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lunes, 26 de septiembre de 2022

Peaky Blinders. Season VI (& Last)

 


Todo lo que empieza, tiene un final... Incluso las guerras, o no...

Transcurría el año 1933, cuando el único representante de los Imperios tras la Primera Guerra Mundial que quedaba en activo, Jorge V, nieto de la reina Victoria, tenía la labor de enfrentarse a una nueva marejada internacional, con pocos años por delante... sin saberlo, claro.

Aquellos tres eran familia, concretamente primos, y sus países se iban a repartir de lo lindo en el futuro... Este abdicaría, para casarse con la mujer que amaba y todos perderían poco a poco, alguna cantidad importante de súbditos... o acólitos, más o menos, como en otras bandas. 

Ese mismo año, otro personaje importante artista y mediáticamente, maestro de la comicidad y rey de los titiriteros, reconocido planetariamente como Sir Charlie Chaplin, Charlot para sus amigos los niños que no entienden de política, ni clases, había cumplido cuarenta y cuatro años, y estaba justo en la mitad de su longeva vida.

Se proclamaba así mismo como filósofo de la risa, diciendo que un día sin ella, es un día perdido; como agnóstico pensaba que la fe es precursora de las ideas, sin ella nunca habría evolucionado la hipótesis, la teoría matemática o la ciencia; sobre la maestría decía que todos somos aficionados, la vida es tan corta que no da para más. Por último, se consideraba un pacifista... A fin de cuentas, ¡todo es un puro chiste!

El británico mudo, en parte, se le desconoce otra de su origen humilde, se dice que nació en una carreta de origen gitano en las cercanías de Birmingham, pero no se puede asegurar... como diría Tommy Shelby, reconvertido en abstemio, padecimiento desencadenado en sus familias, "caballeros, existe el infierno y, hay otro lugar, debajo de ese infierno".

Aún no se habían enfrentado con los condenados resortes de la sangrienta Segunda Gran Guerra, ni filosófica ni socialmente, pero habían amasado una pequeña fortuna, gracias a su profesión, o actividades en el segundo caso, desde la costa este a los sueños caledidoscópicos de Hollywood.

Esto dice el Peaky Blinders más jodidamente conocido, "mañana estaremos uno de los dos, muertos, pero sea quién sea esa persona, se despertará mañana en el infierno". Creo que Charlie, a pesar de los pesares, era infinitamente más positivo, "la vida es tragedia, pero vista de lejos, parece comedia". Ambos se reín ahora, mirando hacia atrás.

The fucking Life.

Los primeros pasos siempre son complicados, excepto para los que viven del cuento de otros, y también lo pudo ser el final, desde el punto de vista ideológico. Quizá no tan placentero como se había planteado el resto de sus carreras, excepto por la enfermedad o la muerte. Que nos espera, ya seas indigente o millonario, gángster o cómico.

El amor es una etapa, más o menos, duradera en el camino... Lo verdaderamente resiliente, es el odio. Ambos saben bien de esta modalidad...


En ese periodo que comenté anteriormente, a Mr. Chaplin, todavía no le había robado el corazón en busca de belleza y prioridad, la actriz de los tiempos modernos y también británica, Paulette Goddard, aunque tardarían poco del mismo, en darse cuenta que no estaban hechos, el uno para el otro. Y no porque, alguno fuera un parásito o un gran Dictador, sino por no entenderse o amarse lo suficiente... Algo con lo que Thomas Shelby, ha tenido que lidiar bastante a menudo. Al menos, nuestra querida Tía Polly que descanse en paz la actriz Helen McCrory, parecía clarividente con su sobrino, "Sólo hay una cosa que puede cegar a un hombre tan inteligente como tú, Tommy, el Amor". God save the Queen!

Paul Anderson en su escondrijo emocional, no entiende muy bien lo que se dicen, porque se oculta en el humo del opio y en la sangre derramada entre caballos y gitanos, con otras etnias. O tal vez, lo haga porque es un notable actor y lo demuestra desde la punta de su flequillo lacio, hasta el ronquido de su voz, durante el combate. Es hermano de sangres, su brazo armado y lacerado... Una perspectiva de los jóvenes que cayeron en su hoyo particular.

Los caballos tienen la culpa, desde el Padrino de Mario Puzzo, pero montados en uno de carne y hueso, te puedes convertir en un héroe como El Cid, y salir dispuesto a conquistar el nuevo mundo, que se abre tras la tempestad, que diría William S.

