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lunes, 31 de octubre de 2022

What We Do in the Shadows. From III to IV

 



Tal vez recuerden aquella serie titulada Matrimonio... con Hijos.
Pues bien, aquí tenemos ésta que se aproxima al paroxismo familiar sin dejar títere con cabeza, pues todas las reflexiones, complicaciones o agradecimientos, se ven reflejados en la familiar estructura de Lo Que Hacemos en las Sombras.
Eso sí, con esta estructura que recuerda de manera crítica socialmente, a las viejas series de televisión con nuestros queridos monstruos, pongamos que hablo de La Familia Addams o The Munsters.

La primera para la cadena ABC desde la tira caricaturesca de Charles Addams en el New Yorker, desmontando al tradicionalismo del humor familiar y sus relaciones particulares con los vecinos humanos y sus puntos de vista, tan monstruosos... por supuesto, en fabuloso blanco y negro.
En segunda posición, algo más cercano en nuestra filmografía contemporánea ¡para algunos inmortales, claro! Porque volvería a resucitar en más tonalidades humorísticas, con Fred Gwynne, Yvonne de Carlo y Al Lewis, como insuperable abuelo vampiro y sus nietos. Una fantasía entusiasta de la actividad vampírica en familia con reflexiones intrascendentes... 

El anciano Nosferatu que nació sobre el 1922 y como sinfonía del horror en el cine de la mano del gran Fredrich Withelm Murnau e interpretada climáticamente por Max Schreck, no fue correspondido homónimamente por la familia testamental de Bram Stoker. Siendo contemporáneo a la llegada de estos simpáticos vampiros de nuestros días que arribaron hace más de un siglo a la costa norteamericana en Staten Island, y sus alrededores. Ahora que hay transportes más veloces, que un aleteo o una mareante travesía con el viento en la velas o las primera turbinas del siglo XX en adelante.
De ahí absorben la esencia por sus cuatro costados, los principales convidados al baile de los vampiros americanos, los neozelandeses Jemaine Clement y Taika Waititi, en su versión más desternillante y surrealista.

No voy a considerar dramáticamente, las diferencias entre las dos temporadas a las que me refiero en esta entrada, pues la base tiene la misma capacidad de hacer reír al telespectador... aunque haberlas, haylas... Si no, serían idénticas y no habría capacidad para discriminarlas en su escenario tradicional. Metafóricamente hablando, como buen observador de la naturaleza inquietante... y conquistadora, según sentenciaría Vlad El Empalador.

Así, cuatro perspectivas del vampiro moderno, reflejadas en divertidas entrevistas documentadas con nuestros ojos puestos en sus colmillos, ssssshsss... desde el 2005, con la mente de sus comediantes  creadores enfocando a la vieja Europa (Londres) y su nueva perspectiva al otro lado del Atlántico, para atracarnos ladinamente en los muelles de N.Y. y sus reflexiones húmedas.

Génesis...

Ahí estaba ese pequeño corto, vampírico, como un recien nacido que tiene todo por aprender, y que sonríe como un tonto, cuando no toma unas rabietas, que ríete tú de un Demolition Man. El muchacho con sus gracietas de adolescente, algo consentido... y sino, nos enfadamos... fue creciendo, alimentándose de carcajadas foráneas en todo el mundo, desconocido. 
Hasta acabar collinrobineándose, para hacerse un largo independiente con condecoraciones al mérito energético, es decir, que tomó su mayoría de edad en 2014 y comenzó  a volar por sí solo. Tanto que llamaría la atención de Robert Redford, bueno de su festival de Sundance y lanzado al estrellato o la tumba pútrida de sus intestinos, ya como joven cautivador en los escenarios, resurgido en la serie que nos ocupa desde 2019. Gracias a D... Drácula y sus daños colaterales con lo digital.

De sus protagonistas principales, que todavía aparecen ocasionalmente en la tercera, no poniendo sus sellos solamente en la misiva... No quedan ni los huesos, clavados por una estaca de haya. Porque haya o no pasado, siempre quedan los vampiros y sus reuniones cautivadoras en el sofá.
Nandor el Deseado por todas las mentes, de dónde saldría este nombre... quizá de Sandor de la antigua Hijas de Drácula, también llamado y adoptado por un inmortal Kayvan Novak. La pareja explícita con sus deseos y posiciones de todo tipo, compuesta de Nadja la Alaska o Natasha Demetriou y Lazslo o Matt Berry, que ejercen de padres adoptivos genéticos, que no protectorado.
Sin olvidar al servidor fiel e incorruptible, engendrado por la Cruz de Van Helsing... lejánamente, of course... que ahora abre las puertas del infierno personal, caracterizado en Harvey Guillén y el señor de las moscas, las cuentas, y los cuescos malolientes, generado energías que acaban estallando, con la savia de otros, por las formas de Mark Proksch. Geniales con sus diversos vampiros y tonalidades.

