Cinecomio busca

EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe
Mostrando entradas con la etiqueta serie Dramática. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta serie Dramática. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de diciembre de 2023

Severance. Season I

 


¿Cuál es el sentido de una actividad laboral? Claro, además de sentirse valorado en la sociedad… el objeto sería una compensación o pago al empleado gracias a la labor realizada para la empresa o una institución.

Sin embargo, a lo largo de la historia de la Humanidad, esto no siempre fue así… Recordando un cartel que colgaba en la entrada del campo de exterminio de Auschwitz, donde se apuntalaba como un clavo hiriente, morboso,y bastante sarcástico, el lema “El trabajo os hará libres”, pero ocultando esa verdadera obscuridad de sus mentes… o el corazón.

Y en sentencias de los protagonistas arquetípicos de Don Miguel de Cervantes, curtido en mil batallas, tintas en blanco y entuertos variopintos, como ellos… 1, “Quién lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. 2, “La Libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres, entregaron los cielos”. 3, sentando que éste, amigo de la Panza versado en principios y consejos, como representante de los trabajadores actuales, no alocados, expresaba… “Sé fiel a tus ideales”.

Si bien existe la leyenda de carácter metafísico, subjetivo, sobre palabra de Groucho Marx: “Estos son mis principios… pero si no le gustan, tengo otros” …, con la cual muchos asentirían observando la cuestión laboral o política, tan cambiante como piel de camaleón durante siglos, especialmente en esta ubicación que me encuentro… El caso es, la trepanación…

El borrado sistemático de lo que percibes, o eres, tal vez lo que te atrevas a pensar… o pensarías en alguna ocasión. En eso, ha quedado la pertenencia a algo, un grupo o pensamiento, triste. Muy peligroso…

¡Ah!, y pisar duro, sobre todo, aquellas cabezas sentenciadas, o las que aparecen en multitudes anónimas, fotocopiadas como en una Matrix sin sentido. De forma que, el pisa-cabezas, el trepa… alcanzará su objetivo. En otro sentido, del anarquista laboral, que cualquiera puede hacerse con esa gestión del trabajo y sus estructuras socioeconómicas, con lo cual se acabaría con esa labor competente de la excelencia y por supuesto, con una medida drástica que, sin embargo, hizo avanzar a la sociedad a lo largo de la historia. La competencia y, en cierta media, el riesgo.

En definitiva, de una u otra forma, ser triunfador, o clasificado como referente social… para algunos, depende de los ideales. Puede que… con el fin prioritario de casi siempre, llenarse los bolsillos. Al final, es la eterna lucha entre el trabajo o el hambre… que muchas veces vino provocada por las guerras… Esas que causaron la muerte de millones de ciudadanos por todo el planeta… daba igual si miraron a su izquierda o a la derecha, les pusieron a trabajar como ´malditos condenados`… Ya no estaban.

Pongamos el caso comunista-stalinista, con sus mortandades millonarias (más bien ejecuciones y purgas), que también mandaron a muchos condenados al frío de un gulag, siendo generosos en trabajos forzados... Y mientras tanto, así ¿quién pagará la fiesta…? Pues, tó quisqui…  

El Refinamiento de los Microdatos…

En ese contexto turbio de la explotación más salvaje, dejando aparte esa esclavitud que fue moneda común en las culturas y demás regímenes autoritarios, existen los exprimidos como esencia de un zumo de Lumon. Se caracteriza por una separación sistémica, con un sentido u otro, hacia la llamada de la Severance. Es decir, separación de los términos o condiciones de conciliación, consigo mismo (con tu identidad real) o sus familias, de la ruptura de las experiencias de vida… y por último, derivado al despido, a ser posible con alguna indemnización. Sino, resta el silencio… o la muerte.

Puede que nunca lo sepamos…. De momento, esa no es la cuestión. Lo principal es la esencia del surrealismo, que podemos contemplar desde la presentación inolvidable de la serie, en una especie de matrix laboral de los sentidos. Cambiando píldora, por inyección al trigémino... con consentimiento. Y expresada además con la música de Theodore Shapiro, que crea una onda encapsulada de ensoñación pesadillesca, sarcástica, respecto a las acciones reales de los compañeros de viaje. Sin lugar a dudas, va a resultar una odisea... dividida en temporadas, que ya esperamos... quiero decir, deseamos pinchar.

Es como la representación de una compañía de actores, pero, sin saber que obra van a representar, ni cual es su significado. En este refinamiento de las cosas, ponemos el acento viendo la serie de Apple TV+, sobre la cuestión filosófica de los hechos laborales, en contraste con la percepción personal de sus protagonistas. Conformando un parte esencial de distorsión planificada, o no, veremos, con el conjunto o familia. Con el Nos hemos topado, que se ha elaborado dentro de la psique. Y es lo verdaderamente significativo, para ellos y para los espectadores.

Los datos son como los gruñidos de la realidad, frente a la pantalla… que empiezan a escucharse cuando surge el primer abandono, o depuración estratégica, a pesar de los hechos o los compromisos. Tal vez más peligroso de lo que parecía en la oficina, sentado esperando una especie de casualidad que alimente el ego del jefe y sus planes de expansión… pues ahora, abrimos los ojos... somos uno. También en el momento que se presenta “Ella”, esbelta y pelirroja, a su manera sexy, sin alharacas, y que mantiene una idea elevada en su cabeza, la singularidad. Los demás parecen embobados, los 4 o más allá… puede que alguno… embelesado hasta la baba.

Ella, como aquellos, es ese dato que fue seccionado como la sustracción de un viejo compañero sustituido, y posiblemente amigo de la sección resistente que irá creciendo con el tiempo, a medida que identifiquemos la separación. La razón frente a nuestros miedos, el hambre, la falta de trabajo, la creación o el azar… el suicidio de cualquier forma. ¿O un asesinato…? Quizá.

Por tanto, ella, sin nombre al principio… es un dato incompleto, formado por su vestimenta o aspecto funcionarial, y la función como ´nueva hija` de… Kier Eagan. Una especie de dios todopoderoso, por encima del bien o el mal… o un mero dibujo animado.

La Óptica… del Diseño.

Ella es una mente voladora, aliada con la percepción e hija de lo que podría ser un CEO en revisión, sí… es una actriz con un papel especial, llamada Britt Lower. Pero, sus compañeros de reparto de Severance, no se quedan atrás, hasta formar un trío mágico y cómicamente surrealista, con uno que empezó enterrado casi a 6 metros bajo tierra y se codea con la próxima Madame Web, en la interpretación destacable de Adam Scott. Más, el descubrimiento de Zach Cherry que, es como un flotador al que agarrarse, cada vez, que hay turbulencias mentales.

El segundo trío, o incentivo popular, es el compuesto por tres nombres encabezados con mayúsculas, que pueden ir desde la sheriff o conductora, hasta la más gótica. Puesto que sus números en el cine y la televisión, son deslumbrantes, fascinantes o terroríficos, depende de la idea desempeñada, y sus dotes para la actuación, vienen avaladas por nombres, como… Patricia Arquette, John Turturro y Christopher Walken, casi nada para despertarse en esta distopía actual, del futuro.

Pues el tiempo, define las estructuras, las formas y los sueños… el onirismo es cómplice de lo que vemos, sin revelarnos la verdad, de momento. Salvo pequeños saltos en el guión, que no se pueden contar tras la primera presentación en el olvido, y lo que esconde en realidad su interior. Resaltado con las líneas pulcras y sencillas, marcados despachos como salas de hospital, asépticos, inmorales, manipuladores de las sensaciones… ya que recrean hasta el arte clásico. Puede que disfrazado… porque en realidad, nadie se muestra en consonancia, con la imagen corporativa. Esto es, el humor es diferente al del jefe.

Y en eso, como en el suspense artificial, las interpretaciones son fundamentales, para hacernos creer lo que vemos, sin hacernos los suecos a estilo Ikea, tal que un desfile de diseños de producción, pero sin saber el qué, o para qué producimos. ¿Somos… o seremos acaso, robots…?

La empresa se define por ese frío carácter, poco emprendedor, salvo pulsar el libre albedrío aparente... que mejora con los demás peones en el tablero cuadriculado de vinilo o mamparas de cualquier material plástico, oleoso, para envolver nuestras mentes desnaturalizadas… Porque ellos, son la clave que mantiene el engaño, su enardecimiento de la empresa secreta, o la excepción que marque la regla, que desconocemos. Así destacamos la parte blanca, la mala, con reparto de gofres falsos a la sugerente Dichen Lachman, o el perro fiel, en las arrugas faciales de Michael Cumpsty y el máximo representante de lo incorruptible o no, Tramell Tillman, que es esencial como una infiltración.

Y en la jeringa cargada de la realidad, encabezada por el creador del todo, Dan Erickson, con manos y ojos de cámara o producción, para Aoife McArdle y el mismísimo Ben Stiller. Se filtran con su representación gráfica, las ideas fuera del trabajo, con Jen Tullock, hermana del prota y su esposo consejero emocional Michael Charmus, y Yul Vázquez, el liberado momentáneo,  esperando otro bocado de realismo, o ser desperdicio del pensamiento crítico.

Números… y cabritos.

Jugamos a un juego peligroso, que duró dos años en realizarse, rodeado de cabritos/as como de virus encapsulados, cuando se produce un mero formalismo, un engaño… o volcado al cubo de la basura. Todo está milimetrado, hasta el diseño, empujado con un émbolo de mentiras, con salas como celdas de castigo, para las excepciones más comprometidas o dudosas, hasta para el supuesto Descanso final… Excepto la aparición de una determinada expresión, un chiste o un sentimiento oculto en la percepción de las palabras y opiniones… Qué luego, sabremos que son una especie de sacrificio, casi ritual.

Un ritual que significa el futuro distópico, que no nos atrevemos a soñar, pues no existe tal descanso, sino que somos vehículos… ¡Mira, allí hay un aparcamiento! Cabritos, me lo han quitado… en el último respiro. Mientras que, fuera de los gritos, las pesadillas más negras aparecen, como lo hacen los susurros, para no despertar sospechas del más arriba… y los roces, que unen manos en lugares insospechados.

En esta disgregación entre cuerpo y alma, los trabajadores son como fotografías deconstruidas de lo que fueron, o son, en sus vidas privadas… Si las recuerdan… tal vez, no. Son ideas del pasado, en un pretérito que nos atropella, parecido a un canal o serie de televisión, pagados con cuotas… que, muchas veces, después ni recuerdas su visualización.

Percepciones que vimos con los hermanos Coen, en píldoras diseñadas en el Barton Fink o el Gran Salto sobre un fraude; estuvimos aparcados sin sentido, poniendo el cuerpo en una Matrix que demostraba la hiperrealidad tecnológica, en nuestros cerebros en peligro; como en esos momentos de aburrimiento en el empleo de Terry Gilliam en aquella surrealista Brasil; o pequeños bocados de realidad, Reality Bites, que el Mr. Ben menos cómico, ya entrevió en generaciones perdidas… Y por supuesto, en otras producciones más cercanas que te voy a aconsejar, si quieres. ¡Bueno, y aunque no! Que para eso, sirven los despertadores… de conciencias.

