Killing Bono: U2 dreams.

El sueño de la música.













Stephen Warbeck Official soundtrack. The Beginning.


Justamente unos años antes de que en España se produjera la aparición del movimiento cultural y musical de la movida, en su ciudad natal Dublín (Irlanda del Norte), un grupo de estudiantes en el colegio Mount Temple Comprehensive se avalanzaban a una carrera que arrasaría por todo el mundo.

En 1978, estos jóvenes encabezados por un batería se propusieron formar una de las bandas más conocidas en el planeta.
Serían algunos pocos años después, cuando U2 quedaría conformado con sus componentes actuales: Bono (Paul David Hewson), The Edge (Dave Evans), Adam Clayton y Larry Mullen.
De su primer nombre establecido en 1977, The Hype, fueron quedando aparcados en la cuneta los deseos de triunfar de otros jóvenes compañeros de la banda. Así, se produciría un proceso de formación que dejaría otros nombres por el camino. Entre ellos, los hermanos McCormick (establecieron la fórmula de la separación y establecerse por su cuenta en el grupo Shook Up!.
Los deseos más bien sueños de transformarse en una banda universal, estaba en el subconsciente de todos ellos. Sin embargo, la irrupción en 1983 de U2 en el mercado discográfico y la enorme personalidad de Bono, conformó una rivalidad entre ellos. Ahora, contada con detalle en el film del británico Nick Hamm (director de The Hole y presidente de la Royal Shakespeare Company en los años ochenta).

En 1980 y tras conseguir el éxito en Irlanda, U2 se propuso conquistar las islas británicas y ficharían por Island Records. Un contrato de la mano del promotor Paul McGuinnes.
En esos momentos, tenían las mismas oportunidades que cualquier otro grupo de España, de salir de su tierra y hacerse conocidos y respetados universalmente. Indudablemente, esos jóvenes se habían hecho a sí mismos.

Al principio Bono (convincente interpretación por parte de Martin McCann) y los demás componentes tenían unas limitaciones musicales que fueron puliendo, hasta conseguir su sonido archiconocido en el rock británico e irlandés. En España, más concretamente, Madrid y su movida ochentera ocurrirían casos semejantes, con distinta repercusión mundial. Diferencias idiomáticas.
Por ello muchos músicos de la generación fueron concebidos por generación espontánea y ganas de triunfar en la música. Deseos de traspasar fronteras y pasárselo bien, sobre todo.

A veces, para que concurran unas situaciones determinadas como que la banda U2 se transformara en una corriente imparable, se tienen que dejar por el camino ciertas cargas que no molestias. Esos serían Neil McCormick (interpretado por Ben Barnes) y su hermano Ivan (Robert Sheehan). Aparcarían el triunfo de las grandes masas, pero nunca se apearon de sus sueños. A pesar, de los disgustos y cabezonerías por mirarse en el espejo del mega grupo.

El director de Killing Bono, Nick Hamm, recrea un entorno divertido en tono de comedia a sus inicios. U2 y el rock cardado acústico se apoderan de los primeros minutos de la cinta, otorgando un estilo ágil e interesante.
Los sueños y ganas de darse a conocer, de todos ellos, en tono ligero y edulcorado se trasladarían a unas reticencias ocultas, donde la testarudez y los celos, hacen caer una y otra vez en decisiones que marcaran nuestras vidas futuras y de aquellos que nos rodean.

Shook Up batallaría por el mismo espacio vital y con acordes de un rock instrumental y divertido. En cambio, U2 saldrían triunfantes (sin lugar a duda por el peso potencial de sus letras y su carisma) y se relanzarían en USA y el mercado oriental, con su maquinaria gigantesca en el álbum The Joshua Three (1987).
Habían pasado 10 años y las relaciones entre los dos grupos divergían, por motivos de compatibilidad y, claro está, la concreción de sus diversas personalidades.



