Una habitación con vistas...
a la fama.
Con Open Windows ha sido la primera vez que el director de Cantabria (España), Nacho Vigalondo ha ideado y rodado en Madrid, una historia sobre crímenes (su tema preferido en el cine) con las repercusiones psicológicas que Alfred Hitchcock y su cine han establecido en las producciones modernas. En las que el aspecto visual toman una relevancia mayúscula a la hora de establecer la estética del suspense, en este caso, acompañado de un sentido del humor poco significativo. Cosa que me sorprende en el director español.
Para la ocasión cibernética, el método de ventanas a modo de viñetas de cómic se apoderan de una gran parte de la duración del filme, y también refleja el interés de Vigalondo por los matices y diferentes personalidades de los protagonistas de sus películas, desde que en 2007 sorprendiera a los aficionados a la ciencia ficción con su primer largometraje Los Cronocrímenes con la versatilidad y giros argumentales al servicio del suspense. En el mismo sentido que la acción, en un increscendo de posibilidades paralelas.
La tecnología informática en esta ocasión se muestra como mecanismo de rodaje, con múltiples observaciones desde las ventanas digitales a las físicas demostrando un voyeurismo que roza la perversión, pero sin la carga de emoción de La Indiscreta del maestro londinense. Con el que establece otra relación al viajar a Hollywood en busca de nuevos proyectos y la maquinaría que la industria pone en manos de los directores europeos, ahora con la participación de los Estudios Spiderwood localizados en Austin (Texas) y escaso bagaje todavía en la producción especializada en la animación digital y los efectos visuales para cine y Tv.
Esta nueva empresa con su fundador Tommy G. Warren a la cabeza, se involucra en pequeñas producciones de género (Plan de Escape, Exits) esperando llamar a las puertas de un éxito internacional que les lleve a ocupar puestos más significativos.
Mientras, ofrece esta oportunidad de navegar por las atracciones fanáticas de los seguidores a los famosos, en la piel de un curioso y despistado Elijah Wood el ex-hobbit (siempre coqueteando con la criminología o el scifi, The Faculty, Enredos en Cadena, Miércoles de Ceniza, Olvídate de Mí, Sin City, Todo está Iluminado, Bobby , Número 9 y sus dos trabajos con directores españoles en Los Crímenes de Oxford y Grand Piano, sin olvidar su despiadado asesino en Maniac) vigilante forzado del físico y la vida de una actriz con pasado guiado por los excesos y las relaciones sentimentales interesadas. Para ello, la imagen idealizada de otra profesional con reconocidos encantos sirve como portada de sus escrituras blogueras, con la mirada sugestiva de una Sasha Grey tan reinventada como artificial, que se verá involucrada en una trama algo confusa con tantas entradas y salidas de personajes poco atractivos.
Al cliquear sobre su icono, se abre un mundo dónde la observación fuera de los cauces legales se apodera de nuestros ojos de espectador para convertirnos en meros fisgones de una realidad forzada. Multitud de ventanas emergentes se ofrecen sin conocer exactamente sus intenciones, con significados demasiado variables para mantener la atención en todas las propuestas sin sentido. El mecanismo digital explota en la pantalla y marea con idas y venidas, que desvían el interés general hasta la resolución en las secuencias en su último tramo.
Creo que la intención de Nacho Vigalondo es que cuando empiezas a visionar su Open Windows, te encuentres igual de perdido que sus personajes, buscando su relación impredecible, más por los efectos visuales que por un guion bien estructurado, al menos hasta su clímax final. Este estado sorpresivo del espectador por los diferentes puntos de vista, se aparta del bagaje y la calidad de los diálogos (algo chabacanos) que emprenden unos personajes con escaso bagaje personal. Algo que no cuadra con el cine de Hitchcock más interesado por esas ramificaciones de sus acosadas heroínas y asesinos despiadados.
La exposición de los hechos se muestra atropellada en algunos instantes, falta de seriedad con un camino repleto de trampas poco convincentes y que se alejan del aspecto dramático para caer en el exhibicionismo tecnológico.
