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domingo, 25 de junio de 2017

The Martian.


La vida es una tómbola... de luz y de color rojo.

Hace un puñado de años, parecía imposible un viaje a los planetas más cercanos a la Tierra, hoy pensamos en mandar una nave tripulada por humanos a Marte, mientras el cine y la productora 20th Century Fox presenta la nueva película de Ridley Scott en el Festival de Cine de Nueva York, con el título The Martian.
Para ello, se entrega a un argumento basado en los avances científicos y la calidad visual, transformando el desierto de Wadi Rum o Valle de la Luna en Jordania, en un mundo marciano castigado por terribles tormentas, y los estudios Korda y alrededores húngaros en las salas avanzadas de la NASA.
Así comentaba Scott (desde su primer y magnífico largometraje Los Duelistas, todo evolucionó como dijo don Hilarión: Los tiempos cambian que es una barbaridad), su trabajo al lado de especialistas de la agencia espacial para preparar los datos reales, respectos al clima marciano o la resistencia de los organismos: "Cuando intentas grabar imágenes 'sin gravedad' es como si estuvieses en El Circo del Sol. Moviendo la cámara de aquí para allá... puede volverte loco. Y a los actores también".
Ridley Scott sabía "hace meses, pero demasiado tarde" que la NASA había encontrado agua en Marte.

Tanto ha cambiado el panorama espacial, que el astronauta Mark Watney interpretado por Matt Damon, se ha ido infiltrando en los últimos tiempos en el género de ciencia ficción, con resultados casi legendarios para algunos. Por tanto, también ha cambiado sustancialmente su vida como actor, desde que en 1988 participara en aquella Mystic Pizza. De hecho si el anuncio de la existencia de agua en Marte hubiera sido un poco antes, Matt se hubiera dado de bruces con algún tipo de glaciar y su mundo reducido en el invernadero habría mutado científica y biológicamente hablando.

Matt Damon se ha convertido, con su estilo simpático y templado, en un héroe por diferentes terrenos de la acción, enfundándose en trajes espaciales con voluntad férrea de mostrar que, es válido para aventuras más elevadas (de momento, volverá con Bourne, la construcción de la Muralla China o un trabajo más terrenal y esperado de la mano del gran Alexander Payne). Mientras, Ridley Scott intenta devanar los sesos para lograr de nuevo encandilar a los antiguos seguidores de primeras fantásticas películas, siempre interesado en el cosmos e historias de supervivencia personal (aviso de nueva trilogía de Alien, sin la teniente Ripley suponemos). Scott desde 1979 dirigió su mirada a la navegación por otros mundos alejados, con resultados destacados en el recuerdo del aficionado scifi.
Pero el secreto o logro de suscitar en los espectadores, el suspense tiene sus pautas y no tienen que ver, tan sólo, con la calidad fotográfica y visión artística. Para ello ha contado con un guionista en ascenso Drew Goddard, director de La Cabaña en el Bosque que adapta en Marte, el libro de Andy Weir.

Además, Scott confiere a sus personajes, una perspectiva épica para sobrevivir a las diversas amenazas, casualidades catastróficas, por factores sofisticados de seres, más o menos, evolucionados. La supervivencia tiene dos pilares fundamentales, dominio del medio y el abastecimiento de agua o alimentos, necesarios para transformar a sus protagonistas en luchadores, sustitutos del hombre o depredadores. Sin embargo, en 2015 (33 años después de la obra maestra Blade Runner) el director británico aprovecha ese empuje inercial de contemporáneos viajes intergalácticos, para ofrecer en The Martian, efectos probables de una dramática evolución en territorio inhóspito, con procesos biológicos forzosos en un ambiente tan agresivo como el planeta rojo.
Materia que queda apartada en otras vicisitudes de héroes del cine actual, pues se busca la efectividad de la acción o la imaginación; con algunas excepciones, como sucede en filmes como Naves Misteriosas o la reciente Gravity, abordando la complejidad de los viajes espaciales y el riesgo de pérdida de exploradores en el gélido vacío.
Así con la conocida misión del Apollo XIII, el público comprobó que esos problemas (debidos al escaso margen de error en medio hostil) o términos como distancia o tiempo, eran un objetivo tan alejado de nuestras posibilidades futuras, como el mismo Marte. En cambio, el hombre tras la cámara (como viajero tras la visera de su escafandra) se convence de que el abandono significa inanición o defunción, porque la necesidad de experimentación siempre intenta sobrepasar nuestros límites, de resistencia o del conocimiento. Sencillamente, la elección de decisiones futuras en caso de un peligro vital, y real.

Ridley Scott se entrega a la recreación de mundos en territorios salvajes, intentando hacer comprensible a una mayoría de público con conocimientos básicos, la tecnología, biología o botánica y la navegación cosmológica o uso de materiales. Si bien, mantener su interés de interés durante más de dos horas y cuarto, y desarrollar un argumento que fluctúe adecuadamente, debe transpirar suspense sin excesos. Es decir, que las casualidades no se apoderen de una aventura de supervivencia tecnológica. No siempre se consigue.
Para este viaje, harán falta este tipo de hombres y mujeres dispuestos, resolutivos como la pareja Damon y Jessica Chastain, más científicos que persigan un sueño de la humanidad para colonizar nuevas fronteras fuera de la atmósfera terrestre, como héroes de la mente, Scott se rodea de actores de peso y convicción como Jeff Daniels, Sean Bean, Kristen Wiig, Kate Mara, Michael Peña, y un convincente Chiwetel Ejiofor, cada vez más presente en grandes producciones (Triple9 de John Hillcoat o Doctor Extraño de Scott Derrickson).

Para mí, uno de los principales problemas es llegar a aceptar a Matt como científico del máximo nivel, esa capacidad de convicción para separar el recuerdo de otros personajes de acción habituales. Pero, a pesar de determinadas elecciones en rodajes de esta categoría, entre aciertos y dudas, el objetivo de la cámara siempre se dirige a la recreación de ambientes, en juego del espacio y la ciencia, como unos ojos femeninos y masculinos que se reencuentran a miles de kilómetros del hogar, con un baile del que dependen sus vidas e ilusiones. Mientras en ese sepulcral silencio, el latido acelerado de sus corazones (o último aliento) irá destinado a la solidaridad y el compañerismo:

- Este es el comiendo de una bella amistad.
- Pero, sólo eso Jessica, que los gustos musicales nos convierten en mundos alejados.
- Sí, siempre nos quedará Marte para recordar. O no...

domingo, 4 de junio de 2017

Miss Sloane.