Chaplin y Paulette, cogidos de la mano en altamar, cruzando océanos de tiempo, para casi nada, sólo aprender de la vida o enseñar con los ojos cerrados. Tal y como, vinieron al mundo, y todos lo hacemos... no desnudos, sino ciegos. Sin saber que se aproximaban a uno de los mejores momentos de sus filmografías personales y unidas por dicho amor.

Los jodidos Peaky Blinders, nativos de Birmingham, pero de sangre irlandesa y de la BBC, se enfrentaron con los enviados por Mr. Churchill de la policía, pero en estas temporadas de seis grados hacia no sé qué, el tablero se ha dado la vuelta... Lo negro parece blanco, pero puede ser al revés, o viceversa. El tablero es la maldita batalla política de siempre, que no nos representa... o sí, y la estrategia que consiste en meter al rebaño en el redil, igualmente, for ever.


La Sexta de los Peaky Blinders es un melodrama de los extremos, con todas las epidemias posibles y sus jinetes apocalípticos, llamando a las puertas, siempre están ahí esperando con sus guadañas. Las brillantes Luces de la Ciudad se apagaron ya, pues se aproximan las sombras que se esparcen desde el interior hasta las entrañas de la sociedad. Todos con aspecto enfermizo, en apariencias.

Así, se afianzaba la era del sonoro en los cinematógrafos con películas de acetato y lámparas incandescentes, mientas los amantes promocionaban sus éxitos en un vuelta premonitoria por Europa... a lo mejor la última, o una penúltima conjunta en lo que restara de lo que se conocía, hasta entonces. Las sombras se ciernen bajos los cascos de los caballos de la Puerta de Brandenburgo, que luego serían heridos por las bombas tras esta época de la República de Weimar. El monstruo estaba en las puertas, asomado, antes de subirse a la cuádriga.

Tommy, no puede pensar en caballos en estos instantes, pues la frustración de un médico, le puede... y la serie intenta no caer en el barro de la campiña francesa, ni en el efluvio alcohólico de una isla, en aguas no controladas por gobiernos, ni soldados. Al menos, los oficiales de cada quién.

Para unos, días de enamoramiento irracional quizás, para otros lanzamientos venenosos de veredictos o condenas eternas, todos movidos por reivindicaciones señoriales y bajezas políticas. Unos por las nubes, otros pronto las verán... Ojalá, tengan visión o un buen sistema de aterrizaje...

The Fuckin´ History.

La familia reunida, que no contenta del todo, alrededor del proyector doméstico, cuando han revisado el regalo del mayor cómico de la historia del cine, a través de sus propias vidas. Pues, sino de cine, son de gran televisión.

La crítica es mortal de necesidad, y las instantáneas del pasado pesan demasiado, tanto que a algunas esta liviandad de los esquemas delincuenciales en el escalafón, o los privilegios alcanzados al codearse con los políticos de primer nivel, desvirtúan aquella realidad de chicos que peleaban por un trozo de calle... o rajaban a los hijos de otros, de oreja a oreja.

Son cosas que pasan, las historias se repiten, aunque nuestros maestros, cómicos o padres, abuelos con coronas o hermanos sin ellas, drogadictos, enfermos terminales y otros estigmatizados, mesiánicos... nos avisen una y otra vez. No te metas, mira para otro lado. La política solamente trae problemas... menos para algunos, que se aprovechan de ella... O más oportunamente, del dinero que se reparte en ella... Y la sangre, que es la misma, una vez cae en la tierra.


Así ha comenzado esta última batalla, levantando el rostro en el barro, demostrando que Cillian Murphy, irlandés de Cork y cercanías, sabe tragar el orgullo del personaje y es un gran actor, que algunos han ido descubriendo. Algunos ya lo sabíamos desde su Intermission con Collin Farrell, y tras 28 días después, más o menos, desayunando en Plutón con Batman. Ah no, esas son películas diferentes, ahora es el momento de las políticas de desintegración.

Los imprevisibles y jodidos, Shelby´s, se enfrentan a una bifurcación de imperios, algunos a la deriva y otros en plena resurrección, mientras Charlot que se ríe para sus adentros (también filosófico-sociales respecto a la pobreza), va a ser propuesto para el título de Sir por el rey Jorge VI y, también, lo volvería a ser en 1956 por su hija la reina Isabel II.


Pero, el actor del bombín y el bastón, sería vetado por sus opiniones o consideraciones, como sería rechazada Paulette como Miss Escarlata para Lo que el Viento se Llevó, quizás, por las mismas sensaciones epidérmicas.

