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martes, 25 de febrero de 2025

The Pitt… from 7 to 14 p.m.

 


El cine en general, y el hollywoodiense en particular, se nutre de profesionales que desembarcaron de muchos lugares diversos, con proyectos de lo más variopinto… y en las producciones que se ven en competición hacia la carrera tenebrosa, con nocturnidad, de los Oscar´s, tocan todos los palos desafiantes de la actualidad. Y determinadas series, también… y más si se trata de revisiones en el Hospital Médico de Traumas de Pittsburgh, a triajes entre Warner, el creador Mr. Gemmill y los herederos de Michael Crichton. Empezamos bien, la jornada… en fin.

Podemos ver extraños capitanes de barcaza… Con el Pianista aquel, Adrian Brody se acreditó socialmente, maltrecho, y se metamorfosea de nuevo, para The Brutalist. Polémicas de voz en el panorama, que piden descalificación… o no… Años tras tocar históricamente aquellas podridas teclas de la guerra, vuelve para ocuparse obras y asuntos ficticios, que adornan el proyecto y atacan los cimientos de aquel sueño americano. Migración forzada y sexo no consentido, es la cuestión del rechazo en construcción contemporánea.

Hablando de mentiras, en este caso hermosas en su envoltura, más en tiempo pocho de papas… Cónclave posee una narrativa de superación, superior y más adictiva… Sin drogas duras… El personaje de Ralph Fiennes, sin tinajas ni ponzoñas, asemeja a ese fraile culto Guillermo de Sean Connery en El Nombre de la Rosa. Decantándose como uno de los máximos favoritos a mejor actor, junto a Sebastian Stan, el divino Colman y el Chalamet de todas las salsas… O mejor folk, rock espacial electrificado.

Según algunas lenguas y la mente propia que le resta un texto sobre Sing Sing, nos inyectamos en el sustancioso universo de la femineidad y sus reclamaciones sociales. Metióse entre pecho y espalda, un concentrado de Demi Moore a la desesperada, que la explota sin contar esa casquería final… veremos si acaba estallando en gozo. Y no por la edad… Postdata: Unos días después la ficción enraizó y ganó la bailarina.

La xenofobia es guía, descontando a xenomorfos que se rigen por otros tipos de contagio… y es la epidemia vampírica - sin murciélagos entonces -, extendida hasta los 60 en USA. Los siglos la mutaron, de trabajos forzados en esclavitud a una etapa cruenta, en que los derechos comenzaron a forjarse con Mr. Lincoln y demás. Hasta la sorpresa de un libro, que grita en silencio mortuorio hoy, la represión de los Nickel Boys. No sólo por una historia negra y criminalmente escondida, sino por su vitalidad visual, el descontrol rítmico… que te viene a recordar en algunos ejes, la vertical de las escenas de otra tapada, como Anora. La bella y la bestia, invisible, picante… al encuentro de una rosa infantilizada.

Así mismo, arroba el destape protagónico, - en los otros no voy a meterme, lágrima fácil, gritos histéricos, y superficialidad familiar -, en historia semejante al de una prostituta que enamorara, eh… a un millonetis. Pero en ambos filmes, contemplamos la brillantez escénica y diversidad de planos, enfocados o no, hacia mundos sórdidos diferentes, donde el espectador puede preguntarse – mi cabeza lo hizo -, el porqué de esos planos y su resolución, y que tras el ruido, acabas comprendiendo en su conjunto para el caso de la violencia racial. En el otro, un mar de dudas, estereotipos y fluidos… Tras un terraplén de sexo y videojuegos.

Especialmente volcados ante Ella, la mamá-abuela, que pudiera haber sido la ganadora por naturalidad, en la alegría y el dolor… aunque lo será seguramente, Felicity o la Rosselini, por encima del cadáver de Wiked, el engendro xDio. Menos mal que, nos queda la seguridad social… ¡Hale, entubación y a seguir aspirando!

Érase una vez… urgencias.

