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Mostrando entradas con la etiqueta series - Ciencia Ficción. Mostrar todas las entradas
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lunes, 30 de diciembre de 2024

Fallout. Season I

 

Todo comenzó subrepticiamente el 23 de Octubre de 2077. Explosivo pero oculto, como una espiral de caos y destrucción, pasada por bits reservados. Sin embargo en nuestra línea de tiempo, digitalizada con botones de on/off, empezaría mucho antes con esta serie de juegos post-apocalípticos.

En ellos, una sociedad norteamericana esencialmente, separada por momentos, de Canadá y México, en el punto de mira de la extranjería cotidiana, se separaría de facciones en constante lucha… ¡claro!

La Guerra Nunca Cambia… pregonaban en los altavoces mediáticos, y no tanto… Y por agente contaminante, también el resto del mundo civilizado, o no… Se constituiría una formación árida, con estas banderas cuadriculadas, llenas de estrelladas barras, tras la caída de las bombas… Más eso, es otra cuestión… Ahora vamos con, Ella Purnell.

Ella, joven de Miss Peregrine y en deprimente suceso de Kick-Ass 2, o como aparición en una de las primeras liquidaciones de Yellowjackets; se puso a construir juegos divididos en ejércitos de muerte, como de posesos, como voz de Arcane y al fin, moradora del refugio 33. Por consiguiente, se convertiría en hija de nuestro querido Kyle MacLachlan, que… ¡qué os voy a contar a los aficionados a la ciencia ficción y al maestro David Lynch… todo un referente del cine y la tele! Y ella, una gracia de la supervivencia, que ha puesto a la fémina de protagonista, nómada.

Así, dentro del mundo alternativo y mutante, de un Fallout en serie de nueva creación, entre Vault-Tec, aquel primer rol de Bethesda Softworks (anteriormente denominada Black Isle Studios con el maestro creador Todd Howard), la unión de Lisa Joy y Jonathan Nolan (que se adiestraron en mundos paralelos en Westworld), y la productora de la actual serie Amazon Studios que sería visionada en Prime Video, se conduce una anomalía genética televisiva.

Hasta aquí, 200 años después, todo es coser y jugar… Ella, lleva el traje de diseño azulado con ribete amarillo en el pecho, que llama la atención lógicamente… Walton Goggins tiene el olfato suficiente para continuar su obra tarantiniana del error de Djiango y la excelencia de The Haterful Eight, como negro cuervo de la Venganza, en ciudad de los 10000 cadáveres, muy vivos… Y el más nuevo Aaron Morton es el trípode metálico, que se transforma en sobrino de Teminator II con humor, Caballero de la mesa cuadrada de acero, con parecido corazón, tránsfuga… y perspectiva de crecimiento en Hermandad. También con una relación de moda, dentro del mundo hollywoodiense de hoy – Chica con chico de color, normalmente…-, posiblemente gracias a la influencia de su creadora Geneva Robertson-Dworet, responsable de Capitana Marvel y aquella última Tomb Raider de tan mal recuerdo…

De The Acolyte, no te hablo, para qué… igual te despiertas un día con pesadillas, preguntándote… ¿hasta qué basurero espacial ha ido a parar una parte del mundo galáctico de Star Wars… con la llamada wokelización de Disney pus? Hasta he llegado a leer, no sé qué de interseccional, mecachis, empieza a ser pringoso… Por mis partes, me quedaré siempre con el espacio solitarios de El Mandaloriano y su Grogu, de mis pensamientos... que no panfletos. Verdad, Leslye Headland, ex de Miramax y asistente de Harvey Weinstein, y creadora de varios capítulos de la notable Muñeca Rusa… y que parece dirigirá, la versión cinematográfica de la novela Los siete maridos de Evelyn Hugo.

Pues mira qué bien... un mix converso y camuflado, entre vidas de Rita Hayworth, Elizabeth Taylor y Ava Gadner. A ver qué nos desvela…

Refugios… como el parchís.

No, además de espacios reservados de un juego en facciones de colores… Son esos cubículos especialmente preparados para sobrevivir una larga temporada, en un nicho potenciado, bajo tierra.

Como si de muertos vivientes, en el silencio subterráneo, nos alimentamos y damos vueltas... Mientras en la superficie, con la más extensa radioactividad, interferencias de otras épocas y a lo Mad Max. Este efecto nocivo, campa a sus anchas, junto a los monstruos, que devienen de las terribles consecuencias que, aún estamos por descifrar… y no desvelar para los no iniciados… aquí.

Refugios con numeritos, esparcidos por lustros, que preservan la vida de los llamados, moradores, y definidos por diferentes formas de gestión social, política y alimentaria. Salvo, si es que lo estarás… que se diferencian de las inclemencias sufridas por los superficiales del exterior, y algún secretillo interno.

Sean producidas consecuentemente, o provocadas… por vaya ud. a saber qué, tipo de mentalidad… todo se mezcla con F/X de odisea metafísica, cierto diseño steampunk, con un música sugerente de compositor Ramin Djawadi. Creador por ejemplo, de bandas sonoras como ElProblema de los 3 Cuerpos y excelentísima La Casa del Dragón, chimpón.

Por ende, en los ratos libres, qué deben ser muchos… todos forman una especie de facción dentro de una batalla compleja, con estrategias de tableros, que dura ya varios siglos, y un arcade que debería crecer más todavía, en un futuro cercano. Esto viene sucediendo, desde que al término de la Segunda Guerra Mundial y las catastróficas consecuencias en Japón, se separaron los tiempos en diferentes líneas. Como las guerras civiles que te suenan…

La nuestra real,  la suya, la de los Ghouls y los SuperMutantes en western de nuevo orden. Capitaneados por estos personajes, en los que destaca el Necrófago inmortal, un cowboy del desierto de Mojave o Yermo sin colonos, en la Nueva California de 2198. Y un padre, que no se reencuentra pacíficamente con su retoña… oño… por quítame allá, esa cabeza loca. Y tenemos junto al Quijote racial, hasta un Sancho, con juanetes chungos…

Flipada llena de aventuras, bandidos, traficantes de órganos, robots en descomposición, mutarachas, anuncios con macguffins sorprendentemente chisposos y moleculares, testas borradoras recordando a otras inyectadas – ya me extenderé -, monstruos del lago, monedas de chapas para pagos licenciosos, servoarmaduras T60 (si no es una referencia, pues vale…), Pip gigantescos como móviles antiguos, y Vault Boys en cartelería casi retro, un poco de Maximus Prime, Grognak el Bárbaro y…. una canción de Johnny Cash.

Y sin embargo, aunque todo nos suene, incluso a los que no hayan demostrado su jugabilidad a los mandos… Todo es diferente… excepto la guerra que se aproximaría de nuevo… que es la misma, civil. Porque los refugios, no son exactamente iguales, ni la animatrónica robótica o monstruosa, de momento del III y IV se muestra aun, ni los sucesos inventados para esta generación de sufridores, tienen que ver con el agua, ni el nuevo Maestro en fémina, ni California o futuros sucesos que se preparan con vistas al Fallout 2. Dejarán indiferentes… espero.

El Yermo…

Y es que esos hogares, nidos de corrupción, sectas y víboras, deberían estar preparados para medir la capacidad de la supervivencia humana, y no lo contrario. Con seres bajo diferentes condiciones de presión, con falta de agua o energía, conviviendo con amigos de toda la vida, tan extraños, que acabas desfamiliarizado… y sabiendo que los altos niveles de contaminación allá arriba, son una nueva forma de sobrevivir también, más natural… ejem. Donde la carne es la nueva carne, y los perros comen carne… Cooper eres un perro… vagabundo.

Lo que ocurre, ciertamente, es que en el interior de estos refugios herméticamente sellados, tipos de sarcófagos, hay un paso temporal entre vida y muerte, o la resurrección en otra forma. Y teniendo en cuenta la capacidad de su aforo, es posible que existan bajas, ¡ve tú a saber por qué motivo, eh! (sin destripar por ahora… o descabezar), pues no vamos a corromper el trabajo de guionistas de Fringe, Melrose Place, Lost, The Walking Dead, SnowPiercer, The BoysMrs. Davis, American Gods, Westworld y of course, Shôgun. Esta serie de series, es para qué pinchéis y leáis lo que escribí sobre ellas… Vale.

El Erial contaminado escrito Yermo, o Los Baldíos en otra era, son los rescoldos calcinados, nunca mejor dicho (que lo veremos…), tras la guerra entre los USA y China, por el Labrador, que dividió el mundo conocido occidental en Commonwealth´s, como buenos y jodíos sajones… hasta esta representación, 10 años después de Fallout IV, de la actual situación mundial… ejem2… con esas facciones peleando hasta la destrucción, por ver quién mueve los mandos, y los corregirá… o moldeará a su manera.

¡Volveré!, que diría el otro. I promise you… De momento, evidentemente, recomiendo pasear por estas arenas contaminadas… escudriñar, y ya veremos. Que nos depara Cooper, Titus, Kyle y… Ella.

Referencias y… otras pelis.

En primer lugar las sagas replicantes, es evidente, con Westworld de referente en la mochila, en convergencia de Terminators con los Caballeros del Zodiaco o los Halos de Arturo, the King legendario de un Camelot destronado… y por supuesto, todo el mundo creado por George A. Romero, deambula por ahí por otro mundo a lo Last of Us, o al Silo esperado en segundas, para los restos, como otro ejército en consonancia con los muertos pandémicos de nuestra realidad. Mas, con mutaciones más evidentes, que un pulmón de mármol, eso sí.

De momento, cómo no he visionado ninguna película del género de zombies, últimamente me las ahorro, me voy a centrar en otras incorporaciones terroríficas, por ejemplo V/H/S Beyond, que coexisten parecidos… donde reina el descontrol en mundo paralelos, por los cielos, los campos, las profundidades de la mente humana, o las edificios con  comilonas a lo Rec. Residen cánidos también, con mala leche, en un capítulo muy especial para cuidadores… en cambio, en sentido contrario al protagonista de la notable Dogman, dirigida por Luc Besson con magnífico estilismo artístico, atmosférico y narrativo, y la excelencia interpretativa de Caleb Landry Jones, como bandera redonda. 

