Sarah Polley a la dirección.
Take This Waltz es una película sobre la casualidad y la dualidad.
La casualidad que acaece en cualquiera de nuestras vidas. Y la dualidad desde varias perspectivas. La primera es la iniciación en el mundo de la dirección de Sarah Polley (actriz en Exótica de Atom Egoyam, Amanecer de los Muertos y Splice, o el fantástico film de Jaco Van Dormael titulado Mr. Nobody) y el resultado final es satisfactorio.
Existen dos puntos de vista distintos, el de la crítica especializada que tilda la producción de algo cursi, y la de Cinecomio que se contrapone a la misma.
Una vida, la de cualquier persona, la de todos. Cambia o puede hacerlo en un momento determinado. Ese encuentro fortuito en nuestra minúscula existencia, puede cruzar el destino de dos individuos desconocidos o casi. Y el carrusel de los sentimientos encontrados comienza a girar a ritmo de una canción. Bien pudiera ser la del título, del mismísimo Leonard Cohen.
Leonard Cohen - Take This Waltz:
Esa casualidad recurrente sirve de tema inspirador en multitud de obras literarias y cinematográficas, en Take this Waltz, la directora nacida cerca del lugar donde transcurre el film Louisbourg (Toronto, Ontario-Canadá) introduce la cámara en los resquicios de una relación de pareja, en la que confluye una aparición sorpresiva e incitadora.
Esa ruleta del destino (más o menos irreal) juega con los corazones y el deseo, y los giros rutinarios premian a números excesivamente impulsivos, en este caso de la protagonista Michelle Williams (Blue Valentine o Mi semana con Marilyn) se ramifica en dos relaciones a su vez. Entre dos actores (personajes) totalmente contrapuestos, serán el marido Seth Rogen (50/50) y el encuentro Luke Kirby.
La dualidad rutina e innovación golpea cada rincón de su vivienda reconocible por el espectador. La cámara se introduce en los rincones aburridos e íntimos de la relación de pareja, y de igual manera, sale al exterior a reconocer un nuevo mundo.
Excitante como una conversación subida de tono. Sabor picante del humor.
Los silencios y palabras nunca pronunciadas son contrapunto a imágenes de pleno colorido. Las conversaciones de un nuevo reconocimiento del amor se debaten con el sentido propio de la culpa. Entonces, las emociones personales se quedan aprisionados en bocas cerradas. Nunca serán pronunciadas por miedo al futuro o... causar daño a la persona con la que convivimos a diario.
Sarah Polley maneja planos con naturalidad, otras veces, medidamente estudiados. Tonos vivos para la esperanza de algo exótico, en cambio, lugares cerrados y reconocibles por todos, en apagados ocres y habitaciones o cuartos de baño. Personajes que se desnudan en la intimidad de las duchas, mostrando defectos y arrugas. "Todo lo nuevo se hace viejo".
La dualidad también existe en la banda sonora, pues la música se representa como alegría o sentimiento confrontada a los ruidos de cacerolas o familiares de visita. Cuando los acordes de conocidas canciones llegan, la vida se abre paso brillantemente y colorida en espacios abiertos, parques o playas, piscinas ambientales, viajes en carro bajo la lluvia, visiones del deseo o atracciones de feria. Hasta la vida desenfrenada del mundo artístico.
Michelle Williams tiene ante sí, una decisión. ¿Triunfará la ilusión?. Su rubia cabellera sacudida a ritmo discotequero busca una respuesta. La alegría de lo novedoso o la seguridad de un deterioro progresivo de la comunicación.
Pero, nunca estamos seguros del todo. Un encuentro en aquel viejo faro puede convertir la alegría en lágrimas, así como en una escalera de un porche de la casa donde los recuerdos se quedarán en melancólico "yo y tú" o en quizás. La culpa ya poco importa, las vidas corren irreversiblemente hacia puntos desconocidos.
Una sonrisa recordando los temas de la pasión y la diversión, un Dj que mató a la estrella, sufrimiento convertido en muecas sonrientes.
A lo mejor otro encuentro del destino hará girar de nuevo la ruleta. El carrusel del sentimiento perdido.
Michelle te mira al otro lado de la pantalla.
Adiós amor.
Buggles - Video killed the radio star (1979)
*** Buena ***