Caída a los infiernos de un adicto sexual.
Steve McQueen se ha consagrado como uno de los directores de cine imprescindibles de la actualidad. Y para Cinecomio, uno de sus favoritos, aunque últimamente ande como Peter por su casa, de realidad virtual.
Al proponerme escribir sobre está joya, de los antiguos 24 fotogramas por segundo, dudé si ponerla en el apartado de estrenos para terminar acomodándola en este Wall Bloody terrorífico. Porque la cinefilia que destila esta tremenda parábola de la adicción, transita brillantemente y corre desbocada, entre la vergüenza, el egocentrismo y la lástima.
Y es que Shame es una obra adulta, compleja y terrorífica. Una mezcla que puede ser un cóctel "molotov" para determinados rangos de edad (yo en concreto tuve un matrimonio mayores de 60 años que salieron echando pestes), hay que tener un nivel cultural y aperturista de ideas para visionarla. Y disfrutarla.
Shame posee una colección de imágenes de enorme poderío visual. Dominio de la técnica y de la iluminación, por lo que McQueen está llamado a ser un privilegiado, en esto de rodar Obras Maestras:
1) El precalentamiento: Algunos que pertenecemos a la generación criada a la luz de rayos catódicos, bombardeos publicitarios y oscuridad en salas de cine; también nos incluimos en la sociedad de la libertad sexual y de contenidos eróticos-festivos en los medios. Pues bien, sin medir las escenas explícitas de Shame (que sería mucho medir), creo que era necesario un film de las características intelectuales y psicológicas de esta poderosa Shame. Además de un control del guión, de la interpretación y de la técnica, absolutos.
En estos calientes preliminares se mueva la cinta, subiendo la temperatura corporal de los espectadores. Sus secuencias iniciales tienen el privilegio de ser inéditas en la historia del cine. Yo no recuerdo nada semejante, a lo ofrecido por Steve McQueen. Si no te sumerges en este mundo de alto voltaje... no estás vivo.
Fassbender y sus chicas, son capaces de excitar al personal desde un apartamento, pasando por un vagón de metro magistral, en un club o en una discoteca de la noche neoyorquina, en las calles, avenidas o edificios acristalados de la Gran Manzana. Un homenaje espléndido a la ciudad de New York (con el permiso del gran Woody Allen).
2) La eyaculación exterior: Internet invade todos los rincones de nuestras vidas, desde una oficina de trabajo al refugio de nuestras casas, donde los juegos sexuales son privados, pero al alcance de todos. Sin control...
El sexo se ha convertido en una aliado vicioso de singles y parejas mal avenidas (del sexo en pareja no hablo en estos momentos). La adicción llama a las puertas de los débiles... si el FBI lo permite. Jeje.
Steve McQueen nos obsequia una colección de encuentros, en los que la sugestión y el realismo desbordan la pantalla. Demostrando que es un dominador de la cámara, sus visiones de encuadres de todos los estilos: planos, contra planos, panorámicas, picados, tomas desde atrás sesgadas, primeros planos encuadrados para la posteridad (como la interpretación de New York-New York por Carey Mulligan, bellísimo homenaje a esta ciudad). Y además, un travelling antológico que quedará en los anales de la Historia del Séptimo Arte.
Además, el film se hace acompañar por una banda sonora (compuesta por Harry Escott) con cuerdas que rasgan el alma, que te va sumergiendo en el fuego fatuo de sus personajes. Reflejando la obsesión y la enfermedad en sus notas, toda la fuerza de la provocación y su visión narcisista. Imprescindible será escucharla completa en algún determinado momento de nuestras vidas. A la elección de cada uno... También mezcla moderna de Blondie con música clásica de Bach y jazz de John Coltrane o Chet Baker.
3) Eyaculación interna: Como en un proceso de sexo tántrico, es el guión fantástico y medido de Shame. No por lo que representan las filosofías orientales, ni mucho menos, si no por un recapacitado control de las emociones y las dudas mentales. Un proceso introspectivo durísimo, no al alcance de todas las generaciones ni cerebros.
Michael Fassbender y Carey Mulligan interpretan con pulso de cirujano este juego sexual, que como todos, radica en nuestra cabeza al 95%. (Además sus carreras han explotado definitivamente en este atractivo y cinéfilo 2011).
Así, consiguen que nuestros cerebros vayan a mil por hora, sintiéndonos excitados, extasiados, extraños, asqueados y derrotados. Ya que el sexo o su adicción, tiene la extenuante fuerza que convierte a sementales vigorosos en piltrafas o basuras humanas.
Todo esto se consigue en un pequeño film de una hora y casi cuarenta minutos. Y un preaviso o señal majestuosa del peligro. No por mucho correr podrás evadirte a la decadencia moral del ser humano... aunque esa señal venga en forma de mano ladeada de color rojo... Pero, todo en la vida sigue su marcha y la mano se quedará en intermitencia colgada de un cable para los siguientes ciudadanos.
4) El orgasmo: Cuando el sexo domina todos los ámbitos de la vida, ni el mayor de los orgasmos llegará a hacerte feliz para siempre. La gran pregunta de la filosofía universal, ¿qué es la felicidad?.
El placer supremo o enterrarte en vida para siempre. El orgasmo es morir un poco en vida. Lástima es lo que nos embarga cuando lo perdemos todo. Vergüenza es lo que sentimos, cuando los demás miden nuestros actos.
Nuestros seres queridos son los avisos, y la incomunicación o aislamiento es el problema de nuestra sociedad. Todo ello, nos acerca al film más terrorífico de la última década.
Yo no soy muy religioso, ni mucho menos, un censor. Soy un liberal del siglo XIX, fuera de época. Pero, pienso que cuando no queda nada por experimentar en la vida, sólo te queda postrarte y pedir perdón a nuestros seres amados. Por ser un ciego, un narcisista o un alma destrozada.
Concluiré este éxtasis, con una fascinación intelectual por esta joya sobre la podredumbre humana. SHAME.
Ya puedo respirar en paz, tras haber eyaculado una excelente obra.
***** Excelente *****
Sus próximas películas, hasta verle en la adaptación del juego Assassin's Creed y en Prometheus 2, pareciera que Fassbender quiere girar su carrera con varias películas de producción británica, como la nueva sobre Macbeth.
Frank, de Lenny Abrahamson. Reparto: Michael Fassbender, Domhnall Gleeson, Maggie Gyllenhaal, Scoot McNairy, Lauren Poole, Hayley Derryberry, Mark Huberman.
Rodaje de Macbeth, de Justin Kurzel. Reparto: Michael Fassbender, Marion Cotillard, David Thewlis, Elizabeth Debicki, Jack Reynor, Sean Harris, Paddy Considine.
Mientras que Carey Mulligan estará en los nuevos trabajos de directores con galones, como Thomas Vinterberg y Nicolas Winding Refn.
También en el rodaje del filme Suffragette, de Sarah Gavron (guion de Abi Morgan). Reparto: Carey Mulligan, Meryl Streep, Helena Bonham Carter, Anne-Marie Duff, Brendan Gleeson, Ben Whishaw.
B.S.O. de Shame compuesta por Harry Escott.
John Coltrane - My Favorite Things