Pelirroja de armas... soltar.

El director de Postmouth (Inglaterra), el británico John Madden tuvo su éxito más importante tras la cámara con una representación que jugaba a la confusión de géneros en el teatro clásico. Una mujer interpretando en un mundo prohibitivo, donde los hombres tenían la llave del escenario artístico y de una sociedad de marcado rango sexista o machista. Desde luego, el de Shakespeare y otros siglos venideros, no estaba caracterizado por la igualdad en muchos campos (incluido la política), por lo que mujeres de otras épocas y actrices contemporáneas, luchadoras como Jessica Chastain se han ido convirtiendo en las abanderadas de un feminismo más combativo, para reclamar aquellas injusticias históricas y ciertas discrepancias actuales con un mundo dirigido, esencialmente, por hombres.
El director británico, tampoco ha perseguido el alegato contra los políticos estadounidenses, sino que ha desvelado los subterfugios internos del Derecho Constitucional. A través de una ficción ideada por el guionista nobel, Jonathan Perera, al identificar a una agresiva lobbysta llamada Elizabeth Sloane interpretada brillantemente por Miss Chastain, triunfalista y revolucionaria abogada que se implica en una personal cruzada contra el comercio de armas de fuego y en la defensa social de aquellos ciudadanos anónimos y caídos por las balas... hasta ser identificada con el propio carácter de la luchadora madre del escritor.

El caso de Miss Sloane, interpela a métodos inadecuados, a la fuerza de los gestos de una actriz extraordinaria, que dedica su esfuerzo a componer un papel difícil de ser reconocido en ciertos ámbitos estadounidenses. Es como si aquella muchacha enamorada de Shakespeare in Love, se hubiera enfundado el traje combativo en estos tiempos, y se hubiera dirigido a la cámara con los ademanes masculinos o la carga triunfal de "lo prohibitivo" para una trabajadora en un mundo dirigido por hombres.
En cada expresión, se nota su implicación y la libertad otorgada por Mr. Madden, la consagración y la lucha de una actriz con ciertos galones, que escogió este personaje por la gratificación personal y la lucha contra los intereses económicos de los poderosos lobbys norteamericanos, por encima de la seguridad o la vida de los ciudadanos.
Miss Sloane, además, tiene un plan perfecto. Su inteligencia y habilidad para el diálogo (con algún as en la manga de su americana), demuestra que las mujeres no necesitan otro tipo de armas, para hacerse sentir, siquiera el sexo. Aunque ella lo practique al estilo de un verdadero tiburón de las finanzas y las trampas consentidas por una pobre ley.

El guion indica que un país moderno y avanzado, puede transformarse en un extravagante paraíso para los corruptos, donde los mayores de aquel Exótico Hotel Marigold, se verían engañados por los mandatarios y la utilización de los recursos públicos, en su propio favor.
En este sentido, el director alcanza un alto grado de credibilidad y responsabilidad con lo desarrollado argumentalmente, ejerciendo tras la cámara de acusador y jugando con el suspense, para adaptarse a cualquier terreno y servir como un notable reparador de los excesos de la política. Sobre todo, sirviendo en bandeja de plata, los próximos movimientos de Jessica para el lucimiento profesional y el combate contra el exhibicionismo mediático de las asociaciones legalizadas por el Congreso de EEUU, los contratos armamentísticos y sus principales representantes públicos. Aquí comprometidos en las manos polifacéticas de grandes actores como Sam Waterston, el canadiense y televisivo Chuck Shamata o el siempre sorprendente John Lithgow, que forman un duro equipo en contra de la ´dama` que deberá acogerse a la Quinta Enmienda en su defensa.

Apenas hemos despertado a una pesadilla existencial, cuando la violencia va recorriendo las calles y escuelas. Cuando nos encontramos chapoteando sobre una tremenda e inquietante ciénaga, tragándonos el fango removido por los sucios medios sugeridos por la política y la justicia, sellando nuestros ojos ante el panorama de corrupción, disimulando la agresividad permanente que aparece a diario en los medios de comunicación... aunque, de vez en cuando, nos encontramos con un remanso de optimismo con ella. Gente comprometida con los inocentes, proponiendo en forma de largometraje, un horizonte más esperanzador sobre el pensamiento pacífico de futuras generaciones.
Acercándonos a la idea de una convivencia en paz. Esto es, sin instrumentos de tortura o muerte. El amanecer, tras una serie de noches consecutivas de insomnio, sexo de pago y pastillas (no tan anormal como parece), de alguien que se adelanta a los acontecimientos para buscar el triunfo, a través de cualquier resquicio judicial. El plan de una feminista y luchadora, llamada Jessica Chastain.

En el camino de la victoria, quedan historias de horror e intrépidos ciudadanos, enfrentados por la libertad de sus silenciados vecinos. Que, sin embargo, ven como sus derechos son pisoteados por el poder de esos "lobbys" e intereses económicos en defensa de una terrible y arbitraria Segunda Enmienda o derecho de los civiles a portar armas para ´protegerse` de amenazas, que podría ser ellos mismos o sus hijos. Curioso, o no...
Voces muertas que, no han alcanzado el nivel necesario para hacerse notar, trasladando la necesidad de sus objeciones o la conciencia colectiva contra esta violencia injustificada. Miss Sloane llama la atención con su medios masculinizados, de numerosos matices y decisiones comprometidas, lanzando una telaraña inmovilizadora hacia los defensores de la posesión indiscriminada o venta de armas de fuego. En el otro rincón de este ring cinematográfico, y legal, nos encontramos con un polifacético Mark Strong, un estupendo actor que emprende una encarnizada y amistosa batalla con una de las actrices más entregadas del panorama actual. Son los dueños del escenario, dominadora y sorprendido jefe, más bien, colega. Pues, acepta la lección con admiración.

También, destacables las actuaciones de jóvenes como Gugu Mbatha-Raw (La Bella y la Bestia), Michael Stuhlbarg o la canadiense Alison Pill, que acreditan su buen hacer, frente a la fuerza de sus mayores. Son los alicientes dramáticos y sorprendentes, de un caso revuelto que promulga la Constitución americana y el derecho meridianamente confuso, no tan favorable a la convivencia en escuelas y las familias, al deseo de sus hijos de pasear o estudiar, sin ningún tipo de amenaza sentada en el pupitre de al lado o en forma de bala perdida que impacte en su cabeza... gracias a la simpatía de un grupo anquilosado y anticuado ideológicamente. ¿Adónde llegaremos?... qui lo sa.
En esta batalla de nervios, creo que todos perdemos... unos, los votos necesarios y otros el dinero para otras necesidades. Mientras el periodismo, se cubre ante un juicio que investigue los errores en la entrega de esas armas manchadas con sangre inocente, y las pruebas conseguidas por medios más arbitrarios que adecuados para un equipo de colaboradores del derecho constitucional. Una de arena ensuciada y otra de cal, viva, como la piel pálida y atractiva de Miss Chastain.

