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domingo, 3 de septiembre de 2017

Guardianes de la Galaxia, Vol. I


Los Guardianes de la Galaxia.

Es screwboll inhumano y galáctico:
De los confines del universo, ha reaparecido una saga de héroes que andaban en las nubes... perdidos en las páginas del Universo Marvel de los cómics, para demostrarnos que su palabra es ley. Y carcajada...

Es curioso que una franquicia como ésta, con la variada personalidad de sus personajes, haya sido entregada a Disney para crear sus aventuras en una serie de películas. En la que Los Guardianes de la Galaxia es la primera, con la que parece despegar definitivamente. Más increíble aún parece la nominación de un nombre propio, emergido de las entrañas underground o el cine denominado ´casposo` de los 80, a través del tiempo y el espacio, más satírico que nunca.
James Gunn ha recorrido las abominaciones y divertimentos de la factoría Troma (fundada por Lloyd Kaufman y Michael Herz en 1974) para acercarnos unos héroes infantiles o juveniles, en un entretenimiento masivo que ha llegado con oleadas de risas y mamporros. Sin olvidar sus reminiscencias morbosas, ablandadas por la distancia recorrida en el viaje Disneyland.

Pocos se acordarán de la primera incursión de los Guardianes de la Galaxia, aquellos superhéroes adelantados posiblemente a su generación, enfrentándose a mundos desconocidos y amenazas fantásticas. Alfa Centauri estaba a millones de años luz de nuestras conciencias y sus problemas cuánticos, se resolvían por la necesidad de unir fuerzas más que combatirlas como un equipo de élite, contra poderosos enemigos.
Muchos años de luchas intelsticias y amenazas fantasmas, para cambiar la perspectiva allá por el año 2008 con la aparición de unos diferentes y descerebrados Guardianes. Debemos su nacimiento tras las revueltas sociales y políticas, de la mano de Dan Abnett y Andy Lanning, que describían otros mundos, a parte de este maldito. Héroes con personalidades y cualidades semejantes a las humanas, pero con peculiaridades y superpoderes cósmicos, para hacer atractivo su mundo de ficción y el scifi clásico de tipos duros como aquel Fantasma del Espacio o Los Supersónicos, Superman, Flash Gordon, o aquellos Herculoides o Defensores Interplanetarios, también de Hanna Barbera.

Pero, desde 1969 a 2008 cambiaron los componentes del grupo dinámico y el director nacido en Saint Luis (Missouri), James Gunn se fijó en su etapa más moderna para dar el salto a la gran pantalla.
Un casting amplio y acertado para los personajes. Su manera de contar la ciencia ficción, con diálogos chispeantes, da una extensa panorámica que abrirá para los protagonistas del universos, historias futuras y venganzas.
Además, rodeándose de actores que cambian sus apariciones acostumbradas por esta aventura espacial, como Glenn Close, John C. Reilly, Benicio del Toro o Josh Brolin. Más un divertido grupo de cinco variados cuerpos y voces para los protagonistas, que tienen ya legiones de seguidores.

Peter Quill o su alter ego espacial LordStar. Ladronzuelo imitador de otros viajeros en su busca de fortuna. Gamora la experta en patadas voladoras por encima y debajo de la cintura para sus escarceos sentimentales o Drax el Destructor saltando desde la cuerda de su planeta para golpear con estilo de wrestler a sus enemigos.
Y una pareja diferente, Rocket Raccon, mapache mal encarado con un tercio de hombre, diseccionado y tirador de élite; Groot, un humanoide árbol protector y sacrificado la completa. Consiguen un efecto "buen rollo" entre pequeños y mayores de todo el mundo.

Se ven obligados ha salvaguardar el equilibrio en la galaxia de la amenaza Kree (sin desmejorar sus pretensiones crematísticas) y convertirse en una fuerza interespacial atemporal, a través de espacios paralelos. De momento, sigue esta moda de fundir las páginas del cómic con la imagen digital en la gran pantalla y crear nuevas franquicias.
Gracias al creador y todopoderoso de Marvel, a quién el tiempo no parecer mellar en su longeva visión, Stan Lee el terrícola, se une a Disney para no olvidar que los tebeos que leíamos de niños, nos seducen de mayores con sugestivos recuerdos.
Algunas ideas "tromáticas" semi olvidadas en el tiempo, como el romanticismo indulgente y rebelde de la pareja protagonista.

Otros guionistas se suman al filme para regarlo de sinsentidos, dobleces adultas y chistes soltados en cascada por estos guardianes intransferibles, saltando de la tinta a unos efectos fabricados en los Estudios londinenses Shepperton.
La habilidad del equipo técnico para crear mundos anamórficos y el atrevimiento de Disney para salir de sus proyectos más clasicistas y decantarse por la acción, la aventura, humor y música, ha sido efectivo. El argumento es mezcla de humor blanco, entretenimiento y guiños para todos los gustos y edades, con diálogos enfrascados en mundos internos y peleas absurdas.

Stan Lee y Disney entregaron los poderes a Gunn, para presentar en el cine a unos héroes poco conocidos, olvidados en planetas de segunda división de la gran Liga Marvel. Para volver como verdaderos representantes de la franquicia más lunática y risueña de la editorial.
No sabemos si tuvieron que pararle los pies o Gunn echó raíces por sí solo, pues se dulcifican las bromas o desprenden de su mirada más morbosa. Da igual, porque el resultado ha sido diversión a tope, olvidándose de Troma, o anteriores filmes, Super (un superhombre en su torpeza), Slighter o Movie 43. Su colaboración con Peter Farrelly le abre las puertas a grandes producciones.

Esto es una recreación del encuentro de Los Guardianes de la Galaxia, en plena guerra Kree contra los Xandarianos.


Abandonando el planeta Tierra no sabía lo importante que significaría la música para él en su vida futura.
Ni tripulando las naves más veloces del universo, su mente viajaría más deprisa que, a lomos de los acordes, grabados en su pequeño y anticuado walkman. Era ponerse los auriculares y dejarse llevar hacia las estrellas...

Desde su desaparición a finales de los sesenta, en la Tierra se sucedieron las guerras, y la igualdad de oportunidades entre razas y mujeres era un hecho. La música era más estridente y en el cine habían aparecido héroes como Luke Skywalker o Han Solo.
StarLord es la mezcla de ambos, con inteligencia y chispa, su juventud y apariencia de adulto, le convertía en bribón descarado y mujeriego. Un buscador de las aventuras espaciales y el romanticismo.

- Llevo años cabalgando estos rincones de la galaxia, al igual que un llanero solitario en busca de aventuras. Me lo paso bien, conozco chicas y, de vez en cuando, consigo algo de dinero.
- Ya tengo la gema en mi poder -sonrió a James Gunn, de soslayo.
- Tu consigue esa piedra que yo os haré millonarios. No os preocupéis por vuestros valores, ya con Super vi las posibilidades de afrontar un proyecto sobre superhéroes.
- Pero James, que esto no es un proyecto Farrelli. Estamos en el mundo Disney.
- Por supuesto, en el fondo soy un niño. Respeto por ellos. Nunca mienten y te dicen lo que no les gusta a la geta. Esta aventura va por ellos, aunque intentaré dejar mi rúbrica.
- Nada de vísceras saltando por los aires.
- Tranquilo, estrellita.


(Sin embargo, las fuerzas de la naturaleza ocultas en la dichosa piedra atraerán a su espacio vital, otras personalidades que confluyen en una suma de equívocos. La desintegración del buen rollo por un exceso de avaricia).

- Mirad lo que tenemos aquí, una piel verdosa cubierta de curvas y vaya curvas.
- Fíjate en las cosas que podríamos compartir tú y yo... hmmm - Gamora le atizó una patada que casi deja sin conocimiento a LordStar.
- Hey chica verde quieres que mi roll de conquistador me abandone, ay. Esa piedra tiene un propietario, y soy yo LordStar.
- Yo no estaría tan seguro, barbitas.
- Yo soy Groot.
- Esto se está pareciendo demasiado a un circo... mujeres con piel de serpiente, mapaches que hablan y un... ¿árbol?
- Yo soy Groot (cuatrero dice el humanoide mitad árbol, y le golpeó dejándole a los pies de la policía).
- Quietos los cuatro, quedáis detenidos por el desbarajuste que habéis montado. Destrozasteis una pasarela y varios puestos de venta, una fuente... Muchachos estáis peleando rodeados de gente en un centro comercial.
- Hey y tú, Zoe Saldana... vete pasando por maquillaje que te tienen que dar unas capas de azul. Te llama Cameron desde su mundo.
- Ay, madre. Pintarme de azul, para luego volver al verde que te quiero verde.


++++++++++++++++++

Gunn ha reservado el papel de cowboy espacial, deslenguado y chulesco a un conquistador llamado Chris Pratt, al regazo de pilotos con Halcón Milenario o exploradores terrestres como Indiana Jones, más musculado y con barba semi-descuidada.

- Vaya la que habéis montado, sois unos ladrones sin escrúpulos ni educación.
- Mira quién fue a hablar. El irresposable número uno.
- Esa piedra me pertenecía, patético humano simiesco. No sabes que están acariciando con tus manos de entrometido.
- Claro que sí, chica verde. Dinero, poder y mucho dinero.
- Yo soy Groot (Y la muerte, tradujo el mapache).
- Un mapache traductor y un arbusto, esto parece National Geographic. Tenéis algo más que añadir...
- Yo soy Groot.
- Imbécil - añadió acentuando la contestación del humanoide. No intentes hacernos perder los estribos tocándonos las narices.
- ¿Narices, dices? O más bien hocicos, tal vez, raíces - dijo sonriendo.
- Yo soy Groot (Piensa en verde hombre, serás más feliz).
- Pues conmigo ni sueñes, ni me nombres, soy Raccon. Humano narigudo.


++++++++++++++++++++

Su heroína cambia la tonalidad que no el registro "avatárico", para meterse en la piel férrea de una fémina guerrera llamada Gamora, experta en la lucha cuerpo a cuerpo e interpretada por Zoe Saldana.

- Eh muchachos, cuidado con tocar a la dama. Su piel se identifica con dulce carácter, pero peligroso comportamiento en la lucha.
- No me pongáis vuestras sucias zarpas encima o tendréis que tocar a vuestras mujeres con una pajita. Soy Gamora hija del poderoso.... y os haré comer vuestras manitas de cerdos.
- Nosotros si te hincaremos bien el diente, perra verde - dijo el más criminal de los reclusos.
- Aquí, Drax el Destructor, caeré como una tormenta de fuego sobre el que toque a la dama. - Drax se acababa de unir a un grupo de cinco elementos a cada cual más peculiar y diferente.
- Vaya vaya, la montaña de músculos se ha enfadado, se inflamaron sus estúpidas venas.
- Y acompañado del perrito rabioso. Pareces escoria a cuatro patas.
- ¿Cómo? No intenteis detenerme... A por él... (LordStar y Groot, le pararon pataleando en el aire).
- Tranquilo muchacho enmascarado, te harás daño.
- Aaaaaaaaaah, no soy perrito de nadie... soy un mapache, y manipulado genéticamenteeeee, eh.
- Bonita historia, a Drax le han asesinado a toda su familia. Y yo, necesito la venganza.
- Todo muy bien, pandilla de chiflados, pero necesitamos salir de esta cárcel. Si queréis orinar en mejores lugares, hay que abandonar el agujero de este calabozo.
- Mirad Groot está comenzando por sí solo a mamporros. ¡Al ataque!
- Si hay que apoyarse para escapar, empezaré rompiendo algunos cráneos. Soy Drax.
- Tranquilos, las chicas también sabemos defendernos solas. - con rápidos movimientos de artes marciales, Gamora dejó fuera de combate a 4 fuertes criminales, en pocos segundos. Morder el polvo estelar.


+++++++++++++++++++

Una vez en el exterior, la gema tenía una fuerza inigualable y un precio incalculable. El interés despertado en varias estrellas a la redonda, había llamado a personajes de todo método y condición dispuestos a artes criminales para apoderarse de ella y su poder. El peligro era inminente.

- Gamora, gracias eres muy valiente y sexy luchando. Te gustan las piedras brillantes o buscas dominar el universo.
- Deseo venganza. Y tú vas un poco de sobradete, majo. Guarda tu lengua y lo que tiene bajo esos pantalones ajustados, pueden sufrir un accidente al separarse de tu cuerpo.
- Hum, fuerte caracter como me gusta, me recuerda a una pareja de gemelas que...
- shhh.
- Vale, habrá que esperar a una ocasión mejor de acercar posturas. Tal vez, bajo una lluvia de estrellas recién creadas.

