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Mostrando entradas con la etiqueta series - Ciencia Ficción. Mostrar todas las entradas
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domingo, 21 de septiembre de 2025

Aliens Earth. Season I

 


Una invasión… eso es a lo que estamos abocados.

Me he acostumbrado en los últimos tiempos, a tratar con todo tipo de especies, esencialmente a los insectos, y… no puedo clasificar el submundo que vive alrededor de nosotros… ¡mimético!

Los humanos, que se creen tan superiores en casi todo. Sólo cabe decir, que los depredadores acechan… y están bastante hambrientos.  Pues allí, en las penumbras… existen reglas diferentes, siendo parecidas a las nuestras, las más radicales… En algunas condiciones, he visto carcasas esqueléticas, de restos de arañas, siendo devoradas por otras peludas gigantescas. Como en La Plaga o Sting… o tras ciertas profundidades abisales, de la mente. Incluso del océano, que tanto se parece al vacío...

Y sin embargo bajo la presión, existen algunas privilegiadas, sosegadas, casi místicas… tras el paso de los años y sonidos especiales, pues no se oirían en ese condenado espacio silencioso, sibilino y silbante, y además  suenan a música… celestial. Si nos lo permite… el pacífico, John Williams, el joven, le sobrevino el jazz de su padre y los musicales visuales, como en otro sentido lo fuera para Vangelis.

Así batiría sus manos en batuta para tv y su cabeza, sincronizada a los  latidos de su corazón, en una frecuencia con la del animal, originario, que nos visitaría en series de 8 compases o más… como bestia primigenia. Un depredador como dijimos, de altos vuelos y bajos instintos. Cercando el pensamiento crítico de una especie que se cree insuperable… y que siendo pardillo, al comienzo de aquellos ochenta, aún incrédulo ante los comienzos de la ciencia ficción de serie B, se quedaría boquiabierto, con la visualización del escualo xenomórfico, del especial artista H.R. Giger, y los encuentros fisiológicos en la nave Nostromo con varios genios, conducida en reclusión anárquica, por Mr. Ridley Scott y sus resortes. Casi como nutrir a los lobos

Sin embargo, el compositor casi centenario, se serviría de la tranquilidad líquida de la noche lunática, para enfrentarse al monstruo de Steven Spielberg y la novela Jaws. Al que, en cierta medida, le debe una parte del espectacular éxito. Bajo las aguas catárticas, calmas como una aleta aerodinámica, una b.s.o. fue surcando el terror, transformado en años a una aventura de futuro, titulada Tiburón. Con ese impactante comienzo sonoro y visual, tan profundo como el eco de una tuba en pocos compases rítmicos que se cuentan en el documental homónimo, marcamos nuestros propios ritmos cardiacos… o respingos de la respiración ante ojos fríos nocturnos. Parecidos a los aliens…

Y nos embarcaremos alrededor de ellos y unos personajes míticos, junto a incidencias mecánicas y problemas de otras índoles, que coincidirían en algo especial. Una odisea antropológicamente, psicológica… Que hoy, celebra un aniversario dorado en cines del mundo. Eso sí que es extraño y fantástico, que dure tanto algo tan moderno…

Y como otros depredadores que venían del gélido infinito, en busca del calor y la sangre, nos metimos en faena, en serio. Y aunque no se oyeran tal cual, allí esos otros si atraían más notas de terror, ya mezcladas con elementos artísticos, pesadillescos y sexuales, menos mecánicos y logarítmicos, pero igualmente animalescos, como un unicornio imaginario, o el sigilo de un gato observador… voyeur al estilo inglés.

 Entonces, entre cazadores y científicos, bajo agrupaciones con seudónimos norteamericanos, norte-nostrómicos, prometeus… los aficionados scifi se sintieron dioses, ateridos, impactados vitalmente, como si fuéramos tripulantes dentro de la Odisea, con sus sirenas. Replicantes… como boyas sonoras... sincronizadas al trío, compuesto por  Richard Dreyfus y sus partículas subatómicas, en contraposición al indómito, inolvidable, Robert Show (hoy que despedimos en pareja a Robert Redford, en su reunión con Newman y él mismo… menudo golpazo), y en el tercer mástil, un Roy Scheider, en el cosmos solitario, que se enfrenta a un fantasma sideral, abisal... desde sus diferentes  personalidades… ¡Ay Dio, cuántos recuerdos! Gracias Robert y demás…

Documentos… más allá…

La mirada vacía, exangüe, como la blanca muerte… o el animal peligroso con asesino voyeur tras el objetivo… ¿sabes? Alma oscura como la piel de un xenomorfo, en un rápido crecimiento de obsesivas cualidades... y rasgos predatorios…  Esto si fuera una película italiana ochentera, se llamaría Voracidad… o tendría vampiros magnéticos en el espacio…

Mas no, es solamente descuartizamiento, y restos biológicos de diferentes invasores. Aspiraciones entrecortadas, para comprobar la manipulación corporativa, como la imaginaba Ridley en Blade Runner,  como ahora… se asemeja a la monetización cuasi veraniega que tiene que ver con la praxis del cálculo… Y no una urbanización vacacional, sino una invasión en toda regla, para devorarse unos a otros. Acá, ya solo sobreviven las estimaciones grupales, y no las reverberaciones sin paga extra. Al final nos veremos como puñeteros autómatas, manipulados y explotados, en misiones suicidas... ¡Hey, Roy!

Y mientras, los compases de los insectos seguían ahí, buscando humedad, o el sudor… y tu esencia, ya sin el tum-tum, de Mr. Williams, cambiándose al puro metal y el rock&roll, en sus tramos finales. Cuando de pronto, nos transformamos… en ellos.  Ya te lo dijo, Kafka… o aviso, o algo. En ciudades… colmenas. Entre Wendys, índigos y reinas, zángano…

Así en tanto, la agitada exacerbación mundana, peligrosa como una toma de tierra no calculada, nos metimos en la nave, equivocada y no  documentada, sin apenas espacio vital, cubierta de víscera falsas y salpicones de mariscos… mas, plena de gritos ahogados o zambullidas siderales del recuerdo. Y el hombre de la batuta tranquila, como Mr. John Wayne en aquel filme, crea uno de los temas más famosos del cine, en conexión a la Psicosis de su admirado Bernard Herrmann,  posiblemente. Hacia posteriores espacios, con Encuentros en la Tercera Fase, Star Wars, Supermán e historia aventurera de Indiana Jones con su Arca Perdida. Y la vida pacífica de John, cambió… como la nuestra y el cine tan amado… chascando dedos juntos…

Al sueño enfebrecido de Mr. Spielberg, acordándose de su, no admirable Bruce, ahora tan simbólico… que significa una amistad duradera. Nos retrotrae a toda una vida de éxitos, y penas, sin apenas buscarlas, solamente por amor a la música y el Séptimo, con teclado o con vientos, y un gato... no blanco, sino pardo. Magníficas vidas atmosféricas… de sonidos y de encuentros espaciales. Calmos, monumentales, fálicos, casi asépticos, salvo por las heridas… aventureras prometeicas… aéreas o subacuáticas, arcaicas como los monstruos de las leyendas griegas… y depende del Depredador, así fuiste creciendo… con el que te des de bruces y su naturaleza… hasta grabar la realidad, con un violín en el tejado. Corporativo… dubi dubi, dubi dú. Y en aquel sitio salvaje, junto a la cámara, donde si podías oír sus gritos… Joer, otra vez tú, conio, Bruce de los coj… arquetipo de fracaso e imaginación.

No, no aquellos… sino nosotros mortificados con sus mandíbulas en la fila cercana a la pantalla, que parecían de verdad, coj… como reflejos de un conductor asesino en un camión, sonriente… O ahora, recordando un documental extraordinario sobre Valerie Taylor, entre patines y aletas, para rodar al Gran Blanco en su estado natural… Qué nada tenía que ver, con el carácter vengativo o criminal, de otra, más odiosa...

Su oficio marchito, fue espectacular, amante, directora, adorada en documental coralino… entre dientes y lentes especiales. Muy loable… su pensamiento, su tenacidad… su fuerza. Y quién lo iba a decir… ¡Mira, un salto de varios millones de años luz! Y en las verdaderas playas, aunque la pesca no es igual... en South Beach.

Hasta comprobar que vida y muerte, no han mutado tanto, porque los bichos o xenomorfos en cierto sentido se parecen… como insectos se sienten seguros en la obscuridad, si son cazadores… o parásitos. Como hombres... incautos.

Del Nostromo… al insectódromo.

Llevamos tiempo preparándonos, y no sé si estábamos dispuestos para el cambio, porque existen programaciones que actúan como virus y nos dividen… o muy bien, o muy mal, alimentándose… o fagocitándose…

Unos a otros, para exprimir a nuevos organismos, que regurgitan sus nutrientes, masacran sus identidades ocultas, destripan sus familias,  como las de aquellos 8 pasajeros, en un banquete furtivo, que significa lo mejor, en serie. Y al que no estaban invitados… ¡Nadie!

