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miércoles, 24 de mayo de 2017

Silencio.

El Orgullo de la Fe, según Martin Scorsese.

Silence es una película estadounidense con corte de drama histórico, dirigida por Martin Scorsese y escrita por Jay Cocks, basada en la novela homónima de Shusaku Endo. En esta coproducción actual entre Italia, México, Japón y EEUU, se trata el viaje de dos jóvenes de nacionalidad portuguesa, de la congregación de los jesuitas que deberán acudir al rescate (físico o espiritual) de un misionero desaparecido durante su misión por tierras niponas.
Su historia se desarrolló durante el siglo XVII, enfrentándose a una persecución violenta contra los campesinos que descubrieron la fe católica y la existencia de una inquisición feudal con una metodología parecida a otras conocidas en el mundo occidental. El Japón de 1640, se había convertido en una frontera infranqueable, dónde se cometían atrocidades contra los incautos que abrazaban otras confesiones para preservar la propia identidad nacional, tanto cultural como las creencias metafísicas de la religión budista y las diferencias con el pensamiento católico. Por tanto, no había cabida para difundir las enseñanzas del cristianismo ni la palabra del verdadero protagonista del relato histórico, el padre italiano Giuseppe Chiara, aquí interpretado por un neutro y silencioso, pero siempre efectivo Liam Neeson. Este actor irlandés tiene proyectos con interesantes y directores, además parece tener firmado para meterse en la dura piel de un héroe cinematográfico, como el detective Philip Marlowe, creado por Raymond Chandler.

La violencia queda sometida a largos periodos de resignación de los protagonistas, interpretados por dos antagonistas cinematográficos, el super-héroe Andrew Garfield y el oscuro Adam Driver, en dos papeles que se alejan de anteriores trabajos menos reflexivos. En este proceso de producción iniciado por Martin Scorsese en 2014, se produjeron continuos cambios que postergaron el complicado rodaje que mezclaba un reparto internacional y la alambicada situación de tres idiomas contemporáneos (inglés, japonés y latín) compartiendo aquel periodo del siglo XVII. Además del traslado del equipo hacia tierras de China y, esencialmente, Taiwan.
Otro dato relevante y algo desconocido o perdido en el tiempo, consiste en la existencia de una versión anterior de 1971, titulada Chinmoku (Silencio) del director japonés Masahiro Shinoda y que estuvo nominada a la Palma de oro como mejor película en el Festival de Cannes de ese año.

En el guion de Jay Cocks, que ha trabajado varias veces con el director neoyorquino y autor del texto de Días Extraños, existen muchas referencias metafísicas, cuestiones contradictorias y dudas existenciales, cerca de un territorio interior donde los hombres poderosos, hablan y hablan sin parar, expresando opciones que son equivocadas o alegorías que no pueden ser demostradas. Como la exégesis de aquellos textos antiguos, enfrentada los intereses particulares y la idea colectiva de sociedad. Quizás por este motivo, además del ámbito político y económico, los seres humanos no se entienden entre sí y acaban abrazando aquellas acciones radicalizadas, con el uso de una violencia más extrema.
Históricamente, han desarrollado profundas diferencias a la hora de hablar de sus creencias o credos indemostrables, con el fin de establecer la manera de encarar aquellos problemas adicionales que están relacionados con su fe o defenderse de las posibles amenazas del exterior. En definitiva, durante décadas se suceden focos de violencia y totalitarismo (fundamentalismos) que conocemos por determinados periodos sangrientos de la historia, y que se repiten sucesivamente atacando nuestra convivencia o esa supuesta libertad de elección. Al final, la defensa de esta libertad, cae en un bucle inaudito que peca de la misma intensidad o frustración que entonces.

