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sábado, 18 de noviembre de 2023

Pluto. Season I

 

Recuerdas… en la superficie terrestre, una explosión de perspectiva atómica y unas letras en rojo sangre. El año próximo, el joven proyecto de Akira del maestro dibujante, el japonés Katsuhiro ­Ôtomo y su Neo Tokyo con sensación de velocidad y vértigo, cumplirá 45 años… y menudo resultado, un Ser Superior, para un film inigualable en detalles gráficos, estética, planos animados por capas dibujadas y, por supuesto, montaje de escenas en persecución.

Pero, vamos a remontarnos un poquito más lejos… A la mitología romana, donde residían los dioses heredados de los helénicos, pero, con otros nombres. Allí en la antigua Grecia de los estados en guerra, el Hades del inframundo era representado como un viejo de barba cana, con cetro y tocado de casco, forrado de piel de perro, regalado por los Cíclopes… Aquellos gigantes con extraña visión de las cosas. Hesíodo el poeta y el comediógrafo Aristófanes después, decían ser hijo de Cronos y Rea, hermano de Deméter (homónimo del barco de Drácula), y que el mismo hermano Zeus, cegase para que actuara sin prejuicios ante el mal. Por eso, además de representar la abundancia de cosechas o la riqueza, también era emparentado con las malas acciones. Su color era el verde de las hojas de ciprés, expresión de la melancolía y el dolor.

Para los romanos en cambio, era un niño con la cornucopia en su lecho, y poseía el poder de arrebatarle sus dones a los no virtuosos… como crítica a una parte de la sociedad poderosa ateniense. Curiosamente, uno de los hijos del dios supremo, Zeus, fue representante de la virilidad y la fortaleza, como el Hercúleo romano, y por tanto, adalid del orden olímpico o protector del mundo, frente a los ctónicos o espíritus del inframundo. Cada cual, con una misión…

Su nombre era… Pluto.

Antes de la explosión de la 39 Guerra Robótica, proveniente de Asia Meno, se forjó un imperio denominado persa, compuesto por telúricos de Anatolia turca, hititas del oriental o bizantino, armenios y la gente lejana de la antigua Siria, con su capital en Persépolis (hoy Irán), posteriormente arrasada por Alejandro el Magno. Claro, en los dibujos se veía una ciudad estudiantil y más atractiva, humana, como la excelente película animada basada en novela gráfica de Marjane Satrapi ¡Viva el Rock y las mujeres, joe! Excepto las de … plástico.

Darío el Grande, amplió el territorio conquistado por su antecesor Ciro II el Grande, llegando a la India, Egipto, Grecia, Rusia, Bulgaria, Rumanía y la Ucrania, hoy quemada por los cohetes. Siempre… la guerra. La tercera pata, o brazo clavado en el suelo, sería Vals con Bashir.

En la historia real, le sustituye Jerges I, el de los 300 con su literatura o la imagen de Rodrigo Santoro en adaptación distópica del cómic de Frank Miller, combatiendo con un Egipto medio faraónico ya, al que somete, pero no conquista… Cambiando del denominativo babilónico y del zoroastrismo primero, al de Imperio Persa, que intentando vengar al padre de su derrota en Maratón, se enfrenta en II Guerra Médica, contra atenienses y aquellos bravos espartanos, para ser derrotado finalmente en la batalla naval de Salamina. Hoy alimenta el tronco de los ayatolás, su vieja capital norteña en Shiraz y la ley abusiva de la sariá administrada por la nueva Teherán, como se explica en película animada. Es una parte del Islam anacrónico, amigos, y la sombra alargada que tapa aquellas flores cortadas. Quizá también, otras…

Lo que es meridiano, es que al cine y la literatura, le gustan los relatos históricos y la mitología, aquellos que residen en nuestra memoria…

La Mecánica Cuen… Cuántica.