Los hermanos McCormick se quedan sin sus ínfulas de éxito universal.
Killing Bono, está basada en el libro autobiográfico del propio Neil McCormick.
Posteriormente, Neil se establecería como crítico musical de prestigio en The Telegraph, y su fama se agranda por la relación con U2 y sus privilegios en eventos.
Mi opinión personal de este interesante film es, que el aspecto visual es óptimo. Pero, por parte del guión encuentro algunas edulcoraciones en los agravios de los personajes y una visión algo idealizada del mundo del rock. Si echamos a faltar algo del lado cínico y salvaje, falta una escala de acordes que dibujen ese estado y forma de ser rockero. La marginalidad fuera del éxito.

Esta imagen, la podía haber medido exponencialmente el propio Bono.
Mas la opinión y lucha por los intereses de la banda U2 quedan marginalmente recogidos en la película. Aunque, se agradece su presencia en brillantes ocasiones.
Al final, queda un poso de la inabarcable imagen de una estrella del rock y su endiosada perspectiva de la vida.
El éxito del dinero.

*** Buena ***

Dentro de un mes se estrena en España, el nuevo trabajo del británico Danny Boyle, con el título Trance. Reparto: James McAvoy, Vincent Cassel, Rosario Dawson, Tuppence Middleton, Danny Sapani, Wahab Sheikh. 

Tráiler v.o. A Song for Marion, de Paul Andrew Williams. Reparto: Vanessa Redgrave, Terence Stamp, Gemma Arterton, Christopher Eccleston. (Sin fecha de estreno en España).


Trailer Bel Ami, de Nick Ormerod y Declan Donnellan. Reparto: Robert Pattinson, Christina Ricci, Uma Thurman, Kristin Scott Thomas.

Jiro: Dreams of Sushi. El Espíritu del Shokurin.

Los cinco niveles del alma: 1º Autodisciplina.

Este maravilloso documental, no sólo trata del cercano y aromático sabor del mar, es decir, del sushi.
El formato occidental de la realización no oculta esa forma de ser del hombre oriental, dónde el peso de la tradición invade la vida personal del personaje. Es una manera de ver la cocina y una paseo por las inquietudes de un prestigioso maestro, Jiro Ono. Su imagen nos muestra la sencillez y calidad humana de este honorable chef de 85 años, cuya mayor obsesión ha sido la perseverancia de las cosas bien hechas, como método para conseguir la excelencia.

La perseverancia y la autodisciplina intentar alcanzar la perfección, pero como el dice, aún me queda mucho por aprender. Siempre mirando al futuro.
Una metodología que necesita rodearse de una gran equipo de alumnos, en los que sus dos hijos tomaron parte, de sus habilidosos conocimiento con la elaboración del sushi.
La innovación tratando de mezclarse con la tradición, para seguir día a día, ganándose el respeto y la admiración de los especialistas y el público.
Sus conocimientos estarán a salvo con su primogénito Yoshikazu Ono, que ha alcanzado a su padre en la preparación de su comida, con productos siempre de la primera calidad.

Yo no soy ningun entendido en la cocina japonesa y el sushi, pero en Jiro Dreams of Sushi, podemos dejarnos acariciar por piezas clásicas de la música de Mozart o Tchaikovski , del pianista-compositor Philip Glass o Max Richter. Cosa de muy agradecer por parte de su director, David Gleb y Magnolia Productions.
Además, es un guiño a aquellos que sufrieron en sus infancias, y la lucha por alcanzar, primero una forma de subsistencia y segundo, perfeccionarnos en la labor a la que nos dedicamos y amamos.
Philip Glass. B.s.o.

Si existe un exceso de dedicación en Jiro, el documental profundiza en el sentimiento familiar y las relaciones casi inexistentes en los principios del negocio. Ahora, en la actualidad totalmente necesarias entre su familia y los clientes. Un cliente agradecido por el servicio y el trato, se hará un fiel seguidor.
A través de los ojos de sus dos hijos, Jiro ve, la posteridad de sus enseñanzas. La consevación de las tradiciones de manos a manos.
Este traspaso generacional, sin embargo, necesita de mentes foráneas para introducirlas en el funcionamiento de un pequeño restaurante, el Sukiyabashi Jiro, pero con un nivel fuera de lo común. Así, las bases de la cocina japonesa del sushi estarán a salvo de la masificación y elaboración en cadena.

