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martes, 12 de noviembre de 2024

This is the Zodiac Speaking… & more of Jokers.

 

Mucho antes que apareciera el primer retrato pintado en una cueva, por así decirlo, el primer concepto realmente artístico… Surgieron los primeros actos decididamente humanos, como el sexo… o el asesinato. Quizás símbolos, representados con una línea curva rojiza, sobre la piedra, como una especie de mueca...

En los muros de nuestras habitaciones penumbrosas, escuchamos ciertas voces que nos inquietan… Se reprochan entre sí, con manifiestas acusaciones de dolor o malestar enquistado, a lo largo de los años. Se transforman en insultos despreciables, acompañados de terribles amenazas personales. Incluso, en alguna ocasión, podemos… oír las entonaciones grotescas de algún que otro, encuentro sexual.

Sin avisar… ahí sentados en el sillón o recostados en nuestra cama, nos enteramos o añoramos el deseado silencio. Es habitualmente, lo contrario a lo que se busca en los programas de televisión o noticias amarillas de prensa y redes sociales, donde se busca mayoritariamente lo escabrosamente mediático.

Pero en el primer caso, lo que normalmente sentimos a través de los poros de la piel, surcando la de naciones y pueblos, o las aceras de cercanas calles y las puertas de los vecinos… Es el odio, en estado puro.

La excitación…

El odio es lo que nace de las entrañas, casi siempre a oscuras… Pero no tiene porqué. Así que se esparce a través de la luz, también como ejemplo de las relaciones humanas, en las numerosas producciones de cine y televisión. De forma que en determinadas sociedades y épocas, los filmes que gana por goleada, son los relacionados con el crimen o el terror… Y estamos en días de Halloween, así que…

Todo se estremece a su alrededor, la excitación puede viajar en ambos sentidos, aunque con diferentes sensaciones y temperaturas… cuando una mano, se acerca sigilosamente a un personaje desprevenido, acalorado o asustado, tratándose de lo criminal, diríamos que ¡muerto de miedo! Si no lo es ahora mismo, lo será… próximamente.

Es una forma, el crimen pasional, que forma parte del miedo, que al igual que el horror se nos presenta sobre la pantalla como una visión social, que tiene que ver con la desigualdad, el poder marginal o político, y especialmente, la envidia. ¡Qué impregna todo y te corroe…!

Y en esas pesadillas, estaba… cuando de repente, todo recuerda a un hombre del cine nos deja, llamado Tony Todd, presente en una gran cantidad de las misma, con integridad y profesionalidad. Tenía la vitalidad con 11 proyectos próximos en la mente… Sin embargo, hay que recordar que su carrera exitosa empezó con 32 años, con una ficción esotérica desconocida titulada Sleepwalk y aquella cinta de terror bélico y personal de Oliver Stone, conocida como Platoon. De las que apenas le reconozco ya – será la memoria…- , de esos pequeños papeles que llenaba con su gran presencia y entonación. Voy a destacar que estuvo entre los  Colors, se le escuchó en el Bird de Clint Eastwood, revivió la nueva noche de los muertos vivientes de Tom Savini, arranco un pequeño grano de La Roca, hacia una historia de The Man from Earth –pudiera ser una versión más histórica, que la de aquel onírico de Mr. Bowie-, y por descontado, en nuestro querido The Crow de Alex Proyas, junto al malogrado añorado, Brandon Lee.

Además, de ser fuente de inspiración en muchísimos capítulos sueltos de las series de tv, que algún momento se acercaron a nuestros hogares, en esencia casi tan escondido como Beast de Masters of Horror. D.e.p.

Y… ¿la sustancia?

Claro, por las peores pesadillas, corren chorretones de efluvios malolientes y fluidos corporales en descomposición. Porque las historias terrorífica, cada vez impregnan más de ellos, a las películas de hoy… A más cantidad, más escenas horrendas, y más repugnancia… En definitiva, solamente hay que echar un vistazo al género slasher y detenerse, tras las espaldas que indican el camino de un asesino sobrenatural – no hace falta decir a quién nos parece…- que se acerca pisando sonidos orgánicos y otros metálicos, en In a Violent Nature. Un auténtico hito del espanto más rebuscado, para dejarte crujido en la butaca o sofá, con una mueca de dolor y esa máscara que te suena… a algo o alguien, eh! Chí, un punto de mira en los ojos. Preparando su vuelta, así que tú verá y… ¡sentirás! Por detrás.

El contexto en sí, no importa demasiado – salvo el punto de vista -, y los sonidos que encierra la violencia en el contexto explícito de la sangre salvaje, que salpica visualmente en una especie de orgía contemporánea del horror revivido. Por ejemplo, la que nos muestra en ese lugar fantástico, lo que Acecha que se puede llamar la maldad… el mal absoluto que ataca a la raíces de esta sociedad alienada, desordenada y reventada, desde el interior. Es decir, lo que se esconde tras esas paredes antes mencionadas, sin perder de vista lo escatológico y visceral… En cambio, no siempre es así, existe ese otro lado oscuro, digamos, más psicológico y real.

La Hora del Zodiaco…

Con él, mediáticamente hablando, empezó el asesino en serie, a cubrir el miedo con la realidad más temible y anónima. Porque sus muertes, en juicio nunca estimado, y su vida especialmente, es un auténtico rompecabezas, un enigma que, poco a poco, se trata de ir desentramando y haciéndose público. Aunque esta vez, se trate por medio de un documental que entrevista a protagonistas indirectos, y se rellene con una voz gutural que responde a la policía con amenazas. Es una especie de Joker, que provocó asesinatos verdaderos, como una máscara que no causa risa… Sino, que ahuyentó a los ciudadanos de las calles de San Francisco y alrededores.

Por eso los sueños más temibles, pueden formarse a través de los hechos reales de nuestras vidas, como bien indicaba ya Sigmund Freud en esa obra discutida, La Interpretación de los Sueños. La forma de reinterpretarlos en la mente de cada individuo, es lo que establece las reglas también, de la representación artística, realista o polémica. De la que un asesino silencioso, como Zodiac, formó parte del relato histórico del crimen moderno. Como estableció el pasado, Caín, BarbaAzul o Jack the Ripper. O alguno de esos políticos… que la rondan… la historia.

Es la auténtica memoria de monstruos reales, que proceden de los rincones ocultos de las familias, muchas desestructuradas o igualmente violentas, que prefabricaron su personalidad psicopática. Enferma o no, como en el caso zodiacal, como el bien se describe en sus cartas inf… desinformativas. Sonidos misteriosos que se retuercen en ellas, en las cabezas de los observadores e investigadores, recalcando que… pudieron estar cerca. Pero, sin lo que llamamos, pruebas concluyentes. Por lo tanto, la miniserie es recomendable, como aviso de lo que se puede esconder en las sombras acechantes de nuestras ciudades. Una cara más, una simple, y llanamente, pavorosa. El resto… son sensaciones.

Entre rivales… malsanos.

Esto es tan viejo como el Séptimo Arte… En aquellas épocas que nos cautivaron por su incrustación pasional, asustándonos o demoliendo nuestra pacífica humanidad. Desmontándola, porque no creímos que eso pudiera existir o hacerse realidad en el futuro. Y después del tiempo, observamos que todo puede ir a peor, sin duda.

Dese las historias que nos contó el bueno de Fritz Lang y su asesora marital o narrativa, hasta las historias bíblicas que se retrataron en episodios extraños de las religiones o las políticas; hasta remontarnos al registro mudo del crimen, cuando en corto del s. XIX se esmeraban para contar una ejecución, la primera registrada en celuloide, que se nombró como The Execution of Mary Stuart de Escocia, y cuya escena en cuestión duraba apenas 18 segundos, sin sangre, creo. Pero asustaría lo suyo, no… gracias a una mente, que mantenía el nombre Alfred Clarke.

También significaría uno de los primero efectos visuales truculentos, del sepia a los grises matizados del fluido, que sustituía un frame por otro, en el montaje del descabezado. La actriz por la muñeca, que tantas veces hemos atisbado, o no… Depende de la habilidad o el truco, ¿no es verdad, prestidigitadores del cine? Es verdad, ángel de amor, sin testa.

Sino que se lo pregunten a Johnny, eh… Y vuelta a empezar, para reencontrarnos con esa Maxxxine, que no es por asomo la alta X, pues el desparrame en Hollywood, huele a un falso demoledor y perdido en el guión, que no convence… Ni al más categórico y riguroso, Padre.

Sin embargo, si hay que hablar de madres y Carries On, ahí estamos.

Piernas Largas… sin baile.

Claro, Longleds del director norteamericano Osgood Perkins – vaya nombrecito eh, maestro Hitchcock…- y uno de los profesionales de esto, que habla en el documental 78/52 La Escena que cambió el cine… si no la has visto, a qué esperas, ¡a que te llueva encima! Es autor del próximo engendro mecánico titulado The Monkey y trabaja en una cabaña con Keeper. Sin embargo, parece listo el muchacho, porque en Longleds utiliza la psicología, para construir algo macabro con jóvenes, la personalidad religiosa estipulada por De Palma, muñecazas vestidas, mentes secuestradas, y una pizca, más que introspectiva de Clarice Starling. Que no la poli injustamente premiada de True Detective Night Country, frente al joker que es, Nicolas Cage. Joer, vaya xDio.

