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domingo, 9 de junio de 2024

The Boys. Seasons I, II y III

 

Los dibujos animados, en cada generación -como los cómics-, son un reflejo de las aptitudes o debilidades, de la población... Pues, quizá por eso Evan Goldberg, el creador de las series The Boys y Gen V, se adentró en la curiosa sexualidad asimétrica, de una Fiesta de las Salchichas... y un Salchichón, diseñado por el dibujante Darick Robertson. Ha llegado la hora del gore... que atrae como un traje de superhéroe muy ajustado. 

Entonces... ¿se confeccionó un mundo para deleites caprichosos? ¿Para ególatras de la imagen...? Cada uno, a su forma o gusto... a sus colores. Con un envoltorio comediante de dramática realidad.

No se puede generalizar, dicen... Pero es meridianamente caprichoso, es la manera en que se envuelven las noticias que vemos, las nuevas formas de comunicación, que sentimos. El resurgimiento de la máxima competitividad (creativa, o no), y los índices de eso llamado popularidad, que ha condimentado un caldo de cultivo en el público, sobre el fraude, el engaño... y la rabiosa trivialidad de lo aparente. 

Probablemente, estos rasgos distintivos, entre lo histórico y lo individual del ser humano, es lo que sugirió al escritor irlandés de historietas, Garth Ennis, a definir un grupo endogámico inhumano, mental y genéticamente, de superhéroes con virtudes puestas a prueba y... muchos defectos. En definitiva, más humanos, de lo que en principio se podía suponer.

Los superpoderes son los invitados a la fiesta, orgásmica visualmente, que retrata la degradación de los valores éticos y estéticos, hacia la indefinida Humanidad... Que es, la masa bajo los Muchachitos e itas, en competencia profesional. 

Esta graduación atávica, y bastante sangrante u hortera, cuestiona términos como la responsabilidad, amistad, familia, fe, sexualidad, inteligencia, convivencia cívica, legado... y especialmente, el Poder. Para lo que, se han vuelto a unir una serie de amigos, ´casi descerebrados` cómicamente, cuyas narraciones estallan, te zarandean y al final, ridiculizan, con más o menos acierto, según los episodios y sus personajes.

El ya mencionado chico de oro, Mr. Goldberg, el señor de las palabras malsonantes Eric Kripke, y su escarpelo bien afilado, un tal Seth Rogen que no necesita presentación... Por no significar, carnicero que hace picadillo. 

Pareja, conjuntos, que dan vueltas a la vanidad y otros aspectos personales, ocultos tras capas de podredumbre moral y genetismo de andar por casa, virtualmente adaptado al mensaje más superficial o el lenguaje chabacano. Pero, es lo que hay... Es lo que ves y sientes...

Se buscan los límites imaginables, sobre personalidades opuestas, ideologías sobrealimentadas con genes caprichosos, mentalidades cuadriculadas, gestos ridículos, expresiones demoledoras... Vamos, un estallido de emociones ocultas en el Nosotros. 

Y todo comienza, con grandes alharacas vertiginosas, patéticas u orgiásticas, dependiendo de las tres temporadas -a expensas de la cuarta, próximamente-, que te arrollan desde las primeras imágenes, agresivas tragicómicamente, hacia el dramatismo de las relaciones personales, que se irán desinflando como un músculo sin nandrolona, o con el objetivo, de funcionar por unas horas. Luego, a meterse en los salpicones viscerales, y las ocurrencias de todo tipo (especialmente fraterno-parentales), que  te llevan al mundo de confusión de estos estereotipados, The Boys... & Girls. 

Los Verdaderos... Héroes. 

Son los que resisten...

Los que soportan una cantidad de ataques vitales, aguantan los modos agresivos, los lobbys interesados, los usos de una generalización de estímulos digitales... los que tratan de salirse del discurso. De esos gobernantes que producen casta en cadena, amiguetes de lo ajeno y lo propio, personalidades insignificantes, estudios inflados... porcentajes de visualización. 

Contra los mecanismos móviles que nos absorben, con sus maquinarías ocultas, los que superan los miedos que nos acosan, desprotegen, malogran... Los que escuchan esos temas de la música comercialmente cursi, lo que proviene de gustos artísticamente paupérrimos, intelectualmente inexistentes, con ganancias que perpetraron los concursos televisivos y una parte de la Mtv de los malditos, y odiosos -como diría Mr. Tarantino, 90´s. Él sabe mucho de esa violencia grotesca... 

Hoy los ecos, se multiplican hasta la saciedad, a lo excepcionalmente vulgar, a la devaluación de la creatividad... por money, que es, Don Dinero. Un superhéroe, que aparece constantemente...

Y se elevan en esos índices de popularidad, hipócrita, en las carteleras infinitas de las plataformas, y otros medios de tortura psicológica. Porque, los límites no existen, como si fueran monedas de una nueva cripto no sé qué... falsas como un antifaz que ocultara los defectos... Cómo si se pudiera. Pues bien, entre los hits del momento -que no es el mío-, aparecen las chicas que se enfrentan al muro de la masculinidad denunciada hoy, los complejos que se borran a golpe de operación financiera o subvencionada, los estilismos que son modas, no pasajeras sino hirientes, las ideologías que nos manipulan decisiones al antojo, los sueños bajo el miedo, las creencias orientadas por discursos envenenados, las películas absurdas... y la antítesis, que es el enemigo, el rival de una próxima guerra... En algunos círculos, como el de Alex Garland, una Civil War.

 

Por estos motivos narrativos, los vencedores son Los Muchachos -y muchachas también, eh-, que aciertan al retratar algunos conceptos culturales o individuales, que nos dejan en paños menores. Especialmente, si te encuentras ante la presencia de Karl Urban con sus dotes dominantes, un rostro pétreo y una mano vengativa... O, frente a la mirada sardónica, convaleciente o enfermiza, de un ser que representa la divinidad y sus posibles defectos, particularidades de una divinidad acomplejada, que tiene que utilizar cualquier medio a su alcance, para conseguir seguidores habituales. The Boys sería, con sus altibajos y su masacre excesiva, puesto que el gore empieza siendo rebelde o denunciable debido a esos conocidos efectos secundarios sobre las víctimas inocentes, acaba pareciendo un baño de sangre belicoso y repetitivo. 

En ese aspecto de narrativa triunfadora con los defectos de la Humanidad, estaría el animador Phil Tippet también -miembro de los movimientos ocultos de The Empire Strikes Back, Robocop o los Starship Troopers-, nos contagia con otro mensaje apocalíptico del infierno metafórico. En manos de demiurgo que, a través de la fealdad de su stop motion imaginativo, definiría la caprichosa violencia de un Mad God de estética surrealista y bastante viscosa. Sin importar demasiado, el cómo o el porqué... semejante a un caprichoso gen mutante, que otorga el don... o quita la vida.

Qué dios, u Homelander... nos pille confesados... ¿o no...? 

Efectivamente... los héroes son todos los artistas como los miembros resistentes de los Guardianes de la Galaxia contra la mediocridad, y que se entregan al objeto de esa vanidad, que se dirime detrás de las multicámaras y el porcentaje de los números. Y eso que estamos hablando de Sony... Sony Productions Tv y Amazon Prime Video... ¡cohones!

La Media Conceptual... 

Claro... ellos empezaron este círculo vicioso -que entonces parecía mucho más inocente-, pues fue Columbia Pictures, hoy Sony igualmente junto a la Marvel Entreprises, la que seguía los designios de nuestros viejos amigos comandados por Stan Lee y su Spiderman, con pequeños tratos violentos, medidos y controlados; como anteriormente Warner Bros había iniciado el novedoso legado del cómic de superhéroes, con la llegada del hijo de Marlon Brando y Richard Donner. Un Superman a la Tierra, y el posterior aterrizaje imaginativo del Batman de Tim Burton. Tan denostado por la inocencia y el sentido humorístico, que me sigue pareciendo el más divertido. En fin...

 

Ahora en esta serie, -como en otros filmes que comentaré a continuación-, aunque en The Boys por instantes, se emplea el aspecto burlón a mi parecer, triunfan los éxitos musicales de grupos generacionales sin valor artístico en las letras, sin instrumentación cuidada o voces que dejen un gusto a profesionalidad de nivel (no diré más nombres...), por lo que sigue la media de la superficialidad actual, sin esa deontología clásica o identidad lírica. 

El motivo, del estado argumental de la historia - creo yo -, es que la dialéctica de los defectos individuales de los personajes, desde el lado de los 7 Elegidos, a los demás asesores o enemigos mortales que les rodean... es decir, de las relaciones privadas y sus consideraciones como meros objetos ornamentales bajo el todopoderoso... se van desinflando a cada poco. O mejor dicho, sustituyendo por un argumento que se desvía, con ocurrencias de diversos ramales o mecanismos visuales, hacia esa batalla genérica del "wokismo" y las ideologías, con triunfo de la proliferación de las vísceras, cercenamientos y decapitaciones, a la vista.

Un poco a lo Watchmen o el Escuadrón Suicida, pero exponencialmente disparatado, con continuos enfrentamientos que no tienen que ver con la raíz principal o la esencia de la rivalidad protagonista. Puede que tú, también empieces a sentir un cierto hartazgo... depende de tu visión.

Por tanto, la media es la consumista. Es decir, los consumidores que somos Nos... Tragadores de las falsedades que emiten los altavoces conquistados con dinero ajeno, de todos. Esa mayoría probabilística de indecisos, que votan o no, los que se despachan con el nuevo temita que tiene rimas infantiloides o demacradas por la sexualidad, los que venden a sus hijos por unas monedas, o sus ideas por un trabajo. Las mentes que se quedan en blanco en salas de estreno, a través de los tiros, esa banda sonora de artistas que no nos importan o explosiones con halo digital. Así, que esos son los auténticos cadáveres... una pila de ellos. ¿O es la individualidad...? 

Ante tanto criminal disfrazado de ´oveja`, con una bandera o con otra, o sin ninguna que también existen, amparados por otros misterios humanos o universales... quedan cuerpos de individuos, que han mutado en belicosos soldados, miembros de mafias destripados, criminales sin cabeza en una guerra de patrones, que suena a histórica o profética, desde la antigüedad. Es donde se inclinan las balanzas, a este desmembramiento real de la sociedad. 

Y los soñadores quedaron relegados, porque no son los vencedores. Sino, los ejecutores los que ganan... si bien, podríamos contar que... Aquaman y el Reino Perdido, ha enloquecido a James Wan, con una manta de efectos fluorescentes, sin sentido práctico... que nos ha dejado catatónicos. Otra medianía, en lo Profundo del océano...

Lo Trágico... el Horror.