Todo esto requiere un precio, claro está, en primera instancia económico. Pero, algo más importante que piensan estos grandes maestro, es la esquilmación de los recursos piscícolas de nuestros mares. Cosa de muy agradecer.
Una revisión de las políticas para salvaguardar las piezas más pezqueñinas, nos hará ser consecuentes con la devastación que podríamos causar a las siguientes generaciones.
Por tanto, este pequeño santuario de la cocina en Tokio (Japón) supone un nexo de la comunión universal de un concepto del respeto, entre padres e hijos, entre maestros y aprendices, entre público y salud.

Un templo gastronómico dedicado a la mayor calidad del pescado y el marisco, del arroz y la sensibilidad. La sencillez y la dedicación a la búsqueda del sabor poderoso, del aroma tradicional y novedoso, aromatizados y servidos para el deleite, en los restaurantes de la familia Jiro Ono, profieren a su paraíso de unas inalcanzables tres estrellas en la guía Michelín.
Una mente es la causante, joven y vital, Jiro es un privilegiado a la hora de elaborar el sushi. Y su búsqueda del producto fresco y de calidad, es una evidencia en su paso por los vendedores de mercados y lonjas de Tokio.

Sus comienzos con 10 años, y su retorno tras la Segunda Guerra Mundial, se muestran en el documental. Una vuelta que se opuso al rancio abolengo de los maestros de la época, que creían en la inmovilidad de lo tradicional, como algo perfecto.
Jiro se opuso y dio una visión evolucionada de las preparaciones del sushi. Buscando nuevos sabores.
Dijo: "Siempre hay lugar para mejorar... (incluso ahora a los 85 años). Yo cree platos de sushi que por entonces no existían... Yo preparaba sushi en mis sueños, y me levantaba por la noche para hacerlos realidad".

Por último, no es un documental para vegetarianos, es evidente.
Las escenas de elaboración del pescado pueden herir la sensibilidad del espectador. Sin perspectivas de ver algo diferente.
Fascinante mirada a la cultura oriental y al gran producto de consumo que es el sushi.

**** Muy Buena ****

Japón: The Land of the Hope, de Sion Sono. Trailer:


Japón: Samurai X (El Guerrero Samurai). Trailer:


Korea: Pietá un film de Kim ki-Duk. Trailer:


China: Trailer de Life of Pi (Una Aventura extraordinaria), de Ang Lee.

Soul Kitchen: la cocina del infierno con Soul.

Fatih Akim a ritmo de risas y soul.

Cuando te encuentras con un director con personalidad, esto es, unas ideas claras sobre lo que va a contar y una visión distinta de contar los hechos y las relaciones entre seres humanos... es de agradecer. Y de disfrutar.

El director Fatih Akim (nacionalidad alemana con raíces turcas), ya me sorprendió admirablemente con su película Contra la Pared. El reflejo duro sobre la vida en pareja, por el lado oscuro de la moral establecida. También un retrato social sobre la vida en la Turquía más occidentalizada, donde la mezcla de sangre en las nuevas generaciones, convive con la resistencia radicalizada de las costumbres y comunes a ritos religiosos arraigados.
Así como, una reivindicación de la libertad de la mujer, para elegir su destino en la sociedad y en la familia.

El nexo común de la película Soul Kitchen, sin embargo, es la música, en esta ocasión más concretamente al soul. Y, por supuesto, a la comida.
Por contra, se aleja en su paretesco de Contra la Pared, excluyendo las reclamaciones de la igualdad femenina, aunque si aparece la libertad de elección en el trabajo. Tampoco entronca con las peticiones legítimas de los emigrantes, o igualmente con la sexualidad salvaje de la pareja en la intimidad.
Soul Kitchen es un alegato al positivismo, a las ganas de salir a flote. La alegría dentro de una trama ubicada en el fracaso personal de los protagonistas y en el mal agüero.
Aquí el sexo es divertido hasta cómico.
Al igual que la vida rocambolesca de algunos emigrantes desubicados en la Alemania actual.

