Cate 'van' Allen.
No tiene nada que ver el título (del comentario y de la película) con el rock and roll, pero sí con una canción. No es casualidad que par su próximo título haya escogido el siguiente, Magic in the Moonlight.
Woody Allen es un romántico indomable e irreverente. También un hacedor y dador de grandes papeles.
Cate Blanchett, no puedo decir que interprete como el alter ego de Mr. Allen. Seguramente podría reflejar sin problemas, un retrato del propio director neoyorkino sin ninguna dificultad, ya que incluso se ha podido poner en los pantalones de otro genio y vecino de la Gran Manzana, el mismísimo Bob Dylan. Por descontado que no es necesario, pues su papel está más destinado al lucimiento de sus dotes femeninas de alta dama de la gran pantalla que a un cómico psicoanalizado y de origen judío. No sé si pensó el maestro y director, en ella como destinataria de su próximo regalo interpretativo y flor con dotes regenerativas.
Y la verdad, es que lo borda.
Porqué por la noche todas las gatas, son jazmines azules.
Este jazmín deja un penetrante y fino aroma al concepto de éxito en la vida por cualquier medio. Aunque conlleve unas consecuencias dramáticas, y Cate Blanchett (Little Fish, El curioso caso de Benjamin Baton o la trilogía de L.O.T.R. I, II y III, El Hobbit) ha presentado su candidatura firme a ser seleccionada para la conquista (más que probable) de algún premio importante durante alguna noche lunática en Hollywood.
¿Veremos al gran Woody Allen cogiendo un avión a Hollywood (Los Ángeles, California) este año?.
Solamente si él lo desea, por supuesto. Pero, pienso que sería bonito que el público, en general, se rindiera a los pies del genio de Brooklyn.
No será por viajar en primera clase, pues se lo tiene bien merecido con su esfuerzo como escritor y cineasta. Además, la buena forma mental y las ganas de recorrer distintos países del mundo, recordemos que ha viajado para rodar en Inglaterra, Francia, España, la hermosa San Petersburgo (Rusia) e Italia, le otorgan una categoría de viajero especial.
Esto tan sencillo de trabajar en otros lugares, es un motivo extra de satisfacción para sus seguidores al poderle observar más cercano. Aunque, sea acusado de bajar su calidad cinematográfica en algunos films.
Pues bien, con Blue Jasmine vuelve a volar alto.
Para ello, todas aquellas direcciones en líneas aéreas se han confabulado en una bidireccional entre Nueva York y San Francisco (California), y claro con tanto viaje y su espléndida clarividencia ha tenido tiempo en pensar en sus historias favoritas. Entre costa y costa, Mr. Woody se ha inspirado para escribir un guion de categoría de suprema actualidad.
Todos sus seguidores y fans nos congratulamos y comprobamos con placer que cumplir años no siempre es reflejo de un desgaste intelectual.
Aprovechando su pasión por la vieja Europa, de sus costumbres y gentes, ha olfateado e inspirado para trasladar su historia a la ciudad más europea de USA, la cinematográfica San Francisco. Además, en sus viajes recientes ha sacado su radar de contador de historias para hurgar en la crisis, adentrándose con el guion de Blue Jasmine en las tensiones internas de las familias. Con una particularidad, mezclar las vidas corrientes con las de alto rango social.
Parece que se divirtiera sacando las miserias de personajes presuntuosos, en este caso, sin burla pero con un grado de madurez y tono agrio que demuestra sus dotes para la comedia dramática.
Al contar la vida de individuos con éxito social y sus contubernios de pareja y familiares, se ha vuelto a ganar con sus definitivos golpes salvajes, el gusto desplazado del público más displicente.
Este 2013 puede ser el año Woody Allen, lo seguro es que es el año del jazmín azul. De los comentarios allenianos cargados de sarcasmo y brillantez. De la disección de un personaje por todas sus etapas vitales y sociales. Del aroma a mar. De sus viejos discos con excelentes ritmos jazzísticos. De rincones espectaculares de la ciudad de San Francisco. De un ramillete de personajes con vidas propias. Y sobre todo, de un escritor con preferencia por unos diálogos excepcionalmente acertados.
