Familia y rock and roll.
Nueva película independiente producida por IFC Films (aunque fue el año pasado cuando pasó por el Festival de Sundance) con la maternidad de una novel directora de Atlanta llamada Cat Candler, que nos propone las tensiones dentro de la unidad familiar en un pequeño pueblo del estado de Texas, entre la realidad y situaciones algo forzadas en el ámbito de delincuencia juvenil. Es un crudo retrato sobre la ruptura con causas muy diferentes (desde la separación con fin del amor o la desaparición vital de uno de los progenitores) y el paralelismo de una circunstancia que puede alejar la vida de dos hermanos y aunar inquebrantablemente la voluntad de otros.
En Estados Unidos, se produce este caso cuando un padre (de futuro esperanzador como posible héroe deportivo) se halla algunos años después en un estado de depresión y consumo incontrolado de alcohol, dejando de responder como cabeza tutora de su hogar, solitario. Sus hijos de 10 y 13 años ven como se derrumba todo alrededor, entre tensiones musicales que realmente ocultan el amor verdadero que subyace en ellos. Todo es un juego, una competición de motocross, hasta que deja de serlo.
La falta de responsabilidad de unos y la rebeldía mal entendida, llevadas por unas interpretaciones adecuadas de Aaron Paul que parece enderezar su viaje en la interpretación (Breaking Bad, Exodus) y la joven revelación de Josh Wiggins en busca de nuevas oportunidades; converge en una situación que podría cambiar la vida de todos ellos, incluso para el papel de una confusa Juliette Lewis y del pequeño de la familia interpretado por Deke Garner.
Sin embargo, la amistad a esas edades tempranas es quebradiza, pues se sustenta en sueños irrealizables o pesadillas verdaderas, cuando las cosas toman un camino irreversible, decadente y abierto al conocimiento de los vecinos. Todo puede destruir el sentido de la familia.
Las consecuencias golpean duramente a los más débiles (en Hellion se perjudica principalmente al pequeño) y la falta de valores refleja un comportamiento en la pubertad que trata de identificarse equivocadamente con los mayores. Violencia y demasiada facilidad en la posesión de armas de fuego, el caos que termina por derribar cualquier atisbo de amor. Amor paterno o fraternal en peligro bajo la mirada vigilante del estado.
En este filme Hellion que nada tiene que ver con el Hijo del Mal, existen diferentes demonios portadores de varios tipos de armas. En primer lugar, la fatalidad de una juventud que no espera de la vida un golpe de tanta crudeza cuando somos más vulnerables por la falta de experiencia.
Luego, aparece esa violencia sorda bajo una capa de odio, como una mancha corrupta en la sociedad que todo lo impregna con su hastío. Entonces, la pregunta sería si los estados no pueden asegurar la protección del ciudadano, ¿tendríamos que volver a usar la defensa personal y peligrosa en nuestros hogares?
Por último, la gran incomprensión que proviene de la falta de comunicación.
En la privacidad de un domicilio cualquiera, tras las puertas vecinas se puede estar empezando la hostilidad entre géneros, que al hacerse pública arrasa las perspectivas de hijos, pudiendo convertirlos en delincuentes habituales. Los medios gubernamentales deben intervenir siempre que se haya agotado cualquier otro medio, e intentar doblegar los vicios mediante la colaboración de padres e hijos.
Pero, existe algo que se me escapa en el filme por falta de entendimiento sobre la delincuencia juvenil actual en USA (o también en Europa), que sería el fracaso educativo y la desmotivación generada por el fracaso. Hasta que punto, chicos tan jóvenes pueden alcanzar esos niveles de rabia y odio, ni comprendo tampoco si serán el reflejo exacto en la realidad de nuestras calles.
La delincuencia pandillera parecía detenida en el pasado, pero ciertos guetos castigados por la crisis pueden recrear estos elementos perdidos, aunque no lo veo tan claro en edades tan tempranas, ni barrios más o menos aseados. Tomaré la expectativa de Hellion como una excepción a lo que veo.
Otro hecho que me pregunto es la vinculación del rock con productos representativos de la violencia juvenil, ¿no existe este comportamiento en otro estilos musicales?
El rock&roll asociado con armas y actos rebeldes como producto de marketing, vende simplemente porque otros tipos de música no serían tan determinantes culturalmente fuera de las pistas de baile de clubs o callejeras. O, la competencia bestial en concursos televisivos.
Por ello, el joven protagonista se debe fijar en las motos y el sonido eléctrico de una guitarra, podrían significar el futuro de sus sueños con su camiseta de Slayer y, aquellos saltitos y risas que sobre el sofá, emocionados realizaron él y su hermano menor.
Siempre que haya tiempo para compartir de nuevo esos momentos.
** Pasable ***
Slayer - South Of Heaven (Hellion Soundtrack)
Metallica - Battery (Hellion Soundtrack)
Presentación Fathers and Daughters, de Gabriele Muccino. Reparto: Amanda Seyfried, Aaron Paul, Russell Crowe, Diane Kruger, Quvenzhané Wallis, Diane Kruger, Octavia Spencer, Bruce Greenwood, Jane Fonda.