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domingo, 23 de diciembre de 2012

Holy Motors: función especial.



El Paraíso Perdido en Limousine.

Emoción ante lo imprevisto.
El patio de butacas estaba a reventar esa noche, y con inusitada expectación. El actor se asoma tras el público en estado catatónico.
Esta nueva función, nunca antes vista, ha sido alabada en prestigiosas revistas culturales. Críticos de prestigio han ensalzado sus cualidades técnicas y argumentales.
Entre ellos, le alabamos el atrevimiento, en Cinecomio.

La función está a punto de comenzar de nuevo.
Creemos que, es de obligada revisión una segunda vez.


Se abre el telón, y un silencio profundo destaca, como siempre debe suceder por respeto a los artistas en el escenario.

La Creación está a punto de comenzar.
Una figura enjuta, pero poderosa se hace cargo de la escena. Todo va a girar en torno a él. Por medio de la mujer y la música. En una banda sonora sorprendente y activa con el guión del film.
Monsieur Denis Lavant, es el protagonista omnipresente en esta sagrada y mística obra llamada Holy Motors, en evidente referencia motorizada y sagrada.

Además su director es particular por su trabajo. Así que guarda silencio en su palco, observando reacciones de un público, sin duda, algo especial.
A través, de una pared acceso a un nuevo mundo. Un ser anodino y consumido por los excesos, se ve inmerso en una sala de espectadores pecadores y custodiada por Cerbero.
Su trabajo diario, extraño pero fascinante, le espera. Se despide de su familia, hoy.

Leos Carax, se debate entre seguidores y detractores, y aunque desata la polémica a su paso, el poder de su aspecto visual no deja indiferente a nadie. Su imaginación desbordante, ya que el director galo es también propietario de su cuidado guión, le proclama uno de los artistas cinematográficos más impactantes del panorama actual.

El público se ha dividido (cosa lógica en pensar de antemano). Carax lo ha conseguido, nadie va a quedar indiferente, reacciones se dirimen en combate ante el poderoso rugido de este "motor", mas con una carrocería a prueba de balas.

ENTREMESES:












Lavant se convierte en un pequeño e inquietante jefe de ceremonias. Un anciano como un lisiado Matusalem (bien pudiera ser el mismo Dios), es ignorado por los transeúntes.
Denis se maquilla, se viste con disfraces y desnuda en cada escena. Vive la vida de los otros, teatralmente.
Su interpretación está sobrevolando la genialidad, y desde luego, una de las más brillantes e importantes de este año en el mundo cinematográfico. Incluso debería estar cerca de la fábrica de los sueños de "Holy-wood".
Su presencia es arrogante y fuerte. Como un diablillo cojuelo en el imaginario bosque urbanita de una noche de verano. Hemos acabado ya con los bosques, se pregunta.
Un paseo por las edades de la mujer, y sus problemas en las sociedades antiguas y actuales.

La representación ideada por Carax, nos dará una vuelta por los 7 pecados capitales (remarcado en el peor de ellos según la tradición, la soberbia). Además, de un caracter reivindicativo de la condición femenina, aunque dejando una libertad a los espectadores para formarse una idea no predeterminada de lo que observan.

1er. ACTO:

Céline, interpretada por Edith Scob, es chófer y parece la única confidente.
Monsieur Oscar, con piel elástica y acrílica (MoCap), se adentra en el nuevo mundo creado.
Dominado por la ira y la lujuria.
Encontramos elementos de la Divina Comidia de Dante, como si nuestras vidas se dirigieran al descenso infernal.
Todas las amenazas son reales en Holy Motors. Los comportamientos del ser humano son preocupantes.
La violencia y el sexo nos golpea desde mundos descafeinados, mundos audiovisuales desnaturalizados.
Los avances tecnológicos nos aislan, alcanzan a cualquier individuo independientemente de su sexo o edad. La fría relación con la máquina. Sexo rápido y con contactos digitales en las manos, con tactos cibernéticos. La lujuria tecnológica desatada en un Apocalipsis divino, entre monstruos, uno macho Behemot y hembra o Leviatán.

La ira puede envolver un día cualquiera un cerebro debilitado, apasionamiento por la guerra y las armas, que devuelva a los usuarios carácteres confusos. Los canales de Tv, films ultraviolentos y video-juegos sangrantes con conexiones neuronales catatónicas. El diablo llama a las puertas del infierno, en mundos estereotipados y falsos.
Dante´s del averno digital.

