Nadie daba un duro por ellos…
Efectivamente, son de esas sorpresas cinematográficas, que llegaron hace un
puñado de años y sin conocer el oficio aparentemente, se hicieron con un
pedacito de nuestros instintos básicos… ¡O corazones fílmicos!, hablando de John
Cena y el jovencísimo actor londinense, Billy Barrat. Pero ya, se verá su
vitalidad… ahora voy a remontarme a una toxicidad.
En muchas historias literarias, a
veces las decisiones tratadas provienen de las coincidencias o de meras
conjeturas, o improvisaciones… ¡A ver qué pasa! Y de repente, notas que se
conforma una inconfesable película en paralelo… ¡Qué con el paso del tiempo,
posee su propia vida!
Lloyd Kaufman tiene su historia
underground, y la versión ingobernable del cine, creó aquella proclama de El
Vengador Tóxico. En un barril ochentero, anti radiactivo y desacomplejado, que
la productora Troma Entertaiment empleó para crear un negocio a parte. Sobre
todo con el vídeo... y la extrañeza de muchos. Sería también autor de
excentricidades gore como Sgt. Kabukiman N.Y.P.D., o la pérfida obsesión ultra
sobre el amorío más famoso que William Shakespeare escribiera, con el
rock&roll de Mötorhead y el tratamiento del incesto.
Y es que la promoción relativa del
filme, Tromeo y Julieta, nos pone en un desfase de letras y las intenciones
apócrifas del relato, y la anécdota de
los escarceos de Lemmy Kilmister con la interpretación. Y en los excesos de
este argumento irracional, junto al gore más que explícito y sangrante, allí,
aprendió el escritor de su padrino cinematográfico, un joven que es ahora dueño
del mundo Marvel, creador de aquella perfidia y convertido en director de series
y películas de éxito, Mr. James Gunn. Gracias sin duda a aquella radical
relación con Troma, algunos no se lo perdonan, mutó a aventuras de Guardianes
de la Galaxia. Y mantuvo el rock clásico en las cartucheras… o pletinas
espaciales.
En perspectiva, ahora empiezas a
comprender muchas cosas, en su relación con el humor, lo escabroso de ciertas
relaciones, la polémica en Disney y las escenas de acción de doble sentido,
redefiniendo los rincones oscuros de la galaxia, o el universo DC. Y
claramente, PeaceMaker contiene algo de ellos, de los tromazos y de Star Lord,
de la caballería, aquí cambida por su compañero alado… América.
Mr. Gunn surcó la polémica, en su
crecimiento desde la natal San Luis de Missouri, al lado derecho del
Mississippi en confluencia caudalosa con el ´river` del mismo nombre que el
estado y ciertas ideas; entonces con el transcurrir y las vibraciones, te comprometes
con esa inefable familia, de extravagantes, maltrechos y tóxicos maleantes…
digo amantes. Los hermanos quedaron al margen aparentemente, excepto uno de los
cinco, que nombre de Sean aparecería en próximos viajes, de raíces
judío-irlandesas, mutó a Kraglin de un Capuleto infecto, donde estampó aquella primeriza incursión con el conflicto shakesperiano
de los Tromazos. Para acabar apareciendo brevemente en la Tierra de Superman,
el extraterrestre humano de referencia, en un vuelo imaginativo de casi 30
años.
Y seguimos… pues ahí están los
Vengadores… y más. Sería un Gunn licenciado en Artes y dibujante de caricaturas
de, efectivamente políticos, que se
apuntaría al cinematógrafo tras la literatura. En prosa de la universidad,
obtuvo una maestría, curiosamente, y en 10 años llegó a conocer al mentor tromero, Mr. Kaufman,
aprendiendo a contar a base de tromazos gruesos, sus guiones… Hasta despuntar
con el Amanecer de los Muertos, y todo el mundo… Se cagó… y de risa también.
