Cinecomio busca

EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

domingo, 30 de julio de 2023

Yellowjackets. Season II... y la comida de tarro.

Sabes aquello de que, te pones a ver la segunda temporada de una serie, porque crees que sus creeadores van a conseguir llamar tu atención, ante una historia que, sino redonda, prometía un crecimiento narrativo hacia lugares ocultos de la conciencia humana. Pues bien, ese era el caso de Yellowjackets I, no, en un condimento de Showtime para segunda división, o tercera regional narrativa.

No se trataba de machos con uniforme del ejército en el desembarco de Normandía, como relataba la serie Hermanos de Sangre, para dar y no recibir. Sino de la caída en lugar más aislado aún, sin tanta víscera ni miembro amputado. Más bien, jóvenes de géneros distintos y todos los registros queer (tendencias sexuales que me las traen al pairo), que se definían por la rareza de sus pensamientos y el juego dentro de un equipo de fútbol femenino estadounidense. Se consiguió a través del guión que tuvieran un buen descenso… al infierno gélido. Pues el terreno de este partido peligroso, puede llegar a ser muy resbaladizo. Ya muy lejos de la Warner con Viven, en aquellos chicos de los Andes y su Hambre mayúsculo.

¿Recuerdas aquel aterrizaje accidental? No hubo ni piojos en comuna de soldados ni enfermedades contagiosas, pero si hambre con el tiempo. Nada de frente occidental, con Canadá, aunque si algo grande (creíamos) por identificar, y que tarda en esclarecerse una barbaridad… de bárbaras esperando una presa a la que hincarle el diente. Es lo que tiene andar sobre una despensa donde todo se conserva la mar de bien, excepto la ´iluminación superior`.

Y es que estas chicas de la casaca amarilla, van de un lado para otro, sin demostrar un rasgo que supere las primeras impresiones, ya que este espectador se aburre a base de bien, con tanto diálogo improductivo y elecciones tan caprichosas. Vamos que la serie en estos momentos, es un tostón que no avanza nada y los personajes empiezan a caer fatal de solemnidad. Lo que eran jóvenes atrapadas en un partidillo apartado, ahora se transforman en palazos en los morros con un palo de hockey in the Ice. Hostia va, bocado viene sin ninguna razón aparente para las consideraciones morales. Las chicas son guerreras… decía el otro. Y los de acá, a seguir la bolita que se va haciendo enorme y muy pesada, tras ir amontonando cantidades de deshecho o visiones inservibles. Presente, ha aguantado hasta aquí, no soporto a los/las integrantes de este espectácuilo, sobre todo, llegando al capítulo 9, donde uno cae a un pozo gélido tras una estúpida sucesión de casualidades. Excepto, por dos o tres golpes de efecto, que quedan en mero picnic en la Natura.

Podría llamársele a esta segunda temporada, Sin Novedad en el Frente, con chicas y chiques, lobas todas, moviéndose en frecuencias separadas, pasando las horas sin saber qué hacer.. como zombies. Y no, no pasa nada… Lo peor es la constricción grupal o la aparición de una secta morada, que te saca de quicio, con investigaciones de parejas extravagantes y detectives inservibles, que te dejan más aún en fuera de juego. Repelen los temas caprichosos, los temas musicales metidos a calzador en escenas que piden silencios, las imágenes que son parches de la realidad alterna, que te vayan contando la película, según la estás viendo… los papeles de Melanie/Shauna, esposo e hija, horrible ésta última, de Elijah y Christina, la Misty que los pari..., de hermanos y compañeros de sectas o comisarías, las visionarias, junto a esa madre Naturaleza que es un tostón indefinido con barbacoas, muertes y golpes a lo salvaje, porque sí, menú a la carta, la que venga bien tú, etc.. Que la siga Rita en el futuro, que servidor se baja de este avión de Jonathan Lisco, nada que ver con su notable Animal Kingdom, y Cía, la guionista Ashley Lyle, de la que no tengo el gusto… El resultado final para mí, 2 a 0, y el doble papel de la joven  Sophie Thatcher (El Libro de Boba Fett) y su variante temporal en paralelo, el intento fallido de Juliette Lewis por mantener cierta cohesión, las únicas que se salen de la mediocridad narrativa y ese efecto invernadero de la indefinición de Yellowjackets… que parecen cada vez más rollizas, con tanto fetival culinario. Ya no se la cree… ¡ni el que asó la manteca!

Ahora tendría que hablar de otra serie interesante que estoy concibiendo en mi mente, pero cómo no la tengo, en su lugar hablaré de algunas pelis que he visionado en esto días de asueto caluroso… y aunque no son redondas, se dejan ver… más o menos.

La primera es un día de perros, White God, que lleva la tensión animalista a una revolución que, aunque pudiera ser divertida por momentos, también resulta vacía en el concepto de la resistencia canina a través de la violencia, lejos de la maestría conceptual de la Rebelión en la Granja soviética de George Orwell y la magnífica involución de El Planeta de los Simios… Ni que fueran personas hipócritas, con tendencias violentas y ramalazos vengativos, tú. Y la banda sonora… bien gracias.

Otra es Linóleum, que es una representación pictórica del enfrentamiento más común en ésta, o cualquier época pasada, como el anterior filme en género femenino. Las raíces cuadradas del árbol geneológico puesto a prueba, una vez más, en busca de respuestas o reconciliación. Lo que convierte a los pensadores, en asesinos de la voluntad opresora de sus padres, hasta sentirse en un grado de independencia o libertad, que los catapulte por encima del recuerdo violentado. Está película es un poco mejor y en la línea de los recuerdos infantiles que van creciendo hasta hacerse adultos… o viajeros de las estrellas. Y cerrando el círculo tubular, una de Méandre que recuerda al siguiente salto de esta entrada, con pretensiones a buena ciencia ficción de otro mundo, pero navega en la estancia piramidal del susto y la recreación repetitiva de la opresión personal, la angustia y el sufrimiento. ¿Por qué…? Seguramente, porque no los merecemos, Ice Cube. Ice ice, baby.

Y por último, tres cosas horrendas sobre el género del terror, que responden al capricho de los guiones multiversales, o casi wokes… The first, ay madre, una pesadilla cuadriculada con aromas a otras versiones que lograron la cuadratura del círculo de la inversión y la genialidad laberíntica del ser. Si me refiero a Cube, que se queda en un cubito de hielo casi deshecho, del original. The second, ay páa, la de la niña del exorcita versión dos sacerdotes muy tontos, no me refiero a la del Papa del Vaticano, sino a la de libro de los Muertos, que ya huele… Menudo tostón, que ya no me acuerdo ni de qué trataba… mejor. Y la última, santo espíritu… Scream Vi, creo, ya no sé muy bien por dónde van, ni por qué las veo… Bueno sí, por dos de sus estrellas, una la Jenna que viene de Miércoles y que no ha elegido muy bien, desastrosa, llamada próximamente por unicornios, Bitelchús y puede que hasta los X-Men, un desastre millonario; y la otra, la despampanante Samara de los Weaving, que parece una ilusión sexy y acortada, en su vestido chillón amarillo… seguirá entre acosadores o azraeles. Por lo demás, algo infumable con una de las damnificadas, emitiendo bobadas también por partida doble, a través de la retransmisión viciada del partido filoso y el canal maldiniano (de maldito, no de calvicidad) de las Yellowjackets… ¡toma cuchillada, p´haberse matau! Por favor que acabe ya, esta tortura… Este mensaje aciago, posiblemente se autodevorará antes de acabar el verano, o los cubitos para la sangría. 

Seguramente me quedo con algunos temazos a secas... y no colocadas con un salpicón de imágenes sin gracia. ¡Bon voyage! 

The Smashing Pumpkins - Today

 Papa Roach - Last Resort 


Nirvana - Something In The Way

sábado, 22 de julio de 2023

Succession. Tom, Greg el Huevo... y fuck off.