La película se pierde en grandes diatribas, desprende libertad y conocimientos técnicos por todos los poros, gracias al guion que progresa en intensidad y en la trama elaborada, como un puzzle donde las piezas encajan en los dedos de Jessica y sus compañeros. Con la habilidad de sus neuronas, construir un caso que podría ser monumental y liquidar algunos resortes gangrenados, con el fin de terminar con el riego ilegal de muerte en sus barrios y salpicados con armas manchadas en nuestro futuro. Porque, ¿qué es una propiedad sin niños que la hereden...? Una mascarada o engaño, con cómplices en las cortes de justicia y motores de próximos actos violentos, accesorios que intervienen en la vida de los ciudadanos para continuar ganando dinero a sus espaldas. Gracias al terror y oscuros contratos firmados con las empresas de fabricación de armas u otros proveedores legales.
Un expolio de vidas inocentes y un camino legal para la multiplicación de dicha posesión legal o transacciones con dinero manchado, que se denuncian con complejos sociales, en este notable biopic judicial. También, un fondo terrible del dolor humano, con ejemplos y declaraciones de algunos miembros desangrados por la violencia, a medida que se descubren esos supuestos "accidentes" domésticos en crecimiento exponencial en los últimos años.

La mecha que enciende una automática pesadilla, propagándose de unas familias a otras, de la que se aprovecharán indudable, y desgraciadamente, los pistoleros. Las mentes desequilibradas o sociópatas, la prensa sensacionalista, los políticos con contactos siniestros y, especialmente, los vendedores y mercaderes en negro (o traficantes). Ejemplos de errores cometidos durante la historia violenta de la humanidad, con muchas empresas y etapas que aniquilaban la convivencia, mediante un proceso incivilizado. Donde cuerpos cubrían las calles, acribillados a balazos y las nuevas generaciones se descomponían a la intemperie.
Hoy, revivimos una vuelta atrás con otro estallido insufrible de violencia y terror. El cerebro humano se divide en dos zonas diferenciales, una pulula por ese lado oscuro y la atracción por instrumentos de sufrimiento, otra por la zona sabia e inteligente, que no se resigna a una responsabilidad subsidiaria. Que se enfrenta a tales procesos degradantes o mortales. Dirimiendo una batalla interminable, a la vista de todos (incluidos menores), sin medir las consecuencias de su influencia en esas mentes poco formadas o estables. Así, Miss Sloane se involucra con firmeza y valor, más allá de lo recomendado para un ciudadano medio, frente a grandes corporaciones o instituciones corruptas.

Esa responsabilidad inherente que demuestra Jessica Chastain, es lo mejor de la película, y alguna que otra medida sorpresa. Una actriz dedicada a otros logros sociales y apuestas futuras, como las deportivas de Molly´s Game de Aaron Sorkin o las repercusiones de una fama precoz en The Death and Life of John F. Donovan, dirigida por el indomable Xavier Dolan (también actor en Martyrs), junto a un excepcional reparto. Si bien, sus siguientes trabajos serán La Casa de la Esperanza dirigido por la neozelandesa Niki Caro, y otra mujer la contrata como una fotógrafa del gran Toro Sentado, en Woman Walks Ahead, la directora Susanna White (Our Kind of Traitor), en esta ocasión, reclamando derechos de los indígenas.
En definitiva, una carrera admirable en busca del pensamiento solidario y la acción, que Miss Sloane trata de infundir en la memoria colectiva por medio de un cambio necesario, especialmente en la visión masculina de la sociedad y los derechos heredados de sus compatriotas. Restos de una sociedad acostumbrada a enterrar a seres queridos y jóvenes desprevenidos en ajustes sangrientos... A la cinta se le puede acusar de algunos excesos, pero nunca de su necesario mensaje.

De otra manera, seguirá aumentando el número de bajas, el peso de mandatarios sobrealimentados, el producto del comercio indiscriminado o las torres de oro de quienes manejan el cotarro a la sombra de la justicia... señores de la guerra. A costa de mayor inseguridad y desprotección de los pueblos. Por tanto, se podría decir que, la posesión de armas no combate la muerte indiscriminada o el dolor, lo multiplica con numerosos casos o ejemplos, que quedan de manifiesto en la película Miss Sloane.
Una guerra inamovible como el pensamiento que se resiste a ese cambio en el comportamiento... el deterioro de nuestros valores como seres civilizados.
La queja no será relevante, hasta que los gobiernos atiendan nuestra demanda contra el terror, de cualquier lado, allí y en todas las latitudes del planeta. Y se comprometan a acabar con esta lacra, asesinos en serie, desequilibrados, maltratadores o violadores, terroristas, sobre un mercado libre, que provoca un verdadero cisma en las familias.

En el futuro, habrá que buscar la erradicación (física y psíquica), de cualquier resquicio mental que intente someternos con violencia y el miedo.

Tráiler The Zookeeper's Wife (o La Casa de la Esperanza), de Niki Caro.





Mamá.



Tras producir una serie de largometrajes junto a DreamWorks Animation, en mi opinión bastante desiguales, como fueron Kung-Fú Panda, El Gato con Botas y El Origen de los Guardianes (con buenos números en recaudación), Guillermo del Toro se compagina en estas labores económicas de producción con otras dosis creativas de género terrorífico.

Las dos últimas han tenido acercamientos de cierto interés, pero decantándose invariablemente hacia la profusión más comercial. Con "Don't Be Afraid of the Dark" primero, y ahora arropando al director novel argentino (y afincado en España) Andrés Muschietti. Una historia de espíritus compungidos, clásica, escrita junto a su hermana Bárbara y basándose en un anterior corto con el mismo título.
Sin embargo, todo lo que comienza bien, puede torcerse. Incluso si la película en cuestión está interpretada por una de la actrices más atractivas del cine actual. Jessica Chastain.

Sin lugar a dudas, los caminos de la espiritualidad son anchos en la cinematografía mundial. Es un género demasiado trillado para que nos pillen novedades de sorpresa. Pero, Mamá tiene un inicio prometedor que va desinflando su poderío, a medida que los 100 minutos van propagando la figura del ente fantasmal. Creo que un ligero recorte en la duración hubiera sido un acierto.
Desde luego, qué pena. Teniendo a una Jessica (de cabellera morena corta) y bajista en un grupo de punk-rock.