Suicidios… o asesinatos.

Si queremos hablar de pesadillas, y mentes ofuscadas con su realidad, tenemos que hablar y estudiar, el cine de don Martin Scorsese. Si no, no sabes o sentirás, lo que es un verdadero ´trabajador` con problemas, bastantes severos…

Con todos esos instantes, que coinciden en la serie Severance y el resultado laboral, los internos y los externos, los conscientes, mágicos, esperpénticos, reiterativos, confusos, aleatorios, melódicos, silentes, polémicos…. fuera de lugar, en otro lugar, en tu casa, con tu familia… se necesita observar, e investigar los hechos. Los rastros en la memoria, o el cerebro, lo que dijimos en el pasado y regresar a esos cabritos que pueden ser como los corderos en silencio… Porque, sin ellos, no estaríamos ante una película, como de Mr. Scorsese, o una grieta, o Ruptura.

Propuestas mentales que dejan etapas sangrientas entre pasado o el futuro, entre jefes y empleados, a través de sumergir al espectador en un hábitat prohibido, de atmósferas lunáticas… o en el interior de una jeringa, que tantas veces sucedió en el cine. Con todos esos brochazos, pringosos u oleaginosos, que despiertan los consciencias más olvidadas, y que vuelven para enterrar los fantasmas de otras épocas críticas, o revivirlas, como sicólogos invitados a la fiesta,  que llevan al suicidio, ¿o asesinatos… eh? Como no he estudiado lo suficiente, prefiero la observación, simple y vouyerísticamente, de la desconocida historia que sirve para hacer justicia a las mujeres de un pueblo indígena como retrato de zafiedad mental. Memoria, antes de caer en la alienación o el comportamiento extremo del Taxi Driver o incluso, del Joker.

En la histórica Killers of the Flower Moon, también se aparece un King, con el espíritu hueco de emociones y un extraordinario Robert de Niro, entre las figuras amenazantes de Ella, puede que directa al Oscar, Lily Gladstone  y el manipulado compulsivo Leonardo Di Caprio, que se desdibuja física y mentalmente; pero no cierra la constelación de interpretaciones, pues queda Brendan Fraser y un Jesse Plemons, que hace gala extraordinaria de devora-escenas de postín y de sombrero a lo Pinkerton. Si no la has visto aún, puedes quedarte en tu pozo de ambición… porque la flor del tiempo, te supera.

Como decían en aquella isla… “Y la palabra importante aquí, es vivir, vivir como una pareja libre en el mundo real”.

La Guerra… del empleo.

El ambiente laboral, en ocasiones, es bastante alienado, casi como un asesinato encubierto de veneno. Tanto grupal como personalmente, puede resultar sofocante como despertar que se repite una y otra vez, hasta encontrar la salida, pongamos el caso del agente en Boss Level, que se levanta para rescatar el amor perdido, en todos sus futuros y halla decesos. Con un Frank Grillo rescatando a Naomi Watts, ¡quién no lo haría…! de las garras de Michelle Yeoh y un renovado Mel Gibson vestido de King moderno de la Mafia. Más comercial que otros scorsesianos... 

En el salto de tiempo, también otro detective que juega a ser Juez Supremo de En la Sombra de la Luna, con la sangre de Una como aquellos Santos Elegidos de finales de los 90, que ajusticiaban elementos subversivos y peligrosos, de una obstinada declaración de soberbia representación o xenofobia en ramificación, a lo norteamericano de nuevo. Sólo que aquí comparando flores, todo es ficción, adelantada a una explosión que resuena a pretérito imperfecto. Más tergiversada también la relación familiar.

También puede ser un enfrentamiento de caracteres, como ocurre con los abogados del caso The Burial, para sacar un beneficio indemnizatorio por la misma cuestión, o parecida sin las muertes forzosas, para la defensa indígena a través de Tommy Lee Jones y ese despacho variopinto. Bien por Jamie Foxx, que es el reflejo de la piel de los muertos. Escarbando en el sentido negativo laborioso, se puede conformar como una prisión o The Mill, en la que la empresa se convierte en carcelero de los destinos de quienes deberían ser libres, al menos, en su privacidad…  Comulgando con piedras de molino, rodando al diario con la inteligencia programada. Y si no caes en ninguno de estos contubernios o limitaciones, entonces, disfrutas de tu situación en el trabajo. Enhorabuena, compañeros.

Mientras que, los otros viven en la opulencia, esa búsqueda de la excelencia estará sesgada, manipulada para conseguir un efecto placebo que nos haga protagonistas de la historia… sin serlo. Mecánicos autómatas, como aquellos asistentes en Blade Runner, a través de unos que retiraban de la circulación a los jubilados, o a punto de serlo, según su deidad creadora. Ora pro… reprogramados.

No lo sabremos nunca… el futuro. Y esa es, sin duda, la gran inquietud de Severance, gracias a la aspiración de lo que queremos llegar a ser, y decírselo a los que nos controlan en estos GH globalizados, para no ser tratados como monigotes o guiados como un gran “mecha japonés” hasta el retiro o desempleo. Arrastrando piedras... puede que recuerdes al Prometeo.

En fin, estas representaciones visuales del nuevo Hollywood de las plataformas, son formas de crear otros ecosistemas alternativos, guiados a la producción y la dramatización narrativa, que evite dicha ruptura entre el corporativismo y los egos.

El pelo asilvestrado de la bruja de Blancanieves, frente a los siete obreros enanitos, que representa la silenciosa intransigencia del ser, gracias al comportamiento del personaje de Patricia Arquette… Los que fueron esenciales, en trabajos más allá de Oriones, en metafísicas complejas, o silenciados, ya sabes King, como meros terrones de azúcar moreno, para el café de los que se creen dioses… y la alternativa de un 2024 que apenas empezará, con otros caídos en el paro forzoso o en la guerra que se avecina, intentando  evitar convertirse en títeres sin alma… como aquel Jean Gabin, frente a la avioneta de Erich von Stroheim, en la gran escapada a La Gran Ilusión de Jean Renoir. Otra, que rodada en plena batalla aquí, entre verdaderos vecinos y hermanos, se va acercando al cumpleaños centenario.

Después la 2a gran empresa, con la llegada del nacionalsocialismo, denominado obrero… la María de Fritz Lang, huyó de allí en busca de libertad, nada más que añadir, hasta el 27… Bueno sí, que Severance ´es parecido` a campo de concentración y que ahora el Ser Supremo, será el dinero digital, como no. Con ello no podremos movernos libremente, ni para comprarnos… ¡un fucking gofre!

Me falta una, pero quién diría que nos cruzaríamos con un obrero especializado, Un Panadero, vestido para matar tal que en el pasado. Cuando Ron Perlman, que parecía cocido... se vuelve un Santo de aquellos Elegidos, contra el King, que es... el verdadero Mr. Lobo, Don Harvey Keitel. ¡La Masa está preparada!, siempre ha habido clases. Arriba y abajo, como en aquella serie, con diferentes tipos de sangres... y en The Baker hay bastante, aunque parezca falsa.

Servido en Bandeja de Plata, seguro, puñeteros picapleitos… calculando gracias al dios Mr. Billy Wilder… como diría aquel director, españolito, que se vistió por primera vez de blanco y oro. ¡ Y amén! o no… Feliz Navidad, Mr. Lawrence. Y feliz cumpleaños 40, del notable filme de Nagisa Oshima, el del Imperio de los Sentidos… donde Ryüichi Sakamoto, la verdad no existe sin el yo, y el otro imperio de David Bowie, se dieron la mano por última vez. Más música mágica, que fabrica amores como sudokus libres… descansen en paz ya, ambos.

 

 


sábado, 22 de julio de 2023

Succession. Tom, Greg el Huevo... y fuck off.

¿Te acuerdas cuando llegaste…?

Claro, tal que un Don Nadie, vomitando realidades por los ojos, avizores.

Ya me lo dijo el Abuelo, y mi madre… “estate atento a todo alrededor, absorbe y mézclate con el resto, no te comprometas con nada. No llames la atención y, comerás de la Familia. La última…

Sin llamar atención dices, madre. Pero mírame, con esta ropa desgastada de militante desfasado, o miembro de una organización rebelde y ecologista… mírame y dime. ¿Cómo me esconde con mi estatura de gigante bonachón. No sé tendría que hacer uso de mis dotes ocultas y convertirme en el hombre que siempre quisiste… El jefe de las relaciones públicas…

Algunos dicen que posee un parecido razonable con el pequeño Nicolás, pero no… Yo formo parte de nuestra cultura sajona (y trasera) y aspiro a serlo de esta fucking familia…¡ Qué locura!

Y así, como en los cuentos de príncipes extraviados… comenzamos a seguir sus pasos, a conocer a este Greg the Egg, que tantas gratificaciones… y salpicaduras labiales… nos ha regalado. Siempre al lado del incombustible expresivamente Tom, como pareja de hecho que… mira tú las cosas del beber y meter… han llegado a una altura insuperable. La cima de Succession.

Un par de cómicos pugilistas, con el actor casi imberbe televisivamente, salvo Disney, Nicholas Braun, ¡vaya con el homónimo de los enredos patrios!.. y un magistral diicotómico con Matthew Macfayden, capaz de lo romántico y lo estrafalario, siempre elegante, menos cuando suelta su lengua retorcida y cínica. Con más recorrido que el primero, y rescatados de cierto olvido, se han coronado como verdadero sucesores de la comedia. Juntos.

Y es que, en esta fucking compañía, y agregados…. El humor es una etapa dorada para la de la televisión actual y ´plataformista`…. Y si no estáis de acuerdo, que os de un retortijón en las tripas ultrajadas por detrás y echéis vuestras entrañas. Venga, xDio.

Los 4 Hijos de… Logan Roy.

No, no son los de Henry Hattaway, porque hacen uso de otro tipo de armas o ´tiros`, ni con John Wayne al frente de su camada, para vengar al padre, en singular especie de complot asesino. No, aquí su padre, el gran Brian Cox se despide lanzando sus últimos estertores, aunque no pueda entonar su esplendoroso Fuck-off!

Ni otras linduras que vamos aprendiendo a entonar como un panegírico, sin santos varones, o hembras, que haberlas haylas. Vómitos lanzados al vacío, y que alcanzan al más débil o fracasado, con aspecto de gemelos o hijos casi naturales, quién sabe, dadas la circunstancias vitales y las sucesivas mujeres.

La familia se reúne como en temporadas pretéritas, en grandes acontecimientos, celebraciones que no son tanto, y más estrategias. Somos como pavos, ante sus cenas de acción de gracias, o velas de cumpleaños... Alguna lágrima puede costar tanta carnicería, algún vino puede ser derramado o vomitado, por malo, alguna discrepancia puede hacer saltar el rencor, algún calificativo puede llegar a ser ponzoña, no parece porque resbala… o alguna metáfora disparará la anedralina hasta límites insospechados... y eso que, aún no se han ´batido` en duelo.

Sin embargo, un mínimo  empujón puede acabar rompiendo el saco. De la fortuna... y serán prescindibles los invitados al banquete, o no, tal vez. Pues ya hemos oído a Brian Cox y su relato sobre esta familia televisiva, donde las bodas son dramáticas. Definitivamente en la producción, ninguno está de más. Ellos/as son los importantes, incluso los que no cito. En serio, y en la vida, también o no.