¿Te acuerdas cuando llegaste…?

Claro, tal que un Don Nadie, vomitando realidades por los ojos, avizores.

Ya me lo dijo el Abuelo, y mi madre… “estate atento a todo alrededor, absorbe y mézclate con el resto, no te comprometas con nada. No llames la atención y, comerás de la Familia. La última…

Sin llamar atención dices, madre. Pero mírame, con esta ropa desgastada de militante desfasado, o miembro de una organización rebelde y ecologista… mírame y dime. ¿Cómo me esconde con mi estatura de gigante bonachón. No sé tendría que hacer uso de mis dotes ocultas y convertirme en el hombre que siempre quisiste… El jefe de las relaciones públicas…

Algunos dicen que posee un parecido razonable con el pequeño Nicolás, pero no… Yo formo parte de nuestra cultura sajona (y trasera) y aspiro a serlo de esta fucking familia…¡ Qué locura!

Y así, como en los cuentos de príncipes extraviados… comenzamos a seguir sus pasos, a conocer a este Greg the Egg, que tantas gratificaciones… y salpicaduras labiales… nos ha regalado. Siempre al lado del incombustible expresivamente Tom, como pareja de hecho que… mira tú las cosas del beber y meter… han llegado a una altura insuperable. La cima de Succession.

Un par de cómicos pugilistas, con el actor casi imberbe televisivamente, salvo Disney, Nicholas Braun, ¡vaya con el homónimo de los enredos patrios!.. y un magistral diicotómico con Matthew Macfayden, capaz de lo romántico y lo estrafalario, siempre elegante, menos cuando suelta su lengua retorcida y cínica. Con más recorrido que el primero, y rescatados de cierto olvido, se han coronado como verdadero sucesores de la comedia. Juntos.

Y es que, en esta fucking compañía, y agregados…. El humor es una etapa dorada para la de la televisión actual y ´plataformista`…. Y si no estáis de acuerdo, que os de un retortijón en las tripas ultrajadas por detrás y echéis vuestras entrañas. Venga, xDio.

Los 4 Hijos de… Logan Roy.

No, no son los de Henry Hattaway, porque hacen uso de otro tipo de armas o ´tiros`, ni con John Wayne al frente de su camada, para vengar al padre, en singular especie de complot asesino. No, aquí su padre, el gran Brian Cox se despide lanzando sus últimos estertores, aunque no pueda entonar su esplendoroso Fuck-off!

Ni otras linduras que vamos aprendiendo a entonar como un panegírico, sin santos varones, o hembras, que haberlas haylas. Vómitos lanzados al vacío, y que alcanzan al más débil o fracasado, con aspecto de gemelos o hijos casi naturales, quién sabe, dadas la circunstancias vitales y las sucesivas mujeres.

La familia se reúne como en temporadas pretéritas, en grandes acontecimientos, celebraciones que no son tanto, y más estrategias. Somos como pavos, ante sus cenas de acción de gracias, o velas de cumpleaños... Alguna lágrima puede costar tanta carnicería, algún vino puede ser derramado o vomitado, por malo, alguna discrepancia puede hacer saltar el rencor, algún calificativo puede llegar a ser ponzoña, no parece porque resbala… o alguna metáfora disparará la anedralina hasta límites insospechados... y eso que, aún no se han ´batido` en duelo.

Sin embargo, un mínimo  empujón puede acabar rompiendo el saco. De la fortuna... y serán prescindibles los invitados al banquete, o no, tal vez. Pues ya hemos oído a Brian Cox y su relato sobre esta familia televisiva, donde las bodas son dramáticas. Definitivamente en la producción, ninguno está de más. Ellos/as son los importantes, incluso los que no cito. En serio, y en la vida, también o no.

El mayor atrae las desgracias como un incauto, bocazas y cocainómano, desraciado en piel paliducha y reconfortante de Jeremy Strong, que ha pasado de candidato a todo en este universo estelar de Succession, desde aquella notable Molly´s Game, a la imagen de la derrota. Gracias a este caramelo envenenado e indeciso que es, la expresión patológica de Ken… No de rosa Barbie, por descontado. Más de luto descarnado y solitario. Un paradigma de la vieja idea del Hollywood dorado y la producción de los estudios. Un rostro familiar ya, para todos.

Quizá cuando se escriba su final, la penúltima micción... Logan se precipite en su vacío personal y desquiciado ante tales engendros, pero habrá repartido galardones dorados para todos, coronas, las llamas ellos, si lo permite la fiebre del Dragón de otro Camelot HBO. Jodidos hijos y jodida entrada triunfal por la vagina voraz de HBO Max.

Es una era de Armageddon Time para Tv, donde los hijos son la cuestión que sale por la tangente familiar, convocando a sus vicios ocultos, miedos a presencias patenales, o respeto dependiendo de los millones balanceados o perdidos. Ese Armageddon de Pater Familia que es Anthony Hopkins en peli homónima y el hijo que es Jeremy Strong con otro toque más agresivo ante la retórica de la sucesión y la identidad personal, casi irreconocible… hasta estallar en el hijo, que es amalgama de dudas frente a ellos y sus vidas pasadas. Todos son eso, batallas, entre abuelo, pa y ma interpretada ahí por Anne Hattaway en buen papel.

Pero, el guión ni se le acerca a esta serie adictiva, a esos diálogos complejos que sueltan una simplicidad que te deja atónito gracias a Jesse Armstrong y su equipo de escribientes.

Volviendo a su irrealidad… algunos espectadores no conocerían a la madrastra ue construye Hiam Abbas nacida en Palestina con nacionalidad israelí-francesa, que se movió desde Munich de Spielberg, al Blade Runner 2049 de Villeneuve (esperando a su Dune II) y las aclamadas por la crítica, Los Limoneros y la imprescindible Paradise Now. Ni al hijo, ninguneado, por mayoría electoral , visceral y añeja, que significa un Alan Ruck que va de sigiloso a fracasado negociador entre vinos y arte teatral. Tampoco a la hermanísima, embarazosa en razonamientos, que tine un doble juego, jugo siempre como los demás, a la sombra del sol que más calienta… y que puede, no ser, el de su marido Tom. Pues le atrae la vida licenciosa, lujosa y cierta sexualidad no comprometida. Ella Siobhan Roy o Shiv, es de Sarah Snook, magnífica para siempre a bordo del lado oscuro de la nave y la mente enraizada en el bank.

Y nos queda una pieza aparte, con Kieran Culkin que pasa de todo o no. Hermano mal hablando y sexualmente descontrolado con tanta emociones móviles y nocturnas, lado irónico de la familia Roy y de la hermanada de los solitario corazones en casa de los Culkin. Y que ha resuel to su vida brillantemente con Fargo, Black Mirror y este lenguaraz, sin pelos, excepto los de algún ´chochete` noctámbulo que exhibe Roman o Rome Roy. No JR que estaba un pelín por encima en la cadena de mando, al lado del padre hierático, sino RR, más bufón, más juglar… Y eso es todo. Bueno, ya que son capaces de cambiar pensamiento y sentimiento, en un santiamén, ante y sobre todo, después del affaire del avión.

Lo que se fuma… el Padre.