Cabe reseñar que la película es una Coproducción Canadá-Española, que aumentará las arcas de sus respectivas productoras. Una buena noticia, por que ya estrenada en 329 cines y 378 pantallas, Mamá ha recaudado una media de 6.941 euros por pantalla, datos que representan el mejor promedio del fin de semana. Además de España, Mamá también conquistó la taquilla en su fin de semana de estreno en Estados Unidos y está siendo un éxito internacional.
Por contra, el éxito comercial no acompaña a la calidad de la cinta, destacando las interpretaciones (sin alardes) del resto de sus características técnicas, incluyendo los efectos digitales.

Cierto uso de encuadres interesantes para dar mejor perspectiva del suspense, ruidos infernales de gutural efectismo, carreras y golpes, fotografía y recuerdos en flashback con diferentes ajustes de luz y color, ritmo... Las niñas bien controladas.
Pero en cambio, cuesta redondear un film. Sobre todo si es de terror.
No caer en la simpleza y el tipismo es un asunto peliagudo en la actualidad. Y pienso que Andrés Muschietti lo tiene en cuenta, pero no consigue hacer que el final tenga suficiente entidad "espiritual" y cualitativa.

Aún así, felicitaciones por los exitosos números en taquilla y animar a más producciones Del Toro, con ecos positivos en la cinematografía española. Guiones mejores llegarán para otras películas de mayor calidad.

** Floja **



De vuelta al terror ochentero.

No tengas miedo a la oscuridad está basada en una historia pequeña, rodada para la Tv a finales de los setenta. Una película de terror (típica con niño) que rinde un respeto a las cintas de terror de las décadas 80 y 90.

El guión está coparticipado con el director y dueño de la productora Tequila Gan, Guillermo del Toro. Algo, se nota su mano en la creación de estos mundos espectrales y mágicos. Prevalece el poder de la imaginación y las pesadillas infantiles.
El film tiene referencias directas con su filmografía. El director novel Troy Nixey, coge lo mejor de Guillermo del Toro para crear su atmósfera particular. Dando prevalencia a los sustos con juegos de iluminación, ruidos y susurros amenazantes. Se dota ciertamente del imaginario Del Toro, con cercanía a El espinazo del diablo o El laberinto del fauno (salvando las diferencias).
Por supuesto, no estoy comparando sus trabajos directamente. Sólo digo que si comparten una visión y gusto por asustarnos por medio de suspense, y tocando las pesadillas de unos niños con cierto problemas familiares entre los adultos.

Una mansión del siglo pasado. Escaleras de caracol, vidrieras y un fantasmagórico sótano en la oscuridad. Realmente, la casa es la verdadera protagonista de la cinta. Acompañada de los crujidos y quejas de sus moradores.
Los protagonistas cumplen con su cometido (aunque Guy Pierce me parece algo distante). Mejor y adaptadas a su papel, convencen Katie Holmes y la pequeña Bailee Madison.

Por último, unos seres (un poco chillones en el digital) con mala leche. Encerrados y dormidos, hasta la aparición de la niña en el caserón.
En el rango de los cuentos clásicos (duendes y gnomos). Son la referencia de los miedos nocturnos en nuestra infancia. Además, éstos se comportan violentamente, buscando satisfacer sus necesidades de sangre nueva e inocente.
Los Gremlins de Joe Dante, sin embargo, éstos de "No tengas miedo a la oscuridad" con casi nula comicidad. Los Ghoulies o Critters alocados y diabólicos o Poltergeist la amenaza de lo desconocido, etc... serían los precursores de esta cinta agradable de ver (por los sustos).

Lástima que todo el trabajo realizado en la primera hora, vea apagada su atmósfera en los últimos minutos de metraje. Lo que hace decaer su tramo final, pero quedando un cierto sabor de haber entretenido más allá de sus posibilidades técnicas.
No se le puede pedir más, tal vez, y ese es su mérito.

** Pasable **

Sentido del humor particular, con los Gremlins:


El verdadero gremlin de la Naturaleza (su hábitat restringido son zonas del Sudeste Asiático, como la isla de Borneo. Tarsius:

martes, 31 de marzo de 2015

A Most Violent Year.


Unidos, separados en familia.

Ni por asomo tres películas consolidan el futuro de una carrera cinematográfica, pero si se convierten en la base de un comienzo, sobre todo si tienes 41 años, además eres guionista y los títulos presentados tienen un visionado esperanzador para los espectadores y la crítica. Un director que se relanzaría con su primer y comprometido largometraje en el Festival de Sundance, titulado Margin Call y llamaría la atención del propio Robert Redford que participaría posteriormente en su segunda aventura con Todo Está Perdido, convirtiéndose en el único y sufrido protagonista de un reto personal y de supervivencia.

J.C. Chandor director nacido en New Jersey nos acerca una historia con un nombre sugerente, A Most Violent Year que hace referencia a una etapa concreta en la ciudad de New York dónde se produjeron numerosos escarceos mafiosos y tratos ennegrecidos por la corrupción en todos los ámbitos de la sociedad. Para ella, ha tenido el inmenso acierto además, de contar con dos de los actores más interesantes del panorama actual, forman pareja de sentimientos y de sociedad con intereses comerciales. Quizás, algún otro oculto.
Jessica Chastain conforma un rol atrevido, sobre el filo de la navaja y la postura de la elegancia en cada paso que da, con una cara familiar y cercana junto a otra más radical y salvaje, mientras que Oscar Isaac realiza un recital interpretativo que va, desde la fortaleza de un hombre gestionando una crisis económica y la sobriedad gestual de un poderoso que recuerda a primos lejanos, como el Pacino de Michael Corleone o un Tony Montana mucho más centrado y cabal.

Cuando comienzan las primeras secuencias, nos encontramos con un abrigo de paño llamativo y un corte de pelo a lo Mia Wallace cambiado por un rubio típico de las damas de alta sociedad con un lado oscuro, pero que abren las puertas de la década de los ochenta representada magníficamente en esta producción de FilmNation.
La familia es la referencia y la diferencia fundamental que distancia la forma de pensar u obrar en este matrimonio, enfrentados por la entereza y los valores esenciales del ser humano. Durante la historia que nos edifica un imperio logrado de forma competitiva (pero sin coquetear con acciones fuera de la ley, en principio) se entrevé las diferencias de sus orígenes y las relaciones sanguíneas con el resto de familiares, que curiosamente no aparecen.