Al final se recibiría el reconocimiento y la condecoración, a sus 85 años de edad en 1975, mucho más joven, aparentemente, que la edad que empiezan a representar algunos miembros de los Peaky Blinders en esta temporada, de peleas mentales, pajas reales y ajusticiamietos.

Tres años más y se acabaron sus paseos con los pies abiertos... Unos meses más, y ya no tendrá que preocuparse por el tabaco o los hijos... un tiempo más, y los veremos embarcados en una película, que cerrará la vida del Padrino de Irlanda y resto de Boston. Si le dejan, o no acaba asfixiado entre los ligueros de alguna. No, no me ha acabado de convencer, ni la aparición de Tom Hardy, que se le ve confundido... Ni el papel desasistido de Finn Cole, con una animadversión que no provoca nada... Ni tampoco, los excesos expresivos de Anya Taylor-Joy... con lo que me gusta a mí, esta chica.


Las cosas de brujas, que igualmente pueden desencantar a más de no, están por quemar... digo por llegar, a pie en las calles sangrientas, en avión trasatlántico a través de una tormenta de pasiones o en las llamas de un carromato. Aquí... ¡aquí viene el caballo!

Brujas, cada vez, quedan menos... Ya se las fueron cargando cerca de la costa de Nueva Inglaterra, más las que están esperando, su final. El final verdadero de Peaky Blinders.

De Charlie, nos quedará su ARTE, para siempre...


The "fuking Politics".

Tommy izó su rostro de la dualidad de un Dos Caras, con esa vertical divisoria, que contra o separa a la Familia, a la visión que tiene de la sociedad. Al amor, a la enfermedad... a la muerte preconcebida como una maldición.

Lleva los dos rostros colgados, Cillian, entregando su expresividad y tono, a la cumbre de su carrera televisiva. Hi boys, Welcome to Peaky Blinders... again!

A sus 46, le queda un tiempo escaso para mudarse al American Prometheus de Christopher Nolan, como el científico-físico, de origen judío, curiosamente, Julius Roberts Oppenheimer. Las bombas es el resultado de los fracasos políticos... Bueno, más bien de los fracasados. Que, sin embargo, tienen un gran poder para arrastrar a las masas. Ya sabes, a algunos les da igual el color, por eso de los círculos que se unen por los extremos. 


Eso lo sabe bien, Tommy Shelby, que se las ha visto con ellas, las ha pisado, comprado, drogado, cortado, estrangulado... y no sé bien, cuántas cosas más. Ahora alza su voz en el Parlamento, dónde se ordenan cosas parecidas, pero se votan entre los elegidos, por todos. ¡Engañados o no!

Pero, ha cambiado, para lo bueno o lo malo... Y lo malo es muy malo. Aunque ya lo ha avisado el comienzo, este chico tiene dos caras.

Una en el lodo, otra hacia el viento. Depende por dónde sople...


Érase una guerra en Europa, se necesitan dos bandos... que comenzó en el origen del continente, casi. Luego Goya, pintaría el odio con unos retoques, para hacerlo más español, o lo que sea. Qué va, son siempre parecidos, se tocan y se golpean. Los dictadores de colores y los inocentes, sobre todo, los que no se pintan de ellos.

El III Reich ideado por un asesino, se alzaría en el 36, cuando España se desangraba y no tenía alimentos, mientras otros miraban para otros lados, o metían sus zarpas donde comenzaría el drama. Igual que Tommy, Mr. Chaplin se fue a USA para seguir moviendo el bigote, en cambio el ex-chico de la gorra, ya fue dirigiendo el cotarro, que es lo mismo que el bigote, pero terriblemente manchado, con los excrementos de los muertos por la adicción.


Al cabo, otro compatriota del Reino Unido, se movía en la penumbra... Era un enemigo íntimo, en la piel del actor Sam Claflin y el real como la historia misma, Sir Oswald Mosley. Magnéticamente, sin principio, ni final. Delgado, pero redondo de mente... Y eso que no había televisión oficial. Bueno sí... bueno, no.

La línea se estira, tocando dos continentes, justamente por el dinero o el poder. Es una línea invariable que gira desde la cuarta y la quinta temporada, como un remolino con un vértice en el medio, es decir, una boda en aquel Berlín. ¡Qué mejor para una buena parranda!


El nazismo de Gebbels, era la tele propagandística de hoy, aunque Mr. Mosley flirteó con los sindicatos, obreros que se acercan al comunismo, pues exigen la igualdad entre trabajadores. Pero no, no es así... Luego se centró más en el socialismo, que gasta en publicidad en los medios, la pasta que saca a los trabajadores, y acaba en manos de los ricos... Vamos un lío de coj...

