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martes, 12 de noviembre de 2024

This is the Zodiac Speaking… & more of Jokers.

 

Mucho antes que apareciera el primer retrato pintado en una cueva, por así decirlo, el primer concepto realmente artístico… Surgieron los primeros actos decididamente humanos, como el sexo… o el asesinato. Quizás símbolos, manifestados con una línea curva rojiza, sobre la piedra, como una especie de mueca...

En los muros de nuestras habitaciones penumbrosas, escuchamos ciertas voces que nos inquietan… Se reprochan entre sí, con manifiestas acusaciones de dolor o malestar enquistado, a lo largo de los años. Se transforman en insultos despreciables, acompañados de terribles amenazas personales. Incluso, en alguna ocasión, podemos… oír las entonaciones grotescas de algún que otro, encuentro sexual.

Sin avisar… ahí sentados en el sillón o recostados en nuestra cama, nos enteramos o añoramos el deseado silencio. Es habitualmente, lo contrario a lo que se busca en los programas de televisión o noticias amarillas de prensa y redes sociales, donde se busca mayoritariamente lo escabrosamente mediático.

Pero en el primer caso, lo que normalmente sentimos a través de los poros de la piel, surcando la de naciones y pueblos, o las aceras de cercanas calles y las puertas de los vecinos… Es el odio, en estado puro.

La excitación…

El odio es lo que nace de las entrañas, casi siempre a oscuras… Pero no tiene porqué. Así que se esparce a través de la luz, también como ejemplo de las relaciones humanas, en las numerosas producciones de cine y televisión. De forma que en determinadas sociedades y épocas, los filmes que gana por goleada, son los relacionados con el crimen o el terror… Y estamos en días de Halloween, así que…

Todo se estremece a su alrededor, la excitación puede viajar en ambos sentidos, aunque con diferentes sensaciones y temperaturas… cuando una mano, se acerca sigilosamente a un personaje desprevenido, acalorado o asustado, tratándose de lo criminal, diríamos que ¡muerto de miedo! Si no lo es ahora mismo, lo será… próximamente.

Es una forma, el crimen pasional, que forma parte del miedo, que al igual que el horror se nos presenta sobre la pantalla, como una visión social que tiene que ver con la desigualdad, el poder marginal o político, y especialmente, la envidia. ¡Qué impregna todo y te corroe…!

Y en esas pesadillas, estaba… cuando de repente, todo recuerda  un hombre del cine nos deja, llamado Tony Todd, presente en una gran cantidad de las misma, con integridad y profesionalidad. Tenía la vitalidad con 11 proyectos próximos en la mente… Sin embargo, hay que recordar que su carrera exitosa empezó con 32 años, con una ficción esotérica desconocida titulada Sleepwalk y aquella cinta de terror bélico y personal de Oliver Stone, conocida como Platoon. De las que apenas le reconozco ya – será la memoria…- , esos pequeños papeles que llenaba con su gran presencia y entonación, voy a destacar que estuvo entre los  Colors, se le escuchó en el Bird de Clint Eastwood, la nueva noche de los muertos vivientes de Tom Savini, un pequeño grano de La Roca, una historia de The Man from Earth –pudiera ser una versión más histórica, que aquel onírico de Mr. Bowie-, y por descontado, en nuestro querido The Crow de Alex Proyas, junto al malogrado añorado, Brandon Lee.

Además, de ser fuente de inspiración en muchísimos capítulos sueltos de las series de tv, que algún momento se acercaron a nuestros hogares, en esencia casi tan escondido como Beast de Masters of Horror. D.e.p.

Y… ¿la sustancia?

Claro, por las peores pesadillas, corren chorretones de efluvios malolientes y fluidos corporales en descomposición. Porque las historias terrorífica, cada vez impregnan más de ellos, a las películas de hoy… A más cantidad, más escenas horrendas, y más repugnancia… En definitiva, solamente hay que echar un vistazo al género slasher y detenerse, tras las espaldas que indican el camino de un asesino sobrenatural – no hace falta decir a quién nos parece…- que se acerca pisando sonidos orgánicos y otros metálicos, en In a Violent Nature. Un auténtico hito del espanto más rebuscado, para dejarte crujido en la butaca o sofá, con una mueca de dolor y esa máscara que te suena… a algo o alguien, eh! Chí, un punto de mira en los ojos. Preparando su vuelta, así que tú verá y… ¡sentirás!