Por si no fuera poco, la película toca dos de las pasiones más extendidas y universales, el arte musical y el arte culinario.
En Soul Kitchen se condimentan estas dos características, salpimentadas con finas dósis de humor y buen rollo. Pues, en esta cocina se preparan los platos a ritmo de Soul, se aderezan con sonrisas y se sazonan con una pizca de cine negro y carcelario. Por último, todo coronado para su presentación con una ramita de desesperación y sexo.

El producto resultante es una sugerente exquisitez, a la que es imposible resistirse sin hincar el diente. Además, es difícil rechazar un afrodisiaco musical (una de mis pasiones para gozar la vida) pero también da opciones suficientes para atraer a otros espectadores menos apasionados con los ritmos y las corcheas.
Por ejemplo, una estimable interpretación.
Desde los protagonistas a los de reparto, están perfectos en su desempeño. Destacando las interpretaciones de Adam Bousdoukos, Anna Bederke y Birol Ünel. Un trío entre cacerolas y condimentación de corcheas.

Por tanto, Soul Kitchen de Fatih Akim, es una pieza de deleite, con canciones de Kool and the Gang, Louis Armstrong o Quincy Jones, además de muchos otros.
No es recomendable perdérsela si eres aficionado al cine musical.

Casi una década de brillo tuvo el Soul en sus comienzo, de 1957 al 1967. Los hombres de negro, se vestían con sus mejores galas y las compañías discográficas, se fijaban en ellos. Atlantic, Stax y otras más independientes creadas por Sam Cooke, se fijaban en nombres como Ray Charles, Wilson Pickett o James Brown.
En 1967, Aretha Franklin con su tema "Respect" llevo la música a su nivel más reivindicativo, en lucha por los derechos sociales.
El Soul es tan universal, que ahora lo podemos escuchar en cualquier situación de la vida, en un dormitorio o en las brillantes e inoxidables cocinas.

Este bocado sabe divínamente, te levanta e incita a moverte.
Te ríes y disfrutas.
¿A qué estás esperando para verla?
Nice.

**** Notable ****

Songs Specials.
Aretha Franklin.

Sam Cooke.

James Brown.

Ben E. King, Eric Clapton, Phil Collins.

Contrarreloj: Cage contra el tiempo.

Simon say: Stolen.

El director británico Simon West, se acerca con una película a la gran pantalla que llega con cierto retraso. Ya hemos visto una suya posterior The Expendables 2.
Ahora, se proyectará Contrarreloj, continuando su pasión por el cine de acción y explosiones.
Su carrera se inició por la puerta de la comercialidad. Con Air fue su primer film en tierras americanas y ya demostró su poca racionalidad cinematográfica, posteriormente, el siguiente paso sería La mujer del General y volviendo a la senda del titubeo, se desvanecería mi interés cinéfilo con su visión del personaje de los juegos en Tomb Rider. Un fallo que le relegaría a un olvido de cinco años sin rodar.

Tras dirigir Un Extraño Llama, pasarían de nuevo otros cuatro años hasta enlazar con las películas menores en el aspecto olvidado y artístico, para decantarse por la acción violenta. Ninguna novedad.
Así, realiza The Mecanic y The Expendables 2, un esta tercera en cuestión Contrarreloj, de la cual debería hacer alguna disertación, pues es la base de este comentario.

Se trata del tercer film consecutivo que visiono los dos últimos meses, con Nicholas Cage de protagonista, y es curioso que todavía siga intacto en mis facultades de redacción. Porque la mayoría de los guiones son monotemáticos, repetitivos y sin ningun aliciente para mí.
Contrarreloj es la típica cinta de robos, engaños con malo psicópata y secuestros con rescates mil veces vistos. Para no extenderme en demasía, diré que está algo más elaborada que sus dos anteriores, pero contiene en su espina dorsal las mismas incoherencias argumentales. A causa de ello, provocan el sonrojo en más de una ocasión. Y al menos está Malin Akerman.

