Cinecomio busca

EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe
Mostrando entradas con la etiqueta Serie TV-Scifi. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Serie TV-Scifi. Mostrar todas las entradas

sábado, 23 de agosto de 2025

The Bondsman.

 


Indetectable, a casi 6 grados de separación… todo espectro, parece inofensivo. Pero sólo unos ojos sagaces son capaces de ver qué se esconde en las sombras… ¿Oh amigos… habéis visto a Mr. Bacon?

¡Han matado a Kevin…! Y eso que se trataba de un espíritu libre, un renegado e independiente. Desde su Filadelfia natal, toda una vida de carreras y duelos en el desierto de Hollywood, cuando él se convirtiera en estrella hace tiempo, de jovencito, ahora se encuentra a esos 6 o más de distancia de aquellos lindes gigantes del espectáculo…

Mas, el que tuvo, retuvo. Y aunque su vista de joven conquistador de hace años, se extinga como el aliento vital, en el futuro seguirá trabajando junto a Kyra Sedwick, en próximo proyecto. Además que, en la historia de aquellos encuentros especiales con el coqueteo, y lo terrorífico, hoy podemos redescubrirle, con tácticas malabares durante aquel vuelo heroico del Apolo XII. Una vuelta a casa heroíca, donde Kevin interpretaba al astronauta Jack Swigert proclamando el manido equívoco de “Houston tenemos un problema…”. Un inciso entre los muertos irreales… Al recordado, recientemente despedido por su órbita histórica, capitán Jim Lovell, que sería interpretado entre planeamientos vitales que no encajaban, por Tom Hanks.

Otro de los salidos, cómicos, de aquella generación de Oro en los ochenta. En este equipo cinematográfico del Odissey, de las sonrisas, coincidieron en dramáticas situaciones con sus huesos a seis grados de la Luna, el añorado Bill Paxton, Gary Sinise, Ed Harris, y por supuesto, Ron Howard. A mandos del cohete en dirección a este edén que padecemos… Movimientos sísmicos, fuegos fatuos y temblores… Y hablando de ellos… Esto es un verdadero infierno, ¡qué calor bro! y sigue subiendo la temperatura. Cuando te encuentras con ella, entre los ojos… ¡booom!

De un lado… Bacon.

Kevin es, de esos actores que prácticamente crecieron como triunfadores, desde aquel día dirigiendo sus pasos a una Animal House… Junto a la generación aventurera de Karen Allen, y la cómica de John Belushi, ahora en boga con la animación documentada de los Blues Brothers, con el homónimo dirigido por el canadiense Robert Valley, miembro destacado por sus dibujos influenciados en Gorillaz, y look actual de Love, Death & Robots, con Hielo, 400 Boys y Zima Blue.

Ganas hay de reencontrarse en esas muertes… Y rememorando aquella mítica banda sonora compuesta por Elmer Bernstein, del que hago rendido homenaje, no ganador de un Oscar hasta dárselo por una película que casi nadie recuerda… Otro caso Kevin Bacon, siempre prometedor y destacado actor, que nunca fue nominado. Pues bien, Elmer había elaborado música para El Hombre de Oro, Los 10 Mandamientos, El hombre de Alcatraz, Hud, La Gran Evasión, Los 4 hijos de Katie Elder, Valor de Ley, Aterriza como Puedas… rememorando a otro de aquellos bailarines, comediantes entre ZAZ, que fue Val Kilmer en Top Secret… sumando b.s.o., Heavy Metal, Un hombre lobo americano en Londres, Entre Pillos anda el Juego, Los Cazafantasmas, Mi pie izquierdo, Los Timadores… y el ritmo moribundo viviente en el Thriller de Michael Jackson.

En fin, pérdidas de los ochenta, por todos los lados, y más allá… que concluiremos, con ese lado más oscuro de Kevin, plagado de sarcasmos, hablando de… que es muy evidente. Pues sus primeros litros de sudor y sangre, se desparramaron en Viernes 13, acosado por la máscara de hockey de Jason, por 12 veces como las uvas, regresó para hacer atragantar de matarile, a más de uno… y una.

Sin embargo, antes continuar por esos lares, Kevin siempre se mudó hacia lugares más cálidos, del Diner de Barry Levinson, especialmente a lo que marcaría su ascenso a los cielos del baile con coreografía romántica, del Footloose de Herbert Rose. Al movimiento rápido de pies y cuerpo, su mirada burlona sería imparable ya… hacia la bicicleta, sobre aguas cristalinas, salvajes, traspasando esa línea del ocaso, que le uniera a Kiefer, Black o Julia Roberts, dirigidos por Joel Schumacher… Otro que tal baila, y dirige en negro, cuando quería…

Luego vinieron golpes de realidad, entre la sexualidad en JFK, Algunos Hombres Buenos, el Río Salvaje de nuestras vidas y la tensión, asexuada, del vuelo feliz del Apollo XII. Doce o trece, ahí andamos.

Hoyuelos de Botas… sobre la arena.

No hablaríamos de Kevin, sin los Temblores, tal que decíamos ayer… y hasta el inicio de otra era. Pues, se cortaba ya la tensión, hace casi diez y seis años, según Frost/Nixon, y siniestramente en los terrores de El Último Eslabón, que nos sacaba de quicio, ¿a quién no, corazón delator?

Y en los pantalones tejanos, nos cagamos de risa, muertos hasta nuestro presente, más o menos, cuando presenciamos texturas ocres como el poli sádico de Cop Car, la rareza exótica de Maxxxine en el Valle, o hasta una vuelta de escoba al Toxic Avenger… dónde él dicen que sería de lo mejorcito, falta por ver… Y en estos momentos placenteros de sadismo, hemos dado los huesos con recompensas metafísicas, de ultratumba. Os presentamos a Bondsman… otro gato con botas, no tan relucientes. Que se pasea entre ambos lados, y sale ileso, no… como los fantasmas.

Está producida como son las últimas tendencias rarunas en triología Wan, Roy Lee, y Jason Blum, creada por un cuasi desconocido Grainger David para Amazon Prime, demonios, de ojos falsos… y mejor, la historia con dote cómica. Mantenida por él, es así, siempre fue Kevin… y lo puedes pasar, medio mal o bastante bien.

Oda… para difuntos.

¡Diablos, no! Esto qué es… entramos en terrenos, movedizos, y sin gusanos de por medio como en Dune. Bueno… alguno si que hay, en la producción atractiva, divertida, de los hermonos Cairnes, Late Night with the Devil… con otro con biz cómica como David Dastmalchian, en estado ilusorio catartico y cínico, perfecto también de Filadelfia, que se las viera ante The Dark Knight, Prisoners, Dune… y la bomba de Oppenheimer. Este acto diabólico es casi obra de culto, ya…

Es hora de recordar a esos monstruos, y monstruas como Ella, vampiros, poseidos y zombies, la novia de Frankenstein... veremos como si las gasta Guillermo sin efectos especiales, sólo trucos de cámara y maquillaje… para estrecharnos en sus brazos, rendidos… a lo macabro, como hizo Mary Shelley en aquellos días lúgubres de tormentosos affaires… en los que, Mr. Bacon mantuvo su extraña mirada entre Julia y Mahershala Ali, el unido al World Rebirth con dinosaurios, como consecuencia de unos tiempos, erráticos qué vivimos. Leave the World Behind, tiene igualmente acorralado como a Scarlett Johansson, a Ehan Hawke, que se estrenó en dirección en Wildcat, fluctuando con la hija de Uma, Maya Hawke, y del que esperamos su careta difunta en Black Phone 2, mientras visualizamos la serie Fishpriest. Y pedir un repaso a la Shelley de la bella romántica, Elle Fanning... Arrodillaos estará en el próximo Depredador y con Barry Levinson en Francis y El Padrino. Ella y Jake más Oscar... ¿saldrá más de uno?

Y andamos despeinados ya… en esas me hallo cuando abandonando el mundo cruel, al lado de unos amigos, rememoro aún los mordiscos rítmicos de la envidiable Sinners sobre otros tiempos… Para inyectarme líquido vital, no del doctor Herbert West de Brian Yuzna, sino en derivación difunta, junto a la Megan 2.0, esa… una máquina de mat… empalmar… con lo más desparramado. Sin gracia, salvo la ocurrencia de unos lobos llamados alfa… me zambullo en las aguas brit-deaths, de 20 Years Later, y empiezo a sentirme como un yonqui sin calzoncillos, intentando ligarme a la bella que se pase por la isla… No la, de las Tentaciones esa, que no he tenido, ni quiero el placer… pero don Danny Boyle, ¡qué me has hecho xDio…! No, nada.

Y así, si pensabáis que esto iba a quedar así… estabais muy equivocados, o zombificados, o algo… ya que todavía no me ha llegado mi Wednesday, ni Aliens con toma de Tierra, ni asoman aún los de Stranger Things, del otro lado del retrovisor ochentero… Cuando voy a contaros, entre muertos y vivos, añorando a las maldades de Gary Sherman, James Farentino, y la época junenil de la Melody Anderson de Flash Gordon y  Robert Englund… a esas vivas, y coleando, que en una fiesta, da para lista de… bailes de época.

Sugiero dos pequeñas maldades, de cierto interés metafísico, la Poseida, que tiene alguna secuencia de mala leche, a pesar de su escaso presupuesto con rarunos insectos incluidos, y monja débil... Hasta meternos en la piel de It Feeds, con pasos danceros parecidos, pero algo mejores, del canadiense Chad Archibald acostumbrado a estos lares tenebrosos.

