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domingo, 19 de enero de 2020

Watchmen.



El tiempo, es ese periodo inerte en crecimiento contante. Un hecho superpuesto entre dos momentos memorables o esencialmente recordados por la historia. Donde el comienzo de todo, puede llegar a confundirse con el final, de azul a azul, tiro por que me toca, y viceversa... en extensión genérica. Como la evolución de un animal que se desarrollaría en el interior de un huevo... o semilla.

Simplemente, porque el futuro no existe... según nos vamos acercando a ese instante de último resuello que nos congela el pensamiento y, hasta el alma. Que nos fracciona, nos enfrenta o despedaza, en una infinidad de partículas esparcidas por el espacio. Tal vez, también por el tiempo, si existiera hasta ese apagón último (que entonces sería cuantificable, 1 on - 0 off) Siempre con la intención sorprendente de volverse a juntar de nuevo, o resurgir en otro ser. En definitiva... sobrevivir.

Esta cualidad, los Minutemen la tenían bastante clara, como viajeros del Tiempo... Lo entendían desde aquella primera revuelta de los años 20, basada en hechos reales y raciales, con la fundación del héroe enmascarado o justiciero del miedo. Un hombre que tuvo que sobrevivir y resurgir del cero absoluto, bajo una especie de putrefacta cáscara. Un asesinato borrado en la historia profunda de los USA.
Por ese motivo, un hombre justo creció, se desarrolló, manteniéndose a la defensiva, como una cápsula encerrada del tiempo, que demuestra los derechos y las obligaciones, enterrados. Hasta que se hartó, de los seres humanos, llamados inteligentes...

Una máscara, para recordarnos que, cualquier decisión en el proceso, cualquier percance o duda, puede terminar llevándonos al desastre. Dejándonos colgados en el tiempo terrestre. Porque... no sabemos si existe... ¿Qué sería primero...? ¿El origen o el apocalipsis?
El policía o el héroe enmascarado, el malvado o el agente público que debe ocultar su rostro por protección... la venganza o la redención...

Los hombres y mujeres, procreadores, por un valle de lágrimas y castigo, acusados por un pecado venial, precursores de todas las acciones presentes y futuras, con otra imagen. El nuevo comienzo, en un modelo hecho a imagen y semejanza del anterior, pero distinto. Se regiría por una entidad superior... no lo sabremos, ¿nunca?
Primero fue el crimen... y luego, la investigación. By Rorschach, el castigo convertido en una corriente mediática, en la traslación temporal asomada al espejo... ¡Resurrección y Pasión en manchas o lo oscuro! ¡Menudo test!

Historia 2: De Watch.

Desde un alternativo mes de 2009, una década de ilusión ha pasado, para estallar en la televisión como una tormenta eléctrica. El cine que recogía el guante enfundado de esta elipsis comiquera, con los Watchmen dirigida por Zack Snyder, aterrizó con una sonrisa sobre la acera. El dios moderno, seguidor del Arma de la Muerte y su conflicto cerebral, ha vuelto, como hizo años antes de que los muertos volvieran a la vida con nuevas armas. Con el pavor público, una década de zombies, entre un tebeo insertado en la muerte. Navío algo descompensado en el medio... de ese miedo a trazos.
Somos humanos, nos equivocamos, o no yerra el ser azul de tres ojos... Pues bien, regresa la reproducción de ´cierta` historia vengativa, existencias nucleares y otras exigencias modales, para persuadir a las malas conciencias. A lo largo del tiempo y la ilustración por capítulos, por la que siente fervor. Sobre todo, con las ´verdades` del Universo Dc bajo la máscara, esto es, de la creación de una historia.

Cuando el joven, aún descolorido en el espacio, creador por Green Bay (tierra verdosa y ajedrecística de Packers de Wisconsin, antes de caer ante forynainers, que decíamos entonces)... trasplantara la irrealidad de aquellos Minutemen en un suspiro y un salto temporal a caballo de la realidad. Su justicia anónima, irregular entre peones blancos y negros, derrochaba versatilidad contemporánea en pantalla grande, con su estética y percepción de los asuntos históricos. Pero, cargado de críticas para todos los gustos o colores.
Y singularmente, dentro de una singularidad obscura, un recordado comienzo especialmente. Un curso acelerado en héroes o proscritos, con espléndidos títulos de presentación, en una especie de catártica revisión cultural y sociológica. Denominémosla una mini historia1 en sí misma, de gran calado técnico, narrativo e imaginativo.