Todo se supedita a la carne, claro. Y a veces, con una especie de mueca al espectador, como aquella Smile que dio bien de comer, y que ahora se ha descompuesto bastante en nuestra cara, tras segunda versión con una, La Voz, que ya cansa como ocurriera con una parte del penúltimo trabajo de M. Night Shyamalan titulado Trap. Si bien al final tiene su cosa… interrumpida, como la mala leche de la segunda entrega de Winnie the Pooh, de carencias evidentes, o la transgresión literaria que no redondea, Alice in Terrorland. Esto nos dirige a la nada, espesamiento  psicológico por querer abarcar demasiada pesadilla…

 Y esto me recuerda, a obras ambiciosas y megalomaníacas - desgraciadamente a estas alturas de la construcción cinematográfica de una carrera- a Megalópolis del amado Francis Ford Coppola. Pues se desborda desde los cimientos a la cúspide, al escoger a un reparto variopinto (no sé, si muchos creyeron en el proyecto…), en el que no termina nadie destacando por su actuación. Un guión republicano de corrupción monumental en ciudades, de bandos constructores en busca del elemento milagroso, basado en una Nueva Roma de Gotham en la que no existen ni caballeros oscuros, ni clowns, ni gladiadores o césares siquiera en sombras, solamente esclavos… Tal vez, algún Craso borroso. Por tanto ficción que acaba desarrollando una paranoia, o pequeña, gran catástrofe narrativa y visual, por sus aspiraciones y consideraciones políticas y estilísiticas del romance. Y un posible borrado de la memoria, en el tiempo. Qué siempre está ahí… como un corazón perdido en tinieblas. Qué se lo digan a Joseph Conrad, Charlie Sheen o Marlon Brando… y a los mancillados del Congo belga.

Y cómo no… remontamos… Terminaría diciendo que Venom, mejor no dieras ese último baile… otra decepción esperada de la Marvel-Disney, que va encadenando... Para eso no meterse en ese Cellar Door del subsuelo, qué mira que te dicen que no veas, y hala… vas y miras, y te la vuelves a pegar, porque el sótano está oscuro y hace mucho frío… para un baile auxiliar en pareja.

Algo similar le pasa a Don´t Move, producida por Sam Raimi, que es exageradamente rebuscada en la acción o el suspense, acabando en el fondo de un barranco genérico. Pero, al menos hay un héroe en redención, como en el Kraven the Hunter. Que vuelve de la muerte, para vengarse… y eso siempre mola, un huevo de león, o Mufasa… que no Muface, no confundir los ambientes leoninos, eh.

Sin embargo, aunque tiene momentos, en la cinta mexicana No Voltees, no me acabo de creer lo que ocurre, ni obsesión de madre, ni fantasma del padre, ni venganzas del averno… Parece otro ataque desaforado a la familia actual y el malvado supuesto americano, de la violencia genérica y patriarcal, en forma militarizada. ¡Híjole!

Y aquí me detengo… por el momento, no vaya a ser que nos llevemos (o me halle), con sorpresa en forma de sonrisa de Hugh Grant, en versión oompa-loompa´s y acompañando a Bob Dylan con atracón vocal de chocolates por Navidad, mi Burrito saba… joer, joer, joer…

O, a Demi Moore haciendo un cambio radical, televisivo directo, en plena sustancia a sus medidas, interpretativas, tan dubitativas en otras etapas, y ese normal calzador que es, el sorprendente paso del tiempo… xDio. Mis reconocimientos, para ambos lumpas.

Y ahora, pensamos… Óscares incluidos ¡en el terror! Qué esto, no es el mundo de Wonka, ni una Séptima Profecía… ¿eh? Como diría aquel otro Agente Cooper, bipolar… tengo que dejar el café, craso error… ¡qué no, ni de coña!


domingo, 9 de junio de 2024

The Boys. Seasons I, II y III

 

Los dibujos animados, en cada generación -como los cómics-, son un reflejo de las aptitudes o debilidades, de la población... Pues, quizá por eso Evan Goldberg, el creador de las series The Boys y Gen V, se adentró en la curiosa sexualidad asimétrica, de una Fiesta de las Salchichas... y un Salchichón, diseñado por el dibujante Darick Robertson. Ha llegado la hora del gore... que atrae como un traje de superhéroe muy ajustado. 

Entonces... ¿se confeccionó un mundo para deleites caprichosos? ¿Para ególatras de la imagen...? Cada uno, a su forma o gusto... a sus colores. Con un envoltorio comediante de dramática realidad.

No se puede generalizar, dicen... Pero es meridianamente caprichoso, es la manera en que se envuelven las noticias que vemos, las nuevas formas de comunicación, que sentimos. El resurgimiento de la máxima competitividad (creativa, o no), y los índices de eso llamado popularidad, que ha condimentado un caldo de cultivo en el público, sobre el fraude, el engaño... y la rabiosa trivialidad de lo aparente. 

Probablemente, estos rasgos distintivos, entre lo histórico y lo individual del ser humano, es lo que sugirió al escritor irlandés de historietas, Garth Ennis, a definir un grupo endogámico inhumano, mental y genéticamente, de superhéroes con virtudes puestas a prueba y... muchos defectos. En definitiva, más humanos, de lo que en principio se podía suponer.

Los superpoderes son los invitados a la fiesta, orgásmica visualmente, que retrata la degradación de los valores éticos y estéticos, hacia la indefinida Humanidad... Que es, la masa bajo los Muchachitos e itas, en competencia profesional. 

Esta graduación atávica, y bastante sangrante u hortera, cuestiona términos como la responsabilidad, amistad, familia, fe, sexualidad, inteligencia, convivencia cívica, legado... y especialmente, el Poder. Para lo que, se han vuelto a unir una serie de amigos, ´casi descerebrados` cómicamente, cuyas narraciones estallan, te zarandean y al final, ridiculizan, con más o menos acierto, según los episodios y sus personajes.

El ya mencionado chico de oro, Mr. Goldberg, el señor de las palabras malsonantes Eric Kripke, y su escarpelo bien afilado, un tal Seth Rogen que no necesita presentación... Por no significar, carnicero que hace picadillo. 

Pareja, conjuntos, que dan vueltas a la vanidad y otros aspectos personales, ocultos tras capas de podredumbre moral y genetismo de andar por casa, virtualmente adaptado al mensaje más superficial o el lenguaje chabacano. Pero, es lo que hay... Es lo que ves y sientes...

Se buscan los límites imaginables, sobre personalidades opuestas, ideologías sobrealimentadas con genes caprichosos, mentalidades cuadriculadas, gestos ridículos, expresiones demoledoras... Vamos, un estallido de emociones ocultas en el Nosotros. 

Y todo comienza, con grandes alharacas vertiginosas, patéticas u orgiásticas, dependiendo de las tres temporadas -a expensas de la cuarta, próximamente-, que te arrollan desde las primeras imágenes, agresivas tragicómicamente, hacia el dramatismo de las relaciones personales, que se irán desinflando como un músculo sin nandrolona, o con el objetivo, de funcionar por unas horas. Luego, a meterse en los salpicones viscerales, y las ocurrencias de todo tipo (especialmente fraterno-parentales), que  te llevan al mundo de confusión de estos estereotipados, The Boys... & Girls. 

Los Verdaderos... Héroes. 

Son los que resisten...

Los que soportan una cantidad de ataques vitales, aguantan los modos agresivos, los lobbys interesados, los usos de una generalización de estímulos digitales... los que tratan de salirse del discurso. De esos gobernantes que producen casta en cadena, amiguetes de lo ajeno y lo propio, personalidades insignificantes, estudios inflados... porcentajes de visualización. 

Contra los mecanismos móviles que nos absorben, con sus maquinarías ocultas, los que superan los miedos que nos acosan, desprotegen, malogran... Los que escuchan esos temas de la música comercialmente cursi, lo que proviene de gustos artísticamente paupérrimos, intelectualmente inexistentes, con ganancias que perpetraron los concursos televisivos y una parte de la Mtv de los malditos, y odiosos -como diría Mr. Tarantino, 90´s. Él sabe mucho de esa violencia grotesca... 

Hoy los ecos, se multiplican hasta la saciedad, a lo excepcionalmente vulgar, a la devaluación de la creatividad... por money, que es, Don Dinero. Un superhéroe, que aparece constantemente...

Y se elevan en esos índices de popularidad, hipócrita, en las carteleras infinitas de las plataformas, y otros medios de tortura psicológica. Porque, los límites no existen, como si fueran monedas de una nueva cripto no sé qué... falsas como un antifaz que ocultara los defectos... Cómo si se pudiera. Pues bien, entre los hits del momento -que no es el mío-, aparecen las chicas que se enfrentan al muro de la masculinidad denunciada hoy, los complejos que se borran a golpe de operación financiera o subvencionada, los estilismos que son modas, no pasajeras sino hirientes, las ideologías que nos manipulan decisiones al antojo, los sueños bajo el miedo, las creencias orientadas por discursos envenenados, las películas absurdas... y la antítesis, que es el enemigo, el rival de una próxima guerra... En algunos círculos, como el de Alex Garland, una Civil War.

 

Por estos motivos narrativos, los vencedores son Los Muchachos -y muchachas también, eh-, que aciertan al retratar algunos conceptos culturales o individuales, que nos dejan en paños menores. Especialmente, si te encuentras ante la presencia de Karl Urban con sus dotes dominantes, un rostro pétreo y una mano vengativa... O, frente a la mirada sardónica, convaleciente o enfermiza, de un ser que representa la divinidad y sus posibles defectos, particularidades de una divinidad acomplejada, que tiene que utilizar cualquier medio a su alcance, para conseguir seguidores habituales. The Boys sería, con sus altibajos y su masacre excesiva, puesto que el gore empieza siendo rebelde o denunciable debido a esos conocidos efectos secundarios sobre las víctimas inocentes, acaba pareciendo un baño de sangre belicoso y repetitivo. 

En ese aspecto de narrativa triunfadora con los defectos de la Humanidad, estaría el animador Phil Tippet también -miembro de los movimientos ocultos de The Empire Strikes Back, Robocop o los Starship Troopers-, nos contagia con otro mensaje apocalíptico del infierno metafórico. En manos de demiurgo que, a través de la fealdad de su stop motion imaginativo, definiría la caprichosa violencia de un Mad God de estética surrealista y bastante viscosa. Sin importar demasiado, el cómo o el porqué... semejante a un caprichoso gen mutante, que otorga el don... o quita la vida.

Qué dios, u Homelander... nos pille confesados... ¿o no...? 

Efectivamente... los héroes son todos los artistas como los miembros resistentes de los Guardianes de la Galaxia contra la mediocridad, y que se entregan al objeto de esa vanidad, que se dirime detrás de las multicámaras y el porcentaje de los números. Y eso que estamos hablando de Sony... Sony Productions Tv y Amazon Prime Video... ¡cohones!

La Media Conceptual... 

Claro... ellos empezaron este círculo vicioso -que entonces parecía mucho más inocente-, pues fue Columbia Pictures, hoy Sony igualmente junto a la Marvel Entreprises, la que seguía los designios de nuestros viejos amigos comandados por Stan Lee y su Spiderman, con pequeños tratos violentos, medidos y controlados; como anteriormente Warner Bros había iniciado el novedoso legado del cómic de superhéroes, con la llegada del hijo de Marlon Brando y Richard Donner. Un Superman a la Tierra, y el posterior aterrizaje imaginativo del Batman de Tim Burton. Tan denostado por la inocencia y el sentido humorístico, que me sigue pareciendo el más divertido. En fin...

