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domingo, 6 de octubre de 2024

The Fall of the House of Usher.


El tiempo es una magnitud que controla la vida de los humanos, con una vocación de vaivén metódico, como un péndulo…

Sin embargo, la memoria no es tan monótona. Sino que se comporta con un mecanismo oculto, indescifrable. El mapa del tesoro, que engrasa sus evoluciones u oxidaría sus futuras decisiones, gracias al tiempo…

Así, el romanticismo y el gótico, se abrazaron en el futuro, estableciendo  una serie de reglas que elucubraban o ajusticiaban, los resortes escondidos de la memoria, siempre describiendo en su contorno artístico, un halo penumbroso, estético o estilizado, tenebroso, opiáceo y enfermizo, como un análisis detectivesco al interior de la cabeza de Edgar Allan Poe. O las manos sin vida de Nosferatu…

Mike Flanagan es uno de los autores actuales, que lo entendieron fantasmagóricamente, uniendo a sus resquicios y sonidos profundos, un matiz morboso de nuestro estilo contemporáneo. Sabiendo que, en aquel pasado victoriano, muchas de sus familias se disputaban las ganancias, como después se intensificaban las diferencias por las herencias en Sucesión… Con toda clase de movimientos incestuosos, provocativos, emocionales… decididamente ilegales para cualquier sabueso de la ley, como Dupin o el amado Sherlock Holmes. En atención de todas aquellas viudas o sus hijas, que acudieron a continuación, al cine negro norteamericano y sus oficinas oscuras de detectives privados.

Es el testamento que hoy abrimos, en La Caída de la Casa Usher, reescribiendo sus historias, sus cuentos, los de Mr. Poe, para visualizar lo terrible pero bello, lo morboso y sano de la poesía o la literatura, lo real y lo fantástico, en definitiva. El yo, y el nosotros, mirando atrás… ¿qué es ese sonido…? Nada, un hálito, una expresión… un latido, tic, tac…

Dos Cuervos… Never More!!

Silencios, conversaciones secretas, secretos desvelados, ardides planeadas… hace tiempo… Una opinión sesgada, personalidades moldeables, individualidades en pareja, excesos, alucinaciones, dinero… insobornables. ¿Oh, no…?

En otro episodio, supondríamos que hablaría de la serie Succession… nos dejaron marcados, esos pajarracos… ¡halcones y cuervos mensajeros!

Pero… hace mucho tiempo, en un reino sobre el mar de papel, una leyenda inmortal, un escritor, que recitaba en negro gótico, excelso en verso corto, caótico… algo supersticioso tal vez, más que animoso, espiritual, investigador científico, paranormal… Edgar Allan The Crow “Poet”, se reencarnó en la visión iluminada de Mike Flanagan. Y sus historias resucitaron, regurgitando, a través de colores abominables, en nuevos textos vivientes, o no.

La mente más enfermiza, de gótico moderno, despertó entre los muertos, para recrear con otros ritmos acompasados, amontillados olores, encarnados corazones, fiestas rojas, beatles ojerosos del tesoro, al más allá, animales negros zainos, ladrillos en los muros floydianos… y el tic, tac, que volvió a balancear el equilibrio, entre algún bien y el Mal.

Mientras en el recuerdo, tras la fiesta imaginaria, electrónica, al estilo vampírico, una corriente fría, ácida, no lleva al cobijo de Annabel Lee, la querida, mi vida, su esposa… Para recordarnos que las mujeres, en las familias… como siempre, ¡mandan! Firmado con sangre…

El Romanticismo… va muriendo.

Claro ¿qué es el amor… al lado de una herencia? Casi nada, sobre todo, si hay una promesa – que nada tiene que ver, con la estupidez autóctona del wokismo de Dear David, xDio gótico -, más bien con Fausto de Goethe – páter del romanticismo-, Ludwig van Bethoveen y Richard Wagner, y el de Murnau, algún que otro Prometeo, el aprendiz de brujo, Dorian Gray de Oscar Wilde, Washington Irving, más modernos, se dice que Anakin Skywalker se aproxima… Hellboy, Salomón Kane, Spawn y otros del cómic, encadenados, a su moto…

Por supuesto, Eric Draven de Jason O´Barr, los antihéroes alienados, vengadores, que en el cine sólo puede quedar uno, The Crow de Brandon “eterno” Lee. De Alex Proyas, llegamos a El Fantasma del Paraíso, de Brian de Palma – que es corresponsal temporal con el de la Ópera de Gaston Leroux- y ahora ella, décadas después, a la Verna me refiero… en bello jeroglífico, numantino entre sangres y letras cambiadas. Donde nos reencontramos con las oleadas femeninas de Carla Gugino en Sin City, inversamente proporcional, a la vendedora almas virginales, Dra. Gorski de Sucker Punch… ¡Una Jefa!

