Cinecomio busca

EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe
Mostrando entradas con la etiqueta Tom Hardy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tom Hardy. Mostrar todas las entradas

domingo, 13 de agosto de 2017

Dunkirk.


Dunquerque, en fríos números.

Hay algunas películas de ficción o basadas en hechos históricos, Dunkerque sería una de éstas, que son capaces de cambiar ciertas características de una zona o región determinada. Veremos si también conciencias, a pesar de los escalofriantes números que guardan los archivos de nuestra memoria. ¿Casi olvidada?
Pero, con motivo del estreno de la décima película dirigida por Christopher Nolan (Memento y autor de la oscura trilogía de Batman), además de las funciones de guionista y productor de la misma, el director británico se ha convertido en el auténtico faro de aquellos dramáticos días y referente actual de la cinematografía mundial. Con sus silenciosos personajes e impactantes imágenes rodadas en los mimos escenarios que entonces.
También, en el punto de referencia de ciertas relaciones nacionales entre naciones contrarias ideológicamente, y la apertura de nuevos focos de tensión bélica, que se vienen produciendo a lo largo de los últimos tiempos. Que sería bueno recordar con esta espeluznante guerra mundial y sus fríos datos, entre nombres borrados por los trágicos sucesos...

Por ejemplo, se estima que en el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la población mundial contaba con cerca de 2.000 millones de habitantes que, entre 1939 y 1945 estarían abocadas a los designios de una mente desquiciada y personalidad megalomaníaca. Casi la totalidad de naciones se verían imbuidas en el conflicto armado, con aproximadamente un 3 por ciento de la población cayendo por efecto de la ideología enemiga y de sus armas. Esto es, entre 60 millones de asesinatos directos y 20 muertes más por causas relacionadas con enfermedades o el hambre, de los cuales un millón y medio serían niños.
Un extenso reguero de cadáveres y sufrimiento, que se produjo en cualquier localización del planeta, en cualquier medio físico, alrededor de 5000 embarcaciones de los aliados hundidas por torpedos nazis, con un total de 260 buques de guerra ingleses y 138 franceses, contra 994 submarinos alemanes hundidos y 53 destructores, además de las numerosas pérdidas de la aviación y el uso, por primera vez, de armamento con capacidad de destrucción nuclear.
Prisioneros, horribles experimentos y mutilaciones, violaciones masivas, desplazados... con amplias repercusiones para la masacrada Polonia y los principales países involucrados como la URSS, China, Japón, Estados Unidos; y las diferentes naciones europeas, con cerca de 88 mil belgas, 810 mil fallecidos en la república francesa y 388 mil británicos.

Todo comenzaría con una invasión relámpago que pondría a Europa en un brete y que acabaría con una pausa estudiada para una futura reagrupación, por lo que sería denominada una "guerra de broma" o Blitzkrieg. Nada más lejos de la realidad que se avecinaba, cuando las tropas nazis de la Wehrmacht se adentraron a fondo con sus carros blindados y conquistarían amplios territorios de Luxemburgo, los Países Bajos, Bélgica y Francia; dividiendo a las tropas aliadas por la frontera natural de Las Árdenas con dirección al Canal de la Mancha. Ahí, precisamente, es donde nace la historia de esta guerra contada por una mente preclara, datada para los grandes retos fílmicos y mediante la fortaleza física de un equipo de rodaje. Es decir, con la mirada de Mr. Nolan sobre la pacífica costa de Dunkerque.
Para ello, contará con un grupo de actores expertos, encabezados por el brillante Kenneth Branagh (Valkiria, Asesinato en el Orient Express) interpretando a un dedicado Coronel Bolton o el intrépido y estupendo actor, Mark Rylance (El Puente de los Espías, BFG), próximo a protagonizar dos proyectos de Steven Spielberg como The Kidnapping of Edgardo Mortara y la fantástica Ready Player One. Así mismo, algunos novatos como el debutante Fionn Whitehead (próximamente en The Children Act junto a Emma Thompson y Stanley Tucci), Mickey Collins (The Yellow Birds), Aneurin Barnard (Templario, Citadel), Jack Lowden (Pan, Negación) y el renombrado cantante mediático Harry Styles, que forman un reparto que marcha desde la épica sudorosa al horror, y viceversa. Desde la dramática supervivencia individual o grupal, a la defensa de las respectivas patrias, para evitar su caída en manos enemigas.