Con las demandas sociales hemos topado, con los topos también que van escarbando buscando la luz… ¿Verdad cinéfilos de solera y principiantes…? Nos vamos conociendo, ya que aquí ocurre de todo, y aunque es muy parecido a la realidad, va ultraconcentrado, de tal manera y modo, que todas las polémicas se presentan entre las blancas paredes de este hospital de emergencias clínicas. Más que una oleada, es un tsunami, del que es imposible salir indemne…

Cualquier individuo se ha visto paralelamente en algún caso, o semejante, y más después de las miles de muertes acaecidas durante la pandemia. Hijos de fruta, los que lo fabricaron - en serie , y esparcieron, hermano… así hoy vemos el triunfo de la corrupción y ciertos lobbys, sea por el poder, la superioridad moral o la pasta gansa. Que también se demanda, esta última, en caso de los técnicos, entre aliens, nosferatus y ratones del desierto… y marramamiau.

Aún nos queda, una etapa oscura del pasado, al lado del director y guionista, Jesse Eisemberg y Kieran Culkin, que se vaticina como ganador, sin humos… o mejor dicho, sí…. Pues representan la causa judía en un periodo, en el que vuelven las quemazones del pasado y los hechos dramáticos del genocidio a través del Holocausto. Ahora, a vueltas con persecución ideológica que todavía perdura. Como los rastros de sangre familiar, los pensamientos de dictador asesino y la gente que lo siguió… hasta el suicidio colectivo.

Da igual que sea ideología de derecha o izquierda, el genocidio no conoce de egolatrías coloristas… y todavía quedan algunos en el tintero, musicales o animosos, si bien la saturación no es buena. Si no ganas tiempo, priorizando que es gerundio, complejo y parcial, telemático… como pilotando. ¡He dicho… como un Brad Pitt en el turno!

De Thelma… al terminal.

7 vidas tiene un gato, pero un humano no, al menos sin un alienígena en la barriga… En los casos más o menos urgentes, rebuscando en las estructuras sociales y el problema irresoluble de sustancias malditas en expansión, lo más importante se dice, es la atención. Y más si se marca con tinta roja, en un libro de excel, que hay que presentar al juicio…

Esa mecha prendió rápidamente por Estados Unidos y, Pittsburgh no es más que una condenada ciudad más, dentro del infierno de droga dura. Hay claros en los muchos oscuros… del panorama en las calles. A ver, El Brutalist, los chicos de la esencia del gusano, de la droga por redes y tecnología, el dinero pagado por fluidos, sangre para vampiros, tentación de IA en escritura y arte, en Anora hay vicios por todos lados… quizá, el menor sea el de la música rock y, sin embargo… existen numerosos caídos, hasta en los 27… ¡no hay más vidas de gato!

Un solo premio animoso, espiritual, capitán glorioso, sangre de gato que fluye hasta el alma… Si los gastos sanitarios, que todos disfrutamos con nuestros impuestos aquí, hasta allá, sirven para cerrar las heridas, o para desangrarse en desgarradores infortunios actuales, y la sala de 'desespera', es la cuestión. Y todo cuesta, cada vez, un huevo más… alguien se lo estará llevando crudo, o ya se lo gastó en fiestas variadas, máscaras y vacunas invariadas...

Por supuesto, temas controvertidos que están amontonados sobre las camas, olvidasos en camillas de pasillo,  rebuscados para fomentar esa variedad del wokismo en producción a discreción … y condensados por horas laborales, que pueden llegar a dejarte un poco exhausto, como a los profesionales de la medicina pública. Sin embargo están, tan bien presentados y documentados, que pueden significar un salto cualitativo, sobre series de médicos que a todos se nos vienen a la mente… o el corazón, y yo no recuerdo – salvo una próxima y excelente, como los dardos mortales de Dopesick, sin Beetlejuice por favor. ¡Qué fatiga, oiga! ... O no es cierto, demonio de amor, que enfermeras y doctores, médicas genéricas… os atraen y enamoran, en un abrir y cerrar de párpados… ¿Eh ´impacientas`…? E impacientes pacientes o as… Ejem. ¡Diablas!

Es lógico que, la serie The Pitt con gestión de Mr. Brad en recámara, - no mortuoria -, se lustre de cierto tono femenino, que no completamente ´feminista`, aunque va de sí; pero si representa loa evidencia de una sociedad moderna, que pide soluciones… Cuando algunas se arreglarían, con cadenas perpetuas, como diría mi amigo Mr. Clint Eastwood en Jurado Nº2, cuando no, una buena inyección en vena… Pues, lo de siempre en esta historia, larga como la humanidad y el poder del más fuerte, es esa depravada actitud de hombres violentos, física o emocionalmente, que como las adicciones, desatan la violencia. Y en los casos laborales, los trabajos más peligrosos o riesgosos. Se lo podemos preguntar a algunos educadores...