Por fin recordemos, analíticamente, la novela gráfica de Frank Miller, renaciendo caballeros, desde el hombre murciélago a Wolverine y a Daredevil, pasando por un Robocop con espíritu. También de fáustico, tiene algo, el Rorschach de Dave Gibbons y Alan Moore… porque lo de Manhattan fue más accidente… y vuelta a empezar, que dijo Mr. Garci.

Aproximaciones…

Preservar todos aquellos momentos… es complicado. Sin embargo, el ADN se lleva toda una vida por delante y las de detrás. Como ser cuentacuentos de estilo Poe, y reinventarlos en un instante de televisión, es una tarea monumental, epicúrea, brillantemente sombría. Pero, acaso no es más difícil, revivir… y ahí tenéis, a Mark Hamill, ¡bienvenido al paraíso!, Luke rondador nocturno de los cielos. Por no hablar de lo de Mike Flanagan con Bruce Greenwood, después de andar por aquella cama con Carla. Si su corazón aguantara, qué no era poco.

Es una sucesión de la que el creador y los intérpretes, salen indemnes, gracias a un homenaje novelesco, poético, sin retratar esa época. Más que, con palabras y gestos, suficiente para creerlo.

Y viviremos para contarlo…

Los genes son el imán que sostiene la herencia de las emociones o el comportamiento, como las aficiones por determinadas posturas familiares. La diversión hedonista, la falta de respeto o la atracción por el poder, pueden llegar a trascender en el miedo. Un ejemplo de ello es La Máscara de la Muerte Roja – o la familia vampírica mafiosa, próspera,  de Abigail -, alejados de los males que atacan a ciudadanos comunes. O cambiando el gusto por el vino amontillado, por el síndrome del alcoholismo que silenció al gato. Así sintiéndose protegidos en sus palacios construidos de colores, sobre el dinero y el egocentrismo, la sangre es la sangre, una lluvia corruptora, evidencia a la muerte sin mirar el estatus social, también… Al término, un velo de negra obscuridad.

Se dice que el poder absoluto, corrompe absolutamente… y desde esa Sucesión en serie que nos sedujo, aquí tenemos otra muestra. En la película The First Omen, es una especie de complot de cierta cabeza del catolicismo, para restablecer el interés por la religión a través del Mal absoluto. Viene a ser un poco el discurso del mismo Roderick Usher a sus hijos o hijastros, para mantener el poderío de su industria farmaceútica llamada Fortunato… Todo al final, acaba atrapado en un torbellino de destrucción, por desafiar al dragón, señor de la violencia.

Esa superioridad moral, reside ampliamente en la mentira... como en un documental sobre el Juicio al Diablo, donde no se sabe qué es real y que inventado. Sobre todo, cuando las ganancias exponenciales, siempre tienen un mismo destino, la familia Warren, sin pudor. En este caso, la mentira es ese gato negro o Plutón, que nos propuso el escritor de Boston, en trámite de culpa hacia la locura. Y aquel niño que relata su historia en el documental, es su paralelismo irracional, que nadie cree... en poltergeist. Yo al menos... curiosamente.

En algunos de sus relatos animosos, Poe necesita de un contrapunto que intente desentramar lo oculto, con la investigación detectivesca, tal y como Auguste Dupin en las calles de París servía de guía a Sir Conan Doyle. Para hacer las preguntas y las pesquisas necesarias, con el fin de  atrapar al asesino de Los Crímenes de la calle Morgue u otros… Un tipo de exceso grotesco del crimen genérico, que ha sido retratado posteriormente hasta el infinito en copycats, convirtiéndolo en monstruos intangibles. Por ejemplo, en el filme coreano Exhuma con sus extraños rituales, se disfraza de sádico fantasmagórico e histórico, especialmente inhumano… Como la guerra interna, en el relato corto El Escarabajo de Oro – con que el autor ganó un premio literario de 100 dólares -, que representa el ojo de la obsesión y la codicia. Algo que se muestra también en algunos de esos 7 raptores encerrados en la mansión jaula, con parte de la familia de Abigail, malignos seres.

