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domingo, 29 de octubre de 2023

Black Mirror... Season VI

 

Existen espejos que no devuelven tu reflejo. Porque se quedan obsoletos o están tintados. Otros, reflejan la realidad distorsionada, como aquel cuadro estrafalario que observaba a diario una especie de monstruo…

Y sin embargo, ahora tenemos uno en nuestros bolsillos, que la distorsiona igualmente y no nos parece raro. Así que, casi nadie, conoce sus posibles repercusiones y las que supondrá la IA en nuestras vidas futuras…

En cambio, ya se sienten algunos efectos cuando se trata de pequeñas unidades en desarrollo, que pueden ocasionar amenazas teledirigidas o robos de identidad. En las guerras, las posibilidades serán infinitas como bien demuestra el documental Unknown: Killer Robots, con nuevos sigilosos soldados, y si algún día, esa inteligencia superior en velocidad, decisión o manipulación en la toma de decisiones, llegaría a poder obtener conciencia propia. Todos tenemos, aunque sea infantilizada, aquella historia contada por… en el filme Juegos de Guerra o la posterior edad adulta, con el Skynet del Terminator de Cameron y su campo de batalla.

De momento nos detendremos ante este cristal deshumanizado, que significa la estrategia de Charlie Brooker para Netflix, con la serie de los miedos tecnológicos y demás desfases. Ya que es difícil no sugestionarse, ante esas imágenes, que partieron de la literatura de la ciencia ficción y su primigenio cine, desde la androide angelical, María en la Metrópolis de Fritz Lang. Historias en las que el aprendizaje computacional se simplificaba en el plano social, desviando la conciencia autosuficiente, que abrirían las puertas a una República Independiente de los Chips y la pretérita tecnología cuántica. Chips without fish, o no…

Bueno sí, los pescaditos podríamos ser nosotros. La ciencia binaria empezó a tomarnos como objetivos a corto plazo, si su conciencia de programación reptiliana, se veía amenazada. Porque estaba diseñada a nuestra imagen y evolución. Mientras, los seres humanos pensaban en crear una nueva especie, sin observar nuestro reflejo en aquella pantalla de última generación. Pues, estábamos pendientes de fake news y pantallas de grandes plataformas económicas o sus redes sociales; cuando posiblemente la III Guerra ya estaba en marcha… Algunos pensaban que ya se tornaba inteligente, como esos soldados robóticos del documental o los observadores armados del cielo, pero, sobre todo era viciada, cruel y muy manipulada… Y aderezada, con avisos de terror, salpicados de explosiones nucleares…

Retazos violentos y… la respuesta.

Espectadores, y los que no querían mirar, atrapados tras sus caretas, se sentían protegidos en su rebaño, sin alcanzar a ver la amenaza, ya no tan incipiente. Riéndose de la respuesta, hasta que vieron dicho documental, u otros robots que empezaban a tomar decisiones erróneas… ¡Cómo… si no era posible!

Las plataformas comenzaban a crear sus contenidos, con datos comprados que dimos como creídos y nos vimos convertidos en horrores, o awful, como esa Joan o sus imágenes posibles, replicadas hasta el infinito de la red. Era todo un cosmos de respuestas horribles y deformes, ¡una gran cagada! Y sin embargo, la mejor de las historias porque no comprometían a todos, con sus algoritmos imaginarios buscando la carnaza, como aquellos otros paparazzis del pasado. Igualmente drogado, pero en digital globalizado y comprado en la nube... mafias entre algodones.

Protegidos en nuestro rebaño tras la cerca oscura, no previendo la anticipación de los lobos, raising by wolves los llamó el jefe, Mr. Ridley Scott, amo y señor, de los replicantes que vendrán después. Firmamos nuestra máscara mortuoria de terror, por unos cuántos pagos de bizum o suscripciones, sin saber el color que tomarían las desviaciones personales o el poder grupal de sugestión. Era otro tipo de guerra, eso… sin etiquetarse, como siempre soñaron, ¿no? Uno contra todos, todos contra uno.

