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sábado, 30 de noviembre de 2013

1er. Amour: El amor de vacaciones.


Entre dos mundos.

En poco tiempo, visionar dos películas de producción independiente (no con idéntico tema) pero sí muy relacionadas por su carácter intimista y relacionado con situaciones en distintas etapas emotivas de la vida. Ambas siempre con el universo de los sentimientos, tanto para el caso de comenzar un sentimiento en los protagonistas, como para dibujar el término del amor. Una hecha en lengua francesa pero en Canadá, la otra en inglés y localización en París.

En este 1er. Amour observaremos estas dos proposiciones en una historia sencilla y rodada con mucho respeto por sus personajes, a pesar de las confusiones o traiciones. Acercándose a ellos, intentando reflejar sus distintas acciones y querencias sin buscar el daño al otro sexo sin más.
Esta película sincera nos llega desde un país que no sorprende ya con sus notables producciones cinematográficas. El cine canadiense tiene una industria y unos profesionales que intentan contar las historias que quieren contar, manteniendo una calidad constante y efectiva.

En este caso, un joven director procedente del documental y de nombre Guillaume Sylvestre, es también el creador de unos diálogos cargados de naturalidad, concisos y en algunos momentos brillantes. Diríamos que no es una película al uso de unos tiempos atropellados por la prisa y el ruido, porque en el primer amor es más importante el susurro y la placidez de la proximidad. Por tanto, otro director novel con visos a seguir su devenir profesional.

Toda cambia.
Hubo una época en nuestra infancia que fue la del descubrimiento de los movimientos de los adultos, pero sin serlo todavía.
Pudo ser en un verano de un año cualquiera (cerca de los catorce) cuando esos cambios eran evidentes en algunos aspectos físicos y mentales, construíamos las bases de nuestra personalidad.
Como los jóvenes actores y protagonistas, Loïc Esteves y Marianne Fortier, en el descubrimiento de sus personajes y de un posible futuro oficio. Muy correctos los dos.

Además en el film 1er. Amour, tenemos algunas otras buenas interpretaciones como la de Macha Grenon con amplia carrera y parcipación en otros trabajos como The Pianist o Las invasiones bárbaras, como de su pareja del largometraje interpretado por Benoît Gouin (sin desentonar en la acumulación de equívocos argumentales). O curiosamente, dos jóvenes que aparecieran en el brillante film (muy recomendable) titulado C.R.A.Z.Y. del director nacido en Montreal, Jean-Marc Vallée, con los nombres de Pierre-Luc Brillant y Jean-Alexandre Létourneau.

Ella:
Una chica de su época. Le gusta la música de moda y divertirse.
Cuando aquel año conoce a un chico mono, se produce un acercamiento en pos de una amistad que pudiera durar para siempre. Quizás amor.
Sin embargo, una diferencia de edad de a penas unos años, puede resultar una muralla infranqueable. Es difícil conquistar esa fortaleza desde una voz cambiante con armonías disonantes o de pito, aún con el bello demasiado incipiente.
Aquellos gallos que salían de la garganta del chico, parecían insuficientes en su cabeza. Como si fueran incapaces de expresar un sentimiento tan "poderoso", más bien, el resultado de una atracción irracional por una joven sorprendente y diferente de las que había conocido en su colegio o amigas.

Anna rebosaba amor. Su carácter era la libertad, pero ésta siempre puede tener un coste a pagar.
Ese verano la joven te introduce en su mundo novedoso, te muestra la música con la que se divierte, su risa. Ella sabe que el roce de su cuerpo produce una extraña sensación en Antoine, como ya le ha ocurrido con otros más mayores. Es el mundo creado para el goce y la experimentación. Le enseñará con sus amigos, la animación con alcohol o drogas.
Demasiado atractivo como para pasarlo por alto. Es posible que ella pueda conseguir todo lo que se proponga con sus encantos ocultos.

Porque es evidente que para Anna, el sexo no es un secreto. Y mucho menos un tabú.
Los prejuicios se han dejado atrás en otros veranos anteriores. Tiene diecisiete años y está dispuesta a practicar y ofrecer amor, a todo chico que le guste y le apetezca.


Él:
Otro verano de vacaciones a la ribera del lago canadiense en Quebec, bajo la protector acompañamiento de sus padres.
Un nuevo intento por mantener a toda la familia unida, por que en el futuro los caminos se hacen andando, o pilotando una pequeña embarcación de recreo.
Los ojos limpios de Antoine, serán los nuestros es esta pequeña historia.
En Le premier amour, observaremos como se comportan los más adultos desde sus catorce. Aunque éstos, algunas veces, le miren como un niño. Es posible que en determinados comportamientos, los niños se comporten como los mayores, y a la viceversa.

Es querido y ha sido educado en los valores de la libertad.
La educación recibida puede tener el peso suficiente para redondear un nivel cultural medio-alto. Y Antoine es muy consciente de todo lo que sucede a su alrededor, incluso puede crear una opinión propia y defenderla a costa de equivocarse. Peor sería mirar hacia otro lado, y traicionar a aquellos que quiere.