La salud les importa un ´güevo`, en el caso de Ellas, una regla… y en cambio, y la sociedad globalizada está por la labor de enfrentar los miedos, de Nosferatus contagiosos, la incomprensión y el racismo, que componen el universo mediático o profesional… Cuando no, los fallecidos que se convierten en un número... ¡Dramático! Semejanza a este hospital, tal que bosque, con sus diferencias animalescas, sus demagogias actualizadas y tendencias depredadoras... Realmente, al final siempre existe una luz… ¿tras la tormenta? Pájaro, o hay gato encerrado…

Triaje… de mente.

Thelma y Louise, desafiaron las reglas… lanzándose al foso de una radicalización, con ambulancia sin luces, ni cruces en su vestimenta, sólo cargadas con pólvora… y en esas estamos, que esto no se cura, a base de tiritas… Era ante un cónclave, reivindicativo, que se lleva por dentro… sea de una forma o de otra, debiéndose respetar todo pensamiento legal, y cualquier forma de pena... exonerada por juez.

Y en el lado humano, si serán debidamente cubiertos, gastados, o serán meritoriamente tratados, es la cuestión, como casi todo lo que depende de la pasta gansa… Pues la sicología no es lo mío, frente a ofrendas mediáticas con bailes y demás reclamaciones cantosas políticamente. Que, esa es otra cuestión, y se entrevé sobre los hálitos finales de las familias enfilando la última vida – no de gatos -; o ciertas perspectivas pretéritas que se incitan sobre divanes y camas, cuando la mayoría requieren de derivaciones psiquiátricas, u otras... Esas que sí necesitan tratamiento, o… cárcel para el alma.

De materias incontroladas o manipuladas, según la máscara, se distinguen males tópicos y derramas, hacia bolsillos de particulares o interesados que no podemos desviar de ese foco principal y necesario. Y eso que en Pittsburgh y otros sitios, no estamos en guerra… aunque la sentimos de nuevo - con muertos en las agendas…-,  bastante cercana en medio de este bosque de cemento, u otro semejante... por eso, se alían… las cabezas…

El miedo es libre también, así The Pitt necesita de cabeza amueblada, que organice el caos y el todo, aparentemente… Que dome hordas de maleducados, idiotas, desviados, retorcidos, dementes… y se desviva por los heridos reales. Arriba o abajo, como la serie… a quiénes necesitan de prioridad… no de derivación o el triaje, del triage napoleónico… sino de la humanidad por el no muerto. El otro está bien, viéndose desde otro lado, o ninguno. Oscuro como el señor ese de los colmillos… ¡y qué curioso! No está Mr. Dafoe ni el Herético, ni el Conde de Montecristo, o animosos Vigilantes, ni atropellos por el camino… dorado.

En Oz es responsable de cada uno. Pues, en determinadas circunstancias de la vida, todo convertimos en dudoso, insatisfactorio, agresivo, humillante… terrible. Cuando el adiós es lo más común - bye premiooo…- a lo que nos encaminamos… y lo será. Ya que la ciencia, no halla solución, como no remedia los cambios, hormonales o climáticos… ni termina con los ataques víricos, o en internet… Demasiado Flow, o gato encerrado, por acá, por allá... en cualquier sitio, en todo tiempo. A jornada completa, de quince horas… aún resta una segunda ronda.

¡Silencio! Se cura… al otro lado, con o sin el abogado del Aprendiz, - que merecería un premio aparte -, queda la gestión, con los números de las obras hemos topado y, ahí siempre se miente, de un lado para otro; se presentan motivaciones, se ocultan las estrategias, se enmascara la verdad, se sesga la capacidad, o se resienten ante la presión, se lanzan cuchillos al pie, o espaldas… se descentra emocional, arterial… mente. Y se prescinde, digamos, de una coordinación por un número, una ideología, una cama más…

Metafóricamente hablando como el general de unas tropas salvajes, y la ayuda de cerebros artificiales, lejanos hermanos de sangre, en los cerebros ´cableados`, en batallas diarias, perdidos como náufragos, y bajo los extremos, botas de guerra, últimos estertores, sangre envenenada, ahogamientos… en busca del elegido, en cónclave, y la hermandad de la salud, santificada, por la metodología y la ciencia… ¿Existirá el más allá, gato…?

