Cinecomio busca

EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

martes, 11 de febrero de 2020

Miracle Workers.


Te imaginas que aquel que cambiaba de tamaño, gigantesco protagonista de Watchmen y nuestra memoria, capitalizador de batallas inhumanas y otras atracciones sensuales o atómicas... estuviera con el batín de casa, estableciendo normas hogareñas, pasando de milagros, indiferente a la globalización de sus queridos seres humanos y, siempre muy atento con sus pequeñeces comestibles.
Pero, el vigilante azul por excelencia y especie de deidad en pelota picada, no poseía una efigie tan conocida, como otros, para ser reconocidos como dios...

Así que te imaginas, hubiera sido interpretado por otro coloso actor, con su gesto característico... por ejemplo el del simpar Steve Buscemi...
Sin duda que, primero Malin Akerman alias Silk Spectre number II, y después, la relación colorida y mutable con Silent Night, hubieran formado parejas significativas. No sé, si más duraderas, pero si más chistosas, al menos. Hubieran disfrutado más en jocosa compañía, de este semidios fluctuante y con el tiempo, hasta se habrían sentido más alegres y saciadas satisfactoriamente... casi una eternidad.

Ahora, viendo sus movimientos caprichosos y fábulas domésticas, se trata de un ser especialmente práctico o inteligente, espiritual, surrealista y superior cómicamente hablando.
Cuando vieran dirigir con superficialidad dogmática y su singular carácter, despreocupado desde el
No todo se vería muy distinto, de otro color, grisáceo como su cabellera y algo amarillo, como su humor. Emergente desde el origen de los tiempos, simplista como dos empleados divergentes. Craig y Eliza, son los que comienzan a tomarse su tarea en serio, desde un punto muerto, más bien apocalíptico.

Bueno, no tanto, porque son ángeles simpáticos, estos de la serie Miracle Workers, con diferente disposición a la empatía, eso ´sí, pero de humores solapados y muy blancos. Gracias a dos actores que provienen del mundo de diversión, en otra esfera testimonial, en divergencia laboral respecto a un humanismo que debería prevalecer en vida. O no...
... Y ¿la privacidad...? Pues, no existe, dentro de un caso romántico para la observación sentimental, la práctica y su estudio caústico en los noticieros.
Los de este mundo... y el otro, el que fue creado con un chasquido de dedos de Mr. Steve Manhatan Buscemi y ojos de pícaro. No de viciosillo, que el horno no está para bollos. Ya que Él está en otras cosas, ahora. De aquí a la Tierra, sus súbditos y sus milagros.


El Todopoderoso Buscemi.

Simples costumbres, soplapolleces rutinarias, trabajos duros de recogida de excrementos callejeros, vicios bajísimos o caprichos anecdóticos... de padre a padre. Él los representa, con un vacío solitario en el alma. Mr. Steve de barba desaliñada y mirada de... esto no va conmigo, tío.

Mientras en las profundidades de su escala de valores, aquellos mandados reunidos en caótico destino, antes idílico en el pensamiento metafísico, deberán lograr solucionar un asunto más terrenal. Siempre en la amplísima y altísima... distancia. Sino, podría significar el fin del engranaje celestial que ha regido desde tiempos de Matusalem, bien prefabricado o azaroso.
¿Vos qué creéis? Plan o no plan, esa es la cuestión.

Aunque los milagros no son fáciles de realizar, a priori. Mirad a Moisés separando las aguas del Mar Rojo con movimiento rápido de mano, la ayuda del Todopoderoso o, la zarza ardiente, que se mantuvo ardiendo sin apenas combustibles fósiles o naturales. O ese otro, de los panes y los peces, multiplicados sin una calculadora de piedra o una impresora 3D.
Sin embargo, con este Buscemi impredecible como sus ideas básicas, y la compañía de sus acólitos sin alas... los golpes del destino, aunque microscópicos o improbables, parecen cosa de niños. Inocentes jugando a crear una serie de catastróficas desdichas, que sobrevinieron de un mal inicio o génesis, que se fue de las... reglas universales.

La misión, como ejemplo de película de ciencia ficción, es salvar el destino de los seres humanos. Vamos lo típico, la pobre Tierra, que está a un credo de hacerse cenizas. Un asunto peliagudo entre gente espiritual, que empatiza con el recuerdo legítimo de cuando meaba con forma corpórea en su cuarto de baño, y se siente conectada a la responsable causa, la realidad o comunión de la humanidad. Eso sí, salpicándose los zapatos. Es decir, algo alienada en este siglo, viendo de lo que tratan los telediarios y la individualidad que genera soledad.
En fin, el destino de los hombres y mujeres terrícolas, juntos o separados, depende de la conciliación de los caracteres y la comprensión de los géneros, que cada vez están peor alineados. Son chorritos divergentes, cada quién con su estado de ánimo. Su timidez alegórica, su desprecio o concepción del ánima.