(Y se puso los cascos, pulsó la tecla anticuada de Play y viajó a bordo de su pies, con unos graciosos pasos. Era el recuerdo del lugar llamado Tierra al que perteneció un día. Y a su familia...)

- Este chico está en las estrellas, es gracioso. Lo extraño es que se coloca ese artefacto en sus orejas blancuzcas y entra en un trance o alucinación... esa forma de caminar no es de este planeta.
- Baile, se llama baile. (y algún día tu piel de batracio hembra entre mis brazos, sin poder ni querer escapar).


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El trío invitado a la fiesta romántica del truhán y la princesa, es un grupo compuesto por las extremidades rocosas de un luchador del ring, Dave Bautista pelea en el espacio con el título espacial en la Unión de Constelaciones y el Cinturón de Orión, el tronco protector de la naturaleza, el dinero y los amigos de ambos en la voz monotemática de Vin Diesel, y por último la cabeza pensante, chismosa y cambiante de un zorro con máscara como Bradley Cooper. Todos forman la parte buena y chismosa de la peli.

- Somos ladrones y hemos llegado hasta aquí para sacar una buena tajada.
- Si no te hubieran inmiscuido en nuestros asuntos, ahora Groot y yo seríamos ricos. Un mapache de vacaciones en las costas del planeta Bilis-X y sus bailarinas de tres encantos. Aguas amarillentas enriquecidas con nutrientes en C-666.
- Agüita amarilla, aaagh. Yo quiero aplastar a.... he venido para mojar su oreja no mi poderoso culo.
- Pues, uno menos en el cotarro para repartir. Así, tocaremos a más nosotros tres, no es así mapache.
- Yo soy Groot (parpadeó con recriminación a lo oído).
- Ok, mi amigo tiene derecho a su parte. No le lastimemos en sus raíces más profundas.
- Está bien... así podrás abonarte... a la televisión por cable.
- Hahaha
- Yo soy Groot (no supo si molestarse, pero optó por una sonrisa profident sin hacer leña del árbol caído).
- No le gusta la tele, pero acepta si te disculpas. Prefiere la tranquilidad en el bosque, plantarse todo el día en el jardín a leer las hojas y susurrar el viento al resto de la naturaleza.
- Y sino, volaremos la cárcel con todos dentro. Tengo un plan, vayamos a por nuestro dinero, cara guapa.
- Con delicadeza y sin llamar la atención. Qué sois muy aparatosos.
- Ya... y tú eres un agujero negro.
- Tragón.
- No, con tu estúpida profundidad.
- Yo soy Groot.
- Qué dice...
- Que no ridiculices a su linaje, tiene parientes cercanos en tu planeta y otros imaginarios, llamados Ent.
- Yo también leí a J.R. Tolkien.
- Yo soy Groot.
- Lo dice en serio, pasos de ganso.


++++++++++++++++++++++

Todo su propósito de pasar desapercibidos, para tener a todos pendientes de 4 0 5 chicos duros, o verdes.
La mitad de la galaxia siguiendo sus pasos, sus cabezas. Necesitarían naves para esquivar las hordas enviadas por Ronan. La guerra contra los Xandarians podría acabar con la victoria total del señor oscuro si consigue la piedra.

- Vaya tela la que se está montando, las estrellas están calentitas.
- Casi morimos todos.
- Gracias por salvarme la vida. Pero, no pienses que tienes mis pies en el bote.

Mientras Ronan ponía su voz más gutural, con sus esbirros comandados por la antes pelirroja, Nébula o Karen Gillan.

- O me consigues la Ronan, o te vas a tener que echar el Oculus, en proyectos fantasmales. Nebulita.
- Como se lo diga a mi abuelo Thanos... a ti si que se te va a caer el pelo. Ronin.
- Y Gamora.
- Le chamusco el pelo a esa estúpida adoptada y malcriada.

Una vez concedidas nuevas naves con poder "láaaser", los cinco se sometían a cuestiones transcendentes y planeaban sus próximos y peligrosos pasos.

- Eeeh, tú crees que me quiere. No.
- Mira animal sin pelo, rosadito cowboy... No me fastidies.
- Cuando consigamos el dinero, podrás comprarte una casa con jardín. Pasear y hacer tus necesidades.
- Y tú, unas clases de sevillanas. No te digo.
- Creo que nos están persiguiendo...
- Poseo unas dotes de conquista, una atracción irrefrenable para el sexo opuesto. Mis pies hablan por ellas.
- Yo soy Groot.
- Dice que te los laves después de actuar.
- Humanoide-vegetal, animal-humano, venas poderosas, hombrecillo. No os quiero molestar con vuestros profundos comentarios, pero tenemos una cuadrilla detrás. Dis pa raaaaaar!!
- Maldito arbolito, ya me llamarás cuando no tengas abono.
- Ha sonado a anuncio de comunicaciones. Haha
- Mira, Rocket cepíllate esa dentadura y recuerda que no eres más que una cuarta parte.
- Yo soy Groot -quiso recordar, cinco.
- Por él ... te la hinco.
- Yo soy Groot -te quiero... lo mismo.
- Dejemos de hacernos paj... (piiiiiit Disney). Tengo un arma y sé como usarla contra los malos... Banzaiiiii!


Abandonando el romanticismo, la charla inteligente y los sueños de futuro, se sentaron a los mandos de sus naves.
El joven cowboy colocó una cinta en su walkman y comenzó un baile de disparos que iluminó todo alrededor. Había cazas por todas partes. En el espacio se intuían ruidos de explosiones, pero la música acompañaba el baile de los cisnes en multicolor. En esa batalla épica, se sentían como héroes clásicos griegos o romanos, sin embargo, estaban en el 2014 y su sentido del humor no caería en la gravedad.

- Vamos gatete, no te subas por las ramas del arbolito. ¿No sabes disparar mejor?
- Cómo te atreveeees... aaaahaaaaaaaah. -desplegó toda su habilidad para el gatillo.
- Yo soy Groot -no es gato, es mapache.
- No me hagas sacar las garras, soy un prociónido y mitad más hombre que tú -gritaba Rocket mientras seguía abatiendo enemigos.
- Siempre, mapache saltas defendiendo a don verde.
- Soy su protector, el me defiende. Somos amigos.
- Perdona Sr. Mapache y además sabes disparar. Mis músculos estarán siempre a tu servicio. Tú me salvaste también, ahora, tengo que destruir a Thanos. Por Kronos, gracias a este poderoso cuerpo. Aniquilaaaar.
- Hey, hey musculitos. Te has olvidado tus pastillas de fósforo hoy. Calma.
- Primero, debemos defendernos de Ronan y mi hermanastra o algo así, Nébula... son poderosos y sedientos de sangre.
- Dejadme al listillo del martillo. Se lo haré tragar por bocazas de la galaxia.
- Más música, ¡acción! Grandes éxitos de la Tierra en los ochenta, guau. Came on!


++++++++++++++++++++++++++

Toda fuerza fusionada en la gema deseada por Ronan interpretado por Lee Pace (volveremos a verle en El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos, como Thranduil) y por otros personajes, nos lleva a guerras en la galaxia, chistes espaciales y extraterrestres con divertidos maquillajes o diseño digital.
Compitiendo en malos modos tenemos a Michael Rooker en modo desfasado (ya apareció en su anterior película Super) maquillado y listo para clavársela al más pintado (de verde u otro color, la flecha digo). Otro que tal baila, Korath el perseguidor interpretado por el todopoderoso Djimon Hounsou. The Collector con un Benicio del Toro, divertido sobre todo, y Josh Brolin saliendo del mismísimo Titán o luna de Saturno, en su forma de semi-Dios interesado por las artes oscuras y la muerte.

- Me cachis, cada vez tengo a más tipos malvados, imitando mi voz. Pues, a ver quién la tiene más oscura.
- Soy Korath, ahí creo que os gano yo.
- Con lo bien que estaba yo, por la selva y mis revoluciones -dijo Benicio del Toro cambiándose para interpretar a Escobar.
- Dónde habéis ido a raparos. Yo siento algo de picor -exclamó Yondu Udonta rascándose con su flecha.
- Claro con lo que tiene incrustado en tu cabeza.

- No sabía yo, que una mísera piedra iba a montar todo este jaleo. A este paso podrán hacer un largometraje -Dijo Drax.
- Oye macho que estamos rodando una -replicó James Gunn.
- Yo soy Groot... (No conocéis El Señor de los Anillos o qué)
- Yo sí, apuesto a que te refieres por lo que ocurre por poseer un Anillo.
- Yo soy Groot (caramelito para el humano)
- Gamora, de los años que llevo cabalgando por el universo, nunca había visto unas estructuras tan divinas...
- Tú estás fatas, chaval.
- Ese Sauron era un primo mío, al que gustaban demasiado las sortijas -se oyó desde arriba, el vozarrón de Thanos.
- Esto se nos está escapando de las manos.
- Yo soy Groot (y las ramas)
- No seguid, seguid. Yo sigo rodando todo -sonreía Gunn tras su cámara.

- Y Arturo, conocéis al rey, la espada y otra roquita. Épico.
- Pues yo querría más Amazonas, guerreras en sus trajes ajustados. Sería otra historia.
- Tranquilo, tomo nota -contestó Gunn.
- Yo quiero participar también -dijo Tom Cruise que pasaba por allí de visita.
- Meto más Troma o no... No me atrevo. Qué diría el pobre Walt.
- Yo quiero ver a la Wonder Woman.
- Esa pertenece a otra ganadería comiquera.
- A mover la colita. Los mapaches somos más certeros que los humanos.
- Yo soy Groot (y nuestras esporas...)
- Necesitamos apoyo y una nave. Tengo un amigo azul que nos tratará bien.


- Maldito humano cobarde, ahora vienes a pedirme ayuda. Mi flecha se pone nerviosa.
- Si me matas, perderás un negocio fabuloso.
- Mi tripulación me reclama tu carne, pimpollo.
- Comerrrrrrr! -todos a coro.
- No jodáis, yo os llevo al restaurante Arguiñanus. Pero tú, te vas a tener que quitar esa cresta.
- Con este hambre y por un plato del chef de las ondas, yo me afeito hasta la perilla.

+++++++++++++++++

- Yo soy Groot.
- ¿Qué ha dicho el amigo, arbolito?
- Nada que os interese, algo de plantar una semilla.
- Chistes guarros, no eh? -avisó con cara de susto el director. Mientras miraba el pecho de Nébula.
- Os agradezco que me acojan en este espléndido grupo comandado por la estupidez machista, chicos. Yo allá en el monte, tan aburrida con mi pseudo hermana y tío del mazo.
- Guapa, nos seduces con tu boca, ojos, tersa piel de ranita... Ven te demostraré como dar unos sencillos paso de baile.
- Pues, tendrás que demostrarme más cosas. Hasta que no salves un mundo o dos.
- Qué exigencias, j... corcholis.
- Vale, vale... Cortad el rollo, yo si que he tenido una vida lamentable en los laboratorios humanos.
- Yo soy Groot -te quiero, Rocket.
- Y yo a ti pequeño, Grooty. Nuestra amistad echó raíces hace mucho tiempo.
- Bien tomo nota... La próxima aventura tendrá un "remember" de vuestro reencuentro emotivo.
- Yo quiero matarrrr...
- Vale Drax, ahora te traemos una Play o algo.


++++++++++++++++++++++++++

- No, si al final este chico, le mete por detrás el Martillo a su dueño.
- Todos juntos apretaaaar. Esto es un equipo, Vamos.
- Maldito Ronan te has dado cuenta que cambiaste una letra con Conan), imitador.
- Ya me habéis cabreado, a tomar por saco el arbolito de Navidad. Ya tenéis leña para la chimenea.
- Cómo... qué has hecho con mi amigo Groooot, muerte y destrucción a Ronaaan.
- Ya no soy Groot (Ronan es un imbécil como la copa de un pino)
- No sé, este chico tiene una mirada que contagia. Si al final se carga al malo, le voy a tener que facilitar un poco el baile.
- Hey, no os quedéis mirando. Qué yo sólo, no voy a poder combatir el poder de la gema. Dadme vuestra fuerza.
- Mecachis, ahí tienes mi zarpa. Y mi brazo poderoso... Y mi piel verdosa, cariño.
- Siento algo en el estómago. No sé si mariposas, baños de lunas, luciérnagas... o gases.
- Tomaaaaa Roniiin, burn burn! -gritaron todos juntos. (Y el Thor de negro, se derritió como un heladito en un chiringuito al sol)
- Formamos parte de un nuevo grupo... Somos Los Guardianes de la Galaxia. Y, déjame tu número de teléfono, chica verde.


