado...

Love...

Se querían así mismos. Una como artista independiente con fantástica personalidad, llamada Jennifer, dispuesta para acometer actos circenses y elevarse a la condición de profesora escribiente, hasta convertirse en una productora activista de sintonía libre y queer... qué no sé lo que es, pero sí, lo que significa...
El otro a su lado, mano con hermana, demostrando que Tim había nacido para los elementos visuales de última generación, capaz de emerger en el universo cinematográfico con su compañía de efectos f/x, Blur Studio, la responsable de este compromiso con la animación, manual y digital, especialmente. También rodando que es gerundio, compartido.

Son los Miller, y él terminaría dirigiendo también algún capítulo como el Gran Capitán, y dando saltos caóticos en la ciencia ficción entres Seasons y aquel divertido y escéptico irreverente, primer Deadpoool.
Capitaneando el barca, infectado de seres extraños y sedientos de exprimir el tarro de las esencias, es decir, los dibujitos y su sangre brillante, tenemos al guía idolatrado por muchos monstruos al otro lado de las cámaras... Ya que a Don David, lo conocemos casi todos los seres inteligentes... ¡Un crack! Un monstruos de ésto, Mr. David Fincher, cometiendo todos los pecados en la pantalla o produciendo las fotos de la Gran Depresión. Y como director acá no vuelve a mostrar, próximamente allá en la grande con Tilda Swinton y el asesino Michael Fassbender, sus bemoles, digo timones... esto es, dotes para gestionar el timón.

Ya lo creo, tiene su enorme mérito...
Pues hacer el amor en los tiempos que corren, tan víricos o enfermizos, tan solitarios... es demasiado complicado, para gentes perdidas. Dibujarlo en pantalla es algo, además de por sí... surrealista y simbiótico.
Ya se pudo comprobar en las dos primeras entregas de la serie emitida por Netflix, con todas sus ralladuras morales y conceptuales de la reproducción universal y la amistad. Tanto por tierra granulada en miles de texturas y colores extraterrestres, inundando con su esperma bucólico, mares hiperrealistas cubiertos de dudas, o... reprochando el derroche sobre espacios insondables... al menos, para el amor. Menos, para el sexo.

Y a la tercera, la colisión intergenérica sigue esta gran evidencia de la teoría caótica del romanticismo, sucumbiendo a las sacudidas de las nuevas amenazas, la soledad y la alienación. La descoordinación genérica es tan evidente, como sus coitus interruptus en diversas posiciones animadas.
Solo que aquí, en esta tapadera de inmundicias humanas, se puede restablecer un cierto orden, o sentido ecléctico de las conexiones desestabilizadas por eso llamado amor; y es ejerciendo un borrado de las cosas que no se desean ver o pulsando, esa famosa inestabilidad emocional, conocida como tecla F5.

Y es que el amor, del I al III, siempre ha sido eso... Coser y danzar... no, quería decir, borrar.

Death...

Con el señor del Caos, hemos topao... No te has asustado, pues ¡estás avisao! Sin D de despistado, con H de horror.

Desde los más pequeños seres microscópicos, que fecundaron éste y otros mundos, es lo que más abunda en cualquier mar conocido, de uno a otro confín sideral. Pues, la belicosidad se esparce como la mierda, ya sea en medio de un enjambre de pasiones o primeras necesidades, o sorprendidos en el salón de tu casa, por una especie asesina que se comporta como inteligencia no identificada.
Todas se comportan como especies alienígenas, las de verdad, esto es las de la ficción... y las falseadas por interpretaciones muy humanas, como las que emergen de la realidad evolucionada de Darwin y acoplados magnéticos.

Los demás, los débiles humanos, se revelarán como ejércitos preparados para... hincar la rodilla, qué es lo mejor que saben a hacer, frente a cualquier enemigo desconocido que desdeñan o de un poder extraordinario, superior.
Quizás... desconozcan... que su peor enemigo... sea... ellos mismos.

El resultado es espeso como una melaza pringosa sobre las tablas o la tierra, teñida de azul sobre los mares o ríos, surrealista como los mundos imaginarios, y desquiciante como la memoria, a veces, de rojo. Sangre... y mucha.

La violencia domina en este universo animado, como las tibias cruzadas y las calaveras, como los corazones que se desangran en historias... muchas veces, incomprensibles... o incomprendidas.

Robots.

Es el gran nexo de colaboración en las próximas generaciones... Estén presentes en el capítulo concreto, o no.

Es la maquinaría para la gran investigación del universo, pero también es el último modelo de combate futuro. No distinguen razones, a priori, ya sea una relación amorosa con el prójimo o con toda su raza superviviente, o bien en pequeños rincones de la memoria, olvidados. Que simulan una teoría surrealista entre modelos supremacistas, historias semi-mitológicas, resistencias ultraviolentas, cantos de ballenatos y cangrejos gigantes, humanos troceados en la costa como aquellos... engendros etéreos que confabulan, porque quieren... eso que denominamos vida. Comprensible, o no.