La época de seres generacionales, demandando justicia, escondidos y reservados, ante las instituciones y las opiniones más duras. Intentando luchar contra todos aquellos males que nos acecharían como sociedad, en cada instante, también hoy. En balanza de poder contra nuestra dura existencia y supervivencia como especie en el pasado. «The Times They Are a-Changin'» según Bob Dylan... aunque Gibbons no lo tenía tan claro. Ya que preveyó otras alternativas... espacio-viñeta-temporales.
Y una vez muerto Rorschach, y su rabia... qué sería de los detectives? Y de los agentes de policía, con sus cargos y obligaciones públicas... acaso no recuerdas, ¿la institución que desarrolló a Robocop? Ahí, la banda sonora era puro, heavy Metal.

Así, el creador de aquellos paralelos, saltos temporales, en cómic, salía del estilo colorista del mencionado Dave Gibbons en papel estelar. Junto al desasosiego particularmente oscuro, del guionista Alan Moore, en secreto mítico y sus hombres extraordinarios, bastante difusos. Sólo uno con poderes reales y preclaros.
Para empezar a describir las épocas, la marginalidad en razas, la frustración colectiva y el fracaso del individuo en vivos colores, como contrapunto. Esa marcha atrás, del futuro y la muerte, con visitas, más o menos guiadas, por diferentes esencias. Todo lo soñado, desde sus famosas patadas metafísicas a la historia, ah, y también, la propagación del Horror. Con un salto apocalíptico, en el minutero... a golpe de lápiz y otros más violentos. Violaciones y repercusiones sexuales, a parte.

Las imágenes rectangulares, realistas y poliédricas, comenzaron a hacerse gigantes de la mano de Snyder hacia Mr. Lindeloft (de irreverente fumador a miembro de los Watchmen de HBO), desdoblados con retratos en serie.
Un referente cultural, con la intención de provocar reacciones en ambos sentidos, del materialismo político (en versiones de cine) y la conversión de la nueva imaginación actual. Con hermosas catástrofes o retóricas estampas, distanciadas en espacios distintos, pero hermanadas. Enmarcadas dentro de un círculo vicioso, semejante a una elipsis que significaría el comienzo y el fin de todo... según esos minutos postreros que restasen para terminar una sofisticada, controvertida y casi irreversible cuenta.

Sin embargo, las ubicaciones no son idénticas, ni los modos o tonos. Tampoco los rostros de los elegidos, o perdidos, ya avanzados en sabiduría... o no.
Porque, un Alejandro Magno, más adulto, distraído y aburrido, pendiente de una llama del pasado, abre la puerta esotérica a otra civilización, o planeta, no tan encantando. Aunque, se plantea la salvación, a pesar de las novedosas escenas escritas y resueltas, con acción incendiaria. En busca de la unidad, la evolución de la especie, casi prueba afrodisíaca para una deidad. Siempre a costa de freír a algunas ovejas descarriadas, y gracias a un fantástico calamar... Su ilusión, o ilusa deidad del dinero empleado. Solamente, un todopoderoso casi ´real`, le otorgaría su redención. Pues, él también cayó en la tentación.

¡Tic...! Noo, aún no, alma de dios...

El caso es que estos acontecimientos, modificados y estratificados en realidad paralela, alteraron el cauce de las utopías o distopías, por venir. Según el color del cristal, con que se mire y el de un ser pragmático, elevado a la décima potencia (de mandamientos divinos), un todopoderoso topo de color cobalto, cóctel azul Dr. Manhattan. Bañado en rojo, ya que fue obligado a la masacre primero, para exiliarse en retiro filosófico, científico cosmológico y hasta pansexual, en Marte. Transformado en una extraña deidad del dios de la guerra... ¿seguro? Pues probablemente no, con estos Watchmen, todo se transforma, se convierte en algo paradójico y multidimensional. Tanto que puedes abandonar tu verdadera forma, de gallinácea o huevo frágil, hasta aparecer caminando sobre la superficie de un lejano planeta. Condenado al destierro, por tus anteriores desórdenes y culpas. Pecados de los hombres, se dijo.

