A comienzos de la Primera Mundial, se
produce un hecho que cambiaría el curso venidero de todas las guerras modernas.
Sería la revolución industrial con su eficiencia, la que introdujo nuevas
fuentes de energía como el petróleo, electricidad o gas, junto a productos tecnológicos
hechos con materiales metalúrgicos como el acero. El aire cada vez, pesaba
menos… para el ambiente de esos conflictos.
Pero los hombres seguían cayendo
prisioneros… cuando no fiambres. Y las mujeres trabajaban ya en ellas, las
industrias o fábricas. Desde el apocalipsis bélico, cuatro jinetes: tierra,
fuego, agua y aire, se llenaban de dolor y muerte… Se forja este tipo de corporación
casi indestructible en el futuro que, sin embargo, se llevaría por delante la
vida de sus predilectos hijos. A bordo de sus fortalezas de metal, que no eran
indestructibles, ni mucho menos.
Y la carne es más débil aún… en las
cámaras, como si de una película de Steven Spielberg se tratara… se conformaría
además un grupo salvaje de jóvenes caídos, que se disputaban en el tiempo,
aquellos mejores planos. Los papeles de esos larguísimos repartos que
sustentarían sus inicios en el mundo de la interpretación, heridos, precavidos,
satisfechos por sus trabajos. Cada cual, va a actuar y pronunciar su diálogo
con pasión, un discurso temporal camuflado en el conjunto celebrado o confuso…
que, es cómo funcionan las cosas en los ejércitos… y el cine.
Salvo caso, de algún lobo solitario,
espía o francotirador, hermético en un torreta rotatoria… que gira o respira,
sólo hasta que puede… o manda el jefe John Shiban o John Orloff – no confundir
con Orlok conde, del cual ya hablaremos…-, inspirados por obra de Breaking Bad
y Better Call Saul.
Aquí no valen egos, aunque haberlos
haylos, encajonados en las personalidades que representan, o acongojados… y eso
que no habían llegado aún las potentes adicciones químicas y sus poderes
mágicos. Sobre las que se recrearía el mago Francis Ford Coppola traduciendo
libremente las páginas de Joseph Conrad, gracias a su obra maestra de un
Vietnam cambiado por un Apocalypse Now, y a su constelación de estrellas
consolidadas o algún brillo por pulimentar.
Eso fue muchos años antes, de ser
atacado por el virus de Megalópolis y el endiosamiento megalómano de sus
personajes en la construcción emotiva, a pesar del amor en sucedáneo…, y en otro sentido, artístico afortunadamente para ellos, actores, masculinos
preferentemente, como protagonistas agonizantes de casi todas las batallas
sangrientas, en la historia de la humanidad.
Donde guiones, fundamentales como las
interpretaciones creíbles que vemos, que sentimos dentro del caos y el desorden de bombardeos
indiscriminados, – incluso el motivo climático, o los gastos de producción en las tinieblas -, respeten
los rasgos personales de los personajes, o sus maniobras históricas y reales. Ejemplos de estos repartos heroícos, nos vienen a la memoria en varias épocas.
Y en este lugar, a esta hora, el día
D, voy a hacer un inciso… Pues, existe una forma de trabajar en la Historia con
mayúsculas, en la cual no estoy demasiado de acuerdo, y es… cuando se
reinterpretan las grandes cuestiones que forman parte de la memoria. Es decir,
que perdono ciertas licencias en construcción de anécdotas, no demasiado
conocidas o demostrables, pero, auténtica sentencia de muerte, para las
representaciones que no pueden, o deberían ser cambiadas.
Pues es un engaño mayúsculo… Por
supuesto, no hablaba del ejemplo de Maestros del Aire para Apple+ y producida
por la Amblin Tv de Steven, el judío dorado, más la Playtone de Gary Goetzman y
Tom Hanks; sino del filme de Mr. Ridley Scott con Caracalla y Geta, con sus rostros torcidos
o Severos, odiosos de cualquier forma, – si bien incluye escenas espectaculares o gestos incendiados gráficamente
y airados-, y que se permite licencias históricas, que van más allá de lo
histriónico de los personajes. No, muy satisfactorias, que incluyen
paternidades ilícitas, mortalidades alargadas, gemelos entrelazados a una sentencia,
inventada, y otras ejecuciones animalescas o pérdidas de miembros, en brazos de
la acción…
Y sin embargo, tragamos… Para que se
entienda la historia, con claridad… así, como en la imaginación cabe casi todo,
y el espíritu ejecutor es libre para creer que Hitler fue ejecutado por aliados,
o bien el mundo se libró de él, gracias a la ingesta de pastilla… Fin, por
ahora.