Hasta que determinados pececillos, decidieron salirse de la pecera de material traslúcido, salpicado de caca, ya que no participamos de la sátira ni del reparto ideológico, dirigido por el fideicomiso monetario de sus interese comunes. Y nos marchamos, dando la espalda, como aquel viejo pistolero solitario de Centauros del Desierto… con John Ford, oteado tras su ojo tapado, buscando las sensaciones de un atardecer sobrecargado, de rojos-anaranjados y azules, violáceos. Y alejarse del marco de aquella puerta sombría, que significaba el hogar… Nuestro refugio falso.

La Era Duplicada.

Antes tendré que detenerme y recomendar una pequeña peli, directa e intensa, The Artifice Girl, notable estreno del director Franklin Ritch, para llegar a conocer el alcance de una próxima AI contra el imperio del crimen anónimo. Con un poético aumento de sensibilidad y sentido del honor, que nos hace confundir lo que es cierto o lo que se piensa en la clandestinidad, sobrepasando los límites; mas en este caso, en un giro que desea atrapar a aquellos que violan la ley en la perspectiva de inocentes, en un venganza que se verá envejecer hacia ese mismo espejo creado a su imagen. Bits inteligentes pidiendo su propia idiosincrasia existencial… y la búsqueda de la emotividad. Muy interesante parábola de la identidad y responsabilidad civil, en un caso policial sobrecogedor y esperanzador, además con el gran Lance Henriksen, uno de nuestros ´roboces diligentes` favoritos que redondea metafóridcdamente el alma de metal. Parecido a la búsqueda de evasión en Días Extraños, que pronto cumplirá 30 años ya, p… máquinas…, en esta ocasión a través de la ciencia criminológica destinada a los afectados de abusos infantiles.

Algunos científicos, todo se repite... propusieron duplicar el esfuerzo en el espacio-tiempo, otorgando a las familias terrenales de opciones emocionales sin precedentes, como en aquella Black Box, pero con cables en lugar de neuronas. Al fin y al cabo, son conexiones bioeléctricas... Era la conciencia, atrapada en cuerpos que respondían a sus querencias y miedos, más allá del mar e incluso, del amor… Pues el horror, no entiende de fronteras ni colores, ya que los difumina en único gris. Y en ese término, se basa la película de tensión psicológica Influencer, que crece narrativamente, mezclando la anterior categoría de sustracción identitaria  y la remata con asesinato a sangre fría, por subsistencia, venganza… o mero disfrute.

Sería parte de una existencia imaginaria, del yo o del futuro Nos… siempre hay tiempo de vivir y morir, sin importar la distancia. Esa es la sátira de la robótica, que esparce el sr. Brooker como si fuera el recuerdo de Charles Manson y una incitación contra lo antinatura. Tal y como sucediera en multitud de distopías, en sentido contrario curiosamente, salvo en la transhumanista The Creator tomada como espécimen de nueva generación… sería un craso error…  Tras el Hal-9000 tomase conciencia del peligro de desconexión, un Terminator del tiempo violento, mercenario para acabar con la sombra humana, o que los replicantes desearan… conocer la reversibilidad posible del caos, o una muerte marcada a fuego… Es el mismo plasma de Solaris, el más allá de Lem y el GH de Gorge Orwell, más que tecnológico, tomase total control de nuestras vidas. Curiosamente también la suya, la del todopoderoso…

El resultado es la violencia, en cualquier caso, porque somos así… y ellos podrán serlo. De eso se trata la supervivencia, un cerebro protector, de una camada.

El Placer… Dolor.

Black Mirror se caracteriza por no andarse con remilgos, aunque sea en una retirada tierra escocesa, y las pintas se tiñan con sangre extraña. Como aquellos chicos se adentraron en el páramo, tras visitar esa taberna en Un Hombre Lobo Americano en Londres. Aunque, esta vez, los lobos son distintos… y el dolor también.

Es un poco estrambótico, el relato cercano y familiar, de forma que no termina de cuadra (como posteriores lobos….) con la estrategia tecnológica y visual de este espejo moderno. De otra forma con la visita a los videotapes del pasado. El resto es una sinfonía de lo inaudito, como pescar peces en un río revuelto, no en el mar.

El masoquismo más extremo, poco tiene que ver con otros aspectos sexuales o pornográficos… de los 8mm con Mr. Cage a Tom Cruise enmascarado. Y es que la sonrisa propone un doble sentido, estar a gusto con uno mismo o volcarse en una terrible escena de sarcasmo facial, como ocurre a través de la mente del Joker y su poder antisistema, pero, con la mueca manchada de terrorismo.

