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domingo, 16 de noviembre de 2025

Foundation. Season III. Andor. Season II.

 


Están de moda los regímenes autoritarios… ¿Amigos, quién lo iba a pensar en esta época… a un lado y otro de la frontera? Después de esto y lo otro, de lo de más allá… Y da igual, con qué color lo mires… Bueno, no… Depende de si perteneces a uno de los grupos dominantes. Entonces, ¡parecerá lo fetén!

Mira vos, estoy hasta los hue… como diría Lemmy Kilmister \,,,/ “La vida es broma sin chiste final”, ¡fuck off! Y eso que un tal Isaac Asimov, qué algo vio de conflagraciones pretéritas… apuntó al futuro de la humanidad… se lanzó a la política sideral… entre imperios y demás… pero sin demasiado humor. Y oye, que sí, que los egipcios, chinos, o aztecas, también fueron imperios… y se pasaban los humores de otras tribus, a  cuchillo ¡Ah, pero qué no, no eran fascistas…! Pues vale…

Entonces el escritor - antes de nacionalidad únicamente rusa -, revivió esos conflictos típicos y mundiales, orbitó alrededor de las fluctuaciones de la historia de seres, casi humanos; y esas huellas malditas, hasta dos o tres quizás en el barro, marcadas por retratos de sus personajes, con sus pretensiones… y traiciones.

Sus planetas funcionaban con mega ciudades en su interior, elevadas a la enésima potencia, a cerca de sus posibles hundimientos, bailaron; trasladando la fe a sus pies, las que surgieron o surgirían, entre división de cabezas con ideas y fenotipos de ciudadanos. Poblaciones gigantescas con necesidades económicas y energéticas – qué es parecido -, creando poderes clonados, familiares o  escondidos, ocultos en la mentira que rula… siempre por las esquinas de la galaxia.

Con las alforjas de El Mulo, y la IA, en perspectiva.

Entonces… ¿de dónde sacó esas ideas… geniales? Definitivamente no, de la antigua unión soviética. Pues contaba tan solo con tres añitos cuando sus padres emigraron a USA, hacia prolífica y cimentada entrada en el   Brooklyn de Nueva York. Humildad silente donde al poco tiempo… se abre una modesta tienda de chuches por el barrio, con venta de revistas y periódico, donde se cimienta su poderío intelectual en la lectura.

El joven Isaac devoraría aquellos textos, desviándose, ante el calentón de su padre, hacia temas de tecnología y ciencia ficción, que eran su pasión. Además el chavalín, que entonces no portaba patillas, de tahúr pistolero del oeste, comenzó a destacar en los estudios y a publicar relatos avanzados sobre ciencia. Cosa que mantendrían en parte a su familia y le otorgaría con inteligencia y esfuerzo, un doctorado en bioquímica. Así que, se podría decir… que era un máquina, ejem…

Y entonces estalló todo en los inicios de los cuarenta, cuando el visionario escritor escuchó la guerra en blanco y negro, cuando contaba con sus veinte, y tenía arrestos para enfrentar a la otra… inteligencia. La de los objetos mecánicos… Y aunque, no prevalece aquí el hablar de robots, no por el momento… nos dejó esas leyes fundamentales para la inteligencia artificial, es decir, la creada por humanos, colgada de nuestro básico ordenador, urgida por el pantallazo… Hasta expandirnos en tres monolitos temáticos por el universo, simplificados en el inmenso poderío estelar de las palabras, que significan ramales infinitos, como las yemas terminales en los dedos de sus hijos con sus historias…

Hari Sheldon, la “robota” y el Mulo… triángulo estelar, cada uno de su padre o madre. Que no, de su imperio ideado, fundamentado en los Cleón, de nueva generación. Y descrito estilizado en genes, tal que Despunte, el quemado, el Día, mazado, enamorado y drogado, y el Ocaso, del que no diremos más... qué eso. Es Fundación, una aventura de clases, desde el tipo de vida orgánica, hasta la obsolescencia de la máquina, de la acción de una galaxia troceada, a la magnificencia de un imperio… y del fracaso.

Y eso lo hemos visto después. Por tanto, Ozi-mov es un visionario, quizá algo pesimista, un casi Ozymandias superdotado y poderoso, con sus sombras… que engendraría próximos hijos a la Fundación, con esta serie en general, que le hace justicia. A esperar nuevas eras…

Empiezo por el principio… o propago el fin…

Voy a empezar, por un eco que no, siempre, funciona bien… Aunque, tiene el valor de valentía… Y es, confiar el seguimiento de una historia y su configuración vistosa en pantalla, hacia profesionales que no poseen todavía, una experiencia determinante para su resultado final… y eso se acaba notando… Andor yo caliente, y ríase la gente… Del cine. Aunque el  poso tampoco es garantía de éxito, se decía, ya que lo hemos podido comprobar en diferentes ocasiones. Así, se podría decir que, lo que transcurre en más de una obra, es una mínima cantidad de aportaciones imaginativas al guión.

Andor es tediosa en principio, si bien, camina a su máximo exponente de intencionalidad victorhuguista en ese capítulo 8, quizás demasiado tarde… y lamentablemente existe poco remedio, ya que culmina la serie en lenta rebeldía hacia lo conocido. La Vida y La Muerte, en estrella. Ha sido mucho, lo que padecer o esperar… hasta aquí.

El tema político y social de Star Wars, traslada el scifi más moderno, que nos introdujera Don Asimov, como el nacimiento de un guijarro en el cielo, a través de huesos, y su propagación hacia otros mundos de la Láctea en propulsión inagotable… y su forma mental en la cúspide del humanismo psico-historicopolítico, pero no sexualizado. Hoy sí… Si bien, no tanto, como lo dramático del nuevo estilo Disney.

Aburre ya… el tema, no. Y nos devanamos los sesos con esas fases de un Imperio Galáctico, que no comenzó hacia mucho, mucho tiempo, sino en 1950, con princesas heroínas. El ascenso, entre el lugar de nacimiento de Andor y el walker de Tatooine, era variado y racial, sin pretensiones ideológicas, que describe el sistema social y la fuerza oscura, de manera costumbrista y vitalista. Los poderes al estilo del político romano, con sus traumas y júbilos, pasando por lo de las guerras clones, los senadores y todo el lío con el poder mental… y traiciones por todos lados.

Hasta el declive, cuando el Mulo - de Darth Vader -, se tiró hacia el abismo, o más allá, sin manos, para ser cuasi mecanizado a lo Frankenstein… Y del Toro no está aún allí, al lado del monstruo, como Mary Shelley… lo visualizó eléctricamente… Casi como un primer engendro mecánico... Así que, los monstruos del Séptimo Arte y la literatura, son inmortales, emergen chisporroteantes, entre el Ciclo de los Robots, con su incomprensión intelectual, y pululan entre vaqueros espaciales, rebeldes y paladines samuráis. No se sabe sin poseerán un alma en las sombras… según Asimov.

De la que surgiría tanta la obscuridad, como, de sus citas emergieron, amistades o admiración. Se ensimismaron entre ambos,  dos almas de su generación, aquel con pies en el barro y el fuego, entre la fantasía medieval y los dedos metálicos de su obra magna… surgida del real belicismo, Don J.R.R. Tolkien. Maquinó artilugios, seres, magia en mundos subterráneos o dorados, y lenguas. Y entre la superchería, las  guerras…. En fin, de la creación de piedras poderosas y metal incandescente, lo ennegrecido, ceniciento… que luego saltaría como mal a la mente, a los teletransportes de Star Trek, a los sables luminosos de Star Wars, y lo demás vulcanizado en Anillos… la destrucción y la vida.

Y en el cosmos de Asimov, excepto bichos que estaban por llegar… esparció todo lo primerizo, siempre, con permiso de otros, como Julio Verne o H.G. Wells.

A nuestro particular parecer, la segunda temporada de Andor, empieza a inventar, pistolas extrañamente láser, personajes inservibles, desde esa idea de John Knoll, que empezara siendo supervisor de efectos especiales en la saga de la luminaria, y la sombra, hasta Rogue One. Como padre e hijo, ya trabajó de la mano de George Lucas en Willow. Pero… un tan largo caminar, no hace camino al andar, sino laberinto.

Y a veces, con una salida tan angosta… ¡qué no se ve el final! Vale, hay personas a las que les mola todo lo de Star Wars, y el capítulo del estallido rebelde, marca la diferencia con el resto. Además la calidad visual y demás, es indestructible como una vena cargada de midiclorianos de fiesta… Mientras, por el camino republicano, otros se aburren como, ostras, en una partida de ajedrez tridimensional, sin sal ni nada, aplastada por el peso de su gravedad… Cuando la leve gravedad de ser, es lo que importa, el romanticismo y las amistades, quedan un poco, desmontadas… en un campo de simiente.

