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martes, 19 de febrero de 2013

Amour: Íntimo Haneke.


5 Nominaciones a los Oscar.
Festival de Cannes: Palma de Oro (Mejor película)
Globos de Oro: Mejor película de habla no inglesa.
Premios César: 10 nominaciones.
Premios del Cine Europeo: 6 nominaciones.
2 Premios BAFTA: Mejor película extranjera y actriz (Riva).


Haneke asusta con la realidad.

¿Cómo serán nuestros días, amor?.
Recordaremos nuestros paseos del brazo, en busca de la edificante hermosura de unas notas interpretadas por una orquesta clásica. Nos sentaremos juntos mirándonos a los ojos, cuando la melodía recordada suena para ambos. En el teatro de los sueños. Tú y yo. Para siempre.

Los corazones se acompasan unidos, acompasados al ritmo biológico de la edad.
Seremos corcheas, difusas, recorriendo nuestro cerebro ajado.
Porque, aunque no me recuerdes ya, apenas, vibraremos como cuerdas convergentes en un mismo cuerpo de piano.

Haneke nos sorprende con el miedo a la durísima realidad.
En una mañana rutinaria, como cualquier otra, ellos se mirarán sin conocerse. Ojos abandonados de muñeca. Sin razón.
Yo promete, sostenerte. Te limpiaré la comisura de los labios, de los restos del último café que recuerdes conmigo. No temas, te cuidaré.

Georges y Anne, Jean Luis Trintignant et Emmanuelle Riva, han interpretado como nunca, esta lucha amorosa en París. Un trabajo dentro de una historia cien por cien realista. La vejez de unos actores en la piel de cualquiera de nosotros. La fatalidad de toda una vida unidos.
Magníficos.
Michael Haneke ha enmarcado el viaje de la vida adulta, en una película Amour que es su guión más clarificador y humanista de su carrera hasta el momento. Una envidiable coproducción entre Austria, Alemania y Francia.

El desgaste paulatino y el deterioro de las células de su cerebro (merecidísima nominación a los Oscars), hace de Amour una importante exhibición actoral de la pareja protagonista. Mostrando al desnudo las cicatrices naturales de los años. Arrugas rastrilladas longitudinalmente en los cuerpos, un proceso irreversible. Lucidez en sus cabezas ante la cámara.
Cuerpos marchitos, para el film más personal de Haneke. Amour es honesta con la raza humana, mostrándonos unas necesidades biológicas en la etapa en que necesitaremos la ayuda de los demás. De nuestra pareja, si tenemos. Uña con carne.

La dignidad del ser humano cuando la enfermedad terrible nos aflija, en nuestros sueños desearemos permanecer eternamente enamorados, jóvenes. Pesadillas del realismo diario.
Otro mal día, chocarán con la frontalidad de esta inexorable fatalidad, su gran prueba de fuego. Si salvan este amor, mantendrán por siempre la hoguera con sus tizones encendidos nimiamente. El rescoldo de la pasión de antaño. Intentaremos mantener ese hálito de vida juntos, el suspiro de una débil llama que ya no recuerdas. En mi interior, mi corazón, alentará ese último pensamiento fugitivo, una esperanza de que vuelvas. En sueños, un susurro me dirá... todavía estoy a tu lado, amor.
Yo te mantendré, digna. Aseada.

La cabeza malintencionada de Michael Haneke (incluida dentro de Trintignant), nos golpea en la pantalla. En una lucha contra el tiempo y los recuerdos olvidados. Plantea una huída, por cariño, un desenlace lacerante de la vida de una persona que ha perdido su timón en la vida. Un amor a la deriva, buscando la salvación de las aguas oscuras de la noche.
Georges y Anne, pilotan la nave por profundas aguas de desolación. Se encaraman en el buque navegando por encuadres intimistas de la convivencia alterada. Haneke es representante ya, de la cinematografías intimista del centro y norte de Europa.
Con su guión, el director austriaco nacido en Múnich (Baviera), desnuda su propia alma y observa los acontecimientos futuros de todos, con un máximo respeto hacia el cuerpo de la mujer madura, la enfermedad en la vejez y la muerte.