Como en su nacimiento con Troma, James Gunn toma nota del cachondeo para futuras citas intergalácticas, con la necesidad de captar adeptos infantiles se pierden tramas más indeseables (recordemos su comienzo con la película Tromeo y Julieta o la más reciente Super) pero aún habrá posibilidades de ofrecer otras caras más atrevidas en siguientes entregas.

El espacio ha sido conquistado, y también los corazones de muchos aficionados al scifi y al cómic con su humor y acción, en el primer fin de semana la recaudación ha convertido a los Guardianes de la Galaxia en el filme más arrollador del verano, superando a Capitán América: El Soldado de Invierno. Más de un millón de personas ya ha visto en España la película que lleva recaudados más de 540 millones de dólares en todo el mundo, aire fresco ante los grupos monopolizadores tipo Vengadores, Inhumanos, Liga de la Justicia o X-Men. Parece que alzan el vuelo con pretensiones de seguir consiguiendo atractivas metas.
En los Guardianes habrá incorporaciones significativamente femeninas. Veremos como se posicionan, los rostros.

- Y el árbol no dice nada ya.
- No, sólo baile -contestó el director.
- Música y a cimbrear las caderas, ven Gamora.
- Ahora no LordStar. Que me parto, tronco.
- Pues, los mapaches también tenemos una vida sexual activa.
- Ese es mi gatete.
- ¡Imbécil, soy de otra especieeeee de mamíferoooos!

The Guardians Five.


*** Buena ****

Guardianes de la Galaxia, vol. 2

Guardianes de la Galaxia Vol. 2: Dale al Play...

Los Guardianes han regresado, y por fortuna o el dios pretérito del cosmos (algo enfurecido), pocas cosas han cambiado...
Todos esperando que apriete el botón, con su cara de niño que nunca ha roto un plato y su mirada perdida en el horizonte. La diversión narrativa que los seres humanos, siempre han visualizado entre la humanidad y una mente, excesivamente megalómana (si posee oídos, que dudamos) o endiabladamente sádica y apocalíptica. ¿Eh?
Despierta Groot, todo ha sido un mal sueño... ¡ponte a bailar como Gene Kelly!
I´m Groot!
Ah, no... ya lo dijo un personaje de Twin Peaks, ¡maldito!
I´m Groot!
Vale disculpa, la culpa siempre será de la lluvia cósmica... y recuerda:
Not That Button, baby Groot! O tocaremos the bottom.
I´m Groot!
Que no me harás caso a mí... que escucharás lo que te diga Mr. Gunn. O.o

Y comienza a el segundo baile, con una escena sacada de aquellos musicales de Broadway, pero, con nuestros amigos o protagonistas de Guardians of the Galaxy, en pista y danzando como vegetales animados, exhibiendo músculo entre guiños monstruosos y efectos delirantes o graciosos. ¡Vaya entrada!

A este lado del universo ´desconocido` y luminoso, el sonido forma parte de su esencia ecléctica o naturaleza amistosa, por encima de todo... excepto de la diversión.
La música permanece sostenida por el humor y la acción, flota en el ambiente y sigue manteniendo los mismos efectos en los protagonistas, rebeldes recalcitrantes o poliédricos de ayer, con alguna incorporación emocional. Son como músicos impertérritos de un naufragio cósmico, balanceándose entre el bien y el mal.
Pero, nunca se hunden, porque son héroes legendarios del cómic, creados entre Arnold Drake y el colorido de Gene Colan (autor del terror de la Tumba de Drácula y el extraterretre-ánade, Howard), por allá en 1969, época de cadillacs y rockeros. Hoy modernizados por Dan Abnett y Andy Lanning, para mostrarnos la cara posible de lo impredecible.

Llevados al cine hoy, esto significa, carcajadas coloristas y un poquito de... It´s Showtime!
Su rebeldía no tiene fin, a partir de brillantes o pugilísticos diálogos, que persiguen la acción espacial con ese humor característico de la primera. Se han ensamblado como grupo cinematográfico, particular y diverso, que se mueve por las canciones de antaño y bailan a su son... claro, también al de sus naves, armas plasmáticas o láseres. Siempre que se lo permita, la olvidadiza mente de aquel pequeño brotecito o retoño, con su contoneo para todas las edades y géneros.
Sí, es el protagonista como dijimos y sabíamos, recordado por el gentilicio de Groot y su ´despierto` cerebro en crecimiento vegetativo. Todos quedaron encandilado por su enorme sapiencia de secoya o defensor de lo verde, ahora saltando de su maceta diminuta o terreno inestable, y cimbreándose con las ondas hertzianas. Pero, divirtiendo al universo con su ritmo florecido... y acercándose al estrellato con paso suelto y danza, firmes.


I´m Groot!
Perdona plantita, se nos ha colado este clip ochentero.

Música celestial o espacial.

La música es buena para el crecimiento físico e intelectual, ahora, Groot se ha convertido en un pequeño simpático y juguetón, que no descansa ni en sueños. Con algunos centímetros de más, sigue desarrollando otras habilidades, tal que el movimiento de pelvis, como un tallo flexible al viento, tronco.
También, establece su posición con el colorido vómito contestario, o dubitativo, no sé. Lo veremos en los futuros desafíos de los Guardianes al otro lado y las lagunas arborícoras de su mente, ojeando libros de biología o historia de sus grandes predecesores en la Tierra.
Si bien, antes, que su pasión por las novedades informáticas y la tecnología, veremos a sus progenitores o compañeros marcianos, con sus movimientos guerreros en la pista de aterrizaje y alguna disposición diferente en sus vestuarios, pensamientos y... corazones.


Podría ser una de sus pasiones, más ecológicas a priori y respetables ante los diversos mundos, es el dedo derecho del padre, que apunta en todas las direcciones de la Galaxia Marvel. Star-Lord, siente su presencia en las alturas (o bajuras), como los problemas derivados con los bailes no correspondidos, y esa devoción por los botones y las dudas...
Ya lo advertimos, cuando Miss Quill se acercó a un extraterrestre como J´son, o ante determinados estirones y los deseos de la futura familia... que no se puede hacer nada. Sino que se lo pregunten a los viejos residentes del espacio cerrado y los azules de Alfa Centauri, viajando en el tiempo y transportándose a nuestro Planeta Azul y caja de ritmos.


Esto no acaba en la tonalidad, ni en unos simpáticos centímetros contestatarios. Sin tiempo a respirar, por instantes, pareciera que el arbolito es el niño bonito del guion, aunque existen otras pequeñas evoluciones no cerebrales ni sentimentales. Alterables e inestables como un clon que no ha tenido infancia feliz ni visto películas 3D en Imax, o un gigante violáceo con un humor de pe... de mapaches. Una pareja tensa como los músculos y compenetrada a base de chistes e improperios, también alguna entradilla sexual para acercarse a los mayores, de actos no de edad.
Alrededor de, representante vegetal y un astroboy ya crecido, se esfuerzan en seguir sus pasos extraterrestres, los danzarines que aparecen en los títulos ulteriores. Seres, otrora marginales, que evolucionen alrededor de una hecatombe ruidosa, prismática, a través de un caleidoscopio fluorescente e infinito, no sé de cuantos trillones de tonos en la paleta y años luz. Dos fuertes hermanas enfrentadas, a raíz de los jueguecitos de su tutor, aquí, desaparecido en combate.
Ahora, deberán aprender a bailar de nuevo...


Al menos, van aprendiendo algunas frases ´savias` y cimbreos... ¿o no?
Y es que, ver el crecimiento de una criatura, en graciosa libertad y armonía con el mundo, pero un dolor de cabeza para los nuevos, como Pom Klemetieff o Mantis para los amigos espaciales, Sean Gunn el colega inseparable del gran Michael Rooker, o los malos extrovertidos de todo esto. Unas relaciones tan emocionantes y complejas, como la aparición de un pariente inesperado, que te empieza a tocar... todo lo que tienes controlado.
Tan curioso como los cambios hormonales, o cambiante como los rasgos emocionales que se establecen en tu círculo de amistades. Temeroso como las ideas de tus contrincantes acérrimos, o enemigos sedentarios en una guerra virtual, de consolas, cercanos a una batalla campal en Internet, con bots peleándose entre sí y destrozando cualquier rincón del ciberespacio. Aunque, siempre exista una resistencia, más o menos, activa. Aquí encabezada por Sylvester Stallone (sí, el Juez Dredd), Ving Rhames (Pulp Fiction), Michelle Yeoh (Tigre y Dragón), la voz de Miley Cyrus (no registrada), la de Seth Green como Howar el Pato (¡heim!), o el mismo e indisoluble Stan Lee, como un astronauta con amplio sentido del humor o gran caja de resonancia... diríamos un arco iris en el mundo Marvel.


No obstante, algunos reglones se escriben torcidos, como una relación paterno-filial, o como una cresta que no encuentra su posición exacta, dentro del cajón de los calcetines. Desafiantes como un beso furtivo bajo las estrellas... o soñado al menos, se alza los ideales fantásticos (y fanáticos) de un mundo idealizado llevado por una mano con piel de serpiente. Sin duda, algún resto epidérmico de nuestra juventud.
Igualmente, contradictorio como un personaje encarnado por un Ego, desafiante como un otro disfrazado de paternidad o divinidad con hambre insaciable. Un dios con botas de serpiente cascabel, para bailar un taconeo country.
Es el alter ego de Chris Pratt, metido en cintura, por el carácter de Snake Plissken. El fantástico y sibarita, Kurt Russell, aquí algo más ofuscado con una vuelta atrás de 34 años en los píxeles. Aunque no únicamente en el cuerpo, también con un cambio cerebral, todopoderoso y romántico... Sin embargo, olvidado en pos de la unidad universal. Esto es, una vuelta atrás en el espacio y el tiempo, musicales ambos.


El Ruído y el Color Estelar.

No debemos olvidar otras atractivas circunstancias que envuelven un producto para el entretenimiento más continuista, gracias a... Groot.
Observar como la familia sigue creciendo, desde el guion contradictorio y el entretenimiento visual que propone el director James Gunn, animando a otros para unirse a un espectáculo fuera de lo común. Como la creación de este cosmos brillante e imaginativo, de proporciones infinitas y épicas, con numerosos aciertos narrativos o divertidos diálogos que bucean en el pasado (algunos pensarán que repetitivos), mas con el ánimo de preservar su fuerza interior (amor y amistad) o las diversas localizaciones de este territorio extendido, flotante. Que diseña formas y múltiples polarizaciones en el aire, para favorecer el aspecto artístico o conceptual del tebeo, en defensa de las maravillas naturales, y las otras. Las que manifiestan el futuro de nuestra especie... que digo una, de todas las evolucionadas...

Y, por supuesto, continuar con el ritmo imparable, que confiere a la cinta de una embriagadora velocidad, sin pausas ni prisas. Un trabajo minucioso y alegre de un grupo, divertido, que se identifica con las evoluciones de los magníficos efectos especiales y las conversaciones de los personajes, parte de la familia ya.
En definitiva, los demiurgos de un universo caleidoscópico, basado en estructuras naturales, las fuerzas imposibles del cosmos y las construcciones faraónicas, recreadas en estelas o en nebulosas conceptuales, con formas geométricas de composición fractal. Un infinito de formas elaboradas por genios de la informática para la industria cinematográfica, ya cercanos a la maestría, como los de esta mágica reunión en la composición de bits: Animal Logic (Paul Butterworth), Framestore (Jonathan Fawkner & Patric Ross), Method Studios (Nordin Rahalli), Scanline VFX (Jelmer Bosksma), Trixter (Alessandro Cioffi & Adrian Corsei), Weta Digital (Guy Williams), Lola Visual Effects & Cantina Creative.
Por tanto, vuelve a la dirección, el capitán de esta loca tripulación, creador de espacios y guionista llamado James Gunn, tan chulo como un San... Groot. Apoyado por su hermano bostoniano y productor de Marvel, Kevin Feige, la caja de la risa tras la mayoría de las últimas pelis de Marvel Studios.

Para ello, han respetado aquellos dibujos trazados por la imaginación (de su real paternidad) y el espíritu roquero sintonizado con la música compuesta por Tyler Bates y un montaje enloquecido de visiones fantásticas y canciones... Unas veces calmado, otras muy loco... pausado, rápido, lento... les´t go, please... I´m Groot, elaborado en el editor por Craig Wood y Fred Raskin.
En la historia romántica, se desarrollan los encuentros de Chris Pratt y Zoe Saldana, el pensamiento rocoso de un cálido Dave Bautista, la paradoja del animal Bradley Cooper encontrando un rasgo humano ante tanta locuacidad, propia y extraña. La ´compasión` del gran Michael Rooker como Cupido, aunque no su flecha furtiva, y la prioridad protagonista de un Vin Diesel que reclama más música y letra.
Al menos, a la misma altura de una hermanastra interpretada por Karen Gillan o la Mantis sensible sufriendo algunas maldades lingüísticas y emocionales del reparto. ¡Ah!, sin olvidar las expectativas futuribles de la maldad dorada de Elizabeth Debicki, líder de los Sovereign más estirados.
Aunque es complicado explicar cómo, Miley Cirus se encarga de poner voz al masculino sistema operativo conocido por Mainframe o que, Seth Green platique en la silueta de un palmípedo sin fronteras... Incluso sentimos a Jeff Godblum y David Hasselhoff se convierte en el baúl de los deseos, mientras Stan Lee como siempre... se recrea en la Luna.