Luego, ha sido un sin parar, locos y locas, por aquí y por acullá, dando pasos de ciego o de preclaros, iluminados, asesinos de todo tipo y condición, vocal o danzante. Olvídate de Charlie Chaplin, moviéndose ágilmente, porque a su edad avanzada encaró a ese tipo, algo conmovedor por otro lado también, que fue Ms. Verdoux y dejó a los de su época, boquiabiertos… Esto es, no lo entendieron, pero fue una obra notable en su obscuridad interior. Quizás porque el provenía de esos suburbios… y entendía muy bien el Mal. Aunque bailara y cantara, en silencio, por dentro. A Charlot, parecía que no… pero le dolía.

Por una vez, fue un Tony Todd verdoso, entre vidas y la muerte… En cambio Joaquim Phoenix ya había bailado sobre esa estrecha línea, en alguna que otra canción, romana por ejemplo. Ahora que estamos a punta de caramelo bailongo, con un nuevo decálogo maligno del Gladiator de Ridley Scott… Qué Dio, lo tenga en su gloria, dicen… Que no se mece muy bien, en manos de la historia. O no, ¿Napo?

Todo son pruebas incriminatorias, huellas de pies de baile o batallas que no se pudieron concretar… como la cara de un payaso, frente al espejo. Era Buster Keaton… pues no, era César Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger, Mark Hamill o Barry Keoghan… vaya me olvidé de Jared Letto. Y en cambio ahí sigue campando a las suyas, que en esta filme, se aparecen cantando con el rostro indescifrable de Lady Gaga, sin que ni uno ni el otro, sean los asesinos de los cómics. Pues, esta es otra historia, su historia… de un amor, no imposible, sino dudoso… Qué no es poco.

Dura menos, que una canción en una habitación escabrosa de Arkham, una historieta de la vieja animación de Warner, como sombra de Jeckyll más Hyde… y mucho menos que, un baile de claqué, algo más torpe que Gene o el papá Piernas Largas del gran Fred Astaire… Pero, esto es otro Rey de la Comedia, con Robert de Niro en la mente desquiciada, a las órdenes de un descompuesto musical, que es a la vez, un raro espectáculo de lo patético y lo artificioso de la sociedad que vivimos. Esto es… que Todd Phillips tiene algo de razón en ello. Es verdad que algunos pasos o voces guturales, nos incomodan… las del asesino, claro… pero tiene algo de razón oculta… El Miedo… That´s Enterteiment!!

Ni Trump, Torres Gemelas, ni asaltos, veo por ningún lado… Ni Batman que tampoco se siente en la sombra, sino de una resurrección por mediación del culto comiquero… Ríete tú… Hasta que aparezca otro, y nos deje la sombra en la boca de una carcajada, ácida. Se acusa y todo en juicio sano, ante los medias… Baila, desnudo, canta, desangrándose… ¿Qué más le pedís… que se convierta en Lobo Feroz? Pues destripado tal vez, con sus entrañas esparcidas ante el jurado público. Es otra cosa, es su historia más negra, de ser humano, educado malamente como otro niño, maltratado y malogrado, santurrón, cómico canturrón. Es Arthur Fleck y ella, otra Lee con pasta gansa, así lo entenderemos… y sino, a falta de hachazo entre las cejas, como chiste de ese Johnny enterrado, veremos… Sonríe dos, veces. Prometo en homenaje a Mr. Perkins y aquella mirada mosqueante... del fin que es, otro principio. Tal vez, otro comodín.

En otro contexto muy diferente, aparentemente… Zodiac se alimenta de lo mismo, el nutriente mediático, pero con otra condición más lúgubre y amenazadora que retrató tan enérgicamente, Mr. David Fincher y es referencia en el discurso real. Al igual que es el siguiente Joker que apunta al corazón de la sociedad, la perturba y amenaza, hasta sus extremas consecuencias… La libertad. Que se pierde rápidamente, como Mr. Phoenix perdió 23 kilógramos y ese coitus interruptus de su personaje, del Amor. Y con una parte del público… arriesgado, Sí. Como Spielberg, produciendo un musical de Púrpura que se queda en recurso woke... xDio.

La historia de Warner durante 100 años – que es otro documental, como un musical desnivelado en los tiempos y géneros -, es libre, antisocial a veces, bastante macabra, sádica en ocasiones, narcisista, alegre, mágica, con doble cara… nunca cobarde. Salvo algunas excepciones, más prácticas y mediáticas que van con estos mismos tiempos.

Recordando que, posiblemente, puede que no, eh… El Asesino del Zodiaco, en danza tortuosa y cruel, sería un educador de niños, tal vez, profesor de la inmundicia escondida del ser humano. Puede ser…

¿Qué nos queda…?

El último detalle, pensando en ese paso que no desentone en el contexto, pues lo mejor es no pisar a tu pareja de baile. Es que el Amor Loco, por encima de todo juicio, es una especie de condena… Mediática, cuando se inscribe en el sensacionalismo de las noticias. Lo vimos en ejemplos en serie, como Presunto Inocente y los crímenes familarmente poenianios de The Fall of the House of Usher, o las magníficas The Duce o algunas relaciones de Fargo con el periodo que quieras de ella, y la sencillez asesina del esencial juicio mediático con Love & Death. Y menos sangrante, en las postreras danzas y cantos de Daisy Jones, donde se establece una batalla psicológica. Que me viene muy bien incluir aquí… ya que su prota femenina, produce e interpreta Under the Bridge.

Y eso es todo, amigos…

Que no, que queda dar un paso a esos fantasmas que flotan, como danzarines o jokers del espacio. Que no del tiempo, como aquel Hombre que Ríe descrito por Víctor Hugo, como aristócrata acostumbrado a los grandes bailes con orquesta de palacio, cuando nació de la repulsa y el mismo odio… que el payaso que le marcaron a hierro y sangre. Con los labios sellados de la venganza en el corazón y la boca del estómago, dónde se concretan los ácidos. Es una semilla eterna que dejó a Conrad Voidt, algo encasillado rondando con Paul Lení, y le marcaría su signo de judío, interpretando a una nazi en la obra maestra Casablanca.

¿La vida es una carcajada… o no? Menos que Maxxxine, un poquito inferior que la payasada de A Quiet Place: Así comenzó el Silencio, la vida es como Cuando Acecha la Maldad o el Zodiac se aparece sorpresivamente, y se excede… si representa a un Longleds que es el Joker 2. Un tipo muy fino, una pareja casi divina, era un tipo desbaratao… si te lo encuentra por una esquina… un saludito, de don Phillips… Hola don Todd, Hola doña Broma Macabra! Otro cómico, no revolucionario… herido en su propio orgullo. Bajo la lluvia, una broma más… y menos. Volvió el Silencio, los rockeros dicen que no mueren, los asesinos sí, al final. Hahahohehihaaa. 

Hey, te acuerdas de Cary Grant con aquellas dos ancianitas del té… Tú, si eres un político o gobernante, no te rías tanto, eh. Nice!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 28 de julio de 2024

Manhunt. Season Lincoln & more.

 


Todo comienza igual... Alguien indaga sobre la historia, recopila datos y... se lanza a escribir su propia versión de los hechos.

La Historia Universal está compuesta de estos episodios, más o menos, fidedignos. A no ser que se incluya alguna opinión, lo cual ya no es un suceso, sino una posibilidad...

 

No hay duda, Abraham Lincoln fue Capitán. Aunque no concluyó sus estudios académicos... parecía inteligente, bajo ese aspecto barbudo y afilado como un águila con los ojos siempre avizores... Bueno, no siempre.

Aunque lo podía imaginar - lo que aconteció a continuación -, pienso que creía que nadie iba a ser capaz, si bien los riesgos para el ejecutor, no eran demasiados según se puede comprobar.

Lo que parece que demuestran sus allegados entonces, es que el joven Abraham - Abe para los amigos -, no siempre fue de tendencia republicana, que sufrió algunas importantes depresiones, que probablemente estuvieron ligadas a ciertos hechos dolorosos en el seno de su vida privada y que, tenía una habilidad innata para expresarse y la escritura, porque confeccionó sus propio discursos a lo largo de su -vida-, y las amenazas.

 

Lo que no cabe duda es que era incansable, un luchador, y creía en su propio destino, así como el de la nación que tenía en mente... Fue el decimosexto Presidente y el promulgador de la Proclamación de Emancipación en 1863, justo en el tercer año de cruenta guerra civil, en la que se perseguía que ´todos las personas detenidas como esclavos en los estados rebeldes, deberán ser y serán en adelante, libres`. Poco después, el General de la Confederación, Robert E. Lee  rindió sus tropas en la localización de Apponattox (Virginia) en abril de 1865, ante el General de los estados unionistas, Ulisses S. Grant. Y fue el comienzo, del final... hasta ahora.