Y, para el último empujón mortal, por los escalones del desafío espantoso, pero de mejor cara y retrato maligno…  usamos de Ellas, el Bring Her Back (o más comúnmente, Traémela de Vuelta) de los hermanos australianos, Philipou Brothers, en una versión maquiavelica, espeluznante. Con Billy Barret, uno de los chicos de Invasion e hijo de Kraven en Marvelismo ilustrado, y Shally Hawkins, la actriz de El Secreto de Vera Drake junto a Imelda Stauton, o Happy-Go-Lucky, al costado de Woody en El Sueño de Casandra y Blue Jasmine, por lo que sería nominada al Oscar… que tampoco ganaría…

Y por el lado oscuro tenemos su actuación en La Forma del Agua de Guillermo del Toro (… esperando con ansia, su monster) y Wonka, of course.Sin embargo, la otra, la definitiva entre las pesadillas, y los cuentos de ídem… No tiene muy buena cara… pero sí una factura que te deja sin aliento, algunos en Sundance, sin otras cosas dentro… Pues se trata de una maravilla, siniestramente malvada, en el sentido indigerible de la Sustancia, que nada se queda… Pero, si cabe, con acentudado sentido de dar la nota en el plan moderno, de la imagen sexual y apreciada por las famosas… o no tanto.

Se trata de una composición terrorífica, mirando hacia los pies… The Ugly Stepsister, es un paso más allá de la Cenicienta, noruega, entre Elvira y Ella, y te deja con el culo desencajado, tal que zapato metido en mal sitio… Dirigida por Emilie Blichfeld, a la que habrá que seguirla… hasta la muerte. Y nada más, con shows en prime time memorables, leyendas de miedo, retratos de fantasmas, qué tanto os gustan, amigos… me despido, llamando a Kevin…

A seguir por ese camino, bien pierdas la pasta, fama… o memoria. Aún tenemos mucha música que escuchar, jugos de ellas, muchos diablos que visitar en la tele, verdad ¿Jack?… y muchas ¨armas¨ que utilizar en la obscuridad… o nos las veremos con Luther… o doctores inyectables sobre lo macabro. Todo próximamente, parece tener numerología… 2 de Black Phone, Five Nithts at Freddy y The Strangers, 3 de Return to Silent Hill de Christophe Gans, 6 de Anacondas con Black y Zhan, Scream el siete, Saw XI, una predator en Badland y The Bride!, Soul8mate de Wan, no sé qué de Evil Dead, Exorcist y Momia… A tu propio estilo, Kevin. ¡Vaquero!

domingo, 27 de julio de 2025

Black Mirror. Season VII

 


En la comunicación, todo comenzó con los símbolos, que representaban escenas cotidianas… o los gestos humanos, como retratos de la realidad… o los sueños. Sus terrores, dioses, alimentos... la reproducción...

Después, en orden estrictamente cronológico, se desarrollarían los alfabetos, que conformarían nuestras escrituras mitológicas y místicas, dando paso a la profunda literatura… O no, a la ficción que se reproduciría universalmente a través de la invención de las primeras imprentas. Las impresiones de vidas reales o de nuestra imaginación.

Ahora, se presenta el momento, para el avance hacia un nuevo paradigma tecnológico e informático, donde la Inteligencia Artificial tendrá muchas cosas que decir… O incluso, idear por nosotros. Así en esta séptima temporada de la serie de Netflix, Black Mirror, se da un salto más allá, hacia la implementación entre otras facetas, del propio ADN humano, con esos otros componentes no tan biológicos.

O sí, quién sabe hasta que espacios nos hará viajar o poseer determinados conocimientos… O poder… ¡O negocio!

Del Pasado en el Espejo…

Las historias que se contaban, siempre han ido evolucionando, pero manteniendo ese componente humano que es imprescindible, porque somos lo que somos… Desde los actos más sorprendentes, curiosidades del comportamiento, facetas ocultas, crímenes, temores, deseos, investigaciones, descubrimientos, y toda una serie de intervenciones de nuestros cerebros… Como series en los límites de la realidad o aquella zona de la mente recordada como The Twilight Zone, presentada por el guionista y productos Rod Serling. Con aquellos protagonistas ligeros que pasaron extraordinariamente del gris perlado al color obtuso, entre personajes mefistofélicos, de otros mundos, de más allá de las estrellas, o vete tú a saber de dónde... Aquella serie mítica, que se iniciara con la música compuesta por Bernard Hermann, colega de Orson Welles y la Guerra de los Mundos, que sintonizara a aquel individuo solitario en un mundo imaginario y, que precedería a la marcha fúnebre por una marioneta de Alfred Hitchcock Presenta, para CBS y Universal.

En cualquier caso, siempre deberíamos estar vigilantes, por las diversas repercusiones que nos trae la nueva ciencia tecnológica… Ojo avizor, en una sociedad cambiante que, cada minuto, se siente más descontrolada ante la exposición o el anonimato, indivisiblemente. Para que las futuras mejoras mentales, biológicas o intelectuales, pudieran estar al alcance seguro… de casi todos… y el espejo oscuro lo conoce muy bien… a lo largo de los años.

Recuperando, o modificando… como aquella memoria ancestral, cuasi salvaje, que descendiendo a la cueva de Platón, entre las imágenes o ideas reproducidas en una pantalla luminosa, a veces, y otras en penumbras… tal que la memoria de la humanidad.

Las referencias se fueron almacenando en distintos sistemas, hasta crear una base de datos que nos supera, en millones de posibilidades por ahora… dando lugar a novedosas leyendas. Programadas o no, para ser reproducidas como aquellos viejos capítulos, dependiendo a quién vayan dirigidos y pudiendo expandirse como las arcaicas obras del filósofo heleno u otros posteriores. De la Juventud, en Transición, hacia la madurez del saber personal, o con los dogmas de una nueva República Universal, siempre con la necesidad de la Dialéctica y la Crítica.

Conocimiento en todas las direcciones… O ninguna. De eso se trataba también, cuando el guionista y creador, Charlie Brooker, inició una antología sobre la televisión y los ecos, que fundaron la comunicación en una multitud de posibilidades… e imágenes. Más, o menos, acertadas.

Del Capítulo I y II…

Se trata de la vida… o la muerte… en paralelo. Compartida, o no. Rechazada, o repudiada por descomposición de los propios valores… Dentro de la realidad, o tal vez, no tanto.

A finales del s. XV, en los estertores de la Edad Media, se imprimieron las obras platónicas en lugares como el Convento de Ripollés, en versión latina o retornos al griego antiguo. Y así, los conocimientos ancianos, se reescribieron de nuevo, en el sitio de Madrid (por Patricio Azcárate de la Biblioteca de Medina y Navarro), sirviéndose de ediciones conocidas a la francesa, para estudiar los 4 niveles fundamentales de la filosofía platónica… primero, Imaginación (o eikónes), como esas imitaciones del mundo exterior.

De ahí, a la creación (o pístis), pasando por el conocimiento deductivo, para el aprendizaje (diánoia) y terminando en la Inteligencia e Intuición (nóesis)… Y en estos dos episodios titulados Gente Corriente o común, y Bête Noire… se entiende que esa imaginación, da paso a una creación que mejora, aunque también manipula, la realidad, buscando un fin. Y que mediante la deducción de los hechos, podemos llegar a la conclusión de los parámetros que la mueven, formando esa inteligencia… Qué ahora llamamos, artificial… incluidos los anuncios molestos, las oportunidades perdidas, las pruebas en las redes, y la humillación…

Hasta llegar a un punto sin retorno… Bip, bip… bip, bip… biiiiiiiiiip!

… entre el III con el V…

Se trata de recuerdos… en películas veladas, vidas impresas en una realidad paralela, o la fotografía más viva, que nosotros mismos. Ya lo dijo Charlie que se basó en la tecnología oculta en Blade Runner, cuando el mismo Harrison Ford (el detective Deckard de la gabardina a lo Bogart) se introducía en las fotografías para encontrar las huellas ocultas. Y el rastro de ella...

O cuando, Woody Allen introducía a los personajes en filmes que se reproducían en una realidad aumentada, como una expansión de la aventura, el deseo o el amor. Tal vez, alguna película en blanco y negro, o una partitura de una composición dedicada…

En los siguientes dos capítulos, conocidos mágicamente, e reproducidos como una síntesis de la tecnología avanzada hasta la interpretación de los deseos o necesidades biológicas… como Hotel Reverie, evidentemente en sueños, y Eulogy o apología de la retina perdida… o vuelta a encontrar, cuando ya no recordábamos apenas.

Nos invade una especie de nostalgia, que nos sacude hasta la médula, dejándonos en un limbo, o una instantánea congelada, con lágrimas… o una sonrisa… Quizá tan solo, una mueca… ¡quién sabe! Ni el mismo Paul Giamatti, saliéndose del Red (sangre) que nos había visitado en las anteriores, al primigenio Black Mirror. Como si fuéramos putos, magníficos Replicantes…

Hacia el futuro, del IV al VI.

O representaciones impresas de los Beatles… en clonación.

Siempre que tengamos cobertura… o dinero para pagarla… ¿eh?

Pero a veces la creación tiene muchas puertas abiertas, como el código que puede reescribirse, como aquellas arcaicas ideas platónicas… como las interpretaciones del director David Slade, cuando pasó de intrincadas venganzas de Hard Candy y monstruos en 30 Días de Obscuridad, a los capítulos desasosegantes de Hannibal. O cuando Toby Haynes, se metió en las naves de Andor en otra serie de Star Wars, y las réplicas no tan acertadas, esta vez… de aquel primer episodio USS Calister hacia este perdido, Infinito. Un poco ladrillo por cierto…

Creemos que no acaban de despegar, aunque tienen todas las inteligencias a su servicio, incluyendo las presencias – replicadas o no – de Peter Capaldi, Rashida Jones, Chris O´Dowd, Cristin Milioti, Jimmi Simpson, o un recuerdo planetario y mucho más esbelto, de Jesse Plemons. Es probable que se desviaran algo, al pasa por huelgas de guionistas o pandemias, venidas de un infierno… quién sabe si con prácticas digitales, o esos bichitos llamados Thronglets…

Mas, ¡Seguro qué igualmente, genéticas! xDio. O más lejos…

Y aquí, seguimos…

El ser humano, como reencarnación del Mal… tiene bastantes películas que se imprimen en nuestra reciente retina. Con versiones tecnológicas, que nos dividen en posibles representaciones, quién es ángel y quién demonio…

Bestias más o menos inteligentes, que devoran nuestras capacidades, funcionando como inventos… y abren posibles, nuevos territorios… apenas recién explorados. Nos retrotraerán recuerdos… puede que visiones apocalípticas, o tal vez paradisíacas… para los más fieles, a la globalización y la digitalización.