Así, paso a investigar en la época antidiluviana en la que Nicholas Cage nos recordaba que era un actor. Algunos momentos en su carrera antaño fueron interpretaciones interesantes. Aquí van:

1. La Ley de la Calle (1983): Para mí seguramente la más importante. A las órdenes del añorado por otras épocas Francis Ford Coppola, Rumble Fish se convirtió en una de mis películas favoritas de los años ochenta. (Un día de éstos, la volveré a ver por si hubiera envejecido mal).
El reparto le consagró como a otros de aquella generación de cuero negro.
Matt Dillon, Mickey Rourke, Diane Lane, Dennis Hopper, Nicolas Cage, Vincent Spano, Diana Scarwid, Chris Penn, Tom Waits, Laurence Fishburne, Sofia Coppola.

2. Birdy (1984): Alan Parker en plena forma. Un retrato genial sobre la locura, las consecuencias de la guerra y la libertad.
Con un formidable Matthew Modine, completan el reparto John Harkins, Sandy Baron, Karen Young, Bruno Kirby, Dolores Sage.

3. Cotton Club (1984): de nuevo a los mandos Francis Ford Coppola. Por entonces, ambos andaban en plena forma. Historia sobre el club de jazz más famoso de Harlem (Nueva York).
El Cotton Club fue una fuente de efervescencia musical y cultural, donde se daban cita todas las clases sociales a beber y escuchar Jazz. Por tanto, participaban de la vida nocturna, a pesar de las problemas con las mafias y las afrentas raciales.
Reparto: Richard Gere, Diane Lane, Gregory Hines, Nicolas Cage, Bruce McVittie, Lonette McKee, Bob Hoskins, Tom Waits, Jennifer Grey, Laurence Fishburne, Sofia Coppola, Mario Van Peebles.

4. Arizona Baby (1987), de Joel y Ethan Coen. Quienes eran estos simpáticos hermanos que demostraban con su segundo largometraje un soplo de aire fresco y arrollador. Los Hermanos Coen, comenzaban después de la notable Sangre Fácil una carrera que se ha convertido en la actualidad, inigualable.
Rising Arizona, tenía ya muchas de las propiedades hipnóticas del cine de estos grandes directores. Reparto: Nicolas Cage, Holly Hunter, Trey Wilson, John Goodman, William Forsythe, Sam McMurray, Frances McDormand, Randall "Tex" Cob.

5. Hechizo de Luna (1987): Norman Jewison. Una comedia dramática de la máquina hollywodiense, de una época que estaba de moda este género, completado con buenas historias. Ganaría 3 Oscars: Actriz (Cher), actriz secundaria (Olympia Dukakis), guión original. Reparto completado con Danny Aiello, Vincent Gardenia, John Mahoney, Julie Bovasso.

6. Besos de Vampiro (1989): Sólo la vi hace muchos años ya, una sóla vez. La guardo con cierto cariño en la memoria. Ciertamente, no he querido volver a verla. Una locura en la cual, Cage hace todo aquello con un ataud y una cucaracha. Dirigida por un casi desconocido Robert Bierman. Ganaría con ello el premio a mejor actor en el Festival de Sitges. Algun día la volveré a visionar.
Reparto: Maria Conchita Alonso, Jennifer Beals, Elizabeth Ashley.

7. Corazón Salvaje (1990), inolvidable su papel de Sailor, en el film de David Lynch más iconoclasta. Tiene detractores y seguidores fieles por igual, ya que a nadie dejan indiferentes las relaciones oníricas y enfermas del director americano.
Gana en el Festival de Cannes la palma de Oro ese año. Y si los franceses la premiaron, yo no voy a ser menos a la hora de echarle flores. Imprescindible como Elvis.
Reparto: Nicolas Cage, Laura Dern, Willem Dafoe, Jack Nance, Crispin Glover, Diane Ladd, Isabella Rossellini, Harry Dean Stanton, J.E. Freeman, Calvin Lockhart, Sherilyn Fenn, David Patrick Kelly.