Un pelín exagerado ya... Por consiguiente, las relaciones familiares, paterno-filiales, emocionales de parejas determinadas, y laborales en tan curioso edificio de vanidades, se acaba resintiendo entre tanto litro de sangre derramada. Y existen vías que se quedan atascadas -hasta que visualice con la animación de Diabolical, la variante Generación X y la próxima entrega con Jeffrey Dean Morgan y más pesos del hijo del Patriota-, porque hay donde se extendían los complejos de Edipo o Electra, según los sexos implicados, se regeneraba el guión y se hacía más interesante el dramatismo mitológico de los antihéroes. Por no decir, los terroristas que eran un acierto total.

 

En estos momentos, quitando los giros erotómanos u orgías ´herorgásmicas` que son otro mundo, el de los sentidos y la mala leche (ya no hay teta que mamar)... el resto del plantel son medianías narrativas. Sus historias se van haciendo algo planas y residuales, incluido el romance estirado de Miss Moriarty y Jack, el Quaid; como ocurre a un nivel planetario, esto es, elevado a la enésima potencia de lo mediocre y aburrido, con la histeria de la madre, la hija y el espíritu santa, de The Marvels, ´los congojos` raciales y musicales de Blue Beatle... y la espantosamente desesperante y aburrida hasta la médula, no va como la seda precisamente sino lo contrario, Madame Web. Ozú, menudo timo o atracón insectívoro. 

Por favor pronto, venid a rescatarnos... ¡Daredevil, Joker, Rorschard animado o el Pingüino! Que su estampa divina, nos ampare y vengan volando para la redención de su especie... Oh baby, baby... no nos dejéis, por favor.

El Fuego en su mirada es lo necesario, para que los héroes de antaño, sigan pareciendo creíbles a los ojos de hoy, y que la evolución hacia esta masacre de huesos y tejidos sanguinolentos, no termine contagiando TODO. Ya que es lo realmente atractivo, para un universo complejo y, hasta cierta medida, atraído por la violencia gratuita y extrema. ¿No os ha ocurrido...? Pues eso. 

Mientras los asesores y los políticos, limpios y a salvo, han mandado a sus ejércitos de seguidores en las redes sociales, para hacer ese trabajo sucio y la matanza, no para de crecer dejando bajas - veremos si llega la sangre a Venom o Blade... la piel macilenta a Kraven... ¡Qué dan toda la impresión anticipadamente! O nos ponemos de uñas con Deadpool y Wolverine, esperemos que no nos rompan el corazoncito, of course.


¿Y el Amor...? Cae en manos del rencor o el odio, bajo las fauces de monstruos mentirosos en los media, haciendo una parodia de él, manipulado por los intereses personales o la propaganda ideológica, controlado por sus canales... Abiertos de par en par. Por ende, el amor que empezó siendo prioritario en The Boys & girls, es meramente otro medio para la sangría. 

El humor cae en los instintos básicos, siendo algunos más imaginativos que otros, más ramplones... y la educación será un nuevo nivel para superar los músculos dopados durante 24 horas, como una droga más que te puede llevar al otro barrio, pero que en las escuelas creará nuevos amantes de los bolsillos repletos y la autocracia del yo. El más, el mejor.

El reverso de lo genérico, será el nuevo Horror, aquel que Mr. Brando pronunciaba siendo un taimado dios en la selva... con lanzamiento de episodios con fabricación de hechos, para aumentar el odio entre la gente. El sexo al límite es una catapulta de la batalla futura, con ríos de fluidos inocentes que serán vendidos por unas monedas invisibles, en las redes.

Los falsos héroes, forman parte de Asesinos S.A., que se encargarán de aumentar las bajas en sus propias carnes o como hacedores de daños colaterales. Y sonreirán porque están en la cima, en la comedia de la vida y con sus bolsillos bien repletos... se comportarán como verdaderos monstruos sin escrúpulos...

Y, ¿quiénes son esos monstruos...? ¿Todavía lo dudas...? 

Todo dependerá de la luz que nos ciegue... de los colores con que lo veas, de la velocidad con que se extiende el miedo... el tamaño del montón de cuerpos apilados. La Batalla está ahí... recorriendo la sangre como un virus o un Gen, que te define, sin elección... Por propia voluntad, de los ejecutores o fabricadores de odio. Y como siempre nos queda el humor... el Horror, sois vosotros.

Yo soy, el mejor. Hahahehihahooo! ¿Y el pulpo...? Al ajillo... Nice.

Cómo decían unos héroes, soñadores... Cada vez que me miro al espejo, todas estas líneas de mi rostro, se aclaran. El pasado se ha ido, ... Canta conmigo, canta por un año, canta por la risa y por lágrima, canta conmigo, aunque sea por hoy. Tal vez mañana, el buen señor te lleve lejos... Sigue soñando, sueña, sueña... hasta que tus sueños se hagan realidad.

 



domingo, 26 de mayo de 2024

Russian Doll & Poker Face.

 


La premonición no existe, es una apuesta o un reiterativo déjà vu… Lo que sí existe científicamente, o se desarrolla en nuestra mente, son los sueños. Esas extrañas percepciones, ilusiones ópticas, de imágenes psico-surrealistas, deformantes de una aparente realidad. O lo que sea esto… una especie de hacinamiento del deseo.

Han pasado muchos ciclones ya, desde que dos jovencitas intervinieron en la literatura de las percepciones, con sus universos fantásticos, como toda fantasía debe alimentarse de las ideas curiosas o imaginativas. La una, por consumo de determinadas sustancias complementarias, nos guía a un viaje a través de un agujero o un espejo, Alicia se podría reencarnar en imagen de otra en un cuarto de baño; la segunda, en mareante combate con fuerzas de la naturaleza, que le llevan también a un universo de estrafalarios habitantes y saltos dimensionales, donde la espiral ética de su personalidad, se empareja a la consecución de los valores que se sueñan comunicantes los deseos, inalcanzables o no. Un tipo de adivinanza de lo que sería o pudiera ser.

Isaac Asimov lo denomino presciencia en su obra Fundación, Frank Herbert lo disfrazó de negro mutante, de mente evolucionada que veía las visiones de lo que sería en aquel agujero desértico cubierto de arena. En este trozo de relato que escribo, se trata simplemente de la verdad.

 

Esos dos mecanismos literarios, emulaciones de la realidad en cuerpo femenino, son reflejos de los soñadores. Bueno, soñadoras… y sus respectivas versiones de sí misma o los demás, implantados sobre las pantallas como ejemplo de lo que pensaron los escritores o guionistas.  De cómo serían sus universos soñados a la vez, qué pensarían sus personajes, qué ocultarían… y que pueden despertar nuestras inquietudes como investigadores al otro lado.

Ideas que clasificó – o al menos lo intentó, no sin especular también -,  el doctor Sigmund Freud en su estudio, La Interpretación de los Sueños, que sin duda, son aproximaciones abstractas de una explicación, o posible conocimiento basado en recuerdos reinterpretados… o esencias de aquellas necesidades, dudas, males, miedos, etc… maneras de soñar.

Los condicionamientos psicológicos o morales internos, nos pueden mover por caminos divergentes a mortales, los más racionales de estos lares – o capaces de expresar sus pensamientos -. Desarrollando métodos excepcionales que permitan alcanzar sus objetivos vitales o acercarse a ellos mínimamente en la búsqueda del interés oculto o ese deseo, se plasman en la ensoñación mental como metáforas, que se estrellan contra síntomas de enfermedades mentales o físicas, y se topan con  terrores. Los más recalcitrantes y horripilantes, recursos recurrentes que espantan al pensamiento o la propia alma. Si existiera como tal, claro.

Y es que, esas extravagantes visiones fuera de la vigilia, se solían interpretar en otras épocas, desde un punto de vista de la fe, como si de estampas se trataran, y sirvieran de propósito de un mecanismo dividido entre lo físico y lo divino. Se sirvieron como obras del pasado y de la mitología sacrílega, como alucinaciones de carácter religioso o esotérico, pongamos como ejemplo, las carreras temporales de James Stewart en It´s a Wonderful Life… y el alcance de aquellas alas. Extraordinarias apariciones de muerte, tras el Cuento de Navidad de Charles Dickens.

Sin embargo, esa maldición del psicoanálisis – supuesto maldito para los más incrédulos -, reinterpreta teorías deseadas, pasiones sexuales, logros de poder, satisfacción reprimida u otras insustancialidades metafísicas, difíciles de concretar en la realidad. Ya que, al despertar, no dejan apenas huella en la memoria, solamente meros recortes de un color o más, de un sabor, un sonido o un aspecto no experimentado en la vida real… Conjunción de palabras olvidadas y acciones perdidas.

Esa característica deseable, u otra sexual o familia, se reproduce en las personas desde su experiencia infantil, y pueden manifestarse muchos años después, ahí arriba, cuando parece que no están, ni se las espera, y ella las siente con serenidad y sentido común, en una forma de investigación de sí misma. En el segundo caso, sabiendo en su interior, que la estás minusvalorando, y mintiendo… Particularmente bajo la perspectiva de la maternidad, sobre la imagen del hombre, su amante rival… y de manera especial dentro de las relaciones filiales con las madres. Es donde la actriz Natasha Lyonne se embarca para Sky ShowTime, acompañada con sus guionistas femeninas en la memoria, al encuentro con la muerte anunciada. Una y otra vez, tal que una maniobra militar o una teórica  marmota del tiempo, con su particular percepción de lo escondido en una Muñeca Rusa, que se va haciendo más reducida, hasta llegar a sus entrañas, el útero y la semilla. Hasta la aniquilación de las partículas opuestas, en este caso, generacionales como casi siempre.

No es huella privada, sino pública, le ocurre a muchas otras. Invadida por esa perspectiva emocional y las sensaciones con el paso del tiempo, que modifican esencialmente – o pueden hacerlo - , el pensamiento. El que fue, o el que se transfiere familiarmente, girando a mayor velocidad en nuestra cabeza… En la suya de mujer, Natasha Lyonne...

Estados de Preconsciencia.

Transversalmente, ella es la conciencia de Severance, sin trabajo. En un fiesta, o en segunda instancia, invitada a la investigación. Es el reflejo de la verdad, de estos multiversos insustanciales, aparentemente superficiales, pero que se irán condensando en el camino.  Se estrellan con una telaraña de mitos y supersticiones, mentiras tal vez, con el  trasfondo de géneros, la envidia y la denominada, singularidad. De abuelas a nietas, de hijas a madres… de inocencia a culpabilidad. Las circunstancias surgieron de aquellas heroínas clásicas, de sus relaciones familiares, desde la Literatura Universal en esos submundos Oz o ´brujas` de Duna, frente al control o la autoridad mayor en femenino.

