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sábado, 8 de noviembre de 2014

Jack Ryan: Shadow Recruit.


Jack no era Bond.

Kenneth Branagh ha vuelto a dirigir, el británico se ha decidido a intervenir de urgencia en la política y los hombres de acción norteamericanos, para rescatarles de su aspecto desgarbado y demasiado llamativo, para darles un poco de su flema flemingniana.

Jack Ryan vuelve a su comienzos novelescos, y posa sus pies en una novela que recuerda a espionajes de grandes corporaciones, a guerra fría entre países del viejo telón de acero. Busca a su primera novia, para contar la historia de un error convertido en amor, de un silencio por su actividad secreta que la lleva al peligro y la muerte comunista. Comunismo convertido en capitalismo, en vil dinero, el terror de la gulag transformada en cuentas bancarias internacionales y primas de riesgo. Al hundimiento de la nación como en los viejos tiempos, por caídas de los muros monetarios mediante el terrorismo y el crack bursátil.

Kenneth se reserva el papel del terror silencioso, y ronroneante del gato siamés soviético, con viejas cuentas a saldar con el imperialismo yanqui (ahora huele un poco pero como no precisan el tiempo en que transcurre), más con el estilo sobrio del conquistador enfebrecido con las bellas damas, encarnadas por la novia Keira Knightley, y de paso dar un golpe en los morros al Jack de turno, interpretado por un esmerado Chris Pine.

Todas estas buenas intenciones, de sacar a relucir el lado más OO7 del agente del FBI, se quedan en los primeros minutos o secuencias en lujosos hoteles a la orilla del Kremlin, porque allá se va Ryan, a dar vueltas sin parar por las cercanías de la Plaza Roja (como reclamo, por otro lado, una maravilla para visitantes foráneos empequeñecidos ante tanta magnificencia), y alguna prometedora escena de acción con sabor al Bond luchando por su vida. Luego, todo se vuelve más mecánico, artificial y menos novelesco. Por no decir, romántico o sexual.
Resulta hasta empalagosa, en cierta forma, en las relaciones entre parejas. Él con ella, el ruso con Jack, y con ella. Entre agente y jefe del FBI, interpretado por un recuperado Kevin Costner conservando el tipo, entre hijos y padres enloquecidos por la causa, pero fríos como el hielo en un vaso de vodka. Para terminar con una parafernalia en el centro de Manhattan, llevada por los pelos, las bombillas, las alcantarillas, y acabando en explosión de sentimientos encontrados. Lo típico.

Te queda como un regusto a buena película desperdiciada, de espionaje empresarial, de asesinos a sueldo exóticos, frases grandilocuentes pero predecibles del futuro de la cinta, escenarios repetidos en exceso, demasiado viaje en coche, avión o helicóptero, y un amor algo distante para el caso en que se desarrollan los miedos, o celos, o nada. Vamos que no me los creo, ni con sub-trama de rehabilitación de heridos en guerra.

Esta es la última película sobre el personaje creado por la imaginación del autor Tom Clancy, con diferentes resultados en la gran pantalla, como en el caso de nuestro inolvidable James Bond, que unas pican y otras no, como pimientos de padrón. Veamos:
La caza del Octubre Rojo (1990) - Alec Baldwin
Juego de patriotas (1992) – Harrison Ford
Peligro inminente (1994) – Harrison Ford
Pánico nuclear (2002) - Ben Affleck.


Yo las veo, un poco faltas de ese picante sexual y atractivo a lo galán de Bond, por no comentar, las chavalas o malvadas de la muerte orgásmica. Quizás debido a los autores de la adaptación Adam Cozad y David Koepp, resultan complicadas en su concepción, pero simples como el mecanismo de un chupete-rodaje, nada que ver con los gadgets ideados para combatir el mal de antaño.

Kenneth araña el viejo polvo, pero se queda en lo superficial. Una pequeña marca sobre la madera de roble, y sin fumar, ni reír, no daiquiris en la playa ni trajes de baños, ni tiburones con dientes de acero, sólo él y Jack, un duelo.
Hubiera hecho gracia verle algún cara a cara con el bueno de Kevin. Lo mismo partírsela entre ambos por unos minutos habría tenido más chispa. Cosas del guion escrito originalmente, supongo.

Mi nombre es Ryan, Jack... cualquier parecido con otros es pura casualidad. Buen acompañante al título, esta Operación Sombra. Pues eso.

** Pasable **

domingo, 2 de noviembre de 2014

El Niño.


Fronteras profundas.

En cada franja de terreno los jóvenes se aferran a sus héroes o mitos, según determinados roles sociales o culturales. Según el dinero, u otras fronteras espirituales.

Los norteamericanos inventaron a seres mirando las estrellas, hombres y mujeres enmascarados o irreales, éstos les hacían vivir otras vidas y recorrer otros mundos.

Sus amigos protagonistas en filmes y cómics les sacaban de los estragos de la guerra y de sus barrios repletos de racismo y desajustes clasistas, barridos por las drogas y la violencia. Desde las grandes ciudades del norte hasta los desiertos del sur y sus pasos fronterizos se marcaban las diferencias por el color de la piel o el dinero, que no de sus necesidades o sueños.

Gibraltar un territorio comercial influido por varias culturas y enlace de conexiones con el narcotráfico. En esta encrucijada entre dos mundos y dos masas de agua (Mediterráneo y Atlántico) existía un chaval de nombre Mohamed alias el Nene, que se hizo valedor de una historia contada por un director de Mallorca de nombre Daniel Monzón (la premiada Celda 211) y un guionista asturiano Jorge Guerricaechevarría (habitual de las películas dirigidas por Álex de la Iglesia, también coescritor de la Celda 211).

Ellos saben que aquellos héroes anglosajones combatían a los malvados con sus grandes poderes, o transitaban el espacio combatiendo amenazas fantasmas y guardando las galaxias de peligros exóticos. Sin embargo, la realidad es una batalla diaria más terrenal.

Estos héroes forzados tendrán que luchar en la cartelera con Guardianes y extraterrestres, deberán embarcarse en motos fuera de la ley y surcarán estrechos confines alrededor de sus sueños. Pobres diablos a uno y otro lado del charco.

Este Niño en busca de su princesa, es uno de ellos. Ha dejado sus raíces africanas por una mirada azulada (a lo Paul Newman de Jerez), pensando en una fuga por las olas de la marginación y el dinero fácil. Que en realidad no es tan fácil ni tiene marginalidad para aquellos que viven a sus anchas de otras vidas.

Podrían ser de cualquier frontera, pero nacieron en la Línea de la Concepción con su deje y su gracia para acercarnos el mal a la nuestra, la frontera marítima de la costa almeriense hacia las montañas del valle del Rif.

El Niño sueña con una mujer de otro planeta, se embarca para luchar contra las mafias comerciales de la droga o las personas, y evitar a los policías en la negra corriente marítima entre África y Europa. El director Daniel Monzón ha puesto su complexión morena en un rostro pálido de facciones más occidentales buscando una nueva estrella. Si lo conseguirá o no, dependerá que el estudio de la interpretación le lleve a lugares insospechables si pule bien sus errores primerizos y expresividad perdida. De momento, el actor Jesús Castro ha conseguido un nuevo papel en la película española La Isla Mínima, con buenas críticas generales.

Si ha nacido un posible Skywalker de la península ibérica con escalas a otros mercados, se verá en sus poderes para robar escenas en el futuro. De momento, es una promesa con buena fisonomía.

Ahora está de moda hablar de la corrupción en todas las escalas sociales, desde los ricos mandatarios hasta los cuerpos policiales (se necesitan medidas para controlar internamente los medios. Ellos, los duros Luis Tosar, Sergi López, Bárbara Lennie o Eduard Fernández, se preguntan si todo es válido o si merece la pena la lucha contra los ocultos interpretados en la figura de Ian McShane y sobre los que no aparecen en el filme defendiendo con sus tentáculos a manos ejecutoras provistas de martillo y katana.

Pues parece que sí, porque son los profesionales auténticos que permanecen con su carismática cabeza en la pantalla.

Daniel Monzón se ha interesado por los que sufren, los héroes anónimos a ambos lados de la ley. Los que en Europa crecieron mirando al mar y leyeron los cómics llegados desde el otro lado atlántico, viendo las películas de exploradores espaciales e intentando conseguir un hueco en las estrellas.

Para ello, ha competido con sus armas, la acción y los primeros planos. Y ha dotado de humor de Cádiz y romanticismo juvenil a una historia real con aromas a Ketama y a pescaíto frito. A humo y persecuciones de narcos, a marginación y Roca blanca.

Aunque se haya alejado del estereotipo físico mantiene la forma, dando una de cal y otra de arena del Estrecho, viendo el gran negocio y alejándose de polémicas con los políticos. Es una historia de un Niño y su compañeros nodrizas, queriendo salir de su vida hacia visiones televisivas en Miami Vice.

El humor salva en muchas ocasiones de la reflexión más cruel y mantiene al espectador atento a los héroes con sus compañeros como robots en una guerra espacial de consecuencias planetarias, y amor con princesas de diferente piel.

Esta Roca ha ejercido de faro entre dos culturas y cárcel para muchos que buscaron una fantasía por medio del tráfico clandestino. Vidas con altibajos y rodajes de realidad.