Hoy experimentamos una explosión de especímenes, con guitarras postreras, psicodelia o voces de heavy metal, empezando por un Ozzy devorador… para terminar, como polifemos, de un único ojo… y pensaba que era otro… de tripa en tripa, herida en herida, óculo a óculo… Y otro gato casi cósmico ya… como espía de la memoria colectiva, entre vapores y encaje de seda… oteando…

Estos 50 de las Mandíbulas al Tiburón, disfrutones y pasarán 4 años, vestidos de blanco espacial, al calor de ese Ojo célebre extraído en funambulismo más que gore. Sintético, polifórmico… Algo que tendría más en común con el de aquellos demonios, ´demoñas con ñ`, denominados replicantes por Mr. Scott, también productor de Alien Earth en DisneyPlus, pus a la sombra de Noah Hawley… Fargo, xDio, una más.

En el juego temporal, aún queda poco más a Blade Runner, para el medio centenar, qué mayores nos hacemos… y vimos a naves ardiendo en la puerta abierta de un laboratorio… Que convivimos parasitados con la historia, conexión a otras naves de salvación y rescate, tal que si fuésemos aquellos 3 magos, tripulantes de un navío demasiado pequeño, observados por el Atlántico, ballenero de Melville, que debería ser más Pacífico, en comparación con envites del monstruo de más de 8, metros, de hambre… oxigenado o alcoholizado. La aventura de un barquito chiquitito, que no podía, no podía, ni pensar, lo que se vendría encima… ¿pobre Mr. Quint, verdad Mr. Hooper? ¿O no, Martin Brody… por cierto, no odies el agua…?

Yo no, si bien odio al individuo ese, de Animales Peligrosos… repulsivo como una infección por avispones venenosos y contagiosos... especialmente si eres alérgico a los hijos de… Y en sus puertas ardientes, como arquetas de sarcófagos del desierto, claustrofóbicas, a través de  pasadizos hacia una irrealidad muy cercana, suenan ecos de trampas de hierro y muerte. Enclavadas en el pecho, a su respiración a lo Vader y ese chirrido, eléctrico de langosta, espeluznante… Previsión de un enjambre maldito que regresa, sin Sigourney ya.

En cambio, los ochenta, en el principio de las estructuras y fisonomías, que no eran como para tirar cohetes, se rendía culto al universo cinematográfico y especialista… y a ti, ¡cómo son las cosas temporales! Que giraban en creatividad, alardeando, las luces y sombras, y sobre todo, ruidos que te helaban la sangre.  A la de otros, que no les quedaba ni gota, los técnicos viendo el desastre mecánico, y esos que quedaban salpicados… Ni huesos intactos, ni robots descabezados o partidos en dos… con leche y demás huevadas.. Nos introducen a dos replicantes unidos por coordenada literaria, la de Mr. Scott y su Roy de pelo blanco soñando con ovejas mecánicas, y un aullido alfa, eh Timothy Olyphant, qué te hemos visto… Otro homenaje, que vuelve a andadas… viscerales.

Alienígenas, que no cuentos de álienes…

Del otro lado del viaje, a lo profundo… la inmortalidad. Lo de la hermandad Wendy´s, y un cocodrilo de ojos saltones que, estaría dispuesto a hacerles un okupa en su Neverland entre ceja y ceja. Dios no los cría, y ellos se juntan, al debate moral de los diseños de un Eldon Tyrell, como caso apócrifo de Prometeo Moderno… Y combatiendo o no, a los xenomorfos que quieren conquistar la Tierra, a su manera, se nos va pasando el capítulo de las corporaciones, entre óculos ambulantes, mentes infectadas, insectos viscosos, clonaciones éticas y discurso de richachones, que osarían, no fichar a un Blade Runner.

Demasiadas coincidencias, aunque lo más fácil es lo otro, la conexión del depredador que, aunque se parecen a lobo, o al escualo, no necesita gabardina, ni el sexo. El xeno-tiburón, se la llevó, se la llevó… y algunos episodios, se van de la historia, a otros lugares de los que nunca jamás, se supo… y de ahí, al mostruomo de Ahab… Sin embargo, para todos, el lobo alfa, siempre será Rutger Hauer, aún sin Houston o Peck, ¿o no…?

Y no existirá otro como Sebastián y sus pequeños, inventando sinfonías genéticas… ni las curvas de las replicantes, que nos dejaron con las fauces abiertas, hambrientos como Bogart… y nuestros receptáculos despiertos… y arrodillados, a esos personajes inmortales que tanto hemos admirado, el Humphrey de Harrison Ford (que pudo estar en Alien… Ridley y sus comienzos impactantes, que sigue… la Ripley de Alien con sus compañeros míticos, ya no hermana… 3 mosqueteros del Rey, al agua como Tiburón Bruce… John y Steven, acompasando ritmos cardiacos… y Gato, claro.

Y es que los depredadores son así, cuando pillan a una presa o a algún espectador despistado… ¡Ñam!, y no lo sueltan… hasta el Fin.

Y (me sale poner tantas copulativas…), entonces, algo te deja frío, helado, pues no es lo mismo, no existe tal empatía con esta generación de wokes administrados como calmantes… Si bien compases, suenan a otras épocas, de otros “aliens”, alienígenas como le gusta decir a Lex Luthor, por ej…  aunque se cabree el testigo de los gobernantes del extinto Krypton, también conocido como Supermán, que se convertiría en Hombre de Hierro, y ahora también de plexiglás para perros juguetones... y más, a raíz de su relación sexual con Loise… lametazos de hombre cánido. Rememorando a Mr. Reeves y documental sentimental.

Ella, la nueva de James Gunn, posee un cierto parecido a Margot Kidder, pero sólo en lo físico, no se queda en la retina, como no ocurrirá posiblemente con la Wendy de Alien Earth, bella Sydney Chandler, perdida entre Pistols o pensmiento, y se retroalimentaría de la imagen morena de la divertida y alocada, Amélie, sin amor hasta ahora, o sí. Y en esas estamos, con ellas… regresos de todo tipo a espaldas fornidas del tiempo, heroicas, cuando pasan eras románticas de ayer a atmósferas recargadas del hoy, y efectos CGI y la globalización… que nos ha traído el woke que le parió… en todas las formas determinadas.

Así parece que, todo  héroe y villano, principales, serán jóvenes, preparados o no… y formar equipo dentro del nuevo orden mundial, como una orden dictaminada... O desorden… según se mire. El asunto es, que el Supermán es alienígena, se ponga como se ponga, porque ha nacido al más allá, de aquí… con los calzoncillos por fuera…

Aunque luego se sienta de más acá, y no como otros… que sólo vivirán del cuento, como los Aliens de Earth… un desarrollo de organismos a tutiplén... Mientras que, en otras latitudes y otras músicas, no tan arcaicas como la banda sonora de Mr. Williams en Superman… nos reencontramos con tres elementos, que recopilan la esencia de los cazadores de otro planeta. Y esta sí que es otra historia… animada.

Y aun siendo dibujos, resulta que atraen por igual… por sus increíbles viajes en el tiempo y gráficos… la densidad de encuentros y golpes sangrientos, los escenarios… Cierta mueca a cinéfilos que se encontraron con aquel primer y sorprendente Predator de otro Jonh, Mctiernan, y a través de vísceras y músculos, desgarrados, de aquellos protagonistas en sesión discontinua, guerreros fornidos. Como los del Nostromo cayeron, hasta que sólo sobrevivió, el jefe herramienta laboral… Mr. Arnold. Y si bien podría chirriar en principio, la criogenización, pues resulta que nos lleva a una sorpresa final, divertidamente circense y genial… que ya veremos, sino nos lleva a la próxima de Elle Fannig en las Badlands. Pues, gracias al director de nombre intraducible en diferentes lenguas alienadas, Dan Trachtenberg… disfrutamos su circo romano por tierra, mar y aire… y que se titula Killer of Killers.

Por último, lejos de Orión a las puertas de nuestro propio Tannhauser, no decepcionados con la estética, que es atractiva, más bien con algunos personajes que no llegan a desvanecer el ´wokismo…` y ciertos desórdenes predatorios que recuerdan más a La Cosa de otro mundo, o la Mosca… Nos preparamos para aterrizajes forzosos, que nos alejan de aquellos náufragos del USS Indianápolis… o un reloj en el trasero.