Esta misión destartalada, además de un reto divino, significa un divertimento sobrehumano casi imposible, debido a la aparente irresponsabilidad del jefe. Quizás, hasta pecaminoso mirando las repercusiones alrededor de sus acciones, los peligros creados y los chistosos comentarios. Si es que Steve Buscemi, consigue que se centren en la cuestiones importantes, esto es, casi ninguna, comprobando como degenera el panorama celeste y laboral.
Mientras en ese espacio idílico, de destinos imposibles y prácticas abandonadas, oficinas paradisíacas se vuelven herméticas y las feromonas suspendidas, quizá porque los ángeles no tienen sexos. A la vez, los departamentos se contradicen, discuten y se vigilan, funcionan como peligrosos mamporreros solemnes, donde existen divisiones de control, que no vigilan. Para nada, estilo parental, sino sobre su humanidad o potencia.
Los diferentes elementos, cambian registros y demandas, manipulan pruebas o simulan datos, falsifican los testimonios, archivan los asuntos imposibles, crean expectativas costosas y las abandonan de repente, condicionan presagios... alteran los rumbos... de uno, o de dos en dos.

Por muchos rezos o creencias consagradas que arriven a buen puerto, o malo (el puerto del otro lado), todo parece quedar sin aliento... o llamando a las puertas del cielo, como diría el otro vigilante de la guitarra y la armónica. Nada es fácil, en estas condiciones estratégicas, de primeros auxilios.
Parece que no hay nadie allí, arriba, comunica o sin cobertura. Sin embargo, un ser celestial y funcionario desilusionado, se confunde con las cajas amontonadas de comida basura, los ruegos ajenos y no pide aumento de sueldo. Mago entre milagros y chistes, cambia la varita de otros tiempos, digamos respuesta a las normas o los mandamientos en tablas, por un computador milagroso. Pleno de imágenes de última generación y cachivaches, como los videojuegos. Bueno, realmente, también de primera generación, ya que los dinosaurios y los monos no contarían creativamente mucho, en esta actual época. Aunque dramatismo, hubo siempre, romanticismo no.

Una pareja de altos vuelos, para bajos instintos. Tiene momentos chispeantes, uno ascendiendo desde los libros juveniles, y el otro consagrándose en esto tan difícil de hacer reír, como mostrase durante su elevada carrera de actor cómico. Pero no siempre fue así, antes de convertirse en este personaje despreocupado y algo vagabundo en aspecto, pero clasista endiosado, sufrió las calles. En el fondo, buscó otras identidades en el cine.
Mr. Buscemi es el hilo conductor, de esta empresa visionaria, dentro de un paraíso no tan atractivo o mágico, como nos pintaban los ancestros en sagradas escrituras, ya que pareciera más, una institución pública de funcionarios aburridos y decadentes. Con sus vías vacías y un trabajo tortuoso, nada creativo, divina monotonía o suplicio descafeinado de interés. Allí, cerca de sus trabajadores, robots sin alma, alejado de sus condiciones profesionales y padeceres individuales, observa desconectado de todo, donde se dirigen nuestros ruegos o simples pecados. Al desagüe de los media.
Los vicios se tratan como una consulta del psicólogo, donde este dios parlanchín, no ejerce, ni se presenta ante el diván. Sólo contempla su visión material, porque no cree... claro, es el mismo Dios.

Exactamente, interesado en los calamares de goma, pero para meterlos en un bocata. Como si al Dr. Manhattan, le hubieran desteñido las meninges y desintegrado el cerebro emocional de nuevo, en otra identidad. Y al final de la cuenta atrás, sus neuronas se hubieran reunido al libre albedrío... de forma jocosa, cachonda o sobre una cadena caótica de acontecimientos universales, gracias a la experiencia de siglos. Tendremos tiempo, aunque se trate de minúsculos fascículos, para comprobarlos y saborearlos, un pis-pas de veintitantos minutos, cada pis y cada pas. Capítulos, que no versículos de gloria.

Un Nota del Apocalipsis.

Esa pizca de inutilidad planeada, podría ser contagiosa, ante su rebaño.
Pero, indudablemente, no sería lo mismo... gracioso. Sin su prestancia sobrevenida de Brooklyn y firme pedaleo en el mundo artístico, sus raíces familiares, su apariencia distintiva y la capacidad para llegar al gran público. Porque el carácter del actor, el nombrado David Chase en The Sopranos y su particular filosofía de vida, frente a su ilegítima verborrea, se ha ido cosechando una merecida fama de calidad profesional. Entre una fabulosa dualidad de la Familia y esa biz cómica, que ha demostrado con rotundidad a lo largo de su extensa existencia en las pantallas, que no para, ni aburre de ella.