Y zarandeados por el maldito triaje… unos abandonan esta orilla, hacia el espacio como un periodista melenudo. Y en la Tierra, condicionados  por políticos realmente, llevado a un suicidio colectivo… ¡quilosá!

Lo sustancial…

Al menos, en esta entretenidísima serie, queda un resquicio para la esperanza, reciclaje, de géneros… y el humor. Caustico como el fluido vital de un alíen… recalentado como el corazón de un robot.

Los espectadores no se convierten en, sino que somos los pacientes y visitantes, dolientes o abandonados, destruidos… incluida la razón. Y los sexos, que brillan por la falta de inteligencia, natural o artificial, como las voces del arquitecto…

En busca… de remedio, La sustancia, que elimina el dolor o ese padecimiento focalizado en el tiempo, emponzoñamiento de la sangre o dolor extendido por todo el cuerpo. Hasta que el mal crece, irreversible como la ideología, sintiendo que nos dividimos en dos… uno de lado más conservador, y otro atrevido con nuevas terapias… a palos… garrotazos en otros lares… Incluso, observamos lo insustancial a través del espejo social… que quiere evadir la muerte, con una foto...

Cuando lo vivido es lo que dejamos atrás… amigos e imborrables recuerdos, injusticias de segunda clase o errores, y seres queridos, miembros… de la familia. O no… ¡maletas!, que pesan como un viaje a lo irracional de la humanidad. Acuchilladas, bombardeadas, invisibles, ya.

Es la intransigencia o la violencia, de cualquier tipo, que en The Pitt se halla en los pasillos, y atiende a todos los paneles electrónicos, de lo reclamable ahora, concentrado en una inyección directa a los cerebros, alienados o no. En ese aspecto es inteligente, perfecta estructura, sin perder ápice de interés, y el enjuiciamiento personal, tras cada píldora administrada, por vía intravenosa… A veces, de manera vampírica. Donde los estereotipos, que haberlos haylos en ambos equipos, condes y mordisqueados… deberían estar sanados o extirpados hace tiempo...

Y esto que podría ser fácil de abatir con buenas administraciones, o un gato lanzado al estrellato – no sé si como un caracol, de otra especie -, se choca frontalmente con economato de prevaricación, que existir, exístela… pues en necesidad, todos saquean los tesoros. La representación artística comprende todo esto… y lo retrata salvajemente, sin tapujos… a veces, sirve de vomitivo ante los casos más sangrantes, corte fino de escarpelo, balanza de las necesidades y las demandas sociales.

Se carga como jeringa que apunta a tu corazón, al de todos… O va directa a la espina dorsal, sobre la sombra de un machismo, que no es lo mismo que una violación enfermiza o la crueldad… del asesino. Donde una de las mayores causas, es la adicción polémica, que enloquece o deteriora, hasta hacerlos parecer más salvajes aún… normalmente hombres.

El cine es como una ventana abierta que ventila los secretos, de ministerios y sus datos ocultos… Viaje de primos lejanos, que se sienten desbordados por la existencia sesgada, el horror y la emoción. Un bofetón a la sinrazón y el odio, que debería observarse desde diferentes planos y pensamientos libres… un baile desnudo con la conciencia propia, no ideada en una calculadora… y el siguiente paso a dar, compartir… sería no perder la oportunidad. La vida, que sigue siendo lo más valioso, impredecible… y doloroso. Un momento de humanidad, es una lágrima que se seca, con un último aliento.

En el otro lado, esencialmente entretenimiento, también cura la serie de Warner, y no, como las tres horas y media, de otras… ni las canciones, que te vacían el alma… ni memorias artificiales que siente, por ahora… Y la culpa será compartida, entre todos, ellos y nos… antes de que las lágrimas se confundan con otros humores… fluidos invisibles en un desierto alimentado por las Dunas, y del fentanilo, los posibles males que nos entran por la puerta trasera y extirpan el sentido común… en una construcción irrealmente, verdadera. Espejismos, que no son.