Eso sí, el Sir es patriótico de narices, con polvo o sin él, no cómo en otros lados... Él, el mismo que luchó al lado de los soviets de Stalin, qué cosas.


Y los caballos oteando el panorama... Poco después serían reventados por las granadas o los misiles, destripados en el campo con los labriegos... ahumados como los gitanos. No los que trafican con droga, sino los que se divierten o laboran con los pies en la tierra.

Algunos, pocos, lograrán escapar al desastre y el derramamiento, pero escasos, al final caerán como exboxeadores que respiran por medio de una familia marfiosa de la costa irlandesa. Cómo eran de duros, estos tíos, ¿no?

Creo que la Política, se las traía floja...


Lo de la etnia gitana, comparando otras más cercanas, es la cuadratura del círculo del guionista, pues puede dejar desencuadrado a más de uno, o de dos.

Los bandos amenazan con mezclarse dentro del círculo, las cabezas se traspasan como los pantalones o los maletines oscuros de Londres (o Liverpool) a Berlín,, pasando vía alucinógena por la fuckin´ Island de los Muertos, La île de Miquelon, qué nombrazo para un buen pedal.

Así, saltando entre humos y efluvios alcohólicos, vas a parar al otra lado del charco, como una multitud de asiáticos, italianos, judíos e hijos de la nebulosa infancia en Irlanda. Esto es, de la tierra de los cortes a cuchilla, como en otras goyescas y puteras, al Boston de la quemadas en la hoguera u otras con intereses más siniestros, aún.

El póker de los tréboles se ha repartido, la venganza se sirve tibia al amanecer, de los hombres, una parte caerá en el frente de guerra, como siempre... Se suele decir, "a mar revuelto (o enfermedad), ganancia de pescadores". O la decadencia de los perdedores. A veces, las familias políticas, son un verdadero quebradero de coco, si vienen envueltos desde un isla, cuando no un nido de víboras, cargados de huevos venenosos.

Y Mosley se casó, y la cagó, pero esto no lo veremos, pues los políticos no desean que se vea, navegando por un río caudaloso, halló una bifurcación en el camino... y todos conducen a... El caos, da igual el color radical, pues el fin es el mismo. Falta de libertad o matarile.


Por eso, Mr. Shelby aparece como figura mesiánica, porque, no hay salvación tangible. El cree en lo espiritual, de ahí muchos de sus males... Se cree que habla con Churchill y todo... Bueno eso sí es verdad, en la realidad virtual.

La política es un cataplasma gigante, te cae encima y te estalla, como el odio familiar. O no es cierto que, se reparten los bienes entre ellos...¿? Los Peaky Blinders, los rebeldes, se han convertido sin saberlo, en lo mismo, de ahí la pérdida de algunos seguidores. A veces, parecen recuerdos de delincuentes callejeros, pero siguen ahí, escondidos entre la sangre contaminada, entre las lenguas viperinas, la ambición sin límite, zombies alcoholizados, las maldiciones, la ciencia que miente, las pandemias, las ideologías contaminadas, los viajes ocultos y las caídas adictas, el sexo interesado... las bombas.

Si te atrapa una de esas características enfermizas, estás en el camino de perder la "quijotera", que diría otro socio británico, involucrado en lavados de cerebro antiviolencia.

Pues sí, la fucking política se ha apoderado del pasado y del futuro... los viejos de la isla decían, "donde tengas la olla, no metas tu p.iiiii", decían...

Otro día, hablamos de las chicas... que cabalgan a lomos de otros caballos. O, ¿son los mismos?

domingo, 11 de septiembre de 2022

Animal Kingdom. Season V-VI Last.

 


En el pasado, la sangre joven alteraba todos sus sentidos, también gracias al consumo de sustancias ilegales... pero, el presente es una realidad que pervive por todas aquellas acciones que cometieron o produjeron... más o menos, voluntariamente.

Con los Colby´s, como con otras familias que se asomarán por una rendija, estamos asistiendo al final de una estirpe de criminales muy preparados y de andar por casa. Sin embargo, en principio, la fuerza excesiva y la sangre derramada no era algo buscado o de primera necesidad para el negocio.

Hace apenas unos meses, ya se veía el complot televisivo de retirada del océano Pacífico (Oceanside) de David Michód, aunque se ha mantenido aquella producción que surgió en primera instancia de su mente, en la Australia sureste y profunda de Melbourne.


