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miércoles, 18 de junio de 2025

The Pitt. From 15 to… Tomorrow.

 


En el orden cronológico dentro de la historia literaria, se desarrolla paulatinamente, o impuesto por uso diario, un alfabeto que servirá para contar cosas entre los ciudadanos… Así, en la Medicina se establecieron periodos de investigación y de avances científicos, que mediante el estudio minucioso del cuerpo humano – nuestro pergamino… con disección de cadáveres comprados o robados -, se llega a discernir la vía. Lo que éste, nos habla de sus mecanismos ocultos.

Aún restan muchas letras por descifrar y métodos para contrarrestar las inclemencias externa, o estragos del tiempo. De tal forma que las debilidades propias o enfermedades, queden neutralizadas o inclusive,  corregidas para siempre. Aunque pareciera que nos vamos acercando al completo conocimiento del organismo, gracias a la genética y las intervenciones cuánticas, toda amenaza se renueva o muta… Y algunos problemas podrán ser los mismos con diversos agentes patológicos, que trastocan el ADN y se vuelven más dañinos con la edad. Ese es el reto…

Conocemos más, tenemos más pruebas para analizarlos, más mentes administrando posibles remedios… más medios económicos… y aunque sus efectos, se incrementen debido a nuestros comportamientos defectuosos, accidentamente, o no tanto… todo es una estrategia, de prueba y consecuencia. Pues bien, ese ramillete de males, uniformemente se ven representados dentro de The Pitt.

La serie de Warner Tv que, con su calidad técnica y narrativa - cuasi documental en muchos aspectos -, se ha convertido en referente de cierta urgencia en los hospitales, reales. Con sus aciertos interpretativos – desde el primer rostro hasta el último, que limpia… los restos -,  marcan el límite del aguante profesional y mental, la responsabilidad o no, de los personajes. Pacientes y profesionales… Y los rasgos traumáticos, dependiendo de sus personalidades o comportamientos adictivos… Casos atendidos en una especie de batalla personal en turno de mañana, y desgaste hasta la noche bien entrada, es decir, 24 horas a pie de trasfusión. O más allá… ¡si es que existe!

De momento, esto es la realidad… en carne viva. De una batalla constante, más o menos… y lacerante.

Del mediodía a… más sangre.

Decíamos en el episodio pasado – aquí en mi turno dividido, mañana y tarde… noche -, que la realidad en carne viva, puede ser una experiencia lacerante… a veces gratificante… pues revivimos las sacudidas del despertar con los estertores de lo imposible, que no improbable… Cuando todo va a desembocar en una auténtica masacre. Sabiendo que la sangra a algunos, les confunde… Acercándose peligrosamente, al desvarío total de la noche, o del apagón definitivo. Ahora se sienten los restos de una carnicería injusta, maquiavélica, sin lágrimas en el suelo. Es como un Desembarco en el día D, pero al contrario…

Con esta, mi segunda división del programa… Observo un verdadero Mash, satírico… sin Labios Ardientes ni Radar… pero igual de sangriento que, en aquella notable película que influyó en toda un generación, y se la llevó al bolsillo de la bata, con una indiscutible serie.  Repleta de obscenidades y sarcasmos, con el tratamiento de la viva voz por medio de los altavoces… todo un descubrimiento cómico. Pero también destaca por buenos gestos, la resistencia y la amistad. Y es fundamental toque humorístico gracias a la disposición del gran Robert Altman, y un reparto inolvidable que acerca realidad y responsabilidad, en términos de la batalla diaria… cuando no puedes hacer otra cosa que, lo que sabes.

Mr. Tom Skerritt, fue y es “Duke”, superviviente noble del Alien de Ridley Scott – junto a Sigourney Weaver y la ensangrentada Veronica Cartwright, sobre aquella mesa de operación forzada…  y especialmente, con Robert Duvall, Elliot Gould y Mr. Donald Shuterland, al que se echa de menos, como auténtico Ojo de Halcón del bisturí bajo aquella Korea indescifrable, esquiva y caricaturesca, inolvidable. Y que posteriormente serían sustituidos, por vacación golfera, en serie mítica para una generación,  por Labios o Morritos Ardientes, Calientes, Loretta Swit y el descubrimiento definitivo de un Alan Alda a corazón abierto.

Y es que el líquido vital es esencial, lo dice en su banda sonora definitiva y en una escena que sería censurada… aún se nota en el doblaje… que condiciona el manejo de las situaciones y las prácticas a oscuras. Si bien, nunca deja de lado en ellas, el humor más ácido e irreverente, que define psicológicamente a los personajes.  En definitiva, un lujazo de las intervenciones quirúrgicas, ipso facto, y de las confesiones en el acto...

The Pitt, es una trama buscadora de las causas más paradójicamente estratégicas, con la extrema actualidad… una historia más que, hiperreal de esta familia médica – no siempre tan bien avenida, como parece -, en el interior húmedo de las urgencias de cualquier establecimiento, como el ficticio Trauma Hospital de Pittsburgh. Y la prosa de sus recetas, que prevalecen científicamente como los accesos prostéticos fabricados por la Autonomous FX, para deslumbrar visualmente. Y meditar…

Sus letras textuales, nos apartan de otras experiencias más cercanas y extremistas… del Este, si bien las sensaciones se extienden en todas direcciones, por sus ramificaciones sociales multiplicadas… desde la entidad criminal, la violencia sin paliativos en secreto, o ilegalidades, irresponsables… o no. Todo condiciona a esta notable escena hemoglobínica de The Pitt.

La oda de la vida…

El aire pululó viciado, a salpicones desde primera hora… Consecución de tiempo en el paradigma de la salvación… Se abrieron ojos aterrados, frente a frente, desde las sábanas manchadas a las alturas… El grito silenciado en ahogo común… quejidos taciturnos en la fractura… insatisfacciones, imprecaciones a ese mismo oxígeno… a las necesidades vitales… que señalan alguna risa nerviosa, o no… simplemente honestidad.  Y posiblemente demacrado, algún rasgo heroico…

De todo lo imaginado, pero probable por el contrario, te hallas en esta temporada de The Pitt, quizá sería mejor la última… Y encarados al triaje, tan incipiente como necesario en la redención, con que terminar esta fiesta visual y de actuación grupal. Tan directa como las intervenciones o su humor soterrado a lo Korea. No olvidando nunca, que es trato entre personas, con aciertos y traumas… por si las moscas.

Nosotros mismos, héroes o monstruos, representados como débiles o audaces… vivos o… ya sabes, lo que acaba pasando con los cuerpos de los mortales… Y en este punto, me relajo… para contarte que existen determinados filmes en que, este maldito problema de la mortalidad, es tratado como fuente de la ciencia ficción. Desde el planeta de los simios, convidados a la festividad longeva reciclada en Mickey 17, del director surcoreano, - algo exagerado, de nuevo…- con una de cal monstruosa y otra de multiplicidad radical en vena, como Bong Joon-ho. Destripando la irregularidad de la especie, desde la Memoria a los Parásitos… internos. Y en conflicto más aventurero, de pasado piramidal y eterno, nos colamos en el paso efectista de Guy Ritchie, habituado a golpes y excesos corporativos, que bebe de una Fuente de Juventud… atropellada, por guión de James Vanderbilt (Zodiac, productor de Altered Carbon). Y estableciendo el círculo…

Un pequeño milagro de verosimilitud, caso increíble, cuando un joven buzo se enfrenta a la frialdad oceánica del Mar del Norte, resurrección y amor; y tras flotar sin oxígeno, aproximadamente media hora en el cambio de gases, que se escapa por los poros… e irrealidad vital, pero no… y dirigida por Alex Parkinson, mismo autor del tremendo documental homónimo Last Breath. Que no tiene que ver… con el actor chino Simu Liu, próximamente protagonista en otra de Shang-Chi y coralmente en Avengers Dooomsday o la serie Marvel Zombies. El trío de compañeros se complementa con el ex Animal Kingdom y Peaky Blinders, Finn Cole, e incombustible, injubilable, Woody Harrelson… tal vez esperando antiguo colega… de sufrimientos en True Detective. Ojalá.

Variaciones exageradamente extremas, que te divierten… ¿o no? Ah, qué no… Pues entonces, no veas Muerte de un Unicornio, ni por un ataque de cuernos al recuerdo de Jenna Ortega, o junto al Muse, Dr. Jeckyll de Daredevil Born Again… y antes del próximo Miércoles…

Y… el Canto de Sirena.

Hablando de sirenas… no las que alarman, o sí… Abro de par en par, el cartel de Parthepone en la isla preciosa, de las maldiciones, que se sirve de prácticas, atractivamente endiabladas. Como un cantar al unísono, sin emitir la esencia, u oír su entonación en los oídos de los marineros del esperado Ulises. Como él, soportamos la inmensa belleza, su agudeza, casi desapasionada, alejada de sexo explícito… que sólo contempla en Famiglia… Hasta que encallamos en otra vuelta, tal que Odisea, y anclada al terruño napolitano, nos rendimos a los pies de Sorrentino, con sus prismas y aciertos. Paolo… estudió la vida y la muerte, y vio el surrealismo creativo como antipasto, anticipando una carrera con ella misma, de Diva… Sugiere un bello documento gráfico, que asesina con la monstruosidad, que nos descoloca, aísla… entre esos vivos colores fotográficos, y su aire, hasta arrastrarnos a la fealdad, a los rincones ocultos de Nápoles, sumergidos en su obscuridad… valores, insultos, credos… Simbolismo de una generación, de su juventud a la madurez condescendiente, tal que fin de una Diva… Vida.

Y así, como casi todos, paleontólogos, filósofos, forenses, teólogos, antropólogos, cirujanos, amantes… médicos de la Humanidad… perdida en una isla, ya rodeada de cemento, armado… caras armamentísticas al margen. Otra especie de guerra, sin los protagonistas aciagos de Leave the World Behind… frente al caos. Organizado, o provocado…

Bata… el triaje del Poeta.