Sin embargo, si que tienen una fuerza por su trabajo dos actores muy diferentes entre sí (un asesor y un policía) interpretados por Albert Brooks y David Oyelowo respectiva y efectivamente. Ambos educados de forma radicalmente opuesta, pero con la misma intención de seguir una línea lo más recta posible.
Esta educación que no impidió que un joven conductor de camiones cisterna se lanzara al negocio del combustible en los Estados Unidos, cuando provenía de una tierra con menos probabilidades de éxito. Y aunque quemara todo rastro de contacto mafioso con la familia y los métodos ilegales de comercialización y producción, persistió para transformarse en uno de los más importantes hombres de negocios en un Manhattan con claroscuros, con espacios luminosos que sugieren violencia y habitaciones dónde se firman los contratos y el destino.

Chastain es una mujer de armas tomar y... ¡vaya mujer! Un sueño.
A su lado cualquiera puede parecer pequeño (interpretativamente), pero resulta que su partenaire es una bomba en expansión, tras su excelente trabajo con los hermanos Coen en A propósito de Llewyn Davis (y otros registros como en Ágora, Drive o Las Dos Caras de Enero) que le han permitido entrar como cabeza de esta familia del cine. Entre las grandes interpretaciones vinculadas al mundo de la mafia, mantiene siempre el pulso y la cabeza bien alta con su aspecto físico e imagen inmaculada.

Se narra la aventura empresarial de un hombre con una ambición innata, que sin explicación posible, trata de conseguir todo lo que se propone más allá de la posición social o el poder, sino un reto personal. Aunque no le guste a su, no frágil, esposa. Todo bajo la tutela en la dirección de Chandor, que rueda con estilo clásico y conversaciones dirigidas con pulso académico y racial. Con paseos en travelling por los barrios y las circunvalaciones por las que marcha el oro negro, palabras sacadas de las entrañas de sus personajes y dichas con realidad apabullante, un elenco bien seleccionado completado por Elyes Gabel, Alessandro Nivola y Catalina Sandino Moreno; o una fotografía que intercala los interiores lujosos con secuencias al aire libre luminosas, lanzadas con reproches policiacos, extorsiones y otros problemas sobre la clase trabajadora.
Aquí en El Año más Violento, J.C. Chandor se enfrenta al crimen y el miedo, dónde el director retrata a los mafiosos y su ética recordando a los clasistas del Séptimo Arte, y la verdad es que logra una curiosa y atractiva película.

Una apuesta, es que logra una secuencia para la posteridad y el interés de los cinéfilos, con una persecución cargada de tensión y elementos novedosos por los vehículos y la iluminación de la perspectiva. Recuerdos de otros conductores que manejaron entre La Huida y el Bullit de Steve McQueen, o el Frankenheimer dividido entre el Robert Shaw de Domingo Negro (novela del mismo autor que El Silencio de los Corderos, Thomas Harris) y Gene "Popeye" Hackman tras los paso de nuestro recordado y gran actor Fernando Rey.
Por el contrario fuera de los escenarios más amplios, cuando observamos los primeros planos con el peinado engominado del protagonista llamado Abel Morales, envuelto en su capa para los negocios contra los actos violentos (no tan sangrientos como en épocas anteriores) y estados de corrupción se refleja todo ese trabajo de composición que no siempre se acentúa. Aquí, es un acierto tan necesario como discreto.

Una época que significaría el comienzo de una etapa oscura en la economía norteamericana, y que recuerda por otras latitudes los casos que han hecho saltar por los aires a instancias europeas o mundiales, copiadas en aquel pasado criminal basado en el poder y el dinero. Porque mientras las amenazas y los asaltos a plena luz del día se multiplican, y empieza el debate entre la libertad de movimientos o la protección familiar, comienza esa batalla entre la sangre, el poder y el posicionamiento recto de un hombre que ablanda los corazones demasiado duros con su ideología empresarial. La fría y pura competencia.

Este J.C. Chandor se posiciona como director a seguir en el panorama futuro, con una película A Most Violente Year que mantiene y recuerda las producciones del pasado sobre las relaciones empresariales con la ley, o el asesoramiento en los negocios con la postura de los trabajadores. Mostrando las diferencias sociales y económicas a uno y otro lado.
Siempre bajo la figura alargada de un Padrino que aparece como una sombra, rubia y unos labios carnosos que se pronuncian con contundencia frente a la delincuencia del exterior, con el fantasma del desempleo y los estados mentales marcando el final de los acontecimientos narrados.

*** Notable ****

America For Me - Alex Ebert (A MOST VIOLENT YEAR Soundtrack)


domingo, 25 de enero de 2015

The Dissapearance of Eleanor Rigby.


Ella y él, con Ellos.

Como un tema mundialmente conocido de The Beatles, muchas canciones o algunos instantes de nuestras vidas que pueden desaparecer de los recuerdos, para quedar impregnados por un aire fantasmal que tememos revivir. Por ello, las películas basadas en estos momentos vitales y sentimentales, es decir la realidad más cruda, se identifican con la elaboración de los personajes como método de otorgar una mayor credibilidad a los diálogos que establezcan entre sí.
Luego, en alguno o varios de ellos, la memoria selectiva rellenará con pensamientos o decidirá con las imágenes del pasado que acciones emprender en nuestro presente.
Rememoramos una y olvidamos otras, o al menos lo intentamos.

Así, en la película The Disappearance de Eleanor Rigby (que no es aquella mujer solitaria que cantara Paul McCartney o pudieran ser todas) se toma prestado el título de un recuerdo fantasmagórico en Liverpool. La figura de la mujer o Ella, se establece en contraposición al cerebro masculino y sus distintas formas de interpretar algunas cuestiones, dónde se refugia el director neoyorquino, a seguir en su carrera recién iniciada en el largometraje Ned Benson, para emprender el viaje en el tiempo de las relaciones en pareja. Con un guion propio que indica los cambios dramáticos cuando dos personas dejan de confiar el uno en el otro, pasando por todas las etapas posibles en dos formatos que se convirtieron en tres.
Dos películas, de ella y él según la visión de cada protagonista, para confluir en un único filme remontado bajo la batuta de Weinstein para reducir el resultado estético en la pantalla.