El mayor atrae las desgracias como un incauto, bocazas y cocainómano, desraciado en piel paliducha y reconfortante de Jeremy Strong, que ha pasado de candidato a todo en este universo estelar de Succession, desde aquella notable Molly´s Game, a la imagen de la derrota. Gracias a este caramelo envenenado e indeciso que es, la expresión patológica de Ken… No de rosa Barbie, por descontado. Más de luto descarnado y solitario. Un paradigma de la vieja idea del Hollywood dorado y la producción de los estudios. Un rostro familiar ya, para todos.

Quizá cuando se escriba su final, la penúltima micción... Logan se precipite en su vacío personal y desquiciado ante tales engendros, pero habrá repartido galardones dorados para todos, coronas, las llamas ellos, si lo permite la fiebre del Dragón de otro Camelot HBO. Jodidos hijos y jodida entrada triunfal por la vagina voraz de HBO Max.

Es una era de Armageddon Time para Tv, donde los hijos son la cuestión que sale por la tangente familiar, convocando a sus vicios ocultos, miedos a presencias patenales, o respeto dependiendo de los millones balanceados o perdidos. Ese Armageddon de Pater Familia que es Anthony Hopkins en peli homónima y el hijo que es Jeremy Strong con otro toque más agresivo ante la retórica de la sucesión y la identidad personal, casi irreconocible… hasta estallar en el hijo, que es amalgama de dudas frente a ellos y sus vidas pasadas. Todos son eso, batallas, entre abuelo, pa y ma interpretada ahí por Anne Hattaway en buen papel.

Pero, el guión ni se le acerca a esta serie adictiva, a esos diálogos complejos que sueltan una simplicidad que te deja atónito gracias a Jesse Armstrong y su equipo de escribientes.

Volviendo a su irrealidad… algunos espectadores no conocerían a la madrastra ue construye Hiam Abbas nacida en Palestina con nacionalidad israelí-francesa, que se movió desde Munich de Spielberg, al Blade Runner 2049 de Villeneuve (esperando a su Dune II) y las aclamadas por la crítica, Los Limoneros y la imprescindible Paradise Now. Ni al hijo, ninguneado, por mayoría electoral , visceral y añeja, que significa un Alan Ruck que va de sigiloso a fracasado negociador entre vinos y arte teatral. Tampoco a la hermanísima, embarazosa en razonamientos, que tine un doble juego, jugo siempre como los demás, a la sombra del sol que más calienta… y que puede, no ser, el de su marido Tom. Pues le atrae la vida licenciosa, lujosa y cierta sexualidad no comprometida. Ella Siobhan Roy o Shiv, es de Sarah Snook, magnífica para siempre a bordo del lado oscuro de la nave y la mente enraizada en el bank.

Y nos queda una pieza aparte, con Kieran Culkin que pasa de todo o no. Hermano mal hablando y sexualmente descontrolado con tanta emociones móviles y nocturnas, lado irónico de la familia Roy y de la hermanada de los solitario corazones en casa de los Culkin. Y que ha resuel to su vida brillantemente con Fargo, Black Mirror y este lenguaraz, sin pelos, excepto los de algún ´chochete` noctámbulo que exhibe Roman o Rome Roy. No JR que estaba un pelín por encima en la cadena de mando, al lado del padre hierático, sino RR, más bufón, más juglar… Y eso es todo. Bueno, ya que son capaces de cambiar pensamiento y sentimiento, en un santiamén, ante y sobre todo, después del affaire del avión.

Lo que se fuma… el Padre.

Mientras éstos, o aquellos suecos, se fuman otras materia en el tablero de batalla, el Viejo se huele los humos de unos y otros, pero no su propio mal interno, que hará explotar por los aires, hostilidades o ¿acuerdos? Se envuelve en doctrinas y empapela, uno por uno… o si quiere se los fuma, porque viene de lo bajo y húmedo de las calles, aquí y en la Europa escocesa de la guerra mundial. Siempre al acecho como buen tiburón, criado entre depredadores y hecho a sí mismo, que conoce, odia… pero respeta. A veces…

Sustancias que son consumidas a su antojo, pues la Gerri estoica y flexible de la actriz J. Smith Cameron, se pasa a otro nivel, a Peter Friedman o Frank, el acosado,  a Dagmara Domirieczrk (Karolina) ya en otro puesto, David Rache, o víbora de negocios Karl, y hasta, Peter Stevens (Hugo). Incluso a pareja actual, como a su ex Lady Carolina, interpretada por Harriet Walter. Todos son consumibles en su presencia, si bien aportan a la serie un aroma esencial. En cambio,  es más difícil hincar el diente, ahermano comunistoide o tío Ewan, de James Cromwell, pues está habituado a tratar con cerdos de Babe, LA Confidential, La Hija del General, y mezclarlos con magia visual en Spiderman 3 o la Milla Verde. Ni por supuesto a los nombrado ya, en la primera parte de esta apuesta I relatada allí, Rob Yang (Lawrence), Holly Hunter (Rhea), desaparecida en combate, ni a Lukas, que está a un nivel supremo dentro de la escala de la familia Skarsgard. Nivel 10.

Entonces,  sus personajes, todos son mis favoritow, aunque me defina por  los pares, el del gran Greg y su amo Tom, apenas. Ay familias... Ay tíos, abuelos... ¡Ay madre, lo que le cuelga a padre! Llegará el tiempo de comentar sobre política, y entonces ya veremos... ¡cómo somos! Nos.

En toda guerra, existe la resistencia, que estaría formada por disidentes o maquinadores en la sombra. Creo... Observaremos quién está con quién, por qué... y si el gran Camelot tendrá que ser apuntalado o quemados sus restos, ante recuerdo de guerra y la efigie real. Y el reto presidencial, es maleable hasta que alcanza el poder e impone su ideología, a pesar del dinero y la corrupción. Ambos son las dos caras de Norteamérica... o puede que más lugares del mundo...

En toda sucesión, lo más valioso a priori, es el ADN, ¿o no...?

El A-Greg-ado...

Mira que hemos visto de todo, desde riñas por parejas, a tríos, cuartetos desavenidos y multitudes en acaloramiento exponencial... hostias vitales de hermanos e invitados a la fiesta. ¡FAMILIA abierta en canal, en definitiva! Depredación en torno a la espada en la piedra, para tomar las riendas y la gloria. Mas, cuando tú vas… yo vengo…

Vengo de venganza, vengo de traición. Vengo de la Caída del Imperio Romano, clásico, y de sus Dioses… los de la nueva era de la Comunicación. Ya Digital y tal. Los versionados reales no me interesan, la verdad, prefiero a los montados entre McKay y y Ferrell, como pareja de productores del cinismo cuadriculado y mordaz. Porque, también, el cine pasa por ahí, el arte general y estilo cultural en una humanidad decadente, frente a una concepción simplista y materialista del Todo, que va desde NY a LA, pasando por Europa. En yate de lujo, jet privado, flota de helicópteros o tanques blindados en negro. Pues, el dinero es parte del trato, y de dicha venganza, como la pasión, los celos o envidias, y la sospecha… especialmente.

Las palabras, que son el cantar mayor, se las lleva el viento, depende hacia dónde sople, decía. Ni un vómito sanguinolento, un cuesco en paz consigo mismo… o un linaje embarazoso.

La traición con base, es desencadenante del plasma que pulula por la atmósfera corrosiva, incluso en Venus, en interacción con el viento solar circundante, Rey Roy. Cuyo debate sigue estando caliente ahora, tras el descubrimiento del científico Lundin en 2013, pues esas fuerzas crearon un vórtice que arrastra a la profundidad abismal. Como el Cs 137 que bombardea el Bolsón de Higgs y forma un gran Logan Roy. Va un paso más alá, hacia el fin de la crisis energética que todo lo corrompe, y la inflación de los precios, no digamos. Quizá de la dependencia de grandes corporaciones que controlan los derroteros económicos de la Humanidad… Hacia un principio de causalidad que nos haga libres.

Sin embargo, Roy como buen Rey Sol, y hasta que se apague, todo lo arrastra hacia la combustión espontánea, porque sus hijos están lejos… de su definitivo y postrero, campo de gravitación. Y claro, así les puede ir en el futuro… ¡O no!

Greg y Tom, son una buena muestra del patetismo ilustrado, en la tele. Que enseña estas cosas... y que son necesarias… para reírnos de todo. Si no que nos quedaría, Brian de Palma, Bernardo Bertolucci, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola… fotografiando al bueno de De Niro como escudero de Mario Puzzo… será por sagas… y silencios. ¿Qué nos queda… las embestidas de un Toro Salvaje o las entrañas del mismo Lucifer? Greg, que es uno de los nuestros, o casi… Ay.

¿Qué restará….? Un malcriado, un armageddon familiar, una rotativa falsa… ¡Mierda! O lágrimas ante el Triángulo de la Tristeza, un trago amargo, el Señor de las Moscas ha muerto. Queda el Niño que Gritó Puta, en La Habitación de Kevin, del que deberíamos de hablar y aún no ha nacido, del hijo de Netflix angustiado no se sabe porqué, alienado ante la madrastra Vanessa Kirby y el padre, Hugh Jackman… La mirada poco perfumada, pero maestra de Milan Kundera, d.e.p. ¿Has entendido el juego…? Quién no. Siéntate y mira el horizonte, y verás la Libertad, perdida al fondo, con la niebla, hoy.  Y si no, te propongo uno… piensa en una familia, real o no, e identifica quién es quién, eh. Jaja. 

Gregory que te estamos viendo, pedazo de producción programada, haz caso al Abuelo… Ya que así es Succession, si tienes que reír, te ríes... ¡olvida esas lágrimas! 

Sin ellos, no somos nada, sin los dos... Sin sus chismes y gracietas poco consideradas. El respeto está en los detalles, juegos dorados, aunque parezca que los caballeros las prefieran rubias.

  

El otro... Nicholas Britell - BSO de la serie Succession.

domingo, 12 de marzo de 2023

The Sopranos. Series

 


Hoy, 12 de marzo, día de entregas... rememoro en este blog, al gran actor James Gandolfini y su papel de jefe mafioso para la serie Los Soprano. 
Una auténtico animal televisivo, ¡un verdadero Monstruo!

Uno de los grandes excesos, para un hits de la televisión contemporánea, gracias a aquella visualización inicial de una banda de patos en la piscina de casa de Tony... pasado mi tiempo.
 Pero es mucho más la serie, creada por David Chase, con orígenes napolitanos y con las visitas puestas sobre su psiquiatra privada. Siempre estoy más a favor de la psiquiatría que la psicología mal engendrada...

Tumbado debido a trastornos por déficit de atención, demasiada en edad mediana, con crisis matrimoniales, o depresiones por la vejez que patea como una monstruosa espiral o zambullida a los infiernos, Ahab...
y otros problemas irracionales secuestrados por diferentes aspectos de su vida , digamos profesional... pero, encarando que es gerundio. Como cantando bajo la lluvia, o no dejando de creer, de Journey.