El director Martin Scorsese, ha expresado su interés por los actos violentos y personajes atrapados en un inconstante pensamiento que fractura su propio humanismo o la identidad en un grupo social, desde taxistas o conductores de ambulancia extralimitados, hasta boxeadores, artistas cómicos o "familias´2, que exprimen sus ideas y experiencias en contacto con la violencia. Scorsese ha reconstruido un periodo de expansión y descubrimiento personal, bajo ese choque de civilizaciones, entre un Japón dominante y feudal y la católica Europa, lleno de percepciones y de valores contrapuestos. Una visión tan sugerida por los dioses como por el autor de La Última Tentación de Cristo, que haría tambalear los cimientos de su propia existencia o la labor mediática de aquellos guías espirituales.
Las nuevas reglas fundamentales, modificarían las raíces que soportan el pensamiento colectivo de una nación y la estructura social del pensamiento, pero especialmente, el entendimiento entre las diferentes capas o poblaciones que representan una cultura milenaria. Por ello, en su última película Silence, confluye un cierto aspecto documental, ligero y pausado, en un género cinematográfico que le interesa especialmente dentro del oficio y labor creativa, volviendo a demostrar o experimentar, que la cruz o la mochila del miedo, es la única forma de atravesar ese infierno indefinido del conocimiento y las ideas metafísicas. Frente al poder de las armas, plagado de exigencias personales, dolor, resistencias estoicas y dudas existenciales.
Un método que se estira y se practica con el silencio. Se observa desde el interior, una celda interior frente a los ejércitos, que derimían sus opciones con sangre, cerrando fronteras físicas y mentales al resto. Más o menos, como sigue ocurriendo en la actualidad, solo que la comunicación se establecería en el silencio de las conexiones globales.

Mr. Scorsese durante su extensa carrera (el contacto con la violencia comenzó junto al indomable Harvey Keitel, en filmes como ¿Quién llama a mi puerta? y Malas Calles), ha retratado estos sucesos sangrientos en la ficción, pero también en circunstancias reales. Donde el poder al margen de la ley o los enfrentamientos culturales son asfixiantes entre las distintas clases sociales, una plaga moderna para poblaciones o barrios de emigrantes, que se convierten en una encrucijada de verdades veladas y culpas silenciosas. Con lenguas diferentes hablando a cerebros de distintas procedencias e intereses, rezando a dioses invisibles con fe inquebrantable, o no.
Tal como se presenta el Silencio, la película y sus bellas imágenes reproducen el pasado con todo lujo de detalles y padecimientos, alrededor de las barreras adicionales que sugiere el pensamiento religioso, con conceptos como "deidad", "sufrimiento", "redención o perdón", "paraíso" o "alma". Algunos de sus temas preferidos, acompañados por su pasión por la música, en una banda sonora de los hermanos Kluge, que mezcla los ritmos orientales y la cultura occidental.

Los guiones de Scorsese, han reflejado las perspectivas intrínsecas que cambian esas raíces culturales y la experiencia de los individuos en conflicto, aquí frente a la palabra de un dios posible. La supervivencia diaria de los que no pertenecen o comparten una doctrina, sobre todo si los métodos pasan por el uso indiscriminado de la fuerza y los gestos tortuosos. Entonces, la transformación nos convierte en otra entidad más peligrosa y extrema, cuya violencia se erige como la protagonista ruidosa de la historia. En el filme Silence, se identifica la religión con una forma de intrusión en la base de instituciones políticas y culturales, pretendiendo modificar comportamientos de los ciudadanos inocentes, en este caso, de ambos sentidos.
Este hecho verídico o proscrito se identifica con la figura identificativa del mártir y la tortura. Por consiguiente, el argumento clásico es una odisea, perdida bajo los aullidos de las olas y el silencioso Sol Naciente, cuyas referencias culturales e ideas van sufriendo una profunda reflexión interna por parte de los espectadores, abandonados igualmente a esa oscuridad silente, sólo sofocada por los llantos.

El analfabetismo guía los pasos, intentando sofocar la miseria y los medios del inquisidor japonés que hará prevalecer sus gustos o el pensamiento nacional, frente a los idearios de forasteros y su estructura divulgadora, o invasora de la religión. En una sociedad que no comulga con la fe, ya que se aferra a la tradición, con una manera de observar al hombre dentro de la naturaleza y sus conexiones metafísicas, como la existencia de un creador universal frente a la de varios seres mitológicos de la filosofía teísta o budismo, que identifiquen nuestras dudas o la culpa con el pecado. En defensa de una serie de prácticas espirituales que, poco tendrán que ver con la realidad de sus acciones y el camino a esa liberación espiritual, con el ciclo regenerativo tras el padecimiento forzoso de la carne.