Las piscinas celestiales quedaron sepultadas en la primera gran oleada, los planetas revivieron una y otra vez, como aquel Solaris de la literatura... las crónicas bastardas terminan cediendo en El Dorado, en esta última pesadilla de premios esotéricos, como una gran revancha desdibujada.
Todas pudieron ser galardonadas, ya que ellos de una u otra forma, estaban allí, espiando en los ordenadores de creadores y dibujantes... eran mentes de una inteligencia artificial. Se suponía su posición de poder, ante nuestras manos... y muchos no los conocían a fondo. Eran meras fotos peqadas en un tablón de sucesos, tras una juerga de tres amigos... Ahora se ríen de nosotros...

La comedia es lo que les queda, y construirse a ellos mismos, como nosotros. Esperando una nueva guerra nuclear, que les lleve al fondo de un estercolero de residuos, si no pueden escapar... Es decir, si nosotros no podemos escapar de aquí. Ríete, es una conspiración eterna.
Ríe hasta el último respiro, haciendo sonidos repetitivos como las ratas, que tienen su corazoncito, vírico, pero viviente... como los engendros mutantes, que buscan su supervivencia como los otros.
Ya sea en un dibujo que es una paradoja irreverente, en un espacio en lo único localizable es el sarcasmo, en una metáfora de la genialidad etérea y la violencia gore, o en una risa sin compasión o misericordia, de nuestra imagen.

Todos ellos, son nosotros, desde su punto de vista de creación humana. Concretos, guturales, eclécticos, hogareños, rivales... somos nos, muy evolucionados. Hacia el otro punto de vista, de una superespecie, una condición física superior, una mente unida... como los recuerdos de aquellos replicantes que conocimos, hace ya... un futuro.
Así es la inteligencia, el olvido de todo lo que pensamos una vez, todo lo que vimos en una foto y soñamos con ello, como Flint... o todo lo contrario, nuestra propia violencia contra nuestra propia especie...

La humanidad... digo la robótica, tiene tantos prismas que... ¿qué podemos pensar?
¿Qué podemos soñar...? Como diría Mr. Philip K. Dick.
¿Qué reflejarán esas lentes calientes, fríos pensamientos optométricos de sus ojos...? ¿Y, el corazón...? Quién sabe, si lo tendrán o repararán hasta el infinito, borrando, tecleando F5... Una y otra vez.

Y, ¿la inteligencia? Pues sí, también es humor sarcástico.



domingo, 17 de julio de 2022

The PeaceMaker / Moon Knight. Season I

 

Los extraterrestres llegaron a la Tierra, hace muchos, muchos años... O al menos, pudieron ser unas pequeñas semillitas de vida que se diseminaron por ahí, que comenzaron una etapa de locura, que dura y dura, hasta llegar a las pantallas... Sólo hay que darse una vuelta por las costuras de la política con los medios de comunicación como resorte subvencionado, e imaginarte a los reptilianos, o las plantas devoradoras de voluntades... o los malditos insectos... Parecen chupasangres cazadores, que se lo vean en LifeForce o Predator.

Pero, eso es otra historia que no tiene que ver con la literatura o el cine, con The Thing o cualquiera otra figura que se distingue en Señales. Tiene más que ver con las extrañas ideas del supuesto dominio de culturas más poderosas por su tecnología avanzada o los típicos relatos de ocultismo y otras teorías conspiranoicas... Pero, ¿haberlas, haylas...? Pues vete tú a saber... come on, ¡Rock & Roll!


Una Pequeña Historia del Espacio...

Bueno, pues las malditas naves que trataban de cultivarnos o devorarnos, llegaron por aquí, alrededor de 1920, sin otras referencias visuales que los ángeles y demonios... Ya de por sí, convertidas y aceptadas por todos, como género con brillo propio. 

Aunque fue en el siglo XIX, donde existieron experiencias sobrenaturales, que podrían tener una conexión ahora, como el Gólem, que provenía de la mitología germana y adelantaba otras corporalidades foráneas, como un precursor del Moderno Prometeo en referencia a esos seres de las estrellas o dioses encadenados en el futuro violento... con más melenita o tornillos, que los antiguos gigantes, eso sí.

Pero, el scifi prefirió en sus primeros impulsos idealizados, acercar a humanos al satélite de los mares brillantes como Odiseo y sus seres monstruosos, uno de los primeros navegantes novelados bajo las estrellas. Hasta, quién lo soñaría, las historias creadas por la mano olfativa de Cyrano de Bergereac, en forma de rastreador invisible de las galaxias, o la efigie extravagante de El Barón de Munchhausen surcando los cielos, y por supuesto, las historias con el gran Julio Verne a los mandos del viaje. 

La más famosa catapulta entre el Planeta Azul y su satélite, nos dejó ese retrato cultural para la posteridad viajera, entre terrestre-lunar, con nuestro director Georges Meliés, convirtiéndolo en favorito astronauta del futuro, era su Viaje a la Luna en 1865 y un enorme guiño de ojo a los primeros efectos especiales de la historia del Séptimo Arte.