¡Qué buenas historias, dentro del cine! Alien en la Tierra, da una de cal y otra, de sulfúrico… En el futuro, cuando otros nos releven… o convirtamos en trofeos de furtivos cazadores para su estantería espacial… nos acordaremos más, de aquella película remarcable de dibujos animados… creo bien. O no… Y no de entes fantásticos cuantificados, interferencias genéticas de nuevo orden, rivalidades corporativas, para el apocalipsis intelectual… y otras odiseas…

Hasta pronto, viajantes… o estrellados, como aquel protagonista de Hamilton en Distant, de los incalificables Josh Gordon y Will Speck… hablando de espacios, depredadores, cocodrilos, y él, un gato… Y hasta el Eternauta, las nuevas invasiones en sucesión – en las que estoy inmerso, oteando los muros -, o fundaciones que pululan, como krakens o animales peligrosos, submundos brits, Bugonias, submarinos, armas… Capitanes Nemo, Homeros y Elle F… Hasta que no sobreviva nada… sólo ella… como describía para Jacob Tremblay, Mark Hamill o Tom Hiddleston, el director Mike Flanagan (La Maldición de Hill House, qué es una joya a revisar, La Caída de la Casa Usher) en La Vida de Chuck. Junto a Stephen King a las letras, que está medio alucinado con las triquiñuelas de Alien Earth. Pichí, pichí…

Y como hermanos de cuento, siervos de empresarios todopoderosos, amenazados de muerte… o sirviendo como alimentos procesados. Devastados de extremo a extremo, comidos por los ojos… como a aquel policía, interpretado por Charlton Heston, en la notable Soylent Green de Richard Fleischer… que no debéis confundir con el otro admirado Richard, Donner de S, eh.... ¡Al final, alienígenas éramos nosotros, polvo de estrellas!

martes, 1 de julio de 2025

The Last of Us. Season II. O Vegeta…


Según escritos arcaicos, con recopilaciones literarias, más o menos fantásticas y ténebres, se predecía el denominado Apocalipsis en conjunción divina… Tal que una operación quirúrgica entre miembros de fuerzas del Mal y del Bien. Visto a un pensamiento actual, se podría comentar que, constataría hechos imaginarios, ajustados a ciertas acciones definidas por comportamientos de nos, los seres humanos. Pues en esta ocasión, vamos a hablar de la muerte… o no.

Está presente, pero el pueblo no quiere saber nada, en principio. No, hasta que se aproxima y aun así… Dejando su conciencia consigo mismo, lejos de otras figuras, ya fueran divinas, fantasmales o extraterrestres… ese último momento, la denominada transición, converge con la ciencia ficción, a la vez que con las creencias. Ya sea en forma de libros, filmes o juegos, y algún hecho – del que comentaremos al final, más cercano al terror de lo previsible…-; sin embargo, el arte cuenta actos degenerados que se aproximan a nuestra autoeliminación. Y ahí está el tema.

Creamos a seres antinaturales, para debatir nuestros propios estados tenebrosos, como bestias hambrientas, guardianes infernales, demonios contaminados… o los famosos, muertos vivientes. Que devendrían de otros depredadores legendarios.

Comienza la Extinción…

Es una forma literaria de esquivar las responsabilidad, y pensar que – salvo la creación de armas de destrucción masiva -, nosotros podemos llegar a formar el caos definitivo a base de mordiscos… Cuando las grandes extinciones se producen por procesos más elevados, universales o más diminutos que un espermatozoide marciano. Pero bueno, que cada uno piense lo que quiera, la fantasía va por libre… Profecías trágicas, condiciones ambientales, reproducciones tecnológicas o víricas, sin explicación aparente, o silenciada.

Eso es lo que ocurre en la realidad, como aquel inicio de La Noche de los Muertos Vivientes de George A. Romero, u otros más excéntricos como los no muertos de Sinners, dentro del mundo vampírico y las mitológicas fuerzas extraídas del líquido vital de los enemigos en batalla. Una forma parecida de comerse el cerebro y su potencial intelectual, que en el caso zombie, no sirve de demasiado, porque van planos por la vida, es así… Una especie en continuo mantenimiento letárgico con opioides o productos químicos, y sin necesidad de trabajar en el turno de ThePitt.

Algunos podría coincidir en una cuestión… que la muerte no sería lo último… O sí… Depende por donde entre la bala… Pero la destrucción genérica, intelectual o no, puede tener muchas condiciones, como ocurre en serie basad en videojuego de Neil Druckmann, The Last of Us, que en segunda temporada – tras memorable primera reconversión vegetal – se introduce en la mente, pero sin contar nada científicamente. Para qué…

Se va buscando otro estado más emocional… más que las monumentales estructuras fúngicas en desarrollo, que ocasionalmente recuerdan a los nidos de Aliens… y cuyas esporas se esparcen caprichosamente a base de mordiscos, no precisamente muy vegetarianos. Pero los carnívoros humanos, de dentadura calcificada, siempre se reproducen… así que a  masticar. Porque de otras acciones, no comento… por ahora.

The Last of… they.

En la serie que fue más merodeadora en primera entrega, sobre un mundo apocalíptico con mucho más suspense, ahora sólo lo sentimos a ras de suelo, a través de una valla metálica y basta… dura, un chasquear de lenguas… una conversión calculada para volver a levantarse, tras un acto sexual en una granja o ciudad sitiada por hordas… Ahora vamos a mezclar, castillos contaminados de pestes, de géneros y pieles en vivencias asimétricas… en las tres eses, de las que algo diré… Y no me refiero a la búsqueda del superhombre, con la estilizada consonante.

Esa parte del héroe contra nuestros males, es más somático, con los factores psicológicos y sociológicos, en el horizonte… que esconderíamos como debilidades, mientras que la serie se acerca a los rasgos familiares, de familias descompuestas, y especialmente otros… Sociables, pero sin aportar demasiado a la contaminación… Salvo algún injerto… el futuro. Narrativamente, el sexo es lo menos interesante. Pobres mortales, en guerra… montada por vuestra cuenta… sectarios, abriéndonos en canal tal que vacas, no sagradas… viciosos, desde pancartas representan a alguien, no se sabe bien quién, superior… inmune, por determinado gen que desconocemos… inteligentes, vaya Ud. a saber por qué. Son desvíos, cuando lo esencial son las curvas, determinadas eses…

El punto es que, entre conciencias descolgadas que se distinguen en las crestas fúngicas de los infectados por la micosis, - vegetalmente caninos de chicha, no la de fumar en determinadas zonas… -, ellos son los que tienen más claro, esparcir la simiente, como el baile y la música del Ser de Sinner… y no queda muy claro, que es lo que desearían algunas alteradas, que buscan y meditan, rodeando para infringir daño a sabiendas, incluso a las ´poderosas` cazadoras de la muerte.

Y aquí estamos… sobresaltados tras ese espectacular segundo asalto, a la city nevada con aromas a western norteño… esperando en el tejado… No sé muy bien, a qué… U oteando una zona, ya vista, ahora sobre Seattle.

Deber de limpiar… rastros.

La S, no de pecadores, va después de la R de los rastros esparcidos… Tras  sobrevivir al gran asalto, sabiendo que recuerda a hordas de vikingos, u grupos murales, más al Norte… y el sentido, de todo ello, es que seremos  indemnes a esos amores, a ráfagas, a las pérdidas dolorosas, y ya os lo he dicho… más importantes que los rostros y sus rastros, en una serie en que no predominan demasiado a los que venerar… y al borrarlos, ¡se podrían arrepentir! Pero eso es la huella, dolorosa… Pero la historia es así… no lo sé bien. Y siempre se pueden perder, o ir a peor… ¿Qué podría salir mal…? ¿Regresar a los inicios… a los indicios…?

En conjunción fungicida, dos elementos estrafalarios como Sony y Playstation Productions en un haz televisivo, y Warner del envés, y proyectados ambos en la nieve visual de HBO a través de Max… Ha durado, lo que duró… aunque la infección por Cordyceps está garantizada, hasta dentro de un tiempo. Esos hongos serían… responsables del archiconocido “pie de atleta”, que te deja jodido para resistir en la competición… con toda esa climatología cálida y húmeda, que te recuerda que debemos protegernos del ejercicio físico en ciertas condiciones… o no sabemos… pues las glándulas sebáceas, de determinados cueros cabelludos, se van gangrenando… Hasta que, pumba… dejamos de pensar.

También puede ir acompañado de un ramalazo de tiña, que pica un huevo, y ahí estás… en el sofá, sin parar de rascarte, por fuera y dentro, hacia la perdición, de tu paciencia. En un sexto, sentado, que te reubica y profundiza en el sentimentalismo, hasta retroceder etapas. Nos recuerdan a procesos de incomprensión, rollo paterno-filial… Y mira, de eso ya tenemos docenas… Siempre preocupados por propias vesículas y costras en familia.

Aunque, es mejor acompañar siempre esos momentos íntimos de música, ya sea con versiones a guitarra española, o blues mezclados con rasgos, un tanto románticos… o lo contrario, acosados por tres kas. Sinner es un tipo de venganza, divertido, pero acusador… que ya no existe como tal… tal vez.

Al estallar… ¡Pumba!

Eso es lo que falta… sensaciones, bailes, sangre… caos… es lo que posee a puñados y mordiscos, el director californiano Ryan Coogler, alejado de Creed y Black Panther, mejorándolas y llevando un grupo de intérpretes a la coordinación, de pies y bocas, asaltos y besos… al ritmo de aciertos como el británico Jack O´Connell – que estaría dispuesto al horror de 28 Years Later: The Bone Temple, escrita por el mismo Alex Garland (Ex Machina, o la apocalíptica Annihilation), pero ya sin Danny Boyle.

Y a la interpretación de Michael B. Jordan, hermano de sangre, en endiablada encerrona entre el Chicago años 30 y esta versión oscura de los Marvel Zombies. En los que estaría la voz de Gwen Stacy, o la Ghost Spider de Across the Spider-verse, la sensual de Hailee Steinfeld, que también da réplica sexual a los entes no muertos, y volverá a atacar con Beyond The Spider-verse, o de nuevo en mismos papeles para Beyond the Spider-Verse y en Champions como Hawkeye, junto a Ironheart en piel de Dominique Thorne… de las cuales ignoro.