 

Aquellos hombres que él dirigía, estaban de acurdo con la abolición de la esclavitud, del Norte al Sur en rebeldía. Sin embargo, Lincoln, no sólo tenía necesidad de cultivar la moral ética de sus ciudadanos y establecer la igualdad social entre ellos, también creía que el hombre con inquietudes, era capaz de las mayores invenciones de la humanidad. Así lo narró, no sin cierta sorna: "En los países habitados desde la antigüedad, el polvo del tiempo parece haberse asentado y asfixiado el intelecto y la energía del ser humano... Es por ello que he mencionado, el Descubrimiento de América como acontecimiento que favoreció y facilitó enormemente, las invenciones y descubrimientos de utilidad", así lo dijo y así lo creo yo, pese a quién pese... Existe una placa a su nombre en Departamento de Estado de Comercio en Washington D.C., sobre las patentes de esos inventos, que dice "El Sistema de Patentes añadió el combustible necesario de interés, para el fuego del Genio". Abe ideó una forma de boyar y elevar botes que quedaran encallados en bancos de arena o presa de obstáculos en ríos, cosa que sufriría en alguno de sus viajes, pero no lo llevó a término. Así, son las cosas de los genios... que, a veces, se enfrían...

 

Todo esto no parece tener importancia en el libro de James Swanson, sobre el que se basa la creadora y guionista Monica Beletsky (que escribió retazos de The Leftovers, I am the Night y FargoIII) para desarrollar en imágenes realistas, The 12 Day Chase for Lincoln´s Killer. Un retrato de la época con grandes conocimientos técnicos y gestionado por 4 patas, 3 Arts Entertainment, Apple Studios, Lions Gate Films y Walden Media, que concuerda con la realidad de aquellos tiempos de manera fidedigna y emocionante.

Lincoln está en segundo plano interpretado con rigor por Hamish Linklater (en The Stand y algún episodio de aquel Fargo III, lógicamente en flashbacks, ya que el camino comienza con su final en el palco del Teatro Ford, y comienza la investigación del asesino John Wilkes Booth, actor verídico sobre las tablas que entonara el "Sic semper tyrannis" que se convertiría en un "inútil, inútil" en postreras palabras de su propia boca. Además de la búsqueda de otros probables autores, con la persecución incansable de un fiel, asesor y amigo, Secretario de la Guerra conocido como Edwin Stanton, arraigado en el rostro tranquilo de Tobias Menzies (Juego de Tronos, The Crown, The Terror) siguiendo las propias palabras de, casi un hermano entonces... "Hacer de cada derrota, una fortaleza... y de cada obstáculo, un reto a vencer".


Qué quiso decir el asesino con aquellas agonizantes sentencias de inutilidad... no se sabe... pero no estamos aquí, para conjeturar... Estamos para abrir la mente y no, precisamente, a través de las balas. Puede que alguna Manhunt no sea satisfactoria.


Una vida... pocas imágenes.

Estamos en el último tercio del siglo XIX, y retratados en los desunidos estados de América aún ahondamos, cuando las imágenes que se podían encontrar eran tratadas con nitratos y pólvora. De aquí, y de los textos de una época esencial en la historia de los EEUU, se hacen cargo tres directores que han demostrado en otras ocasiones, su buen hacer, como Eva Sorhaug, John Dahl y Carl Franklin... demostrando que la política, no siempre es aburrida. En la ficción, claro.


El director negro que trabajara junto al mítico Roger Corman, Mr. Franklin  sobre uno de sus principales éxitos antes del Diablo Vestido de Azul - donde el tono de la película está en los oscuros azulados de la muerte -, diría "no he querido retratar lo bien que se puede matar a alguien... sino que el público sienta la pérdida emocional de la vida, donde la verdadera violencia es la pérdida, la violación de la humanidad.

Nos han quitado a alguien con sueños, esperanzas, el mismo conjunto de emociones que tendríamos nosotros...". Y aquí estamos, ante el dolor, ante la pérdida, un retrato, para bien o para el mal, de todos nosotros...

 

Pues claro, hubo un derramamiento de sangre, que ya llevaba varios años atrás, relamiéndose, pero que llego a su punto culmen en esa noche fatídica, con el atraco y apuñalamiento en su domicilio privado del secretario de Estado, William Seward y ese magnicidio que cambiaría el orden imperativo de los hechos... hasta el fin y encerrarse consigo mismo, en un despacho enclaustrado para llevar a cabo, una idea. O mejor dicho, La Promesa sobre una Idea...

Lógicamente los Derechos Civiles de los Ciudadanos libres, todos, deberían de cambiar, sí o sí, el derecho a una posesión privada (que tantos otros nos quieren negar, adquirida con el sudor de nuestra frente) y un futuro, con una sociedad sana y libre de elementos peligrosos... Sí, además de los votos, que eso ya se da por sentado... y no sé yo...

 

Todo se conseguiría con dolor y sacrificios, como casi siempre pasa en estos asuntos de estado. Por encima de la corrupción y los métodos mafiosos, que por otro lado, también están en el lado dirigente... - escondidos en las entrañas como quistes purulentos -, y que ocultan los datos y las pruebas reales, para que nunca se conozca la verdad de los acontecimientos históricos. Así, no sabremos en ningún momento quién mató a quién, quién financió este episodio de USA o el otro, - se comentó del referente como presidente de los Estados Confederados, pero no hay certezas.

 

Estamos en brazos, de la presunción, estamos entre las garras de la conspiración. Sentados, con un gesto inmortalizado en blanco mármol - por fuera -, en el National Mall de Washington, en la memoria de aquel defenestrado del hálito, para convertirse en una especie de mito, dios mitológico, en las entradas de un dórico templo heleno, aquí en la capital de la protesta y el discurso... Donde un King, pronunciara las palabras "Yo tengo un Sueño...", y luego se echó para siempre.

Nunca las hubo, las evidencias totales, no sé ven ni se sienten... nunca las habrá. Y lo sabes... amigo... o no. ¡Nunca se sabe!


Lo que ronda por las cabezas...

Como tampoco sabemos otros intentos de asesinato de presidentes o personalidades importantes, tantas que ya prescribe la cuenta... ni el tiro fantástico sobregirado sobre la cabeza de J.F.K, que parecía de ciencia ficción - aunque Oliver Stone trató de hacernos ver, retorciendo la vista, hacia ninguna parte concreta -, solo hacia el costado del hombre sentado a la cabeza. Porque la otra, la primera, se perdió... no, a las orillas de la isla de Cuba, precisamente...

 

Ni tampoco con  el disparo errado, se desconoce en qué sentido y terrorista poder, sobre otros republicanos de la historia... hasta lo visto, sobre una oreja sangrante. Unos lloran y otros sonríen, por gusto o desencanto... la gracia, el acierto el tiro... y siempre es igual.

Aquí hago un inciso, sobre los deseos de guerra... civil, por parte de partes interesadas, buscando la destrucción del todo, como una avanzadilla de los ajustes del tiempo pasado. Allí o en la tierra del toro, montados a horcajadas sobres sus lomos...

 

Pues bien, la ficción me ha decepcionado. Y eso que se trataba de uno de los creadores de la cinematografía actual, que más me habían impactado en el pretérito cercano, abarcando el terror de la persistencia en la inteligencia artificial de una Ex Machina, la Aniquilación que llega desde la conciencia exterior con horror metafísico, o la monstruosidad de una bandada de Men, que se precipita desde la maternidad en la sociedad británica... Pero, Alex Garland - con alguna escena preciosista y musical, eso sí -, me ha decepcionado con una estructura indeseable, sin cargas profundas... Porque la batalla discurre entre una ideología imprecisa, entre hombres blancos, claro, no hay otros... y la incontenible levedad de unos referentes periodísticos, que son un ejemplo de la superficialidad o la inconsistencia que vemos en las noticias. Hasta seguir, de una manera irreproducibles, siendo conducidos a una instantánea, rodeados de balas, que parece una burla a los que luchan, a los que se esfuerzan por conseguir una foto bélica, a los que deberían dirigir una nación.

 

Y la joven, es otra risión, cuando se planta ante la experiencia, disfrazada al parecer - no a su gusto según aparenta- con vestimentas de clase, de género femenino. Pues ella, lo inexperta, va a conseguir triunfar sin esfuerzo, como si fuera una enchufada, que no ha tenido ni un segundo de utilidad, sólo estar ahí... tal que una representación estúpida de los selfies o las redes sociales. Vamos, la que se ríe de una carrera, perfectamente equipada, siendo tan solo, un maniquí.

Ya, da igual quien pierda la vida, y quién gane la guerra... Todo el filme es una pérdida. Una pérdida del guionista, más que del cineasta... Bueno, a medias también.