El Sonido Galáctico... volverá.

Cualquier baile o gesto, no vegetativo. Cualquier centímetro en el estirón, será remarcado de nuevo, entre explosiones estelares y su banda sonora.
Será mediatizada, ya que significa algo dentro del cosmos y de alguna forma, nos conecta a todos. Buenos o malvados, humildes y divinidades, tratando de ser felices, ante tanta mediocridad o maldad galopante. Síntomas de una dramática revolución o un pensamiento excelso, caótico para las especies y el futuro. En este planeta diseñado por el dedo divino de Quill, y amenazado por el pulso de un botón, mediante la mente ´despierta`, del dios Groot de la animación galáctica.

Un dibujo nuclear, no exento de violencia y divertimento para mayores, que necesitará a los héroes del tebeo con el fin de extremar la vigilancia sobre este mercadeo de dolor. Un equipo heterogéneo o racial, que significa la protección de todos los inocentes... o no. Quizás, más destrucción.
Por la música y pies danzantes del universo, aquellos pequeños y revoltosos Groot´s que posean el ansia de aprendizaje y la libertad. La gracia por los juegos, harán que sus muecas contagiosas, giren como peonzas saltarinas, sonriendo, otra vez a la confusión... Esa débil memoria, siempre con un guiño de ojo cómplice.
Es decir que, por todos los revoltosos que tuvieron un pasado en diversos planetas, alterado o mutado, volverán a subirse a los árboles, peleando con una espada hecha de una rama tallada. Navegarán los piratas de la infancia y del espacio exterior... u otro más cercano, comiquero, fantástico y literario. ¡We´re the Groot´s!


Aquel año llegaron silenciosos, midiendo su entrada (que no sus expresiones), como si pocos les conocieran por estos lares. Y se han ido conformando como una auténtica revelación de superhéroes del futuro, mágicos e interespaciales entrañables, tal que un vestigio de los vaqueros a este lado de la frontera o aquellos marinos de nuestra infancia, surcando las olas gravitacionales, en navíos sin calado ni agua. Izando su gracia al ritmo de un tema pop o el irresistible rock.
Propagaron su risa a la nuestra, con letras y canciones. Su amistad sin, aquellas fronteras reales, ni diferencias en colores. Desintoxicando la egolatría de las redes sociales es espacios virtuales, reformando un amor reservado para melancólicos y descreídos, practicando la coreografía espacial y bípeda en escenarios binarios. Siempre sin perder de vista, la coordinación y el sacrificio.
En estos momentos de gloria conceptual, mencionaremos a los precursores de estos efectos visuales y las variaciones plasmáticas el arco iris, como pintores digitales. Aún más fluorescentes si cabe, desarrollando una generación de avatares con infinidad de ráfagas multicolores, como láseres incandescentes y pupilas de tonos ígneos. Al calor de la música, como si una espace ópera se tratara...

Pero, en el fondo de un cajón, nos entra cierta duda repetitiva. Su humor fuera de lo común (para estas edades tempranas, soy Groot... sí pequeño todavía) o temperamento extraplanetario, se manifiesta demasiado infantil a veces... soy Groot, lógico.
Sin embargo, no olvidemos que su rotundidad visual y la ágil narración, corre a cargo del giro futurista de Walt Disney, un divertido James Gunn y el sabor con gran solera, de un astronauta del cómic. A sus órdenes General Lee.

Más en forma que nunca, física e intelectualmente, hasta que los pies quieran seguir danzando. El gran cowboy, en términos generales, puede seguir contento a horcajadas. Cabalgando por su singular espacio, plagado de fenómenos, en el mejor sentido de la palabra. Asaltando mundos oprimidos en su mente secular, con sus 7 magníficos del universo. Ante una teoría del todo, bastante bifurcada o comprometida.
Toda la dispersidad de frikis evolutivos, se reúnen con los especímenes gráficos y los otros, más parlanchines, para compartir entretenimiento.
Gracias a sus diferentes formas de conocimiento, su energía grandiosa, sus juegos marciales y los avances técnicos. Los guerreros espaciales, serán nuestros ´leftovers` y su batalla a distancia, un reencuentro potencial desde la celulosa al celul... digo hardisk. Pero, no tan lejana como la comunicación actual, o el moribundo rock&roll. Se va gastando, desfalleciendo y perdiendo las baterías, como un arcaico walkman que terminara distorsionando, reproduciendo sonidos grotescos de otro mundo, con la oxidada banda grabada en el casete.

Solamente por un suceso imprevisible, un final en la balanza del bien y el mal, entre ese lado aparentemente luminoso de un dios oscuro... demasiado evidente.
Pero, James Gunn y su equipo, tiene movimientos guardados en la cómoda de una habitación, que se irán viendo en próximos episodios de nuestro crecimiento. Amo y señor de la Galaxia Disney, siente preocupación por las enseñanzas extrovertidas de un padre, obsesionado por controlarlo todo, como un fantasma del pasado, incluso la vida.
Mientras, su rebelde hijo muestra otras tendencias todavía inconcretas o indefinidas, pero que demuestran la savia que corre por sus venas, I´m groupie Groot!
Seguro verdurita... nos embarcaremos de nuevo. En esa y mil batallas más, igual que Vengadores.
Haciendo frente a todas las enfermedades o impurezas del universo conocido, y por conocer. Luchando por parientes, plantados en cualquier confín bajo o sobre las estrellas. Guiados por la brújula que indica el norte, del rosavientos y el pulmón verde de numerosos planetas.
Aunque en, nuestra tripulación, la suya de Gunn, exista algún tipo de bucanero entregado a la bolsa o el cofre, a desafiar el océano profundo y amenazar al resto de marineros. Siempre hay alguno...

También, deberemos mirar en nuestro hogar. Cuando algún pirata apodado el Verde (I´m Green Groot), se impaciente con las órdenes confusas del capitán, condicionado por una enseñanza familiar, pero no, específica o sanguínea. Que alimente sus malas pulgas, por mor de la rebeldía y no de aquellas habilidades, sustentadas sobre el pellejo de un ágil depredador. Voto a brios.
Otra batalla generacional en curso, cuando se manifiesta la desunión habitual, cuando el precio a pagar ha sido mayúsculo y pintado de azul cielo. Rindamos los honores, a pesar del precio pagado y no la pérdida de la libertad como ciudadanos del cosmos. Con veinte salvas de cañonazos.

Por tanto, el conductor o demiurgo, no podrá empezar a construir el futuro, destruyéndolo como el hombre de las dos caras de esta historia. Ni podría amar, sino muestra respeto por ella, en la libertad de elección, la diversidad del pensamiento y las formas de vida. Por muy pequeña, y dubitativa, que esta sea... A bordo, siempre, un equipo que navega o rema a buen ritmo, más o menos, unidos. Capaces de transformar nuestro mundo e infundir, más inteligencia emocional en el resto. Hasta alcanzar los objetivos no diseñados dentro del universo dividido y salvaje, cruel o violento, manipulando los mapas de bits para elaborar otro viaje, bajo esa tormenta de fuego o arco iris digital.
Texturas sin fin, sonrisas evolucionadas tecnológicamente. Para distinguir a los nuevos piratas del espacio o aquellos guardianes de tesoros hundidos, como la esencia de una energía conjunta y limpia, la imaginación artística y conceptual, el carisma... A un golpe de botón derecho... no izquierdo... ¿y tú quién eres...?

Las gélidas despedidas, no se me dan bien... ¡quién sabe! En nuestras lágrimas criogenizadas, podríamos conocer nuevas estrellas o incorporaciones galácticas, vicisitudes de familia y las que vendrán disfrazadas para el espectáculo del Séptimo Arte. Bajo una lluvia de pléyades, Vengadores se levantarán, alrededor de fuegos galácticos y la memoria, bajo el atardecer terrestre o el atardecer Celestial, para recordarnos que el amor es el motor que mueve todas las emociones. Especialmente, las más aguerridas o innovadoras.
Aquel rumor de dios vengativo, pasando el tiempo, cambió los registros y su aspecto luminoso, por el calor del caos y frialdad en las palabras pronunciadas, vestigios... como un esqueje quemado en un infierno de verano o una guerra radiactiva. ¡Naturaleza Imperfecta!... ¿no es así, Groot?
¡Pulsa el botón! Sonríe... clic.

lunes, 28 de agosto de 2017

La Momia / The Circle.


La Momia: Un Roto para un descosido milenario...

Como si se tratase de una eternidad, las Momias cinematográficas no han tenido demasiada suerte con sus representaciones o vicisitudes históricas en el Séptimo Arte. Además, el tiempo borra en la memoria, las huellas simbólicas y literarias de algunas de ellas...
Sin embargo, desde este humilde blog y mis palabras de admiración de otra época, rendimos homenaje al hombre que cambiaría la disposición del espectador de terror. El director texano Tobe Hooper, reconocido por películas como The Funhouse, Poltergeist y, por descontado, La Matanza de Texas, nos ha dejado, sin darnos tiempo a apagar la motosierra traicionera de nuestra cabeza. Mi reconocimiento a su mirada artística, su poder visual y trabajo imaginativo, d.e.p.

Hubo un momento en la historia del cine, donde las grandes "majors" se encargaban de proporcionar luz y muchas sombras, a los profesionales que se dedicaban a crear universos imaginativos o terroríficos, como los de la gran Universal fundada por Carl Laemmle. Un empresario alemán promotor de éxitos como El Fantasma de la Ópera, El Jorobado de Notre Dame o Frankenstein, y derrotas económicas, además, serián precursores junto a Disney de la fuente original, que inspiró a crear el actual imperio animado a partir de aquel sencillo conejo llamado Oswald.
Teniendo que enfrentarse a la barbarie de Hitler, se convertiría desde otras localizaciones menos beligerantes, y el cine mudo, en propulsor de sus insignes estrellas de la gran pantalla. Desde intrépidos visionarios como Erich von Stroheim o Fritz Lang, magníficos con rostros angulares, a los monstruos de la interpretación de nuestros sueños y pesadillas. Frente a la mirada de Lon Chaney, Bela Lugosi, Claude Rains, recorreríamos pasillos estilizados y mazmorras. Y por supuesto, sin olvidarnos un actor total de la transformación, sin tapujos, cicatrizado en mil rostros más uno... el maestro Boris Karloff.

Sus miles de facetas ´monstruosas` en apariencia, pero, con un humano y cálido motor en su interior, demostrarían que el horror romántico, traspasaba los textos hacia la nueva imagen y la luz sombría del cine. Su enorme calidad como intérprete de farándula entre sueños y pesadillas, demostraría con La Momia que el pasado, además de apasionante, también se podía convertir en arte expresivo y miedo filmado. Dirigida por Karl Freud en 1932, se basó en la historia escrita por Nina Wilcox Putnam y Richard Schayer, que se ha ido sacudiendo el polvo (a veces sin demasiado esmero) y levantando de su tumba ancestral.
Luego, llegarían las versiones de la británica Hammer, que tengo algo desubicadas en mi mente, y las siguientes producciones con protagonismo de las escenas de acción... y aquí paramos y nos hallamos.
Gracias a la pasión que levanta la historia del Antiguo Egipto y las artimañas (o deseo de conocimiento de los Hombres) y el interés de un productor de origen mexicano como Roberto Orci y, por descontado, el pasado de guionista de Alex Kurtzman. La dama de Egipto se revuelve sin gracia hoy, sobre los vestigios de una película en blanco y negro, muy diferente del original, La Momia.

Sin embargo, sus anteriores productos poco exigentes, no predecían nada bueno, como La Isla, La Leyenda del Zorro, Misión Imposible III, Transformers o Cowboys vs. Aliens, y algún trabajo escrito más destacado como Star Trek into Darkness, The Amazing Spider-Man 2 o la dirección de People Like Us. Así, destacamos su próximo proyecto igualmente relacionado con clásicos de terror, actualizando esta vez (crucemos los huesudos dedos) a una Novia de Frankenstein, que nos podría causar algún temblor de angustia, ¡ay! (suspiro de España).
Porque el celuloide se ha burlado de nos. No ha hecho justicia con sus mensajes de división metafísica y territorial, a través de la propagación de una corriente difusa, como el advenimiento de un gran poder oscuro y peligroso. Ya que acaba resultando una especie de broma, un caramelo con un gran envoltorio y putrefacción narrativa en su interior. Pagado de forma millonaria, eso sí.

