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martes, 23 de abril de 2024

Halo II / Problema de los 3 Cuerpos.

 

El cinematógrafo, es un producto real al servicio de la imaginación… Bueno, los seres humanos a través de su lente sempiterna, han ido durante toda su historia, prediciendo, estableciendo, creando… y por tanto, visualizando a través de imágenes para el gran público, múltiples capas de un apocalipsis sociológico. Donde se reproducen capitularmente, mil y una maneras, de derruir nuestras ciudades o sociedad; o acabar de devorar una Tierra que fue consumida en sus recursos naturales. Es decir que la humanidad y sus habitantes, serian arrasado, no tan cívicamente, como lo fueron otros ocupantes en el pasado… y menos inteligentes, como presas o depredadores.

Reproducciones palmarias de una devastación climática por aumento de las aguas, asemejando historias bíblicas sobre un padre de familia, y su búsqueda de tierra habitable. Incendios surgidos de las entrañas de la Tierra como un averno contemporáneo, con repercusión de grandes terremotos en superficie, o dramáticos supervolcanes de erupciones globales, que nos vuelven a convertir en inmensa bola de nieve y su correspondiente lluvia ácida.

Caídas protoplanetarias que levanten olas monumentales y signifiquen la devastación de toda vida vegetal y animal, salvo excepciones minúsculas, posibles desviaciones de campos magnéticos que impidan la correcta defensa atmosférica, radiaciones incontroladas de esa estrella conocida como Sol o esos increíbles rayos gamma que recorren las galaxias. Otros bólidos, planetas errantes, como meteoros o cometas congelados, en cadencia por interferir nuestra trayectoria. Próximas glaciaciones en el orden cronológico, desastres ambientales como consecuencia de la mano del hombre y la mujer… Esto es, sin género a la equivocación, el famoso cambio climático por gases invernadero.

Virus asesinos descontrolados o modificados genéticamente… ¡ya! En resurrecciones extraordinarias desde el interior del permafrost, o del infinito cosmos que nos contagian de enfermedades desconocidas hasta ahora… en el cine, fueron vainas, esporas y plantas también.

Y de la misma materia, advenimiento improbable, o no, de seres montados en novedosas cabalgaduras de energías poderosas, que poseerían la intención de paralizarnos de miedo, confundirnos, conquistarnos… o someternos como cobayas para su nutrición, con nuestros fluidos vitales… o simplemente, el complejo, secuestro de nuestras mentes. Ya hablaremos…

De ahí, a contar con la ciencia incluida en el género de la ciencia ´ficción`, es demasiado pedir para alguien que utiliza la imaginación. Porque pasarse de complejidad está permitido, aunque no te lo creas. Lo paupérrimo son los personajes poco definidos, o repelentes incluso.

Historia de un problema…

El sol, la estrella que se irá, o nos irá consumiendo primero… con sus movimientos estratosféricos imprevisibles… Pues imaginate, multiplicado por tres, uno tras otro… El verdadero problema de la ficción, es visualizar a simple vista un cuerpo tan inmenso en cercanía y sentir tantos millones de grados centígrados… para achicharrarse a las primeras de cambio… y cierro. Para siempre, eh.

Así hablan paralelamente de suicidios, sin haber sentido ningún rayo del Sooool, la la láaa. Esta teoría de muertes reprogramadas, en conciencia y manos de otros, no sé entienden muy bien… si tanto amor, hay por todos los lados, cielos ojerosos y voces provocativas en la tele… Qué no, que no tienen esa forma curvilínea, pueden ir a peor. Piensa en E.T. femenino, por ejemplo. Mucho más arrugado que en AlienNation…

Es curioso cuando hablamos de extraterrestres que, casi ninguno destruye su vivienda como consecuencia de su participación directa o bélica, salvo… se me viene a la memoria aparentemente, la historia oculta del Krypton de Supermán por sus creadores Jerry Siegel y Joe Shuster; no como otros, que siempre terminan haciendo papilla su planeta. El campo de batalla… la autodestrucción humana, programada o no, con las bombas atómicas en la mente. Algo que vimos venir, y saludar, como verdaderos estúpidos… deficientes neuronales.

Pues encima, en el caso de los 3 cuerpos, entre los creadores David Benioff y D.B. Weiss – de las batallas tronales -, a la receta confabuladora del escritor Liu Cixin con el pasado cultural chino, lo plagamos – el cosmos digo -, de esas pequeñas grandes monstruosidades en explosión, más o menos controladas, para el viaje. Toma, pastillas de coma a toda hostia… y encima con Rosamund Pike y Brad Pitt, poniendo la pasta sin despeinarse.

Esto es Netflix, alienado, como los científicos que para hacer contacto, se convierten en traidores a la causa, es decir, confabuladores contra Nos. Especie extraña ésta… así que los otros, vienen para invadirnos, a saber con qué motivación, seremos la savia de plantas carnívoras o los fluidos que recorran las patas neumáticas de los trípodes tripulados… ¿o poseían cabina interior? Cara, cruz.

Para colmo, los que ponen el dinero - no productores -, tiene el título oficial de mentecatos, prepotentes de m… porque quién les da el derecho a hacerse con la propiedad de alguna entidad celeste… ¡vamos, ni una parcelita! En nuestro nombre, seres inhumanos. Todo se va descontrolando, en tal medida, que lo de menos son los protagonistas, y sus cambios de género o personalidad, ya que el juego se está descomponiendo por una proto-partícula, con ojos en el cielo. Creo que es demasiado, no para tres, sino para mi body. Y sin el proyecto Alan Parson.

Y todo ocurre trasladado, entre la Gran Bretaña y la China, pero si nunca se han entendido, ni lo harán… Adiós, muy buenas, segunda temporada.

En el Halo… suspendido.

Con una escalera al cielo, nos propulsamos hacia el más allá, a través de aquella interesante primera temporada del Halo y su acción, para planear y planetizar dentro de una irregular constelación entre el juego y unos personajes más desdibujados en serie en escalada. Y es que algunos no interesan nada, al personal y menos los nuevos… Hemos ido hacia atrás, especialmente, en lo referente al guión emocional, la navegación y los momentos de acción. Todo parece menos trabajado o pensado… desde golpes altivos con traje que te reventarían,  hasta la Inteligencia Artificial… esa Cortana que se ha vuelto una plasta, qué da la tabarra, vamos.

Y eso que están, Microsoft Estudios, Amblin, Paramount+, 343, Showtime, Steven Spielberg, Pablo Schreiber – el que saltara de American Gods al espacio intersecuencial -, y la McElhone, Natascha. Que en esta segunda, no necesitan de tres cuerpos, para caer en un maldito agujero negro. The Covenant, está maldito…

Aquí, los idiotas, como insectos proscritos de Verhoeven – van de espadachines, contra armas mortíferas láser -, acaban achicharrados sin problemas de ninguna índole. Sus cuerpos son moles y se mueven pesadamente, tanto… que te acabas durmiendo hasta la primera batalla. Todo se ha ido deteriorando de tal forma, que va a ser complicado que remonten el vuelo. Si bien el último capítulo, otorgue algo de esperanza, pero poca… Esto se dirige, cada vez más, al ´wokismo`.

Las Oleadas… monstruosas.

Finiquitando que es gerundio, dos series que se desvían de los caminos de la memoria, hacia lugares traslúcidos o mentes sobrevaloradas.

Prefiero quedarme con las grandes celebridades que compusieron, cerebros excelsos o llenos de destellos midiclorianos, desde los poderes de control de aquel El Mulo de Isaac Asimov a los desvaríos mentales en la obscuridad de Georges Lucas. Lugares lejanos, ya en el espacio y el tiempo, donde crecieron los monstruos clásicos… o si no, no nos topamos con los poderes de esos dominadores de voluntades de otras culturas y mitos… o no apareció el Darth Vader, resurgido de la guadaña de fuego, como un Prometeo con cerebro y pulmón incendiado, mantenidos artificialmente, gracias a la alquimia y la armadura de la ciencia Sith.