Entre RAF y Centésima Sangrienta…
Por supuesto, lo principal – entre
otras estrategias o planes de vuelo -, son las distinciones oratorias, que
definen al personaje en cuestión y nos modifican las posturas. Sea inventado o
recreado con pasión… La realidad es muy diferente, y el Desembarco de Normandía
segó muchas vidas de ambos bandos… excepto la de un dictador español.
Y ahí, estamos los espectadores para
calificar sus operaciones con ejecuciones sumariales, distracciones bélicas de
otros menos conocidos, en una investigación, un homenaje, o una rendición… o
simples gárgaras para aclararse la voz, tras interpretación de un tema de Cole
Porter, o canción de Elvis, con diferentes acentos. El resultado suele ser, es
zoo de atavismos, sobre campesinos, egocéntricos o reservados, reclinatorios,
ante el miedo, o actos de loca valentía... De eso, están elaborados estos tipos
duros, un Anthony Boyle, que nos llevó a
la caza del asesino de Lincoln en Manhunt, hasta salir en el Juego de Tronos,
el Tetris o la vida de Tolkien – sus tres días Tes -, y nos avisa con su
próxima enunciación, que No Digas Nada. De su final, en la serie… pssst, si
sabes.
Callum Turner, otro que demostraría
su valía en aquella cinta especial titulada Green Room y los Animales
Fantásticos, hasta llegar a algo llamado, Eternity. Y de los que más se salen, Aston
Butler, al son del baile de caderas, uno de los oscuros en Dune II y motorista fantasma
en tiempos de Bikeriders – no confundir con Peaky Blinder, fuck -, rebelde entre
listas ejemplares de actores y más jóvenes, pálidos al brillo. Y siempre suena,
como ametralladora volante, el joven irlandés Barry Keoghan, inolvidable de
Almas en Pena en Inisherin o El Sacrificio de un Ciervo Sagrado, héroe de The
Batman y Eternal, hijo caído de Chernobyl, Dunkerque, 71´, El Caballero Verde
y, sí un Irish de gorrilla o sombrero, también en el cine… próximamente en proyecto Sam Mendes, sobre
The Beatles.
¿Lo esperamos…? Aquí en el aire, también,
entre explosivo y la congelación, vuelan chicos como Raff Law, David Shields,
Darragh Cowley, Isabel May, James Murray, Eric Tiede, Nate Mann (Licorire
Pizza), Edward Ashley (The Terror, The King), Adam Long (Cherry, Dunkerque),
Jordan Coulson (The Batman, 100 Nights of Hero), Oaklee Pendergast (Lo
Imposible)… y alguna fémina, Amma Canning (Dune The Prophecy), Joanna Kulig
(Los Inocentes), Lauren McQueen (Belgravia), o con los rasgos familiares de Ben
Radcliffe, Sawyer Spielberg, Nikolai Kinski o Alfie Tempest, el joven Lucius de
Gladiator II.
Así, se estampa una camada que
recuerda a las EasyCompany de Band of Brothers o marines de The Pacific, listas
del pasado televisivo; mas,con sabor o aire maldecido del 100º Grupo de
Bombarderos, con la 8ª Fuerza Aérea de B-17 o denominadas Fortalezas Volantes de
EEUU. Y alguno de la RAF que volaba por ahí, que aparece de noche eso sí… para
no enseñar demasiado el Ala. Mira que avisaban… y hay cierta crítica velada.
Algunos pocos, capturados, uno libre
recalentado por la munición de los antiaéreos, llegaron hasta el fin, ante los
más terribles Krauts, o la Luftwaffe, equiparada con temibles cruces de Hierro
en el fuselaje, sus gestos impávidos y sus misiles novedosos. ¿Entienden…? Sí, Roger.
100, sangre, cambio… los demás no
volvieron.