Lo que no cambia es la Muerte,  nunca. Y mira que, algunos, como el gran David Cronenberg, lo han intentado, desde el pasado de su increíble carrera, hasta la tecnología subterránea, en el genético ocaso de The Shrouds, con Guy Pearce, algo perdido, Sandrine Holt y Diane Kruger, en los diferentes agujeros cárnico-metafísicos, y Vincent Cassel, como el Creador de Todo… Salvo de un intrincado guión del mismo Mr. David.

El resto de la historia… es todo, una interpretación… ¿sí o no? A lo mejor… ¡el muerto al hoyo… y el vivo, al mando…!

No de la tele, sino del otro... Ahora podría empezaros a hablar de otro tipo de robot, a lo Ramba, como Megan 2.0 ... pero como no me apetece mucho, voy a terminar con una frase... que ya dijo, Brandel-Mosca… no me toquéis los… Adn´s… joer.


domingo, 20 de abril de 2025

Silo. Season II & Adolescence.

 

La música del comienzo de Westworld, es como un silo que abriera un resquicio de una  presentación generacional para otras nuevas series fantásticas.

Algo así, como ocurriera con Angelo Badalamenti en la entrada de Twin Peaks... Sin embargo aquí, el fondo suena monótono, machacante… Y es que el compositor islandés Atli Örvarsson, creo música para Eurovisión…

Silo temporada dos, producida para Apple TV+ es alargada por gris, remolona, atendida por Rebecca Ferguson que produce con distanciamiento distópico-emotivo. Mas bastantes limitaciones narrativas y económicas, disfuncionalmente pareciera.

Aspectos reiterativos del arriba abajo, y viceversa hacia el hoyo, con diálogos enrollados dobre el aburrimiento encapsulado, y personajes poco desarrollados en la madeja sociológica. Sólo porque son estereotipos algo representativos de nuestra realidad. Se envuelven en su manto. Ligeramente woke, tras pasar por esa primera fase que atraía espectadores llamados a la distopía sociológica de aquellas historias de ciencia ficción, con referencias a otras épocas, la división o emjambre de distintos estraros sociales en rivalidad mortal. 

Como ocurrió en ese infierno interior llamado Titanic... O proveniente de etapas de revolución y muerte en anarquías revolucionarias, a lo Orwell o Farenheit 451 de Ray Bradbury. También entronca con filmes tipo Rescate en N.Y., la clásica Fuga de Logan dirigida por Michael Anderson (La Vuelta al Mundo en 80 Días, 1984) u otras Fortalezas Infernales, sobre las que rotarían las clases sociales, como en las gráficas de V de Vendetta y El Rompehielos. Donde la violencia del cómic se desata con ataque rebeldes, terroristas,tal que la extrema Club de la Lucha. Matrix empirico de dudas, interpretaciones de violencia clásica y política, se ve concebida como necesidad básica para la supervivencia de clases, desde 1789. Pero esta Silo 2 es un amago...

También patina como movimiento lacerante y vehemente que desea la destrucción y la estratificación del poder, con rasgos marcados entre el mal y el bien… y que han servido como ejemplo para muchos radicalismos y escenas separatistas. 

Igualmente, lo peor, para miembros de diferentes gobiernos y establecimientos de crueles dictaduras. En el  aumento de la intrusión sobre derechos fundamentales y el futuro, con favorecimiento a los deseos de los más rebeldes, o el despotismo nombrado por Montesquieu y sus socios. Que darían paso al Terror… Y la amenaza, curiosamente en manos de abogados, comenzaría en revolución sangrienta contra determinados objetivos y fuerzas de seguridad, en manos de Robespierre, sostenido en dos palos como Danton y Marat, que acabaron como el rosario de la Aurora. Sin toques, porrazos o camorras magneticas… Sólo unos ligeros y limpios, cortes, sin necesidad de electricidad, no sillas. Al final, lo importante es el control total por parte de cabecillas o dictadorzuelos, y así eenel Silo, se disuelve el misterio tal que azucarillo inyectado de intenciones envenenadas. Pues el Plan no es otro que, propagar el rollo… y no el rock precisamente.

De ilusión…

El punto, como dirían guionistas anglosajones, es apenas contar nada, mantener el vacío de una historia… que interesadamente se guarda una carta, la más necesaria para el entendimiento. Y es como una prórroga sin fin,cuánto más se aplace el desarrollo con hechos ocultos, posiblemente – no siempre -, se extenderá la serie en la programación de las cadenas, en producción selectiva y propagación de las plataformas, de pago claro. Por tanto, se amplían contratos necesarios de los equipos que, por otra parte, sirven para el mantenimiento de una industria audiovisual, que arrancó bien y se va pervirtuendo. Y de otras teorías… qué no diré…

Algunos piensan qué, no se debería expandir artificialmente el enigma básico con el fin de eternizar la idea oculta, y desarticulada la narrativa principal a través de diálogos vacuos o giros a ninguna parte. Y simplemente por el hecho de mantener el negocio, a toda costa… 

Aunque debería reconocer que, desconozco completamente el sentido de los libros escritos por Hugh Howey para Crónicas del Silo, y desde la temporada I. Esa ilusión sirve de base a teorías conspirarorias, y fallas energéticas, no tan cojonudas - como sanación milagrosa a flechazos-, que valen para distraer a los niveles sociales, de arriba abajo, en la supervivencia. Pero no de la sustancia, calcada para otras futuras rebeliones que no acaban de llegar, interminables como la otra historia radical, que ocultaría las profundidades de acontecimientos pasados, o esas intenciones secuestradas de Fundadores de la destrucción. Pongamos ejemplos visuales, El Último Hombre Vivo, The Omega Man o la neozelandesa The Quiet Earth y Soy Leyenda, claro… Aunque no la Fundación de Isaac Asimov, estaba alargada en capítulos concebidos para manutención de ese caos temporal… indescifrable, por el momento.

De la guillotina al cuello de Robespierre…

Esas convulsiones sociales contra gobiernos, normalmente ciego o corrompidos – como casi todos -, termina en Termidor, y eso significa que la exaltación de la violencia es interminable, hasta que el último incorruptible, pero masacrante, acaba envuelto en cal viva.  

Pues Silo, amenaza con futuras matanzas en cualquier dirección. Donde ya no importaría tanto, esa acumulación de riqueza o la fuerza instrumental para garantizar la igualdad, sino la destrucción de todo lo político o institucional… como en una epidemia, o una crisis apocalíptica. Digamos es base del anarquismo y la señalización del traidor, con ínfulas de autodestrucción en todos los niveles. 

En cada capítulo, aderezado con escasa tensión y acción, en cambio no aparece ni el Marat, ni ese Robespierre de turno… sino que, son pegotes sin alma. Quizás ya que nos ensañarían demasiado pronto, como  instigadores en realidad, que serían los primeros en ver rodar sus cabezas… y se acabó lo que se revolucionaba… Mientras tanto en la espera, de una combustión imparable y cuasi espontánea, dijéramos bajo el prisma de esta sociedad actual – o con la histórica que significaría lo mismo al fin -, se vuelve eternamente amenazante. Es decir sin resolución, o poniendo humedades a todas las mechas que se irán prendiendo, como importantes en el guión. 

Así que, a la sociedad de los humildes, aquí representada en lectores y demás… le toca aburrirse hasta niveles, del 90 al 130 y tantos, o más. ¡Esperando el Giro! O la llegada del nuevo Mesías, nueva... una hija espabilada de la Dune.

Jurídicos… Ley inventada.

Cuando eso ocurre en una serie, mala Ley… Es como una Justicia de andar por casa… que no va a ninguna parte. Una cuestión semejante al Derecho tontón, que se estira como un chicle, sin aplicación ni explicación ninguna. Y el personal, esto es aquí, sólo desea que el Silo se caliente, o reviente de una vez por todas… Justicia divina, se llamaba, por agotamiento mental. Donde es evidente el motivo, que no sabremos nunca – o hasta última hora de la última palabra… en postrero alzacuellos -, de dónde provienen los artículos esenciales, ni la consideración de esa especie autarquía con los que se protege o veta a los demás ciudadanos. Claro, en sentencia de la libertad, con la que los principales protagonistas se limpian el ojete, y que tantas veces se ve reflejada en realidad… Cómo se va escondiendo eso que denominamos, la verdad.

Lo que tapa el argumento principal, una y otra vez… Repetida e insaciablemente, por falsa voracidad de suspense inventado. Jueces son los que traman todas las articulaciones posibles, para salvarse…

Y cuando todo se dirige a un sumidero putrefacto, y los nombres son… bueno, ya lo debes investigar… entonces notas que tal ley no sirve, pues nada dice… nada más calla y corrompe… con dictámenes en papiros, tostones, que los que se sirven, ven como vil siervo de poder absoluto.

Dentro de una localización, cuasi astronómica… tendremos que llamar al escultor planetario a ojos de Jim Carrey en el Show de Truman, para una explicación. Hasta el final, pero sin aplausos ya del público. Un silo sólo de uno, frente al todo… que de existir más de uno… sería un 10 Cloverfield Lane para Expedientes X. Y pienso qué, no… es el caso. Sino epidodio ilusorio, y ya… a mano del Tim Robbins, como Maximilien El Incorruptible, sí.

Silo… no le… educas.

En este punto, de disociación de ideas… Para descubrir que otro de los líos, que Silo no desentraña y es rémora dramática irresoluble e incierta, es el tema extendido de la reproducción. 