El amor es tan vaporoso como una bruma cerca de la ribera (ubicación en el río Saint Lawrence que atraviesa la ciudad de Quebec siendo el segundo más largo de Canadá), o como una borrachera y sus consecuencias al día siguiente.
Por ello, cuando cruzamos a la otra orilla, nuestras miradas ya no serán las mismas. Eso suponiendo que puedan volver a cruzarse.

Le 1er. amour, es otra muestra de interesante cine independiente y más concretamente hablado en francés.
Y es también, una película consecuente con una historia sencilla y transparente, a veces, respetando los silencios con evocaciones culturales o paisajes cargados de bucolismo. La música clásica interviene para calmar las tumultuosas situaciones y atracciones, para acentuar la sensación de pérdida.

Si no te interesa, el cine con tintes intimistas sobre las relaciones humanas, no es tu historia.
Tampoco es un film que deje una huella imborrable en tu historial cinematográfico, porque estas etapas vitales, son reconocibles en nuestras propias vidas.

**** Notable ***

Tráiler del film francés de animación Ernest et Célestine, dirigido por Benjamin Renner, Stéphane Aubier y Vincent Patar.


Tráiler de Le Weekend, dirigida por Roger Michell. Reparto: Jim Broadbent, Lindsay Duncan, Jeff Goldblum y Olly Alexander.


La Vida Secreta de Walter Mitty, dirigida por Ben Stiller. Reparto: Ben Stiller, Kristen Wiig, Adam Scott, Patton Oswalt, Shirley MacLaine, Kathryn Hahn y Sean Penn. Tráiler:

Le Weekend: Una pareja, de finde por París.


Cuando las luces se apagan en París.

No es necesario para contar la historia de toda una vida, unas vacaciones muy extensas con multitud de situaciones posibles.
Tan solo es necesario Le 8, una ciudad como París... y la habitación de un hotel de lujo. Si el presupuesto da para ello. Claro.

Ese fin de semana, de una pareja de mediana edad (con unos achaques que acercan a la barrera de la Tercera) es un aniversario, dónde reinará el sentido del humor y la crítica más corrosiva hacia la vida en común a lo largo de treinta años.
Es como si el director nacido en Suráfrica Roger Michell (Notting Hill o Hyde Park on Hudson) se hubiera propuesto tomar una historia que podría haber pasado por otras manos. Pero no importa, porque su labor es excelente.

Esa historia bien podría haber sido escrita por el mismísimo Woody Allen (Blue Jasmine), con sus múltiples diálogos cargados de sus habituales dosis de ácido y autocrítica. Sin embargo, el autor del guión Hanif Kureishi tiene su propio camino en el arte cinematográfico, ya que fue habitual abastecedor de historias de otro cineasta con renombre como Stephen Frears, firmando los diálogos de Mi Hermosa Lavandería o Sammy y Rosie se lo montan.
Roger Michell y el guionista Hanif, tienen tres participaciones conjuntas con los filmes The Mother y Venus, por lo tanto, se ha producido una pareja de hecho que esperemos tenga visos de continuación. Con Le Weekend se aproximan a unos puntos de brillantez que merecería la pena, una relación más duradera.

Esta etapa de la vida, en la que la crisis económica y de valores se ha apoderado de todas las otras cosas importantes, se intenta solucionar por la vía del recuerdo. Rememorando viejos tiempos en unas mini vacaciones que se pueden convertir en una declaración de intenciones, con un sentido del humor acechando disimulado con cargas de profundidad.

¡Qué lejos quedan aquellas vacaciones!, con las relaciones pasionales y el encuentro con el primer amor.
Aquellos juramentos de fidelidad que, quizás, hubiese sido preferible nunca haber mencionado, y menos jurado. Los deseos de compartir toda una vida, hasta el final, es un filo de sonrisas y reproches corrosivos. El amor convertido en una guerra divertida a veces, otras no.
Ahora que el tiempo ha pasado (antes que el Amour ´hanekiano´ con letras mayúsculas, se apodere de nuestra brillante conciencia hasta hoy) y los achaques o deficiencias físicas nos hacen reírnos de nosotros mismos, sería un buen momento para reflexionar sobre los hijos, la decadencia y la disminución gradual del Amor.

Pero, será la ciudad de la luz, París, la imagen que puede distorsionar toda esta crítica. Por supuesto, sí.
Es tan fotogénica que se apodera de la pantalla, como otro protagonista importante más. Sus cafés y restaurantes, sus adoquinadas calles o monumentales avenidas están presentes en cualquier esquina de la película.
Pero lo que profiere otro nivel al film, es la excelencia de los diálogos y el trabajo magnífico cargado de escepticismo de los dos protagonistas.
Un excepcional Jim Broadbent que, yo le incluiría en una terna de nominados para mejor interpretación masculina y no menos maravillosa, Lindsay Duncan, produciendo un puente entre ambos que pareciera en algunas ocasiones un afable frontón. Gracias al guión repleto de momentos íntimos se establece una conexión también con los espectadores de ciertas edades que produce un efecto de mimetización u osmosis.