Pero normalmente, sobre las debilidades del género masculino que, explícitamente, no podrá nunca, sentir como una verdadera madre.

En el pasado, bajo el peso de la gravedad, estos actos preconscientes son espirales que atraviesan la realidad – como aquellas alucinaciones que presenciaban los consumidores de la especia mental de Fran Herbert, o los mineros de Atmósfera Cero -,  aquí con los pies en la Tierra, o lo que sea esto… se apoyaban en ese estado sobrenatural de las cosas, en la consecuencia de un superyó, o entidad superior pensante y desarrollada intelectualmente, cubierta de dudas.

Visiones privadas, reiteradas en dos temporadas – más dimensionada familiarmente por Russian Doll (a través de tres generaciones o una más incluso, desordenadas secuencialmente en la segunda temporada, más compleja y desmitificadora. Mientras, la muestra de un poder sobrehumano especial, mundano más bien, visto con su tranquilidad, es lo que manifiesta Miss Lyonne en su serie, Poker Face.

Donde su protagonista posee una habilidad, un don determinante, para hallar la verdad en gestos o coacciones,  tras miradas a sus investigados; desdoblando la acción a una persecución – serie road- , incansable como si fuera el Dr. Richard Kimble de aquella El Fugitivo (con el actor David Janssen o Mr. Ford en pantalla grande, años atrás),  o esa otra versión en femenino, bastante más simpática que significó el dr. David Banner, entrañable Hulk entre el recuerdo del tebeo, Bill Bixby y la capacidad extraordinaria de Lou Ferrigno, en serie. De la Hulka, no hablo que es peor… Ahora más parecida a una Colombina – de gabán textura Colombo aparentemente despistado -, con desvíos raciales a lo Coen Bros. Humor blanco, del crimen negro… violencia cómica, delincuentes torpes, salpicaduras en la obscuridad. Semejante a Paprika en premonición, sin sueños apenas.

Más hechos demostrados, anticipadamente en su ruta, son resortes de una reinterpretación con gestos o palabras en retroceso, como si fueran esos mismos sueños de los que hablábamos, muestras del flashback. Pudiendo con hilaridad compresiva, reflejar la realidad oculta, y gracias a la elaboración de un hombre, visionario tal vez, el creador de loopers y puñales por la espalda, Rian Johnson que estaría igualmente, echando un vistazo al pretérito televisivo. Lo relataré como una obra teatral…

Literariamente… ¿sueñan hombres, lo mismo que mujeres…? ¿Y los personajes de Robot Dreams, olvidan… la amistad? Y la investigadora juvenil Paprika, interpretaría bien sus sueños…? Son unicornios que de momento, no podremos clasificar, ni confirmar hasta que nos piensen… como ovejas. Y ella calcula, lo oculto, tras la palabrería.

La Ruta, Onírica.

A bordo de un Plymouth Barracuda… en los hechos encontrarás las pruebas… no sueña con el Heart –canción-, sino piensa, mientras exista, en composición de Nathan Jonhson…  Aunque primeramente en paralelo, baila temas, que van de Pesonal Jesus a la de Sweet, Fox on the Run, conciertos electrocutantes aparte... Fox de artera, no de lo otro, claro. Así se entonan sonidos de otros tiempos, frenazos de vagones, fiestas, caídas por escaleras, no de Jacob – donde saltan créditos de voluntad detectivesca con nuestro pasado -, espectadores de la verdad. Con el corazón encogido, perteneciente a ese Dream Scenario con variopintos actores, investigadores privados entre los 70 y 80, sugestionados por sus Estrenos de Tv: Misterio. Nietos de Hitchcock pues y del cómic en tiras.

Pruebas contundentes que evocan al inolvidable Peter Falk, al vaquero de sombrero cowboy y bigote, reconocido como McCloud o Dennis Weaver, a Rock Hudson junto a su Susan Saint James en pareja acusadora. Se ha escrito un crimen con la Angela de los sueños de Dorian Gray, Landsbury, y su comienzo en el crimen bajo la Luz de Gas de G. Cukor, hasta su reunión final con Mr. Johnson en Knives Out, dep…

Sonidos que repiquetean habitaciones fatales, tensión, mentira, junto a George Peppard que era Banacek antes de TeamA, sobre el McKoy de Tony Curtis (casi olvidado), el Hec Ramsay de Richard Boone, un Cannon leguleyo de William Conrad, Quincy que interpretaba aquel Jack Hugman de Pánico en el Estadio, o Lanigan y Madigan con Art Carney y Richard Widmark, respectivamente, que se aparecen fantasmalmente en el recuerdo. También retuvo otro sabueso, James Farentino sacado de  Muertos y Enterrados, o las hermanas Snoop, que no Scoop (que comentaré en otra ocasión televisiva…), interpretadas por Helen Hayes de Adiós a las Armas y  versión de la divertida ensoñación que tuvo el Harvey del director Henry Koster, con el gran Jimmy Stewart…; y de la mano de Mildred Natwick, la inolvidable actriz recurrente del humor de fémina de John Ford, visto en El Hombre Tranquilo, La Legión Invencible o Tres Padrinos u Hombres Intrépidos, y que además trabajara para el maestro de asesinatos, Mr. Hitchcock, en Pero, ¿quién mató a Harry? Hasta su última gran aparición, en Las Amistades Peligrosas en 1988, con todo un tratamiento de verdad humilde, sin duda, o madre de Jane Fonda en Descalzos por el Parque. Una cara inolvidable del cine eterno.

Entre clarividencia lúgubre… y pesadilla afable.

Las imágenes latentes de un sueño, también trasladan un mundo revuelto de pesadilla, congénita, que es trasladada a la realidad de las películas o series de televisión. A determinados espectadores parece muy disfrutable, a pesar de la tragedia o la persecución particular de los personajes en el juego del gato y el ratón. Porque si en Muñeca Rusa, se trataba de retratar sobre dos temporadas, dos tipos divergentes de viajes espacio-temporales con la muerte y la concepción – de ayer a los ochenta -, para reinterpretar un regreso a decisiones que tomamos en nuestras vidas y aceptándolas tal y como se recuerdan…

Que, muchas veces, es difícil discernir en el subconsciente temporal, al confundirse con deseos ocultos o sueños… Y que pueden derivar en una especie de maldición maquinada en el interior, en repetición extracorpórea – o televisada -, que otorgan una segunda oportunidad de solucionar posibles desaguisados con amigos o familiares pretéritos; y que al contrario, Charlie, muestra su Poker Face, de vuelta ya de otros rostros, – más que cara bonita o simplona -, como visionaria de las calidades morales de la gente. Sea costumbrismo en la trastienda de una estación de servicio, una cocina de carretera a la parrilla, con su gastronomía local, su música… una furgo donde cohabitan rockeros cincuentones y ocasionales – recuerdo de otros tiempos -, una acción hippie de terror, su look… un escenario de pesadilla, no dream teatral, un atropello coeniano, un molde de f/x, el rostro de Nolte… la luz negra de una sala… un muelle… siempre, con gafas ahumadas, para no cegarse.

Por los brillos de lo que la rodean, lo que intenta mentirle en la cara…  Esto es, tal que una auténtica, casi, poli de la verdad,  true detective de prestado, movida por el desinterés, o la amistad. Sin alucinógenos, aunque entraña algo de esoterismo muy superficial en lo psicológico.

Clave realismo, rutina en desbandada, acosada, en derivada de aquel Fugitivo que triunfara para una ABC setentera, y ahora se ve como Martin y, especialmente, Rust Cohle, en una... Pero sin título acreditativo por el estado, ni licencia legal de curso acelerado, que a la vez nos recuerda a aquellos que en otro universo televisivo, investigaban a base de rebanarse el coco y con toques de acción a lo Colombo, por descontado, un referente confesable en la serie, como chica a la que le va la marcha… minifaldera, pero con el rock de entonces. Yeaaah!

Se considera, por ende, vidente, verosímil, vocacional, verborreica, con toques divertidos en gestos, gemidos y un lenguaje corporal, muy especial, característico del pasado, frente a estas épocas actuales a mayor velocidad. Palabras apegadas a la observación particular de unos hechos, comprometida con la justicia, y querencia femenina, sin sobrepasarse. Reivindicación justa y sin arrodillarse ante la ley. Y no estoy hablando sólo, de rebeldía ni sustancias que comprometen el razonamiento crítico… sino de, auténtica personalidad.

Simplemente, en base a meras conversaciones, cara a cara, se reivindica con preguntas que incidirán sobre los defectos de sospechosos, lo económico que va junto a la envidia… bajo el sol, sobre el parabrisas, las emociones, los tejados, la venganza, la trastienda, lo incongruente de los culpables - a veces con resoluciones algo atropelladas -, on the road, el tiempo de la tele, ya se sabe… la prisa. Respira, observa, piensa… ves apreciaciones curiosas en los contactos… artimañas… y la familia detrás. Pongamos aquí sobre ruedas, una serie de nombres en serie, Simon Helberg, Pedro Hollywood, Lil Rel Howery, Chloë Sevigny, Luis Guzmán (Wednesday), Ellen Barkin (Animal Kingdom), Tim Blake Nelson (El Gabinete deCuriosidades de Guillermo del Toro), Hong Chau (Watchmen, La Ballena), Joseph Gordon-Lewitt, Dascha Polanco - una de sus coleguis Orange is the New Black -.

Y falta a la fiesta de sensaciones anticipadas, el artista de la modelación, Nick Nolte, y tras ella, esa Famiglia compuesta de perseguidores y tiros… Benjamin Bratt, Adrien Brody y Ron Perlman… ¡por ahora!

Claro, siguiendo las pesquisas, en tramas separadas, debes activar tus sentidos, trucos decididamente alegales y usar el escapismo antes de inocularte algún artificio, que no, miedo. Ella es así, libre, deslenguada, carismática, sencilla... No moldeable, bueno… quizás por un retiro.

Lyonne y sus… otros líos.