También trastornos frente a su familia, empezando con su propia madre de ficción y la posibilidad de un internado en institución, para intentar curarse en salud. Que es lo mismo que el cemento, pero sin armar...
La psiquiatra Jennifer Meli es su sombra, Lorraine Bracco, le comenta atinadamente que el TDA es una enfermedad controvertida, una limitación cuestionada y va a estar a punto de comprobarlo durante seis temporadas, Nosotros como Tony... al hablar con sus viejos camaradas, los Nuestros y esa posición en la cima del mundo.

James Gandolfini, nacido en Westwood, New Jersey en 1961, nos dejó en una habitación de Roma en 2013 con su gran recuerdo, llevándose parte de sus trastornos  personales.
Con su gracejo inmortal, el personaje comenta en alguna ocasión, que si alguien de su círculo se enterara, lo aparcarían o se acabarían deshaciendo de él. Paulie se echaba unas risas, Corrado le echaba ácido... eran así. 

Como aquellos Gangs of NY, pero no los del gran Martin, sino remontándome mucho más atrás... cerca de la era dorada, 1938, notable cinta perdida y recuperada por servidor hace poco. Dirigida magníficamente, tiros de metralladora incluidos, por un tal James Cruze. E interpretada por un doblado Charles Bickford... que estuvo con Blake Edwards en los problemones somáticos de Días de Vino y Rosas, con la angustiada pareja de Remick y Lemmon. Una trastornada obra mayúscula de los excesos, tan en boga en la gala 2023.

El personaje de Tony Soprano estuvo inspirado históricamente,  en Vicent 'Vinny Ocean' Palermo, un ex jefe de la mafia de Nueva Jersey, procedente de una familia tradicional italo-estadounidense de Brooklyn. 
Curiosamente otro neoyorkino, era su cuna al otro lado del Atlántico, al igual que la del actor Tony Sirico, magnético Paulie. Del mismo barrio que el director Woody y participante en varias de sus películas ¡menudo triángulo de estrellas! Un gángster cinéfilo de toda la vida.
Muere a los 79 años Tony Sirico, que tuvo esa ajetreada vida con sus arrestos y sus pistolas... hasta que apareció en la serie ochentera Miami Vice, donde había todo tipo de tiros también, y posteriormente saltaría a este papel de Walnuts. Sus frases míticas como “El mundo no se basa en el amor". Pues así se amansaría en manos de Mr. Allen, o no... Enorme su efigie.

HBO cambió las reglas de la ficción televisiva en 1999, y de una tipología, la enfermedad criminal con otra versión del hombre de acción, que se preguntaba ¿qué fue de Gary Cooper? 
La figura "bronceada" de la mujer desnuda, no contestaba... Ni la esposa, cara a sus infidelidades y sus miradas extraviadas.

James Joseph Gandolfini Jr., ganó tres veces el premio Emmy al mejor actor en una serie dramática, pero con un gran humor sobre el diván, de la fantasía y sus monstruos (esto es otro homenaje...). 

Los Traumas y los Sueños.

Y ahora, me tocará hablar de los premios de este año, que también tienen una metodología tensa, tirante como cuerdas de títeres... bofetadas a parte, y personajes con un mundo subterráneo enfermizo... pongamos a, Brendan, las almas en pena de Mr. Farrell y Mr. Gleeson, como si fueran fantasmas separados por la guerra verde; la taquicardia del Elvis de Austin Butler y su coronel, Tom Hanks en llamas de artificio; un Batman condenado por la angustia y la pérdida, que sueña en ser un noir moderno. Qué decir del soldado en Sin Novedad en el Frente, sería un Tolkien en potencia; las comilonas de ratas en el subsuelo, del cine que mudamos... horizontes sangrientos como senderos de la gloria pasada, la tensión familiar de Tár y Michelle Yeoh con su astilla, su tercer generación y la transmutación en rocas pensantes.

No hay descanso, ni un momento de respiro. Qué sinvivir, excepto para algunos momentos de nuestro querido Steven Spielberg, el más iluminado, 
De esta confrontación de caracteres al límite, me faltan visualizar algunos, esa TÁR de Cate Blanchett que será mi próxima sinfonía, el Maverick de Tom Cruise, que no creo, las mujeres expresivas frente a los abusos dentro de una religión o el triángulo de la Tristeza del director sueco Robert Östlund... me quedan por visitar determinados ángulos y algunas aristas profundas.

Pero esto aquí por Él, no te desvíes... un Homenaje sincero, rotundo al Padre, sufridor, tan denostados en el presente... Mr. Gandolfini.

“El cunnilingus y la psiquiatría nos llevaron a esto” by Tony Soprano.
Y serían felices en el hogar, y comerían... ¡lombrices!
Un hogar que parece casi desestructurado en la raíz, emocional, metafísica, y un cabeza de familia que la siente desvanecer, caer a los infiernos del mar... en determinados momentos. Sin pata de palo...
Esta casa es una cima, en sentido contrario... del rock&roll, aseguran las visitas al recordar los gustos y las apariciones del consejero rítmico, al corazón eléctrico de la E Street Band, Silvio Dante o Steven Van Zandt. Que también aparecería mínimamente con Mr. Scorsese, en un papel espectral del filme El Irlandés... mientras el otro Boss, le miraba desde la atalaya. Un horizonte, para no perder el tren.

Allí en lo alto de North Caldwell, está el hogar físico, la mansión del Don, que se siente moderna y se puede visitar ahora para rememorar algunas de sus famosas citas. Recuerdos entre cajas de ansiolíticos frente a la paranoia y copas robadas con algunas risas sin enlatar. Ayudaban un rato... la humanidad en la cocina, con su bata semiabierta enseñando pantorrillas peludas y sus chanclas. ¡No me pises, que llamo a Corrado y se burla de vos! Otro que tal baila, Tío Junior o Dominic Chianese, un personaje inolvidablemente entrañable, a pesar de su sangre, como figura paterna en la "sombra".

Tony fue un Padrino, fuera de época y de órbita, bonachón y divertido, sin aristocracia mediterránea, recto a pesar de sus visitas al diván. Desenfadado rockero, apasionado de la antigua Familia y sus normas, visto desde las alturas por aquel Marlon Brando y su seriedad entre algodones... ¡qué el altísimo capo... los tenga en su gloria...! Y uno de aquellos Nuestros, con esas otras bajas pasiones!
Mr. Chase escogió el hogar, de los desencuentros emocionales, no por la madre Soprano, que estaba en otras cuestiones más extradimensionales. Una de esas féminas, que siguen recordando la pérfida aparición en la historia de Nueva York de Woody Allen. Esta será mi caaaasa...

Siempre de alma presente, y no como las de Inisherin, ¡qué gran isla! Con su historia  intelectual y emotiva a la contra, hermana inolvidable en las alforjas. En los Soprano, la eficaz matriarca, es la guerra, interpretada por una ex-compañera del genio periodístico de Lou Grant, con el nombre de Nancy Marchand. Es la otra cara oculta, con apariciones fantasmales, entre la otro lado de la moneda y las armas tradicionales de la mafia. El rostro de la luna emerge de la profundidad del alma, una isla, fallecida poco después de la explosión televisiva y activada al grito de la expresión. "Otra vez con tus chorradas, ¿hasta cuándo tendré que aguantarlo?" (... Hijo).

Los Hijos de...

El peso sexual sobrevuela como un episodio radicalizado de otras comedias, que son como telediarios de sectas, sin contar a las amantes y putas, que no son como de la familia... pero sin derechos hereditarios. 

El sexo está contrapuesto a la violencia, como accidentes geográficos, el hoy que es un resorte recurrente de tiempos pasados, donde los protagonistas, parecen estar solicitando un perdón por sus actos, al menos a ellos mismos. No al espectador, como las "descarnadas" Ballenas, que ya saben se van a hundir... Sin embargo, ejecutan,

 Pues viven de ello, del mal ajeno, y de la cultura popular del gángster cinematográfico, que es su pasado más idealizado.
El padre de la ballena, que empezó en la omertá de las redes, ¿se verá relanzando hacia el brillo y la luz...? ¿Quién es el monstruo? ¿Y esa hija...? 
Esa es la cuestión, si the King, también padre sufridor, se lo permite o resiste... El Rock y la literatura, están conectados en línea.

Esta es la historia, que le llevó a ganar tres Emmys merecidísimos a Mr. Gandolfini... ¿qué ocurrirá en este 2023 con el otro tío Dorado...? Hijos e hijas, de la maltratada cultura popular...
Por eso acababan, todos, sobre la terraza de aquel Bar, al Sol del mediodía, como parados ya, o fantasmas... para hacerse notar, y olvidarse de sus familias en la casa de los ensueños. Normalmente, la americana, y para hablar de ellos, de los negocios...
Estas pasiones exacerbadas, nos llevan a un territorio desconocido hasta entonces, sobre la misión educativa de hijos de... en la cartera, Meadow y Anthony Jr., que dudan de la ley silenciosa, al menos a la cara. Mas, son astillas.
 
Así, sembrando como emitiendo la obscenidad, observan y recogen los beneficios extraoficiales, igualmente, desde que eran unos bambinos, como él en su historia primigenia en The Many Saints of Newark, recogiendo frutos como Michael Gandolfini en la actuación magnífica, o como la resignada esposa desdeñando sus encuentros lascivos. 
Un pequeño inciso, cinéfilo, emparentado con las ballenas y el Pinocho de Guillermo del Toro, las entrañas de Jonás y Orson Welles de Mr. Huston, con las mentiras en la punta de la nariz, es decir, la falsedad. Y la obsesión, la traición en Fabelmans, las drogas consumidas por Mr. Presley, los dedos del arte, segados, o sesgados por la dimensión paterna, el todo y el sexo... el padre Alessandro Nivola que estará en la nueva versión de El Estrangulador de Boston... Asesinos de sueños, que no pasiones.

Y el recuerdo a unos hijos, putativos, en aquella amenaza que significó para el pequeño de Padre, Padrone de los Taviani, frente a la humanidad de El Ladrón de Bicicletas, en enseñanza dura a su pequeño Bruno. El alma de Pinocho,  el humor sensible de Begnini con su hijo en la escuela de la vida, y la muerte... los besos cortados por la guerra y la intolerancia pasional, el del Cinema Paradiso de Tornatore, Totó  ¡Inolvidable!
Hasta que la sangre aguante... o el destino alcance.
 Hasta en el Frente, eran padres e hijos...

Este ya no utiliza el cemento en los zapatos, hay barro escondido en todas partes, hasta en Hollywood, que se lo pregunten a Toby... el Padre/Padrino, con sobrino a hombros, es el malvado más razonablemente estimado por el gran público, casi sin excepción. Salvo la Voz... no de Elvis. En todos los sitios, a todas horas, también existen los debaneos emocionales de las madres con las hijas, las enfermeras de todas las guerras pasadas... incluyendo la ciencia ficción y el ensayo sobre el relato épico de Herman Melville... 
¿quién será el monstruo... y quién el animal, o Ballena lastrada al fondo... tío Oscar?
¿quién será el Oso pasado... Ray Liotta...? Que empezó con un cruce de piernas en los 80, e.p.d.