En el extremo curioso, se observa la confabulación de males, no exentos de riesgos con las actuales condiciones contractuales y esos accidentes ocasionados en los rodajes actuales. Preguntándonos, si están seguras nuestras estrellas, recuerdo a dos grandes como Bruce Lee y su desafortunado hijo Brandon, al igual que un ataque al corazón para Tyrone Power rodando Salomón y la Reina de Saba, o la caída de Roy Kennear en El Retorno de los Mosqueteros y el horrible accidente de aquella macabra Dimensión Desconocida. Nuestra mente es castigada, con un nuevo accidente para Tom Cruise en el set de Misión Imposible 6, o la de uno de esos admirables trabajadores, que sustituyen a las estrellas en determinadas acciones peligrosas, para darnos cuenta de la carnaza mediática y adrenalínica. Como el caso del infausto motorista, en las arriesgadas acrobacias del filme de Marvel, Deadpool 2... pero, el cine es también pasión o aventura.
Más dolores de cabeza para los productores, en evoluciones sobre la cuerda floja de la responsabilidad y tantas evoluciones sobre transparencias estéticas.

Regresando al tema y los dioses... De las últimas representaciones visuales o programas sobre momias, me quedo con esos programas emitidos por el canal de televisión Discovery, con el título El Enigma de las Momias, recopilando sobre el terreno, datos o materiales descubiertos en yacimientos arqueológicos sobre el Imperio y otras épocas de nuestra historia, para descubrir el pasado de los personajes y los hechos de aquellas muertes. Sus afamados faraones, sus vestigios embalsamados o los estudios realizados con las técnicas modernas de investigación (en diferentes circunstancias) que ofrecen información sobre los últimos instantes o vetustas imprimaciones de cuerpos caídos en la historia de la Humanidad.
Entonces, abierto a la curiosidad innata, sin demasiada capacidad de asombro o proximidad visual, me acerco a la producción de La Momia y sus aspiraciones de mitología romántica, para establecer el duro y cansino, paso del tiempo. Alrededor de aquella historia indeleble de la Literatura, para encontrarme con lo temido... un uso inadecuado de los conjuros y las vendas.

Una vez, asegurado el futuro del Rey maduro de Hollywood y su reina entre la vida del Imperio y los muertos de hoy, nos congratulamos de que el golpe no llevara a Mr. Tom a una cámara criogénica sin retorno, para poder acercarse a Barry Seal: El Traficante, de Doug Liman. Podríamos decir que los dioses le han dado oportunidad al hombre y no la ciencia... lógicamente, este comentario es un chascarrillo desafortunadamente diabólico, por mi parte. ¡Gracias a Anubis y la anciana Isis de nuestras entretelas...! Viendo el panorama actual.
Es decir, esta momia actualizada parece realmente, bastante falseada y rentable. Pues, ni sus propios compañeros de viaje, el exitoso guionista David Koepp (Jurassic Park, La Guerra de los Mundos), junto a la actriz Annabelle Wallis (Annabelle I y II), la estilizada belleza de Sofia Boutella como reina del Mal (Kingsman, Star Trek Beyond o Atomic Blonde) o un desestabilizado mental y físicamente Russell Crowe, acaban de sacar del pozo decadente, ni salir indemnes de los males desencadenados por el furor de unos ojos, quizá, demasiado digitales.

El caso de La Momia, es que no da miedo... lo intenta al principio con su profusión visual o conceptual, pero termina con una acción decrépita y maldita, solamente recomendada para seguidores de algún dios o diosa. Imágenes como despropósitos del pasado argumental, de futuro caprichoso y divino, como representantes actuales del mundo artístico o del deporte... figuras agasajadas por el oro y los súbditos, que se alzan con sopor sobre detalles incrustados de piedras preciosas.
El resultado de todo el caos, es el mareo. En tierra firme o cubiertos de arena, nada parece encajar, como un rebozado vuelta a vuelta y el servicio de una croqueta vendada y salpicada de inventos. Un remake agasajado por el beso de ayer, un ojo aventurero por ósculo de Isis. Gota de una esencia faraónica, que es derramada en sangre binaria y mortal, pero muy diluida por las interpretaciones lineales y el escaso suspense. O el miedo desenterrado a paladas de frustración. Porque, algunos somos los herederos de aquellos textos que leímos y degustamos de jóvenes, futuros aprendices del cine y sus magos de la antigüedad.

The Circle:... o una venda en los ojos.

Por consiguiente, las productoras deberían replantear, si despertar a algunos muertos, de esta forma tan insustancial y tortuosa, es aconsejable. Parece que sí, si se hace bien (caso de Penny Dreadful), viendo las propuestas modernas que se basan en la programación y la globalización comunicativa, arraigada en nuestras mentes. Y, en bastantes casos, aborrecida...
¿Se merecen las escrituras, ser vilipendiadas con ráfagas de creatividad actual? Para ello, hay que saltar muchos sortilegios basados en conjeturas, poco imaginativas... De otra forma, por supuesto, no. Si no vas a respetar las formas y garantizar el entretenimiento, es mejor dejarlas descansar en su sueño eterno y literario.
Hemos entrado en otro contexto y situación peligrosa, cuando los dioses o posibles gobernantes, son mentirosos o invisibles. No fantasmas, sino falsos que se esconden tras cientos de acólitos, atrapados en las redes.

En este lado de la ética temporal, nos hallamos frente a una aventura dirigida a jóvenes acuciados por las prisas para alcanzar el éxito profesional. Su casa onírica, es The Circle. Cuyos criterios de popularidad son confusos como las confusas redes sociales (imagina, no mejor recuerda, aquel capítulo de Black Mirror y sus créditos), esparciendo la semilla de productos no tan elaborados, ni imaginativos. Repeticiones y reproducciones cansinas, donde reside un texto poco equilibrado intelectualmente.
Por tanto, The Circle escrito y dirigido por James Ponsoldt (Off the Black, The Spectacular Now), se podría definir como una película que pretende esa rotundidad o perfección narrativa, pero se aproxima a la etimología de un queso de Gruyére repleto de agujeros, por los que se escapa esa esencia sociológica buscada. Siendo sustituida por un aroma simple a, ya visto y retuiteado cientos de veces, a lectura de best-seller pasada por el tamiz del presupuesto y los beneficios. Una y otra vez...

Esta producción basada y catalogada en imágenes, por el escritor Dave Eggers (Un Lugar Dónde Quedarse, A Hologram for the King), nos introduce en una pesadilla ideológica, que parece demasiado real y terrorífica. Una guía desnaturalizada del humanismo, que nos introduce en el mundo digital y globalizado, a través de una empresa tecnológica con agujeros en el procesado, no por el contagio de virus externos, sino... desde dentro. Controlando la interesada información y nuestro pensamiento. Lo mismo que la actualidad política y social, pero pasado por el tamiz inocente del producto juvenil, que nos entronca con el rostro de la actriz Emma Watson... ya desprendida de la capa mágica. No de la mente...
Realmente, hasta que se centra en lo verdaderamente importante e interesante, las vicisitudes de la estrella cinematográfica y sus compañeros, demasiado aleccionados y perdidos, es un auténtico dolor de cabeza. Aunque la idea permanece ahí, flotando en la nube. Como otro fantasma mediático, dispuesto a apoderarse de todo, de nuestra voluntad y controlar nuestros próximos movimientos.

Ahora, Miss Watson, se aleja de conjuros para centrarse en etapas más maduras, poco a poco... quitando el pie del acelerados o el dedo del ratón. Aquí, en El Círculo, se hace acompañar por otros elementos que, de manera desgraciada, parecen fuera de lugar y ofrecen sus nuevas interpretaciones a ramalazos, con un resultado dispar.
No he notado demasiado afortunado a Tom Hanks, en su papel de visionario informático o demagogo, ni al espacial actor londinense, John Boyega, próximamente en de las calles de Detroit de Kathryn Bigelow, al Pacific Rim: Uprising de Steven S. DeKnight o el episodio IX de Star Wars. Tampoco, por desgracia, al recientemente fallecido Bill Paxton, D.e.p. que vaya racha llevamos... y seguiremos comprobando hasta nuestra misma despedida... del gran Jerry Lewis.

Decididamente, por unas situaciones caóticas narrativamente o demasiado presuntuosas en el contexto global de la historia. El Círculo es una encerrona de probabilidades tecnológicas sin salida, más ruido que nueces, que te va introduciendo en lo valioso o fundamental... los seres humanos no nos entendemos, y la expansión de la comunicación nos ofrece toda una gama de estúpidos comentarios o intereses comerciales y sociales. Recovecos donde se esconden conciencias abusadoras, frente a otras frágiles para su manipulación ideológica, pregones en red que tratan de captar con engaños, e imágenes intoxicadas por la provocación, la inmoralidad o la estulticia.
Todo lo que avala el poder corrupto, esta insinuado en su parte final. Lo que ocultaría una organización de ese tipo, tan revolucionaria supuestamente, cuando en realidad es lo de siempre. El control de la sociedad, la enemistad y el odio al contrario, es decir, la búsqueda de individuos uniformados, teledirigidos o agasajados por la idiotez de las apariencias sociales.

También demostraría, lo minúscula y débil, que podría ser una adolescente en su campo gravitacional de relaciones falseadas o este agujero negro de la información. Pues, la compañía The Circle, ya existe y se está degradando a pasos agigantados. Es un monstruo que viene dispuesto a devorarnos, sentados en nuestra confortable seguridad de una cueva mental, que desafiaría la fuerza de los mecanismos de un estado o la educación de nuestros hijos.
Un método pensado por algunos interesados y dictadores melodramáticos, para establecer sus propias leyes o reglas, su cohorte de edecanes. Más interesadas en lo oculto y decadente, que en satisfacer los deseos de una sociedad, cada vez más espiada o controlada, y por supuesto, despiadada con los fuera del círculo. Da miedo, pero es real... ¡Todo tan cristalino y poco transparente!

Por tanto, la película es este escaparate que, únicamente, muestra lo que quiere enseñar. Mientras los demás, observan sin percatarse de las señales de peligro, y una minoría intenta escapar del tumulto, aún ilesa, viendo el panorama.
Lo grave es, un mercado donde todo se compra y se vende, hasta el alma digitalizado o la personalidad real de los participantes, en lo que ya no es un juego divertido. Hasta el control de tu propia voluntad o inteligencia.


Tráiler Barry Seal: El Traficante, de Doug Liman.


miércoles, 23 de agosto de 2017

El Bar / Colossal.


Bar, sin uve... casi Colosal.

No, no se trata de un índice o tecnología con la que definir las confusas jugadas de fútbol... pero, podría. En este Bar Producciones, nos acercamos a ese olor mañanero a lejía, dentro de un determinado bar del centro de Madrid, regido por una especie de Celestina castiza llegada del más allá para hacernos emocionar (d.e.p. una enorme actriz como lo seguirá siendo, la colosal Terele Pávez), en cuyo interior se miden otra serie de rasgos sociales. Personalidades que no tienen que ver con el deporte rey. Ni con éste, tan nombrado ahora por aquellos seguidores de tercera política, sino con un posible estallido de los males biológicos que nos acosan y, a veces, derriban. Como ocurrió con aquel contagio maldito, de cuyo nombre no quisiera acordarme...

El Bar comienza con un Madrid estresante y poco amigable, que va transformándose en una pesadilla reducida en sus dimensiones, pero grande con sus aspiraciones. Es una película dirigida, mano con mano con Terele, por su gran amigo Álex de la Iglesia (La Comunidad, 800 Balas, Balada Triste de Trompeta, Las Brujas de Zarragamurdi), ahora, vuelve más madrileñizado que nunca en las costumbres sociales y habituales conversaciones al límite. Refugiado, a salvo del pasado y aquella maravilla navideña que se elevaba al cielo en El Día de la Bestia, pues pertenece a un género típicamente español... reírse de uno mismo o, de la misma sociedad ecléptica y peleona de la que formamos parte. Éstos llamados, otrora, españoles del centro y el exterior. Por que transita por esa práctica delirante que serían, las conversaciones surrealistas, conformadas dentro de los establecimientos de bebidas alcohólicas (u otras melopeas), que surgen, con la rapidez con que se establecen códigos para desarrollar una teoría conspiranoica. También, los ligues estemporáneos y debilitados en momentos de crisis, la paranoía y la desconfianza en el otro, la acritud demagógica (echar balones fuera) y como es habitual en el Sr. De la Iglesia, los oscuros subterfugios de la política y los medios de comunicación, para ocultar la realidad. O crear, la suya propia. Quiero decir, la mentira.