Hasta hoy…
El Ascenso…
Hay tantas cosas que contar, qué se
me juntan las historias como las canciones roqueras de una época… Pero, hace
apenas 3 años que junto a Peter Safran, se les concedió las llaves del universo
de DC Studios, como codirectores ejecutivos. Y la empezaron a liar decidiendo
el futuro de Warner Bros Discovery, hasta desarrollar el denominado Elseworlds,
al margen de la estratosfera mediática. O algo así… unas de cal u otra de
tierra... Pues en esos lares, hemos hallado el notable policiaco negro con
Robert Pattison de The Batman, de Matt Reeves.
O las animaciones de Teen Titans Go y
Harley la Queen, y por supuesto, El Joker, que en paz danza. Una incomprendida secuela
musical que desbarra para todos los cautos, y se podría convertir en unas
lunas, en una auténtica obra de culto sobre la línea atemporal. Ya veremos, si
sí o sí, no. De momento, en el margen más elevado nos encontramos a su
Superman, saliéndose de excentricidades románticas y acompañado por Luthor que
promete otras excelencias de cambio estratégico… Como el de Christopher Smith,
en paradero paralelo, cuasi desconocido.
El Descenso… A Tierra 3
La verdad que el asunto ése, de crossover,
esos de marras, me la traen al pairo… A mí lo que me interesan son las
historias. Y en este caso, o en dos o tres, tengo que decir que, unas suben y
otras bajan…
Peacemaker apareció como un guantazo
y con sus temas ochenteros, dejó su impronta en la primera temporada, debido
por una parte a sus personajes interesantes, comandados por Mr. Cena, y su
familia encabezada por aquel Robert Patrick, de armas tomar, y otras cosas…
Mientras que, en otra estratosfera confiscada por extraterrestres, me hallo en
la frontera con la nave nodriza descalcificada, que vuelve a tomar algo de
fuerza en esa especie invasora, que significa la tercera temporada de Simon
Kinberg, yendo de aquí para allá, entre el terror de la primera y el
aburrimiento de la segunda Invasion. Y en esta, casi definitivamente podríamos
percibir, sin el nombrado actor Billy Barratt, que se metió en el Kraven de
Marvel, y tras un cráter, con el profundo acojone de la cinta de Bring Her
Back.
En este vaivén de sensaciones al
abrir puertas, que te mueve por la hilaridad, los diablillos a lo Gremlins, y
la pérdida de conexión con el pasado, también podemos añadir que, algunos
superhéroes, fuera de la zona de confort, se suman al universo caótico en
películas. Como los desconectados con el éxito de los grandes, en el caso de
los Thunderbolts*, o el viaje al pretérito del cómic de los 40 y su serie de
dibujos animados, a través de los Fantastic Four: First Steps.
Significa una vuelta de tuerca a los
orígenes, a los trajes elásticos y azulados con el 4 – que parece un cinco -, y
al cambio de paradigma del director Matt Shakman, que tras alterarnos con la
notable WandaVision - y participar ocasionalmente en lujazos como Juego de
Tronos, Mad Men, Fargo, Succession, The Boys… y otras -, nos ameniza con el
sentimentalismo de los personajes de antaño, y ese monstruo de otro mundo, al
estilo gigantesco de Harryhausen…
La historia es que, en el descenso de
Peacemaker frente a la primera, hay una diferente convergencia en los tiempos
de la tv, como la de Invasión, significa un leve ascenso… sin demasiada
definición, a raíz de sus postreros capítulos. Mejor que la segunda, pero no
demasiado. En fin, alienados, qué no alienígenas… Lo digo, por ti…
Y… los otros reversos.
Por aquí y por acullá, explotan naves
que nos traen nuevos habitantes, y avisan con el advenimiento de otros, no tan
perrunos como Supermán. Que producida por J.J. Abrams y su exitosa Bad Robots,
parece más infantil que nunca, al contrario que el hacedor… Para a continuación, seguir en perspectiva
animada con un próximo Batman The Caped Cruzader, por el regreso al ruedo
caleidoscópico del trazo logitudinal, la percepción cuadrada. Hasta redefinir
la fantasmagórica obstrucción de las pruebas en un nuevo Constantine, en carne
y hueso, dirigida por Francis Lawrence (Soy Leyenda, The Long Walk). Con Keanu
Reeves, que deja de momento su incalculable progreso, también económico, con el
sorprendente John Wick.
