En una sociedad en la que salen a relucir las noticias y sus repercusiones, sobre escándalos económicos y morales, la corrupción se instala en todas las capas de la misma. Lógicamente, éstos producen unos efectos negativos en todos los aspectos. Sobre todo, la fiabilidad de puestos de responsabilidad, en manos de personas poco capacitadas o nocivas en cierto momento.
Denzel Washington encarna a la culpa de todos esos individuos.
En la película dirigida por el director Robert Zemeckis, Flight, le ofrece una oferta que no puede rechazar. Washington vas a despegar y sobrevolar sobre las distintas opiniones que pudiera tener la crítica cinematográfica en los papeles anteriores que acometiste... y el bueno de Denzel, dijo, bueno Robert me voy a ir comprando en traje de Ícaro, si me consigues hacer renacer de las cenizas.
Dicho y hecho. El actor norteamericano realiza una de las mejores interpretaciones de su carrera, siendo merecidamente reconocido en su nominación a mejor interpretación masculina en los Oscar. Y totalmente, digno contrincante de Daniel Day Lewis.
Su papel del capitán Whip Whitaker es una muestra de cómo un actor (o cualquier otro individuo en su trabajo), tiene la oportunidad y el reconocimiento en un momento determinado de su carrera extensa. La edad no tendría porqué ser un óbice para contrastar la valía de un intérprete, o trabajador en otros funciones.
Además esto, Denzel Washington lo ha sabido utilizar muy bien en su interpretación, de sufrido y avocado al desastre, con un piloto de aviones comerciales que se ve en la encrucijada de elegir. Una elección dificultosa para cualquier ser humano. Salvar la piel quemada de uno mismo, a base de ungüentos insospechados y poco fiables; o por contra hacer frente al mal sin tapujos. Desnudar su alma y despojarse del lastre de la mentira, en un descenso imparable al infierno del olvido. Sin bálsamos de Fierabrás. Ya que si uno, es capaz, de renacer de la incineración de sus alas y posterior caída al vacío, debería hacerlo sin sumar cargos adicionales y criminales a sus conciencias.
Vivimos en una cultura de la legalidad muy cuestionable.
Soportamos y reconocemos, la parcialidad (casi una postura cercana a lo criminal) de los representantes que deben velar por la verdad ejerciendo una justicia, nunca mejor dicho, consecuente con la misma.
Por lo tanto, la protagonista principal del filme Flight, además de la culpa, es la responsabilidad. Como ciudadanos de bien, nosotros y los representantes de impartir justicia, abogados y jueces, deberíamos hacer acto de conciencia de servir a la verdad. Si no, ejercemos esa responsabilidad sobre nuestros propios actos, y medimos las consecuencias de los mismos, estaremos debatiendo siempre si hicimos lo correcto.
Por tanto, si la mentira prevalece en nuestra postura errónea, el peso de la culpa recaerá sobre los hombros hasta el fin de nuestros días.
Sin embargo, Robert Zemeckis, reparte durante el metraje algunas e indiscutibles verdades. Lo que añade brillo a un trabajo bien realizado.
El humor que desprende Flight, siempre ha estado presente de alguna forma en su cinematografía. En cambio, en esta película se hace representante diferencial de un sentido crítico, y bastante cínico. Un humor que se separa radicalmente de todo su trabajo anterior.
Sus filmes primerizos reflejan una espontaneidad más dirigida hacia la franja joven del público. La carrera de Zemeckis ha sido también una especie de Ícaro de altos vuelos. Con el éxito generalizado en taquilla, quizás, le faltó un reconocimiento más experimentado con otro tipo de historias que contarnos.
Forrest Gump, y posteriormente algo menos Naúfrago, fueron los puntos de inflexión (para un servidor) en su carrera. Siempre haciendo guiños a los recuerdos de nuestros héroes de juventud, musicales o literarios, Elvis y soldados caídos en la destrucción de la guerra o Robinson Crusoe luchando contra los elementos de la catástrofe. Así, ocurría también en su trilogía de Regreso al Futuro o sus referencias al comic y el cine negro en, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, o más modernos y cercanos a sus amigos como Spielberg, admitiendo el regusto por los aventureros de civilizaciones perdidas en Tras el Corazón Verde.
Pues bien, tras aventuras desiguales en la animación digital, nos trae su cinta más adulta. Con un reparto experimentado y potente.
Segunda verdad: para representar unos diálogos que sean convincentes, es mejor, rodearse de los mejores actores. Y he aquí, que Flight tiene a un ramillete de ases en la manga (sólo hay que repasar sus trabajos anteriores), como Kelly Reilly, Bruce Greenwood, James Badge Dale, Melissa Leo, pero sobre todo Don Cheadle y el inigualable John Goodman.
Lo de Goodman es otro trabajo para recordar, por su fuerza interpretativa y naturalidad ante la cámara.
Pues bien, tras aventuras desiguales en la animación digital, nos trae su cinta más adulta. Con un reparto experimentado y potente.
Sólo tengo elogios para todos ellos, encabezados por su protagonista D. Washington.
Aderezados con un magnífico guión y una banda sonora con canciones, que ya de por sí son historia del rock y de nuestras vidas.
Tercera verdad: La verdad.
Un guión que premia la verdad como fin último. Ideado por John Gatins, joven e inexperto en estos lares tan comprometidos de la escritura para el cine, y que sorprendentemente por su calidad, ha sido premiado con su candidatura para El dorado.
Porque una vida no puede fundamentarse en una huída contínua. En cerrar los ojos ante nuestros actos más detestables, ya que de ello dependen las oportunidades de muchos otros que nos rodean.
Porque el uso del alcohol y las drogas en determinados ambientes laborales es inaceptable, para cualquiera con dos dedos de frente.
Sumando las consecuencias políticas de las empresas, los pactos con compañías aseguradoras, medios de comunicación difamadores o engañados, magistrados, etc, etc... Muestra a este Flight en una "fight" en el barro de la realidad actual.
Y por último, la responsabilidad.
La de un cineasta con un público que ha crecido con él, y que le pide más emotividad y sentimiento.
La de un actor negro, que ofrece otra visión de su carrera como héroe ejemplar. En múltiples matices cromáticos.
La del uso de productos ilegales. Con la aceptación de las consecuencias y estragos que pueden causar en la vida.
La de abogados que defienden las causas imposibles, con medios poco edificantes. Periodistas que se dejan engañar por el impacto mediático de la noticia y el éxito personal. Los empresarios que manejan grandes cantidades de dinero, sin considerar las almas que ayudan a su propio beneficio.
El peso de nuestro pasado, que engaña a nuestro futuro.
La aceptación de la muerte, como algo natural.
El honor... de los que ya no están.
**** Notable ****
Flight-Soundtrack:Joe Cocker Feeling Alright