Mucho ha pasado desde su primer Corazón de Guerrero, ahora Monzón se centra en el realismo... entreteniendo al público. Al menos en la taquilla tiene su rédito.

*** Interesante ***

Bernardo Vázquez - La Goma, BSO "El Niño"


India Martinez feat. Rachid Taha - Niño Sin Miedo

sábado, 1 de noviembre de 2014

Begin Again: Compás dos x dos.


¿Qué significa para vosotros la música?

Para los protagonistas de la película Begin Again, la música lo es todo en sus vidas. Lo bueno, mágico y lo malo, dolor. Una forma de sentir, comunicarse, amar... vivir.
El director dublinés John Carney ha construido una historia a base de errores, estudio y ganas de seguir avanzando en lo que realmente le gusta, el cine. Y, los personajes con sus canciones que, son ellos mismos.

Desde los comienzos, y traspiés de un músico, dando esos pasos callejeros, sombrero en el suelo, o visitando los pequeños locales dónde las melodías se mezclan con el ruido y las risas, como el vapor etílico (ya no tanto el humo) y las ganas en un cóctel de sensaciones únicas. Irrepetibles.
Mientras en la penumbra de aquella barra, unos ojos aparcados en el vacío existencial se fijan en la voz y los futuros arreglos de aquella chica, fracasada en el amor y abierta al mundo con sus ideas poéticas y canciones. Un corazón herido más, sin miedo.

En una de las secuencias más brillantes sobre la creación, ambas miradas se encuentran unos segundos que desarrollarán su historia, más allá de los recuerdos. La magia de un bar se encierra en los puntos de vista, para identificarse con ellos. Todo lo que rezuma en el aire, en Begin Again, parece la banda sonora de algunas vidas (o al menos, unas notas) porque son de verdad, aunque con una tendencia al positivismo. Esas construcciones musicales con tendencia hacia la amistad y el amor, también lo contrario. Y sobre todo, a la ciudad de Nueva York.

Este New York callejero y multicolor, que se desvive por magnificar su historia, la de la cantante novel y el productor en retirada forzosa, forzado, pero unidos por auriculares compartidos, algún baile y la calidad en los temas desde el exterior hacia el corazón. Emocionantes Keira Knightley y Mark Ruffalo. en sus papeles compenetrados, musicalizando perspectivas laborales de futuro y vitalidad en los boquiabiertos espectadores. Un trabajo en sintonía redonda, blanca y cómplice.

Para muchos de nosotros, la música es un trabajo de grupo, o una sensación en vibración dentro del cuerpo. Con sus componentes entregados a mover emociones, cada uno con su habilidad en la yema de los dedos, aunque se comience como ambulante solitario. Begin Again, tiene esas dos caras diferenciadas, que confluyen en el medio comercial o se distancian en el reconocimiento de la expresión artística. Los elementos son profesionales arropando a la voz cantante, una cara delicada que interpreta con frescura y traspasa la gran pantalla directa a nuestra retina o más allá. Si ves el filme, es probable que te enamores un poco de ella, de Keira. O de él, de Mark.

Porque ellos son la composición perfecta, incluyendo a los demás intérpretes que conforman un conjunto sin desafinación de esta obra pintoresca. No sabemos mucho de sus vidas respectivas, pues no importa demasiado, el éxito está asegurado con el dúo principal. Eso sí, con una especial mención a una actriz siempre cómplice y atinada como Catherine Keener.
Secuencias cargadas de belleza rítmica, visual y sonora. Reencuentros familiares rotos por los egos y la convivencia, y separaciones matizadas por sensaciones callejeras y el trabajo bien realizado.

Los artífices de esta fábula, son instrumentos mágicos con una mano dirigida a hacer reír, soñar o llorar, con personajes inolvidables y un guión confeccionado con gusto por el mismo Carney y retratado de una manera alleniana. Por tanto, la música también enseña un camino a algunos.

Y en el viaje, nos encontramos perdidos o queridos, variabilidad de cálidos y fríos, como las notas de una canción que sonará una y otra vez, en los corazones. Resonando por los callejones de ciudades inmortales o parajes ocultos de nuestras vidas.
Once upon a time... again. The music!

**** Notable ****

A Step You Cant Take Back - Keira Knightley


Keira Knightley - Like A Fool (Begin Again Soundtrack)


Keira Knightley - Tell Me If You Wanna Go Home (Begin Again Soundtrack)


Adam Levine - Lost Stars

viernes, 31 de octubre de 2014

The Wolf of Wall Street


Entre lobos y niños.

La estrategia de este lobo alfa sería no dejar ni rastro de sus devaneos.

En la manada estarían de acuerdo, una cacería limpia buscando nuevas víctimas desprevenidas. Pero no será fácil.
Como un círculo vicioso en el que los depredadores o triunfadores, son los desgraciados a la larga. Cuando llegan los tiempos de carencias, los lobos se convierten en tiburones y se devoran los unos a los otros. Los escualos de las finanzas.
Pero, el verdadero lobo primigenio está a la sombra de todo. Con sus ojos enrojecidos por la rabia, escribe o dirige para abrir los pensamientos de los demás. Su mano derecha como un Soprano y su mano izquierda como novelista, mientras el embiste y reflexiona como un toro salvaje ante la cacería.

El otro gran Lobo, no rival, más bien hermano de sangre tiene carácter(ambos comparten su ascendencia italiana que no mafiosa, aunque lo pareciera por sus trabajos), y bien seguro que no será su último trabajo juntos. Podrían incluso bailar entre lobos.
Posee en su nombre la fortaleza del león. Llevará a la manada al triunfo, con su fino y rayado olfato, de fiesta en fiesta, globo por globo, oro sobre oro. Es un león con piel de cordero, interpretando con pasión, la carne y la codicia como un gran actor.
Protector Martin y exhibicionista Leonardo, junto a otros caninos con sexo consumido forman una gran manada. Mientras desde la colina, Jonah afila sus colmillos y se ríe.

Bajarán carcajadas e histrionismo, los dientes y las garras de las hienas en busca de la carroña. Moviendo sus rabos al unísono… otros clientes a los que hincar el diente. Depredadores del exceso y de los números, convirtiendo a los tiburones en peces payaso.
El status social del individuo como premio, es la diversión sin medida, hienas copulando y marcando su territorio fuera de la ley. ¡Qué no es tonta!

El reino del exceso es la patria de los parias. La cámara lo demuestra sobrevolando las oficinas del teléfono de la esperanza, con engaños.
Todos los cánidos reunidos por la batuta del alfa, Martin Scorsese muestra pero no juzga, en apariencia porque es el capitán. Y lo dice… y bien que hace ante las críticas, no querer mojarse pues muchos tiburones intentarían ponerse en la cúspide de la depredación para dejarle en los huesos.

Los lobos (como los tiburones) cubren sus necesidades básicas, pero haciendo gala de sus aptitudes y su magnífica estampa. Los instintos del cromosoma, conseguir la presa con el engaño y las artes del acecho, la obscenidad del banquete, diversificación de objetivos. Este documental sobre la naturaleza (humana) es un escaparate en la calle Wall, largo e intenso. Un orgasmo de sensaciones y crudas imágenes de caza y divertida reproducción.
Tres horas de algunos para indignarse, otros girados y balbuceando por el escándalo. Ese era el gran premio a los 71, estar en plena forma. Aquí algunos se relamerán con la sangre, otros babearán con la lujuria, algunos disfrutarán con el cine. Yo felicito a DiCaprio y Scorsese, por su trabajo y sus carreras impresionantes.

Risas con mala baba atravesando las estepas financieras, cuando la piel del canis lupus se disfraza con carcajadas de hiena. Descontroladas o hacia adentro, quemando en las entrañas como una droga mal digerida. Asfixiante.
A veces esa ansiedad te destroza. Tanto poder, mujeres y vicio, rock & roll, te pasa factura en el tiempo. Para los tiburones la soledad del oscuro océano, para los lobos, la amistad y los premios.

Yo soy felino que no lobo. Subo a mi árbol y espero a la noche. Escuchando su gran banda sonora.
Contemplo las apuestas arriesgadas, de la experiencia. La gran talla del lobo aullador, y su manejo de los tiempos del ataque y la defensa. Un juicio sumarísimo sobre las manadas.

¿Tú como lo venderías?
Creando la necesidad… si no tienes ganas de verla, no entenderás al gran Lobo.

Es tu decisión… escribir, ver y opinar.

**** Muy Buena *****

Howlin Wolf - Spoonful


Ian Dury - Hit Me With Your Rhythm Stick


John Lee Hooker - Boom Boom


Howlin' Wolf - Smokestack Lightnin'

Dallas Buyers Club


Matthew y Jared, pareja de oro.

Vivimos en la sociedad marcada por la desilusión, despiadado Far West.
Aquellos vaqueros han sido trasladados de antiguas películas del western, a este caótico y salvaje oeste de la gran ciudad. A través de la incomprensión y el aislamiento.

Vaqueros atrapados por su machismo desfasado (cabalgando toros y hembras) en la medianoche texana, y montando su particular Drugstore Cowboy para alimentar su miseria y sus venas. Olfato para el vicio y el negocio que está perfectamente representado por unos protagonistas antagónicos que, sin embargo, tendrán que compartir los negocios y los quebraderos de cabeza por motivos de la enfermedad y su especial personalidad.
Un buen día su mundo se derrumba. Los amigos y compañeros giran sus ojos a tu paso, insultos y repulsa. Es el fucking Cowboy de Medianoche buscando su camino final.