Así tenemos a Amour como una larga prueba de resistencia.
Con las fuerzas en retroceso, el filme avanza en tensión e intención. Los ruidos y la música, de años anteriores se detiene para comprender a los protagonistas. Sus últimos instantes serán vividos en silencio, poético y ahogado silencio. Inefable soledad.
Abandonado el cuerpo al desvarío, Emmanuelle podría ganar su gran premio. Trintignant perderá su fisicidad templada, por la frialdad de su último aliento para restablecer sus dudas. Sin embargo, la supervivencia al ser amado, es una condena.
En una belleza de elipsis, se reencontrarán con el amor.

La vida y la muerte como la bella crueldad que manipula Haneke en sus trabajos, es una evidencia de las dotes imaginativas en anteriores filmes. En Amour, no es necesaria. Contracorriente es como siente la comodidad, un artista nacido para contar historias en el cine.
Se aleja de los gustos convencionales y de la deriva actual, maquinaria para juventud digital. Se decanta por la proximidad y la catalogación de la imágenes emotivas. Siempre sin perder un ánimo de puro onirismo. Mágico y doloso.

Por tanto, Amour se reafirma como una de las grandes películas de este año. Quizás, un pasito detrás de la genial Beasts of the Southern Wild, claro está para Cinecomio. Dura competencia entre ambas para conseguir el título a mejor film en los Oscar.
Luego, si no gana una de estas dos maravillas este próximo 24 de Febrero en el Dolby Theatre, sentiré cierta frustración. Pero, me lo tomaré como una ligera pesadilla.
Suerte para todos.

**** Sobresaliente *****

Alexandre Tharaud, Schubert, Impromptus, op. 90, D. 899. Amour B.s.o.

B.s.o. de Amour. Alexandre Tharaud, Beethoven: Bagatelles, Op. 126, n.2 in G minor.


La tercera e hija en la película Amour, Isabelle Huppert, es la protagonista del penúltimo film In Another Country, del director coreano Hong Sang-soo. Tráiler:



miércoles, 6 de febrero de 2013

Gangster Squad: La conquista del Oeste.



A sus sombreros, señores de la Brigada de Élite.

Corren tiempos turbulentos, son mediados del XX, el capo mafioso Meyer Harris "Mickey" Cohen, se ha instalado en la ciudad de Los Ángeles. Su intento por conquistarla con todos sus medios al alcance, es evidente e ¿inevitable?... Viendo el rostro ajado de Sean Penn, creo que nadie va a poder pararle los pies, a este ex-boxeador.

Remontándose un siglo antes, por territorios más inhóspitos si cabe, los pioneros precursores de la conquista moderna, comenzaron a llegar a la costa Oeste de Estados Unidos. La violencia y las armas era inherente de aquellos hombres. Gracias a muchas vidas, se comenzaron a poner los cimientos de las nuevas ciudades que conocemos. Su construcción fue a base de sudor, sangre y fuego.

Ruben Fleischer el director de Gangster Squad, sigue edificando con cierta firmeza su carrera cinematográfica (práctica y motivadoramente recién comenzada), démosle tiempo al tiempo. Y balas a las pistolas.

Por estas tierras salvajes del Pacífico, se sucedieron los incidentes y peleas entre vecinos-granjeros, para conseguir adueñarse de una parcela de terruño (más o menos fértil) y poder labrarse una existencia adecuada para él y su familia. Pero además, la construcción de ciudades cada vez mayores, trajo un mundo anquilosado a las mismas. Ya no se trataba sólo de cultivar y comer. Una caravana de individuos buscadores de fortuna se encaramó a los nuevos territorios, hombres y mujeres de vidas muy diferentes.

Aquellos que poseían la callosidad en sus manos por el duro trabajo, vieron invadida su tranquilidad. El sudor de su frente parecía una nimiedad comparado a la prosperidad que se avecinaba por el horizonte a la salida del sol. Porque la proliferación de negocios y comercios de todo tipo, produciría la consecución de caminos ilegales para conseguir dinero.
Las grandes ciudades se iban a convertir en urbes del mal. El juego y el alcohol, la prostitución y los nuevos mercados de compra-venta de armas y drogas, crecieron a la sombra de políticas poco consecuentes y corruptas.