En una de esas manchas, imperdonables… se instaló la mente. Las vidas al rescate, sin una muerte por triaje… tan necesario, como la guerra que quema… combustión del pensamiento. Y al lado, de logros inhumanos, sobre cuerpos despojados… se vio la humanidad en sus ojos, y la deshumanización, de sus manos al filo del deceso. Asesino…

Estudio, como la mancha borrada in situ, que investiga la vida en directo, que no la psicología común, pues esta no existe en cerebros desviados… ni sexos perdidos. Ni, en el recuerdo de dedos que desvistieron, a divas incompletas, a niños tiroteados, a venas reabiertas… como heridas del alma. Necesidad de coser los desmanes de una invisibilidad… que es tan dolorosa, como los cantos de sirenas… a tiros. Que, podría ser cualquiera, no el matón, sino el tirado… pues somos vendas, lapsos, cicatrices… Las emergencias, que quedan en silencio… parecemos, el techo en el enjambre. Los aliens del más allá, los odiseos retirados, las divas y sus vidas… El último suspiro, hasta nuevo aviso… La nueva voz, el espíritu en la isla, de Nápoles, Pittsburgh, Madrid… ¡yo qué sé, en el fondo del océano! Cualquier lugar es posible, en este mundo o el otro. Porque suena otra ensalada de tiros… y USA que los conoce bien… y lo acepta… ve a otros que recriminan, a cuchilladas o garrotazos, a fuego lento, como en otras épocas… y también morirán por la boca.

No es exactamente lo mismo, mas cómo si lo fuera… El resultado es parecido, el olvido en la sangre hermana, la frontera o el odio. Así, los profesionales cambian por fuera… sus batas deterioradas, como su pensamiento… repletos de agujeros, baldíos por balas, que quedaron por siempre, muy adentro… y el humor estresado por el ruido, hasta la semana próxima, en otro cuadrante sangrante… significa otro dolor, acompañado, de birras… Que los humores, no nos salpiquen la frente…

La pasión, como el quejido inseguro, crecerá hasta cualquier isla, buscando un libro con sus hojas abiertas… sus monstruosidades, y tal como nos visitó de primera, de improviso… la más habitual, clásica, e irremediablemente eterna… La que nos cantará al oído, en lascivos pechos, hacia nuestro recuerdo… todos, tras el triaje, como carne de cañón. Humeante, o no… en la despedida de M.A.S.H.

Sólo nos queda la cara de Parthénope, Diva descubierta, sin sexo, ante el ocaso de cualquier Cheever, Oldman… hermano. La sonrisa juvenil de Celeste Dalla Porta, sanadora de conciencias mortales… tal que Gioconda de Da Vinci. Despierta ya… bruja en la hoguera de las vanidades… latido.

Caos… otra ciudad… Duerme.

No despiertes aún, como la gerente, blanca o negra, da igual, que es una marioneta del poder, una imagen de la corrupción… que se lleva nuestros ingresos, mientras dormitamos. Somos la línea continua de la censura, sin altavoces pinchados, que nos valgan… votados por la cultura, del bienestar. Parte de nuestra propia quema… prostituidos por la voz controlada… que condiciona el último sístole… robado al corazón.

Duerme… continúa tu turno fantasma… tic, tac… hasta que la ciudad despierte… otra, sangría de 7 a 2… o más allá… como la sangría al final de capítulo del N.Y. de Kingpin.

Ya en la antigua Grecia – todo está inventado…-, Platón dividió los hechos en sus obras… Desde La Juventud, a la Transición… divagando por la Madurez, de sus Dogmas… republicanos… Y acabó con Diálogos, Críticos… Como siempre, como Todos. Aquella Grecia, como cualquier otra ciudad… Hacia un nuevo amanecer.

 

jueves, 5 de junio de 2025

Daredevil: Born Again.

 


I ❤️ N.Y.! … Solía decir aquel famoso alcalde de cuello enorme, pensando en todos los negocios que podría sonsacar en el futuro. Como las grandes comilonas que se metería entre barriga ´laportera` y espalda, gracias a los impuestos de contribuyentes…

Para ello, debería acabar con esos tipejos, los llamados Justicieros, vigilantes… o simplemente, los malditos de las máscaras, que actuaban por su cuenta contra el terror. El terror que creaban, por otro lado, esos mismos políticos… siempre fue así, ¡una especie de mafia!

Sin embargo, algunos enmascarados tenían acciones ultraviolentas, tal que un Diablo en contradicción constante, o un vengativo Castigador… y prometieron no volver como protectores de los ciudadanos. Pero, los crímenes se acercaron a sus círculos… que no podían quedar sin resolución, o castigo casi divino. Definitivamente los mecanismos, han vuelto a encender el fuego de esta jodida Concina del Infierno.

Y si eres una especie de monstruo, o un diablo rojo a los fogones, más todavía. Por otro callejón, el otro atizador, que fue el tránsito de Marvel a la Disney, dejando la conexión Netflix, de manera un tanto especial y desafiante… como ese artista disfrazado. A veces desconcertante, podría ser un programa donde prima la diversión, con inclusiones formales o hasta infantiloides (y continuador en algunos pasajes a los clásicos cómics… para jóvenes), y en otras al contrario, donde reina la obscuridad, y el caos se apodera de la escena de nuestras peligrosas ciudades. Nidos de ratas, para trabajar, o no… focos de delincuencia y guetos.

Alguno, de traje blanco inmaculado, por fuera… se siente bien en esos procedimientos, porque los conoció y ocupó… Y en esta esfera de dos polos, existe una frontera que puede descolocar a algún visionado, dependiendo de su sensibilidad. O echará en falta, más carne en el asador… parrilla, reunión de ovejas descarriadas, programa de tv. En el de hoy, tú qué harías si… ¿Te crees profesional, o eres un intruso, eh?

Hasta que llegó… El Pingüino.

Hasta ese momento, - bueno descatalogando aquella serie bestial con The Punisher…-, todo parecía más o menos tranquilo, casi pacífico. Pululando los argumentos de las historietas, entre cierta espesura y esa dualidad entre lo bueno y lo extremo, decantada hasta ese último calificativo con el Pingüino, otro postulándose para ejercer el poder, aunque fuera desde otras alcantarillas. Ahí DC, siempre tuvo la delantera, hasta que los mafiosos dejaron de llevar mascarillas…

Sin embargo, es como una epidemia, donde las causas se van intercalando y se reinterpretan por cada lado, a cada instante. Tenemos ejemplos como Loki, una estructura lineal del mismo pero caótica, dentro de ese espacio-tiempo. Que se vuelve surrealista en diferentes medios, aunque no acierta como fuera el caso de Vision y Bruja Escarlata. O el sendero no tan luminoso como cabría esperar de un Moon Knight histórico, bailando a la lux de la misma, aunque trastocando el lío marvelita, con la mística del antiguo Egipto. Lágrimas de cocodrilo, ya que volverán… y no sé qué será de Nosotros.

Un Echo quizás… ahí responde la pérdida de tiempo del no fanático, frente a un gélido aparato de televisión, que se reinventa con aventuras tergiversadas. Y donde en el grito propagado, no podemos olvidar la reiteración de escenas por diferentes episodios, un mero copia y pega, que sirve como lanzadera imperfecta de este Daredevil: Born Again. Mientras, el Pingüino se sonríe, porque esta temporada viene con ramalazos a lo Soprano´s, y eso ya estaba inventado… al menos no se involucra con repeticiones indeseables al final de los capítulos, y persigue la guerra de ambos bandos.

También mezcla rasgos circenses con la violencia más sangrienta, como ya ocurriera en las anteriores temporadas, aunque menos coreografiadas, ya lejos de la serie de John Wick, o definitivamente, El Intercontinental más cerca de la sangría de Dc. Más tenebroso que Marvel, aspectos del crimen que sin embargo, Daredevil ha agarrado y sumergido a los Fisks en las típicas familias de gánsteres, y en especial esa entrevista de pareja sopranil ante la psicoanalista, - que algo se trae entre mentes -,  además de contar con Michael Gandolfini  y el emerger como cabeza grande de familia, al gran ballenato blanco, nuestro adorado Kingpin. Otra vez interpretado de manera prodigiosa, amenazante siempre, por un Vincent d´Onoffrio, de chapeau, si bien bailar, así así… Un maquinador mastodóntico sin un pelo de tonto, que entronca con el de las fosas sépticas de Colin Farrell para el otro Oz.

Es ahí, en los extremos, donde siempre crece la tensión y se trastocan los hechos, criminalmente hablando, como con la aparición de un serial-killer de manual, el denominado Muse – piel del Jeckyll de Wednesday, del joven actor Hunter Doohan -, por no hablar del baile psicológico de Wilson Bethel como Bullseye y sobre todo, de la bestia Jon Bernthal. Con Muse las cosas se pierden, se condensan demasiado, mientras se discute en juicios paralelos, sobre el castigo, o no. Y entre el público más proclive a acontecimientos justicieros, y los más protestones de las redes sociales, que es donde las historias empiezan a descuadrarse realmente. Con The Penguin eso no pasaba, o estás, o no estás, no hay críticas que meter con el calzador del público, que no interesa nada…

Puede venir del lío de producción, de fuentes alternativas, metiendo la mano y el cuezo en la sartén, de puntos de vista, de puntos y aparte, y algún que otro final. Nacimientos de intereses, reencarnaciones al margen, líneas reescritas, opiniones de pesos pesados, críticas endiabladas… Y gestiones, hacia cambios en dirección o alteración de fases grabadas, con otros posibles timelines… lo que da cierto aspecto de inconsistencia en algunos momentos. Y eso, ha modificado los esquemas de un título que no se corresponde con el original, ni con etapas anteriores de Daredevil, aunque la violencia sigue estando ahí. Pero, se recrea demasiado en la gratuidad, o el rechazo del protagonista, que pierde ante el premio Gordo. Charlie Cox, qué estás en los… cielos.

Todo hace acrecentar dicho caos. El de Dario Scardapane, vaya nombre para un criminal de James Bond, y Matt Corman, que se las tuvieron tiesas para asentar este Marvel mafioso, dentro del wokismo de Disney+, y no desvariar al identificar un producto, que ya no tenía que ver nada con los episodios de David Mazzuchelli y Frank Miller… sino más con la inconsistencia productora de Kevin Feige. Al frente hoy, de la marca del entretenimiento comiquero por excelencia durante varias décadas, desde aquellos años 40 de la Edad Dorada. Y qué, por fortuna me ha sorprendido con su última adquisición. Algo tenía que volar bien…

Aunque DD… se vista de Daredevil.