Por tanto, sí amigos... Los colores tienen mucho que ver, en esto de la transformación ante nuestros ojos. Pues, cada personaje de la serie Watchmen, posee una personalidad compleja como jinete, estrella acorde con los hechos que les tocó vivir, o cabalgar sus acciones sobre un cómic. Veamos... apocaliptos.
El azul global de profesor es evidente, ya que el proyecto de la Tierra como territorio viviente, se debe principalmente a dicho tono de la creación. El líquido elemento, por donde la muerte bajaba en el río Mekong, surgida de un marronazo... esto es, se tiñera de rojo como Yantsé en llamas, como la máscara perdida de un héroe comunista y sus pasiones voraces que igualmente derramaron sangre.
Sin embargo, el sabio tuvo que aprender algunas lecciones que se ramificaron de aquella decisión comprometida y del amor... Bueno, de manera ficticia, no. Ya que el conocimiento estelar u omnisciencia que se le suponía, definiría lo que es y lo que sabe... es decir, todo. Tal que buen ser supremo y casi omnipresente. Por contra, el otro unificador, no, su origen era más pragmático.

Curiosamente, otro de sus defendidos, recortado en blanco y negro, como una pistola de Bogart. Blanco de la gabardina y negro del tiempo en que descendió a los infiernos, fue incomprendido por sus borrones en el pasado y sobre el rostro. Tuvo que ser sacrificado, redimido por todos los defectos de la humanidad y sus ataques de ira. Angel vengador, podían haberle llamado... ante sus métodos violentos de ejecución (que él mismo, igual que el precursor Justiciero Encapuchado o el inteligente Ozymandias, utilizó alguna vez), por esa insistencia contra la maldad generalizada y erigido defensor incivilizado, de la civilización. Significó un buen test de roscharch contra el vicio, ahora multiplicado. ¿Quiénes son los buenos, y quiénes los gallináceos? El último Joker sentenció, con un bala.

El gran Ozy manda avisos, hoy representado por otro grande Jeremy Irons, de la Liga de la No Justicia, y verse inutilizado, pensando en verde selvático o yerba de los márgenes del Nilo, en el oasis espacial. Produciendo creaciones que mantuvieran a raya, y tinta... los tentáculos de una destrucción pronosticada, en regresión sistemática. Para ello, vamos a tener que viajar muy lejos a su lado, hasta los inicios ´constructivos` de otra civilización, residuos de especie, clonados y sonados de un Westworld imaginario. Ideales, que nos hicieran olvidar los paisajes verdes de nuestra Tierra, abajo... en las profundidades tenebrosas de la caverna de Platón.
¡Tic...!, ya ¿es el tiempo? No, faltan algunos minutos... o sentencias.

Número tres, la estampa del héroe, colgado de la tercera rama de la radicalización. Tiene un color bastante oscuro, donde hay que remontarse a esos Minutemen de los albores del héroe, casi marginales, desconocidos por algunos, y reflejarse en otros colores que dominaban el abandono o la pena. La presión, colgando de los asuntos sociales y políticos, durante épocas anteriores que se extralimitaron... más allá de lo permisible, como nuestra esencia humana e... ¡inteligente?
Hasta aquella guerra de Vietnam, que el tiempo redujo en una paradoja, hasta el pulso por el poder atómico entre soviéticos y norteamericanos de... un iluso Nixon. Antes de difuminarse, sobre la era fantasma del presidente Robert Redford... en retiro espiritual. De allí, a Salt Lake City, ya sin pistolas, sogas u otros jinetes comanches.

... Tac! Espejo del Tiempo.

El blanco, de todas las críticas. Ese mal que estaba representado, por valores que venían de muy atrás, antes de la fundación de los actuales USA, los comercios y corrientes universales. El choque llegó con europeos que reían las gracias, como comediantes del descubrimiento y generadores de una esclavitud fundacional, con que mantener el poder comercial y económico. Una época muy turbia en perspectiva, y de consecuencias siniestras en la historia, que algunos tratarían de mantener viva, bajo el tejido espeso de una manta o manchada sábana.
Por ese motivo, el primer gran héroe en lucha, a favor de los derechos de los negros americanos y de todo el mundo, tuvo que ponerse también, una máscara. No la de la resignación o del terror, sino de la protección. Amamantado por el miedo y los pectorales de Yahya Abdul-Mateen II, próximo Black Manta, terror de Candyman y artista de Matrix 4. Todo parece relacionado en Hoollywood, los Vigilantes y los Mindhunter´s.

