Crisis que genera violencia.
Normalmente, el cine negro, no se caracteriza por los extremos del scifi ni del terror. Pero a veces, lo parece. Sobre todo si llega de Asia y su director es nativo de Corea del Sur.
El director Na Hong-jin (premio mejor director en Sitges 2011) nos ofrece una película de acción sin imposturas ni remiendos, pero con muchas cicatrices corporales y del alma.
Corea es una país encargado de darme habituales y gratas alegrías, en esto de la cinematografía. Con recovecos, escaleras, apartamentos apilados y pequeños, calles irracionales y gentes que se desplazan en todos los sentidos. Saltando del bien al mal, luchando.
Diversos directores como Park Chan-wook o Kim Ki-duk (entre otros), nos han ofrecido grandes películas con su punto de vista oriental e inverosímil, muy personal. Donde los sueños se vuelven pesadillas, y la realidad es un mundo inteligible, poético, dramático...
Se han convertido en objeto de devoción por mi persona, zarandeada, y espero con verdadero interés, siempre sus próximas producciones.
En esta ocasión el director Na Hong-jin (cuyo único largometraje era hasta ahora, The Chaser), ofrece más muestra de cine coreano sin concesiones. The Yellow Sea es un impactante "film noir" a la coreana. Su calidad visual y narrativa, con sorprendentes escenas de acción, persecuciones que te dejan sin aliento y ultraviolencia (quizás algo repetitivas en algunos tramos sanguinolentos) de armas afiladas y camisas sudadas. Proviene del interior salvaje del ser humano. Golpes certeros y heridas abiertas, tanto individual como socialmente.
Esta película se hace acreedora de otras hollywoodienses, con grandes momentos de especialistas en acción. No existen aparentemente, trucos de cámara ostensibles, pero sí una endiablada historia que te va atrapando minuto a minuto.
Lo más destacable (quitando salpicaduras de sangre) es que el cine negro cobra vida, y se pasea de la mano del tímido protagonista Ha Jung-woo, por la ciudad de Seúl en plenitud.
Con él vamos recorriendo una Odisea de Homero. Con un antihéroe. Un tímido que tiene que dejar de serlo, para salvar su miserable vida.
Las bandas mafiosas y asesinos se descontrolan, se vengan o se masacran, por que todos son esbirros que se venden por la violencia. Así que, ante este maremágnum, sólo nos queda empatizar con este pobre diablo.
Un rústico que cae simpático, por su sobriedad.
Un persona cercana a tipos acorralados por un devenir de circunstancias complejas, que les obligan a seguir adelante, aunque el mundo se desmorone alrededor.
Acorralados, sí. Pero, nunca vencidos.
El gran maestro Alfred Hitchcock, salvando las distancias del genio, sabía mucho de poner en aprietos, a sus protagonistas. Hombres y mujeres al borde de un ataque de nervios.
La madeja argumental nos va transportando a otra cultura a una concepción básica de los instintos y la justicia. Donde los hombres se comportan como animales, comen como animales y se defienden de igual manera.
Salpicada por unas impactantes persecuciones, de las mejores rodadas en los últimos tiempos. Bien sean coches, camiones o a pie... Te cortarán la respiración.
Hacer una especial mención a la banda sonora, íntima y minimalista, pero que te sumerge a las profundidades del infierno, los bajos fondos de la ciudad coreana. Fantástica e hipnótica.
Sus compositores Jang Young-Gyu y Lee Byung-hoon.
Sin embargo, no he tenido más remedio que quitarle algunas décimas a su puntuación. Quizás por esa saturación de violencia extrema.
A veces, divertida y salvaje... Otras veces pasada muy, muy de rosca. Jajaja. La violencia es así. Que te puede salpicar sin darte cuenta de por donde viene.
The Yellow Sea, es siempre, una magnífico thriller.
**** Notable ****
Para una peli en la cual, priman las persecuciones por doquier. AC/DC y Highway to Hell
No tengo nada en contra de Brian Johnson. Pero Bon Scott, era Bon. N