El contexto en sí, no importa demasiado – salvo el punto de vista -, sino los sonidos que encierra la violencia y el contexto explícito de la sangre, que salpica visualmente en una especie de orgía contemporánea. Por ejemplo, la que nos muestra en ese lugar fantástico, lo que Acecha que se puede llamar la maldad… el mal absoluto que ataca a la raíces de esta sociedad alienada, desordenada y reventada, desde el interior. Es decir, lo que se esconde tras esas paredes antes mencionadas, sin perder de vista lo escatológico y visceral… En cambio, no siempre es así, existe ese otro lado oscuro, digamos, más psicológico.

La Hora del Zodiaco…

Con él, mediáticamente hablando, empezó el asesino en serie, a cubrir el miedo con la realidad más temible y anónima. Porque sus muertes, en juicio nunca estimado, y su vida especialmente, es un auténtico rompecabezas, un enigma que, poco a poco, se trata de ir desentramando y haciéndose público. Aunque esta vez, se trate por medio de un documental que entrevista a protagonistas indirectos, y se rellene con una voz gutural que responde a la policía con amenazas. Es una especie de Joker, que provocó asesinatos verdaderos, como una máscara que no causa risa… Sino, que ahuyentó a los ciudadanos de las calles de San Francisco y alrededores.

Por eso los sueños más temibles, pueden formarse a través de los hechos reales de nuestras vidas, como bien indicaba ya Sigmund Freud en esa obra discutida, La Interpretación de los Sueños. La forma de reinterpretarlos en la mente de cada individuo, es lo que establece las reglas también, de la representación artística, realista o polémica. De la que un asesino silencioso, como Zodiac, formó parte del relato histórico del crimen moderno. Como estableció el pasado, Caín, BarbaAzul o Jack the Ripper. O alguno de esos políticos… que la rondan… la historia.

Es la auténtica memoria de monstruos reales, que proceden de los rincones ocultos de las familias, muchas desestructuradas o igualmente violentas, que prefabricaron su personalidad psicopática. Enferma o no, como en el caso zodiacal, como el bien se describe en sus cartas inf… desinformativas. Sonidos misteriosos que se retuercen en ellas, en las cabezas de los observadores e investigadores, recalcando que… pudieron estar cerca. Pero, sin lo que llamamos, pruebas concluyentes. Por lo tanto, la miniserie es recomendable, como aviso de lo que se puede esconder en las sombras acechantes de nuestras ciudades. Una cara más, una simple, y llanamente, pavorosa. El resto… son sensaciones.

Entre rivales… malsanos.

Esto es tan viejo como el Séptimo Arte… En aquellas épocas que nos cautivaron por su incrustación pasional, asustándonos o demoliendo nuestra pacífica humanidad. Desmontándola, porque no creímos que eso pudiera existir o hacerse realidad en el futuro. Y después del tiempo, observamos que todo puede ir a peor, sin duda.

Dese las historias que nos contó el bueno de Fritz Lang y su asesora marital o narrativa, hasta las historias bíblicas que se retrataron en episodios extraños de las religiones o las políticas; hasta remontarnos al registro mudo del crimen, cuando en corto del s. XIX se esmeraban para contar una ejecución, la primera registrada en celuloide, que se nombró como The Execution of Mary Stuard de Escocia, y cuya escena en cuestión duraba apenas 18 segundos, sin sangre, creo. Pero asustaría lo suyo, no… gracias a una mente, que mantenía el nombre Alfred Clarke.

También significaría uno de los primero efectos visuales truculentos, del sepia a los grises matizados del fluido, que sustituía un frame por otro, en el montaje del descabezado. La actriz por la muñeca, que tantas veces hemos atisbado, o no… Depende de la habilidad o el truco, ¿no es verdad, prestidigitadores del cine? Es verdad, ángel de amor, sin testa.