Entre rebeldes y fachas, se estableció el comercio de especias, armas apocalípticas en construcción y sectas de féminas, más otras sustancias, que manejaría Frank Herbert en su Dune. Y madres de varios tipos, enérgicas, amorosas, poderosas, chismosas… hasta descabalgar el método heurístico de Tony Gilroy en la acción, en cambio, con poca gracia, pues no es su especialidad precisamente. De hecho, el Cassian no emite mueca, ni chiste. Nada que ver con Luke o Han, of course.

Y es que, en ocasiones, 12 episodios, se hacen… molto longos. Y describen una elipsis hacia el fin, Disney Wars incluido, colorines de generaciones, descoloridos, bailes electrónicos – alejados de fanfarrias orquestales y ocarinas de jazz – y episodios perdidos de terror. Al menos, se mantiene el efecto de saga, gracias a los esfuerzos de su héroe masculino, interpretado por Diego Luna con esa pelea entre dos estilos, uniformados. El romántico y el cruel… Ellos mantienen, aquel recuerdo del primer viaje de George Lucas, y el decoro de los aventureros clásicos. ¡Oh, sí! ¿O no?

Uno, Dos… y Tres.

Algunos juegan a esto con sus pequeñuelos… y hala… a volar al espacio, como si fueran la reencarnación del Padre, el Hijo, y la espíritu Santa, o esa androide. Que, será la reina de la fiesta, entre aquellos y el Imperio… porque los saltos, son un juego.

Más otros alicientes, que han hecho de la saga Fundación de Isaac Asimov en la televisión, algo especial, con una calidad de diseño, magnífica, interpretaciones precisas, e ideas que han ido acumulando novedades, hasta esta tercera temporada certera. Incrementado la posibilidad de una PsicoHistoria para mantener en el recuerdo… Y si existiera otra línea temporal… ¿Para cuánto tiempo? Quilo sá…

En estos tiempos que corremos, podría ser un advenimiento de un nuevo  líder, o la defunción explosiva de una megaestrella… Pero, ahí quedará para siempre su brillo. Al menos, por un periodo de… no sé… cientos de años mulares… La ciencia ficción posee estos detalles, caras, que permanecen o se desvanecen, en la inmensidad, como lágrimas y no sé qué… No vamos a plagiar, ¿no? ¡Qué para eso ya están otros… pescando!

A Don Asimov, no se lo hicieron intencionadamente, creo. Sino que su teoría, significó el motor de todo, como la Guerra de los Mundos o 2001, serían enseñanza en sus tiempos, y escritos que formularon claves, observando, del pasado hasta no sé sabe cuándo… de un posible futuro asimovariano o sheldoriano.

Los Robots, como la María de Metropolis, indicaban la capacidad dictada por el maestro, en el ambiente humano social, ¿y laboral…? Balbuceos, miradas de incertidumbre, sentimientos que se empiezan a notar en todas partes… Tal vez, demasiado, ¿quizás? Y sí, nos estuvieran llevando al gran paradigma, de la capacidad intelectual… y el poder… esto es, a una encrucijada con el monstruo.

Entre tanto, el wokismo es el real… la pelea genérica de la confrontación futura, la discrepancia del tono, la intrascendencia del ser… hacia la uniformidad de la pobreza, y el caos en redes. Y la futilidad, del pensamiento crítico. Es lo que trae la radicalización, siempre…

Mientras nos quedamos sin trabajo, sin funciones, sin liderazgo, sin humor… como los alienígenas de Invasiones u otras tomas de Tierra… Hari, la “droidea rubia, tal que Afrodita A”, ya no… y el cruel telepático, de retinas invernales y coces de Mulo, os retan al juego. Al juego de los clonados… y su corona.  A ella, nuestra inteligencia artificial, que no engaña… Es, lo que fue, y lo que será, lo programado, al uno, al dos y el tres, repetido, de rebeldía a la uniformidad, for ever.

Ah, y algo en último término… ¿qué les ocurre a algunas series, últimamente… que se van al traste, durante el último episodio de la temporada en ciernes? Perdido, en el cielo de los millones de cielos… que te deja un poco planchado, por lo esperado. Deseando un empujón más fuerte y tensionado, que te mandara al otro lado de la galaxia, acabas desilusionado.  Vamos, que no acaba de reventar…

Y esa estrella supermasiva que marcaba los tiempos, a la espera de ser supernova brillante, para dejarte con la boca abierta, de par en par, humano mortal, a millones de años luz de distancia, de lo sugerido o prometido. Nada, en fin, agujero negruzco. Y acá estamos, con el wokismo subido, ¿o no?

Los trípticos no aguantan ya la superchería, la cosificación y el libertinaje, pues la psicología de Isaac Asimov, con grandes saltos temporales, ha ido acrecentando la imaginación post-histórica y política… sin parangón, aunque las series muten sexos y piel. Hoy, triunfan heroínas, o malvadas, frente al mal carácter o prácticas indecentes de los machos, y entes sin caché en el argumento. Esto en Fundación, es bastante menos pronunciado que en Andor, y se agradece. Basta ya, de atrincherarse en la división mental, por favor.

David S. Goyer (Blade, El Caballero Oscuro) y Josh Friedman, para AppleTV+, y Toni Gilroy, se basaron en lo belicosamente oscuro, para crearlas. Es lo que hay, y habrá en pretéritos… entre rezos, misilazos, guerreros, ultras variados/as, dictadorzuelos, de tres al cuarto, kilos de metal precioso, negocios ocultos… cuando un fotón de energía, tarda en llegar una eternidad…

Mientras tú, ahí, estás aparcado, viendo disparos desde un sillón… ¿Facha, rebelde… y qué? Qué no sabes de lo que te hablo… qué mas da, tienes todo un espacio entero, para investigar y meditar…

No cabe duda… las cucarachas eléctricas, serán las únicas supervivientes, soñadas por las inteligencias de insectos artificiales… ¡O no… hombre!

 


domingo, 19 de octubre de 2025

PeaceMaker, Season II. Invasion, Season III.

Nadie daba un duro por ellos… Efectivamente, son de esas sorpresas cinematográficas, que llegaron hace un puñado de años y sin conocer el oficio aparentemente, se hicieron con un pedacito de nuestros instintos básicos… ¡O corazones fílmicos!, hablando de John Cena y el jovencísimo actor londinense, Billy Barrat. Pero ya, se verá su vitalidad… ahora voy a remontarme a una toxicidad.

En muchas historias literarias, a veces las decisiones tratadas provienen de las coincidencias o de meras conjeturas, o improvisaciones… ¡A ver qué pasa! Y de repente, notas que se conforma una inconfesable película en paralelo… ¡Qué con el paso del tiempo, posee su propia vida!

Lloyd Kaufman tiene su historia underground, y la versión ingobernable del cine, creó aquella proclama de El Vengador Tóxico. En un barril ochentero, anti radiactivo y desacomplejado, que la productora Troma Entertaiment empleó para crear un negocio a parte. Sobre todo con el vídeo... y la extrañeza de muchos. Sería también autor de excentricidades gore como Sgt. Kabukiman N.Y.P.D., o la pérfida obsesión ultra sobre el amorío más famoso que William Shakespeare escribiera, con el rock&roll de Mötorhead y el tratamiento del incesto.

Y es que la promoción relativa del filme, Tromeo y Julieta, nos pone en un desfase de letras y las intenciones apócrifas del relato, y la anécdota  de los escarceos de Lemmy Kilmister con la interpretación. Y en los excesos de este argumento irracional, junto al gore más que explícito y sangrante, allí, aprendió el escritor de su padrino cinematográfico, un joven que es ahora dueño del mundo Marvel, creador de aquella perfidia y convertido en director de series y películas de éxito, Mr. James Gunn. Gracias sin duda a aquella radical relación con Troma, algunos no se lo perdonan, mutó a aventuras de Guardianes de la Galaxia. Y mantuvo el rock clásico en las cartucheras… o pletinas espaciales.

En perspectiva, ahora empiezas a comprender muchas cosas, en su relación con el humor, lo escabroso de ciertas relaciones, la polémica en Disney y las escenas de acción de doble sentido, redefiniendo los rincones oscuros de la galaxia, o el universo DC. Y claramente, PeaceMaker contiene algo de ellos, de los tromazos y de Star Lord, de la caballería, aquí cambida por su compañero alado… América.

Mr. Gunn surcó la polémica, en su crecimiento desde la natal San Luis de Missouri, al lado derecho del Mississippi en confluencia caudalosa con el ´river` del mismo nombre que el estado y ciertas ideas; entonces con el transcurrir y las vibraciones, te comprometes con esa inefable familia, de extravagantes, maltrechos y tóxicos maleantes… digo amantes. Los hermanos quedaron al margen aparentemente, excepto uno de los cinco, que nombre de Sean aparecería en próximos viajes, de raíces judío-irlandesas, mutó a Kraglin de un Capuleto infecto, donde estampó  aquella primeriza incursión con el conflicto shakesperiano de los Tromazos. Para acabar apareciendo brevemente en la Tierra de Superman, el extraterrestre humano de referencia, en un vuelo imaginativo de casi 30 años.