Además ya lo contaba, como dejándolo caer sin darse cuenta, uno de estos personajes que participan como relleno de la serie, Animal Kingdom... cuando aseguraba tras la desaparición de Miss Smurf o la estimada Ellen Barkin, que la situación no estaba mal, sino que ha ido a peor...

Y es que, si bien se podría suponer cierto declive en el V, no podíamos atestiguar el nivel del desconcierto o la declinación narrativa hasta que punto. Sentimos que el imperio Colby se desmoronaba paulatinamente, con una historia que apuntaba al retiro de sus miembros, pero la excedencia temporal de la matrona de los dragones, digo temporal porque en el pasado aún respiraría, es demasiado. Ellen es demasiado actriz e inimitable, aunque la actriz de Sidney e hija de Greta Scacchi y Vincent D´Onofrio, se adapte bastante bien al papel.

No tanto a su pasado matrimonio con Sean Penn, pero eso es algo que no pertenece a esta sección... Pertenece a otra referencia personal, que no tiene cabida en este blog.

Las cenizas...

Toda reina de la pantalla, tiene su fin. Y toda historia se va quemando en algún sentido, como la serie Animal Kingdom que se incendia irremediablemente después de la última pérdida. Nos tendremos que tragar las cenizas del orgullo y hacer frente a esa incertidumbre que aparece en estos momentos de descontrol emocional...

Lo más difícil para la Familia, es sobreponerse a esa incapacidad estratégica, que servía para alimentarse todas las mañanas, sentados en aquella mesa del comedor junto a la cocina y los estantes para cereales. O para comprar otras sustancias que precisamente no alimentaban al organismo, sino que intoxicaban los sentidos o la convivencia, como pasa siempre en muchos otros hogares.

Parecían en estado excelente, pero no... Esto no se soluciona con un brochazo en el instante postrero, o una planificación del palo, que no complace a la mayoría. Y eso lo vemos casi todos, reunidos frente a la pantalla en un santiamén... Esto es otro, ¡Amén!

Se puede sentir un enfrentamiento entre sangres, que tarde mucho en llegar y los próximos robos han perdido esa estrategia que atraía a los feligreses, con los artefactos y los movimientos sincronizados por parte de los hermanos. No pollo, sino algo parecido a aquello.

Las batallas reales son otras, que interesan menos, se distraen con relaciones personales entre ellos en esta quinta temporada, que dejan bastante que desear... Sobre todo en el aspecto afectivo y sexual, que ha perdido esa fuerza expresiva y frescura en pantalla.


Son las cenizas del sexo y el rock&roll, las que también se evaporizan en el horizonte, dejando un halo de pérdida, difícil de solventar, tanto por su conjunto de guionistas cambiante, como por su productor principal Jonathan Lisco. Estos desarrollos narrativos de los capítulos, no acaban de convencer por esa distancia tomada con el pasado... Qué, también se resiente en la perspectiva de los personajes con el ayer.

Más esto es una sensación personal que no tiene porqué corresponderse con todas los pensamientos de los espectadores, ni siquiera con el sufrimiento de una familia después de una dolorosa pérdida. Singular y especialmente, cuando las balas silban en todas las direcciones... Posibles o ciertas.

El Quinto y el Pino...

Pues sí, acá nos hemos plantao...

En el quinto, en una situación poco idílica, hemos puesto uno bien gordo y profundo, como caído en un agujero de otra época... Mira que estábamos avisados, que, ¡mira la que se avecina!

Que, ¡con la ley hemos topao!


Ahora que está tan de moda, esto de los movimientos topos o los ´infiltraos`.

Todo parecía estar abonado para el caos más absoluto, porque no teníamos ni reina, ni trono... Bueno, trono sí, pero haber quién era capaz de suplantar a la todopoderosa Smurf y su particular sentido del humor negro, y su capacidad para lanzar besos... para ti, majo. Para tí, sista. Para ti, hijo mío... Tantos, que ya no sabíamos que pensar sobre tanto exceso de amor compartido en familia, la verdad... Quizás a alguno le decepcione un poco, esa falta de atracción ´sextual`, de sexto sentido o temporada, digo jugando con las palabras y sentidos.

El presente y el pasado, estaban desbordados por las circunstancias, nada parecía lo mismo a pesar de varias interpretaciones que hacían lo posible para no mandar la historia, por el inodoro.

Estos hermanos, salieron de la antigua Edad Media del cine y sus cruzadas más exaltadas, para transcurrir como fantasmas del pasado por el hoy, saltando las conexiones... que no avanzan demasiado, pero...