Por descontado, ese tema es alcohol de garrafón en estos instantes... El cine, de la Iglesia y su Bar particular central, mesetario o castizo como el triángulo de la Plaza de los Mostenses (entre el argentino guerrero General Mitre y el poeta Antonio Grilo), es el lugar elegido donde residirá siempre el alma de Terele con sus dos caras para la interpretación. Ahí, comienza la celebración con ese estallido dramático que sucede en sus mejores películas y su punto de vista crítico, la fusión de géneros del director bilbaíno y adoptado de este lado neutro. Menos dañino. Luego, las conversaciones para identificar el mal y definir a los personajes, encabezados por Mario Casas, Blanca Suárez, Carmen Machi, Secun de la Rosa, Joaquín Climent, Jaime Ordónez... vamos, todos, buenos amigos.
Con ellos, florece el carácter sociológico del vascuence, o se arrastra con los típicos estereotipos de sus personajes, exagerados y marginales. El joven aparentemente atontado, que juega a la sospecha y se convierte en paladín acalorado, los polos opuestos que se atraen o rechazan, en su endiablado enfrentamiento ideológico. La dama en peligro, sacrificada dama de las camelias encarnada en curandera, el extraño hipnótico, amenaza que se erige como salvador barbi-locuente, el pobre hombre que va rebotando como esférico de palo en palo, y por último, la inocencia encarnada en bella, no tan ilustrada, que se vuelve heroína engrasada para satisfacción de todos.


Hasta llegar a ese equilibrio delicado, que se fractura en los últimos tiempos (a pesar del aceite desengrasante, ya no tan liviano. Calculando sin acierto, las espectaculares medidas... que delimitan los dos mundos, a un lado u otro, de arriba a abajo. De la catástrofe a la salvación, y vuelta a empezar, o no.
Porque, en el nivel inferior se hallan los mismos defectos pretéritos, donde la singularidad del cómico, se vuelve una carrera atropellada. Tan desenfrenada como un final bastante trágico, entre el llanto y la risa, entre el escándalo y la decepción. Pues, cuando los ´supervivientes` salen a la superficie, respiran y meditan, pensando que se ha perdido otra ocasión para distinguir, para no confundir lo interesante y lo indiferente. Para separar la esencia de ese grano bacteriológico, de la paja en ojo ajeno. Es decir, el inicio de este largometraje me parece atmosférico y atrevido, hasta la mitad del conflicto generado con imaginación y corriente crítica de nuestra sociedad, para perderse en un correcalles fangoso. Un guion con su habitual Jorge Guerricaechevarría, que se olvida de lo verdaderamente brillante o atractivo, lo exagerado y conflictivo, lo que ocurría más arriba, de puertas del establecimiento para adentro y con las bocas imparables de sus verborreicos protagonistas, dirigidas hacia nuestro exterior.

Con lo que hemos visto en este fin de semana. En fin... veamos la segunda opción.

Un Colossal problema y una pequeña trampa.

Humor y relaciones personales, esta es la cuestión del contemporáneo Shakespeare.
Es semejante a un tira y afloja entre géneros opuestos, un quiero y no puedo. Porque la mayoría de veces, una discusión intrascendente, acalorada, acaba en tragedia. Lo vemos (y sentimos) en las noticias del fin de semana... ¡maldita crisis!
El director español, nacido en Cantabria, Nacho Vigalondo (Los cronocrímenes, Open Windows), nos introduce en su fantasía social. Aquí desde Nueva York a Seúl (pasando por su rodaje en Vancouver, Canadá), algo repetitiva visual y narrativamente, debido a determinados tics de la cámara y la tecnología digital. Sin embargo, lo más atractivo del largometraje, es el pensamiento crítico dentro de esa estructura bilateral que se desmorona, la pareja.

Da igual quienes fueran los protagonistas, un encuentro romántico o no, cualquiera. En
este caso, con dos actores que tampoco casan demasiado, a pesar de los esfuerzos. Con la melodramática Anne Hathaway y el cómico Jason Sudeikis, que no alcanzan las cotas de lo uno o lo otro.
El guion desarrollado por Mr. Vigalondo, se desinfla a medida que los defectos se hacen visuales y las emociones se columpian en una extraña guerra, con los medios como estúpidos testigos. Ya que, el otro afloramiento sentimental de los personajes, el personal o privado, se distorsiona y confunde en una débil reflexión alcohólica, semejante a un desliz sin calificativos. Es un instante de tensión al límite, que aparece como un pincelada machista y no recuerda ninguna práctica o imagen, que nos aborda o recuerda a en esta lucha de géneros en la realidad, sin sentido ni futuro.

La violencia doméstica contra la mujer, es el factor que mueve a una existencia heroíca y Colossal, como un monstruo de decenas de pies de altura, formado por el dolor de la verdad. Con el telón de fondo, casi marginal, del espíritu contagioso de una revolución anunciada en esos mismos canales o los nuevos medios de comunicación, con sus encuesta viciadas. O lo que es igual, la desinformación, como ustedes lo sientan o padezcan. Yo lo tengo claro, pero, no es el momento de pronunciarme respecto al papel que juega mi mente en dicha globalización, quizás, un recuerdo resiliente.
Para unir bien, los lazos de esta pareja, se hubiera tenido que movilizar a un contingente de hombres cansados y mujeres doloridas, desamparados por la justicia o movidos por el control remoto de la sociedad interesada. A la distancia oportuna, de una cámara inteligente que ha desarrollado un método flexible de contar una historia, cayendo en la ubicuidad pretenciosa.

Ese espejo imaginativo, reflexivo e informatizadamente crítico, como un mimo mayúsculo, es el mayor acierto, otra vez tras aquel escaparte que significó el baile iniciático de Nacho Vigalondo a las 7:35 de la Mañana. Con la firma de un director que se reafirma visualmente, sin llegar a redondear la información mediante un guion rotundo y clarificador, que otorgase otras salidas o perspectivas.
Quizás, por que el tema es tan enrevesado y dramático, que la mejor forma de expresarlo, sea con un toque de humor surrealista, o un golpe traicionero sin avisar. Aunque, parezca una falsificación de en fin, ell@s sabrán, mientras otros jugamos en una realidad paralela y libre, frente a esta realidad belicista, de un comportamiento femenino rebelde y lésbico, o una estupidez atrevida de grandes proporciones ...
Por otro lado, debido a una sucesión involuntaria de catastróficas desdichas, o trabajos no tan disuasorios, la actriz Anne Hathaway no consigue que me acerque a su dilema. Que nos involucremos en su lucha o juego mecánico, de ratón y gato, sino que simula el movimiento hasta convertirlo en una pantomina, sin gracia. Un mundo digital donde los hombres pintan menos que una cerveza, morena.

Mr. Vigalondo se ha convertido en una referencia española de la ciencia ficción mezclada con la crítica social o patológica. Con ese tono etílico de comedia típica y ácida, que otros directores pretéritos tocaron en el realismo milagroso de Plácido o Esa Pareja Feliz de Berlanga, sin llegar a su maestría, como en aquel otro cubismo fílmico en blanco y negro, surcando aquella taberna submarina en el far west de Bienvenido Mr. Marshall.
Pero, por desgracia, se queda flotando en la superficie, aquí es todo más colorido e insustancial, como una borrachera de videojuego, sin introducirnos en mundos alternativos. Sólo un juego para niños, desde un punto de vista frío y moderadamente cómico, un exponente mayúsculo de la superficialidad ante un tema tan grave como el alcoholismo. Y donde el humor incluido, irreflexivo, no termina de convencer al resto del planeta, ni siquiera los orientales entenderán lo sugestivo u onírico de la delicada y gigantesca situación. Ay, kaiju.... de mi vida. Estará moviéndose bajo tierra, en las profundidades abisales de una guerra radiactiva.

La película que empieza bien, continua con aciertos mecánicos y robótico, pero termina empequeñeciendo ante los píxeles grandilocuentes y esas pantomimas inútiles de sus principales protagonistas. Hasta que se topa con el, poco ortodoxo, camino de la metáfora y la victoria ante el derrotado enemigo, entonces ya no hay marcha atrás. Ni reflexión u objetividad ante un abofeteo algo exagerado o sacado de contexto, nada verídico. Tampoco existe tiempo de reflexión como expresé, ante la conversación retórica y el desacuerdo en el acercamiento amistoso, simplemente, se elige el camino de la desavenencia o una batalla épica, sin sufrimiento. Salvo en una pantalla digital, anti-copulativa y anti-genérica.
Es decir, aunque se unan los géneros cinematográficos, el ideal se tambalea por reiteración. Se desubica en la gran ciudad paralela del resentimiento, como el sufrimiento no se cura con amor, sino con más hostias, puño con puño, en una guerra que no tiene vencedores ni vencidos. Sólo miedo, silencio o desinformación. Chicas si os ocurre algo semejante, no encendáis la consola, llamad al 016 contra los abusos o la violencia de género. Ámimo reales y valientes heroínas!

Probablemente por ello, Nacho Vigalondo lo retrata desde un universo paralelo de vicio tecnológico y surrealista, contra la defensa de un monstruo atípico. Una clase universal donde siempre se crean facciones enfrentadas y no buscar una solución adecuada, complicada de por sí.

Así que, tú decides... visitar esta doble sesión de cine actual, desproporcionado o desnivelado, también raramente denominado español. Con anotaciones o inconsistencias estéticas, de un surrealismo condicionado, o estereotipado. De sentido contemporáneo y convergencia en la crítica social, aunque no bien calculada. O, la otra perspectiva ante el juego... salir al Bar próximo a relacionarte, achucharte y ´enamorarte` de posibles individuos ´violentos`, no es broma, alguno bueno habrá en algún lugar.. Aunque si al final no lo consigues, puedes pillarte una colosal cogorza...

Sitges 2016: Tribute to Terele Pávez.


Colossal Soundtrack, by Bear McCreary.


domingo, 20 de agosto de 2017

The Leftovers.

La memoria o la vida.

El 9 es un número mágico, con él puede suceder cualquier circunstancia, es semejante a un planeta que ejecuta un baile helicoidal, alargando su brazo o estela. Es tan sorprendente que, incluso, haría que un Sistema Solar se posicionara de manera indeterminada y cuya novena Megatierra se hubiera lanzado a un viaje casi infinito, lejos de nuestra estrella.
Desde los primeros sucesos, hasta el infinito emocional comprendido en el 8, sólo nos queda dar el último paso para que todo esto acabe... Pero, por favor, no corras demasiado e intenta fumar menos, papá. Puede que estemos sólo al comienzo de algo mayor o incomprensible...

Aunque no tanto, como correspondería a las postreras miradas de un director como David Lynch y sus universos paralelos o ángulos moribundos... Si hay que elegir alguna extravagancia artística o surrealista, o pensamiento imaginativo, podrás acercarte a las diferentes definiciones y sensaciones, que comprenden la profundidad de esta serie llamada The Leftovers. De cuyos significados me quedo con ´vestigios` o restos de un naufragio universal.
Porque lo retratado en la superficie serían imágenes guardadas de recuerdos o, quizás, nuevas revelaciones... ¿quién sabe? Mientras recorremos fascinados, la increíble singularidad de una población imbuida en la sociedad texana y las circunstancias que se asemejan ciertamente con nuestra actualidad.
Conceptualmente se unen las mentes de dos artistas, a través de los textos elaborados por el novelista Tom Perrotta, que según tengo entendido, están bastante más extendidos y descriptivos para la presentación de los personajes por el gran creador, Damon Lindelof.

Ellos son los sheriff en la sombra, los observadores y demiurgos, subyacentes en todas las desapariciones pasadas y futuras. No me digan que, no es realmente parecido a la pérdida causada por manos oscuras, que sustraen a vecinos de sus familias y amigos... Por otro lado, Mr. Lindelof de hecho, ya se zambulló en las aguas turbulentas y oníricas, de aquella tierra aislada y violenta de Lost, que mis ojos pasaron por alto y nunca conocieron, salvo referencias. Y persigue recrear otros mundos igualmente oscuros. Porque, al margen de tener la autoría en el guion de películas dudosas, como Cowboys vs. Aliens, Prometheus o Guerra Mundial Z (sin yo recordarlo ni desearlo) y algunas otras, acertadas narrativamente como Star Treck Into Darkness, Tomorrowland o, un interesante proyecto de serie escrita para la factoría gigantesca de HBO... con el título de los reconocidos ¡Watchmen! Te suena, ¿no? Pues, ya estamos presentados... vigilantes de la paralela galaxia gráfica. Aquí una parada y recuerdo luctuoso para la figura del gran Alfonso Azpiri y sus sueños eróticos, ilustrador de cómics y videojuegos como Abu Simbel o el Guillermo de La Abadía del Crimen. D.e.p.