Desde sus inicios en el cine independiente, nacido en gracia ociosidad, su presencia magnética se fue aderezando con el humor negro y el trabajo sacrificado, frecuentando una crítica reivindicativa sobre los pobres, monstruos humanos. Tanto empeño en la tarea, que podría haber terminado de color amarillo... https://tv.getyarn.io/yarn-clip/13f422f8-53cb-44ea-9373-77f0c0b6117c
Pongamos que hablo de algunos guiones propios, que fue elaborando entre clubes y humos nocturnos, como su historia musical con el inolvidable Lou Reed, e incluso la dirección en el filme Tree Lounge. Demostrando identidad, esencia dramática y sabiduría de calle, que fue reposando ante la mirada genial de otros, como Jim Jarmusch (Coffe & Cigarettes, Mistery Train), Woody Allen (Historias de N.Y.), James Ivory (Esclavos de N.Y.), Abel Ferrara (El Rey de N.Y, es evidente), los Coen Bro. (Miller´s Crossing, Barton Fink, El Gran Salto, Fargo), Robert Benton (Billy Bathgate), Phillip Kauffman (Sol Naciente), Tom Dicillo, Tim Burton (Big Fish), Gary Fleder (Cosas que hacer en Denver...) y, por supuesto, Mr. Quentin Tarantino.

Es lo que tiene ser una deidad, entre los elegidos... Representa la mezcla visceral de la sangre, la violencia o la comedia, representadas en esta serie que se alimenta de pensamientos ligeros y actuaciones sintéticas, hablando de síntesis espacial. Que atrae recordados papeles como, en las pelis Vibes, Tales from the Darkside, Cabezas Huecas, In the Soup, Living in Oblivion con el majestuoso debut de Peter Dinklage, Escape from L.A., Con Air, Ghost World o siendo voz de Monsters Inc, que demostrarían esa versatilidad cómica,sarcástica y dual.
Ahora, esperamos su presencia divina en Los Muertos no Mueren, de nuevo con Jarmusch, junto a sus compis Bill Murray, Adam Driver, Tilda Swinton, Danny Glover, Caleb Landry Jones e Iggy Pop. Sorteando una especie de muerte celestial, junto a los genios... y sus cerebros.

Si Miracle Workers se tratase, de una nueva serie elaborada por David Fincher, se habría centrado en personajes más oscuros sobre la faz de la Tierra, como si esos cazadores de milagros del otro mundo, estuvieran tentados de comprender las dramáticas acciones de los hombres, o observadas monstruosidades. Pero no, estos son milagros de serie de televisión, con ángel y la ´indivisible` facha de Steve Buscemi... en compromiso celeste. A Dios rogando y con el humor dando.
Más vale muerto, que sencillo, lejos de los psicópatas amorosos y homicidas de nuestra razón humana.
Realmente, o mejor divinamente en serie... ¿es así o esconde un secreto?

Lo sabremos después de unos comerciales, de voz de su joven creador y director, según la sección de previsiones climáticas y ejercicios de cálculo. Alrededor de una parte del mundo, que parece tan lejana, a kilómetros de dádivas en supervisión, mientras sigue leyendo las instrucciones de uso del microondas. Hacia un siguiente nivel del apocalipsis anunciado, las resoluciones con acidez bíblica y la breve comunión desde el Génesis.

Misión: Salvar la Tierra.

En esta emisión de TBS, e-misión de televisión de cable para el otro mundo, se hacen entrevistas, contrataciones odiosas, despidos trifásicos y pruebas de calificación de peones. Así que las cosas no son como parecen, sino que se suceden de manera ilógica. En un acontecer diario, demasiado terrestre, desconcertantemente a veces. Son funciones mínimas, estrafalariamente religiosas... que se conducen o condicionan sobre una pantalla de Gran Hermano, estratégico. Muy crítico con la especie. O gran cámara oculta de asuntos milagrosos, con una voz cantante que va a lo suyo.

Claro, sin dejar esa comedia delirante de lado, que nos va aniquilando en una cuenta atrás, que de eso saben bastante los seres humanos... y los dioses.
Véase a God, alimentándose con comida... basura, desastres y guerras.
En cambio la violencia, se evita en imágenes sangrantes, es decir, aquí mucho más light que una gominola sin azúcar, ni proteínas animales. No, no como animales, pero me inflo a ositos gomosos, tendinosos y muy azucarados... Empalagosos como un beso por fases distróficas, entre mentes cuadriculadas, muy separadas por costumbre o devoción. Si bien, eso es otra romántica historia... La leyenda de la humanidad, sin nombre.