¿Ha merecido el camino recorrido hasta ahora...?


Se aproxima el desencuentro, pero no lo vemos muy bien... Estamos en un sin vivir, viendo cómo el balón se escabulle de las manos y se estampa sobre el aro... No, no lo vemos todavía, porque se infiltran otros personajes que nos dejan un poquito fríos, los golpes y los palos, ¡ay los palos! Ya no son lo que eran, parecen cagadas sin planificación adecuada... los hermanos lo ponen todo perdido, y no, nos agradan como antes...

Habrá que buscar algo, encontrar un Santo Grial que nos saque de esta cruzada tan comprometida, como divergente, o un nigromante en forma de guionista que vuelva la historia a su lugar. El suspense y los actos irracionales a su alrededor... Y no, una accidentada monotonía emocional.

Solos... 

Pues sí, ha sido él a partir del penúltimo episodio, que nos ha traído la paz, mediante la intranquilidad absoluta. Es un director sin demasiado renombre y ha participado en el guión de un capítulo en la serie Better Call Saul. Ya es algo importante, para este director, guionista y productor, llamado Bradley Paul y para nos. Ya no nos sentimos tan desamparados, después de tanta desesperación, sin llegar a buen puerto.

Por lo tanto, ¿ha merecido la pena llegar hasta aquí...? Definitivamente sí, porque la resolución parece a la altura, es decir, que no puede existir una buena película de vaqueros... sin un buen duelo en OK Corral... ¡Caiga quién caiga!

Después de pasar por dos temporadas accidentadas, muchos, demasiados capítulos sin fondo, el reino se ha paralizado, en el peor de los sentidos. Esto es, ninguno de lo bueno y visto anteriormente... Visual y emocionalmente, sobre todo... Como los palos ejecutados a la perfección, que hacían la diferencia en cualquier circunstancia. Ahora en un breve espacio, pero largo, sentado solo en el sillón, han resultado desquiciantes. 

Especialmente, como algunos personajes con los que no conectas, son manchas en la pista debidas a un buen resbalón, o parecen parches para fumadores, estafas de poca monta. Por qué, a quién le importa su destino, ni su rodaje por la serie.

Un simple plan bien estratificado y conectado con las circunstancias personales de cada miembro, producen un pequeño estallido, que tiende a convertirse en un gran incendio. Es lo que merece esta Animal Kingdom y sus jóvenes triunfadores. La Quinta de los Cody, ha fenecido en la pequeña pantalla, en otras ya veremos...


Ya son californianos mitológicos emparentados con su figura materna, la película de David Michód, al otro lado del mundo. Seres infernales que devoran la carne y las cenizas, porque nacieron para ser eso, animales heridos... Son recuerdos de temblores tras los allanamientos, los colocones, la música estridente, las venas ardientes... son retratos en un álbum para desgraciados... son hermanos de sangre, pero no de... lágrimas.

Somos más predecibles, porque ella no está... y no es Laura, era Janini más conocida como Smurf.

¿Que si ha merecido la pena, el viaje...? Tu verás, hermano.

Todos somos sombras de hijos, que no llegaron a ser o quisieron ser otra cosa por el camino... Para terminar, siendo cenizas, al viento. Australiano o californiano... Somos retratos de muertos, entre los mandamientos incorruptos del crimen, espectadores del no matarás y no robarás... El sexto sentido de la manipulación o la venganza... Somos pistoleros atrapando balas, como moscas al vuelo del pasado.

No cometerás actos impuros, al menos... según la ley de los Cody´s... O no hueles, que ni las vaqueros/as de otros tiempos, los rockeros nunca mueren, decían... te terminan saciando o complaciendo a medias... Es mejor, ¡quedarse sentado al Sol!

Si es con unos buenos protectores para los ojos, y pasta... ¡mejor que mejor!

domingo, 4 de septiembre de 2022

Love, Death & Robots. Season III

 


Desde que el mundo se iluminó y los seres vivientes se establecieron en él... éste se ha regido por las mismas interpretaciones de su realidad irrefutable... El dolor y la muerte.
Luego llegarían esos seres llamados inteligentes, que añadieron otras características más humanas, o en igual medida viendo sus armas... Las denominaron, la paz, sí, la amistad, siempre... y el amor, tal vez.