En el lado social de la actualidad, se ha producido una especie de renovación cultural sobre el terreno y una novedosa corriente turística se abre paso a través de aquella costa, hasta esos extensos y llanos kilómetros de playa norteña dentro de las arenas del territorio francés. Dunkerque está cambiando aquella concepción exclusiva y portuaria del pasado, por otra apreciación más significativa que da protagonismo al turismo patrio y de ámbito internacional. Por supuesto, gracias en gran medida, a un referente cinematográfico actual como es Mr. Nolan... a pesar de sus muchos y variados detractores, entre los que no me encuentro, si bien no me atrae demasiado su obra última conocida con el nombre luminoso de Interstellar.
A sus 47 años (recién cumplidos este 30 de julio pasado), Christopher ha estado siempre unido a su barrio londinense de Westmister, aunque su madre es originaria de Estados Unidos, y desde muy joven, vería aquellas historias de héroes a través de juegos relacionados, metodológica y físicamente, con la imagen y el cine. La vida o la muerte, a través de una pequeña cámara de Super 8, como otros creadores contemporáneos o anteriores a su generación.

Hasta ser atraído por las vidas ocultas y consiguiera financiar su primer largometraje rodado en un arriesgado blanco y negro durante 1998. Desarrollando un propio guion cinematográfico con el nombre de Following, que narraba las vicisitudes de un escritor en paro, obstinado persiguiendo a ciudadanos anónimos, vecinos de su Londres natal, en busca de esa inspiración necesaria del creador para otear su próxima obra. Y al final, encontrarse en medio de una trama criminal angustiosa que cambiará los roles de observador y perseguido. Una genialidad iniciática, en definitiva.
Luego, llegaría ese enorme salto mortal y temporal, con el suspense inmemorial de la notable paradoja titulada Memento, diseñada argumentalmente por su mano derecha y hermano, Jonathan. Un segundo muchacho Nolan, sólo por edad, despierto y creativo, seis años menor que él, que firmaría la consagración definitiva de ambos y este camino profesional dirigido a empresas mayores. ¡Con apenas 30 años de edad!
El resto, que no es poco, habitualmente junto al autor narrativo de la absorbente serie Westworld, escribiendo los textos que han marchado junto a una figura oscura, entre insomnios, trucos y orígenes. Como un odisea épica y triple, que recorriera la sombra de un caballero oscuro, una gata ingrata, un payaso, y ese triste superhombre de hierro. Para alcanzar ésta, su primera incursión dentro del realismo bélico y los declarados episodios de la 2ª Guerra Mundial, elaborados como un gigantesco plató sangriento o escenario lúgubre entre la supervivencia o la muerte.

Volviendo a su resistencia... A finales del mayo de 1940, las tropas odiosas de Hitler se apoderaron de gran parte del territorio francés y Europa, mientras las fuerzas aliadas (compuestas por varias divisiones británicas del ... y francesas, más una parte del ejército belga) quedaban partidas, como muchos corazones restarían. Desfallecidas y desprotegidas con el Océano Atlántico a su retaguardia y la amenaza en el aire, de una posible aniquilación o invasión de cercanos territorios.
Entonces, la figura oronda de Winston Churchill (del que tendremos pronto un biopic tardío), ordenó la evacuación de las ejércitos sobre la arena de la playa de Dunkerque por cualquier medio al alcance. Una vez, los diques y puertos habían sido destruidos con intensos bombarderos de la ofensiva alemana o sus cazas conocidos como Stuka, contra los versátiles Spitfire ingleses.