Como en los alocados años finales de los 80 y comienzos de los 90, reinos de drogas, nos llega un cowboy de medianoche en la piel escuálida y blanquecina de Matthew McConaughey para intentar aullar a la luna de Scorsese. Porque Dallas Buyers Club comparte año cinematográfico con El Lobo de Wall Street, en diferentes festivales y premios. Un duelo colosal entre el vaquero y el lobo, con interpretaciones, tan distintas y tan cercanas a la vez. Magistrales trabajos.

Ocurre que la pareja formada entre Matthew y Jared Leto se ha convertido en la sombra alargada de Dustin Hoffman y Jon Voight en el nuevo milenio. De Nueva York a una Texas más cerrada pero igual de despiadada, pasando por el ámbito salvaje de la incomprensión social, ante una enfermedad traída de la mano del diablo. Un demonio convertido en virus asesino y travestido.
Uno es el consumismo exacerbado, el otro es la máquina dispensadora de vida, dispuestos a luchar contra los círculos viciosos de los tiburones financieros. Ambos son un poco con su comportamiento, como una especie de Robin Hood´s modernos, a su manera. Como lobos perseguidos por la caza furtiva.

El cowboy McConaughey luchará hasta el final por el premio, la vida o el Oscar, está dispuesto a morir con las botas puestas y el culo al aire, en su traje de superviviente. Es decir, la ´fucking` bata de hospital. En un círculo se rodea de un grupo diferente, también de los suyos (por ejemplo, con una Jennifer Garner en su mejor papel a mi juicio hasta la fecha), defenderá su posición indoblegable ante las leyes de los políticos intentan imponer, por el control de la vida. Aunque con este enfrentamiento, le pueda costar la soledad.

Jean Marc Vallée se mantiene firme en su toro mecánico durante toda la película. Comprometido y echando un vistazo a atrás, a través de Schlesinger o Van Sant, pero con un estilo propio que ya demostrara en anteriores trabajos. Y parece que próximamente volverá más Salvaje. Se consagra como director de culto con esta magnífica Dallas Buyers Club.
Esto no es Philadelphia y el lujo. En Texas sobrevivir curte la piel, disparando balas envenenadas contra los malos, o los tiburones financieros de las grandes compañías farmacéuticas y las leyes de políticos que las controlan. Frías como el cañón de un revólver sin usar, pero amenazantes.
La mala sangre corroe las mentes, hacia el interior y el exterior, pero la enfermedad hace que te yergas cada día. En su Idaho Privado, McConaughey se mete de lleno en los huesos y la cabeza de una realidad apabullante, una máquina de la interpretación perfecta. Su duelo con DiCaprio promete ser sonado. Qué grande es el cine.

Y con Leto, de gran dama en busca de hombres, quizás le caiga uno dorado. Porque han creado una pareja de cine perfecta. El director canadiense Vallée es atrevido, adapta historias comprometidas, con el punto de vista de su cámara (delicada o despiadada) capta la marginalidad de una lacra social y del rechazo. Algo se ha avanzado y los tabúes van cayendo con las botas puestas.
Ni Errol Flynn con su general Custer (en su carácter más agrio) o la desgraciada caída de Rock Hudson en sus últimos tiempos, se ven reflejados en la interpretación de Matthew, con un papel más semejante a un tipo algo frío y duro como Henry Fonda llevando a sus hombres a la victoria (o mejor dicho, la derrota) en Ford Apache. Todo se compra y vende desde los deseos hasta la propia vida, llevada hasta las últimas consecuencias.

Desde luego, yo entré desde su comienzo en ese Club de compradores de sustancias prohibidas en Dallas y me fascinó este trío enorme formado por Vallée y su visión del cine, la creación de Leto y el camaleónico poder de McConaughey.
Cabalgar en un toro salvaje corriendo por las venas, es más difícil que aguantar los 8 segundos encima de un verdadero en un rodeo. Si no la has visto, mucho más recomendable romperse la espalda en este club que en almibaradas montañas.

***** Excelente ****

Shuggie Otis - Sweet Thang


The Airborne Toxic Event - Hell And Back


T.Rex - Life Is Strange (1973)

sábado, 25 de octubre de 2014

The Double.


¿Quién me mira al otro lado del espejo?


En la actualidad, muchos individuos llevan una careta para desviar la atención que recaería en ellos, una forma de evadir las responsabilidades frente a la sociedad. Son como fotocopias de sí mismos, una cara para demostrar que manejan todas las situaciones, cuando en realidad se lanzarían al vacío desde una vida sin objetivos ni brillantez.

El joven Simon, o James es su reflejo, interpretado por un actor que sigue creciendo como Jesse Eisenberg, se suma al curioso clan de los voyeurs del cine, oteando las vidas paralelas que transcurren en el edificio de enfrente. The Double es un ejercicio metafísico, complicado para los neófitos en películas de carácter surrealista, dónde todo lo que vemos tiene un doble sentido hacia la enfermedad de la actualidad, la soledad y la incomprensión. Es un mundo suicida de seres atrapados en la incomunicación y los actos, moralmente, reprobables.

El director británico Richard Ayoade, compone con El Doble su segundo largometraje tras Submarine (ganadora al mejor guión del cine independiente británico), con calidad en las secuencias engañosas y maniobras de camuflaje en la personalidad de los protagonistas. Se acerca al mundo del trastorno bipolar, con dosis elevadas de esquizofrenia, fingiendo realidades que sólo existen en nuestra mente y en el protagonista, que posee el control único de la mirada del director. La película fue rodada hace un año, pero si nos fijamos en la actualidad española, bien podría ser una ´seria` parodia del caso de un chico que se hace pasar por otra persona y se codea con las figuras más representativas de la sociedad, solo que dirigido hacia la tragedia. Eisenberg, es decir Simon/James, esconde la trama en giros, jugando al despiste para hacernos creer lo que no sucede en realidad.

El autor Ayoade compone un guión alejado del tratamiento fácil. Adaptación de la obra de Fyodor Dostoevsky, refleja una vida repleta de inseguridades, trucos de cámara y angustia existencialista, pero alejándose de la política (cosa de agradecer ante el panorama actual) para decantarse por el mundo laboral y un lado oscuro de sensaciones o sentimientos. Y rodando en su ciudad natal, Londres, que pareciera sacada de un mundo tenebroso creado por los dos David, Lynch o Cronenberg, prácticamente irreconocible e irrespirable.

Para aumentar la extrañeza del espectador, se rodea de un reparto fantasmal con múltiples personalidades, creando un caos interpretativo y argumental, compuesto por Mia Wasikowska, James Fox o Noah Taylor entre otros. Simplemente, una mención especial al actor creador de voces en películas de animación e incombustible, Wallace Shawn que bien merece un homenaje a su carrera. Toda la carga surreal se adorna con la banda sonora compuesta por Andrew Hewitt, autor de los coros épicos en El Señor de los Anillos, Harry Potter o Star Wars.

Sin embargo, la oscuridad paga su precio en la comprensión de la historia, convirtiéndose en una obra difícil para un público no especializado en temas filosóficos. Pues, poco a poco, el personaje de Eissenberg va cambiando del terror al drama personal, llegando a convertirse en una especie de Dr. Jeckyll y Mr. Hide desmejorado, una caricatura de sí mismo, con tendencias a la exageración y la violación de las reglas de convivencia. Se convierte en la peor competencia que pudiera tener.

Al final, el creador y el monstruo son devorados por la oculta realidad, una verdad que se antoja algo artificiosa y atropellada. Pero que no hubiera sido posible terminar de otra forma, a no ser que nos hubiera sumergido en el mundo caótico de la ciencia ficción o los sueños. Más bien, terribles pesadillas, sobre la condición del ciudadano moderno. Nota mental: "intentaré desarrollar esta idea más extensamente en mi primer libro". Sólo hay una salida posible.

Aviso a navegantes y amantes del cine digital, no será sencillo que vuestros ojos se acostumbren a tal oscuridad. Buen viaje.


*** Interesante ***

Sukiyaki - The Double (2013) OST - Andrew Hewitt


Star Wars Episode I Soundtrack - Duel of the Fates


The Lord of the Rings Symphony

sábado, 18 de octubre de 2014

Las Dos Caras de Enero: las dos facetas de Amini.


Basado en la novela de Patricia Highsmith.

Todo en este mundo parece moverse entre dos, como número mágico para la transformación y el crecimiento.

Semejante dualidad concurre en las personalidades de los hombres en sus novelas, pero las mujeres también se caracterizan por mostrar o esconder estas dos facetas. En el caso de Patricia-Highsmith, la novelista texana de Fort Worth, con sus problemas con el alcohol y el divorcio de sus padres, que le llevó a no conocer a su padre hasta la pubertad. Posteriormente, a la edad de 21 años descubriría su homosexualidad de la que se siente culpable como estigma familiar, y con 29 sería descubierta como escritora por el mismísimo Alfred Hitchcock, a través de su primera novela con el título de Extraños en un Tren.

Creo no descubrir nada, al decir que el maestro del suspense también se definía por una doble y acusada personalidad, entre el humor negro y los hechos más truculentos.