La actriz Jamie-Lynn Sigler, a sus 35 años, interpretó a la hija Soprano, da testimonio con su Esclerosis Múltiple, pues visitó al médico al notar una sensación de hormigueo en las piernas. Ansiedad... Tuvo que parar, apartada a las máximas de la imagen pública, frente al rock de la serie y los cuernos colgantes en chupas de cuero. Al igual que sería Aida de los Turturro, otra niña que tal baila y monta en familia.
Al final, todos al reclinatorio, excusados este año, para afrontar los golpes de la vida y otros bailes, incluso Ellas, que necesitan un día entre 365, para diferenciarse entre sí... o tratar a aquellos "machos" del pretérito, como verdaderos engendros... vi... tales.
 
La música siempre será nuestra salvación, como para Elvis o Tár... las hijas pensantes también. Un tren para Springsteen, chico de la primavera en Alta Fidelidad.
Existe un "Big Pussy", no florido, cosa de hombres de acción y el ojo por ojo, como Vincen Pastore, del mismo antro infecto que Mr. Liotta, Mr. Pesci y Mr. Scorsese, primos entre ellos... y Nosotros. Como sería el Carlito´s Way, this is the way, decía Bryan de Palma, con guión incorruptible de David Koepp y sus momias, no tan malditas como hoy. lastradas en un sillón suicida. Hay tantos en las redes, como Ahab´s... Sólo quedan solitarios... con acento en el mástil.

No quedan Coopers ni Peck´s... ¡sólo dolientes'. Me niego, siempre nos quedará algún héroe recóndito, sacado de la mochila muda, como el hijo Van Patten, como un Brad Pitt más reconciliado en la segunda parte, o padres sugestionados del nuevo cine negro... como Tony, Rick Deckard o The Batman.

Pero... y mi caballo ganador es...

Nunca tengo... aparecen como fantasmas entre las sábanas... No juego.
Bueno, sí. Alguno puede presentir algo en mis palabras. ¡Palabra de Tony o Pauli, o Corrado en el guante erético de Francis Ford Coppola, el otro gran jefe! Jajajá. Vaya cuatro patas para un banco, de crédito... No, no apuesto.

Las tribulaciones psicológicas, casi parap por la complejidad... son las ganadores de calle, este año. Están en todas partes, en cualquier rincón o escenario, cercenado como dedos en el micro. Son vómitos existenciales en horizontal, sobre el diván y el creación, la religión, la Familia, el monstruo, el hijo de Sebastian... horizontes de grandeza, desacuerdos entre amigos, o no, hijas en omertá, novias de Frankenstein... comandantes, que mandan tropas a carnicerías, e ídolos.. masacrados en el campo de batalla, almas en pena, avatares engañosos, ¡jokers de la vida!
La sueca no, que no la conozco... y eso que procede del padre de The Square. ¡El cine es bello... en la fealdad!

En la nueva Caja Tonta y sus plataformas doradas... el ganador sin discusión, ni a duras penas pastillas, es James Gandolfini y Los Sopranos. La familia Dimeo, los mafiosos exitosos de HBO, conectados a los famosos Padrinos de Nueva York, al otro lado del Hudson, los Genovese, la de Don Vitto en los 50, iniciada por Lucky Luciano en los prohibitivos locos 30, derivada a Johnny Sack > hacia Carmine, Capo di Capos > los muertos de siempre > y el nuevo candidato actual en litigio, expiatorio, adivinen... Con un par, de rocas. Tres antenas en la historia.

Una familia con conexiones judías en cartelera, otra rama hollywodiense del diván, iniciada por Meyer Lansky, homónimo inscrito en el Padrino II por Lee Strasberg, candidato a mejor actor de reparto en 1975, "... Somos más grandes que el USS Steel". 
Todos estos focos puestos por memoria, en otra dimensión italiana, por Sergio Leone a los pies de Robert de Niro en Once Upon a Time in America, por Dio. Que Richard Dreyfus, amigo del Chico de Oro llevara a su manera, su Way, mientras Steven ya viaja a Roma para contar  la historia de un niño italiano en The Kidnapping of Edgardo Montara.
El Círculo... se cierra, con Christopher Montesanti, o Michael Imperioli, metido en el guión notable de Summer of Sam de Spike Lee, que estuvo en las adicciones de Abel Ferrara, llegando al monstruoso mar con el Espantatiburones de Uno de los Nuestros. Ya sabes, codicia narrativa entre escualos... Ahora compartiendo con Fray Murray Abraham, un clásico (ya estuvo en el Scarface de Pacino y Brian, El Nombre de la Rosa), que fue hasta Salieri del enorme Milos Forman, sentado en El Gabinete de la Curiosidades de Guillermo del Toro, y ambos en la serie The White Lotus, creada por otro blanco, Mike White.

No obstante, siempre existe un paréntesis... El alcohol es totalmente legal, hoy, corre entre palos en la carretera y almacenes de estraperlo sintético... las drogas, igualmente, que interroguen o psicoanalicen a otro triunfador como el WW de Bryan Cranston. Las putas no digamos... no remedios variopintos, con distintas frecuencias tóxicas. Son antítesis de las consultas doctorales y sus cruces de piernas... píldoras calientes del presente femenino. Como de aquellos Sleepers.
La Doctor, siempre es caballo vencedor, con el recuerdo de Lorrain Bracco como su amor platónico, frente a la pesadumbre psicosexual de su madre, ojo avizor. En N.Y. y en la Camorra, todo parece estar ligado, ¡o no!

Pues nada, esto ha sido el concierto... el ensayo.
Todo un poppurrí, que se puede dejar miserias en el tintero... Las grandes triunfadoras, de la condición humana... La Nuestra.
Recuerdos entrañables para los Boss, y a los fallecidos, los echaremos de menos.
And the winner is... el Padre, Padrino, Mr. James Gandolfini. 

Gracias por Todo, en todas partes. Lagrimillas cinéfilas por Nuestros Queridos Monstruos.

Alabama 3 (Detroit mix) - Woke Up This Morning
James Gandolfini - Saturday Night Live
The Chris Farley Show with Martin Scorsese - Saturday Night Live

domingo, 5 de febrero de 2023

Samurái Gourmet.

 


La cultura japonesa, particularmente su gastronomía, tiene bastantes aspectos en común con la nuestra más cercana, la mediterránea.

Ya que algunos de sus componentes culinarios, tienen conexiones con la tierra y sus regadíos vegetales, las partes corrientes o singulares de los animales (con excepciones, como el águila u otros), y esencialmente, el sabor a Mar. A marisco, pescado y algas.

Además de una querencia, suave por lo dulce, conjuntado en amargo y el peso de la historia, que es picante; los palillos para cortar y coger la comida, es tradicionalmente lo cotidiano, el sake, la ensoñación, el té, la nostalgia y lo cercano, el café, lo reconfortante, como los caldos y sopas... son las cucharas y el aliento; lo atrevido, va más allá, la búsqueda de otra sensación, las salsas y picantes, es un punto más allá; pero quizás, lo más asombroso es que su cultura más internacional, por excelencia, se extiende por el manga, y tiene un reservado frente a la barra, junto a los chefs, para hacer un hueco a un pedacito más. El solitario samurái, comiendo y guerreando, tanto corta, corta, tanto...

No es necesario, ningún tipo de sacrificio, todo parece hecho a la vista y con gusto por lo natural. Como si fuéramos verdaderos fetichistas de la comida, como sí degustáramos el placer de la compañía, a la vez extraña... Y no es necesario convertirse en un objeto del deseo, como el cerdo amantísimo de Nicolas Cage, en el filme Pig dirigido por el debutante ante las trufas,  digo cámaras, Michael Samoski. Igualmente placentera, salvo que con pequeños recorridos subterráneos hacia la fatalidad y la venganza de los recuerdos, olores y sabores. Un notable silencio del icono de otras èpocas y nuestro recuerdo ante el tocino, digo, lo cercano y emotivo. En fin, otra obra para gourmets y sibaritas del cine.

Aquí, volvamos a los trazos, que no vemos, pero, de alguna forma sentimos, como un relieve de la ciudad de Tokyo y sus viejos relatos de otras eras, deberíamos nombrar la historieta gráfica con la que abrimos el apetito atroz, aunque calmado, sin violencia ni cortes tajantes en el rostro adaptado al gran público, del autor Masayuki Kusumi de dibujante de 66 años, en dos fragmentos contiguos titulados El Gourmet Solitario y Paseos de un Gourmet Solitario.

Entre ambos títulos, con una diferencia de 6 años, un pequeño refrigerio, para volver a pisar la calle y los curiosos locales con sus olores guisados o fragancias en la plancha, junto a un hombre de mediana edad, que además de su homónima descripción del relato, comparte su afición por fantasear con otros tiempos.

Sin embargo, ahí queda la comparación con esta serie diseccionada por Netflix, porque sus guionistas Taguchi y Wada, han convertido las tribulaciones de aquel hombre mediano y desnortado, en un menos solitario, corredor de larga distancia. Con 60 años a sus espaldas, sentado en oficinas de por vida y cadenas, y una mujer con la que compartir... sus nuevos dones... o no... Vemos sus paseos indeterminados, o sus movimientos de mandíbula, colgando en la memoria. Con las necesidades justicieras, eso sí, de un tajante quijote que ensueña, a un paladín de las causas perdidas... y los gustos en continuo aprendizaje...  dónde quiere, cuánto quiere... cómo quiera.

Pero, sin ser un samurái viajero, es un caminante seguro... ¿o es inseguro?

Y esto... es Japón.

También se divide, como el ramen para dos, en personalidades contrapuestas.

Así se constituye su pareja de directores, en formas de ver la verdad y la ficción, puede que cada cual con su tema, que diría un pastor de ovejas, a vueltas con los mercados y los precios. Arribando a hurtadillas, o como un detective casi fantasma, a los puestos en la calle y los puertos, a los guisos confeccionados con gusto e imagen frente al televisor.

Don dos trazos, como dos géneros que se entrechocan y hablan, dirigiendo los paseos con su protagonista y su curioso caminar, que a veces se aparta de la realidad y de su parejas, en dirección contraria; pero para terminar encontrándose en la misma necesidad, dejar la soledad y sobre todo, sorber con pasión, la vida. Cocinando, andando, bebiendo o  relamiéndose los bigotes... postrado con la vista fija, adorando un buen vaso de cerveza. Sí, ¡cerveza, he dicho! 

El Aperitivo...

Es un aviso en un prado inmenso, y salvaje, propio de otra época, de eras arcaicas como la tradición gastronómica de un anciano imperio. Y ese punto enorme, sobre la comida y las constumbres.

Uno de los lazos con la tradición del cine, es el director Michihito Fujii, curioso nombre casi volcánico, que ha adcometido otra serie llamada El Periodista y trocitos de cómic como Ghost in the Shell antes de una película yakuza, como Una Familia. Mientras que el otro palillo de márfil tallado es, Mamoru Hoshi, que se destaca por filmes entre la comedia y el romanticismo nipón.

Ambos forman una teoría sobre la personalidad de una nación, su educación, su familia, el trabajo, la movilidad, etc... Todo aderezado con sabiduría, en este plato cocinado en episodios cortos, para no atragantarnos, y que persiguen el camino económico para darse a conocer en mayor grado,  o abrir las cartas de la cocina japonesa, a todos los posibles comensales en el mundo. Y curiosos...