La religión se retrata como una reflexión, frente a la incomprensión y la prohibición, que se han venido produciendo a través de los tiempos y parece que seguirán aumentando las generaciones de mártires... hoy transformados en simple polvo cósmico. También una muestra del poder inquisitorial, que siempre se ha relacionado dramáticamente con las diferentes confesiones, cambiando el sentimiento o la opinión con sus métodos drásticos, prácticas abusivas o sacrificios. Para demostrar que la crueldad nos define perfectamente, como fieras sin humanidad y escasa inteligencia.
En el camino de los padres, hallamos algunos actores interesantes, como Ciarán Hinds o el fiel Shin'ya Tsukamoto (Tetsuo I-II, Haze), el cambiante presionado o no, Yôsuke Kubozuka, o el inquisidor del estado interpretado por un estupendo Issei Ogata (Hero), y el gran papel de Tadanobu Asano (Mongol, Thor) como un comprensivo, leal e indefinido intérprete entre religiosos y adocenados a la ley oriental menos reflexiva. A este actor le podremos volver a ver junto a Jared Leto en la cinta The Outsider y Thor: Ragnarok, dirigida por Taika Waititi.

Silencio es una buena película, no para todas las conciencias ni públicos que no estén interesados en conceptos abstractos sobre la personalidad humana. Donde Mr. Scorsese ha dibujado un panorama tormentoso con bellas imágenes, entre el humanismo y la naturaleza, plasmando los ecos del pensamiento en un cálido horizonte y esparciendo las cenizas del alma inocente, en la brisa del mar. Una muestra de consejos inaudibles y personales, brotando sobre el paisaje natural e identificándose con el dolor ajeno, soportado en silencio la injusticia, para crear una falsa fidelidad con la tradición o el poder. Aquí, creo que radica la esencia de Silence.
Luego, algunas opiniones de espectadores y crítica, pueden considerar el aspecto piadoso del filme, aunque fundamentalmente, prefiera considerar los aspectos humanos de la fe (sin otras referencias científicas más profundas) y la reflexión sobre nuestra historia y el temor a la muerte.
En el futuro, el maestro Scorsese tiene en mente The Irishman, otra historia paralela sobre el asesinato de Jimmy Hoffa, el sindicalista de práctica mafiosas, que será interpretado por Al Pacino, con el actor Bobby Cannavale, y los míticos Joe Pesci, Harvey Keitel y Robert De Niro. Vamos lo lógico, en estos casos cinematográficos y la memoria.

Por tanto, es una historia que profundiza en las barreras espirituales, pero salta la enseñanza religiosa para adentrarse en una vida de condena o esclavitud moral, mucho más emocionante. Pues, a pesar de la diferencia educativa y los rangos sociales, todos los individuos poseen ese lado salvaje y abrazan la "cultura" del horror, las enseñanzas del poder totalitario, la dureza de los gritos sofocados, mutilados o desangrados. Por otro lado, la persistencia en la figura del irlandés Liam Neeson con su visión resignada, demostrando que la palabra se une al compromiso y la salvación individual. Sin alterar otros valores más demostrativos frente a sus captores y observando que permanecer mudo, a veces, es más adecuado para adquirir una tranquilidad y paz interior consigo mismo. O, tal vez, la respuesta callada del colectivo que no desea el eco físico ni el sufrimiento.
Así, podemos hallarnos ante una cinta compleja dependiendo de la experiencia y los valores personales de cada espectador, que comparte ciertas características de esa violencia explícita en sus filmes más reputados, pero, dentro de un marco experimental y trágico, más personal.