Todos quedan empapados de esta, especie de empatía por los personajes.
Solamente un poco distanciado por el encuentro de la pareja con otros personajes, no tan importantes ni necesarios. Pero que, ayudan al avance de este fin de semana, desde Birmingham a la capital francesa, con unos habitantes distantes a lo que transcurre tras la puerta de la habitación y al resultado en sus vidas... y sus carteras.

París bien vale un esfuerzo, o una trifulca. ¡C´est posible!
¿Te acuerdas?
Éramos jóvenes e idealistas, si no nos comíamos el mundo era porque estábamos obsesionados con la diversión propia. Ya habría tiempo de cambiar el mundo, sino nos cambiaba él a nosotros.
Creo que esto último, ha acabado sucediendo.
Ahora, casi ya no lo hacemos. Ni cambiar el ritmo de vida ni el sexo, por descontado. Y entre risas, provocación.
No sé si pagas tú, o pago yo. Al final la vida tiene un coste para ambos.

En Birmingham lo rutinario, lo es de verdad. Aquí en París, todo parece pasado por un filtro ilusorio de fantasía, hasta que nuestros labios se junten de nuevo, para demostrarnos la fidelidad prometida hasta el final de los días. Sufrir y besar.
Roger Michell ha cogido a esos jóvenes del centro de la isla inglesa, y ha construido un melodrama que indaga sobre las relaciones y sus efluvios de humor negro, regado con un chorrito de Champagne en silencio y imágenes de cine en blanco y negro en la televisión de un hotel. Toda una experiencia con banda sonora y aquel ritmillo dicharachero y bailado con chulería.

Con pocos recursos y bailando para olvidar. Así nos encontramos hoy, ¿verdad querida?
Cuando éramos jóvenes quisimos comernos el mundo, ahora él, nos devora a nosotros. Pero, con las gotitas de limón pasaremos el trago mucho mejor. Hasta conseguir olvidar Le Weekend de París, o reírnos del reencuentro con la ciudad luminosa.

Él:
Su mundo masculino se desmorona, la edad es un obstáculo pero lo es más el cambio de pensamiento. Esto puede ser devastador.
La pareja se ha convertido en un refugio para no hacer frente a los problemas, y el fracaso profesional te puede convertir en un inválido. La sociedad devora a aquellos que no están preparados para los nuevos escenarios, del enchufismo y el paro.

Por eso, es importante mantener como el personaje de Jim Broadbent un resquicio de aquella persona que fuiste una vez. Para mantenerte vivo y alerta ante los peligros de la traición y el desánimo económico.
Por mí el actor nacido en Lincoln (Inglaterra) podría acercarse a la consecución de algún premio con su medida y relajante interpretación. Descargando en pantalla una naturalidad y fuerza que mantiene un pulso de lucha de sexos, actual y divertida.

Ella:
La maravillosa actriz, Lindsay Duncan no debería conformarse (como su personaje en Le Weekend) con lo acontecido hasta estos momentos, pues en cuestiones de fuerza, también despliega sus poderes ante el "rival" masculino.
Sus trabajos en la televisión pueden estar bien, pero la gran pantalla llama a sus puertas. Y como una excursión por París, aumentar sus papeles con la misma decisión y amplitud de miras. Como cuando salió de su ciudad Edimburgo para labrarse un futuro emergente como su carrera como actriz de cine.

El pasado debe recordarse para no repetir los errores, pero convertirse en una obsesión es peligroso. Necesita retos que le ayuden a avanzar hacia un futuro incierto y con carencias. Es la vida... la lucha diaria.
Aunque para ello, haya que saltarse las reglas a costa de llevar tus huesos en una fría prisión francesa.
Jajaja, no es broma.
También podría ser una buena apostilla, una nominación.
Notable película de Michell que ha contado una historia de amor, que ha ido apagándose en pasión y aumentado en acidez.

En fin, un viaje de días que termina como comienza con un chasquido de dedos y un baile de estilo francés.
Retales de un amor menguado, diluidos con besos olvidados.
Un pequeño e íntimo viaje a recordar...

**** Notable ****

La nueva y esperada película del londinense Steve McQueen (Shame) acompañado de nuevo por Michael Fassbender, además de Chiwetel Ejiofor, Benedict Cumberbatch, Paul Dano (Prisoners), Paul Giamatti, Lupita Nyong’o, Sarah Paulson, Brad Pitt, Alfre Woodard, y la pequeña Quvenzhané Wallis (Beasts of the Southern Wild). 

Tailer del film inglés interpretado por Lindsay Duncan y dirigido por Omid Nooshin, Last Passenger. Reparto: Dougray Scott, Kara Tointon, y David Schofield. (v.o. inglés).


Paddington Bear es un film del británico Paul King. Reparto (voces): Colin Firth, Nicole Kidman, Hugh Bonneville, Sally Hawkins, Peter Capaldi, Julie Walters, Jim Broadbent. Basado en el personaje creado por Michael Bond.





martes, 19 de noviembre de 2013

Una Familia de Tokio: Una visita por el tiempo.


Japón y el Tiempo.