Todo comienza un día excepcional, no por lo soleado del panorama callejero, sino, porque conocemos a este singular individuo, nada destacable, aunque de mirada limpia y afable. Por lo normalizado de la expresión y gesticulante al máximo, como personaje en sus zapatillas liberadoras de ciertos yugos del pasado... Comilón, sin embargo, delgado como su padre, seguramente... que empieza a contarnos que ha sido defenestrado por sus superiores en la empresa y, ahora sin actividad... no sabe muy bien lo que hacer... Pues nada, ¡a caminar!

¡Banzai, que decían aquellos lanzandos! Aunque pronto va a descubrir a través de las sensaciones, que hay algo más y que lo suyo, puede ser el yantar... que no el llanto de viejo... ya que un humor característico y natural, se esparce por todos sus poros, hasta la esencia del caminante y su nueva necesidad..., no tan solitario como dije, y sus recuerdos más sencillos, pero emotivos como un amigo de siempre.

Y es que, el actor Naoto Takenaka, ya cae bien desde el primer sorbo de cerveza, y ese fresco aaaah, era lo que necesitaba... con esa simpatía espumosa y la educación de los ciudadanos japoneses que deseamos para nosotros... pues no, nos conformamos con  ir compartiendo su día a día, tras el abandono forzado laboral y las migajas... y lógicamente, se quedará en vuestro recuerdo, por ser natural, como la comida misma.

Su mujer también tiene lo suyo, comprensiva, aunque se pelee con el estilo tradicional de una fuerza patriarcal de siglos, amparado con la simpatía acrobática y esbelta, de la actriz Honami Suzuki. Y el otro, el malo, el tercer sorbete con fuerza, que podría ser una mezcla entre el Clint Eastwood de más alto calibre y la efigie de aquel Goemon que ya no recordamos, inmerso en katana, de la que participara hace más de una década. O del espíritu desafiante del mismísimo Akira Kurosawa, tantas veces en misiones de salvación o redención, interpretado por un disfrazado de época, Tetsuji Tamayama. Salvo que no va, mucho más allá, el jefe es otro,.. aunque más cortado que su arma cortante, el apetito.

Saltando las distancias narrativas por sus diferentes Tokyos, y la agresividad en su trono de sangre o banqueta de culo, pues la diferencia esencial está en la sangre, en las vísceras que se cocinan y ya...

Se llama miniserie, no porque sea pequeña, en esencia, sino por la minuciosidad de las manipulaciones de alimentos, por sus cortos trayectos en el espacio, tiempo, y las pequeñas, grandezas, que nos presenta en los platos. El vapor inundando las cavidades olfativas... Unas, puede más atractivas que otras, según los gustos y las añoranzas, los tragos que también importan, las texturas en el paladar y las frecuencias... No se puede comer tanto, sin luego tener remordimientos, aunque parezcan sanos. 60 años, son 60 años, si bien seas japonés y tus ácidos lo permitan.

Por tanto, el cómic sería el aperitivo perfecto, para ir haciendo boca, preparándose para el colorido contraste con unas diferencias formales y un comerciante ermitaño. Lo trataremos de saborear.

Un Sorbito...

Las formalidades son importantes... pero la cerveza es la cerveza, vamos a ver...

Esta serie Samurái Gourmet que empieza con un poco de agua con cebada, como si fuera una excentricidad o un acto prohibido, con el alcohol claro a destiempo... se mueve como el ramen en una sartén o bol, tocando varios palos, depende del estiramiento requerido, los recorridos a lo largo del tiempo, antes de la jubilación,  a grandes pasos o, a horcajadas sobre el taburete. No acabas gateando, quizá desnivelado en ocasiones, pero firmes en su condición. 

Él y su voracidad como compañera, es como una nueva forma de sentarse a contemplar, de estar vivos, a sentir placer por las pequeñas, grandes cosas... servidas al dente sobre un caldoso reclamo de esta gran ciudad, que conocemos emocionalmente... o más quisiéramos, otros.

En frente de las costumbres y el deseo cumplido, está lo tradicional, también observamos, degustamos, otras especialidades de una isla enorme y monumental, con forma de recipiente inmortal, moderna, que se acerca a otras culturas occidentales, con sus sabores intactos para combinar el placer. Económicamente, excepto alguna excentricidad no habitual del descubridor, en capítulos apetitosos que despertarán tus jugos gástricos, seguro. 

La caballa y otros sabores salados del extrarradio, marineros, en excursiones de estudiantes, ¡recuerdas! No, no hay Moby Dick... Son peces más simples. Hartarse repitiendo, porque los episodios van sin espinas, sinceros y naturales, pues también tienen su propia estructura, nada de fragmentada o deconstruída, para sorprender con grandilocuencia. Cada uno es cada uno, y forman parte del menú, cada plato significa algo. Algo, esencialmente, personal. Casi como ¡las croquetas caseras! Pero, sin madre ya... o ella, es algo así. No, no lo quiere así... Él tampoco.

Cada bocado, siempre regado con un buen gesto, una excepcional mirada a los adentros, entresijos del personaje y su nueva perspectiva vital, si bien tenga que enfrentarse a una mirada esquiva de la juventud y sus egocéntricas necesidades. Siempre con un vaso de cerveza, o una jarra bien medida, para compartir con un café de la lectura, una simpática tormenta de coloridos paraguas, los precios que no nos van bien, depende de la infraestructura de los estilos y las sartenes gourmets, o esa memoria que nos viene a visitar, cuando ya no esperábamos nada, a estas alturas o canas.

Ella sí, pero prefiere ir a comer, acompañada... O sino, pega la vuelta y comer croquetas de la madre que las parió. Le dan igual los estofados y las fotos, son reliquias del hoy, y ahora es ahora.

El sorbo postrero, es una gran sorbo. Lo que nos conecta con lo correcto o no, lo que no sabemos afrontar a las primeras de cambio, lo que observamos sin darnos cuenta, lo que no nos atrevemos a pedir, o decir, ya que estábamos en 2017 y ya no está bien visto; por eso, existe ese alter ego de la historia del acero, cuando las cosas se medían de otro modo, asilvestrado como tripa de águila o ácido del alma, frente a la quijotesca lucha contra las injusticias.

Absurdas, o no... ¡Esto es lo que hay! Kiaaaah...

La Salsa...

Algunos, en lo más recóndito de su espíritu samurái, recordando al Vivir del gran Kurosawa, se sientan y ven la vida pasar. Perfeccionando su búsqueda personar, otros hubieran preferido algo más punzante como un sabor a erizo marino... 

Tal vez, un buen corte a la altura de las tripas o más arriba, visceral, salpicando las paredes de los restaurantes característicos y sus transformados figurantes... No serían 7 y no 12, como se condimentan aquí.

Pero, tranquilos, no os hagáis los intrépidos, la cosa no va por ahí, colgando tripas del acero, sino que se reclaman estereotipos más corrientes y cercanos, no tan kamikazes, aunque hubiera podido esta bien... Son registros como los modales cotidianos, que destripamos en otros, los que se saltan los ególatras, los maleducados, exigentes, olvidadizos, apesadumbrados, contrariados con el mundo y sus gentes... inhumanos... Mas, eso también, casi siempre arrepentidos.

Gracias al que todo lo ve, recorre y consume... El samurái, este sí, solitario.

El Postre...

Por supuesto, lo dulce es muy importante, hasta en el Japón. Y el café... que no debe estar frío, excepto con hielo en verano. Ahora es reconfortante.

Casi tanto como la salsa picante, y los gritos que los incautos turistas escuchan, si cambian o modifican a su gusto, el objeto del deseo. Mecachis, insulto en un país con unas tradiciones que se empiezan a adaptar a los gustos... eso dice el samurai. Si bien lo auténtico, siempre será lo auténtico, como el típico aventurero con rencillas y los mangas.

Las casas tradicionales son la puerta y los gestos del protagonista, un sendero al placer,  las palabras de apoyo de su compañera (aunque tenga sus quejas del tratamiento en las labores), una condición... las formas en que vemos arremolinarse los sabores en la cocina, abriendo nuestra insaciable apetito, es la vida... todas parecen ante la televisión, auténticas.

No es casualidad que sus cuidadas descripciones visuales y su gesticular encuadre, combinado con las calles de la ciudad y sus locales típicos, fuera de las primeras producciones grabada en 4K/HDR y sus prestaciones para fantasear con realismo gráfico. Debería ser una joya de la televisión moderna, que aumenta las ganas de salivar y soñar con viajes deseados.

Y sólo, con 12 pequeños bocados... como 11 soleados días... y uno lluvioso.

Como los cómics, aunque pudieran ser violentos o grasientos, por la sangre y las vísceras, la serie Samurái Gourment lo es también, real como la vida misma o un rodaje de una película, con sus tiempos de espera y sus momentos estelares... Hummm, ooooh, ¡delicioso!

En ese aspecto de veracidad, es directamente exquisita, en la que disfrutamos con sus servidores al público y ese expresivo agradecimiento de lo bien condimentado, por los expertos tras las cámaras y el aspecto saludable del personaje principal. Y sus aliados cálidos y afilados...

Nos recuerdan que ante la comida, no estamos solos. Todos podemos disfrutas en pareja o familia, incluso con desconocidos que expresan una opinión o comparten una atracción por el sabor o la vida.

Han pasado los años, y en esta mesa me he sentado como si fuera ayer, y he disfrutado con su frescura, fresca de los platos y los fogones. Y eso que son limitados en el tiempo... Una verdadera y sugerente característica, para hincarle el diente de nuevo, si lo hiciste ya.

Sino, pide un café y siéntate a conocer al Samurái Gourment, porque merece la pena... A no ser que seas un único cliente de comida basura... e impaciente.


Porque la serie, es templada, no hace sangre. No se entretiene en enseñar lo innecesario, es abierta a todos los públicos y comensales, con ganas de conocer más, otra lejana cultura. Pero, más cercana de lo que hubieras imaginado, su sabor es como el nuestro.

Sus grandes protagonistas, nosotros... alcanzan edades centanarias también su Mar y su cocina saludable, como los viejos habitantes del Mare Nostrum.

Vitaminas a raudales, pasta, aceite y vegetales, algún buen sorbo... de café, que nos viene de lejos y se quedó en el recuerdo... y muchos de caldo... de Cebada. Salud, y fuerza a golpe de katana. Digo de palillo...

¡Ah, y para ser justos... con los profesionales... 

la mayoría de ellos... que todo hay en la viña del señor! 

¡Gracias por la comida! Sayonara, beibis.


domingo, 20 de noviembre de 2022

Dopesick

 

España, inicio de los años 80, una numerosa compañía de zombies desarrapados deambulan por sus calles, buscando una dosis que calme su voracidad. Era la heroína, que poco tenía que ver con las feministas y su necesidad de empoderamiento... sino, más bien, una auténtica pandemia de muerte junenil.