El resultado de tanta intervención de Internet y los chat en redes sociales, abren en esta ventana discreta, un disfraz excesivamente programado, con artilugios preparados para el engaño y ciertas intenciones de convertir al protagonista en una especie de todopoderoso. Pero, como todo será una ilusión que deparará en la humanidad escondida detrás de la máscara, trasladando que sólo se trata de hombrecillos jugando con datos privados de vidas que no les pertenecen. Gracias a Bill Gates o cualquier otra divinidad microinformática, los usuarios pedimos más protecciones contra estos comportamientos crecientes y repudiados por la mayoría.
Es lo que nos gustaría realmente, pero estimo que las empresas no están demasiado interesadas a proteger a sus clientes, pues es más beneficioso la eterna lucha entre la legalidad y lo inconveniente.
Si la gracia de las relaciones en el futuro es esto, mi intención es abandonar cualquier pertenencia a un mundo caótico debido al espionaje en la llamada nube, más una sopa de sentimientos encontrados, y convertirme en un anónimo cualquiera de la calle, aburrido y desconectado de tantos gadgets invasores, miradas con intenciones delictivas y apoderamiento de ideas. Esas ventanas que ya no dan más de sí, como los irreales franceses y las burlas a las investigaciones policiales.
Nacho Vigalondo, vuelve a tomar el interés por los personajes en la definición fuera de los artificios poco elaborados, cuando una parte del recorrido que nos trajo hasta aquí se ha perdido por links poco creíbles, en un file not found de un público más exigente con los guiones y la evolución dramática. Algunos han sido estimulantes confeccionados para la avidez y la satisfacción de los deseos primarios.
Estimulación del confusionismo como método de crear el suspense, girando sobre el fanatismo por la imagen pública más que por los sentimientos, de unas apariciones casi fantasmales que no dejarán ninguna huella en su carrera profesional, como un ratón sin batería en las manos de un director del que se esperaba un crecimiento hacia metas más relevantes o una mayor variedad y peso en las intervenciones de los papeles secundarios.
Por supuesto, respeto la forma arriesgada y la complejidad a la hora de abarcar el rodaje, pero no me atraen las conversaciones que se establecen ni la carga interpretativa de actores que no dejan una huella en la retina. Porque, en la ventana de enfrente se hallaban James Stewart con gesto apurado por la inmovilidad, y una Grace Kelly haciendo gala de toda la fuerza de las estrellas de la época dorada de Hollywood.
Bueno, aunque no se interactue de la manera que a mi me gustaría o los avances informáticos se encajen como una retahíla de sucesos emergentes por lo imprevisible, debo aceptar la valentía de Vigalondo por ofrecer temáticas y retos distintos al resto de la producción cinematográfica española, la utilización de la cámara en primera persona (a pesar de los artificios y trampas) y una resolución adecuada tras las escenas de acción sacadas de un vehículo involucrado en una persecución sin sentido, y claro, más trampas.
No he podido ver su anterior película Extraterrestre ni su parte en el rodaje viral de V/H/S, así que espero que no haya comenzado el declive de un director llamado a mayores logros comenzados con un imaginativo corto llamado 7:35 de la mañana, que le valdría una merecida nominación a los Oscars hace ahora diez años.
Ojalá que sea capaz de abrir la ventana para airear sus ideas, con nuevos proyectos y una mayor continuidad en su labor de contar historias, sean o no de género fantástico o negro.
** Regular **
Tráiler The Scribbler, de John Suits. Reparto: Katie Cassidy, Garret Dillahunt, Michelle Trachtenberg, Gina Gershon, Michael Imperioli, Sasha Grey.
Elijah Wood and Jack McBrayer talk 'Cooties' at Sundance
Tráiler de Set Fire to the Stars, de Andy Goddard. Reparto: Elijah Wood, Celyn Jones, Kelly Reilly, Steven Mackintosh, Shirley Henderson, Kevin Eldon.
Coming Soon, The Last Witch Hunter de Breck Eisner. Reparto: Vin Diesel, Rose Leslie, Elijah Wood, Michael Caine, Ólafur Darri Ólafsson, Julie Engelbrecht, Rena Owen.
