Tim Burton, se puede considerar ya un clásico genio, contador de cuentos góticos y otras fantasías familiares.
También, puede que sea siniestramente incomprendido por algunos críticos (inadaptados al género)... pero acaso, no lo estaría en su época, Polidori, Bram Stoker o un tal Edgar Allan Poe.
Wednesday no es su obra, porque nació del pensamiento tragicómico (sobre todo éste último) de su creador y caricaturista de New Yorker, Charles Addams, que sería ´perpetrado`, digo rescatado en los años sesenta con dinero de la televisión en blanco y negro. Antes enterrados frente al televisor de que sus posteriores adaptaciones fantasmales al cine, mostraran a Christina Ricci como Miércoles... ya que de Lisa Liring más infantil, ya pocos se acuerdan.
Espectacularmente en la gran pantalla, negra, surge de las tinieblas, la gran Angelica Houston como Morticia... no hace falta decir nada más que John H... y sus numerosos trabajos en películas excelentes.
Tan inolvidable e icónica, como aquella primera versión ´descompuesta` a causa del tiempo cadavérico, por la recordada actriz Carolyn Jones (de Amarillo-Texas, ahí estuve yo en una ocasión), conocida por sus interpretaciones inolvidables como reina Hippolyta en la serie WonderWoman acompañando al ícono Lynda Carter o un papel en la Batman de los bocadillos en la tele. También una parte característicamente cómica de pelis de Elvis, valor en la mítica El Último Tren de Gun Hill en trío con Anthony Queen y Kirk Douglas, y troceada en clásicos del terror como House of Wax, con ese monstruo todopoderoso conocido como Vincent Price.
Sin embargo, esta serie homónima con el personaje juvenil y caricatura, criatura oscura con algunos años más, hasta la edad universitaria de primera necesidad emocional y sexual, tiene las idealizaciones básicas del material gráfico y narrativo. Esto es, lo habitual en Mr. Burton y sus digamos, heroínas, con una serie de homenajes estilizados que empiezan por el nivel literario del maestro londinense, Mr. Poe con su laudano y sus sufrimientos sentimentales, totalmente presentes acá.
Pasando por la representación femenina de Mary Shelley que construyera al auténtico monstruo prometeico por antonomasia para nuestra decencia, o ciencia, no sé...; para acabar haciendo una comparación personal con aquella escritora, investigadora y superdotada intelectual, conocida como Jessica Fletcher en la serie Se Ha Escrito Un Crimen, rindiendo agradecimiento a la mítica y recientemente desaparecida y añorada, Angela Lansbury. D.e.p.
Hay sentados frente a la máquina de tipos, estaban el productor Richard Levinson, y el guionista Pete S. Fischer que ya trabajara para agentes como los míticos Baretta, el chupachups de Kojak y ambo para el gabán raído de Colombo.
En fin, es la nostalgia, de la que Wednesday está bien servida, con sirenas encantadoras, vampiros y licántropos de nueva estirpe al estilo s. XXI y sus querencias actuales, como la directa referencia al Dr. Jeckyll y Mr. Hide, escrita por Robert Louis Stevenson, casi nada, la Flecha Negra, Ballantrae o El Tesoro con mayúsculas de aventuras.
Por tanto, Wednesday es atractiva como un novela de suspense, estilizada como un pintura de espiritual de Dorian Gray, ambivalente como una droga, aquí con un sugerente chelo y sus dos estilos contrapuestos, y condimentada con laúdano y otras especias, como una pizca de insistente belladona. Así es ella, la nueva... Detective Fantasma. O de fantasmas... según el color con que se mire. Blanco y negro, seguramente, si el tono de grises se lo permite. O la sangre de Cosa, no se interpone... Las lágrimas no tiene color, pero si sabor. Entre salado, tragicómico... amargo.
Por supuesto, hay mucho color, como buen Burton. No creando un circo, aunque pareciera, sino escuela visual. Ya que uno de sus mayores éxitos es la recopilación de casas y castillos, además de precursor de atractivos repartos. Con traje de rayas va encabezando por el actor Luis Guzmán, un fiel de Paul Thomas Anderson y el cine de mafiosos como aquel Carlisto´s Way, un relevo monstruoso de los inolvidables Raúl Juliá y Tim Curry.
Más la matrona de la familia siniestra con una rescatada Katherine Zeta Jones, para sugestionarnos con otras de su estilo y especie de Monsters. Hay más personajes y sorpresas jóvenes... o cadáveres, pero es más fascinante, ir descubriéndolas... o sacándolas a la superficie con pico y pala. ¡Hala a excavar!
Por tanto, con algún capítulo en la dirección, esencialmente los más representativos, manifestando ese rádar casi visionario para las sombras, y su labor de producción elaborada en sus cuentos estilizados, Tim Burton puede ser clasificado como p... genio... y adaptado a las nuevas composiciones de los clásicos. Para lo bueno y lo decadentemente, malo. Más bien, malvado. ¡Y un achuchón colorido! Qué, de todo hay en la viña de Allan Poe.