Y seguimos… pues ahí están los Vengadores… y más. Sería un Gunn licenciado en Artes y dibujante de caricaturas de, efectivamente  políticos, que se apuntaría al cinematógrafo tras la literatura. En prosa de la universidad, obtuvo una maestría, curiosamente, y en 10 años llegó  a conocer al mentor tromero, Mr. Kaufman, aprendiendo a contar a base de tromazos gruesos, sus guiones… Hasta despuntar con el Amanecer de los Muertos, y todo el mundo… Se cagó… y de risa también. Hasta hoy…

El Ascenso…

Hay tantas cosas que contar, qué se me juntan las historias como las canciones roqueras de una época… Pero, hace apenas 3 años que junto a Peter Safran, se les concedió las llaves del universo de DC Studios, como codirectores ejecutivos. Y la empezaron a liar decidiendo el futuro de Warner Bros Discovery, hasta desarrollar el denominado Elseworlds, al margen de la estratosfera mediática. O algo así… unas de cal u otra de tierra... Pues en esos lares, hemos hallado el notable policiaco negro con Robert Pattison de The Batman, de Matt Reeves.

O las animaciones de Teen Titans Go y Harley la Queen, y por supuesto, El Joker, que en paz danza. Una incomprendida secuela musical que desbarra para todos los cautos, y se podría convertir en unas lunas, en una auténtica obra de culto sobre la línea atemporal. Ya veremos, si sí o sí, no. De momento, en el margen más elevado nos encontramos a su Superman, saliéndose de excentricidades románticas y acompañado por Luthor que promete otras excelencias de cambio estratégico… Como el de Christopher Smith, en paradero paralelo, cuasi desconocido.

El Descenso… A Tierra 3

La verdad que el asunto ése, de crossover, esos de marras, me la traen al pairo… A mí lo que me interesan son las historias. Y en este caso, o en dos o tres, tengo que decir que, unas suben y otras bajan…

Peacemaker apareció como un guantazo y con sus temas ochenteros, dejó su impronta en la primera temporada, debido por una parte a sus personajes interesantes, comandados por Mr. Cena, y su familia encabezada por aquel Robert Patrick, de armas tomar, y otras cosas… Mientras que, en otra estratosfera confiscada por extraterrestres, me hallo en la frontera con la nave nodriza descalcificada, que vuelve a tomar algo de fuerza en esa especie invasora, que significa la tercera temporada de Simon Kinberg, yendo de aquí para allá, entre el terror de la primera y el aburrimiento de la segunda Invasion. Y en esta, casi definitivamente podríamos percibir, sin el nombrado actor Billy Barratt, que se metió en el Kraven de Marvel, y tras un cráter, con el profundo acojone de la cinta de Bring Her Back.

En este vaivén de sensaciones al abrir puertas, que te mueve por la hilaridad, los diablillos a lo Gremlins, y la pérdida de conexión con el pasado, también podemos añadir que, algunos superhéroes, fuera de la zona de confort, se suman al universo caótico en películas. Como los desconectados con el éxito de los grandes, en el caso de los Thunderbolts*, o el viaje al pretérito del cómic de los 40 y su serie de dibujos animados, a través de los Fantastic Four: First Steps.

Significa una vuelta de tuerca a los orígenes, a los trajes elásticos y azulados con el 4 – que parece un cinco -, y al cambio de paradigma del director Matt Shakman, que tras alterarnos con la notable WandaVision - y participar ocasionalmente en lujazos como Juego de Tronos, Mad Men, Fargo, Succession, The Boys… y otras -, nos ameniza con el sentimentalismo de los personajes de antaño, y ese monstruo de otro mundo, al estilo gigantesco de Harryhausen…

La historia es que, en el descenso de Peacemaker frente a la primera, hay una diferente convergencia en los tiempos de la tv, como la de Invasión, significa un leve ascenso… sin demasiada definición, a raíz de sus postreros capítulos. Mejor que la segunda, pero no demasiado. En fin, alienados, qué no alienígenas… Lo digo, por ti…

Y… los otros reversos.

Por aquí y por acullá, explotan naves que nos traen nuevos habitantes, y avisan con el advenimiento de otros, no tan perrunos como Supermán. Que producida por J.J. Abrams y su exitosa Bad Robots, parece más infantil que nunca, al contrario que el hacedor…  Para a continuación, seguir en perspectiva animada con un próximo Batman The Caped Cruzader, por el regreso al ruedo caleidoscópico del trazo logitudinal, la percepción cuadrada. Hasta redefinir la fantasmagórica obstrucción de las pruebas en un nuevo Constantine, en carne y hueso, dirigida por Francis Lawrence (Soy Leyenda, The Long Walk). Con Keanu Reeves, que deja de momento su incalculable progreso, también económico, con el sorprendente John Wick.

Además se confabulan en ampliar la saga llamada Batman Epic Crime, que empezara con la derivación televisiva de ElPingüino, y esa recordada, premiada pareja criminal de Cristin Milioti y Colin Farrell, a la nueva investigación, cuasi privada, de The Batman, part II.

Mr. Pattison de nuevo, sobre las penumbras de Gotham, cauteriza su  amor sobre la Zoé Kravitz, o no, que se debatiría con el Oswald Oz de Mr. Farrell, el Joker efímero de Barry Keoghan - imprescindible actor en Banshees of Inisherin, la excelente Chernobyl o el aterrizaje en Masters of the Air. ¿Y un amor inconfesable…?

Igualmente se espera la entrada en escena de Calendar Man, conocido en la obscuridad de The Long Halloween, muy al estilo de Zodiac, y un Mr. Frost intelectual, que fuera interpretado en tv, por grandes como Georges Sanders, Otto Preminger y Eli Wallach, y en la gran pantalla por mi anterior protagonista de este blog, Arnold Schwarzennegger. ¿Quién será el congelado afortunado? Otras apariciones… Hush, y el hijo Damian – no sé si referencia a aquel otro endemoniado -, y probable la vuelta estelar de Robin en mallas, frente a una Corte de Buhos… Pero todo se retrasa en The Brave and The Bold, dirigida por Andy Muschietti (It II, The Flash), por aquellas huelgas de guionistas y por la participación de Robert en La Odisea de Christopher Nolan. ¿Qué será de Robin…?

Sólo me faltaba que, a alguien se le ocurriera hacer una  incursión por el Egipto de los Faraones, a través de la figura borrada entonces, de Akenatón y Familia… y se tardara en realizarla, una… Eternidad. Mientras al Oeste del Mississippi, que no es aquel Este, ni mucho menos, litigan con revólveres y otras hostias, Gunn se cuelga del precipicio, en la lucha del Coyote vs. Acmé, y  se las tendrá que ver con Man of Tomorrow… creo que sin Alexandra Daddario, pero yo qué sé… ¡Lástima!

Por último, y por extenderme algo más en contextos futuribles… como las alas de un águila en vuelo… Nicolas Hoult on fire como Lex, y promete atracos al lado de la mencionada Zoé y la Anna Sawai de Shögun. Cuando otros empiezan a cargar un poco en Peace, excepto la sensación de Sol Rodríguez, ¡qué es un solete!, y Frank Grillo (Tulsa King) con el Rick Flag, se irá de investigaciones con Olga Kurylenko. Sin embargo, lo más importante, a mi parecer… es la aparición tragicómica de Michael Rooker (Creature Commandos, Horizon) que nos acojonara con su serial killer en el retrato de Henry, nos visitara con su silbido con los Guardines, y… joer, traerá acción a raudales, hasta Korea… y ¡AH!, otra visita en aquel reverso tenebroso de John McNaughton… ¡Sí, joder!

Y, ¿qué pasará con Mr. Cena? Se cogerá las púas y empezará a armar la tremolina en otros mundos… ¿Y Mr. Patrick? Se transformará en un T-1000 antinazis, y rearmará los pedazos de Mr. Rooker… Y ya que otros vomitarían con la versión de El Vengador Tóxico, de un  curioso director novel, actor extraido del núcleo de Oppenheimer, de la inmensa The Florida Proyect y el estereotipo habitual en La Cosa del Pantano, ¡vaya también en Green Room…!

Y de los reversos oscuros en las carreras de Peter Dinklage y Jacob Tremblay (Damian Wayne en los dibus, o como la voz del prota de Orion and the Dark), por no hablar de los injertos y los disfraces de Elijah Wood al estilo de Oz pingüi o un Frodo en The Hunt for Gollum, y del cazador Kevin Bacon de The Bondsman… quizá hablé un poquito más.