Antes de la cuestión del amor, habrá que presentarnos y buscar una filosofía para la salvación. Donde los episodios acontecen en un suspiro, son ágiles y simples reflexiones del carácter, concisos en lo caótico y divertidos en su esencia. Desenfadados narrativamente, al máximo, en algunos argumentos creativos y diferenciales, otros no tanto. Tan escuetos, que no te da tiempo a digerirlos, viendo como se disfrazan los acontecimientos cíclicos o se aderezan los sucesos divertidos, cuando la tensión argumental se acerca a ese momento culmen. Pero, ligero como las alas de un ángel, ¿verdad Clarence? Qué bello sería vivir...
Rozando este final edulcorado, el que las teles no presagiaron con imágenes... cae sobre el redactor de las noticias. Siempre a través de los renglones torcidos, entre el cuerpo y la sangre, de Él, el actor Steve Buscemi. Un hippie con triangulito sobre la cabeza, que no fuma, ni tiene malos humos, apenas.

Antes de la salvación, como mandan los cánones del humor alocado. Un actor sin complejos o surrealista, que parece improvisar. Que surgió del frío de la guerra y las calientes raíces de una Europa en llamas, a salto de Brooklyn, sepultado en New York. Pensando en caliente y haciendo el humor en frío... el frío de la noche atlántica. Ahora dirige una cadena de montaje de miedos, angustias y dejadez habitual.
Así fue como pasaría a ponerse en la piel abrigada y abigarrada, del león cobarde del Mago de Oz... ¿hay algo más surrealista que un disfraz?
Una deidad, tal vez.

Dios del sarcasmo en clubes de comediantes nocturnos y lo absurdo, siempre con supervisión espiritual, convaleciente o desinteresada... algo pasota a corto plazo, bastante, ante una universal crisis de valores. Al estilo estimulante de un Jeff Bridges y su misión amparada con grácil Nota, de notable ante los malos, que se asemejaría diabólica y posturalmente al simpático SteveB. Tal vez, God de los filibusteros desventurados, a imagen estereotipada, pelo y semejanza.
Bien, un dios que viene a montar el show, con un recién aparecido, como lo hizo junto a grandes directores que reabrieron esa reservada individualidad y una rotunda carrera profesional... hasta el fin de los días... y aquellas noches.
El Nota de Dios, pasa, está a lo propio (que sería lo nuestro), o no. Dirige el cotarro desde su elevado apartamento de diseño para niños, con cierto desdeño como buen creador, sin comprometerse en el destino, ni mover aquel mísero dedo. Para eso está, el otro director, Mr. Simon Rich y la producción de Broadway Video.

Ilógicamente, fracasa en su misión milenaria, olvidando consultar a oráculos subterráneos, a pléyades del viento o las fuerzas de la naturaleza, los misterios del mar o las calles de Atlanta (Georgia) en tormentas impredecibles... para acabar acercándose de tapadillo, a esta especie de vigilante cámara de realidad terrestre. Que no se persigna de signos relevantes, que nos atravesarían y condenarían como especie invasora. También de esos otros factores divinos o milagrosos, más pequeños, pecadillos que dan título a esta temporada de Miracle Workers, en reproducción amable por TNT o Warner TV.
Y que llevarían una eternidad... bajo una capa de polvo. Amontonados sin atención.

Ese polvo crítico de la redención, poco romántico. Muy aburrido en labores de control del destino, perdido bajo la isla de las vanidades y una torre de documentos inviables. Muerto pero animoso como pedo, y gestual, que es el reciente retrato de su pareja de baile espiritual... Mr. Radcliffe.
Próximamente dios prisionero, Daniel de las Guns Akimbo y pertinaz blanco en un agujero oscuro de Pretoria, socavado justo en la Sudáfrica del apartheid. Dos hombres divertidos y un destino espiritual... con otros invitados a la ´party`.

Repercusiones Celestiales.

Entonces nos materializamos, sobre las coordenadas celestes del espacio crítico paralelo del mundo. Sobre sus relaciones personales o laborales, inabarcables como arca de Noé. Junto a un joven novelista y cómico de la palabra, el neoyorkino Simon Rich (de juvenil apariencia un poco harrypottiana) remarcado por ediciones semanales y satíricas de revista New Yorker, para encontrarnos con una fábrica, de sonrisas, de elementos engranados, algo tortuosos y difusos... tal vez... como nosotros. Depende de las circunstancias magnéticas y emocionales de cada grupo, que podamos hallar en acciones y motivaciones interesadas, en confusiones amistosas con el resto de trabajadores angelicales. Siempre combinadas en paralelo, con sus diferentes puntos de vista como actores de comedia y, también, personas de carne y hueso.
Sus personajes, ya son otro cantar... u orar. Geraldine Viswanathan, Jon Bass y el actor de Nueva Delhi, Karan Soni, es un triángulo adyacente al dúo titular, con muestras clarividentes y sombras, junto a dios y ángel condenado en cueva particular... amigos del divino cachondeo, Steve Buscemi y Daniel Radcliffe.