 

Ahora en esta serie, -como en otros filmes que comentaré a continuación-, aunque en The Boys por instantes, se emplea el aspecto burlón a mi parecer, triunfan los éxitos musicales de grupos generacionales sin valor artístico en las letras, sin instrumentación cuidada o voces que dejen un gusto a profesionalidad de nivel (no diré más nombres...), por lo que sigue la media de la superficialidad actual, sin esa deontología clásica o identidad lírica. 

El motivo, del estado argumental de la historia - creo yo -, es que la dialéctica de los defectos individuales de los personajes, desde el lado de los 7 Elegidos, a los demás asesores o enemigos mortales que les rodean... es decir, de las relaciones privadas y sus consideraciones como meros objetos ornamentales bajo el todopoderoso... se van desinflando a cada poco. O mejor dicho, sustituyendo por un argumento que se desvía, con ocurrencias de diversos ramales o mecanismos visuales, hacia esa batalla genérica del "wokismo" y las ideologías, con triunfo de la proliferación de las vísceras, cercenamientos y decapitaciones, a la vista.

Un poco a lo Watchmen o el Escuadrón Suicida, pero exponencialmente disparatado, con continuos enfrentamientos que no tienen que ver con la raíz principal o la esencia de la rivalidad protagonista. Puede que tú, también empieces a sentir un cierto hartazgo... depende de tu visión.

Por tanto, la media es la consumista. Es decir, los consumidores que somos Nos... Tragadores de las falsedades que emiten los altavoces conquistados con dinero ajeno, de todos. Esa mayoría probabilística de indecisos, que votan o no, los que se despachan con el nuevo temita que tiene rimas infantiloides o demacradas por la sexualidad, los que venden a sus hijos por unas monedas, o sus ideas por un trabajo. Las mentes que se quedan en blanco en salas de estreno, a través de los tiros, esa banda sonora de artistas que no nos importan o explosiones con halo digital. Así, que esos son los auténticos cadáveres... una pila de ellos. ¿O es la individualidad...? 

Ante tanto criminal disfrazado de ´oveja`, con una bandera o con otra, o sin ninguna que también existen, amparados por otros misterios humanos o universales... quedan cuerpos de individuos, que han mutado en belicosos soldados, miembros de mafias destripados, criminales sin cabeza en una guerra de patrones, que suena a histórica o profética, desde la antigüedad. Es donde se inclinan las balanzas, a este desmembramiento real de la sociedad. 

Y los soñadores quedaron relegados, porque no son los vencedores. Sino, los ejecutores los que ganan... si bien, podríamos contar que... Aquaman y el Reino Perdido, ha enloquecido a James Wan, con una manta de efectos fluorescentes, sin sentido práctico... que nos ha dejado catatónicos. Otra medianía, en lo Profundo del océano...

Lo Trágico... el Horror.

Un pelín exagerado ya... Por consiguiente, las relaciones familiares, paterno-filiales, emocionales de parejas determinadas, y laborales en tan curioso edificio de vanidades, se acaba resintiendo entre tanto litro de sangre derramada. Y existen vías que se quedan atascadas -hasta que visualice con la animación de Diabolical, la variante Generación X y la próxima entrega con Jeffrey Dean Morgan y más pesos del hijo del Patriota-, porque hay donde se extendían los complejos de Edipo o Electra, según los sexos implicados, se regeneraba el guión y se hacía más interesante el dramatismo mitológico de los antihéroes. Por no decir, los terroristas que eran un acierto total.

 

En estos momentos, quitando los giros erotómanos u orgías ´herorgásmicas` que son otro mundo, el de los sentidos y la mala leche (ya no hay teta que mamar)... el resto del plantel son medianías narrativas. Sus historias se van haciendo algo planas y residuales, incluido el romance estirado de Miss Moriarty y Jack, el Quaid; como ocurre a un nivel planetario, esto es, elevado a la enésima potencia de lo mediocre y aburrido, con la histeria de la madre, la hija y el espíritu santa, de The Marvels, ´los congojos` raciales y musicales de Blue Beatle... y la espantosamente desesperante y aburrida hasta la médula, no va como la seda precisamente sino lo contrario, Madame Web. Ozú, menudo timo o atracón insectívoro. 

Por favor pronto, venid a rescatarnos... ¡Daredevil, Joker, Rorschard animado o el Pingüino! Que su estampa divina, nos ampare y vengan volando para la redención de su especie... Oh baby, baby... no nos dejéis, por favor.

El Fuego en su mirada es lo necesario, para que los héroes de antaño, sigan pareciendo creíbles a los ojos de hoy, y que la evolución hacia esta masacre de huesos y tejidos sanguinolentos, no termine contagiando TODO. Ya que es lo realmente atractivo, para un universo complejo y, hasta cierta medida, atraído por la violencia gratuita y extrema. ¿No os ha ocurrido...? Pues eso. 

Mientras los asesores y los políticos, limpios y a salvo, han mandado a sus ejércitos de seguidores en las redes sociales, para hacer ese trabajo sucio y la matanza, no para de crecer dejando bajas - veremos si llega la sangre a Venom o Blade... la piel macilenta a Kraven... ¡Qué dan toda la impresión anticipadamente! O nos ponemos de uñas con Deadpool y Wolverine, esperemos que no nos rompan el corazoncito, of course.


¿Y el Amor...? Cae en manos del rencor o el odio, bajo las fauces de monstruos mentirosos en los media, haciendo una parodia de él, manipulado por los intereses personales o la propaganda ideológica, controlado por sus canales... Abiertos de par en par. Por ende, el amor que empezó siendo prioritario en The Boys & girls, es meramente otro medio para la sangría. 

El humor cae en los instintos básicos, siendo algunos más imaginativos que otros, más ramplones... y la educación será un nuevo nivel para superar los músculos dopados durante 24 horas, como una droga más que te puede llevar al otro barrio, pero que en las escuelas creará nuevos amantes de los bolsillos repletos y la autocracia del yo. El más, el mejor.

El reverso de lo genérico, será el nuevo Horror, aquel que Mr. Brando pronunciaba siendo un taimado dios en la selva... con lanzamiento de episodios con fabricación de hechos, para aumentar el odio entre la gente. El sexo al límite es una catapulta de la batalla futura, con ríos de fluidos inocentes que serán vendidos por unas monedas invisibles, en las redes.

Los falsos héroes, forman parte de Asesinos S.A., que se encargarán de aumentar las bajas en sus propias carnes o como hacedores de daños colaterales. Y sonreirán porque están en la cima, en la comedia de la vida y con sus bolsillos bien repletos... se comportarán como verdaderos monstruos sin escrúpulos...

Y, ¿quiénes son esos monstruos...? ¿Todavía lo dudas...? 

Todo dependerá de la luz que nos ciegue... de los colores con que lo veas, de la velocidad con que se extiende el miedo... el tamaño del montón de cuerpos apilados. La Batalla está ahí... recorriendo la sangre como un virus o un Gen, que te define, sin elección... Por propia voluntad, de los ejecutores o fabricadores de odio. Y como siempre nos queda el humor... el Horror, sois vosotros.

Yo soy, el mejor. Hahahehihahooo! ¿Y el pulpo...? Al ajillo... Nice.

Cómo decían unos héroes, soñadores... Cada vez que me miro al espejo, todas estas líneas de mi rostro, se aclaran. El pasado se ha ido, ... Canta conmigo, canta por un año, canta por la risa y por lágrima, canta conmigo, aunque sea por hoy. Tal vez mañana, el buen señor te lleve lejos... Sigue soñando, sueña, sueña... hasta que tus sueños se hagan realidad.

 



domingo, 26 de mayo de 2024

Russian Doll & Poker Face.

 


La premonición no existe, es una apuesta o un reiterativo déjà vu… Lo que sí existe científicamente, o se desarrolla en nuestra mente, son los sueños. Esas extrañas percepciones, ilusiones ópticas, de imágenes psico-surrealistas, deformantes de una aparente realidad. O lo que sea esto… una especie de hacinamiento del deseo.

Han pasado muchos ciclones ya, desde que dos jovencitas intervinieron en la literatura de las percepciones, con sus universos fantásticos, como toda fantasía debe alimentarse de las ideas curiosas o imaginativas. La una, por consumo de determinadas sustancias complementarias, nos guía a un viaje a través de un agujero o un espejo, Alicia se podría reencarnar en imagen de otra en un cuarto de baño; la segunda, en mareante combate con fuerzas de la naturaleza, que le llevan también a un universo de estrafalarios habitantes y saltos dimensionales, donde la espiral ética de su personalidad, se empareja a la consecución de los valores que se sueñan comunicantes los deseos, inalcanzables o no. Un tipo de adivinanza de lo que sería o pudiera ser.

Isaac Asimov lo denomino presciencia en su obra Fundación, Frank Herbert lo disfrazó de negro mutante, de mente evolucionada que veía las visiones de lo que sería en aquel agujero desértico cubierto de arena. En este trozo de relato que escribo, se trata simplemente de la verdad.

 

Esos dos mecanismos literarios, emulaciones de la realidad en cuerpo femenino, son reflejos de los soñadores. Bueno, soñadoras… y sus respectivas versiones de sí misma o los demás, implantados sobre las pantallas como ejemplo de lo que pensaron los escritores o guionistas.  De cómo serían sus universos soñados a la vez, qué pensarían sus personajes, qué ocultarían… y que pueden despertar nuestras inquietudes como investigadores al otro lado.

Ideas que clasificó – o al menos lo intentó, no sin especular también -,  el doctor Sigmund Freud en su estudio, La Interpretación de los Sueños, que sin duda, son aproximaciones abstractas de una explicación, o posible conocimiento basado en recuerdos reinterpretados… o esencias de aquellas necesidades, dudas, males, miedos, etc… maneras de soñar.

Los condicionamientos psicológicos o morales internos, nos pueden mover por caminos divergentes a mortales, los más racionales de estos lares – o capaces de expresar sus pensamientos -. Desarrollando métodos excepcionales que permitan alcanzar sus objetivos vitales o acercarse a ellos mínimamente en la búsqueda del interés oculto o ese deseo, se plasman en la ensoñación mental como metáforas, que se estrellan contra síntomas de enfermedades mentales o físicas, y se topan con  terrores. Los más recalcitrantes y horripilantes, recursos recurrentes que espantan al pensamiento o la propia alma. Si existiera como tal, claro.

Y es que, esas extravagantes visiones fuera de la vigilia, se solían interpretar en otras épocas, desde un punto de vista de la fe, como si de estampas se trataran, y sirvieran de propósito de un mecanismo dividido entre lo físico y lo divino. Se sirvieron como obras del pasado y de la mitología sacrílega, como alucinaciones de carácter religioso o esotérico, pongamos como ejemplo, las carreras temporales de James Stewart en It´s a Wonderful Life… y el alcance de aquellas alas. Extraordinarias apariciones de muerte, tras el Cuento de Navidad de Charles Dickens.

