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miércoles, 12 de marzo de 2025

Black Doves. Season I

 

El espionaje internacional siempre ha estado, irremediable e históricamente, unido al sexo.

Atribulaciones emotivas que se desarrolladas en intimidad, por hoteles y alcobas privadas, con el fin de conseguir un contacto fiable. De propósitos revelados entre gimoteos o susurros, que interfieran sobre los intereses de una nación. U organización, más o menos secreta, a cambio de emolumentos normalmente.

En muchas ocasiones, por amor patrio… como en el caso de la famosa femme fatale y princesa falsa, Mata-Hari, en la cruzada racial de Josephine Baker, o Josefina Guerrero luchando contra japoneses y terrible enfermedad de la lepra…; y un grupo de mujeres británicas del SOE, toma ya… pero bajo mandato de Winston Churchill en la II WW, entre guerras anda el juego, habrá más pasta… y por medio de su famosa sección F, de féminas y con aquellas excelencias con el francés.

Por descontado, operaciones que se nombraban con epitetitos en clave, para confundir las acciones de especialistas desde la red de Felipe II, hasta la actualidad, con denominación animalesca. Siendo el más conocido como Topo o infiltrado. Otro como el Chacal – parentesco con los ninjas o shinobis, o assassins - contra la agente del MI6 con Eddie Redmayne, aunque no visionada, creo que me seguiría quedando con aquella notable de Fred Zinneman, como joya visual de la novela de Frederick Forsyth para el magnicidio de De Gaulle.

Más de cuervos, caballeros negros por el mundo oculto, gorriones rojos en sacrificio – donde recordamos quizá el mejor papel de Jennifer Lawrence y el animal guerrero de Joel Edgerton -; algún que otro chivo expiatorio, depredadores como wolf o lobos solitario, de diferentes palos o… tortugas ninjas mutantes… hasta, las sigilosas PalomasNegras.

O no tanto, dependen de los conflictos amorosos… quién habla, otorga… la oportunidad. Pero si se trata de la comunicación actual, el malware de los piratas informáticos es el rey, los sinNombre, tras el código, para spyware en numerosas escaramuzas híbridas y tratos criminales, mayormente. Son llamados gusanos, cebos para pesca digital de datos o phising, y los consabidos troyanos, nominativo por el célebre caballo que parió a Ulises. Por supuesto, esperando que empiece su mítica epopeya en manos del británico-estadounidense, Christopher Nolan, con extenso de navegantes interpretativos… Pero bueno, esa es otra odisea de especies marinas mitológicas… que ya cantaremos.

De momento, canillas mojadas en fango, oscuro como plumas de córvidos para detective poeniano… nos sumergimos en cloacas estatales, o vaya a saber ud., de la sociedad turbulenta.

Versiones de época.

Fase Sanguinolenta, subvencionada y secreta, en triple SSS que no sería una ramificación de nazis frente a aliados en la Batalla de las Ardenas, con sus comandos infiltrados y disfrazados de uniforme, en aquella recreación fílmica entre la Wehrmacht de un particular Hessler interpretado por el admirado Robert Shaw, contra el no menos carismático Henry Fonda, en película de un casi olvidado director inglés, sin estrellas, Ken Annakin. Menos lobos… perdieron…

Recordatorio infausto por la variedad, todas la vetas posibles funcionan  dentro del espionaje literario o cinematográfico, empezando por clásicos primerizos de Don Alfred Hitchcock, y otros terceros hombres; a los Premios en excelencia para Edward G. Robinson y Paul Newman – en su siglo de recuerdo –, la Charada de Audrey con Gary de Stanley Donen, y fugas hacia Damas de Shangai, en correspondencia con Gildas, Maratonianos en caos, casos con viudas negras, Malditos Bastardos, Bournes a Misiones Imposibles… que ya llegará en coma dos, un Top de acción para Tom Cruise… en parachute.

Pasamos por máquinas Enigma, mujeres de espías en Japón, cachos de carne, volantes, visitas aéreas de Maestros del Aire con niebla… Es caldo de cultivo para la reproducción de organismos invisibles, mono o multicelulares, que necesitan alimentarse de otros, fagocitándoles, apoderándose de su voluntad, ¿recuerdas a algún alienígena invasor? En serie, o con sangre ácida de xenomorfos, simbiontes, halcones galácticos, cylones y hasta Skrull vs Thunderbolts en el universo Marvelita… Al otro lado, el resiliente kryptoniano Supermán, super infiltrado, superemotivo en el Documental, La Historia de don Chistopher Reeve. Y a capas de cebolla,  se van uniendo en ecosistemas dispares, autosuficientes o no…

La búsqueda de nutrientes necesarios, para parasitar al huésped desprevenido – en futuro hablo de Bong Joon-ho y 17 clones -, y así hasta hacerlo desaparecer… y luego mares de lágrimas…; si no se hacen los durmientes, llegando a veces, a reproducirse entre ellos… Pululando en el sistema político y social, infiltrados en redes nazionalistas, incluso.