El vacío existencial, la desmotivación y la alienación individual, en el extramundo, se ha ido apoderando del muchacho que venció a un tal Voldemort. Mago de mala muerte, tuvo que tratar con el espíritu de una mujer de negro, creó un cuerpo vivo de la nada aparente con nombre Frankenstein y, se tiró cuescos divertidos, pero sacrílegos o sacrificados, junto a Paul Dano. Daniel Radcliffe ha cambiado, ha visto la luz al final del túnel (o el rayo) en forma de serena aparición, casi intangible, si bien perpetrada de otras formas y colores. También más emprendimiento con piel formal de la actriz Geraldine Viswanathan, en ligera reivindicación del rol femenino.
Esta simpática historia de no presencias y tragedias casuales, amoríos de baja intensidad dramática, está basada en la novela What in God's Name de Simon Rich, a lo largo de siete capítulos con una tendencia comprimida hacia lo apocalíptico, como efecto secundario del humor... y último.

Tal vez, un poquito trágica e irreverente hasta la visualización digital, de una reconciliación emocional que ayude al omnipresente, a congraciarse familiarmente... con el absoluto, padre de Todo. Con Buscemi en plan, maestro de ceremoniales, una pizca de depravación cultural, manipulación histórica, gracia caústica e irregularidades existenciales. Un tratado de la salvación individual, a escala global, a viva voz y cámara espía en mano.
Un todo repleto de imágenes retóricas y acusaciones de fracaso, que rivalizarían en extrañeza con las historietas de una Twilight Zone, con su presentador achuchable como osete solitario... en particular tono de gominola. Previsto desde las alturas, como diagnosticaron aquellos American Gods, saltando de las páginas a las pantallas.

Ahora, señalan con dedos acusadores, sentados alrededor de una mesa, los miembros. Un parapeto emocional de la sangre, frente a sus mentes divergentes. Frente a las ideas innovadoras de antaño, que se vinieron abajo como castillo, o capricho de dioses. Discutiendo sobre circunstancias alternativas, vías muertas y decisiones irrisorias, en claro choque generacional. Falsificaciones paternales de la realidad, por educación desviada o descrédito individual, que se niegan a librar del mal, a esos degenerados terrestres o algún hijo de... embaucador. De perdidos al río... Esto es Jackass, digo Miracle Workers.

Protagonizada por elementos dispares en la comedia, que se abrazan en determinados momentos, olvidando los ocultos juegos de tronos y combaten con sus armas, en el cuerpo a cuerpo (alma a alma) con la narración simple del humor. Pero, con doble sentido que garantiza el entretenimiento, la memoria colectiva y la correspondencia alienada de nuestra sociedad moderna. Factores como la violencia, las variaciones emocionales y otros desencadenantes de la naturaleza, conllevan la personalidad variable de los seres humanos. Como todas esas consecuciones de pequeñas desdichas... las diarias y las, no demasiado frecuentes, azarosas... como una caída emocional, un tropiezo fortuito o el castigo penitente. Rematado por cierto gusto pecaminoso a chuche azucarada, hasta saborear la profecía de un beso.

Amor, sin avances tecnológicos.

El amor no es sólo, lo contrario al odio. En esta ubicación inconcreta e institucionalizada del más allá, parece ser lo que mueve al mundo... o lo salve en el último suspiro. Y posiblemente, de otros universos que se desarrollen independientemente en paralelo...
Mas, ¿y la muerte? Será condescendiente con aquellos elementos vivos y manipulados, que sueñen con ovejas eléctricas o tendrán fecha de caducidad. Gracias a las manos de un fabricante o Ser Superior, sin descendencia directa... ¿soñarán con unicornios o besos?
En aquella serie American Gods, estas improcedentes deidades y sexualidades varias, mezclaban con humanos, barajándose y despedazándose. Para combatir creencias básicas o ancestrales, y crear ídolos incidiendo en sus perspectivas globales, sus necesidades básicas u objetivos a largo plazo. Pero dejándose ver en exceso, en carne y hueso, ¿y alma? Quizás esté contenida en ese ósculo, como un arca perdida.