 

Todas las escenas estaban premeditadas, sin sentido de la realidad. Todo lo contrario a lo que atendieron los especialistas de la salud, y lo comentan si están capacitados aún, sobre el cadáver movido, escurrido, trasladado y alterado de John Fitzgerald Kennedy, sobre la mesa de operaciones retratada en la verdad científica del documental, J.F.K.: Lo que vieron los Médicos... Y lo que sintieron, entre todos... El resto es historia de lo inconcluso, de lo investigado en comisión… de lo tapado.

 

Por último, en este apartado de la violencia grandilocuente... voy a recomendar una visita al pretérito, en un momento en que se hacían bien las cosas. Porque el notable director Alan J. Pakula - y productor de Matar a un Ruiseñor, qué más comentar...-, cogió una historia (no, no la de Todos los Hombres del Presidente, que es otro referente), de un conspiración oculta, la vistió con la imagen idolatrada como sex-symbol de un Warren Beatty, al que un día habría que hacerle justa justicia fílmica como es debido, en fin... aunque sea bebedor de leche, tenía su corazoncito peleón, y hay que adentrarse en The Parallax View (mejor que el Último Testigo), para observar lo bien que se puede filmar un magnicidio en vaqueros de campana. Sea en la Aguja Espacial de Seattle, o en un tablero vacío de mesas, con los colores de la bandera de las Barras y Estrellas.

 

Impresionante el reflejo de la violencia, en secretismo cogido de aquella Naranja Mecánica en la sombra institucional, y que además el profesor de la Universidad de Yale, Mr. Pakula, nos presenta como jefe de periodistas cabales, al gran Hume Cronyn, el que se estrenara con Hitchcock en La Sombra de una Duda y Lifeboat (qué ganas me dan de visionarla de nuevo), fue premiado Polonio en el Hamlet junto a Richard Burton, casó con Jessica Tandy, en pareja idónea de la imaginación, que nos hizo disfrutar con Cocoon y Nuestros Maravillosos Aliados. Ya lo he dicho, historia del cine, a la que sumamos a los guionistas Lorenzo Semple Jr. (que trabajara en la televisiva Batman) y Robert Towne, el de Chinatown, Shampoo y la primera Misión Imposible de Brian de Palma. Casi nada, película muy recomendable e... inspiradora.


Por cierto y, aunque me salga bastante de las tinieblas que habito y escribo... esta pareja idílica y simpática de Jessica y Hume, me ha recordado a la del documental, bellísimo, bucólico e intimista, nombrado por su autora la directora noruega Margreth Olin, y su dúo nostálgico y romántico,  de productores de renombre, Liv Ullman y Wim Wenders. Oyes, son los Songs of Earth... Si no lo has visto, no sabrás nunca lo que es la pertenencia, el amor a la Naturaleza sin pedir nada a cambio... y plantar un Buen Pino.

 

Esto es lo que tienen las cabezas, cinematográficas - o las otras -, que unas veces aciertan, pero en ocasiones, se pierden en despropósitos grandilocuentes o guerras infaustas...


Del trabajo forzado... a la horca.

La investigación clásica, cuando no existía la tecnología ni los medios científicos actuales, ha ido plantando grandes enigmas de nuestras civilizaciones. Y con el tema de los presidentes arrancados a la patria, los USA han coleccionado maniobras orquestales en la obscuridad, por todos los sitios y otras entidades mafiosas... Es decir, sólo sé que no sé nada.

 

Por supuesto, es la guerra silenciosa. Donde la información es un incógnito tesoro, y reina la omertá que ocultaría cualquier posibilidad de explicación, de camino a seguir... la cruz en el mapa. No, no tiene nada que ver con la fe, aunque podría tener que ver, según los que relanzan el enfrentamiento y el odio.

Pues ya no existen las ideologías, son mentira... Únicamente existe el mantenimiento de la posición y del poder, ante el dolor, el sudor en el trabajo y la sangre de los demás. Son los que secuestran el futuro de los ciudadanos, entregados a una causa impertinente que los enfrentó en el pretérito de los tiempos. Donde quedarán los archivos encerrados, o borrados, de la memoria.

 

Según los intereses colectivos de cada lobby, teledirigido, para mantener el poder, para seguir cobrando, lamiéndose las heridas, convirtiendo la realidad, en un eufemismo manipulador.

Las potencias observan, callan o actúan, dependiendo de la resistencia y del miedo, esperando responder, más o menos... con las mismas armas. Y esto es, un tic tac, preocupante.

 

La Inteligencia secreta es un ente abstracto, que depende de los ocupantes en la cima y de los observadores invitados o metidos con calzador... que pueden causar más dolor, más terror.

Al final es una auténtica pena que, las luchas sean sangrientas entre vecinos... o entre hermanos.

Es la verdadera batalla que tenemos sobre nuestras cabezas, una especie de maldición, reflejada como el enfrentamiento pictórico de Goya a pedradas mortales, y que algunos se encargan en alimentar bien, en regocijarse en que, a cuanto peor, mejor.

 

Por tanto, a lo único a lo que podemos aferrarnos, los que nos hallamos en el medio, es la ley. La horca que ha sido desbancada, desprotegiéndonos y sacando a los auténticos animales a nuestras calles, envenenándolo todo... Sí, puede ser un poco anticristiano, pero no necesitamos alimañas que se sigan nutriendo en las tinieblas de nuestras mentes con sacrificios inhumanos y salvajes... Sino, entonces, nos quedaría la máxima pena, la de la cadena perpetua con todos los instrumentos para que no sea una residencia mantenida, sino trabajada hasta el final. Hasta que el cuerpo no tenga energía ya, como el de aquellos que quedaron fríos, sin historia, sin recuerdos, sin sesos... sin sueños.

 

Ese peso de la historia, de lo correcto... es lo que sientes cuando te vas acercando a la entrada marmórea de Lincoln, Abe, como un Cesar, pero no injusto, sino cabal. Y eso que fue un hombre, sin grandes estudios... pero, tenía un camino que recorrer, si le dejaban. Una misión casi imposible.

 

Así que, cuando te acercas, si lo has hecho como yo, sientes esa gran sensación de la justicia, de los padres fundadores de una constitución de todos, de un tesoro enterrado como una cápsula del tiempo, de un gesto inamovible ya... a pesar de las guerras frías y las mirillas entrometidas... que buscan la desestabilidad, que asustan con amenazas apocalípticas. Qué encuentran las lágrimas.

 

Y todo, comienza como la sombra de una bomba o una bala directamente dirigida a nuestra nuca, que avanza con un silbido silencioso, para alojarse en el fin del pensamiento. Lo que acaba con las expectativas de todos, por los intereses de algunos, pocos o muchos... un puñado. El futuro en un puño, que se levanta y vuelve a pedir lucha... así, indefinidamente. Es lo que hay...

 

Esta se3rie de existencia convaleciente, tiene la resistencia agarrada al pecho, como un mal pulmonar o aferrada a un enigma como un cálculo, in des ci fra ble... por ende, aunque falten las teorías y Benedict Cumberbatch - un experto en descifrar conspiraciones y violencia gubernamental a pesar de las presiones -, tenemos a un guerrero en pie, interpretado por un gran Tobias Menzies, como la reencarnación de la memoria de un amigo, Abraham Lincoln.

Un amigo perseverante, juicioso y... cabal en la posible unión de todos. Pero... es lo que hay. O tal vez, no... ya que la historia nos sigue contando... La vida es un Juego de Imitación... en el tiempo.


Con un mensajero, un Topo, un teatro Ford o un caballo de guerra al estilo de Troya, entre ejércitos de hermanos enfrentados, sangre derramada desde 1919 o antes, carne picada o mensaje oculto, una bala... y una caza. La historia siempre se repite, digo.

Me quedaría por comentar, el Maestro... pero como no hay tiros, la homosexualidad resuena con otra sintonía...

 

Me ha costado... pero esto es lo mejor que he encontrado de una Civil War


miércoles, 10 de julio de 2024

The Cleaner / Black Bird. Season I


Normalmente he comentado, que las historias de terror presentando escenas de violencia extrema, patológica y visceral, se podrían tomar - o debería hacerse para desintoxicar el espíritu…-, con grandes dosis de comedia burlesca. O como una parodia grotesca del horror, al estilo de  las primeras películas de ese joven Peter Jackson. Como en aquella trilogía cerrada con el viaje extra dimensional de Ash Williams con Bruce Campbell alrededor de un Evil Dead paralelo y medieval, dirigido por  Sam Raimi. Pero claro, aquel Ejército de las Tinieblas era pura ficción fantástica… que es lo que hay que tener en cuenta.

Las representaciones lacerantes de conciencias, en lo cotidiano y traumático, suelen traspasar la pantalla marcando el dolor de las víctimas y familiares reales. Aunque en la mayoría de ocasiones, se suele tratar de evitar el trauma, evitando escenas sangrantes o que asalten su memoria de la pesadilla. Al menos las demasiado cercanas en el tiempo... En determinadas guerras mediáticas, nuestras mentes se hacen más débiles o se persignan ante la desgracia, mientras otras sobrevuelan límites de odio hacia la venganza. O podrían hacerlo, quizás cuando la justicia no genera la mínima confianza. Esto es una evidencia en regímenes totalitarios...

