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domingo, 6 de febrero de 2022

Animal Kingdom. Season III & IV

 

Heridas a flor de piel, sorprendidos, ante la ídem agujereada y con la policía tras ella. ¡Una maldita bala y una anciana! Ellen Bzrkin, la reina de la tele, al menos en California.

Las tribulaciones del Negocio, se van complicando a medida que crecen... o maduran más bien. 

Estos chicos, sus niños... parecían santos. Inmaculados.

Desde aquellos tiempos pretéritos de sangre en el cine con David Michôd como reportero, y el amigo Guy Pearce como el sargento perseguidor Leckie, la cosa se ponía tensa, como la cuerdas de una guitarra eléctrica.


El futuro de la cuadrilla, más familiar en los palos subterráneos, podría resentirse y verse comprometida, emocional y económicamente... si varios mueven los hilos de forma equivocada, y la gruñona Smurf no sale de la prisión a tiempo. Este actual, el otro es una divagación evasiva. 

¿Quién conoce ese porvenir, si un él o ella...?

Quién controlará a los depredadores, si se destaparan antiguos agujeros en el terreno, no cerrados, o se machacaran semillas que se revuelan en el presente... y no de marihuana... si no, de otra gestación.

Esto no es la sábana esplendorosa de un reino animal, está todo enfangado... y más que lo podría estar, es cuestión de la sangre, mala. Como aquella película de Léos Carax, cosas de pagos. No tan ´santa` como la de Jodorowsky... no tan fácil, como la de los Hermanos Coen. Siempre pringosa, pringada.


Más bien, la oscuridad de un profundo océano. O la mente

En los últimos tiempos, en este reino o cualquier otro bajo el mar, pregunten a Annabel Lee y su deceso... siempre me he acabado cuestionando... cosas. Personas... personajes.

Son preguntas, cómo se hacía Mr. Williams en soliloquio escrito, en la boca de un príncipe de Dinamarca, no de los ladrones. Es la venganza, amigos.  

Pero sí, me pregunto... ¿Si votarán, los criminales, delincuentes habituales o depredadores sexuales? Lo harán cargando a la izquierda, la derecha... por 

Soy así, retorcido como una condena en redes sociales o un guión de televisión... Ya contaré sobre Jonathan Lisco...

¿Se declaran antisistema y no manifestarián su derecho democrático? 

No lo sé, I d´ont now, que decía Pedro ante el Lobo... No me cuentes películas, Pedrito.


Sin comida, nos alimentaremos de carroña, residuos en cubos de basura, lujosos. Al fin y al cabo, esto es la soleada tierra del Pacífico, tierra de sueños eternos.

Todo depende de pequeños, grandes matices... recuerdos, visiones... y objeciones a la hipocresía. Pero, la serie va por otros tiros que no tienen que ver con la política, sino con aquellos alimentos o la necesidad de mantener ocupadas las pequeñas bocas. Que están por venir...


Posiblemente, los criminales más poderosos, reyes del crimen, a los que roban el aliento y matan, en una selva podrida... Se puedan infiltrar en todas las orientaciones políticas, u otras instituciones, incluido el arte o el espectáculo, donde la saga El Padrino latín... y lleguen a poner reglas como tales. Pactar y dictar las leyes, la vía de vender sus productos ilegales, sin problemas con la justicia, comprando intenciones como Sopranos de la costa. Para perpetuar sus negocios sin llamar la atención. 

Así, pueden sangrar a otros, sin sentir, el cuchillo en el cuello. Pregúntenle a los caballos, o cualquier otra yegua... baldía.


Además, en otra realidad más cercana, puedan violar impunemente... o destruyendo a jóvenes embriagados, de medio mundo con el tráfico de estupefacientes... mientras que los padres y madres, sus familias, sólo les queda enterrar el futuro. Y sentarse a intentar ver la televisión...

Todo se camufla bajo el escaparate televisivo o mediático. Se inventan estrategias para esconder la realidad y se manejan los hilos de las historias, para mover las piezas. Confundir, hasta que ya no son necesarias y, entonces... se corta la cuerda, o se olvida a duras penas.

Siempre alimentando a las alimañas, definitivamente. Este Animal Kingdom, tras la destartalada apariencia familiar y esquivando las filtraciones externas... los trabajos, palos o golpes, se resuelven con máxima profesionalidad, como siempre. 