2º ACTO:

Este nuevo acto, nos muestra a un Sr. Óscar amenazador, glotón y violento. Todo lo devora en sus zancadas firmes, como un Fausto desenfrenado y controlado por la bajeza del diablo. Un descenso a los infiernos, trastoca su apariencia y de famélico, pasa a la superioridad de una inmortalidad errónea. La burla del diablo.

La gula del devorador de cosas, de la fagocitación del consumismo. Luego, la gula se transforma en lujuria. Y quizás mas importante aún, en soberbia. Es un camino desenfrenado hacia la destrucción del hombre.
El apetito del infierno, insaciablemente devora con los ojos. Los sentidos abotargados por la belleza enfatizada de una mujer afamada. La crítica a la búsqueda de la libertina fama.

Denis Levant se desnuda ante la idealización inalcanzable, y así se queda frente al público. En un acto de concepción divina, frente a la virgen sin mácula. Como un rapto de Hades (Dios del inframundo o Plutón en la mitología romana), para la procreación.
Desnudo frente al patio de butacas concentra toda su atención en la erección del miembro y los ojos de una mujer velada.
La figura de la religión tapando el cuerpo y la personalidad femenina.
Después del sexo cibernético frío, emerge la mujer y la ocultación de su cuerpo frente a la desnudez del hombre, en un claro acto de imposición de la carnalidad.
Cuando la libertad de elección es anulada, se quiebra el derecho inalienable de cualquier mujer a decidir su propia vida y como vivirla.

Algunos machos ven un enorme atractivo y morbo en esta cuestión. Sin embargo, las imposiciones masculinas rechazan el acto público de la desnudez de la mujer. Se representa con vestimentas impuestas por la superioridad mal entendida.
Por tanto, el hombre queda dormitando en el regazo cubierto, soñando con sus propios deseos reprimidos. Es la procreación sin contacto.

3er. ACTO:

Dos pecados capitales viajan de la mano en la siguiente escena. Todos los deseos humanos se camuflan en la exhibición de aquello que no somos. Las apariencias de la avaricia y el defecto de la envidia.
Son los disfraces impuestos por la sociedad, nos maquillamos para aparentar lo que no somos, y tal vez, nunca llegaremos a ser. Como si fuéramos los actores de nuestras propias vidas teatralizadas.

Toda esa imaginería estereotipada del convencionalismo social. Querer parecernos a los tipos generalizados, a la idealización de nuestros mitos o semejantes poderosos y bellos.
Imágenes falsas de nosotros mismos, el yo mata a nuestro otro yo. Así como, Caín mata a Abel por envidia.

Esas apariencias físicas idealizadas a través de operaciones estéticas sin justificación, por desear tener los mismos rasgos de nuestros ídolos. Desdibujando nuestra propia personalidad. Pero, la cirugía estética del alma es imposible de cambiar.

4º ACTO:

La educación y el maltrato psicológico de la mujer-niña.
Un padre debe proteger al indefenso. Las edades más tiernas son complicadas en una sociedad como la nuestra actual. Se impregnan de experiencias de vida, que pueden resultar catastróficas para la mente en la edad adulta.
El castigo es vagar con una pena eterna. Y siendo, mujer más difícil por los convencionalismos del machismo.

ENTREACTO: Desde los tiempos de las representaciones teatrales en la antigüedad, el intermedio se amenizaba con actuaciones musicales o cómicas fuera de la obra principal. Leos Carax está dispuesto a amenizarnos la espera con música, de manera sorprendente y yo me muestro agradecido por ello.
Mr. Lavant se viste de música ambulante, en templo sagrado. Coge su acordeón y forma un coro circulante que interpreta un tema magistral y mágico.

"Let my Baby Ride" by Doctor L (RL Burnside Cover)- Holy Motors B.S.O.


5º ACTO:

Al salir a la calle, sin maquillaje, nos hallamos con la inmoralidad.
Los hombres poderosos que manejan el dinero de todos, con la avariciosa intención de acaudalar montañas. Talantes fraudulentos y engañosos a la vista de todos. Con la mentira como medio para enfundarse en trajes y lujo. La muerte del banquero a manos de un asesino o terrorista coronado de espinas.
Es lícito conseguir así la libertad... ¿un acto terrorista puede estar justificado? ¿la libertad conseguida con manos ensangrentadas, es justificable?. No, pensamos.