Es un tema peliagudo en el panorama actual, el de los actos violentos con asesinos atroces, que realizan desmembramientos y abusos, con deshumanización sádica, dominación de las voluntades, etc… y se oyen ciertas voces sobre no perdonar, ante la visión escandalizada de una sociedad incrédula y temerosa. O no… pues otras siembran el desconcierto, sacando a los criminales a nuestras calles.

Cuando esa ´suciedad` social es retratada por el mundo artístico – como aquel cuadro de Francisco de Goya, y Lucientes, con Saturno devorando a su hijo, descarnado -, o aborda otros temas oscuros y penosos… que no vienen a este cuento..., la imagen nos revela históricamente un compendio de podredumbre moral, marginación, una educación deteriorada, el pensamiento desafiante y un alma enfermiza… Este es el cóctel explosivo, para un elemento fuera control. Fuera de esqueletos vivientes o perros devorados por mamás hambrientas, está la existencia de un asesino en serie, preparando en silencio, sus actos más terribles e irreproducibles. Esto ya lo hemos sentido, demasiadas veces.

The Cleaner… o el Tallista.

Joe no es real, no. Pero se dirige con cercanía a nosotros, desde ese extremo de la pantalla que pertenece a los violentos y su universo de dolor ajeno, pues lo hace sin tapujos y lo peor, se siente bien. Así lo demuestra, con un extraño sentido del humor… Ácido como el vinagre de manzana en la boca.

Siendo, a la vez, poco expresivo, manipulador, sarcástico y frío hasta cierto punto. Tal vez ello radica en sus orígenes de pertenencia, que pasea sobre una comunidad aparentemente indiferente, no tanto como su nombre Christchurch. La que duerme sin imaginar, que la delimita socialmente, sobre la aislada y enigmática tierra de Nueva Zelanda. Hasta que sale la noticia en los periódicos o telediarios... 

Está de moda hablar de estos especímenes, desde la producción de la Lionsgate, a los monstruos de Tasmania, seres rabiosos, o no, significativamente tranquilos. Hacen pareja, en mi comentario de dos en dos, y con el Tallista reflejado en la televisiva Sky para Prime Video, se ven más sangrante, porque ante la violencia de ficción, no nos encontramos en la pecera silenciosa. Esto es, de tintes animalescos con reflejos de comedia negra, vamos a sentir el desbarro en su propia mente, cuando se presenta ese eco de su voz, en femenino caótico. 

A lo mejor no demasiado creíble por otro lado, pero es el contrapunto violento y sado, que se inclina al sentimiento con el tiempo, o algo que además de doloroso, se hace agradablemente divertido al otro lado. Es un lugar irreconocible, desde el que empezaremos a visualizar sus relaciones personales de otra manera, y cambiarán los roles, incluso, con la policía. Un mundo de mascotas que rodean su patetismo solitario, que guarda secretamente en un maletín, hasta que se hace evidente en las noticias.  Y esa ventanilla de almacén de productos de limpieza, curiosamente - ya veremos el porqué -, desde la cual escruta la otra realidad, el otro yo. Su copycat... Las conversaciones con sus compañeros, o no, depende del daño psicológico, de las investigaciones policiales y de las intenciones futuras… que rodean su existencia. 

Hacia la terminación de un caso inconcluso… se convierte en detective, y siempre, con un aparente mueca ritual de divertimento propio, en su rostro incrédulo. Un rostro que parecía impenetrable, dudoso o transparente… solo quedará uno... tan incorregible como la ficción.

La serie The Cleaner, se mueve en esa indefinición, gracias a las interpretaciones sardónicas. Voy a decir sus nombres, entre investigaciones poco convencionales, pues sus historias aquí son igualmente desconocidas en general… Salvo en la ensoñación romántica de Eagle vs. Shark, los actores Cohen Holloway y Chelsie Preston Crayford… tal vez como dije, no suenen demasiado en estos lares, pero trabajaron junto a Jemaine Clement y Taika Waititi. Por cierto, siempre esperando a lo que acontezca tras su reportaje cómico sobre el mundo de asesinos comediantes y vampíricos, próximamente en What We do in the Shadows. 

Y más allá… pues en el ambiente suena música de serie incalificable, ésta, que proviene de los negocios de aquellos también con las bandas sonoras. Tras el nombre de Plan 9, les conoceréis... y por el lado de la imagen, con el director Rick Jacobson se basándose en las novelas criminales escritas de un divertido Paul Cleave y poniendo algo de  dinerito en la segunda entrega a muerte, en la película Don´t Breathe con nuestros amigos - de los niños-, Sam… Raimi y Stephen Lang.

Es evidente que este mundo, es una broma... Pues quedamos que el ambiente este, cuenta con un espacio magnífico para lo jocoso, la broma divergente, genérico y materno. Aunque te duela… el colodrillo, ejem... como bien diría nuestra recordado Francisco Ibáñez, cuando hacían una entrada asesina en sus tebeos sobre el fútbol de selección. Ok, era mundialmente, el SuperHumor. Recomendable por las sonrisas - tal vez no tan cómplices, sino patéticas - y cierta estupefacción narrativa del personal con esta serie.

Encerrado con el Diablo… un verdadero Copycat.

A la primera comentada, - que se recrea como verborrea bonnieandclydista, palabro me salió xDio -, e incluye acercamientos morales a los Asesinos Natos de Oliver Stone o las manipulaciones de, aquel más  apuesto protagonista sacado de la novela de Bret Easton Ellis. Se observaban ciertos males materialistas de aquella Generación X, a la que Joe perteneció y que dio lugar a la esquizofrenia burlesca. En aquella ocasión con la apariencia social de Christian Bale para una  American Psycho… mucho más sangrante.

En la realidad y el ahora, la obscuridad si cabe, se vuelve más escalofriantemente verídica, sin el mínimo sentido del humor, tal que un graznido nocturno de un Black Bird. Sirviendo de contrapunto el nuevo protagonista, Taron Egerton - el comprador del Tetris, filme que me encantó- y que es agraciado como aquel matador Mr. Bateman de la ficción. Un alter ego de todos nosotros, en desafío contante ante el que es el auténtico Diablo. Actor inglés atrapado por el materialismo, el sexo y el dato familiar, fue hijo de Elton John, y ahora de Ray Liotta, demacrado ya entonces, que tantas veces supo de estos asuntos violentos en el cine. Y al que tanto, echaremos de menos.

 Pero bueno, allí en la prisión de máxima seguridad, se le vino..., no, no el santo... sino el mismo otro, ese, y un guarde corrupto que es la otra trama. Tratando de pasar desapercibido, no podrá... cómo escabullirse de un porvenir, escandalizado o seducido por sus contradicciones, sus sombras del pasado, yo qué sé… patológicamente mentiroso, dramáticamente insano. A puertas metálicas de la celda, sabemos porqué se llama Encerrado con el Diablo, tan amistoso, no sabemos si excitado el pájaro... Que, por descontado, se muestra gélido, la mayoría de veces, salvo erupciones cutáneas y más internas. Joven funerario a la fuerza, confuso, castigado, asesino no parece, y te lo tragas... hasta que empieza a expresarse, extraordinariamente recreado, por Paul Walter Hauser. Es decir, otro limpiador químico - el segundo de hoy -, que se luce individualmente, curiosamente, no dentro de una casa de Usher´s, que pertenecen a otra familia más poeniana... sino, en otra encerrona mental. Ahora no sé, que serán los Usher, ya los abordaremos algún día…

La personalidad del personaje violento, – recordando al estimado Mr. Liotta en este último trabajo y sus aficiones en papeles extremos, q.e.d. - , va de un lado para otro. Sale de una celda y entra en otra, más absorbente y caótica, su mente. Sobre una petición en el filo, nos adentramos en un encierro traumático, de una conversación convencionalmente aburrida, a una observación que te pone los pelos de punta. El Diablo es así…

Los Reflejos del Daño...

Esta prisión es un Dark City. Con claro oscuros, sólo en el exterior, que también puede llegar a ser muy negro, como un fosa. Fúnebres itinerarios y cercanos, enterrados a 10 metros, los huesos de unos y otros. Sin embargo, no tiene que ver con el panorama onírico y espacial de aquella epopeya personal, del mismo nombre, que el director australiano, nacido en Alejandría, Alex Proyas, comenzó tras  una pesadilla. En ella un supuesto, apuesto, asesino acababa con mujeres que se dedicaban a la prostitución y eran marcadas. El cine y la realidad, lo han reflejado en varias ocasiones, verdad Jack.

Si bien, eso era lo de menos, el reflejo de aquello, era una pesadilla extracorporal-terrestre, extrasensorial… y distópica, con la  remodelación de la mente de un Rufus Sewell, inocente. No como hoy... acusado en el retrato, que borda en Scoop, con un papel que llama la atención por su posición, experiencia y amistad, con otro sentenciado diablo. Sexualizado panorama tenemos... que aborda como una investigación, el director Philip Martin (Hawking, The Crown), y será por los años que cuesta reconocer al principio, a Mr. Sewell digo.