Como Mr. Freud decía, las primeras ideas latentes que desentrama el psicoanálisis – para creyentes de él o investigadores somnolientos -, son poco corrientes, circunstanciales, extrañas, alucinatorias, enfermizas quizás… Escasamente referencia de nuestro pensamiento en vigilia y su expresividad habitual, levemente, son sueños y los sueños, deseos pueden ser... Simbólicamente se comportan como comparaciones y metáforas, a veces de lenguaje poético, rico en imágenes o interpretaciones sobre la realidad (aquí opino que pudieran ser semejantes a viajes a otra dimensión no pictórica, más allá de Richard Matheson y sus leyendas, oníricas; en su nombrada obra freudiana, comenta el pensamiento de un compañero filósofo, Hildebrandt: “Cuanto más pura es la vida del sujeto, más puros serán sus sueños, y cuanto más impura, más impuros”. Por consiguiente, la naturaleza moral del hombre perduraría en su sueño… “no se nos hace sospechoso, por palpables, románticos o ridículos que los sueños sean, pues conservamos siempre lo malo, la justicia de la injusticia, la facultad de distinguir lo bueno de la virtud, del vicio… Lo fundamental de la naturaleza humana, el ser moral, se halla demasiado, firmemente unido al hombre para participar en el juego calidoscópico, al que la fantasía, la inteligencia, la memoria y otras facultades de igual rango (digo y, las sensaciones intrínsecas quizá…), sucumben en el sueño”. El Imperativo Categórico de Kant, un mandamiento independiente de la religión o las ideologías, que rige el comportamiento humano en todas sus perspectivas… para dirimir entre bien y mal, incluso… en sueños.

Ni la del espejo del cuarto del baño… una percepción adulterada, que desintoniza de nuestra realidad, pues se alimenta de detalles que olvidamos, de pasajes fragmentados. Su mente despierta, en cambio, reinterpreta esos deseos, silenciados, maquillados en cada función, y los convierte en imperativo categórico kantiano.

Así en cierto sentido… surrealista y original, es la Lyonne, miss Natasha, una realidad kantiana. Mágica, extravagante, pero a la vez, de un costumbrismo cercano, amigable que atrae, racionalista… Este recuerdo  suyo, por trabajos de tv, se compone de sucesos impresionantes y equivalencias detectivescas, terminan siendo  episodios vitales, entre vida y muerte, obstinados, espirituales o altruistas, justicieros… porque ella lo necesita para completarse emocionalmente, para identificarse con la bondad. Lo demás, las imágenes descritas por los guionistas (casi siempre mujeres como es costumbre), son ejercicios desbordados de imaginación, según costumbre de estilo Bill Murray, y ataques de mente esclarecedora, en segundo viaje. Apariencia sensorial de una investigadora para-normal, real con un don humano, y suerte de sobreviviente, en último término. Poco filosófico esto, en cambio…

Hay autores y pensadores para todo. Interpretaciones de la realidad como muestras de ejercicios cerebrales de opuestos, sobre juegos trampa, algún susto, alguna lucha, distorsiones en trampillas, desgracias extraordinarias, decisiones embarradas, amores que confabulan… deseos de muerte. Vías paralelas, territorios incompletos hasta más ver… ¡nos vemos pronto, ´angelada` de Charlie!

Tras su ojo cínico de gran hermana, Poker Face pudiera ser, quedan sus expresiones detenidas en un lapsus, ese sentido del humor irreverente, que desarma, y su dote para relacionarse, sin alardes, pero reconociendo la mentira en aquellos que buscan escabullirse o salirse de... La Ruta hacia Atlantic City. Su próxima guerra…

No, esos movimientos del pasado no son sueños estridentes, ni sexuales que te persiguen en el universo Paprika, ni las revelaciones surreales del cine de Luis Buñuel, con su mirada entrecortada a cuchillazos, ni los viajes astrales de Solaris a otros mundos metafísicos, pero sí, recuerdos mundanos, que nos acercan al personaje, a ella.

Algo parecido a los Sleeping Dogs de Russell Crowe en busca de un pasado crítico, pero con una mente preclara, inocente, sin enfermedad. Sin el revestimiento falso del Hypnotic perpetrado por Robert Rodríguez con un poco convincente y elaborado en guión, Ben Affleck – no sé para qué tanto embrollo, la verdad -; o sin la perversión de un vacío existencial en lo narrativo, como puede ser esa horripilante Madame Web. ¡Vómito de araña sin red!

Tampoco es androide, con sueños húmedos, ni expande la sensación del terror, aunque hay cierto temor de índole mortal sobre su persona; mientras que para Nicolas Cage, en su EScenario significaba una terrible pesadilla, un ajusticiamiento público, por interpretaciones oníricas. Entre superhombre no buscado y la maldad general, que arrincona al desprevenido en la red, lo acosa y derriba. Esa jauría representativa de perversiones de una realidad social que cataloga, sin saber, y contemporánea, pues comparte humor ácido, con el horror real de las noticias. Y por tanto,  bastante mala leche social… Es un notable filme Dream Scenario, a recomendar, que no comparte una reinterpretación, sino compara, notoriedad o famoseo actual, con la pesadilla común de alguien que no desea, ser reconocido, ni juzgado. Un poco, acosado como ella, la samaritana de las emociones

Mira se hay pesadillas reincidentes, que ha visionado el filme Nunca me Encontrarás, y se parecía como una gota de lluvia a Old Man de Lucky McKee, con otro reflejo hiriente de feminicidio, eso sí. Estas líneas geodésicas de la realidad destructiva, son como autopistas, con salidas hacia espacios moribundos, inteligentes o amables, como las raíces enterradas en el árbol de Alicia. Hacia la obscuridad de la reina de corazones por una ruta 66, amarilla por el calor del desierto de Oz… hablando de Furiosas, Anna Taylor-Joy, pero más experimentada. Esta es Natasha Lyonne, heroína pura… sin careta, sin lastres emocionales. O no… depende, si la ficha es buena. Si te manifiestas como, el fantasma detrás de la función y la crees... si no, no.

La muerte siempre está al girar el recodo, a través del tiempo que te quede… hasta que cae el telón sobre la memoria. Al fin y al cabo, ella es como una vieja estrella del rock… No, no es el Poker Face de Mr. Crowe, ahora vamos al trío de hermanas, Elizabethe Olsen, Carrie Coon y Natasha Lyonne en película del director de aquella intimista The Lovers. Y adiós… que aún nos queda un buen tramo. Brrrum, brummmm!



sábado, 22 de julio de 2023

Succession. Tom, Greg el Huevo... & fuck off.

¿Te acuerdas cuando llegaste…?

Claro, tal que un Don Nadie, vomitando realidades por los ojos, avizores.

Ya me lo dijo el Abuelo, y mi madre… “estate atento a todo alrededor, absorbe y mézclate con el resto, no te comprometas con nada. No llames la atención y, comerás de la Familia. La última…

Sin llamar atención dices, madre. Pero mírame, con esta ropa desgastada de militante desfasado, o miembro de una organización rebelde y ecologista… mírame y dime. ¿Cómo me esconde con mi estatura de gigante bonachón. No sé tendría que hacer uso de mis dotes ocultas y convertirme en el hombre que siempre quisiste… El jefe de las relaciones públicas…

Algunos dicen que posee un parecido razonable con el pequeño Nicolás, pero no… Yo formo parte de nuestra cultura sajona (y trasera) y aspiro a serlo de esta fucking familia…¡ Qué locura!

Y así, como en los cuentos de príncipes extraviados… comenzamos a seguir sus pasos, a conocer a este Greg the Egg, que tantas gratificaciones… y salpicaduras labiales… nos ha regalado. Siempre al lado del incombustible expresivamente Tom, como pareja de hecho que… mira tú las cosas del beber y meter… han llegado a una altura insuperable. La cima de Succession.

Un par de cómicos pugilistas, con el actor casi imberbe televisivamente, salvo Disney, Nicholas Braun, ¡vaya con el homónimo de los enredos patrios!.. y un magistral diicotómico con Matthew Macfayden, capaz de lo romántico y lo estrafalario, siempre elegante, menos cuando suelta su lengua retorcida y cínica. Con más recorrido que el primero, y rescatados de cierto olvido, se han coronado como verdadero sucesores de la comedia. Juntos.

Y es que, en esta fucking compañía, y agregados…. El humor es una etapa dorada para la de la televisión actual y ´plataformista`…. Y si no estáis de acuerdo, que os de un retortijón en las tripas ultrajadas por detrás y echéis vuestras entrañas. Venga, xDio.

Los 4 Hijos de… Logan Roy.

No, no son los de Henry Hattaway, porque hacen uso de otro tipo de armas o ´tiros`, ni con John Wayne al frente de su camada, para vengar al padre, en singular especie de complot asesino. No, aquí su padre, el gran Brian Cox se despide lanzando sus últimos estertores, aunque no pueda entonar su esplendoroso Fuck-off!

Ni otras linduras que vamos aprendiendo a entonar como un panegírico, sin santos varones, o hembras, que haberlas haylas. Vómitos lanzados al vacío, y que alcanzan al más débil o fracasado, con aspecto de gemelos o hijos casi naturales, quién sabe, dadas la circunstancias vitales y las sucesivas mujeres.

La familia se reúne como en temporadas pretéritas, en grandes acontecimientos, celebraciones que no son tanto, y más estrategias. Somos como pavos, ante sus cenas de acción de gracias, o velas de cumpleaños... Alguna lágrima puede costar tanta carnicería, algún vino puede ser derramado o vomitado, por malo, alguna discrepancia puede hacer saltar el rencor, algún calificativo puede llegar a ser ponzoña, no parece porque resbala… o alguna metáfora disparará la anedralina hasta límites insospechados... y eso que, aún no se han ´batido` en duelo.

Sin embargo, un mínimo  empujón puede acabar rompiendo el saco. De la fortuna... y serán prescindibles los invitados al banquete, o no, tal vez. Pues ya hemos oído a Brian Cox y su relato sobre esta familia televisiva, donde las bodas son dramáticas. Definitivamente en la producción, ninguno está de más. Ellos/as son los importantes, incluso los que no cito. En serio, y en la vida, también o no.

El mayor atrae las desgracias como un incauto, bocazas y cocainómano, desraciado en piel paliducha y reconfortante de Jeremy Strong, que ha pasado de candidato a todo en este universo estelar de Succession, desde aquella notable Molly´s Game, a la imagen de la derrota. Gracias a este caramelo envenenado e indeciso que es, la expresión patológica de Ken… No de rosa Barbie, por descontado. Más de luto descarnado y solitario. Un paradigma de la vieja idea del Hollywood dorado y la producción de los estudios. Un rostro familiar ya, para todos.

Quizá cuando se escriba su final, la penúltima micción... Logan se precipite en su vacío personal y desquiciado ante tales engendros, pero habrá repartido galardones dorados para todos, coronas, las llamas ellos, si lo permite la fiebre del Dragón de otro Camelot HBO. Jodidos hijos y jodida entrada triunfal por la vagina voraz de HBO Max.