La Costa Oeste era terreno virginal para nuevas industrias. Y la cinematográfica no fue una excepción. Welcome to Hollywood.
Miles o millones de jóvenes de diferentes procedencias, se embarcaron hacia Los Ángeles y transformaron una serie de colinas en la meca del cine. Empezaban a verse tantas estrellas por las calles como en el cielo.
Esos jóvenes (y otros no tanto) fueron el motor para producir el mercado de los sueños. Sus cimientos son los que vemos ahora en las salas de todo el mundo.

Pues bien, los pistoleros llegaron cargados de balas y deseos de hacerse ricos a toda costa. Cambiaron sus cabalgaduras de pelo, por máquinas de asientos encuerados y motores voraces de combustible. Se necesitaba más dinero para costearse una vida moderna. El transporte puso en la cúspide a muelles y puertos de carga, por los que las mercancías entraban y salían por delante de los ojos de agentes muy sobornables. La mafia había llegado al Pacífico.

Algo tarde a la costa de enfrente. En el Atlántico, las mafias eran dueños por la fuerza de negocios, hombres, mujeres y la ley del más fuerte. Las pistolas llevaban años sonando a grandes sumas de dinero. Las muertes no se dirimían por cuestiones de vida, se arreglaban desajustes bancarios. Y la corrupción política siempre mirando hacia el mismo lado.
Hasta que en todas las partes, cuecen habas. Cuando los asesinatos salen diariamente en la prensa, y los ciudadanos de bien se ven acosados e impedidos de salir a las calles, algunos hombres buenos tienen que hacer el trabajo sucio.
La mafia tomaba posiciones, desde Chicago y Nueva York, hombres curtidos en mil batallas, en cuadriláteros de sangre, buscaban el control de nuevos estados.

Los mafiosos abusaban del poder político, con amenazas y ráfagas de brillantes metralletas.
Pero, un pequeño reducto de "galos" o de otras nacionalidades o etnias, fueron llamados por incorruptibles, a combatir a hombres como Mickey Cohen, el ex-boxeador. Brigadas de policías cansados de ver caer a sus amigos. De ver morir a los jóvenes en las calles como consecuencia de partidas de drogas adulteradas. De chicos que disparaban a chicos, para hacerse con un control ficticio de las propiedades del barrio, cuando los capos dirigen en la sombra.

La expansión del imperio estaba tomando su forma. Y los Gangster Squad se oponían frontalmente a la mafia, usando sus mismas armas. La fuerza y la intimidación, la guerra de guerrillas.
Las balaceras de pistolas y ametralladoras automáticas, se fueron recrudeciendo para salvaguardar a las generaciones no natas.
Era el resurgir de la violencia, de aquellos pioneros del Oeste, con sus Colt´s en la mano, el lejano Oeste en la edad cercana. Los hombres duros volvían a hacer uso de sus gatillos y sus puños con duro hueso de roer. Todo para evitar la nueva invasión de los conquistadores más sanguinarios.

Un ex-boxeador con deseos grandilocuentes de poder e imagen, un jefe y ex-soldado de grandes guerras reclutando a su nueva compañía de asalto, unos compañeros hastiados de ver injusticias en sus barrios, un compañero ligón de chicas apartadas de la circulación por sus poderosos novios, un comisario que impone con la cara de Nick Nolte, mujeres de policías que sufren y otras de mafiosos que no pueden huir. Una comitiva de corruptores y corrompidos, degradados en negocios y asuntos turbios, bandas luchando por un terruño de ilegalidad y tráfico de sustancias.
La chica que quería hacer carrera en el mundo del cine, y se ha convertido en la pelirroja voluptuosa y peligrosa. Su misión ahora, es ser la dueña de una lujosa mansión en Berverly Hills y ver su vida publicada en papel couché.

