Una película algunas veces se mide por las miradas.
Como por ejemplo la mirada de la pequeña Quvenzhané Wallis.
Y la sal del mar y las lágrimas.
Cuando nuestros antepasados luchaban por su vida, en territorios extremos y salvajes, sus ritos quedaron plasmados en piedra y otros materiales. En La Bañera, esas grabaciones se imprimieron en carne.
Si bien aquellos primeros artistas, en sus cuevas iluminadas con fuego y manos temblorosas por el frío y la humedad, propagaban sus escenas de caza o batalla, ahora los tatuajes cuentan las antiguas historias como carnales juglares.
En tiempos remotos, las bestias buscaban subsistir con sus progenies, enfrentándose a valientes guerreros por la necesidad de la carne. Sólo los más fuertes sobrevivían con el fin de perpetuar su especie. ¿Salvajes?.
Pues bien, Las Bestias del Sur Salvaje, se quedaron dibujadas para la posteridad de las generaciones en carne y piel. Y sólo, sobreviven los más poderosos, en efecto.
En esta Bathtub (sita en el Delta Sur de New Orleans, Louisiana), su sociedad empobrecida se quedó anclada en el agua. Casi arrinconada, aunque no de sentimientos. Sus habitantes luchan igual que sus antepasados, por la supervivencia, día a día. El tiempo detenido en una Edad Media de enfermedades, hambruna y muerte.
Serían las bestias de épocas pasadas, pero también existe una especie de alegría y ganas de vivir, a pesar de las muchas dificultades y pertenencia a la tierra y el mar.
Estas luchadoras comunidades atrapadas en la pobreza y el lodo, poseen unos valores individuales que priman y están basadas en la libertad.
Y hay que ser muy fuerte, como Hushpuppy, para salir adelante. Su futuro le pertenece, porque sus ojos son puros y oscuros como el mismo.
Todo lo que observamos es a través de su profunda e inolvidable mirada. El joven director neoyorkino Benh Zeitlin pone la cámara con gran acierto en sus ojos negros. También en el padre de Hushpuppy, el actor debutante Dwight Henry. Casi al mismo nivel que la pequeña y también primeriza en trabajo y nominación al Óscar. Quvenzhané tiene su pequeña "gran" oportunidad.
La unión de sus dos personalidades construyen unos lazos, que aunque parecen resquebrajarse ante tanto infortunio, permanecen inquebrantables por su envidiable limpieza de espíritu.
Ya que las lágrimas derramadas servirán para nutrir a aquellos que nos alimentaron en nuestro comienzo. Las manos que nos sujetaron en infinidad de ocasiones para no dejarnos caer, estarán unidas en el barro salado, luchando como los cazadores contra estas nuevas bestias.
Personalmente, me ha encantado la poesía y la banda sonora que desprende por todos sus fotogramas. Los personajes quedarán como luchadores en el barro, y su pelea infatigable, en una mirada llena de ternura... y con unos ojos difícilmente olvidables. Para la eternidad del buen cine.
Cuando la vida nos obliga a ser duros,
mientras las bestias buscan nuestra carne,
cruces de lanzas con colmillos de uros.
Hushpuppy con su viva mirada inquietante,
derramará sus lágrimas buscando coherencia.
Con su padre una sóla persona, una existencia.
En Bañera de vida y muerte, emergente.
Somos hijos de la Tierra,
y del agua salada.
En una descorazonada,
la herida no se cierra.
Pequeña muchacha de ojos azabache,
protectora, tu madre vigila.
Desde de este lejano escaparate,
latas para gato, te envía.
Como carne en La Beñera
a todos da la vida.
Fuego y agua,
la niña crecida.
Elementos purificadores,
asesinos acechadores.
Fragua y humedad,
casa y ojos, soñad.
Tú, serás una Hushpuppy de verdad.
Pues, la fuerza acompaña tus manos,
y tu corazón, evidentemente.
Inmersa en tu enorme voluntad,
como bestias y hombres en el barro,
niña, te convertirás en mujer coherente.
Y si el mar, devora todo a su paso,
no sólo la sal, también el retraso.
La conciencia ecológica a la deriva,
escuchadla, o no tendremos salida.
El corazón y sus lágrimas son el caso.
Hushpuppy´s, padres,
Bestias del Sur Salvaje.
No os perdáis esta película.
***** Excelente ****
Benh Zeitlin: Once There Was a Hushpuppy - B.s.o. Beasts of the Southern Wild.