La ira no puede nunca ser buena consejera. Las tendencias irascibles del hombre no perpetran un camino a seguir, y desde luego, no sería lo más representativo de una divinidad. El hombre irascible está expuesto a los fantasmas de la inmoralidad absoluta, el quitar la vida de otro hombre nos convertiría en demonios.

Por contra, si no actuamos contra los actos de inmoralidad y corrupción, nos daremos de bruces con otra de las consecuencias de la inactividad social. La pereza.

6º ACTO:

Un ser perezoso, con ínfulas de grandeza. Deseando posesiones de aquello que no le pertenece y envidiando a los demás. Seres depreciables y desairados andando entre la confusión de la sociedad actual. Con los designios de los dioses y ángeles caídos, especulando sobre nuestros actos terrenales.
Mandamases en la oscuridad muy humanos. Nos vigila el Gran Hermano.

El argumento de esta representación tiene la potencia de las obras vivas, transpiran y se dilatan en nuestra mente. A algunos le parecerá algo rebuscado, pero quién dijo que el arte debía ser fácil.
El actor tiene su fuerza en los personajes que representa, se impregna de ellos. En cambio, el realizador no se decanta por tomar partido directo. Los testimonios son un escaparate, para que la encarnación de las bajezas se refleje en los ojos perfilados del actor.
Cuando llegue el momento de recabar decisiones, seremos los diferentes públicos quienes lo haremos. Si los hubiera...
El mal está ahí fuera, ¿debemos actuar o quedarnos a contemplar extrañados?.

Sin embargo, no hay enjuiciamiento en Holy Motors. El vigilante invisible toma decisiones por nosotros y nos afectan diariamente. Nosotros nos creemos inmortales, cuando Lavant representa su muerte, en la piel arrugada de Mr. Vogan.
La soledad del anciano, cansado y enjuto, aunque tranquilo. Sus cuerpos no les pertenecen representados en la escena, y menos en la extrema unción.
No sabemos a ciencia cierta si por la reencarnación, la existencia del alma o la resurrección. La felicidad no terrenal, expiación de los pecados ante la bella "ángel" de la muerte.
Cuestiones éstas, demasiado soberbias para pobres mortales, como yo.

7º ACTO:

Sin duda, los animales no tienen estos comportamientos tan incívicos con otros congéneres de su propia especie. Difícilmente atacan a sus crías, como nosotros.
La muerte o abandono de un niño o neonato son decisiones que nos separan de ellos. Un peso demasiado fuerte para una azafata, y un castigo en su alma estrellada.
Ideas que naufragan entre el sentimiento de culpa, el asesinato y el suicidio, desde tejados confabulados con el buen "Samaritaine".

Por último, una despedida inusual e impactante. Música para simios o chimpancés subiendo a nuestras casas, cansados de representar toda la podredumbre que nos rodea. Aquellos ancestros naturales de la evolución, chocan con la teorías bíblicas de nuestra aparición en la Tierra.
Es la teoría de la involución humana (sugerida por Kubrik en su Odisea Espacial).

Los animales como una parte de nuestra familia, una cuenta regresiva en la evolución humana. Una vuelta a los orígenes. Representado visualmente por una metafórica conciencia natural.
Si amamos y respetamos a todos los seres vivos, alcanzaremos un estatus más elevado y seremos más felices.
Desactiva esa pereza innata, demostrando el deseo y amor por la conservación animal. Ellos, no lo harían... siendo como ellos, formaremos parte de la creación divina.

Gérard Manset - Revivre (B.s.o. Holy Motors).


POSTDATA:

Ángel vengador o actor comprometido, el Sr. Óscar no se esconde de la actualidad ni del horror del comportamiento humano. En un recorrido tintado (pero dando la cara) por un París de Sodoma y Gomorra. Sacando a relucir sus inmundicias sociales.

Viaja bajo la comodidad del poder, y su función ha sido mostrar los males de la sociedad, en nuestras calles místicas y comportamientos pasotas, sólo observando como pasajeros en lujosas berlinas. Espectadores pasivos de la representación de Holy Motors.
Una invasión de cadáveres motorizados. Soberbios aparcados. Religiones a parte.

Denis Lavant ha sido el representante terrenal, una actuación cautivadora y fascinante. Los espectadores se quedan sentados pensando, auténtico visionado. Pensar.
Es o no necesario. Así sea.

Shostakovich Symphonie 4 - Largo - Marche funèbre / Funeral March.


***** Excelente *****

Holy Motors - Daft Punk / Prime Time of Your Life

Cinemomio: Thank you

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