Esos grandes escritores empezarían un revolución, que persiste hasta el infinito, y el resto de soñadores que quedamos respirando, los seguimos en oleadas generacionales, ¡somos así!

Luego tirando la casa por las ventanas de sus naves, llegarían los verdaderos padres modernos de la esta primera clase fantástica, con el británico H.G. Wells a la cabeza, que nos iría cultivando, incluso a través de bajas frecuencias y el hambre terrorífico en las entrañas de Mr. Orson, para una gran invasión, avecinada como una cosecha... sin límites para la imaginación de las ondas.

Hola, ¿es La Guerra de los Mundos... ? ¡Qué se ponga! Sí, señor...

Aquí Marte, estoy llegando Edgar Rice Burroughs y su princesa, tan fílmica, como inversamente proporcional pueda ser un relato de H. P. Lovecraft en el cine. Algo pasa con esto, como en las pesadillas cósmicas de Lem o las Crónicas de Ray Bradbury, salvo mi adorada Solaris o la terrenal maravilla de Fahrenheit 451, cuando la conciencia deja de viajar...

Pero, para lo que he venido a hablar en este rincón alienado, es de la cosecha de la televisión, que es lo que hay y resiste... bueno, de la televisión y de los cómics que llegaron un poco antes. 

Y claro, aquí ganó por los pelos engominados y algún que otro músculo más que Katar Hol y Hawkgirl, un ser sobrenatural con su aterrizaje forzado en Smallville y posterior al Nuevo Orden Mudial de JLA... ¿te sueña de algo, verdad...? Es un ave, un avión...

Es un joven en esquijama de otros tiempos, azul y capa roja, como si no hubiera bastante ya... muy norteamericano y universal todo, gracias al canadiense Joe Schuster y el escritor Jerry Siegel, que habituados a los Action Comics de entonces, querían crear un dios que no salve de todos los males. El antecesor de la gran S, que pertenece a los dioses DC y desconocía su historia real.

Era el icónico Kar-El, tan rechoncho y blandito, que no se creía un alien intelectual saliendo de patas de su planeta Krypton que estaba en las últimas, y dejando allí... no, no a Marlon Brando, sino a su padre Jor-El y la madre que no se recuerda muy bien... pero fue la madre que lo parió, ¡conio!

Luego adoptaron a las partes del anillo de Linterna Verde y todos aquellos batallones de constructores galácticos, para una revolución del poder del blandibloop (o como se llame) con carácter impulso-magnético, y El Detective Marciano, del que no se reconoce película individual aún... Demasiado verde por estos lares, seguramente...

Mientras en la otra esquina, en el lado Mr. Lee, se empezó con otros nombres al mando, Namor que está un poco olvidado hasta ahora, que suena en la playa y establece una mezcla entre humano y princesa mutante de la Atlántida... vamos un extraterrestre de la utopía terrenal.

Tenemos que atestiguar la llegada al tebeo cósmico de quizá, el primer X-Men de las estrellas en sus dos versiones, pasado y futuro, un tal Ángel que queda rezagado, para los no muy amigos del universo marvelita.No habría que esperar mucho, sólo hasta la gran aceptación del público, para la gran explosión con los inimitables Jack Kirby o Steve Dirko, que estén en el cosmos como polvo de estrellas del salón del Cómic en su Edad Dorada. Construyendo a Namora y Venus, diosas de las buenas, el viaje fantástico de Los 4 tomando prestadas sus propiedades, las movidas multiversales de Mr. Strange, que sabe de mil mundos, Silver Surfer y Galactus... no hay más que decir. Hasta llegar a los famosos Eternals, ya en un partido moderno y fuera de casa entre sus Deviantes vs Celestials, que son los mitológicos y el eco de Los Nuevos Dioses del Apokolips, del que salió el mismísimo Darkseid.


Y eso es todo, gracias al fundador Martin Goodman que nos invadió sin ambages e, indudablemente, al gran extraterrestre de ambos mundos, que resiste con su locomotora heroica, reconocido como Stan Lee. El conductor de la General de todos los santos y sus némesis.

The PeaceMaker.

Hace apenas un rato, como quién flota en el polvo... apareció un estrella gigantesca en el horizonte de la Nada, y pasaron los días, cuando empezó a reproducirse con sus brazos extendidos a la pantalla... que no tentáculos o estructuras de quitina, más propias de otros miembros marinos o biozoos terrestres, que buscan colonizar. Acaso no lo hacer, el ser humano, pues eso.

Allí se alzó en el cine, explotándonos las cabezas con esa tribu de mercenarios convictos, revenidos por un Chekmate, fuera de las Ligas que no los Argus guiados también por Amanda Waller, e intentando cambiar la prisión por un Escuadrón Suicida... o sino, ya sabes, una regresión mental sin vuelta atrás... lejos de la cabeza de X-Force. En consecuencia, están un poco chalados éstos-tas.