En 1953, Japón se encontraba en la crítica etapa de recuperación tras su intervención bélica en la Segunda Guerra Mundial. La crudeza del término de las acciones con el estallido de la bomba atómica, produjo además de la capitulación, un silencioso y resignado proceso de profundización en el estado emocional de la sociedad a nivel global y en las familias en particular. Muchas de ellas, comenzaron de nuevo sus vidas tras haber perdido en la guerra a hijos, hermanos o padres.
El cine no podía mirar hacia otro lado, sin reflejar los estados de ánimo de la población en aquellos dramáticos días.

Yasumiro Ozu el director nacido en la ciudad de Tokio (capital de prefectura y enraizada en la bahía de Osaka en la desembocadura del río Yodo), impregno su cine y en particular su obra maestra Los Cuentos de Tokio, de esa recapacitación poética e interior de la cultura nipona. Y el dibujo del respeto a las tradiciones dentro de las familias castigadas por el horror, las dificultades económicas y la pérdida. Tanto individual como colectiva.

Tokio se estaba convirtiendo ya en la megalópolis de la actualidad.
Las comunicaciones y las distancias entre los diferentes puntos de la ciudad crecían en proporción al número de habitantes. Sin duda para una sencilla y escasamente viajera pareja de ancianos procedentes de una humilde población situada en una isla del Pacífico y dedicada mayoritariamente a la pesca, sería un enjambre de proporciones mayúsculas. El sentimiento de pérdida y soledad se agrandaba en aquella gran ciudad. Resumido en una frase de la anciana: "Si nos perdiéramos aquí... podríamos no encontrarnos nunca más".

Esa amarga estancia (comenzada simplemente como una visita familiar) es la que nos cuenta Ozu en su intimista obra, dónde dos de los actores de su preferencia, el carismático Chishû Ryû y el papel de esposa de Chieko Higashiyama, bordan el papel de padres sufridos. El director padecería las consecuencias del conflicto bélico, estando destinado en China y teniendo que abandonar su carrera en el cine. Cuando terminó la contienda fue hecho prisionero en Singapur, no volviendo a su actividad profesional hasta seis años antes de realizar Cuentos de Tokio.

En su recuerdo quedan las imágenes de la catástrofe del Gran Terremoto de Tokio en 1923 (endurecidas por un tifón), año de sus comienzos en el mundo cinematográfico con la destrucción y un número considerable de víctimas entre muertos y desaparecidos.
Pues bien, noventa años después de aquella catastrófica jornada y sesenta de la presentación del filme del maestro Ozu, un director nacido en Osaka (otra ciudad con presencia en la película) Yoji Yamada (The Twilight Samurai, The Hidden Blade) hace una visita a los lugares y la historia original colocándola en un Tokio actual, golpeado por la crisis moderna y la próxima desgracia del tsunami y posterior accidente nuclear de Fukushima (11 de marzo de 2011). Muchos de aquellos ciudadanos más viejos que vivieron anteriores situaciones con dramáticas consecuencias, recordaron imágenes en sus retinas y corazones.

Por tanto, más que un remake Una Familia de Tokio es un homenaje a aquellos hombres, encabezados por Ozu, que supieron crear arte de un hecho tan penoso. La fuerza para seguir adelante ante las desgracias y la naturalidad ante la muerte.
Centrados en el inquietante guion del propio Ozu junto a Kôgo Noda, narra la historia de una familia separada por los avatares sociales y la búsqueda de futuro en la gran ciudad, y la postrera visita de unos padres-abuelos a las diferentes casas de sus hijos. Se produce un choque cruel entre modernidad y las costumbres ancestrales, así como la devaluación de las relaciones personales con el paso del tiempo.
El film confluye en la época, con otra historia de senectud creada un año antes por el maestro Akira Kurosawa con el título de Ikiru. Y es otra obra maestra, con calado social y reclamación de interés por nuestros ancianos. Y denuncia de la injusticia por parte del cine japonés.


Yamada al igual que Ozu, remarca con sensibilidad las diferencias generacionales entre silencios. Contemplamos la amargura y frialdad de algunos de ellos, con respecto a aquellos que siempre lucharon por mantenerles a flote en una pequeña isla. Ahora, el tiempo es olvidadizo.
Para ello, ambos directores utilizan el diálogo cubierto de silencios y cadencia sensitiva, con profusión de encuadres teatrales y decorados que mezclan modernidad con la raigambre de las costumbres ancestrales. Si bien Yamada no se centra en el paisajismo y la naturaleza hasta la parte final de Una Familia de Tokio, prefiere acercarse a la falta de perspectivas y al sacrificio en el trabajo diario. Y a la frialdad ante la experiencia y la comprensibilidad de los mayores, sin éstos pedir nada a cambio.
Tan sólo cariño.
Aquellos entrañables abuelos, ahora son interpretados por Isao Hashizume y Kazuko Yoshiyuki reflejando el espíritu y sobriedad de los actores de la cinta originaria. La sensación de molestia presencia en la casa de sus hijos, se dibuja en sus rostros silenciosos. Sabiendo en cada palabra que ya no les pertenecen como sus pequeños, y que pudiera ser la última vez que se hablasen. Siempre contando con la sólida complicidad del espectador.