Como por ejemplo la mirada de la pequeña Quvenzhané Wallis.
Y la sal del mar y las lágrimas.
Cuando nuestros antepasados luchaban por su vida, en territorios extremos y salvajes, sus ritos quedaron plasmados en piedra y otros materiales. En La Bañera, esas grabaciones se imprimieron en carne.
Si bien aquellos primeros artistas, en sus cuevas iluminadas con fuego y manos temblorosas por el frío y la humedad, propagaban sus escenas de caza o batalla, ahora los tatuajes cuentan las antiguas historias como carnales juglares.
En tiempos remotos, las bestias buscaban subsistir con sus progenies, enfrentándose a valientes guerreros por la necesidad de la carne. Sólo los más fuertes sobrevivían con el fin de perpetuar su especie. ¿Salvajes?.
Pues bien, Las Bestias del Sur Salvaje, se quedaron dibujadas para la posteridad de las generaciones en carne y piel. Y sólo, sobreviven los más poderosos, en efecto.
En esta Bathtub (sita en el Delta Sur de New Orleans, Louisiana), su sociedad empobrecida se quedó anclada en el agua. Casi arrinconada, aunque no de sentimientos. Sus habitantes luchan igual que sus antepasados, por la supervivencia, día a día. El tiempo detenido en una Edad Media de enfermedades, hambruna y muerte.
Serían las bestias de épocas pasadas, pero también existe una especie de alegría y ganas de vivir, a pesar de las muchas dificultades y pertenencia a la tierra y el mar.
Estas luchadoras comunidades atrapadas en la pobreza y el lodo, poseen unos valores individuales que priman y están basadas en la libertad.
Y hay que ser muy fuerte, como Hushpuppy, para salir adelante. Su futuro le pertenece, porque sus ojos son puros y oscuros como el mismo.
Todo lo que observamos es a través de su profunda e inolvidable mirada. El joven director neoyorkino Benh Zeitlin pone la cámara con gran acierto en sus ojos negros. También en el padre de Hushpuppy, el actor debutante Dwight Henry. Casi al mismo nivel que la pequeña y también primeriza en trabajo y nominación al Óscar. Quvenzhané tiene su pequeña "gran" oportunidad.
La unión de sus dos personalidades construyen unos lazos, que aunque parecen resquebrajarse ante tanto infortunio, permanecen inquebrantables por su envidiable limpieza de espíritu.
Ya que las lágrimas derramadas servirán para nutrir a aquellos que nos alimentaron en nuestro comienzo. Las manos que nos sujetaron en infinidad de ocasiones para no dejarnos caer, estarán unidas en el barro salado, luchando como los cazadores contra estas nuevas bestias.
Personalmente, me ha encantado la poesía y la banda sonora que desprende por todos sus fotogramas. Los personajes quedarán como luchadores en el barro, y su pelea infatigable, en una mirada llena de ternura... y con unos ojos difícilmente olvidables. Para la eternidad del buen cine.
Cuando la vida nos obliga a ser duros,
mientras las bestias buscan nuestra carne,
cruces de lanzas con colmillos de uros.
Hushpuppy con su viva mirada inquietante,
derramará sus lágrimas buscando coherencia.
Con su padre una sóla persona, una existencia.
En Bañera de vida y muerte, emergente.
Somos hijos de la Tierra,
y del agua salada.
En una descorazonada,
la herida no se cierra.
Pequeña muchacha de ojos azabache,
protectora, tu madre vigila.
Desde de este lejano escaparate,
latas para gato, te envía.
Como carne en La Beñera
a todos da la vida.
Fuego y agua,
la niña crecida.
Elementos purificadores,
asesinos acechadores.
Fragua y humedad,
casa y ojos, soñad.
Tú, serás una Hushpuppy de verdad.
Pues, la fuerza acompaña tus manos,
y tu corazón, evidentemente.
Inmersa en tu enorme voluntad,
como bestias y hombres en el barro,
niña, te convertirás en mujer coherente.
Y si el mar, devora todo a su paso,
no sólo la sal, también el retraso.
La conciencia ecológica a la deriva,
escuchadla, o no tendremos salida.
El corazón y sus lágrimas son el caso.
Hushpuppy´s, padres,
Bestias del Sur Salvaje.
No os perdáis esta película.
***** Excelente ****
Benh Zeitlin: Once There Was a Hushpuppy - B.s.o. Beasts of the Southern Wild.