Y del baile entre Mike Flanagan y Stephen King… Muy lejos ya de esta galaxia… oxidada como los pasos en La Vida de Chuck. 



 


domingo, 5 de octubre de 2025

Love, Death & Robots. Season IV

 


En efímeras y postreras lunas, se ha retransmitido la emisión primeriza de la Comic-Con celebrada en Málaga, aún en la era española… Y nos ha visitado, no bajo la mirada de seres extraterrestre, creo… el legendario, ahora también comando de herramientas de trabajo, rey de Cimeria y destripa-predators en acción, Mr. Arnold Schwarzenegger.

Sin embargo, a parte de la realidad del actual estado de los Predators tratados por el director Dan Trachtenberg, tanto en la notable trigonometría cazadora sobre los tramos de Killer of Killers; esperamos el futuro cambiante de la división alien, ante ambigua teología depredadora con el horror y la supervivencia del individuo diferente en el próximo filme Badlands. De figuras kilométricas, o no, dependerá la altitud de Dimitrius Schuster-Koloamateng con su diferente físico ante sus enemigos; más la efigie ayudante, fría y cálida a la vez, según la AI variable de la Corporación Weyland-Yutani, que transmuta la bella máquina de Elle Fanning con la otra Wendy. Podremos disfrutar de su blanca palidz, en la serie Margo´s Got Money Truoubles, con su triunvirato Marcia Gay Harden, Michelle Pfeiffer y Nicole Kidman.

Aquella corporación, fue contra la que conspirara ese Boy Kavalier que iluminara con su lenguaraz discurso, como una especie de Chalamet diversificado por el actor Samuel Blenkin en Aliens en la Tierra, y sus aspiraciones que empezaron bastante bien – al Mr. Tyrell de Blade Runner -, han terminado por hacer aguas, causando severas dudas… Es una evidencia paralela, convaleciente a la saga que cerró hace poco, con extrañas metamorfosis e inteligencias caprichosas. Un adiós agridulce tras ese último suspiro horrendo de los xenomorfos, ains.

Arnold Schwarchie, en cambio, nos alicata de tres en tres, sus trabajos… ya que repartirá lores junto a Michael Fassbender, David Sandberg y Mr. David Hasselhoff en Kung Fury II. Podría desatascar un viejo estancado proyecto como The Legend of Conan y el dudoso regreso del guerrero cimerio, tras aquel éxito legendario de la jaleada entrega dirigida por John Milius, a mazazos por España… y la crisis primera con Dino de Laurentis… Y finalmente, apuntillando a un agente del FBI de nombre Luke Brunner, con parentesco cómico a su papel en Mentiras Arriesgadas, con cambio de la entregada Jamie Lee Curtis, con padre e hija por Mónica Barbaro (Top Gun Maverick, A Complete Unknown en conexión con la participación de Elle, otra).

Pero esta entrada, no se queda en la acción simplemente, sino que va de trabajos finos sobre el papel, o aquellas transparencias rotulables que repartiera el mítico Walt Disney a sus dibujantes, creando imperio del entretenimiento y económico. Pues recuerdo, recomendamos, una joya trigonométrica de Mr. Trachtenberg, a través de gestas belicosas contra depredadores, entre vikingos, cultura de samuráis nipones y esos pilotos de bombarderos U2, de IIWW que nos maravilló en título Killer of Killers. Otro nuevo llamamiento a la reformulación de la saga Predator ante su criogenización en siguiente proyecto animado… Suponemos…

Por consiguiente, vuelven éxitos de los 80 con fuerza, en las trilogías extendidas, según el misticismo que marcaron esos protagonistas en el recuerdo… Y rememoradas en solitario como el retrato monolítico de Sly Lives! De Stallone, o en tríptico más documentado  con sensaciones en retrospectiva. Más o menos acertadas en cada aspecto, narradas en memorias, o animadas por amistades a su alrededor, y algún supuesto enemigo… Mejor tras el retrato monolítico de Sly y esa simbología extrajera en la USA de Trump que, especialmente se fundamenta, bajo la serie de tres episodios. En representación de la resistencia, triunfo con trabajo, o el lanzamiento de esos utensilios de guerra, tras chistes.

Materias ocultas o emotivas, materiales inéditos, escondidos en momentos profesionales, sociológicos, personales, familiares o anecdóticos, que elevan la entretenida Arnold. Misterio con humor, curiosamente, sincero de dos personalidades, italiana, austriaca… depredadoras… o vaya ud. a saber si, alienígenas…

Lo que si se demuestra meridianamente, es una fuerza de voluntad sorprendente, para alcanzar esos sueños, o según Schwarzy, realidades visualizadas con anticipación. Por eso, y por el corazón…

¿Qué pasaría si… de pantallas, al cómic?

Sí ha habido ya, algunos casos… Existiendo algunos muy apreciados como el traslado de La Broma Asesina de DC, de la que sacarían provecho, sin preguntar si se apreciaría una participación al reescribir…

Y no controlando, por temor a encontrar una serie distorsionada o sin calidad en el brillo de la animación o los argumentos, de otras proyecciones a las series como los Marvel Zombies en el universo Ultimate, qué me da un poquito de terror, al igual que The Witcher… Y los X-Men ´97 o What if…?, de las que se exhiben buenas críticas… ustedes dirán… y El Blade Runner: Black Lotus, de la que prefiero omitir por ahora, al igual que la de su gemela japonesa en Lord of the Rings: The War of the Rohirrim.

Pues no, todas las producciones animadas tienen la calidad de transmutación que las de Sony Pictures Animation, como Los Starship Troopers o las dos entregas de Spiderman en el Multiverso, que son concepciones brillantes e imaginativas. También se reproducirán futuros proyectos que van del Hulk, al nombrado de Los Yautja en Badlands en sentido dibujado; pudiendo seguir aquellos pasos logrados del Resident Evil Vendetta, el notabilísimo Killer of Killers de Predators, y algunas excelencias de DC, que son multitud y de las que se espera acceder a la versión del Cruzado Enmascarado, en última redención. No la otra…

Pero, si hay una serie de animación que mezcla diferentes estilos con diversos medios y concepciones metafísicas, terroríficas o humorísticas, inclusive, con variedad de formas y texturas, esa es sin duda alguna… con el osado proyecto de Love, Death & Robots. En la cual, además de la calidad de sus obreros especializados en dichos medios, se estima la producción de Tim Miller (premiado al Oscar con su corto animado Gopher Broke) y el mismísimo David Fincher. Recordad, que este último se lanzara al estrellato tras su particular Alien 3, con Seven, Mindhunters, etc… inacabable carrera… eh!

Y después de la excelencia alcanzada con algunos capítulos extraordinarios durante su trío de temporadas alternas, nos hemos vuelto a embarcar en esta postrera cuarta… de la que se pueden concebir ciertos logros, como viene siendo habitual… desde las producciones divertidas entre el Apocalipsis en un día de furia y la distribución de la IA con humor en los hogares, con sus juegos múltiples y equívocos, magnéticos o genéticos más dirigidos hacia el terror… Como las estructuras estilizadas de los 400 Boys, muy al estilo del manga japonés contra enormes baby monsters – regresando a Akira de Otomo, una y otra -, y los yautja gore de los dinosaurios, con finales de redención o destrucción, como el caso de la de Golgotha, a los satánicos Memphis Bell, que toca al Predator Killer y Mr. Spielberg. Incluidas marionetas, o máscaras moldeadas de Red Hot Chili Pepers… rock, delfines y jefes gatos.

Sin embargo, en esa fortuita inmersión en mundos de gore, amor y los robots, me parece que, se queda a un paso de la excelencia conseguida anteriormente… y seguramente, por culpa de los guiones. En fin, de todas formas, siempre es agradable ver esta serie de cortos emitidos por la plataforma de Netflix, con su apuesta por la animación novedosa.

Veremos si alguno da el salto a la pantalla grande en el futuro, pues se lo merecerían, como han sido sorpresas en los últimos tiempos, varios ejemplos que he tratado en estas páginas como atrevidas historias de Pixar hace ya unos años, el Wild Robot, Orion y la Obscuridad y la triunfadora Flow, otro gato salvador entre la catástrofe… Aunque, muy injustamente tapó una maravilla deliciosa, a ratos, tremenda y cruel en la mente, fea en dimensiones planificadas con intención; y las efigies monstruosas, que,  a la vez son tan humanas como líricas o pesadas, como serían las casas de los caracoles que arrastra cada quién, con el tiempo y su memoria. Y esta no es otra, que la stop-motion dirigida por el australiano Adan Elliot (Harvie Krumpet, María y Max) titulada Memorias de un Caracol, y producida por Madman Entertainment (igualmente de la serie Animal Kingdom). Para acabar con sonrisa :) al sentimentalismos del Pinocho de Del Toro, la estética de Burton y el cuento obscuro de la Coraline de Selick. 