Entre  parejas del sistema, que son ojos del Guadiana o madres coraje sin desarrollar… y algún padre que anda por ahí, haciendo trucos. ¿Es capricho o es una consecuencia… sobre algo qué no sabemos en este laberinto repetido en formación helicoidal…? Pues como lo vamos a saber…

Genéticamente hablando, existen pocos niños, son excusas de una temporalidad alienada, padecen de mala alimentación y cierta educación prácticamente invisible… Así que, sería normal que tuvieran ciertas deficiencias. Y aquí, es dónde enlazo con la polémica…


La Serie… Adolescencia.

El ADN. Esa especie de escalera biológica, en la que no se sabe bien, si subes o bajas, en el destornillador social. Ahora se empieza a vislumbrar el giro, con alumbramiento de aquel código completo del genoma humano, con todas sus secuencias repetidas o codones, sirviendo como libro de la vida histórica de la humanidad en hilos. Con sus nucleótidos o caracteres alfabéticos, en pares, en forma de capítulos o en cromosomas, simpar, que contienen genes o regiones con algunas de esas proteínas que nos caracterizan vitalmente. Y el desarrollo mental... Si bien no siempre, por culpa  de la herencia genética de los padres o más allá... que pareciera… que a alguno, eso transformara en imbéciles, machistas o asesinos. Y ni mucho menos… ya que existe otra forma de herencia. La que predomina por educación… y aquí, existen distintos estadios o medios para la formación, y la devaluación o desinformación. En la común, y espiral izada hélice de la viviolencia, como la Niebla,  muchas causas provocan esa ignición, y muchas de ellas  provienen de la juventud o infancia remota. 

Como en el caso, bastante desorganizado e ideado en cierta malicia, que observamos al protagonista, aciago, de la serie Adolescencia. Habría que estudiar porqué, ya que está creada por un actor de Liverpool, Stephen Graham – enfocaso al género violento por  Taboo - pronto nos veremos -, o los fucking - también en pantalla grande, vere - Peaky Blinders; y que interpreta al padre del joven de 13 años con graves trastornos. Lo esencial es dirigido en escenas secuencias unicas por hora de capítulo, para recalcar lo incómodo de la situación, a todos los niveles, razas y clases. La estética aprende del ojo, también del actor Philip Barrantini (uno de los Band ofBrothers) para mas señas, Netflix.

La polémica servida, en bandeja generica, y el follón de la política, de razas, y del nombramiento de estereotipos, con esparcimiento de la confusión. Frente a realidades, de señalamientos y apuñalamientos, que no son lo que fueron… ni serán. Y es que el desarrollo narrativo se compone de cuatro capítulos separados, plagados de dobleces e incomodidades, silencios, pasos, discusiones...  donde se establecen recovecos privados y relaciones prohibidas en redes sociales, qué no se entienden del todo, o los adultos… Y los progenitores, y educadores, y protectores, y juristas… y mierda… política y opinadores, qué es lo más viciado y corroído, en la totalidad. Ahí, se ve mucho Robespierre/ra, campante… Y distorsiones, al máximo,emotivo, por las voces catalizadoras, que emprenden la cruzada contra la masculinidad anglosajona y demás. 

El retrato en una sola toma, es un verdadero sube y baja de las conspiraciones, y las estulticias ideológicas,  ontundentes para golpear, sin huella, que se representan con cenicientos escalones de la enseñanza. En escuelas públicas, foros de redes globales, institutos granulados, en acusación de la pornografía y las familias de obreros con escasa educación, que se cuestionan. Y la violencia qué… ¿y el alcohol, y las drogas…? Pues, eso. España es diferente. Bueno, y los Pistols qué...

Esta serie perpetrada a base de verdadero hormigón armado, si bien posee sus puntos de ruptura… entre ojos vidriosos, de culpa, desazón o inutilidad… se distingue por géneros en una guerra atomizada y que… amenazaría con volverse universal. ¡Se conseguirá, sin duda!

Condolencias…

En ellos, ojeras, enfocan  penosamente, la escasa profesionalidad de los profesionales… profesores en aulas que parecen no haberse desprendido de los males de una sociedad. ¿Recuerdas cómo eran en otras épocas…? Quizás… se debería haber interpretado a la primera, cortando de raíz a aquellos delincuentes juveniles, psicópatas en potencia, que iban a las clases a reventarlas, o infundir su reinado de terror y maldad… Esto es, introducirlos en otros sistemas alternativos con rejas, no sé si psicoanalizados o penalizados, hasta su redención final… o la otra. 

En segundo lugar, no menos doloroso, sentir la incapacidad de las fuerzas de seguridad para acometer delitos producidos por estos jóvenes problemáticos o delincuentes juveniles. Aquí, hasta el declarado asesinato… demostrando cierta indefensión o desgana en la labor por estar abandonados, o manejados, con desgobiernos, corrompidos; o tal vez, asfixiados por parte de la cobardía, frente a bandas organizadas y matarifes de nuevo cuño. Causa dolor, y pena… mambrús.

Y tercero, la psiquiatría o la protección social de psicólogos infantiles, en lágrimas decimonónicas, contaminadas por la diversidad, pero de qué… y con prácticas, generalmente a manos de las profesionales femeninas, donde apenas existe la mano dura… y se satisface con otras entregas. Esto es, bajar la cabeza ante la provocación y admitir el llanto, sentir miedo, a través de esos comportamientos ultra-violentos, como bien señalaba el personaje de Stanley Kubrick en la Naranja Mecánica. Álex, todo no ha cambiado tanto… Es lo que vivimos actualmente, aquella herencia… Con menos años, eso sí. 

Y sin embargo… existe una explicación… Pero, no te la voy a destripar… tendrás que ser tú, la persona que descubra las ocultas intenciones… la complejidad del secreto en el fondo… Lo obtuso o lo caprichoso… lo que permanece en último eslabón de la cadena… del Silo… de la contienda que se presenta, demagógica y dolorosa. ¡Descúbrelo, sal ahí… y no porque te lo explique Fotogramas…!

Tú decides… si se distingue malevolencia, o no… sí esto o aquello. Pues es probable que,  al llegar a la mente de los espectadores, se confunda como una especie de capricho informático, un virus natural, cuando puede tener una finalidad meridiana y representativa de caos. Lo que parece bastante claro, es que esta sociedad avanza desde tiempos inmemoriales… bien da un paso para adelante, y dos para atrás... A veces, con derecho y otras, izquierdo.

Y tecnológicamente avanzamos, es lo que vende (de ello se alimentan, y reproducen muchas familias…), pero intelectual y lógicamente, retrocedemos en muchos sentidos. Desde las cavernas, hasta la autodestrucción… en 3… 2… 1… ¡Ignición! ¡¡Fracaso!! La soledad, o esa cuestión que se propone como “popular”, y no me refiero a pájaros, sino niños, niñas, con esas maquinitas infernales, que les guían, o les dicen que la soledad, es una imposición de los poderosos… dónde la única salida es alienación. Y dolor... 

Y desde aquel mal sueño que vino en el año 20, tal que maldita pandemia mortal… Nos hallamos en el proceso, en el que, alguien, algún día, deberá explicar a los ciudadanos, el por qué sucedió, qué planes de exterminación podía contener aquel hilo contaminante… creado, parece… y cuántas muertes fueron causadas por el jodido virus y la enfermedad, cuántos se encerraron en un tipo de locura interior… qué número de familias, arruinó y cuyos miembros se encerraron en la pérdida social, o terminaron así, con sus propias vidas… qué causó la Covid Persistente y las contraindicaciones de algunas de sus vacunas… y la Oms que nos toreó, sí o no, en protección política que no médica… y en sintonía médica, con quién.¿Quiénes son acólitos?

¿Por qué hoy, se ataca a la paternidad de esa manera tan descarada… y a la familia? ¿Qué fue da la autoridad paterna…? ¿Serán los hijos, las auténticas víctimas…? El futuro de la humanidad… ¿mejor? Ya… Y cuántos murieron después de las reclusiones mundiales, tras desastres no cotejados o manejados en el acto… y cuánta gente desapareció, o fueron asesinados después, por culpa del uso de armas, o las bombas… 

¿Qué significaron… esas guerras, y éstas educativas? ¿Y el hambre, derivado de elevados precios de alimentos y servicios básicos… disparados, como insectos proyectados? ¿Cuál es el sentido de este control de la reproducción qué vivimos… que esconde esta teoría de estereotipos cambiados y géneros? ¿Cuál es el fin de todo lo sumergido… en la obscuridad? ¿Quién es… el asesino real? ¿Quién se esconderá tras el nombre, de Brad Pitt?

Como diría aquel… ¡qué ese amor perdido… lo resuelva o halle tras escafandra o máscara catártica… la Capitana Nemo! O la que sirviera como musa para David… Y resoplamos en estas 20000 leguas que nos ha tocado viajar, a ninguna parte o a todas… Hasta que llegue el globo, que nos devuelva a la realidad, tras aquella suerte de, Mago de Oz… De la magia de Lynch, con sus mujeres, que no eran princesas. Y las jóvenes no solían ser madres… sino hijas, de las más salvajes. Lauras, y Judys, contra sus brujas del Oeste, y el steampunk cincuentero… siglos mediante…

Creo que la respuesta está en el viento, una bandada o unas estrellas, con el helio del amanecer dorado – cuasi sepia…, tras arcoiris y la canción dichosa a vuelta…, con Dorothy cantando al igual que Elvis, alejados ya de la espiral que las condujo a Emerald City… y el Mago qué es cabroncete… quiere escapar elevándose en el horizonte cachondeándose del personal… y riendo, pensar… ¡Os lo dije!

Y entonces, ya solamente quedará nuestro disco duro, enterrado como una triste reliquia. Sin el sendero de baldosas amarillas, para el regreso a casa… Ni para ellos, ni ellas… No para algunas series, ni Garland, ni Hollywood… que, ¿es lo que parece… o no? Viaja e intenta aprender… o apaga y vámonos. 

1...