Sin embargo, esa maldición del psicoanálisis – supuesto maldito para los más incrédulos -, reinterpreta teorías deseadas, pasiones sexuales, logros de poder, satisfacción reprimida u otras insustancialidades metafísicas, difíciles de concretar en la realidad. Ya que, al despertar, no dejan apenas huella en la memoria, solamente meros recortes de un color o más, de un sabor, un sonido o un aspecto no experimentado en la vida real… Conjunción de palabras olvidadas y acciones perdidas.

Esa característica deseable, u otra sexual o familia, se reproduce en las personas desde su experiencia infantil, y pueden manifestarse muchos años después, ahí arriba, cuando parece que no están, ni se las espera, y ella las siente con serenidad y sentido común, en una forma de investigación de sí misma. En el segundo caso, sabiendo en su interior, que la estás minusvalorando, y mintiendo… Particularmente bajo la perspectiva de la maternidad, sobre la imagen del hombre, su amante rival… y de manera especial dentro de las relaciones filiales con las madres. Es donde la actriz Natasha Lyonne se embarca para Sky ShowTime, acompañada con sus guionistas femeninas en la memoria, al encuentro con la muerte anunciada. Una y otra vez, tal que una maniobra militar o una teórica  marmota del tiempo, con su particular percepción de lo escondido en una Muñeca Rusa, que se va haciendo más reducida, hasta llegar a sus entrañas, el útero y la semilla. Hasta la aniquilación de las partículas opuestas, en este caso, generacionales como casi siempre.

No es huella privada, sino pública, le ocurre a muchas otras. Invadida por esa perspectiva emocional y las sensaciones con el paso del tiempo, que modifican esencialmente – o pueden hacerlo - , el pensamiento. El que fue, o el que se transfiere familiarmente, girando a mayor velocidad en nuestra cabeza… En la suya de mujer, Natasha Lyonne...

Estados de Preconsciencia.

Transversalmente, ella es la conciencia de Severance, sin trabajo. En un fiesta, o en segunda instancia, invitada a la investigación. Es el reflejo de la verdad, de estos multiversos insustanciales, aparentemente superficiales, pero que se irán condensando en el camino.  Se estrellan con una telaraña de mitos y supersticiones, mentiras tal vez, con el  trasfondo de géneros, la envidia y la denominada, singularidad. De abuelas a nietas, de hijas a madres… de inocencia a culpabilidad. Las circunstancias surgieron de aquellas heroínas clásicas, de sus relaciones familiares, desde la Literatura Universal en esos submundos Oz o ´brujas` de Duna, frente al control o la autoridad mayor en femenino.

Pero normalmente, sobre las debilidades del género masculino que, explícitamente, no podrá nunca, sentir como una verdadera madre.

En el pasado, bajo el peso de la gravedad, estos actos preconscientes son espirales que atraviesan la realidad – como aquellas alucinaciones que presenciaban los consumidores de la especia mental de Fran Herbert, o los mineros de Atmósfera Cero -,  aquí con los pies en la Tierra, o lo que sea esto… se apoyaban en ese estado sobrenatural de las cosas, en la consecuencia de un superyó, o entidad superior pensante y desarrollada intelectualmente, cubierta de dudas.

Visiones privadas, reiteradas en dos temporadas – más dimensionada familiarmente por Russian Doll (a través de tres generaciones o una más incluso, desordenadas secuencialmente en la segunda temporada, más compleja y desmitificadora. Mientras, la muestra de un poder sobrehumano especial, mundano más bien, visto con su tranquilidad, es lo que manifiesta Miss Lyonne en su serie, Poker Face.

Donde su protagonista posee una habilidad, un don determinante, para hallar la verdad en gestos o coacciones,  tras miradas a sus investigados; desdoblando la acción a una persecución – serie road- , incansable como si fuera el Dr. Richard Kimble de aquella El Fugitivo (con el actor David Janssen o Mr. Ford en pantalla grande, años atrás),  o esa otra versión en femenino, bastante más simpática que significó el dr. David Banner, entrañable Hulk entre el recuerdo del tebeo, Bill Bixby y la capacidad extraordinaria de Lou Ferrigno, en serie. De la Hulka, no hablo que es peor… Ahora más parecida a una Colombina – de gabán textura Colombo aparentemente despistado -, con desvíos raciales a lo Coen Bros. Humor blanco, del crimen negro… violencia cómica, delincuentes torpes, salpicaduras en la obscuridad. Semejante a Paprika en premonición, sin sueños apenas.

Más hechos demostrados, anticipadamente en su ruta, son resortes de una reinterpretación con gestos o palabras en retroceso, como si fueran esos mismos sueños de los que hablábamos, muestras del flashback. Pudiendo con hilaridad compresiva, reflejar la realidad oculta, y gracias a la elaboración de un hombre, visionario tal vez, el creador de loopers y puñales por la espalda, Rian Johnson que estaría igualmente, echando un vistazo al pretérito televisivo. Lo relataré como una obra teatral…

Literariamente… ¿sueñan hombres, lo mismo que mujeres…? ¿Y los personajes de Robot Dreams, olvidan… la amistad? Y la investigadora juvenil Paprika, interpretaría bien sus sueños…? Son unicornios que de momento, no podremos clasificar, ni confirmar hasta que nos piensen… como ovejas. Y ella calcula, lo oculto, tras la palabrería.

La Ruta, Onírica.

A bordo de un Plymouth Barracuda… en los hechos encontrarás las pruebas… no sueña con el Heart –canción-, sino piensa, mientras exista, en composición de Nathan Jonhson…  Aunque primeramente en paralelo, baila temas, que van de Pesonal Jesus a la de Sweet, Fox on the Run, conciertos electrocutantes aparte... Fox de artera, no de lo otro, claro. Así se entonan sonidos de otros tiempos, frenazos de vagones, fiestas, caídas por escaleras, no de Jacob – donde saltan créditos de voluntad detectivesca con nuestro pasado -, espectadores de la verdad. Con el corazón encogido, perteneciente a ese Dream Scenario con variopintos actores, investigadores privados entre los 70 y 80, sugestionados por sus Estrenos de Tv: Misterio. Nietos de Hitchcock pues y del cómic en tiras.

Pruebas contundentes que evocan al inolvidable Peter Falk, al vaquero de sombrero cowboy y bigote, reconocido como McCloud o Dennis Weaver, a Rock Hudson junto a su Susan Saint James en pareja acusadora. Se ha escrito un crimen con la Angela de los sueños de Dorian Gray, Landsbury, y su comienzo en el crimen bajo la Luz de Gas de G. Cukor, hasta su reunión final con Mr. Johnson en Knives Out, dep…

Sonidos que repiquetean habitaciones fatales, tensión, mentira, junto a George Peppard que era Banacek antes de TeamA, sobre el McKoy de Tony Curtis (casi olvidado), el Hec Ramsay de Richard Boone, un Cannon leguleyo de William Conrad, Quincy que interpretaba aquel Jack Hugman de Pánico en el Estadio, o Lanigan y Madigan con Art Carney y Richard Widmark, respectivamente, que se aparecen fantasmalmente en el recuerdo. También retuvo otro sabueso, James Farentino sacado de  Muertos y Enterrados, o las hermanas Snoop, que no Scoop (que comentaré en otra ocasión televisiva…), interpretadas por Helen Hayes de Adiós a las Armas y  versión de la divertida ensoñación que tuvo el Harvey del director Henry Koster, con el gran Jimmy Stewart…; y de la mano de Mildred Natwick, la inolvidable actriz recurrente del humor de fémina de John Ford, visto en El Hombre Tranquilo, La Legión Invencible o Tres Padrinos u Hombres Intrépidos, y que además trabajara para el maestro de asesinatos, Mr. Hitchcock, en Pero, ¿quién mató a Harry? Hasta su última gran aparición, en Las Amistades Peligrosas en 1988, con todo un tratamiento de verdad humilde, sin duda, o madre de Jane Fonda en Descalzos por el Parque. Una cara inolvidable del cine eterno.

Entre clarividencia lúgubre… y pesadilla afable.

Las imágenes latentes de un sueño, también trasladan un mundo revuelto de pesadilla, congénita, que es trasladada a la realidad de las películas o series de televisión. A determinados espectadores parece muy disfrutable, a pesar de la tragedia o la persecución particular de los personajes en el juego del gato y el ratón. Porque si en Muñeca Rusa, se trataba de retratar sobre dos temporadas, dos tipos divergentes de viajes espacio-temporales con la muerte y la concepción – de ayer a los ochenta -, para reinterpretar un regreso a decisiones que tomamos en nuestras vidas y aceptándolas tal y como se recuerdan…

Que, muchas veces, es difícil discernir en el subconsciente temporal, al confundirse con deseos ocultos o sueños… Y que pueden derivar en una especie de maldición maquinada en el interior, en repetición extracorpórea – o televisada -, que otorgan una segunda oportunidad de solucionar posibles desaguisados con amigos o familiares pretéritos; y que al contrario, Charlie, muestra su Poker Face, de vuelta ya de otros rostros, – más que cara bonita o simplona -, como visionaria de las calidades morales de la gente. Sea costumbrismo en la trastienda de una estación de servicio, una cocina de carretera a la parrilla, con su gastronomía local, su música… una furgo donde cohabitan rockeros cincuentones y ocasionales – recuerdo de otros tiempos -, una acción hippie de terror, su look… un escenario de pesadilla, no dream teatral, un atropello coeniano, un molde de f/x, el rostro de Nolte… la luz negra de una sala… un muelle… siempre, con gafas ahumadas, para no cegarse.

Por los brillos de lo que la rodean, lo que intenta mentirle en la cara…  Esto es, tal que una auténtica, casi, poli de la verdad,  true detective de prestado, movida por el desinterés, o la amistad. Sin alucinógenos, aunque entraña algo de esoterismo muy superficial en lo psicológico.

Clave realismo, rutina en desbandada, acosada, en derivada de aquel Fugitivo que triunfara para una ABC setentera, y ahora se ve como Martin y, especialmente, Rust Cohle, en una... Pero sin título acreditativo por el estado, ni licencia legal de curso acelerado, que a la vez nos recuerda a aquellos que en otro universo televisivo, investigaban a base de rebanarse el coco y con toques de acción a lo Colombo, por descontado, un referente confesable en la serie, como chica a la que le va la marcha… minifaldera, pero con el rock de entonces. Yeaaah!

Se considera, por ende, vidente, verosímil, vocacional, verborreica, con toques divertidos en gestos, gemidos y un lenguaje corporal, muy especial, característico del pasado, frente a estas épocas actuales a mayor velocidad. Palabras apegadas a la observación particular de unos hechos, comprometida con la justicia, y querencia femenina, sin sobrepasarse. Reivindicación justa y sin arrodillarse ante la ley. Y no estoy hablando sólo, de rebeldía ni sustancias que comprometen el razonamiento crítico… sino de, auténtica personalidad.