Como los droides y las supuestas emociones. Están programados o dispuestos intelectualmente, para solucionar o magnificar los problemas creados, para defendernos de nuestra propia estupidez y sus reglas omnipresentes, ¿para amar?.
Hartos como demonios, o no, de la irresponsabilidad humana... aunque mirando al altísimo, ¿no sé? El viejo y el triángulo, es un Nota con mirada cristalina y un cerebro difuso, que siempre parece enfadado externamente. Que produjo este caos reinante sobre la Tierra, pero... ¿lo hizo adrede o fue producto de su distraída personalidad?
Somos creaciones arbitrarias o funciones abigarradas, para el mantenimiento de un sistema de valores o fe... no como otro. Ya que parece darle igual.

Ya que en esta serie de la cadena TBS, los castigos corporales y derramamientos de sangre (inocente o no tanto) son dispensados por pensamientos materialistas, la violencia proviene en gran medida, del aumento del odio y la incomunicación. La soledad es el resultado en los ángulos de cámara y resortes estereotipados de nuestra comunicación socializada. Es decir que, pronósticos o graciosas revelaciones, son meramente testimoniales, catárticas para un funcionariado desalmado y bastante surrealistas, ante the Death, the Love and, los peones automatizados. Por lo tanto, el amor/odio es una consecuencia mecánica, y la muerte un destino, no sabemos si espirituosa.
Somos representaciones icónicas de lo más variado, cómicas o dramáticas, con episodios sanguinolentos, románticos e irreverentes, como muestras de esa encarnación caricaturesca o culpa irredenta, obras del mito de Prometeo. Más preocupado, aparentemente, en limpiar la piscina que en su creación.

Quién sabe si en un futuro próximo, antes o después de un último juicio o caos programado, también nuestros sentimientos se vean interceptados o interferidos, modificados por una lógica incomprensible o truncados por los bytes ante nuestros ojos o cerebros digitales. Mutados por una nueva forma de adaptación fisiológica, menos distorsionada y visceral, o simples fotocopias de nuestros defectos... esto es, observados y perseguidos al cometer algún crimen, tipo Minority Report, o se activarán otros mecanismos ocultos, enterrados en una oficina oscura y apartada de cualquier tipo de registro, pongamos la fe.
Sin embargo para gran mayoría de pecadores, hoy en día, la ilusión real es un programa de televisión. Una serie de fenómenos o cuentos asombrosos, fuera de catálogo, que leímos en cómics y ahora, se desarrollan en directo. Ejemplos de representaciones paralelas en una realidad ambivalente.
La hemoglobina sólo se menciona, como elemento mediático del caos, defecto familiar o consecuencia inevitable de estas catastróficas desdichas, en apariencia casuales. En algunos momentos, confundidos con productos mecanizados o robots.

Según Simon Rich y su novela, somos números funcionariales, residuos chistosos dentro de una serie elevada y no limitada de intangibles. Espacios individuales, donde todos los amores y distintos caminos, confluyen en una vía... muerta. O sentencia de muerte, en manos de graciosillo.
Pero, antes del conocimiento superior, fue la escritura, como forma de Revolution... junto a la comedia. Surgida en pantalla, desde una parcela de la película In&Out a la Historia Secreta de las Mascotas, muy animadas y risueñas, pero dependientes. Picajosa como un pepinillo americano con Seth Rogen, con picante en el horizonte, me refiero a la salsa del guionista y insultantemente joven creador Mr. Rich, claro.
En estos momentos, mirando a su esquemática representación medieval en Miracle Worker: Dark Age, sentimientos frente a las ´viejas` tecnologías, saltando conceptualmente desde esta visión esotérica y avanzada, hasta el regreso a los cimientos oscuros de la vieja Europa... Que no encuentro, por cierto.

Veremos la involución con producción de Lorne Michaels, escritor y comediante salido del Saturday Nigth Live, procedente de NBC canadiense (en Toronto tierra de prehistóricos depredadores), como otros revolucionarios de la tele como Conan O´Brien, Jimmy Fallon, Seth Meyers y sus experiencias gamberras junto a The Coneheads, Mike Meyers, los mismísimos Blues Brothers... etc.
Simpáticos productos generacionales, parecidos a dos desconocidos, dispuestos cíclicamente en distopías espaciales que entrechocan o repelen, como los amantes en órbitas no celestes, muriendo o sobreviviendo, dentro de esta caótica globalización. Una globalización iconoclasta, solitaria o televisada, a imagen y semejanza de un ser que, no olvidemos, nació en Brooklyn. Se alimentó de los ´amores` de Jim Jarmusch, Woody Allen y Abel Ferrara, que falleció atemporalmente en Los Soprano, y resucitó en cruce de caminos con los Coen, entre el Big Lebowski y conversaciones en la cena última con Quentin Tarantino. En busca de un Joker...