Otros de aquellos justicieros, en los años 40 del cómic, entre Moore y Gibbons, tuvieron que pintarse las ganas, y reciclarse en los colores del arco iris, para defender un hueco, del que algunos renegaban o simplemente, no entendían. Pero, eso ya terminó, gracias a Di... digo la máscara, de nuevo. Decía Dylan, los tiempos están cambiando... pero regresan, de nuevo.
Mientras, las manecillas seguían corriendo, y las series actuales volando, igual que un búho metálico que cambiará la forma de transporte, durante varias décadas e ideologías. Pasando a los 70 de reclamaciones sociales y movimientos culturales, en colisión, tras la unión de un nuevo estado ficticio, y de estar... a los 80 que mandaron hippies a una combustión acelerada, fumando su centro de equilibrio. Colocados dentro de un transformador atómico de partículas, que los mantuviera enterrados en forma de antiguas deflagraciones o residuos, en un vertedero de Hollywood.

Hacia 90´s más cinematográficos, lejos de viejas estrellas y vaqueros, que se hicieron ejemplos coloridos del cine (exceptuando la representación del cómic titulado El Navío, pues no sabíamos muy bien, qué pintaba ahí), a pesar de la familiar confusión y su éxito comercial. En corta espera hacia el comienzo de un nuevo milenio, y hoy, con el viaje de Regina King, el concepto de Tim Blake Nelson o la evolución de Jean Smart, de vuelta a los alegres y alborotados, años 20, como un traje ajustado o el baile del charlestón. En el ocaso de Hermann Rorschach y el comienzo del test de espejito... Tac... Ahora, sí.

Resta el amarillo aterciopelado, de aspecto semejante a una segunda piel definitiva, sobre el cuerpo de Malin Åkerman, alias Espectro de Seda. La II que anduvo pululando y replantando sus hilos, sobre diferentes cuerpos y presencias alternativas, por un capricho violento del pretérito imperfecto. Hasta que se hizo mayor y materializara entre una nueva generación de protectores, cuerpos especiales de resistencia gubernamental que, curiosamente, también tendrían que echar mano a la máscara, como aquellos Minutemen del primer Milenio. Que es el segundo... me entiendes.

Esta es una nueva generación, los males son los mismos, y las amenazas se han multiplicado, se han extendido como las yemas de una fuente vital, sobre un plato de cristal. Tan transparente, que nos deja ver todo lo recorrido en el pasado y lo que se avecina, con una extraña lente, salpicada de sangre. Que va enfocando, cuadrando todo, sobre este presente de la serie Watchmen y sus novedosas teorías existenciales, policiales y filosóficas.

¿La Gallina o el Huevo?

En las arrugas de una cara, podemos comprobar como ha sido ese cambio. Si sufrieron o mutaron demasiado, para reconocerlo emocionalmente. Si crearon expectativas o, huyeron...
Hasta descubrir en su reflejo que el paso del tiempo, y algunos pensamientos, se incrustó en todos los campos de nuestra existencia, en todas las siguientes generaciones venideras. Desde la simple evidencia física y residual, no la idílica juventud de antaño, hasta los mecanismos internos que controlan nuestras decisiones o deseos... Incluso, los sueños, o terribles pesadillas que nos revisitarán a menudo, sobre el último segundo. ¿Qué fue primero, la pesadilla o el sueño?

Para todos los aspectos personales, usamos disfraz, ante el colectivo. Como buenos humanos maleables, subatómicos y dubitativos, que temen exponer sus complejos desnudos, frente al resto de desconocidos o amigos, a la opinión general que destroza y engulle, como un monstruo.
Baste como ejemplo, la efigie del precursor como la de otros vigilantes actuales, que tuvieron que cubrirse, conociendo la historia. No identificar su rostro, sino palpitar a través de una máscara, la primera raída, para no ser insultados o masacrados por una sociedad, ávida de nueva sangre derramada.
Mientras un dios, llamado Profesor o Maestro Azul, se veía colgado temeroso de la rama de un árbol, volatilizado o saliendo por patas, a un lugar apartado del mundanal ruido. Esto es, a un planeta lo más vecinal posible... o belicista, ¿no? Piénsatelo, monstruo.

Bueno, desde luego, tuvo que esconderse, como aquellos de capucha deshilachada por los años y temporadas sobre el papel. No la amarga verdad que esconde, sino la que se haría rancia hoy, al volverse a conocer en familia, bajo otra forma, estancia y color. Él, que tapase las culpas de toda una colectividad en estado de involución permanente, castigándose por los males universales. Convirtiéndose de nuevo, en zigoto, nadando en su propia piscina. ¿Recuerdas aquel capítulo?