Otro caso de automasoquismo, en este ejemplo extremo y psicológico, serían la mueca del abusado en El Hombre que Ríe, su antecesor mudo; y llevado al terror más insano, marcado por las muertes autoinfringidas, estaría el filme Smile de Parker Finn (en busca de su continuación, era de esperar, ahahaheheha), donde las escenas automasocas, te llevan a un estado de confusión anímica y perjudicial en algunos estertores morales, si bien con un suspense narrativo, digno de mencionar aquí. Con la risa hemos topado, Fray Guillermo de Baskerville… como el que sale con ella a ligar por ahí… NO hombre, noooo.

Lobos y… demonios. Fin de la cinta.

Todo nace de un cierto desorden, desde la radicalización del feminismo, hasta el fin de lo conocido, anunciado… que en El Día Después, te acuerdas, fue un IMPACTO.

El sátiro creador de lo negro, intenta sacudir el árbol siendo participe del periodismo de una de las partes, optando por definir a unos y a otras, lobos o lobas. Y en cambio, está todo ya más que definido… El Mundo, la humanidad, no tiene remedio. Ni la globalización de agendas adineradas, tiene ninguna posibilidad… ¡Es más que factible que la jod… y nos vayamos al … !

Otro día hablo del otro lado de la Fuerza, con otro capítulo interesante de la serie documental que empieza, donde acaba todo, en lo desconocido…

Pues, el jefe de Black Mirror, contó en un artículo que cayera un buen día, en las redes de la AI, a ese otro lado de la narración experimental con Netflix. Es decir, el uso, el viciado, el voyeur expectante. Con la práctica del infraser (por ahora…)o Chat, G y no sé cuántos putos caracteres… que sí, que lo sé, pero me hago el longui, gege… qué puntazo. Con intención de engendrar un posible, nuevo capítulo indefinido, de la farsa creativa que nos acecha. Y como resultado, tras decesos del virus, fue una auténtica mierda según sus descripciones. Como la de esa Jane del capítulo, pero en digital saliendo de los dedos… Fue una plasta de todos sus episodios anteriores, remezclada sin argumentación novedosa y autosuficiente, hasta hoy…

No vaya a ser que la máquina aprenda a interrelacionar y… Ah, qué ya está en ellos, ¡válgame Daisy! Terminará jugando a las creaciones y eso… ya sabes lo que nos caga.

Por el instante, viste a la mona de paparazzi y se sale del negocio. Será por bienqueda, como si no formara parte de él, y se viste con la piel de las hermanas, con una simpleza espantosa., que termina comiéndose a todos los tíos, de la forma que fuera, hasta polis y bollicaos… y mandar a reflexionar con una mierda de instantánea final. No entiendo ni papa, con lo bien que estuvo la Luna en Londres o en las carreteras de Aullidos. Esto es otra cosa, reivindicativa y… a ciegas evolutivamente.

Y por último, tras 27 capítulos y una historia interactiva del volcado sanguíneo de autor, de lo escrito y pensado por humano, nos metemos en una explosión del sin sentido, entre lo vacuo del asesinato, lo metafísico de la existencia y el horror del hongo mortífero. Sí, ¡demonios de finales de los 70, campanudos! Y con Bonny M… Ma, ma, ma… maaaaá.

Aquí hago un inciso a las nuevas generaciones, para reconocer ese mencionado Día de Después, sin máquinas asesinas del futuro o AI, hasta ahora, porque alguno ya se lo puede estar planteando… Celebrando que el 40 cumpleaños de Terminator será el año entrante, como es ahora el de Blade Runner en esa guerra final con la máquina, en alcance de memoria y enseñanza. Y recomendar otro sincero alegato del 83 casi olvidado, desde ojos de la infancia, conociendo de primera mano, una destrucción o esa muerte por altas dosis de radiación. Reflexión en el interior de nuestros hogares y familias deformadas, tras un simple Testament de Hamelin, con la curiosidad de, que ahí estaban jovencitos, además de Luke Haas… Rebecca de Mornay y Kevin Costner, en incipiente imagen de los paparazzis de estrellas. La tecnología avanzando desde lo bélico, para convertirnos en energía limpia o positivismo del negativo… de a poco, hasta llegar a esa estúpida estampa en el suelo desangrado del capítulo 4, de la contradicción… Del éxito con la compasión, en una foto, no creo ni media.