Como las buenas historias de la literatura y del cine no deben ser olvidadas (al igual que nuestros mayores), aquellos viejos cuentos en magnífica fotografía en blanco y negro se barnizan en la época actual para recordar una antigua forma de hacer películas. Y el respeto de su verdadero espíritu.
Los tiempos han cambiado y las grandes ciudades se han convertido en fábricas de soledades, la velocidad demandada desentona con las relaciones sociales y “los sin techo” deambulan por nuestras calles y vidas.

Este día, yendo hacia el cine para visualizar una colorista película japonesa, en el interior de un vagón de metro, una pareja de abuelos miraban a un pequeño rubicundo jugar en su carrito y hacer sus cucamonas. Coexistían tres generaciones distintas en pequeño habitáculo, y a pesar del ruido pude escuchar su conversación.
Una cara arrugada pero cuidada con la barba canosa, decía sonriéndose “mira qué feliz, jugando sin ninguna preocupación”. El otro sonrió embelesado, y ambos de miraron por un instante con la misma despreocupación, sugiriendo una infancia oculta y no olvidada.
Ya no tengo abuelos con los que dialogar, algunos apenas los conocí. Pero, siento en lo más profundo que nunca deberíamos olvidar a aquellos que lucharon por nuestra supervivencia, y que nunca dejemos de lado al niño que fuimos… en un instante.

Las preguntas que nos hacemos, son las mismas que se hacían nuestros abuelos.
El Tokyo monogatari no se diferencia mucho en lo sustancial al Tokyo kazoku.
Cada nieto, hijo y padre, es un individuo distinto. El carácter nos hace conformarnos en lo que somos.
La experiencia es un grado. Ozu y Yamada, son cineastas con sobrada experiencia y calidad, y un cuidado escénico de las interpretaciones.

Al finalizar, los personajes quedarán deslavazados. Una familia es como un pequeño archipiélago.
No tanto como la de Ozu, que remarca la frialdad de los hijos con más grandilocuencia.
Pero en la pequeña isla de Onomichi (en la prefectura de Hiroshima), nos quedaremos anclados como islas.
En soledad...
Al menos, hasta que los más jóvenes se lancen a la aventura, emigrar a la gran ciudad y descubrir que también están solos.

A veces encontrar una historia intimista, sobre las relaciones universales humanas, no hay más que coger el metro de tu gran ciudad. E ir en busca de ellas, hasta una pequeña isla.
¿Es necesaria una vuelta a las raíces?

¡Qué grande es el cine!

**** Notable ****

Tráiler del film japonés De Tal Padre, Tal Hijo. Dirección de Hirokazu Kore-eda. Reparto: Masaharu Fukuyama, Yôko Maki, Jun Kunimura, Machiko Ono, Lily Franky.


martes, 12 de noviembre de 2013

Blue Jasmine: Vuelve la flor de Allen.



Cate 'van' Allen.

No tiene nada que ver el título (del comentario y de la película) con el rock and roll, pero sí con una canción. No es casualidad que par su próximo título haya escogido el siguiente, Magic in the Moonlight.
Woody Allen es un romántico indomable e irreverente. También un hacedor y dador de grandes papeles.

Cate Blanchett, no puedo decir que interprete como el alter ego de Mr. Allen. Seguramente podría reflejar sin problemas, un retrato del propio director neoyorkino sin ninguna dificultad, ya que incluso se ha podido poner en los pantalones de otro genio y vecino de la Gran Manzana, el mismísimo Bob Dylan. Por descontado que no es necesario, pues su papel está más destinado al lucimiento de sus dotes femeninas de alta dama de la gran pantalla que a un cómico psicoanalizado y de origen judío. No sé si pensó el maestro y director, en ella como destinataria de su próximo regalo interpretativo y flor con dotes regenerativas.
Y la verdad, es que lo borda.
Porqué por la noche todas las gatas, son jazmines azules.

Este jazmín deja un penetrante y fino aroma al concepto de éxito en la vida por cualquier medio. Aunque conlleve unas consecuencias dramáticas, y Cate Blanchett (Little Fish, El curioso caso de Benjamin Baton o la trilogía de L.O.T.R. I, II y III, El Hobbit) ha presentado su candidatura firme a ser seleccionada para la conquista (más que probable) de algún premio importante durante alguna noche lunática en Hollywood.
¿Veremos al gran Woody Allen cogiendo un avión a Hollywood (Los Ángeles, California) este año?.
Solamente si él lo desea, por supuesto. Pero, pienso que sería bonito que el público, en general, se rindiera a los pies del genio de Brooklyn.

No será por viajar en primera clase, pues se lo tiene bien merecido con su esfuerzo como escritor y cineasta. Además, la buena forma mental y las ganas de recorrer distintos países del mundo, recordemos que ha viajado para rodar en Inglaterra, Francia, España, la hermosa San Petersburgo (Rusia) e Italia, le otorgan una categoría de viajero especial.
Esto tan sencillo de trabajar en otros lugares, es un motivo extra de satisfacción para sus seguidores al poderle observar más cercano. Aunque, sea acusado de bajar su calidad cinematográfica en algunos films.