Para hacernos sentir ese dolor de siglos y la falta de comunicación de hoy. Demostrarnos que la muerte puede ser la puerta a un paraíso de silencio eterno y localización dudosa, en el terreno científico, espititual y cosmológico. Una película desmarcada de otras habituales zonas de confort del director y las amenazas habituales a sus personajes atrapados por sus junglas de cemento, pólvora y asfalto.
Esto es, la misticidad y los personajes de Silencio se pierden, más que encuentran algo. En la actualidad, poco podrían exigir los diferentes seguidores de la fe, en el continuo proceso natural de destrucción de la materia, frente a la inmensidad del universo y sus propias leyes creadoras o destructivas. Simplemente, el fin como suelen acabar todas las historias.
Más, fuego de conflicto y cenizas volatilizadas, orientales u occidentales, que provienen del polvo de los comienzos y en él se convertirán. Cuando los focos se apaguen... y todos quedemos como polvos cósmicos ¡Silenciooo!
Silenciosamente con respeto, con esta violencia... sólo resta el Silencio.

The Silent Man, de Peter Landesman.


Tráiler The Irishman, de Martin Scorsese.

Tráiler Justice League, de Zack Snyder.


viernes, 31 de octubre de 2014

The Wolf of Wall Street


Entre lobos y niños.

La estrategia de este lobo alfa sería no dejar ni rastro de sus devaneos.

En la manada estarían de acuerdo, una cacería limpia buscando nuevas víctimas desprevenidas. Pero no será fácil.
Como un círculo vicioso en el que los depredadores o triunfadores, son los desgraciados a la larga. Cuando llegan los tiempos de carencias, los lobos se convierten en tiburones y se devoran los unos a los otros. Los escualos de las finanzas.
Pero, el verdadero lobo primigenio está a la sombra de todo. Con sus ojos enrojecidos por la rabia, escribe o dirige para abrir los pensamientos de los demás. Su mano derecha como un Soprano y su mano izquierda como novelista, mientras el embiste y reflexiona como un toro salvaje ante la cacería.

El otro gran Lobo, no rival, más bien hermano de sangre tiene carácter(ambos comparten su ascendencia italiana que no mafiosa, aunque lo pareciera por sus trabajos), y bien seguro que no será su último trabajo juntos. Podrían incluso bailar entre lobos.
Posee en su nombre la fortaleza del león. Llevará a la manada al triunfo, con su fino y rayado olfato, de fiesta en fiesta, globo por globo, oro sobre oro. Es un león con piel de cordero, interpretando con pasión, la carne y la codicia como un gran actor.
Protector Martin y exhibicionista Leonardo, junto a otros caninos con sexo consumido forman una gran manada. Mientras desde la colina, Jonah afila sus colmillos y se ríe.

Bajarán carcajadas e histrionismo, los dientes y las garras de las hienas en busca de la carroña. Moviendo sus rabos al unísono… otros clientes a los que hincar el diente. Depredadores del exceso y de los números, convirtiendo a los tiburones en peces payaso.
El status social del individuo como premio, es la diversión sin medida, hienas copulando y marcando su territorio fuera de la ley. ¡Qué no es tonta!

El reino del exceso es la patria de los parias. La cámara lo demuestra sobrevolando las oficinas del teléfono de la esperanza, con engaños.
Todos los cánidos reunidos por la batuta del alfa, Martin Scorsese muestra pero no juzga, en apariencia porque es el capitán. Y lo dice… y bien que hace ante las críticas, no querer mojarse pues muchos tiburones intentarían ponerse en la cúspide de la depredación para dejarle en los huesos.

Los lobos (como los tiburones) cubren sus necesidades básicas, pero haciendo gala de sus aptitudes y su magnífica estampa. Los instintos del cromosoma, conseguir la presa con el engaño y las artes del acecho, la obscenidad del banquete, diversificación de objetivos. Este documental sobre la naturaleza (humana) es un escaparate en la calle Wall, largo e intenso. Un orgasmo de sensaciones y crudas imágenes de caza y divertida reproducción.
Tres horas de algunos para indignarse, otros girados y balbuceando por el escándalo. Ese era el gran premio a los 71, estar en plena forma. Aquí algunos se relamerán con la sangre, otros babearán con la lujuria, algunos disfrutarán con el cine. Yo felicito a DiCaprio y Scorsese, por su trabajo y sus carreras impresionantes.