Antes tendremos que opinar sobre ello… Los Thunderbolts, han tenido un grato aterrizaje en la zona Disney de Marvel, dirigidos por Jake Schreider (Beef, Skeleton Crew), con este grupúsculo de ejemplares rebeldes, alejados de tensiones y derechos de los personajes entre ambas plataformas, - la wokista y la no… lo voy a dejar que me repito…- y sus duplicados famosos, que para sorpresa me han parecido más auténticos. Se definen bien entre la diversión y la obscuridad, entre la excentricidad del poder, y la indecencia de caracteres. Entre la verdad, y la mentira mediática… de la falsedad del Capitán América y el nuevo Hulk Rojo con Harrison Ford, y el oscurantismo mental a lo Fisk. Luego, se restablecen las desapariciones eso sí…

Pero volviendo a los criminales de Marvel, se convierten en los ejemplares indudables del protagonismo esencial de la serie, bastante más que los héroes enmascarados… DD se ablanda en discrepancias, demasiado estúpidas, como que la sentencia sea una bala entregada por la mano de ella… como transgresión en las historias, que nos termina produciendo un poco de desubicación, o pérdida. Y eso no… Esta historia no iba por ahí… Las cosas han cambiado, para mal o peor.

Vale Red Devil, sigue siendo aquel Brian Cox, de gesto calmado y ambivalente, pero se atisba la duda en cada acción, demasiadas objeciones a la violencia, un tanto pesadas. De tal forma, que las féminas como en este era de wokismo genérico, han tomado la delantera en las decisiones, y el héroe se ha transformado en pobre diablo, que ni pincha con tridente, ni parte el bacalao… ¡qué poco salao! Ya veremos que ocurre con el grupo, ése…  Miedo me da el circulito, en el futuro.

Creo que casi todo el mundo, criminal o no, se queda con el majestuoso Kingpin, o Wilson Fisk y esposa, si bien Vanessa no le consigue hacer  sombra, por su gran capacidad volumétrica, fuente de ingresos y tono de voz, en maquinación. En versión mejorada de sí mismo, más enfático y estilizado que aquel ramalazo del Echo… Él es sin duda Daredevil, por su gesticulación, sus decisiones, sus risas apretadas entre labios, su guardia pretoriana corrupta, sus asesores que dejan mucho que desear… incluso un control eléctrico, por medio de apagones incendiarios… nada que ver con el Estado Eléctrico, que esa es otra infantilizada… Es el verdadero ganador, por monumental k.o. técnico, como auténtico white sark depredador en esta pecera de la Gran Manzana, de nuevo.

Mientras que Matt Murdock, es más un pobre hombre, sin amigo ni rollos intensos… se va quedando agazapado como el Harvey Kent juvenil del Pingüino, una especie de sombra, que comienza difundiendo la justicia penal, y se define como balanza. Entre el bien de estamento superior y el mal, encarnado por los demás personajes, más protagonistas a su alrededor, incluido el artista del asesinato, el tirador  de élite Bullseye y por supuesto, el cara de púgil castigado en exceso.

Hasta parece de relleno, como otros personajes que pululan dentro de esa legalidad traslúcida o del lado oscuro, político o de un sistema corrompido. Tal que pequeños bocaditos en la pecera del escualo Mr. Fisk, casquillos con logos de fantasmas, salvo en capítulo final, esperando su lugar… su oportunidad. Y que más de DD, pues… que si Batman, por una vez hubiera finiquitado a alguno de sus enemigos, asesinos peligrosos casi todos – a pesar de las risas y aquella serie televisiva de bocadillos onomatopéyicos…- ; tampoco le ocurriría a DareDevil, al filo de un cadalso, de verdad… flotando en cuentos como verdadero fantasma. Es lo que hay, desde las páginas de los antes llamados tebeos, que el fin no lo es… El Mal siempre responde.

Los Hijos del Zodiaco…

Por tanto, visto lo no visto… Bullseye es un Joker – acompañado de un buen talegazo del Rojo…-  que por la endiablada fortuna, no acaba convertido en triturada papilla. En otro acto milagroso, tal que recibir puñaladas, sangrías y… algún disparo en un ojo. Eso es lo que tiene la ficción, que se lo pregunte a los protas de Lost...

Eso tiene también la fantasía, que si se tiene que volar, se vuela, y si tienes un aterrizaje forzado, no pasa nada. Otra vida, como Zodiac que nunca fue descubierto policialmente, al cien por ciento… Esos evadidos de la justicia, son crueles en los cómics también, misteriosos en acertijos,  inhumanos indescifrables, sanguinarios irredentos, depredadores insaciables, locos… como el Joker con sus bromas y la mueca, anticipada  de la chistera de sus bailes actuales… y actuaciones desencajadas.

Aciertan los disparos más reales de francotirador, directamente al cerebro de sus víctimas, el dolor y la burla, se unen como en la realidad, el artista se viste de Rorschach… los enfermos de psiquiátrico, al fin y al cabo, o como diría aquel otro, serán merecedores y pagados con el mismo sonido en sus cerebros. O no… escaparán como en una historia por capítulos, hasta que llegue otro más puntero, más temible…

Mr. Fisk, ahora, es el más votado por el pueblo… quién sabe cuánto durará en lo alto de la cima… donde estuvo el Pingüino hace poco, merecedor del gran título de Criminal del Año. Gracias a su fatal naturaleza que, es capaz de tomar sorbo sibarita, como de lanzar un gruñido apagado, al enlazar sus brazos y manos, con vehemencia. Y salir triunfal… Sin saberlo, en expresión del blanco y negro, tras aquel apagón buscado para incrementar la inseguridad ciudadana; frente a esta especie de murciélago carmesí, que converge con el dinero tecnológico de Bruce, pero con la justicia que es más ciega… la natural. Esperamos a sus hijos no putativos contra la Gran Mafia, y temblamos legalmente. Como Foggy fue la víctima propiciatoria, caída en reiteración emocional… lo que simplifica una reencarnación del héroe con problemas de conciencia.

Con Frank Miller, en dimisión, con o sin el Woody Allen de Historias de N.Y., con guión galimatías, tras parejas con cambios de parecer, tiros difíciles de explicar… charlas ´sopranas, perdón… terapéuticas` inacabadas, con la profesional en extraña reverencia, y alejamiento del Diablo, eso sí, con simpatía cogida por los pelos. Asesores que son hijos, que por ahora, definen diferencias gigantescas, un grupo de polis que, en Pretoria, serían carne de cañón… Más dudas,  caen como moscas y se reproducen como los pistoleros del Echo… al menos aquí ahí cadáveres, se ven tirados… Y lo peor, lo más fatigoso… el discurso en redes, que… mae mía… mejor no me decanto. Bueno sí, al grafiti con él.

Y esto es todo, queridos compañeros del Barrio Chicken, continuaremos con ese ojo avizor, y no quedar atrapados entre máscaras, evitando los pisotones en bailes patosos… Y especialmente, intentaremos no estafar al personal, con promesas que no se cumplen… ni existen, ni se desean. Musa, del espejismo...

Conclusión… Jurisdicción y letras.

El periodismo, o la opinión que no es lo mismo, aunque lo quieren emparentar… es un mero disfraz ante los poderosos. Normalmente… ya no existen hijos investigadores… casi todos se mueven por interés. O mucho peor, por simplismo lamedor ante el poderoso.

Algunos casos del pasado, se identificaron como verdaderos héroes, en soplos, históricos como watergays, por estado en el sito, como emisiones 5 de Septiembre, o el sorprendente Eleven… Mediáticos por  algunas sentencias condenatorias y, más o menos satisfactorias en la investigación como aquel Zodiaco, u otros más recientes, aquí o acullá… frente a los hijos del crimen, o el asesinato serial.

Pero no te confundas, actualmente, es más habitual… el dorar la píldora, contar trolas, emitir panfletos, sacar líneas de no sé qué red social… y bailar el agua, a un jefe. Y sino, ya sabes, al cajón de los traicionados definitivos, por hampa, o la profesión… Es lo que le ocurre a esa chica de Daredevil, qué no te la crees, y para qué su papel… Son historias fantasmales como la que ocurre en la tal, Holland, con un reparto curioso, pero con una sucesión de escenas, cogidas por pinzas, y otra en la nariz, porque las razones finales huelen… y no a tulipanes precisamente… Y eso que la perpetradora Mimi Cave, tenía como referencia la tensión devoradora de Fresh. La sentencia es calamitosa.

Siempre puede existir algún fantasma, en cada historia ficticia o real, como el Jack Duquese conocido como El Espadachín, que no da un sablazo en la serie ni queriendo; o como Giancarlo Esposito en el Estado Eléctrico que, que está pero no… Y Chris Pratt, que ahora parece un cowboy espacial en retirada… Y eso que el Espadachín está interpretado por Tony Dalton, conexión a Lalo Salamanca, de la genial Better Call Saul.

Ya no me queda nada más que corromper, en este proceso, caligrafía de otros más cercanos… o no. Solamente advertir, que habrá otros documentos, de Natchios, a La Mano, esperemos que sin desconexión Elektrica… y otra manita de Defensores, ay, ay…

Y al prometedor Muse, surgido en el auténtico 2016, que le den por saco… ¡Qué desperdicio de Máscara! Un recuerdo a Resurrección, Seven, el mencionado desbarajuste mental de Watchmen, o el magnífico Hannibal Lecter…  Ts, tss, tsss, síiii. Clarice, los cuadros, xDio. Qué hijo de… Jeckyll. Your Honor, con Bryan Cranston! Link conseguido, yeah!

 

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

Hijack. Season Crash.

 


El pueblo, unido o casi… siempre salva a… Bueno, Idris Elba los salva.