Mientras éstos, o aquellos suecos, se fuman otras materia en el tablero de batalla, el Viejo se huele los humos de unos y otros, pero no su propio mal interno, que hará explotar por los aires, hostilidades o ¿acuerdos? Se envuelve en doctrinas y empapela, uno por uno… o si quiere se los fuma, porque viene de lo bajo y húmedo de las calles, aquí y en la Europa escocesa de la guerra mundial. Siempre al acecho como buen tiburón, criado entre depredadores y hecho a sí mismo, que conoce, odia… pero respeta. A veces…

Sustancias que son consumidas a su antojo, pues la Gerri estoica y flexible de la actriz J. Smith Cameron, se pasa a otro nivel, a Peter Friedman o Frank, el acosado,  a Dagmara Domirieczrk (Karolina) ya en otro puesto, David Rache, o víbora de negocios Karl, y hasta, Peter Stevens (Hugo). Incluso a pareja actual, como a su ex Lady Carolina, interpretada por Harriet Walter. Todos son consumibles en su presencia, si bien aportan a la serie un aroma esencial. En cambio,  es más difícil hincar el diente, ahermano comunistoide o tío Ewan, de James Cromwell, pues está habituado a tratar con cerdos de Babe, LA Confidential, La Hija del General, y mezclarlos con magia visual en Spiderman 3 o la Milla Verde. Ni por supuesto a los nombrado ya, en la primera parte de esta apuesta I relatada allí, Rob Yang (Lawrence), Holly Hunter (Rhea), desaparecida en combate, ni a Lukas, que está a un nivel supremo dentro de la escala de la familia Skarsgard. Nivel 10.

Entonces,  sus personajes, todos son mis favoritow, aunque me defina por  los pares, el del gran Greg y su amo Tom, apenas. Ay familias... Ay tíos, abuelos... ¡Ay madre, lo que le cuelga a padre! Llegará el tiempo de comentar sobre política, y entonces ya veremos... ¡cómo somos! Nos.

En toda guerra, existe la resistencia, que estaría formada por disidentes o maquinadores en la sombra. Creo... Observaremos quién está con quién, por qué... y si el gran Camelot tendrá que ser apuntalado o quemados sus restos, ante recuerdo de guerra y la efigie real. Y el reto presidencial, es maleable hasta que alcanza el poder e impone su ideología, a pesar del dinero y la corrupción. Ambos son las dos caras de Norteamérica... o puede que más lugares del mundo...

En toda sucesión, lo más valioso a priori, es el ADN, ¿o no...?

El A-Greg-ado...

Mira que hemos visto de todo, desde riñas por parejas, a tríos, cuartetos desavenidos y multitudes en acaloramiento exponencial... hostias vitales de hermanos e invitados a la fiesta. ¡FAMILIA abierta en canal, en definitiva! Depredación en torno a la espada en la piedra, para tomar las riendas y la gloria. Mas, cuando tú vas… yo vengo…

Vengo de venganza, vengo de traición. Vengo de la Caída del Imperio Romano, clásico, y de sus Dioses… los de la nueva era de la Comunicación. Ya Digital y tal. Los versionados reales no me interesan, la verdad, prefiero a los montados entre McKay y y Ferrell, como pareja de productores del cinismo cuadriculado y mordaz. Porque, también, el cine pasa por ahí, el arte general y estilo cultural en una humanidad decadente, frente a una concepción simplista y materialista del Todo, que va desde NY a LA, pasando por Europa. En yate de lujo, jet privado, flota de helicópteros o tanques blindados en negro. Pues, el dinero es parte del trato, y de dicha venganza, como la pasión, los celos o envidias, y la sospecha… especialmente.

Las palabras, que son el cantar mayor, se las lleva el viento, depende hacia dónde sople, decía. Ni un vómito sanguinolento, un cuesco en paz consigo mismo… o un linaje embarazoso.

La traición con base, es desencadenante del plasma que pulula por la atmósfera corrosiva, incluso en Venus, en interacción con el viento solar circundante, Rey Roy. Cuyo debate sigue estando caliente ahora, tras el descubrimiento del científico Lundin en 2013, pues esas fuerzas crearon un vórtice que arrastra a la profundidad abismal. Como el Cs 137 que bombardea el Bolsón de Higgs y forma un gran Logan Roy. Va un paso más alá, hacia el fin de la crisis energética que todo lo corrompe, y la inflación de los precios, no digamos. Quizá de la dependencia de grandes corporaciones que controlan los derroteros económicos de la Humanidad… Hacia un principio de causalidad que nos haga libres.

Sin embargo, Roy como buen Rey Sol, y hasta que se apague, todo lo arrastra hacia la combustión espontánea, porque sus hijos están lejos… de su definitivo y postrero, campo de gravitación. Y claro, así les puede ir en el futuro… ¡O no!

Greg y Tom, son una buena muestra del patetismo ilustrado, en la tele. Que enseña estas cosas... y que son necesarias… para reírnos de todo. Si no que nos quedaría, Brian de Palma, Bernardo Bertolucci, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola… fotografiando al bueno de De Niro como escudero de Mario Puzzo… será por sagas… y silencios. ¿Qué nos queda… las embestidas de un Toro Salvaje o las entrañas del mismo Lucifer? Greg, que es uno de los nuestros, o casi… Ay.

¿Qué restará….? Un malcriado, un armageddon familiar, una rotativa falsa… ¡Mierda! O lágrimas ante el Triángulo de la Tristeza, un trago amargo, el Señor de las Moscas ha muerto. Queda el Niño que Gritó Puta, en La Habitación de Kevin, del que deberíamos de hablar y aún no ha nacido, del hijo de Netflix angustiado no se sabe porqué, alienado ante la madrastra Vanessa Kirby y el padre, Hugh Jackman… La mirada poco perfumada, pero maestra de Milan Kundera, d.e.p. ¿Has entendido el juego…? Quién no. Siéntate y mira el horizonte, y verás la Libertad, perdida al fondo, con la niebla, hoy.  Y si no, te propongo uno… piensa en una familia, real o no, e identifica quién es quién, eh. Jaja. 

Gregory que te estamos viendo, pedazo de producción programada, haz caso al Abuelo… Ya que así es Succession, si tienes que reír, te ríes... ¡olvida esas lágrimas! 

Sin ellos, no somos nada, sin los dos... Sin sus chismes y gracietas poco consideradas. El respeto está en los detalles, juegos dorados, aunque parezca que los caballeros las prefieran rubias.

  

El otro... Nicholas Britell - BSO de la serie Succession.

jueves, 20 de julio de 2023

Succession. Temporada Bodas y... fuck off!

 


Todo comenzó un día glorioso, como en una comedia de Billy Wilder... 
Sí, la historia trataba sobre una familia, aunque no dedicada a la Coke y subproductos... bueno, tal vez en algunos casos algo parecido... Porque el mercadeo era lo suyo en varios frentes.
Una pequeña ´manada`, rodeada de gregarios, que disponía de un imperio económico para hacer y deshacer a su antojo, tanto en lo recreativo como en lo ediático,... es para divertirnos a todos, claro. O acaso no existen conglomerados tales en otras localizaciones del planeta y, ¿cuáles son los medios que no se financian con determinadas campañas que pagamos todos?

Esto es la madre de nuestra paciencia... Ellos pagan una flota de chóferes, por tierra, mar y aire, como otros metidos en la política, pero sin su cartera. Air force one, u otros ´cobetes` que se introducen por la terminación del ciudadano... si es que no acaban estallando en la lanzadera...
Pero, estos son resistentes y nadan en la abundancia familiar, así que tienen salidas para todos los gustos, porque las palabras se las lleva el viento y, éste de la cartera y los genes, es que sembrará las tempestades futuras. Je, je.
O una de determinada ideología... que siempre está presente en familias con componentes trifásicos u otros magnéticos, avanzando por la retaguardia. Pasa hasta en... sobre todo, en los partidos políticos.

Pero no, no voy a entablar ninguna discusión sobre ese contubernio, tan socio-económico y descalificante, con inclinaciones, coloridas, por ahora, en todos los alcandes... ya que realmente me interesan más otras particularidades más cercanas, dentro de la gran serie emitida por HBO, Succession. 
Y si no concuerdan, que les metan por el escroto, una ración de gambas a la gabardina... Nice!

Bueno al final, a lo mejor si que expreso alguna idea o emoción, dedicada a los plantígrados del politiqueo... Pero, tendrían que esperar muy, muy, al final y, este escrito posee dos partes diferenciadas. Una para todos, y todos para una... La Familia Roy... sin Orbison.
Pero, con muchas lenguas sueltas... y cabos.

Palabra de Herederos...