Es una era de Armageddon Time para Tv, donde los hijos son la cuestión que sale por la tangente familiar, convocando a sus vicios ocultos, miedos a presencias patenales, o respeto dependiendo de los millones balanceados o perdidos. Ese Armageddon de Pater Familia que es Anthony Hopkins en peli homónima y el hijo que es Jeremy Strong con otro toque más agresivo ante la retórica de la sucesión y la identidad personal, casi irreconocible… hasta estallar en el hijo, que es amalgama de dudas frente a ellos y sus vidas pasadas. Todos son eso, batallas, entre abuelo, pa y ma interpretada ahí por Anne Hattaway en buen papel.

Pero, el guión ni se le acerca a esta serie adictiva, a esos diálogos complejos que sueltan una simplicidad que te deja atónito gracias a Jesse Armstrong y su equipo de escribientes.

Volviendo a su irrealidad… algunos espectadores no conocerían a la madrastra ue construye Hiam Abbas nacida en Palestina con nacionalidad israelí-francesa, que se movió desde Munich de Spielberg, al Blade Runner 2049 de Villeneuve (esperando a su Dune II) y las aclamadas por la crítica, Los Limoneros y la imprescindible Paradise Now. Ni al hijo, ninguneado, por mayoría electoral , visceral y añeja, que significa un Alan Ruck que va de sigiloso a fracasado negociador entre vinos y arte teatral. Tampoco a la hermanísima, embarazosa en razonamientos, que tine un doble juego, jugo siempre como los demás, a la sombra del sol que más calienta… y que puede, no ser, el de su marido Tom. Pues le atrae la vida licenciosa, lujosa y cierta sexualidad no comprometida. Ella Siobhan Roy o Shiv, es de Sarah Snook, magnífica para siempre a bordo del lado oscuro de la nave y la mente enraizada en el bank.

Y nos queda una pieza aparte, con Kieran Culkin que pasa de todo o no. Hermano mal hablando y sexualmente descontrolado con tanta emociones móviles y nocturnas, lado irónico de la familia Roy y de la hermanada de los solitario corazones en casa de los Culkin. Y que ha resuel to su vida brillantemente con Fargo, Black Mirror y este lenguaraz, sin pelos, excepto los de algún ´chochete` noctámbulo que exhibe Roman o Rome Roy. No JR que estaba un pelín por encima en la cadena de mando, al lado del padre hierático, sino RR, más bufón, más juglar… Y eso es todo. Bueno, ya que son capaces de cambiar pensamiento y sentimiento, en un santiamén, ante y sobre todo, después del affaire del avión.

Lo que se fuma… el Padre.

Mientras éstos, o aquellos suecos, se fuman otras materia en el tablero de batalla, el Viejo se huele los humos de unos y otros, pero no su propio mal interno, que hará explotar por los aires, hostilidades o ¿acuerdos? Se envuelve en doctrinas y empapela, uno por uno… o si quiere se los fuma, porque viene de lo bajo y húmedo de las calles, aquí y en la Europa escocesa de la guerra mundial. Siempre al acecho como buen tiburón, criado entre depredadores y hecho a sí mismo, que conoce, odia… pero respeta. A veces…

Sustancias que son consumidas a su antojo, pues la Gerri estoica y flexible de la actriz J. Smith Cameron, se pasa a otro nivel, a Peter Friedman o Frank, el acosado,  a Dagmara Domirieczrk (Karolina) ya en otro puesto, David Rache, o víbora de negocios Karl, y hasta, Peter Stevens (Hugo). Incluso a pareja actual, como a su ex Lady Carolina, interpretada por Harriet Walter. Todos son consumibles en su presencia, si bien aportan a la serie un aroma esencial. En cambio,  es más difícil hincar el diente, ahermano comunistoide o tío Ewan, de James Cromwell, pues está habituado a tratar con cerdos de Babe, LA Confidential, La Hija del General, y mezclarlos con magia visual en Spiderman 3 o la Milla Verde. Ni por supuesto a los nombrado ya, en la primera parte de esta apuesta I relatada allí, Rob Yang (Lawrence), Holly Hunter (Rhea), desaparecida en combate, ni a Lukas, que está a un nivel supremo dentro de la escala de la familia Skarsgard. Nivel 10.

Entonces,  sus personajes, todos son mis favoritow, aunque me defina por  los pares, el del gran Greg y su amo Tom, apenas. Ay familias... Ay tíos, abuelos... ¡Ay madre, lo que le cuelga a padre! Llegará el tiempo de comentar sobre política, y entonces ya veremos... ¡cómo somos! Nos.

En toda guerra, existe la resistencia, que estaría formada por disidentes o maquinadores en la sombra. Creo... Observaremos quién está con quién, por qué... y si el gran Camelot tendrá que ser apuntalado o quemados sus restos, ante recuerdo de guerra y la efigie real. Y el reto presidencial, es maleable hasta que alcanza el poder e impone su ideología, a pesar del dinero y la corrupción. Ambos son las dos caras de Norteamérica... o puede que más lugares del mundo...

En toda sucesión, lo más valioso a priori, es el ADN, ¿o no...?

El A-Greg-ado...

Mira que hemos visto de todo, desde riñas por parejas, a tríos, cuartetos desavenidos y multitudes en acaloramiento exponencial... hostias vitales de hermanos e invitados a la fiesta. ¡FAMILIA abierta en canal, en definitiva! Depredación en torno a la espada en la piedra, para tomar las riendas y la gloria. Mas, cuando tú vas… yo vengo…

Vengo de venganza, vengo de traición. Vengo de la Caída del Imperio Romano, clásico, y de sus Dioses… los de la nueva era de la Comunicación. Ya Digital y tal. Los versionados reales no me interesan, la verdad, prefiero a los montados entre McKay y y Ferrell, como pareja de productores del cinismo cuadriculado y mordaz. Porque, también, el cine pasa por ahí, el arte general y estilo cultural en una humanidad decadente, frente a una concepción simplista y materialista del Todo, que va desde NY a LA, pasando por Europa. En yate de lujo, jet privado, flota de helicópteros o tanques blindados en negro. Pues, el dinero es parte del trato, y de dicha venganza, como la pasión, los celos o envidias, y la sospecha… especialmente.

Las palabras, que son el cantar mayor, se las lleva el viento, depende hacia dónde sople, decía. Ni un vómito sanguinolento, un cuesco en paz consigo mismo… o un linaje embarazoso.

La traición con base, es desencadenante del plasma que pulula por la atmósfera corrosiva, incluso en Venus, en interacción con el viento solar circundante, Rey Roy. Cuyo debate sigue estando caliente ahora, tras el descubrimiento del científico Lundin en 2013, pues esas fuerzas crearon un vórtice que arrastra a la profundidad abismal. Como el Cs 137 que bombardea el Bolsón de Higgs y forma un gran Logan Roy. Va un paso más alá, hacia el fin de la crisis energética que todo lo corrompe, y la inflación de los precios, no digamos. Quizá de la dependencia de grandes corporaciones que controlan los derroteros económicos de la Humanidad… Hacia un principio de causalidad que nos haga libres.

Sin embargo, Roy como buen Rey Sol, y hasta que se apague, todo lo arrastra hacia la combustión espontánea, porque sus hijos están lejos… de su definitivo y postrero, campo de gravitación. Y claro, así les puede ir en el futuro… ¡O no!

Greg y Tom, son una buena muestra del patetismo ilustrado, en la tele. Que enseña estas cosas... y que son necesarias… para reírnos de todo. Si no que nos quedaría, Brian de Palma, Bernardo Bertolucci, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola… fotografiando al bueno de De Niro como escudero de Mario Puzzo… será por sagas… y silencios. ¿Qué nos queda… las embestidas de un Toro Salvaje o las entrañas del mismo Lucifer? Greg, que es uno de los nuestros, o casi… Ay.

¿Qué restará….? Un malcriado, un armageddon familiar, una rotativa falsa… ¡Mierda! O lágrimas ante el Triángulo de la Tristeza, un trago amargo, el Señor de las Moscas ha muerto. Queda el Niño que Gritó Puta, en La Habitación de Kevin, del que deberíamos de hablar y aún no ha nacido, del hijo de Netflix angustiado no se sabe porqué, alienado ante la madrastra Vanessa Kirby y el padre, Hugh Jackman… La mirada poco perfumada, pero maestra de Milan Kundera, d.e.p. ¿Has entendido el juego…? Quién no. Siéntate y mira el horizonte, y verás la Libertad, perdida al fondo, con la niebla, hoy.  Y si no, te propongo uno… piensa en una familia, real o no, e identifica quién es quién, eh. Jaja. 

Gregory que te estamos viendo, pedazo de producción programada, haz caso al Abuelo… Ya que así es Succession, si tienes que reír, te ríes... ¡olvida esas lágrimas! 

Sin ellos, no somos nada, sin los dos... Sin sus chismes y gracietas poco consideradas. El respeto está en los detalles, juegos dorados, aunque parezca que los caballeros las prefieran rubias.

  

El otro... Nicholas Britell - BSO de la serie Succession.

jueves, 20 de julio de 2023

Succession. Temporada Bodas... & fuck off!

 


Todo comenzó un día glorioso, como en una comedia de Billy Wilder... 
Sí, la historia trataba sobre una familia, aunque no dedicada a la Coke y subproductos... bueno, tal vez en algunos casos algo parecido... Porque el mercadeo era lo suyo en varios frentes.
Una pequeña ´manada`, rodeada de gregarios, que disponía de un imperio económico para hacer y deshacer a su antojo, tanto en lo recreativo como en lo ediático,... es para divertirnos a todos, claro. O acaso no existen conglomerados tales en otras localizaciones del planeta y, ¿cuáles son los medios que no se financian con determinadas campañas que pagamos todos?

Esto es la madre de nuestra paciencia... Ellos pagan una flota de chóferes, por tierra, mar y aire, como otros metidos en la política, pero sin su cartera. Air force one, u otros ´cobetes` que se introducen por la terminación del ciudadano... si es que no acaban estallando en la lanzadera...
Pero, estos son resistentes y nadan en la abundancia familiar, así que tienen salidas para todos los gustos, porque las palabras se las lleva el viento y, éste de la cartera y los genes, es que sembrará las tempestades futuras. Je, je.
O una de determinada ideología... que siempre está presente en familias con componentes trifásicos u otros magnéticos, avanzando por la retaguardia. Pasa hasta en... sobre todo, en los partidos políticos.

Pero no, no voy a entablar ninguna discusión sobre ese contubernio, tan socio-económico y descalificante, con inclinaciones, coloridas, por ahora, en todos los alcandes... ya que realmente me interesan más otras particularidades más cercanas, dentro de la gran serie emitida por HBO, Succession. 
Y si no concuerdan, que les metan por el escroto, una ración de gambas a la gabardina... Nice!