Al otro lado, del Flow de la vida y muerte, 7 vidas románticas de los gatos, o la única de perro abandonado… Frente a desprecios o abusos…, el Desfile de sombras y jugadores empedernidos, malpagados, viciosos, de la Sucesión a la postrera Separación, con sustancias en la mente, perdidos… desahuciados. Los vigilantes, novatos o experimentados, escépticos, luchadores, por la salud y honestidad, si bien, algo maquiavélico, malhablado, injurioso, maltrecho, decepcionado con esta realidad, indómito/temerario, esclavizado, solitario, manchado, desprevenido, vejado o sentenciado… uno más, como un hermano, hermana de sangre. De los otros…

Guerrero al fin y al cabo, jefe de urgencias… Aunque, algo deprimido de visiones pretéritas que fueron reales, como la vida misma, enajenada o… ese suicidio del Ser. ¿La Leyenda de un Indomable…? ¿Has visto a Mr. Hatosy, el de Animal Kingdom…? Tal vez, sólo 1 de 8… Vamos rodando como una piedra… Que, de otros temas, canciones y actores, ya contaré… O no… Depende si queda, alguna cama libre… muro que salvar. Nino, ni nooo, education…

Que, esto, parece la casa de BernardaAlba… coño, de la Bernarda. Jefe Noah Wyle… ¿estuvo usted con Donnie Darko…? Chí. Esquizofrenia, another brick in the wall… aca-báramosss.

¿Has dicho Wolf…? Noo, Gato.

 

 


lunes, 10 de febrero de 2025

100 Años de Soledad.



Todo el mundo se pone su camisa resplandeciente, por la mañana. Algunos incluso una careta nueva…

Se disfrazan los padres, de hijos predilectos, que en realidad son enfermos del contagio cíclico… o frívolos compulsivos, en dirección contraria. Depende de la situación en la digestión nocturna, o la guerra pasada, a calzón quitado, o recordando el reproche de  una voz aterciopelada del Jefe, que se forró y vive en caserón… Cada uno pintado con el color que quiera... Y los chivatos, pululando… pagando por meritaje.

También de la época, de la realidad que conocimos o de lo que nos contaron nuestros mayores, y desarrollamos con la perspectiva y la posición propia. Gabriel García Márquez literato de Aracateca, en la comarca de la Magdalena, como aquella…), vivió épocas conflictivas, muy personales en su alma, y las fracturas colectivas en Colombia, las fraguó en la realidad mágica de Macondo.

Sin embargo, nada que ver, o sí… con los lobeznos de Wall Street, de aprendices con piel de cordero, donde la violencia física se convierte en palabras y dinero… En cambio, los hijos de los millonarios, desde los triunfadores en negocios y apuestas, hasta los deportistas de élite y las estrellas de cine… todos, se fueron encontrado con la fortuna en línea sucesoria. No como el personaje de Leo di Caprio de la película de D. Martin Scorsese, que tuvo que engañar desde 0.

O como asciende, - no conozco su verdadera historia -, el protagonista del filme El Aprendiz, con que opta por la estatuilla dorada de 2025, por interpretación modulada de un camaleónico Sebastian Stan. Producto  polémico en la memoria de protagonistas y sus reflejos actuales, arriba y abajo, en el ala oeste de, prefabricado asunto por el guionista Gabriel Sherman, que parece saber casi todo del partido republicano. Y el director nacido en Irán, para la Canadá plagada de aranceles, Ali Abbasi (The Last of Us), no de aquellos, hoy emigrado y danés. Ideologías aparte, o no...

Esto de hablar de política, - no sé si practicarla y ganarse la vida con ella -, es una especie de droga… Que, a veces, te sienta como pastilla de Neo, para la evasión, jeringa de Separación surrealista, sensitivamente hablando. Y otras no… puede hacerte ver pesadillas, horrores inyectados por el trasero… o directamente, transformarte en un monstruo… De los clásicos, pero sin tornillos en el cuello, colmillos o terroríficas máscaras… ¡Qué susto, joé!

100 Años, una generación tras otra…

Esta realidad, mágica literaria, comenzó hace más de un siglo – 100 años para los poco avezados en numerología -, a través de los reflejos dorados en los ojos de una Hispano-América, de lo negro a lo mestizo. Plagada de trances desde las Leyendas de Guatemala y Las Lanzas Coloradas, a las extrañas expresiones de Ecué-yamba-O!, que cambiarían la escritura de Alejo Carpentier, M.A. Asturias, bajo La Lluvia de Arturo Uslar Pietri, a las torrenteras de aluvión, que sufrieron allá por la Ciénaga, en las afueras de la ciudad creada por Don Gabo.