Sin embargo, otros barrios repletos de comerciantes y trabajadores empobrecidos, de diferentes etnias formaron sus propios territorios en el downtown del extrarradio. Códigos de conducta diferentes, culturas diferentes y amistades también. Así, Chinatown emerge como otra pequeña ciudad matrioska de la gran urbe angelina.
La lucha policial de estas brigadas, se tuvieron que adaptar a sus escasos recursos técnicos y económicos, se adentraron en las culturas de sus nuevos conciudadanos, aprendieron a recorrer sus calles diferentes. Estos Gangster Squad se forjaron a golpes fuera de la ley, con golpes guerrilleros para derribar estos poderosos cimientos mafiosos.

Su función fue necesaria para mantener un cierto orden, dentro del caos. El derecho a la vida debía estar asegurado, la de sus familias y vecinos.
Por tanto, este nuevo y trepidante a ratos film de Ruben Fleischer (a pesar de no poder visualizar su versión original) alcanza un aceptable grado de entretenimiento. Con interpretaciones de gestos duros. Actores de rostro impenetrable en la actual cinematografía americana.
Los pioneros de botas y vestimentas de piel de res, se cambiaron en el siglo veinte, por hombres violentos de sombrero y traje de fieltro. Es el cambio esencial del espíritu sanguinario del hombre. Sólo cambiar la fachada.

*** Interesante ***

Distribuidor: Warner Bros. Spain --- Facebook

martes, 5 de febrero de 2013

Le fabuleux destin d'Amelie Poulain.


El mundo mágico de Jean-Pierre Jeunet.


2001: 2 BAFTA: Mejor guión original y diseño de producción. 9 nominaciones
2001: 4 Cesar: Película, director, música, diseño de producción. 13 nominaciones


Amelie es una sonrisa.

Amelie no es únicamente una película, es una mujer. Una idealización aventurera. Un sueño.

Sus ojos negros profundos podrían ser acechantes como una noche sin luna, pero sin embargo, devienen en cálidos y luminosos. Porque van acompañados a todos los sitios por una boca sonriente. Su espíritu risueño se basa en el buen humor y el compromiso.
En dicho mundo, muy personal y emancipado, la femenina Amelie ha cumplido atemporalmente los 40 años.
Gracias al cine se nos conservará joven y aventurera, toda la vida. De su estreno han pasado 12 y se mantiene en forma, ya que la magia sigue presente en sus escenas oníricas.

Es posible que ya no sea, la misteriosa jovencita que enamoraba con ocurrencias ingeniosas y chistosas, aunque creo, proseguirá con su carácter filantrópico.
Algunas arrugas recorrerán ya su fino y terso rostro, mas los sueños no tiene que ver con la fisicidad natural de un joven parisina.
Quién te ha visto y quién te ve, Amelia, tu cabello negro liso, tus ojos profundos mohínos, tus zapatos-botín vuelan tus ilusiones en tacones de pisada firme, resolutiva. Vestidos uniformados en coloridos tonos salmón.
Creo que seguirás siendo la misma.

De su nacimiento en el barrio mítico, cuasi mitológico completamente bohemio de Montmartre, en un París acompañado por el acordeón, pocos datos se conocieron. Pero, unos años después la bebé, se convertiría en una "polvorilla" inquieta.
Sin embargo, el público sabe que la vida es un tiovivo continuo. Y la felicidad sube y baja (por eso, a lo mejor, la gente cargada de realismo no comulga con el imaginario de la cinta, los menos). En Cinecomio nos gusta, el surrealismo.

Amelie no lo sabe todavía, pero la causalidad le reserva sorpresas alegres y no tan positivas. A partir de ahora, deberá compartir los sueños con su desolado padre.
No te desprenderás de la condición de hija, y comprometida con todos, sobre todo el que te dio la vida, destinas tus esfuerzos para mejorar su autoestima. Una perspectiva que mejorará los rasgos de padre, hacia una persona más sociable y con deseos de seguir adelante. Porque descubrir es vivir. Viajar.

Ya en tu edad más madura, enamoraste a muchos espectadores. Quizás a mi también. Otros te odiaron, quizás por tu forma tan positiva de ver las cosas. Y eso no es aceptable en los tiempos inestables actuales, donde los sueños se han recortado.
Pero, tu dedicación a los demás, no te permite lujos con el coqueteo amoroso. A Amelie le gustan los juegos y acertijos.
Para ella, el amor sin misterio no es lo mismo. El amor es un antifaz, aventurero.
París se convierte en su campo de juegos.
La estación y una máquina de fotografía instantánea, un amor a descubrir. Que se convertirá en un amor para atrapar.