Cada vez más despejados, madurando... rodeados de matices huraños que provienen de ese exterior más contaminado y el sexo con adicción... que son condenas a corto plazo. La sangre y el semen.

Se abre un amplio rango de oportunidades... o también de inconvenientes, objeciones como la muerte. ¡Otra vez, rondando... en las cabezas! Algun@s ya lo veían venir...

El dinero, más que el ser, o no, tan cercano a la familia y tan lejos... es la cuestión.

Bienvenidos al reino de las apariencias, un teatro muy familiar... de andar por la playa.

El NO Sex...

Aquí, a la tercera, no es la vencida. Todo Kingdom I-II, parece un cacao maravillao, al borde de la piscina... como siempre, explosión de actos con un ramillete de allegados, que poco a poco van a ir desapareciendo... o no. 

Seres, o animales, dispuestos a "prostituirse" por saldar un pasado equívoco, libre quiero... ser... la condena.

El caso es buscar unos billetes sin trabajar o intentar saciar al mono de las drogas y su particular jungla, que se convierte en el mal que lo esconde todo... como el alcohol. Somos monos muy humanos, por descontado.

Es decir, que muchos se abrirán de piernas, por una u otra debilidad o posición, esa es la cuestión.

Sin demasiadas evidencias visuales, que van remitiendo en este reino animal, todo quisqui se acuesta con el que se arrima, a la tercera. De la cuarta, y de la quinta no dirimo aún, es otra... cuestión.

Da igual el pino o el motivo al que dar la patada, ha sido su triunfo en esta serie, desde su inicio. Como descorchar semicorcheas, con una ganzúa. 

Pero tal vez el éxito de la emisión, ha ido reduciendo esos encuentros libidinosos en la pantalla, para someterse a otros placeros colectivos, hasta que solamente se muestre la sangre. Que lo acaba tiñendo todo, desde una nave semiabandonada, hasta una explanada en el exterior.


Hasta entonces, todos follando e insuflando en la tercera, excepto Pope que se queda observando, tal que un depredador con esa mirada enroscada, de psicópata desventurado y padre por necesidad. Que no putativo. Notable interpretación de la amargura... y el caos interior.

Fuera del rango de primogénito, de hermano y de una próxima misión, podría ser la clave de la sucesión en la sangría, más bien cervecera que es costumbre por estos lares. 

Pero esa es otra maldición, que quizá tengamos que retomar... en caso de derramamientos, de propia o ajena.


Esto es una familia unida, que no revuelta, ni penetrada... dependiendo de la actividad y la sucesión de entradas o salidas. Jonathan Lisco y David Michôd han regado la fiesta, con los allegados y asesinos varios, de muy diferentes condiciones y estrategias extraviadas. 

Todos aparecen en la piscina, juntos sin mascarilla, eran el 18 y el 19 prepandemia, aparentemente desamparados, hambrientos, mucho; en cambio, esconden la fachada hedionda, la risa de la hiena, herida, tras gigantesca máscara de apariencias.

.. y deseos ocultos. De esto saben bien sus cabezas y guiones, y de amarillos. Aunque no hablo de la lluvia, sino de torrentes.


Ahora, lo que parece un acercamiento más calamitoso, o narrativamente defectuoso a esos inicios de Animal Kingdom y la película original, es que se mancilla con un flash que descubre el rostro sanguinario... un poco de paciencia, por favor. Demos una vuelta, a esta selva, que la conoces muy bien... Después se va aposentando esta tercera temporada, según se descubren viejas relaciones del pasado y ciertas bocas empiezan a soltar perlas. Hasta chismes o chistes, que te dejan un buen sabor, como el sexo sin prisa... o no.

Por supuesto, también las mujeres encuentran su sitio y sus plazos, del pasado hasta nueve, cambiando la concepción de la historia. Desde el cerebro que se exprime entre los barrotes, sin poder rondar su cama, hasta las conocidas Molly Gordon (Nicky), que sabe bastante, Aanya Deva, la niña ambulante y víctima. Carolina Herrera (Lucy) punto y final, Christina Ochoa en nuevo alumbramiento del guión, ya te digo. 

Ahora otras se acomodan en la tumbona, Dichen Lachman, ladrona exclusiva bien abierta... de orejas, nepali de sangre australiana como su padre, Shovi Rodríguez, pandillera con exigencias y ganas... de joderla. Emily Deschanel enganchada a la sombra, a la mueca perpetua y, especialmente, Leila George, d sugerente vestimenta vaquera y rifle... más que hippie y flores en el pelo... según el personaje, no está en misión de paz, precisamente. Más bien de gloria, bendita.