Todo empezó a reposar en los cimientos de aquella Aracateca natal, con los cultivos de tabaco, cacao o plátanos – quizá bananas, tal vez, sexualizados -, que llevaron el tren amarillo a sus hogares construidos en materiales autóctonos, a las reprimendas por los actos revolucionarios de sus trabajadores, y que llegarían inevitablemente… como las lágrimas en la lluvia o la sangre fraterna de la Guerra Civil. En España y USA, también las conocen, desgraciadamente… más de lo necesario…

Dicen que el tiempo posee un envoltorio cíclico, yo creo que no… que se mueve linealmente, pero tiene puntos de encuentro, picos que se convierten en una especie de agujeros de gusano… Que traspasan el espacio y dicho tiempo, dándose la mano, el puño… o los fluidos.

Si el tiempo volviera hacia atrás, y la memoria histórica… sería una peligrosa regresión… Y eso, los seres humanos no se lo podrían permitir, o tal vez sí, quién sabe… Al fin y al cabo, no Gabo, sino los aprendices/zas, a escritores o directores, como los hijos, se guían a través de los caminos, que les muestran sus maestros.

Así siguieron las vías, del surrealismo consciente o la magia realista, Los Sangurimas de José de la Cuadra por la costa ecuatoriana, María Luisa Bombaí entre la cordillera irreal chilena, Juan Rulfo desde México con su Pedro Páramo (algún día tendremos que platicar de él); o en el Aura personal de Carlos Fuerte, como agua para chocolate para Laura Esquivel, en remojo, o en las casas espirituosas de Isabel Allende, hasta los versos satánicos perseguidos, casi vaciados, y en el oriental viaje de Murakami, a los tambores de Guerra de Gunter Grass, sensaciones del ser para Milan Kundera, en guerra interna, consigo mismo y el otro. A la vista del perdido, alienado, y pensamiento platónico de José Saramago, y surcar el río de la vida, de una a otra frontera con España que es El Jarama, de Rafael Fdez. Ferlosio. Que no era el de Macondo, pero como si lo fuese…

Aunque, en muchas ocasiones y en Gabo más, se trata, de una línea recta, no de indirectas sino con meandros salpicados de sangre y esperma, que nos abandona y conduce a la violencia, amargura, pasión desaforada… y esa soledad... que impregna a individuos y familias… qué es de lo que se trata verdaderamente… Aún con toque de cinismo real, mesiánico y ácido, aderezado con humor salvaje.

Los Hijos de la Guerra…

Cada quién pensó en cómo eran esos personajes, en su mente… Los Buendía, uno tras otro, siendo reconocidos públicos o bastardos impúdicos, se traspasaron en letras inconmensurables, las obsesiones, los deseos… y las sensaciones de soledad y fricción. Incluso, las batallas polvorientas, que de una u otra forma, estaban predestinados a enfrentar, resistir, convulsionar… de una contienda o de una hamaca.

Aquellas que son metáforas de la realidad de los países defectuosos, no perfectos  – en este sueño de Colombia, una más -, socialmente, divididos en dos, con las piernas en un fango secular, mientras se golpean con ráfagas de fuego tipo western fronterizo, esas tiendas y casas bajas, esos  puñales… o garrotazos, que es muy hispánico y extremo. Y esto nada tiene que ver con la colonización, he dicho… sino con las herencias patrias e ideológicas, de cada cual. Y de aquellas familias, engendradas, o de engendros por venir...

Aureliano quizás fuera su padre, pero también podría tratarse de su hijo… ¿o no…? O del padre de un coronel que se opuso al casamiento de su hija – diferente a la posición de la madre del otro…-, por unirse a un facha que diríamos por ende… además de mujeriego, macho o machista, y experto en enviar mensajes a distancia… Como el semen.

Como los mensajes de amor, antes de la guerra, que tuvo que mandar a su amada a kilómetros, en la gran ciudad hasta que la familia permitiera el enlace, aburridos seguramente por la insistencia y el quebranto de la niña, en aquella costa del turístico Caribe en Santa Marta… Curiosamente, la tierra del agua, donde se ahogaría el rastro de Simón Bolívar… el que se enamoró de Madrid, de orígenes españoles, casado con una grande de esa España odiosa, de la familia de los duques de Toro. Fallecida de fiebre amarilla, como esos tantos males de Macondo, al que le llevó a vomitar la bilis… propia, aderezada de los consiguientes historiadores de la leyenda negra de España. Qué son muchos y variados.