En esta defensa a ultranza de los valores y la humanidad, se puede volver a medir el riesgo y dolor, a través de gélidos y salinos números, ya que unos 200 mil soldados británicos y más de 100 mil franceses-belgas, serían rescatados o conducidos de nuevo a Inglaterra. Gracias a una treintena de destructores y un puñado de pequeñas embarcaciones de carácter civil, que forman parte importante en el filme Dunkirk. En este punto, las cifras varían considerando la participación verídica de dichos marineros, desarmados, en una cantidad ejemplar, aunque casi inapreciable. Por contra, como dije, no su determinación y valor para enfrentarse a un enemigo, si cabe mucho más brutal e imbatible.
En este instante, congelado en sal y arena, de planificación cinematográfica, Mr. Nolan o Chris para sus amigos, se propone realizar una incursión narrativa a modo de documento gráfico. Sin escalas prácticamente, esto es, sin un guion estructurado, aunque tuvo que rendirse a las circunstancias. Algunos pensamos que hubiera sido una idea brillante y eficaz, constructiva o surrealista, el emplear el tiempo adecuado para adecuar el silencio máximo, condicionar al espectador con menos diálogos y delimitar esas 76 nuevas páginas para entablar una defensa alternativa. Aún, menos coordinada y concisa con lo que demuestra su obra Dunkirk. Hubiera sido una tarea mayúscula, sin complejos, el llevar la guerra a otros aspectos conceptuales y más visuales, gracias a la calidad fotográfica de Hoyte Van Hoytema, que toparía con la resistencia de una complicada Operación Dínamo, una vez derretida la aliada Línea Maginot.
Además avalada por todo el movimiento técnico y de personas que han participado en la película, vistas las cantidades manejadas y el esfuerzo estratégico para conquistar los 3 elementos, in situ. You´re entering a Big War!

Otros números... de Cine.

Se suele decir que los números marean, sobre todo tratándose de un pacífico espectador medio. Sin embargo, existen otros aspectos destacables como un 75% de película con calidad IMAX y el uso, por primera vez, de cámaras en mano para grabar las escenas dentro de los navíos. Estos formarían parte de una flota ´cinéfaga` acondicionada por el propio equipo de Nolan, compuesta por 3 destructores de la Armada holandesa en el papel de destructores británicos de 1940, el verdadero torpedero MTB 102 que sería uno de los últimos en partir en aquella misión y 50 pequeñas embarcaciones, como un yate de 13 metros construido en 1930 y pilotado por la familia de Mr. Dawson, en las secuencias más características sobre el tranquilo lago Usselmeer.
Aviones preparados con dos cabinas para permitir la grabación en vuelo, un Yakovlev Yak-5230​52​ representando al Supermarine Spitfire, dos Spitfire Mk.IAs, un Spitfire Mk.VB y un Hispano HA-1112 como el Messerschmitt Bf 109 para los combates aéreos. Copias de impacto rodadas con cámaras sumergibles IMAX o adheridas en la superficie para simular los hundimientos de maquetas a gran escala. Todo para un presupuesto de unos 100 millones de dólares, ya superada esa cifra en apenas un mes con una recaudación en la primera exitosa semana de cincuenta millones.

En esta maldita e infausta guerra, muchas almas de variadas nacionalidades y algunas alimañas también cayeron... Protagonistas ingleses, franceses y belgas, pero curiosamente, Nolan evita retratar en paralelo a ambos bandos, con lo que denota a la cinta de versatilidad práctica en las escenas de acción y un ejercicio de simplicidad a la vez. Sin ampulosidades, ni violentos saltos de cámara entre enemigos. Un nuevo acierto del director que se centra en lo básico, en el silencio del miedo.
Londres envió prácticamente todo lo preponderante en sus puertos, para cruzar el canal de 33 kilómetros, mientras una misteriosa decisión de Hitler demostraba cierta pasividad con la URSS en el punto de mira. Posiblemente, también debido a aquella derrota que sumaría a países como EEUU a la endiablada batalla que no paraba de crecer o, la experimentación con armas balísticas de largo alcance para la maquinaría de guerra nazi.
Ideas bélicas plasmadas bajo la batuta del compositor habitual (seis películas juntos), Hans Zimmer que denota a la banda sonora de todo tipo de sonidos metálicos, enrevesando la épica con toques minimalistas.