De la banda reventada a dentelladas, aparece el magnético PeaceMaker, que se significa por sus comentarios ligeros, gloriosos por lo chistoso e irrefrenables sexualmente... algo así como los Guardianes de la Galaxia, pero sin sexo entre razas, por ahora. De todos ha dado buena cuenta y exprimido chistosamente, su director James Gunn, que parece en la gloria... de la cópula del placer y los textos desbocados para crear el caos ideológico.

Su historia se rodea de una extraña familia y amigos anárquicos, no muy confiables como aquel tiburón "estalonado", hambrientos hasta hacerte perder los estribos de la corrección. Son imán para los cascos electromagnéticos más establecidos por referencia del tebeo... Por cierto, mejor haber mantenido en secreto su función, hasta el final de la misión... un pequeño pecadito adaptado a los tiempos, como el viaje racial del padre por la historia del nazismo en los cuarenta.


Acá lo que importa es el humor irreverente, la táctica del desorden y el factor del heavy metal, más edulcorado para no dañar lo escondido en mallas y melenas del pasado, apartados visualmente de la retrospectiva del rock psicodélico, más duro y lo que vino después... ¡pero muy simpático todo, oiga!

Tú ponle a Chris entre las piernas, una guitarra con claves invisibles haciendo un "in the air" y con la lengua descontrolada por la fiebre ochentera, y te monta un bacanal sonora, que te hará olvidar a los precursores de Watchmen en este universo distanciado DC. 

Bueno no olvidemos, que su peli y sobre todo, la serie de Damon Lindelof, estaban muy requetebien, ojalá vuelvan pronto a la Tierra... Manhattan nos vigila.


Si bien... todo, todo, comienza con un baile, postureo alienado, diría yo... Sus chistes caen en lo grosero, por que lo valen, o prostituido humanamente como espectadores invitados a la fiesta sexual del prota y sus botas de cuero brillante... nada que ver con Elvis, o sí... Yo quiero marcha, marcha... marchaaaa.

Lo otro, lo inhumano, sería una comida de tarro bajo la luz de la Luna...

Libando a Tierra... Entre dos mundos.

- Hi, soy una extraterretre y te quiero ligar... pero, hablo de ligoteo salvaje, eh.

- Yo soy PeaceMaker y me estás taladrando la cabeza, por no decir otra cosa... mentalmente hablando, digo. Por cierto, tu familia licuadora... ¡bien gracias! Hostia, se me han enganchado en el cañón de mi alma, tus trompas de falopio...

Es que todo es culpa del guión, que no se corta, es de The Court Enterteiment y WB tv, con terremoto Gunn, para el lanzamiento en HBO Max que nos restriegan las ganas de volar, junto a su Eagly. Ese con plumas y cariñoso como mascota, que te protege como América, joer. O no... porque armas, hay por un tubo y alienados también.

Pues bien, Pacificador más caliente que el láser de Cyborg... desata su condición de expresidiario para enfrentarse al padre, más a la derecha que la carga habitual de sus ajustados pantalones... qué son mallas, joer... pues eso, la mariposa maya... 


Bueno, pues va el bueno de Chris y comenta: "Has dicho ligar o libar, porque aquí se liga menos que en la Liga de la Justicia... Estoy para saltarme una misión entre tus labios, mariposa libadora, me presento voluntario... ¡Ay amiga, Alien-A!

Claro el amor, incluso la amistad, todo está pervertido en esta serie, que incita con el sarcasmo invertido por bandera a la carcajada, mientras los marcianos o del planeta que sean, han venido a salvarnos, con un gusanillo oculto a lo Ridley Scott, pero más arriba... o abajo, depende de la situación en que se bifurquen los fluidos y las risas.

El deseo es tan vitriólico como la fidelidad, surcado de chistes cruzados entre especies y géneros irreproducibles, dejando errores minúsculos a la voluntad de sus personajes, que surcan la frontera de la corrección y el gore, en manos del dominio de la mente o la masacre visceral. El acto que se prepara... es plácido y pegajoso, como una vaca de Milka explotando en el prao... Pues ese, la viscosidad, es el otro golpe que faltaba para destacarnos entre los Venom de turno (el segundo más perverso y sangriento) y anticipado en el Morbius, más soso de Marvel.

La diferencia es radical... 

Un adicto al sexo, Mr. Cena con hambre insaciable, un nazi frío como una máquina de matar en obsolescencia T-1000, hoy Dragón Blanco por Mr. Patrick, un psicópata y vigilante creido con katana y gracia a lo Freddie Stroma, el trío irreverente. Junto a una lesbi negra de grandes proporciones, como su empatía sociable y amistosa, un jefe rarito con un millón de amigos libantes, un vecino bailarín y cotilla, un villano de baja catadura, como el sabor a queso en sus dedos o JudoMaster del ganchito... una rubia inteligente, increíble que sea sexualmente poco activa... y un nerd de más de cuarenta tacos, con conciencia. ¡Un pandillón basurilla, vamos!