Hace bastantes sueños dorados, que Hoollywood y su hermana pequeña, empezaron a tener interés por los herederos al trono o el conglomerado monetario en sucesión. Primero con aquellos aventureros de otras épocas, embarcados en combates épicos con otros terratenientes poderosos y que se hacían a la mar salada, para reclamar sus tributos familiares robados... o mal vendidos.
Luego, llegaron las del Oeste salvaje, que también tenían que darles de comer aparte, porque el petróleo estaba a punto de hacer su triunfal y ´dorada` aparición en los futuros testamentos, de los cuáles hablaré un poco a posteriori.

Para acabar, en trasfusión de sangres equívocas, o más cercanas de lo que se cree por ahí... con los lazos sangrientos de las familias que todos conocemos, desde la creada por Mario Puzzo y encarnada en la piel y las fauces, de Marlon Brando, hasta los estertores últimos, donde Martin Scorsese se alimentará de la fiebre ´del Oro Negro`, para traernos el desenlace de unos asesinatos raciales e interesado, en su próxima película Killers of the Flower Moon, con la propiedad de tribus ancestrales y Leo DiCaprio... La conexión, claro, ahí están también, Brendan Fraser tras los resuellos dorados de su Ballena, Jesse Plemons que ya se las sabe todas desde la familia de El Irlandés, El Poder del Perro y sus relaciones en Fargo... Y por supuesto, el gran Robert De Niro, Uno de los Nuestros, de principio a fin. Ganas no, lo siguiente, tan ganas.

A ver, tanganas políticas va a haber... Siempre están, por dónde circula nuestro dinero... Y además Don Francis Ford Coppola está metido en el scifi Megalópolis, que tiene vuelos directos con la diferenciación de clases en el futuro. Un ejemplo de director, muy, muy familiar... Si la sangre no te salpica en los ojos, como a Falconetti, ¿recuerdas?
Ese si que tenía la herencia, entre ojo y no ojo... Pero, ya hablaremos.

Después de este repaso tan generalista, vayamos al caldo y el silo platónico de los rascacielos, como cantaba aquella Voz en New York, New York del maestro Scorsese, antes de repartir carne en los Gangs of ídem., que fue la antesala de la Familia... Sin hablar de los miembros, que llegará en próxima entrega de la carnicería. Al menos, psicológica.
Confiemos en la oratoria retrógrada y vitriólica, en general, que a una gran mayoría de espectadores, le encanta degustar, visionar y triturar, para quedarse a gusto. Ay, la política, ese mal que se mete en todas las heridas... en todos los vientres. Y urga desde dentro, como un alien intentando explicar que es un buen samaritano. Con tus esencias, claro.

A este tipo de personajes extremófilos, que andan por el filo nunca mejor dicho, les encanta soltar perlas por su bocota y expresar sus comportamientos miserables, o descontrolados, que no tienen que ver con sus emociones. Pues, de esas pueden tener carencias, hasta una comida familiar, un viaje de negocios o una gran Boda Roja... ya sabes. 
La conciencia de clase tiene estas consideraciones morales y culturales, que te resbalan dependiendo del piso del rascacielos desde donde mires a las hormiguillas de abajo, y a los cuchillos traicioneros que vuelan alrededor de la oficina... Como la orina.

O acaso no son corderillos en brazos magistrales de Holly Hunter, James Cromwell, Adrian Brody o Alexander Skarsgard, las estrellas invitadas a este convite de postín, efectivamente. 
Se suele decir, los pobres con los pobres y los ricos... ay, ay, le has dado, la dicotomía familiar, sobre el ring de los mercados y las acciones. Con sus miserias personales, sus engaños estratificados y las desgracias, que son varias... al menos, una por noche o boda. Es decir, que los zagales, disfrutan como cochinillos retozando en el lodazal feriado de las vanidades propias y defectos ajenos. 
Y más si pertenecen a dicho rango de carteras millonarias que están a la gresca cotidiana, por quítame allá unas pajas, o millones, de nada.

Pajas mentales en sucesión, unas cuantas haylas, todo puede estallar y se calma como si nada, salvo en las cabezas, tras una cena provocativa, una salida furtiva, un vaivén de los bienes terrenales, y hasta más allá... una charla al teléfono o mensaje de la red social, que también existe, xDio.
La sesión capitular, se convierte en una especie de ejercicio de caza mayor, entre los presentes y los de cuerpo... esperando ese momento de la tele, en que los mafiosos se sienten a la mesa y se acabe la fiesta de desprecios inútiles, seres imbéciles, fuck off! ¡Es la expresión!
Aparentemente en la sombra, los poderosos copan todas las miradas y la vícitima puede ser cualquiera, aunque hay candidatos más firmes que otros, esa pareja por ejemplo, es la rehostia.

La cuestión como decía Sir William, el de las hamletriadas, bien sea por envidia, miedo u oposición, puede hacer girar su estilo de vida, en un suspiro o un vuelo. Son formas poco templadas de superioridad moral, en cualquier grado empresarial. Lo vemos a diario. 
Sólo hay que mirar atrás a otras décadas y ver respirar a ese pater familia en aquellos, que despierta el recuerdo de otras personalidades pasadas.
Brian Cox es un crack, no bursátil, sino interpretativo. Aunque se trata de un trabajo coral, prácticamente él, es el alma de Succession... con retoques magníficos que pululan, como lo fueron aquellos familiares de soaps... Estos Roy de Waystar y conglomerados mediáticos, son como los Ewing, Carrington, Giobertti o los Colby, pero con las palabras de Jesse Armstrong y la producción de Will Ferrell que ha dado un salto de gigante... y también anda en Mattel con Barbie. 

Para lo que hemos quedao... los demás, digo. En fin...

Lobeznos sin Wall Street...

Si podemos remarcar algo que representa a todas las manadas, es la acción con el macho alfa  preparando la escena para la caza... y esos gruñidos que emiten sus miembros, que se convierten en un modelo narrativo de la arquitectura familiar y algo desintegrada... porque todos tienen hambre. Grrrrr, cof cof... ¡Fuck Off!

No confundamos el término, con otras manadas, que no tienen que ver en esta estructura piramidal desgastada por la arena en el desierto en que se transformaron nuestras ciudades. Ni los embates mafiosos, como habíamos soportado estoicamente durante las temporadas mafiosas de los Peaky Blinders, o los clubes sociales gobernados por Marlon Brando, Robert De Niro o Al Pacino, que pertenecen a otra generación de escualos... Fuck off he dicho, y todos los tiempos verbales se van entonando sobre la contienda sexual ficticia, hacia los demás... Pues todos poseen lengua... y orificios que comprometer...

Estas, sus cabezas pienso, hasta parecen frías o disparadas a la paranoia, dando vueltas para esconder sus verdaderos sentimientos, e ir recogiendo la tradición de los cabecillas multimillonarios con ínfulas de depredador despiadado, o futuro cadaver sin blanca. Si no te comen en esa pecera contaminada de calamares dramáticos como cebo cotidiano, malditos tiburones de parques acuáticos. 
Es una especie en guerra continua, voraz, amante del buen yantar y cantar en karaokes, no... con miembros a diferentes niveles estratégicos, haciendo desaparecer documentos o algo, formando batallones subordinados... que se comprometen a una campaña electoral. Pero, poco... porque luego se van cortando cabezas, y quedan como traicioneros o no válidos habituales. 

Ahí, con la prole trabajadora hemos topado, mientras van observando sus propias noticias, mentiras muchas... desde las atalayas, dispuestos a atacar... o mejor dicho, hacer un meme de las redes... ¡Toma, menudo triunfo! No.
Aunque, el gran tiburón de barba blanca, sabe diferenciar y saltarse los viajes a ninguna parte, por eso es el Rey de Successión de Gary Sanchez Productions en coalición Will the Savaga con Adam Mckar, el de los Mckay de toda la vida, digo Vicio, y WB Tv, en sucesiva oleada para HBO.