Dunkerque situada cerca del paso de Calais y a escasos 10 kilómetros de la frontera con Bélgica, es el tercer puerto en importancia con 89 mil habitantes. Se beneficia del empuje de la película de Nolan, poco a poco, mutando esa perspectiva industrial con una novedosa y más limpia, revitalización del turismo, que ha aumentado en 9 millones de ingresos con la visita de más curiosos nacionales y extranjeros. Comenta su Tercera Alcaldesa: “Todavía es pronto para que tengamos cifras de evoluciones sobre el turismo este año. Pero, observamos un aumento significativo en el número de visitantes (por ejemplo en el Museo Nacional sobre la Operación Dínamo), incluidos turistas británicos, alemanes, estadounidenses y, por supuesto, franceses. ¡En 15 días, el museo recibió 3.500 visitantes!”, agrega complacida tras superar los 19 millones de euros para toda la región de la Alta Francia.
Mientras, la memora fílmica recuerda a los caídos y gran parte de esos supervivientes (aquí los franceses tienen algún tipo de queja), reivindicados tras la máscara de un superdotado para altos vuelos. Hombres recordados e interpretados por el irlandés Cillian Murphy con sus defectos y facetas, el hierático y magnífico Branagh, con el actor James D´Arcy o un ciego John Nolan, sin olvidarnos del rostro estratégico de Tom Hardy, que no necesita más que una mascarilla para transmitir... of course!

Otros, turistas de vuelta también, conducidos por los tres elementos posibles que causarían estragos. Los tres protagonistas ruidosos, testigos de las calamidades infernales de la sangre sobre la materia. Sólido, líquido y gas, se bifurcan y vuelven a unir (posiblemente, uno de sus defectos temporales que podría haberse encarado con imágenes naturales e imaginación), para que vencedores y desafortunados vencidos por ahora, formasen parte de los más terribles hechos que puede perpetrar nuestra raza inteligente. Por tierra, mar o aire, morirían jóvenes menores de 21 años, toda una futura generación que lucharía por la libertad actual de una Europa dividida, de nuevo. Mientras la unión y la fuerza del equipo de Nolan se puede disponer al rescate del Héroe británico, por excelencia.
Muchachos salados que murieron a bordo de sus naves agrias, sobre botas embarradas, arrasados y quemados, en contra de un método sanguinario y decadente de esclavitud racista. Entre ardientes arenas, la nieve soviética o las cámaras de gas. Christopher N. refleja sin estridencias, la esencia silenciosa de esos tres órdenes, transpirando en el ambiente con héroes anónimos, enfundados en sus máscaras del Aire. Pilotando hacia la gloria de la nada y el todo, camuflados, disfrazados o creciendo al timón del destino imperfecto. Si bien, para ello, haya tenido que repetirse conceptualmente, coordinando los esfuerzos técnicos y las manijas del tiempo. Compartimentando su mente en cada elemento.

Quizás no sea momento de hablar de premios, sólo de gran escape. Alejados de la mente extraviada y enferma, que guía a una nación a la miseria o la deshonra colectiva, debido a las atrocidades y crímenes cometidos, que se conocerían tras su macabra ideología, poco después. Sin apenas inmutarse, malvados edecanes, ante los pedazos de mutilados, jóvenes compañeros de fatigas entre el frío, el fuego y el horror, de un Dunkirk aliado con los tres elementos. Bañados en sudor o salpicados de sangre, simplemente, se volatilizaron por los deseos grandilocuentes de un loco.
Dunkirk, la película se ha convertido en un acontecimiento cinematográfico de gran calado. Sus imágenes desdobladas en tres, pertenecen al recuerdo colectivo, desde el espolón prefabricado de nuestro pasado más lúgubre y aquellos nombres no pronunciados.
Significa la vuelta de un héroe, junto al director oscuro... esta vez clarividente y todopoderoso, que ha retratado con acierto y perfecta estética, aquel regreso del pozo de un infierno nazi. Con sus valerosos protagonistas, sea volando, marchando o navegando en el horizonte. Sufriendo.