Sus primeros pasos, nada titubeantes de cara al otro lado, oscuro pero magnético, cargado emocionalmente de paralelismo humano... fueron un pelotazo en la mediana población de Wellington, donde todas las conversiones, conversaciones, contraproducentes, desconsideradas, macabras, hilarantes también... se hacen realidad. Como los sueños de poseer la mejor de las personalidades, evitando los males modernos y otras tensiones psicológicas, con sus contactos de primera instancia en el barrio, incluidos hombres lobo o sirenas, presidentes de su comunidad reservada, por una o dos cabezas, de buena familia. Ser coronados con una pareja a la medida de nuestros valores tradicionales, o no, cargados de conocimientos nuevos, una verdadera enciclopedia informática, para nerds internacionales, dispuestos a todo en la acción, incluso atravesar los muros del pensamiento crítico y derrotar a los enemigos más temibles, tener un buen ´órgano` para tocar los éxitos de todos los tiempos, un buen y rentable negocio como ejemplo de Moloko o clubes de la sangre Blade, engendrar la nueva generación de vampiros, del género que sean... cambiar el diseño de nuestro hogareño confort.

Esto es lo que hay en las sombras, a la luz vivaracha y cálida de los focos, todos... un verdadero, falso documental que te destornilla por dentro, hasta que vomitas la realidad. O te la tragas... para siempre, o acaso ¿no eres un jodido vampiro? O de los Collin Robinson, de toda la vida...
Pues eso, ¡a aguantar el claqué!

El Cantar... de los Chupópteros cantarines.

Esos batmanes modernos, tienen modales, pero no están bien domesticados aún... a pesar de los cientos de años que tienen a sus espaldas aladas. Algunos, no hay forma que entiendan, que los tiempos han cambiado y las reglas, ya no van con antiguas tradiciones (libertades sexuales, ejem...), gustos por la comida en carne ajena (no hay derecho... o sí, no sé, tal como está el Derecho Penal u otros)... ni por supuesto, condiciones de trabajo, del cultivo de la amistad, el amor no digamos, las escapadas, libres o amortajadas, las compras, adicciones, educación, visitas en casa, la historia del arte, más vampírico... y las humedades. De todos los estereotipos.

Es un documento gráfico, de toda la nomenclatura que los rodea como seres sacados del Mal, que en nuestros sueños, nos hacen temer su condición o soltar una sonora carcajada... Es lo que merecen, hasta los que están en segundo plano... Con ciertas distorsiones.
Los vampiros son una adicción en sí mismos, una epidemia del humor en Lo Que Hacemos en las Sombras, que no se detiene a pesar de los malos tiempos. Al revés, pueden mejorar como los buenos tintos que surcan vuestras arterias llenas de colesterol. Y sino, a ver acudido más al gimnasio o no haberos zampado, hasta a vuestros vecinos... Es que no tenéis ningún control, de vuestras capacidades...

Son pasión estos tipos, hasta sentados en un sillón con bata anudada en la cintura... pudiendo llegar a parecer una verdadera familia... Guilleeelmo, tráeme las zapatillas, por favor... que se me están acumulando las humedades de esta noche, en los pies. O mejor, acércame la lámpara del djiin, ese, que le voy a pedir un buen calefactor...
Bienaventurada, familia... Cada uno por su lado, que muestra sus esencias vitales y las desarrolla sexualmente, porque los vampiros no hacen miramientos... a caballo regalado... pues eso, desternillante desarrollo de todas su adicciones y saltos de moralidad.

Aquí exhiben colmillos, tirando ficha a todo, no se dejan nada, las decisiones incómodas, sus efectos en el resto de miembros, las contraindicaciones y consejos saludables, que siendo vampiro, te las pasas por el forro, desde luego. La demostración de tus habilidades, aunque no las tengas, pues la mentira es un bien que está en auge, que se lo pregunten a los políticos... Las conexiones con las grandes estructuras ocultas de la sociedad, la publicidad que te mete sus cálculos por los ojos, los medios con sus programas favoritos, si bien sean de bricolage o las galas, esas, en busca de nuevas caras.
Que pueden acabar tiradas en el olvido, o con la voz cercenada por la gravedad.

Pero, tras etapas de intransigencia con los demás, apariciones en escena con el Conde por montera del salón, sobre todo si viene acompañado por Doug Jones, de todos los huesos de santo. Nuevos ejemplares de chupasangres semejantes a las góticas gárgolas, sedientas de punto G, de los deseos monstruosos, como la muñeca diabólica... pero, ésta deja algo que desear, no siendo tan irreverente como se creía o podría haber sido... aquí recuerdo a ese conejo, fumador y malencarado, absorbido en el interior familiar y especialmente por las minifaldas de la hija, de la serie Infelices para Siempre, inolvidable, romántico empedernido, pues no... Más bien, vitriólico y descarado afectivamente.

Y por último, la llamada La Guía, que nos deja un poco desnortados, aunque al final tiene una pequeña mejoría y la podríamos hacer un huequito en el corazón, atravesado por una estaca... Y los otros miembros de la familia de la Cruz, a los que no he visto la gracia, la verdad.

El Nuevo Testíc... Testamento.