Para otras empresarios, rodeados de tiburones escuálidos, políticos moldeables, pasando por cartera, boceros en medios, más pasta subvencionada, prestamistas enfangados hasta los tuétanos, muebles en escarpadas colinas, timadores varios, abogados más, etc...  Que, en un momento pueden mover la colita a sus órdenes y ponerse a lamer bolas, digo balls on fire.
Cuando el jefe pesca y dirige el bote, por ahora... es el que manda de verdad, como salido de la nada a la metamorfosis del éxigo, verdadero estereotipado cawboy de ciudad, en su gran rancho vital, que no emocional, parece, pues es el comandante supremo de las emociones escondidas. O no... depende de cada capítulo, de lo que escucha o modifica, tacha, embadurna, echa al estercolero mediático, difama, otorga... o promete, como buen pres... no, no lo diré.

De momento, triunfaremos en pos de la postverdad, las triquiñuelas comerciales, la sátira social, las sangres contaminadas de dólares ensuciados, esperando que transcurra la próxima fiesta desenfrenada, con pasta a raudales apostada en las cartas marcadas, caballos perdedores, polvos variados, retos de comensales a la cara, entradas furtivas en el baño y... un pizca de sexo irreal, como si formarán parte del Tea Party, en apariencia.
¡Ah, e insultos descalificativos a mogollón, que ya lo he comentado! Qué no pare la fiesta, no... What fuckin crazy... fuckin sharks. O garrapatas, of course.

Sin embargo comparándolos con los de la omertá y esos otros de tiros largos, ya sabes, en esta Successión la palabra es diferente, se utiliza no como amenaza, ni forma persuasiva o de dominio en el barrio de inmigrantes italianos o irlandeses, sino más bien, como signo de inmunidad hacia lo irrelevante, vanalidad a las opiniones o distanciamiento con las posturas de todo tipo de familiares escocidos. O renegados, si existen. 
Mientras los acólitos, que son una parte importante en la serie de HBO, van y revuelven, se estiran y encogen, se camuflan o hacen jadear, y reeditan los resortes del éxito de la comedia negra, que son los mejores por recordar y mandar al triunfo dorado. O mejor dicho, ácida, porque también tiene momentos de fresa como la ídem barbija...

Esto atrae a una inmensa parte de la sociedad, que se posiciona con sus gustos personales o se entrega al canibalismo ideológico, que significa esa otra tendencia agraciada por la sociedad de consumo... La crítica descarnada, y la envidia. La rabieta que enciende los cigarros habanos con verdes sobrantes de las profundidades cavernosas... Ä algunos les encanta visionar, pero no, digerir. Así es y será, don Vito y Cía. Eran otras épocas, y ahora, la farla es la farla, en cualquier rango que se sople y tiempo.
Son dos temporadas y algo, que me están pareciendo una guerra placentera de personajes decadentes, o viciados por el money, que entablan estereotipos que frecuentan los sueños o pesadillas, de muchos espectadores. Pero, que te enfrascan en una pócima de encantamiento por los personajes.
 Todos, a un lado u otro, entregados a la gran fiesta de despellejar al resto, lo que más nos gusta y observamos con devoción, si nos dejaran, a través del cristal de una limusina tintada y mujeres ataviadas con brillos de narices para abajo. 
Sin embargo, el poder también se usa contra otras familias que tienen otras prioridades, aparentemente, cuando se produce una marejada en los medios de comunicación que forman comuna por dinero oligarca o comprador de votos, en un santiamén, posicionándose a favor de unos, o los otros... eso, del dinero o del que más pague por adelantado. O lisonjas futuras. Eso incluye a representantes legales, fantasmas invisibles que exprimen la sábana, despachos ocultos en todas direcciones, llamadas a deshoras, a ver quién cuelga... o a cualquier mindundi que pase por ahí... buscando una oportunidad o acceso a reunión privada, para hincar el diente. Así de frescos somos, cualquiera que se precie, o aprecie... en el mercado laboral o caníbal.

Eso sí, si no tienes donde caerte muerto, ni primo, ni imagen telegénica... Si no eres edecán en la sombra, rimbombante o con alharacas adictivas, o sigues al mesías, ¡date por despedido! De perdidos... to the river.
Estamos a unas cuadras de distancia del Wall Street. Al lado del mecenas de cualquier ámbito de la comunicación en el mundo...

Una Historia en Re-producción...

Ahora voy a hacer un aparte... por indicación médica.

No son familias ni parecido, en la posición, u oposición si tienes otro planes, pero si recuerdan un poco al humor tan característico y repleto de faltas, venenosas o metafóricamente maléficas, que te sacan de su realidad a una especie de chiste continuo sobre la vida.
O sea que te cagas en sus vidas, a través de la carcajada. El puro sarcasmo de la levedad existencial.
Ahora, me estoy refiriendo a aquella mítica Enredo, con una colección de ejemplares que hay que ver, pasados unos añitos de nada, podrían ser etiquetas en retrospectiva, que vuelven a ponerse de moda. Tal vez sin el nivel económico, pero igualmente reina el caos en su minifundio y la degradación, por momentos, porque son surrealistas a tope, como un matrimonio desavenido, sin prole educada y con una especie de gato peludo en el sofá. Fumando además... 
Así, los hijos se despedazan, sin derramar una sola gota de sangre añeja, visceralmente enferma por las discusiones genéricas o los recuerdos, montados en coches metálicos de los sesenta, a pedales. Esa es la imagen, como fotografías en sepia del hoy, en el que vivimos una regresión o vuelta a aquellos lares, en primeras teles con poca resolución. Igual que sus peleas... mientras el general grita, se desgañita. Malditos cobardes, fuck us.

Era una batalla campal, graciosa, entre necesidades o los desplantes personales... por la envidia, puede ser, y esa trición tan televisiva entonces como mañana. Es el paraíso donde triunfan los guionistas, mecidas sus palabras hirientes por la convicción de los artistas intérpretes, que se ponen a su lado para recitar las travesías del poder y la desgracia ajena... Eh! A otros televidentes, les atraerá más, una pandilla de trabajadores de la construcción, con sus problemas en apartamentos humildes, lánzandose ladrillos al casco. No te jode, fuck off!

En esta Succession de lujos y emponzoñamientos cosanguineos, esperamos ansiosos otro lanzamiento sardónico de estulticias personales a la máscara, porque no duelen al estar armada de cemento, y que te hagan sonreir esperando un nuevo episodio a la semana siguiente, como suponía aquel otro enredo de engendros divertidos postergados a las ondas hertzianas.
Successión es todo eso y más, entresijos ocultos, devaneos con el poder... como los caballeros escurridizos de una mesa redonda al lado del King Logan. Que nunca se fuga, por cierto, en chisme televisivo con la sección de clases sociales a la distopía.

Sin duda, además de los guiones, sobre todo, son sus personajes, el verdadero acierto, una selva como colección de sarcásticos incorregibles, amantes de nihilismo, no tan poético. Patéticos condescendientes, hijos de... niñatos, calamidades empáticas, cerebros atravesados, masas moldeables como barro de campo petrolífero... entre la dialéctica elaborada y la prosopopeya elástica... Mayoritariamente,... ciegos recalcitrantes en su condición de intocables todopoderosos... o no. Depende del día... y el móvil.
Casi siempre, porque puede suceder algo (no de sucesión), un hecho inesperado que tiña la modernidad de diseño modernista, las localizaciones excéntricas o la tradición oculta del capitalismo, en cataplasma del tópico, Sueño Americano.