Y así, llegamos a los herederos, que son pocos y cobardes… Pero, los dejo en la política belicista… Sino al del hijo de Gabo, director de cine, social y feminista, que deja de lado, las ocurrencias de su padre. Pues, los años no pasan en balde, y en México van de otra cosa… de pies a cabeza.

La Herencia… no mágica.

Lo que estamos viviendo en la actualidad es una constante fake news, como dicen los sajones y demás acólitos… con la idea de intentar prolongar sus propios deseos de colonialismo imperioso. Hartos de afanar, con flemático silencio, escupitajos finos y realeza de puñales traseros, a la altura del dorsal... a cañonazos desde, antes de Trafalgar... por Babor! O estribor, depende de la tormenta...

Y el coronel, se convirtió en General, como aquel otro, medio hombre… y enfermó para siempre, con la sangre dolorosa de la crueldad en sus ojos guerreros. Sin embargo, muerto Gabo, se acabó la magia… Y en el nombre del hijo, no aprendiz de Mago, ni que recibiera la influencia de aquel otro coronel de la infancia del escritor, conocido como Nicolás Márquez, - que mató en duelo a Medardo Pacheco, como en Macondo pero sin lanza -, y no llevarle a 3 hijos oficiales y otro 9 de mujeres diferentes; se embarcó negándole la mayor al padre, en esto del guión y dirección de cine.

El cine… que es a la vez, esa especia de truco… que sale de la realidad de unas máquinas magicas, y oscuras, y unas mentes, con grises, unidas en un río de Macondo, de colores. Y que se transformó en una industria, fosforita, de neones, a veces decadente, a bananas, por aquí y por acullá… y de dónde proceden algunos lodos. Riadas, delitos y fuegos internos… Y así, los hijos de Norteamérica, fatuos o no, de todos los sitios del mundo, empezaron a convertirse en pieles rojas, socialistas o más, incluso hasta musulmanes que plantan su bandera… y el hijo mexicano de Gabo, pasó de obra y su premio Nobel, y concluyó a su discurso, con un definitivo:

“… la interpretación de nuestra realidad, con esquemas ajenos, sólo contribuye a  hacernos más desconocidos cada vez, menos libres, y cada generación, más solitarios”. Así, declinó su Cónclave particular, de momento... Ya que nadie sabe, como acaba historia, o sí… premonición ursulínica.

Comentó: “No, no está en mis planes, porque no funcionaría recrear su Macondo… ¿Por qué…? Por dos motivos, uno sería la película en sí misma, algo secundaria, y segundo, Gabo y yo tenemos diferentes obsesiones, y por tanto, no nos atraen los mismos temas…”. Y no se creyó el lema de los Buendía, lo predestinado… y se conformó en showrunner del Jefe, como si cualquier cosa... ¡No, de su otro lado conyugal y politicastro en DF, no voy a hablar…! Y en esas estamos…

… en esa soledad mecánica; con voluptuosidad; carnal; patriarcal pero matriarcal; entre cometierras, limpiabajos, tragasables, adivinadoras y puteros; la maestría de lo surreal; sale a flote en metáforas, elipsis, hipérboles; hasta el fondo de río y venas, tintadas; de troncos y raíces, inventos, costumbres; realmente vívidos; como loco apasionado; cuerdo ecléctico; cambiante patrio; gitano sin rumbo; jefe de las letras; del español perseguido; mágico hidalgo; reportero Universal; esqueleto en Ciudad de los Muertos; al embrión clásico; la resurrección en serie... y del  cuentista letrado. Al recuerdo de abuelo, premiado, casado con la hija del boticario… sin mancha. Quijote… de los tiempos. Era, y será...