... 2...


... 3

lunes, 7 de abril de 2025

Severance. Season II

 

¿Qué es la conciencia…?

Se suele desarrollar en mente de seres humanos, como una cualidad intrínseca que permite al individuo tener noción de sí mismo y del entorno que le rodea… O sentir algo, si la prevalencia es emocional. ¿Pero… qué significa, ser consciente…? Invariablemente, la consciencia pertenece a la moralidad o la ética. Nuestra capacidad intelectual, suma valores, creencias o necesidades, mirando al futuro. Y su desarrollo, ayudaría a crear conciencia, gracias a la famosa pirámide de Maslow.

Hacia dónde nos dirigimos… El sueño.

En un chasquear de dedos, o tacones con zapatos de rubí, como la Lula de Lynch o la Dorothy del escritor  L. Frank Baum, flotamos en la película del 39 dirigida por Victor Fleming. Y allí nos vemos imbuidos por ese mundo sensorial y emocional… que se dividía en dos concepciones, con un mismo fin. Tal que delirio de la propia existencia junto a unos seres que transitarán,  otras perspectivas futuras alrededor del camino de baldosas amarillas. Pudiera ser cualquiera, en realidad, o no...

Junto a la protagonista, forman un cuarteto de  una manera idealizada, que baila y entona sus miserias, y precipita sus aciertos que se irán desentramando de lo desgraciado a lo salvaje, en un viaje… Cómo si nada, mientras Mr. Cage te canta una canción de Elvis, y Laura salta sobre el colchón de otro motel de carretera de Lynch… Aventura que viaja sexualmente de mano de Lula y su ente materno, bruja de carreteras perdidas de la mente. Acosada por otro palo de escoba, Mr. Dafoe.

Sin embargo, la mayoría no sabe, o no ve, que es otro tipo de Dorothy más actual, teatral y sexual, disociada. Pues un espectador vive el presente habitualmente… o el elegido reflexiona con imágenes y compara la narrativa. Aprende, o sueña, sobre lo que aconteció en una síntesis diversificada del pasado. Y casi siempre, siente un futuro incierto… Que, para Dorothy es la familia, la vuelta al origen, al calor amoroso de su casa en aquella Kansas en sepia. Y para Laura Dern, vaya Laura obtusamente en plexiglas, es el reencuentro familiar definitivo.

Por métodos naturales, o no – ya que existen seres volátiles y ultrapoderosos que nos arrastran-,  se establece la pura supervivencia y la búsqueda del todo. Con pensamiento crítico que transita sobre pasillos extraños… mágicos, casi lisérgicos, binarios o surrealistas, en una Separación de personalidades. 

Y así comienza, o prosigue la disgregación al encuentro de la verdad, el amor verdadero, durante la segunda temporada en Apple TV de Severance, y corremos al encuentro de su protagonista desmemoriado, guiado por sensaciones primitivas, deseos sobre cámaras en tiros imposibles, globos azules y profusión de sonidos.

Muchos artistas, y algún trabajador casual, lo consiguieron a través de su, más o menos, prolífica obra. Alcanzar el objetivo vital, ¡el Camino! Con ello tratamos, ¿verdad, Mr. Werner Herzog? Mr. Lynch, q.e.d., genio y figura hasta en la sepultura, Night perfum Jasmine.

Los Docus del Destino...

No, no me canso de verlos... porque forma parte de la infancia o la juventud de muchos aficionados, porque son nuestros héroes, porque seguimos sus pasos - aun fuera en suños...-, fuente de inspiración, de placer, infinito, de excitación o de paz, como aquella Judy Garland de extremos. Del éxito a... un camino.

De la fuente incógnita del regreso, de la monumental fuerza de nuestra naturaleza, que describe en el documental sobre su personal Radical Dreamer… Entre acuíferos, osos grizzlis y extrañas personalidades… como el Klaus Kinski. En su tranquilidad frente a esa cólera de Dios, o no sé qué bicho, le ha picado… pero era el suyo. y la inconsciencia eres tú. Como lo fue para Delibes, y muchos jóvenes.

Al otro lado, seccionado de la realidad que aconteció en sus rodajes… como en la perspectiva de Otro documental muy recomendable sobre el cine, de Francis Ford Coppola y esa novela que originó un mundo separado como Apocalipsis Now, y el mismo Kurt en el Corazón de las Tinieblas. Igualmente existe por ahí, otro sugerente sobre la vida increíble de… hablando entre monstruos y nosferatus europeos, claro… en Muertes y Vida de  Christopher Lee. 

Que, en misma ruta oblonga del contraste sepia de una marioneta, y los colores del irreal Oz que sería La Hammer, podríamos visualizar los mundos cambiantes de Alfred Hitchcock, Frank Capra, Walt Disney, Kubrick, Malick… o Dalí… o Don Luis Buñuel. Sólo que en forma de espía británico, familia de Fleming, Ian, y monstruo de la aciación y algo más... cálido como la sangre flemática.

O la que surgió para toda una vida, desde aquella visión del Sr. Fleming, en la transición no menos genial de Oz a Mr. David Lynch, y sus episodios psicodélicos, en transiciones poderosas. Y aquí, abro una juiciosa… cortinilla. Que es división de las infinitas conexiones, con el cine y la vida, con la música, y las estrellas, a través de la mirada de Judy Garland.

Encantamiento… surrealista.

El Mago de Lynch/Oz, no se circunscribe a su sola personalidad y obra, sino que abarca el más allá, del arco iris. A muchos aspectos que forjaron el arte visual actual, como paralelamente desarrollaría John Waters en verbo y gracia… gracias, a una cámara regalada por su abuela. Qué alejóle de otros asuntos conflictivos en las calles… Cuando a otros, llevó con zapatos de tacón, directamente al agujero, la madriguera de Alicia, o el huracán reiterativo, de Mr. Lynch a los intis/outis en la distopía de Severance, una consecuencia de identidades dobladas. Pues, evidentemente, algunos vemos una… ¡Gran Conexión!

Llegando a profundizar, gracias a este increíble documental que me abrió las carnes, a los ojos del cineasta, socavando los nuestros en canal, como si de Naranja Mecánica se tratara… Veo lo que nos quiere decir, lo que reinterpretamos en nuestra consciencia, mientras añoramos al artista recientemente fallecido, enseñando – o palpitando como corazón salvaje -, sobre aquellos pasos en blanco y negro, iniciáticos de la Cabeza Borradora. A esos ramales pesadillescos de la vida, en paralelo, que significaría la decadencia de Judy, y los prejuicios de Hollywood, lleno de monstruos y entidades fantasmales. 

Emprendemos el camino de sus pensamientos, de la familia de Terciopelo Azul en reflejos, al ojo de un niño que se convirtió en Hombre Elefante, que ya no quiso ser el monstruo… por la fuerza. Sino viajar… como cualquier otro, normal... y guiados por la Carretera Perdida, redescubrimos senderos minimalistas como pasillos, no tan limpios o claros, hasta experimentar la redención vital. La del hallazgo dde la familia, sobre un tractor renqueante al final del viaje… Y el final de su Inland Empire… que es Judy tirada entre recuerdos, cuando se fue esa magia. Que, en cambio el cine convierte en inmortalidad. Y Lynch lo es, a su manera...

Mirando siempre hacia atrás, nos situamos como espectadores mimados, como como la pequeña Garland, forzada a travestirse de joven, sino transportados a  aquel primer existencialismo mortuorio, del primer capítulo de Twin Peaks, y más allá… al destino mismo, con los ojos cristalinos de Dorothy  en el Mago de Oz. Eso sí, luchando siempre, Lynch… con brujerías inhumanas y palpitaciones de terror.Todo comienza con un telón, que sube, sube… hasta abarcar el sentido crítico de la existencia misma, de cada quién, pues debe de caer... y podría ser hasta los infiernos, personales o surreales.  

Buscando el camino, de pertenencia a un lugar, qué siempre estuvo ahí, a tus pies… en cambio, muchos se pierden, los hacen perderse... Y que según explica Mr. Herzog, después de pasar por mil y una experiencias, y lugares y personas, estaba siempre en la memoria indescifrable. Ahí mismo. Pues de otra forma perdería, ese sentido, nacimiento y Ser, cuasi mágicos. Recorriendo madrigueras como conejos, en el otro extremo de lo sensorial, estaría el químico devaneo de Alicia en el País de las Maravillas en Severance, o intrusión metafísica en cabeza de trabajador, binario, enamorado.

Y con ayuda, no de la mente, sino de las sustancias que excitarían la de Mr. Waters… y las voces que dirigen nuestros próximos pasos, nos hallamos en una encrucijada. Sí o no, odiar o amar, ésta o aquella… algo parecido a las pastillas que Neo, con figura femenina, que decide ingerir para endiosarse. Convertirse en un Ser Superior, o siemple mortal, uno o lo otro... Para Lychn el fin, que todos vuelvan a casa, y acabar con todos los monstruos, brujos, mentes artificiosas… mentiras. Quizás, por ello, crea sus propios mundos, como lo hace ahora Mr. Stiller.

También lo hace el Agente Cooper, con esa voz en off/deOz, del videocasete… pronunciando la importancia de un café y el hogar. Contra risas oscuras en el espejo, los cigarrillos del padre, y de los posos más negros aún, que un grito o reflejo del otro lado. ¿Quién es ese..? Es el mismo que se pasea, ante la pantalla y te liquida… de sopetón. Pasado de adicciones, de confusión mental... de ostracismo social. Los personajes lynchianos se coronan en sus reinos inventados con el surrealismo, luchan entre ellos, o se vuelven violentos, sádicos reales, demoniacos.

E imaginan, nosotros... como sería su futuro, con sus derivaciones cerebrales, divergentes,  transitando a nuestras cabezas, experiencias, sonidos..., que tuvieran la capacidad de discernir entre aquel mal, y el bien, la chica inocente. Y Lynch, vio esa realidad y sacó la varita… rió en pos de la felicidad y al final del cuento, que es historia del cine y Norteamérica, se forjó como un artista irrepetible.