Este exhibicionismo amoral de los Roy y demás, a través del folklore familiar y depredativo, es salvaje y cínico, siguiendo dicha moralina de la casta que fue de la gran pantalla al petit comité de muchos, mas burlándose de su propia estirpe hollywoodiense. Donde era tan fácil encenderse en una trifulca interfamiliar, como soltar una lagrimilla en una esquina de un plató... Un juego del Monopoly, con el valor que le quedó en cartera a BlackBerry tras aquella estampida de valor en las bolsas y muy bien explicada con humor, lógica y técnicamente, en su película homónima, que recomiendo. Sin pasar por la casilla de la cárcel.
Un imperio de varios años, que se fue el carajo... Pero, debido en ese caso, a la competitividad empresarial y los cambios de humor entre amistades. Y entre tiburones al olor de la sangre, donde es complicado acabar lamiéndose las heridas del tiempo... sin atragantarse.
En este apartado de Wall Street, ¿qué me queda...? ¡Ah sí... otros puntos suspensivos!

Existen partículas concretas, nada de puntos sacrificables, que nadan bien en estas aguas turbulentas o infectadas de cadáveres a futuro. El creador de OPA´s escritas a forma de showrunner, Jesse Armstrong, que es un máquina del sarcasmo, puro y duro. El director Adam Mckay (Don´t Look Up) y su astucia para captar la hipocresía y la sátira en imágenes, como el actor Ferrell, aportando dineritos para hacer sacar a flote este transatlántico de excentricidades, de frustraciones, muecas sonrientes y elegías anticipadas.
Claro hablando de superficialidad, tengo que hacer otra de mis interrupciones y recordar el filme El Triángulo de la Tristeza del director Ruben Öuslund, para observar toda la miseria y las bajezas que podemos llegar a representar, como raza humana. La mierda salpicando, por doquier, vómitos... Y ese capitán soviético, que se emborracha porque sabe que otros manejarán su barco, hasta llegar a buen puerto... O no. La isla del señor de las moscas y la dama de la limpieza, así, en general. Un pelín desequilibrada, este peñasco.

Y es que la miseria humana, se identifica de diversas maneras en la vida... que se lo pregunten a hermanos, hijos, parejas, contratados, siervos o al Gran Padre... ese JR, Larry Hangman como rey de la CBS en 1978, dando paso a la camada de agraciados, con Angela Channing del Falcon Crest ochentero y la dorada Jane Wyman, haciendo chismes con Kim Novak o el ejemplo de la femme fatale Lana Türner. Pasando dones a la Joan Collins de Dinastía, más petrolífera que la caristía a la que nos vemos avocados en el Egipto de los faraones, un año después interpretando a Alexis Carrington y mantenida los Shapiro, cuya producción daría paso a Los Colby con Charlton Heston más Barbara Stanwick. 
Y por útlimo, en respingo acrobático, a los mismísimos Lobos de Wall Street, of course, con Mr. Scorsese sacando punta a rascacielos financieros iluminados y los tacones de aguja. Eso es el poder del dinero, y lo que discutimos en nuestras casas, para encender una bombilla de la habitación o conseguir un polvo. Ahora ya, en cualquier género o tal.

Pero... aquí no acaba la historia... 
Recordando que, de aquellas atracciones temporales sin duda, una debió ser para los sombreros de moda vaquera, con todas aquellas magnitudes manufacturadas del fondo de la tierra, saliendo a borbotones por la televisión. O dentro de los estómagos, delicados con las contiendas épicas dirigidas por el Gigante de George Stevens en la gran Warner de los 50, sin una mínima posibilidad de error, ni distración reproductiva. Los supuestos, íntegros, acomodados hace generaciones fueron y son, y el nuevo que desea ser, dar bocado al pastel, cueste lo que cueste. Esto es, la hostia. Y a hostias... y ahí estaban la Taylor, Rock Hudson, qué cosas... y el James Dean del futuro, antes de la desgracia. Accidentes de coche, uno por pedal de vértigo.

Corrían los años 20 al 30, y la meca del Hollywood clásico, eran 8 los grandes en cartel a la carrera. Estudios que reclamaban la atención del gran público con sus estrellas en luminosos de fachadas mágicas y guiones sembrados, siempre en lucha, como buen negocio de cualquier estamento o imperio... con el dar y recibir a cambio, por delante. El cine alcanzaba su zénit tras las sesiones del mudo y el sistema de estudios era todo voz... dando nombre a una época dorada de éxitos y luces intermitentes del star system. Ya indestructibles, salvo alguna historia que contar... o invetigar. Blonde con Ana de Armas y el buen director Andrew Dominik, a nuestro pesar, es precisamente lo que no queremos ver en la pantalla. Una película muy sombría y desiquilibrada psicológicamente... Tal vez necesaria, para algunos. A mí con los documentales, me vale.
Supone lo contrario al humor que viene representado esta narración y que desea vigorosamente un público, que elige la oferta multicanal. Puede que algo harto del sufrimiento generalizado ya, y el enfrentamiento social. Lo sé, por comentaristas cercanos y humildes... 
Quizás deseosos, otrora, quisieran intercambiar sus vidas por seres con posesiones inmobiliarias al tuntún y posibilidad de aumentar los grados fríos de sus viviendas. Participar de sus divinas fiestas o progamas de tv. Quzá porque existen tantas familias como sueños... o desprecios. O faltas de cariño, o con la ausencia del padre... el Gran Perdedor, hoy.


No, no me refiero al maltratado patriarcal, no...
Pues bien, aquel Hollywood emergía como un verdadero criadero, donde la carne se dividía en tiras tragicómicas como representó el Gran Gastby con DiCaprio en versión moderna, frente a la obra cumbre de Francis Scott Fitzgerald. Narraciones en la cúspide y la extravagancia, que recuerdan el cuelgue de Howard Huges en otros ámbitos, y vuelos, con la revolución industrial made in USA y su camino al imperio del poder mundial. Un país dorado donde las finanzas se convertían en una pelea interna con que doblegar los proyectos de otros, cambiarlos o mejorarlos, para la superviviencia de la gran familia del estudio cinematográfico. Ahora... viene el filme que me toca rememorar hoy, antes de la mafia de Michael.
Pero antes, una pregunta que podría provocar a más de uno de aquellos críticos de la obra del cuarto hermano, productor de la novia... ¿Qué se busca con, la creación? ¿Obra artística de calidad... o la mera, cartera? ¿Qué estás dispuesto a dejar en el camino... tu vida? Tu moralidad, ¿no? Entonces que criticarás...

Cuesta responder... porque daría para una tesis. Dejaré la ideología en un rincón y acciones pasadas, y me centraré en la producción del business, con mayúsculas. Con esa estructura mastodóntica o en manos, de unos pocos que malalimentan a cientos. Como El Último Magnate, con otro polémico en su sombra como Elia Kazan, conexión Hoover de nuevo y el sistema. Mientras F. Scott Fitzgerald, es miembro de la Generación Perdida que se basó en esas sagas de triunfadores, llevados al cine con mayor o menor fortuna, la decadencia a la contra del minirrelato de Benjamin Button, los amores convulsos a través de una línea editorial en La Última Noche que Vi Paris, interpretada por la experta en sagas gigantes e históricas, Elizabeth Taylor, y Van Johnson que firmaría en una serie con dos hermanos muy opuestos en cadena visual. 
Y en concreto, esta obra que se basa en la vida del productor de MGM, Irving Thulberg tras la guerra de las patentes y la llamada ley antitrust contra el monopolio, pero, ante la que nadie podía prevenir la caida de la fiera... Fin a los departamentos y sus labores especializadas. 

Fue la caida de una gran industria magnética, que ahora es de consumo más acelerado, digital, pues la informática es parte del negocio. A veces, no tan digestivo. Como para Arthur Miller, fue su paso por la vida insatisfecha de Marylin.
El Último Magnate reproduce sus últimas visiones, a través de la mirada encaprichada de Mr. De Niro, sin ordenadores, ya como estrella vital con currículum creciente en busca de otros taxis, toros salvajes y familiares, cuyo personaje recayó anteriormente en Gregory Peck en Beloved Infiel, junto a Deborah Kerr. 
A la que seguirían versiones diferentes, con Malcolm Gets en aquel título Mr.s Parker y el Círculo Vicioso, o representaciones modernas del mismo tema, por Richard Chamberlain, Timothy Hutton o Jeremy Irons. En la misma piel de aquel jefe de estudio, jefe de productos Metro en cine, con visión para el éxito empresarial y la taquilla, y que fue ennegreciendo (entiendes no), cuando se perdió el poder de la exhibición y el método de contratación de estrellas, hacia el ocaso. Y curiosamente la pequeña, la competencia del medio naciente entre ondas. 