Durante un vuelo, que recuerda lo intrascendente de nuestra existencia, salvo para los más allegados… se produce un movimiento criminal, que puede imbuirnos a la catástrofe. Recordando otras temibles acciones, que supusieron aumentar aquello que los secuestradores serviles querían… propagar el miedo. El pueblo en histerismo colectivo, se levanta y quiere reventarlos todo… Idris, racionaliza primero, esto es un Hijack venido a menos. Por mis sant... a paciencia.

En este incidente caótico, una aeronave de Kingdom Airlines, number 2 + 9 , o eleven, unos secuestradores amenazan con estrellar este avión comercial, sobre el centro de Londres. Para evitarlo, se tienen que dar una serie de parámetros que, en esta ocasión, tendrán como finalidad una perspectiva más básica que trascendentalmente bélica, como aquella fatídica. Así predestinados los pasajeros a la catástrofe, la trama se va enredando con cierta sofisticación de recursos al alcance de la mente, del actor Idris Elba y ciertos métodos de comunicación…

Si bien nada que ver, con la traducción informática del título, esto es, ni malware peligroso al modo de un devorador africano, ni phising que valga hacia los jefes de estado, aquí más ocultos que en la película coprotagonizada con John Cena, ni siquiera con el key logger que abriera, no las puertas de la cabina de pilotaje… sino, de par en par, a un nuevo filme dirigido por Kathryn Bigelow, junto a Greta Lee (Muñeca Rusa, Tron: Ares) y Rebecca Ferguson. Actriz de moda tras protagonizar la serie Silo o su actual participación protagonista en M.I. Sentencia Mortal, las dos unidades universales de Dune con Timothée Chalamet que mira al Messiah (oh, Tyrese Halliburton…) y espera la conclusión, o inicio tal vez, de los todopoderosos gorrillas, Peaky Blinders.

Cuando todo parecía vaticinar el estropicio capitalino, silenciados tal que advenediza pandemia vírica a los ciudadanos, todo se cierra en banda, incomunicándonos… y mientras políticos empiezan a tergiversarlo todo… ese hombre solo, pensando en su familia sanguínea, empieza a caminar por el pasillo entre fuselaje atestado, intacto aún, como un John Wayne negro, dentro de la mítica película del maestro John Ford, El  Hombre Tranquilo. Sin amo, ni amor, eso sí.

Y se enfrenta a las circunstancias, como si de un videojuego online se tratara, armado de joystick, bolígrafo y una paciencia infinita, tal que un vuelo transatlántico con nenes pequeños a bordo pataleando tu asiento… a 4 + 1 pistolera, en busca de… ¡No recuerdo ni la cantidad, ni la madre que los parió…! Pues, la historia es cuadriculada y lo más importante, es la presencia de Mr. Iris… y al resto que le den morcillas. Por ende, lo esencial es que somos carne de cañón… ¡como siempre!

Volando voy… Volando vengo.

Hace una enormidad de kilómetros, los correspondientes a 25 años, que el vuelo 209, once sumando, comandado por nuestros, Jim Abrahams q.e.d. y los hermanos Zucker, gritaron armados de todo tipo de herramientas para el sacudimiento ¡Airplane!, o Aterriza como Puedas.

Al que luego, acompañarían sus secuelas, ya menos estratosféricas en risas, y un sinfín, de otros complejos viajes, más o menos, dañinos o llegando a lo apocalíptico, como aquellas naves de 2012, el año en que todo acabaría… y en eso, estamos… La historia de la humanidad está repleta de esas figuras, que se creen tan preponderantes – a la fuerza, normalmente -, que ejercen su poderío, oponiéndose a la libertad o la vida de los demás. Y sin ningún respeto, nos convierten en objetivos.

Se ven tal que caballeros de la justicia, sin orden, condición, ni caballerosidad ninguna, y se distancia entonces, de aquellos de nuestras letras doradas, a través de la pluma de Don Miguel de Cervantes Saavedra, que creo el mito de la enloquecida elegancia semántica y paradójica… La verdad, mi querido señor como diría el buen Sancho, al Caballero de la Triste Figura, es que no son gigantes, sino pistoleros escupiendo fuego, o no… sin yelmo, coraza, dama, ni Panza…

Únicamente, exigencias. Lo típico en una historia macabra para asustar a los inocentes televidentes, o lectores de tragedias épicas… en los móviles. Dicho, y examinado, concienzudamente… por los detalles y los vaivenes caprichosos, hasta el ras del suelo. Aunque, entretener, lo hace, y basta… ¡Apagando motores!

El Echo…

El eco de todas aquellas desventuras al vuelo… las que duraron 7 horas como una real, aunque no tanto caída por las escaleras de Los Intocables de DePalma… o empezando por peripecias pletóricas a lo Sully de Clint Eastwood con Tom Hanks. Las de aparentes héroes trágicos como el Denzel Whasington de Flight, contrabandistas a lo Tom Cruise, piratas a lo Mel Gibson en Vietnam; por descontado, es que se zarandean entre el drama psicológico o ético, y la violencia girando en diferentes conflictos. Aquí vamos a hacer un apartado… un reservado con diversas calidades para la celebración, o la eyección sin complejos…

Empiezo con el viaje accidental del Jurado Nº 2, donde el director casi centenario, demuestra su buena forma mental, para retratar la realidad según nuestras amenazas modernas, que surgirían desde cualquier momento de debilidad, o fatalidad. Mientras su compañero de fatigas, se sumerge a producir los Masters of the Air y poner voz a los verdaderos en el documental The Bloody Hundredth. Una misión acrobática, que ha ido transformando al Elvis magnético, Austin Butler, en una estrella de la velocidad, catapultado por la odisea de Ari Aster Eddington, la Bala Perdida para Darren Aranofsky, y en expectativa fogosa como The Barrier en el espacio, terrestre en Heat 2 de Michael Mann, más piloto de carreras en American Speed, junto a Tom Holland.

Casi ná… Y mientras Mr. Cruise sigue en piruetas acrobáticas por los cielos de Europa, o bajo del maaar, como entonara aquel otro… las siguientes noticias, no son tan rimbombantes o estratosféricas. Pues, lamentamos profundamente, salvo algunas palabras dedicadas de Mark Wahlberg a sus compañeros de fatigas, que el Flight Risk emprendido por Mr. Gibson es precipitación al desastre, sin contemplación, como lo fue para Wes Craven en Vuelo Nocturno o Red Eye, no sé que tiene que ver... Y un Equipaje de Mano, de Collet-Serra que interpretado por Taron Egerton, pasa de ser un Rocketman de leyenda y magnífico corresponsal en serie Black Bird, a transformarse en un simple, héroe de acción. A veces basta, y otras no… Cosa que le ocurre a Jean-Claude Van Damme en El Jardinero, hace parodia de sí mismo y divierte más, diferente a lo habitual pero a la francesa, y en silencio, mejor… No confundir con serie.

Así, acabara el ingenioso, Alonso Quijano, o fantasioso, aturdido con sus huesos molidos, al emprender batalla contra aquellas aspas, tajantes,  que dejaran maltrecha su triste esencia de contrincante, ya no tan eficaz, no tan majestuoso, para artes bélicas, y físico. Como otro que yo me sé…

Y no me refiero al triunfal Jack Quaid en Novocaine, que lleva también  carrera meteórica coordinando su papel en The Boys, una aparición singular con su Compañera Perfecta y este joven tímido, superhéroe forzoso, con otro de ciertos problemas cognitivos, frente al crimen, en forma de secuestro en la futura Neighborhood Watch. O esos Jefes de Estado ya nombrados, junto al británico Idris Elba. Y el último Eco, de Marvel violento a Disney…



Entre el bien y lo peor, es adentrarme de nuevo, en el mundo de Marvel de la televisión, a través de la serie homónima, intercalada de h aspirada americana… y decir que, a pesar de sus apariciones voluminosas y ese magnetismo de máxima violencia, tiene momentos repetitivos, que te hacen encabritar. Primero repites escenas, y luego no piensas, patada al frente y lo salga… Se queda en artificio para ejemplarizar el espíritu tribal, con Maya López, de la que no conocía spin-off con Hawkeye – como se dice artrítica y semánticamente, hablando -, y más, hija de Caballo Loco, con patrocinio del Kingpin, por los cuernos malditos del Daredevil. Qumaldecirá de nuevo, en próxima amistad… Espero pronto.

Y en esas estoy, para recordar el incidente propagado durante un  September 5, en Juegos Olímpico del Munich en el 72, con cierta tonalidad sepia… que produjo una masacre que se va repitiendo periódicamente y esparciendo como la tinta… Bajas por ambos lados, en cascada oscura, y una maldición interminable… esta Violencia que, nunca, triunfa, sólo sacrifica. Aunque, intentarlo… una y otra vez, otra, otra, otra… y así indefinida… mente. El filme dirigido por Tim Fehlbaum, es una clase teórica, de historia de los atentados sangrientos y la práctica tecnológica, sobre una televisión en directo, en crecimiento experimental… Hasta la globalización, qué asfixia… o contamina.

Además con, el Peter Sarsgaard que tanto nos atrae en sus proyectos, y que está metido en piel de Doctor, con el remake versionado del maravilloso blanco y negro, La Novia de Frankenstein, del genial James Whale. Formando triángulo prometeico, con  Jessie Buckley y Christian Bale, y siendo cuarta pata, el ojo dramático, y temporal con la ubicación, de Maggie Gyllenhall en una dirección, en los Chicago 30. Lleva por título, esquemáticamente, pero rotunda… The Bride!

Para concluir con estos monumentales, desastres y otros desmanes éticos, diabólicos, diremos que en Laroy, Texas… se sigue intentado descifrar, qué ha ocurrido en el lugar… pero ni los divertidos John Magaro – de Orange the New Black y parte de ese elenco del 5 de Septiembre, o The Bride también, la conexión -, ni el Steve Zahn que anduviera en Dallas Buyers Club y Silo, otro viaje, va a ser partener de Samara Weaving en el título Eanie Meanie, un nuevo ejercicio de resistencia femenino… Y prometo que algún día, me pondré con la visualización de Ash vs Evil Dead… estemos Ready, or Not!