Se podría dar un salto mortal a cualquier rincón del mundo occidental, para encontrar algo parecido en los oscuros huecos de la sociedad, pero, los hombres son los únicos animales que tropiezan dos veces en la misma piedra (sobre todo, si son lisérgicas), y en EEUU repetirían la misma condena a principios de los 90... hasta nuestros días. Pues ya habían pasado por otras oleadas.

Los que se volvieron adictos entonces, si todavía siguen vivos, ahora son un ejército que ha montado verdaderos campamentos de suciedad y podredumbre moral, sin ningún sentido de sus vidas. No hay salida... estamos a finales de 2022, una trilogía que comenzó por allá, en la época de la guerra de Vietnam. En la película Gerry, el tema es recurrente con los regresados del campo de batalla de Afganistán u otros conflictos actuales, y la vuelta a casa. A una sociedad alienada.

De hecho, ya los vikingos en su facción más radical o berserker, consumían ciertas sustancias sacadas de la naturaleza fúngida, para no sentir el dolor de las heridas en las cruentos enfrentamientos físicos. Y era un préstamo a los héroes de Marvel o Dc, pasados por anfetas. Los rusos dicen que lo hacen también... 

Así en la historia, la juventud siempre suele recaer para olvidar o recrearse, con sus cerebros devorados por las drogas duras, buscando yo qué sé... con lo que algunos odiamos las jeringuillas en general...

De eso trata en el ámbito social, la comercialización a gran escala del fármaco generalizado en la absurda normalidad camuflada del Oxicontin, elaborado por la empresa Pardu Pharma en manos de la familia Sackler y la búsqueda del máximo beneficio, estos enfermos drogados. Para ello, un trío formado por el Danny Strong, Michael Keaton y el magnífico Barry Levinson, desarrollan la catastrófica historia en una división temporal simultaneada en 8 capítulos para Hulu y Disney+, desconectados secuencialmente, como una revisión juiciosa de aquellos acontecimientos en tres cortes... que derivan también, en sus consecuencias de la actualidad.

En esta guerra, sólo hay perdedores. Desde el fanatismo de un millonario entrometido en la piel del actor Michael Stuhlbarg (Hugo, Dr. Strange), al médico idiotizado por el consumo y el peso de la culpabilidad de Michael Keaton (Mr. Batman/Birdman); hasta esa chica lesbiana, incomprendida familiarmente, de un pequeño pueblo de la cuenca minera de Virginia y los miles de jóvenes que caerían después...

¡Ah, y los agresivos comerciales de la farmacéutica... que canalizan un gran culpa por cierto grado de esclavitud laboral y ética!

Se levanta la sesión... Historia de una Adicción.

La Gran Evasión.

Martilleando... uno, dos, uno, dos... mirando a la nada en una habitación... 40, 80, 160... Todo se repite en el tiempo, hasta las adicciones, legalizadas o no. A fin de cuentas, los vikingos no necesitaban recetas... ni dinero para divagar. Sí, para comerciar o comer... incluso para tener sexo, necesitaban una buena dote o familia. O mucho alcohol en las venas... por Odín, o qué sabe nadie.

Barry Levinson ha contado historias sobre el peso de la conciencia y el culto al éxito, pasando por el juego, la guerra de Vietnam con Robin Williams, caído en combate con su documental profesional y triste "Come Inside my mind", no... también a través de las Mafias y otros soñadores, que propulsaron en caída libre. Sus dos episodios como director, son de lo mejor de toda la serie Dopesick.

Gran Pharma es lo contrario, no se sabe lo que busca... sobre todo, ese gran jefe al mando, que parece que se regocija con la destrucción de las familias y las vidas de los jóvenes. ¿Qué busca... dinero, ya tienen, mucho,  ¿reconocimiento...? ¿Es egolatría, o psicopatía social...¨? No sabemos muy bien, pero es la causa de la gran evasión de la salud hacia los opioides y el engaño a grandes dosis. Ingeniería instrumental de agenda.

Para los trabajadores dedicados al duro descenso a la mina, una especie de misión generacional, se convierte en paseo por las estancias de un museo de los horrores. De evasión nada, más bien un aumento progresivo del dolor.

La línea de sangre está contagiada, porque todo un ejército de espíritus evasivos (de sus propias conciencias) tienen la misión de conseguir un buen negocio, para escalar en sus puestos rasos a ejecutivos esenciales en la empresa... y voraces sexualmente hablando.

De lo ocurrido en aquel pueblecito de Virginia, hasta la expansión por la mayoría de estados de Estados Unidos con graves efectos violentos en la sociedad norteamericana, robos y muertes... trate el éxito de la escritora Beth Macy en el que se basa el guión de Danny Strong. Largo título comercial, para un reguero de muertos vivientes a pie de calle, o no.


También se trataba de una convicción que se extralimitaba en las raíces de una familia y sus egos, chocando como pilotos kamikazes, como mal ejemplo de la evasión de todo tipo de trabas morales o de leyes que debían controlar el flujo de la información médica y las contraindicaciones para la salud de los pacientes. Vamos... ¡qué bien merecerían un retiro en una limitada celda como aquel Steve McQueen!

Ping, pang, ping, pang... Erre que erre, aquel si que era un verdadero rebelde con causa. Este es un pobre desgraciado en busca de la dorada gloria y el ascenso megalomaníaco del propio ego. Acabará en la tumba, sin nada. Es decir, que todo se desvanece entre los dedos, mientras los inocentes caen como reclutas de una nueva guerra... que es la misma que de costumbre...

La Gran Evasión de la Sanidad, con determinados profesionales médicos recetando por encima de las necesidades y los resultados favorables en los pacientes. El tráfico evasivo de recetas, saltando de un estado a otro, para aplastar las pastillas que serían esnifadas o inyectadas en el torrente sanguíneo de los yonquis futuros, incluso contagiando a mentes tan ilustradas como un licenciado en medicina con su consulta en las montañas nevadas de noroeste. 

Esencialmente, toda una gran cadena de comercio y trueque, una fábrica de explosivos de mentes debilitadas por la adicción.

Es la hora... otra epidemia...

El Bat-médico y la Bat-Cueva.

Sus ojos le vieron dar su última exhalación... otro aviso de la violencia que estaba por venir.

Hemos revivido a varias epidemias en poco tiempo, y continúa... con virus químicos que saltan de cuerpo en cuerpo, animales a humanos, humanos a humanos, variantes... gripes, chinos, guerras mundiales... y grandes empresas farmacéuticas, que se embolsan las ganancias en el proceso de crear nuevas dosis. Estas más genéticas, aquellas de Dopesick, más adictivas que forzadas por una necesidad o ¿cura?... Es la diferencia entre salud... y milagro... para sofocar mínimamente una pandemia, o forjar un imperio a base de mentiras. Dinero consiguen en ambos casos, ¿eh? Esto es una cueva que resuena, un eco sordo... ¡eco, ecoooo!

Eco, las medicinas y las drogas, monta tanto...


Las víctimas ya no se levantan, se quedan ahí tirados como trapos en un basurero... en el que se han convertido los callejones oscuros de las grandes ciudades. Por eso sorprende, que la acción de la serie se concentre casi en la campiña, alrededores naturales y cerrados, de Virginia.

Y Batman, el médico, se incorpora en su sillón, con mucha decepción cerebral en sus pupilas dilatadas y toma nota de la receta, con una buena dosis de incredulidad leguleya y sátira costumbrista... ¡Necesito otra, quiero volver a volaaar! Como buen murciélago, para nada vírico.

Esta serie no para de sorprender por sus ramificaciones y orificios, donde el dinero es un trasvase de efectos contraindicados a la carta, cada uno, de los gramos que el comprador necesite... Si tiene cartera, claro.

Si no... ¡a robar! Que el murciélago nocturno de Michael Keaton, no ejerce, pues maneja. Y bien que lo hace, con otro premio en la cartera por su interpretación del facultativo, que perdió sus facultades en el camino a una excursión prometida... o balneario para murciélagos dopados.


De la luz a la obscuridad, en un proceso en tres pasos... el primero de aceptación de la realidad en el pasado más lejano. El segundo de recreación en el caso, cuando los dos de la DEA y Rosarios Dawson (que está en todas), se persignan ante tanta caída de moralidad y deciden ir a por ellos, a por los de la cabeza de la serpiente... Señal típica de las farmacias en el mundo.

La tercera es la acción, de abrir los ojos ante esa realidad que nos consume, cuando quitas la película de la cápsula y ves que se compone de gránulos corrompidos de la sociedad. Otra capa de mierda... perdón... de guano, que nos mantiene alejados de la verdad.

Dopesick, por tanto, es un duro golpe de realismo industrial, que son las drogas legales... algunas veces piensas, si de verdad sirven de tanto (salvo la penicilina y determinados calmantes)... sobre diferente contextos sociales y temperamentales de los protagonistas. No sé si demasiado novelescos, pues desconozco sus personalidades y voluntades. Pero sí, una producción diferente dentro de los cánones establecidos comercialmente dentro de la televisión.

Y sin enormes superhéroes, únicamente cerebros de ciudadanos comunes, devorados por las zombie-drogas de diseño.

La tele... esa otra bat-cueva de canales comprados, tan repleta de... ¡sick!

Pues esto es Disney+, dando muestras que también sirve apostar por las historias de calidad. Amén, hermanos adictos.

El Buitre... Con la DEA hemos topado... 

¡No dopado, eh!

Michael Stuhlberg es omnipresente, con esa cara de fría irresponsabilidad por montera, muy correcto es una papel de mafioso farmacéutico... enfrentándose con el fiscal interpretado en la cumbre por Will Chase, más frío aún si cabe frente al poder económico, y sus incorruptibles (salvo amores y próstatas) encabezados decididamente por Rosario Dawson, antes de Haunted Mansicon con Jared Leto, Winona Ryder y Jamie Lee Curtis, o anterior a Ahsoka y Lucasfilm; más, la pareja de hecho y derecho, formada por John Hoogenakker y el buen Peter Sarsgaard, procedente de una saga familiar vikinga y the Batman, que estará en un próximo James Franco film con Jessica Chastain, la enfermera de The Good Nurse... Hilando todo, que es gerundio cinematográfico de los adictos visuales.

En el asunto lésbico, no me meto, porque no veo demasiada conexión con la historia, salvo crear una tensión dramática de los hechos personales dentro de una familia humilde y religiosa. Ni tampoco con la elección de la actriz, Kaitlyn Dever, que no me creo tampoco en el contexto de la minería y la intoxicación por opiáceos recetados... No es nada personal, es que no la veo en el papel, lo siento de drogadicta abandonada por todo.

Sí que meto el dedo en la atracción fatal de los comerciales, como aquellos lobos de Wall Street, pero de las píldoras legales y las sosis calibradas por billetes dopados, con una atractiva y ávida Phillipa Soo; y Will Poulter, ojos vidriosos de Midsommar, al que veremos en Guardianes de la Galaxia Vol. III como Adam Warlock, ya lejos de los vampiros del money, money, no espacial. 


Y Michael Keaton que es dios, está en todas partes... Igual te receta un milagroso medicamento para el dolor de huesos, que te da un par de hostias. Bueno no, se toma otra pastilla y a rezar, por la reden

ción personal del colegiado vampirizado, of course.