Por tanto, he decidido que la partícula (Re-) sea la indicada para guiar los pasos de este retrato del tiempo en este comentario.
Siento que esta desaparición se transforma visualmente en Reaparición con Jessica Chastain tras su explosión interpretativa en 2011, remontando su participación en producciones no demasiado complacientes digamos. Una actriz que desarma a los espectadores con su presencia pálida y cobriza, una fuerza e intérprete natural a pesar de la estatura y un trabajo entre el énfasis dramático y la predisposición para enamorar a la cámara. Creo que su valor aumenta cuando se enfrenta a papeles alejados del cariz comercial o fácil, por lo que me alegra su vuelta a personajes intensos y llenos de alternativas en su mundo interior. Veremos a la actriz pelirroja en El Año más violento, de J.C. Chandor junto a Oscar Isaac, David Oyelowo, Alessandro Nivola y Albert Brooks.


También, es un filme de reencuentros. Cuyos personajes retoman las conversaciones pendientes tras una fractura, en busca de sus propios caminos y revelados sus cambios mediante cierta brillantez en las palabras expresadas. Unas veces usadas como puñales y otras como salvavidas en el naufragio.
Cuando es necesario abrir una ventana para la renovación del aire pero el impulso se queda en intenciones, entonces aparece James McAvoy (Él) para aligerar algo de tensión, o aumentarla. Restablecer el estado caótico sucesivamente hasta refugiarse en la soledad de un club o un restaurante golpeado por la crisis económica y espiritual. Sus errores provocan la reparación o el rechazo, sin término medio, o le quieres o le dejas con sus recuerdos selectivos como fiel representante del género masculino. Dispuesto a tomar las cosas como vienen, o quizá no. Aquí su próximo estreno Victor Frankenstein de Paul McGuigan, con Daniel Radcliffe y Jessica Brown Findlay.


Incluso con las tontadas y bravatas junto a su amigo interpretado por Bill Hader, se reencuentra livianamente con el humor dramático, a mucha distancia de sus voces en películas de animación o de las colaboraciones de éste con Greg Mottola o Judd Apatow. Con más campos a frecuentar como su participación en Her y próximos atrayentes proyectos.
Mientras la atmósfera se espesa o diluye con las resonancias que remarcan los estados de ánimo temporales, acercamientos o tragos para olvidar, mediante los sonidos musicales de Son Lux, un joven compositor y mezclador (Looper). Y también de los ambientes musicales, anteriores a las resacas emocionales. Estará en el nueva película de David O. Russell, Accidental Love. Reparto: Kirstie Alley, Jake Gyllenhaal, Jessica Biel, Catherine Keener, Beverly D'Angelo, James Brolin.


En esta película (o dos más) de La Desaparición de Eleanor Rigby, también destaca por el reparto con renombres famosos, pues los padres tienen algo que decir con su experiencia vital. Y, a veces, es lo más recalcable e importante con secuencias repletas de expresiones, sentimientos y reproches, intentando buscar una luz que alumbre las sombras de su pasado.
En este camino lleno de tropiezos y apertura de nuevas etapas, se entonan frase que actúan como resortes hacia otros comienzos y perspectivas. Aquí, nos reencontramos con actores cercanos (por sus extensas y ejemplares carreras) como William Hurt e Isabelle Huppert, los padres de ella.

(Picture The Moon and the Sun, Sean McNamara. Reparto: Pierce Brosnan, William Hurt, Benjamin Walker)


Una mujer rebasada por la vida y re-viciada con elementos sacados de su lujosa pinacoteca, comparte las verdades con efluvios aunque éstas duelan, o las equivocaciones se conviertan en cariño en el futuro. A su lado, a distancia en la misma mansión, reside un Hurt anclado en la resistencia, como forma de lucha contra la monotonía y la pérdida de la pasión.
Ya que, sobre todo, la Desaparición de Eleanor Rigby es una historia sobre la pérdida, el reencuentro y la vuelta a la pérdida, sucesivamente. Incluida la relación con una hermana menor, confidente e interpretada por Jess Weisler.


El otro profesor, es un actor que encarna al padre de él como Ciarán Hinds, destinado para papeles de carácter, que esta vez revierte su carisma en la relación paterno-filial con intervenciones que dejan huella. Una relación olvidada por sus propios traumas personales y la separación de su chico ya convertido en hombre en busca de un guía luminoso sobre su cabeza.
La reestructuración de todos los acontecimientos que se relatan en esta revisión, es según muchos críticos su punto débil. Pues ha sido remontada en un Ellos, que parece no reflejar el trabajo completo de la interpretación ni complejo del montaje de Ned Benson. A lo cual no puedo dar respuesta porque no he podido contemplar la idea inicial. Otro misterio a resolver en el futuro de sus resueltos protagonistas, incluida Jessica Chastain como productora.

Un último reencuentro, sería a través de una profesora con gesto impertérrito y duro de Viola Davis, que comienza con una reprobación abierta hacia la amistad, como un resorte de su propia incapacidad o un rebote con el género humano. Capaz de expulsar cualquier acercamiento sentimental y acercarse a la intimidad de una chica perdida, hasta reconvertirse en una especie de confesionario que ayude a ambas a reconocer sus defectos y tener otra actitud. Es como la madre comprensiva de Eleanor, aunque más oyente que consejera, pues lo esencial lo debe afrontar uno mismo. En definitiva, es otra magnífica peca de naturalidad en la blanca piel de su amiga, la Chastain (Criadas y Señoras). El próximo trabajo de la Davis está a punto de estrenarse con el título Blackhat - Amenaza en la red, de Michael Mann y protagonismo de Chris Hemsworth.

Al parecer podría haberse obrado de forma distinta, y el resultado de la post-producción más experimental tenga un componente más contundente que el reciclado. Pero, el comportamiento humano y de pareja queda patente, con conversaciones brillantes e interpretaciones francas. Eleanor es delicada y fuerte, a la vez... a pesar de espejismos y juegos de azar finales.

*** Buena ***

The Beatles - Eleanor Rigby

martes, 2 de diciembre de 2014

Interstellar.


Padre Nolan, qué estás en los cielos...

Es manifiestamente evidente que el mundo de la cinematografía en su género más fantasioso, la ciencia ficción, ha cambiado mucho en las últimas décadas, prevaleciendo la acción sobre el atrevimiento y las ideas. Las películas dedicadas al scifi en tiempos pasados se recreaban con historias repletas de criaturas inventadas llegadas desde otros planetas y viajes lineales en el tiempo y el espacio, ahora se tiende hacia el cómic o la posible búsqueda de respuestas para establecer teorías basadas en la nueva realidad.
Pero, como todo ha cambiado con los nuevos éxitos cosechados en el terreno de la cosmología y los avances técnicos en las expediciones espaciales. El cine de los últimos tiempos, trata de convertir las guerras de las galaxias en aventuras épicas y sesudas sobre la supervivencia humana, volcándose en el realismo más que en la imaginación.