La edad para Allen es sinónimo de flexibilidad y resistencia mental, capaz de compaginar con excelencia distintas actividades y dejarnos boquiabiertos.
Quizás por ello inspira sus letras en los rostros de grandes actores (altamente agradecidos por colaborar con su trabajo) y lograr mantenerse con una carrera cinematográfica envidiable, en plena forma.
El amor puede comenzar por una canción disfrutada a dueto, que significa el inicio de una relación con sus pasiones y sus tensiones. A través de la conocida Blue Moon, nos desplazamos de su Nueva York con tonalidades entre el neón de los carteles de clubes y fiestas al grisáceo de sus secuencias más representativas. Como un recuerdo constante.
Ya apenas recordamos su letra... porque no es lo importante. Woody Allen se centra en la parte más oculta del desastre.
Y Cate Blanchett interpreta la partitura escrita por él, con una profesionalidad fuera de toda duda, intentando reinventarse en las diferentes situaciones, cambiando sus costumbres y habilidades cuando los renglones de su personaje se escriben torcidos.
Cambiar de nombre no garantiza un nuevo comienzo y el éxito.
Por lo que nos decantamos como seguidores del director neoyorkino, sin duda, es por la magnífica facultad de desarrollar sus guiones con personajes que no se detienen, siempre avanzan hacia la excelencia argumental. Las conversaciones que mantienen dentro de la película, tienen el alcance de los grandes narradores. Por tanto, sus diálogos no son un pretexto para filmar unas imágenes, si no que son la fuente por la que emergen las grandes decisiones narrativas ayudando a un montaje moderno y dinámico.
Me quito el sombrero, ante tal capacidad. De la cual, los aspirantes a escritor, deberíamos observar con envidia en cualquier noche de luna azulada ante la cuartilla en blanco.
Mis felicitaciones por su dominio de la escena dialogada y sus giros léxicos atemporales.
Así, me congratulo por la vuelta de Woody Allen a la comedia más dramática, de características sociológicas y la lucha de sexos más actual y verdadera, y acortando las distancias entre las distintas clases sociales. Revelándose la triste flor escondida entre tanta apariencia y poder económico.
Sus personajes se pueden reconocer al instante en las primeras páginas de los diarios.
Mr. Allen otorga el protagonismo de su creación en Blue Jasmine a la gran Mentira. Cuando esta faceta contamina todas las actitudes de la vida, tanto las que están a la vista como las ocultas, aunque estén encerradas en cuatro paredes desconocidas y opresoras.
Por que en esas habitaciones, calles o lugares de trabajo, se abre todo un ramillete de personajes secundarios a la altura de su "partenair" principal, con brillo propio y matices de otros colores que complementan el desarrollo del argumento esencial.
Desde sus parejas de baile en esta canción de letra olvidada, como su marido más delgado y siempre convincente Alec Baldwin o su hermana, una sencilla y simplemente natural e inolvidable Sally Hawkins.
Sin olvidar a las tensas relaciones con los personajes interpretados por un resolutivo Peter Sarsgaard, el arrepentido novio de su hermana por Bobby Cannavale, el papel de hijo por Charlie Tahan, Andrew Dice Clay, el doctor o jefe interpretado por Michael Stuhlbarg o los pequeños bárbaros usado como paño de lágrimas, los jóvenes Daniel Jenks y Max Rutherford.
Elegir el nombre de una flor que renace en la noche, no convierte la vida en un camino de rosas.
Ni siquiera de jazmines azules.
Congratulations to Cate Blanchett, por adelantado. Y por sus numerosos proyectos a la vista.
La personalidad del neyorkino es tan descomunal y su labor tan personal, que podría participar igualmente en cualquier competición de europeo o independiente. Así de genial es Woody. Hasta el infinito...
Felicidades Sr. Woody Allen por los éxitos y premios que... conseguirá.
**** Sobresaliente *****
Cate Blanchett, está en la nueva película dirigida por George Clooney titulada The Monuments Men. Reparto de categoría suprema con: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Bob Balaban, Jean Dujardin, Hugh Bonneville.
Tráiler The Turning, de Tim Winton.