A éste buitre leonado, con historia de excesos en televisión y su Beetlejuice a las espaldas del surrealismo, cómico de pesadillas, le va mejor con el dramatismo real, que con la ficción de los superhéroes Marvel y DC, pues parece una catarsis decepcionante y reincidente, tras su Birdman.

Ahora que vamos saliendo de nuestras cuevas, tras extensas epidemias mortales y cadáveres pudriéndose en habitaciones y calles solitarias, nos encontramos con un golpe de realidad paralela con el imperio de las drogas... las farmacopeas industriales. ¿Para qué necesitan tanto, nuestro dinero? ¿Qué esconden en sus cajones...? ¿Lo sabrá aquel primer Batman del cine de Burton...? A mí, casi me mandan al otro barrio, un día.

Y qué significará el código deontológico, cuando te saltas las reglas (al menos en Norteamérica, que parece más fácil) y te dedicas a apilar contactos movidos por la voracidad y las montañas de dinero... Los farmacéuticos tienen estudios, sus familias, no sé... Moralidad, tampoco.

Luego, grandes instituciones dopando las firmas y los anunciantes, fabricadores de mentiras interesadas para conservar su estatus. Primero es la salud, decían. Estos comerciales, gritan "no hay gloria, sin dolor". Pues eso, al cementerio.

Para los agentes de la ley y el orden, o el orden sin ley... ya no hay resurrección posible, sólo luchar por indemnizaciones, otro arreglo muy comercial del derecho. Para el buitre envenenado en los retirados Apalaches, redimirse en su misión de volver a ser médico y pelear contra molinos de viento del pasado. ¡Hay no existe redención posible! Ni venganza como buen chico Batman.

A los gigantes falsarios, es difícil meterles mano, pero viendo la historia real, todo llega con el tiempo y la justicia, parece. Amigo Sancho.

La última pirula.

Esto de las drogas legales, es como una pirámide inversa... No sabe dónde empieza, pero sí, dónde acaba... Oxycontin, otras... o dolor.

Nadie ha inventado un placebo o remedio efectivo, aún.

Mientras ganan un pila de dinero, con el dolor de los otros. A ellos le duele, ¿o no?


Las medicinas, si no están bien consensuadas o testadas, son el timo de la estampita. Un milagro para excéntricos, incrédulos, necesitados de nuevas adicciones... o doloridos ciudadanos.

No sabemos nada de otros cuentos, el próximo Batman en Batgirl o The Flash... pues no. Lo mismo.

La carroña se mueve en las calles, se apodera de las almas, porque los gobiernos miran para otro lado y hacen que sus policías de su verdad, miren para otros lados... Ya casi, no levantan casos de corrupción, te das cuen... que diría El Chiquito de la Calzada, más allá de los dolores.

Es bonito ver a Barry Levinson, resucitado como aquel joven Sherlock Holmes de la investigación criminal a gran escala y a Mr. Keaton, deambulando entre las tinieblas, como un vampiro sediento de opio inyectado en vena. Sangre de la sangre de yonki-tonki, sin lírica. Sí muchas letras a pagar, el mono. ¡Ahí, a los hechos!

Drogas, prostitución para conseguir dosis, malversación, chantajes, clases corruptas, egoísmo personal, sociopatías... el Mal, un Ser económico superior. Aplasta a golpe de talonario, promesas contra el dolor, veneno a crédito de vidas... bolsillos vacíos de ciudadanos, y la salud en una exhalación última. En Dopesick, no son posibles segundas partes.

La serie cae un poco, cuando se desarrolla en casos anónimos de la calle... esto es, Nosotros. Disney y su presente... ¡Es difícil adentrarse en todos los estratos sociales!

El futuro ya es otra cosa... muy, muy lejana. Nos sentimos...

Cinemomio: Thank you

Las más alteradas del Cinecomio

Etiquetas

Serie TV-Scifi Serie Tv - Terror Jessica Chastain Matthew McConaughey Clint Eastwood Emma Stone Jake Gyllenhaal Serie Tv - Thriller Carey Mulligan Humor Amy Adams Chris Pine David Fincher Denis Villeneuve Ewan McGregor Hugh Jackman Mads Mikkelsen Michael Fassbender Ridley Scott Tom Cruise Tom Hanks Woody Allen Anna Kendrick Anthony Hopkins Ben Affleck Cine Documental Daniel Radcliffe Eva Green Joaquin Phoenix Keira Knightley Kristen Stewart Leonardo DiCaprio Martin Scorsese Melissa Leo Michael Caine Michelle Williams Mike Flanagan Oscar Isaac Paul Dano Peter Sarsgaard Ryan Gosling Tim Burton Tom Hardy Alan Arkin Alec Baldwin Alejandro González Iñarritu Alex de la Iglesia Andrew Garfield Anton Yelchin Antonio Banderas Anya Taylor-Joy Audrey Tautou Benedict Cumberbatch Brad Pitt Bruce Willis Bárbara Lennie Cary Fukunaga Cate Blanchett Chiwetel Ejiofor Chris Penn Chris Pratt Christopher Nolan Christopher Walken Damien Chazelle David Ayer David Cronenberg David Mackenzie David Thewlis Denzel Washington Eddie Redmayne Edward Norton Ethan Hawke Felicity Jones Frances McDormand Francis Ford Coppola Gael García Bernal Gary Oldman George Clooney Guy Pearce Harvel Keitel Helena Bonham Carter Hugh Dancy Hugo Weaving Isabelle Huppert J. K. Simmons J.J. Abrams James Gunn James McAvoy Jean Marc Vallée Jean-Pierre Jeunet Jeff Nichols Jesse Eisenberg John Cusack John Goodman John Hurt John Turturro Jonah Hill Josh Brolin Julianne Moore Juliette Binoche Kate Bosworth Kenneth Branagh Kirsten Dunst Kurt Russell M. Night Shyamalan Marion Cotillard Mark Ruffalo Martin Freeman Matthew Modine Meryl Streep Mia Wasikowska Michael Pitt Michael Shannon Miles Teller Mélanie Thierry Nacho Vigalondo Nicolas Cage Nicolas Widing Refn Olivier Assayas Paolo Sorrentino Paul Giamatti Peter Jackson Quentin Tarantino Ralph Fiennes Ricardo Darín Richard Gere Richard Jenkins Robert Zemeckis Rosamund Pike Sam Shepard Samuel L. Jackson Saoirse Ronan Scarlett Johansson Sean Penn Series Tv - Terror Seth Rogen Sienna Miller Stellan Skarsgard Steve McQueen Tilda Swinton Tim Roth Viggo Mortensen Wes Anderson William Hurt Winona Ryder Woody Harrelson Zoe Saldana 2001: A Space Odyssey A Dangerous Method A Passage to India Abel Ferrara Al Pacino Albert Finney Alexander Payne Alexandre Aja Alfonso Cuarón Alice Eve Amanda Seyfried Amour An Education Angelina Jolie Animación Animación Digital Animación Japonesa Annette Bening Armie Hammer Ava Duvernay Barbara Stanwyck Ben Foster Ben Wheatley Bennett Miller Bertrand Bonello Bertrand Tavernier Bes Foster Bill Murray Billy Bob Thornton Bradley Cooper Brie Larson Brit Marling Bryce Dallas Howard Callum Keith Rennie Carlos Vermut Carmen Ejogo Carnage Casey Affleck Channing Tatum Charlotte Gainsbourg Christina Hendricks Christoph Waltz Colin Firth Collin Farrell Damián Scifrón Dan Gilroy Daniel Monzón Darren Aronofsky David Ayelowo David Dobkin David Yates Demi Moore Denis Levant Drake Doremus Duncan Jones Ed Harris Edward Burns Elijah Wood Elizabeth McGovern Ellar Coltrane Ellen Barkin Emile Hirsch Emily Blunt Emma Thompson Emmanuelle Seigner Essie Davis Fede Alvárez Frank Capra François Cluzet Gary Ross Gavin O´Connor Gene Hackman Geoffrey Rush Giuseppe Tornatore Gracia Querejeta Greg Mottola Guillaume Sylvestre Gérard Depardieu Harvey Keitel Henry Fonda Hnos. Coen Hnos. Dardenne Hossein Amini Hugo Isabella Rosselini J. Edgar J.C. Chandor Jack Black Jacob Trambley Jacqueline Bisset Jacques Audiard James Cameron James Gray James Marsh January Jones Jared Leto Jeff Bridges Jennifer Garner Jeremy Irons Jeremy Salunier Jim Broadbent Jim Sturgess John Carney John Ford John Lee Hancock John Malkovich John Travolta Johnny Deep Jonathan Nolan Jose Sacristán Joseph Gordon-Lewitt Julia Roberts Karyn Kusama Kevin Costner Kevin Smith Kiefer Sutherland Kim Nguyen Kristen Wiig Kyle Catlett La Clase La Ola La vida de Brian Lambert Wilson Lars von Trier Laurence Fishburne Leos Carax LiLy Collins Lindsay Duncan Logan Marshall-Green Luc Besson Luis Tosar Luke Wilson Macha Grenon Marc Forster Marc Webb Mark Wahlberg Martin Sheen Mateo Gil Mathieu Amalric Matthew Broderick Meet John Doe Mel Gibson Melissa McCarthy Michael Almereyda Michael Brandt Michael Haneke Michael Keaton Michael Madsen Michael Peña Miguel Gomes Mike Cahill Mike Figgis Mike Leigh Mira Sorvino Monty Phyton Morgan Freeman Morten Tyldum Mélanie Laurent Nadine Labaki Naomi Watts Naomie Harris Nathan Lane Ned Benson Neil LaBoute Nicholas Hoult Nicholas Jerecki Nick Nolte Nourizadeh Nima Olivia Colman Olivia Wilde Olivier Marchal Omar Sy Orson Welles Paddy Considine Park Chan-wook Patricia Arquette Paul Greengrass Paul Haggis Paul Thomas Anderson Paul Verhoeven Peter Berg Peter Dinklage Peter Mulan Philip Seymour Hoffman Philippe Falardeau Preston Sturges Quvenzhané Wallis Rachel Weisz Reese Whiterspoon Ric O´Barry Richard Ayoade Richard Glatzer Richard Harris Richard Linklater Rob Marshall Robert Downey Jr. Robert Duvall Robert Eggers Robert Pattinson Robert Redford Roger Donaldson Roger Michell Roman Polanski Rose Byrne Ruben Fleischer Sam Levinson Sam Whorthington Sandra Bullock Sarah Gadon Sarah Polley Simon Curtis Simon Pegg Soledad Villamil Soul Kitchen Stanley Kubrick Staying Alive Stephen Lang Steve Buscemi Steve Carell Steven Knight Steven Soderbergh Tarsem Singh Tate Taylor Terrence Malick Terry Gilliam Thandie Newton Thomas Dekker Thomas Jane Thomas Winterberg Timothy Spall Todd Phillips Tom Dicillo Tom Ford Tom Hiddleston Tom Tykwer Tom Wilkinson Topher Grace Trailer The Wolf of Wall Street Uma Thurman Valérie Donzelli Vince Vaughn Viola Davis Yoji Yamada Yorgos Lanthimos Zachary Quinto Zoe Kazan
Licencia de Creative Commons
Obra está bajo una licencia CC en España.