Nolan se marcha al ritmo de una banda sonora, silenciosa y cadente, tensada hasta el límite del latido. Propagando esa materia que forma parte del terror de un gran hundimiento a oscuras. Con un bombardeo plástico, extendido como el calor pegajoso de llamas asesinas o el miedo ahogado en una caja metálica, resonando. Gracias al retrato de uno rostros demacrados, marineros y oficiales, combatiendo contra la propaganda de un régimen de Horror y el Holocausto más abominable. Porque, simplemente, aquello no debió existir. ¡Nunca! .... Ahora que nadie nos oye...
Seres humanos con diferentes trajes, Stukas vs. Spitfire, buques vs. submarinos, lobos sanguinarios contra mansos. Escuadrones defendiendo aquel Canal de la Muerte, contra la muerte misma. Chicos no profesionales, trémulos y cadentes como el sonido. Heridos graves de la memoria... cualquier pudo haber sido uno de ellos. Gracias Nolan por recordárnoslo.

Dunkirk Soundtrack - Supermarine, by Hans Zimmer.


Tráiler Murder on the Orient Express, de Kenneth Branagh.


Tráiler The Party, de Sally Potter.Tráiler Bitter Harvest, de George Mendeluk.


Tráiler Serie Taboo (BBC One y Scott Free).

domingo, 25 de junio de 2017

Child 44.


"El Asesino Múltiple y la Bestia".

Decir que Tom Hardy es uno de los actores más atrevidos, fornidos y versátiles del panorama actual, ya no sorprende a nadie. Porque este británico se ha convertido en una super estrella y va camino de forjar una carrera interpretativa de alto nivel. No es raro que Hardy demuestre una portentosa capacidad para su oficio de actor, pues sus raíces vienen del mundo artístico. Nacido en el sitio roquero de Hammersmith, su madre era artista y pintora, y su padre escritor de comedias. Y en ese segundo aspecto, también el dramático, ha dado muestras de desarrollar su talento innato.

La última película visionada de él, Child 44, es un filme de suspense situado después de la segunda guerra mundial, cuando el personaje que interpreta es nombrado como representante de la Rusia de Stalin tras la caída y toma de Berlín por parte del ejército soviético, y encumbrado como héroe de la nación. Es una película con una factura impecable, pero con altibajos argumentales, oscura por momentos y entretenida dentro de un marco imaginario basado en la novela de Tom Rob Smith, con el mismo título. Lo que no cabe duda es que Tom Hardy exhibe todas las facultades por las que, el actor inglés está siendo reconocido. En esta ocasión sin ningún atisbo de humor característico.

Por supuesto, podría hablar sobre las características técnicas o argumentales, con sus aciertos y errores, pero lo importante en este momento para mi comentario es centrarme en la personalidad y el trabajo del actor protagonista. Ofrece un papel de marido, no muy habitual en él, junto a Noomi Rapace su mujer sufrida en el filme, un carácter revolucionario con Jason Clarke el nuevo John Connors de Terminator 5, compañero policial de Gary Oldman en una aparición marcial y comprimida, cazador de asesino frente Paddy Considine haciendo un rol que no corresponde a su apariencia, perseguido por Joek Kinnaman es un actor que puede seguir creciendo, y enfrentado a la burocracia con Vincent Cassel algo desdibujado.

Pero, todo recae sobre los poderosos hombros de Tom Hardy, luchando en tres frentes en esta historia. Primero en el marco de la persecución de un asesino en serie de niños viajando entre trenes (en escenarios cambiados de la República Checa), luego haciendo cara a un remilgado y vengativo compañero que no acepta su papel de sombra del detective o agente del MGB. Y por último, la perspectiva histórica del comunismo, que intenta borrar las huellas de un caso que no pertenece al paraíso que ellos pretendían, algo así, como un ajuste de cuentas con la historia.
Pero, prefiero comentar la calidad interpretativa, remitiéndome a otros trabajos del actor, sobre todo, habiendo visionado una película sorprendente hace pocas fechas.