Y nosotros – yo -, lo disfrutamos como munchkin… en aquel sofá del Hotel. Sentido como acobardado rey león, la mayoría, errado como espantapájaros, y vivido, si te dejan, como un completado, hombre de hojalata. Somos metálicos, en las oficinas, y humanos en los jardines botánicos, con mundo al exterior… Eh, nice!

Viajar entre Mundos…

Es la Separación, convive la gran Ruptura de esa realidad… con la obsesión de lo controlable, la transmutación, de lo inimaginable… en dos personalidades, que se saben… pero se desconocen… Salvo por algunos, que poseen ese don de viajar al otro lado, y observar la diferencia. O lo buscan, incluso en los tópicos sueños… privados del dolor, como una meta.

Pues en ellos, no lo sientes, somos otros… sudas sí, pero no lo notas. Tras día de calma aparente, como cualquier otro que empezara con música, banda sonora de nuestra vida… Ay, Judy, Ay mi querido Gene Wilder, nos vemos al otro lado del arco de colores, de risas y canciones, de bailes monstruosos... que ahora estarás carcajeándote junto a Mr. Hackman, xDio…  si Dio también estará riendo, con los cuernos al cielo… Pues bien, si hubiera concebido en mis sueños que Mr. Wilder se fue escuchando una canción… Sí, el documental Remembering Gene Wilder, lo cuenta, cita al Somewhere Over the Rainbowww… Ok, otra Dio Connection, que nos dirige al otro Gene. Así son estas cosas, de consecuencias inexplicables, apagadas en la memoria, hasta los más preyslerianos, ay Val Kilmer, que dejaron su voz y del que recordaremos despidiéndose con esas risas… en top secret.

Es, en esos momentos de choques cotidianos y correlaciones , cuando vemos la cara del mal común, el destino que llega... De pronto, nos vemos arrastrados por una fuerza poderosa, casi sobrenatural, sin serlo… ¡o sí! Donde un enorme tornado es capaz de tragarse todo, lo que fuimos y seremos, mientras las mentes recordarán, al protagonista, a Judy como Mr. Lynch de manera reiterada. Y los tiemos de USA, que forjaron el espíritu de una nación, a base de fantasmas. como todas, por otra parte, pero ellos con hollywoodienses, que son otro círculo...

Es curioso como recuerdos se mantienen aún en nuestra mente… mientras vemos vacas volar, mundos desdoblars y nos acribillan, todo tipos de elementos punzantes, cortantes, contagiosos, electrizantes… Y mientras nuestros amigos o familiares, nos lloran en otro mundo… extrañamente, cuando observan ese tubo de luz y tranquilidad, en paz que nos transporta a mundos paralelos, y en su vorágine, la espiral vuelve en segunda mitad… Para decirnos que, en el documental The Twister, alguno seguimos vivos, pese a quién le pese… a ese puto virus que le parió, qué a gusto no se quedó… o la pura casualidad.

Esa mirada inocente, algo hitchcockniana, nos recuerda que los vaivenes emocionales que nos dibuja, es transición de imágenes en sepia a coloreadas, como alternativa a la realidad gris, o el cine de épocas dorada, donde El Mago de Oz, se hizo fantasía, según palabra del genio Lynch. Y trató con sus silencios extracorporales, sus percepciones, sus personajes sádico-sociopáticos, los dobles de sí mismo, quizás, aquella aventura. Y como magos hitchcocknianos pasearan por unos segundos en su filme, en presencias espectrales en reparación, de heridas, que perdurarán para la eternidad. Como amistades... ¿es cierto?

Así los artistas, con vidas mortales, al fin y cabo, de lo real, se volverán omnipresentes, como Elvis recordando los 60 en pasos de baile y voces digitalizadas, como archiconocidos Doppelgangers en nuevas eras… y los fantamas que persiguen a agentes de Vértigo, y los magos que atisban o no, la muerte en directo, sueñan que colgó en el fondo de un fotograma… Sabes, se transportan a tu recuerdo magnético.

Y por supuesto, de esos polvos en el camino vacuo, emerge de Severance, tras telares rojizos, las abstracciones infectas, las negaciones y todas esas referencias, con que se confecciona la cultura americana, y la gran empresa. Es la nuestra porque estamos influidos por ese chip incrustado en el ser, of course, como Dorothy en píldoras. Mas, alguna obsesión que otra que tiene que ver con violencia, que haberlas haylas, desde el oeste, y muchas más en la historia… Sólo observar el grito, de dolor rasgado… como cortina.

Y entonces, en un instante de íntima consciencia de mi existencia, como si una mosca centrara nuestra atención, o dentro del ojo mortecino, que es un resplandor, con segunda parte de oscuros, Lynch se dirige a buscar la felicidad al final… experimenta, quieras o no, el viaje a Oz en tus carnes… y en todas las películas que viste. La ves a lo lejos, es ella, Judy… El Amor. Partido por dos… cercenados.

Amor a Lynch… ¿sano?

El director homenajeado, David Lynch, lo atravesó durante muchas reinterpretaciones de aquel viaje que viera de joven, Someday over the Rainbooow… y a través de la figura teletransportada de la real, la actriz Judy Garland, con sus facetas artísticas por etapas, se desmoroón. En cambio, el enamorado de Lynch, para vivirlo, no necesita sobrevivir a The Twister, ni acabar con sus temibles brujas que te atraviesan vivo… solo necesitaremos visitar a un mago protector, o redentor, en uno de sus filmes revolucionarios… Fantásticos como la vida misma, y sus pesadillas de doble cara. Dicen que amor, es eso, como una margarita deshojada.

Y el Ser todopoderoso del cinematógrafo, como domador de osos o volcanes, en un documental natural de Herzog, o la selva de Kinski, se transforma en el jovencito Frankenstein de Mr. Wilder, y se saca un humor muy particular de un dedo quemado, mientras te muestra los colmillos de Lee, o el monstruo de otra vida. 

Y esto creo… que le pasa un poco a Ben Stiller - o los encuentros monstuosos-amorosos del guionista Dan Erickson en un trabajo que desprograma…-,  transformando a Mark, en segunda piel del insondable actor Adam Scott, que pudiera ser ud. Por no hablar de sus tres compañeros… de viaje divididamente existencialista, de singularidad laboral, corazón, mente y espíritu.

Ya que por Severance, acontece todo el tránsito de un personaje a otro del arco, se siente lynchiano, en caídas a agujeros negros, pero, de verdad eh… como Poterville, sabes... Y – algunos -, que amamos esa forma de contar, de buscar recovecos imposibles con cuentos, de analizar la naturaleza, en la corteza de un árbo, en pétalos... también alabamos las visiones minimalistas, como haría el mismo David… Recorriendo la ciudad mutada en dos, mientras el protagonista redobla sus fuerzos, visitando el exterior. Comienzo de juegos, gloriosos escenarios vírgenes, antinaturales presencias… infantiles, angelicales o románticas. Y lo ves, un poco del Mago vuelve a estar ahí… atravesando todos los muros, armarios como ascensores, festivales musicales, y mentes.

Tal que agujero sin fondo… el amor, desconectado, vuelto a conectar, desubicado, cercano, hallado, regurgitado, odioso, animalesco, húmedeo, soñado… Todos. De momento. Excepto el decididamente turbio y pervertido,  que es cosa muy de David -, a salvo en la diferencia emotiva de las otras parejas, como la del actor Zach Cherry y su esposa, selectora… o el espiritual de  John Turturro con Christopher Walken, que pudieran ser alter egos de los personajes lynchianos. Aquí los ganadores, no existen, de momento… 

Son percepciones, estereotipadas, que cuando retornan a casa, perdidos, se hallan… o no. Estas consideraciones, extrapolaciones del pensamiento lynchiano, anilizando a Oz desde voces externas, también, son como líneas desconectadas, paralela en tiempo y lugar, que no se deben encontrar. Del fuerus emotivo, familiar o social, y el interior desconectado del trabajo, que sueña... con la existencia de unos seres libres, tal vez. Atrapados, sin preconsciencia, oficinistas de Lumon, vehículos que buscan su lugar en el mundo. Si es que existe, veremos... por Jimmy, no Stewart hoy, sino Page.

Luego, seleccionado tras la puerta en último término, dependiendo del lado en que estés… De la persona que seas, o quieras… podrás realizarte, en la búsqueda de Judy… O simplemente, si al anochecer, te levantarás como monstruo, lo sentirás… serás cercenado, con la mente amoral del Young Frankenstein… y tantos guiones que sorprenderían… a un amante. Rock and Roll, baby...

Ejemplos de… Judy.

Serás… ese mago que secciona a la dama, en dos, como en un truco de magia. Y confundirás sus partes, como la Emma Stone de Pobres Criaturas. Por no mentar las historias superpuestas y dirigidas por Yorgos Lanthimos – otro de los suyos -, que se distorsionas y multiplican en Kinds of Kindness, para cercenar el amor… con forma de higadillos. Y como las versiones de sí mismos, Jesse Plemons, Margaret Qualley (La Sustancia), Hong Chau (La Ballena) y Willem Dafoe, provocan miedo, hilaridad, irrealismo, duplicidad corporal… entre sueño y dolor.

Mientras que, para otros/as, todo se trata de sugestión. Judy a través de una canción, una maldición, puerta dimensional, encuentro de necesidad, o de aceptación, verso… En definitiva, una herida que no se cierra. Un cuerpo tirado sobre cartones, lejos de su familia y amigos. Una etapa confusa de la vida, carretera recta, plagada de curvas, espirituales, de humos, un accidente o acto sangriento, un ser maligno, y teatral… o un telón rojo. O simple café… polvo tras un último cigarrillo.

Y a otra cosa… materia, idea… pensando en Judy. Qué desapareció sin más, por culpa de todos, los tús y yos… se convirtió en cientos de historias en la pantalla, como rosas con espinas, como nacimientos de estrellas, en aquel Hollywood depredador, a veces.