Highsmith comienza su serie del personaje de Ripley con A Pleno Sol, la película del director francés Réné Clément (un codirector junto al gigante Jean Cocteau en La Bella y la Bestia). Luego sería rodada de nuevo por Anthony Minghella, conocida por su nombre original El Talento de Mr. Ripley, con protagonismo de Matt Damon y Jude Law.

Si era común representar la dualidad en los protagonistas reales de las películas y las adaptaciones de sus novelas, no será menos representativo de los personajes de ficción. Patricia Highsmith se decanta por individuos resplandecientes y positivos, que ocultan en el paso y peso de las páginas terribles circunstancias, más cercanas a las pesadillas de Hitchcock y los crímenes enfermizos o sentimentales, que con los lugares turísticos de ensueño en que se centran sus tramas.

Unos años después de Ripley, llega la hora de la novela en la que se basa la película del director iraní Hossein Amini con el mismo título de Las Dos Caras de Enero, protagonizada por Viggo Mortensen acorralado entre Atenas y sus famosos monumentos, la isla de Creta y Estambul, aunque perseguido por los avatares con su pareja matrimonial en el filme, interpretado por la delicada y elegante Kirsten Dunst. Mientras, toda la trama de celos y cambio de roles, es observada desde la vorágine timadora de un Oscar Isaac dedicado a aligerar las cuentas corrientes de los despistados turistas. Recordar a Isaac protagonizando la notable película de los hermanos Coen, Inside Llewyn Davis.

Amini proviene de la escritura como forma habitual de vida (sólo había realizado un corto) como guionista de interesantes películas, entre las que destacan Jude de Michael Winterbottom, Blancanieves y la leyenda del cazador, y sobre todo, Drive. Una de las sorpresas de 2011 con la eficacia del danés Nicolas Winding Refn.
Ahora, en su primer largometraje desarrolla temas que confluyen en los mismos que se aproximan a los personajes de sus argumentos, con un romanticismo llevado al límite, el clasicismo de los rodajes de Hollywood, y especialmente, el thriller con protagonismo de la envidia, los celos y la venganza. Todo resuelto por la violencia con tintes emocionales, ya sea debida a un destino preconcebido o la casualidad.

The Two Faces of January, juega con las mismas reglas del juego de Ripley y los triángulos de pasión. Además, de un personaje amoral fuera de los cauces habituales, que reúne a su alrededor desde la violencia al hedonismo, pasando por la venganza personal de la autora ante el esnobismo clasista de aquella época. Sin embargo, el destino femenino (a veces tachado de misoginia) en esta película y en otras dibuja un panorama de cataclismo en su parte final, reconocido en la obra de Highsmith.

En definitiva, se echa de menos el sentido criminal de otras novelas, pero la participación de los actores y su fiel manera de rodar, convierte a Las Dos Caras de Enero, en un buen inicio de esta nueva cara del director iraní. Aunque, podría haber indagado más en los personajes.


*** Interesante ***

The Two Faces of January - Alberto Iglesias

sábado, 4 de octubre de 2014

The Captive: sí, pero no cautivado.






Atom cautivo del tiempo.

El tiempo esa frontera del subconsciente que lo cambia todo, la oxidación o la personalidad del individuo.
El transcurrir de los años, puede hacerte perder la perspectiva del todo, convertirte en otra persona diferente debido a la experiencia que hayas vivido o la educación que te hayan prestado.
El metabolismo se transforma hacia su fase adulta, pero también tu postura frente a las cosas o tus sentimientos. Porque todo es susceptible de un posible cambio, tus ideas, habilidades o incluso capacidad artística.

Un director de cine se podría dejar tentar por el paso del tiempo, abandonar los temas que le ofrecieron fama y respeto en otras circunstancias, mudar sus prácticas habituales por métodos más confortables, perder los temas recurrentes por los que te diste a conocer para crear otro cine distinto o liquidar proyectos.
Atom Egoyan, el director que avanzase vertiginosamente con sus trabajos alternativos y osados, ha bajado poco a poco la guardia, y se dirige hacia un lugar habitual en la historia del cine, el ostracismo del público.

Un cerebro cambiante que transforma lo imaginario en real, lo bueno en malo. ¿Cómo considerarán los espectadores esta desvinculación con las raíces? Si el público acepta este cambio, el creador habrá conquistado a sus seguidores y posiblemente habrá abierto las puertas para nuevas consciencias. Sin embargo, en el caso actual de Egoyan y su último largometraje Captive, el tiempo parece congelarse, o al menos funcionar a dos velocidades, tan diferentes como la atracción o el rechazo. Hasta este momento, no me había sentido en estos dos extremos viendo alguna de sus películas.

Atom me había cautivado con su visión de la violencia y los "enfrentamientos" entre ambos sexos con liquidadores de por medio, desde lo exótico de su comienzo hasta el dulce porvenir. Mi interés morboso había celebrado ese exceso del morbo y el peligro, pero hasta ahora, nunca había estado tan perdido con su mirada tras la cámara, la deficiencia del montaje o la interpretación sin sentimiento.
Y esto, a pesar de atreverse a tratar un tema tan problemático y denunciable como el maltrato de los niños.

Captive, tiene un comienzo más o menos prometedor, dividiendo los dos mundos que vamos a conocer, uno limpio familiarmente y otro oculto y terrible. Con una sucesión de imágenes y ambientaciones cambiantes a la hora de presentarnos a los protagonistas, vamos a descubrir lentamente el proceso de esta transformación psíquica, mediante la fluctuación de distintos tipos de música y variantes en la historia (pero incongruentes y aburridas según avanza la trama). Corre de la mano de David Fraser habitual guionista para la televisión y del propio director nacido en El Cairo y de sangre armenia.

En Captive, el secuestro se produce en el momento en que el espectador está partiendo hacia lugares fuera de la sala de cine, y vuelve a meterte en el argumento para conseguir ver una leit motiv aceptable, donde prima la emotividad, las imágenes representativas del sufrimiento de unos padres heridos por un descuido (interpretados por Ryan Reynolds y Mireille Enos) y sus primeras actitudes frente a la desolación y la pérdida del ser querido. A partir de ahí pareciera que todo se tuerce o se fuerza, que los sentimientos que afloran no son del todo sinceros, y la historia se descompone con tremendos bandazos poco creíbles. Se vuelve a embragar esa segunda velocidad que juega con lo tramposo y facilón.

Viendo sus últimas aventuras dentro de la comercialidad, aunque Chloe tenía su gracia, se echa de menos su espíritu más desconcertante, ese atrevimiento de la juventud quizá. La desconexión con la parte final de La Cautiva es mayúsculo. Transcurriendo las secuencias con demasiada solemnidad y escasa actitud crítica ante el espinoso tema que trata, con secuestros, manipulación de la conciencia y explotación infantil. Pedofilia encaminada a un sencillo y poco emocional thriller, que olvida la crítica y la denuncia con estos monstruos ocultos en los más variados ámbitos sociales.

Nada queda en última instancia del formato de Atom Egoyan, ni su estilo ni sus personajes. El filme parece estar tomando aire continuamente, como si se ahogara con la envergadura del problema, y los actores no se incorporan a la trama con el interés suficiente, ninguno resulta determinante ni excesivo.

Solamente tenemos una actriz que aguanta el tipo e intenta dibujar aristas a su personaje, se trata de Rosario Dawson. Pero, acabará sucumbiendo a la escasez de ideas, arrastrada por la trama confusa. El reparto está ensombrecido, gira con los acontecimientos pero no llama la atención, ni Scott Speedman, Kevin Durand, Bruce Greenwood o la joven Alexia Fast consiguen aguantar un final que se estrella estrepitosamente, con un trabajo de dirección lánguido y un montaje sin conexión.

En definitiva, un tema candente tirado por el retrete.
Con un ritmo equivocado y una resolución del conflicto que no traspasa la pantalla, se visiona como un torpe aspaviento sin dejar ninguna huella para discutir con tus acompañantes. Parece, por momentos, como si el rodaje en Ontario (Canadá) hubiera sido forzado y un poco caótico. La primera velocidad se ha quedado atascada definitivamente, y no podemos más que dejar este ficticio vehículo en punto muerto. Hasta la música que acompaña la acción, resulta confusa en su mezcla de clasicismo y percusiones, casi tanto como su título original que unos señalan en singular (como yo) y otros en un plural liante y Captives.

Un Atom Egoyan lejano de sus interesantes películas.


* Mala **

Tráiler Gone Girl, de David Fincher. Reparto: Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris, Tyler Perry, Kim Dickens, Patrick Fugit, Carrie Coon, Missi Pyle, Kathleen Rose Perkins.


Tráiler And So It Goes (Así nos va), de Rob Reiner. Reparto: Michael Douglas, Diane Keaton, Sterling Jerins, Frances Sternhagen, Paloma Guzmán, Annie Parisse, Austin Lysy.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Lovelace: Amanda Profunda.
















El sexo como forma de vida.

Érase una vez, un informante del FBI que destapó un escándalo que acabaría con la carrera de un presidente... Garganta profunda era el seudónimo de un colaborador del investigador Fox Mulder en la serie The X-files que pronunciaría la famosa frase: No confíes en nadie... también es un acto sexual y una película de 1972 que revolucionaría el mundo del porno con su parafernalia surrealista y un sentido del humor bizarro.