Pues sí, queridos lectores, los colores de Watchmen han vuelto, para salpicarnos de ácido y sangre. Gracias al modelo actual de la televisión y un rey de las transformaciones existenciales como Damon Lindeloft (en el final de The Leftovers), pensador de Tomorrowland. Volcándose imaginativo, desdoblándose en esencia como Dale Cooper y mirando a su patria, en el mismo New Jersey. Junto a un ramillete de directores del medio televisivo y pandilla de guionistas jóvenes (bastantes féminas), volviendo nuestros ojos a los inicios de aquellas sombras en blanco y negro, llenas de matices alargados, sorbos amargos de otra realidad más contemporánea. Globalmente alienada, femenina, en busca de nuevas sensaciones o figuras.

Con algún que otro, tono brillante... como aquel rojo, del peligro caústico que se avistaba sobre el terreno resquebrajado de la Segunda Guerra Mundial, requemado por el nazismo que se cernía sobre esta divergente Europa y unos segundos del metraje de una película notable de Steven Spielberg. Aquel color era una muestra de la amenaza, de una esclavitud ideológica que amenazaba el resto del mundo libre, como otras. Luego, llegaría la guerra fría y las consecuencias de aquel fin de fiesta terrible, digo, comienzo de la era atómica. La guinda roja del pastel...
Aunque, han llegado los nuevos protectores, que parecen los mismos. Solamente que estos no están obligados por las necesidades personales, ni tampoco son tan ricos como algunos, que empleaban su poder en la defensa o reconstrucción del ser. Sino que son pagados con los impuestos, mensual y descriptivamente, hijos de nuestros impuestos que sirven para un montón de cosas... aparte. Igual que mantener unas fuerzas del orden o un cuerpo policial, ecuánime e imparcial, como una ley justa. Como construir una bomba con la que ganar una guerra, justa o injusta, según las perspectivas en el horizonte o puntos de vista, humanos o inhumanos... Idear y construir una figura aumentativa del terror, para mantener entretenida a la masa, mirando hacia otro lado, como si fuera un programa efectista de la tele, o Joker alimentado por unas voces, más o menos discordantes. Que también se nutrirían de aquella basura infecta... o nuestro dinero.

O, por último, intentar crear una nueva Tierra, partiendo de un menos cero, absoluto, allá en el espacio recóndito, donde los hombres y mujeres, evas y adanes en reprocidad temporal o bíblica, hacia otro Dios, crezcan y se reproduzcan, a imagen y no semejanza. Esto es, sin tener que aprender de viejos errores... o recapacitar lo vivido. Con su mirada limpia, ¿crees qué cometerían los mismos? ¿La guerra o la pasta?
Qué buena ocasión, para la teletransportación. la celebración autómata y el voyeurismo interplanetario, espiando que se cuece en otra dimensión o espacio exterior a los nuevos Watchmen... que son los antiguos, no sé, si me comprendes, semilla en la cáscara, cinematógrafo... Hombre de la cara, en espejo. ¡Voyeur, A cara de perro!

Día del Juicio.

Mientras mucho más abajo, casi en las profundidades de nuestra irresponsable conciencia, las vergüenzas ajenas, colgaban como una macabra corbata del cuello de un inocente. Para recordarnos su pasado, que significa otra mancha en la cara de nuestro Rorscharch, humano. Ya muerto, y no enterrado, porque se desintegró y formó un ejército resucitado... que poco tenía que ver con él, ya que sus amistades integraban personalidades de muy diferentes colores... hasta la visión catatónica. ¡De verdad!

Los creadores bautizaron a aquel hombre del minuto cero, como un Vengador Encapuchado, que comenzó las correrías de los reconocidos Watchmen de la actualidad, sin rechistar. Bueno sí, un poco, cuando las vergüenzas quedaron colgando en el aire. Una saga oscilatoria, de una espada de Damocles unida por una soga de intransigencia del mentiroso, con sus disfraces para mantenerse en la tinieblas. Convertido en un ejecutor en gabardina, el que morirá frito como gamba con ídem.
Disparate sin tregua, por las malas lenguas o estereotipos sangrantes, que han marcado nuestra historia violenta y resurgido, en más de una ocasión... como entonces, como en un misterioso navío fantasmal. Aunque sería una versión multiangular, crepuscular, donde el odio crece con el pánico, en cualquier dirección o refracción de luz que nos toque, en color y tonalidad. El desprecio sobre otros elementos represaliados de la sociedad, fue el caldo de cultivo, principio de todos los males, encarnados en la piel, la precariedad económica, la sexualidad o las ideologías. Normalmente, políticas y demasiado interesadas, cuando se amenaza su estable forma de vida, sobre todo, condicionada por el poder y el dinero... Enemigos íntimos de nuestra libertad y nuestro sueño, del próximo futuro.