Risas con mala baba atravesando las estepas financieras, cuando la piel del canis lupus se disfraza con carcajadas de hiena. Descontroladas o hacia adentro, quemando en las entrañas como una droga mal digerida. Asfixiante.
A veces esa ansiedad te destroza. Tanto poder, mujeres y vicio, rock & roll, te pasa factura en el tiempo. Para los tiburones la soledad del oscuro océano, para los lobos, la amistad y los premios.

Yo soy felino que no lobo. Subo a mi árbol y espero a la noche. Escuchando su gran banda sonora.
Contemplo las apuestas arriesgadas, de la experiencia. La gran talla del lobo aullador, y su manejo de los tiempos del ataque y la defensa. Un juicio sumarísimo sobre las manadas.

¿Tú como lo venderías?
Creando la necesidad… si no tienes ganas de verla, no entenderás al gran Lobo.

Es tu decisión… escribir, ver y opinar.

**** Muy Buena *****

Howlin Wolf - Spoonful


Ian Dury - Hit Me With Your Rhythm Stick


John Lee Hooker - Boom Boom


Howlin' Wolf - Smokestack Lightnin'

jueves, 15 de diciembre de 2011

La invención de Hugo, Martin Scorsese.


Otra Obra Maestra de Martin Scorsese, basada en el bestseller del
escritor e ilustrador, Brian Selznick.


Esta crítica no trata de convencer ni desalojar dudas de mis seguidores. Únicamente, son las sensaciones que tuve al visionar la película Hugo.
Voy a intentar no desentramar los secretos que encierra esta bella historia.

Cuando el próximo día 26 de Febrero de 2012, el equipo del film con D. Martin Scorsese a la cabeza, posen sus afamados pies por la alfombra roja del Dorothy Chandler Pavillion de Hollywood, mis "hipotéticos" votos irán con ellos.
Pueden estar tranquilos. Aún, en el supuesto de que no ganaran ni un solo premio.
No lo creo...
Digo que podrán estar conformes, por que han ejecutado una obra de arte imperecedera.

Hugo este increíble niño, ha nacido como clásico del cine en pleno año 2011. Una obra majestuosa a la altura de... ejem... Cantando bajo la lluvia, King Kong o El crepúsculo de los Dioses. Todas películas con el cine como protagonista.
Es una película creada por la varita mágica de un genio apellidado Scorsese. El rey de la comedia, imágenes impactantes como un toro salvaje, y luminosas (todo lo contrario al oscurantismo de una isla silenciosa).
Desde hoy mismo, forma parte ya de mi Historia particular de obras maestras del Séptimo Arte.

Señor Scorsese, Martin, me postro ante Ud. y le reverencio, como el mejor director de sueños filmados del mundo. Ha elevado mi pasión, el cine, a la categoría suprema que todo creador aspira, a Arte puro.
Causante de sensaciones y emociones, que sólo un cinéfilo puede hacer suyas.
Sr. Martin Scorsese, se ha consagrado (después de una dilatada y exitosa carrera) como el cineasta más importante, vivo. Por muchos años.

La invención de Hugo, es una puerta herméticamente cerrada. Un cerrojo hastiado por los años, a falta de un corazón que abra el mecanismo de los sueños. Y, Scorsese tiene la llave de tan magnífico engranaje. Con él, y sus protagonistas, traspasamos la imaginación hasta derretir la resistencia del espectador más recalcitrante.
Cuando nos adentramos por los respiraderos de esta Estación de tren, lustrosa y bulliciosa, nos trasladamos a otra época junto a Hugo. La época de un colorido Paris, su gente gentil, una ciudad luminosa y reticular, y por supuesto, unos personajes que quedarán emulsionados en nuestras retinas infantiles.
Con ellos, realizaremos una zambullida monumental a la Historia del Cine con mayúsculas.

¡Ay!, si no ganase ninguna estatuilla. Sería porque Spielberg es muy grande también, o The Artist que ha ganado numerosos premios, tiene una belleza que supera a Hugo. Pero, sin ver estas últimas, yo apuesto por Scorsese. Por los siguientes motivos:

- Las estaciones y los trenes de vapor. Siento debilidad por las películas con escenas antológicas, de despedidas o llegadas, de trenes pitando y ahumando a los actores, mientras se saludan o sueltan una última lágrima de despedida. Me gustan los viajeros de tren, en busca de pasiones y aventuras.