Sin duda, la historia de Miracle Workers podía haber dado, mucho más de sí. Con su catálogo infinito de probabilidades y fuentes milagrosas, para la búsqueda de un propósito y la solución de los múltiples problemas existenciales, sociales, personales... amorosos. Los viejos axiones de las leyes o mandamientos, se tambalean, viendo esas reacciones paralelas con los estúpidos humanos, sentenciadas entre noticias mediáticas de chiste, o miedo. Declaraciones de intención ante la cámara, viendo el interés de los implicados en desconocimiento mutuo, el amor autárquico. Y discurso de preservación de una realidad, tan caótica como humana.

Sus pasos creativos e imaginativos, sus impulsos casi mecánicos, en el ámbito rutinario en el trabajo y el enamoramiento heterótrofo, según nuestras obligaciones con compañeros y familiares... por no hablar de los vigilantes en las redes sociales. En todo caso, defensores o invasores espontáneos, desprovistos de privacidad, si es que el Sr. Buscemi en batín, no nos busca otra perspectiva asistencial. Que sería la experiencia... en que todos coincidiremos, tarde o temprano.
Una estrecha relación extracorpórea, entre personas, bastante inhumanas. Si es que existe un paraíso para espíritus, en esta ciudad de vacaciones forzadas. Pero creíais que este paraíso, ¿era menos físico y tendente a lo laboral?
El amor es un chiste. Un robot o replicante, harto de su vida esclava, pensaría... si tuviera inteligencia o propio raciocinio... ¡vaya tela!