Ahora Sister Night, Red Scare y Looking Glass, son los representantes del legado. De los reflejos y las arrugas en los rostros, de los colores que se desangran o crecen en otro lugar, luchando y lanzando mensajes a través de cuerpos insulsos, desdibujados o esclavos, inertes. Y por supuesto, de las ideas, que son el trasfondo que existe desde los albores de estos Watchmen, condicionados a las puertas del año 2020, después de nexus replicantes a las puertas de Tannhäuser (o de Venus) y de los protectores Blade Runners, que ya no son el futuro. Con todos, los ´no` medios a su... a nuestro alcance.
El temor ha ido saltando entre alambicados enfrentamientos, desencuentros entre aparentes hermanos, llenos de púas afiladas y penetrantes como coronas, que descarnan la unión de los pueblos. Hoy, son otro más, los individuos en incomprendida globalización o máxima alienación. Salvo una mente apagada, que insiste en no salir a la luz, dado el ambiente.

Miedo porque no se entienden, ya que nosotros no toleramos las diferencias, discrepamos a todas hora sobre las formas y colores, somos frágiles y... demandamos fortaleza, esencialmente económica. Son otros tiempos, parecidos pero distintos, que navegan por otros hilos o referentes básicos, poniendo etiquetas, anteponiendo riqueza, cuando los grupos supremacistas de Tusla (en estado de Oklahoma), trataban a otros congéneres pobres y seres humanos inteligentes, como meras claras de huevo para batir y abatir. Hoy, podemos ser cualquiera...

Somos calamares que lanzar por los aires, con el fin de causar el terror, aplastados por un parabrisas de oro. Marginados distanciando a los distintos grupos o corrientes, que igualmente aprenden, sangran y mueren, se oponen a otros de diferente pelaje. Con las venas iracundas, corriendo torrentes de desprecio, bajo cualquier piel y rostro, rojas, amarillas, azules, verdes de color esperanza, y matanza controlada estilo Ozymandias... para la redención de la especie y una nueva oportunidad. Plateadas, o transparentes en el fondo, como un pintura que reflecta los compuestos vacíos, en el mundo o el espacio, mascullando la falta de figuras en un espejo. O las balas que derriben al depredador, al próximo vampiro u licántropo... al gran monstruo irreal con sus dramáticos tentáculos... en esta u otra realidad paralela.

La primera historia fue en 1986 con el error de la guerra, el telón de acero y la amenaza nuclear en transición belicosa, replanteada en el Séptimo, arte y cielo, color cobalto, debajo de la política y sus lobos, que devoran los derechos civiles y la igualdad. Creada como una evasión alternativa de la realidad, a aquella Justicia Encapuchada que surgió de la violencia y la incomprensión, significando el primer horror venidero.
Fundido en negro, sobre blanco, no finiquitado... amarillo, y azul, pareja rota. Amor eléctrico, se transforma de nuevo. Fuerzas niveladas, reclamación de igualdades... Hoy, meramente... es una clásica cuestión... ¿espermatozoide y óvulo?

Historia 1: De Minute.

Para la primera historia sobre Justicia Encapuchada, hay que remontarse a una época donde las vulneraciones de los derechos civiles, colgaban de una soga de injusticia y violencia extrema. En aquellos momentos, sobre la sombra de la primera gran guerra, crecía una tensión que duraría décadas, a la sombra alargada de las 3K respecto al ambiente de cambio social en los años 60 y las reclamaciones raciales. Una sombra ocular, representativo de un ficticio ojo que miraba a la moderna Kaballería de enmascarados Rorscharch´s en los cómics de Watchmen, que se distorsionaba más aún, con la perspectiva perturbada de un Cíclope.

Este tiempo de turbación en los colores infinitos, en el horizonte de algunos estados y ciudades, es algo anterior a las noticias coloreadas ya en la IIWW, después de la guerra fría frente a los soviets de aquella URSS o la divergente victoria de un coloso azul apoyando al ejército en la de Vietnam, representado por su tercer ojo en la historia inicial de Gibbons y Moore, en 1986. También antes de la llegada de aquella amenaza sobredimensionada, con un molusco marino gigante que reiniciara la cuenta atrás con un ataque psíquico a los neoyorquinos.
Pero, en el manifiesto antiguo, los estercoleros cívicos, se nutrían de inmundicia racial y otros elementos humanos, chocando con los derechos de los ciudadanos libres, o pretendiéndolo, cuando los archifamosos Minutemen se lanzaron a la conquista de las calles y arreglar los problemas por medios más radicales. Si bien, ¿eran héroes o antihéroes?