La vida es una telaraña que se entreteje cada día, haciéndose un entramado de personas con sus deseos, sueños y terrores. Se podría decir que Amelie es la araña, que vigila para devorar todas esas pequeñas historias que se cimbrean en su hilvanada seda. Brillante, llamativa y atrayente, esta tela tejida de historias paralelas, tienen su vida propia. Privada, pero descrita a voces por Jean Pierre Jeunet, elaborado a la verde limón con su amigo Guillaume Laurant. En tonos vívidos fotografiados por Bruno Delbonnel y montada con una música inolvidable de Yann Tiersen.


El acordeón. De rancio abolengo austriaco ideado por Marck Muñichz en 1829, parece que el origen europeo de los instrumentos de lengüeta libre está en los órganos soplados orientales, que se habían extendido por Rusia en el siglo XVIII, el invento se atribuye al emperador chino Nyu-Kwa, 3000 años antes de Cristo (el Sheng).
Numerosos inventores acoplaron diferentes características al instrumento. Desde el parisino Pinsonnat, creando el typófono, que daba una sola nota fija, hasta Eschembach, que unió varias. En cambio, sería Cyrill quien se hizo con la patente, aportando a la sonoridad un fuelle y cinco botones, cada uno al ser pulsado, producía dos acordes, uno al abrir y otro diferente al cerrar el fuelle. Estos diez acordes bastaban para acompañar numerosas canciones.
Yann Tiersen - La valse des monstres:


Pues bien, 1973 en París, en una onírica calle del barrio de Motmartre, nace Amélie Poulain. En el seno de una familia pinturera y pintoresca. Genuinamente francesa. Le encantaba hacer muecas, jugar con serpentinas en forma de matasuegras, comer gominolas con formas llamativas en las yemas de los dedos, serpentinas y recortes de papel a discreción e incluso, está en posesión de su flamante máquina de fotografías.

Durante esos primeros años, convive con las manías y fobias de sus progenitores, asimilada por un mundo adulto que no comprende sus ensoñaciones y jugueteos con la magia de vivir. Además, estos mayores no se dejan entender ni quieren.
Además, de su lustrosa y brillante cabellera recortadamente zahína y su apertura de ojos considerablemente bellos, su rasgo más distintivo es su atractiva personalidad y arrebatadora imaginación.

Cuando esa cabecita se pone a pensar, puede detener el tiempo jugando con pequeños recortes de papel, con golosinas en forma de dedal comestible, haciendo muecas sin parar, Una probable vocación cortada de raíz debido a las equivocaciones del mundo de los adultos. Verá postergada su incipiente interés por el devenir futuro, y su relación inequívoca con el retrato. Quizás, el periodismo impreso habrá perdido una surrealista y atrevida fotógrafa. La repostería gana una simpática y servicial camarera en una de las cafeterías más recordadas del cine. Les deux molins.

Es probable que el fallecimiento extrañamente prematuro de su madre, más bien kamikaze, le impulsara a una búsqueda de trabajo sin mayores pretensiones que ganar un poco de dinero. Da igual, el café abre sus puertas diáfanas por sus enormes cristaleras y su luminosa sonrisa esparce sus influencias por la pintoresca sucesión de personajes que por allí van a convivir. Cómplice de sus vidas.
Amélie trabaja como camarera y también como maestra de ceremonias del costumbrismo imaginativo del director galo. Jean-Pierre Jeunet.
Se establece una relación de afecto del público de pantalla grande con el pequeño círculo de todos estos bohemios.