 Allí al otro universo de ensoñaciones, fue junto a nuestra querida Jennifer Connelly, - la misma que aparece en el documental, del niño grande que nos hace llorar de alegría y pena, Mr. Jim Henson, y con otro caído no hace mucho, como el gran William Hurt, al lado de un Kiefer Shuterland, al que solamente sale decir, siempre recordaremos a tu padre, el gran Mr. Donald. Que en paz descansen, vaya racha.

Mas, aún queda por relatar... debemos seguir adelante.

En fin, volviendo a la investigación en curso, y recurso... de unos asesinatos reales y su metodología grimosa y aspecto patético. Conclusión, es la educación, y la paranoia desproporcionada, lo que construye este ambiente irrespirablemente tenso. La mente enferma hace el resto. Con paralelismos, al mundo de tinieblas personales que se entreteje entre metal, efluvios y malas relaciones en la vida; el dolor de las víctimas, dista a una pista de petanca de distancia, más o menos, de esas sensaciones contadas ante la cámara en The Cleaner. Entonces, las declaraciones violentas reales están más cercanas a observaciones detalladas sin ruborizarse, ni reírse, tras la escalofriante Dahmer o los episodios ante profesionales, que se relatan en la notable Mindhunter, en la creación de la unidad especializada del FBI entretejida por Joe Penhall y producida por David Fincher.

Sin embargo… hay algo más en estas terribles apreciaciones… existe un sarcasmo gélido y taciturno, que le acercaría a un Joe peligroso, y es una extraña sensación de vacío, una rivalidad amistosamente dura, un recuerdo sórdido, amenazas, luchas, enfermedad, eludir la responsabilidad… de un padre. Un hermano que afronta, y esa sensación de pérdida, que no termina… pues todo termina encerrado en el aire, con una toma desde las alturas, en la que no descubres bien, la salida de ese laberinto… Tal vez, nunca salgas.

Crimen teatral…

El próximo protagonista de Twisters, Glen Powell, tiene una película sobre investigaciones teatralizadas, de un polifacético aprendiz a asesino a sueldo, que empieza de forma entretenida. Pero que va perdiéndose cuanto más se introduce en las relaciones enconadas de la pareja protagonista. Se llama Hitman, vete tú a saber por qué…

Mientras, en un recóndito universo, que ya no recuerda, salvo en pequeñas huellas en la arena de las botas, a aquel Mad Max que nos dejara con las órbitas desencajadas por el dolor… y la velocidad. Nos topamos, casi de refilón - tarda en llegar un huevo -, a esta Furiosa puede ser una vengativa asesina, pero con algunas pegas a mi parecer… dos horas y media… Y que no tiene que ver con el sadomasoquismo alimenticio, que es lo mejor del final, sino por el camino extenso como un viaje al Valhala. Donde te aburres, das una vuelta por el desierto, te entra hambre, vas a comerte un algo, te desorientas en más (mad) de una ocasión. Todo huele a lecha rancia, entre batiburrillo explosivo y aprovechamiento de lo poco comestible y digerible. Croquetas de cucaracha, no gracias.

No sé, ahora ante tanto crimen… me ha dado por pensar en los ojos de Bette Davis. Donde los duelos ante la cámara, eran otra cosa, de malas, dividiéndose en matices, ocurrencias y diálogos, con el fin de evitar la estructura plana del guión - lo sigo escribiendo con acento porque soy rebelde y la Rae me ha hecho así... -, y mediocridad en la interpretación. 

Por último, voy a volver a los hechos actuales, con perplejidad… con una primer entrante, documental del ciberNetflix criminal, que te deja alucinado, Lover, Stalker, Killer, y que debes descubrir, para saber… hasta dónde pueden llegar las cabezas… locas. Como loco te quedas, con el segundo, llamado el asesino del Metro de Londres, que es la caída al infierno, de los sin nombre. Cuyas tristes historias, y lo demás... se estructuran como una alucinación. Y como ellos, ya no sabes lo que es verdad, ni las mentiras que contaron bajo el alcohol. Pero, asesinos era, sin duda, la una y el otro.

Envueltos en una teatralidad, comparable a la vida real, esos relatos te hacen pensar que no se necesita que te monten películas, ya se proyectan todos los “fucking days”. ¡Cómo toque el número digital en la lotería… vas apañado o -ada! 

Eso sí que es, caer en la utopía, Furiosa… Sin necesidad de sueños nocturnos a medianoche, sin educación, de la madre del Tallador ni del padre del Demonio de las patillas sacadas de una Civil War... o de un montaje para hacerte creer tu destino próximo… Solos terminamos, como un gato o un pez en una pecera… Una mínima rendija que se cuela a través del Ojo de la Aguja. Bye, gracias por todo, Mr. Shuterland, te recordaremos.


domingo, 26 de mayo de 2024

Russian Doll & Poker Face.

 


La premonición no existe, es una apuesta o un reiterativo déjà vu… Lo que sí existe científicamente, o se desarrolla en nuestra mente, son los sueños. Esas extrañas percepciones, ilusiones ópticas, de imágenes psico-surrealistas, deformantes de una aparente realidad. O lo que sea esto… una especie de hacinamiento del deseo.

Han pasado muchos ciclones ya, desde que dos jovencitas intervinieron en la literatura de las percepciones, con sus universos fantásticos, como toda fantasía debe alimentarse de las ideas curiosas o imaginativas. La una, por consumo de determinadas sustancias complementarias, nos guía a un viaje a través de un agujero o un espejo, Alicia se podría reencarnar en imagen de otra en un cuarto de baño; la segunda, en mareante combate con fuerzas de la naturaleza, que le llevan también a un universo de estrafalarios habitantes y saltos dimensionales, donde la espiral ética de su personalidad, se empareja a la consecución de los valores que se sueñan comunicantes los deseos, inalcanzables o no. Un tipo de adivinanza de lo que sería o pudiera ser.

Isaac Asimov lo denomino presciencia en su obra Fundación, Frank Herbert lo disfrazó de negro mutante, de mente evolucionada que veía las visiones de lo que sería en aquel agujero desértico cubierto de arena. En este trozo de relato que escribo, se trata simplemente de la verdad.

 

Esos dos mecanismos literarios, emulaciones de la realidad en cuerpo femenino, son reflejos de los soñadores. Bueno, soñadoras… y sus respectivas versiones de sí misma o los demás, implantados sobre las pantallas como ejemplo de lo que pensaron los escritores o guionistas.  De cómo serían sus universos soñados a la vez, qué pensarían sus personajes, qué ocultarían… y que pueden despertar nuestras inquietudes como investigadores al otro lado.

Ideas que clasificó – o al menos lo intentó, no sin especular también -,  el doctor Sigmund Freud en su estudio, La Interpretación de los Sueños, que sin duda, son aproximaciones abstractas de una explicación, o posible conocimiento basado en recuerdos reinterpretados… o esencias de aquellas necesidades, dudas, males, miedos, etc… maneras de soñar.

Los condicionamientos psicológicos o morales internos, nos pueden mover por caminos divergentes a mortales, los más racionales de estos lares – o capaces de expresar sus pensamientos -. Desarrollando métodos excepcionales que permitan alcanzar sus objetivos vitales o acercarse a ellos mínimamente en la búsqueda del interés oculto o ese deseo, se plasman en la ensoñación mental como metáforas, que se estrellan contra síntomas de enfermedades mentales o físicas, y se topan con  terrores. Los más recalcitrantes y horripilantes, recursos recurrentes que espantan al pensamiento o la propia alma. Si existiera como tal, claro.

Y es que, esas extravagantes visiones fuera de la vigilia, se solían interpretar en otras épocas, desde un punto de vista de la fe, como si de estampas se trataran, y sirvieran de propósito de un mecanismo dividido entre lo físico y lo divino. Se sirvieron como obras del pasado y de la mitología sacrílega, como alucinaciones de carácter religioso o esotérico, pongamos como ejemplo, las carreras temporales de James Stewart en It´s a Wonderful Life… y el alcance de aquellas alas. Extraordinarias apariciones de muerte, tras el Cuento de Navidad de Charles Dickens.

Sin embargo, esa maldición del psicoanálisis – supuesto maldito para los más incrédulos -, reinterpreta teorías deseadas, pasiones sexuales, logros de poder, satisfacción reprimida u otras insustancialidades metafísicas, difíciles de concretar en la realidad. Ya que, al despertar, no dejan apenas huella en la memoria, solamente meros recortes de un color o más, de un sabor, un sonido o un aspecto no experimentado en la vida real… Conjunción de palabras olvidadas y acciones perdidas.