Por descontado, eso dependería de la instituciones, los poderes públicos o estatales y, los pensamientos de cada ciudadano con su opinión personal, frente al resto. Animados contra el crimen organizado o surrealista, con figuras como el Morlock o la idea de dios, la ambivalencia del bien y el mal.
En la era de los Minutemen, en los años 40 y posteriores con pesadilla de Vietnam o el mandato de Nixon, se reprodujeron estos procesos o ajustes sin justicia, que fue labrando un territorio de contrastes y nombres de otras épocas temporales, o incluso civilizaciones. Ricos vs. pobres, y viceversa, originando la expansión del baile de máscaras, empezado por los extremistas y aquel joven Encapuchado con la soga al cuello, exacerbadas por el crecimiento inmenso de empresas como las de Mr. Veidt. Un seguidor de viejos ritos y campañas mediáticas, unido a la piel de Alejandro Magno en conversión Ramses II y renacido bajo las experiencias emitidas bajos los efectos de su compuesto químico, conocido como Nostalgia.

Allí en el pasado gigantesco, antes de la transformación al negro y sus conexiones heroicas con el asfixiante presente, comenzó la guerra entre la versión oficialista y las acciones de aquellos vigilantes-guerreros, cuando no existía la deidad azul. Ahora, después de la tensión atómica, la explosión psíquica de la Noche Blanca aferrada al Skyline de New York y con varias lluvias de calamares alevines, nos hemos movido a otra dimensión en un universo de mundos paralelos. Aunque las apariencias, no son lo que parecen... viajan a otros momentos y espacios derivados. Tic, toc, el tiempo marca la esencia...

Watchmen: Historia 2

En aquel crepúsculo de los cuerpos policiales, crecieron los apoyos públicos a los Watchmen de los 70 o finales de los ochenta en el papel y su tratamiento de choque. pero se cometieron dudosos actos como el de Comediante con su exposición de ideas y sus líos de faldas. Volviendo a ocultar sus rostros de los criminales como antaño y de la persecución a sus propias familias, elaborando complicados entramados visuales para quebrantar la voluntad o sacrificando algunos miles, para la redención de los seres humanos y un futuro extraterrestre como especie. Ozymandias con sus invención, provocó la huida de algunos, la desaparición de otros cuantos y la sustitución de agentes de la ley, por estos protectores con antifaz y puño de hierro. Hasta que la historia, engendró nuevas teorías conspiratorias, enfrentamientos de revoluciones ideológicas, incendios provocados y asesinatos anónimos con un guiño o risa amarillenta, que va por barrios o apartamentos, y la amenaza de nuevas bombas judiciales que estallarían sobre nuestras cabezas. Esta vez, con el retraso de una mirada lejana y aburrida de la vida.

El lapso de tiempo, se estira hasta nuestros días, hasta el infinito del espacio. Aquel Marte azulado, se ha transformado en una emulación calculada y un traspaso de poderes, junto a aquel capuchón ennegrecido por el odio y el racismo, coronado como Rorschach por el ahogo alienado y el escarmiento. Mientras, las chicas han envejecido bien, eligen sus parejas inviolablemente o se han aferrado al llamado empoderamiento, siendo miembros destacados de la acción de una Noche de Hermanas.
Tanta rabia encapsulada en sus arterias, invadidas por el calor azul, que se ha despertado su conciencia, frente a la represión de sus antepasados y sus compañeros actuales, con la caída de viejos antecedentes sanguíneos y una sombra en un armario. El dolor empezó a destilar de los poros de su piel, convaleciente por los amantes del Klan y otros próximos enemigos político, sociales o multidimensionales. Es decir, los Vigilantes de ayer en los ochenta, son los planificadores del presente extendido, desafiados por las intervenciones en el cómic y la primera película.

Watchmen: Historia 3.

Los creadores coloristas, de esta escuela de excedentes pasionales y manipulaciones variadas, elaboraron una forma de entender a los héroes clásicos de Marvel o Dc, interviniendo y modificando partes de la Historia. Persiguieron una narrativa, ahora mitificada por la serie Watchmen de HBO y Dc Cómics, abriendo un proceso de múltiples puertas interdimensionales y saltos temporales, para elegir, desafiar, medrar, dar y tomar, incluso por otras puertas traseras. Como de año en año, el reloj de la puesta de Sol, marca cinco o menos, minutos para la cuenta atrás... silencio.
Sin embargo, esta vez el minutero, no se ha detenido de manera ilustrativa y candente, en los aspectos sexuales. Excepto el máximo encuentro entre poli y dios, velados en la oscuridad, ante la realidad... ¡Qué dura realidad!