Los personajes femeninos, son fuentes de desventura parafilial, sigilosa y sexual. También de frutos... Que vienen y van, como los tiros, de uno u otro tipo. Así, unas puertas se cierran definitivamente, y otros butrones se abren de par en par. Es el alimento de la serie.

Incluso los más arriesgados que se atreven a saquear a mafias orientales aposentadas en una fachada legal para la venta. Y todo frente a las narices de los sabuesos, que buscan la oportunidad denunciable en los fluidos cercanos a la familia.

Mientras otras simientes artísticas, de esos orígenes o procedencias delincuenciales más exclusivas, ofrecen su cuerpo para ´confiscar` bienes a contactos con mayor cartera. Aunque el sexo y el arte, le cueste quedarse compuesta y sin novio... o dos, tal vez.

En general, todos van perdiendo o se hacen los muertos en la piscina, con menos tensión superficial y panza arriba, como gatos perezosos, al borde del ahogo... pues la partículas que los mantenían a flote, andan medio rotas. 

Deambulando entre el sí y el no, te quiero, pero algo menos. Me matas, o te mato, te doy la pasta o te aguantas sin contar, ¿y el sexo...? ¿Qué cojones hago aquí...? ¿Y tú, okupa del alma...? Tú, me dejaste entrar.

Si no parecéis familia, ni padre que la fundó... todos arrimados y aburriendo al personal... basta de cambios, al grano, al palo... Yo me conformo con atravesar el tiempo, sin documentos... y aparecer, chas, a tu lado. Cerca de los gloriosos, setenta, época de sangre agradecida, piedras rodantes y de Eagles.


Pronto llegarán para alegrar el cotarro... ¡Parejas de aquí, y acuyá! Que son la misma familia, en distintas épocas, y cigüeñas. Con allegados por ambos lados, claro. Esto será otra cosa, más sangre. Menos sexo y más pistolas, dando redondez ventral y visceral, a la historia.

Otras se inmolan en la indiferencia, como una pequeña punción supurante, en el recuerdo de esta pandemia que nos sentó ante la televisión, durante horas. Que asoló generaciones perdidas a finales de aquellos setenta y los ochenta, cuando vibraba el rock , y hoy se sirven en bandejas de juegos acuático, con sexo más formalito en difusión. Sin embargo, el mal real se sirve frío en los telediarios. Pequeñas semillas de una adicción descontrolada, seguramente.

Bueno sigamos abriendo ventanas... Entonces, todos estos ocupas, ejercen el postureo sexual para conseguir sus propósitos, ya sea dinero, una buena posición al otro lado de la cerca, en la piscina, o la cama, menos fotogénica y espléndida con el paso de los capítulos, como se manifestó...

O mantener esos caballos revolucionados y rebeldes, más apaciguados dentro de sus venas, sin exhibiciones. 

Si sigues la serie, hasta la cuarta marcha en expansión delirante y enfermiza, puede que no los vuelvas a sentir... Ni ver, follar, jadear. Sex o no sex, esto era el S-éxito en la televisión... y ya no lo es. Porque, hay que atraer a todas las edades, sin adicciones ni vertederos.

La consecuencia es la sangre, y la lucha por el patrimonio... que sería con matri por Ellen Barkin y sus sudores manifestados en la manutención de los polluelos. Pues la psicopatía asesina, amenaza con alargar sus tentáculos a otras parejas o torrentes sanguíneos, tanto como la provocación, la traición con dilación, la estafa o, la inherente venganza a la criminalidad.

Excepto una que surge incólume, guardiana de otra raza y condición, tal vez... quién sabe... hasta de otra tendencia. Veremos, puede que sea una visión.

... las no drogas...

Animal Kingdom sigue teniendo atractivos, sobre todo desde la mitad de la tercera temporada, cuando el viejo drogata, interpretado por Denis Leary, empieza a contar batallitas, contacta con una Smurf que vuelve a tomar las riendas ante la sobriedad, solamente, que no la enfermedad... y establece lazos disuasorios con su hijo homosexual, con encuentros simpáticos y surrealistas.

Así se va dejando el tema de la drogadicción, en próxima vuelta de tuerca por el control, como motor de la serie y abriendo acordes a los caminos más sanguinarios.