Con Open Windows ha sido la primera vez que el director de Cantabria (España), Nacho Vigalondo ha ideado y rodado en Madrid, una historia sobre crímenes (su tema preferido en el cine) con las repercusiones psicológicas que Alfred Hitchcock y su cine han establecido en las producciones modernas. En las que el aspecto visual toman una relevancia mayúscula a la hora de establecer la estética del suspense, en este caso, acompañado de un sentido del humor poco significativo. Cosa que me sorprende en el director español.
Para la ocasión cibernética, el método de ventanas a modo de viñetas de cómic se apoderan de una gran parte de la duración del filme, y también refleja el interés de Vigalondo por los matices y diferentes personalidades de los protagonistas de sus películas, desde que en 2007 sorprendiera a los aficionados a la ciencia ficción con su primer largometraje Los Cronocrímenes con la versatilidad y giros argumentales al servicio del suspense. En el mismo sentido que la acción, en un increscendo de posibilidades paralelas.
La tecnología informática en esta ocasión se muestra como mecanismo de rodaje, con múltiples observaciones desde las ventanas digitales a las físicas demostrando un voyeurismo que roza la perversión, pero sin la carga de emoción de La Indiscreta del maestro londinense. Con el que establece otra relación al viajar a Hollywood en busca de nuevos proyectos y la maquinaría que la industria pone en manos de los directores europeos, ahora con la participación de los Estudios Spiderwood localizados en Austin (Texas) y escaso bagaje todavía en la producción especializada en la animación digital y los efectos visuales para cine y Tv.
Esta nueva empresa con su fundador Tommy G. Warren a la cabeza, se involucra en pequeñas producciones de género (Plan de Escape, Exits) esperando llamar a las puertas de un éxito internacional que les lleve a ocupar puestos más significativos.
Mientras, ofrece esta oportunidad de navegar por las atracciones fanáticas de los seguidores a los famosos, en la piel de un curioso y despistado Elijah Wood el ex-hobbit (siempre coqueteando con la criminología o el scifi, The Faculty, Enredos en Cadena, Miércoles de Ceniza, Olvídate de Mí, Sin City, Todo está Iluminado, Bobby , Número 9 y sus dos trabajos con directores españoles en Los Crímenes de Oxford y Grand Piano, sin olvidar su despiadado asesino en Maniac) vigilante forzado del físico y la vida de una actriz con pasado guiado por los excesos y las relaciones sentimentales interesadas. Para ello, la imagen idealizada de otra profesional con reconocidos encantos sirve como portada de sus escrituras blogueras, con la mirada sugestiva de una Sasha Grey tan reinventada como artificial, que se verá involucrada en una trama algo confusa con tantas entradas y salidas de personajes poco atractivos.
Al cliquear sobre su icono, se abre un mundo dónde la observación fuera de los cauces legales se apodera de nuestros ojos de espectador para convertirnos en meros fisgones de una realidad forzada. Multitud de ventanas emergentes se ofrecen sin conocer exactamente sus intenciones, con significados demasiado variables para mantener la atención en todas las propuestas sin sentido. El mecanismo digital explota en la pantalla y marea con idas y venidas, que desvían el interés general hasta la resolución en las secuencias en su último tramo.
Creo que la intención de Nacho Vigalondo es que cuando empiezas a visionar su Open Windows, te encuentres igual de perdido que sus personajes, buscando su relación impredecible, más por los efectos visuales que por un guion bien estructurado, al menos hasta su clímax final. Este estado sorpresivo del espectador por los diferentes puntos de vista, se aparta del bagaje y la calidad de los diálogos (algo chabacanos) que emprenden unos personajes con escaso bagaje personal. Algo que no cuadra con el cine de Hitchcock más interesado por esas ramificaciones de sus acosadas heroínas y asesinos despiadados.
La exposición de los hechos se muestra atropellada en algunos instantes, falta de seriedad con un camino repleto de trampas poco convincentes y que se alejan del aspecto dramático para caer en el exhibicionismo tecnológico.