Pues bien, con Blue Jasmine vuelve a volar alto.
Para ello, todas aquellas direcciones en líneas aéreas se han confabulado en una bidireccional entre Nueva York y San Francisco (California), y claro con tanto viaje y su espléndida clarividencia ha tenido tiempo en pensar en sus historias favoritas. Entre costa y costa, Mr. Woody se ha inspirado para escribir un guion de categoría de suprema actualidad.
Todos sus seguidores y fans nos congratulamos y comprobamos con placer que cumplir años no siempre es reflejo de un desgaste intelectual.

Aprovechando su pasión por la vieja Europa, de sus costumbres y gentes, ha olfateado e inspirado para trasladar su historia a la ciudad más europea de USA, la cinematográfica San Francisco. Además, en sus viajes recientes ha sacado su radar de contador de historias para hurgar en la crisis, adentrándose con el guion de Blue Jasmine en las tensiones internas de las familias. Con una particularidad, mezclar las vidas corrientes con las de alto rango social.
Parece que se divirtiera sacando las miserias de personajes presuntuosos, en este caso, sin burla pero con un grado de madurez y tono agrio que demuestra sus dotes para la comedia dramática.
Al contar la vida de individuos con éxito social y sus contubernios de pareja y familiares, se ha vuelto a ganar con sus definitivos golpes salvajes, el gusto desplazado del público más displicente.

Este 2013 puede ser el año Woody Allen, lo seguro es que es el año del jazmín azul. De los comentarios allenianos cargados de sarcasmo y brillantez. De la disección de un personaje por todas sus etapas vitales y sociales. Del aroma a mar. De sus viejos discos con excelentes ritmos jazzísticos. De rincones espectaculares de la ciudad de San Francisco. De un ramillete de personajes con vidas propias. Y sobre todo, de un escritor con preferencia por unos diálogos excepcionalmente acertados.
La edad para Allen es sinónimo de flexibilidad y resistencia mental, capaz de compaginar con excelencia distintas actividades y dejarnos boquiabiertos.
Quizás por ello inspira sus letras en los rostros de grandes actores (altamente agradecidos por colaborar con su trabajo) y lograr mantenerse con una carrera cinematográfica envidiable, en plena forma.

El amor puede comenzar por una canción disfrutada a dueto, que significa el inicio de una relación con sus pasiones y sus tensiones. A través de la conocida Blue Moon, nos desplazamos de su Nueva York con tonalidades entre el neón de los carteles de clubes y fiestas al grisáceo de sus secuencias más representativas. Como un recuerdo constante.
Ya apenas recordamos su letra... porque no es lo importante. Woody Allen se centra en la parte más oculta del desastre.
Y Cate Blanchett interpreta la partitura escrita por él, con una profesionalidad fuera de toda duda, intentando reinventarse en las diferentes situaciones, cambiando sus costumbres y habilidades cuando los renglones de su personaje se escriben torcidos.
Cambiar de nombre no garantiza un nuevo comienzo y el éxito.

Por lo que nos decantamos como seguidores del director neoyorkino, sin duda, es por la magnífica facultad de desarrollar sus guiones con personajes que no se detienen, siempre avanzan hacia la excelencia argumental. Las conversaciones que mantienen dentro de la película, tienen el alcance de los grandes narradores. Por tanto, sus diálogos no son un pretexto para filmar unas imágenes, si no que son la fuente por la que emergen las grandes decisiones narrativas ayudando a un montaje moderno y dinámico.
Me quito el sombrero, ante tal capacidad. De la cual, los aspirantes a escritor, deberíamos observar con envidia en cualquier noche de luna azulada ante la cuartilla en blanco.
Mis felicitaciones por su dominio de la escena dialogada y sus giros léxicos atemporales.

Así, me congratulo por la vuelta de Woody Allen a la comedia más dramática, de características sociológicas y la lucha de sexos más actual y verdadera, y acortando las distancias entre las distintas clases sociales. Revelándose la triste flor escondida entre tanta apariencia y poder económico.
Sus personajes se pueden reconocer al instante en las primeras páginas de los diarios.
Mr. Allen otorga el protagonismo de su creación en Blue Jasmine a la gran Mentira. Cuando esta faceta contamina todas las actitudes de la vida, tanto las que están a la vista como las ocultas, aunque estén encerradas en cuatro paredes desconocidas y opresoras.

Por que en esas habitaciones, calles o lugares de trabajo, se abre todo un ramillete de personajes secundarios a la altura de su "partenair" principal, con brillo propio y matices de otros colores que complementan el desarrollo del argumento esencial.
Desde sus parejas de baile en esta canción de letra olvidada, como su marido más delgado y siempre convincente Alec Baldwin o su hermana, una sencilla y simplemente natural e inolvidable Sally Hawkins.
Sin olvidar a las tensas relaciones con los personajes interpretados por un resolutivo Peter Sarsgaard, el arrepentido novio de su hermana por Bobby Cannavale, el papel de hijo por Charlie Tahan, Andrew Dice Clay, el doctor o jefe interpretado por Michael Stuhlbarg o los pequeños bárbaros usado como paño de lágrimas, los jóvenes Daniel Jenks y Max Rutherford.