Fue un Centésimo Sangriento, sin
razonamientos… fatalismo en materia de aviación mundial… con sacrificios. Uno
de los regimientos volantes con más bajas en la historia bélica, sacrifican
vidas de unos 700 hombres en tan solo dos años de participación en la WWII,
desde noviembre de 1942 a esa penúltima misión. Donde el único superviviente
del grupo volvió salvo, y vomitando la tensión, de un cambio en los planes. Sin
embargo, condecorados por el éxito, limpiando las redes ferroviarias por las
que la Alemania de Adolf Hitler no pudo reabastecer a sus tropas, salvando
vidas tras el día D del desembarco de Normandía… o simplemente, no muriendo
bajo sus botas. Negras, y nazis.
En la constelación metálica de 299
aviones, abatidos, mental emotivamente para tripulaciones nuevas, de 10 a 20
hombres cada una, de las cuales aproximadamente, 900 serían capturados como prisioneros
de guerra en los diferentes campos, en los que el trabajo era tolerable para ellos,
cuando no eran ejecutados sin orden. En cambio, soviéticos no, aunque medio
millón del total de prisioneros escaparon o fueron liberados en el transcurso
de los postreros instantes de guerra, y que casi un millón se encontraron vivos
en campos, por contra, un total de 3,3 millones resultarían muertos o
ejecutados. Total, entre aliados protagónicos en serie, y demás participantes silenciados,
capturados por el Eje del MAL, se sumaron entre 6 y 10 millones de solados
prisioneros, y muertos en la II Guerra Mundial.
Sin embargo, por el convenio de
Ginebra acoredado con Alemania, se cree que solo unos 8340 occidentales murieron
en cautiverio.
Muchos soviéticos serían repatriados
en la llamada Operación Keelhaul de vuelta a la URSS y alguno ejecutado por
colaboracionista ante militares británicos, por ser acusado de anticomunista o
criminal civil. La ejecución por fuerzas yugoslavas se denominaría masacre de
Bleiburg. Mientras que Japón fue otra historia… bastante terrible, sí. Y se esa
manera terminó… debía terminar con el horror…
Y aunque los hermanos de sangre o,
salsa de cualquier imperio finiquitado, o por venir… no me resisto a la motivación
interpretativa, de textos novelados del escritor Donald L. Miller en que se
basa la serie Amos del Aire, a los efectos y, con mano ejecutora de directores
como Timothy van Patten o Cary Joji Fukunaga (True Detective). Al son épico o banda sonora del compositor Blake Neely (Greyhound
y The Pacific).
Patria, Religión y… Muerte.
Hijos como siempre… cuando faltan
antes de que la ley natural, nos lleve… es dolor inmenso. O no, depende de
algunos rasgos… de algunas maniobras en la obscuridad…
En The Substance, la hija que le sale
a Demi Moore, de sus propios rasgos, es muy hija de p… porque, entra en combate
con ella misma y su recuerdo, con lo que fue y ya no puede volver… a ser. Alimentándola
de más… Siendo ella misma, ya es ganadora de un premio dorado, y puede que se
lleve otro, sobre una jeringuilla de color verde fosforito, como aquella otra
del pasado y la ciencia de la resurrección de la muerte. Por tanto, es siempre bienvenida,
cuando la dicha es buena, y el guión, y la forma de referirse a la metafísica
de lo humano, y lo divino, una especia de nueva religión, que todos quieren… o
desean abarcar. O sino, una forma de retratar lo moderno, lo absurdo… lo
kitsch, lo horrendo, lo irrisorio… la deformidad del final.
Pero recordando, que su directora y
guionista, es una francesa llamada Coralie Fargeat, ¡qué no se olvide, eh! Y que
tampoco, se debe infravalorar el atrevimiento de Scott Beck y Bryan Woods,
dentro del tema psicológico-metafísico, con el trabajo realizado con Chloe East
(la veremos con Amy Adams en At the Sea), Sophie Thatcher (con el The Boys,
Jack Quaid de El Acompañante), & of course, el brit fuera de rango, en que
se está convirtiendo, celebérrimamente, Hugh Grant. Yo le daría otro Oscar,
joer… y a A24 un enorme aplauso, de nuevo… O por qué no, al mismo Nicolas Cage
por Dream Scenario, vaya.
Pero lo terminará ganando otro,
espero no Gladiator II, en una California que debe renacer de las cenizas, como
Ave Fénix, xDio.