Bueno al final, a lo mejor si que expreso alguna idea o emoción, dedicada a los plantígrados del politiqueo... Pero, tendrían que esperar muy, muy, al final y, este escrito posee dos partes diferenciadas. Una para todos, y todos para una... La Familia Roy... sin Orbison.
Pero, con muchas lenguas sueltas... y cabos.

Palabra de Herederos...

Hace bastantes sueños dorados, que Hoollywood y su hermana pequeña, empezaron a tener interés por los herederos al trono o el conglomerado monetario en sucesión. Primero con aquellos aventureros de otras épocas, embarcados en combates épicos con otros terratenientes poderosos y que se hacían a la mar salada, para reclamar sus tributos familiares robados... o mal vendidos.
Luego, llegaron las del Oeste salvaje, que también tenían que darles de comer aparte, porque el petróleo estaba a punto de hacer su triunfal y ´dorada` aparición en los futuros testamentos, de los cuáles hablaré un poco a posteriori.

Para acabar, en trasfusión de sangres equívocas, o más cercanas de lo que se cree por ahí... con los lazos sangrientos de las familias que todos conocemos, desde la creada por Mario Puzzo y encarnada en la piel y las fauces, de Marlon Brando, hasta los estertores últimos, donde Martin Scorsese se alimentará de la fiebre ´del Oro Negro`, para traernos el desenlace de unos asesinatos raciales e interesado, en su próxima película Killers of the Flower Moon, con la propiedad de tribus ancestrales y Leo DiCaprio... La conexión, claro, ahí están también, Brendan Fraser tras los resuellos dorados de su Ballena, Jesse Plemons que ya se las sabe todas desde la familia de El Irlandés, El Poder del Perro y sus relaciones en Fargo... Y por supuesto, el gran Robert De Niro, Uno de los Nuestros, de principio a fin. Ganas no, lo siguiente, tan ganas.

A ver, tanganas políticas va a haber... Siempre están, por dónde circula nuestro dinero... Y además Don Francis Ford Coppola está metido en el scifi Megalópolis, que tiene vuelos directos con la diferenciación de clases en el futuro. Un ejemplo de director, muy, muy familiar... Si la sangre no te salpica en los ojos, como a Falconetti, ¿recuerdas?
Ese si que tenía la herencia, entre ojo y no ojo... Pero, ya hablaremos.

Después de este repaso tan generalista, vayamos al caldo y el silo platónico de los rascacielos, como cantaba aquella Voz en New York, New York del maestro Scorsese, antes de repartir carne en los Gangs of ídem., que fue la antesala de la Familia... Sin hablar de los miembros, que llegará en próxima entrega de la carnicería. Al menos, psicológica.
Confiemos en la oratoria retrógrada y vitriólica, en general, que a una gran mayoría de espectadores, le encanta degustar, visionar y triturar, para quedarse a gusto. Ay, la política, ese mal que se mete en todas las heridas... en todos los vientres. Y urga desde dentro, como un alien intentando explicar que es un buen samaritano. Con tus esencias, claro.

A este tipo de personajes extremófilos, que andan por el filo nunca mejor dicho, les encanta soltar perlas por su bocota y expresar sus comportamientos miserables, o descontrolados, que no tienen que ver con sus emociones. Pues, de esas pueden tener carencias, hasta una comida familiar, un viaje de negocios o una gran Boda Roja... ya sabes. 
La conciencia de clase tiene estas consideraciones morales y culturales, que te resbalan dependiendo del piso del rascacielos desde donde mires a las hormiguillas de abajo, y a los cuchillos traicioneros que vuelan alrededor de la oficina... Como la orina.

O acaso no son corderillos en brazos magistrales de Holly Hunter, James Cromwell, Adrian Brody o Alexander Skarsgard, las estrellas invitadas a este convite de postín, efectivamente. 
Se suele decir, los pobres con los pobres y los ricos... ay, ay, le has dado, la dicotomía familiar, sobre el ring de los mercados y las acciones. Con sus miserias personales, sus engaños estratificados y las desgracias, que son varias... al menos, una por noche o boda. Es decir, que los zagales, disfrutan como cochinillos retozando en el lodazal feriado de las vanidades propias y defectos ajenos. 
Y más si pertenecen a dicho rango de carteras millonarias que están a la gresca cotidiana, por quítame allá unas pajas, o millones, de nada.

Pajas mentales en sucesión, unas cuantas haylas, todo puede estallar y se calma como si nada, salvo en las cabezas, tras una cena provocativa, una salida furtiva, un vaivén de los bienes terrenales, y hasta más allá... una charla al teléfono o mensaje de la red social, que también existe, xDio.
La sesión capitular, se convierte en una especie de ejercicio de caza mayor, entre los presentes y los de cuerpo... esperando ese momento de la tele, en que los mafiosos se sienten a la mesa y se acabe la fiesta de desprecios inútiles, seres imbéciles, fuck off! ¡Es la expresión!
Aparentemente en la sombra, los poderosos copan todas las miradas y la vícitima puede ser cualquiera, aunque hay candidatos más firmes que otros, esa pareja por ejemplo, es la rehostia.

La cuestión como decía Sir William, el de las hamletriadas, bien sea por envidia, miedo u oposición, puede hacer girar su estilo de vida, en un suspiro o un vuelo. Son formas poco templadas de superioridad moral, en cualquier grado empresarial. Lo vemos a diario. 
Sólo hay que mirar atrás a otras décadas y ver respirar a ese pater familia en aquellos, que despierta el recuerdo de otras personalidades pasadas.
Brian Cox es un crack, no bursátil, sino interpretativo. Aunque se trata de un trabajo coral, prácticamente él, es el alma de Succession... con retoques magníficos que pululan, como lo fueron aquellos familiares de soaps... Estos Roy de Waystar y conglomerados mediáticos, son como los Ewing, Carrington, Giobertti o los Colby, pero con las palabras de Jesse Armstrong y la producción de Will Ferrell que ha dado un salto de gigante... y también anda en Mattel con Barbie. 

Para lo que hemos quedao... los demás, digo. En fin...

Lobeznos sin Wall Street...

Si podemos remarcar algo que representa a todas las manadas, es la acción con el macho alfa  preparando la escena para la caza... y esos gruñidos que emiten sus miembros, que se convierten en un modelo narrativo de la arquitectura familiar y algo desintegrada... porque todos tienen hambre. Grrrrr, cof cof... ¡Fuck Off!

No confundamos el término, con otras manadas, que no tienen que ver en esta estructura piramidal desgastada por la arena en el desierto en que se transformaron nuestras ciudades. Ni los embates mafiosos, como habíamos soportado estoicamente durante las temporadas mafiosas de los Peaky Blinders, o los clubes sociales gobernados por Marlon Brando, Robert De Niro o Al Pacino, que pertenecen a otra generación de escualos... Fuck off he dicho, y todos los tiempos verbales se van entonando sobre la contienda sexual ficticia, hacia los demás... Pues todos poseen lengua... y orificios que comprometer...

Estas, sus cabezas pienso, hasta parecen frías o disparadas a la paranoia, dando vueltas para esconder sus verdaderos sentimientos, e ir recogiendo la tradición de los cabecillas multimillonarios con ínfulas de depredador despiadado, o futuro cadaver sin blanca. Si no te comen en esa pecera contaminada de calamares dramáticos como cebo cotidiano, malditos tiburones de parques acuáticos. 
Es una especie en guerra continua, voraz, amante del buen yantar y cantar en karaokes, no... con miembros a diferentes niveles estratégicos, haciendo desaparecer documentos o algo, formando batallones subordinados... que se comprometen a una campaña electoral. Pero, poco... porque luego se van cortando cabezas, y quedan como traicioneros o no válidos habituales. 

Ahí, con la prole trabajadora hemos topado, mientras van observando sus propias noticias, mentiras muchas... desde las atalayas, dispuestos a atacar... o mejor dicho, hacer un meme de las redes... ¡Toma, menudo triunfo! No.
Aunque, el gran tiburón de barba blanca, sabe diferenciar y saltarse los viajes a ninguna parte, por eso es el Rey de Successión de Gary Sanchez Productions en coalición Will the Savaga con Adam Mckar, el de los Mckay de toda la vida, digo Vicio, y WB Tv, en sucesiva oleada para HBO.

Para otras empresarios, rodeados de tiburones escuálidos, políticos moldeables, pasando por cartera, boceros en medios, más pasta subvencionada, prestamistas enfangados hasta los tuétanos, muebles en escarpadas colinas, timadores varios, abogados más, etc...  Que, en un momento pueden mover la colita a sus órdenes y ponerse a lamer bolas, digo balls on fire.
Cuando el jefe pesca y dirige el bote, por ahora... es el que manda de verdad, como salido de la nada a la metamorfosis del éxigo, verdadero estereotipado cawboy de ciudad, en su gran rancho vital, que no emocional, parece, pues es el comandante supremo de las emociones escondidas. O no... depende de cada capítulo, de lo que escucha o modifica, tacha, embadurna, echa al estercolero mediático, difama, otorga... o promete, como buen pres... no, no lo diré.

De momento, triunfaremos en pos de la postverdad, las triquiñuelas comerciales, la sátira social, las sangres contaminadas de dólares ensuciados, esperando que transcurra la próxima fiesta desenfrenada, con pasta a raudales apostada en las cartas marcadas, caballos perdedores, polvos variados, retos de comensales a la cara, entradas furtivas en el baño y... un pizca de sexo irreal, como si formarán parte del Tea Party, en apariencia.
¡Ah, e insultos descalificativos a mogollón, que ya lo he comentado! Qué no pare la fiesta, no... What fuckin crazy... fuckin sharks. O garrapatas, of course.

Sin embargo comparándolos con los de la omertá y esos otros de tiros largos, ya sabes, en esta Successión la palabra es diferente, se utiliza no como amenaza, ni forma persuasiva o de dominio en el barrio de inmigrantes italianos o irlandeses, sino más bien, como signo de inmunidad hacia lo irrelevante, vanalidad a las opiniones o distanciamiento con las posturas de todo tipo de familiares escocidos. O renegados, si existen. 
Mientras los acólitos, que son una parte importante en la serie de HBO, van y revuelven, se estiran y encogen, se camuflan o hacen jadear, y reeditan los resortes del éxito de la comedia negra, que son los mejores por recordar y mandar al triunfo dorado. O mejor dicho, ácida, porque también tiene momentos de fresa como la ídem barbija...