Sonidos eclécticos de un presente muy actual, presidido por la violencia, contradiciendo las bases oníricas y surrealistas, que se irán zambullendo en lo enfermizo y la venganza extrema.

Cada vez, más lejos de ese consumo directo de narcóticos y grandes borracheras alcohólicas, que hacían perder la cabeza, una mantiene su cabeza alta y paso firme, entre fiestorros con dj´s y falsos disfrutes con música discotequera o comercial, de la que aborrecían otros roqueros como en el documental Zappa, por ejemplo. C´est la vie, mais que vie... de merde.


Para tenerlos controlados, como borreguitos tras la mentira y sus barrotes de acero, han tenido que mandar a galeras a los que se retrataban como drogadictos desbocados. Que si uno, se ha hecho más maduro, otro es un empresario, el aspirante sin aspiraciones nasales, la otra con barriguita y la nueva con pinchazos a escondidas, para no molestar. El viejo y padre espiritual, que quiere aparecer en ese futuro como eslabón familiar con peso (que no cadenas si es posible), fantasmas en todo caso... y la última enviada al exilio, a la isla del postureo, fangirleo de las ondas californinas y demás rizos.

El rock ya no se lleva con las representaciones violentas y el consumo desbocado, es un grupo reducido de resistentes en una pequeña aldea, incendiada por el sonido de futuros tiroteos o bombardeos. Aunque haberlos, haylos, como en cualquier infierno de este mundo.


Por tanto, existirán consecuencias sangrantes con todos estos acomodados o expatriados familiares, y otros ladrones de postín, que se acomodaron con la excedencia forzada de Janine de los Cody´s, no sabemos... ahora la Madrina Smurf anda por libre, pero condenada a sus células internas, cuando la sangre se traslada, muy acertadamente en retrospectiva, a otras latitudes y mundos paralelos. 

Los flashbacks con ese pasado cercano, es lo mejor que hemos podido surcar por encima de las olas, vertidas en sangre, o enterradas como el rey de los hunos... que eran otros individuos con caballosm, mucha hierba para consumir y viejas reglas.


Esto es, el pasado... un palo tras otro, a cada cúal más estudiado. Con él, el pretérito digo, vuelve la acción, la pasión y el guitarreo, con las escopetas cargadas... las drogas no habían llegado aún. Estaban a punto de psicodelia, chupas y Harley´, ahora más a la carrera.

El culito de sangre azul y encuerado, de Smurf, continua sin saber asentarse, poniendo dirección opuesta a la familia y sus líos de drogas, a las movidas con los dineros, a la sangre que se ha ido aproximando, hasta ponerse morada con tanta presión, y tiende a enderezarse con las armas... y el tráfico, que surgió del ayer embarazoso.

Acá, en Oceanside y alrededores temporales, todo se siente impregnado por el ácido, pura higiene, como las aguas cloradas de piscinas de lujo, lejos de virus y otros parásitos, pero impregnadas de imbéciles integrales invitados y cuerpos reblandecidos, secos de playa, polvo y paja... Calientas electrónicos... sin bañador. Con gayumbos por encima del pantalón.


Definitivamente, la psiquis familiar y la sanguínea, parece comprometida hasta los tuétanos, hasta el porvenir venidero de la casa... con tanto viajero saltando por sus ventanas, con tanto soldado de azul visitando a sus apóstoles alrededor de ese comedor. Más o menos santos, patrones o gallos de algún corral... en todo caso, frente algún que otro cantor en gallinero externo. Tal que el cuerpo colgante de Judas con sus devaneos metálicos. Ahora, con más fibra blanca que una tabla de surf.

... y el Rock del Reloj.

Juventud divino tesoro... sus vidas cruzadas no tienen porqué tocarse, cuando los ritmos se aceleran y se adivina la maldad. Los padres y sus vástagos, son elementos distintos, que poseen su propia idiosincrasia, si bien algunos se parecen demasiado y oyen las mismas canciones.

Este es uno de los grandes hits de Animal Kingdom, las relaciones sanguíneas y su banda sonora. 


En la antigua bañera de las condenadas adicciones y tradiciones, como piscina de las vanidades nuevas, se acercan los miembros sin salpicar apenas... dejándose caer. Hacen ruído para sus adentros, pavoneándose desde un trampolín misterioso, sin saber si existe la mínima profundidad para no estrellar sus deseos en el fondo.