Por ciencia y ligereza, no necesitaría de los suspensores que llevan arriba, abajo, al centro y… al ceniciento Barón Harkonnen, de nombre vampiro camuflado de Vladimir en el terruño de Dune, de Frank Herbert. Es un noble con grasa, que ha evolucionado a Nosferatu rotundo con Denis Villeneuve… poco que ver con la planta carnívora de Roger Corman, salvo en voracidad y suspensión, en sus dos notables versiones. Ni con los de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells, que succionaban hasta los tuétanos en aquellos vehículos cefalópodos, sin tener en cuenta las edades. Como semidioses metalúrgicos de Lovecraft.

Estas sagas y novelas espaciales, espaciadas en el metaverso de la industria visual, tiene más episodios sangrientos, o no era más vampiro el conde contra Leto y los ´amantes forzosos` en la película de David Lynch… ¿eh?

Pero primigeniamente, fue la Literatura de Ciencia Ficción, que nos llevó a sufrir el advenimiento de los nuevos monstruos venidos del espacio, a tienditas de los horrores o colores zombificados, con toda su capacidad voraz de dominación. Nos trajeron simientes que crecieron hasta transformarse en Gólem – como serían los Frankenstein, Hulk/Cosa o Giggernaut, con moles electro-iridiadas -, aún sin arrugas en la frente, pues son inmortales sin especias. Y la sangre eficiente de aquella hornada nueva de la Life Force, que fue sorprendente. No confundir con Life que era otro tipo de tenia o solitario, de semejantes intenciones. La conquistar del nuevo Oeste... Si es que al final, nos parecemos.

Deformes enterrados, otra cosa, nada de dentro de 400 años en el horizonte, sino en la modernidad de los cascos derretidos del ártico… y de ahí, a convertirse en masas devoradoras, moldeables y viscosas, que visitaron hasta el primerizo Steve McQueen o más allá, al las primeras producciones Hammer con el Doctor Quatermass de Val Guest y el guionista Nigel Kneale.

En otras Fundaciones, batallas galácticas setenteras y planetas arenosos de los 80, con o sin gusanos esofágicos, aparecerían otras transformaciones como la entrañable y simpática, Hidden con el mismo actos al que mr. Lynch ofreciese el papel de su vida, Kyle “Cooper” MacLachlan. Los Aliens y Depredadores, cazadores de humanos, que si no son como nosotros con sus trofeos, es por los ácidos estomacales o la relación simbiótica y familiar entre parásitos.

Y por último, definitivo, me he dejado para la ocasión a dioses del tiempo, – no, no a Alf y sus gatos, ni los lagartos de V, ni a Arnold Schwarzenegger y Carl Weathers, dep -… sino a la existencia metafísica de Algo. Algo que no viaja, sino que parece estar, ahí flotando… alrededor de la mente compleja de Arthur C. Clarke y la visión del gran Stanley Kubrick, como otra creación del hombre… que parece traicionarnos como un doctor de Dune… y sin embargo, sería destrucción, cambio… y resurrección. Veamos Hal-9000 versión Prometeo, en su odisea tránsfuga del 2001, al 2010 de Júpiter - otra vez-, 2061 0 3001, aún resta por visionar… más paralelogramos. Y triángulos con 3 puntas, es decir, círculos en órbita... conio de Star Treck, no has hablando... pues no.

Sin embargo, en serie, serie… nos pararemos apenas dos años antes, en el 2099 para ver las crónicas, casi marcianas… de los peligrosos replicantes u hombres lobos, y sus mujeres ´lobeznas` como mataharis o amazonas, con la nueva camada de aquella pequeña joya titulada, Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas…? Gracias a la gran inspiración para el scifi moderno, que significa la obra creada por el maestro Philip K. Dick. Solaris de Lem, debe esperar a que el horizonte final, se aproxime… y ambos se encuentren. El Todo sapiens y el infierno… sería una especie de Good Omens, con naves espaciales por babor.

Ahora tendría que hablar del filme El Astronauta y su deidad octopo-lovecraftiana, pero me he quedado sin tinta y no da más, para hablar de apocalipsis metafísicas, no zombies en el espacio, ni juicios finales, o cataclismos familiares. Y he llegado al final de los mitos, pues Matrix es otro mundo y Bowman, sería ya anciano, bebé, anciano, y vuelta a empezar que diría Garci o Pumares que estás cerca del monolito... Tampoco he comentado nada sobre El Viento y el León de John Milius, pero tiene algo que se toca con Dune y la obra de Mr. Herbert. Entonces, están de moda los fremen, sus especias y lo que vendrá al filo… alguna brujita, tal vez… o Sting, quizás un baile de cuchillos. La guerra ya la tenemos encima, verdad... sí es un asco. Y el terror verdadero, mogollón.

De momento, en esas dos series o cuerpos del título de la entrada, son increíblemente monstruosas, prepotentes, proféticas, cansinas, confusas… y una, con un protagonista del Mánchester City encima, que iban a ganar de calle o galaxia. ¡Válgame Deus… que ex Machina. O no…!


domingo, 10 de marzo de 2024

Invasión. Season II

Se entiende que la esfera, pertenece a esa categoría de sólidos geométricos, cuya parte interna está formada por el conjunto de puntos inferiores a su radio total. Por tanto, es una superficie que se comprende en una revolución.

En otro sentido, más cinematográfico que cinemático, algo surgió de las profundidades marinas del 1999 con Barry Levinson en su visor – un director que escudriñó inicialmente el humor en los shows de Carol Burnett y Marty Feldman – y se sugestionó con aquella primera propuesta eléctrica de James Cameron en The Abbys, probablemente...  y persiguió los sueños con grandes éxitos con The Young Sherlock Holmes, en su forma geométrica, rellena y triangular. Más que esférica, salvo por la incipiente barriguita del Dr. Watson, por entonces gracioso glotón, pero en un grupo juvenil de campanillas... y campanazos de taquilla. Pronto nos cumplirá los 40 y el oso sigue viniendo de blanco.

El Secreto de la Pirámide, y sus oníricos encuentros con el alter ego… Sin embargo,  Sphere sacada de una novela de Michael Chrichton, fue una amerizaje del más allá, a través de un agujero de gusano, que profundizó en el scifi alienígena de las siguientes décadas, en parte. Ahí tenemos producciones algo fallidas en el argumento, aunque no tengo muy memorizadas ya, tales como The Abbys de James Cameron y su ente lucuoso, el Contacto de la estrella noventera Jodie Foster que también se lucró de algunos hallazgos visuales, como ´Terminator II. Felicidades a este sí, por la cuarentena esférica del tiempo...

Del mar, pasando por la mente, sin llegar a la magnitud densamente metafísica hablando, de la genial obra de Stanislav Lem, me refiero, conocida universalmente como Solaris. Un referente de juventud, extraña, en mis lecturas. Puede...

Sobre aquellas escafandras, otras no parecen tan necesarias - que estás aquí, con los dos pies en el suelo, terrícola - , se agolparon las chispas fluorescentes que tanto ha magnificado Cameron y es una práctica filmica actual, hasta con Nicolas Cage en manos de Lovecraft, de otras suyas ya me extenderé, cuando tenga la cabeza en su... sitio. Ahora, sepultando por los rostros ensimismados, que observan las lucecitas zigzagueantes, o aterrorizados levemente por la observación de calamares a la vista… recordamos a un equipo bien montado sobre La Esfera, con celebridades como Peter Coyote, Samuel L. Jackson, Dustin Hoffman y, la estrella corpórea de Sharon Stone, enfundada por su instinto básico, sin duda era otra cosa. Thing. 

Y la misma estrella, no son éstas, más sugestionadas, que aquella jovencita que apareció en el tren de Woody Allen, en Memorias de un Seductor… Por ahí andaba su juego… y su extensiones con el crimen emocional. Este ha sido un segundo contacto, un pequeño repaso... pero, ¡vienen más!

De la Esfera, a la Invasión.

En estas incursiones terrestres, a veces para nada pacíficas en busca de recursos o chicha... hemos entrevisto la esencial comunicación con Ellos/as... o elles… Porque de todo hay en la viña, cerca del señor Alien, hermafrodita o no. Con heroínas que fueron grandes, como la Sigourney, con todos sus premios y gatos.