Elegir el nombre de una flor que renace en la noche, no convierte la vida en un camino de rosas.
Ni siquiera de jazmines azules.
Congratulations to Cate Blanchett, por adelantado. Y por sus numerosos proyectos a la vista.

La personalidad del neyorkino es tan descomunal y su labor tan personal, que podría participar igualmente en cualquier competición de europeo o independiente. Así de genial es Woody. Hasta el infinito...
Felicidades Sr. Woody Allen por los éxitos y premios que... conseguirá.

**** Sobresaliente *****

Cate Blanchett, está en la nueva película dirigida por George Clooney titulada The Monuments Men. Reparto de categoría suprema con: George Clooney, Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Bob Balaban, Jean Dujardin, Hugh Bonneville.


Tráiler The Turning, de Tim Winton.



domingo, 3 de noviembre de 2013

Stand Up Guys: Al, Christopher y Arkin. Tres balas perdidas.

















Gangsta trío


Cómo decían los Panchos (que por cierto también eran trío) en su famoso bolero, Pasarán más de mil años, todos los amores de cualquier tipo, siempre dejarán en la boca o en la retina recuerdos de tiempos buenos o malos.
En el caso de estos tres delincuentes, Don Al Pacino, Don Christopher Walken y Don Alan Arkin, es un hecho que muchos de sus trabajos pasados dieron esplendor al séptimo arte y nos dejaron a los aficionados momentos para recordar como el vino añejo.

En estos días después de la celebración del día de difuntos, es un placer para todos que continúen ejerciendo ese magnetismo que ejercen estos rostros con la huella de la experiencia. Estos viejos conocidos que tienen como lema, perpetrar nuevas escaramuzas con la cabeza bien alta.
El director Fisher Stevens (nacido en Chicago - Illinois) es algo más conocido por su faceta de actor que por sus trabajos al otro lado de la cámara. Como en su papel de doctor en la cinta Awake, protagoniza un nuevo amanecer de su extensa carrera después de haber conocido cierto éxito en los 80, con un papel en las películas de Cortocircuito.

En la actualidad, todos se reparten los roles de la película Stand Up Guys (con un título en español de Tipos Legales que no hace justicia a estos grandes de la pantalla), conformando un interesante retrato de unos gángsters en el ocaso de sus carreras delictivas, y que sirve como homenaje (no final por supuesto) a los grandes de su generación en la interpretación.
En los comienzos de la década de los 70, los tres tuvieron sus películas dónde demostraron ser actores de carácter y coquetearon con el mundo del hampa.

En sus caras se reflejan el paso de los años y del saber hacer en este bonito oficio. En sus ojos se reflejan las secuencias que determinaron nuestras propias vidas como aficionados y sus manos firmes marcaron el territorio de los tipos duros con un arma en la mano. Ya fueran como policías, soldados u otros profesionales fuera de la ley. Sin duda los papeles más marcados en sus carreras.
Fueron y serán por derecho propio, individuos peligrosos pero con un código amparado por cierta "legalidad" y lealtad ante sus amigos y enemigos.

En Stand Up Guys, observamos como ese código deontológico sigue vigente en la actualidad.
Se ofrecen tal como son, y los queremos en sus papeles por ello. Aunque dentro de tanta nostalgia, también se combinen los chistes o chascarrillos propios a su lado más humorístico y sarcástico (si bien es posible que esto baje algo el ritmo y efectividad de las imágenes bien engrasadas). Cada uno hace gala de sus aptitudes más apreciables, aunque el guión de un debutante en el largometraje Noah Haidle tenga alguna preferencia por el manierismo en el sexo y la simplicidad de su atrevimiento.

La cinta se jacta de ser costumbrista y una ligera alegoría a las penurias y forma de pensar de la vieja delincuencia en nuestros días y su choque con la mente más salvaje de la venganza. Un choque que tendrá consecuencias en sus vidas por un ajuste de cuentas que no ha prescrito y la extorsión.
Ante tantas obviedades, lo que mantiene con interés la historia es el deambular de los protagonistas que demuestran su pasión por el trabajo bien hecho y terminado.

La combinación de esta tres armas (cada una con su propia visión del oficio) en las calles de un salvaje y oscuro Hollywood, funcionan a veces a la perfección y sus pistolas vuelven a sonar con los ecos del tiempo. Aunque en algunas ocasiones, los cañones se encasquillen y deban hacer uso de otras artimañas más artificiales.
Al, Christopher y Alan, son y serán siempre unos roba-planos. Con todo el cariño de tan significante acepción.

