David Fincher, el montaje es la creación:
El hecho que "el curioso caso de B.B." es una obra romántica es intrascendente, aunque bellamente contada, el amor no es eterno.
Hay muchos que desearían que así fuera, pero B.B. en su espiral rejuvenecedora, nos enseña que todo en la vida es circunstancial.
Todo se diluye en periodos de tiempo. Los padres se convierten en abuelos, los hijos en padres, el amor materno-filial es una manifestación del deseo adulto (B.B. amante se transforma en el hijo protegido en los brazos de una madre), la belleza se devalúa a cada segundo de nuestras vidas y al final lo viejo es bello porque lo realmente importante es ir aprendiendo y tener cosas que contar a los demás.
La vida no tiene sentido sin la muerte, ni ésta sin haber vivido el mayor número de aventuras posibles. Y David Fincher (aún bastante joven) ha tenido el valor de contar en su película todo esto (gracias a F. Scott Fitzgerald por supuesto) sin caer en la pedantería.
Lo rueda como cuento romántico, para que algunos puedan despacharse a gusto... ¡qué ñoñería de película, demasiado sencilla!...
Pero, otros se darán cuenta de la equivocación.
En algún momento determinado de sus vidas, echarán una ojeada al viejo reloj de su abuelo, de su padre..., el tic-tac parece ser eterno en la juventud, sin embargo, el inexorable paso del tiempo, oxida sus engranajes y los deteriora hasta concluir su vida útil.
Esos padres o abuelos nos enseñaron a darle cuerda, pero cuando ya no funcione, solo nos quedarán sus recuerdos, al echar un último vistazo, a ese viejo reloj paralizado en el tiempo.
B.B. emprende ese aprendizaje contra natura, sin arrogancia.
Por que cuando todos se fascinan por su belleza y fuerza, él, ya ha sufrido y ya ha sido viejo y oxidado.
Sin embargo, B.B. no tiene experiencia ni conocimientos, y en un momento magistral de cine vital, se da cuenta que lo verdaderamente importante es el aprendizaje de las cosas y la felicidad de descubrir nuestros siguientes pequeños pasos en la vida.
Francis Scott Fitzgerald escribió este relato corto a los veinticinco años de edad y moriría alcoholizado, aún joven casi veinte después. David Fincher es en la actualidad algo mayor que Scott Fitzgerald a su muerte, pero aprendió del escritor y comprendió la dimensión de esta historia. Espero que viva muchos años y nos dedique con más películas geniales.
El hecho que "el curioso caso de B.B." es una obra romántica es intrascendente, aunque bellamente contada, el amor no es eterno.
Hay muchos que desearían que así fuera, pero B.B. en su espiral rejuvenecedora, nos enseña que todo en la vida es circunstancial.
Todo se diluye en periodos de tiempo. Los padres se convierten en abuelos, los hijos en padres, el amor materno-filial es una manifestación del deseo adulto (B.B. amante se transforma en el hijo protegido en los brazos de una madre), la belleza se devalúa a cada segundo de nuestras vidas y al final lo viejo es bello porque lo realmente importante es ir aprendiendo y tener cosas que contar a los demás.
La vida no tiene sentido sin la muerte, ni ésta sin haber vivido el mayor número de aventuras posibles. Y David Fincher (aún bastante joven) ha tenido el valor de contar en su película todo esto (gracias a F. Scott Fitzgerald por supuesto) sin caer en la pedantería.
Lo rueda como cuento romántico, para que algunos puedan despacharse a gusto... ¡qué ñoñería de película, demasiado sencilla!...
Pero, otros se darán cuenta de la equivocación.
En algún momento determinado de sus vidas, echarán una ojeada al viejo reloj de su abuelo, de su padre..., el tic-tac parece ser eterno en la juventud, sin embargo, el inexorable paso del tiempo, oxida sus engranajes y los deteriora hasta concluir su vida útil.
Esos padres o abuelos nos enseñaron a darle cuerda, pero cuando ya no funcione, solo nos quedarán sus recuerdos, al echar un último vistazo, a ese viejo reloj paralizado en el tiempo.
B.B. emprende ese aprendizaje contra natura, sin arrogancia.
Por que cuando todos se fascinan por su belleza y fuerza, él, ya ha sufrido y ya ha sido viejo y oxidado.
Sin embargo, B.B. no tiene experiencia ni conocimientos, y en un momento magistral de cine vital, se da cuenta que lo verdaderamente importante es el aprendizaje de las cosas y la felicidad de descubrir nuestros siguientes pequeños pasos en la vida.
Francis Scott Fitzgerald escribió este relato corto a los veinticinco años de edad y moriría alcoholizado, aún joven casi veinte después. David Fincher es en la actualidad algo mayor que Scott Fitzgerald a su muerte, pero aprendió del escritor y comprendió la dimensión de esta historia. Espero que viva muchos años y nos dedique con más películas geniales.
**** Sobresaliente ****
Fincher, Fincher: ¡No vuelvas a hacer más remakes!. Jejeje. El trailer es buenísimo con música de Trent Retznor-Inmigrant Song (Led Zeppelin):
Este segundo demuestra que un guión no puede diferenciar mucho un remake del original:
Películas recomendadas con ... cine con reloj:
Pulp Fiction (Quentin Tarantino, Obra Maestra)
Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, Sobresaliente)
El tiempo en sus manos (George Pal, Sobresaliente)
El hombre mosca (Fred C. Newmeyer, Sobresaliente)
El extraño o el estranjero (Orson Welles, Notable)
La invención de Hugo (Martin Scorsese, Obra Maestra)
Trailer del documental Side by Side, sobre la dirección en el cine.