También se conoce por la historia fuera de la gran pantalla de sus protagonistas, en unos U.S.A que no tenían una industria organizada en la comercialización de material audiovisual sobre el sexo. Con una administración conservadora presidida por Richard Nixon, saltó a la fama y el escándalo, e hizo famosos a sus protagonistas, su director y sobre todo, su protagonista femenina Linda Lovelace.
La película Garganta Profunda tuvo un litigio en los tribunales para conseguir la liberación del sector, tabú para una sociedad demasiado proteccionista. Han pasado más de 40 años ya, la historia se ha semi olvidado, pero la película pornográfica se ha convertido en una cinta de culto, por la osadía y por la historia oculta que rodeó a su rodaje y los intentos por parte del gobierno para prohibir su exhibición en cines comerciales.

Ahora, el director Rob Epstein (autor de Howl, un biopic sobre el poeta Allen Ginsberg) se une a su habitual productor Jeffrey Friedman para recordar en Lovelace, parte de los hechos que transcurrieron durante el rodaje en la década de los 70. Para ello, cuentan con un reparto lleno de estrellas, encabezados por una atrevida y deslumbrante Amanda Seyfried. Espero que este papel, la ayude a convertirse en un actriz talentosa, y comience un despegue con una nueva etapa plagada de interesantes proyectos, para su crecimiento personal y profesional. De momento se la espera en una revisión de Peter Pan dirigida por Joe Wright, Ted 2 o el proyecto de Gary Oldman titulado Flying Horse junto a Benedict Cumberbatch y Ralph Fiennes.

Habituados los directores a varios proyectos documentales, como el dedicado a la vida de Harvey Milk, olvidan el formato para realizar una versión documentada sobre Linda y la relación privada con su marido, protagonista de algunos cortos con ella, gerente de producción del filme original y chulo a la fuerza. El actor elegido para interpretar a Chuck Traynor es el norteamericano de Belleville, Peter Sarsgaard (Blue Jasmine).
Muchos aficionados al cine conocen la historia contada a través de sus protagonistas, con sentido del humor histórico, en el documental titulado Inside Deep Throat que daba a conocer, ciertos aspectos morbosos y económicos en el mundo pornográfico de la sociedad setentera. Garganta Profunda se convertiría en una película de culto y su protagonista en un símbolo del aperturismo sexual.

Sin embargo, la difícil y estrambótica relación amorosa, quedaría relegada y silenciada a grupos más reducidos (todos sus seguidores más acérrimos, los amigos y familia) hasta que la misma Linda Lovelace se atrevió a hacerla pública, por las continuas aberraciones. Las circunstancias posteriores, se aprovecharían de la situación mediática de la actriz, para aportar sus diferentes visiones al público general. La realidad es que la relación estuvo repleta de faltas de respeto y las agresiones, en una época en que la violencia de género no contaba con los medios legales para su erradicación.

Toda la vida enrevesada de Linda Lovelace se dirime en el filme de 2013, con saltos de continuidad, uniendo los relatos trágicos y los datos del rodaje con ciertos hechos simpáticos en relación con los personajes y la situación social. Esta mirada del director de New Jersey, Rob Epstein, está habituada a los biopics y comparte un exhaustivo control de la ambientación de la época, interesado en los temas sobre sexualidad en el pasado. También proyecta contar la vida de otra figura de los años 70 con el protagonismo de Uma Thurman, Anita Bryant, miss y cantante que luchó contra la discriminación por motivos de orientación sexual.

Por tanto, se puede decir que ambos directores están interesados en la década de reclamar libertades y los contenidos sobre sexualidad, los personajes con vidas azarosas y los escándalos en los encargados de proclamar las leyes prohibicionistas. Además de haber conseguido dos premios de la Academia de Hollywood en la categoría de documental, con The Times of Harvey Milk y Common Threads.
El reparto se completa con nombres como James Franco, Juno Temple, Sharon Stone, Chris Noth, Wes Bentley, Chlöe Sevigny, Adam Brody, Hank Azaria, y los rescatados del olvido, Eric Roberts y Robert Patrick.

En Lovelace, el guion queda en manos de un escritor sin demasiado recorrido llamado Andy Bellin, que consigue mantener el interés por los personajes, pero con algunas filtraciones y saltos de línea. Todo gira alrededor de la belleza de Amanda Seyfried aunque su vida y fisionomía tengan poco que ver con Linda, se agradece el atrevimiento para elegir este papel.
La actriz nacida en Allentown (Pennsylvania) deberá seguir peleando por obtener un reconocimiento más allá de su físico, haciendo olvidar otras interpretaciones que pesaron negativamente entre los críticos a su carrera. Mejores papeles llevarían a mejores interpretaciones, e ir pasando diferentes etapas que abarcan desde su trabajo en el mundo de la música como compositora y cantante, hasta sus coqueteos con el mundo de la moda, para definirse como buena intérprete.
Yo particularmente, me quedo con su físico y su mirada transparente, esperando su definitivo despegue con otros trabajos y personajes con más vida interior, como el de Linda.

En el aspecto técnico, destacar que corren dos copias diferentes de Lovelace, una con las escenas de violencia doméstica y la intimidación a manos de Traynor. Y que varias actrices estuvieron en la carrera por interpretar a la actriz pornográfica, entre ellas Olivia Wilde y Kate Hudson, y el abandono del proyecto por parte de Lindsay Lohan.
Un dato curioso para el rodaje de las escenas en que Amanda emula una felación, se utilizó una especie de paleta como sustitutivo del miembro masculino.
Las fuentes aproximadas sobre la recaudación de Garganta Profunda a lo largo del tiempo, cuentan que lograría unos 600 millones de dólares en todo el mundo, de los cuales Linda Susan Boreman "Lovelace" se llevaría 1.250$ y finalmente, sufriría un final afectada de hepatitis por una transfusión de sangre y su fallecimiento trágico por un accidente automovilístico a los 53 años de edad.

A pesar del argumento con un alto contenido sexual, las secuencias en este apartado se han rodado con cierta distancia, decantándose por la sencillez y los gustos eróticos más que por el contenido explícitamente pornográfico. Todo lo demás, corre por cuenta de la imaginación de los espectadores.
No sé si esta película ha hecho el homenaje necesario a la película y los protagonistas que participaron de alguna manera en auparla a la categoría de mitos del cine, pero si que se hace justicia con la imagen pública de Linda Lovelace y se da a conocer los problemas en la privacidad con su pareja. Lo necesario de la denuncia por aquellas mujeres que sean maltratadas por sus parejas.

Su historia fue diversión, pasión y lucha por limpiar una imagen de la que otros se aprovecharon.
Vamos lo normal por estos lares, del cine y la vida.

** Interesante ***

Tráiler La Isla Mínima, de Alberto Rodríguez. Reparto: Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Nerea Barros, Antonio de la Torre, Jesús Castro, Cecilia Villanueva, Salvador Reina.


lunes, 4 de agosto de 2014

La Migliore Offerta.


Giuseppe Tornatore, 25 años después.

El grande Giuseppe ha retornado.
Su último largometraje Baaria fue rodado hace cinco años desde su Bagheria natal localizada en Sicilia. Ahora, conmemorando el cuarto de siglo de su gran viaje por los pueblos interiores del Cinema Paradiso ha vuelto recorriendo algunas de las plazas más representativas del arte italiano, por localizaciones como Trieste en Friuli-Venezia Giulia o Roma, pasando por Bolzano, Trentino-Alto Adige y Parma, Milan de la Lombardia o en la Toscana Florencia; hasta llegar fuera del bello país con forma de bota para visitar capitales foráneas que quedarán en nuestras retinas, como la capital austriaca Viena o Praga (con su Reloj Astronómico en Old Town Square de la República Checa).

Un recorrido por las mansiones y los espacios de subastas de arte, sobre todo la pintura.
Puedes mirar la cartelera, pero seguro que no existirá otra. La Mejor Oferta ha dados sus pinceladas de mano de un cineasta completo que se encarga también de escribir una historia sobre la soledad y la falsedad, tanto en el arte como en los sentimientos. En colaboración con la productora italiana Paco Cinematográfica y Warner Bros, este filme recuerda a otras incursiones del cine europeo y americano, sobre grandes desfalcos y asaltos a pinacotecas o grandes museos.
Y debido a su valor artístico y sentimental, ganadora de premios, en total 6 David di Donatello, incluidos mejor película y director, más la mejor Banda Sonora en los Premios del Cine Europeo.

En La Migliore Offerta, existen resortes mecánicos en su engranaje que son más poderosos que el silencio (una parte esencial en muchos momentos de la película), sonidos de ruedas dentadas en su interior como un corazón ensartado en su interior y funcionamiento perfecto. Un viejo corazón.
Ese silencio de la soledad que se ve sobresaltado por un ruido de autómata en nuestras cabezas, constante repiqueteo (tic-tac, tic-tac) que nos recuerda el paso inexorable del tiempo. De nuestro tiempo.

En este giroscopio repetitivo los personajes ruedan en aparente control, flotando en su gravedad, reflejando la calidad del material de relojería basado en sus componentes encajados como un robot de funcionamiento eficaz y certero. Cada segundo, cada paso, nos lleva de la realidad a la ficción, de la verdad a la falsificación... siempre en el destino del arte, dando cuerda a los sentimientos. El espectador se conforma como parte de este puzzle a desmenuzar o desnudar su alma.
Tornatore consigue abrir su corazón (o el nuestro) esta vez desde el mundo pictórico, sin olvidar su faceta musical esencial en todos sus trabajos, estructurando una historia de acidez atemporal, una convincente propuesta sobre la enfermedad y el deseo.
La batuta se la ofrece a su compatriota, colaborado y amigo, Ennio Morricone. Sólo hay que dejarse llevar.