8. Red Rock West (1992): con la dirección de John Dhal, bastante de moda por aquellos años. Un thriller comparado en la época con Giro al Infierno de Oliver Stone, y ambos salen bien parados. Y es que muchas películas han bebido de El Cartero llama dos veces, del novelista James M. Cain.
Reparto: Nicolas Cage, Lara Flynn Boyle, Dennis Hopper, J.T. Walsh, Craig Reay.

9. Leaving Las Vegas (1985): de Mike Figgis. Tras un lapso de tres años con trabajos bastante comerciales y olvidables. El británico Figgis le da el papel de su vida, con el que ganaría todos los premios importantes ese año, incluido el afamado Oscar.
Muchos empezaron a distinguirle en su forma de interpretar, otros le enterraron definitivamente. Para mí, es una película bastante correcta.
Reparto: Nicolas Cage, Elisabeth Shue, Julian Sands, Richard Lewis, Steven Weber, Valeria Golino, Laurie Metcalf, Vincent Ward, Danny Huston, Bob Rafelson, Mark Coppola, Carey Lowell, Julian Lennon.

10. A partir de aquí llega su etapa más comercial. Enterrado varias veces para el cine (creo recordar incluso para la vida real inclusive). Algunos directores han salido en su rescate en infinidad de ocasiones.
Yo me quedaría sin lugar a dudas con Snake eyes de Brian de Palma, Al límite de Martin Scorsese, Asesinato en 8mms. de Joel Schumacher, Adaptation de Spike Jones, Sonny dirigida por el mismo, Los impostores de Ridley Scott, El hombre del tiempo de Gore Verbinski. Y quizás su último trabajo que me haya gustado, sería El Señor de la Guerra de Andrew Niccol.

Veremos lo que depara el futuro.

La historia del cine, nos dirá en que lugar quedará posicionado. Nicholas Cage parece empeñado en tirar su interesante y dilatada carrera al cesto de la ropa sucia. O quizás, tenga una segunda nueva vida cinematográfica. Ya veremos dijo un ciego.
De momento Contrarreloj, me merece un anotación bastante leve.

** Regular **

Cosmópolis de David Cronenberg. Reparto: Robert Pattinson, Paul Giamatti, Samantha Morton, Sarah Gadon, Mathieu Amalric, Juliette Binoche, Kevin Durand, Jay Baruchel, Emily Hampshire, Patricia McKenzie y Anna Hardwick.


Sinister, de Scott Derrickson. Reparto: Ethan Hawke, Vincent D'Onofrio, James Ransone, Fred Dalton Thompson, Clare Foley, Victoria Leigh.


The Master, de Paul Thomas Anderson. Reparto: Joaquin Phoenix, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams, Laura Dern, Kevin J. O'Connor, Rami Malek, Jesse Plemons, Fiona Dourif, David Warshofsky, Lena Endre.

La Délicatesse: La delicadeza de las dos Audreys.

Flotando entre dos aguas: la comedia dramática.


Es un hecho contrastado que el cine francés goza de una salud envidiable, y hace gala de una delicadeza que muy pocas filmatografías mundiales tienen el privilegio de ofrecer.
En este film se vuelve a confiar en una pareja de hermanos para la dirección, en este caso, además ambos han sido también actores Stéphan Foenkinos (Persépolis, Las aventuras amorosas del joven Moliére) comenzó siendo la directora de casting de los más grandes del cine francés, y David Foenkinos (Un Feliz Acontecimiento). Este último es también novelista de la obra y guionista del film.
Hermana y hermano, multifacéticos.

