El Despertar de una Poesía, nada rutinaria.
Paterson, es un joven que observó la guerra de cerca, convertido en soñador con los pies sobre el embrague. Todos los días laborables se levanta a la misma hora, sobre las sábanas de la lírica diaria. Abrazado a su fiel compañera, esos primeros minutos despiertos están repletos de confidencias y sensibles tocamientos para empezar la jornada. Esta cama a la que nos referimos, está sita en la misma ciudad de Paterson en Nueva Jersey, lugar de nacimiento del boxeador Rubin "Hurracane" Carter con sus puños cargados de cloroformo y derechos, del actor cómico Lou Costello (antes de emparejarse con un más formal Bud Abbott) y cuna de Allen Ginsberg que, luego, formaría un lado del triángulo poético y amoroso de la Generación Beat, junto a Jack Kerouac y William S. Burroughs.
Así, limítrofe con el estado de Pensilvania y su tradición del Día de la Marmota, cada mañana despierta con una pequeña actividad sexual sin percatarse apenas del paso del tiempo, solamente en las cosas sencillas que nos rodean. Imperceptibles, excepto para un curioso conductor de autobuses, un escuchador de las voces de sus vecinos o un simple, frecuentador de lo cotidiano o la poesía urbana. Un admirador de los silencios y las pausas, de las risas y diálogos privados, de la naturaleza libre y salvaje de las cosas, de los estados de ánimo, de los poemas de un individuo nocturno como William Carlos Williams, como el titulado Paterson sobre el pueblo norteamericano y su lenguaje callejero.
El arte, seduce como un delicioso dulce, elaborado con cariño y paciencia, o se muestra duro de difícil y pesarosa deglución, para acompañar un habitual coloquio desayuno antes de encarar la jornada. Nada que ver con el día opresivo, el agobio existencial y amor no correspondido de Phil Connors, interpretado por un divertido e inolvidable Bill Murray, en la película Groundhog Day del recordado y simpático Harold Ramis. Aunque, subrayen frases con un fino sentido del humor.
Adam Driver el otrora oscuro Kylo, es ligero, pero aporta su peso en oro a la película. Retrata a la perfección a este tranquilo ciudadano, amigo bebedor de cerveza y pausado guía, que desciende al asfalto cada día, para reencontrarse con las palabras ocultas en el tráfico, en las calles y aceras, en los asientos de atrás o con la belleza, distinguida por las famosas cataratas de su ciudad natal. Entonando sus sonidos y pausas, deslizando los personajes habituales por su libreta, observando escenas cotidianas y sus pensamientos en voz alta, rimando sus propias sensaciones en privado. Paterson, es todo un curso "poco acelerado", de la estructura poética en la calle y sus pasos contemplativos.
La ruptura de lo cotidiano, lo expresa Laura con exaltada pasión, su esposa y repostera casual... por ahora.
Mientras él, conduce y rima; ella cocina sus extravagantes dulces, salpicados con impaciencia laboral y los acordes soñados de una guitarra. Es expresiva (algo redundante en principio) e incansable en sus pruebas culinarias, gracias a la potencia y belleza facial de la actriz Golshifteh Farahani. Son dos mundos diferentes, que se entrelazan al amanecer y se separan mentalmente a lo largo de las horas, una pensando en futuros negocios, el otro enfrentándose a la iluminada imaginación.
Cuando el actor californiano y poeta cinematográfico, sale al exterior, a veces, recuerda aquellos paseos de Jack Nicholson en Mejor Imposible u otras películas con graciosos canes incluidos. Sin embargo, el cerebro que reside detrás de los versos y la cámara, pertenecen a dos autores que se expresan con calidad de textos e imágenes, entre el escritor integrado en la Escuela de Nueva York y profesor de poesía, Ron Padgett, y el director de la pausa, de las conversaciones y el estilo. De la alienación contemporánea y la intelectualidad fotográfica, incombustible como los sueños, Jim Jarmusch.
Se muestra invariable, en contraposición a la longitud de sus estrofas o eclécticas rimas. Habitualmente, se percibe como el auténtico ser, aparentemente privilegiado, que visualiza desde su cumbre hogareña. El animal de compañía de ella, con su trato excesivamente cariñoso, espiando los estados de ánimo en ambos y los ruidos procedentes de su estómago. El perro que evoluciona, hasta convertirse en un confidente silencioso, como la mayoría de las cosas que aprecia. Quizás, sólo mortificado por esas pesadas digestiones, la mirada vespertina al reloj y su pantalla digital, el saludo conciso y al grano (negativo) de su compañero en la compañía pública de autobuses urbanos, ciertos diálogos machistas o revolucionarios de juventud, la charla inconclusa en una barra de bar, riñas amorosas no correspondidas, quejas de la mujer de un jugador, ruidos de un motor averiado, los caprichos de su compañero canino de paseos... aunque, no opine sin ese particular sentido onírico.
Aún así, Jim Jarmusch le concede libertad de pensamiento, de las decisiones correctas a tomar próximamente, o las circunstancias que confluyen en su propia derrota, su escritura semi-secreta, su propio guion de la existencia.
Del otro lado de esta realidad poética, están los encuentros sugestivos con la naturaleza, la piel y el olor de un horno pastelero, el respetuoso cuidado a sus pasajeros, las charlas sustanciales con el camarero o la chica poeta, los derechos adquiridos con el carácter y cierta gratitud por la vida, el sabor de levadura fermentada o el azúcar en los labios ajenos, la crítica calmada sobre la actualidad política y social, un bar de la esquina... La confirmación de un héroe a la fuerza.