Esa característica deseable, u otra sexual o familia, se reproduce en las personas desde su experiencia infantil, y pueden manifestarse muchos años después, ahí arriba, cuando parece que no están, ni se las espera, y ella las siente con serenidad y sentido común, en una forma de investigación de sí misma. En el segundo caso, sabiendo en su interior, que la estás minusvalorando, y mintiendo… Particularmente bajo la perspectiva de la maternidad, sobre la imagen del hombre, su amante rival… y de manera especial dentro de las relaciones filiales con las madres. Es donde la actriz Natasha Lyonne se embarca para Sky ShowTime, acompañada con sus guionistas femeninas en la memoria, al encuentro con la muerte anunciada. Una y otra vez, tal que una maniobra militar o una teórica  marmota del tiempo, con su particular percepción de lo escondido en una Muñeca Rusa, que se va haciendo más reducida, hasta llegar a sus entrañas, el útero y la semilla. Hasta la aniquilación de las partículas opuestas, en este caso, generacionales como casi siempre.

No es huella privada, sino pública, le ocurre a muchas otras. Invadida por esa perspectiva emocional y las sensaciones con el paso del tiempo, que modifican esencialmente – o pueden hacerlo - , el pensamiento. El que fue, o el que se transfiere familiarmente, girando a mayor velocidad en nuestra cabeza… En la suya de mujer, Natasha Lyonne...

Estados de Preconsciencia.

Transversalmente, ella es la conciencia de Severance, sin trabajo. En un fiesta, o en segunda instancia, invitada a la investigación. Es el reflejo de la verdad, de estos multiversos insustanciales, aparentemente superficiales, pero que se irán condensando en el camino.  Se estrellan con una telaraña de mitos y supersticiones, mentiras tal vez, con el  trasfondo de géneros, la envidia y la denominada, singularidad. De abuelas a nietas, de hijas a madres… de inocencia a culpabilidad. Las circunstancias surgieron de aquellas heroínas clásicas, de sus relaciones familiares, desde la Literatura Universal en esos submundos Oz o ´brujas` de Duna, frente al control o la autoridad mayor en femenino.

Pero normalmente, sobre las debilidades del género masculino que, explícitamente, no podrá nunca, sentir como una verdadera madre.

En el pasado, bajo el peso de la gravedad, estos actos preconscientes son espirales que atraviesan la realidad – como aquellas alucinaciones que presenciaban los consumidores de la especia mental de Fran Herbert, o los mineros de Atmósfera Cero -,  aquí con los pies en la Tierra, o lo que sea esto… se apoyaban en ese estado sobrenatural de las cosas, en la consecuencia de un superyó, o entidad superior pensante y desarrollada intelectualmente, cubierta de dudas.

Visiones privadas, reiteradas en dos temporadas – más dimensionada familiarmente por Russian Doll (a través de tres generaciones o una más incluso, desordenadas secuencialmente en la segunda temporada, más compleja y desmitificadora. Mientras, la muestra de un poder sobrehumano especial, mundano más bien, visto con su tranquilidad, es lo que manifiesta Miss Lyonne en su serie, Poker Face.

Donde su protagonista posee una habilidad, un don determinante, para hallar la verdad en gestos o coacciones,  tras miradas a sus investigados; desdoblando la acción a una persecución – serie road- , incansable como si fuera el Dr. Richard Kimble de aquella El Fugitivo (con el actor David Janssen o Mr. Ford en pantalla grande, años atrás),  o esa otra versión en femenino, bastante más simpática que significó el dr. David Banner, entrañable Hulk entre el recuerdo del tebeo, Bill Bixby y la capacidad extraordinaria de Lou Ferrigno, en serie. De la Hulka, no hablo que es peor… Ahora más parecida a una Colombina – de gabán textura Colombo aparentemente despistado -, con desvíos raciales a lo Coen Bros. Humor blanco, del crimen negro… violencia cómica, delincuentes torpes, salpicaduras en la obscuridad. Semejante a Paprika en premonición, sin sueños apenas.

Más hechos demostrados, anticipadamente en su ruta, son resortes de una reinterpretación con gestos o palabras en retroceso, como si fueran esos mismos sueños de los que hablábamos, muestras del flashback. Pudiendo con hilaridad compresiva, reflejar la realidad oculta, y gracias a la elaboración de un hombre, visionario tal vez, el creador de loopers y puñales por la espalda, Rian Johnson que estaría igualmente, echando un vistazo al pretérito televisivo. Lo relataré como una obra teatral…

Literariamente… ¿sueñan hombres, lo mismo que mujeres…? ¿Y los personajes de Robot Dreams, olvidan… la amistad? Y la investigadora juvenil Paprika, interpretaría bien sus sueños…? Son unicornios que de momento, no podremos clasificar, ni confirmar hasta que nos piensen… como ovejas. Y ella calcula, lo oculto, tras la palabrería.

La Ruta, Onírica.

A bordo de un Plymouth Barracuda… en los hechos encontrarás las pruebas… no sueña con el Heart –canción-, sino piensa, mientras exista, en composición de Nathan Jonhson…  Aunque primeramente en paralelo, baila temas, que van de Pesonal Jesus a la de Sweet, Fox on the Run, conciertos electrocutantes aparte... Fox de artera, no de lo otro, claro. Así se entonan sonidos de otros tiempos, frenazos de vagones, fiestas, caídas por escaleras, no de Jacob – donde saltan créditos de voluntad detectivesca con nuestro pasado -, espectadores de la verdad. Con el corazón encogido, perteneciente a ese Dream Scenario con variopintos actores, investigadores privados entre los 70 y 80, sugestionados por sus Estrenos de Tv: Misterio. Nietos de Hitchcock pues y del cómic en tiras.

Pruebas contundentes que evocan al inolvidable Peter Falk, al vaquero de sombrero cowboy y bigote, reconocido como McCloud o Dennis Weaver, a Rock Hudson junto a su Susan Saint James en pareja acusadora. Se ha escrito un crimen con la Angela de los sueños de Dorian Gray, Landsbury, y su comienzo en el crimen bajo la Luz de Gas de G. Cukor, hasta su reunión final con Mr. Johnson en Knives Out, dep…

Sonidos que repiquetean habitaciones fatales, tensión, mentira, junto a George Peppard que era Banacek antes de TeamA, sobre el McKoy de Tony Curtis (casi olvidado), el Hec Ramsay de Richard Boone, un Cannon leguleyo de William Conrad, Quincy que interpretaba aquel Jack Hugman de Pánico en el Estadio, o Lanigan y Madigan con Art Carney y Richard Widmark, respectivamente, que se aparecen fantasmalmente en el recuerdo. También retuvo otro sabueso, James Farentino sacado de  Muertos y Enterrados, o las hermanas Snoop, que no Scoop (que comentaré en otra ocasión televisiva…), interpretadas por Helen Hayes de Adiós a las Armas y  versión de la divertida ensoñación que tuvo el Harvey del director Henry Koster, con el gran Jimmy Stewart…; y de la mano de Mildred Natwick, la inolvidable actriz recurrente del humor de fémina de John Ford, visto en El Hombre Tranquilo, La Legión Invencible o Tres Padrinos u Hombres Intrépidos, y que además trabajara para el maestro de asesinatos, Mr. Hitchcock, en Pero, ¿quién mató a Harry? Hasta su última gran aparición, en Las Amistades Peligrosas en 1988, con todo un tratamiento de verdad humilde, sin duda, o madre de Jane Fonda en Descalzos por el Parque. Una cara inolvidable del cine eterno.

Entre clarividencia lúgubre… y pesadilla afable.

Las imágenes latentes de un sueño, también trasladan un mundo revuelto de pesadilla, congénita, que es trasladada a la realidad de las películas o series de televisión. A determinados espectadores parece muy disfrutable, a pesar de la tragedia o la persecución particular de los personajes en el juego del gato y el ratón. Porque si en Muñeca Rusa, se trataba de retratar sobre dos temporadas, dos tipos divergentes de viajes espacio-temporales con la muerte y la concepción – de ayer a los ochenta -, para reinterpretar un regreso a decisiones que tomamos en nuestras vidas y aceptándolas tal y como se recuerdan…

Que, muchas veces, es difícil discernir en el subconsciente temporal, al confundirse con deseos ocultos o sueños… Y que pueden derivar en una especie de maldición maquinada en el interior, en repetición extracorpórea – o televisada -, que otorgan una segunda oportunidad de solucionar posibles desaguisados con amigos o familiares pretéritos; y que al contrario, Charlie, muestra su Poker Face, de vuelta ya de otros rostros, – más que cara bonita o simplona -, como visionaria de las calidades morales de la gente. Sea costumbrismo en la trastienda de una estación de servicio, una cocina de carretera a la parrilla, con su gastronomía local, su música… una furgo donde cohabitan rockeros cincuentones y ocasionales – recuerdo de otros tiempos -, una acción hippie de terror, su look… un escenario de pesadilla, no dream teatral, un atropello coeniano, un molde de f/x, el rostro de Nolte… la luz negra de una sala… un muelle… siempre, con gafas ahumadas, para no cegarse.

Por los brillos de lo que la rodean, lo que intenta mentirle en la cara…  Esto es, tal que una auténtica, casi, poli de la verdad,  true detective de prestado, movida por el desinterés, o la amistad. Sin alucinógenos, aunque entraña algo de esoterismo muy superficial en lo psicológico.