Y en aquel 1968, qué tantas conexiones con todo tuvo, y consecuencias, que pasaban del dramatismo de la guerra a, un mundo en cambio, con corcheas... Que pronosticaba que la música Rock & Roll, iba a realizarlo como en un circo vital, episódico, que no llegaría... Hasta que décadas después, la tele trajo el brillo, una ilusión algo inocente, con el colorido de Taj Mahal, las destrucciones sónicas de The Who – ahora en despedida de los escenarios -, la inolvidable Marianne Faithfull, la creación cuasi profética del único Dirty Mac, - bocinazos aparte…-, y sus excelentísimos señores, majestades luciferinas, The Rolling Stones.

Era su mejor momento, su estado de Gracia total, en catarsis rítmica, y del pensamiento, pero no preguntes su nombre… Era el The Rolling Stones Rock and Roll Circus… Ya te digo, y te echo un envido, Mr. Richards, y Mr. Jagger… ¿os atreveríais a reinventar algo, parecido o no, ahora con lo digital y la AI, eh? Ahí, queda el link… ¡Reto Endiablado! Oh, yeah!

 

Qué Será, será... The Kingpin, te lo dirá...


domingo, 18 de mayo de 2025

From. Season I, II &…

 

La vida, se dice que da muchas vueltas, como a los protagonistas de la mítica serie Lost. Como lo fue para las producciones de un joven J.J. Abrams, que cambió – dos años después del estreno, el vuelo con los compañeros de Disney (Touchstone en un principio) a su propia participación, vinculándose a Paramount Pictures o Warner Bros. Algo menos wokeros, pero habría que confirmarlo...

Así, después de aquel programado incidente que transcendería en la historia de la televisión - como hiciera en el pasado Hitchcock o David Lynch, con su afamada serie Twin Peaks -, fue un nuevo impulso que propagó el suspense, dentro de un grupo dantesco de sobrevivientes misteriosos, con conversaciones distorsionadas por el tiempo, las formas de caer… y algún ser, oculto. Y que ahora, está embarcado al timón de M.I. con Tom Cruise, o la nueva película de Ewan Macgregor de título Flowervale Street y se comenta de la adaptación del personaje Emilly the Strange, en animación de miedo… En series, tenemos a Duster, próximamente otro mundo oscuro en Demimonde y la animación de WB con DC, Batman; The Caped Crusader.

Pero bueno, ya llegará el momento, como en 2004 les llegaría a todos su Sanmartín en aquellas cosillas de la isla… Un equipo monstruoso con Javier Grillo (en Embrujadas), Damon Lindelof el productor de las aclamadas Leftovers, con su binomio cigarrillos/desapariciones, incluso de imberbes, y Watchmen, que ya echamos de menos – ahora en preparación de serie DC basada en los Linterns -, y el director Jack Bender que pasara de la mítica Con 8 Basta o Falcon Crest, a muchas otras comenzando por LosSoprano y sus comidas de coco, Mr. Mercedes y las comidas de otras cosas de Juego de Tronos, hasta estos que sirven de aperitivo de De o Desde… MGM.

Faltaría un motor, en el surrealismo terrorífico, con toques circulares, contagiosos o catárticos, como el showrunner John Griffin, y empezaría con aquella famosa tonadilla versionada por The Pixies… Qué Será, Será… La otra pata novedosa que nos traslada en el tiempo del surrealismo terrorífico, circular, contagioso o catártico, es la del showrunner John Griffin de esta From de MGM. Y que empieza con esa famosa tonadilla Qué Será, Será… y no sabremos que más, si la felicidad o qué, en aquella From.

Entrada en… S. XXI

Trascendental para los aficionados de series, con giros entre el suspense y terror básico, sin embargo, un hueco para el presente, salvo capítulos esquivos… que comprometió a terminar algún lustro. Me pesan los años y las temporadas, perezosamente… En cambio, serviría como base referencial a otras producciones futuras en el fantástico, con elevaciones metafísicas y oníricas. Ni confirmo, ni desmiento, pero comprobando la actualidad, así lo creo… Los resultados se marcan, con sal, sudor y sangre, entre naturaleza de las cosas y estereotipos… ¡humanos!

Dos décadas después, la mimetización narrativa es un hecho, con recambios más o menos acertados… A veces, muy esquivos o dudosos, pues muchas series que empiezan desde ese punto de partida interesante y visiones provocadoras, se someten al torbellino inabordable… Dar vueltas a temas sin arribar a ningún lado, esto es, perdiendo a parte del personal según avanzan los capítulos - o más bien se eternizan las temporadas en busca de un final, o no…-, produciéndose un cierto vacío existencial. Como cuerpo vaciado o sin vitalidad, emergiendo errores en los rincones, conspiraciones sin sentido y paradojas, monstruosas.

Donde lo más dramático, sería la caída del favor o el interés del espectador, como disfunción definitiva del entretenimiento. Y eso no, from… lo que seas.

De… ejemplos.

Hay vacuidad que proviene del desorden, o de la semántica embrollada, que perpetran una atención infructuosa. Y esto se puede parecer, a un tipo de muerte en vida. O sueño de relleno… Como algunas series modernas que crearon expectativas a priori… Yellowjackets en caida en barrena desde el flojo amarillismo de la segunda temporada, la flojera de Castle Rock, o el Silo en continuación precaria de escenografía. Ahogadas en la indefinición o el secretismo, que hace abandonar al término de la segunda temporada. Con demasiada floritura, hueca…

Para no recaer en un pozo insustancial, giros concéntricos a su base vertical, que se confabulan en nebulosas circunspectas de la razón. Es decir, hacia el tan temido… aburrimiento sin barreras… Lo mejor es echar una vista al pretérito... y de este modo, te puedes aventurar en el terror clásico de Mr. Romero, con ese grupo de gente acorralada, que tantas veces se copiaría en el género y otros seres, y disfrutar de nuevo de la llegada en blanco y negro, en La Noche de los Muertos Vivientes. Con un final, eso sí. Después del exterminio recalcitrante, con evidentes raíces apocalípticas, nos precipitaríamos a todo tipo de situaciones monstruosas, con o sin resolución, pero entretenidas o más allá. Y no un mero producto, para satisfacer los bolsillos de plataformas y sus jefes, basándose en algún trabajo interpretativo y poco más.

No te quedes colgado, tal que amuleto sin fuerza, ni recomendación mágica, cabreado por la falta de imaginación. Te voy a dar un empujoncito, al futuro, y no por esa condenada ventana… Pues todo lo que bien empieza, debe tener buen fin, para notable o bien…

De… Zona Prohibida

Pasa el tiempo, aunque no la sorpresa de aquel magnífico final… A través de aquellas X, cruces, en el camino de Charlton Heston. Estaba atrapado, casi solitario – salvo mona -, en aquel planeta de silencios y gruñidos, volviendo a un pasado, pretérito de la humanidad… maldita.

Esto significó el comienzo de una saga, tras el gran director Franklin J. Schaffner (Papillon, Los Niños del Brasil), auto diluyéndose, y llegando a revitalizarse en instantes de la actual digitalización, aquí que podría configurarse un círculo completo, sino se prolonga innecesariamente una historia interminable. Y sin más Atreyus, ni fauces draconianas… viajamos por el abismo, de travesuras sin vuelta, sitiados por monstruos, como los animalescos de aquel País de Nunca Jamás, o los monos voladores de Oz… Mientras, luchas por la supervivencia y el regreso, de este From, que tiene reminiscencias circulares, con los ataques en ciertos western, de la misma composición… O acaso no recuerdas lo de Little Bighorn, o su estampida terrorífica hacia el Ravenous o Bone Tomahawk.

Otras películas precursoras, como las de zombis de George A. por centros comerciales, o silos militares subterráneos… se distinguen en comisarías asaltadas en el Distrito 13 de John Carpenter, maldiciones vampíricas por Salem, o invasiones fatídicas con malditos de pelo blanco y ojos inhumanos, que serviría con paralelismo de crash en la aviación y los posteriores embarazos de From, con consecuencias angustiosas… Si es que aguantas hasta la explicación – yo no…-, hablando de niños perdidos. Y familias que intentan permanecer unidas, tal que una noche de Miedo, o los chicos Gecko o Harvey Keitel con Juliette Lewis.

Imagínate, por un irreal instante, que variopintos personajes se ven atrapados en especie de círculo vicioso e inexplicable, donde al enfrentarse a la naturaleza, según su conciencia maldita, sienten que todo ha cambiado alrededor. Alterado por un hecho, más o menos, terrorífico… animales padecen, se alteran en nueva etapa se subsistencia cuando aparecen, cuerpos, devorados por… bueno, eso no importa en esta explicación… Y entonces, como si fueras Butch Cassidy y Sundance Kidd en peli de George Roy Hill, subidos en su colina, como lo sería de otra forma contraria, el mismo Marlon Brando en The Chase de Arthur Penn… Bueno, pues eso… que empiezan las vicisitudes psicológicas y las muestras valerosas, para la supervivencia en grupo.

Así, van apareciendo carencias de víveres, supervisión de los cargos, control de los caracteres extraños, de hombres y alguna mujer primordial, las relaciones familiares, u otras sexuales… para defender o dar explicaciones, en islas solitarias u otras inmensidades con pueblerinos. Y comienzan los ataques de seres, humanos o no tanto, como muertos vivientes u otra especie de hambrientos, de carne o moralidad... Y en un pueblo…  que circunscribía a actores inolvidables como Michel Serrault o el incombustible ¡eh, con segundas!, amante de Haneke - por cierto también posee su Caché con cintas de vídeo -, que parecía la Nueva Escocia canadiense de From, sitiados sobre rescoldos, ya casi olvidados,  repetidos, se lee la denominación de Malevil.

Si bien, pudieran haber sido simios cazando a los hombres de ojos azules… Ah, y ya que estamos te propongo revisar una historia de supervivencia militarizada en el futuro, que haberlas haylas, hasta dominados por un individuo con mandíbulas de acero y sangre de sulfhídrico… una cinta que merecería una revisión de los 90, pues hay material de sobra al provenir de una novela del genio Philip K. Dick, y se titularía La Segunda Variedad, o Screamers con el inolvidable Peter Weller, también conocida como Asesinos Cibernéticos. No es Aliens, ni Atmósfera Cero, pero tiene su encanto, aunque se podría renovar. 