La Délicatesse es una historia para todos los públicos, y trancurre en trazos que convergen y se separan entre la comedia y el drama.
Por otro lado, descrubrir a estas alturas a la actriz Audrey Tautou con unas similitudes en la versión más romántica e idealizada de su carrera, como fue la Amélie de Jean Pierre Jeunet. En cambio, no sería lo más acertado para acercarse a la visualización del film de los hermanos Foenkinos, La Délicatesse.

Para buscar una homología, sin duda, me parece que estaría más idealizada en el rostros pizpireto, coqueto y "delicado" de una de mis musas de juventud. A veces, ingénuamente divertida, otras con la delicadeza aparente escondida tras una fuerza interior y... por qué no, hasta cierta irreverencia clásica.
Hay momentos en que Audrey Tatou se transforma en Audrey Hepburn.

Sencillamente en los instantes que la película golpea más duro en su dramatización, Tatou es la femme delicada y melancólica, sin perder el fulgor que definía a la estrella hollywoodiense.
La Délicatesse establece unos parámetros errantes entre la delicadeza y la falta de ella. También los personajes perpetran el juego de la falsedad y la fata de moralidad, sus medias tintas en las relaciones personales con familia, compañeros de trabajo y amistades. Pero, Audrey siempre sale indemne a tales situaciones.

La anti-delicadeza en ciertos minutos de metraje se convierte en fina y atractiva comedia, en la cual los sentimientos se muestran frescos y hasta efervescentes entre diálogos cargados de empatía y acidez. Inclusive, los directores Foenkinos consiguen el cometido de arrancar la sonrisa o posible carcajada confidente del espectador.

La "visage" siempre adolescente de ambas es la cima sin parangón de la delicadeza.
Aundrey Hepburn en muchas películas románticas tenía como parteners a hombres mucho mayores o incluso menos atractivos, una edad que no correspondían con su cara añiñada de porcelana blanquecina y cabellos a juego de ojos negros. La niña de Hollywood se rodeó de estrellas de la talla de Gregory Peck en Vacaciones en Roma, Humphrey Bogart en Sabrina, Henry Fonda en Guerra y Paz, Fred Astaire en Una cara con ángel... o Gary Cooper en Ariane. Yo creo que bastante mayores a ella, pero con un carisma innegable.

Audrey Hepburn nace en Ixelles (Bélgica) y cuánto más se acercaba a Europa en sus películas más semejanza con Audrey Tautou que nació en Beaumont (France) y reversiblemente, ésta cuánto más se aleja de la superproducciones norteamericanas más entronca con la primera, por tanto, en cierta medida se tocan muy de cerca.

Audrey Tautou está flanqueada y compaginada magníficamente por el actor François Damiens (con 28 películas en su haber, empezó tardíamente con OSS-117 en 2006; por tanto una carrera prolífica) le da la réplica en delicadeza compartida e ingenuidad a la actriz francesa.
Es una pareja de baile que proferiría pisotones de pies, como pato enamorado y embobalicado. Su encaje físico es inversamente proporcional, a su natural y contenido galanteo desengalanado. Con su desaliñada comicidad y medida verbosidad, se gana la simpatía y el aplauso del público.

Así, La Délicatesse no es la comedia romántica al uso.
Emerge la cinta, como un estudio suavizado de las relaciones interpersonales, los chismes y cotilleos de las oficinas o trabajos. El reponerse a situaciones que otros se empeñan en dejar petrificadas en nuestras retinas.
Y a la pérdida de la felicidad... aunque está no tiene que ser para siempre.

*** Buena ***

La protagonista Audrey Tautou tiene aún por estrenar el film del recientemente fallecido Claude Miller. Thérèse Desqueyroux cerró el festival de Cannes este año.
Trailer v.o. subtitulado al inglés.


Se estrena una nuevo film francés, titulado Le prénom. Dirigido por Alexandre de La Patellière y Mathieu Delaporte. Reparto: Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling y Guillaume de Tonquedec.


Con el título español Una Botella en el mar de Gaza (Une bouteille á la mer), el director Thierry Binisti nos acerca al conflicto islámico. Reparto: Agathe Bonitzer, Mahmoud Shalaby, Hiam Abbass.