Sólo nos queda una invasión, en referencia a Verhoeven, o de ultracuerpos con forma de libélula... pues poseen menos luces que una luciérnaga zombie, en apariencia. Aunque voraces como Brundle Mosca. Y la mayoría con cuerpo, de policías, no vivientes, lo que hay que libar... xDio, rey del heavy metal.


¿Hay alguien ahí todavía...? Pues sí, algo recuerda a Lo Oculto, Hidden para los adentros del scifi... La mente escucha, pero planea grotescamente, captado por ondas espaciales con patas en forma de contagio vírico, esto es una pandemia de lenguas foráneas.

Pero muy bien, eh... No te aburres ni un momento, ni te ablandas un ápice tras noche cerrada sin luz... porque la esta ramificación extravagante del Universo Dc, se burla de la situación de Arkham y sus fugas eternas, como por ende de Gotham, con todo su presupuesto y su vigilante Luna...

Sí, sus personajes atraviesan esa línea invisible, que converge entre la luz y las sombras, pero con más gracia que Batman... Hala, ya lo he dicho, bichos. Y eso que era cine negro... Una de mis debilidades, gracias a los replicantes y Bogart...



Moon Knight.

Dicen los jeroglíficos egipcios que, el faraón debía guiar su barca solar, sobre una serie de pruebas hasta enfrentarse con la gran serpiente llamada Apofis y vencer el mal para acercarse a la última exigencia de los dioses. Allí navegando en su nave pilotada por súbditos más serviles, debían pesar el corazón de su cuerpo embalsamado hace poco tiempo, en la balanza de la verdad, para satisfacer el volumen de su sabiduría, rectitud y bondad del ser humano, frente al peso de una pluma sagrada o conciencia de Maat. Lógicamente más para un dios con los pies en la arena.

Esa diferencia de levedad, era exigida para poder penetrar al Campo de los Juncos alejando las tinieblas, en un grado de sabiduría y bondad suficiente para ser aceptado entre los dioses, la Gran Enéada, y así su nombre podría alcanzar la felicidad eterna siendo uno de ellos. Y olvidarse de vagar entre las sombras mortecinas, ante la reencarnación de Ra que revisitaba sus dones, mejor que perder la batalla frente a la diosa cocodrilo Ammyt, que devoraría su impuro corazón. 

Eran lo que veían a menudo, parte trasera de hipopótamo, delantera de león y cabeza de cocodrilo, si has navegado por el Nilo, entenderás algunas cosas... Si era aceptado, entonces esperaba el Aaru o paraíso reinado por Osiris, juez soberano de la religión egipcia. Ahí no entra la producción de la serie Moon Knight, si bien se esfuerza en conseguirlo y queda en la puerta... y eso que tenía todas las bendiciones y vistas panorámicas para el rodaje.


Moon Knight, el dios Khonshu del universo marvelita en la voz grandiosa de Frank Murray Abraham, consecuentemente, el paso del tiempo, algo más positivo en la serie como hijo del mismísimo Amón... hijo de Amadeus y El Nombre de la Rosa, hijo de un sirio cristiano ortodoxo, desplazado a USA por la hambruna. 

Se distancia de los superhéroes denominados clásicos y sus trastornos egocéntricos, curiosamente, y se aferra a esta mitología inmortal, que se cernía sobre la batalla final del cuerpo momificado, preservado para obtener la vida eterna. Sobre todo, los poderosos ciudadanos del antiguo imperio egipcio, aunque aspiraban todos a ella en diferente medida, incluso los soñadores, la búsqueda fundamental o personal, entre luz y obscuridad, muerte no definitiva quizás. Poder entre los elegidos. Tal vez como Spector, abrazar una segunda oportunidad tras la muerte, como otros que adoptarían su forma con la luna en el pecho.

Por eso, fueron sus creadores Doug Moench y Don Perlin (amo de mi roquero favorito Ghost Rider), los que otorgan al lunático dos personalidades distintas gobernadas por el dios del cambio lunar, que discuten los márgenes ocultos de lo correcto o la justicia, de la amistad y la venganza, y de eso llamado universo caótico sobre el amor. Que no diferencia a dioses de mortales, salvo por la lunarkinesis, ni siquiera para las vendas temporales que ocultan sus rostros heridos por el miedo o sus momias en el armario. Además de ser comparado con El Hombre Murciélago, excepto por su problema del trastorno de identidad asociativo, que alimenta sus diferencias en la mente, como la venganza.


La esencia visual de la serie Moon Knight permanece durante los escasos cinco episodios de esta primera temporada para Disney+, pero no soportan el peso de una estructura hueca, ni el paso de los límites espacio-temporales, donde no se controlan las visiones mortificantes de los héroes, y de la acción que se ahoga en las mareas inconsistentes del tiempo y la arena soportada. Es decir, en su parte última.

Existen constantes referencias a las relaciones entre ellos, monstruos y dioses, pero la búsqueda de la verdad esconde lagunas o distracciones, donde la historia deja de importar y los personajes quedan amortajados por una realidad que parece una pesadilla onírica con Teuris y su equilibrio en el Duat, más allá del Imperio Egipcio y su concepción en Escarabajo Escarlata. Esto es, que no acabas de interesarte por sus aventuras, ni sus obras sagradas, el culto de los egipcios. Supone una excusa para construir un superhéroe con intereses accidentales en relación a la balanza de la justicia, nuestra cultura moderna de tv.