El porvenir se ve más caótico… como aquellos seres peludos en supervivencia por una putrefacta charca. Intentan - y lo llegan a conseguir en engaño profesional -, aparentar lo que no son, lo que nunca serán… Y da significado a su otra vida, la peligrosa, donde la infiltración puede sentenciarte, al anonimato perpetuo, o peor… El agente secreto, normalmente entra en grupos radicalizados - tal que terroristas, sectas o enemigos de la patria -, o simplemente, son remunerados por alguien con poderes – dirigentes o societarios -, para sonsacar una información confidencial. De una lista negra, un dato, clave o el Top Secret…

Habitualmente sin el humor de aquella peli del trío increíble de la toma inédita en segundo plano, tercero... o ZAZ; del cual, nos falta la pata del recordado Jim Abrahams, ni aterrizaremos con su piloto autómata, por aquellas míticas parodias mágicas y sarcásticas. Por cierto… me pregunto ¿qué actor suplantaría el estilo y humor del primer Val Kilmer…? Y por mimetización, me saldría el exitoso Austin Butler. Pudiera ser…

Vuelta al redil… dos piquitos coinciden en nuestro tiempo por esta España y la ex-Europa, ¡vaya pareja…! Paradoja del pasado, o una maldita broma! Con escándalo en la Gran Bretaña, agentes o no, que convivieron o casáronse, parieron inclusive, con parejas engañados/as, por amplios periodos de sus vidas. Y ahora sale el desencanto de la traición, espiados buscando información en sus actividades privadas, como escualos de ciertas organizaciones. Como dije, parece un, no tan permitido cotarro como aceptado en ´general` por la… X.

Y luego, aquí en tierra de penumbras, La Infiltrada, película de acalorado debate a favor o en contra, según ideologías y la ley. Cuenta la incursión policial en banda cuadriculada, por boina estancada, favorecedora del caos patrio, dentro de sangriento baño, sajado, sanado en política y no curiosamente, perfumado. Creemos… Mientras las poetisas, musas también, fueron engañadas más al este, y se mosquearon como un belga falso, con nuestros dineros… o los rusos, que también.

Naná, nananá, rumore, rumore… En el ministerio del tiempo, interno, se  juntan a rostros de fachas verdaderos, a la desigualdad entre ciudadanos y ese derecho, tan poco progresista, de la no admisión, o expulsión de GH. Esto es globalización a la carta… mediática. Si no puedes, a la calle...

Es decir al fondo a la… pasta gansa, práctica de ultra, socialnazionalista, ¿para qué… democrática, no? Pudiendo engañar al pueblo… Mientras que, aquellos, se cagan en aquella mujer infiltrada… hoy se cargan, a las educadoras y… es época del 8M, ya sabes… máscara y silencio.

Topas…

Por tanto, me he topado – verbo nunca mejor transitado-, con Ella, la Webb secreta de Keira Knightley, que es una versión tranquila y familiar del feminismo. A veces guerrera a tiros, dentro de reducto denominado Palomas Negras, de Netflix. O Black Doves, de negros objetivos… y producción del creador de El Proyecto Lazarus, por ende, más notable.

Sin embargo, no es tan woke como se esperaba, hay un contacto diferente en forma y espíritu… Un amigo palomo negro, o cojo, por la forma de vestir, y lo otro… en el semblante tranquilo de Ben Whishaw, el del Perfume, y la madre que lo parió… ya sabes, en aquellos restos que parecían el vertedero de un mercado chino… ¿Ahí hubo infiltración…? 