En todas estas situaciones límite, se produce paralelamente la búsqueda de comunicación con otras gentes, capas, o mundos paralelos… como existe algún médico, en la sala y un personaje que pulula por ahí, con ciertos toques misteriosos. O desajustes mentales… aparentemente.

Lo importante, es no dejarte apalancado, ahí colgado de una X en el valle de la muerte, ininteligible, sin ton… con nulo recurso para concluir los términos expuesto o acuerdos, que firmaste… o no son. ¡Diablos from…!

Naturalezas… muertas.

Es caos, verde eléctrico… inhumanos, zombis, sin cerebro, excepto aquel de Day of the Dead, claro,  el sistema supera la descomposición de ideas, de mundos superpuestos, que mutan en distopías voraces o Zooapocalipsis, tratando nuestra condición humana. Y sin caer en zonas reiterativas, invenciones frustrantes, que causan desolación o más, fatalidad de necesidad. Particularmente evitando ese distanciamiento… con imaginación.

Para rodear la nada, es preferible la misma cabeza. Que sirva de talismán en las siguientes, y cortas preferiblemente, temporadas.

Salar las piedras rodantes o, canto rodao en el camino común, donde no esté ausente la implicación imaginativa y esa mirada lógica… necesaria. Lo difícil que es sobrevivir, a los amaneceres, anocheceres, una y otra vez… con algún arco iris de fondo, y sus doroteas multigénero, gritando sin ton ni son… Donde agobia un poco, tanto alarido de From… ¡Vamos, como si fuera un festival de la canción…!

Más, si es en sueños a lo Freddy Krugger… demasiado revoltijo ya, alejados de aquel horizonte primordial, la intranquilidad. Tras esa espiral en que caíste, o te embarcaste… como El Incidente. Y ahora, en cambio, el barquero o piloto, parece ausente. Y te sientes abandonado a ambos lados, u orillas… limítrofes. Porque el mago, lobístico y algo cabroncete, te deja plantado ahí abajo, con gases y sin globo… Por tanto, la muerte serio-lógica, es un hecho.

Cuando en aquella primera temporada, se prometía un potosí por calidad visual y narrativa, ahora, implosiona con ocurrencias fantásticas, de por aquí y por allá, sin definición… Explicación, ni mentar… y convertirse en lugar sin retorno. O autobús sin conductor, consciente, que replica los males, indefinidamente, creando monstruos internos, o nuestros propios cinéfagos, cortando las conexiones, a una vía bien muerta. Irrecuperable, por mucha bilis que le pongas al asunto… ¡Qué tampoco valdría de mucho, verdaderamente! No entiendo ni pajolero, Víctor… Frankenstein. El del chaleco, amarillo… digo.

No existe, un Mr. Lynch del surrealismo, entre pesadillas o los sueños, intranscendentes, como sustos en la historia. Sólo queda la buena ambientación, los espacios naturales y los ocultos, penumbrosos, fuera de visiones tremendistas contaminadas. Mientras una coalición de monstruos repetidos, que andan, depende… empiezan a pensar de alguna forma, sacándote de quicio, y se alimentan… ¡Para qué…!

Creo que voy a cortar, durante algún capítulo de esta tercera entrega… ya no va más, como diría un juez corrupto y manipulador… Es la guerra, a esta naturaleza caprichosa y caótica. Muerta, por indefinición.

La Dimensión… Desconocida.

No creo, como he dicho, que vaya a llegar ahí… pues, tras la ventana ya no quedan ganas, de asomarse y transferirte a esa dimensión real. Ciertamente, prefiero ya, Strangers Things, y acabar con todo el maleficio… como dice la canción… Ya nada importa… Todo tiene su Fiiiiinnn. O Filme, firme.

Pasando de diálogos carentes de ingenio, personajes trillados, ideas que no se desarrollan, hijos por nacer que no importan… monstruos pueblerinos del otro Fromville, que cargan un poco.  De los secretos inconfesables que ocultan, en un espejismo de complejidad que se siente… ¡No es para tanto! F/x a cuentagotas… de bilis o vías muertas en serie. Y lo tradicional de USA, con escenario idóneo para distopía de ultratumba, se reprime más, en la economía también, así como en los vaivenes temperamentales de sus personajes. Algunos, muy cansinos…

En familia, o comunales, juntos aunque igualmente, revueltos al fin, al término, la culpa de este caso es el del Show de Truman, que amenaza con salir al aire, y nada… Pero el real es John Griffin, con lo bien que había explotado primeros guiones, de Brad Turner (por ej. en 24), el mencionado Javier Grillo de Lost, o Vivian Lee, también escritora para el Cristal Oscuro. Junto a los famosos Hnos. Russo, los del actual Estado Eléctrico, me falta por visualizar, como El Agente Invisible; confabulados próximamente en siguientes The Warriors – basada en aquellos de la calle de Walter Hill -, otra para Butch Cassidy & Sundace Kid, también Hércules y, sobre todo, una serie Nemesis con el Gyllenhaall y la Chastain, en tonos rojizo-oscuros.

Catalina Sandino, es cansina en su nuevo rol, de los tiempos del cólera de Gabriel G. Márquez, sintiendo que se parecerá más a una visión, que a gremlins neblinosos de Silent Hill, o… y me lo había guardado para la ocasión final… ¡Al descalzaperros de la serie La Niebla! Ni por asomo, sombra de aquel notable, metafísica, mercantil y espiritual, filme de Frank Darabont. Y ahora que he visto, como en el antiguo desembarco pirata, la película parecida a la Dagon del Brian Yuzna… recomiendo la cinta irlandesa-islandesa, The Dammed, y sus hambrientos, mentales.

Definitivamente, el discurso lingüístico del From, se ha tirado por la ventana. Al otro lado… ya, en ese lugar indeterminado con el que siempre amenazan y promovido como juego… que no llega nunca. Como la solución a un misterio anterior, en mi última entrada… De momento sin solución también… Perdidos en la jungla… From Lost, to the River… aquel. Y la solución es… Di pistas en mi cuenta de redes sociales, X…

No, no es como, una picadura exagerada, hasta el agigantamiento arácnido del REC de Jaume Balagueró, a la francesa con reminiscencias raciales, Vermin… Aunque podría ser, una especie de plaga… Ni es capricho, de un mordisco vampírico en Salem´s Lot, o el abatimiento sueco de Moloch, de nombre extraído de la malignidad de la novela gráfica, Watchmen. Ejemplo de esas familias acosadas por lo diabólico y surrealista en francés… Meanwhile on Earth, con cortes serrados en el bosque, Desapariciones, tan desquiciadamente sangrienta como anárquicas en el fin, y Esperando la Noche… vomitorios de sangre bajo las ciudades dormitorio. Y todo para decir… la familia se rompe…

Aunque Nunca te Sueltes, querida, como Halle Berry. Que, siempre, puede haber una hermana que, tras el fondo del pozo… renazca de la Naturaleza Muerta. Resurrección de cine, del miedo metafísico, familiarmente hablando... Qué podría ser la siguiente… ¡quizás!

Te contaré que este esclarecimiento del asunto de marras, desmantelado cuando vea algunas cosas más normales o veraces… además del nombre silenciado de aquella. Es un caprichoso tema… entroncado con el globo, global.. Sería, será real… no profundo… O sí...

domingo, 4 de mayo de 2025

Wolf King... y Dama.

 


Escribir a veces, consiste en conectar… Otras es una inmersión a las catatumbas, entre los héroes y los monstruos propios.

Buscas la historia, recreamos, vivimos los personajes, hablas sobre sus fantasmas, y aquellos nuestros, que recuerdas, conquistas territorios, visitas sueños y ciudades, hueles, ves las marcas… de garras, u orines en los muros. E investigas en las viejas leyendas, ésas mortuorias, con sus sombras acipresadas, que pertenecen al imaginario colectivo de la humanidad, e inhumanos desórdenes, y fondeas sus civilizaciones. Entonces… 

Algunos, lo relacionan con imágenes, en retratos y el cine, como era de soñar. Y todo empieza a cobrar vida de nuevo, se diversifican los géneros, guiones se ensanchan  y aparecen los misterios, los gestos doloridos, el ataque, la sangre… los aullidos. En ocasiones, veo… pero no. El último suspiro de sus víctimas.

Muertos, ni resucitados con el rostro desgarrado, apenas, sino que describes las escenas que te visitaron en salas oscuras, o en escritos, fantasticos o críticos, entre los ojos magnéticos... rojos electricos, como aquellos del transiberiano; y las cuestionas o las haces crecer más aún, dependiendo de tus antecedentes visuales que enfocan una vida, narrativa naturaleza, o gustos varios del escritor. 

Y en el caso del miedo, buscarás una serie para complementar aquellos hitos, no de guionista porque no estudiaste lo suficiente, las historias. Te dedicas a contar, sugerir  alaridos, nocturnos como tú,  más bien, para rematar, tu misma no existencia… Por ello, ay, no siempre todo reluce en la obscuridad, y los cadáveres menos, fagocitados por la memoria. Pues también existen esos lodazales, donde te metes, con las zarpas hundidas hasta los tuétanos, estridentemente dispersos. Y toma resbalón caótico, por el acantilado... Una mente menos... inteligente, o no. Elegiste, regular...

Así sabiendo qué, no existen habitualmente, en postreros tiempos al fulgor de plataformas, demasiados antecedentes de calidad en las nuevas producciones televisivas, como las había o hubo antaño – vaya ud. a saber el porqué…-, te lanzas o deslizas hacia la fatalidad. Con facilidad en el engaño, echando la vista atrás, y comienzas tu propia emisión de los recuerdos. 