Pues bien, llevan ya varias temporadas intentando hacerse una idea con distintos fragmentos de la ficción, que van cambiando según evolucionan los medios técnicos a su alcance, y en las manos de los diferentes creadores, formando un gran equipo... Casi como una familia muy animada.
Ellos, tres amigos con aspiraciones robóticas, han conseguido programar una ruta que se expandirá en próximas entregas ya orquestadas, dos chefs hermanados en apellido Miller, Jennifer como Tim, montan tanto; y un culto caótico o un descubrimiento vital de primer orden, en el rover todoterreno de Mr. David Fincher.
Con semejantes axiomas en la ecuación gráfica... ¿qué podría salir mal? Nada, salta del barco y hazlo, grumete.

Es una máquina engrasada para sonreír o dañar, una cadena de producción de dibujos animados, que se componen de varios géneros entrelazados para el bien común de la serie y sus creadores, directores, dibujantes, etc... y otros moribundos, nosotros. A través de muy diversos métodos de elaboración aún más perfeccionada, ya sea en papel contundente volcado a pantalla en brillos ancestrales, brochazos imaginativos de desesperación, mezcla de millones de colores encadenados como bestias, y una concepción apocalíptica de la generación anclada a un ordenador... Esto es lo que tenemos una serie, imaginativa y épica... dependiendo de los episodios.

La psicología y la robótica, es una armonía de la perfección que va encaminada a una lucha generacional y una posible incompatibilidad en el horizonte, con esos otros elementos enclaustrados en la mente artificial. Más o menos, electromecánicos, porque el futuro es una teoría que comprende todas las evoluciones posibles o imaginadas.
Además, de batallas sangrantes con otras rivalidades, en forma de especies alteradas, algo evolucionado en grandes mentes predominantes, que serían un riesgo para seres individuales.
Es lo que tenemos... que no es poco.

Y colorín, colorado... este cuento aún no ha terminado...

Love...

Se querían así mismos. Una como artista independiente con fantástica personalidad, llamada Jennifer, dispuesta para acometer actos circenses y elevarse a la condición de profesora escribiente, hasta convertirse en una productora activista de sintonía libre y queer... qué no sé lo que es, pero sí, lo que significa...
El otro a su lado, mano con hermana, demostrando que Tim había nacido para los elementos visuales de última generación, capaz de emerger en el universo cinematográfico con su compañía de efectos f/x, Blur Studio, la responsable de este compromiso con la animación, manual y digital, especialmente. También rodando que es gerundio, compartido.

Son los Miller, y él terminaría dirigiendo también algún capítulo como el Gran Capitán, y dando saltos caóticos en la ciencia ficción entres Seasons y aquel divertido y escéptico irreverente, primer Deadpoool.
Capitaneando el barca, infectado de seres extraños y sedientos de exprimir el tarro de las esencias, es decir, los dibujitos y su sangre brillante, tenemos al guía idolatrado por muchos monstruos al otro lado de las cámaras... Ya que a Don David, lo conocemos casi todos los seres inteligentes... ¡Un crack! Un monstruos de ésto, Mr. David Fincher, cometiendo todos los pecados en la pantalla o produciendo las fotos de la Gran Depresión. Y como director acá no vuelve a mostrar, próximamente allá en la grande con Tilda Swinton y el asesino Michael Fassbender, sus bemoles, digo timones... esto es, dotes para gestionar el timón.

Ya lo creo, tiene su enorme mérito...
Pues hacer el amor en los tiempos que corren, tan víricos o enfermizos, tan solitarios... es demasiado complicado, para gentes perdidas. Dibujarlo en pantalla es algo, además de por sí... surrealista y simbiótico.
Ya se pudo comprobar en las dos primeras entregas de la serie emitida por Netflix, con todas sus ralladuras morales y conceptuales de la reproducción universal y la amistad. Tanto por tierra granulada en miles de texturas y colores extraterrestres, inundando con su esperma bucólico, mares hiperrealistas cubiertos de dudas, o... reprochando el derroche sobre espacios insondables... al menos, para el amor. Menos, para el sexo.

Y a la tercera, la colisión intergenérica sigue esta gran evidencia de la teoría caótica del romanticismo, sucumbiendo a las sacudidas de las nuevas amenazas, la soledad y la alienación. La descoordinación genérica es tan evidente, como sus coitus interruptus en diversas posiciones animadas.
Solo que aquí, en esta tapadera de inmundicias humanas, se puede restablecer un cierto orden, o sentido ecléctico de las conexiones desestabilizadas por eso llamado amor; y es ejerciendo un borrado de las cosas que no se desean ver o pulsando, esa famosa inestabilidad emocional, conocida como tecla F5.

Y es que el amor, del I al III, siempre ha sido eso... Coser y danzar... no, quería decir, borrar.

Death...