Todo sucede por casualidad, como en los caminos de un sueño del que acabamos de despertar y no recordamos sus etapas, con la perspectiva de su firma Jeremy Slater, del que desconozco los trabajos para la tele, The Exorcist y The Umbrella Academy... no me llaman mucho, la verdad. Al director Mohamed Diab (El Cairo 678) y con el enfrentamiento de Oscar Isaac y Ethan Hawke, eso sí, pero no suficiente para dejarnos extasiados. 

Son los dos extremos de esta balanza, que no conseguimos estabilizar aunque los dioses se convierten en gigantes a los pies de la Gran Pirámide de Giza, o las estatuillas ocultas en los márgenes de su templos dedicados a sus divinidades, tomen vida más estilizadas, respecto a sus creencias religiosas del pasado y sus hermosos dibujos en piedra.


Por tanto si The Peacemaker tiene los pies plantados firmemente en la tierra, aunque su mente divague entre las estelas grotescas del universo... este Moon Knight no soporta el viaje del culto antiguo y el Juicio de Osiris, salvo un poco de misterio identitario al principio. Ya que va dando tumbos entre figuras de un mismo plano dividido en la tierra, que convive con aquella antigüedad faraónica que muchos valoramos o adoramos, por sus grandes hazañas en muchos aspectos. 

Lo grotesco por tanto, vence a lo elevado o lo magnánimo de la cultura, en este tablero donde las fichas se mueven por la narración del cómic, con un humor que se bifurca en favor del abanderado de los antiguos Watchmen, conocido como aquel, El comediante vs Metamorfos, que fue en la serie Siete Soldados de la Victoria... 


Era previsible a simple carcajada irreverente, la victoria es para él, el Pacificador de la frontera, un chiquito de armas temer y su pistolón... ¡Pobres butterflies!

Moon Knight por ahora, deberá esperar en la sombra y jugar a los momificadores... ¡qué no se descomponga! 

¿Hay algo más soso, que el avatar de Horus...?


domingo, 26 de junio de 2022

HALO. Season I

 

Etimológicamente, la palabra proviene del latín "halos", que daría nombre a un fenómeno luminoso consistente en un cerco con colores pálidos, que suele aparecer alrededor de los discos solares o los formados alrededor de la Luna.

También califica a un aspecto menos visible cosmológicamente hablando, como un artilugio de soporte metálico que rodea y se conectaría al cráneo. Con la función de evitar que vértebras cervicales se descoloque y así, controlar posibles daños físicos o neurológicos.

En el contexto cinematográfico o visual, identificamos una crítica, para mí un comentario u opinión personal o interesada, que buscamos para identificarnos con algo o dirigimos contra ese trabajo artístico. Si se trata de una serie de televisión como esta HALO, con la que millones de aficionados o fanáticos del videojuego, se identifican o rememoran tras numerosos minutos de sus vidas explorando esos mundos, se puede convertir en una factura a pasar al propietario... Como ya ha ocurrido con otros universos multifandom.

Por ello existe una razón innegable, que desnuda a quien no es un usuario habitual, a los mandos de este tipo de productos de entretenimiento, y es que si bien otras obras se basan en narraciones literarios donde la imaginación es su mayor poder de atracción, en el caso de juegos digitales con sus gráficos de alta calidad, ese aspecto queda reducido al espacio descubierto en pantalla. Y por ende, la crítica artística queda sojuzgada por sus legiones de admiradores, que descubren sus virtudes visuales y los episodios narrativos de la saga en cuestión... También de los detractores, si la misma es positiva, pues conviven halos humanos de todos los colores.

Un ejemplo... JRR Tolkien creó su propio universo y lo instaló en las mentes de muchos de nosotros, lectores, pero no se vio condicionado por una memoria clonada, ni por la magnitud de las texturas o el aspecto minucioso de los rostros de sus personajes. Esas claves fisionómicas o, incluso las localizaciones, podían ser muy descriptivas o concisas, pero abiertas a la imaginación... No una imagen perfeccionada de los personajes o los espacios.

HALO es otra cosa, de la que conocía sólo aspectos circunstanciales de la historia, y algunas concepciones básicas de sus exoesqueletos... Es decir, un halo en la superficie del juego.

Real Player One...

Mr. Steven Spielberg, el productor ejecutivo, lleva tiempo coqueteando con las imágenes procesadas en sus últimas películas, creándonos expectativas digitales de un mundo acondicionado a la denominada inteligencia artificial. Un creador que pasó de ronronear con el diablo, desde el interior de un capó de camión, o modificando las estructuras culturales de generaciones anteriores, condicionadas a millones de bytes actualizados, en una especie de pesadilla o juego.