Sí, me faltan un puñadito, de las que no puedo hablar todavía, como alguna incursión francesa con Le Dévoreur de Couleurs, próximamente, o dentro del universo sensual de Catwoman; por no hablar, de versiones paralelas sobre el Superman clásico, del que recordamos a unos de sus monumentales figuras, cuando el pasado día 25 de septiembre, Don Christopher Reeve hubiera cumplido sus 73 años heroicos… por Kripton.

Evidencias…

Por descontado, estoy embarcado en otros proyectos que tienen que ver con los visitantes, con son una epidemia en estos momentos…

Y de las que vimos, momentos de ciencia ficción, con restos de ultratumba, para los más escépticos de las pelis de Marvel. En una versión divertida, a ritmo Bowieano, en versión oscura de los X-Men, con nombre Thunderbolts y su misterioso asterisco, elevado al negro. Con un elenco del que oiremos nuevas avenidas, como David Harbour, ya sabes Stranger Things, o el aprendiz Sebastian Stan, que invierte en su papel en Avengers Doomsday… y también con la otra rubia lanzada en dicha película, Florence Pugh, que ojo… se paseará por las arenas de Dune Messiah, el filme protagonizado y dirigido por Alexander Skarsgard, The Pack, el SpiderMan: Brand New Day, y la nueva versión seriada de John Steinbeck, Al Este del Edén, con capítulo dirigido por Zoe Kazan.

En otro sentido, también dramático de los acontecimientos, voy a decir que, el productor de Companion y director así mismo de la robótica maldad de Companion, Zack Cregger, ha vuelto a describir un círculo de maldad, mezclado con satírica inversión de situaciones, en los habituales finales que vemos hoy en muchas producciones de terror, hacia lo descabellado o hilarante a ratos, con la entretenida Weapons. Sigue los malignos pasos de Parásitos, MaXXXime, Abigail, Barbarian, The Monkey,  The Ugly Stepsister, Sinners o The Substance, y las postreras de Nicolas Cage en lo terrorífico-excéntrico, Color Out of Space, Willy´s Wonderland, Pig, Rendfield, Longlegs o Dream Scenario. Vaya racha, a la espera de The Carpenter´s Son!!

Fue otro de los ganadores ochenteros, como diría el gran Arnold, que no terminan de un reto, cuando ya otean la cima de otra montaña, según las vivencias y palabras de Don Edmund Hillary.

Resumiendo… números y músculos…

Estos dos superhéroes del cine de acción – normalmente incomprendidos, hasta que resumen vidas en documentales cruzados -, se pelearon en las listas por alcanzar las mayores recaudaciones, y quizá también, las críticas furibundas con la interpretación de sus colegas de Hollywood, porque el reconocimiento fue un vaivén incontrolable. Como los pasos de baile en el boxeo, o las poses de fisioculturismo…

Una batalla parecida, es la que sufre el mercado de la exhibición en streaming, con esos primeros escarceos por los derechos de sus personajes primordiales, entre Netflix, y la nueva plataforma que creara Disney Plus y la compra de la 21 Century Fox; y que está llevando a un crecimiento desmesurado de los valores en bolsa, en los que se van rezagando ante estos dos gigantes, los no menos multimillonarios beneficios de Hulu, Apple, Paramount, Amazon con Prime Video y su polémica publicidad, o la antigua HBO de Max.

Hasta tal punto, está todo tan revuelto en las pantallas de pago, que para luchar contra el imperio de Netflix, se han unidos paquetes de diversos productos entre Warner Bros, Dicovery, Disney+, Hulu y Max… Ya veremos a lo que nos lleva… Lo que parece imparable, es la caída de los tradicionales medios de comunicación y canales de televisión, cada vez, más politizados y traicioneros… Pero esencialmente, seguro, a que la cuesta a final del trayecto a sus cimas, la que tengan que subir más inclinada, sean los auténticos paganinis… ¿o no?

A falta de Demon Slayer, y pan… buenas son tortas… ¡Elio de Disney, es un batacazo infumable!


domingo, 21 de septiembre de 2025

Aliens Earth. Season I

 


Una invasión… eso es a lo que estamos abocados.

Me he acostumbrado en los últimos tiempos, a tratar con todo tipo de especies, esencialmente a los insectos, y… no puedo clasificar el submundo que vive alrededor de nosotros… ¡mimético!

Los humanos, que se creen tan superiores en casi todo. Sólo cabe decir, que los depredadores acechan… y están bastante hambrientos.  Pues allí, en las penumbras… existen reglas diferentes, siendo parecidas a las nuestras, las más radicales… En algunas condiciones, he visto carcasas esqueléticas, de restos de arañas, siendo devoradas por otras peludas gigantescas. Como en La Plaga o Sting… o tras ciertas profundidades abisales, de la mente. Incluso del océano, que tanto se parece al vacío...

Y sin embargo bajo la presión, existen algunas privilegiadas, sosegadas, casi místicas… tras el paso de los años y sonidos especiales, pues no se oirían en ese condenado espacio silencioso, sibilino y silbante, y además  suenan a música… celestial. Si nos lo permite… el pacífico, John Williams, el joven, le sobrevino el jazz de su padre y los musicales visuales, como en otro sentido lo fuera para Vangelis.

Así batiría sus manos en batuta para tv y su cabeza, sincronizada a los  latidos de su corazón, en una frecuencia con la del animal, originario, que nos visitaría en series de 8 compases o más… como bestia primigenia. Un depredador como dijimos, de altos vuelos y bajos instintos. Cercando el pensamiento crítico de una especie que se cree insuperable… y que siendo pardillo, al comienzo de aquellos ochenta, aún incrédulo ante los comienzos de la ciencia ficción de serie B, se quedaría boquiabierto, con la visualización del escualo xenomórfico, del especial artista H.R. Giger, y los encuentros fisiológicos en la nave Nostromo con varios genios, conducida en reclusión anárquica, por Mr. Ridley Scott y sus resortes. Casi como nutrir a los lobos

Sin embargo, el compositor casi centenario, se serviría de la tranquilidad líquida de la noche lunática, para enfrentarse al monstruo de Steven Spielberg y la novela Jaws. Al que, en cierta medida, le debe una parte del espectacular éxito. Bajo las aguas catárticas, calmas como una aleta aerodinámica, una b.s.o. fue surcando el terror, transformado en años a una aventura de futuro, titulada Tiburón. Con ese impactante comienzo sonoro y visual, tan profundo como el eco de una tuba en pocos compases rítmicos que se cuentan en el documental homónimo, marcamos nuestros propios ritmos cardiacos… o respingos de la respiración ante ojos fríos nocturnos. Parecidos a los aliens…

Y nos embarcaremos alrededor de ellos y unos personajes míticos, junto a incidencias mecánicas y problemas de otras índoles, que coincidirían en algo especial. Una odisea antropológicamente, psicológica… Que hoy, celebra un aniversario dorado en cines del mundo. Eso sí que es extraño y fantástico, que dure tanto algo tan moderno…

Y como otros depredadores que venían del gélido infinito, en busca del calor y la sangre, nos metimos en faena, en serio. Y aunque no se oyeran tal cual, allí esos otros si atraían más notas de terror, ya mezcladas con elementos artísticos, pesadillescos y sexuales, menos mecánicos y logarítmicos, pero igualmente animalescos, como un unicornio imaginario, o el sigilo de un gato observador… voyeur al estilo inglés.

 Entonces, entre cazadores y científicos, bajo agrupaciones con seudónimos norteamericanos, norte-nostrómicos, prometeus… los aficionados scifi se sintieron dioses, ateridos, impactados vitalmente, como si fuéramos tripulantes dentro de la Odisea, con sus sirenas. Replicantes… como boyas sonoras... sincronizadas al trío, compuesto por  Richard Dreyfus y sus partículas subatómicas, en contraposición al indómito, inolvidable, Robert Show (hoy que despedimos en pareja a Robert Redford, en su reunión con Newman y él mismo… menudo golpazo), y en el tercer mástil, un Roy Scheider, en el cosmos solitario, que se enfrenta a un fantasma sideral, abisal... desde sus diferentes  personalidades… ¡Ay Dio, cuántos recuerdos! Gracias Robert y demás…

Documentos… más allá…

La mirada vacía, exangüe, como la blanca muerte… o el animal peligroso con asesino voyeur tras el objetivo… ¿sabes? Alma oscura como la piel de un xenomorfo, en un rápido crecimiento de obsesivas cualidades... y rasgos predatorios…  Esto si fuera una película italiana ochentera, se llamaría Voracidad… o tendría vampiros magnéticos en el espacio…

Mas no, es solamente descuartizamiento, y restos biológicos de diferentes invasores. Aspiraciones entrecortadas, para comprobar la manipulación corporativa, como la imaginaba Ridley en Blade Runner,  como ahora… se asemeja a la monetización cuasi veraniega que tiene que ver con la praxis del cálculo… Y no una urbanización vacacional, sino una invasión en toda regla, para devorarse unos a otros. Acá, ya solo sobreviven las estimaciones grupales, y no las reverberaciones sin paga extra. Al final nos veremos como puñeteros autómatas, manipulados y explotados, en misiones suicidas... ¡Hey, Roy!