Se trata de una película en la que Tom Hardy realiza un recital de diferentes posiciones, el título de Bronson (una de las que me faltaban por visionar) que demuestra su capacidad de histrión, desde la comedia al lado más oscuro del ser humano, y exhibe su fuerza bestial como ocurriese en su papel en WAZ o Batman. El lado dramático que ha emprendido en algunas actuaciones como Tinker Tailor Soldier Spy, Locke o Warrior, que mezclado con su físico y cualidades para las escenas de acción le hace ser un actor inusual por su calidad interpretiva. Una muestra pequeña de ello es su debut en el año 2001 con Black Hawk Derribado, luego confirmado con las anteriores nombradas, más Star Trek, Inception, Lawless o Mad Max: Fury Road. Aunque tampoco me olvido de su registro musical, ligero en Sweeney Tood y con un peso, además, sugerente y enfermizo en la notable, extraña y recomendable, Bronson dirigida por un director particular, en auge como Nicolas Winding Refn.

Bronson en definitiva es un espectáculo teatral donde enseña muchas de sus cualidades, para dejar al espectador boquiabierto frente a esta fuerza de la naturaleza.
Pero, volviendo a El Niño 44, del director bregado en el cine danés y sueco, con nombre español Daniel Espinosa (El Invitado). Ejerce una labor interesante, marcado por las etapas y los flecos de una región pocas veces retratada de la historia, de atrevimiento estilístico y con ciertas lagunas en la acción, la película se muestra interesante e irregular. Aunque demostrando que puede embarcarse en proyectos de mayor enjundia. El guion adaptado de una novela, sobre la que no puedo opinar pues desconozco si refleja la trama real del verdadero asesino en serie en otra época bastante posterior a la acción. El guionista Richard Price, mezcla una imagen truculenta de la URSS durante finales de los setenta y la década de los ochenta cuando el matarife perturbado Andrei Chikatilo hacía de las suyas, y esta época retratada antes de la existencia de una policía profesionalizada en la capital Moscú.

Child44 se muestra como eficaz, pero Tom Hardy está llamado a empresas mucho mayores y creativas, esperemos que se haga realidad con sus próximos y esperadísimos trabajos, a la altura de este gran actor.
Creo que lo veremos también en otro futuro estreno de producción inglesa, y con vinculaciones al musical misterioso, titulado London Road ,The Drop (no vista) junto al añorado James Gandolfini, y las esperadas Legend del guionista (L.A. Confidential, Mystic River) y director Brian Helgeland. Pero sobre todo, la magnífica factura visual de la nueva película del ganador de tres Oscars, Alejandro González Iñárritu, y junto a Leonardo DiCaprio, la esperada The Ravenant.
Hasta ese esperado reencuentro, pueden aprovechar a ver algunas de las películas en las que intervenga, este fabuloso Tom Hardy.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Locke.


Una noche sin manos libres.

Aquella noche, un tono de llamada del móvil todo lo puso en movimiento. Al otro lado de la comunicación, un hombre de gesticulación ruda se ponía al celular.
- Hi, I´m Ivan Locke!


Pero, curiosamente lo que parecía ser una película atractiva y de acción trepidante, se quedó colgada a la escucha de un nuevo aviso. Tan solo hace unos meses, Ivan Locke no pensaba que su vida cambiaría de una forma tan radical y repentinamente, y sin apenas moverse de su asiento al volante.
Pues, aquello que sustentaba su esforzada vida como técnico de la construcción se venía al suelo, no por el hormigón endurecido con el que levantaba sus edificios sino por las decisiones que había tomado en algún momento concreto. Errores o decisiones críticas, lo suelen llamar.

En la película Locke, el director británico Steven Knight se conecta con su personalidad doble de guionista para adentrarse en la dirección de su segundo largometraje. Y, paradójicamente cuenta con la personalidad de un actor como Tom Hardy (Warrior, El Caballero Oscuro: la leyenda renace) que se reconoce por sus dotes interpretativas y un aspecto físico llamado para empresas colosales. Sin embargo, Knight se propone otra visión muy distinta para su protagonista, entre deslumbramientos en la lluvia y luces intermitentes en la carretera como si fuera un espejismo o ilusión.