Ahora, Pacino se debate en la combinación de su faceta interpretativa con la dirección, pronto le veremos dirigir una nueva película y meterse en la piel de cabeza de familia en la saga de los Gotti, archifamosa familia de gángsters. Y podría ser Salvador Dalí, en un esperado y curioso biopic.
Por su parte, Walken se pone en disposición de dar guerra por los mismos territorios, en la nueva película dirigida por Clint Eastwood, un musical cuyo protagonista Christopher es un músico que coqueteó con los negocios mafiosos. Y junto a Jason Statham, Mickey Rourke y Javier Bardem, también con el telón de fondo del hampa, pero que no tiene todavía una determinación aclarada por ser el proyecto que tendría que haber enfrentado el fallecido lamentablemente Tony Scott.

Arkin está algo más reservado, pues tiene pendiente el estreno del film Grudge Match. Otro título para celebrar el recuerdo ochentero, con dos púgiles que tras años de combates deciden enfrentarse en el ocaso. Ambos en la piel de Robert De Niro y Sylvester Stallone, en un cara a cara entre Joe La Motta y Rocky que combinarán los guantes con el humor.

Por lo tanto, no es que Stand Up Guys sea una película altamente recomendable, ni de una calidad envidiable. Pero siempre es un gustazo ver al trío de nuestra juventud cinéfila, ejerciendo lo que mejor saben. Creo que todavía tienen mecha para hacernos de disfrutar de su estimable y fantástica presencia.
Los avatares mafiosos.
La interpretación.
Y... los viejos tiempos.

*** Interesante ***

Películas recomendadas con ... Pacino, Walken y Arkin.

Mr. Pacino:
The Godfather (F.F. Coppola, Sobresaliente)
Serpico (Sidney Lumet, Notable)
The Godfather: Part II (Francis Ford Coppola, Obra Maestra)
Dog Day Afternoon (Sidney Lumet, Notable)
Across the Universe (Julie Taymor, Notable)
Cruising (William Friedkin, Buena)
Scarface (Brian De Palma, Buena)
Sea of Love (Harold Becker, Notable)
The Godfather: Part III (F.F. Coppola, Buena)
Glengarry Glen Ross (James Foley, Notable)
Carlito's Way (Brian De Palma, Notable)
Heat (Michael Mann, Notable)
Donnie Brasco (Mike Newell, Notable)
Insomnia (Christopher Nolan, Interesante)
Rediscovering John Cazale (Richard Shepard)

Mr. Walken:
Annie Hall (Woody Allen, Sobresaliente)
The Deer Hunter (Michael Cimino, Obra Maestra)
Last Embrace (Jonathan Demme, Buena)
Heaven's Gate (Michael Cimino, Buena)
Pennies From Heaven (Herbert Ross, Notable)
The Dead Zone (David Cronenberg, Notable)
The Milagro Beanfield War (Robert Redford, Interesante)
King of New York (Abel Ferrara, Notable)
Batman Returns (Tim Burton, Notable)
True Romance (Tony Scott, Buena)
Pulp Fiction (Quentin Tarantino, Obra Maestra)
The Addiction (Abel Ferrara, Notable)
Things to Do in Denver When You're Dead (Gary Fleder, Notable)
The Funeral (Abel Ferrara, Muy Buena)
Sleepy Hollow (Tim Burton, Notable)
Catch Me If You Can (Steven Spielberg, Buena)

Mr. Arkin:
The Russians are Coming (Norman Jewison, Interesante)
Wait Until Dark (Terence Young, Notable)
Little Murders (Alan Arkin, Buena)
Freebie and the Bean (Richard Rush)
The Seven-Per-Cent Solution (Herbert Ross)
Big Trouble (John Cassavetes)
Escapada Final (Jack Gold, Interesante)
Havana (Sydney Pollack, Buena)
Edward Scissorhands (Tim Burton, Notable)
Glengarry Glen Ross (James Foley, Notable)
Mother Night (Keith Gordon)
Cuatro días de Septiembre (Bruno Barreto)
Gattaca (Andrew Niccol, Notable)
Eros (Wong Kar-Wai, Soderbergh, Antonioni, Interesante)
Little Miss Sunshine (Jonathan Dayton y Valerie Faris, Muy Buena)
The Muppets (James Bobin, Notable)
Argo (Ben Affleck, Notable)

Un enfrentamiento pugilístico de kilates, en Grudge Match de Peter Segal. Reparto: Robert De Niro, Sylvester Stallone, Kevin Hart, Alan Arkin, Kim Basinger, Jon Bernthal, Judd Lormand, Han Soto, Nicole Andrews y LL Cool J.

Hasta las nuevas y esperadas noticias de Al Pacino, os dejo este tráiler producido para la tv por la HBO. Sobre una etapa de la vida del conocido músico y productor de grupos como Beach Boys o The Beatles, Phil Spector. Dirigido por otro mítico David Mamet. Reparto: Al Pacino, Helen Mirren, Jeffrey Tambor, Rebecca Pidgeon, Chiwetel Ejiofor. Tráiler en inglés.


Hasta sus atractivos proyectos en 2014, Walken en su salsa y en plena forma, en The Power of Few. Cinco historias cruzadas dirigidas por Leone Marucci. Reparto: Christopher Walken, Christian Slater, Q’orianka Kilcher, Anthony Anderson, Jesse Bradford.


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