Pero, esencialmente, en cuerpo o alma, depende del fantasma... ella es X. La estrella emergente Jenna Ortega...
De Scream... mejor no me acuerdo... hasta un rincón salpicado de este 23.
Del Blanco al Negro.
Antes de ponerse ante la máquina y el blanco, papel, para golpear con las falanges hay que ser un buen cuentista o detective... sino, ¡estás muerto!
Pero hay que estar confiante de uno mismo, y tratar de volver, aunque sea tras volar en las cachas de un reivindicativo elefante y tener la vista plantada en el futuro y las abejas zumbadoras de MGM. Ah, qué es un león...
Es una serie Wednesday que desafía la reglas, las propuestas de los héroes juveniles al estilo Harry Potter, y tiene un don especial con su grafismo representativo y sus guiones a la par, como agua y aceite de ricino, por Alfred Gough y Miles Miller, viajando a horcajadas entre La Momia o Spiderman 2, hasta Smallville y Hannah Montana. Menos mal que se han esmerado, de ahí hasta el miércoles.
Me pregunto se si habrán fijado en el alma del gran Arthur Conan Doyle, con ese intelectual del crimen que es el incorruptible Sherlock Holmes... infinitamente resucitado. Es una conexión mental y parapsicológica que me ronda en la cabeza, como el sabueso de Baskerville o el cuervo que la sobrevuela, avisando del temporal de fuego. ¡Elemental, querida Enid!
Wednesday es un relato juvenil de terror, entre gusto y muerte, seccionado por capítulos con un mismo estilo y diferentes manos, y que no había sido común en un tipo ´serio` como Tim Burton. Bueno la tele es serie, ¿o no?
Es una vuelta de tuerca a los inicios de su carrera y sus monstruos, reconocibles como un tornillo en el cuello o una danza macabra en un jardín romántico. Ahora reunidos, como los juegos olímpicos u otros más novelescos, con nombres terriblemente reconocibles, apellidos como Never More.
Por tanto, siempre hay un tablero en la cabeza, como aquel puzzle de mr. Levinson, donde las piezas se deslizan como los dedos sobre una ruleta de acceso a la caja de caudales, donde se guardan las claves del misterio. Es una recopilación de una detective Fantasma, con la mueca escondida de Miss Jenna, sobrevolándolo todo, como un verdadero cuervo. O tal vez, paloma... Al fin y al cabo, un paradigma, un fetiche de lo paranormal ya.
Pero, desataron una polémica, no sé de dónde... si querían hacer sangre, podían haberse referido a una versión caritativa de las pesadillas recurrentes de H.P. Lovecraft, donde habría esencia maligna para desparramar definitivamente. Desgraciadamente la historia no se puede cambiar, ni las novelas clásicas se pueden reinterpretar, pues serían otra obra.
Si bien dejando al margen esa dislocación temporal de los términos correctos, o no, existe una tribulación narrativa de viejos asesinatos, vistos con el prisma piramidalmente invertido de la actualización, a través de la conversión clásica de los géneros y antiguas razas de noche.
Esa es la gran apreciación que sentimos por la serie emitida en Netflix, con un buena representación de esas criaturas y la elaboración de buenos decorados, siempre con esa tensión de aventura peligrosa y venganzas; con antecedentes ambientados en la Bucarest de la Rumanía más vampirizada, magnificadas con bailes cinematográficos a lo Tarantino y de vídeoclip a lo Sioxsie Sioux o Adam & the Ants, casi mejor, o su música icónica y reinterpretada por su, de Burton, el maestro Danny Elfman.
Como se ve... claramente, o más turbio depende del cuerpo... todo parece coser... saturar y cantar.
Para servidor, esta Wednesday es como el reverso de El Hombre que Ríe o su alter ego tras el telón que fue Conrad Veidt, sin risa forzada, sí. La doble hoja que plasmó con más rigor, eso sí, pero con ese humor perturbador, más transgresor y cínico, el mismo Paul Leni de la novela de Víctor Hugo.
Pero es cuestión de pareceres, gustos y otros tipos de juegos con Joker. Mis Bufones tristes.
Esto no es... Lovecraft.
Aunque lo parece... Porque es un auténtico viaje con los monstruos del tiempo y el espacio, una línea que caracteriza los relatos y la fisionomía viscosa del autor de los Cthulhu que padecimos, como enfermedades contagiosas imprimidas sobre el alma.
Me estoy refiriendo a la serie Lovecraft Country, donde si reside esa trasgresión de la realidad y una polémica sobre los estereotipos que ofuscaron a una generación... y algunos intentan revivir una y otra vez, con muy mala cara mirando al horizonte.
Tiene algunos puntos de humor para desengrasar, pero son episodios anecdóticos que no transforman el dramatismo de lo que se cuenta en la época, sino que son chispas que reavivan el fuego en los ojos. Sin embargo, los capítulos son irregulares en lo gráfico, que no en lo reivindicativo que es el verdadero leitmotiv, pues esta adaptación de la obra Lovecraft Country de Matt Ruff, también actor neoyorkino, es un pequeño desliz temporal del maestro original, hacia el ciberpunk y las cabinas temporales. Un inciso oscuro.