Determinada memoria no se borra… se diluye como las lágrimas en la lluvia… o la tinta.

Para algunos, en primeros lustros del siglo XX, eso de los robots, sonaba a instrumentos para la cocina o cuentos fantásticos, como máximos defensores sociales de las Metrópolis, en el origen cinematográfico como,  para la ídem de Fritz Lang. Esa es la raíz, de casi todo… hasta que llegaron los replicantes de Blade Runner de Ridley Scott.

Sin embargo, esos niños, no lo recuerdan… son una especie de dioses primitivos… ni los de entonces, ni mucho menos, los de hoy…

Por el contrario, empezaron a creer a grandes rasgos, incluido en la España tardía (hoy en descomposición), cuando emergió la primera imagen resplandeciente de Mazinger Z, en los postreros años 70, como un reluciente dios. Esa tele animada, los dejaría atónitos, aunque la generación fuera sesgada de capítulos, empezaron a entender de Mecha, antes de que supieran pronunciar su nombre manga o a sus dueños, Gô Nagai y su jefe de Metrópolis, el gran Osamu Tezuka, el genio detrás del samurái Totoro, pero también de Astroboy.

Antes del planeador rojo de Koji Kabuto y sus gigantescos puños mecánicos, quién no tuvo unos… Japón creció con Gigantor, cuyas batallas ciclópeas serían un alto riesgo para la salud de edificios colindantes, por sus batallas épicas con pilotos. Simplemente amantes de Metrópolis, como el autor de Iron Man 28, Mitsuteru Yokoyama, otro de los padres del cómic nipón.

En los 80, quedamos que los robots ya no se parecían a Robbie, ni los aparatos arquetípicos que sirvieron como guía a los de Star Wars, personalizados por Douglas Trumbull en sus Naves Misteriosas. Sin hablar de cuántica aplicada, todavía, sentados frente a Saturno y los trabajos manuales de Bruce Dern con las plantas. Como los de la generación anterior, se montaron en las alforjas de Easy Rider y las notas de Steppenwolf, luego se sentaron en las estelas, casi fotónicas, de Tron.

Esos parajes, se intercalaron en la novela de Arthur C. Clarke, los que el maestro Stanley Kubrick, desechó para su viaje odiseíco en el 2001. Siempre, todas las fechas, van quedando atrás, inmisericordes… En la misma Akira, sería el 2019 y de bomba, por ahora, nada. Sí, ciudades en llamas, la crisis laboral en aumento y terrorismo, desgraciadamente. Que igualmente el director de la precisión quirúrgica, obtuvo en la nombrada Naranja a través del totalitarismo, la censura… y otras bandas delictivas.

La cuántica robótica, estaba más diluida en el alma de un experimento genético, cuyos poderes parecían ilimitados, al estilo de otro. Y la raíz, estaba plantada como la base de la IA de la era informática, que empezó a traernos recuerdos, de Juegos de Guerra, ´roboces simpas`, destructores, asesinos del tiempo y Kirk Douglas, la versión rubia del ciborg en Almas de Metal, con origen Michael Crichton.

Eso no es todo, eso no es… todo, amigos.

Del Cuento… a la Metafísica.

Nivel atómico, molecular… peligro… y todo quedó atrás, como en el documental de nueva generación, híbrida y delimitada en desechos, dirigido por Oliver Stone, Nuclear Now. Hoy tomada como limpia, para gusto de los campos floridos.

Gigantor, Mazingueres… eran abismales en su concepto y la visión del anime, si bien, las cosas no iban a detener su crecimiento, como la energía emergente del difusor y de los chips. Generando un calor y color, monstruosos, hasta la misma trasmutación o la transhumanización, que generara aquel pequeño unicornio… En cambio, Harrison Ford comía, y eso no era cosa de robots, excepto para la cuántica alimenticia de Pluto.