Simplemente, en base a meras conversaciones, cara a cara, se reivindica con preguntas que incidirán sobre los defectos de sospechosos, lo económico que va junto a la envidia… bajo el sol, sobre el parabrisas, las emociones, los tejados, la venganza, la trastienda, lo incongruente de los culpables - a veces con resoluciones algo atropelladas -, on the road, el tiempo de la tele, ya se sabe… la prisa. Respira, observa, piensa… ves apreciaciones curiosas en los contactos… artimañas… y la familia detrás. Pongamos aquí sobre ruedas, una serie de nombres en serie, Simon Helberg, Pedro Hollywood, Lil Rel Howery, Chloë Sevigny, Luis Guzmán (Wednesday), Ellen Barkin (Animal Kingdom), Tim Blake Nelson (El Gabinete deCuriosidades de Guillermo del Toro), Hong Chau (Watchmen, La Ballena), Joseph Gordon-Lewitt, Dascha Polanco - una de sus coleguis Orange is the New Black -.

Y falta a la fiesta de sensaciones anticipadas, el artista de la modelación, Nick Nolte, y tras ella, esa Famiglia compuesta de perseguidores y tiros… Benjamin Bratt, Adrien Brody y Ron Perlman… ¡por ahora!

Claro, siguiendo las pesquisas, en tramas separadas, debes activar tus sentidos, trucos decididamente alegales y usar el escapismo antes de inocularte algún artificio, que no, miedo. Ella es así, libre, deslenguada, carismática, sencilla... No moldeable, bueno… quizás por un retiro.

Lyonne y sus… otros líos.

Como Mr. Freud decía, las primeras ideas latentes que desentrama el psicoanálisis – para creyentes de él o investigadores somnolientos -, son poco corrientes, circunstanciales, extrañas, alucinatorias, enfermizas quizás… Escasamente referencia de nuestro pensamiento en vigilia y su expresividad habitual, levemente, son sueños y los sueños, deseos pueden ser... Simbólicamente se comportan como comparaciones y metáforas, a veces de lenguaje poético, rico en imágenes o interpretaciones sobre la realidad (aquí opino que pudieran ser semejantes a viajes a otra dimensión no pictórica, más allá de Richard Matheson y sus leyendas, oníricas; en su nombrada obra freudiana, comenta el pensamiento de un compañero filósofo, Hildebrandt: “Cuanto más pura es la vida del sujeto, más puros serán sus sueños, y cuanto más impura, más impuros”. Por consiguiente, la naturaleza moral del hombre perduraría en su sueño… “no se nos hace sospechoso, por palpables, románticos o ridículos que los sueños sean, pues conservamos siempre lo malo, la justicia de la injusticia, la facultad de distinguir lo bueno de la virtud, del vicio… Lo fundamental de la naturaleza humana, el ser moral, se halla demasiado, firmemente unido al hombre para participar en el juego calidoscópico, al que la fantasía, la inteligencia, la memoria y otras facultades de igual rango (digo y, las sensaciones intrínsecas quizá…), sucumben en el sueño”. El Imperativo Categórico de Kant, un mandamiento independiente de la religión o las ideologías, que rige el comportamiento humano en todas sus perspectivas… para dirimir entre bien y mal, incluso… en sueños.

Ni la del espejo del cuarto del baño… una percepción adulterada, que desintoniza de nuestra realidad, pues se alimenta de detalles que olvidamos, de pasajes fragmentados. Su mente despierta, en cambio, reinterpreta esos deseos, silenciados, maquillados en cada función, y los convierte en imperativo categórico kantiano.

Así en cierto sentido… surrealista y original, es la Lyonne, miss Natasha, una realidad kantiana. Mágica, extravagante, pero a la vez, de un costumbrismo cercano, amigable que atrae, racionalista… Este recuerdo  suyo, por trabajos de tv, se compone de sucesos impresionantes y equivalencias detectivescas, terminan siendo  episodios vitales, entre vida y muerte, obstinados, espirituales o altruistas, justicieros… porque ella lo necesita para completarse emocionalmente, para identificarse con la bondad. Lo demás, las imágenes descritas por los guionistas (casi siempre mujeres como es costumbre), son ejercicios desbordados de imaginación, según costumbre de estilo Bill Murray, y ataques de mente esclarecedora, en segundo viaje. Apariencia sensorial de una investigadora para-normal, real con un don humano, y suerte de sobreviviente, en último término. Poco filosófico esto, en cambio…

Hay autores y pensadores para todo. Interpretaciones de la realidad como muestras de ejercicios cerebrales de opuestos, sobre juegos trampa, algún susto, alguna lucha, distorsiones en trampillas, desgracias extraordinarias, decisiones embarradas, amores que confabulan… deseos de muerte. Vías paralelas, territorios incompletos hasta más ver… ¡nos vemos pronto, ´angelada` de Charlie!

Tras su ojo cínico de gran hermana, Poker Face pudiera ser, quedan sus expresiones detenidas en un lapsus, ese sentido del humor irreverente, que desarma, y su dote para relacionarse, sin alardes, pero reconociendo la mentira en aquellos que buscan escabullirse o salirse de... La Ruta hacia Atlantic City. Su próxima guerra…

No, esos movimientos del pasado no son sueños estridentes, ni sexuales que te persiguen en el universo Paprika, ni las revelaciones surreales del cine de Luis Buñuel, con su mirada entrecortada a cuchillazos, ni los viajes astrales de Solaris a otros mundos metafísicos, pero sí, recuerdos mundanos, que nos acercan al personaje, a ella.

Algo parecido a los Sleeping Dogs de Russell Crowe en busca de un pasado crítico, pero con una mente preclara, inocente, sin enfermedad. Sin el revestimiento falso del Hypnotic perpetrado por Robert Rodríguez con un poco convincente y elaborado en guión, Ben Affleck – no sé para qué tanto embrollo, la verdad -; o sin la perversión de un vacío existencial en lo narrativo, como puede ser esa horripilante Madame Web. ¡Vómito de araña sin red!

Tampoco es androide, con sueños húmedos, ni expande la sensación del terror, aunque hay cierto temor de índole mortal sobre su persona; mientras que para Nicolas Cage, en su EScenario significaba una terrible pesadilla, un ajusticiamiento público, por interpretaciones oníricas. Entre superhombre no buscado y la maldad general, que arrincona al desprevenido en la red, lo acosa y derriba. Esa jauría representativa de perversiones de una realidad social que cataloga, sin saber, y contemporánea, pues comparte humor ácido, con el horror real de las noticias. Y por tanto,  bastante mala leche social… Es un notable filme Dream Scenario, a recomendar, que no comparte una reinterpretación, sino compara, notoriedad o famoseo actual, con la pesadilla común de alguien que no desea, ser reconocido, ni juzgado. Un poco, acosado como ella, la samaritana de las emociones

Mira se hay pesadillas reincidentes, que ha visionado el filme Nunca me Encontrarás, y se parecía como una gota de lluvia a Old Man de Lucky McKee, con otro reflejo hiriente de feminicidio, eso sí. Estas líneas geodésicas de la realidad destructiva, son como autopistas, con salidas hacia espacios moribundos, inteligentes o amables, como las raíces enterradas en el árbol de Alicia. Hacia la obscuridad de la reina de corazones por una ruta 66, amarilla por el calor del desierto de Oz… hablando de Furiosas, Anna Taylor-Joy, pero más experimentada. Esta es Natasha Lyonne, heroína pura… sin careta, sin lastres emocionales. O no… depende, si la ficha es buena. Si te manifiestas como, el fantasma detrás de la función y la crees... si no, no.

La muerte siempre está al girar el recodo, a través del tiempo que te quede… hasta que cae el telón sobre la memoria. Al fin y al cabo, ella es como una vieja estrella del rock… No, no es el Poker Face de Mr. Crowe, ahora vamos al trío de hermanas, Elizabethe Olsen, Carrie Coon y Natasha Lyonne en película del director de aquella intimista The Lovers. Y adiós… que aún nos queda un buen tramo. Brrrum, brummmm!



jueves, 21 de marzo de 2024

Foundation. Season I & II

 


Durante la década de los 50, tras la salvaje era de la Guerra Mundial y sus aciagos resultados en la población mundial, con el fin estratosféricamente aterrador del halo nuclear, el mundo se recomponía de pulmones para arriba, a través del dinero y el comercio más globalizado. También se descomponía de tripas para abajo… Comenzaba la guerra fría y la amenaza constante sobre nuestras cabezas,  como algunos escritores ya empezaron a reflejar en su obra. 

Y Oppenheimer estaba ahí, arrepentido,  puede... como lo estuvo el mismo Albert Einstein, ejemplificado en el documental con la Bomba... Pero, mucho antes de que su personaje fuera el ganador indiscutible de la gala de los Oscars del 2023, Robert O. tuvo que lidiar con los político, y eso, es insufrible. El uso de la responsabilidad, una realidad que, quizás para algunos… debería haber sido más repartida entre las demás candidatas, o sociedades tal vez. Ya hablaré del tema... Méritos… existían… y el miedo a la guerra casi espacial comenzaba, con amenazas atómicas apocalípticas, también en los márgenes de cualquier Fundación… Hasta ahora… Y hágase la luz, religión, o lo que sea... Don Christopher Nolan, ya obtuvo su premio. Felicidades, genios de Hollywood y vencedor de la gala.

Mientras tanto, un treintañero de nombre Isaac Asimov – ya con sus gafas de pasta, pero sin su característico aspecto de melena y patillas, aún -, con su estilográfica de nueva generación, se apartaba definitivamente de la química, para asirse a su corazón judío, - el del otro lado de la frontera con Bielorrusia-, para adentrarse en la literatura scifi más política, social y religiosa, y con el espíritu de la naturaleza humana… y dicha conciencia sobre nuestras cabezas, en la estratosfera. Y otras, aún más incombustibles, que son las cuidadoras de los lobos... auuuuh!

Eso es lo que quería decir el maestro Issac, creo. Porque la complejidad histórica y generacional, de su obra Fundación en múltiples libros, es un agujero negro en el tiempo que nos toca vivir, como una predicción… Algo que muchos seguidores, consideraban casi "imposible" de realizar o versionar en otros formatos más visuales. Tríptico multiplicado entre fe y política, cambios generacionales y culturales, multitud de personajes, gobiernos y revoluciones, un compuesto de crisis armamentísticas, corrupción, negocios, amor al terror, etc... ¡Tres, un guijarro en el cielo, en forma de versión nuclear… Dos, en la arena estelar, de los recuerdos… Uno, Ignición!, ¡boooom! Nice! Cero... la nada. Ya no existimos más. Somos dinosaurios..