Otra fue referente de la gran, magnífica Llegada, que le saca años luz de ventaja a otras invasiones modernas, por su género propio, recto y cabal gracias a la mano de Denis Villeneuve… del genio del que tendré que cursar teorías filosóficas o antropomórficas, dentro de poco…  porque con Frank Herbert hemos aterrizado, en compañía, para el que no lo sepa, de toda una estirpe de familias engendradas y dominantes, o no... Y arribando a este punto, tras una temporada plena de sobresaltos espasmódicos, suspense de natura granjera y emblemas londinenses bajo palio, nos envía la Invasión de Simon Kinberg y David Weil, al limbo, esto es zzzZZzzz... con una avanzadilla de fuegos fatuos y nuevos mensajes sonoros, por medio de psicología inversa a lo AppleTv Plus. Es decir, que empieza a caerse como aquella manzana sobre la cabeza del físico Isaac Newton, por su propia pesadez.

Por consideración, un consejo, puede que impertinente… si construyes una narración en serie, no te olvides de lo que la hizo crecer y traspasar la esfera al otro lado. Ese espacio diametral de distancia, que separa aquella primera entrega de misterio espacial y vislumbre metafísica, a la profundidad onerosa de una cuarta fase, residual, sin suspense ni huella propia. En este momento, huelga decir que, la Tercera de Spielberg, como maravilla del séptimo sonora y visualmente, sería la obra cumbre de los grandes contactos con extraterrestres pacíficos - sin olvidarse de The Thing como tantas veces dije -, con las formas adecuadas y prototípicas, de grandes invasiones con ultracuerpos, igualmente, y ¡nada de calamardos hirientes, ni metauniversos plasmáticos, aunque 2001 nos metió hasta el fondo, xdio!

El Plasma… plasta.

Esta es la gran “novedad” de la entrega en Invasión – no los cefalópodos que podrían ser especie de mundos marinos galácticos, por supuesto - , sino la que suena a refrito interespacial hacia la proximidad moldeada en colores. Claro y transparente para penetrar, la mente digo, y con El Plasma, de los coj… ya está bien, pesao. El eco suena a globalismo identitario, amor universal y espiritual por los avatares, metamorfos de estrategias coordinadas y comunicativas, o vibratorias. Que se transfrorman en poderosos monstruos, que se queman en el feminimo, guerrero y lésbico. Por consiguiente, si de mí depende este ente, fálico y amalgamado, le quito la tontería con un soplamocos y un portal élfico, menos viscosidad vacua, cuando sus soldados son voraces como trituradoras desaforadas. Y no, no cuela… Los aliens o comen, o se dejan domesticar… pero domirse en los laureles, no, no, que no son plantas ni moho.

La narración, entre Kinberg y sus aliados naturales incluyendo directores, que han ido relegando la producción de filmes completos, se estanca por capítulos en plataformas genéricas – a veces, significativamente wokes, sin sentido cultural o necesario como en la primera que sí lo era- y aquí, no sé que pasó, un recuerdo de infancia o algo. Nada de su fuerza en la entrega iniciática… que se ha quedado colgada de un bostezo y una canción con calzador, por muy Bowie que se busque. Magmático, pero bostezo a fin y al cabo, pues está desenganchado de aquella tensión, relaciones, a un punto, manoseado, monótono y susceptible de empeorar, si se viene la tercera con blandibloob. Por recordar aquella de Mr. McQueen, que revivía al doctor Quatermass y las guerras de otros mundos, en blanco y negro. Magníficas, incluso en color con efectos mentales a lo Disney, del viaje al Planeta Prohibido, es decir, que nos, fuimos los alienados, atacantes, en campo contrario.

Esto del sensiblerismo genérico, se demuestra como gran y, para servidor, evasiva  tendencia, no lo aguanto como ola invasiva, no onda globalizada, ni inteligencia masiva, ni personalidad divergentes... ya bien sea, por medio de recuerdos fotográficos repetitivos, músicas colocadas sin ton ni son – aunque la banda de Max Richter sea un oasis – u otras desazones juveniles, poco creíbles o timoratas, por otro lado. Nada que ver, aunque se intente comparar, a las relaciones establecidas por otros hermanos, en la casa esperada de las Cosas Extrañas, hacia su quinto curso de licenciatura final. Que promete ya que, el virrete y el título, está en la futura visión nebulosa y capacitada del gran Frank Darabont, con sus nieblas y sus prisiones mentales. Y que de otras cosas y criaturas monstruosas, ya requetecontaré… ¡morena! Like a rolling stooone…

Y aquí estamos, esperando recuperarse del sopor, tras la sexta capitulación que va a peor, con soldaditos, y se magnifica en segunda temporada, evitando la claridad cardiaca de E.T., cuando los voraces se vuelven gil… puertas, y nos provocan a confundirlos con otros elementos del espacio de Stephen King, dientes para qué... o los geniales momentos mágicos de otras faraónicas templanzas a lo Stargate, sin llegar a su máxima aniquilación antropológica del surrealismo subatómico con Alex Garland. Y aquí es donde quería llegar, a marcar la diferencia con el inciso, que nos llevará a la frontera de lo imposible, en una auténtica Civil War entre facciones humanas, reconocibles, puede ser, que fue, pero… pudiera ser. ¿O no…?

Sin embargo, estamos a bordo de una batalla, impotente, entre dos especies, huésped y colonizadora, que una es gota de agua y otra convertida en mogollón, sin causa. O exterminadora, sugestivamente digestiva… que sufre de sudoración por alargamiento, improcedente, innecesaria, tardía, genealógica, de todopoderosa presuntuosidad, y profundidad esotérica, en algún lugar desconocido. Y una comida de tarro visual, con mezcla lovecraftniana, caldo de cultivo de leftlovers en fases, algo inmaduros, eso sí. En fin.

De 2, al 10…

Sinceramente, esta invasión ha sido una metáfora. Vamos, una estratagema personal, para contar lo que verdaderamente nos ha traído hasta aquí, a los extracomunitarios, fuera de aquel monolito del gran viaje de Stanley Kubrick, hacia los espacios del alma y… más allá. El fin mismo del todo. Uno mismo.

De inmadurez nos caímos del guindo en esta segunda temporada de esa Invasión, más insulsa que un centro militar en primavera, si bien nos embauque,  con ´ojeada` a lo señor de los mundillos luminosos, surrealistas metafísicamente, y demás volcanes magnéticos-flamígeros. Es decir, a anillos grupales y lo profético de los mismos, por  terrenos de planetas equivalentes, ¿no era naves?, pues no... con su Mordor particular y demás efervescencias visuales, disparando al infinito confuso.  Todo lo efímero y contrario, cercano al hombre, la mujer y el niño... por lo que se suspiraba en aquella primera intervención catártica, con sus sustos silenciosos al naturalis. Y eso me bastaba, científica y emocionalmente.

Pero ahora, ya olvidada, iremos a visitar otras sensaciones internas, como la de la protagonista de Monolito, que es una quimera esencial entre las redes sociales, pesadilla existencial de Her, y la perspectiva de una invasión de andar por casa, con síndrome de Estocolmo… porque para colmo, sin tocarse, lo atractivo está en el interior. De la boca del estómago, al fondo de un lago silencioso. En el espejo...

Y de las granjas espaciadas, a los mundos reivindicativos de los pertenecientes a la Tercera, no la dimensión, sino, la edad, que puede ser otra desconocida… o desconocido. En esta ocasión, deslumbrante y notable reflexión de espiritualidad compartida con Ben Kingsley y su pelo a lo Einstein… que de la bomba ya meditaré otro día, no de Oscar como hoy. Y el notable filme que se denomina, aunque pudiera ser de cualquier otra forma, tal que Jules. Una obra madura, intimista, pletórica metáfora y convencida, entre el valor de la vida y el sentido final, con agradecimientos incluidos, a toda una generación de ´jóvenes`, que surgieron del frío de la sociedad actual.