Y mientras, los compases de los insectos seguían ahí, buscando humedad, o el sudor… y tu esencia, ya sin el tum-tum, de Mr. Williams, cambiándose al puro metal y el rock&roll, en sus tramos finales. Cuando de pronto, nos transformamos… en ellos.  Ya te lo dijo, Kafka… o aviso, o algo. En ciudades… colmenas. Entre Wendys, índigos y reinas, zángano…

Así en tanto, la agitada exacerbación mundana, peligrosa como una toma de tierra no calculada, nos metimos en la nave, equivocada y no  documentada, sin apenas espacio vital, cubierta de víscera falsas y salpicones de mariscos… mas, plena de gritos ahogados o zambullidas siderales del recuerdo. Y el hombre de la batuta tranquila, como Mr. John Wayne en aquel filme, crea uno de los temas más famosos del cine, en conexión a la Psicosis de su admirado Bernard Herrmann,  posiblemente. Hacia posteriores espacios, con Encuentros en la Tercera Fase, Star Wars, Supermán e historia aventurera de Indiana Jones con su Arca Perdida. Y la vida pacífica de John, cambió… como la nuestra y el cine tan amado… chascando dedos juntos…

Al sueño enfebrecido de Mr. Spielberg, acordándose de su, no admirable Bruce, ahora tan simbólico… que significa una amistad duradera. Nos retrotrae a toda una vida de éxitos, y penas, sin apenas buscarlas, solamente por amor a la música y el Séptimo, con teclado o con vientos, y un gato... no blanco, sino pardo. Magníficas vidas atmosféricas… de sonidos y de encuentros espaciales. Calmos, monumentales, fálicos, casi asépticos, salvo por las heridas… aventureras prometeicas… aéreas o subacuáticas, arcaicas como los monstruos de las leyendas griegas… y depende del Depredador, así fuiste creciendo… con el que te des de bruces y su naturaleza… hasta grabar la realidad, con un violín en el tejado. Corporativo… dubi dubi, dubi dú. Y en aquel sitio salvaje, junto a la cámara, donde si podías oír sus gritos… Joer, otra vez tú, conio, Bruce de los coj… arquetipo de fracaso e imaginación.

No, no aquellos… sino nosotros mortificados con sus mandíbulas en la fila cercana a la pantalla, que parecían de verdad, coj… como reflejos de un conductor asesino en un camión, sonriente… O ahora, recordando un documental extraordinario sobre Valerie Taylor, entre patines y aletas, para rodar al Gran Blanco en su estado natural… Qué nada tenía que ver, con el carácter vengativo o criminal, de otra, más odiosa...

Su oficio marchito, fue espectacular, amante, directora, adorada en documental coralino… entre dientes y lentes especiales. Muy loable… su pensamiento, su tenacidad… su fuerza. Y quién lo iba a decir… ¡Mira, un salto de varios millones de años luz! Y en las verdaderas playas, aunque la pesca no es igual... en South Beach.

Hasta comprobar que vida y muerte, no han mutado tanto, porque los bichos o xenomorfos en cierto sentido se parecen… como insectos se sienten seguros en la obscuridad, si son cazadores… o parásitos. Como hombres... incautos.

Del Nostromo… al insectódromo.

Llevamos tiempo preparándonos, y no sé si estábamos dispuestos para el cambio, porque existen programaciones que actúan como virus y nos dividen… o muy bien, o muy mal, alimentándose… o fagocitándose…

Unos a otros, para exprimir a nuevos organismos, que regurgitan sus nutrientes, masacran sus identidades ocultas, destripan sus familias,  como las de aquellos 8 pasajeros, en un banquete furtivo, que significa lo mejor, en serie. Y al que no estaban invitados… ¡Nadie!

Hoy experimentamos una explosión de especímenes, con guitarras postreras, psicodelia o voces de heavy metal, empezando por un Ozzy devorador… para terminar, como polifemos, de un único ojo… y pensaba que era otro… de tripa en tripa, herida en herida, óculo a óculo… Y otro gato casi cósmico ya… como espía de la memoria colectiva, entre vapores y encaje de seda… oteando…

Estos 50 de las Mandíbulas al Tiburón, disfrutones y pasarán 4 años, vestidos de blanco espacial, al calor de ese Ojo célebre extraído en funambulismo más que gore. Sintético, polifórmico… Algo que tendría más en común con el de aquellos demonios, ´demoñas con ñ`, denominados replicantes por Mr. Scott, también productor de Alien Earth en DisneyPlus, pus a la sombra de Noah Hawley… Fargo, xDio, una más.

En el juego temporal, aún queda poco más a Blade Runner, para el medio centenar, qué mayores nos hacemos… y vimos a naves ardiendo en la puerta abierta de un laboratorio… Que convivimos parasitados con la historia, conexión a otras naves de salvación y rescate, tal que si fuésemos aquellos 3 magos, tripulantes de un navío demasiado pequeño, observados por el Atlántico, ballenero de Melville, que debería ser más Pacífico, en comparación con envites del monstruo de más de 8, metros, de hambre… oxigenado o alcoholizado. La aventura de un barquito chiquitito, que no podía, no podía, ni pensar, lo que se vendría encima… ¿pobre Mr. Quint, verdad Mr. Hooper? ¿O no, Martin Brody… por cierto, no odies el agua…?

Yo no, si bien odio al individuo ese, de Animales Peligrosos… repulsivo como una infección por avispones venenosos y contagiosos... especialmente si eres alérgico a los hijos de… Y en sus puertas ardientes, como arquetas de sarcófagos del desierto, claustrofóbicas, a través de  pasadizos hacia una irrealidad muy cercana, suenan ecos de trampas de hierro y muerte. Enclavadas en el pecho, a su respiración a lo Vader y ese chirrido, eléctrico de langosta, espeluznante… Previsión de un enjambre maldito que regresa, sin Sigourney ya.

En cambio, los ochenta, en el principio de las estructuras y fisonomías, que no eran como para tirar cohetes, se rendía culto al universo cinematográfico y especialista… y a ti, ¡cómo son las cosas temporales! Que giraban en creatividad, alardeando, las luces y sombras, y sobre todo, ruidos que te helaban la sangre.  A la de otros, que no les quedaba ni gota, los técnicos viendo el desastre mecánico, y esos que quedaban salpicados… Ni huesos intactos, ni robots descabezados o partidos en dos… con leche y demás huevadas.. Nos introducen a dos replicantes unidos por coordenada literaria, la de Mr. Scott y su Roy de pelo blanco soñando con ovejas mecánicas, y un aullido alfa, eh Timothy Olyphant, qué te hemos visto… Otro homenaje, que vuelve a andadas… viscerales.

Alienígenas, que no cuentos de álienes…

Del otro lado del viaje, a lo profundo… la inmortalidad. Lo de la hermandad Wendy´s, y un cocodrilo de ojos saltones que, estaría dispuesto a hacerles un okupa en su Neverland entre ceja y ceja. Dios no los cría, y ellos se juntan, al debate moral de los diseños de un Eldon Tyrell, como caso apócrifo de Prometeo Moderno… Y combatiendo o no, a los xenomorfos que quieren conquistar la Tierra, a su manera, se nos va pasando el capítulo de las corporaciones, entre óculos ambulantes, mentes infectadas, insectos viscosos, clonaciones éticas y discurso de richachones, que osarían, no fichar a un Blade Runner.

Demasiadas coincidencias, aunque lo más fácil es lo otro, la conexión del depredador que, aunque se parecen a lobo, o al escualo, no necesita gabardina, ni el sexo. El xeno-tiburón, se la llevó, se la llevó… y algunos episodios, se van de la historia, a otros lugares de los que nunca jamás, se supo… y de ahí, al mostruomo de Ahab… Sin embargo, para todos, el lobo alfa, siempre será Rutger Hauer, aún sin Houston o Peck, ¿o no…?