Así como en Neo Tokyo, la vianda era variada, un poco de Metropolis y la estrangulación económica de Alex deLargue en su ojo, la amistad de los niños con los Mechas, algo de estética europea como ciencia steampunk en April y luces estroboscópicas de Akira, o el romanticismo de Elemental de los ídems, sumado al corazón androide de los replicantes; en Pluto se ´metaelabora` la convivencia con humanos y se genera la conciencia del sentimiento igualitario hacia el cable, entre carne y máquina. Elevado a su máximo exponente, la copia exacta. Con una excelente manufactura, que no llega a la síntesis detallista del dios Ôtomo, pero te deja conforme con el recuerdo de aquel ´joven`, viejo.

Ah, y los detectives fantasmas…

Todo lo narrativo en Akira, como en este Pluto de Paramount Global para Netflix, significaba la diferencia exclusiva de una era, aunque absorbía principios de otros filmes, o incluso, la odisea de La Tempestad de William Shakespeare, de Fritz y su musa de metal que escribía como un ángel, real Thea, y de aquellos años de moteros, de conductores a lo Mad Max, de las clásicas metrópolis plagadas de especies y estética cyberpunk, en subsuelos, sueños, puertas del cielo como tornados… de sus famosos Anillos… a la experiencia de un simple, detective.

Al otro lado de la plutocracia ciega, más allá de las dimensiones griegas hacia el espacio exterior y sus tabernas, la mecánica cuántica enarbolaba  los derechos de los trabajadores, pronto… y eliminaciones de determinadas categorías peligrosas. Es un mundo cruel, con asesinatos en los brazos de Pluto, de Terminators a lo Sean Connery en una cacería solitaria, como lo fue reflejo de Hannibal, el caníbal sibarita. No de flores, ni de pieles… sino de yantares.

Donde las esquivas cosas de la mente, ya no son tan enormes en la materia corpórea, sino que se desbordan a través del pensamiento del niño, como Ser Superior de la especie, conectada al todo. Héroes, como los dioses de antaño, vestidos con mono de motero, pelo lacio oscuro, perfectamente diseñado, o simulaciones con capa de supermanes. Aunque estén rasgadas por los daños y el dolor de la pérdida. Una generación que se alimenta de bits.

Esta ciencia, la entienden a estos ellos, of course.

Una generación con las manos en la máquina, y la mente en la inteligencia que viene, que los más adultos ni la recuerdan apenas, salvo los más friquis de más de cuarenta y tantos… Con lo que cuesta hoy en día, mantener a una familia entera, y luchar para esquivar los peligros y las injusticias, que acechan en las sombras o las redes.

¡Las guerras no son buenas…!, pensó Epsilon, ni en la República de Tracia, ni en los Estados Unidos de Naoki Urosawa, su creador para tv. Es magnífica, sí, padre, luchador contra ellos, como todos los padres que se precien del mundo, mangakas del mundo, delineado y aseado, con dotes sensoriales, inteligentes… amorosas. Su capítulo del piano, es un placer. Tal vez por eso, los cyborgs se parecen a nosotros, para que no veamos el posible peligro de enfrentarse a una inteligencia más poderosa, que sin leyes, no se detendría jamás. Bien explicado queda en el documental de Robots Asesinos, en serie de fabricación, próximamente.

Lo próximo será niños vs Terminators, o Nexus 7 interrogados por el FBI de David Fincher… ojalá, xDio… Por cierto, recomiendo encarecidamente para los más afónicos geriátricos, el documental sobre la historia de los cuernos de Dio, Dreamers Never Die, xDio^2

Y la Traca Final…

Angelicales seres que significaban el final de su aliento, sin saberlo, recordando sus momentos de gloria… más allá, de los mismos dioses. Más lejos, más fuertes, sabios como el humeante cañón de un Blade Runner que terminó su trabajo. Como un niño que se enfrenta al primer amor, o al último, la última flor arrancada.