Y a los que pertenecen, películas increíbles, con grandes recuerdos de época, como aquellos Encuentros en la Tercera Fase y la singularidad de contactos con espíritus cercanos… aquellos pequeños y maravillosos aliados, con especialistas en mecánica y construcción del corazón, y la energía sin comer a lo Alf, pura esencia nuclear o algo parecido… o los visitantes buenos del mismo racimo, que ayudan para evitar mayores contagios, como si emparentaran a Cazadores de Sueños, entre King y Kasdan... por supuesto, hacia la cúspide del volcán en ebullición, la eternidad del viaje, el pensamiento reflexivo de esa otra jubilación, el vengador sobrenatural con sus superpoderes, muy humanos, y la memoria de aquellos que ofrecieron sus vidas, o se sacrificaron por sus hijos… a veces, un poco olvidadizos a lo P.Tinto, cómicos por otro lado que toca la fibra, o cautivos de una sociedad, que no perdona a los lentos, cabezas borradas o borradoras, geniales, espíritus joviales, con o sin sustancias, en busca de un próximo horizonte… más acá. Una genialidad próxima, esta Jules y sus interpretaciones en trigonometría triangular… o cuadriculada.

En ocasiones, no es imprescindible una megaheroína, con trajes mecánicos o lanzallamas cerebrales o lanzadora de cócteles molotov, para reivindicar un alcance genuino de poder absoluto o una llamada al corazón del espectador… ya sabes… Simplemente, basta con una frase de generosidad por la salvación ante una violencia inesperada… una canción generacional de Lynyrd Skynyrd que pida ser libre como un pájaro, a capella, pasajera, íntima, o pajarita de espíritu irredento… y especialmente, una simple mirada al interior de Ben Kingsley.

Prometo volver, en patinete, en barco o en avión… o, cristo-alien que lo fundó… No hay Señales, ni auto-stop, aún no. Por Isaac... Asimov... Y muchas cosas que me dejo intencionadamente en el tintero... 

Quizás me escuchéis o leáis en alguna entrega de premios, or... Nop!

sábado, 9 de diciembre de 2023

He, she… & They. Seasons Heroes.

 

Algo tenemos que hacer, cuando los héroes no dan más de sí… cuando las cosas se estancan en el UCM, algo tendremos que pensar… Llamando al comandante Tom, o un tal, Kevin Feige. El megacapitán del equipo, cabeza pensante, atorado en diferentes multiversos.

Claro que estamos hablando, de Ellos, los últimos de Marvel, que andan dándose barrigazos por las pequeñas pantallas, quebrándose la ídem en los últimos productos para televisión, como… cuando dejamos de leer aquellos cómics coloridos y desteñidos por el manoseo del intercambio, y hasta ellos envejecían un tanto. Porque… el tejido conjuntivo ya no atraía tanto, sus canas, los héroes desarrollaban problemas mundanos, psicológicos, y los giros eran demasiado confusos en otros mundos, obtusos, multiversales exponenciales… ¡rebuscados! 

O simplemente, ya no estábamos dispuestos para tortas replicadas y besos pintados, sin consentimiento… cuentos pasados de moda, para adultos. Todo pasa... En este gabinete de estatuillas de Marvel en Disney TV, algunas salen bastante perjudicadas y otras, son movidas por Zeus buscando un mejor resultado en las odiseas pendientes del tablero próximo. 

Ya sea en la Tierra, en Ego, Hala o la mitológica Asgard, planetas del universo vaciado... ya que los escenarios se vuelven distópicos y sesgados visualmente. Pues a veces, ramificaciones espacio-temporales con demasiadas pretensiones y contactos, se pierden, otras se estancan en un maremágnum y algunas, quedan sepultadas en el lodo verdoso, olvidadas. Vamos desaprovechadas y sin imaginación tras la espectacularidad digital.

Los héroes, o heroínas varias, ya dejaron de ser divertidos. Ni apenas revolucionarios,  porque las ideas de renovación se ciñen a modas, hábitos, ideologías... suspenden como las asignaturas en la vieja Europa, por desconexión. Cuando muchos tendrían cosas que decir, como activar el entretenimiento sin dañar la memoria, al ser posible, añadiendo esa pizca de creatividad que empieza a resentirse en determinadas narraciones o adaptaciones del tebeo.

Así pues, ciertos críticos pueden comenzar a identificar sus postreras apariciones en la tv, no la MTV de la que hablaré algo al final… sin tono, como un fracaso en capítulos de 6 en 6, reducido al máximo para el ahorro, o como inicio de un nuevo filme. Una maldición de la comiquera unida al metraje, hablando en términos ramplones, que se desvivía por el espectáculo y ahora es un guiño al fan. Ya sé, ya sé… esto me puede acarrear una serie de imprecaciones debido a la legión de seguidores, que se sientan importunados por una mera apreciación. De nada…

Loki vs Kong.

El Conquistador es la clave. Jonathan Mayers es lo más fructífero (y eso que está a espera de juicio… fuera del universo Marvel), porque convierte las líneas en el tiempo, en pura maldad, como un dios de los inframundos… o un Dictador.

Sin embargo, el camino es un revoltijo, con modificaciones de género, variantes traspuestas, y algún dibujito a lo Hanna Barbera, que no acaba de hacer gracia, la verdad. 

Y Tom Hiddleston, que es la otra pata en la que apoyarse, vivo o coleando, aunque fuera liquidado en la parte Endgame y su locuacidad pueda resultar, un poco cargante en ocasiones. En segunda temporada de Loki tiene esa indefinición narrativa, confusa y distorsionada, que puede producir una sensación de pérdida y hacerte dejar de creer en ciertos personajes, sobre todo, los que girar alrededor, del bien y del mal. Es decir, negro y el blanco, ajedrecística y socialmente.

Situándonos en la condición real, hay que observar los hechos que provienen de Thor y su Ragnarok, que recreado por Michael Waldron y demás, dicen parecerse en superficie a los viajes de su Rick y Morty, esa pareja que desconozco y que algún día me decidiré a visitar en mi tiempo… tanto como, a las circunvalaciones del Dr. Strange por el llamado, multiverso de la Locura. ¡Demasiados parecidos, surreales! Así resulta esta Fase 4 de Marvel… disfrutable en paralelismo extraño.

Además se comenta que Mr. Feige, máximo director, no era lector de aquellos cómics del pasado, con lo que prefiere un enfoque diferente, que parece mucho más frío… Bueno Mr. Strange estaba bastante bien… y calentito. Y reclama el espacio/tiempo como suyo, para todas las series y pelis, en creación de nuevas líneas; a la vez que un supersecreto queda reservado para el guionista, el propio Waldron, que persigue la estela de las Star Wars. No, si al término, se darán la mano... con Mickey.

Mientras, esta TVA (Time Variance Authority) es una institución tecnológica que queda algo tocada, no depura las anomalías poco entretenidas o inconscientes, y nos lía con las vías alternas, porque nuestros cerebros no resisten la propuesta, de tanta materia disgregada. Demasiado salto en el tiempo, tantas personalidades replicadas… No, no estamos para tanta combinación… sino con el último capítulo, mejor. ¡Ves, un buen malo o némesis temporal… basta!

Estamos ante tal confusión de caracteres, que cualquiera puede actuar como matón, dictador… o héroe. y no... Y la próxima, tal vez, todos a la vez, ¿quién sabe…?


La Cosa está… muy Verde.

Ya no están sus creadores, John Buscema ni Stan Lee en 1980, y no sabemos que podrían haber pensado de Ella. Ya que parece perdida entre la ley y una transfusión sanguínea, proveniente del primo Bruce, no resultando nada convincente. Por tanto, un entretenimiento, muy ligerito podríamos decir, a pesar de la altura y los kilos… Es mejor ponerse a dieta, como algunos hicimos para sentirnos bien… Y fue a mediados de aquella década, en que algunos empezamos a aparcar las historias de superhéroes, por otras más atrevidas que nos proporcionaban un universo de sabores picantes, fantásticos o terroríficos. A lo mejor, empezamos a alternar por otros lares también… o meternos a fondo en los fotogramas de cine.

Dicen que una unidad costaba unos 40 céntimos de dólar por entonces, demasiado barato para esta versión de Hulka o She-Hulk que la llamaban por allí, como si él, ella, fuera un adjetivo calificativo no evidente, mirando las dibujadas curvas. En verde inocente infantil, eso sí. No como el de ahora... ya sabes, internet y eso.