Rodada con el ímpetu renacentista de herederas con grandes mansiones y obras de arte exquisitas, una especie de cuento sobre grandes fortunas en castillos fastuosos y Bellas con Bestias de pelo blanco acuciadas por turgentes senos. Todo en un escenario de subastas y obras pictóricas, retratos de damas deseadas e inmortalizadas a pinceladas en el tiempo, en su tiempo. En el tiempo de Él. Del inimitable Geoffrey Rush.
Un profesional que tiene en sus mecanismos internos, sensaciones contrapuestas, la obra artística, el negocio material o el amor. Vemos secuencias rodadas como un ballet sincronizado, como un tablero de ajedrez en el que cada uno mueve sus piezas, para su interés. Para el de Ella. Un ideal holandés dibujado de rubio con los ojos y cuerpo de Sylvia Hoeks.

Sin embargo, no todo es bello en The Best Offer ya que existe una falsificación de lo auténtico, un enclaustramiento forzado para distraer la atención de lo esencial. La sociedad moderna enmarcada en moldes pétreos como estatuas de la antigüedad, amores abandonados en cafeterías y en habitaciones impenetrables, moralidades destruidas como una obra quemada que fue admirable en el pasado y con un futuro engañoso.
Porque el director siciliano disfraza de amistad lo oculto, grandes maestros del engaño como Donald Sutherland y el joven aprendiz artesano en el rostro dicharachero de Jim Sturgess. Piezas para componer un autómata de características impensables, al mejor estilo de Hitchcock, un homenaje a las adaptaciones al cine de un guionista como Anthony Shaffer y su Huella, dirigida por el gran Joseph Leo Mankiewicz. Podría haber sido esta oferta, una propuesta de dos únicos actores perfectamente, pero no importa pues se respira una cierta complacencia.

En esta trampa mecánica con diferentes formas, la ficción se confunde con lo real, la obsesión artística con la mujer y la pasión con la debilidad. La edad como símbolo entre dos mundos diferentes, la idealización de lo imaginario con lo tangible entre nuestros dedos. La curiosidad de lo desconocido. La ocultación de lo verdadero, como una firma falsa en un cuadro, el mundo oscuro del arte tan bien retratado por Orson Welles en su esencial Fraude.
El personaje que lleva en su apellido el lastre, Virgil Oldman, deberá elegir entre las dos medidas de la balanza, el todo o los bellos recuerdos.
Las elecciones son positivas cuando no son forzadas, la parte final de este filme paradisiaco no es el paraíso prometido. Ni siquiera el Cinema Paradiso cargado de recortes de besos. Es una tela de araña, tejida con artimañas mecanizadas, que le puede llevar a ser convertido en las carcajadas de un viejo autómata, en un guiño sin fin.

Todo lo buen subastador y magnífico ojo para las obras de arte, tiene un agujero ciego para el amor. Incluso para la amistad.
Sometido a un juicio sumarísimo, con una voz de juez burlona y aquel idealizado cuerpo pintado en un frío retrato de cálido recuerdo. La realidad fue algo demasiado sensual para un hombre controvertido y maniático con el tacto, que debiera tener cuidado con las picaduras venenosas de determinadas arañas.
Este juego que empezó con miradas de juventud y experimentadas, ocultadas entre rendijas, se desperezó ante la visión casi prohibida del pubis de una actriz para tener en cuenta en próximos proyectos, y terminó con la esperanza de un encuentro y su posible éxito futuro en el mundo del cine.

Pero, Tornatore disfraza el sentimentalismo de decadencia, confiscando los corazones y devolviendo el mecanismo autómata al principio del deseo, bajo la piel y la melodía de un mujer fantasma. Las piezas tumbadas sobre el tablero de juego, un cazador cazado (quizá un entramado demasiado enrevesado para un cerebro tan obtuso) y el engaño incrustado en los huesos. Para explicaciones consultar al oráculo.

¿Ha sido un feliz apasionamiento o un infausto recuerdo?
La vergüenza sobrevuela sobre este autómata, como una marioneta. Y los hilos siempre los maneja... Ella.

Felicidades por la vuelta y este maravilloso aniversario de una obra maestra, llamada Cinema Paradiso. Gracias Giuseppe Tornatore por hacer grande el Séptimo Arte, los aficionados estamos de enhorabuena con su edición renovada.

*** Buena ****

The Best Offer(la migliore offerta) Soundtrack - "Volti e Fantasmi" - Ennio Morricone


Mientras esperamos la aparición del magno Geoffrey Rush, en la nueva película de Alex Proyas de título sugestivo Gods of Egypt. Reparto: Gerard Butler, Nikolaj Coster-Waldau, Brenton Thwaites, Courtney Eaton, Chadwick Boseman, Elodie Yung. Fotos de set:


Os dejo con este tráiler del filme Brad Anderson, basado en relato de Edgar Allan Poe titulado El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether. Llevará por título Stonehearst Asylum. Reparto: Kate Beckinsale, Jim Sturgess, Brendan Gleeson, Michael Caine, Ben Kingsley.


Tráiler V.o., Bro's Before Ho's, de Steffen Haars & Flip van der Kuil. Reparto: Tim Haars, Daniël Arends, Sylvia Hoeks, Henry Van Loon, Theo Maassen.


viernes, 1 de agosto de 2014

El Tour de los Muppets


Un Tour sin bicicletas, no es un tour. Mira tú, muñeco.

Quién mucho pedalea, llegará a la meta cogorza.
Esto es lo que han debido pensar los productores de la compañía Henson, una vez demostrado con el anterior filme Los Muppets, que se podían reavivar el mundo de nuestros simpáticos amigos televisivos. Creados por el genio y movidos por la mano experta del recordado Jim Henson.
Sin embargo, las prisas no son buenas compañeras de escapada, y las rampas de esta montaña llamada "guion de película" son demasiado empinadas para los teleñecos (segundo alias por el que los conocimos en España). Tanto que han sufrido una buena pájara, o más bien deberíamos decir, cerda.

A veces el éxito requiere de otros pedaleos más sugerentes y calmos, ir contemplando el paisaje y respirar hondo. Un degustación estilo gourmet (borki, borki) y el tratamiento más elaborado de la información en un filme. Si consigues que este relax inunde la pantalla, todo irá rodado, asimilaremos las situaciones y empatizaremos con unos personajes (ya de por sí con la carga emocional y nostálgica del recuerdo en la infancia) en sus nuevas epopeyas cinematográficas.
Pero, para ello es necesario la estructuración de lo que estás contando, un contenido con un hilo argumental más preciso y no un revoltijo de episodios con más o menos gracia. No se puede rellenar un cielo de felpa con estrellas, sin una sincronía de luz y sonido.

Vale, tuvimos éxito y hay que aprovecharlo.
Pero, el argumento tiene que estar acorde con la fama y con los méritos del pasado, y en el caso de una comedia con gags se sugiere que un número suficiente de ellos sea acertado y con chispa. Aquí en El Tour de los Muppets todo parece inconexo y lastrado por la casualidad, a los encuentros fortuitos con los números musicales y los rostros. Figuras encorsetadas en sus maillots ajustados.
Cuando los chistes empiezan a ser demasiado predecibles por la reiteración, o inclusive inconexos, lo más probable es que el resultado final sea el batacazo.
Mucho más si esta carrera desesperada, como una novia a la fuga, está dirigida para un público variopinto, en su gran mayoría infantil. Los momentos en que los famosos aparecen no deberían atropellar a la acción, sólo por el gusto de un cameo más o menos acertado.

Porque ese había sido siempre el gran truco de los Muppets en la televisión, las apariciones estelares recalcaban un efecto de magia en la pantalla, que aquí en la nueva entrega ha desaparecido casi por completo. Podríamos estar siguiendo indefinidamente este Tour de los Muppets por medio mundo y no recalar en ningún destino concreto, se podría estar pedaleando toda la jornada para quedar empapados por el sudor frío, en el siguiente pronunciado descenso.
Este espectáculo podría durar 1 hora y 47 minutos como varios días, en cambio no hallaríamos casi resquicio para el apasionamiento debido al caótico acontecer de los elementos. Esto es, comedia y musical, acción o entretenimiento.

No todo está perdido en el futuro si se estudia y elabora una historia como la primera The Muppets, el producto no se fagocitará a sí mismo, los chistes brillarán como antaño, los vejetes entrañables volverán a lucir su ácido humor, y los demás Gonzo, Animal, Foxy tendrán un papel más relevante en las próximas entregas. Eso espero.
No se echará el lazo a la figura de turno, sin tener un buen enlace que te atrape en la escena. Así se elevará la excelencia de la relación entre hombres y muñecos, no se enamorará locamente de la primera rana que pase.