El guión de Black Doves atrapa con sus querencias, algunos temas paralelos, tiros por vía extraña, con regresos furtivos al pasado, trajes de fiesta, conflictos que destapados con aroma a estrellas, cuerpos tumbados en un banco, solitario, y el asesino perfumado, no rasurado. Medio dulce, como parece… a veces empalagoso, y lo vas a ir viendo, te quiero, pero... Nunca será lo que podías esperar, una Matahari tal vez…

Pues no, sin embargo, vano recuerdo para ángeles de Charlie en la tv, black mirror británico, con Intocables Vengadores, cuervos entre Tronos, Montecristos de Tabús, Sherlock´s adaptados, Peaky Blinders… ya quisiéramos… queriendo cambiar nuestro mundo. Y lo hicieron…

¿Un mundo más sano y sociable…? Pues no sabemos… el motivo exactamente de la cifra… Al fondo de todo planteamiento moral, o ideológico, esta la mera transacción comercial. La entrega de cheque al gatillero, ¡gracias por el trabajo completado! Te llamaremos… la próxima, si la hay… ¡Hale al SepeBrit!

Y en la vorágine salvadora, el prota solterón, al que se quiere redimir a toda costa, es lo contrario a aquel machirulo. Cuando nos mostró su gusto por las armas, como el pionero 007, en postureo más sensual, como novio en la polémica Chica Danesa, y siniestro serial killer en El Perfume de la archifamosa novela de Patrick Süskind.

Los asesinos a sueldo, no volverán a ser lo mismo, ya. Se ha modificado ese estereotipo… No sabemos si para bien, tú decides, palomero.

Sajones, jugando a Chinos.

Tras este caso, de terraplenes ofuscados, está Alex Gabassi, que salta a  una trama oscura política, donde las cosas van cambiando, con las ráfagas y los aires. Entretenimiento en el Londres moderno de aquel Jack, el destripaterrones, firmado El Asesino más famoso en las humedades victorianas del Támesis.

Cuyo interés va quedando en thriller, algo psicopático, con dramas emocionales salteados, que van dejando a la mujer de lado… para recaer en el impertérrito, de gatillo fácil, o no… Depende a lo que apunte.

Su variación sexual, cambia el orden del suspense y altera la perspectiva de un killer romántico, a cierta pretensión calmada del nuevo estado woke, sin ostentación, qué es de agradecer… Y esta estrategia, poco habitual – recuerdo ahora mismo al Willem Dafoe de The Boondock Saints, a otro nivel of course- , nos vemos a gatilleros al servicio de la reina, Rey, o lo que sea por venir… ¡por la puerta de detrás!

En Black Doves, no se abandona el nido por esa ideología, gracias a Dio, ni otras adicciones más fatales. Se parte del cambio de roles, como si la Taylor Joy de la entrega australiana, pero sin Max macho -, se metiera en la boca del lobo, o loba… A la caverna de 40 ladrones o más, alterados, violentos, politizados, en cotización al alza, corrompidos, niños de papá, tal que ruso de Anora… Ahora que la bailarina, se salió con la suya y dejó a la actriz retirada a la fuerza, insultada en círculos, no admirada… sin premios, acribillada a balazos al fin… como Bonnie sin Clyde.

El reino esta comandado por ellas, jefas por doquier, con poder singular. A un lado y el otro, de la sangre, y la pasta gansa. Mujeres con licencia, o no… para matar en masa. O en igual derecho matrimonial, meterlos en la cama.

Es el cambio, amigos.

El cine y la tele han cambiado… ya lo decía Bob Dylan… Anticipo de emociones secretas que vienen dibujadas durante su carrera artística, y la otra más profunda, desconocidamente personal.

En el retrato masculino, versado, con agentes femeninas, de A Complete Unknown, hallamos la imposibilidad. El juego del desconocimiento… y eso es lo más sugestivo. Además del esfuerzo físico y mental, de reconocer al cantante, con bello gesto y una buena voz.

Las actuaciones entrecortadas, no pueden con él… con el poeta y su motocicleta… Certero en la composición. Pero lo que me molesta… es rasurado en exceso. Tijeretazos a actuaciones cuando tienen mucho que decir, debían hacer crecer el enigma, el paso  acústico o eléctricamente, al contenido, hablando… contando al autor, James Mangold, ¡no joer!

Qué te vas quedando con la música, y no… excepto el especial soso de Joan Báez, a su oído. Qué es el nuestro y siempre me lo pareció un poco, tristón escenario digo... Pues eso, te quedas… compuesto y sin novia, ni Mónica Barbaro, ni Elle, Fanning, más recatada que compleja, como activista, ni el Thimothée Chalamet, ¡qué lo borda hasta pedo!. No en físico y química, jeje.