Aquí hay mucho más de parodia que, de otras cuestiones filosóficas o metabólicamente científicas, ya que como Masa de acción no crece, y como representante del derecho, queda un poco corta ante tanta eminencia ciega,  de representación metahumana o monstruosamente delictiva. Y en lo referente al pugilato feminista, la interpretación es demasiado obvia de Tatiana Maslany, que pasea sin pena ni gloria, ni ira, debido especialmente a unos diálogos bastante vacíos, si cabe. No parece que su carrera leguleya sea ampliada en el tiempo, me refiero a la serie Disney, ni relanzada, pues queda en paños menores. Y eso que lo verde, parece estar de moda.

Simplemente podemos echar una mirada a la vida, de Grogu en The Mandalorian, y el color mucoso de los resfriados invernales, mientras que el reportero más dicharachero es recordado… o la nueva estrategia de Gamora, la Zoe Saldaña sexy frente al trémulo Peter Quill, que será más humano, más amante de los animales… y más Star-Lord en el futuro, ¡qué nunca! Y es que Los Guardianes de la Galaxia III, deambula por un tejido descompuesto, porque no se anima igual que en otras ocasiones con las ocurrencias, ni sus chistes aguantan el lapso. Su humor parece algo tocado y se resiente por parejas o grupalmente, como la vida de un mapache, que no es un tejón y dice que no es mapache… sin pies ni cabeza, destartalados, i´m groot.

De malos va bien y de acción, reguleras… Pero esencialmente, la tercera película de los afamados guardianes galácticos, antes de las guerras krees vs. skrulls, azules contra verdes, ¿te incomoda…? Pues es un comienzo lacrimógeno, una añoranza del pasado romántico y… una canción desgarradora para un ser inmaduro, invisible, que fue arrancado de cuajo. ¿O no…?

 Ah bueno, y una que apenas se comienza a escuchar, que es una bomba estelar de la gran banda Heart, cómo suena Crazy On You… pero está decapitada, Oh my god,  que es el nombre de su nave, Mr. Bowie. Un bombardeo cósmico interruptus, frente a la aparición de Adam Warlock y su historia de conquista, como el trashumano de las estrellas y mundos, semejante al Conquistador, sin el tiempo. Y con amores rotos sin fin... la memoria ya adivinas...

A partir de ahora, como en aquellas Infinity Wars, cualquier derivación cósmica es posible, un Loki de ultramalvado a salvador de múltiples secuencias y universos, mundos paralelos que evolucionan hasta los años del nuevo milenio, negritudes, locuras y hasta zombificaciones… Paradojas reinventadas de las cuales, apenas empezamos a visualizar, inhumanas, cuatrifantásticas, y otras Fuerzas Estelares, porque nos sentimos alienados ante tanta invasión… verde. O rosada, no de la casa, sino de la piel Ruul. Es otro universo, que llega hasta los Celestiales, Hukling y, La Falange, sí.


Furia… no estás para estos trotes.

Loki con dos viajes alucinógenos, uno para Hulka desnudado ante la comedia simplista, y de los Agentes de Shield, ni hablo… Ya que no he visto ni un capítulo de los de aquella serie de ABC Studios con Marvel, ni sus cómics toqué.

Realmente me siento bastante perdido como dije, porque también dejé esas idas aparcadas en las historietas, que ya no me atraían y se volvían demasiado erráticas y contradictorias, sin venidas ya… Se enfrío mi Marvel, no otros como Bruguera. Malos que no lo eran tanto, héroes que se rebotaban y otras zarandajas, que te la traían floja. Y eso que fueran creados por los mismísimos Jack Kirby y el Gran General, y en la serie estuviera a los mandos, el mejor Joss Whedon de Toy Story, Avengers y Justice League… No confundir con Waldron del quién es quién entre Hiddleston y Owen Wilson, pues aquel se fija en Tarantino, The Leftlovers y la magnitud metafísica de los WatchmenAmbos exitosos a tope, sin embargo, en camino alejado de la tv...

Y, que no, la MTV que se arrodilló ante la magnitud de Michael Jackson, como héroe musical y más allá de lo conocido hasta entonces, incluido el terror y la ciencia ficción, sobre el Moonwalker. y cuando sacó a pasear su Thriller por el mundo… Claro aquí, recomiendo, sin grandes alharacas, el documental de los 40 años de aquel bombazo visual y universal, cuando empieza a visualizarse un paseo luminoso, casi inhumano, con aquellos zapatos bajos, planos y esos calcetines a vista de calentador caído, que lanzaban estrellas de lo que se aproximaba… Y los comentarios de algunos de los que estuvieron presentes, no todos, desgraciadamente… D.e.p Michael, Quincy, el Rob Temperton de El Color Púrpura, nuestro querido olvidado Vincent Price y, por supuesto, Mr. Eddie Van Halen. Ah y los Bad callejeros esos.

Pues eso, que la historia de Rocket parece floja tirando al final, demasiado animalista e infantil, que el docu está entretenido pero cojo en cierta forma… y que, el creador de Mr. Robot e Invasión Secreta, Kyle Bradstreet, no da con el alien buscado, ni el Nick Fury de Samuel L. Jackson, resulta lo duro que debería de ser o parecer, a su edad…  más romanticón. Y eso que violencia hay, bastante, con tiroteos salvajes y otras torturas, cuasi secesionistas.

My Way… El Camino.

Unos pocos la sabrán… David Bowie cantó un versión de la canción que empezara una ruptura entre el cantante francés Claude François y France Gall, y que pasó a otro nivel con la adaptación de Paul Anka y el relanzamiento crítico en la carrera de la Voz, Mr. Frank Sinatra.

Y en el camino de las buenas invasiones, se funden los buscadores de hogar en kree verdoso, de la primera temporada de Invasión, esperando a la segunda y sus limadores de almas japonesas… próximamente, mi misión en la Tierra. Lejos de otros aterrizajes, más o menos forzosos, como el que trajo a aquel ser en azul y rojo, conocido como Superman, que se sintió más identificado que otros en el asentamiento terrestre; en comparación a los ultracuerpos del pasado, las plantas y los guerreros trípodes, de las metamorfosis de Cosas y personajes a lo Hidden, mutaciones en piel de V y variaciones entre nosotros, Ellos, sensoriales con los ojos abiertos mientras duermen, las clásicas formas atacantes y risas marcianas, masas y colores de fuera de… hasta las ambivalencias culturales de otras galaxias entre el Imperio y la República… ¡Qué bichos aquellos! Hasta los veremos en Dunas, two.

Pero, más se parece a Alien Nation, dónde los extraterrestres están entre nosotros y se desarrolla una intranquilidad política, social y personal, con Nos. Después de estos tiempos, esperemos que lleguen los buenos batallones y sepamos quién está más alienado… ¿Será un Loki a lo Marty McFly… un Mad Men con mil variantes… un Rama-Tut del Antiguo Egipto, en que se basaron en 1963, Kirby y Lee?

Una tira cómica de Groot, I´m… una nueva Grin Mind con cabeza más amueblada… con Nova, Ravonna, Mantis… Nébula. ¿Habrán canciones para todas… Barracudas… acaso I`m Groot, como un tronco, tú…

Creo que aún, nos resta mucho que andar por esos mundos, los que tienen en mente en la saga más grande de la Galaxia, la Tierra del 691, los mundos de Xandar y sus lunas, dentro de la viajera al choque Andrómeda, y la masacre protagonizada por Tanos contra los xandarianos… violeta, no verde. Definitivamente, necesito urgentemente ver otro tipo de historias, ¿verdad? O se muere la tele… ¿eh? De Blue Bettle no hablo, porque no quiero y es DC, que no confundir con el de los Thunderbolts, que vendrán con película debajo del Thanos.

El siglo XXXI queda bastante apartado todavía… pero, acaso, no lo estaba el 2001, las ovejas eléctricas de 2019 y su unicornio… más lejos quedan los Jackson´s Five y la genética manipulada para crear al pistolero… Rocket… Soy un bicho raro, o no.

Y eso, con demanda de por medio y todo, sin violencias… ¡jó!

Crazy on You - Heart.

 

Beat It - Michael Jackson

domingo, 3 de diciembre de 2023

La Brea… no. Mas cuestiones temporales.