Así, a lo mejor, intercambios de fluidos que experimentan los amantes de Severance, Mark. S y Helly R., con una magnética Britt Lover, les pueden hacer recapacitar, soñar, o convertirse en otro ser dual… un doppelgan… de esos de los coj…  que sientan, por sí mismos. Diseccionados de los reales, pero cuestionados por el jefe, El Gran Padre. Y Lynch que lo está viendo… se ríe, y dice… Ves, te lo dije, el amor es así.

Por ende, premio, para escritores de antaño y de hoy, que elaborarían todos estos tabiques blanquecinos, mural o nasal, títeres sin cabeza, cercenaduras en cuadros, ventanas con vistas a un huracán… o a las dislocaciones físicas, mentales, que salen de detrás de tu córtex. Como fantasmas, o misterios, en forma de brujas, gigantes, hadas, enanos danzantes, Elvis igual, que vomitan, o cantan según los propios biorritmos… Del espectador, del rock clásico a duro. Recordándola… en dos realidades, la que ríe y dirige su mundo, y la que sufre y llora, sin hallar el destino. Así, en memoria, sólo sobreviva una, siempre.

Dejando la estupidez social, de redes digitales, o el Dear David que es otro filme woke de las narices – olvidado ya por obra y gracia del gran Mago -, sumergido en espiral de números de la que no se puede escapar… hacemos registro del surrealismo del verdadero Lynch, con esos parámetros del viaje, vuelta a casa, al amor de Severance. Y no Judy rota en 2, perdida por la química en su mente. Tal Marylin. Fin.

La Vida Sin Cabeza...

Pensé que era más cosa de hippies, que de consumidores de caldos a 5000 dólares la botella, como antiguos héroes del dorado Hollywood y calentados en brasas, inabarcables, devastados por el azar. Pese al dinero, las plataformas de pago y los aranceles…

Mientras de regreso al documental iniciático Lynch/Oz, expansivo como su pensamiento, me hallo en una frontera entre lo adictivo visualmente, y lo práctico de la enseñanza. Eclecticismo en su desarrollo aprehendido en años, percibido experimentalmente como en un juego de niños… y magnético, por supuesto.

Sus personajes, a veces descerebrados, son presencias arrolladoras, desprendidos de la cabeza privilegiada de David Lynch, hacia la locura irracional y el odio. Así influenciados, de la presencia brujeril en cuento imaginario, nos posiciona intencionadamente sobre la obra El Mago de Oz. E incrédulo a priori, destripas todas las interferencias cinematográficas por donde se ha bidimensionado, hasta servir de perspectiva narrativa para muchos creadores, guionistas y directores. Desde la misma Matrix, hasta este Severance, siempre diseccionados entre cuerpo y cabezas, en el transvase de almas, con salto al pasillo.

Lo he podido observar, en el discurrir temporal de los documentales,  desde El Soñador Radical, a la Vida y las Muertes de Christopher Lee, - muppet fantástico o marioneta ganger, ingobernable...-, o en el Remembering de Gene Wilder… que siguieron sus caminos. Guiados o no, donde los golpes de la fortuna, existen en carreras. A pesar, de su indudable sentido artístico y su excelencia.

Más anónimos, dentro de Lumon Industries, y mucho más supervisados, que niña con zapatos brillantes, van buscando el objetivo… que parecía indefinido… y ya no lo es. El enfrentar la realidad del trabajo, como león frente a los inocentes corderos, parece no ser lo necesario... Notando que el corazón palpita a nuestro lado, en la frialdad aparente… y entonces, ese cerebro que fuera penetrado por un jeringa, encuentra un significado… Seremos, dos.

Vivo para… ser, buscar la felicidad, el amor. Lo dicta una voz, del propio Ben Stiller, como como jefe responsable del huracán, al otro lado de la razón y la pantalla del ordenador. Gélido de emociones… Es el mismo amor salvaje, de aquel de Lula y Sailor, el mismo abismo en el camino del Miles Teller y Anya Taylor-Joy, en la película The Gorge, el calco de aquel George Bailey reencontrado, a su mujer e hijos.

Por cierto, el Abismo Secreto, entre tiradores de élite, sería como una distopía, algo más valorada y de mayor altura conceptual que Elevation. Y que, a su vez, tendrían correlación con otras historias, de disociaciones mentales o metafísicas, que se propagaran desde las invasiones de los Ultracuerpos, La Cosa o aquella diversión con Kyle MacLachlan en Hidden. Hasta recordar la trastienda espacial del Stanislav Lem de Solaris con la metafísica perfectamente retratada por Andréi Tarkovski, o la diabólica Event Horizon. Pasando por el reto final de Replicantes acudiendo a ese planeta de Lobos de Ridley, el salto de la guerrera Ripley hasta los xenomorfos terrestres – que llegan y se oyen…-, y luego, observaremos lo que es capaz de difundir el Tron Ares, colisionando universos reales y digitales.

Una dispersión de dos culturas y estados de ánimo, sin la sonrisa de Jimmy Stewart en It´s a Wondeful Life. Si bien, entre los estragos actuales, la mejor sería la dirigida por otro divisor de humanidades – y espacios esotéricos o espectrales -, pues el Scott Derrickson de Doctor Strange, The Black Phone I, llega próximamente  con la II, donde volveremos a ´disfrutar` de ese Ethan Hawke… que suena indestructible como brujo, muy pirujo. Sin campanillas, himnos navideños, ni pétalos.

Lo común, es que en todas estas odiseas fantásticas, existan seres que han perdido, pierden o perderán, la cabeza. Semejante a algunos cómicos que parecen reencontrarla, como el actor discutido en mil ocurrencias bobas, Adam Sandler, que en el filme El Astronauta, encuentra ese abrazo terminal con el ente… Marca una vuelta amorosa a aquella primera pasión de Emilly Watson (Dune The Prophecy) en Punch-Drunk Love… a manos del jefe Paul Thomas Anderson, del cual esperamos One Battle after Another, junto a Sean Penn y Leo DiCaprio.

No sabemos si perderán la cabeza, como Nicolas Cage – antes de ser golpeado en pleno rostro de Wild at Heart y ver al Hada… madrina-, por no hablar el descenso en Living las Vegas, dispersión en la que profundiza, hasta el sueño salvaje más profundo, dentro de la pesadilla existencialista de Dream Scenario… ¡Qué locura educativa, ya sin la chupa de cuero sesentera! Dejando realidad familiar aparte, pero no  fantasmas o seres monstruosos… aunque sea en sueños, en fin.

Hilos desmemoriados… Hijos/as.

Algunos piensan que los personajes de novelas y películas, son una especie de herencia de los directores, y que se desprenden de ellos cuando acaba el ciclón del rodaje. Pero, para David Lynch y Werner Herzog – o su venerado Ingmar Bergman -, pudieran llegar a ser algo más. Esto es, una parte subconsciente de la sociedad, a través de su mirada,una duplicidad del yo en la expresión artística de los que fueron niños.

Ya que esos caracteres lynchianos, normalmente, oscilan entre la bondad de la inocencia intrínseca perteneciente a los infantes, como los tres compañeros de viaje en Oz de Dorothy; más otra forma maliciosa que transita por la mente infantil, con un hilo de crueldad infinita.

A veces, lo vemos en pantalla con un estallido de violencia desatada, pasando de una escena casi divertida, a un encierro de densidad oscura que asusta al personal. Sin embargo,en la sexualidad, en muchas de las historias de horror, éste se condensa hacia las mujeres, en que la Judy real sería referencia básica con sus relaciones obtusas o fracasadas. Que solamente escaparía a su destino infausto, entrechocando sus zapatos de charol rojos, y escapando. Con unos pasos de baile a 4 bandas,que luego, instaría su pequeña Lizza al retomar ese interés por la actuación, el cante y el baile. Y cierta apariencia inocente...

En las series como Twin Peaks y la derivada física de los trabajadores de Severance, la ruta es mucho más extenuante por recorrer. Ya que existen determinados factores que provienen del surrealismo visual y el córtex, que indagan en cada espectador. Por lo que se entabla una batalla familiar, que se expande entre los mundos, interno y externo de los personajes. Y nosotros, como derivada... Criminal y laboral, sexual o fetichista, natural o asépticamente artificial… Donde las percepciones juegan un papel fundamental en la propia existencia y la narracion. Al igual que ocurre en el scifi titulado Memoria, todo consiste en percepción. Las imágenes se invaden de los sonidos, en una especie de catarsis, con una  investigación a lo Cooper, femenina, muy particular. Y sin que el espectador sepa a priori, en ningun momento -salvo en sueños -, hacia donde nos dirigimos de la mano de esa botánica interpretada por Tilda Swinton.

Por lo tanto existe una relación entre reflexiones del pasado y presente, conduciendo a futuros inciertos por medio del recuerdo… Hasta que se halla la redención, el raciocinio, el valor o el amor, pero sin sentido aparente, un giro a lo inexplicable… con el corazón salvaje en el panorama irreal. De la misma manera que en la íntima relación exitosa de Mandalorian y Grogu, invierten en la fuerza descomunal de conquistar el nuestro, que ahora igualmente se presentará en pantalla grande.

En el otro lado,  la perspectiva colectiva que significaría la globalización, plagada de gente alienada en la que flotan nuestras expectativas como individuo, dentro del sistema, o no. Aunque para ello, tengamos que separarnos en dos, lo terrenal y la nube digital, como forma de deconstruir la realidad. Así Severance, abraza la ciencia como explicación al vaciado de emociones, salvo algún hecho o designio de carácter ritual o mágico, que acerca al sentimiento. Como una presencia de otro mundo, que inspirara contra la inercia de la AI, y sentenciada por el inexplicable sacrificio de un cabrito… La inocencia.