Y con adláteres de gatillo saltarín, poder, poderoso, podemita, y homosexual… voy a hablar de… No, mejor lo dejo para otro momento… Hoy toca el alcantarillado, las cloacas de Londres y sus redecillas oscuras, la sombra estirada de un Gobierno, la guerra estando Out, o exit… Sin ser Bond contra Mr. Lee, que sería otro cero, cero, siete… grande de Billy W. Llamada a lo caótico y apocalíptico, por navidad, no tan dulce, esquiva como pareja a la fuerza, salto esquivo al lesbianismo, que asemejan a Nosferatus sangrientos, y en particular redención… de asesinos naturales, o a sueldo. Pero, amistosos.

Ya que, sin duda, estos miembros, lobos solitarios de otros gustos, o en parejas que disfrutan de lo suyo, lo profe, ¡qué es matar a otro…! Sería una refundación del hospital de Pittsburgh, regentado por el Dr. Robby Rabinavith… con semejantes altibajos emocionales, tensiones entre ellos, los trabajadores de la salvación, en sentido contrario. Definidos por esa sangre fría necesaria para el trabajo. Ejem… es un lujo mío. Al terminar la jornada… nos encontramos con la verdad, o pos verdad… Estos son asesinos, algo vampirizados dentro de una escala londinense sin transbordos con Transilvania y el tiempo.

Son Odiosos, de Oddity… que pululan en sombras y se guían por el dinero, liquidadores con un lado amable, que cobran y a veces, no cuadra demasiado. Pero bueno, esto no es Laroy, Texas… Es un lado más romántico, con toques familiares, sin la épica de aquellos magníficos Bonnie & Clyde, qué tanta huella me dejaron, con sus temas. Incluidos los dos Gene, Wilder y Hackman, que juntos descansan con nuestras risas, mejor… y recuerdos cinéfilos. ¡Gracias boys!

Y damos Bienvenida, ya establecida hace tiempo, a la violencia de las mujeres, luchadoras contra los machirulos de gatillo facilón, que te tocan el culete al pasar, y ríen… como sangran, no. Se alían de extremo a extremo, para finiquitar a los imberbes esos… con el orden de la vieja escuela del asesinato… Mientras aquellos agentes infiltrados a lo Max, como números claves, han fenecido en acto de servicio, para siempre. Este mundo, no lo va a conocer ni Brad Pitt… en un tren. Ni la madre que parió a Bob, cuando no pensaba en dar el cante privilegiado, o el Johnny Cash… un fantasma en negro, positivo…

Asesinos variados habrá y han habido, pongamos que hablo de los esdrújulos de los Hnos. Coen - esos que idolatramos-, y más sustancialmente, el de Gabriel Byrne y colegas, - o acólitos del gatillo mercenario -, que se pasea bajo el sombrero de Muerte entre las Flores, y nos apunta paralelismos.

Al menos, en las relaciones de amantes que engañan a un jefe - en el caso de la Paloma a un marido de ministerio de los enamorados -, y que acaban enterándose del desaguisado familiar. Cosa que no ocurrió con Marsellus Wallace y Umma Thurman o Mia, cuando se pegara aquellos bailes con Travolta resucitado de VV, sin llegar a más por esos pelos, y aquellos polvos directos al corazón... 

Sin embargo, quitando el humor a un lado, todos hacían uso de los tiros al vuelo, a la pared o al bosque. Aquí Keira y cía, se debaten en ajusticiar la venganza. Al igual que el culo de Marcelus... Travolta aunque pagado, iba un poco más por libre... y los coenianos se tambaleaban, de una banda, a otra, donde Byrne era el más legal en las prácticas.

Todos eran fotogramas a color del hombre, con reflejos de Mr. Bogart, el primer Lancaster, o el vaquero solitario de John Wayne... Ya echo de menos, esa foto de Dylan alejándose en la obscuridad de un callejón de New York, joer… ni los poetas en Indian rulando a concierto o calles luminosas sesenteras, ni los vaqueros de cadillac solitario, volverán, bebiendo y fumando. 

Sólo él y las asesinas… Sólo Ella, y los asesinos… Es lo que… no hay. ¿Sabes qué…? El macho ha muerto, ¡viva el Bollo! Fuck off, la repera… Este es el juego, no el de yankis vs chineses… Sino, de la chica que se quedó, mordiéndose el labio inferior, ahí, sin amigo, ni Oscar… Y el labio no sangra, pero quema el alcohol sobrante en el cuerpo… en la tarta de segundas nupcias. Bang, Bang!

No de bodas, por descontado, eso ya no se llevará más… y seguiremos buscando a la Keira K. del futuro, por amor al nuevo modo del género de acción. Uno Gay, y violento… pero no, como el de Dahmer, ni mucho menos eh… Si acaso, una cortadita en el ojal, del pastel.

Cinemomio: Thank you

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