Esto atrae a una inmensa parte de la sociedad, que se posiciona con sus gustos personales o se entrega al canibalismo ideológico, que significa esa otra tendencia agraciada por la sociedad de consumo... La crítica descarnada, y la envidia. La rabieta que enciende los cigarros habanos con verdes sobrantes de las profundidades cavernosas... Ä algunos les encanta visionar, pero no, digerir. Así es y será, don Vito y Cía. Eran otras épocas, y ahora, la farla es la farla, en cualquier rango que se sople y tiempo.
Son dos temporadas y algo, que me están pareciendo una guerra placentera de personajes decadentes, o viciados por el money, que entablan estereotipos que frecuentan los sueños o pesadillas, de muchos espectadores. Pero, que te enfrascan en una pócima de encantamiento por los personajes.
 Todos, a un lado u otro, entregados a la gran fiesta de despellejar al resto, lo que más nos gusta y observamos con devoción, si nos dejaran, a través del cristal de una limusina tintada y mujeres ataviadas con brillos de narices para abajo. 
Sin embargo, el poder también se usa contra otras familias que tienen otras prioridades, aparentemente, cuando se produce una marejada en los medios de comunicación que forman comuna por dinero oligarca o comprador de votos, en un santiamén, posicionándose a favor de unos, o los otros... eso, del dinero o del que más pague por adelantado. O lisonjas futuras. Eso incluye a representantes legales, fantasmas invisibles que exprimen la sábana, despachos ocultos en todas direcciones, llamadas a deshoras, a ver quién cuelga... o a cualquier mindundi que pase por ahí... buscando una oportunidad o acceso a reunión privada, para hincar el diente. Así de frescos somos, cualquiera que se precie, o aprecie... en el mercado laboral o caníbal.

Eso sí, si no tienes donde caerte muerto, ni primo, ni imagen telegénica... Si no eres edecán en la sombra, rimbombante o con alharacas adictivas, o sigues al mesías, ¡date por despedido! De perdidos... to the river.
Estamos a unas cuadras de distancia del Wall Street. Al lado del mecenas de cualquier ámbito de la comunicación en el mundo...

Una Historia en Re-producción...

Ahora voy a hacer un aparte... por indicación médica.

No son familias ni parecido, en la posición, u oposición si tienes otro planes, pero si recuerdan un poco al humor tan característico y repleto de faltas, venenosas o metafóricamente maléficas, que te sacan de su realidad a una especie de chiste continuo sobre la vida.
O sea que te cagas en sus vidas, a través de la carcajada. El puro sarcasmo de la levedad existencial.
Ahora, me estoy refiriendo a aquella mítica Enredo, con una colección de ejemplares que hay que ver, pasados unos añitos de nada, podrían ser etiquetas en retrospectiva, que vuelven a ponerse de moda. Tal vez sin el nivel económico, pero igualmente reina el caos en su minifundio y la degradación, por momentos, porque son surrealistas a tope, como un matrimonio desavenido, sin prole educada y con una especie de gato peludo en el sofá. Fumando además... 
Así, los hijos se despedazan, sin derramar una sola gota de sangre añeja, visceralmente enferma por las discusiones genéricas o los recuerdos, montados en coches metálicos de los sesenta, a pedales. Esa es la imagen, como fotografías en sepia del hoy, en el que vivimos una regresión o vuelta a aquellos lares, en primeras teles con poca resolución. Igual que sus peleas... mientras el general grita, se desgañita. Malditos cobardes, fuck us.

Era una batalla campal, graciosa, entre necesidades o los desplantes personales... por la envidia, puede ser, y esa trición tan televisiva entonces como mañana. Es el paraíso donde triunfan los guionistas, mecidas sus palabras hirientes por la convicción de los artistas intérpretes, que se ponen a su lado para recitar las travesías del poder y la desgracia ajena... Eh! A otros televidentes, les atraerá más, una pandilla de trabajadores de la construcción, con sus problemas en apartamentos humildes, lánzandose ladrillos al casco. No te jode, fuck off!

En esta Succession de lujos y emponzoñamientos cosanguineos, esperamos ansiosos otro lanzamiento sardónico de estulticias personales a la máscara, porque no duelen al estar armada de cemento, y que te hagan sonreir esperando un nuevo episodio a la semana siguiente, como suponía aquel otro enredo de engendros divertidos postergados a las ondas hertzianas.
Successión es todo eso y más, entresijos ocultos, devaneos con el poder... como los caballeros escurridizos de una mesa redonda al lado del King Logan. Que nunca se fuga, por cierto, en chisme televisivo con la sección de clases sociales a la distopía.

Sin duda, además de los guiones, sobre todo, son sus personajes, el verdadero acierto, una selva como colección de sarcásticos incorregibles, amantes de nihilismo, no tan poético. Patéticos condescendientes, hijos de... niñatos, calamidades empáticas, cerebros atravesados, masas moldeables como barro de campo petrolífero... entre la dialéctica elaborada y la prosopopeya elástica... Mayoritariamente,... ciegos recalcitrantes en su condición de intocables todopoderosos... o no. Depende del día... y el móvil.
Casi siempre, porque puede suceder algo (no de sucesión), un hecho inesperado que tiña la modernidad de diseño modernista, las localizaciones excéntricas o la tradición oculta del capitalismo, en cataplasma del tópico, Sueño Americano.

Este exhibicionismo amoral de los Roy y demás, a través del folklore familiar y depredativo, es salvaje y cínico, siguiendo dicha moralina de la casta que fue de la gran pantalla al petit comité de muchos, mas burlándose de su propia estirpe hollywoodiense. Donde era tan fácil encenderse en una trifulca interfamiliar, como soltar una lagrimilla en una esquina de un plató... Un juego del Monopoly, con el valor que le quedó en cartera a BlackBerry tras aquella estampida de valor en las bolsas y muy bien explicada con humor, lógica y técnicamente, en su película homónima, que recomiendo. Sin pasar por la casilla de la cárcel.
Un imperio de varios años, que se fue el carajo... Pero, debido en ese caso, a la competitividad empresarial y los cambios de humor entre amistades. Y entre tiburones al olor de la sangre, donde es complicado acabar lamiéndose las heridas del tiempo... sin atragantarse.
En este apartado de Wall Street, ¿qué me queda...? ¡Ah sí... otros puntos suspensivos!

Existen partículas concretas, nada de puntos sacrificables, que nadan bien en estas aguas turbulentas o infectadas de cadáveres a futuro. El creador de OPA´s escritas a forma de showrunner, Jesse Armstrong, que es un máquina del sarcasmo, puro y duro. El director Adam Mckay (Don´t Look Up) y su astucia para captar la hipocresía y la sátira en imágenes, como el actor Ferrell, aportando dineritos para hacer sacar a flote este transatlántico de excentricidades, de frustraciones, muecas sonrientes y elegías anticipadas.
Claro hablando de superficialidad, tengo que hacer otra de mis interrupciones y recordar el filme El Triángulo de la Tristeza del director Ruben Öuslund, para observar toda la miseria y las bajezas que podemos llegar a representar, como raza humana. La mierda salpicando, por doquier, vómitos... Y ese capitán soviético, que se emborracha porque sabe que otros manejarán su barco, hasta llegar a buen puerto... O no. La isla del señor de las moscas y la dama de la limpieza, así, en general. Un pelín desequilibrada, este peñasco.

Y es que la miseria humana, se identifica de diversas maneras en la vida... que se lo pregunten a hermanos, hijos, parejas, contratados, siervos o al Gran Padre... ese JR, Larry Hangman como rey de la CBS en 1978, dando paso a la camada de agraciados, con Angela Channing del Falcon Crest ochentero y la dorada Jane Wyman, haciendo chismes con Kim Novak o el ejemplo de la femme fatale Lana Türner. Pasando dones a la Joan Collins de Dinastía, más petrolífera que la caristía a la que nos vemos avocados en el Egipto de los faraones, un año después interpretando a Alexis Carrington y mantenida los Shapiro, cuya producción daría paso a Los Colby con Charlton Heston más Barbara Stanwick. 
Y por útlimo, en respingo acrobático, a los mismísimos Lobos de Wall Street, of course, con Mr. Scorsese sacando punta a rascacielos financieros iluminados y los tacones de aguja. Eso es el poder del dinero, y lo que discutimos en nuestras casas, para encender una bombilla de la habitación o conseguir un polvo. Ahora ya, en cualquier género o tal.

Pero... aquí no acaba la historia... 
Recordando que, de aquellas atracciones temporales sin duda, una debió ser para los sombreros de moda vaquera, con todas aquellas magnitudes manufacturadas del fondo de la tierra, saliendo a borbotones por la televisión. O dentro de los estómagos, delicados con las contiendas épicas dirigidas por el Gigante de George Stevens en la gran Warner de los 50, sin una mínima posibilidad de error, ni distración reproductiva. Los supuestos, íntegros, acomodados hace generaciones fueron y son, y el nuevo que desea ser, dar bocado al pastel, cueste lo que cueste. Esto es, la hostia. Y a hostias... y ahí estaban la Taylor, Rock Hudson, qué cosas... y el James Dean del futuro, antes de la desgracia. Accidentes de coche, uno por pedal de vértigo.

Corrían los años 20 al 30, y la meca del Hollywood clásico, eran 8 los grandes en cartel a la carrera. Estudios que reclamaban la atención del gran público con sus estrellas en luminosos de fachadas mágicas y guiones sembrados, siempre en lucha, como buen negocio de cualquier estamento o imperio... con el dar y recibir a cambio, por delante. El cine alcanzaba su zénit tras las sesiones del mudo y el sistema de estudios era todo voz... dando nombre a una época dorada de éxitos y luces intermitentes del star system. Ya indestructibles, salvo alguna historia que contar... o invetigar. Blonde con Ana de Armas y el buen director Andrew Dominik, a nuestro pesar, es precisamente lo que no queremos ver en la pantalla. Una película muy sombría y desiquilibrada psicológicamente... Tal vez necesaria, para algunos. A mí con los documentales, me vale.
Supone lo contrario al humor que viene representado esta narración y que desea vigorosamente un público, que elige la oferta multicanal. Puede que algo harto del sufrimiento generalizado ya, y el enfrentamiento social. Lo sé, por comentaristas cercanos y humildes... 
Quizás deseosos, otrora, quisieran intercambiar sus vidas por seres con posesiones inmobiliarias al tuntún y posibilidad de aumentar los grados fríos de sus viviendas. Participar de sus divinas fiestas o progamas de tv. Quzá porque existen tantas familias como sueños... o desprecios. O faltas de cariño, o con la ausencia del padre... el Gran Perdedor, hoy.