La madre arácnida, es Dorothy con esos tres desconocidos que debe educar, o Pascal en un sentido inverso de protección materna co el pequeñín verdoso. Ripley se sintió madre a pesar de lo que cuenta su largo documental de Aliens, con esa foto vaciada... Severance al atravesar la puerta del amor, que es un regreso al hogar, sin vástagos… Pero será, ¿dulce hogar? Para retorno de hijos perdidos, los jóvenes piratas de Skeleton Crew. Ay mamá…

Lo diabólico…

Y el mundo se conforma con aspectos sensoriales como desarrollo de la esencia misma del Ser… o no ser, como expresarían los protagonistas por la boca del mismo David. Así, La Bruja del Este, con sus máscaras y canciones inspiradas, atraviesa con la mirada, dirigida al espectador, semejante a ese Ser maquillado que cruza la cuarta pared de nuestros muros intrínsecos, y te incita con la mirada… 

Ambos personajes nos retan en directo, nos hacen partícipes del sentido, del mal y el bien… Esta disfunción, le ocurre a Daredevil y su sacrificio frente a Kinping – por no hablar de la lacerante personalidad de The Punisher- , que alimenta la alienación de los héroes. Y que renacerá por fin, en próximos mundos divididos en la tele por temporadas. Extremadamente duros y sensoriales, cercanos, excitados, diabólicos... ante tanta variedad de coincidencias con el mundo de Oz.

Todos se transportan a bordo de visiones convexas, o reflexiones de lo que significa el ser, en modo moralizante, sin concesiones... Nosotros en cambio, sentimos la alienación colectiva de una globalización, desdoblados, sintiendonos controlados o vigilados, sin creencias, respecto a esa misma esencia misma del ser. 

Ser o no ser, como dirían los personajes a través de la boca, del mismo David o el protagonista de Severance… tranformados en aquella Miss Judy, persona y la actriz, con sus dudas y canciones de esperanza. Son el vagabundo maquillado, sucio, que sale por un lado de la pantalla y del muro, atraviesa la cuarta pared del cine y,  te mata con esa mirada retadora. Es un ataque al corazón, que pone a prueba la valentia y exprime tu cerebro... Ya sabes cuál… o no, ¿Y tú, lo recuerdas con Mr. Perkins en Psicosis? Pues sí, fue... otro.

Si hablaramos del Hulk Rojo de Marvel-Disney y Harrison Ford, sería otra historia… Una, en que los cabecillas que manejan a sus hijos, votantes por unos cuatro años, medran en la obscuridad de negocios negros, armamentísticos, clandestina o globalizadamente, para llevarnos a un camino sin final… Una y otra vez, como soluciones encriptadas en nuestra pantalla, resortes o palancas sin amortizar, débitos insondables, camuflados u ocultos, familiarmente guiados… o diluidos en un cóctel vitaminizado de poder absolutista. Prostituidos... 

Esa familia es la que dirigió Brian Cox, en separación del patriarcaso exigente, renacido tras el éxtasis del poder, - no confundir con Charlie Cox... -, en aquella maravilla de Sucession, con algunas relaciones extrapolables del capitalismo y, las poco deportivas, cuestiones empresariales… Fuck Off!

 Recuerda… todo empieza con melodía… y acaba en vorágine filosófica, que te recuerda algo a Dorothy/Judy... Una luchadora, es busca de lo trascendente... hallarse a uno mismo... Es lo que ha hecho Severance, para nosotros, y Ben Stiller.


Pensabas que todo estaba acabado... ¿no? Pues, va a ser qué no... Falta el camino del Rock, que es mi camino, o uno de mis preferidos.

Tres palabras, muy sonoras y mágicas... Becomig Led Zeppelin. Es el santo grial del roquero, los comienzos de un camino, a trave´s de la voluntad. De los propósitos individuales y personales, a la creación de la unión, a pesar de diferencias y personalidades. Este documental sobre una de las mayores bandas de la historia, es todo lo que queríamos... aunque un poco más de carne en el asador, o surrealismo, hubiera estado bien... No me quejo.

Una vez se abre una puerta, aunque sea de ascensor, tiene que estar preparado para atravesarla... o al menos, atisbar el otro lado... salvaje, o no. El tránsito suele ser largo y tortuoso, excepto para estos cuatro que se ofreció vertiginoso, con algunas pruebas que sobrellevar, de superación, aguante, valor, cabeza y corazón.

Hasta llegar a realizarse, realizarte, tú. Estar a gusto contigo mismo, setarte frente a los altavoces y subir el volumnen a tope... viajar a Esmerald sobre el arcoiris. Estar en familia, defender a los tuyos, soportar a los otros, ganar tiempo, crear y creer, en lo que haces, lo que te gusta... Tras ese despegue fulgurante de Led Zeppelin, a mediados de los 60 comenzaron a volar, imparable es el panorama que se abrió y palabras sordas como críticas. Psicodelia, fuente natural de Herzog, banda sonora de Lynch - ya hablaríamos...-, el final de la cuenta atrá que cambió el rock&roll, para siempre, Junto a los Rolling, Sabbath y Dio, xDio.

El camino al éxito, es también la completación, en diversos ejes que giran en un mismo vórtice, y la complementación, por tanto. ¡Lo ves, de eso se trata...! Los 4 caminantes, a diferentes velocidades, mentales, emotivas, y tratos de trastes y sonidos; dependen de sus familias, de la inteligencia, el coraje... y el corazón. Y todo se eleva a vista de Yardbirds, cuando se vuelve a casa y reposa el guerrero, que era imparable. Son ya, la compañía del Anillo de Tolkien, los dioses de un Juego... Un juego que te propongo...

Atendiendo a la voces y la fuerza, que se dejo un poco en la percusión el inimitable John Bonham, hurácán inimitable, con frecuencias de nuevos ritmos y sintetizados, al cuarteto histórico... Lo emparento con los cuatro de Oz... Para vos, ¿cuál sería?

Veo al gran Bonham, como buenazo de hojalata, golpeando en remolinos, esculpiendo sus ideas musicales como huracán, siempre movido por la pasión y el corazón crítico, poseido por el poder de sus baquetas y el pie derecho del sustento... John Paul Jones, sería el espantapájaros, que se siente desvalido frente a toda la inercia arremolinada, pero que es un fenómeno en sí, ocultando su mente, observando desde su atalaya intelectual, el horizonte y panorama que le rodea, aceptándolo como defensor de su parcela... Jimmy Page el genio de Oz, es el recatado del grupo, que pensarías que te está engañando con artimañas, porque con sus prodigiosas manos, te arrebata, capacidad de dedos virtuosos y su cabeza para la produccción musical, permuta las cuerdas de acero de Zeppelin, en distorsión, garra de león, prodigio de técnica y guerrero en la dividida composición... Y Mr. Robert Plant, por descontado, es el rostro diversificado de la banda, lírica de quejas y excentricidad, liderazgo, propelido como el helio en su melena, que quema a todas las brujas, de este a oeste, y a los monstruos que persiguen con páginas de reproche, no o supieron ver, ya que crítica echa un borrón, es resistente como Dorothy. Danza, confusa, en zapatos de cachemir azul o simples albarcas de ir por casa, con estilo eso sí... Y la psicología del rock en sus temas, eso es Led Zep... Surrealismos en sus formas, estilizadas por un arco de violín.... distorsionadas hasta el infinito. Esta es la verdadera aventura, Ser lo que quisiste... y no defraudar.

Y la de cosas que yo... en fin... podrían decir, proponer en el futuro, del vuelo. De nuestro vuelo... Buen Viaje, amigos.

Cinemomio: Thank you

Las más alteradas del Cinecomio

Etiquetas

Serie TV-Scifi series - Ciencia Ficción Serie - Crimen Serie Tv - Terror Serie - Biográfica Serie - Humor Matthew McConaughey serie Dramática Clint Eastwood Emma Stone Jake Gyllenhaal Serie Tv - Thriller Humor Series TV - Animación Amy Adams David Fincher Denis Villeneuve Ewan McGregor Mads Mikkelsen Ridley Scott Tom Cruise Tom Hanks Woody Allen Ben Affleck Cine Documental Game of Thrones Joaquin Phoenix Kristen Stewart Leonardo DiCaprio Martin Scorsese Mike Flanagan Oscar Isaac Ryan Gosling Serie - Bélica Tim Burton Tom Hardy Videojuegos Alex de la Iglesia Animación Japonesa Anya Taylor-Joy Benedict Cumberbatch Brad Pitt Christopher Nolan Christopher Walken David Cronenberg Eddie Redmayne Francis Ford Coppola J.J. Abrams James Gunn Josh Brolin Julianne Moore Kenneth Branagh M. Night Shyamalan Meryl Streep Nicolas Cage Nicolas Widing Refn Paolo Sorrentino Quentin Tarantino Rosamund Pike Scarlett Johansson Scott Derrickson Series Tv - Terror Stellan Skarsgard Steve McQueen Tilda Swinton Twin Peaks Wes Anderson Winona Ryder Woody Harrelson Zoe Saldana Alexander Payne Alexandre Aja Alfonso Cuarón Alfred Hitchcock Animación Animación Digital Armie Hammer Bradley Cooper Brie Larson Bryce Dallas Howard Cilliam Murphy Duncan Jones Hnos. Coen James Cameron Joel Edgerton John Ford Jordan Peele Julia Roberts Kevin Costner Lars von Trier Leos Carax LiLy Collins Mahershala Ali Marvel Mel Gibson Michael Haneke Michael Keaton Mindhunter Morgan Freeman Mélanie Laurent Natalie Portman Netflix Orson Welles Park Chan-wook Paul Thomas Anderson Paul Verhoeven Richard Linklater Robert Eggers Robert Redford Roman Polanski Stanley Kubrick Stephen King Steven Spielberg Terry Gilliam Thandie Newton Thomas Winterberg Tom Hiddleston Uma Thurman Vince Vaughn Viola Davis Willem Dafoe Yorgos Lanthimos
Licencia de Creative Commons
Obra está bajo una licencia CC en España.