El acento de los tiempos es la clave. También, el de cada uno de los ejemplares cogidos al vuelo, porque sus identificadores son el habla, y las acciones emparentadas, con la historia y la mitología. La historia de los monstruos, tan humanos.

Estos tipos, nos toman por el pito del sereno, multiplicado por dos. No comen, ni dejan comer, siempre dónde pueden poner el dedo, afilado de uña, en ojo ajeno. Normalmente siempre mortal como nosotros, que nos vemos reflejados en ellos, curiosamente. Es un espejo de doble cara, risa, palo y risa de nuevo, para finiquitar lo vivido.
Es el testamento que se ha ido acumulando a través de aquel maldito Val Helsing, que rodeaba y tiraba a matar, nada de artes marciales... y los hechos que tenemos más cerquita, como los desamores de machos y hembras, o lo que sea. Por eso, lo llamarán Nándor el Indescifrable, digo yo.

Es el jefe de una tribu especial, que desangra hacia nosotros, esperando una ducha que nunca llega, para limpiar sus almas condenadas hasta el infinito, mira al Conde y comprenderás... No necesita votaciones para llegar a hacer leyes, observa su Comité Supremo Vampírico, una lucha de egos, que no sirve para nada, es lo normal.
Pero no es capaz de mandar en sus sentimientos, evaluar sus relaciones amorosas, comprender al otro, como uno mismo... bueno eso sí, se quiere, si es capaz de salir de sus cuarenta y tantos, depresivos, y encontrar su mordida en el mundo. Ahora deberá mirar al futuro, y deliberar con su propio yo, si la estirpe debe continuar... Sin embargo, el joven siervo va cumpliendo sus añitos, ha decidido dar el paso y salir a la realidad... No va a ser fácil, tener un enemigo poderoso, de la Cruz y Van Helsing, a la vez.

Un choque entre la tradición, antibíblica, o al menos diabólica... y el cambio regenerativo de los tiempos, entre sexualidades superpuestas... Yo creo que en el fondo, se quieren... Mientras la pareja tendrá que pensar en otros negocios para el sustento y la mirada gafapasta de Collin Robinson, el de siempre, convertido en sorbe-esencias, se olvida para hacerse eterna, de nuevo. Ñam, ñam, vuestra energía es la suya, aburrida, como la vuestra, que ahora es suya de nuevo... bueno, un ciclo sin fin. La vida moderna, alienada, vampirizada...
Por tanto, el testamento en el horizonte, será la casa. Como en aquella otra de Stranger Things, que promete ser un campo de batalla, o una lucha en el barro entre rivales armados o armadas, con tangas... en fin. Son imaginación de un servidor... que no un siervo, es diferente...

Los perros, los hemos olvidado, meando en algún callejón. No cualquiera, que os metéis en un berenjenal de coj... y no tenéis pasta, y llega la Navidad... No, que no eran necesarios, en esta cosmología del vampiro encerrado en casa 4 y viajes internacionales, para reconocer a los antepasados que fuimos, somos entre nos. Son más cercanos, los enterrados a 6 mts. de la puerta, con profundidad gótica de los serial modernos en contraposición a la vida real y sus diversos disfraces, tan de moda, desgraciadamente. Un chirrido en el ambiente de 10 puntos, frente al volumen del equipo y sus carcajas en una restauración dramática, cuando la palma el de al lado... Es broma de obrero de la construcción.

Esta sátira de la sinrazón humana, está como hipnotizada, según nos adentramos en nuestro propio conocimiento y condición con los demás, inhumanos. En tele, nai-clubes, ataúdes incómodos, sus retóricas, nuestros combates, internos o no, tutorías del niño, sacar al perro, bustos parlantes, como los ancianos de los muppets, no, no llegan... una pareja de hecho, y deshecho, jaja, se queda corta... y la muñeca más famosa, se dirige a... no.
Una entrevista con el vampiro o mockumentary de ésos, la cuarta empieza sin sangre, pero va increscendo hasta el clímax, que pertenece ya a un par de generaciones, que la hemo... globina, os aproveche... la vuestra propia, digo. Salud y fuerza al...

Hala, llamad a la vecina del quinto y buen polvo... a la luz del sol. Jeje.
Risa floja... o lo otro, cicuentones del barroco... que no sois vampiros... de aquí a la eternidad... si los pedos, os lo permiten.
Hala, otros a buscar un pisito compartido... de solteros... parásitos, púberes, chupasangres... o lo que sea... que os creéis inmortales... y no. Se acabó, lo que se daba. Nihilistas de los coj... ah no, que soy yo. Sorry, ya me voy.

Por Stoker y Le Fanu, Bela, Lee, Murnau y Dreyer, Mr. Hammer Roy Ward Baker y Lang... Que fue M, también. Neil Jordan y Jarmush... Anne Rice que D.e.p. y el próximo Blade ¡Nosferatu...! 
Por cierto, que rara es la de Mr. G.A. Romero... No digo ná, xDio, ssshssss! Ajo y agua... bendita... Vamos, cerveza...



Cinemomio: Thank you

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