El Padre y esos Hijos de...
Por supuesto, ante el hijoputismo
general… existen los héroes o los sobrevivientes, por encima de todo mal.
Resistencia de aquellos que aparecen en las últimas vivencias, como los que salieron
de algunas odiseas fatídicas en el pasado.
La expedición del Endurance,
capitaneado por un resistente Shackleton, pese a carencias, es una aventura sobre el hielo y el patinaje, más la
ciencia patrocinada de la exploración y el poder económico. Lo único que puede
conseguir estas cosas, tan inalcanzables en el pretérito, como salir con vida
de aquella situación trágica y deshumanizada. Lo puedes ver, sin la voz de Liam
Neeson esta vez, pero con sus propios registros sonoros y fotográficos, en
Disney+.
En cambio, tengo dudas en los Challengers
de Luca Guadagnino, porque sus hijos aunque bellos, no acabo por creérmelos… y
no sé muy bien, qué esperarme de otros que están en cartelera. Incluso
reconozco, que su Suspiria no terminé de verla… No sé si lo haré o me
convenceré… en otra vida posiblemente.
Al final, todo es la guerra entre el
capitalismo, y los que lo atacan, cuando fueron los verdaderos salvadores del
mundo, y se pusieron en guardia con la otra dictadura, que pasó de una
república… a esto.
Y, ¿ahora qué…? Te preguntarás… y
viendo la ciencia ficción apocalíptica de Fallout, y sus embestidas futuristas a lo Mad Max, a partir de compras diferidas después de la pesadilla, de los kilos navideños… de celos entre
profesionales, o familiares en cenas, de tergiversaciones, y cantos repetidos, al loro… de posteridad,
de engaños políticos, resucitados… regurgitados… Todo es mediocridad.
Sólo nos salva el arte… y el arte de
la guerra. Cuando siempre, ¡rechazamos el uso de las armas! Pero… ¿qué se puede
hacer frente a los hijos de p… eh? Pues lo que hizo John Ford… en las manos vigilantes de
John Wayne, ocultando el cerebro legítimo de James Stewart en las sombras, contra ese que
creció en la maldad, magnífico Lee Marvin y su compañía. Pues, el Hombre que mató
a Liberty Balance… La lye, Entre el amor florido de una Mujer, esa Vera Miles… y
sobreviviendo al recuerdo y al asesino psicótico de Alfred Hitchcock.
En el mismo sentido, aunque una gran
distancia en el tiempo, y el espacio cinematográfico, lo que le ocurre con
Don´t Move y Kelsey Chow (Fargo IV, Yellowstone) anestesiada y reinsertada por
su agresor. Por no hablar del cabronoide de Longlegs, la mala baba de los hermanos
gemelos romanos y la ida de olla de Denzel Washington… O si te parece poco… Pues,
a joderse y bailar hasta la obscuridad clásica, del alma, con la última de
Alexandre Aja – otro de la república francesa -, que se las trae con los hijos
extraños de una Halle Berry, celebérrima de nuevo en la obscuridad, y lo que esconde la realidad
de una vida, bajo una trampilla… El Miedo, a lo no tan desconocido... como se piensa.
Somos nosotros, las tres, cuatro o
cinco patas, los heridos, los supervivientes, los animales… Los Guardianes,
para el que quiera entender... un gran año de Cosecha. Un gran año del Terror.
Y las vueltas, a renacer… como el vengador, Conde de Montecristo. Un clásico
que nunca decepciona, por las manos de Dumas y la République, con esa mazmorra de olor a orín, rabia y
salitre… Por supuesto, es una clara venganza de los hijos, contra los otros
hijos de la rep… con inteligencia y con armas. Es lo que hay… Donde se forjan amistades, que van más allá del sufrimiento... como el nacimiento de dos nuevos seres, casi idénticos. Hermanos de ... fueron rescatados del olvido. POR TODOS.
Me queda alguna… veremos. Esa química
familiar, quema, como la química ácida de Reanimator… Oppenheimer bien lo demostró… y lo
reavivó de alguna forma calenturienta… para acabar la división… que volvería a renacer, una y
otra vez, una y otra vez, una, y otra, sobre la estratosfera, o con las armas
al hombro. O bajo el culo… con tu casco, ahí metido. Por si el señor, o señora…
de las Moscas. Flies…