El miedo da paso a un acertijo, a Dios rogando y con el huevo dando. Watch...ing the sex, cuando los hombres y mujeres, perseguidos por tendencias políticas o movidas existenciales propias, han huido de la represión sexual del pasado, por la persecución de una pesadilla rancia, como la careta de un Rorschach venido a menos. Él, que guardaba su sexo bajo una gabardina como un apocalipsis hambriento, el segundo poderoso se sentía observado por dioses o diosas egipcias, haciendo parejas de la nada y jugando a la guerra, o la paz, quién sabe. Más otro, timorato en conquista como un búho nocturno frente al violador enmascarado y, el cuarto jinete ofreciendo todo en sacrificio. Una mente superdotada para hacer el amor, más bélico... será f...
¡Calma, calamar! Si te desprendes de toda la tinta o protección, como máscara, puedes morir... O ser emparedado como un faraón.

Déjate uno sin cascar, por si la lluvia no escampa y sin olvidar otras pajas mentales descomunales de hoy, que sirven para renovar la vieja sangre y cerrar los horribles recuerdos, descargando la rabia inmensa sobre un jefe con rostro sarcástico, no de smiley sino de Don Johnson. Y no saques la lengua, que el también se asustó...
En otro orden de venganzas, el equipo contemporáneo a nuestra existencia, se reparte entre la sensación del engaño y la urdimbre de la ridiculización en diferido, dirigido por la hija de la violación y un hombre con el rostro en el espejo del pasado. Cuando aquella atracción se volvió en mortal... rabia, infundida en las venas del nuevo grupo enmascarado. Aunque en sus triste ojos bajo la capucha, llenos de verde envidia o esperanza, intenta descubrir el secreto monstruoso y gelatinoso.

Definitivamente, Looking Glass parece el reflejo psicológico de Rorschach, haciendo transparentes sus cautivos pensamientos y su medida violenta de la justicia. Es como si hubiera salido en tromba de Twin Peaks, contra la oscuridad que encierra la mente o se vistiera con la estrella de aquel sheriff encapuchado de las películas, desdoblado, a galope tendido frente a la corrupción ejercida por el poderoso y una caja hermética. También contra la animosidad de esta nueva caballería disfrazada, multiplicada por este mundo de sombras y dispersada en otros, transparentes, aún por descubrir, elevar y construir. Desdoblar...
Los rasgos son inversamente proporcionales al poder político o económico, hasta distorsionar las imágenes de todos y llevar a confundir la idea del vigilante, del revolucionario o del defensor de la patria. ¿Quién es quién? ¿Qué fue antes, el ser humano o la divinidad?

Son dos polos opuestos, que se tocan, como la gallina ponedora y su fruto. Como el Comediante testarudo y el agente Comunista, amante de los sandwitches de lechuga cubierta con la salsa roja de sus compañeros. Devorándose unos a otros, durante cientos de años, cuando todos los males de la humanidad, se confundían en las manchas enfermizas, el reflejo de sus mentiras o el brillo pacífico de sus ojos.
Existimos, a pesar de las dudas reproductoras, en un planeta irracional condicionado por los cuerpos cartilaginosos de otros mundos, sin conocer si son ciertos. Somos, con nuestras complejas relaciones, que nos diferencian en grupos enfrentados en las eras de la Humanidad, unos iniciando las hostilidades y otros combatiendo con la soga al cuello. Desaparecemos, por diferencias manifiestas entre lo circunstancial y lo metafísico, debido a un cálculo de probabilidades. Pero antes, qué fue... la gallina o el huevo. Y en el ocaso, que resta...

Por supuesto, el aprendizaje en el presente. Sobrellevar los tiempos, la alienación en esta globalidad, reconocer la sexualidad variada y los rasgos, defender la libertad general, educar a los vástagos fuera de inventos que intentan desviar la atención... Conocer para poder seguir adelante, con respeto a los demás, intentando minimizar nuestros miedos. Quizás, dependa de una hermana de la noche... azulada.
Fucking, Joker!

Watchmen Soundtrack, by Trent Reznor & Atticus Ross.


Tráiler Birds of Prey, de Cathy Yan.


Tráiler Morbius, de Daniel Espinosa.


Tráiler WW 1984, de Patty Jenkins.

Cinemomio: Thank you

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