En definitiva, que Sinners es muy completa, tiene bajos de Chicago en práctica vampírica, hermandades, sexualidad, hemoglobina viscosa, alcohol con ajo, ráfagas de fuego, estacada emocional, y Famiglia rítmica… ajustando cuentas... Lo que no hace la infección programada, del creador o showrunner ése, Craig Mazin, y mira que trasladó las huellas documentadas, de su versión del Chernobyl. Y esta The Last of Us, se queda muy abajo… pero hablando de documentales… es hora de ajustar, no cuentas, sino dentaduras… y otras circunstancias tenebrosas.

Os voy a hablar de The Mortician de HBO… No mejor, no… telita.

Es que los pecadores, se multiplican hasta el finito terrestre, hasta la escalada mística que se sube a la azotea… magín o chaveta. Al descenso musical, con los chasquidos… sin blues adaptado, a los nuevos ritmos, ni la voz de Miles Caton, en recuerdo a una época, con la entonación a la guitarra del viejo Buddy Guy. El que fue honrado junto a Dustin Hoffman, y guiado tras los pasos de los mismos, Led Zeppelin.

Dellamorte, Dellamore…

Pues si os pensabais que esto había acabado, ni de coña… aún quedan algunos ejemplos entre la muerte y el amor. Aunque te conmuten la pena… o el título… y todo sea inversamente, emocionante a siguientes capítulos tras el despertar y acoso zombi, del segundo asalto. Que nos deja algo congelados, según desaparece el frío, y se nos calienta la sangre… visitando la isla de Lesbos. Por no mentar, sentido al crematorio en la serie documental, donde el olor a carne quemada, se siente.

Joer, es que nadie – o no lo recuerdo, desde hace mucho tiempo…-, me había hablado de esta aparición, entre almidonada y rebelde, de Rupert Everet, antes de sus shakespeares, y sus santas madonas, como napoleones. Y esta cinta, homónima, ya aparte del giallo, casi… que dirige Michele Soavi, te agarra, te lame, te muerde… se descojona y no te suelta. Hasta la Muerte, romántica, aunque igualmente lasciva.

Ya que anduvo entre ellos, Lucio, D´Amato, Deodato, los demonios de Lamberto, y hasta en los pechos de la ´fenómena` de Jennifer Connelly y los ojos perturbados de Dario Argento.  Y con un tal, François Hadji-Lazaro que realiza papel inolvidable, entre torrentes y Jesús Franco. Alguien debería haberme recordado antes, esta barroca película…

De Pasadena y aquellos hechos, no borrados, sino digitalizados por los dedos de aquellos que operaron… voy a explayarme, sencillamente… hay que verla, y tú ya verás, qué pensarás… Se llama The Mortician. Y estos dos ejemplos de repercusiones tangencialmente diversas, entre el humor, los amores y el humor, no te voy a recomendar lo más mínimo, las idas y venidas de Until Down, por su reiteración, que no te lleva ni a uno, ni a otro lado.

Pero diré, dejando las ideologías aparte, qué es deber... Porque lo realmente marcado para evitar la contaminación, - que no el exterminio total, pues proviene de otras materias…-, son las tres palabras que indicaba, entre el amor y la muerte.

Algo que debes aprender, ante el control de la situación y la rutina de las noticias que son teledirigidas en los medios, con los que se riega a la plebe, como una lluvia ácida… ¿te sonaría, no? En todos los lugares cuecen habas, y se tiran unos pedos "fakes" que da gustirrinín... o anestesiando que es gerundio. Y entonces, hijo/a qué… pues, aprende… visiona… y… en tercera.

El, eSo. Me he quedado colgado de otra de zombies, pero no es para tanto, a la espera de visionar lo nuevo de Boyle con sus tótems cadavéricos… Hostia chaval, no te he hablado de The Shrouds, o las mortajas cárnicas de David Cronenberg…. Y su sexo entre la tecnología y la putrefacción… Pues en otra próxima, conexión… con Ella. Esa que suele aparecer en algunos filmes, jugando.

The Last of Us Part II de Gustavo Santaolalla and Mac Quayle


domingo, 23 de marzo de 2025

Dune: Prophecy & Skeleton Crew. Season I

 


Érase una vez un espacio triste y oscuro, en el que todos podían navegar… Sí, incluso los más jóvenes.

Pero a través del tiempo, determinados artistas dedicados a la ciencia ficción, se dedicaron a llenarlo de pequeños, casi infinitos, puntos luminosos. Como faros de señalización para antiguos navegantes, los aficionados se orientaban en el mundo conocido y por conocer, tal y como aquellos pioneros… Así, en cada luz intermitente, lejana y danzante, una vida se definía, como la de aquel niño que nació hace una intemerata de años.

Sus pasos serían reescritos por un novelista fantástico conocido como Frank Herbert. En 1965 emergió en Dune de sus sombras, en paralelismo a nombrados por escritos sagrados o arcanas civilizaciones. Las conciencias del planeta azul, coincidían en el pensamiento de conservación de ciertas costas y sus arenas. Y el nombre de Paul Atreides, en referencia a una de sus Casas y la vertiente más revolucionaria en aproximación como sugerente jefe y  ratón del desierto, dio los primeros pasos de una saga. Al igual que la Fundación que emergió de la pluma de Isaac Asimov.

Metido en grandes batallas raciales y otras movidas ´especiales` con el imperio de artilugios mecánicos, Mr. Lynch lo viera a su manera. Que, sin embargo, no siempre fuese la mejor como acostumbraba nuestro admirado David en su mundo surrealista y paranoico… Una de las causas, los efectos visuales, aquí son religión. Y el caso es que su propio hijo, llamado Brian Herbert, junto a Kevin J. Anderson – superviviente de Star Wars Ep. I que será mencionado, y creador de la Trilogía de la Academia Jedi -, se situarían en esos 10000 años antes, para introducirnos en una nueva Trilogía, que comienza en serie. Pero, algo renqueante como gusano extraviado, Dune: Prophecy de Max HBO.

El siguiente salto temporal… de creyentes en letras de Mr. Herbert a la gran pantalla, por marcada versión de Denis Villeneuve, y la próxima revelación como Mesías, en determinada forma o género… Amén.


Dune: el Prolapso.

De una desazón, como algo que se sale de su lugar natural, ese rincón de libros y pelis… el arquetipo de nacimiento de otras space óperas futuras, se transforma en algo orgánico, como diría otro personaje elegido por un tal George Lucas… ¡Yo sería, tu padre! Si hijo, hija…

Sí otras eras, los tiempos que están cambiando como versó el Bob, y la madre que la parió, qué a gusto se quedó… Porque la esfera dimensional fue cambiando en su nombre, de Herbert hasta la trilogía susodicha. Que se extendió por el espacio herbertiano como una secta. Y bien aburrido, me dejó in situ. Aquello ya no eran los padres, como dicen ahora los jóvenes, a 10 milenios de mentes distintas y reintroducidos en la Hermandad de las Bene Gesserit. Así en un guiño a otros cuentos de criadas y su liberación de ciertas propiedades en el pasado, ya menos romántico, supone la evolución del empoderamiento. Hoy visto en la realidad, en forma de lobbies como en otros pensamientos.

Habitualmente, lo que menos me atrae de la obra artística, es la oda sectaria y monástica. No es mi predilección en materia novelesca o cinematográfica… las sectas me repelen. Así que me paso la mayoría del tiempo, de bostezo en bostezo, sacándome del infinito, más o menos p´allá, y quedando lejos de las preferencias paternales, que estudiaron a filósofos como Jaspers, Juni y Heidegger, o fantásticamente fortalecido por Jack Vance, R.A. Heinlein y sus Tropas del Espacio, o El Último Castillo, más especialmente esos mundos en guerra de H.G. Wells.

Así, se refieren a brujas por algunos/as, no acólitas, como insulto a la magia, una perversa manipulación del poder para evitar el emparejamiento amoroso, y la meta de la procreación genética. Qué, curiosamente… tanto difiere del mayoritario pensamiento ultra feminista… como una especie de prostitución sistemática. Y por tanto, quedando divididas entre Bien y el Mal… te suena, no.

Se ha configurado tras una llamada Yihad Butleriana… Hoy en rigurosa singularidad distópica, o no…

 

De la Madre al hijo…

En la Escuela Madre, la supervivencia difiere de aquella I Am Mother o los pequeños lobeznos producidos, o amamantados por RidleyScott, sino al prolapso más definitivo, que nos deja completamente aturdidos, con tantos cromosomas duplicados, hacia  la consecución del poder. Casi pareciera la reconversión científica de aquel moderno Prometeo o Frankenstein, en monstruas de política… y un toque Terminator, servido en píldoras.

La primera Profecía de Dune, se aleja emocionalmente de las máquinas, de El Manantial de la Doncella de Ingmar Bergman o el Rashômon de Akira Kurosawa, donde la violación era acusación. De igual manera, aquella Lady Snowblood que inspiró a Kill Bill, el Ford de El Sargento Negro en suspense leguleyo, o el dogmatismo femenino de Lady Vengeance hacia el estilismo de La Doncella, de Park Chan-wook. Ni  siquiera aproximación a la Hija del General.