Sino que se lo pregunten a Johnny, eh… Y vuelta a empezar, para reencontrarnos con esa Maxxxine, que no es por asomo la alta X, pues el desparrame en Hollywood, huele a un falso demoledor y perdido en el guión, que no convence… Ni al más categórico y riguroso, Padre.

Sin embargo, si hay que hablar de madres y Carries On, ahí estamos.

Piernas Largas… sin baile.

Claro, Longleds del director norteamericano Osgood Perkins – vaya nombrecito eh, maestro Hitchcock…- y uno de los profesionales de esto, que habla en el documental 78/52 La Escena que cambió el cine… si no la has visto, a qué esperas, ¡a que te llueva encima! Es autor del próximo engendro mecánico titulado The Monkey y trabaja en una cabaña con Keeper. Sin embargo, parece listo el muchacho, porque en Longleds utiliza la psicología, para construir algo macabro con jóvenes, la personalidad religiosa estipulada por De Palma, muñecazas vestidas, mentes secuestradas, y una pizca, más que introspectiva de Clarice Starling. Que no la poli injustamente premiada de True Detective Night Country, frente al joker que es, Nicolas Cage. Joer, vaya xDio.

Luego, ha sido un sin parar, locos y locas, por aquí y por acullá, dando pasos de ciego o de preclaros, iluminados, asesinos de todo tipo y condición, vocal o danzante. Olvídate de Charlie Chaplin, moviéndose ágilmente, porque a su edad avanzada encaró a ese tipo, algo conmovedor por otro lado también, que fue Ms. Verdoux y dejó a los de su época, boquiabiertos… Esto es, no lo entendieron, pero fue una obra notable en su obscuridad interior. Quizás porque el provenía de esos suburbios… y entendía muy bien el Mal. Aunque bailara y cantara, en silencio, por dentro. A Charlot, parecía que no… pero le dolía.

Por una vez, fue un Tony Todd verdoso, entre vidas y la muerte… En cambio Joaquim Phoenix ya había bailado sobre esa estrecha línea, en alguna que otra canción, romana por ejemplo. Ahora que estamos a punta de caramelo bailongo, con un nuevo decálogo maligno del Gladiator de Ridley Scott… Qué Dio, lo tenga en su gloria, dicen… Que no se mece muy bien, en manos de la historia. O no, ¿Napo?

Todo son pruebas incriminatorias, huellas de pies de baile o batallas que no se pudieron concretar… como la cara de un payaso, frente al espejo. Era Buster Keaton… pues no, era César Romero, Jack Nicholson, Heath Ledger, Mark Hamill o Barry Keoghan… vaya me olvidé de Jared Letto. Y en cambio ahí sigue campando a las suyas, que en esta filme, se aparecen cantando con el rostro indescifrable de Lady Gaga, sin que ni uno ni el otro, sean los asesinos de los cómics. Pues, esta es otra historia, su historia… de un amor, no imposible, sino dudoso… Qué no es poco.

Dura menos, que una canción en una habitación escabrosa de Arkham, una historieta de la vieja animación de Warner, como sombra de Jeckyll más Hyde… y mucho menos que, un baile de claqué, algo más torpe que Gene o el papá Piernas Largas del gran Fred Astaire… Pero, esto es otro Rey de la Comedia, con Robert de Niro en la mente desquiciada, a las órdenes de un descompuesto musical, que es a la vez, un raro espectáculo de lo patético y lo artificioso de la sociedad que vivimos. Esto es… que Todd Phillips tiene algo de razón en ello. Es verdad que algunos pasos o voces guturales, nos incomodan… las del asesino, claro… pero tiene algo de razón oculta… El Miedo… That´s Enterteiment!!