Tampoco quiero ser tan fulminante como una luna de miel en un apartado y frío gulag siberiano, existen algunas historias detectivescas que funcionan o malvados verdes con ocurrencias devastadoras, también el metraje puede estar plagado de presos peligrosamente incapacitados para el baile y el canto. Son aciertos de una escapada sin visos de prosperar.
En los tiempos que corren, dominados por la excesiva digitalización de los efectos y recursos de cámara, encontrarte con nuestros amigos de felpa es un placer, aunque se exija algo más de atención a sus lanudos corazones. Y los nuestros.
Ricky y Tina se echan a sus espaldas el espectáculo, cargados de buenas intenciones pero necesitados de un avituallamiento de buenos chistes, números roqueros casi desaparecidos por completo y más piel de trapo por contra de caricaturas más humanoides.

En esta celebración con aspiraciones multinacionales, tenemos a Richy Gervais y Tina Frey como maestros de ceremonias, pero sin carisma ni crecimiento de sus personajes. Elegidos otros con convidados de piedra a esta Gran Boda Cerda, como los animadores en la cuneta de una carrera ciclista. Aburrimiento.
Hacer mención al ganador del maillot amarillo al actor Ty Burrell (Black Hawk derribado, Amanecer de los muertos), recreando la imagen de un inspector (y su colega americano) con tintes de semejanza a los del Inspector Clouseau de la Sûreté francesa, personaje interpretado por el magnífico y añorado Peter Sellers en las películas de Blake Edwards. En la actualidad desdibujado por algunas producciones que le arrebataron ese espíritu sesentero y su ambientación parisina.


Otros rostros nos hacen sentir otros títeres más de la función en manos del avieso guionista que no otorga brillantez a sus apariciones, monótonas, descolgados del pelotón multicolor. Nos encontramos visitando los escenarios más teatrales de algunas capitales europeas, con un desarrollo precipitado y oportunista de los monumentos representativos. Como postales fijas.
Aquí nos encontramos con el pelotón de los rezagados con nombres como Ton Hiddleston (protagonista del último filme de Jarmusch Sólo los Amantes Sobreviven), Tom Hollander, Toby Jones, Frank Langella, Ray Liotta, James McAvoy, Christoph Waltz, Miranda Richardson, Saoirse Ronan, Chloë Grace Moretz, Til Schiweiger, Danny Trejo, Stanley Tucci, Salma Hayek, Sean Combs, Zach Galifianakis, Lady Gaga o Celine Dion.
Casi todos ellos testimoniales, cuánto talento desaprovechado.

Pues eso, que me ha decepcionado el segundo reencuentro con mis guiñoles preferidos de la tele, aquellas mascotas adoptadas por las diferentes generaciones de críos que crecieron con ellos. El recuerdo de un genio desaparecido y añorado Jim Henson y sus películas, que echamos de menos. Él hubiera dado mayor protagonismo a sus estrellas de trapo, no apariciones esporádicas y sin apenas relevancia en el guion (a excepción de Kermit y Peggy, y el malvado número uno del mundo), y unos gags algo más a´Tina´dos.

Deseamos que se recuperen y ofrezcan divertidos próximos encuentros (en el cine, teatros o televisión), que no pierdan las buenas costumbres de la risa o sus baquetas de rock. Que se mantenga la tradición con ilusiones de medio cuerpo y brillo de estrellas recordadas por su música o baile en otros tiempos. Viajes al corazón de la cultura, no sosas carreras forzadas al fácil entretenimiento. Sketch de famosos con argumento.

Cameos a flor de piel... de trapo.

** Floja **

Muppets Most Wanted OST - 02. I'm Number 1




Le Grand Méchant Loup.


Érase una vez tres cerditos y el Love Feroz.

La Europa del siglo XVIII fue dada a convertir pequeños cuentos o fábulas en metáforas sobre animales con características propias de los seres humanos, célebres historias en las que las pequeñeces o grandezas de los hombres se veían representadas a través del ojo infantil o crítico de escritores como Esopo, Perrault, Andersen... etc.
El cuento de los tres cerditos y sus respectivas egolatrías sobre la protección de sus casas ante los ataques de un lobo hambriento, cuestionaban las debilidades de sus caracteres presumidos respecto a los demás hermanos. Este, sin embargo, tiene autor desconocido porque se presupone ser muy anterior a los primeros escritos, y difundido vocalmente de generación en generación.

En 2007 una película canadiense dirigida por el también actor Patrick Huard con el título de Les Trois Petits Cochons, reflejaba los asuntos familiares de unos hermanos atendiendo a sus asuntos privados. Ahora, bajo la producción del TF1 y Mandarin Films, otros dos directores (esta vez franceses, Nicolas Charlet y Bruno Lavaine) han vuelto a revisar el tema de los hermanos involucrados en cuestiones de faldas y enfrascados en situaciones esperpénticas con sus parejas. Con el título de Le Grand Méchant Loup se esconde una comedia, por momentos brillante, con una intención clara de crítica al inmovilismo de la relación matrimonial y el cansancio de años de convivencia.

Aquí, la transposición de la celebérrima cita: "Y soplaré, soplaré... y tu casa derribaré", se produce en las fauces de un Love Feroz que no tiene compasión con las casas y familias de los protagonistas. Este enfrentamiento con el lobo, del amor y el sexo, se disfraza con las caras de tres actores en situación paródica excelente, contra las aptitudes machistas y enloquecidas de sus tres caballeros unidos por la sangre y las circunstancias amorosas. Ellos son, un actor nacido en la región de Wallonia (Bélgica) en estado de gracia como Benoît Poelvoorde, acompañado por el menor Fred Testot y el mayor, un sorprendentemente libertino, natural de Algeria, Kad Merad (conocido por papeles en Los Chicos del Coro o Bienvenidos al Norte).
Todo bajo el prisma de la diversión y los chistes con cierto toque surrealista.

Esta adaptación del cuento, y a la vez remake, tiene el tono de las comedias francesas de situaciones enrevesadas y controvertidas. Bajo las carnes sabrosas de los hermanos Delcroix, se esconde la mentira, el llevar una apariencia ante sus familias de una vida plena y satisfactoria, cuando en realidad su mundo interno es una farsa. Pues, las relaciones con sus mujeres y sus amantes se mantiene con el engaño y la dulcificación de las situaciones gracias al humor, en ocasiones al borde de lo absolutamente negro.
Con crítica maliciosa, las situaciones van en un in crescendo de falsedades, con un punto de vista sorprendente. El papel de la madre de estos tres irreverentes.

Porque las diferencias sociales marcan sus escarceos, tanto como algunos años de distancia entre ellos, lo que produce como resultado el observar el estamento matrimonial desde grados distintos de devaluación y empatía. Estos "cerditos-traicioneros" debaten sus historias ocultas con una cuadro familiar angustioso, pero salvado por un tipo de comedia disparatada y como he dicho de tintes cercanos al surrealismo. Que los directores Charlet y Lavaine hacen circular entre los gags de enredo sexual con la redención de los hermanos ante su madre inmovilizada.

Las metáforas son continuas entre el cuento porcino y las idas y venidas entre las casas de los participantes, a esta debacle de sentimientos, de sufridoras por culpa del disparate de las decisiones masculinas. Sin embargo, unas serán erróneas y otras acertadas a los ojos del espectador. Compartirse y engañarse, enamorarse o encapricharse, vivir o morir.
El error enfocado a una búsqueda de la libertad, encorsetada entre la figura matrimonial y el sexo no satisfecho, que tiene sus consecuencias sociales y familiares.
Todo este devaneo y juego interno, se produce en el filo del lecho de una persona que ofrece los consejos como un amigo que ha crecido con ellos, pero que había estado oculto hasta este momento. Así la combustión interna, se sofoca con la comedia y esta imagen redentora de los pecados cometidos por sus lechones.

Por tanto, es una lucha familiar pero un acercamiento también a la misma, en los últimos momentos.
Ante tanto olor de pocilga masculino, aparece la imagen femenina como solución a sus males (ideados por su propia personalidad) como marionetas en sus manos y como sufridoras con sus sentimientos revueltos. Ante la inconsciencia del género contrario y su pareja idealizada se darán cuenta del error, y en ocasiones se sentirán traicionadas, pero en otras una especie de válvula de escape ante los complejos y las obsesiones de sus maridos.
Es en ellas, dónde se reflejan los muros derruidos de sus casas, insuflados por la inmadurez y la traición. Casas que contienen cortinas que esconden el amor, los recuerdos, las indecisiones o nulos entendimientos, las apetencias... y al final el dejarse llevar ante el derrumbe de la verdad.

Hijos de matrimonios indiferentes en ambas direcciones, con el Lobo feroz abatiendo las falsas fachadas una tras otra, la provocación de unas artimañas de mujer para evitar la destrucción total, jaulas doradas de locas. Bajo estas paredes de consistencia, existe una solidez de pacotilla. Divertida debilidad.
Así, vamos pasando de una situación a otra más compleja, riendo con sus desnudas interioridades y fracasos matrimoniales. Equívocos y locuras, canas al aire y acusaciones entre medias naranjas y amantes; y como postre familiares y vecinos.

Como en cualquier cuento de época, el argumento se deriva hacia lo trágico (salvado con el pulso firme de la sonrisa) para terminar con un Lobo entre herido y travestido de happy end.
Si estás aburrido en estas calurosas tardes de verano, puedes echar un vistazo a este Le Grand Méchant Loup, servido en frío con vino espumoso y unos taquitos de jamón ibérico... ¡pata negra!

*** Buena ****

Tráiler Mil veces Buenas Noches, de Erik Poppe. Reparto: Juliette Binoche, Nikolaj Coster-Waldau, Maria Doyle Kennedy, Larry Mullen Jr., Mireille Darc, Lauryn Canny.