Ya con cara de anciano, llena de arrugas que trae relatos de HAL-9000 cantando su recuerdo, del Skynet en defensa a ultranza de esta nueva generación por delimitar, del Ghost in the Shell y sus batallas callejeras, incluso heredero de Aelita, en la multirepresentación de roles.

Si significará una nueva especie, o no, con conexiones sinápticas elevadas, es otro cantar de los cantares, u odisea homérica por desentrañar en el futuro… De momento Plutón, va aprendiendo del gusto por lo sensible como The Creator, mas, mucho más divertido y exhuberante, lo lleva al héroe, niño, como partícula subatómica de dios, dentro de un mundo, cada vez más alterado y extraño.

Un dios Astroboy, frente a los 7 ´Roboces` Magníficos… antes de que vuelvan las guerras Médicas 40 y sus ejércitos de 300 guerreros robóticos, siempre quedará un Mont Blanc para perderse. O meterse en una grieta a través del subsuelo, según Oppenheimer o Abril, en el mundo extraordinario de la Europa Steampunk, entre el Napoleón (que veremos su beligerancia) y sus dragones de fuego, ¡Putain de guerre! C´est magnifique… là-bas… o Up.

Porque lo de los Venture Bros, no le entendí… será porqué dejé de ver héroes animados de nueva generación, hace tiempo… o en los tiempos del primer Evangelion, que peinamos ya 5 canas desde el 2019, hacia el 49 de la agenda claustrofóbica. Pero qué bonito fue, cuando nos subimos en el planeador vertical de Koji o montamos en aquella moto pegada al asfalto post-moderno de Akira, xDio. ^^


Akira Soundtrack. - by Shoji Yamashiro


Pluto - Soundtrack by Yugo Kanno


Blade Runner BSO - by Vangelis

domingo, 5 de noviembre de 2023

Black Knight. Season I

 


Hubo un tiempo, dentro de los fantásticos 80, en que todas las distopías futuristas, empezaban en un contexto político revuelto, psicótico y violento, como en aquel mundo creado por George Miller en la mítica Mad Max, con todos sus recovecos personales, familiares y psicológicos, e interpretada por un Mel Gibson en cueros ante todo… El antihéroe épico por excelencia y filme calificado de bodrio para posibles violadores, por algunos críticos de la época. Cumplirá 45, el año próximo.

Sin embargo, la mayoría de antihéroes empezaron a querer parecerse a él, vestirse con sus pintas de duro y tirar de válvulas desde aquellos ojos azules en el parabrisas, dispuestos a desembragar tras la debida venganza, a cualquiera imperiosa que se pusiera caliente como motor de 8 ídems. Hale a quemar energías juntos, si las bandas les dejan claro. Ahora la cosa se ha ido enfriando, porque esa quemazón depende de las gasolinas y baterías eléctricas (que ya irán petando), pues se han puesto por las nubes… casi como el aceite de oliva. Ya no es momento, para irse a repartir leches por el desierto dependiendo de garrafas… y sin paneles solares, ni ná. Ni en la ciudad gótica, que se ha inundado por doquier de patinetes urbanos… eso sí, para algún atropello de despistados en la calle, sí que servían determinados pilotos.

Macarras con cadenas como perros condenados, ya no existían los caballeros… así los repartidores se fueron extendiendo como las chinches por el asfalto. Calientes pilotos con sus pensamientos internos y emociones, punkarras contemporáneos buscando su próxima dosis de drogas novedosas, aguijoneando sus cerebros del futuro, niños con sus móviles adosados con miradas extraviadas. Ah, y lobos solitarios… Este es el nuevo territorio de Occidente. ¡Menudo mundo!

Un inciso, para recordar a Luke Perry, que nos deja en una habitación mínima, rodeados de risas enlatadas y su optimismo vital… d.e.p.