No, no me refiero al maltratado patriarcal, no...
Pues bien, aquel Hollywood emergía como un verdadero criadero, donde la carne se dividía en tiras tragicómicas como representó el Gran Gastby con DiCaprio en versión moderna, frente a la obra cumbre de Francis Scott Fitzgerald. Narraciones en la cúspide y la extravagancia, que recuerdan el cuelgue de Howard Huges en otros ámbitos, y vuelos, con la revolución industrial made in USA y su camino al imperio del poder mundial. Un país dorado donde las finanzas se convertían en una pelea interna con que doblegar los proyectos de otros, cambiarlos o mejorarlos, para la superviviencia de la gran familia del estudio cinematográfico. Ahora... viene el filme que me toca rememorar hoy, antes de la mafia de Michael.
Pero antes, una pregunta que podría provocar a más de uno de aquellos críticos de la obra del cuarto hermano, productor de la novia... ¿Qué se busca con, la creación? ¿Obra artística de calidad... o la mera, cartera? ¿Qué estás dispuesto a dejar en el camino... tu vida? Tu moralidad, ¿no? Entonces que criticarás...

Cuesta responder... porque daría para una tesis. Dejaré la ideología en un rincón y acciones pasadas, y me centraré en la producción del business, con mayúsculas. Con esa estructura mastodóntica o en manos, de unos pocos que malalimentan a cientos. Como El Último Magnate, con otro polémico en su sombra como Elia Kazan, conexión Hoover de nuevo y el sistema. Mientras F. Scott Fitzgerald, es miembro de la Generación Perdida que se basó en esas sagas de triunfadores, llevados al cine con mayor o menor fortuna, la decadencia a la contra del minirrelato de Benjamin Button, los amores convulsos a través de una línea editorial en La Última Noche que Vi Paris, interpretada por la experta en sagas gigantes e históricas, Elizabeth Taylor, y Van Johnson que firmaría en una serie con dos hermanos muy opuestos en cadena visual. 
Y en concreto, esta obra que se basa en la vida del productor de MGM, Irving Thulberg tras la guerra de las patentes y la llamada ley antitrust contra el monopolio, pero, ante la que nadie podía prevenir la caida de la fiera... Fin a los departamentos y sus labores especializadas. 

Fue la caida de una gran industria magnética, que ahora es de consumo más acelerado, digital, pues la informática es parte del negocio. A veces, no tan digestivo. Como para Arthur Miller, fue su paso por la vida insatisfecha de Marylin.
El Último Magnate reproduce sus últimas visiones, a través de la mirada encaprichada de Mr. De Niro, sin ordenadores, ya como estrella vital con currículum creciente en busca de otros taxis, toros salvajes y familiares, cuyo personaje recayó anteriormente en Gregory Peck en Beloved Infiel, junto a Deborah Kerr. 
A la que seguirían versiones diferentes, con Malcolm Gets en aquel título Mr.s Parker y el Círculo Vicioso, o representaciones modernas del mismo tema, por Richard Chamberlain, Timothy Hutton o Jeremy Irons. En la misma piel de aquel jefe de estudio, jefe de productos Metro en cine, con visión para el éxito empresarial y la taquilla, y que fue ennegreciendo (entiendes no), cuando se perdió el poder de la exhibición y el método de contratación de estrellas, hacia el ocaso. Y curiosamente la pequeña, la competencia del medio naciente entre ondas. 

Marilyn Monroe marcó un camino, como una rebelde Miss Hepburn o la misma Miss Taylor. 
Y al otro lado, al frente de la MGM, estuvieron el gran Louis B. Mayer y The Wonder Boy, con ojo excrutor para adaptar buenas historias, pero en idilio que terminó románticamente con un fundido.
El guión se embarca en sus últimos días de supervivencia, tras cierre de telón, perfumado en alcohol contra el desengaño amoroso, arrastrado a un panorama matrimonial complejo y enfermizo por los estudios encharcados, rodeado de la depresión de una mujer y relaciones adúlteras... Se parece o no, ¿a algunas vidas de Succesion...? 
En el fondo todas se parecen, por parejas, puesto que si no eres rico y persigues estas relaciones, no mereces que un premio nobel te dedique una novela o un ganador del Oscar, prefiera dirigir una película sobre Don Nadie. Eso lo hicieron los estudios italianos, españoles o franceses, luego suecos, donde el divorcio fue el cambio. Lo sabe hasta Don Marcello Mastroiani, chac. 
Bueno sí, también las hay en USA... pero con altares estelares en sus épocas en blanco y negro o technicolor, o en el independiente. O los superhéroes que no resisten el panorama de la humanidad y sus nidos amatorios.

Efectivamente en 1976, The Last Tycoon no está separada de la tradición de esas familias regentes de la televisión y el Séptimo Arte, los medios de comunicación en Succession, a la búsqueda de los suculentos beneficios. Pues en la vida del mercadeo, no todo se compra y vende... como el amor dicen, que no será correspondido en parte en al película... Y en la vida... Y en esa pareja de Sucesión... 
Si bien, siempre hay un jefe que manda a otro menor, y Robert Mitchum se las conocía todas para ser doblegado o timado, plantea al hijo, más o menos adoptado en la cúspide, sombra de Robert de Niro... que se lo haga mirar. Pero el personaje también se las sabía todas ya y buscaba algo más. 
Por el contrario, en este momento de visualización de la serie Sucesión, no lo tengo del todo claro aún, me muevo más por las tendencias sociales y mis propios pensamientos críticos o alegres, que por la realidad del guión. Habrá que esperar al III y IV, hombre ya.

El amor y la boda...

Esto de las bodas, es un sinvivir. Fuck! Que se lo pregunten a Robb Stark. Nada que ver con Lord Star, salvo en la discusión sobre la convivencia con los amores.
En otros lares, reinaba la obscuridad entre hermanos, como sería en Hombre Rico, Hombre Pobre, con el maléfico  Anthony Falconetti interpretado en parche oscuro, por William Smith. Un actor que tuvo ojo con Jerry Lewis y como padre, no recuerdo parche, parte de nuestro pequeño Conan de Cuenca... 

Como curiosidad comentaré que aparecían en esta serie mítica, Peter Strauss y el poderoso Nick Nolte haciendo el humilde boxeador, un joven Bill Bisby como futuro Bruce Bunner al lado de Lou Ferrigno, el mítico Ed Asner inolvidable Lou Grant, y el mismo Ray Milland, que interpretó a un escritor alcohólico junto a Jane Wyman, next, para The Lost Weekend del maestro Wilder. Y que mató hithcocknianamente en el cine en alguna que otra ocasión, o igual andaba por el set de El Gran Magnate a la par que Gloria Grahame, actriz en Los Sobornados, En un Lugar Solitario y Cuativos del Mal. Obras maestras las tres, con amores terribles en magnífico blanco y negro.
Esta última con el gran Kirk, que ya me diréis si no tiene que ver con el temita intentado cardar la Lana, declive de Blackphone-imperium y la producción de éxitos glamurosos de Turner.

Pero antes de atravesar el último set de rodaje, y los últimos platos del convite, introducidos en la obscuridad por la visión del futuro de la producción, el Magnate va hacia una nada absoluta, quizás... 
Recordar en Mr. Kazan production y los pasos del desligado de todo, de la vida, a todoterrenos de la actuación como John Carradine y Seymour Cassel, Jeanne Moureau, Tony Curtis, Dana Andrews, una jovencita Theresa Russell, Jack Nicholson de guía sindical de guionistas y ahora, en huelga como allí, next nexo... ¡otro tema que te resuena! Y a Donald Pleasence... ¡qué decirrrr! Genio a ciegas. 
Pues nada, que también estaban comenzando Anjelica Huston y Peter Strauss por ejemplo. Jeje, otra. Y un hombre de los que son necesarios también, pues el actor de reparto casi desconocido hoy, Jeff Corey, trabajó en un capítulo al menos... de todas las series habidas o por haber, he dicho. Mi sentido homenaje a ellos.

Sin embargo, a pesar del interés de la obra del traidor Kazan, sobre todo, en los momentos de recorrido por platós decadentes, los cambios entre escaleta fílmica y la vida real, y ese trasfondo romántico, más bien platónico... el contar que, el director fue alumno de la escuela de Lee Strasberg como De Niro... y cuya esposa, estuvo en la mente de la Rubia de Hollywood, quizás políticamente, no se sabe. Así el tema no cuajó del todo, como el filme que se estanca al no alcanzar grandes momentos intensos y recordados, a pesar del espectacular reparto y que contase con guión adaptado de otro nobel como Harold Pinter... y el revolcón en aquel catre a la intemperie. Por otro lado, Pinter autor del texto de El Cuento de la Doncella, La Mujer del Teniente Francés, menudo amorío... la magnífica El Sirviente o El Mensajero, ambas de Joseph Losey, y curiosamente, una pequeña historia llamada Tea Party, tan a cuento. 

Y El Portero, interpretada por Robert Shaw, Alan Bates, como dos hermanos enfrentados en el apartamento, y Donald Pleasence, el vagabundo incitador del conflicto. Si es que era necesario, pedir más.
De Enredo a el gran Tycoon, en cero coma... ya ves tú. Velas...

The Fucking Family...

Este es el humor alocado, indiscreto y retorcido, pringoso como el fua de pato o los huevos de caviar, pasados por la guerra... que se avecina. En cambio algunos, prefieren una burguer y un simple refresco gaseoso, mientras se cae el mundo a sus pies. O consiguen, ¡un reloj! Su tesorooo, en sociedad...
En eso, apenas hay diferencias (salvo el tamaño de la cartera verdadera), porque todos consumimos... y deseamos cosas, viajes... chicas. Palacios, tal vez... Él también, porque sabe arrimar la bragueta, o no.

Este es el gran secreto de Succession, además de acontecimientos bélicos en las bodas... tal vez, fuenrales, quién sabe... Y él, su personaje y la pareja que le anima por doquier, por arriba y los abajos, serán parte importante de la próxima entrada del blog sobre esta serie... ¿Seguirán siendo pareja de hecho? ¿O volverán a las andadas, y se tirarán los insultos a la cara? ¿Se convertirán en pervertidos sexuales...?
Y los chicos, ¿se harán daño como los hermanos de otras series? ¿Y el gran jefe, qué sentido tiene todo lo pelead? ¿Se hablará de más millones, y helicópteros, y yates deslumbrantes... ? ¿Aparecerá por casualidad, Woody Harrelson...? 
¿Cuántas variantes escucharemos en los finales de capítulos, del soundtrack de Nicholas Brittell? Una banda sonora que parecía algo insulsa, pero que ha ido adquiriendo empaque con su dramatismo epopéyico.

Si desean conoce las respuestas de, mi primera mano y segunda parte contratante sobre la pelea de gallos en los negocios, no se pierdan los siguientes capítulos de ... Succession. 
Amaos los unos a los otros, como hermanos... Y si no, que les den a todos, fuck off! 


Cinemomio: Thank you

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