Cuando la televisión colombiana, de producción Dynamo (se une con México, Nueva York y Madrid, la mezcla… blanca…), en cíclico motor de imágenes brillantes, llevadas a Netflix con gratitud al autor, y surge la excelente dirección de Laura Mora y Alex García, aunque de unos segundos López… que realizando un trabajo esdrújulo, da calidad sorprendente a priori para muchos, mí, disfrutamos una producción de quitarse el sombrero… No de paja, sino de fieltro de máxima calidad. Menudo regalo de serie… a ráfagas políticas, y pólvora… que dejarían desnudo frente al pelotón a más de uno… firmado, Cine, de este mundo de Macondo, para el otro.

… 100, menos tres…

Absolutamente, fuimos perdiendo a sus personajes en soledad, a los maestros, o padres cuestionados en el pensamiento, de los que se guiaron los aprendices, y sobre aquel Río Manzanares… Ciudad Perdida de la arqueología del pueblo Tayrona, se acabó el Amor en los Tiempos cíclicos del Cólera.

Papalelo, como llamaba al Coronel que mató a uno, se encontró en la ficción, pues era narrador de historias y lingüista en la sombra familiar, además de colocarle sobre la pista “del milagro del hielo”. Le decía al joven Gabriel: “Tú no sabes lo que pesa un muerto…”. De ahí, el surrealismo en sus expresiones metafóricas…

Sobrevivió, sin embargo, el recuerdo de su abuela ciega, no Úrsula aunque lo fuera… gallega imaginativa, con supersticiones de la tierra y superpoderes en los cielos, macabros, con augurios y signos del más allá. Una inspiración, al igual, que aquel abogado, aparentemente para El Aprendiz, pero con otras pulgas atlánticas

Sin duda, a 97 o menos 3 de 100, tenemos a la ceremonia de los Oscar´s de Hollywood, que se dividen en dos… como la Sustancia, con visiones distintas, y civiles, del mundo. Incluso de la perspectiva histórica, el realismo contemporáneo, y la magia artística...

Y sumado a ese Aprendiz, que tiene su miga… me dispongo a decir que, a pesar de la polémica religiosa que puede inculcar, en estas y aquellas familias… Cónclave es un peliculón, que como el río de Macondo, te lleva en su corriente, te moja como un aluvión, y te deja sorprendido de la factura y el suspense… Las interpretaciones, todas correctas sin estridencias ni miradas extrañas, junto a la dirección del alemán Edward Berger (Sin Novedad en el Frente, The Terror), te controlan la mente cinematográfica, como si del mismo Alfred Hitchcock se tratara. Excelente, sinfonía, sin clásico academicismo, sin embargo.

Y en último aliento, trotando a lomos de un caballo salvaje, como el humo blanco de una guerra entre rojos, cardenalicios, y azules, globos de Separación, social y política… no, no hablaré de Emilia Pérez, porque no acudí a su llamada mejicana, ni publicitaria, ni manipuladora... Ni de los posibles premios técnicos, que se disputarán entre la Dune y el Nosferatu de Robert Edggers, del que aprendió de Murnau y Stoker en viajes por Cárpatos… Mientras otros siguen los pasos del padre de todo el cine actual y social, Nicolas Hoult, del lado no cerrado del caso polémico de Clint Eastwood, irrealmente reconocible, Jurado Nº 2…

Lily-Rose Depp, la otra rosa oculta de Johnny the Cry, con su ex Vanessa Paradis, y Bill Skarsgard, el Conde Orlok, frente al conde mágico de algunos últimos Macondos del cine… The Florida Project (2917), At Eternity´s Gate (2018), The Lighthouse y Togo (2019), Siberia (2020), Nightmare Alley (2021), The Nortman (2022), Poor Things (2023), o Kinds of Kidness (2024). Willem Dafoe, estuvo con John Waters en aquel Lágrima roquero de Depp… premonitorio encuentro familiar…

 … y lo bordó en La Sombra del Vampiro, como Max Schreck, actor de la línea literaria, cíclica, del colmillo de Bram Stoker, que se completa ahora, con sangre nueva… Qué se le puede pedir más a Don Willem… Un Oscar próximo… Toc, toc… ¡Déjame entraar… en tu vida!

Se dice que… Gabo perdió la visión de un ojo, el izquierdo… por mirar directamente a un eclipse… ¿o fue a la Luna, de amor y sangre…? Diluvio de flores amarillas, - de monstruos y Gabtos con Flow, ya hablaré otra noche -, o cómo hablar de temas complicados, pasando por encima, surrealmente... y por Macondo, gracias Maestro.

Cinemomio: Thank you

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