- El mundo cinematográfico dentro del cine: Siempre que aparece el universo de los 35mms., me sugiere una fascinación personal imposible de contener. Y es que, en Hugo, nunca volveremos a ver igual el rostro de Ben Kingsley (ya tendrá siempre dos rostros, Gandhi y Georges Mélies). Dos rostros indelebles por siempre en su cinematografía. Ya me entenderéis cuando la veáis.

- La Historia universal del cine. Es un homenaje a todos aquellos que luchan por sus sueños, por leer un libro que les sumerja en otros mundos, por fabricar algo con sus manos... por rodar una película, para hacer felices a los espectadores.

- Los relojes y las torres con escaleras de caracol. Una obsesión magnífica del cine por el tiempo, y la tensión de una caída desde las alturas.

- La magia y los autómatas. Que sería de la ciencia ficción, sin estos dos elementos fundamentales. La magia de los efectos especiales y el montaje. Y la robótica y los adelantos científicos.

- La literatura y los libros infantiles. Un homenaje a la aventura y, sobre todo, a Charles Dickens.

- Paris... Oh, là, La ville de la "Lumière". No diré más palabras.

Los actores de Hugo, son una selección perfecta. Qué voy a decir de Chloë Grace Moretz, la cual es una apuesta personal desde que abrí este blog. Ya es una estrella de Hollywood. Muy diferente su trabajo al de Texas Killing Fields, pero igual de estimulante.
Ha nacido una nueva estrella infantil, Asa Butterfield (como David Copperfield), sus ojos de pillo inteligente y descarado, le delatan. De El niño con el pijama de rayas, a relojero habilidoso.
Sacha Baron Cohen, demostrando que tras personajes deslenguados y amorales, puede tener muchas otras facetas dramáticas, como demostrara en Sweeney Todd. Camaleónico y gran actor.
Ben Kingsley será Gandhi ... y Meliés para siempre.
El gran Cristopher Lee, su voz ha hecho temblar los altavoces de las salas de todo el mundo. Majestuoso como Drácula, Saruman o francés leído.
En fin, todos increíbles...

Gracias, Sr. Martin Scorsese por haberme demostrado su ilusión por el cine, después de tantos años de rodar y rodar.
Ha ejecutado Ud. una gran y emocionante...

***** Obra Maestra *****

Películas muy recomendadas con ... Martin Scorsese:

Malas Calles (M. Scorsese, Notable)
Taxi Driver (M. Scorsese, Muy Buena)
New York, New York (M. Scorsese, Muy Buena)
El último Vals (M. Scorsese, Notable)
Toro Salvaje (M. Scorsese, Obra Maestra)
El rey de la comedia (M. Scorsese, Muy Buena)
¡Jo, qué noche!-After Hours (M. Scorsese, Notable)
Historias de Nueva York (M. Scorsese, Notable)
Uno de los Nuestros (M. Scorsese, Excelente)
La edad de la inocencia (M. Scorsese, Buena)
Al límite (M. Scorsese, Buena)
Infiltrados (M. Scorsese, Notable)
Shutter Island (M. Scorsese, Notable)


Presentación de Silence, de Martin Scorsese. Reparto: Liam Neeson, Andrew Garfield, Adam Driver, Tadanobu Asano.


Basada en la obra de Charles Dickens, Grandes Esperanzas (Great Expectations), dirigida por Mike Newell (4 bodas y un funeral, Donnie Brasco). Reparto: Jeremy Irvine, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Holliday Grainger, Robbie Coltrane, Olly Alexander, Jason Flemyng. 

Otra muestra de porqué Martin Scorsese me fascina. Su amor a la música y al rock and roll. George Harrison: Living in the Material World.

Y a sus majestades satánicas, The Rolling Stones. Trailer Shine a light (Buena):

Y por Bob Dylan. Trailer No Direction Home (Notable):

Y por su magnífico The Last Waltz (Notable):

Cinemomio: Thank you

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