Tampoco es manifestación romántica de la Hija de Brian o la delicadeza del Pasaje a la India… ni acerca a la dureza de Rompiendo las Olas, en otro universo sexualizado, alejado a esta caricatura de la misma Emily Wastson. Todo este relato, para hablar de la herencia hitchcockniana de BlackMail, comienzo de superación, defensa propia y el fetichismo que vendría después… Pues quería recomendar la desorbitada iniciación, del documental, Becoming Hitchcock, con su rotunda sombra y firma, como diría mi padre, el tío Alfredo. Dios suspensivo… ¡Qué aprendan otros…!

En Dune, ellas conducen su propia existencia… ¿del porvenir?

Skeleton Crew… una historia de SW.

Mientras otra historia de Disney+, nos sumerge en odiseas pretéritas… Basta observar Navegantes en Islas del Tesoro, exploradores o Héroes del Tiempo, y nuevas versiones de los pirateos de Elisabeth, la Virgen I… hoy vistos en versión espía de Estado Eléctrico. Una guerra robótica…

Los machotes ágiles como Errol Flynn y Burt Lancaster… son fantasmas. Ocultos como tesoro en The Goonies, donde los temibles Fratellis y el desdoblamiento de la visión materialista de Willie el Tuerto con la inocencia del gigante de sonrisa sincera, el Sloth de John Matuszak, eran constatación hecha carne y único ojo polifémico… ¡Piratas!, en papel metálico y gruñón. Momento ochentero, capturado por a Columbus, Chris y los copilotos don Spielberg y Mr. Richard Donner.

Nos retraerían a odiseas, de la mano amistosa-belicosa de J.R.R. Tolkien, en huella fílmica, una secuela más gamberra y poderosa Cuenta Conmigo, y algún Oscar tardío más actual. Además de niños perdidos, mágicos o fantasiosos… quedan otras cosas por venir… tal vez… En este regreso a casa de mini marineros espaciales, si existen máquinas pensantes… de pata de acero.

Pero definitivamente, una nos descoloca dentro del universo creado por Mr. Lucas… que no recuerdo de nunca. Es una robotilla, prima en su género, más cercana a Alita que a los cyborgs humanoides de la obra generacional e inspiradoramente sangrante y distópica, Blade Runner. U otros con la función de esclavizar o destruir nuestra raza, ¿humana…?

Ya estaba escrito en las arenas, bajo páginas anaranjadas de Dune… “No, se construirá máquina semejante, a la mente humana”. Como aviso y base pluscuamperfecta de la sociedad planetaria… En fin.

Me resta nombrar a The Goonies II y Gremlins III (con Columbus, productor de Nosferatu), parecen un hecho y derecho, de generaciones, con el futuro televisivo de Las Grandes Escuelas de Dune de Brian Herbert, sobre esta trilogía Sisterhood (La Hermandad de Dune), Mentats (o Máquinas Pensantes), y Navegantes. Con Olivia Williams – pasando del Sexto Sentido de elegido, a Una Educación y el Maps to Stars, y aparición familiarmente fantástica como Queen of Andor en La Rueda del Tiempo…-, a Mark Strong (Nine Perfect Strangers, la última visión de ojo vidrioso tras el Cristal Oscuro y la de acólito de Pingüino, hacia el Everest 2025, y finalmente, Travis Fimmel de jefe casi inmortal en Vikingos, a aspirante a profeta de Raised by Wolves, con vistas a la 2a de Black Snow, próximamente…

Y del otro lado de la galaxia, con Jude Law, qué tantas victorias nos diera desde Gattaca, informática avanzada de ExistenZ o A.I. y otras guerras con Garfios y parches, a este corsario de Tripulación Perdida. Pasa al Edén de otro ochentero famoso, Ron Howard, y suena como Putin, joerrrr. Pero primero suena para caer en el agujero de Black Rabbit, otra historia de N.Y. De juventudes Star Wars, tal vez hablaremos... o estudiaremos en otra ocasión. Ron, ron…

Dijeron… Saldremos Mejores.

Mira que Skeleton empieza bien, rememorando otros viajes y esqueletos enterrados… aunque, muy vivos. Suspiros de sagas, remontando el prefacio ochentero, como los recuerdos memorables de vaqueros bajo soles, ya no tan solitarios. De los samuráis que salvaban princesas, o las perseguían y enterraban en el machismo secularizado, y especialmente, junto a aromas oceánicos de corsarios o piratas.

Y aquí, jo jo jo, estamos, alienados… con la cofradía infantil, por control del transporte por el hiperespacio, a la intención de trazar una ruta de vuelta a casa como diminutos odiseos… Hoy tan de moda. No necesitados de melange para romantizar amistad, liderazgo o, lo más importante, la imaginación. Eso sí, dentro de esos cánones, ya tan surcados en eras del ayer. Lo malo, quizá, no el pillaje…

Sino, esa banda sin demasiado relumbrón, de escualos… y la batalla final que no es de Corrin, en planeta oculto que asemeja más a persecuciones suertudas entre bosques de Ewoks-wokes, que a una verdadera amenaza de despiadados asaltadores de bancos… Y eso, nooo…

La Biblia de Star Wars no menciona tontunas… salvo alguna en aquella Amenaza Fantasma… que ya nos avisaba en su título, con Infante, pedante, incluido. La última trilogía nos retroalimentaba en la estima, y narraba a las nuevas olas de jedis, que cualquiera podría serlo... levantando un poco la vista y mirando las estrellas. Y después de tanta pandemia, decían "tranquilos, saldremos mejores...". Sí seguro, ya estamos cogiendo los láseres para la batallla... ejem.

Aún me queda algo que señalar en los planos… lideresas como Chloe Lea, ya introducida en la Fundación en serie, y la nueva tropa con trompa, que queda como un chiste al final. Y es el cálculo de los públicos jóvenes actuales con la dual violencia, no se puede disparar al aire. No se debe, porque ya no se engaña, a casi nadie… ¡observando las políticas!

Omnius no son Barbanegra en el siglo XVII – ojo no acabado en m qué es peor -, ni el Titán Barbarroja en milenio X a.C., gracias a un error del Titán Jerjes, se expande como virus respiratorio por el universo… son replicantes. Así que el ser humano es irracional y poco eficiente, deberá ser exterminado… masculinamente hablando. Y los planetas sincronizados por la mente regente, serán wokes para más inri, catalizados, comprados… sin tesoro. Robado por las manos de piratas verdaderos.

El heredero, muerto a manos del robot independiente Erasmus, no de Rotterdam, sino de oriente, significa la revolución nombrada y la esclavitud para los humanos libres, hasta entonces. Y en cada planeta, gobernará una robotisa… Entonces, se acelera el proceso de los viajes interespaciales por desdoblamiento del cosmos, y en pocos minutos los militares Harkonnen y Atreides, en ellos perderían un 10 % de la flota, hasta esa última contra Omnius en el O.K. Corrin galáctico.

Y se cerró el Banco… con la fabricación de moneda a espuerta, fin. Haber estudiado… como Steven, George, Ridley o Denis, Jonathan y Christopher… si no, quedarás expuesto a la contaminación de una serie Z, como en el bicho femenino de Blood & Snow. Una cagada ártica, canadiense, sin dinero ni aranceles a lo troche y woke… Sin duda, me hacen más gracia, los piratillas cantores… y el estilo juvenil. O la Hermandad del Acero de Fallout… o simplemente, un agente naranja radical de Yellowjackets III.

¡Ay, Cosita! sin-pa… peles. Qué, repeles, por falta de imaginación. Y esta historia, se acabóoo… ¡O no! Ahora prefiero a las mujeres reales de The Pitt y… Te aviso ya que el futuro, se verá… Severance!

 

lunes, 30 de diciembre de 2024

Fallout. Season I

 

Todo comenzó subrepticiamente el 23 de Octubre de 2077. Explosivo pero oculto, como una espiral de caos y destrucción, pasada por bits reservados. Sin embargo en nuestra línea de tiempo, digitalizada con botones de on/off, empezaría mucho antes con esta serie de juegos post-apocalípticos.

En ellos, una sociedad norteamericana esencialmente, separada por momentos, de Canadá y México, en el punto de mira de la extranjería cotidiana, se separaría de facciones en constante lucha… ¡claro!

La Guerra Nunca Cambia… pregonaban en los altavoces mediáticos, y no tanto… Y por agente contaminante, también el resto del mundo civilizado, o no… Se constituiría una formación árida, con estas banderas cuadriculadas, llenas de estrelladas barras, tras la caída de las bombas… Más eso, es otra cuestión… Ahora vamos con, Ella Purnell.

Ella, joven de Miss Peregrine y en deprimente suceso de Kick-Ass 2, o como aparición en una de las primeras liquidaciones de Yellowjackets; se puso a construir juegos divididos en ejércitos de muerte, como de posesos, como voz de Arcane y al fin, moradora del refugio 33. Por consiguiente, se convertiría en hija de nuestro querido Kyle MacLachlan, que… ¡qué os voy a contar a los aficionados a la ciencia ficción y al maestro David Lynch… todo un referente del cine y la tele! Y ella, una gracia de la supervivencia, que ha puesto a la fémina de protagonista, nómada.