Paterson se sincroniza a los paseos, con los interiores entrañables, mecido en brazos del viento, con las imágenes y las palabras. Como un filósofo callejero, aparcaría sus silencios en la barra amiga de un bar, y escucharía del otro lado, con la pasión de un cinéfilo. Un rapsoda de vidas efímeras y anónimas, amante fiel, fotógrafo de instantáneas curiosas, como la de los artistas y personajes pinchados sobre un corcho en la pared de un local conocido. Un desafío diario al aburrimiento, un reto al desamor y la desesperanza, a los trucos de gemelos en una partida de ajedrez o espejo atemporal, tal que Alicia visitando su propio país de las maravillas o elementos, menos fantásticos.
Además, cuando el guion de Jim Jarmusch se acerca peligrosamente, al rechazo, por un comportamiento nervioso y repetitivo, exigencias de una futura empresaria o repostera de prestigio, lo suaviza con capas de glucosa, con empatía privada y emocional nada empalagosa. Hacia un final de privilegios caninos, demasiado demandado por un silencio felino y atragantado. Se aproxima a la literatura romántica, Romeos y Julietas, o el cine negro, con esas mujeres panteras que acechan en sombras y el miedo escénico, al amor. Al monumental blanco y negro que subyace en su mundo de colores de su barrio y gestos rutinarios, a las fauces que le devorarán por dentro, al éxito social de ella y ese concluyente, fracaso privado de él. Aunque, con una cálida sonrisa...
En la escucha activa, además de oídos se conduce a una apertura de ojos, reconociendo el romanticismo en las rutinas, el minimalismo intelectual en simples líneas, con rima asonante, a tomarse la cosas y los peligros de nuestro alrededor, con un poco de filosofía, casi como un consejero ascético. Pero con un sentido oriental, práctico, dual como el yin y el yang. Espiritual, callado, risueño y elevado, como la interpretación mágica de Adam Driver.
Ya tendremos tiempo, de ver al joven Mr. Driver y notable poeta, conductor y actor, en competiciones más ruidosas, como la dirigida por Steven Soderbergh sobre dos atracadores y hermanos en la Nascar, junto a Channing Tatum, Daniel Craig y Katherine Waterston, en Los Últimos Jedi del Episodio VIII, a El Hombre que Mató a Don Quijote de Terry Gilliam, incluso, se habla de una película dirigida por Sylvester Stallone y otra por el francés inconformista Leos Carax. Atentos, abrid vuestra mente y escribid... alegre-mente.
Ron Padgett lo hizo y ahora, pertenece a esta película, producida por Amazon Studios y Animal Kingdom. Paterson es simplicidad de un método, para transformarse en algo excepcional. Un viaje a los rincones del proceso creador y el barrio, por los sueños y sus derrotas parciales. Una comida sabrosa, especiada, que deja un sabor agridulce...
Jarmusch desde el corto Café y Cigarrillos (1986), despliega la luz y los terrenos confortables, no exentos de crítica existencialista, cuando su mundo se había exhibido en la oscuridad en tantas ocasiones, sobre el humo y la poesía en las letras de una canción. En hombres marcados por distintos recorridos vitales y conversaciones underground (ejemplos como Mystery Train, Noche en la Tierra o Dead Man), Jim Jarmush vuelve a rimar imágenes en Paterson, encadenando vidas en color, desde otro tipo de animales míticos, como Ghost Dog: El Camino del Samurái, los humos abandonados de Coffee and Cigarettes, la perspectiva solitaria de Flores Rotas, la vida marginal en Los Límites del Control, la poesía decrépita de Sólo los Amantes Sobreviven y la música terminal de Gimme Danger (documental sobre The Stoges e Iggy Pop).
Al final, el poeta observador Paterson es extraño para el gran público, pues no posee móvil u ordenador personal para expresar, usa la atención, un cuaderno y lápiz. Es un personaje, no tan introvertido como parece, es un libro incompleto, una ciudad como tantas del mundo, y notable película... donde se vive a través de la poesía, no por medio de ella.
De hecho, busca la vida simple y la contempla desde el proceso de escritura, para magnificar la obra artística, con la fuerza de la imaginación y... una sonrisa.
Así, este riesgo poético es siempre, asombroso y destacable, como Adam, Jim y Lou...
Homenaje de la ciudad de Paterson a Lou Costello.
Paterson Soundtrack.
Love Poem.
We have plenty of matches in our house
We keep them on hand always
Currently our favourite brand
Is Ohio Blue Tip
Though we used to prefer Diamond Brand
That was before we discovered
Ohio Blue Tip matches
They are excellently packaged
Sturdy little boxes
With dark and light blue and white labels
With words lettered
In the shape of a megaphone
As if to say even louder to the world
Here is the most beautiful match in the world
It´s one-and-a-half-inch soft pine stem
Capped by a grainy dark purple head
So sober and furious and stubbornly ready
To burst into flame
Lighting, perhaps the cigarette of the woman you love
For the first time
And it was never really the same after that. All this will we give you
That is what you gave me
I become the cigarette and you the match
Or I the match and you the cigarette
Blazing with kisses that smoulder towards heaven. Another One. When you´re a child you learn there are three dimensions
Height, width and depth
Like a shoebox
Then later you hear there´s a fourth dimension
Time
Hmm
Then some say there can be five, six, sevev I knock off work
Have a beer at the bar
I look down at the glass and feel glad Poem. I´m in the house
It´s nice out
Warm
Sun on cold snow
First day of spring
Or last day of winterMy legs run up the stairs
And out the door
My top half here writing.
The Man Who Killed Don Quixote, de Terry Gilliam.
Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales, de Joachim Rønning y Espen Sandberg.