La complicidad de Amélie con ellos, conlleva a una conclusión. A falta de perspectivas individuales, en la búsqueda de aventuras exóticas con héroes y enamorados, su mirada irá a ayudar en el reencuentro de la felicidad de sus amigos. Si lo consigue ella será la mujer más feliz del mundo. ¿O no?.
Desde luego el egocentrismo no entra en los planes de la joven por ahora. Mira, a su padre ya le ocurrió. Y por ahí sigue enloquecido con sus cachivaches y perdido en construcciones metafísicas sobre templos enajenados con el pasado. Un monumento coronado con el enano y posterior compañero de viajes de la "Blancanieves" voladora.
Pues, toda esa propagación del bien en sus congéneres, choca con el recuerdo que le prohibió hacer sus fotos por provocar accidentes. Si los mayores son los que los provocan. Una pesadilla recurrente que desvaría en la obscuridad de la noche, a través de la contemplación de viejas series y películas en glorioso blanco y negro.
No hay justicia en este mundo.

Toda vida rutinaria, tiene sus momentos de fractura con picos de ensueño. Amélie un día conocerá a Nino y el mundo dará un giro como la torre Eiffel de alto. Tan enorme como una estación central. El amor se va a propagar por el barrio.
En cuerpo y alma se entregará a su nueva meta. En carne y mente.
Mediante su poderosa mente imaginativa, Amélie idea un juego surrealista para alcanzar el corazón del joven y posible hombre de sus sueños.
Ella es de las mejores personas de París (esto parece molestar a algunas personas a ambos lados de la pantalla), y sus amigos se lo agradecerán cuando el gran juego termine. Con su colorido vestuario en tonos pastel ribera francesa, impregna el atractivo visual que desea compartir con los demás. Un tono para cada collage de este guión.
Esta chiquilla es capaz de hacer llorar al pintor más enclaustrado y prófugo en creatividad colorista. Al encuentro del surrealismo inalcanzable dará al lienzo los colores de la vida que le faltan. Un niño en edad adulto, en sus ojos renacerá la ternura como consecuencia de su emotiva relación. Las pinceladas se volverán firmes en manos y mirada rejuvenecida.

Amélie se encarama a su disfraz de Zorro, repartiendo la justicia para todos. Sin olvidarse por fortuna del buen humor y la aventura. Se vengará, sin infringir heridas graves, del tontorrón frutero que vilipendia al gentil aprendiz. El ultraje del tirano, es necesario, para cicatrizar el deshonor de lo injusto. Lucien reirá: "Collignon tête à gnon".
Difunde cartas de amor con perfume a coqueteo. Risas de sexo desenfrenado contra la pared. Ruidos jadeantes de cafetera expreso. Golpes y chinchineo de vidrio. Los hombres han vuelto sus miradas al amor y se olvidan los achaques de la edad. Una camarera ha abierto esas puertas herméticas, dejando un resquicio para mirar desde fuera. Dejando hacer y disfrutando. Sonriendo.

Ella tiene a su padre, y a su gato. Pero, va a necesitar algo más. Amélie va a dejar atrás muchas cosas. Ya están entregados a su dueño los objetos encontrados tras la baldosa del olvido. Cambiará el recuerdo de las fotografías de antaño por otras más actuales que le llevarán a volar en estaciones de metro. En cabinas de la suerte.
Todos contentos. ¿Esto es malo?. No.
El aprendiz se revela como maestro. El tirano arrepentido se convierte en asustadizo. El público feliz.
El escritor sin éxito encontraría una buena historia en todo este maremágnum emotivo. El gnomo viajero su destino. Los sueños se enfrentan al realismo de lo cotidiano, porque los objetos cobran vida. La música envuelve lo visual.
Dulces sueños, Amélie.
Buenas noches.

**** Excelente *****

La Valse D'Amelie (Piano):



Yann Tiersen with Orchestra in New York:



Los Personajes Principales:
Audrey Tautou ... Amélie Poulain
Mathieu Kassovitz ... Nino Quincampoix
Rufus ... Raphaël Poulain
Lorella Cravotta ... Amandine Poulain
Serge Merlin ... Raymond Dufayel
Jamel Debbouze ... Lucien
Clotilde Mollet ... Gina
Claire Maurier ... Madame Suzanne - la patronne du café
Isabelle Nanty ... Georgette
Dominique Pinon ... Joseph
Artus de Penguern ... Hipolito
Yolande Moreau ... Madeleine Wallace
Urbain Cancelier ... Collignon

Cinemomio: Thank you

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