Así, dentro del mundo alternativo y mutante, de un Fallout en serie de nueva creación, entre Vault-Tec, aquel primer rol de Bethesda Softworks (anteriormente denominada Black Isle Studios con el maestro creador Todd Howard), la unión de Lisa Joy y Jonathan Nolan (que se adiestraron en mundos paralelos en Westworld), y la productora de la actual serie Amazon Studios que sería visionada en Prime Video, se conduce una anomalía genética televisiva.

Hasta aquí, 200 años después, todo es coser y jugar… Ella, lleva el traje de diseño azulado con ribete amarillo en el pecho, que llama la atención lógicamente… Walton Goggins tiene el olfato suficiente para continuar su obra tarantiniana del error de Djiango y la excelencia de The Haterful Eight, como negro cuervo de la Venganza, en ciudad de los 10000 cadáveres, muy vivos… Y el más nuevo Aaron Morton es el trípode metálico, que se transforma en sobrino de Teminator II con humor, Caballero de la mesa cuadrada de acero, con parecido corazón, tránsfuga… y perspectiva de crecimiento en Hermandad. También con una relación de moda, dentro del mundo hollywoodiense de hoy – Chica con chico de color, normalmente…-, posiblemente gracias a la influencia de su creadora Geneva Robertson-Dworet, responsable de Capitana Marvel y aquella última Tomb Raider de tan mal recuerdo…

De The Acolyte, no te hablo, para qué… igual te despiertas un día con pesadillas, preguntándote… ¿hasta qué basurero espacial ha ido a parar una parte del mundo galáctico de Star Wars… con la llamada wokelización de Disney pus? Hasta he llegado a leer, no sé qué de interseccional, mecachis, empieza a ser pringoso… Por mis partes, me quedaré siempre con el espacio solitarios de El Mandaloriano y su Grogu, de mis pensamientos... que no panfletos. Verdad, Leslye Headland, ex de Miramax y asistente de Harvey Weinstein, y creadora de varios capítulos de la notable Muñeca Rusa… y que parece dirigirá, la versión cinematográfica de la novela Los siete maridos de Evelyn Hugo.

Pues mira qué bien... un mix converso y camuflado, entre vidas de Rita Hayworth, Elizabeth Taylor y Ava Gadner. A ver qué nos desvela…

Refugios… como el parchís.

No, además de espacios reservados de un juego en facciones de colores… Son esos cubículos especialmente preparados para sobrevivir una larga temporada, en un nicho potenciado, bajo tierra.

Como si de muertos vivientes, en el silencio subterráneo, nos alimentamos y damos vueltas... Mientras en la superficie, con la más extensa radioactividad, interferencias de otras épocas y a lo Mad Max. Este efecto nocivo, campa a sus anchas, junto a los monstruos, que devienen de las terribles consecuencias que, aún estamos por descifrar… y no desvelar para los no iniciados… aquí.

Refugios con numeritos, esparcidos por lustros, que preservan la vida de los llamados, moradores, y definidos por diferentes formas de gestión social, política y alimentaria. Salvo, si es que lo estarás… que se diferencian de las inclemencias sufridas por los superficiales del exterior, y algún secretillo interno.

Sean producidas consecuentemente, o provocadas… por vaya ud. a saber qué, tipo de mentalidad… todo se mezcla con F/X de odisea metafísica, cierto diseño steampunk, con un música sugerente de compositor Ramin Djawadi. Creador por ejemplo, de bandas sonoras como ElProblema de los 3 Cuerpos y excelentísima La Casa del Dragón, chimpón.

Por ende, en los ratos libres, qué deben ser muchos… todos forman una especie de facción dentro de una batalla compleja, con estrategias de tableros, que dura ya varios siglos, y un arcade que debería crecer más todavía, en un futuro cercano. Esto viene sucediendo, desde que al término de la Segunda Guerra Mundial y las catastróficas consecuencias en Japón, se separaron los tiempos en diferentes líneas. Como las guerras civiles que te suenan…

La nuestra real,  la suya, la de los Ghouls y los SuperMutantes en western de nuevo orden. Capitaneados por estos personajes, en los que destaca el Necrófago inmortal, un cowboy del desierto de Mojave o Yermo sin colonos, en la Nueva California de 2198. Y un padre, que no se reencuentra pacíficamente con su retoña… oño… por quítame allá, esa cabeza loca. Y tenemos junto al Quijote racial, hasta un Sancho, con juanetes chungos…

Flipada llena de aventuras, bandidos, traficantes de órganos, robots en descomposición, mutarachas, anuncios con macguffins sorprendentemente chisposos y moleculares, testas borradoras recordando a otras inyectadas – ya me extenderé -, monstruos del lago, monedas de chapas para pagos licenciosos, servoarmaduras T60 (si no es una referencia, pues vale…), Pip gigantescos como móviles antiguos, y Vault Boys en cartelería casi retro, un poco de Maximus Prime, Grognak el Bárbaro y…. una canción de Johnny Cash.

Y sin embargo, aunque todo nos suene, incluso a los que no hayan demostrado su jugabilidad a los mandos… Todo es diferente… excepto la guerra que se aproximaría de nuevo… que es la misma, civil. Porque los refugios, no son exactamente iguales, ni la animatrónica robótica o monstruosa, de momento del III y IV se muestra aun, ni los sucesos inventados para esta generación de sufridores, tienen que ver con el agua, ni el nuevo Maestro en fémina, ni California o futuros sucesos que se preparan con vistas al Fallout 2. Dejarán indiferentes… espero.

El Yermo…

Y es que esos hogares, nidos de corrupción, sectas y víboras, deberían estar preparados para medir la capacidad de la supervivencia humana, y no lo contrario. Con seres bajo diferentes condiciones de presión, con falta de agua o energía, conviviendo con amigos de toda la vida, tan extraños, que acabas desfamiliarizado… y sabiendo que los altos niveles de contaminación allá arriba, son una nueva forma de sobrevivir también, más natural… ejem. Donde la carne es la nueva carne, y los perros comen carne… Cooper eres un perro… vagabundo.

Lo que ocurre, ciertamente, es que en el interior de estos refugios herméticamente sellados, tipos de sarcófagos, hay un paso temporal entre vida y muerte, o la resurrección en otra forma. Y teniendo en cuenta la capacidad de su aforo, es posible que existan bajas, ¡ve tú a saber por qué motivo, eh! (sin destripar por ahora… o descabezar), pues no vamos a corromper el trabajo de guionistas de Fringe, Melrose Place, Lost, The Walking Dead, SnowPiercer, The BoysMrs. Davis, American Gods, Westworld y of course, Shôgun. Esta serie de series, es para qué pinchéis y leáis lo que escribí sobre ellas… Vale.

El Erial contaminado escrito Yermo, o Los Baldíos en otra era, son los rescoldos calcinados, nunca mejor dicho (que lo veremos…), tras la guerra entre los USA y China, por el Labrador, que dividió el mundo conocido occidental en Commonwealth´s, como buenos y jodíos sajones… hasta esta representación, 10 años después de Fallout IV, de la actual situación mundial… ejem2… con esas facciones peleando hasta la destrucción, por ver quién mueve los mandos, y los corregirá… o moldeará a su manera.

¡Volveré!, que diría el otro. I promise you… De momento, evidentemente, recomiendo pasear por estas arenas contaminadas… escudriñar, y ya veremos. Que nos depara Cooper, Titus, Kyle y… Ella.

Referencias y… otras pelis.

En primer lugar las sagas replicantes, es evidente, con Westworld de referente en la mochila, en convergencia de Terminators con los Caballeros del Zodiaco o los Halos de Arturo, the King legendario de un Camelot destronado… y por supuesto, todo el mundo creado por George A. Romero, deambula por ahí por otro mundo a lo Last of Us, o al Silo esperado en segundas, para los restos, como otro ejército en consonancia con los muertos pandémicos de nuestra realidad. Mas, con mutaciones más evidentes, que un pulmón de mármol, eso sí.

De momento, cómo no he visionado ninguna película del género de zombies, últimamente me las ahorro, me voy a centrar en otras incorporaciones terroríficas, por ejemplo V/H/S Beyond, que coexisten parecidos… donde reina el descontrol en mundo paralelos, por los cielos, los campos, las profundidades de la mente humana, o las edificios con  comilonas a lo Rec. Residen cánidos también, con mala leche, en un capítulo muy especial para cuidadores… en cambio, en sentido contrario al protagonista de la notable Dogman, dirigida por Luc Besson con magnífico estilismo artístico, atmosférico y narrativo, y la excelencia interpretativa de Caleb Landry Jones, como bandera redonda. 