Mientras la música suena, en otra era más contradictoria, pero igual de violenta. El sonido tiene más matices con Air Supply que con el trash más duro, evidentemente. Pero, la música no mancha tanto como las armas.


Por contra, el silencio se mantiene entre sus cuatro esquinas, Pope, Darren, Craig y, sobre todo, el J más calculador de estos Peaky´s del Sur de California, se comunican y soportan; si bien las lineas de conexión rectas y digeribles, están torciéndose y girando como las luces en la sirena de una ambulancia, a la vez que resuenan las notas de su pasado, insuflando el aroma ardiente del rock setentero. A veces, con voces desesperadas que buscan la libertad entre las olas o la venganza entre ceja y ceja.

Libertad, para formar una Familia con ciertos rasgos machistas, también en el crimen, bajo la textura de una vaquerita californiana, rebelde y sexy como fue menester, y que volverá para expresar su desacuerdo a la cara.


Algún día, alguien quitará el tapón, y ¡todo se irá por el desagüe!

Hasta que reaparezcan estos nombres del pasado y heridas volverán a abrirse, mientras los flashbacks funcionan como respiraderos de la historia presente y no envuelven con sus temas de calidad suprema, todo se establece alrededor del vil metal, dorado. Es decir, que el silencio de la omertá, ya no es suficiente, el rock ha regresado con sus apellidos más familiares para conseguir la distorsión temporal. El reloj se ha dividido, con una parte tradicional del crimen y otra, más binaria. Son ceros y unos, que prohíben el paso a conspiradores y demás aprovechados, cárnicos o tóxicos, o permiten que se alimenten los tiburones con ellos... si no dan con un gran blanco... o blanca... Smurf, la Blanca, con la negra.


Este rock que palidece, por momentos como los héroes, nos evoca con sonidos sensuales, atractivos en salto temporal, pero las bocas profieren gritos amargos, ingobernables, detestables, trágicos... con voces cotorreando, manifestándose en un infierno de braguetas, enfrentadas... Salvo esas agujas femeninas y punzantes, más molestas que un tema de trash-metal.

Desde los sonidos psicodélicos del rock y las botas de punteras, redondeadas en las motos, a este loop de música programada para calentar, que condena al reino a un fiestón de coca, galletas y bolsas de anfetas. También de música de diseño industrial. De aquí, que los maletines y las balas, volarán, sin remedio... acá y en el pasado. Es lo que hay, que decía el otro.

Así que, Animal Kingdom en cuarta temporada visualizada y disfrutada, es difícil de abandonar... de sentir en las venas más roqueras, coloristas y salvajes... Greatiful, dead. ¡Por ahora! Va a oscurecer, bastante.

Hogar... dulce hogar.

Un chalet, repleto de vidrieras y una valla vigilada. ¡Un reino, con reina blanca!

Silencio... y del otro lado, la fiesta. Tal vez, funeral de reservas...


El ambiente se percibe más cargado que aquella pistola humeante que dejo a Baz, que agujereo la piel del sorprendido hermano... otro arrimado.  Y parece caliente, de nuevo. El rock de la cárcel, dejó de sonar para enquistarse, sólo quedan los jadeos del baile y la gran evasión. 

Los viejos sicarios de la muerte, se erigen en silenciadores de la verdad... Reyes de un reino animal bajo el sol de California. Opacos tras los cristales, hasta el final.


El hogar es como el mar, con olas visitantes que vienen y se retiran, malogradas como lágrimas en la arena, que es la vida... rondando una casa luminosa, con más sombras en el interior. Que signifaca, la muerte. En cambio las letras, siempre vuelven, aunque no las quieran oír...

All Down the One, los Rollings; Cosmic Charlie y Rumble On Rose, Greateful Dead; Whippin´Post, The Allman Brothers Band, Fire and Water, Free; House of Fire, Big Brother & the Holding Company; I´m Alive, The Dogs, Too Many Hands, Eagles; y por supuesto... Machine Gun, de Mr. Hendrix!!!

La máquina de los dedos largos y rápidos, bang!! Hey Joe... Foxy Lady!


Smurf & Sons, se llamaba la finca. Ahora podría ser, Confortably Numb, por ejemplo. O Where is my mind?

Algo se desangra en la serie, ante nuestros ojos... ¿cuánto más durará...? Y yo que sé, saltar un charco. Cinco o seis, tal vez.

Los capítulos por temporada, son así... como las adicciones. ¡O las heridas!


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