Ni Trump, Torres Gemelas, ni asaltos, veo por ningún lado… Ni Batman que tampoco se siente en la sombra, sino de una resurrección por mediación del culto comiquero… Ríete tú… Hasta que aparezca otro, y nos deje la sombra en la boca de una carcajada, ácida. Se acusa y todo en juicio sano, ante los medias… Baila, desnudo, canta, desangrándose… ¿Qué más le pedís… que se convierta en Lobo Feroz? Pues destripado tal vez, con sus entrañas esparcidas ante el jurado público. Es otra cosa, es su historia más negra, de ser humano, educado malamente como otro niño, maltratado y malogrado, santurrón, cómico canturrón. Es Arthur Fleck y ella, otra Lee con pasta gansa, así lo entenderemos… y sino, a falta de hachazo entre las cejas, como chiste de ese Johnny enterrado, veremos… Sonríe dos, veces. Prometo en homenaje a Mr. Perkins y aquella mirada mosqueante... del fin que es, otro principio. Tal vez, otro comodín.

En otro contexto muy diferente, aparentemente… Zodiac se alimenta de lo mismo, el nutriente mediático, pero con otra condición más lúgubre y amenazadora que retrató tan enérgicamente, Mr. David Ficher y es referencia en el discurso real. Al igual que es el siguiente Joker que apunta al corazón de la sociedad, la perturba y amenaza, hasta sus extremas consecuencias… La libertad. Que se pierde rápidamente, como Mr. Phoenix perdió 23 kilógramos y ese coitus interruptus de su personaje, del Amor. Y con una parte del público… arriesgado, Sí. Como Spielberg, produciendo un musical de Púrpura que se queda en recurso woke... xDio.

La historia de Warner durante 100 años – que es otro documental, como un musical desnivelado en los tiempos y géneros -, es libre, antisocial a veces, bastante macabra, sádica en ocasiones, narcisista, alegre, mágica, con doble cara… nunca cobarde. Salvo algunas excepciones, más prácticas y mediáticas que van con estos mismos tiempos.

Recordando que, posiblemente, puede que no, eh… El Asesino del Zodiaco, en danza tortuosa y cruel, sería un educador de niños, tal vez, profesor de la inmundicia escondida del ser humano. Puede ser…

¿Qué nos queda…?

El último detalle, pensando en ese paso que no desentone en el contexto, pues lo mejor es no pisar a tu pareja de baile. Es que el Amor Loco, por encima de todo juicio, es una especie de condena… Mediática, cuando se inscribe en el sensacionalismo de las noticias. Lo vimos en ejemplos en serie, como Presunto Inocente y los crímenes familarmente poenianios de The Fall of the House of Usher, o las magníficas The Duce o algunas relaciones de Fargo con el periodo que quieras de ella, y la sencillez asesina del esencial juicio mediático con Love & Death. Y menos sangrante, en las postreras danzas y cantos de Daisy Jones, donde se establece una batalla psicológica. Que me viene muy bien incluir aquí… ya que su prota femenina, produce e interpreta Under the Bridge.

Y eso es todo, amigos…

Que no, que queda dar un paso a esos fantasmas que flotan, como danzarines o jokers del espacio. Que no del tiempo, como aquel Hombre que Ríe descrito por Víctor Hugo, como aristócrata acostumbrado a los grandes bailes con orquesta de palacio, cuando nació de la repulsa y el mismo odio… que el payaso que le marcaron a hierro y sangre. Con los labios sellados de la venganza en el corazón y la boca del estómago, dónde se concretan los ácidos. Es una semilla eterna que dejó a Conrad Voidt, algo encasillado rondando con Paul Lení, y le marcaría su signo de judío, interpretando a una nazi en la obra maestra Casablanca.

¿La vida es una carcajada… o no? Menos que Maxxxine, un poquito inferior que la payasada de A Quiet Place: Así comenzó el Silencio, la vida es como Cuando Acecha la Maldad oo Zodiac, y se excede… si representa a un Longleds que es el Joker 2. Un tipo muy fino, una pareja casi divina, era un tipo desbaratao… si te lo encuentra por una esquina… un saludito, de don Phillips… Hola don Todd, Hola doña Broma Macabra! Otro cómico, no revolucionario… herido en su propio orgullo. Bajo la lluvia, una broma más… y menos. Volvió el Silencio, los rockeros dicen que no mueren, los asesinos sí, al final. Hahahohehihaaa. 

Hey, te acuerdas de Cary Grant con aquellas dos ancianitas del té… Tú, si eres un político o gobernante, no te rías tanto, eh. Nice!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cinemomio: Thank you

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