Y no existirá otro como Sebastián y sus pequeños, inventando sinfonías genéticas… ni las curvas de las replicantes, que nos dejaron con las fauces abiertas, hambrientos como Bogart… y nuestros receptáculos despiertos… y arrodillados, a esos personajes inmortales que tanto hemos admirado, el Humphrey de Harrison Ford (que pudo estar en Alien… Ridley y sus comienzos impactantes, que sigue… la Ripley de Alien con sus compañeros míticos, ya no hermana… 3 mosqueteros del Rey, al agua como Tiburón Bruce… John y Steven, acompasando ritmos cardiacos… y Gato, claro.

Y es que los depredadores son así, cuando pillan a una presa o a algún espectador despistado… ¡Ñam!, y no lo sueltan… hasta el Fin.

Y (me sale poner tantas copulativas…), entonces, algo te deja frío, helado, pues no es lo mismo, no existe tal empatía con esta generación de wokes administrados como calmantes… Si bien compases, suenan a otras épocas, de otros “aliens”, alienígenas como le gusta decir a Lex Luthor, por ej…  aunque se cabree el testigo de los gobernantes del extinto Krypton, también conocido como Supermán, que se convertiría en Hombre de Hierro, y ahora también de plexiglás para perros juguetones... y más, a raíz de su relación sexual con Loise… lametazos de hombre cánido. Rememorando a Mr. Reeves y documental sentimental.

Ella, la nueva de James Gunn, posee un cierto parecido a Margot Kidder, pero sólo en lo físico, no se queda en la retina, como no ocurrirá posiblemente con la Wendy de Alien Earth, bella Sydney Chandler, perdida entre Pistols o pensmiento, y se retroalimentaría de la imagen morena de la divertida y alocada, Amélie, sin amor hasta ahora, o sí. Y en esas estamos, con ellas… regresos de todo tipo a espaldas fornidas del tiempo, heroicas, cuando pasan eras románticas de ayer a atmósferas recargadas del hoy, y efectos CGI y la globalización… que nos ha traído el woke que le parió… en todas las formas determinadas.

Así parece que, todo  héroe y villano, principales, serán jóvenes, preparados o no… y formar equipo dentro del nuevo orden mundial, como una orden dictaminada... O desorden… según se mire. El asunto es, que el Supermán es alienígena, se ponga como se ponga, porque ha nacido al más allá, de aquí… con los calzoncillos por fuera…

Aunque luego se sienta de más acá, y no como otros… que sólo vivirán del cuento, como los Aliens de Earth… un desarrollo de organismos a tutiplén... Mientras que, en otras latitudes y otras músicas, no tan arcaicas como la banda sonora de Mr. Williams en Superman… nos reencontramos con tres elementos, que recopilan la esencia de los cazadores de otro planeta. Y esta sí que es otra historia… animada.

Y aun siendo dibujos, resulta que atraen por igual… por sus increíbles viajes en el tiempo y gráficos… la densidad de encuentros y golpes sangrientos, los escenarios… Cierta mueca a cinéfilos que se encontraron con aquel primer y sorprendente Predator de otro Jonh, Mctiernan, y a través de vísceras y músculos, desgarrados, de aquellos protagonistas en sesión discontinua, guerreros fornidos. Como los del Nostromo cayeron, hasta que sólo sobrevivió, el jefe herramienta laboral… Mr. Arnold. Y si bien podría chirriar en principio, la criogenización, pues resulta que nos lleva a una sorpresa final, divertidamente circense y genial… que ya veremos, sino nos lleva a la próxima de Elle Fannig en las Badlands. Pues, gracias al director de nombre intraducible en diferentes lenguas alienadas, Dan Trachtenberg… disfrutamos su circo romano por tierra, mar y aire… y que se titula Killer of Killers.

Por último, lejos de Orión a las puertas de nuestro propio Tannhauser, no decepcionados con la estética, que es atractiva, más bien con algunos personajes que no llegan a desvanecer el ´wokismo…` y ciertos desórdenes predatorios que recuerdan más a La Cosa de otro mundo, o la Mosca… Nos preparamos para aterrizajes forzosos, que nos alejan de aquellos náufragos del USS Indianápolis… o un reloj en el trasero.

¡Qué buenas historias, dentro del cine! Alien en la Tierra, da una de cal y otra, de sulfúrico… En el futuro, cuando otros nos releven… o convirtamos en trofeos de furtivos cazadores para su estantería espacial… nos acordaremos más, de aquella película remarcable de dibujos animados… creo bien. O no… Y no de entes fantásticos cuantificados, interferencias genéticas de nuevo orden, rivalidades corporativas, para el apocalipsis intelectual… y otras odiseas…

Hasta pronto, viajantes… o estrellados, como aquel protagonista de Hamilton en Distant, de los incalificables Josh Gordon y Will Speck… hablando de espacios, depredadores, cocodrilos, y él, un gato… Y hasta el Eternauta, las nuevas invasiones en sucesión – en las que estoy inmerso, oteando los muros -, o fundaciones que pululan, como krakens o animales peligrosos, submundos brits, Bugonias, submarinos, armas… Capitanes Nemo, Homeros y Elle F… Hasta que no sobreviva nada… sólo ella… como describía para Jacob Tremblay, Mark Hamill o Tom Hiddleston, el director Mike Flanagan (La Maldición de Hill House, qué es una joya a revisar, La Caída de la Casa Usher) en La Vida de Chuck. Junto a Stephen King a las letras, que está medio alucinado con las triquiñuelas de Alien Earth. Pichí, pichí…

Y como hermanos de cuento, siervos de empresarios todopoderosos, amenazados de muerte… o sirviendo como alimentos procesados. Devastados de extremo a extremo, comidos por los ojos… como a aquel policía, interpretado por Charlton Heston, en la notable Soylent Green de Richard Fleischer… que no debéis confundir con el otro admirado Richard, Donner de S, eh.... ¡Al final, alienígenas éramos nosotros, polvo de estrellas!

sábado, 23 de agosto de 2025

The Bondsman.

 


Indetectable, a casi 6 grados de separación… todo espectro, parece inofensivo. Pero sólo unos ojos sagaces son capaces de ver qué se esconde en las sombras… ¿Oh amigos… habéis visto a Mr. Bacon?

¡Han matado a Kevin…! Y eso que se trataba de un espíritu libre, un renegado e independiente. Desde su Filadelfia natal, toda una vida de carreras y duelos en el desierto de Hollywood, cuando él se convirtiera en estrella hace tiempo, de jovencito, ahora se encuentra a esos 6 o más de distancia de aquellos lindes gigantes del espectáculo…

Mas, el que tuvo, retuvo. Y aunque su vista de joven conquistador de hace años, se extinga como el aliento vital, en el futuro seguirá trabajando junto a Kyra Sedwick, en próximo proyecto. Además que, en la historia de aquellos encuentros especiales con el coqueteo, y lo terrorífico, hoy podemos redescubrirle, con tácticas malabares durante aquel vuelo heroico del Apolo XII. Una vuelta a casa heroíca, donde Kevin interpretaba al astronauta Jack Swigert proclamando el manido equívoco de “Houston tenemos un problema…”. Un inciso entre los muertos irreales… Al recordado, recientemente despedido por su órbita histórica, capitán Jim Lovell, que sería interpretado entre planeamientos vitales que no encajaban, por Tom Hanks.

Otro de los salidos, cómicos, de aquella generación de Oro en los ochenta. En este equipo cinematográfico del Odissey, de las sonrisas, coincidieron en dramáticas situaciones con sus huesos a seis grados de la Luna, el añorado Bill Paxton, Gary Sinise, Ed Harris, y por supuesto, Ron Howard. A mandos del cohete en dirección a este edén que padecemos… Movimientos sísmicos, fuegos fatuos y temblores… Y hablando de ellos… Esto es un verdadero infierno, ¡qué calor bro! y sigue subiendo la temperatura. Cuando te encuentras con ella, entre los ojos… ¡booom!

De un lado… Bacon.

Kevin es, de esos actores que prácticamente crecieron como triunfadores, desde aquel día dirigiendo sus pasos a una Animal House… Junto a la generación aventurera de Karen Allen, y la cómica de John Belushi, ahora en boga con la animación documentada de los Blues Brothers, con el homónimo dirigido por el canadiense Robert Valley, miembro destacado por sus dibujos influenciados en Gorillaz, y look actual de Love, Death & Robots, con Hielo, 400 Boys y Zima Blue.

Ganas hay de reencontrarse en esas muertes… Y rememorando aquella mítica banda sonora compuesta por Elmer Bernstein, del que hago rendido homenaje, no ganador de un Oscar hasta dárselo por una película que casi nadie recuerda… Otro caso Kevin Bacon, siempre prometedor y destacado actor, que nunca fue nominado. Pues bien, Elmer había elaborado música para El Hombre de Oro, Los 10 Mandamientos, El hombre de Alcatraz, Hud, La Gran Evasión, Los 4 hijos de Katie Elder, Valor de Ley, Aterriza como Puedas… rememorando a otro de aquellos bailarines, comediantes entre ZAZ, que fue Val Kilmer en Top Secret… sumando b.s.o., Heavy Metal, Un hombre lobo americano en Londres, Entre Pillos anda el Juego, Los Cazafantasmas, Mi pie izquierdo, Los Timadores… y el ritmo moribundo viviente en el Thriller de Michael Jackson.