Este compendio de ideas descerebradas y detonaciones, compone laSecta temporada de Black Mirror, que nos calienta como la fusión del Sol, o los chipsets a 40 y tantos grados en verano, reventando baterías futuras y pantallas. Y las máquinas, vestidas de lobos o coches silenciosos, atraviesan las calles de la ciudad, buscando peatones perdidos como si fueran drones a la caza. Y la guerra parece un videojuego de IA en pantallas negras, con jóvenes que cogen su automática, fuera de una serie sin personajes reales, o fotocopias unos de otros, practicando el dolor, robando tu dinero a distancia… hasta llegar a prescindir de las amenazas generales, con dos partes… hasta lo coj… Algunos somos imparciales, y moriremos sin mirar las carteras de ricos en agenda que, nunca abandonarán sus riquezas… de bolsillo izquierdo o derecho… ni queremos padecer, más noticias falsas de medios.

Simplemente, acabar con una historia contada en un blog, sin dinero, sin ideología… sin miedos. Hablando del AI al As… esino. Da igual su forma, es lo que hay, entre lobos y lobas, humanos. Negreiros… atpc. Na na nanáaaa, like a rolling stones, hey Judeee!

Post-mirror…

Contaba Mr. Brooker que, en día de esos lluviosos, también por su mente, el director del periódico mandase a una misión crítica, sobre el concierto de Glanstonburry… Como buen profesional, acepto propuesta a regañadientes, pues no sentía ninguna atracción por acampar,  y decir en distorsión visual con su imagen de camuflaje militar… “No voy a acampar jamás… Odio la lluvia, el barro, los inconvenientes relacionados y el malestar en general, los ruidos fuertes… la Gente y sus amigos que se encuentran… en una multitud chocando… y los borrachos que se chocan contigo y te mean en la pierna”… Y es que cuando llegas a un grado de comodidad, o nivel económico, es difícil desprenderse de ello, como de las riquezas con ideologías. Da igual el sentido, para la derecha o la gran izquierda… Es parecido a lo que desearía, una nueva inteligencia artificial… ¡Qué nada interfiriera con su posición!

Cuando deje de añorar a aquel cerebro del ZX-Spectrum de recortados Kas, los gráficos de Commodores Amiga, o la infantil cancioncilla tarareada por Daisy. Así que, no inventes cuentos, y deja que las narraciones se reinician y vuelve a la esencia, que es el concepto principal… o el fin del principio… o el inicio de la inteligencia más artificial, que nos muestra nuestros posibles finales… aunque no nos gusten. Así se vive en realidad… y se sueña en el espacio.

De lobos solitarios, ni manadas, no hablo… pues juegan con la luz masoquista del obturador para obtener los momentos macabros y comportamientos más tenebrosos del Ser… amigos/as de la Bestia. Igual que Guillermo del Toro, nos trajo el infierno a nuestra pantalla con aquella Cronos demi-mitológica y mecánica, que cumple años... Black Mirror en esta Sexta, habla de sectas familiares escondidas en la memoria de monstruos y máscaras, mecanismos oxidados de oficios oscuros, ante la rivalidad y la excitación del dinero… y la exacerbación del Yo, hasta la orgía de la extinción del Todo. Eso sí, sin explicación… Somos como máquinas de placer y horror.

Y la pantalla tibia, se calentó con salpicaduras de sangre, alguna correría furtiva de mente y vestidos de demonios con diferente pelaje… Ya no existirán las leyes de Asimov, carne así explotes, recordando aquella obra genial de Mr. Cronenberg, titulada Videodrome, y los labios saliendo de la pasión extremófila, que cumple años y recuerdos sonoros de Blondie… one kiss. No pico, no.

Ni existirá atracción, simple morbo, frío monedero, en una memoria quemada, recuerdo de la música de Bonny M, Ooooh, RaRa, Rasputín…  la gran Máquina del Amor… con látigo de cuero bélico, confeti del años 2000, el fin de aquel mundo, recuerdas… y olor a bombas H.

Qué venga ya la fusión, por favor… Beyond the Siiiii, (o sea)… na na nah, náaaa.


Cinemomio: Thank you

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