Marilyn Monroe marcó un camino, como una rebelde Miss Hepburn o la misma Miss Taylor. 
Y al otro lado, al frente de la MGM, estuvieron el gran Louis B. Mayer y The Wonder Boy, con ojo excrutor para adaptar buenas historias, pero en idilio que terminó románticamente con un fundido.
El guión se embarca en sus últimos días de supervivencia, tras cierre de telón, perfumado en alcohol contra el desengaño amoroso, arrastrado a un panorama matrimonial complejo y enfermizo por los estudios encharcados, rodeado de la depresión de una mujer y relaciones adúlteras... Se parece o no, ¿a algunas vidas de Succesion...? 
En el fondo todas se parecen, por parejas, puesto que si no eres rico y persigues estas relaciones, no mereces que un premio nobel te dedique una novela o un ganador del Oscar, prefiera dirigir una película sobre Don Nadie. Eso lo hicieron los estudios italianos, españoles o franceses, luego suecos, donde el divorcio fue el cambio. Lo sabe hasta Don Marcello Mastroiani, chac. 
Bueno sí, también las hay en USA... pero con altares estelares en sus épocas en blanco y negro o technicolor, o en el independiente. O los superhéroes que no resisten el panorama de la humanidad y sus nidos amatorios.

Efectivamente en 1976, The Last Tycoon no está separada de la tradición de esas familias regentes de la televisión y el Séptimo Arte, los medios de comunicación en Succession, a la búsqueda de los suculentos beneficios. Pues en la vida del mercadeo, no todo se compra y vende... como el amor dicen, que no será correspondido en parte en al película... Y en la vida... Y en esa pareja de Sucesión... 
Si bien, siempre hay un jefe que manda a otro menor, y Robert Mitchum se las conocía todas para ser doblegado o timado, plantea al hijo, más o menos adoptado en la cúspide, sombra de Robert de Niro... que se lo haga mirar. Pero el personaje también se las sabía todas ya y buscaba algo más. 
Por el contrario, en este momento de visualización de la serie Sucesión, no lo tengo del todo claro aún, me muevo más por las tendencias sociales y mis propios pensamientos críticos o alegres, que por la realidad del guión. Habrá que esperar al III y IV, hombre ya.

El amor y la boda...

Esto de las bodas, es un sinvivir. Fuck! Que se lo pregunten a Robb Stark. Nada que ver con Lord Star, salvo en la discusión sobre la convivencia con los amores.
En otros lares, reinaba la obscuridad entre hermanos, como sería en Hombre Rico, Hombre Pobre, con el maléfico  Anthony Falconetti interpretado en parche oscuro, por William Smith. Un actor que tuvo ojo con Jerry Lewis y como padre, no recuerdo parche, parte de nuestro pequeño Conan de Cuenca... 

Como curiosidad comentaré que aparecían en esta serie mítica, Peter Strauss y el poderoso Nick Nolte haciendo el humilde boxeador, un joven Bill Bisby como futuro Bruce Bunner al lado de Lou Ferrigno, el mítico Ed Asner inolvidable Lou Grant, y el mismo Ray Milland, que interpretó a un escritor alcohólico junto a Jane Wyman, next, para The Lost Weekend del maestro Wilder. Y que mató hithcocknianamente en el cine en alguna que otra ocasión, o igual andaba por el set de El Gran Magnate a la par que Gloria Grahame, actriz en Los Sobornados, En un Lugar Solitario y Cuativos del Mal. Obras maestras las tres, con amores terribles en magnífico blanco y negro.
Esta última con el gran Kirk, que ya me diréis si no tiene que ver con el temita intentado cardar la Lana, declive de Blackphone-imperium y la producción de éxitos glamurosos de Turner.

Pero antes de atravesar el último set de rodaje, y los últimos platos del convite, introducidos en la obscuridad por la visión del futuro de la producción, el Magnate va hacia una nada absoluta, quizás... 
Recordar en Mr. Kazan production y los pasos del desligado de todo, de la vida, a todoterrenos de la actuación como John Carradine y Seymour Cassel, Jeanne Moureau, Tony Curtis, Dana Andrews, una jovencita Theresa Russell, Jack Nicholson de guía sindical de guionistas y ahora, en huelga como allí, next nexo... ¡otro tema que te resuena! Y a Donald Pleasence... ¡qué decirrrr! Genio a ciegas. 
Pues nada, que también estaban comenzando Anjelica Huston y Peter Strauss por ejemplo. Jeje, otra. Y un hombre de los que son necesarios también, pues el actor de reparto casi desconocido hoy, Jeff Corey, trabajó en un capítulo al menos... de todas las series habidas o por haber, he dicho. Mi sentido homenaje a ellos.

Sin embargo, a pesar del interés de la obra del traidor Kazan, sobre todo, en los momentos de recorrido por platós decadentes, los cambios entre escaleta fílmica y la vida real, y ese trasfondo romántico, más bien platónico... el contar que, el director fue alumno de la escuela de Lee Strasberg como De Niro... y cuya esposa, estuvo en la mente de la Rubia de Hollywood, quizás políticamente, no se sabe. Así el tema no cuajó del todo, como el filme que se estanca al no alcanzar grandes momentos intensos y recordados, a pesar del espectacular reparto y que contase con guión adaptado de otro nobel como Harold Pinter... y el revolcón en aquel catre a la intemperie. Por otro lado, Pinter autor del texto de El Cuento de la Doncella, La Mujer del Teniente Francés, menudo amorío... la magnífica El Sirviente o El Mensajero, ambas de Joseph Losey, y curiosamente, una pequeña historia llamada Tea Party, tan a cuento. 

Y El Portero, interpretada por Robert Shaw, Alan Bates, como dos hermanos enfrentados en el apartamento, y Donald Pleasence, el vagabundo incitador del conflicto. Si es que era necesario, pedir más.
De Enredo a el gran Tycoon, en cero coma... ya ves tú. Velas...

The Fucking Family...

Este es el humor alocado, indiscreto y retorcido, pringoso como el fua de pato o los huevos de caviar, pasados por la guerra... que se avecina. En cambio algunos, prefieren una burguer y un simple refresco gaseoso, mientras se cae el mundo a sus pies. O consiguen, ¡un reloj! Su tesorooo, en sociedad...
En eso, apenas hay diferencias (salvo el tamaño de la cartera verdadera), porque todos consumimos... y deseamos cosas, viajes... chicas. Palacios, tal vez... Él también, porque sabe arrimar la bragueta, o no.

Este es el gran secreto de Succession, además de acontecimientos bélicos en las bodas... tal vez, fuenrales, quién sabe... Y él, su personaje y la pareja que le anima por doquier, por arriba y los abajos, serán parte importante de la próxima entrada del blog sobre esta serie... ¿Seguirán siendo pareja de hecho? ¿O volverán a las andadas, y se tirarán los insultos a la cara? ¿Se convertirán en pervertidos sexuales...?
Y los chicos, ¿se harán daño como los hermanos de otras series? ¿Y el gran jefe, qué sentido tiene todo lo pelead? ¿Se hablará de más millones, y helicópteros, y yates deslumbrantes... ? ¿Aparecerá por casualidad, Woody Harrelson...? 
¿Cuántas variantes escucharemos en los finales de capítulos, del soundtrack de Nicholas Brittell? Una banda sonora que parecía algo insulsa, pero que ha ido adquiriendo empaque con su dramatismo epopéyico.