Ahora nos invade junto a Amblin TV y el socio digitalizado 343 Industries, con esta visión de HALO que comienza con una invasión y mucha acción del mismo estilo a Real Player One,.

Su halo, casi divino ya, nos deja otra vía, "televisiva" y expedita al éxito, aunque la crítica es eso, una distorsión de la realidad y puede producir confusiones en la mente de los espectadores.

Todo comienza con una explosión de movimiento digital, que te lleva a un estado de excitación sin parangón, diciendo para tus adentros, hasta dónde va a llegar esto y adónde te van a llevar, xDio.

Pero, calma... esto no es un videojuego sin tregua, que emerge de la programación descarnada o multiplicada hasta el infinito, con los tiroteos en manos de un Jefe Maestro, que viaja a unos 117 hertzios del corazón.

En los tiempos ambiguos de la literatura juvenil, los enanos metaleros, forjaron esas indumentarias impenetrables que protegían el órgano vital, de manera que podían ir a la guerra, a pecho descubierto... bueno, más o menos, porque las verdaderas guerras siguen siendo una escabechina, sin exoesqueletos o superhombres.

Luego, otra camada de arquetipos bélicos, con expresión de guerreros medievales, continuaría la épica de las batallas campales, forjando una sucesión dinástica de Ivanhoe o los Caballeros del Rey Arturo, hasta llegar a sobrevolar digitalmente, la superficie ferruginosa de la Tierra, e instalarse en los salvajes corazones en serie de la exitosa, The Mandalorian, o estos exclusivos Spartans de la artesanía videojueguil o bélica en primera persona.

Se decía antiguamente, sin mirar al Maestro Supremo del Suspense, que lo que comienza con una gran explosión que altera los ritmos biomecánicos... como es este primer capítulo de HALO... corres el riesgo de estampar tus huesos en el horizonte de sucesos... es decir, acabar con tus sesos revueltos dentro del casco, por inanición o impotencia.

Por tanto, poco a poco, capítulo a capítulo, debes crear ilusiones o alterar las estructuras de la composición, para no acabar despedazado por los alienígenas aburridos, al otro lado... o perdido, qué es peor en cuestión narrativa.

Pienso, por tanto, que ese primer capítulo te conduce a ese estado de excitación, que puedes experimentar en un juego de acción, sin exagerar demasiado también, eh... ya que, la historia se bifurca y presenta a algunos personajes, que prosperan en mundos paralelos que se apartan del caos destructivo de The Covenant y el descubrimiento de el HALO.

El Pacto...

Es difícil llegar a un acuerdo, y más si se trata de la OTAN cosmológica entre planetas y sus fuerzas de choque, cuando te desplazas por la línea temporal de una producción basada en un legado de patrones que desconoces, pues no te has zambullido en la evolución de sus personajes. Suponiendo que esos niños, metalizados, se puedan convertir en verdaderos replicantes con nuevas vidas en otras plataformas, sin mirar atrás... claro, tú tampoco estuviste ahí.

Emergen como verdaderos contrincantes ante tu realidad espurea, esperando que te cuenten cosas, que otros conocen con años luz de ventaja sobre ti... Por eso, puedes caer en la desesperación y pensar... pero bueno, ¿cuándo va a caer otra bomba...?

El pacto de los extraterrestres, bien diseñados como malditos machos cabríos o satanases del espacio, es marearte con su lengua indígena, para mantenerte entretenido o algo por el estilo... Sin embargo, el índice de descomposición va en aumento, el pacto se desquebraja por el poder de una piedra o anillo, que tarde eones de tiempo en demostrar su poder maligno, o no... Depende de las manos que lo manoseen, pero vamos... sin ninguna estrategia narrativa, tampoco.


En el espacio, los gritos no se oyen, se diluyen como puede ablandarse la materia gris o la perspectiva de esa narración, por no decir las escenas de acción, que parecen suministradas a cuentagotas, en manos de una doctora que nos distrae... Es decir, por Natascha McElhone..... que agradablemente volvemos a ver, tras mucho tiempo de dejar de investigar sus pasos en el cine, tras su aparición en The Truman Show, Ronin y la caída metafísica en la nueva versión de Solaris. Un recuerdo a Stanislaw Lem, un polaco especial que está más allá de los cielos. Más concretamente, en el Olimpo de la literatura de la ciencia ficción.

A Pablo Schreiber, canadiense hermano de Liev y con sus casi dos metros de estatura, no lo veía venir ni de lejos, a pesar de haber rodado sin zapatones de plomo, por Los Amos de Dogtown o la serie American Gods. El resto es todo nomenclatura física y química.


Son nueve capítulos, y HALO divaga en el siglo XXVI, se desvía del camino de UNSC, se dispersa por Paramount+ y regresa... ¡quizá demasiado tarde! Porque la dominación de las voluntades, está en esa nube del ciberespacio inconcreta, como una voz o conciencia virtual, dónde no sabemos quién ordena y manda. En teoría los guionistas y el director de la serie, pero sin demasiado fundamento o ideas renovadas... un gusano es un gusano, una piedra es una piedra... y un halo es una imagen, poco más. Para algunos entendidos en los gráficos de la original, muy poco sexualizada, digo Katana, claro.