El divulgador científico y escritor fanático de los números y el alma interior del ser, dibujó una de las magnas revoluciones futuras en la space-opera, con capital en Trántor dentro del gran Imperio Galáctico, con sus adyacentes exteriores. Sus gigantescas repercusiones del capitalismo, la forma del estado, la sociedad (vamos como Platón a otra escala), captarían la atención de los creadores de siguientes décadas hacia la expansión de grandes sagas cercanas a nuestras estrellas o, muy, muy lejanas. Depende cómo se ruede... o mire.

Esos deseos imperiales o revoluciones en contra, en esferas como planetas… serían la máquina fundacional de continentes separados, de mundos – no estados que han ido modificando sus fronteras paulatinamente -, sino un vínculo con la mente de los que sueñan con reverdecer laureles, a través de la violencia de las armas y sus consecuencias enriquecedoras… Pongamos que hablamos de, los putinescos y Cía, la China corporativa y más capitalista que nunca con sus negocios multinacionales, la añoranza napoleónica de la Córcega francesa o el sindicalismo sangriento de la corona británica… y USA. España o algo así que queda, aspira a lo de libertad, fraternidad e igualdad, pero sin ninguna de ellas, ¿hermanos, pá qué…? Mejor darnos con las cachiporras a lo pintura de Goya.

Mientras, la decadencia guerra-civilista sigue creciendo -también en los USA-, estaremos preocupados en calcular la historia y algunos de reescribir su fundación sangrienta, como ya ha ocurrido en otros lares del cosmos. Ahora, los imperios cayeron y se aproxima la nueva visión comunista ´tirandoawoke` del gran estado Hollywood y otros tentáculos invisibles. Como pisada en una evolucionada nave espacial… de sangre. Tecnología y activismo, frente a la antigua ley del imperio… que fue la base.

La invasión que viene, ya nos había llegado con Arthur C. Clarke y sobre todo con H.G. Wells y la versión radiofónica del maestro Orson, más violentas, esta última más terrorífica, y se hizo mayúscula con Dune de Frank Herbert, a otros niveles de concepción territorial. Ahora los veíamos, los planetas, cercanos y exteriores, que con el pensamiento colonizador extraterretre, el físico Gerard K. O´Neill mostrado en su documental rotatorio, tenía que terminar colonialmente. Por Nos... y otras formas culturales, el impacto visual de las tiras del cómic de Buck Rogers, con el John Carter de Edgar Rice Burroughs, o el aprendiz o jugador aventajado, Flash Gordon de Alex Raymond. Ah y por fin, los seres superiores, el gran Kal-El de Jerry Siegel - dibujado por el canadiense de familia judía holandesa, Joe Schuster, con su mezcla guasona entre Harold Lloyd y Douglas Fairbanks -, y el acabose claro, digo oscuroa... la atronadora sorpresa del cine galáctico con Star Wars. ¡La atmósfera estaba creada!

La Fundación…

El panorama ya estaba despejado, 2001 Una Odisea del Espacio, fue un monolito multidimensional de El Centinela de C. Clarke, que se instaló en la conciencia metafísica de los cinéfilos a través del rostro de Stanley Kubrick y una lente, – otro barbudo despeinado del que celebramos su segunda entrega llevada al cine hace 40 años, 2010 -, y que me produjo entonces el mismo mal que ahora... esos minutos finales son bastante caóticos y atolondrados.  Ahí se descargó toda la filosofía habida y por, imaginar, en una inestable paz que durará varios soles nuevos. Una puerta visual a las estrellas y la AI, a través de su visión y la voz de Hal-9000, como nuevo Prometeo.

Sin embargo, esto de la Fundación sacrificada en favor de humildes y desubicados del mundo, es una paradoja - alguno consideran patraña del independentismo galáctico, hablando de la actualidad -, cuando esos planetas que giraban y se alejaban cada vez más, padecían de órbitas de virreyes, sustitutos en el trono. Eran como clones, pero se hacían los locos... No existían repúblicas, sino generación de familias unidas por ideas, corruptelas y sus dioses armados, que eran invasores foráneos. Aquí, y ahora como antes, cada uno mira por sus intereses. Y algunos por todos... los imperialistas, que haberlos haylos... con su poder atómico.

Por territorios conquistados, o no… por divisas invisibles, que provienen de la ilegalidad en muchas ocasiones. Secuestrando voluntades... con el control del dinero y de las enciclopedias con las que enseñar virtudes o versiones falsas, de sí mismos. Ya que, en todas las sociedades, han existido impostores, defensores de una fe novedosa, idiotas en gobiernos, que buscan su bien personal antes del general, aunque tengan que vender su alma o doblar sus rodillas ante la agenda futura y abrir mucho la bocaza… que es de lo que viven, y sus medios. Es la Fundación falacia.

El pueblo, mezclado y en pie de guerra, en Children of Men, lo captaron muy amenazantemente, se purga ante la geometría y la aritmética de los cálculos, como guetos de terror. Como decían los antiguos filósofos griegos, recordando que su religión era mitológica, coloniales que se transformaban en una república imperial para solucionar devaneos territoriales y del conocimiento humano. Gracias a la dialéctica, que sería el arte de pensar, los dioses inmortales irían cambiando, de a poco… Pero, para eso había que tener cerebro y desbancar a los Titanes tiranos.

La Fundación, se dividía por tanto, otras fundaciones con otras características contrarias, nacían al otro lado del universo, y radicalmente el conocimiento quebrado, se basó en las matemáticas como inicio del todo. Con la métrica, se avaluaron los riesgos, las amenazas y las posibles previsiones, los 300 cálculos de guerras... dentro de los millones de conexiones sinápticas que habrían en el porvenir, incluso artificiales. Con, cada vez más elementos externos conectados al Terminus, que bien podrían llamarse Terminators también mirando atrás, los héroes fueron desapareciendo, creciendo los lobos, y viajar por todos los rincones de la galaxia, fue cuestión de créditos. Hasta caer en un tejado de Blade Runner, donde la metafísica se hizo psico-historia. Esa es la otra versión, de lo que podría ser la procreación, de la que todos opinaban... El Superhombre.

Predicción… el Botón.

Ese botón es el del horror… el miedo con el que convivimos, el cielo en llamas más allá de Orion. La amenaza de un nuevo anticristo, un Robespierre, la bestia del 666, no de las matemáticas puras, sino del verdadero antagonismo ideológico y político. Se busca un nuevo orden mundial… ¿dónde… en la destrucción? Y eso es el poder. Absoluto.

El que siempre gana… futuros hítleres del universo, que asesinan o empobrecen a otros, napoleones de navegación congelada, zares que revolucionaron con sangre, comunismo de purgas - no de murgas, que es más español -, con los republicanos más imperialistas evolucionados, oppenheimers científicos, preparadores del caos y la pandemia, títeres con sus dedos en el botón rojo… dictadores del alma, al fin. Dinero y poder, que mata a sus hijos, y los de ellos, que ya tienen su fecha de caducidad incluida en los genes… que nunca serán, como los imperios caídos. Al final… es lo mismo. Caos.

Números primos, separados, que hacen su guerra. Justo al lado de nuestras casas, como los depredadores, y los políticos actuales son sus clones, solo que, como manchas molestas que no se van, ni con agua. Lo llevan en la piel... Es decir, que los terribles vigilantes radicales se multiplican exponencialmente, en todos lados de la galaxia, sus recuerdos se congelan en las retinas con dolor, sus voces se manipulan en los libros, - otros los quemaban tal que un Farenheit de Ray Bradbury -, o se petrifican en oídos y se enferman, tal que estatuas mortecinas de sal, con los colores del holocausto en vitrinas, en tonos grises como cenizas. Son la futura cabeza de caballo, sajada del mal, de una zona de interés, que mereció más atención, por parte de todos. Mientras los políticos, intentan cerrar las ventanas o taparlas con sus esputos sangrientos, que son veneno, a un lado y después al otro. Falacias, mentiras… la historia es circular, no un conjunto de líneas paralelas. Es una especie de bóveda, donde los ecos rebotan. Como brotes entre el imperio soviético versus el reino clonado, de un Reich tercero.

Igual que rebotan los rayos catódicos que llevaron a Mary Shelley a construir su monstruo eléctrico, universalmente humano, una individualidad... que construyó un corazón que tenía su propia vida, y luego enfermó de soledad, hasta alzar la mirada a otro u otras, cuerpo de fémina, con otra cabeza, otro cerebro y género sentido. La novia de Frankenstein – siendo el joven marcado por el padre, es el monstruo -, que se reproduce en una Pobre Criatura, una de las autodenominadas Poor Things (cuando debieran ser otra mente), científica reivindicativa, que abandona toda su existencia olvidada, para descubrir el mal en el mundo y aprender… y no poder cambiarlo. 

¡Salvo su propia historia femenina! O la de Emma Stone, cuyo cabello negro resurge como el ave fénix, en llamas. Y ´dios` creó a la mujer,  - como fuera… o eso del universo en un bang evolucionado -, y el hombre con rostro monstruoso – como siempre actualmente en la pantalla, me refiero a ellos - , ya no serán héroes de Bowie, ni en Fundación en serie. Y forjaron el futuro de una procreación pelirroja, distinta hasta entonces, que los sustituyó como un robot. Repletos de bilis y dolor, al estilo clásico… se quedó casi desnuda, masacrada, apenas con un vestido del pasado helénico, de la corte del rey desnudo. Y definitivamente, esa república ya no busca sólo la igualdad, depende quién seas, a quién te acerques, qué comas, a quién ames… y se buscará la venganza, al principio o el final del círculo, en una revolución esférica.

Una y otra, guerras, frente a la visual Oppenheimer de un dolor, no predecible, y la de las flores del genio Scorsese, formaron el imperio de los sentidos, antes de las balas, el brillo de las ideas, el olfato del mal, el peor sabor, que confluyen en el sentido del peso acumulado de la culpa, de una nación, de un imperio, de una república. De los tontos, o los muy listos... Mientras, la superpoblación augurada por los escritores científicos, pongamos Asimov´s metafísicos, no magos, no paraba de crecer, padecer demagogia y devorar la cueva de Platón. Eran metafísicos de bolsillo, de red. Así… no se cabía, poco espacio para tanta ni pedagogía ideológica. Al término, o Terminus conspirativo, damagógico, alguien apretaría el Botón. Y finiquito, como mi cartera...

Y Asimov… se clonó.

En un documental, tal que un visionario que abre su propia cápsula del tiempo, se volvió a ver a sí mismo, en el espejo de su pensamiento futuro. Con el rostro periférico de la historia y la ciencia… ¿fe? Puede, aunque no… De eso no habla la serie, se lo salta en el espacio, y vosotros deberéis opinar... Pero Platón a los 30, promulgaba que la dependencia de los maestros, podría ser perjudicial, e Isaac puede que lo pensara, ya que en su frontispicio mental, como en la fachada de aquella Academia, rezaría “Nadie entra aquí sin saber geometría y le preocupaban otras cosas del carácter humano y su mente. Por ejemplo, energías y paralelismos.