Si desean conoce las respuestas de, mi primera mano y segunda parte contratante sobre la pelea de gallos en los negocios, no se pierdan los siguientes capítulos de ... Succession. 
Amaos los unos a los otros, como hermanos... Y si no, que les den a todos, fuck off! 


Cinemomio: Thank you

Las más alteradas del Cinecomio

Etiquetas

Serie TV-Scifi Serie Tv - Terror Jessica Chastain Matthew McConaughey Clint Eastwood Emma Stone Jake Gyllenhaal Serie Tv - Thriller Carey Mulligan Humor Amy Adams Chris Pine David Fincher Denis Villeneuve Ewan McGregor Hugh Jackman Mads Mikkelsen Michael Fassbender Ridley Scott Tom Cruise Tom Hanks Woody Allen Anna Kendrick Anthony Hopkins Ben Affleck Cine Documental Daniel Radcliffe Eva Green Joaquin Phoenix Keira Knightley Kristen Stewart Leonardo DiCaprio Martin Scorsese Melissa Leo Michael Caine Michelle Williams Mike Flanagan Oscar Isaac Paul Dano Peter Sarsgaard Ryan Gosling Tim Burton Tom Hardy Alan Arkin Alec Baldwin Alejandro González Iñarritu Alex de la Iglesia Andrew Garfield Anton Yelchin Antonio Banderas Anya Taylor-Joy Audrey Tautou Benedict Cumberbatch Brad Pitt Bruce Willis Bárbara Lennie Cary Fukunaga Cate Blanchett Chiwetel Ejiofor Chris Penn Chris Pratt Christopher Nolan Christopher Walken Damien Chazelle David Ayer David Cronenberg David Mackenzie David Thewlis Denzel Washington Eddie Redmayne Edward Norton Ethan Hawke Felicity Jones Frances McDormand Francis Ford Coppola Gael García Bernal Gary Oldman George Clooney Guy Pearce Harvel Keitel Helena Bonham Carter Hugh Dancy Hugo Weaving Isabelle Huppert J. K. Simmons J.J. Abrams James Gunn James McAvoy Jean Marc Vallée Jean-Pierre Jeunet Jeff Nichols Jesse Eisenberg John Cusack John Goodman John Hurt John Turturro Jonah Hill Josh Brolin Julianne Moore Juliette Binoche Kate Bosworth Kenneth Branagh Kirsten Dunst Kurt Russell M. Night Shyamalan Marion Cotillard Mark Ruffalo Martin Freeman Matthew Modine Meryl Streep Mia Wasikowska Michael Pitt Michael Shannon Miles Teller Mélanie Thierry Nacho Vigalondo Nicolas Cage Nicolas Widing Refn Olivier Assayas Paolo Sorrentino Paul Giamatti Peter Jackson Quentin Tarantino Ralph Fiennes Ricardo Darín Richard Gere Richard Jenkins Robert Zemeckis Rosamund Pike Sam Shepard Samuel L. Jackson Saoirse Ronan Scarlett Johansson Sean Penn Series Tv - Terror Seth Rogen Sienna Miller Stellan Skarsgard Steve McQueen Tilda Swinton Tim Roth Viggo Mortensen Wes Anderson William Hurt Winona Ryder Woody Harrelson Zoe Saldana 2001: A Space Odyssey A Dangerous Method A Passage to India Abel Ferrara Al Pacino Albert Finney Alexander Payne Alexandre Aja Alfonso Cuarón Alice Eve Amanda Seyfried Amour An Education Angelina Jolie Animación Animación Digital Animación Japonesa Annette Bening Armie Hammer Ava Duvernay Barbara Stanwyck Ben Foster Ben Wheatley Bennett Miller Bertrand Bonello Bertrand Tavernier Bes Foster Bill Murray Billy Bob Thornton Bradley Cooper Brie Larson Brit Marling Bryce Dallas Howard Callum Keith Rennie Carlos Vermut Carmen Ejogo Carnage Casey Affleck Channing Tatum Charlotte Gainsbourg Christina Hendricks Christoph Waltz Colin Firth Collin Farrell Damián Scifrón Dan Gilroy Daniel Monzón Darren Aronofsky David Ayelowo David Dobkin David Yates Demi Moore Denis Levant Drake Doremus Duncan Jones Ed Harris Edward Burns Elijah Wood Elizabeth McGovern Ellar Coltrane Ellen Barkin Emile Hirsch Emily Blunt Emma Thompson Emmanuelle Seigner Essie Davis Fede Alvárez Frank Capra François Cluzet Gary Ross Gavin O´Connor Gene Hackman Geoffrey Rush Giuseppe Tornatore Gracia Querejeta Greg Mottola Guillaume Sylvestre Gérard Depardieu Harvey Keitel Henry Fonda Hnos. Coen Hnos. Dardenne Hossein Amini Hugo Isabella Rosselini J. Edgar J.C. Chandor Jack Black Jacob Trambley Jacqueline Bisset Jacques Audiard James Cameron James Gray James Marsh January Jones Jared Leto Jeff Bridges Jennifer Garner Jeremy Irons Jeremy Salunier Jim Broadbent Jim Sturgess John Carney John Ford John Lee Hancock John Malkovich John Travolta Johnny Deep Jonathan Nolan Jose Sacristán Joseph Gordon-Lewitt Julia Roberts Karyn Kusama Kevin Costner Kevin Smith Kiefer Sutherland Kim Nguyen Kristen Wiig Kyle Catlett La Clase La Ola La vida de Brian Lambert Wilson Lars von Trier Laurence Fishburne Leos Carax LiLy Collins Lindsay Duncan Logan Marshall-Green Luc Besson Luis Tosar Luke Wilson Macha Grenon Marc Forster Marc Webb Mark Wahlberg Martin Sheen Mateo Gil Mathieu Amalric Matthew Broderick Meet John Doe Mel Gibson Melissa McCarthy Michael Almereyda Michael Brandt Michael Haneke Michael Keaton Michael Madsen Michael Peña Miguel Gomes Mike Cahill Mike Figgis Mike Leigh Mira Sorvino Monty Phyton Morgan Freeman Morten Tyldum Mélanie Laurent Nadine Labaki Naomi Watts Naomie Harris Nathan Lane Ned Benson Neil LaBoute Nicholas Hoult Nicholas Jerecki Nick Nolte Nourizadeh Nima Olivia Colman Olivia Wilde Olivier Marchal Omar Sy Orson Welles Paddy Considine Park Chan-wook Patricia Arquette Paul Greengrass Paul Haggis Paul Thomas Anderson Paul Verhoeven Peter Berg Peter Dinklage Peter Mulan Philip Seymour Hoffman Philippe Falardeau Preston Sturges Quvenzhané Wallis Rachel Weisz Reese Whiterspoon Ric O´Barry Richard Ayoade Richard Glatzer Richard Harris Richard Linklater Rob Marshall Robert Downey Jr. Robert Duvall Robert Eggers Robert Pattinson Robert Redford Roger Donaldson Roger Michell Roman Polanski Rose Byrne Ruben Fleischer Sam Levinson Sam Whorthington Sandra Bullock Sarah Gadon Sarah Polley Simon Curtis Simon Pegg Soledad Villamil Soul Kitchen Stanley Kubrick Staying Alive Stephen Lang Steve Buscemi Steve Carell Steven Knight Steven Soderbergh Tarsem Singh Tate Taylor Terrence Malick Terry Gilliam Thandie Newton Thomas Dekker Thomas Jane Thomas Winterberg Timothy Spall Todd Phillips Tom Dicillo Tom Ford Tom Hiddleston Tom Tykwer Tom Wilkinson Topher Grace Trailer The Wolf of Wall Street Uma Thurman Valérie Donzelli Vince Vaughn Viola Davis Yoji Yamada Yorgos Lanthimos Zachary Quinto Zoe Kazan
Licencia de Creative Commons
Obra está bajo una licencia CC en España.