Los celos son representados por los hermanos, y nueros, frente a la aparente inocencia del trepa conocido como el Nicolás de Succession. Pudiera ser una entrega  del informante de los Usher, o el tonto dependiente en Trap de M. Night Shyamalan, confesando todo el mecanismo elaborado para atraparle y luego, quedarse atónito ante la imagen del bicho. En un poco enrevesado, ser el psicópata de la calle DesConcierto y sus tejemanejes, pero al término, consigue funcionar y abrir la puerta a una mirada vengativa de un desconcertante Josh Hartnett. Semejante a la del enfermizo Norman Bates interpretado por un casi ´mosqueado` Anthony Perkins en la Psicosis de Alfred Hitchcock. Una más… SanTomás.

¡Ojalá otro más!, por san Nicolás.

Lo bello y lo horroroso, está en su calculado guión, porque la caída siempre significa el cénit del derrumbe… pero cada capítulo es una fiesta del fin eterno, una efeméride de las pesadillas. Pues, ya lo expresaba en su oda, El Cuervo parlante, nunca más… Y sabemos que con desgarros de guitarras, sólo hay dos, cómic y primera versión cinematográfica.

En cambio en otras herencias – no hablo de los grandes Roger Corman y Vincent Price en versiones inmortales ya -, si existe un Nicolás parlanchín en siguientes entregas. Todo podría ser… firmamos con sangre, sobre el busto de una joven Palas Atenea y convertirse en su propia piel protagonista en cadena de acontecimientos, ojalá. Una capa que sería el talismán, revelando indestructibilidad más que demostrada, ante monstruos y venenos sintéticos, emparedados o amontillados, voces animalescas, dientes de Berenice y Morella`s, tragasables y por descontado, ojos siguiendo al péndulo hasta el ocaso. Gracias Jesse Armstrong de Succession y Mike Flanagan de este homenaje. Gracias Mr. Edgard, por todo. Un dolor, un placer… una oda escrita, y leída en penumbras.

Ese muerto, está muy vivo. Sustituto de un dios de las finanzas y corruptelas, que se sabe mover en el ring de vanidades rivales y familiares. Ya que en la realidad, continúa en su apogeo, la lucha de clases - mejor dicho de especies, a veces tan salvajes, que estarían lejos de cualquier raíz humilde... Sino miremos a lo que significa, The Last of Us…- en aproximación. En lo que nos podemos convertir sin mucho esfuerzo: devastación, caos, miedo… es el particular Arcadian de Nicolas Cage frente a sus protegidos, hijos, y nuestro lobo feroz.

Además, el otro Nicolas es un arrimado por interés. Como aquellos jóvenes hermanos Usher, que se acercan al lujo, encandilados y nublados, como un vagabundo hambriento miraría el escaparate de una pastelería. Igual a los de la estética prometedora en el apogeo de Dark Harvest y los que atacaban a un ensimismado Watson en El Secreto de la Pirámide. Los microsomas de la humanidad, siempre han sido los mismos, obtusos, traicioneros, hirientes, atrapados, malfollados, empalagosos, así es... cortantes como las mandíbulas de un felino silencioso, o un espantapájaros sobre campos de maíz. Más bien, el poderoso tiburón, que es Don Dinero en busca del último descapotable. Falta algo de incesto, pero Flanagan no quiso más carne en el asador… y del otro no hablo porque escribió El Cuervo 4 y no lo reconozco. Aunque David Slade podías haber redondeado, ¡qué hiciste Hard Candy y 30 Días de Obscuridad y capítulos de Black Mirror, Breaking Bad, Hannibal y los American Gods, vamos!

Y sino ¡un fuck ooooff! y listo, siempre dirigido al pequeñín. Los cuatro más uno, quién sabe si más... tendrán que esperar unos añitos que pueden hacerse interminables... ¿Por qué? Porque parecen sedientos, como un sable deshonesto... Sí, es un guiño para Billy Joel. Abogadoooo.

Porque nadie se deshace de sus acaudaladas fortunas, y siempre habrá un resquicio para heredar el imperio familiar con industrias, los yates y helipuertos, pues es lo que hay, ceros tras unos… si no te caes desde lo más alto – o te devora una mansión bajo tierra -, no te vas a hacer pupita, Nico the Trap say. Si yo fuera cantante rico, dubidubiduuú… entonando tántricamente a aspirante, heredero al trono de Camelot de los USA… Fucking Families! Qué diría la prota al volante de Cosecha Maldita… Que, si bien empieza con mucha marcha rockera sesentera y aprobado en descomposición familiar y racial, según circula se convierte en un horror… una gran y hueca, Calabaza! Estáis avisados, futuros cuervos de mal agüero… y corazones… delatores, en levantadas torres, tic, tac… Hasta el más allá.

  

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