Pero volviendo a las desapariciones dramáticas de la genial The Leftovers, su creador Damon se siente profundamente atraído (como muchos otros) por las reacciones humanas desprendidas de ciertos hechos inexplicables o inimaginables. Con telón de fondo, para una fuerza oscura y todopoderosa, o cualquier otro aspecto que se nos escapase de las manos, de nuestra humilde comprensión.
Los diálogos entre sus personajes, demuestran la frialdad del hecho, una presentación con cierta distancia al principio de todo, el impacto, las sensaciones del interior, el extravío... el dolor gangrenado que va creciendo en el interior.

Los extraños movimientos que realizan, perdidos, y posteriormente, la degradación de las relaciones sociales. Porque son los restos de la tripulación, sin timón, que irán saltando entre emociones para ir encontrando el sentido, o no, ante el horizonte de la pequeña pantalla. Si un presente, como otros pecadores aún no familiarizados con el hecho, desaprovecharon la ocasión de acercarse a ellos, The Leftovers, pero, con más agilidad y premura.
Bueno, aquí estoy, pegado a las circunstancias indescriptibles, a los pensamientos impronunciables, a los acontecimientos rodeados de incertidumbres... a la vida o la muerte. Descubriendo las consecuencias de un día negro, aquella jornada infausta o de una revolución invisible. ¿Me escuchas...?

Algo terrible que se precipita de repente e invade nuestras mentes alienadas y que se apresura para ir barriendo nuestros recuerdos... los suyos especialmente familiares, como poderosas olas de un océano embravecido que se elevan ante el vacío. La idea de una muerte segura.
Así que, en primer lugar, reconciliarme con el creador Lindelof y su fuente imaginativa, con los protagonistas cambiantes, ante los que debo pedir perdón por la tardanza. Como a mis lectores (si quedara alguno sin desaparecer), por no haber entrado en esta fantasía filosófica, mucho antes, y sumergirme en esta profunda y magnífica serie titulada The Leftovers, con todas sus variantes emotivas y universales. Por no haber revuelto entre sus desechos o sobras emocionales, a tiempo, e intentar desentrañar los motivos que subyacen en los distintos comportamientos de los principales roles. Incluso de los menos protagonistas, que añaden con fuerza, su impacto visual y conceptual, igualmente.

Muchos son protagonistas inciertos, retales de vidas incompletas, manifestadas por la pérdida, investigadas con carácter individual o en extrañas relaciones. Son sectarios, sin empatía, seguidores de algún tipo de conjunción astral o grupal, con silenciosas intenciones. Reuniones blancas, habitantes observadores, neutros o esperando activarse. Son víctimas o verdugos, apareciendo como mártires... Sin comunicación grandilocuente, mas por apuntes, casi sin sentido. Rostros de excesiva seriedad, interesados en fisgoneo, atracción por la nicotina y otras operaciones desconocidas, dolor ante la separación de seres queridos... ¿vengativos?¿Te imaginas?, somos nosotros, seres humanos indefensos o temerosos por las vidas de nuestras familias o amistades. Simples, retales o The Leftovers.

Mientras, del otro lado de esta frontera invisible y silenciosa, se hallan individuos con aparente normalidad, no tanto el comportamiento grupal. Políticos frente a la masa, madres e hijas separadas, sobras emocionales sobre la mesa familiar, amig@s hambrientos, seres deformados, extraños amantes, maltratadores, protectores de la ley o no. Cazadores de vidas e historias, mascotas solitarias, vecinos vigilados, asesinos, depredadores... Lo que ocurre es que, esas apariencias visuales suelen engañar. No hacen más que repetirlo los ´loritos` ideológicos y circunstanciales de las redes sociales, de los medios interesados... aunque en muchas ocasiones sea, muy cierto.

Transcurren los capítulos, semejantes a fantasmas que se desvanecen en el aire y vuelven a unirse más allá, para destacar en la sensibilidad oculta o la falta de ella. ¿Oiremos, sus voces, de nueve en nueve? En algunas reuniones blancas, no ruidosas como dije, alrededor de un papel, se producen aserciones o conjuras secretas. Girando siempre alrededor en espiral, como mis mejores sueños, los tuyos también, o nuestras peores pesadillas. Intentas mantenerte firme ante el torbellino de los sucesos desafortunados, inexplicables con esa conciencia libre, ante la crítica o la reprimenda social, los malos modos y la violencia. Pero no lo consigues del todo, naufragas.
Pues, normalmente, las diferentes historias que se cuentan (aparentemente inconexas o bajo el humo), te devuelven a la realidad a base de golpes, de palabras intoxicadas o imprecaciones furiosas... como habitualmente. Leyes de fuertes que terminan con sangre. Más, siempre...

En The Leftovers, el acecho de una repetición nos sobreviene, una y otra vez, como el sufrimiento programado. Pero, una vez estás bien instalado (no acomodado jamás) dentro de esta vorágine, ya no habrá nada ni nadie que te saque de esta serie y sus significados ocultos. Y eso que es complicado comentarlo con alguien o sugerir su visionado. Yo, no seré...
Ahora, si eres capaz de sentir algo distinto, nunca te decepcionarás. A partir de acercarte a este cuadro costumbrista, a la confusión de un instante de duda o pregunta existencial, encontrarás respuestas con toques imaginativos, con frases conceptuales o su mirada idealizada del universo antiguo, al estilo maniqueista de las religiones.
Una rara concepción de la división del bien y el mal, entre elegidos y simples oyentes, atraídos por la pasión, por los placeres mundanos o los denominados pecados... alcanzando el conocimiento más elevado posible. La idea de un dios vengativo, omnipresente, u otra cosa desconocida.

Indagando en los restos del naufragio...

Los llamados vestigios son los personajes y su memoria congelada, están marcados por la constante desvirtualización de un yo que desaparece, ideológico o romántico. Cambiado por algo más abstracto y desconocido, desconectado de la realidad. Tal que la mente separada del cuerpo, en el instante más importante, cuando la idea de la carne se olvida y surge otra concepción, que no controlamos ni vemos.
El espectador se emociona con ellos, por la intención de acercarnos al dolor, lo trágico de la pérdida injusta, mientra otro sensacionalismo emotivo, grupal o familiar, va impregnando la sociedad, aquello que conocemos como humanidad... o falsa sensiblería. Te acercas y observas sus pasos inconexos, como se desprenden de los despojos circunstanciales, para quedarse en silencio. De la suciedad que invaden la relaciones humanas, de palabras necias. Blanqueados y ahumados, para siempre.


Hallamos, uno a uno, emociones de actores que nos confunden, con altas capacidades para aparecer en sueños y pesadillas, jóvenes y maduros, con aptitudes para la representación sectaria, como una madre apócrifa, con bicefalia familiar y nicotinizada, interpretada por Amy Brenneman (Casper, Heat), una casi desaparecida Liv Tyler entregada a medias en su compromiso grupal y con ansias ocultas (de poder misterioso e intrigante), o las miradas desafiantes o frías,de rostros no tan conocidos como Marceline Hugot (United 93), un gigantesco Christopher Eccleston(G.I. Joe, Thor: El Mundo Oscuro) moviéndose entre dos secciones enfrentadas, la razón y la fe, siempre entre emociones. Michael Gaston (Lejos del Cielo, El Puente de los Espías) terriblemente frío ante el sacrificio, un incomprensible cazador de momento, la indefinible maestra de ceremonias y jefa fantasmal, Ann Dowd (Captain Fantastic, Norman) con su gesto impertérrito y carácter indómito, o incluso, la presencia secreta y celebrada del mismo, Peter Berg. Uno de los principales jueces, voyeurs tras la cámara. Son todos los que amenazan con desmigajar esta sociedad de escombros, marginales en bandos opuestos... descentrados o tocados por una enseñanza prohibida. Uno alterado y otro calmado, desaprensivo, vigilante, con un volcán sofocado en su interior.
Mientras, el dedo acusador frente al otro prensil, se hace cada vez más visible, sujetando el arma, que aferra el lápiz, que sostiene la piedra, que roba la inocencia, que borra el amor, que protesta o... recuerda.

En estos momentos angustiosos que vivimos, de desorden social y político, de desavenencia emotiva, de malestar generalizado, de desapariciones irresolutas... convencer con silencios es una auténtica apuesta perdedora.
Sin embargo, sus dos creadores han confiado en un grupo de directores, encabezados por Peter Berg, Carl Franklin y Mimi Leder, a los que sumamos miradas habituales de otras series televisivas como Daniel Sackheim, Keith Gordon, Lesli Linka Glatter o Michelle McLaren, con sus desconexiones metafísicas y encuentros abstractos. Sus poderosas resoluciones e imágenes, se han introducido en nuestras mentes al igual que lo haría un secreto inconfesable. Algo que no puede ser identificado, visto o entendido, ni tan siquiera escrito en el viento.
Mas, produce una inmensa tormenta de emociones o sentimientos encontrados, desde el otro lado, en la realidad paralela. Desentrañando la vida familiar y ´pacífica`, esa incontinencia verbal o sexual, los sueños inconfesables, los golpes físicos... Donde emerge un grupo de actores guiados por su jefe de policía, interpretado por la omnipresencia del actor de Washington, Justin Theroux. El futuro de Justin, se erige en Mute dirigida por Duncan Jones, en cambio, pondrá voz al personaje de Ninjago La Lego Película o una serie titulada Maniac dirigida por el siempre interesante Cary Fukunaga, junto a Jonah Hill y Emma Stone.


De la mano, o no, de la mente dividida de sus hijos en la serie, Chris Zylka (The Amazing Spiderman) que participa en el próximo filme de Xavier Dolan, The Death & Life of John F. Donovan, y la dualidad de Margaret Qualley, apuntando a notables y atractivos retos profesionales con el protagonismo en Death Note, quizá un nuevo Chris Pratt (o Chris Pine) y una laberíntica jovencita semejante a aquella Jennifer Conelly o una Cristina Ricci en sus comienzos.
En siguientes episodios, comprobarás el mundo insospechado tras la amante imperfecta guiada por una sufrida Carrie Coon, próxima protagonista en Widows de Steve McQueen o The Papers de Steven Spielberg, la ayuda de los hermanos Carver, Max y Charlie, una alcaldesa poco fiable interpretada por Amanda Warren (7 Psicópatas, Madre!), la sorprendente Emily Meade como una sugerente fotocopia de aquella Mena Suvari de American Beauty con sugerencias sexuales y matices oscuros o, la enseñanza impertérrita, envolvente y descomunal de un actor como Scott Glenn. Siempre presente en nuestro sueños cinéfilos desde Nashville o en pesadillas bélicas como Apocalipsis Now, espaciales en The Right Stuff e imborrables, tras el Jack Crawford de Silence of the Lamp. Un actor que convence en cada escena atrayendo todos los ojos de los espectadores y admiradores televisivos. Nos acercamos a ese noveno pasajero... tras las preguntas...

¿Qué ocurre cuando desaparecemos? ¿Alguien se preocupa por nosotros, hasta cuándo?
Son preguntas sin respuesta efectiva ni relatada, son fotografías fantasmales del pasado. Al menos, durante la realidad salvaje del día a día... Sobre todo, por que aquel que se va, nunca vuelve ni se sabe más de él/ella, son sombras conocidas y emocionantes, que se quedan flotando en la memoria, hasta que ésta desaparece definitivamente, en el día de tu propio juicio o la nada.
La pérdida es el motor que nos mantiene de pie, se revoluciona con la juventud y descansa luego, pues las ramificaciones sociales o emocionales, mantienen vivos los recuerdos. Y, la necesidad de un ser querido, que jamás termina de marcharse del todo a pesar de los años y esa pátina producida en las viejas fotos... Ahora mismo, menos aún, con las múltiples referencias que se podrían encontrar en nuestras conexiones informáticas, dudosas, virtuales. Ya que sólo el advenimiento de nuevas generaciones, pueden contribuir al borrado de esta memoria dolorosa, al enterramiento de verdaderos fantasmas que amenazan con volver, raptar, destruir. Inmóviles, silenciosos... veremos que ocurre tras nueve episodios o historias complejas.