Tráiler En un Patio de París, de Pierre Salvadori. Reparto: Catherine Deneuve, Gustave de Kervern, Pio Marmaï, Féodor Atkine.





viernes, 11 de julio de 2014

La Mujer Invisible: entre realidad o ficción.


El amor invisible de Charles Dickens.

Estilo victoriano, si nos referimos convencionalmente a la época social y cultural de la reina Victoria de Gran Bretaña, uno de sus máximos exponentes literarios es Mr. Charles Dickens nacido en 1812 y desarrollada su educación de niño criado sin sus progenitores durante la época primera y mediada del siglo XIX, en la que ampliaría su trabajo convirtiéndose en uno de los novelistas y narradores más importantes de la literatura universal. Sin embargo, como la mayoría de personas en aquella época, fallecería demasiado joven a la edad de 58 años. Justo 10 antes, se publicarían (primero por capítulos como era menester en esas fechas) los tres volúmenes escritos de una de sus obras más personales Grandes Esperanzas, que los exportes recomponen con cierto acento autobiográfico medio oculto en sus letras.

Aquí en la obra, se observa los años primeros de un personaje de nombre Pip que intenta salir de la pobreza, teniendo como perspectiva convertirse en un caballero de la alta sociedad, y que acabaría enamorado de una joven de nombre Estella. Los historiadores y el actor Ralph Fiennes (que ya interpretó al personaje de la obra con dirección de Mike Newell) así lo acreditan, este último en La Mujer Invisible que se presenta en la actualidad como la segunda película dirigida por el inglés y educado a la sombra de la Royal Shakespeare Company como demostrase con su anterior e interesante film Coriolanus basado en la obra de Sir William.

Sin embargo, no tenemos en esta visión de la vida de Dickens estos años de juventud, más bien se centra en su etapa última a raíz de sus problemas matrimoniales y el surgimiento de un nuevo amor (mucho más joven que él) en la figura de una actriz teatral llamada Nelly Ternan, que por otro lado permanecería oculta para la mayoría de los seguidores del escritor de Cuento de Navidad, Oliver Twist, David Copperfield o Historia de dos ciudades, en las que demostraba las vicisitudes de personajes marginales en el interior salvaje de la sociedad británica del siglo diecinueve. Niños olvidados por la marginación o la prostitución de las grandes ciudades que emergían en la nueva era, pero haciendo gala de su particular sentido del humor y la crítica social.

Ralph Fiennes que se reserva con ojo avizor el papel de tan importante personaje, se fijó en la publicación de la investigadora y periodista Claire Tomalin en su best seller de 1990, que explicaba la relación muda e interior de la primera chica enamorada de una figura relevante y convertida en seguidora de masas, como uno de los primeros casos del fenómeno fan que tan de moda se pusiera en los siglos siguientes hasta la actualidad. Guion adaptado de Abi Morgan conocida autora de Shame y de La Dama de Hierro.
Un protagonista mediático y reconocible por todos, enamorado pasionalmente por una casi desconocida e incipiente actriz, que cumpliría su papel oculto en la historia. Por los convencionalismos sociales y los escándalos derivados de un amante a la sombra de un matrimonio por entonces sagrado.

Charles Dickens comenzaba a ser tratado como estrella (de letras y voz viva) de la emergente industria del entretenimiento a nivel comercial en los medios, por entonces escritos y teatralizados, pues el The Invisible Woman vemos como se multiplica el efecto llamada de la fama como una de las bazas importantes de la película. La otra sería su propia vida y obra.
Entre los hombres y mujeres de la sociedad victoriana, se expandía poco a poco el arte fuera de los focos de la alta sociedad, aunque todavía eran los individuos con suficientes emolumentos semanales para destinarlos a su crecimiento cultural. Las letras comenzaban a editarse en los diarios de tirada masiva, como columnas en cómodas entregas y con creciente interés multitudinario, serían los primeros seriales que luego se utilizarían en los medios radiofónicos y televisivos.
Justo ahora que parece que vivimos un retroceso, en la cuestión de la llegada de arte de calidad a la mayoría de los espectadores, debido a una excesiva alza de los precios de entradas o formatos.
Luego, llegarían los plagios y la piratería. Pero, eso es otra historia más moderna.

En la Inglaterra de 1060 cuando Sir Charles competían contra otros escritores teatrales y se erigía como admirador de otras figuras anteriores en la Literatura, compaginaba su vida ajetreada y anteriormente sexual (ya que tenía diez hijos) con el cansancio y la monotonía de un matrimonio sentimentalmente agotado, pero con una situación económica relevante y desahogada que le permitía los lujos principales de la época. Y como no, conocer a la joven interpretada por Felicity Jones (con anteriores trabajos basados en obras clásicas y estrella en el nuevo Spiderman) entre paseos nocturnos por los barrios bajos londinenses, dónde se fijaría en los personajes oscuros y futuros protagonistas de sus novelas. Putas, huérfanos y sin techo, conviviendo en las esquinas por las que se cruzaban los prósperos ciudadanos. Historias de suburbios con grandes esperanzas truncadas.

Esa misma esperanza que se mantenía en la oscuridad de varios años hasta su muerte, de la primera separación (sin mediar sangre como en otras épocas) de su esposa Catherine Thompson Hogart hija de abogado y consejero del escritor Walter Scott (que era admirado por el propio Dickens) así como editor del periódico Evening Chronicle para el que escribiría algunos artículos e historias. Y madre de diez. Periódicos en los que crecería el estilo particular dickensiano con su toques poéticos y cómicos, llenos de sátira.
La familia y amistades ayudaron a mantener el secreto de la relación nueva y la apagada, por miedo al escándalo y los rumores de su espíritu cristiano, y sería uno de los primeros divorcios entre gente conocida y exitosa.

El filme de Fiennes mantiene una distancia prudencial con el apasionamiento, por lo que cae en una constante dulcificación de los hechos, con el carácter ecuménico del personaje de Dickens, y la oscilante personalidad por su juventud de Miss Tenant. En una especie de juego que se dirime entre escenas bucólicas costeras y el demasiado convencionalismo dramático. Quizás, algo más de barroquismo le hubiera sentado bien a determinadas secuencias, en el episodio del descarrilamiento como alusión a una vida desmoronada por la aventura y los silencios.
He leído en ciertas críticas que, a Ralph Fiennes se le reconoce por su único papel importante en la cinta de Steven Spielberg, esto me parece de un engreimiento y desconocimiento manifiesto, e injustamente falso. También que la relación entre ambos actores no es creíble (por motivos de diferencias de edad) pero acaso, no ocurrió esto mismo en la realidad, no es cuestión harto frecuente aunque no sea del todo creíble por la sociedad... ¡Prejuicios!

Como se dice en una determinada secuencia, fueron pioneros en las ruptura adelantada a su época, la abolición de tabúes culturales y religiosos, la manifestación de que el amor no es eterno, y la necesidad de recomenzar una nueva relación si se precia.
Los cimientos del divorcio reconocido hoy por la mayoría, pues el amor no escapa de su temporal muerte. El cariño se puede mantener a flote como un azucarillo en el tea of five o´clock, hasta deshacerse por completo.
Cuando la pasión da paso al aburrimiento y a la idea convencional de proseguir por no hacer daño al cónyuge y a los hijos, se puede convertir en un infierno de terribles consecuencias dando aparición a un paso demasiado amenazador, el odio.

Está meridianamente claro que la película podría haber dado más de sí, que el personaje de la joven queda confuso en determinados episodios y que el cura, no sabemos muy bien que pinta. Pero, lo importante es su aperturismo hacia la figura de la mujer reclamando su posición en la sociedad y el surgimiento del fenómeno de los admiradores de personajes carismáticos.
El futuro del amor es un péndulo que va de un lado a otro, y nunca se detiene hasta el deceso.
Mientras que cinematográficamente tras el Gran Hotel Budapest, veremos a Ralph Fiennes en el próximo proyector de los Hermanos Coen de título Hail Caesar, en el Bond 24 de Sam Mendes y un nuevo filme dirigido por Gary Oldman. Casi nada.
Por su parte Felicity Jones tiene películas por estrenar y será la protagonista de Un Monstruo Viene a Verme, del director español Juan Antonio Bayona (El Orfanato, Lo Imposible).

Los otros actores del reparto tiene proyectos como Michelle Fairley en el nuevo trabajo de Ron Howard, o Kristin Scott Thomas intercalando apariciones en producciones internacionales entre ellas Suite Française esperada película sobre la Segunda Guerra Mundial. Completado un reparto con nombres como Perdita Weeks metida en un guion terrorífico del director John Erick Dowdle, o los siempre correctos Tom Hollander y Tom Burke.
Queda, por tanto, claro la inclinación de Fiennes hacia los clásicos literarios y hacia las historias de amor turbulentas. Libros como reflejos de la realidad, relaciones reales clandestinas en la ficción, atracciones de juventud por las letras.

*** Interesante ***

En Honor al nuevo filme de Joel y Ethan Coen, con reparto: George Clooney, Josh Brolin, Channing Tatum, Ralph Fiennes, Tilda Swinton, Scarlett Johansson, Jonah Hill. Hail Caesar de AC/DC esperando sus próximos movimientos :)


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