Es singular que un filme con un puñado de personajes que entran y salen constantemente de la historia, sin embargo no aparezcan visualmente en ella. Porque la totalidad del aspecto fotográfico recae en las sensaciones de su encorsetada filmación, y en la fisonomía de Hardy que ofrece un recital de gesticulación y estados de ánimo, en una interpretación casi perfecta.
Aunque, como diría Edgar Allan Poe, allá por el siglo XIX: "No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años". Y a esa supuesta fe, que el hombre es más activo dedicándose a muchas cosas sistemáticamente, sus momentos de ocio, sus relaciones, el trabajo, su familia... pero, no ha demostrado ningún atisbo de resultar más inteligente, ni mucho menos, feliz.

Como todo intento de perfección, el filme Locke con su simbología de irrealidad demuestra que algunos aspectos repetitivos en las imágenes que retrata, no son favorecedores de los momentos dramáticos del argumento, muy al contrario se embarca en un viaje monótono de sonidos y reflejos en nuestro vidrioso ojo, como tics que resecan e irritan por igual.
Está claro que el director nacido en Marlborough (condado de Wiltshire) quería acercarse a la city londinense, en una apariencia fantasmal y para ello, le corta las piernas. Porque Tom Hardy, se coloca en el asiento de piloto y observamos sus gestos de cara al espectador a través, desde fuera y dentro del parabrisas, demostrando que el músculo no está reñido con la personalidad y el saber estar.

Durante algo menos de hora y media, se propone a un Hardy con amplio abanico de registros y expresividad gesticular, igualmente que su voz en todas las tonalidades de dolor, duda, profesionalidad, enfado, desconfianza, ira, angustia, tristeza, hilaridad, compasión, locura, irreverencia, debilidad o resignación. Con aquellas otras voces de rostros que no aparecen, más bien son etapas en el transcurso de su éxodo hacia otro lugar.

Todas esas palabras que conforman la historia de Locke provienen de personas que no conocemos, pero que se hacen imprescindibles para que el interés del espectador no se venga abajo, por falta de una planificación anterior. Para ello, el guión en las ´manos libres` de Knight se vuelve la parte, iba a decir más importante, más bien única que alimenta el motor de esta película. Por tanto, es una pena no reconocer el bello rostro de su compañera Ruth Wilson (El Llanero Solitario, Saving Mr. Banks) o Olivia Colman (Arma Fatal o la voz británica de Arrietty); mientras que por el lado masculino nos hallamos un buen número de actores británicos de diferentes registros y generaciones, proponiendo sus voces como acompañamiento a Hardy.
Ellos son Ben Daniels (Jack el Cazagigantes, Andrew Scott, Danny Webb (Alien 3, Sherlock), Tom Holland (Lo Imposible) o Bill Milner (Son of Rambow, X-men: Primera Generación).

Por otro lado, Locke es un filme elaborado en un espacio reducido, semejante a otros que se verían atrapados en la mínima expresión de escenarios como El Coleccionista de William Wyler o Sola en la Oscuridad de Terence Young. Luego, vendría la recordada y magistral Cabina de Antonio Mercero, que lanzaría una moda de encierros y fosos o zulos, hasta llegar a la conocida por todos Buried recreándose en el reduccionismo de espacios.
Está escasez de movilidad puede producir un agotamiento en las formas de interpretación y su relación con el público, cansado y excitado por la repetición de planos, la reducida visibilidad o la limitación de espacio para actuar y colocar la cámara. Es un hecho que el director se encuentra con sus manos atadas, recreando la libertad de movimientos al celular del protagonista y produciéndose una paradoja.