 

Un escrito cuasi anónimo, como solían serlo aquellos documentos apócrifos que se encontraron en cuevas… sí, contaba que en el principio, las tinieblas cubrían todo en el abismo de la superficie terrestre, y entonces, dijo Dios (o algo supongo)… ¡Hágase la Luz!, y hubo luz, y vio Dios que era buena y separo ésta de las tinieblas, llamándole día y aquellas, la noche… Hechas, ambas contiguas, distantes y contradictorias, marcando nuestro tiempo.

Así ligeramente, se podría nombrar a La Brea de NBC, y eso que tan sólo he visualizado una primera temporada con hechos caprichosos y diálogos poco evolucionados. No sé, si la continuaré… distanciado de su narrativa, especialmente distante en las relaciones y las consecuencias de las acciones en familia. Pues bien, la producción de Universal Tv, está ahora mismo en las mismas mandíbulas de los tiburones…

A veces, ocurre con guionistas o creadores de ficción, iniciáticos que no ven más allá que esa era arcaica, esta vez, de los 10000 años a.C. e idean un escaparate de catastróficas casualidades o peligros, para diseñar el comportamiento digital de sus animales y la distante climatología. Por tanto, no terminas creyéndote lo que ves o te cuentan, especialmente, si los protagonistas se caen de un guindo a kilómetros de altura. Algunos saltos antropológicos en el tiempo y el espacio, son perniciosos… Amotiguando el golpe con un colchón invisible.

Esa extrapolación histórica con las facetas humanas del comportamiento, te alejan de la memoria cuántica de la AI, remitiendo a otros episodios cercanos de los que algunos historiadores se quejan y que los directores de cine, como Spielberg, o Kubrick… o el amigo Ridley Scott, defienden porque son puntos de vista y desarrollo de personalidades, subiéndose a la chepa de algún presidente, romano o Emperador… Sin embargo, David Appelbaum no aporta gran cosa a la historia… Y esa obra acabada, en busca de cierta excelencia, termina siendo cuestionada, o no, por otros autores, no de ciencia, que describen renglones torcidos a los hechos. Dejando de lado, lo artístico, lo emocional o lo imaginativo…

Sería necesario, un mercado libre para desarrollar la ambigüedad de los caracteres, la distorsión de las ideas… y el reflejo de una época, que ninguno vivimos. Ideas liberales, respetando la opinión del prójimo, pues la expresión es el orden que define lo pensado, lo que somos… o la que fuimos, más allá del retrato histórico. Ahora son fotos, en las redes que quedarán atrapadas en la memoria, como lágrimas… en el tiempo.

El ABC… documental.

Y entonces, de repente, un apagón… como en esta primera sesión en La Brea y lo caprichoso de las acciones de sus protagonistas o invitados a la epifanía universal. Idas y venidas, de amor y de fe, que persiguen la obscuridad con alguna perspicacia y humor, como ocurre con la tercera de Miracle Workers para TBS, que más allá de sus majestuosas estrellas, Karan Soni, Geraldine Viswanathan, y los enviados celestiales, Daniel Radcliffe y la deidad de Steve Buscemi… dejan a este Oregon Trail, descarrilado de la experiencia anterior, y la comedia queda decididamente, en vía muerta… Sobre todo, hablando de los hijos/as.

Para volver al camino, veremos si con la ayuda de Max, nos precipitamos al End Times, o no… Es, como lo de la luz, o la creencia en cierto Napoleón… ¡Una energía interna!

Recapacitando… ¿qué está pasando…? ¿Es el fin de los buenos tiempos en la TV…? ¿Existe la involución, como en otras cuestiones de la vida?

De momento, la contestación personal es, el aguante, y en otros casos, el abandono… o el silencio, más allá de Botella o los gélidos campos en Rusia. Esto, son hechos… Y es otro hecho, real, como que incorpora datos o expresa reacciones, narraciones con exactitudes demostradas, que servirían de soporte para los interesados en ellos, los hechos, actuales o históricos.

Un paso atrás, descendente en el tiempo, con Breas, otro capricho de la ficción… un descanso en el viaje humorístico por el Oeste salvaje, amarrado a la hija, que es un castigo de dios y del humor descompuesto como aquel muerto de islas remotas… y veremos, que se cuece en la línea temporal que te deja en el filo, esperando el advenimiento de un jefe de Todo, o un Loki, semidios de Marvel.

Mientras tanto, me centraré en el documental… grabado en mi subconsciente por su calidad humana, la importancia científica… o por formar parte inolvidable de nuestra experiencia… De mi recuerdo, que es el ABC Documental.

El Horror… de lo editado.

Cada uno, opinará de su Napoleón, como quiera… o le dejen en esta libertad que padecemos… ya que la margarita expresa, ahora sí, ahora no… Dependiendo de que nos separemos de las líneas argumentales que se dictan, preconcebidas y dirigidas… encontraremos luz u obscuridad.

Las tinieblas de terribles aventuras y, cierto capricho de los acontecimientos, marca las nuevas fronteras y las existentes hace milenios en las culturas.

Pongamos que hablo de espacios insondables, tendremos la observación de los instantes separados de gemelos al nacer, como el de los Siete Días en Marte, que significan el descubrimiento de un mundo, a través de la robótica espacial y el retraso caprichoso en las comunicaciones. Grandes imágenes reales de lo que pudo ser, y es, o la búsqueda de la excelencia energética en Unknown: Cosmic Time Machine… como lo que sería en la experiencia científica,  a través de la colonización en otros cerebros imaginativos… pongamos que hablo de The High Frontier: The Untold Story of Gerard K. O'Neill, que actualmente, está tan en boga, como la realidad misma.

También existen nuevas fronteras en la profundidad de nuestros propios límites, sumergiéndote con cierta exigencia rival, en las frías aguas de un Gran Azul, para destacar a los héroes anónimos, como en The Deepest Breath. Donde descubrimos por primera vez, al rescatador de apnea peligrosa, Stephan Keenan y su pasión. Un, no placer, visual… En el otro lado de la balanza, estaría Isaac Asimov, con su Mensaje al Futuro, donde el verdadero conocimiento, la literatura, la ciencia y la AI, se dan la mano, mediante un gran cerebro. Para todas las generaciones venideras…

En esta frontera del pasado, a algunos sólo les resta, descubrir la última, que es la primera, Gran Pirámide Perdida, por Amon de dios. Amor, digo.

Épocas de héroes… y de Cambios.

Pero también existen, otros horrores más clásicos.

El terror grabado en la memoria del cine, con el Giallo de El Cine Maldito, donde el rojo sangre, vino después del negro de los clásicos. Más profundo aún, cuando el Asesino de la Serie Z, sale a la luz del jacuzzi del tiempo con Blood & Flesh: The Reel Life & Gashtly Death of Al Adamson… que nos recuerda que hubo héroes escondidos, que ahora son legión, como Jess Franco o el gran Paul Naschy, del que se recuerdan las 24 imágenes por año perdido. D.e.p. también, la estrella muy española, Doña Conchita Velasco, una heroína del cine patrio.

Como lo fue la Chica de Oro, que Concha también reclamó aquí, donde se celebra el humor y la calidad humana de Betty White: A Celebration, imperdible por todo su ser… otra heroína del humor.

Y por último, los héroes y monstruos, en silencio programado en el tiempo, para revivir hoy y recordarnos el horror del espíritu humano, que también existe, en los murmullos apagados de los Juicios de Nuremberg, para no olvidar en tiempos delicados y otras censuras. O en el cine, dónde puedes descubrir que el tío Alfred, en 78/52 y con algunos amigos, sabrás que el arte está en todo… hasta en una espiral. O unos ojos en blanco y negro. Luz y obscuridad, el cine mismo. Una ventana abierta a la indiscreción, es el maestro Hitchcock.

Ahora… más héroes estelares.

Igual que una neurosis propagada en el tiempo, existen los errores que definieron tempestad de ceniza, cuando sobre la Isla Blanca de Nueva Zelanda, despertó el monstruo Whakaari para llevarse las almas de los guardianes maorís, una tragedia que no volverá a repetirse, como las apneas sin límites, o las guerras apocalípticas… Esperemos…

Otro magnicidio, despierta a la ciencia y nos enseña que JFK, no podrá levantar más que conjeturas… y tal vez, alguna certeza caprichosa… voladora… o rubia. Otras postura incómodas en el tiempo… Como es el cambio protagonizado por la investigación en el Stone de Nuclear Now, que puede significar una modificación radical de las energías presentes.