Sin embargo, en la Corea del Sur de Black Knight de Netflix, sí que existen… los Repartidores, digo, pues lo de caballeros no se entiende de ninguna forma. Y con un sentido del humor, muy de andar por casa, para chavales de esas latitudes especialmente, nada que ver con el de su vecino a prueba de ´cobetes`. Ya que el sentido del humor coreano, va desde esos regímenes, a investigaciones especiales sobre asesinos en serie y esos mamporros videojueguiles que comienzan de una explosión social a martillazos… y acaban en este tiroteo descarnado. Todo se fue aprendiendo del estilo norteamericano… Aunque Korea existe y Seúl es su infierno particular.

Las Puertas del Infierno.

En la cosmopolita capital, existe una zona franca para pagadores de gangas, o no, conocida como Gangnam-gu… sí, que tiene que ver con aquella dichosa letrilla del gangnam style. Vida lujosa, nocturnidad, música en bafles fluorescentes y su mítico baile a paso de caballo, es un mercado visual del skyline de Seúl con sus centros comerciales, de las Artes o todos sus bares y discos infernales, hartos de comida adinerada.

Pero también es el escenario, de dicha serie con este globo terráqueo reducido a su máxima expresión, inundado en su mayoría, aunque curiosamente es aquí, en Gangnam donde ha crecido un desierto que poco recuerda al de Max, salvo por la falta de recursos. Diferentes eso sí.

Un mundo que podría parecerse al de la película The Colony del suizo Tim Fehlbaum e interpretada por Iai Glen (Juego de Tronos, Silo), excepto por la chatarra oxidada, la humedad nebulosa que empapa las entrañas y la narrativa metafísica, que es mucho más potente que esta digitalización dirigida al público juvenil. No, no recuerda tampoco remotamente a Akira.

Por consiguiente, existen algunas perlas que no cuadran, como una población diezmada al 1% y que no para de caer bajo las balas… en cambio parece resurgir de la nada absoluta. Sin cesar, como la adquisición de mascarillas para un ambiente contaminado tras el choque del cometa, que invita a esta idealización comercial de Alliexpress chino, con su servicio de paquetes O2 a domicilio y platos vestidos de traje semi-militarizado. Ah, y por supuesto, una buena competición a base de mamporros para la chiquillada… todo bien comprimido.

Por cierto, ¿cuánto dura una botella de aire comprimido…? ¿Por qué la sangre salpica por todas partes, pero ni mancha ni se esparce? ¡Eh!

La ilógica Corporación…

Ya me he empezado a desconectar en el segundo capítulo, pues todo se ha vuelto más predecible, como un pedido bajo demanda de una mayoría teledirigida. Se ha separado de esa Colonia, que tenía la misión original del regreso tras la catástrofe, poco rodada en el panorama del scifi; ni mucho menos, se parece a la densidad escénica y atmosférica, de otras sagas como Resident Evil, Last of Us o Silent Hill, más terroríficas.

Sus repartidores tienen más puntos de conexión con Amazon o el mercado americano de subfusiles de asalto a repetición… Y el torneo es una especie de paripé intercalado entre Karate Kid y Rocky. Toda esta contaminación, hace que la serie se vea falsa, junto a determinadas interpretaciones y esa comedia de risilla boba que sobra. Tan juvenil como la mente de su creador Cho Ui-seok, no confundir con otra serie del mismo nombre basado en el Ivanhoe de Sir Walter Scott. Y su notable adaptación de Hollywood.

Luego, lo que bien empieza, no tiene por qué ir a mejor. Según se menciona en escritos sagrados de diferentes religiones o estudios apócrifos, a las misma puertas del infierno aguarda el caos espiritual que desea instalar su ´jefe` en el mundo en guerra. En una especie de condena o Armagedón en tierra de los seres humanos, condenados a olor de azufre quemado y dolor infinito… Tal que esta corporación.