La película en su totalidad es como este comentario que escribo, que parece entregado a las características de la acción (escueta) y por el contrario no se conoce muy bien la ruta de su argumento. Esto es, que lo aparente no es siempre el motivo para acercarse a un personaje, pues se puede estar produciendo una evasión de su finalidad, dando al traste con las expectativas creadas.
Está claro que el director demuestra su buen gusto por la conversación y la palabra (dadas sus aptitudes de narrador y guionista), y que Tom Hardy es uno de los actores actuales más singulares, paradigmáticos y virtuosos, con sus trabajos en el cine. Pero, el guión se ve arrinconado o en un punto muerto, cuando miramos por el retrovisor al camino recorrido... y no lo reconocemos.
¡Nos hallamos perdidos!

Todo el trayecto hemos estado mascullando con Hardy, metiéndonos en la piel de Locke y sus esfuerzos para hacerse entender a través de una aparato diabólico. Hemos aguantado, cláxones y luces caleidoscópicas discurriendo por gotas de lluvia en el parabrisas, soportado chillidos y llantos de sus hijos y las mujeres que han pasado por su vida, teléfonos de jefes y empleados jadeantes como perros ante la presa. Y aún así, estamos perdidos en un final que ha jugado con nuestras mentes, sin saber muy bien para qué.
Los viajes suelen ser de dos sentidos, hacia el interior o el exterior, como la comunicación que depende del emisor y el receptor. O nuestro amado cine.

Al menos, el recorrido no ha sido muy largo, hemos pasado un buen "o mal" rato con el protagonista de su aparente vida, aunque el resultado haya sido esquivo y diluido, como un fantasma en el asiento trasero.

- I´m Locke, Ivan Locke... and I´m very lost.
And You?

*** Pasable **

Cinemomio: Thank you

Las más alteradas del Cinecomio

Etiquetas

Serie TV-Scifi series - Ciencia Ficción Serie - Crimen Serie Tv - Terror Serie - Biográfica Matthew McConaughey Serie - Humor serie Dramática Clint Eastwood Emma Stone Jake Gyllenhaal Serie Tv - Thriller Humor Series TV - Animación Amy Adams David Fincher Denis Villeneuve Ewan McGregor Mads Mikkelsen Ridley Scott Tom Cruise Tom Hanks Woody Allen Ben Affleck Cine Documental Game of Thrones Joaquin Phoenix Kristen Stewart Leonardo DiCaprio Martin Scorsese Mike Flanagan Oscar Isaac Ryan Gosling Tim Burton Tom Hardy Videojuegos Alex de la Iglesia Animación Japonesa Anya Taylor-Joy Benedict Cumberbatch Brad Pitt Christopher Nolan Christopher Walken David Cronenberg Eddie Redmayne Francis Ford Coppola J.J. Abrams James Gunn Josh Brolin Julianne Moore Kenneth Branagh M. Night Shyamalan Meryl Streep Nicolas Cage Nicolas Widing Refn Paolo Sorrentino Quentin Tarantino Rosamund Pike Scarlett Johansson Scott Derrickson Serie - Bélica Series Tv - Terror Stellan Skarsgard Steve McQueen Tilda Swinton Twin Peaks Wes Anderson Winona Ryder Woody Harrelson Zoe Saldana Alexander Payne Alexandre Aja Alfonso Cuarón Alfred Hitchcock Animación Animación Digital Armie Hammer Bradley Cooper Brie Larson Bryce Dallas Howard Cilliam Murphy Duncan Jones Hnos. Coen James Cameron Joel Edgerton John Ford Jordan Peele Julia Roberts Kevin Costner Lars von Trier Leos Carax LiLy Collins Mahershala Ali Marvel Mel Gibson Michael Haneke Michael Keaton Mindhunter Morgan Freeman Mélanie Laurent Natalie Portman Netflix Orson Welles Park Chan-wook Paul Thomas Anderson Paul Verhoeven Richard Linklater Robert Eggers Robert Redford Roman Polanski Stanley Kubrick Stephen King Steven Spielberg Terry Gilliam Thandie Newton Thomas Winterberg Tom Hiddleston Uma Thurman Vince Vaughn Viola Davis Willem Dafoe Yorgos Lanthimos
Licencia de Creative Commons
Obra está bajo una licencia CC en España.