Ahora se ha tenido que reinventar la historia, en forma de imperio de los sentidos hacia lo aristotélico, cambiando las formas y su esencia, creando nuevas leyes y jurisprudencia, caustica, no filosófica… Ahora, todo se basa en el dinero, el que ganan abogados sin escrúpulos, comerciantes enriquecidos, mercaderes de la carne, por una libras de peso... y te lo quieren controlar, como el presupuesto de una serie. Es, en toda su estrategia, el Impero de la Ley, no de los Sentidos, que sería mas imaginativo. Por eso quieren controlarlo, me refiero al poder, claro.

Vamos hacia el imperio de los mediocres, abogados sin escrúpulos – puestos en nómina -, con alcaldes corruptos, parejas transhumanistas, genios de puticlubes, insufladores de polvos, roboces o robotas, ministros manipuladores, presidentes con trono, reinos perdidos… hacia el imperio de la Uniformidad Básica y Esencial… Gracias a ellos, como bien señaló el mismo George Orwell… con su ojo avizor. E, ¿Isaac…? ¿Dónde quedó…? En holograma, pues a repetir el mismo discurso. Puede ser, una y otra vez, el futuro de la alienación. Verdad que el mundo no está loco... ¡somos nosotros!

Por consiguiente, ninguna república o su evolución – en Fundación -, puede considerarse perfecta… y menos, éstas. Solamente parches para el dolor, masculino y femenino; como ese clon que busca la felicidad de los seres queridos – que no del espíritu, pues ya está muerto - , como el sentido romántico de Poor Things, como los del imperio de las nieves de los Andes, y su creador, como un monstruo marcado; el Napoleón histórico y pensativo frente al mar de Abel Gance y sus colores pastel; el jinete que quería más a su caballo que al resto de habitantes del planeta, Tierra, pero ya estaba enterrado en vida, el Imperio del Mal absoluto, derrotado por un vómito de sangre... los sonidos de sus tripas; la heroína de las flores de la Luna que ha sido resucitada por el maestro, en su tierra de adopción, familiar, que ahora son propietarios de casinos, de allí y más acá, zonas negras en Europa también, al otro lado del estrecho límite, ¡sinvergüenzas políticos! Y caras, casas de apuestas digitales… Este es el futuro… la psico-histeria.

El acabose, es el rostro con lágrimas de Mahershala Ali -que volverá a renacer Blade, un mito-, como una cápsula del tiempo pasado de Bram Stoker, con estoque… La alegoría de El canto del cisne, o Swan Song de la actual ciencia ficción, anglosajona, pasada por la mente de un irlandés de Dublín, que te lleva a un círculo sin fin… La revolución científica es una esfera, una lágrima, que encoje el alma. El Imperio de los Sentidos, al fin.

Pero… el imperio de las Repúblicas, es una ilusión óptica. Al final da igual... ¿Seremos globales o individuales… reales o clones? 

Postdata... Y alguien se preguntará... ¿no vas a opinar de la serie...? Pues no, eso os lo dejo a vosotros, que yo estoy en mis trece, doce más uno, de ver... Una próxima, mera crisis... Sin héroes, lo mejor son los clones, y sólo existirá wokismo desilustrado.


domingo, 24 de diciembre de 2023

Severance. Season I

 


¿Cuál es el sentido de una actividad laboral? Claro, además de sentirse valorado en la sociedad… el objeto sería una compensación o pago al empleado gracias a la labor realizada para la empresa o una institución.

Sin embargo, a lo largo de la historia de la Humanidad, esto no siempre fue así… Recordando un cartel que colgaba en la entrada del campo de exterminio de Auschwitz, donde se apuntalaba como un clavo hiriente, morboso,y bastante sarcástico, el lema “El trabajo os hará libres”, pero ocultando esa verdadera obscuridad de sus mentes… o el corazón.

Y en sentencias de los protagonistas arquetípicos de Don Miguel de Cervantes, curtido en mil batallas, tintas en blanco y entuertos variopintos, como ellos… 1, “Quién lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. 2, “La Libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres, entregaron los cielos”. 3, sentando que éste, amigo de la Panza versado en principios y consejos, como representante de los trabajadores actuales, no alocados, expresaba… “Sé fiel a tus ideales”.

Si bien existe la leyenda de carácter metafísico, subjetivo, sobre palabra de Groucho Marx: “Estos son mis principios… pero si no le gustan, tengo otros” …, con la cual muchos asentirían observando la cuestión laboral o política, tan cambiante como piel de camaleón durante siglos, especialmente en esta ubicación que me encuentro… El caso es, la trepanación…

El borrado sistemático de lo que percibes, o eres, tal vez lo que te atrevas a pensar… o pensarías en alguna ocasión. En eso, ha quedado la pertenencia a algo, un grupo o pensamiento, triste. Muy peligroso…

¡Ah!, y pisar duro, sobre todo, aquellas cabezas sentenciadas, o las que aparecen en multitudes anónimas, fotocopiadas como en una Matrix sin sentido. De forma que, el pisa-cabezas, el trepa… alcanzará su objetivo. En otro sentido, del anarquista laboral, que cualquiera puede hacerse con esa gestión del trabajo y sus estructuras socioeconómicas, con lo cual se acabaría con esa labor competente de la excelencia y por supuesto, con una medida drástica que, sin embargo, hizo avanzar a la sociedad a lo largo de la historia. La competencia y, en cierta media, el riesgo.

En definitiva, de una u otra forma, ser triunfador, o clasificado como referente social… para algunos, depende de los ideales. Puede que… con el fin prioritario de casi siempre, llenarse los bolsillos. Al final, es la eterna lucha entre el trabajo o el hambre… que muchas veces vino provocada por las guerras… Esas que causaron la muerte de millones de ciudadanos por todo el planeta… daba igual si miraron a su izquierda o a la derecha, les pusieron a trabajar como ´malditos condenados`… Ya no estaban.

Pongamos el caso comunista-stalinista, con sus mortandades millonarias (más bien ejecuciones y purgas), que también mandaron a muchos condenados al frío de un gulag, siendo generosos en trabajos forzados... Y mientras tanto, así ¿quién pagará la fiesta…? Pues, tó quisqui…  

El Refinamiento de los Microdatos…

En ese contexto turbio de la explotación más salvaje, dejando aparte esa esclavitud que fue moneda común en las culturas y demás regímenes autoritarios, existen los exprimidos como esencia de un zumo de Lumon. Se caracteriza por una separación sistémica, con un sentido u otro, hacia la llamada de la Severance. Es decir, separación de los términos o condiciones de conciliación, consigo mismo (con tu identidad real) o sus familias, de la ruptura de las experiencias de vida… y por último, derivado al despido, a ser posible con alguna indemnización. Sino, resta el silencio… o la muerte.

Puede que nunca lo sepamos…. De momento, esa no es la cuestión. Lo principal es la esencia del surrealismo, que podemos contemplar desde la presentación inolvidable de la serie, en una especie de matrix laboral de los sentidos. Cambiando píldora, por inyección al trigémino... con consentimiento. Y expresada además con la música de Theodore Shapiro, que crea una onda encapsulada de ensoñación pesadillesca, sarcástica, respecto a las acciones reales de los compañeros de viaje. Sin lugar a dudas, va a resultar una odisea... dividida en temporadas, que ya esperamos... quiero decir, deseamos pinchar.

Es como la representación de una compañía de actores, pero, sin saber que obra van a representar, ni cual es su significado. En este refinamiento de las cosas, ponemos el acento viendo la serie de Apple TV+, sobre la cuestión filosófica de los hechos laborales, en contraste con la percepción personal de sus protagonistas. Conformando un parte esencial de distorsión planificada, o no, veremos, con el conjunto o familia. Con el Nos hemos topado, que se ha elaborado dentro de la psique. Y es lo verdaderamente significativo, para ellos y para los espectadores.

Los datos son como los gruñidos de la realidad, frente a la pantalla… que empiezan a escucharse cuando surge el primer abandono, o depuración estratégica, a pesar de los hechos o los compromisos. Tal vez más peligroso de lo que parecía en la oficina, sentado esperando una especie de casualidad que alimente el ego del jefe y sus planes de expansión… pues ahora, abrimos los ojos... somos uno. También en el momento que se presenta “Ella”, esbelta y pelirroja, a su manera sexy, sin alharacas, y que mantiene una idea elevada en su cabeza, la singularidad. Los demás parecen embobados, los 4 o más allá… puede que alguno… embelesado hasta la baba.

Ella, como aquellos, es ese dato que fue seccionado como la sustracción de un viejo compañero sustituido, y posiblemente amigo de la sección resistente que irá creciendo con el tiempo, a medida que identifiquemos la separación. La razón frente a nuestros miedos, el hambre, la falta de trabajo, la creación o el azar… el suicidio de cualquier forma. ¿O un asesinato…? Quizá.

Por tanto, ella, sin nombre al principio… es un dato incompleto, formado por su vestimenta o aspecto funcionarial, y la función como ´nueva hija` de… Kier Eagan. Una especie de dios todopoderoso, por encima del bien o el mal… o un mero dibujo animado.

La Óptica… del Diseño.

Ella es una mente voladora, aliada con la percepción e hija de lo que podría ser un CEO en revisión, sí… es una actriz con un papel especial, llamada Britt Lower. Pero, sus compañeros de reparto de Severance, no se quedan atrás, hasta formar un trío mágico y cómicamente surrealista, con uno que empezó enterrado casi a 6 metros bajo tierra y se codea con la próxima Madame Web, en la interpretación destacable de Adam Scott. Más, el descubrimiento de Zach Cherry que, es como un flotador al que agarrarse, cada vez, que hay turbulencias mentales.

El segundo trío, o incentivo popular, es el compuesto por tres nombres encabezados con mayúsculas, que pueden ir desde la sheriff o conductora, hasta la más gótica. Puesto que sus números en el cine y la televisión, son deslumbrantes, fascinantes o terroríficos, depende de la idea desempeñada, y sus dotes para la actuación, vienen avaladas por nombres, como… Patricia Arquette, John Turturro y Christopher Walken, casi nada para despertarse en esta distopía actual, del futuro.

Pues el tiempo, define las estructuras, las formas y los sueños… el onirismo es cómplice de lo que vemos, sin revelarnos la verdad, de momento. Salvo pequeños saltos en el guión, que no se pueden contar tras la primera presentación en el olvido, y lo que esconde en realidad su interior. Resaltado con las líneas pulcras y sencillas, marcados despachos como salas de hospital, asépticos, inmorales, manipuladores de las sensaciones… ya que recrean hasta el arte clásico. Puede que disfrazado… porque en realidad, nadie se muestra en consonancia, con la imagen corporativa. Esto es, el humor es diferente al del jefe.

Y en eso, como en el suspense artificial, las interpretaciones son fundamentales, para hacernos creer lo que vemos, sin hacernos los suecos a estilo Ikea, tal que un desfile de diseños de producción, pero sin saber el qué, o para qué producimos. ¿Somos… o seremos acaso, robots…?