Cinemomio: Thank you

Las más alteradas del Cinecomio

Etiquetas

Serie TV-Scifi Serie Tv - Terror Jessica Chastain Matthew McConaughey Clint Eastwood Emma Stone Jake Gyllenhaal Serie Tv - Thriller Carey Mulligan Humor Amy Adams Chris Pine David Fincher Denis Villeneuve Ewan McGregor Hugh Jackman Mads Mikkelsen Michael Fassbender Ridley Scott Tom Cruise Tom Hanks Woody Allen Anna Kendrick Anthony Hopkins Ben Affleck Cine Documental Daniel Radcliffe Eva Green Joaquin Phoenix Keira Knightley Kristen Stewart Leonardo DiCaprio Martin Scorsese Melissa Leo Michael Caine Michelle Williams Mike Flanagan Oscar Isaac Paul Dano Peter Sarsgaard Ryan Gosling Tim Burton Tom Hardy Alan Arkin Alec Baldwin Alejandro González Iñarritu Alex de la Iglesia Andrew Garfield Anton Yelchin Antonio Banderas Anya Taylor-Joy Audrey Tautou Benedict Cumberbatch Brad Pitt Bruce Willis Bárbara Lennie Cary Fukunaga Cate Blanchett Chiwetel Ejiofor Chris Penn Chris Pratt Christopher Nolan Christopher Walken Damien Chazelle David Ayer David Cronenberg David Mackenzie David Thewlis Denzel Washington Eddie Redmayne Edward Norton Ethan Hawke Felicity Jones Frances McDormand Francis Ford Coppola Gael García Bernal Gary Oldman George Clooney Guy Pearce Harvel Keitel Helena Bonham Carter Hugh Dancy Hugo Weaving Isabelle Huppert J. K. Simmons J.J. Abrams James Gunn James McAvoy Jean Marc Vallée Jean-Pierre Jeunet Jeff Nichols Jesse Eisenberg John Cusack John Goodman John Hurt John Turturro Jonah Hill Josh Brolin Julianne Moore Juliette Binoche Kate Bosworth Kenneth Branagh Kirsten Dunst Kurt Russell M. Night Shyamalan Marion Cotillard Mark Ruffalo Martin Freeman Matthew Modine Meryl Streep Mia Wasikowska Michael Pitt Michael Shannon Miles Teller Mélanie Thierry Nacho Vigalondo Nicolas Cage Nicolas Widing Refn Olivier Assayas Paolo Sorrentino Paul Giamatti Peter Jackson Quentin Tarantino Ralph Fiennes Ricardo Darín Richard Gere Richard Jenkins Robert Zemeckis Rosamund Pike Sam Shepard Samuel L. Jackson Saoirse Ronan Scarlett Johansson Sean Penn Series Tv - Terror Seth Rogen Sienna Miller Stellan Skarsgard Steve McQueen Tilda Swinton Tim Roth Viggo Mortensen Wes Anderson William Hurt Winona Ryder Woody Harrelson Zoe Saldana 2001: A Space Odyssey A Dangerous Method A Passage to India Abel Ferrara Al Pacino Albert Finney Alexander Payne Alexandre Aja Alfonso Cuarón Alice Eve Amanda Seyfried Amour An Education Angelina Jolie Animación Animación Digital Animación Japonesa Annette Bening Armie Hammer Ava Duvernay Barbara Stanwyck Ben Foster Ben Wheatley Bennett Miller Bertrand Bonello Bertrand Tavernier Bes Foster Bill Murray Billy Bob Thornton Bradley Cooper Brie Larson Brit Marling Bryce Dallas Howard Callum Keith Rennie Carlos Vermut Carmen Ejogo Carnage Casey Affleck Channing Tatum Charlotte Gainsbourg Christina Hendricks Christoph Waltz Colin Firth Collin Farrell Damián Scifrón Dan Gilroy Daniel Monzón Darren Aronofsky David Ayelowo David Dobkin David Yates Demi Moore Denis Levant Drake Doremus Duncan Jones Ed Harris Edward Burns Elijah Wood Elizabeth McGovern Ellar Coltrane Ellen Barkin Emile Hirsch Emily Blunt Emma Thompson Emmanuelle Seigner Essie Davis Fede Alvárez Frank Capra François Cluzet Gary Ross Gavin O´Connor Gene Hackman Geoffrey Rush Giuseppe Tornatore Gracia Querejeta Greg Mottola Guillaume Sylvestre Gérard Depardieu Harvey Keitel Henry Fonda Hnos. Coen Hnos. Dardenne Hossein Amini Hugo Isabella Rosselini J. Edgar J.C. Chandor Jack Black Jacob Trambley Jacqueline Bisset Jacques Audiard James Cameron James Gray James Marsh January Jones Jared Leto Jeff Bridges Jennifer Garner Jeremy Irons Jeremy Salunier Jim Broadbent Jim Sturgess John Carney John Ford John Lee Hancock John Malkovich John Travolta Johnny Deep Jonathan Nolan Jose Sacristán Joseph Gordon-Lewitt Julia Roberts Karyn Kusama Kevin Costner Kevin Smith Kiefer Sutherland Kim Nguyen Kristen Wiig Kyle Catlett La Clase La Ola La vida de Brian Lambert Wilson Lars von Trier Laurence Fishburne Leos Carax LiLy Collins Lindsay Duncan Logan Marshall-Green Luc Besson Luis Tosar Luke Wilson Macha Grenon Marc Forster Marc Webb Mark Wahlberg Martin Sheen Mateo Gil Mathieu Amalric Matthew Broderick Meet John Doe Mel Gibson Melissa McCarthy Michael Almereyda Michael Brandt Michael Haneke Michael Keaton Michael Madsen Michael Peña Miguel Gomes Mike Cahill Mike Figgis Mike Leigh Mira Sorvino Monty Phyton Morgan Freeman Morten Tyldum Mélanie Laurent Nadine Labaki Naomi Watts Naomie Harris Nathan Lane Ned Benson Neil LaBoute Nicholas Hoult Nicholas Jerecki Nick Nolte Nourizadeh Nima Olivia Colman Olivia Wilde Olivier Marchal Omar Sy Orson Welles Paddy Considine Park Chan-wook Patricia Arquette Paul Greengrass Paul Haggis Paul Thomas Anderson Paul Verhoeven Peter Berg Peter Dinklage Peter Mulan Philip Seymour Hoffman Philippe Falardeau Preston Sturges Quvenzhané Wallis Rachel Weisz Reese Whiterspoon Ric O´Barry Richard Ayoade Richard Glatzer Richard Harris Richard Linklater Rob Marshall Robert Downey Jr. Robert Duvall Robert Eggers Robert Pattinson Robert Redford Roger Donaldson Roger Michell Roman Polanski Rose Byrne Ruben Fleischer Sam Levinson Sam Whorthington Sandra Bullock Sarah Gadon Sarah Polley Simon Curtis Simon Pegg Soledad Villamil Soul Kitchen Stanley Kubrick Staying Alive Stephen Lang Steve Buscemi Steve Carell Steven Knight Steven Soderbergh Tarsem Singh Tate Taylor Terrence Malick Terry Gilliam Thandie Newton Thomas Dekker Thomas Jane Thomas Winterberg Timothy Spall Todd Phillips Tom Dicillo Tom Ford Tom Hiddleston Tom Tykwer Tom Wilkinson Topher Grace Trailer The Wolf of Wall Street Uma Thurman Valérie Donzelli Vince Vaughn Viola Davis Yoji Yamada Yorgos Lanthimos Zachary Quinto Zoe Kazan
Licencia de Creative Commons
Obra está bajo una licencia CC en España.