Pero, para mí en el humor, además del documental del Barrio Sésamo de Jim Henson, un héroe de infancia, existe el Groucho con Cavett, donde se despierta la voz caprichosa del humor y el anglicismo resiliente, que se dice, para no abandonar nunca el escenario, aunque uno se sostenga a duras penas… Sobre todo, cuando se es un genio.

Me quedan aún, no se vayan…

El Gran Azul…

Los héroes encarnados de la Gran Frontera, la que define a los soñadores intrépidos, mayúsculos como su ciencia o el arte. Hubo una vez, la obscuridad y se hizo la Luz… bajo el mar o bajo los focos.

Ya han traspasado todos los límites y sus hechos, los de nuestras vidas, o las de algunas, como un servidor. Lejos de las mayorías, selectas, existe esa primera línea que define a los elegidos intrépidos, como Jacques, Ronnie o David.

Capaces de dejarte petrificado, con sus significativas personalidades, a prueba de toda expresión oportunista o artísticamente, independientes. Se demuestra en las profundidades de una vida, con golpes del destino y otros ataques provenientes del interior. Como en la vida de cualquier otro, protagonista anónimo, pero que nunca será oído ni reinterpretado, ni siquiera inventando sus propios universos. Fuera del alcance de esos focos, del éxito económico o la fama. Love me dooo, lalalá.

Voy a decirlo rápido, y dejarlo claro, porque son increíbles, sus vidas y los retales que recordamos en las nuestras… Becoming Cousteau, disfrutar de un gorro rojo de lana y la inmensidad de su mirada, azul como el océano gráfico que representó como Nadie. Dio, Dreamers Never Die, porque una voz no se apaga, hasta que nosotros, sus admiradores y seres cercanos, dejemos de propagarla para nuevas generaciones, aunque marchen por caminos imposibles… perdidos.

Y como no, el compartir los flujos espaciales del soñador, don David Bowie y su carácter innovador en todos los sentidos, especialmente, el suyo, impredecible como una Fantasía Lunar, a través de los mandos con el comandante Tom y Ziggy, con sus arañas de Marte… a la Tierra.

Nada con ellos tres, es intrascendente, porque hicieron historia y están ahí, al fondo de los corazones, en el torrente sanguíneo o la memoria, que no es inteligente, sino especial. Son los de siempre, los mismos, los imaginativos, intrépidos, los camaleones cambiante, o no, persiguiendo sus sueños… porque pueden, y quisieron… son y serán, eternamente, los Holy Diver! Viajeros sagrados, estrellas de carne y hueso… Humanos, al fin. En ellos, somos todos… o querríamos acercarnos un poco, a su Luz.

Y una esquela anónima que diga… Aquí yace un lunático… que nada tiene que argumentar, sólo blandir el silencio. Quizás el arte, es eso, el silencio tras la luz… O no… Disculpe que no me levante, señora.

Reposen en nuestra inteligencia, para siempre… a través de los tiempos. Del simple turista… a la estrella más luminosa. Que no… distante, of course, como delfines libres en el mar, David.

El Calipso y la Odisea...


... x Dio \,,,/

sábado, 18 de noviembre de 2023

Pluto. Season I

 

Recuerdas… en la superficie terrestre, una explosión de perspectiva atómica y unas letras en rojo sangre. El año próximo, el joven proyecto de Akira del maestro dibujante, el japonés Katsuhiro ­Ôtomo y su Neo Tokyo con sensación de velocidad y vértigo, cumplirá 45 años… y menudo resultado, un Ser Superior, para un film inigualable en detalles gráficos, estética, planos animados por capas dibujadas y, por supuesto, montaje de escenas en persecución.

Pero, vamos a remontarnos un poquito más lejos… A la mitología romana, donde residían los dioses heredados de los helénicos, pero, con otros nombres. Allí en la antigua Grecia de los estados en guerra, el Hades del inframundo era representado como un viejo de barba cana, con cetro y tocado de casco, forrado de piel de perro, regalado por los Cíclopes… Aquellos gigantes con extraña visión de las cosas. Hesíodo el poeta y el comediógrafo Aristófanes después, decían ser hijo de Cronos y Rea, hermano de Deméter (homónimo del barco de Drácula), y que el mismo hermano Zeus, cegase para que actuara sin prejuicios ante el mal. Por eso, además de representar la abundancia de cosechas o la riqueza, también era emparentado con las malas acciones. Su color era el verde de las hojas de ciprés, expresión de la melancolía y el dolor.

Para los romanos en cambio, era un niño con la cornucopia en su lecho, y poseía el poder de arrebatarle sus dones a los no virtuosos… como crítica a una parte de la sociedad poderosa ateniense. Curiosamente, uno de los hijos del dios supremo, Zeus, fue representante de la virilidad y la fortaleza, como el Hercúleo romano, y por tanto, adalid del orden olímpico o protector del mundo, frente a los ctónicos o espíritus del inframundo. Cada cual, con una misión…

Su nombre era… Pluto.

Antes de la explosión de la 39 Guerra Robótica, proveniente de Asia Meno, se forjó un imperio denominado persa, compuesto por telúricos de Anatolia turca, hititas del oriental o bizantino, armenios y la gente lejana de la antigua Siria, con su capital en Persépolis (hoy Irán), posteriormente arrasada por Alejandro el Magno. Claro, en los dibujos se veía una ciudad estudiantil y más atractiva, humana, como la excelente película animada basada en novela gráfica de Marjane Satrapi ¡Viva el Rock y las mujeres, joe! Excepto las de … plástico.

Darío el Grande, amplió el territorio conquistado por su antecesor Ciro II el Grande, llegando a la India, Egipto, Grecia, Rusia, Bulgaria, Rumanía y la Ucrania, hoy quemada por los cohetes. Siempre… la guerra. La tercera pata, o brazo clavado en el suelo, sería Vals con Bashir.

En la historia real, le sustituye Jerges I, el de los 300 con su literatura o la imagen de Rodrigo Santoro en adaptación distópica del cómic de Frank Miller, combatiendo con un Egipto medio faraónico ya, al que somete, pero no conquista… Cambiando del denominativo babilónico y del zoroastrismo primero, al de Imperio Persa, que intentando vengar al padre de su derrota en Maratón, se enfrenta en II Guerra Médica, contra atenienses y aquellos bravos espartanos, para ser derrotado finalmente en la batalla naval de Salamina. Hoy alimenta el tronco de los ayatolás, su vieja capital norteña en Shiraz y la ley abusiva de la sariá administrada por la nueva Teherán, como se explica en película animada. Es una parte del Islam anacrónico, amigos, y la sombra alargada que tapa aquellas flores cortadas. Quizá también, otras…

Lo que es meridiano, es que al cine y la literatura, le gustan los relatos históricos y la mitología, aquellos que residen en nuestra memoria…

La Mecánica Cuen… Cuántica.

Determinada memoria no se borra… se diluye como las lágrimas en la lluvia… o la tinta.

Para algunos, en primeros lustros del siglo XX, eso de los robots, sonaba a instrumentos para la cocina o cuentos fantásticos, como máximos defensores sociales de las Metrópolis, en el origen cinematográfico como,  para la ídem de Fritz Lang. Esa es la raíz, de casi todo… hasta que llegaron los replicantes de Blade Runner de Ridley Scott.

Sin embargo, esos niños, no lo recuerdan… son una especie de dioses primitivos… ni los de entonces, ni mucho menos, los de hoy…

Por el contrario, empezaron a creer a grandes rasgos, incluido en la España tardía (hoy en descomposición), cuando emergió la primera imagen resplandeciente de Mazinger Z, en los postreros años 70, como un reluciente dios. Esa tele animada, los dejaría atónitos, aunque la generación fuera sesgada de capítulos, empezaron a entender de Mecha, antes de que supieran pronunciar su nombre manga o a sus dueños, Gô Nagai y su jefe de Metrópolis, el gran Osamu Tezuka, el genio detrás del samurái Totoro, pero también de Astroboy.