Definitivamente, no sólo el recuerdo es el leifmotiv de esta serie, The Leftovers (madejas imprecisas de ese vacío o nido), ya que no pierde el contacto con otros posibles protagonistas del caos reinante. Los subterfugios emocionales se convierten en un torbellino de pasiones y dudas, de pesadillas que regresan en la noche, de cuentos de navidad que crecen como historias de terror, de sexo prohibido o inconfesable, de cuchicheos entre blancos y asaltos impetuosos, de silencios, miradas claro, y secretos.
Tampoco la producción olvida a esos desconocidos, los acontecimientos sin respuesta que proceden de algunos antecedentes cinematográficos o hechos sin confirmación, donde la ciencia ficción juega un papel preponderante.
Ante unas desapariciones inexplicables, en otra época X-Files que producen una neblina creciente que impide la visión de la verdad y se mete en nuestros pulmones como un cáncer. Que reivindica con silencio ante la fuerza bruta o el derramamiento de sangre. Pero, ¿quién está detrás de todo el dolor o sufrimiento? ¿Merecemos el castigo?

Es algún tipo de conexión diabólica, una mente preclara, un ente castigado con poder ilimitado, un ser de otro planeta, una especie de secta religiosa o milagrosa, una conciencia imaginativa, un velo de apariencias o los esfuerzos de nuestros gobiernos para desorientar a la sociedad. Es decir, una conspiración mayúscula que amenaza a la sociedad, para convertirla en una forma de locura colectiva. Un credo, una filosofía... una pesadilla.
En el horizonte, el humo invade toda la razón y la visión neutral que, nosotros poseemos como espectadores de esta verdad o cara mentira. Se transforma en niebla amenazante que esconde el terror y el recuerdo de escritores fantásticos, que borra las huellas del pasado, alimentando los egos. Decididos a crear una corriente alternativa, o una idealización de las emociones no expresadas.
Desde el primer capítulo, en aquella infausta mañana tras desayunos alterados, se produce la desaparición de un 2 % de la población mundial, de golpe, no a pequeños bocados o raptos.

Atrapados, no paramos de hacernos preguntas que no nos llevan a ningún lado, aunque mantengamos los ojos bien abiertos y los oídos intentando desentrañar alguna revelación. En mayúsculas... Sin embargo, ya no importa el motivo de esta confusión ni la meta, sino las bifurcaciones. Lo que aprendemos a manejarnos en ese dolor, a conocer los rostros que nos harán felices o mediocres, convivir en el futuro con sus infelicidades o infidelidades. Cruelmente, acostumbrarnos a la violencia, a los tiros y dentelladas salvajes, a la banda sonora que cubre (con precisión sonora) el resto de movimientos silenciosos, pedradas, insultos, acompañando a actos pausados, sincopados, desarraigados, desdoblados, marginales... como una prenda perdida, como un personaje olvidado.
The Leftlovers, ha llegado algo tarde, pero estamos a tiempo de establecer las conexiones adecuadas, a distinguir la mentira.

Ha llegado... el nueve, la entrega novena. El desenlace para mantener despiertos los sentimientos y proponer nuevas reflexiones que nos sacudan en el interior y aclaren el futuro. O todo lo contrario, que aumente el misterio sin conocer la verdad. Veremos, sentiremos, callaremos... Sin saber hacia adónde vamos, aún, qué nos mantiene en pie o porqué luchamos... ¿la vida merece la pena o es la pena que forma parte de ella? Me he quedado aquí, antes del décimo mandamiento y otras temporadas para intentar descifrar lo oculto.

Conoceremos a familias rotas, divididas como si fueran extraños, vecinos atacando a otros. Dentro de otra ciudad repleta de esos mismos extraños, que se comporta de manera extraña, que se alimenta con sentencias absolutas y se rompe o desmigaja en la intimidad. Mientras, el salto generacional no comprende las diferentes implicaciones ni las emociones encontradas, sino que se rige por las suyas propias. Diferentes, alocadas o estimulantes, testimoniales o grandilocuentes...
De un lado, mayores disfrazados con sus vestimentas, observadores natos de la naturaleza de las cosas, de los movimientos de los vecinos y la conservación de una idea recalcada con cal o pintura blanquecina. Son interpretados en semejanza a los mimos. Del otro, restos familiares que se oponen al olvido o la muestra de respeto, jóvenes encabezados por un padre de familia, que no es padre ni tiene ésta, sapiencia... sólo más dudas.

¿Qué nos espera...?

Ansioso por desentrañar el diez y diez más... Navegar con otros capitanes de barcos perdidos o sin rumbo fijo, para tratar de identificar el mal, la realidad paralela. La deriva de este naufragio.

Con la familia y nuevos personajes que se irán sumando al padre auténtico, aunque esposado sin esposas. Silbado por su condición de humano, bendecido con la pérdida, vilipendiado por la justicia, golpeado y desahuciado.
Por supuesto, sin olvidar a los políticos caracterizados ante el pueblo, sus voces discrepantes e interesadas, su falsedad idolatrada. Ni al hombre misterioso, que aparece en todos los sitios con su escopeta cargada, disparando a perros como si rematase a jaurías de locos, acribillando el silencio, asfixiándolo.
Sucumbiendo con violencia innata, a cualquier otro tipo de referencia relevante o significativa de la metafísica, por ahora.
Si todo esto, no te atrapa o despierta esa curiosidad, si no condicionaría nuestras vidas a diario o confundiera el lugar que ocupamos los seres humanos en el planeta real (que pisamos y habitamos), entonces... The Leftovers no es tu serie, ni historia.

Paralelamente, a las imágenes ciertas y esas derivadas sentimentales, persiste la inagotable imaginación de sus guionistas y sus diferentes directores sin género, que vendrán en otras oleadas y la suma de otros directores con rasgos terroríficos como Nicole Kassell (El Leñador), Tom Shankland (The Children) y Craig Zobel (Z for Zacariah).
Curiosamente, en el quinto capítulo, una mujer llamada Mimi Leder que continua rodando en el futuro, comienza con la escena más llena de furia y violencia, contra otra mujer. Maltratada hasta la muerte y bastante ultrajada por su posición misteriosa, vejada y lapidada, casi crucificada, convendríamos.

Este es un mundo de locos, y visionarios que te envían a la nada. Parecido a los comportamientos de los animales que fueron abandonados, perdidos, y que aparecen por todos los sitios imaginables.
Con violencia vecinal por incomprensión y ciudadanos que rivalizan en malos humos. Una protección ciudadana no resolutoria, armas y almas desenfocadas, por un dedo de pintor demasiado grande, sexualidad confusa y onírica, entre ángeles y demonios. Maltratos domésticos y animales, asilvestrados, secretos callados como sepulturas rocosas, pétreos hilos familiares y fuego lynchiano, vamos, un cristo pictórico.
Claustros de vivencias incomprensibles, paternales, visitas a la nada o el silencio, creencias y fe... ¡puede que no! A lo mejor tras el 10, empezaré a conocer otros reflejos e intimidades, otras voces.
¿Es el reflejo de la maldad intrínseca o de nuestros miedos? Seremos uno o muchos, tras la marca epidérmica del sufrimiento o la exposición de una gran mentira en los medios... humo, todo humo. Si bien, en cada episodio late el corazón, sin parar, aunque mire hacia atrás, a los vestigios rotos.

Para crear este clímax imperfecto y retórico, se ha confeccionado un universo distópico con los pedazos, donde todos los personajes forman parte del engaño o el misterio redundante e imaginativo. Sorprendido por los resortes de un estrés postraumático, que amenaza con derrumbar su forma de vida perfecta.
Si bien, la catástrofe internacional se centra en pequeñas parcelas de Texas, desde un Amarillo terrestre cruzado por su río, el amarillo de la nicotina en los dedos, el amarillo vidrioso de unos ojos que no pueden dormir, hasta el Westchester County en las proximidades de la gran New York, maldecido por ´algo`, o hasta el ´amarillo` emocional que ataca la mente, como una especie de enfermedad contagiosa.

Tras nueve historias, entrelazadas, creo que nos aproximamos a un misterio mayor, que intentará despistar a cualquiera que intente acercarse a la verdad oculta tras la humareda. Como no, es ficción a la postre.
En nuevo confluimos, cuando todo lo alterado, se vuelve a montar como un puzzle, al que le faltaban piezas y, te las vas encontrando pisadas, enredadas en las fibras descoloridas de la alfombra, flotando en el agua o enterradas en la nieve de diciembre, camufladas por un brillo blanquecino, mortecino. La verdad es que lo desconozco, ni ganas tengo de investigarlo, solamente sentirlo. Restos tirados como hojas muertas, desprendidas de las anillas de una libreta, de toda humanidad.
Si las palabras afectan a los ciudadanos y sus familias, al igual que lo hace la falta de ellas, las miradas no acusadoras, contemplativas diríamos. El enigma envuelto en dolor y humo, regresará de nueve en diez.

En un mundo enloquecido y globalizado, todo empieza a desmoronarse por lo pequeño. La "familia Lindelof" se halla ante una desagradable disyuntiva, buscar u olvidar para siempre. Esperando las noticias de una sociedad diezmada, que empieza a afectar sobre manera, a los ciudadanos menos complacientes, sinceros, pragmáticos, confusos, agresivos, persuasivos, desafiantes, protectores, queridos, amantes, sectarios... no olvidados.
Provocando la secesión dolorosa, sin calidad ética y la superioridad moral de una sociedad con síntomas de cansancio. Patetismo infiltrado en una rara sucesión de acontecimientos relacionados con las creencias religiosas o la implicación emotiva de nuestros cerebros. Unos escribiendo y otros borrando... la muerte.

En cambio, quedan demasiadas respuestas y preguntas por lanzar al aire, personajes a los que conocer más a fondo, sueños que descifrar o pesadillas que enfrentar. Huidas o desapariciones, misterios a las que poner nombre y sentido, entidades pictóricas que signifiquen o pinten algo real en nuestras vidas. O continuar incompletos, como esos domicilios separados a los que volver o donde recuperar los recuerdos, corderos que reconducir o abandonar las iglesias sin fieles, las creencias temerosas. Morir de dolor de cabeza o de cáncer de pulmón, conversar o callar, follar con el cerebro o morir haciendo el amor. ¿El bien o el mal?
La duda razonable avanza sin cesar, atravesando todas la etapas imaginables, el noveno capítulo en la encrucijada, tras la historia común. Mientras las circunstancias lejanas, nos adentran en ese universo de apariencias provincianas, o privadas, que son las relaciones humanas. Lucha de contradictorias ideas, reflejos de nuestro yo interno, no innato, aprehendido. Historias que salen a la superficie como volutas e incendian nuestros sueños, señas incomprensibles a primera vista o lectura, hasta que alguien nos confirme si tenemos o no, alma. Si existe algo diferente, más allá.

Quizás, alguien intenta comunicarse con nosotros, alienante o alienígena, ante el nuevo orden silencioso y una catarata de insultos alrededor, visitándonos a los supuestos vivos que, tal vez, ya estamos muertos.
Aún mi temporada no está terminada y ya me apetecía contar algo... ante tanto secreto hermético, ante tanta frustración y huellas borradas. Ante el iris apagado de uno ojos ahumados o las lágrimas amargas por la nicotina, ante el odio y el rencor que subyace como una gran mentira, una elegía en cada episodio...

Todo cotidiano y tan poco glamuroso, como si fuera un día cualquiera, ese día.
El juicio no se celebra todavía, nos vamos acercando entre cuerpos caídos de los camiones, instintos animales entre vidas perdidas, sociedades rotas como pétalos en planetas olvidados, sin guardianes de la galaxia, palabras emborronadas y tiradas a la basura... Todo se junta en orden perfecto y singular, en The Leftovers, para que no acabemos perdiendo el interés por lo pequeño, cuando en ese instante insólito de soledad, todo se desvaneció.
Hoy, empieza un nuevo episodio, mañana otro... indefinidamente.

Sentados contemplando, fumando o muriendo, da igual, los creadores o escritores, los copiantes seguirán pensando por vosotros y vuestros hijos, apuntando más allá. Mostrando los engaños o creando nueve más.
Puede que haya algo más surrealista que este universo y sus leyes, algo más caótico. Puede que sí, antes de creencias, la conciencia dormida. Las reglas naturales que se van cayendo una tras otra, incluso, las universales, se neutralizan, olvidan o inventan.
Porque... muchos nos preguntamos, que sucederá en otras coordenadas del planeta, en otras mentes, ¿surgirá la idea de un Dios u otros invasores estarán a punto de aparecer por el horizonte... ¿Es este el principio del fin? Adiós, y solidaridad, restos del naufragio.

Clip IZZY GETS THE FUCK ACROSS TOWN, de Christian Papierniak.


Tráiler Fargo Season 3.

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