No es de extrañar, de tal manera, que uno de los filmes imprescindibles de todo buen aficionado a la ciencia ficción sea de los favoritos del director de Christopher Nolan. Ya que muchas de las suposiciones que el gran Stanley Kubrick ideó en la historia del hombre moderno mirando al espacio exterior, han ido apareciendo en el horizonte de Interstellar, con más o menos bríos, sirviendo de fuente o ejemplo para muchos cineastas actuales. Entre ellos C. Nolan director nacido en Londres, con películas como Memento o The Dark Knight Rises. Lógicamente, algunas cosas han cambiado desde que el mono se alzase al espacio en los años ochenta, sobre todo, técnica y visualmente, pues el desarrollo digital ha revolucionado la forma de concebir el cine.
Si es para bueno o no, ya se verá con más perspectiva ´kubrickiana`.

2001: una odisea del espacio, fue resultado de una mente privilegiada para aspectos visuales y el estudio de las posibles capacidades técnicas del hombre en el futuro. Esto es, la imaginación.
Kubrick confeccionó una de las historias fantásticas más relevantes en el devenir de la historia del Séptimo Arte; ya que aparecían las grandes preguntas que han inquietado y sugestionado a los cineastas y artistas de nuestra época, dirigiendo los comportamientos o aptitudes del ser humano en el pasado hacia una nueva visión.
Una perspectiva evolutiva que aún no ha cerrado su círculo, y al que se van añadiendo nuevas capas. Magnitudes esféricas que se van convirtiendo en las protagonistas de estas aventuras cósmicas, ya mostradas en el filme relativo a la odisea espacial y ahora modificadas con las imágenes espectaculares de los rastreadores humanos.

Personalmente, he intentado desprenderme de los rasgos de la pieza maestra de Stanley Kubrick (con mucha dificultad) y no fijarme en todas las opiniones positivas más los prejuicios ocasionados por la crítica más agresiva frente al llamado “nolanismo”.
Sentado en la buta, dispuesto a orbitar en una gozosa aventura, me entregué a la observación de un espectáculo visual y sus innovaciones cinematográficas. Sin embargo, no he hallado muestras de dicha espectacularidad (las imágenes de diferentes universos, ya no es tan eficaz como antaño), ni restos de una epopeya dramática, fuera de los vórtices del sentimentalismo más ñoño.

Más al contrario, me he alargado como una extensión de la mente en el cuerpo vacilante, y he cubierto las dos horas y cuarenta minutos de duración entre frustración intelectual y aburrimiento generalizado. Poco o nada, se recuerda de la existencia de conceptos artísticos o miradas conceptuales del diseño de escenarios, y mucho menos de la poesía visual de la Odisea de Stanley. Los recursos técnicos no son suficiente carga para abastecer los deseos de un buen aficionado a la ciencia ficción, viendo espectaculares imágenes por las ventanas de una nave y una parte de su fuselaje. A no ser por la tecnología de una nave que parece aprovechar los nuevos avances en la resistencia de las estructuras frente a la velocidad y la atmósfera, para significar una mayor maniobrabilidad en las acciones del vuelo espacial.
La ambientación requería más explicaciones en el espacio exterior, pero principalmente aquí, en la Tierra.

No voy a profundizar demasiado en el aspecto científico y las derivadas que florecen del filme Interstellar, pues aparecen como un falso maquillaje de profundidad. Por ejemplo, si nos centramos en elementos esenciales como el mantenimiento de una vez que permanece en el espacio por un periodo tan extenso, o se oculta el proceso involutivo de una persona abandonada en el insondable vacío existencial. La singularidad del universo multiplicado en el abastecimiento de provisiones o la amenazante reserva de oxígeno tan relajada como obviada, para conseguir avanzar en el tramo final.
Tampoco haré demasiada “sangre” con ciertas resoluciones al considerar un robot como paradigma de la evolución científica del cerebro humano, cuando se asemeja más a una "gacheto" torre de alta fidelidad al estilo de los noventa, convertible en rueda dentada o remolino salvador.

Me he plegado entre agujeros negros, intentado penetrar en el horizonte de sucesos sin tener claro como alcanzar la velocidad de la luz, abarcando todo el espacio y tiempo necesario para doblegar el bostezo, con una propulsión extraordinaria aportada por un litro de café y paciencia infinita ante unos diálogos bastante mediocres, y he conseguido que el Tirón de Gargantúa no me tragara como un gigante hambriento de sueños, aguantando hasta los títulos de crédito. Pues, en su parte última está la esencia de una película que no necesitaba de tanta abstracción ni mensaje pesado durante tantos minutos de metraje.
Jaleado por los universos paralelos, me he estirado como la espina dorsal de un gato, entrando en el núcleo a través de la ergosfera en estado inmaculado, y no me he quedado traspuesto entre la cuarta o quinta dimensión de mi butaca del cine. Entre las estrellas, descafeinado, he resistido hasta el final. Quizá, lo más interesante.

¡Quédate! Decía mi mente... Pero, esta se debatía entre alterar el estado de las cosas o mirar de soslayo la esfera de mi reloj, en unos minutos que parecían no avanzar las manecillas.
No he contemplado aquella ansiada poesía conceptual, ni explicaciones de las incógnitas que surgen en la Tierra apocalíptica ni en un viaje de millones de kilómetros, por el intento de salvación de toda una especie.
Sólo me encuentro, una y otra vez, con palabras cargadas de contenido letárgico.
Y rostros cansados, demacrados, sin fuerzas para cumplir la misión de entretener, son los restos de una civilización que se destruye a sí misma, o es la imagen de unos actores circunspectos ante las pretensiones del director.

He visto cosas que vosotros no creeríais... a Matthew McConaughey entre sollozos, gimoteos y sentimentalismo barato, a la interpretación con menos brillo en la carrera de Jessica Chastain de las que he podido ver. A un robot con carisma entre una cafetera y un chistoso de sin gracia, a Matt Damon alejado de papeles de héroe y con sus músculos perdidos en la inmensidad gravitatoria, con Michael Caine centrado como siempre pero lejos también de ser recordado por este papel. Siento que tengo a Anne Hathaway atragantada (no en la garganta de Gargantúa) desde hace alguna película... y a Nolan creyéndose un máster del universo con su cámara de última generación, olvidándose de los buenos diálogos.