Con el señor del Caos, hemos topao... No te has asustado, pues ¡estás avisao! Sin D de despistado, con H de horror.

Desde los más pequeños seres microscópicos, que fecundaron éste y otros mundos, es lo que más abunda en cualquier mar conocido, de uno a otro confín sideral. Pues, la belicosidad se esparce como la mierda, ya sea en medio de un enjambre de pasiones o primeras necesidades, o sorprendidos en el salón de tu casa, por una especie asesina que se comporta como inteligencia no identificada.
Todas se comportan como especies alienígenas, las de verdad, esto es las de la ficción... y las falseadas por interpretaciones muy humanas, como las que emergen de la realidad evolucionada de Darwin y acoplados magnéticos.

Los demás, los débiles humanos, se revelarán como ejércitos preparados para... hincar la rodilla, qué es lo mejor que saben a hacer, frente a cualquier enemigo desconocido que desdeñan o de un poder extraordinario, superior.
Quizás... desconozcan... que su peor enemigo... sea... ellos mismos.

El resultado es espeso como una melaza pringosa sobre las tablas o la tierra, teñida de azul sobre los mares o ríos, surrealista como los mundos imaginarios, y desquiciante como la memoria, a veces, de rojo. Sangre... y mucha.

La violencia domina en este universo animado, como las tibias cruzadas y las calaveras, como los corazones que se desangran en historias... muchas veces, incomprensibles... o incomprendidas.

Robots.

Es el gran nexo de colaboración en las próximas generaciones... Estén presentes en el capítulo concreto, o no.

Es la maquinaría para la gran investigación del universo, pero también es el último modelo de combate futuro. No distinguen razones, a priori, ya sea una relación amorosa con el prójimo o con toda su raza superviviente, o bien en pequeños rincones de la memoria, olvidados. Que simulan una teoría surrealista entre modelos supremacistas, historias semi-mitológicas, resistencias ultraviolentas, cantos de ballenatos y cangrejos gigantes, humanos troceados en la costa como aquellos... engendros etéreos que confabulan, porque quieren... eso que denominamos vida. Comprensible, o no.

Las piscinas celestiales quedaron sepultadas en la primera gran oleada, los planetas revivieron una y otra vez, como aquel Solaris de la literatura... las crónicas bastardas terminan cediendo en El Dorado, en esta última pesadilla de premios esotéricos, como una gran revancha desdibujada.
Todas pudieron ser galardonadas, ya que ellos de una u otra forma, estaban allí, espiando en los ordenadores de creadores y dibujantes... eran mentes de una inteligencia artificial. Se suponía su posición de poder, ante nuestras manos... y muchos no los conocían a fondo. Eran meras fotos peqadas en un tablón de sucesos, tras una juerga de tres amigos... Ahora se ríen de nosotros...

La comedia es lo que les queda, y construirse a ellos mismos, como nosotros. Esperando una nueva guerra nuclear, que les lleve al fondo de un estercolero de residuos, si no pueden escapar... Es decir, si nosotros no podemos escapar de aquí. Ríete, es una conspiración eterna.
Ríe hasta el último respiro, haciendo sonidos repetitivos como las ratas, que tienen su corazoncito, vírico, pero viviente... como los engendros mutantes, que buscan su supervivencia como los otros.
Ya sea en un dibujo que es una paradoja irreverente, en un espacio en lo único localizable es el sarcasmo, en una metáfora de la genialidad etérea y la violencia gore, o en una risa sin compasión o misericordia, de nuestra imagen.

Todos ellos, son nosotros, desde su punto de vista de creación humana. Concretos, guturales, eclécticos, hogareños, rivales... somos nos, muy evolucionados. Hacia el otro punto de vista, de una superespecie, una condición física superior, una mente unida... como los recuerdos de aquellos replicantes que conocimos, hace ya... un futuro.
Así es la inteligencia, el olvido de todo lo que pensamos una vez, todo lo que vimos en una foto y soñamos con ello, como Flint... o todo lo contrario, nuestra propia violencia contra nuestra propia especie...

La humanidad... digo la robótica, tiene tantos prismas que... ¿qué podemos pensar?
¿Qué podemos soñar...? Como diría Mr. Philip K. Dick.
¿Qué reflejarán esas lentes calientes, fríos pensamientos optométricos de sus ojos...? ¿Y, el corazón...? Quién sabe, si lo tendrán o repararán hasta el infinito, borrando, tecleando F5... Una y otra vez.

Y, ¿la inteligencia? Pues sí, también es humor sarcástico.



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