Y aquello que visualizas en penumbras, de señales que fueron catódicas, en el pasado, tevives otras, comparadas con esta, que no es lo que se esperaba en realidad. Ya que el miedo no aparece, el sopor te invade, la dimensión se queda corta, el rojizo no pinta las puertas de tu aldea, los diálogos empobrecen y… la animación es decepcionante, cuando no… irritante. Menos lobos, ´caperuchones`…

Acá, me hallo…

Ahora, reconociendo en el agujero que me metí – suele acontecer aveces -, movido por unos dedos desconocidos, criticones y desvalidos en el terror actual, fílmico u otro, como si no hubieras destripado ovejas junto a Joe Dante, desayunado en baredms de carretera desde Aullidos, hasta sus gremlins que parece, prometen volver a desencajarte, en sonrisas de cine por otra noche navideña, después de las 12; o a aquel inaudito y sorprendente en todos los sentidos, John Landis de Un Hombre Lobo en Londres, que ya he transformado en metáforas aquí. Un director de miedo, tras haberte sacado risas de verdad, en desmadres y ritmos emparejados de granujas y rock&roll. 

Eso eran joyas que respetaban, clásicamente, a las imágenes prostáticas, artesanas, sobre piel de Lon Chaney Jr., o del  Bela Lugosi, que gracias a un casi olvidado director, George Waggner – que a posteriori hizo la serie del Lobo Solitario -,  y con la sangre heredada de aquel, Hombre de las Mil Caras, - practicamente padre y hermano de ambos -, y que sería monstruo, y del cine, fantasma de la ópera, jorobados varios, hombre sin piernas y garra humana, clown, Corazón de Lobo. Todos formaron parte del clan...

O las carcajadas con Abbott y Costello, pasando por las sombras en blanco y negro, del Jacques Tourneur para la Simone Simon en Cat People para RKO, otra loba más felina, si cabe. Para resucitar de las cenizas y baños de balas de plata, con versión sexi de Paul Schrader y Natassja Kinski. Luego, descargas de Claud Raines que estuvo con todos aquellos primeros mons… genios, como también Curt Siodmak cogiendo la historia de aquellos mitos y terrores nocturnos medievales… Ah, y al Perro de los Baskerville, gracias a la magia suspensiva de Arthur Conan Doyle y el director también olvidado, Sidney Landfield... Que estaría bajo las zarpitas inolvidables de la serie La Familia Addams. 

Incluso, o además por supuesto, a nuestro Paul Naschy que fue nuestro padre-abuelo, lobezno, y el salto por Terence Fisher con la Hammer y Oliver Reed, en peludo bípedo de sed de sangre visceral y rica carne inglesa, como la Marca de la Bestia de Rudyard Kipling, que reencontró la Metamorfosis de Ovidio. Hasta el  Romántico gótico de En Compañía de Lobos guiada por mano de Neil Jordan, o la cataléctica Lobos Humanos de Michael Wadleigh, entrado en modernismo visual.

Algo temprano, como alejado de aquella primera Werewolf of London de 1935, tendremos que nombrar al genial José Luis López Vázquez, que seguramente vio patillas de Bogart, y a León Klimovsky, con mención básica a La Bestia debe Morir con Peter Lockhart y Peter Cushing.

Algo más olvidado, el Miedo Azul que se basada en 3 novelas de Stephen King, no menos aunque infructosa al fin, las Razas de Noche de Clive Barker (Hellraiser) o el Lobo de Mike Nichols y Jack Nicholson, y sin olvidar, el pelotazo en los test... que significo el Thriller de Michael Jackson, claro.

Más sangrienta Dog Soldiers, como el primer Underworld y la Caperucita Roja de los Grimm en la presencia de Amanda Seyfried, o la versión Marvel con Werewolves by Night, en tinta grisacea, con más errores que aciertos, como la visionada en actual grafismo. Bueno no, esta es bastante peor, triste o contagiosamente, como los Werewolves - si bien comienza prometedora bajo el encanto lunar y virico -, hasta la dexepción de un Despertar de la Bestia… Y bastante más dramática y atractiva en familia, es Wolfman, con toques al estilo La Mosca de Cronenberg, que sin hacer alarde de maquillaje, es coherente con la leyenda del Hombre Lobo. Algo así, sin llegar al desparrame sanguinolento, como fue la salvaje Sustancia de la directora Leigh Whannell. Ambas se desarrollan con muy mala leche, en este caso, cierta mala baba, vaya, frente al domesticado padre, o engendro.

Romasanta fue nuestro Wolfman íbero real, como Mr. Humphrey Bogart, lo fue para Mr. John Huston en El Tesoro de Sierra Madre. Y este final teletransformador, prácticamente místico y reverencial para aquella pantalla grande, vuelvo a  acordarme del documental Bogart: Vida bajo los Focos. Que nos expresa por boca de su hijo Stephen, todo lo bueno, lo oscuro, lo estiloso y lo familiar, que escondía bajo la gabardina, la estrella mayúscula. Con sus mujeres anteriores, sus balas silenciosas, sus pensamientos y Lauren Bacall, como madre felina de la camada.

Horripilante…

Veo veo, una serie – no me acuerdo de aquella otra ochentera, ¡jodía memoria…! Porque no siento otra idónea, para echarme entre estos colmillos desabridos… 

Se titula Wolf King y es como un juego de consola con personajes extraños, metamórficos, para la mediocridad... pues los gráficos se esmeran en rostros y están  abandonados para el resto de la anatomía. Casi redondeados a lo Botero… Vamos que son más amenazantes de cuello para arriba, y mucho menos ridiculos,  que los avatares de risa en que cambian de forma. Algo así como transformers chungos, rústicos digitalmente, deslavazados en movimientos, simples y desquiciantes, hasta el apagón generalizado en nuestros ojos, cuando entran en acción. 

Excepto por las miradas, relampagueantes, que te dejan fuera de control, y deseas aniquilar la tele de una coz. Es animación básica, digitalizada, para perder el tiempo en escasa renderización... Es más, ni la historia te emociona mínimamente, pues se asoma al abismo fantastico, entre un mapa vacío de curiosidades y transformaciones animalescas ñoñas, y que, más que enlazar con las historia del cine y la televisión, en detalles del horror, nos muestra una aventura que huele a chamusquina, de pelo de lobo quemado. 

Así que sin remedio ni tiempo que lastrar, intercalo, a cortitos capítulos, menos mal… con documental sobre algo monstruoso que ya había oído ligeramente, pero olvidé… Sí, sobre una generación evolutiva surgida de los 80, hacia las tablas. Y no de Doñana... Solamente en la estructura y los acontecimientos con sus monstruos, ya que la Strangers Things que nos espera tras la puerta arañada, o la memoria paralela, serán dos capis a tope. Mientras, ésta se adelantó – o atrasó mejor dicho, hacia la temporalidad del guión -, con su nombre propio, en la obra teatral, Stranger Things: First Shadow. 

Técnicamente una anormalidad teatral que no podríamos producir en un teatro de España, seguramente… mejor esperar, a la última temporada en serie Y sentir sus evoluciones creativas, y terrorificas. Así esta obra llena de retoques, revisiones y visiones monumentales de la serie, salta desde la platea inaugurada para recrear el Hawkins de Indiana, a aquellos orígenes monstruosos, que bailaron jóvenes, sin recordar que los pies de Noel Coward, ya danzaron por allí. Y dirigida por Stephen Daldry (Billy Elliot, Las Horas), se enmarca sobre la Dimension X de los Hermanos Duffer, con atavismo temporal, sobre tablas y espacios 3D, del mítico Phoenix Theatre de Londres, gracias a las conexiones digitales, efectos sonoros y gráficos fantasmas, que se proyectan hacia la obscuridad, de un público fiel y encantado. Ptecipitación de los recuerdos de la tele, al novedoso escenario. Y desde aquellos monstruos, a estos, paños, como mi afición de juventud por clásicos del terror. Y una época brillante, con despegue de f/x.

Nosferatus, espectros… seres fabulosos, con dientes o garras.

Esta evolución en el escrito, se dirigía a hablaros sobre una serie de películas – más una incógnita al final…-, que vinieron de aquellos magníficos seres, en rincones escondidos de la mente. Pero, muy vivos, pues a veces nos venían a visitar en nuestros sueños… y empapados, nos reíamos, porque la Hammer, versaba con líneas argumentales, y curvas imaginativa, alargadas como medidos colmillos.

En el proceso de creación, que siempre proviene de los textos o la literatura, delineada con el onirico expresionismo de pesadillas – y que en el teatro, se acrecienta con cambios de última hora en libreto y los nervios actorales para memorizarlo -, o pasaría a distinguir sus huellas que entre tiznajos en la noche, deberían llegar hasta nuestros días. Pues lo Clasico vale un potosí...  y Nosferatu es la tenebrosidad del siglo XIX a través de aquel Conde Orlok, que actualmente Robert Eggers ha descargado como una epidemia atmosférica… cuando Mr. Murnau convirtió en sinfonía estilizada. Inolvidable...

Nada que ver, o sí… depende del ataúd y las tierras, con la versión sobre la novela de Stephen King, Salem´s Lot, que acaba defraudando por sobreexcitación del director de Swamp Thing, y te deja un poco frío al amanecer. Con menos guiños de los deseados… y placer, de niños no vacunados, en esa rabia inmortal. Para eso, me quedo con la naturaleza básica de Arcadian del director Benjamin Brewe, también guionista compartido del filme Reptile...; o el suspense adiposo de Azrael, que sintetiza, sin paliativos, salvo una naturaleza brillante, que realmente, se siente opresora al rato, a una monstruosidad sangrienta protagonizada en trono del horror, por la salvaje belleza de Samara Weaving. Filme perpetrado por la malévola contribución sangrienta del director E.L. Katz, salvaje, con virage monstruoso, como su guionizada serie del monstruo sobre el pantano de Marvel.