Además se confabulan en ampliar la
saga llamada Batman Epic Crime, que empezara con la derivación televisiva de ElPingüino, y esa recordada, premiada pareja criminal de Cristin Milioti y Colin
Farrell, a la nueva investigación, cuasi privada, de The Batman, part II.
Mr. Pattison de nuevo, sobre las
penumbras de Gotham, cauteriza su amor
sobre la Zoé Kravitz, o no, que se debatiría con el Oswald Oz de Mr. Farrell, el
Joker efímero de Barry Keoghan - imprescindible actor en Banshees of Inisherin,
la excelente Chernobyl o el aterrizaje en Masters of the Air. ¿Y un amor
inconfesable…?
Igualmente se espera la entrada en
escena de Calendar Man, conocido en la obscuridad de The Long Halloween, muy al
estilo de Zodiac, y un Mr. Frost intelectual, que fuera interpretado en tv, por
grandes como Georges Sanders, Otto Preminger y Eli Wallach, y en la gran
pantalla por mi anterior protagonista de este blog, Arnold Schwarzennegger.
¿Quién será el congelado afortunado? Otras apariciones… Hush, y el hijo Damian
– no sé si referencia a aquel otro endemoniado -, y probable la vuelta estelar
de Robin en mallas, frente a una Corte de Buhos… Pero todo se retrasa en The
Brave and The Bold, dirigida por Andy Muschietti (It II, The Flash), por
aquellas huelgas de guionistas y por la participación de Robert en La Odisea de
Christopher Nolan. ¿Qué será de Robin…?
Sólo me faltaba que, a alguien se le
ocurriera hacer una incursión por el
Egipto de los Faraones, a través de la figura borrada entonces, de Akenatón y
Familia… y se tardara en realizarla, una… Eternidad. Mientras al Oeste del
Mississippi, que no es aquel Este, ni mucho menos, litigan con revólveres y
otras hostias, Gunn se cuelga del precipicio, en la lucha del Coyote vs. Acmé,
y se las tendrá que ver con Man of
Tomorrow… creo que sin Alexandra Daddario, pero yo qué sé… ¡Lástima!
Por último, y por extenderme algo más
en contextos futuribles… como las alas de un águila en vuelo… Nicolas Hoult on fire
como Lex, y promete atracos al lado de la mencionada Zoé y la Anna Sawai de
Shögun. Cuando otros empiezan a cargar un poco en Peace, excepto la sensación
de Sol Rodríguez, ¡qué es un solete!, y Frank Grillo (Tulsa King) con el Rick
Flag, se irá de investigaciones con Olga Kurylenko. Sin embargo, lo más
importante, a mi parecer… es la aparición tragicómica de Michael Rooker
(Creature Commandos, Horizon) que nos acojonara con su serial killer en el
retrato de Henry, nos visitara con su silbido con los Guardines, y… joer, traerá
acción a raudales, hasta Korea… y ¡AH!, otra visita en aquel reverso tenebroso
de John McNaughton… ¡Sí, joder!
Y, ¿qué pasará con Mr. Cena? Se
cogerá las púas y empezará a armar la tremolina en otros mundos… ¿Y Mr.
Patrick? Se transformará en un T-1000 antinazis, y rearmará los pedazos de Mr.
Rooker… Y ya que otros vomitarían con la versión de El Vengador Tóxico, de
un curioso director novel, actor
extraido del núcleo de Oppenheimer, de la inmensa The Florida Proyect y el
estereotipo habitual en La Cosa del Pantano, ¡vaya también en Green Room…!
Y de los reversos oscuros en las
carreras de Peter Dinklage y Jacob Tremblay (Damian Wayne en los dibus, o como
la voz del prota de Orion and the Dark), por no hablar de los injertos y los
disfraces de Elijah Wood al estilo de Oz pingüi o un Frodo en The Hunt for
Gollum, y del cazador Kevin Bacon de The Bondsman… quizá hablé un poquito más.
Y del baile entre Mike Flanagan y Stephen King… Muy lejos ya de esta galaxia… oxidada como los pasos en La Vida de Chuck.