La composición social de Dark Knight no tiene pies ni cabeza, mezclando el apocalipsis climático, la falta de comida y aire puro, con un mercado incomprensible y el auge de los refugiados… Pero, ¿de dónde salen? Ni que fuera el ´paraíso` en Greenland con Gerard Butler, excepto por las bombas… y alguna hostia sin consagrar. Pues eso, mejor aquello… lo natural.

Excalibur a Domicilio.

Nada de espadas, nada de guerreros. Hay lucha sí, si bien se asemeja a una especie de concurso televisivo para fanáticos… ¿de dónde salen?

Un excalibur a perpetuidad, infantilizado… de pronto salpicado, con escenas de brutalidad corporativa, que no cuadra en la cantidad de sangre o sus explosiones controladas. Todo es mecánico y falseado.

Si bien la estética de fondo es correcta, con su ambientación desértica y todo, con sus llamativos vehículos y ráfagas… ese contexto metafísico con la política familiar, se ve salpicada de gracietas que te descuadran y persecuciones que recuerdan a otros juegos GT. Igualmente la rivalidad shakespeariana en la corona, te deja bastante frío, más que el que asó la manteca que estaba bien calentito en su sebáceo averno. No, tampoco me creo a estos malvados, son estereotipos diezmados en guiones…

Inteligencia… Militar.

De pronto toda la maldad, deriva en ese buenismo a dos bandas. Las explosiones y vacunas terribles, se transforman en chistacos de pandilleros, algo ridículos. La militar es un tipo de sargento Ripley con mala hostia, pero sin su inestimable presencia y personalidad, representante del feminismo combativo… Ahí me detengo, para comentar un pequeño filme, titulado Light of my Life, protagonizado y dirigido por Casey Affleck, que es una parábola intimista de La Carretera en el bosque y de testamento en paralelismo bíblico, a través de la persecución femenina en un mundo futuro y diezmado genéricamente por una enfermedad mortal y caprichosa… te recuerda a algo, no. Efectivamente, una invasión de hombres por todas las partes, y mucho apetito… a la vuelta de la esquina.

Hay momentos que parece enderezarse, pero siempre llega algo para joderla y recordarnos, que en Gagnam todo es un artículo a la venta. Que el Elegido a modo de profeta matricial, es bastante niñato, llorica y poco carismático, algo parecido al Evangelista en las entrañas de la isla de Patmos, al nivel del Mar Egeo… Y el de los refugiados, es un campo sin emotividad, nada que ver con las poblaciones provenientes de fuera de… como las que imaginaba el científico Gerard K. O´Neill. Pronto haré un comentario en este blog, sobre los héroes verdaderos… de mi juventud.

Esto no se asemeja a la Kandahar de, también Gerard Butler, está en todas, tan sumamente compleja al común entendimiento, que no comprendí un pimiento… ni me interesa. A este paso, tanta banda, tanto militar, tanta metralleta, no va a quedar ni el 0,000001 de la población. Un desierto de almas al borde del mar, cuya región cuenta en realidad con unos 24 millones de habitantes e inmigrantes extranjeros incluidos.

Por cierto, como pasado el tiempo, los meteoritos no crean contaminación indefinida, sino atmósfera sulfurosa que enfría la corteza terrestre, y en cambio, se han inventado la vaporización venenosa Central o Especial, como una forma de control de dicha población hambrienta… Mas, no la he entendido, ¿con qué finalidad…?¿Una limpieza… étnica? ¿A quién van a vender el pan y el vino?¿… y el videojuego…? Un imperio romano vacío, pues se han cargado a los clientes cristianos. Puñeteros repartidores sin motor, por todos lados, joer. Ni un grano de arroz para repartir… sólo balas. Menos mal que ya, ni la puntuación de los sitios me influye en la decisión de visualizar.

¡Decidido!, en mi próxima entrada, voy a hablar de Caballeros de verdad, un auténtico producto de calidad ¡Y desde Oriente… toma Akira!

 


Cinemomio: Thank you

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