Todo se supedita a la carne, claro. Y a veces, con una especie de mueca al espectador, como aquella Smile que dio bien de comer, y que ahora se ha descompuesto bastante en nuestra cara, tras segunda versión con una, La Voz, que ya cansa como ocurriera con una parte del penúltimo trabajo de M. Night Shyamalan titulado Trap. Si bien al final tiene su cosa… interrumpida, como la mala leche de la segunda entrega de Winnie the Pooh, de carencias evidentes, o la transgresión literaria que no redondea, Alice in Terrorland. Esto nos dirige a la nada, espesamiento  psicológico por querer abarcar demasiada pesadilla…

 Y esto me recuerda, a obras ambiciosas y megalomaníacas - desgraciadamente a estas alturas de la construcción cinematográfica de una carrera- a Megalópolis del amado Francis Ford Coppola. Pues se desborda desde los cimientos a la cúspide, al escoger a un reparto variopinto (no sé, si muchos creyeron en el proyecto…), en el que no termina nadie destacando por su actuación. Un guión republicano de corrupción monumental en ciudades, de bandos constructores en busca del elemento milagroso, basado en una Nueva Roma de Gotham en la que no existen ni caballeros oscuros, ni clowns, ni gladiadores o césares siquiera en sombras, solamente esclavos… Tal vez, algún Craso borroso. Por tanto ficción que acaba desarrollando una paranoia, o pequeña, gran catástrofe narrativa y visual, por sus aspiraciones y consideraciones políticas y estilísiticas del romance. Y un posible borrado de la memoria, en el tiempo. Qué siempre está ahí… como un corazón perdido en tinieblas. Qué se lo digan a Joseph Conrad, Charlie Sheen o Marlon Brando… y a los mancillados del Congo belga.

Y cómo no… remontamos… Terminaría diciendo que Venom, mejor no dieras ese último baile… otra decepción esperada de la Marvel-Disney, que va encadenando... Para eso no meterse en ese Cellar Door del subsuelo, qué mira que te dicen que no veas, y hala… vas y miras, y te la vuelves a pegar, porque el sótano está oscuro y hace mucho frío… para un baile auxiliar en pareja.

Algo similar le pasa a Don´t Move, producida por Sam Raimi, que es exageradamente rebuscada en la acción o el suspense, acabando en el fondo de un barranco genérico. Pero, al menos hay un héroe en redención, como en el Kraven the Hunter. Que vuelve de la muerte, para vengarse… y eso siempre mola, un huevo de león, o Mufasa… que no Muface, no confundir los ambientes leoninos, eh.

Sin embargo, aunque tiene momentos, en la cinta mexicana No Voltees, no me acabo de creer lo que ocurre, ni obsesión de madre, ni fantasma del padre, ni venganzas del averno… Parece otro ataque desaforado a la familia actual y el malvado supuesto americano, de la violencia genérica y patriarcal, en forma militarizada. ¡Híjole!

Y aquí me detengo… por el momento, no vaya a ser que nos llevemos (o me halle), con sorpresa en forma de sonrisa de Hugh Grant, en versión oompa-loompa´s y acompañando a Bob Dylan con atracón vocal de chocolates por Navidad, mi Burrito saba… joer, joer, joer…

O, a Demi Moore haciendo un cambio radical, televisivo directo, en plena sustancia a sus medidas, interpretativas, tan dubitativas en otras etapas, y ese normal calzador que es, el sorprendente paso del tiempo… xDio. Mis reconocimientos, para ambos lumpas.

Y ahora, pensamos… Óscares incluidos ¡en el terror! Qué esto, no es el mundo de Wonka, ni una Séptima Profecía… ¿eh? Como diría aquel otro Agente Cooper, bipolar… tengo que dejar el café, craso error… ¡qué no, ni de coña!


domingo, 9 de junio de 2024

The Boys. Seasons I, II y III

 

Los dibujos animados, en cada generación -como los cómics-, son un reflejo de las aptitudes o debilidades, de la población... Pues, quizá por eso Evan Goldberg, el creador de las series The Boys y Gen V, se adentró en la curiosa sexualidad asimétrica, de una Fiesta de las Salchichas... y un Salchichón, diseñado por el dibujante Darick Robertson. Ha llegado la hora del gore... que atrae como un traje de superhéroe muy ajustado. 

Entonces... ¿se confeccionó un mundo para deleites caprichosos? ¿Para ególatras de la imagen...? Cada uno, a su forma o gusto... a sus colores. Con un envoltorio comediante de dramática realidad.

No se puede generalizar, dicen... Pero es meridianamente caprichoso, es la manera en que se envuelven las noticias que vemos, las nuevas formas de comunicación, que sentimos. El resurgimiento de la máxima competitividad (creativa, o no), y los índices de eso llamado popularidad, que ha condimentado un caldo de cultivo en el público, sobre el fraude, el engaño... y la rabiosa trivialidad de lo aparente. 

Probablemente, estos rasgos distintivos, entre lo histórico y lo individual del ser humano, es lo que sugirió al escritor irlandés de historietas, Garth Ennis, a definir un grupo endogámico inhumano, mental y genéticamente, de superhéroes con virtudes puestas a prueba y... muchos defectos. En definitiva, más humanos, de lo que en principio se podía suponer.

Los superpoderes son los invitados a la fiesta, orgásmica visualmente, que retrata la degradación de los valores éticos y estéticos, hacia la indefinida Humanidad... Que es, la masa bajo los Muchachitos e itas, en competencia profesional. 

Esta graduación atávica, y bastante sangrante u hortera, cuestiona términos como la responsabilidad, amistad, familia, fe, sexualidad, inteligencia, convivencia cívica, legado... y especialmente, el Poder. Para lo que, se han vuelto a unir una serie de amigos, ´casi descerebrados` cómicamente, cuyas narraciones estallan, te zarandean y al final, ridiculizan, con más o menos acierto, según los episodios y sus personajes.

El ya mencionado chico de oro, Mr. Goldberg, el señor de las palabras malsonantes Eric Kripke, y su escarpelo bien afilado, un tal Seth Rogen que no necesita presentación... Por no significar, carnicero que hace picadillo. 

Pareja, conjuntos, que dan vueltas a la vanidad y otros aspectos personales, ocultos tras capas de podredumbre moral y genetismo de andar por casa, virtualmente adaptado al mensaje más superficial o el lenguaje chabacano. Pero, es lo que hay... Es lo que ves y sientes...

Se buscan los límites imaginables, sobre personalidades opuestas, ideologías sobrealimentadas con genes caprichosos, mentalidades cuadriculadas, gestos ridículos, expresiones demoledoras... Vamos, un estallido de emociones ocultas en el Nosotros. 

Y todo comienza, con grandes alharacas vertiginosas, patéticas u orgiásticas, dependiendo de las tres temporadas -a expensas de la cuarta, próximamente-, que te arrollan desde las primeras imágenes, agresivas tragicómicamente, hacia el dramatismo de las relaciones personales, que se irán desinflando como un músculo sin nandrolona, o con el objetivo, de funcionar por unas horas. Luego, a meterse en los salpicones viscerales, y las ocurrencias de todo tipo (especialmente fraterno-parentales), que  te llevan al mundo de confusión de estos estereotipados, The Boys... & Girls. 

Los Verdaderos... Héroes. 

Son los que resisten...

Los que soportan una cantidad de ataques vitales, aguantan los modos agresivos, los lobbys interesados, los usos de una generalización de estímulos digitales... los que tratan de salirse del discurso. De esos gobernantes que producen casta en cadena, amiguetes de lo ajeno y lo propio, personalidades insignificantes, estudios inflados... porcentajes de visualización. 

Contra los mecanismos móviles que nos absorben, con sus maquinarías ocultas, los que superan los miedos que nos acosan, desprotegen, malogran... Los que escuchan esos temas de la música comercialmente cursi, lo que proviene de gustos artísticamente paupérrimos, intelectualmente inexistentes, con ganancias que perpetraron los concursos televisivos y una parte de la Mtv de los malditos, y odiosos -como diría Mr. Tarantino, 90´s. Él sabe mucho de esa violencia grotesca... 

Hoy los ecos, se multiplican hasta la saciedad, a lo excepcionalmente vulgar, a la devaluación de la creatividad... por money, que es, Don Dinero. Un superhéroe, que aparece constantemente...

Y se elevan en esos índices de popularidad, hipócrita, en las carteleras infinitas de las plataformas, y otros medios de tortura psicológica. Porque, los límites no existen, como si fueran monedas de una nueva cripto no sé qué... falsas como un antifaz que ocultara los defectos... Cómo si se pudiera. Pues bien, entre los hits del momento -que no es el mío-, aparecen las chicas que se enfrentan al muro de la masculinidad denunciada hoy, los complejos que se borran a golpe de operación financiera o subvencionada, los estilismos que son modas, no pasajeras sino hirientes, las ideologías que nos manipulan decisiones al antojo, los sueños bajo el miedo, las creencias orientadas por discursos envenenados, las películas absurdas... y la antítesis, que es el enemigo, el rival de una próxima guerra... En algunos círculos, como el de Alex Garland, una Civil War.

 

Por estos motivos narrativos, los vencedores son Los Muchachos -y muchachas también, eh-, que aciertan al retratar algunos conceptos culturales o individuales, que nos dejan en paños menores. Especialmente, si te encuentras ante la presencia de Karl Urban con sus dotes dominantes, un rostro pétreo y una mano vengativa... O, frente a la mirada sardónica, convaleciente o enfermiza, de un ser que representa la divinidad y sus posibles defectos, particularidades de una divinidad acomplejada, que tiene que utilizar cualquier medio a su alcance, para conseguir seguidores habituales. The Boys sería, con sus altibajos y su masacre excesiva, puesto que el gore empieza siendo rebelde o denunciable debido a esos conocidos efectos secundarios sobre las víctimas inocentes, acaba pareciendo un baño de sangre belicoso y repetitivo. 