A esta ventanilla vienen todas las reclamaciones, la sangre, el sudor y otras esencias corpóreas... más pegajosas, hasta extracorpóreas, que convierten el viaje en un reencuentro sobrenatural con el rock y el blues, y esta familia atípica (casi a lo Morticia Addams, trans) que viaja por el túnel del Green Book dirigido por Peter Farrelly.
Sexo de todos los colores y fluídos, también los hay, como las meigas que cambian de dermis.
Aquí está la referencia a lo negro y lo blanco, como antagonistas del terror, donde uno siempre tiene que ser, parece... el malo de la película o asesino en serie. En Lovecraft Country, existen monstruos viscosos, pero somos nosotros también. Protagonistas entre el blanco y negro que representa ese pasado gris, pues esta representación del universo lovecraftiano se debate en unos convulsos años 50, donde la monstruosidad andaba por los autobuses y las calles.
Ahora los pobres reprimidos, podemos ser cualquiera y los olvidados, los acosados en el colegio... cualquier niño o Wednesday, diferente al resto. Según los ojos.
Por consiguiente, es normal tratándose de una revisión de aquellos mitos de Lovecraft y sus monstruos internos, regidos por la enfermedad psíquica y el dolor, contrastados por tipos activos con aquella represión injusta como J.J. Abrams y especialmente, el aquí productor también Jordan Peele. Es la respuesta al terror humano, y sobrenatural, de Bad Robot, Warner Televisión y HBO.
Mas, con un resultado final, algo tenebroso en aquella USA, reinterpretada bajo el prisma revisionista de la guionista Misha Green, que de sus colores entiende y la protesta también.
Queda enlazado ese Lovecrfat con el racismo social en este Territorio, pero sin referencia clara, no encaja en su mundo onírico de pesadilla a la perfecta e idílica relación con su gato, tal vez negro, con el despertar de una lucha encarnizada de razas y la libertad, que nos quieren arrebatar... ¡No sé quién!
Para finalizar, antes de continuar con la Familia, posee la serie una personalidad esquiva, como oculta bajo capas de piel falsa, fría como fantasía y la enfermedad térmica que poseía Lovecraft, un poco como la misma Miércoles, con su pensamiento obtuso y lacerante.
La Detective de Fantasmas.
Han habido tantos y con tantas caras, que hacer una lista sería una temeridad que solamente estaría en la Mano de Dashiell Hammett o tipos con gabardina así, como Raymond Chandler... o guardapolvos negros que sería la prenda más ajustada a tiempos modernos.
Y para elaborar un buen elenco con estos elementos negros como Fritz Lang, Roger Corman o Terence Fisher a otro nivel, se podría aseverar que Tim Burton está a la altura de grandes como Barry Levinson, Martin Scorsese o Francis F. Coppolla, para llevar al estrellato posible de las pantallas y la investigación, ahora de televisión, a nuevos nombres de la escena. Luego el trabajo personal hará el resto en sus carreras, y la suerte, pues las bolas de cristal no existen, efectivamente hablando.
Tod Browning, para mí, es el creador esencial de los olvidados y diferentes, excluídos los llaman o freaks que le gustaba a él. En definitiva, los monstruos más humanos.
Wednesday es el Harry Potter en femenino, adaptado a los tiempos, pero con menos gracia... digo con más, que hay que entender los dobles sentidos, como un nueva joven Shelock-a en la hermandad de los oscurantistas de hoy... Por cierto, ¿qué fue de Nicholas Rowe, perdimos la pista hace algún tiempo?
Aquí en esta serie Netflix a diferencia de la anterior para HBO, existe aroma a moderno, a humor inteligente y cínico, a cultura real de los mitos, sobre todo, literarios. A los héroes y villanos de nuestras lecturas de juventud, a fiestas y bailes estudiantiles, a defensa de los amigos y destapar las traiciones... como verdadero detectives, o jóvenes atrapados en barriles ante la isla de los piratas. Los monstruos los pone nuestra imaginación, la de Mr. Addams y la de Mr. Burton, of course. El gótico clásico, los maestros de la literatura y el suspense.
El porvenir, en una segunda temporada, que promete manos unidas y sustos familiares... los pelos en la lengua, las tramas, los diálogos. la referencia estética a Eduardo Manostijeras conexión The Crow, y algunos lobos que aullarán a nuevas historias nocturnas.
Los extraterrestres o fuerzas cósmicas, se los dejaremos a Peele y H.P. Lovecraft, es una idea. Y... ¿quién es élll? ¿A qué dedica su fétido libreeee.? Como un Horizonte Final, que puede ser... ¿lo habéis visto? Hmmmmm...
Y ese poder sin explicación... la cara bonita, es Jenna, que es un ángel con trenzas... sin fin.
O es, ¿una monstruito? Ya lo sentiremos... dos, crack, crack!
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