Y en esas estamos, entre colmillos putrefactos en licuefacción catártica, infecciosa, cuando yo vine a recordaros mi libreto… Los Hombres Lobo. Y aunque como dije anteriomente, los Werewolves se quedan cortos – todo lo contrario a los de Minnesota vs Lakers, que devoraron… a regañadientes-, es un mundo paralelo, una peliculilla sin grandes ideas que empieza interesante, dentro de la pandemia epidérmica y más, per terminando el lastre visual y narrativo, por condensación lunar y numérica, on un horror de transfomación… 

Sí que existe un episodio contagioso que me induce a la intranquilidad desde la obscuridad, y me recuerda a otros, con una metamorfosis total - a pequeños pasos de insectos a lo efecto inhumano de Kafka -, y que empezara con imaginativos trucos de Georges Méliès. Después golpearon en ochentas, con invasión inimitable de La Cosa o aquella tétrica deportividad de Jeff Goldblum, desde La Mosca de David Cronenberg… ¡Qué de cambios miméticos sobre carne, sabe un rato…! Esto es, una inmersión malevola de humanidad, en Wolf Man, dirigida por uno de los colegas narrativos de James Wan – apellido de Man a 180 grados -, como Leigh Whannell (Insidious III, The Invisible Man) que vendria a retratar, el ocaso del hombre, padre y espíritu depredador…

Estamos de acuerdo, que podía haber sido algo más elevado, pero, la continuidad en el suspense y la infección familiar que produce, es convincente sobre el gesto funcional de Christopher Abbott (The Sinner, Kraven), que se come la escasez de dinero para efectos y los cambios ambientales en la producción, con sentimientos.

 Me complace, el ser, pues el lobo es un tanto mezcla de Alfredo Landa y Vincent Cassel en El Pacto de los Lobos, y  metido en, una especie de tenebrosa escapada al campo… donde las féminas están cogidas por los pelos, tal vez. Salvo la redención de última esencia humana, que pertenece al trio protagónico. La redención del amor acabado, y el paterno inmortal.

Y ahora, aunque no aparecen fauces animalescas, o cadavéricas muertes, si quería traer a un ser, de ultra-tienda, como aquellos juguetitos que se transformaban en muecas risueñas en Gremlins u otros muñecos diabólicos… Y es que se trata de otra maldad producida por el inquieto Mr. Wan con historia de Mr. King, que se titula The Monkey y tiene mala leche como las últimas perversiones de Atomic Monster (Malignant, M3GAN), y aparece como objeto destructor maldito que se trastoca en diversión, entre personalidades intercambiables, como las susodichas antes… 

Y sobre esta nueva ola, que se va corrompiendo poco a poco, y reapareciendo de vez en cuando, o fulmonada, a toda hostia que es el gore… más radical. Empiezas por un entretenimiento coagulado con miel con tropezones, Winnie the Pooh al Blood&Honey, y te pasas de frenada, describiendo las escenas purulentas, y esa fealdad estética o narrativa, que produce repulsión o traumatismo espiritual en Peter Pan, aún inventando un universo perverso de nunca acabar. Y ahí me detengo, entre polvo de hada, no inmaculada, pues, ya no sé si podría con Cenicientas o Popeyes… como tampoco he podido con Asteroid City de Wes Anderson. En fin… literatura en recesión.

… Y los restos.

No tiene demasiada suerte la labor novelesca de Mr. King, con otros acólitos de letras, pasando a la estampa... desde aquella Niebla que nos envolvió con bastante contundencia, gracias a la maniobra transformadora del gran Frank Darabont, todo lo contrario a la olvidada serie… como cambia el cuento. Aún asi, prometo volver al tema, ¡he dicho!

Y las últimas conexiones, que te cuento, que tienen que ver con lobos, o monstruos, son dos animaciones, que recomiendo por la originalidad y las transformaciones de sus personajes. Unas veces elevados como Orión y la Obscuridad, oniricamente, que además de entretener, puede ayudar a educar a los más pequeños… bueno no, con algunos añitos en la mochila de la escuela ya, casi en la Adolescencia… para discernir entre el mal y el bien versado, sin atender a fenómenos atmosféricos ni eléctricos… sino en seres, humanos, o algo así… Y la otra más ecléctica por canadiense... donde tratas con invasiones de ultracuerpos, zombis y animalescos, es Zoopocalipsis, que promete traernos más carne gomosa al estilo Cosa, en producción CopperHeart y voz en enlace extraño, del mismo David Harbour. Viscoso ¿no? Y divertida.

Otras que deleitarían, creo, están en retención logística como The Sinners raciales, o dobleces doppelganger a lo Lynch, esperemos, a Mickey 17 de Bong Joon-ho, que también conoce a los monstruos escamosos, la Parthenope del Sorrentino, que es un monster ítalo, todavía no galliocizado… Y amenazarían regresos, de más a menos quizá, o viceversa, que serían M3GAN 2.0, Crawl y Black Phone 2, Expediente Warren: The Last Rites, Return to Silent Hill de Chistophe Gans, el del pacto de lobos y crying Freeman… o los esperados 28 Años Después de Dany Boyle, el estilizado  Frankenstein de Guille del Toro, ambos of course, por supuesto, con exigencias… Al nivel de, Los Gremlins III con Chris Colombus evocando a Joe Dante, supongo… y la serie El Cabo del Terror, con Amy Adams, Javier Bardem y… link, Patrick Wilson. Ultratumba connection… ¡Eimmm! Vaya. Podía buscar más monstruosidades por venir, pero ya basta por esta noche...

Hey! Por último, resta la incógnita. Enigmáticamente, no contando el resultado… Así que… Este relato tenía que haber hablado sobre otra serie, pero decidí que no, por distintas razones… Y puede que sean… pistas como migas de pan en el camino de Hansel y Gretel – por cierto otra revisión de Osgood Perking, el de Longlegs y The Monkey, que poseía cierta maldad, pero poco más…- Avanzando... Comenzaré con la intriga en serie… 

Se podría relacionar con aquella mítida White Zombie dirigida en 1932 por otro semidesconocido, Victor Helperin, sin embargo, no diré en qué sentido… Y con Madge Bellamy que fue protagonista femenina en una mítica del primer John Ford, El Caballo de Hierro, título que tiene que ver en la correspondencia… más Robert Frazer, actor de larga carrera que se remonta al mundo haciendo en cortos de Robin Hood y termina haciendo La Diosa Blanca en plena jungla, ejem… y por supuesto, nuestro principal monstruo hoy, Don Lugosi Bela, que te mira con esos ojitos y te deja impactado, tal que si estuviera inmerso en una legión de hombres, o mujeres sin alma…

Aquel primer filme que trató sobre estos individuos, aún no saboreadores de cerebros… eran por consiguiente, un poco autómatas, robóticos, como un/una trabajador/a que se presenta cada día, a su puesto de trabajo, sin otear el horizonte, pues ya lo conoce… y todo a su alrededor es una jauría, de licántropos pudiera ser. Más o menos, como esos excursionistas que se adentran en la montaña, rodeados de pantanos o lagos indómitos, y se encuentran con la realidad… depredadora. Y luego, a posteriori nos los encontramos en teatros del West End, y te preguntas, éstos son zombies o fantasmas… Cuando da lo mismo, pues se presentan como dobles inválidos de aquellos que fueron, y tú no supiste ver… Entonces…

Después, cara a cara, con el Wolf King de los coj… el Macho Alfa… y vas entonando, “es una lata, el trabajaar… todos los días te tienes que levantaaar…”, ya que algunos/as se han acostumbrado a la vida nocturna y prefieren ir dando el cante, metiéndose en la sangre todo tipo de sustancias prohibidas… y la mente y la voz, cascan. A cruzar los dedos, con uñeros, para que todo salga bien, mucha mierda. Or, Shit!

El caso es que la chica, como aquella White, parece un zombie, andando por ahí como distraída… natural parece... pero posee ciertos gestos casi robóticos, como la Sophie Thatcher de Companion, antes de ser demolida espiritualmente por Jack Quaid (un adoptado por The Boys, y lastrado mentalmente con  Novocaine), queriendo gritar... Te quería o no, no sé, pero ahora soy libre, libre quiero ser… y con la teoría de la relatividad, no del Ser, sino de Einstein, monstruo de los números y la retórica científica, todo depende… Ya que en el espacio, aquel como el río de Miguel, y el tiempo, todo es relativo, pues tú, que no estabas ahí, debías estarlo, para comprender… y ya.

Y la gravedad, es que los protas, van aprendiendo a base de golpes, sobreponiéndose a las mafias, y sus propias identidades, desubicadas o atacadas, por los seres con fauces… Monstruos de vida… y contando con las masas inertes de los cuerpos, unos se salvan por la fuerza de la gravedad, inversa al peso, la liviandad de la inteligencia… y otros, se van hundiendo, como cadáveres en una inmensidad oscura… Y esa masa, no es la Masa Roja de Harrison Ford, transformándose en bicho sobre una curva espacio-temporal, respecto a nuestra visión de espectador o aficionado a los cómics... sino que es un monstruo paralelo, a la vieja Cosa, con la que los 4 Fantásticos, nos retrotraerán a un mundo clásico, lleno de nostalgia… en aquellos años, de los finales de Marvel, con los 50 a inicios de los fantasmagóricos 60, como clave... 

Donde The Thing será interpretado por Ebon Moss-Bachrach (The Punisher, The Bear), y además uno de los iluminados por Tesla… Joseph Quinn será la Antorcha, otro de los luchadores de Game of Thrones, pon lobos al reino, que estuvo con aquellos fatídicos de Overlord, y terminó en la cuarta temporada de Stranger Things dedicado a matar elementos fantasiosos desde un tablero… Vanessa Kirby llevaría la Corona, hasta convetirse en Viuda Blanca de Tom Cruise y prometer volver en Avengers Doomsday, la vieja y la nueva generación, de metamórficos de Marvel. Ah, se me olvidaba… y Pedro Pascal. The Last of Us, monster!

Al final, al borde del abismo y la finiquitación de la familia, por un tiro certero o una caída de zombies por un barranco… todo es redención, paz y amor… Menos, para el pobre Stephen King, Wolf King… Ya que, sus historias no terminan de levantar la cabeza… mirando al futuro… Aumentando la temperatura corporal, como Seth Brundle en la máquina, desesperada mosca… infausto interior, hasta límites insospechados… demasiado contagioso, de virus creado en laboratorio. Hasta salir alienados, echados a patadas… hacia otra Dimensión desconocida… O tal vez, tan solo… un espejismo de Nosotros, sobre el wokismo. Y ya... 

Sin embargo... prometo ponerme muy pronto, con la visualización en serie de Werewolf, creada por Frank Lupo, uno de los ilustres del Gran Héroe Americano y El Equipo A... Hey, y las desventuras del Sheriff Lobo, ¿recuerdas a Claude Akins...?Otro, ¿Doppel…ganger?


Cinemomio: Thank you

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