El resultado de tanta intervención de Internet y los chat en redes sociales, abren en esta ventana discreta, un disfraz excesivamente programado, con artilugios preparados para el engaño y ciertas intenciones de convertir al protagonista en una especie de todopoderoso. Pero, como todo será una ilusión que deparará en la humanidad escondida detrás de la máscara, trasladando que sólo se trata de hombrecillos jugando con datos privados de vidas que no les pertenecen. Gracias a Bill Gates o cualquier otra divinidad microinformática, los usuarios pedimos más protecciones contra estos comportamientos crecientes y repudiados por la mayoría.
Es lo que nos gustaría realmente, pero estimo que las empresas no están demasiado interesadas a proteger a sus clientes, pues es más beneficioso la eterna lucha entre la legalidad y lo inconveniente.
Si la gracia de las relaciones en el futuro es esto, mi intención es abandonar cualquier pertenencia a un mundo caótico debido al espionaje en la llamada nube, más una sopa de sentimientos encontrados, y convertirme en un anónimo cualquiera de la calle, aburrido y desconectado de tantos gadgets invasores, miradas con intenciones delictivas y apoderamiento de ideas. Esas ventanas que ya no dan más de sí, como los irreales franceses y las burlas a las investigaciones policiales.
Nacho Vigalondo, vuelve a tomar el interés por los personajes en la definición fuera de los artificios poco elaborados, cuando una parte del recorrido que nos trajo hasta aquí se ha perdido por links poco creíbles, en un file not found de un público más exigente con los guiones y la evolución dramática. Algunos han sido estimulantes confeccionados para la avidez y la satisfacción de los deseos primarios.
Estimulación del confusionismo como método de crear el suspense, girando sobre el fanatismo por la imagen pública más que por los sentimientos, de unas apariciones casi fantasmales que no dejarán ninguna huella en su carrera profesional, como un ratón sin batería en las manos de un director del que se esperaba un crecimiento hacia metas más relevantes o una mayor variedad y peso en las intervenciones de los papeles secundarios.
Por supuesto, respeto la forma arriesgada y la complejidad a la hora de abarcar el rodaje, pero no me atraen las conversaciones que se establecen ni la carga interpretativa de actores que no dejan una huella en la retina. Porque, en la ventana de enfrente se hallaban James Stewart con gesto apurado por la inmovilidad, y una Grace Kelly haciendo gala de toda la fuerza de las estrellas de la época dorada de Hollywood.
Bueno, aunque no se interactue de la manera que a mi me gustaría o los avances informáticos se encajen como una retahíla de sucesos emergentes por lo imprevisible, debo aceptar la valentía de Vigalondo por ofrecer temáticas y retos distintos al resto de la producción cinematográfica española, la utilización de la cámara en primera persona (a pesar de los artificios y trampas) y una resolución adecuada tras las escenas de acción sacadas de un vehículo involucrado en una persecución sin sentido, y claro, más trampas.
No he podido ver su anterior película Extraterrestre ni su parte en el rodaje viral de V/H/S, así que espero que no haya comenzado el declive de un director llamado a mayores logros comenzados con un imaginativo corto llamado 7:35 de la mañana, que le valdría una merecida nominación a los Oscars hace ahora diez años.
Ojalá que sea capaz de abrir la ventana para airear sus ideas, con nuevos proyectos y una mayor continuidad en su labor de contar historias, sean o no de género fantástico o negro.
** Regular **
Tráiler The Scribbler, de John Suits. Reparto: Katie Cassidy, Garret Dillahunt, Michelle Trachtenberg, Gina Gershon, Michael Imperioli, Sasha Grey.
Elijah Wood and Jack McBrayer talk 'Cooties' at Sundance
Tráiler de Set Fire to the Stars, de Andy Goddard. Reparto: Elijah Wood, Celyn Jones, Kelly Reilly, Steven Mackintosh, Shirley Henderson, Kevin Eldon.
Coming Soon, The Last Witch Hunter de Breck Eisner. Reparto: Vin Diesel, Rose Leslie, Elijah Wood, Michael Caine, Ólafur Darri Ólafsson, Julie Engelbrecht, Rena Owen.