En fin, pérdidas de los ochenta, por todos los lados, y más allá… que concluiremos, con ese lado más oscuro de Kevin, plagado de sarcasmos, hablando de… que es muy evidente. Pues sus primeros litros de sudor y sangre, se desparramaron en Viernes 13, acosado por la máscara de hockey de Jason, por 12 veces como las uvas, regresó para hacer atragantar de matarile, a más de uno… y una.

Sin embargo, antes continuar por esos lares, Kevin siempre se mudó hacia lugares más cálidos, del Diner de Barry Levinson, especialmente a lo que marcaría su ascenso a los cielos del baile con coreografía romántica, del Footloose de Herbert Rose. Al movimiento rápido de pies y cuerpo, su mirada burlona sería imparable ya… hacia la bicicleta, sobre aguas cristalinas, salvajes, traspasando esa línea del ocaso, que le uniera a Kiefer, Black o Julia Roberts, dirigidos por Joel Schumacher… Otro que tal baila, y dirige en negro, cuando quería…

Luego vinieron golpes de realidad, entre la sexualidad en JFK, Algunos Hombres Buenos, el Río Salvaje de nuestras vidas y la tensión, asexuada, del vuelo feliz del Apollo XII. Doce o trece, ahí andamos.

Hoyuelos de Botas… sobre la arena.

No hablaríamos de Kevin, sin los Temblores, tal que decíamos ayer… y hasta el inicio de otra era. Pues, se cortaba ya la tensión, hace casi diez y seis años, según Frost/Nixon, y siniestramente en los terrores de El Último Eslabón, que nos sacaba de quicio, ¿a quién no, corazón delator?

Y en los pantalones tejanos, nos cagamos de risa, muertos hasta nuestro presente, más o menos, cuando presenciamos texturas ocres como el poli sádico de Cop Car, la rareza exótica de Maxxxine en el Valle, o hasta una vuelta de escoba al Toxic Avenger… dónde él dicen que sería de lo mejorcito, falta por ver… Y en estos momentos placenteros de sadismo, hemos dado los huesos con recompensas metafísicas, de ultratumba. Os presentamos a Bondsman… otro gato con botas, no tan relucientes. Que se pasea entre ambos lados, y sale ileso, no… como los fantasmas.

Está producida como son las últimas tendencias rarunas en triología Wan, Roy Lee, y Jason Blum, creada por un cuasi desconocido Grainger David para Amazon Prime, demonios, de ojos falsos… y mejor, la historia con dote cómica. Mantenida por él, es así, siempre fue Kevin… y lo puedes pasar, medio mal o bastante bien.

Oda… para difuntos.

¡Diablos, no! Esto qué es… entramos en terrenos, movedizos, y sin gusanos de por medio como en Dune. Bueno… alguno si que hay, en la producción atractiva, divertida, de los hermonos Cairnes, Late Night with the Devil… con otro con biz cómica como David Dastmalchian, en estado ilusorio catartico y cínico, perfecto también de Filadelfia, que se las viera ante The Dark Knight, Prisoners, Dune… y la bomba de Oppenheimer. Este acto diabólico es casi obra de culto, ya…

Es hora de recordar a esos monstruos, y monstruas como Ella, vampiros, poseidos y zombies, la novia de Frankenstein... veremos como si las gasta Guillermo sin efectos especiales, sólo trucos de cámara y maquillaje… para estrecharnos en sus brazos, rendidos… a lo macabro, como hizo Mary Shelley en aquellos días lúgubres de tormentosos affaires… en los que, Mr. Bacon mantuvo su extraña mirada entre Julia y Mahershala Ali, el unido al World Rebirth con dinosaurios, como consecuencia de unos tiempos, erráticos qué vivimos. Leave the World Behind, tiene igualmente acorralado como a Scarlett Johansson, a Ehan Hawke, que se estrenó en dirección en Wildcat, fluctuando con la hija de Uma, Maya Hawke, y del que esperamos su careta difunta en Black Phone 2, mientras visualizamos la serie Fishpriest. Y pedir un repaso a la Shelley de la bella romántica, Elle Fanning... Arrodillaos estará en el próximo Depredador y con Barry Levinson en Francis y El Padrino. Ella y Jake más Oscar... ¿saldrá más de uno?

Y andamos despeinados ya… en esas me hallo cuando abandonando el mundo cruel, al lado de unos amigos, rememoro aún los mordiscos rítmicos de la envidiable Sinners sobre otros tiempos… Para inyectarme líquido vital, no del doctor Herbert West de Brian Yuzna, sino en derivación difunta, junto a la Megan 2.0, esa… una máquina de mat… empalmar… con lo más desparramado. Sin gracia, salvo la ocurrencia de unos lobos llamados alfa… me zambullo en las aguas brit-deaths, de 20 Years Later, y empiezo a sentirme como un yonqui sin calzoncillos, intentando ligarme a la bella que se pase por la isla… No la, de las Tentaciones esa, que no he tenido, ni quiero el placer… pero don Danny Boyle, ¡qué me has hecho xDio…! No, nada.

Y así, si pensabáis que esto iba a quedar así… estabais muy equivocados, o zombificados, o algo… ya que todavía no me ha llegado mi Wednesday, ni Aliens con toma de Tierra, ni asoman aún los de Stranger Things, del otro lado del retrovisor ochentero… Cuando voy a contaros, entre muertos y vivos, añorando a las maldades de Gary Sherman, James Farentino, y la época junenil de la Melody Anderson de Flash Gordon y  Robert Englund… a esas vivas, y coleando, que en una fiesta, da para lista de… bailes de época.

Sugiero dos pequeñas maldades, de cierto interés metafísico, la Poseida, que tiene alguna secuencia de mala leche, a pesar de su escaso presupuesto con rarunos insectos incluidos, y monja débil... Hasta meternos en la piel de It Feeds, con pasos danceros parecidos, pero algo mejores, del canadiense Chad Archibald acostumbrado a estos lares tenebrosos.

Y, para el último empujón mortal, por los escalones del desafío espantoso, pero de mejor cara y retrato maligno…  usamos de Ellas, el Bring Her Back (o más comúnmente, Traémela de Vuelta) de los hermanos australianos, Philipou Brothers, en una versión maquiavelica, espeluznante. Con Billy Barret, uno de los chicos de Invasion e hijo de Kraven en Marvelismo ilustrado, y Shally Hawkins, la actriz de El Secreto de Vera Drake junto a Imelda Stauton, o Happy-Go-Lucky, al costado de Woody en El Sueño de Casandra y Blue Jasmine, por lo que sería nominada al Oscar… que tampoco ganaría…

Y por el lado oscuro tenemos su actuación en La Forma del Agua de Guillermo del Toro (… esperando con ansia, su monster) y Wonka, of course.Sin embargo, la otra, la definitiva entre las pesadillas, y los cuentos de ídem… No tiene muy buena cara… pero sí una factura que te deja sin aliento, algunos en Sundance, sin otras cosas dentro… Pues se trata de una maravilla, siniestramente malvada, en el sentido indigerible de la Sustancia, que nada se queda… Pero, si cabe, con acentudado sentido de dar la nota en el plan moderno, de la imagen sexual y apreciada por las famosas… o no tanto.

Se trata de una composición terrorífica, mirando hacia los pies… The Ugly Stepsister, es un paso más allá de la Cenicienta, noruega, entre Elvira y Ella, y te deja con el culo desencajado, tal que zapato metido en mal sitio… Dirigida por Emilie Blichfeld, a la que habrá que seguirla… hasta la muerte. Y nada más, con shows en prime time memorables, leyendas de miedo, retratos de fantasmas, qué tanto os gustan, amigos… me despido, llamando a Kevin…

A seguir por ese camino, bien pierdas la pasta, fama… o memoria. Aún tenemos mucha música que escuchar, jugos de ellas, muchos diablos que visitar en la tele, verdad ¿Jack?… y muchas ¨armas¨ que utilizar en la obscuridad… o nos las veremos con Luther… o doctores inyectables sobre lo macabro. Todo próximamente, parece tener numerología… 2 de Black Phone, Five Nithts at Freddy y The Strangers, 3 de Return to Silent Hill de Christophe Gans, 6 de Anacondas con Black y Zhan, Scream el siete, Saw XI, una predator en Badland y The Bride!, Soul8mate de Wan, no sé qué de Evil Dead, Exorcist y Momia… A tu propio estilo, Kevin. ¡Vaquero!

Cinemomio: Thank you

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