Interestellar no me aporta mucho artística ni visualmente aunque entiendo la fascinación por teorías nuevas, sobre todo de los más jóvenes, pero escasea de ideas científicas o premoniciones de algo más intangible. Así que estamos ante la lucha de la ciencia ficción o la imaginación, por supuesto, y un filme de entretenimiento.
Lejos de la obra maestra de Kubrick, siento esta película desprovista de emoción o suspense más allá del infinito, y con cierta tendencia al lagrimeo artificial. Una ocasión perdida de rememorar odiseas y consagran personajes míticos.
Es mi opinión... Recordando que no por tener opiniones contrapuestas sobre una obra, se es enemigo de nadie.

** Regular **

INTERSTELLAR Soundtrack - 05. Stay (Hans Zimmer)


INTERSTELLAR Soundtrack - 07. The Wormhole


2001: A Space Odyssey 1968 - Movie Soundtrack(Music By: Aram Khachaturian, Richard Strauss...)


martes, 31 de enero de 2012

The Help: un reparto femenino perfecto.
















El valor del silencio.


No todos venimos de una familia adinerada, ¡vaya obviedad!. Así, cuando en tiempos de postguerra, algunas de nuestras abuelas, jóvenes muchachas que venían de sus pequeños pueblos, se venían a buscarse un futuro en las grandes provincias, acababan sirviendo en casas de alto copete.
El Madrid o la Barcelona de aquella época. Mi abuela como muchas otras, sólo buscaban ganarse la vida con unas pocas monedas. Y sentirse protegidas ante la sociedad y la vorágine del hambre.
Pues bien, su destino fue trabajar de interna para esas familias de mejor posición, que les ofrecían ciertas garantías de prosperidad.


La contra prestación económica escasa por sus servicios: cocina, limpieza, cuidado de los niños, etc... El silencio en esos momentos, era lo mejor para todos, oídos sordos y no hacer comentarios, ni preguntas.
Una trabajadora incansable y nada "metomentodo", cumpliendo su trabajo como profesional y sin pedir aumentos de sueldo. Guardando un especial mutismo a los rumores y cotilleos que rodeaban a esas familias.

Sin embargo, The Help tratando el mismo tema, cambia este contexto español a una época en plena ebullición. Durante una época de protestas y reclamaciones de los derechos sociales de la raza negra en USA.
Una era cuya repercusión en todo el mundo, cambiaría drásticamente la sociedad americana. La lucha de personas humildes pidiendo ser tratadas como personas.

The Help está basada en el libro de Kathryn Stockett con el mismo título.

El film dirigido por el, también actor, americano Tate Taylor. Su segundo trabajo para el cine entra con poderío en Hollywood. No le faltará el trabajo en el futuro. Ha realizado un trabajo de dirección perfecta. Aunque ayudado por un elenco excepcional de actrices.
El guíon adaptado es un alzamiento de voz. Lo que parecería un simple comienzo sobre las actividades y labores de las sirvientas, cambia a las relaciones entre Criadas y Señoras, con dos razas y niveles económicos, totalmente contrapuestos. Esta magnífica adaptación de la novela, se convierte en un viaje por las extravagancias de las damas de la nobleza norteamericana, y por contra, las carencias y humillaciones de sus empleadas del hogar.

Desde luego, la autora del best seller, es buena conocedora de la zona donde se desarrolla está fantástica historia. Pues, nació en la misma ciudad de Jackson (Mississippi). Qué recuerdos de mi paso por la zona navegando por tan mítico río, y la maravillosa New Orleans. Ahh, la cuna de la música americana.

Un reparto colosal de actrices, en el que ninguna está de más. Todas cumplen su trabajo a la perfección, según los requisitos del director. Y aunque, el tema controvertido supone un esfuerzo suplementario, me parece que están todas maravillosas. Veamos:

Emma Stone: una pelirroja que pide a gritos, más papeles como el de The Help. Se agarra a su belleza exótica con un poder de atracción para el público masculino. En cada una de sus escenas está sencillamente encantadora.

Viola Davis: Tiene el carácter noble de su raza. Puede ser muy dulce, pero cuando tiene que defender a los niños o a los suyos, sufre una transformación magnífica. Si este año 2011 no gana el Oscar, será por pura mala suerte.

Octavia Spencer: Otra fuerza natural. Es la verdadera ganadora de todas las abuelas (como la mía), sus enfados monumentales y su simpatía innata, la hacen ser la mejor cocinera del mundo. Gracias abuelas del mundo.

Sissy Spacek: Gran actriz, recordada en grandes papeles del universo cinematográfico de todos. Da la tranquilidad y profesionalidad de los años y la consecución de muchos éxitos. No hace falta decir más, grande la Spacek.

Bryce Dallas Howard: Otra pelirroja de armas tomar. Su belleza no tiene parangón y la fuerza de su interpretación (difícil su papel) le lleva a sentirse con el poder de la cinta. Sin embargo, esta es una película coral y las demás, también aprietan fuerte. Los planos están muy caros en The Help.

Jessica Chastain: Este año ha roto todas las barreras. Pero ¿esto qué es?, otra pelirroja maravillosa. Ha intervenido en algunas de las mejores películas y es candidata al Oscar de Actriz de Reparto. Por favor, señores de Hollywood darle el Oscar, ya. Su papel es de esos que enamoran, y ella no puede estar mejor. Mi voto como ganadora iría todo para la Chastain.

**** Muy Buena ****

Señoras y señores, después de la racha imparable de estrenos que tiene esta actriz, pelirroja. Jessica Chastain tiene Texas Killing Fields, Coriolanus (dirigida por Ralph Fiennes), Wilde Salomé (dirigida por Al Pacino).
Pero, es que además, la nueva película del australiano John Hillcoat (La propuesta y La carretera) de título Lawless, sobre la época de la ley seca en USA. Se unen a ella: Shia LaBeouf, Tom Hardy, Gary Oldman, Mia Wasikowska, Guy Pearce.
También, parece que participará en la nueva película de Terrence Mallick. Con este reparto espectacular: Ben Affleck, Rachel McAdams, Javier Bardem, Olga Kurylenko, Charles Baker, Rachel Weisz, Barry Pepper, Michael Sheen, Amanda Peet, Tatiana Chilin.
En fin, genial verla tanto en las pantallas...

Por último, una nota friki. El trailer del juego Red Dead Redemption, un corto de animación de esta aventura para los jugones. Dirigido por John Hillcoat:

Cinemomio: Thank you

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