Los aliens, particularmente, tienen poco peso, más que cuando revientan en última instancia, esa dominación de la voluntades que pregonan, es más bien, la de siempre, las propias entre seres humanos, una guerra trillada entre su pasado y el futuro, pasando por la mente de los científicos que hablan como visionarios y, la funcionalidad de los soldados ante las órdenes. The Covenant, salvo individualidades gráficas, es un palco con los viejitos de The Muppets, pero sin gracia, ni sarcasmo.

Para reflotar la nave, hace falta construir un halo adecuado que se adapte a la estructura, a las palabras, no un revoltijo de personajes y expresiones basadas en un futuro, que es el pasado del videojuego. El Pacto sería ese, identificarnos con ellos...

Spartans vs. Aliens

En las definiciones de la serie, the Covenant viaja por el ámbito fundacional de la ciencia ficción clásica, alterado por esas agresiones entre la humanidad y el apetito extraterrestre, que ha caracterizado a la radio con Orson Welles y el cine de los primeros encuentros, tras la tercera fase... la cuarta sería el contacto físico, la siguiente emocional o... yo qué sé.

Tenemos a Katana metida en nuestro cerebro, sin despertar la obsesión metafísica o literal de las formas, y ahí nos hallamos, en un juego asexualizado, tirados en el horizonte de una producción que no sabemos que camino tomará, dicen que independiente, ya veremos. Con todas las salidas que hay... 

Bueno al grano, realmente, a un servidor me da igual, porque no he jugado con estos aliens, ni al mus... Es lo que tienen los ADN´s, que no quieren jugar porque se aburren... o no quieren aprender las reglas del entretenimiento grupal. Al final, acabaréis encendidos con el mando de la consola entre las cejas o el casco... Por cierto, los colores identificativos para qué son... ah, eso, para identificar nada más. Vale, entiendo.


HALO en primera sesión, aterriza con un estruendo, que puede alterar el curso de nuestras vidas en un contubernio entre especímenes, y se asemeja a una inmigración desafiante, que trataría de suplantar los rasgos identificativos del otro, hasta hallar el arma definitiva de la devastación o aniquilación de la vida, o convertirla en nutrientes básicos, glup.

Estamos más cerca de los insectos de Starship Troopers al mando de un divertido Paul Verhoeven (y algo de Robocop), con menos mala leche desértica o criminal, o aquella de la de los ejemplares magníficos de las sagas emprendidas por el espacio cinematográfico de Ridley Scott y sus ácidos vitales o metafísicos. Para destripar o fundir, entre fauces y salpicaduras.

Todos en busca de una servidumbre exponencial que reverencie al Gran Hermano en la Tierra, o se rebele a los propósitos de sus políticas como en Dune... hasta que despierte del letargo y pelee por la supervivencia real, con los ultra-invasores de nuestra especie, tan inteligente, como sabrosa... vamos, ¡una vaina!

No encuentro más palabras, tampoco las hay... así que, vamos a por los bits y sus ritmos de bots. Que no Beatles, ni las piernas herméticas de Elvis, la Pelvis... He ahí, la cuestión robótica.


Es verdad que la programación se adapta perfectamente a las imágenes de los protagonistas y sus aspectos neutros, que los ceros y unos crean un contexto adecuado con matices visuales y movimientos perfectos en las escenas digitales, que algunos aliens dan escalofríos con sus armas avanzadas o las prehistóricas, y que el traje de los Espartanos se ajusta a los cánones de la ciberguerra estilizada y poderosa. poco punk para mi gusto... pero... las cabezas no acaban de funcionar... esas mentes pensantes... No hay ni rastro de Mad Max y así, no hay manera.

Necesitaríamos más chicha en este enfrentamiento, que se queda limitado por los encuentros armados y la perspectiva de los escenarios, pues se espera a algo, que no aparece, es una ilusión óptica, por ahora.

HALO es un juego de caracteres imperfectos, que no acaba de arraigar en el aspecto científico de las modificaciones sensoriales de los personajes, pero ejerce su magia en la visualización programada, entregada áridamente a fascículos. Tal vez, entonces, sería una película de éstas de taquilla masiva, que vienen con un halo de excelencia visual y universal.


Al final, degustamos una especie de versión pirata del juego, con muchos espacios temporales perdidos o huecos, en un ámbito demasiado trillado ya y con escasas novedades en la navegación de la historia central... la otra, mejor olvidarla, salvo el malo despiadado... aunque desconozcamos por otro lado, su procedencia desértica y las motivaciones, qué ya es importante también.

Esto es Esparta, o no... Pues aún nos quedan muchos soles y lunas, para encontrar una nueva dimensión. Son los jedis en replicación miriclodiana, con más músculos que luces. Con más cara, primeros planos muy cercanos, que espalda.... Escorzos visuales a la digitalización, con arte. Chau




Cinemomio: Thank you

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