Antes del planeador rojo de Koji Kabuto y sus gigantescos puños mecánicos, quién no tuvo unos… Japón creció con Gigantor, cuyas batallas ciclópeas serían un alto riesgo para la salud de edificios colindantes, por sus batallas épicas con pilotos. Simplemente amantes de Metrópolis, como el autor de Iron Man 28, Mitsuteru Yokoyama, otro de los padres del cómic nipón.

En los 80, quedamos que los robots ya no se parecían a Robbie, ni los aparatos arquetípicos que sirvieron como guía a los de Star Wars, personalizados por Douglas Trumbull en sus Naves Misteriosas. Sin hablar de cuántica aplicada, todavía, sentados frente a Saturno y los trabajos manuales de Bruce Dern con las plantas. Como los de la generación anterior, se montaron en las alforjas de Easy Rider y las notas de Steppenwolf, luego se sentaron en las estelas, casi fotónicas, de Tron.

Esos parajes, se intercalaron en la novela de Arthur C. Clarke, los que el maestro Stanley Kubrick, desechó para su viaje odiseíco en el 2001. Siempre, todas las fechas, van quedando atrás, inmisericordes… En la misma Akira, sería el 2019 y de bomba, por ahora, nada. Sí, ciudades en llamas, la crisis laboral en aumento y terrorismo, desgraciadamente. Que igualmente el director de la precisión quirúrgica, obtuvo en la nombrada Naranja a través del totalitarismo, la censura… y otras bandas delictivas.

La cuántica robótica, estaba más diluida en el alma de un experimento genético, cuyos poderes parecían ilimitados, al estilo de otro. Y la raíz, estaba plantada como la base de la IA de la era informática, que empezó a traernos recuerdos, de Juegos de Guerra, ´roboces simpas`, destructores, asesinos del tiempo y Kirk Douglas, la versión rubia del ciborg en Almas de Metal, con origen Michael Crichton.

Eso no es todo, eso no es… todo, amigos.

Del Cuento… a la Metafísica.

Nivel atómico, molecular… peligro… y todo quedó atrás, como en el documental de nueva generación, híbrida y delimitada en desechos, dirigido por Oliver Stone, Nuclear Now. Hoy tomada como limpia, para gusto de los campos floridos.

Gigantor, Mazingueres… eran abismales en su concepto y la visión del anime, si bien, las cosas no iban a detener su crecimiento, como la energía emergente del difusor y de los chips. Generando un calor y color, monstruosos, hasta la misma trasmutación o la transhumanización, que generara aquel pequeño unicornio… En cambio, Harrison Ford comía, y eso no era cosa de robots, excepto para la cuántica alimenticia de Pluto.

Así como en Neo Tokyo, la vianda era variada, un poco de Metropolis y la estrangulación económica de Alex deLargue en su ojo, la amistad de los niños con los Mechas, algo de estética europea como ciencia steampunk en April y luces estroboscópicas de Akira, o el romanticismo de Elemental de los ídems, sumado al corazón androide de los replicantes; en Pluto se ´metaelabora` la convivencia con humanos y se genera la conciencia del sentimiento igualitario hacia el cable, entre carne y máquina. Elevado a su máximo exponente, la copia exacta. Con una excelente manufactura, que no llega a la síntesis detallista del dios Ôtomo, pero te deja conforme con el recuerdo de aquel ´joven`, viejo.

Ah, y los detectives fantasmas…

Todo lo narrativo en Akira, como en este Pluto de Paramount Global para Netflix, significaba la diferencia exclusiva de una era, aunque absorbía principios de otros filmes, o incluso, la odisea de La Tempestad de William Shakespeare, de Fritz y su musa de metal que escribía como un ángel, real Thea, y de aquellos años de moteros, de conductores a lo Mad Max, de las clásicas metrópolis plagadas de especies y estética cyberpunk, en subsuelos, sueños, puertas del cielo como tornados… de sus famosos Anillos… a la experiencia de un simple, detective.

Al otro lado de la plutocracia ciega, más allá de las dimensiones griegas hacia el espacio exterior y sus tabernas, la mecánica cuántica enarbolaba  los derechos de los trabajadores, pronto… y eliminaciones de determinadas categorías peligrosas. Es un mundo cruel, con asesinatos en los brazos de Pluto, de Terminators a lo Sean Connery en una cacería solitaria, como lo fue reflejo de Hannibal, el caníbal sibarita. No de flores, ni de pieles… sino de yantares.

Donde las esquivas cosas de la mente, ya no son tan enormes en la materia corpórea, sino que se desbordan a través del pensamiento del niño, como Ser Superior de la especie, conectada al todo. Héroes, como los dioses de antaño, vestidos con mono de motero, pelo lacio oscuro, perfectamente diseñado, o simulaciones con capa de supermanes. Aunque estén rasgadas por los daños y el dolor de la pérdida. Una generación que se alimenta de bits.

Esta ciencia, la entienden a estos ellos, of course.

Una generación con las manos en la máquina, y la mente en la inteligencia que viene, que los más adultos ni la recuerdan apenas, salvo los más friquis de más de cuarenta y tantos… Con lo que cuesta hoy en día, mantener a una familia entera, y luchar para esquivar los peligros y las injusticias, que acechan en las sombras o las redes.

¡Las guerras no son buenas…!, pensó Epsilon, ni en la República de Tracia, ni en los Estados Unidos de Naoki Urosawa, su creador para tv. Es magnífica, sí, padre, luchador contra ellos, como todos los padres que se precien del mundo, mangakas del mundo, delineado y aseado, con dotes sensoriales, inteligentes… amorosas. Su capítulo del piano, es un placer. Tal vez por eso, los cyborgs se parecen a nosotros, para que no veamos el posible peligro de enfrentarse a una inteligencia más poderosa, que sin leyes, no se detendría jamás. Bien explicado queda en el documental de Robots Asesinos, en serie de fabricación, próximamente.

Lo próximo será niños vs Terminators, o Nexus 7 interrogados por el FBI de David Fincher… ojalá, xDio… Por cierto, recomiendo encarecidamente para los más afónicos geriátricos, el documental sobre la historia de los cuernos de Dio, Dreamers Never Die, xDio^2

Y la Traca Final…

Angelicales seres que significaban el final de su aliento, sin saberlo, recordando sus momentos de gloria… más allá, de los mismos dioses. Más lejos, más fuertes, sabios como el humeante cañón de un Blade Runner que terminó su trabajo. Como un niño que se enfrenta al primer amor, o al último, la última flor arrancada.

Ya con cara de anciano, llena de arrugas que trae relatos de HAL-9000 cantando su recuerdo, del Skynet en defensa a ultranza de esta nueva generación por delimitar, del Ghost in the Shell y sus batallas callejeras, incluso heredero de Aelita, en la multirepresentación de roles.

Si significará una nueva especie, o no, con conexiones sinápticas elevadas, es otro cantar de los cantares, u odisea homérica por desentrañar en el futuro… De momento Plutón, va aprendiendo del gusto por lo sensible como The Creator, mas, mucho más divertido y exhuberante, lo lleva al héroe, niño, como partícula subatómica de dios, dentro de un mundo, cada vez más alterado y extraño.

Un dios Astroboy, frente a los 7 ´Roboces` Magníficos… antes de que vuelvan las guerras Médicas 40 y sus ejércitos de 300 guerreros robóticos, siempre quedará un Mont Blanc para perderse. O meterse en una grieta a través del subsuelo, según Oppenheimer o Abril, en el mundo extraordinario de la Europa Steampunk, entre el Napoleón (que veremos su beligerancia) y sus dragones de fuego, ¡Putain de guerre! C´est magnifique… là-bas… o Up.

Porque lo de los Venture Bros, no le entendí… será porqué dejé de ver héroes animados de nueva generación, hace tiempo… o en los tiempos del primer Evangelion, que peinamos ya 5 canas desde el 2019, hacia el 49 de la agenda claustrofóbica. Pero qué bonito fue, cuando nos subimos en el planeador vertical de Koji o montamos en aquella moto pegada al asfalto post-moderno de Akira, xDio. ^^


Akira Soundtrack. - by Shoji Yamashiro


Pluto - Soundtrack by Yugo Kanno


Blade Runner BSO - by Vangelis

Cinemomio: Thank you

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