En ese aspecto de narrativa triunfadora con los defectos de la Humanidad, estaría el animador Phil Tippet también -miembro de los movimientos ocultos de The Empire Strikes Back, Robocop o los Starship Troopers-, nos contagia con otro mensaje apocalíptico del infierno metafórico. En manos de demiurgo que, a través de la fealdad de su stop motion imaginativo, definiría la caprichosa violencia de un Mad God de estética surrealista y bastante viscosa. Sin importar demasiado, el cómo o el porqué... semejante a un caprichoso gen mutante, que otorga el don... o quita la vida.

Qué dios, u Homelander... nos pille confesados... ¿o no...? 

Efectivamente... los héroes son todos los artistas como los miembros resistentes de los Guardianes de la Galaxia contra la mediocridad, y que se entregan al objeto de esa vanidad, que se dirime detrás de las multicámaras y el porcentaje de los números. Y eso que estamos hablando de Sony... Sony Productions Tv y Amazon Prime Video... ¡cohones!

La Media Conceptual... 

Claro... ellos empezaron este círculo vicioso -que entonces parecía mucho más inocente-, pues fue Columbia Pictures, hoy Sony igualmente junto a la Marvel Entreprises, la que seguía los designios de nuestros viejos amigos comandados por Stan Lee y su Spiderman, con pequeños tratos violentos, medidos y controlados; como anteriormente Warner Bros había iniciado el novedoso legado del cómic de superhéroes, con la llegada del hijo de Marlon Brando y Richard Donner. Un Superman a la Tierra, y el posterior aterrizaje imaginativo del Batman de Tim Burton. Tan denostado por la inocencia y el sentido humorístico, que me sigue pareciendo el más divertido. En fin...

 

Ahora en esta serie, -como en otros filmes que comentaré a continuación-, aunque en The Boys por instantes, se emplea el aspecto burlón a mi parecer, triunfan los éxitos musicales de grupos generacionales sin valor artístico en las letras, sin instrumentación cuidada o voces que dejen un gusto a profesionalidad de nivel (no diré más nombres...), por lo que sigue la media de la superficialidad actual, sin esa deontología clásica o identidad lírica. 

El motivo, del estado argumental de la historia - creo yo -, es que la dialéctica de los defectos individuales de los personajes, desde el lado de los 7 Elegidos, a los demás asesores o enemigos mortales que les rodean... es decir, de las relaciones privadas y sus consideraciones como meros objetos ornamentales bajo el todopoderoso... se van desinflando a cada poco. O mejor dicho, sustituyendo por un argumento que se desvía, con ocurrencias de diversos ramales o mecanismos visuales, hacia esa batalla genérica del "wokismo" y las ideologías, con triunfo de la proliferación de las vísceras, cercenamientos y decapitaciones, a la vista.

Un poco a lo Watchmen o el Escuadrón Suicida, pero exponencialmente disparatado, con continuos enfrentamientos que no tienen que ver con la raíz principal o la esencia de la rivalidad protagonista. Puede que tú, también empieces a sentir un cierto hartazgo... depende de tu visión.

Por tanto, la media es la consumista. Es decir, los consumidores que somos Nos... Tragadores de las falsedades que emiten los altavoces conquistados con dinero ajeno, de todos. Esa mayoría probabilística de indecisos, que votan o no, los que se despachan con el nuevo temita que tiene rimas infantiloides o demacradas por la sexualidad, los que venden a sus hijos por unas monedas, o sus ideas por un trabajo. Las mentes que se quedan en blanco en salas de estreno, a través de los tiros, esa banda sonora de artistas que no nos importan o explosiones con halo digital. Así, que esos son los auténticos cadáveres... una pila de ellos. ¿O es la individualidad...? 

Ante tanto criminal disfrazado de ´oveja`, con una bandera o con otra, o sin ninguna que también existen, amparados por otros misterios humanos o universales... quedan cuerpos de individuos, que han mutado en belicosos soldados, miembros de mafias destripados, criminales sin cabeza en una guerra de patrones, que suena a histórica o profética, desde la antigüedad. Es donde se inclinan las balanzas, a este desmembramiento real de la sociedad. 

Y los soñadores quedaron relegados, porque no son los vencedores. Sino, los ejecutores los que ganan... si bien, podríamos contar que... Aquaman y el Reino Perdido, ha enloquecido a James Wan, con una manta de efectos fluorescentes, sin sentido práctico... que nos ha dejado catatónicos. Otra medianía, en lo Profundo del océano...

Lo Trágico... el Horror.

Un pelín exagerado ya... Por consiguiente, las relaciones familiares, paterno-filiales, emocionales de parejas determinadas, y laborales en tan curioso edificio de vanidades, se acaba resintiendo entre tanto litro de sangre derramada. Y existen vías que se quedan atascadas -hasta que visualice con la animación de Diabolical, la variante Generación X y la próxima entrega con Jeffrey Dean Morgan y más pesos del hijo del Patriota-, porque hay donde se extendían los complejos de Edipo o Electra, según los sexos implicados, se regeneraba el guión y se hacía más interesante el dramatismo mitológico de los antihéroes. Por no decir, los terroristas que eran un acierto total.

 

En estos momentos, quitando los giros erotómanos u orgías ´herorgásmicas` que son otro mundo, el de los sentidos y la mala leche (ya no hay teta que mamar)... el resto del plantel son medianías narrativas. Sus historias se van haciendo algo planas y residuales, incluido el romance estirado de Miss Moriarty y Jack, el Quaid; como ocurre a un nivel planetario, esto es, elevado a la enésima potencia de lo mediocre y aburrido, con la histeria de la madre, la hija y el espíritu santa, de The Marvels, ´los congojos` raciales y musicales de Blue Beatle... y la espantosamente desesperante y aburrida hasta la médula, no va como la seda precisamente sino lo contrario, Madame Web. Ozú, menudo timo o atracón insectívoro. 

Por favor pronto, venid a rescatarnos... ¡Daredevil, Joker, Rorschard animado o el Pingüino! Que su estampa divina, nos ampare y vengan volando para la redención de su especie... Oh baby, baby... no nos dejéis, por favor.

El Fuego en su mirada es lo necesario, para que los héroes de antaño, sigan pareciendo creíbles a los ojos de hoy, y que la evolución hacia esta masacre de huesos y tejidos sanguinolentos, no termine contagiando TODO. Ya que es lo realmente atractivo, para un universo complejo y, hasta cierta medida, atraído por la violencia gratuita y extrema. ¿No os ha ocurrido...? Pues eso. 

Mientras los asesores y los políticos, limpios y a salvo, han mandado a sus ejércitos de seguidores en las redes sociales, para hacer ese trabajo sucio y la matanza, no para de crecer dejando bajas - veremos si llega la sangre a Venom o Blade... la piel macilenta a Kraven... ¡Qué dan toda la impresión anticipadamente! O nos ponemos de uñas con Deadpool y Wolverine, esperemos que no nos rompan el corazoncito, of course.


¿Y el Amor...? Cae en manos del rencor o el odio, bajo las fauces de monstruos mentirosos en los media, haciendo una parodia de él, manipulado por los intereses personales o la propaganda ideológica, controlado por sus canales... Abiertos de par en par. Por ende, el amor que empezó siendo prioritario en The Boys & girls, es meramente otro medio para la sangría. 

El humor cae en los instintos básicos, siendo algunos más imaginativos que otros, más ramplones... y la educación será un nuevo nivel para superar los músculos dopados durante 24 horas, como una droga más que te puede llevar al otro barrio, pero que en las escuelas creará nuevos amantes de los bolsillos repletos y la autocracia del yo. El más, el mejor.

El reverso de lo genérico, será el nuevo Horror, aquel que Mr. Brando pronunciaba siendo un taimado dios en la selva... con lanzamiento de episodios con fabricación de hechos, para aumentar el odio entre la gente. El sexo al límite es una catapulta de la batalla futura, con ríos de fluidos inocentes que serán vendidos por unas monedas invisibles, en las redes.

Los falsos héroes, forman parte de Asesinos S.A., que se encargarán de aumentar las bajas en sus propias carnes o como hacedores de daños colaterales. Y sonreirán porque están en la cima, en la comedia de la vida y con sus bolsillos bien repletos... se comportarán como verdaderos monstruos sin escrúpulos...

Y, ¿quiénes son esos monstruos...? ¿Todavía lo dudas...? 

Todo dependerá de la luz que nos ciegue... de los colores con que lo veas, de la velocidad con que se extiende el miedo... el tamaño del montón de cuerpos apilados. La Batalla está ahí... recorriendo la sangre como un virus o un Gen, que te define, sin elección... Por propia voluntad, de los ejecutores o fabricadores de odio. Y como siempre nos queda el humor... el Horror, sois vosotros.

Yo soy, el mejor. Hahahehihahooo! ¿Y el pulpo...? Al ajillo... Nice.

Cómo decían unos héroes, soñadores... Cada vez que me miro al espejo, todas estas líneas de mi rostro, se aclaran. El pasado se ha ido, ... Canta conmigo, canta por un año, canta por la risa y por lágrima, canta conmigo, aunque sea por hoy. Tal vez mañana, el buen señor te lleve lejos... Sigue soñando, sueña, sueña... hasta que tus sueños se hagan realidad.

 



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