La empresa se define por ese frío carácter, poco emprendedor, salvo pulsar el libre albedrío aparente... que mejora con los demás peones en el tablero cuadriculado de vinilo o mamparas de cualquier material plástico, oleoso, para envolver nuestras mentes desnaturalizadas… Porque ellos, son la clave que mantiene el engaño, su enardecimiento de la empresa secreta, o la excepción que marque la regla, que desconocemos. Así destacamos la parte blanca, la mala, con reparto de gofres falsos a la sugerente Dichen Lachman, o el perro fiel, en las arrugas faciales de Michael Cumpsty y el máximo representante de lo incorruptible o no, Tramell Tillman, que es esencial como una infiltración.

Y en la jeringa cargada de la realidad, encabezada por el creador del todo, Dan Erickson, con manos y ojos de cámara o producción, para Aoife McArdle y el mismísimo Ben Stiller. Se filtran con su representación gráfica, las ideas fuera del trabajo, con Jen Tullock, hermana del prota y su esposo consejero emocional Michael Charmus, y Yul Vázquez, el liberado momentáneo,  esperando otro bocado de realismo, o ser desperdicio del pensamiento crítico.

Números… y cabritos.

Jugamos a un juego peligroso, que duró dos años en realizarse, rodeado de cabritos/as como de virus encapsulados, cuando se produce un mero formalismo, un engaño… o volcado al cubo de la basura. Todo está milimetrado, hasta el diseño, empujado con un émbolo de mentiras, con salas como celdas de castigo, para las excepciones más comprometidas o dudosas, hasta para el supuesto Descanso final… Excepto la aparición de una determinada expresión, un chiste o un sentimiento oculto en la percepción de las palabras y opiniones… Qué luego, sabremos que son una especie de sacrificio, casi ritual.

Un ritual que significa el futuro distópico, que no nos atrevemos a soñar, pues no existe tal descanso, sino que somos vehículos… ¡Mira, allí hay un aparcamiento! Cabritos, me lo han quitado… en el último respiro. Mientras que, fuera de los gritos, las pesadillas más negras aparecen, como lo hacen los susurros, para no despertar sospechas del más arriba… y los roces, que unen manos en lugares insospechados.

En esta disgregación entre cuerpo y alma, los trabajadores son como fotografías deconstruidas de lo que fueron, o son, en sus vidas privadas… Si las recuerdan… tal vez, no. Son ideas del pasado, en un pretérito que nos atropella, parecido a un canal o serie de televisión, pagados con cuotas… que, muchas veces, después ni recuerdas su visualización.

Percepciones que vimos con los hermanos Coen, en píldoras diseñadas en el Barton Fink o el Gran Salto sobre un fraude; estuvimos aparcados sin sentido, poniendo el cuerpo en una Matrix que demostraba la hiperrealidad tecnológica, en nuestros cerebros en peligro; como en esos momentos de aburrimiento en el empleo de Terry Gilliam en aquella surrealista Brasil; o pequeños bocados de realidad, Reality Bites, que el Mr. Ben menos cómico, ya entrevió en generaciones perdidas… Y por supuesto, en otras producciones más cercanas que te voy a aconsejar, si quieres. ¡Bueno, y aunque no! Que para eso, sirven los despertadores… de conciencias.

Suicidios… o asesinatos.

Si queremos hablar de pesadillas, y mentes ofuscadas con su realidad, tenemos que hablar y estudiar, el cine de don Martin Scorsese. Si no, no sabes o sentirás, lo que es un verdadero ´trabajador` con problemas, bastantes severos…

Con todos esos instantes, que coinciden en la serie Severance y el resultado laboral, los internos y los externos, los conscientes, mágicos, esperpénticos, reiterativos, confusos, aleatorios, melódicos, silentes, polémicos…. fuera de lugar, en otro lugar, en tu casa, con tu familia… se necesita observar, e investigar los hechos. Los rastros en la memoria, o el cerebro, lo que dijimos en el pasado y regresar a esos cabritos que pueden ser como los corderos en silencio… Porque, sin ellos, no estaríamos ante una película, como de Mr. Scorsese, o una grieta, o Ruptura.

Propuestas mentales que dejan etapas sangrientas entre pasado o el futuro, entre jefes y empleados, a través de sumergir al espectador en un hábitat prohibido, de atmósferas lunáticas… o en el interior de una jeringa, que tantas veces sucedió en el cine. Con todos esos brochazos, pringosos u oleaginosos, que despiertan los consciencias más olvidadas, y que vuelven para enterrar los fantasmas de otras épocas críticas, o revivirlas, como sicólogos invitados a la fiesta,  que llevan al suicidio, ¿o asesinatos… eh? Como no he estudiado lo suficiente, prefiero la observación, simple y vouyerísticamente, de la desconocida historia que sirve para hacer justicia a las mujeres de un pueblo indígena como retrato de zafiedad mental. Memoria, antes de caer en la alienación o el comportamiento extremo del Taxi Driver o incluso, del Joker.

En la histórica Killers of the Flower Moon, también se aparece un King, con el espíritu hueco de emociones y un extraordinario Robert de Niro, entre las figuras amenazantes de Ella, puede que directa al Oscar, Lily Gladstone  y el manipulado compulsivo Leonardo Di Caprio, que se desdibuja física y mentalmente; pero no cierra la constelación de interpretaciones, pues queda Brendan Fraser y un Jesse Plemons, que hace gala extraordinaria de devora-escenas de postín y de sombrero a lo Pinkerton. Si no la has visto aún, puedes quedarte en tu pozo de ambición… porque la flor del tiempo, te supera.

Como decían en aquella isla… “Y la palabra importante aquí, es vivir, vivir como una pareja libre en el mundo real”.

La Guerra… del empleo.

El ambiente laboral, en ocasiones, es bastante alienado, casi como un asesinato encubierto de veneno. Tanto grupal como personalmente, puede resultar sofocante como despertar que se repite una y otra vez, hasta encontrar la salida, pongamos el caso del agente en Boss Level, que se levanta para rescatar el amor perdido, en todos sus futuros y halla decesos. Con un Frank Grillo rescatando a Naomi Watts, ¡quién no lo haría…! de las garras de Michelle Yeoh y un renovado Mel Gibson vestido de King moderno de la Mafia. Más comercial que otros scorsesianos... 

En el salto de tiempo, también otro detective que juega a ser Juez Supremo de En la Sombra de la Luna, con la sangre de Una como aquellos Santos Elegidos de finales de los 90, que ajusticiaban elementos subversivos y peligrosos, de una obstinada declaración de soberbia representación o xenofobia en ramificación, a lo norteamericano de nuevo. Sólo que aquí comparando flores, todo es ficción, adelantada a una explosión que resuena a pretérito imperfecto. Más tergiversada también la relación familiar.

También puede ser un enfrentamiento de caracteres, como ocurre con los abogados del caso The Burial, para sacar un beneficio indemnizatorio por la misma cuestión, o parecida sin las muertes forzosas, para la defensa indígena a través de Tommy Lee Jones y ese despacho variopinto. Bien por Jamie Foxx, que es el reflejo de la piel de los muertos. Escarbando en el sentido negativo laborioso, se puede conformar como una prisión o The Mill, en la que la empresa se convierte en carcelero de los destinos de quienes deberían ser libres, al menos, en su privacidad…  Comulgando con piedras de molino, rodando al diario con la inteligencia programada. Y si no caes en ninguno de estos contubernios o limitaciones, entonces, disfrutas de tu situación en el trabajo. Enhorabuena, compañeros.

Mientras que, los otros viven en la opulencia, esa búsqueda de la excelencia estará sesgada, manipulada para conseguir un efecto placebo que nos haga protagonistas de la historia… sin serlo. Mecánicos autómatas, como aquellos asistentes en Blade Runner, a través de unos que retiraban de la circulación a los jubilados, o a punto de serlo, según su deidad creadora. Ora pro… reprogramados.

No lo sabremos nunca… el futuro. Y esa es, sin duda, la gran inquietud de Severance, gracias a la aspiración de lo que queremos llegar a ser, y decírselo a los que nos controlan en estos GH globalizados, para no ser tratados como monigotes o guiados como un gran “mecha japonés” hasta el retiro o desempleo. Arrastrando piedras... puede que recuerdes al Prometeo.

En fin, estas representaciones visuales del nuevo Hollywood de las plataformas, son formas de crear otros ecosistemas alternativos, guiados a la producción y la dramatización narrativa, que evite dicha ruptura entre el corporativismo y los egos.

El pelo asilvestrado de la bruja de Blancanieves, frente a los siete obreros enanitos, que representa la silenciosa intransigencia del ser, gracias al comportamiento del personaje de Patricia Arquette… Los que fueron esenciales, en trabajos más allá de Oriones, en metafísicas complejas, o silenciados, ya sabes King, como meros terrones de azúcar moreno, para el café de los que se creen dioses… y la alternativa de un 2024 que apenas empezará, con otros caídos en el paro forzoso o en la guerra que se avecina, intentando  evitar convertirse en títeres sin alma… como aquel Jean Gabin, frente a la avioneta de Erich von Stroheim, en la gran escapada a La Gran Ilusión de Jean Renoir. Otra, que rodada en plena batalla aquí, entre verdaderos vecinos y hermanos, se va acercando al cumpleaños centenario.

Después la 2a gran empresa, con la llegada del nacionalsocialismo, denominado obrero… la María de Fritz Lang, huyó de allí en busca de libertad, nada más que añadir, hasta el 27… Bueno sí, que Severance ´es parecido` a campo de concentración y que ahora el Ser Supremo, será el dinero digital, como no. Con ello no podremos movernos libremente, ni para comprarnos… ¡un fucking gofre!

Me falta una, pero quién diría que nos cruzaríamos con un obrero especializado, Un Panadero, vestido para matar tal que en el pasado. Cuando Ron Perlman, que parecía cocido... se vuelve un Santo de aquellos Elegidos, contra el King, que es... el verdadero Mr. Lobo, Don Harvey Keitel. ¡La Masa está preparada!, siempre ha habido clases. Arriba y abajo, como en aquella serie, con diferentes tipos de sangres... y en The Baker hay bastante, aunque parezca falsa.

Servido en Bandeja de Plata, seguro, puñeteros picapleitos… calculando gracias al dios Mr. Billy Wilder… como diría aquel director, españolito, que se vistió por primera vez de blanco y oro. ¡ Y amén! o no… Feliz Navidad, Mr. Lawrence. Y feliz cumpleaños 40, del notable filme de Nagisa Oshima, el del Imperio de los Sentidos… donde Ryüichi Sakamoto, la verdad no existe sin el yo, y el otro imperio de David Bowie, se dieron la mano por última vez. Más música mágica, que fabrica amores como sudokus libres… descansen en paz ya, ambos.

 

 


Cinemomio: Thank you

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