Clave realismo, rutina en desbandada, acosada, en derivada de aquel Fugitivo que triunfara para una ABC setentera, y ahora se ve como Martin y, especialmente, Rust Cohle, en una... Pero sin título acreditativo por el estado, ni licencia legal de curso acelerado, que a la vez nos recuerda a aquellos que en otro universo televisivo, investigaban a base de rebanarse el coco y con toques de acción a lo Colombo, por descontado, un referente confesable en la serie, como chica a la que le va la marcha… minifaldera, pero con el rock de entonces. Yeaaah!

Se considera, por ende, vidente, verosímil, vocacional, verborreica, con toques divertidos en gestos, gemidos y un lenguaje corporal, muy especial, característico del pasado, frente a estas épocas actuales a mayor velocidad. Palabras apegadas a la observación particular de unos hechos, comprometida con la justicia, y querencia femenina, sin sobrepasarse. Reivindicación justa y sin arrodillarse ante la ley. Y no estoy hablando sólo, de rebeldía ni sustancias que comprometen el razonamiento crítico… sino de, auténtica personalidad.

Simplemente, en base a meras conversaciones, cara a cara, se reivindica con preguntas que incidirán sobre los defectos de sospechosos, lo económico que va junto a la envidia… bajo el sol, sobre el parabrisas, las emociones, los tejados, la venganza, la trastienda, lo incongruente de los culpables - a veces con resoluciones algo atropelladas -, on the road, el tiempo de la tele, ya se sabe… la prisa. Respira, observa, piensa… ves apreciaciones curiosas en los contactos… artimañas… y la familia detrás. Pongamos aquí sobre ruedas, una serie de nombres en serie, Simon Helberg, Pedro Hollywood, Lil Rel Howery, Chloë Sevigny, Luis Guzmán (Wednesday), Ellen Barkin (Animal Kingdom), Tim Blake Nelson (El Gabinete deCuriosidades de Guillermo del Toro), Hong Chau (Watchmen, La Ballena), Joseph Gordon-Lewitt, Dascha Polanco - una de sus coleguis Orange is the New Black -.

Y falta a la fiesta de sensaciones anticipadas, el artista de la modelación, Nick Nolte, y tras ella, esa Famiglia compuesta de perseguidores y tiros… Benjamin Bratt, Adrien Brody y Ron Perlman… ¡por ahora!

Claro, siguiendo las pesquisas, en tramas separadas, debes activar tus sentidos, trucos decididamente alegales y usar el escapismo antes de inocularte algún artificio, que no, miedo. Ella es así, libre, deslenguada, carismática, sencilla... No moldeable, bueno… quizás por un retiro.

Lyonne y sus… otros líos.

Como Mr. Freud decía, las primeras ideas latentes que desentrama el psicoanálisis – para creyentes de él o investigadores somnolientos -, son poco corrientes, circunstanciales, extrañas, alucinatorias, enfermizas quizás… Escasamente referencia de nuestro pensamiento en vigilia y su expresividad habitual, levemente, son sueños y los sueños, deseos pueden ser... Simbólicamente se comportan como comparaciones y metáforas, a veces de lenguaje poético, rico en imágenes o interpretaciones sobre la realidad (aquí opino que pudieran ser semejantes a viajes a otra dimensión no pictórica, más allá de Richard Matheson y sus leyendas, oníricas; en su nombrada obra freudiana, comenta el pensamiento de un compañero filósofo, Hildebrandt: “Cuanto más pura es la vida del sujeto, más puros serán sus sueños, y cuanto más impura, más impuros”. Por consiguiente, la naturaleza moral del hombre perduraría en su sueño… “no se nos hace sospechoso, por palpables, románticos o ridículos que los sueños sean, pues conservamos siempre lo malo, la justicia de la injusticia, la facultad de distinguir lo bueno de la virtud, del vicio… Lo fundamental de la naturaleza humana, el ser moral, se halla demasiado, firmemente unido al hombre para participar en el juego calidoscópico, al que la fantasía, la inteligencia, la memoria y otras facultades de igual rango (digo y, las sensaciones intrínsecas quizá…), sucumben en el sueño”. El Imperativo Categórico de Kant, un mandamiento independiente de la religión o las ideologías, que rige el comportamiento humano en todas sus perspectivas… para dirimir entre bien y mal, incluso… en sueños.

Ni la del espejo del cuarto del baño… una percepción adulterada, que desintoniza de nuestra realidad, pues se alimenta de detalles que olvidamos, de pasajes fragmentados. Su mente despierta, en cambio, reinterpreta esos deseos, silenciados, maquillados en cada función, y los convierte en imperativo categórico kantiano.

Así en cierto sentido… surrealista y original, es la Lyonne, miss Natasha, una realidad kantiana. Mágica, extravagante, pero a la vez, de un costumbrismo cercano, amigable que atrae, racionalista… Este recuerdo  suyo, por trabajos de tv, se compone de sucesos impresionantes y equivalencias detectivescas, terminan siendo  episodios vitales, entre vida y muerte, obstinados, espirituales o altruistas, justicieros… porque ella lo necesita para completarse emocionalmente, para identificarse con la bondad. Lo demás, las imágenes descritas por los guionistas (casi siempre mujeres como es costumbre), son ejercicios desbordados de imaginación, según costumbre de estilo Bill Murray, y ataques de mente esclarecedora, en segundo viaje. Apariencia sensorial de una investigadora para-normal, real con un don humano, y suerte de sobreviviente, en último término. Poco filosófico esto, en cambio…

Hay autores y pensadores para todo. Interpretaciones de la realidad como muestras de ejercicios cerebrales de opuestos, sobre juegos trampa, algún susto, alguna lucha, distorsiones en trampillas, desgracias extraordinarias, decisiones embarradas, amores que confabulan… deseos de muerte. Vías paralelas, territorios incompletos hasta más ver… ¡nos vemos pronto, ´angelada` de Charlie!

Tras su ojo cínico de gran hermana, Poker Face pudiera ser, quedan sus expresiones detenidas en un lapsus, ese sentido del humor irreverente, que desarma, y su dote para relacionarse, sin alardes, pero reconociendo la mentira en aquellos que buscan escabullirse o salirse de... La Ruta hacia Atlantic City. Su próxima guerra…

No, esos movimientos del pasado no son sueños estridentes, ni sexuales que te persiguen en el universo Paprika, ni las revelaciones surreales del cine de Luis Buñuel, con su mirada entrecortada a cuchillazos, ni los viajes astrales de Solaris a otros mundos metafísicos, pero sí, recuerdos mundanos, que nos acercan al personaje, a ella.

Algo parecido a los Sleeping Dogs de Russell Crowe en busca de un pasado crítico, pero con una mente preclara, inocente, sin enfermedad. Sin el revestimiento falso del Hypnotic perpetrado por Robert Rodríguez con un poco convincente y elaborado en guión, Ben Affleck – no sé para qué tanto embrollo, la verdad -; o sin la perversión de un vacío existencial en lo narrativo, como puede ser esa horripilante Madame Web. ¡Vómito de araña sin red!

Tampoco es androide, con sueños húmedos, ni expande la sensación del terror, aunque hay cierto temor de índole mortal sobre su persona; mientras que para Nicolas Cage, en su EScenario significaba una terrible pesadilla, un ajusticiamiento público, por interpretaciones oníricas. Entre superhombre no buscado y la maldad general, que arrincona al desprevenido en la red, lo acosa y derriba. Esa jauría representativa de perversiones de una realidad social que cataloga, sin saber, y contemporánea, pues comparte humor ácido, con el horror real de las noticias. Y por tanto,  bastante mala leche social… Es un notable filme Dream Scenario, a recomendar, que no comparte una reinterpretación, sino compara, notoriedad o famoseo actual, con la pesadilla común de alguien que no desea, ser reconocido, ni juzgado. Un poco, acosado como ella, la samaritana de las emociones

Mira se hay pesadillas reincidentes, que ha visionado el filme Nunca me Encontrarás, y se parecía como una gota de lluvia a Old Man de Lucky McKee, con otro reflejo hiriente de feminicidio, eso sí. Estas líneas geodésicas de la realidad destructiva, son como autopistas, con salidas hacia espacios moribundos, inteligentes o amables, como las raíces enterradas en el árbol de Alicia. Hacia la obscuridad de la reina de corazones por una ruta 66, amarilla por el calor del desierto de Oz… hablando de Furiosas, Anna Taylor-Joy, pero más experimentada. Esta es Natasha Lyonne, heroína pura… sin careta, sin lastres emocionales. O no… depende, si la ficha es buena. Si te manifiestas como, el fantasma detrás de la función y la crees... si no, no.

La muerte siempre está al girar el recodo, a través del tiempo que te quede… hasta que cae el telón sobre la memoria. Al fin y al cabo, ella es como una vieja estrella del rock… No, no es el Poker Face de Mr. Crowe, ahora vamos al trío de hermanas, Elizabethe Olsen, Carrie Coon y Natasha Lyonne en película del director de aquella intimista The Lovers. Y adiós… que aún nos queda un buen tramo. Brrrum, brummmm!



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