¿Cuál es el sentido de una actividad
laboral? Claro, además de sentirse valorado en la sociedad… el objeto sería una
compensación o pago al empleado gracias a la labor realizada para la empresa o una
institución.
Sin embargo, a lo largo de la
historia de la Humanidad, esto no siempre fue así… Recordando un cartel que
colgaba en la entrada del campo de exterminio de Auschwitz, donde se apuntalaba
como un clavo hiriente, morboso,y bastante sarcástico, el lema “El trabajo os hará
libres”, pero ocultando esa verdadera obscuridad de sus mentes… o el corazón.
Y en sentencias de los protagonistas
arquetípicos de Don Miguel de Cervantes, curtido en mil batallas, tintas en
blanco y entuertos variopintos, como ellos… 1, “Quién lee mucho y anda mucho, ve
mucho y sabe mucho”. 2, “La Libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones
que a los hombres, entregaron los cielos”. 3, sentando que éste, amigo de la
Panza versado en principios y consejos, como representante de los trabajadores
actuales, no alocados, expresaba… “Sé fiel a tus ideales”.
Si bien existe la leyenda de
carácter metafísico, subjetivo, sobre palabra de Groucho Marx: “Estos son mis principios…
pero si no le gustan, tengo otros” …, con la cual muchos asentirían observando
la cuestión laboral o política, tan cambiante como piel de camaleón durante siglos, especialmente en esta ubicación que me encuentro… El caso
es, la trepanación…
El borrado sistemático de lo que
percibes, o eres, tal vez lo que te atrevas a pensar… o pensarías en alguna
ocasión. En eso, ha quedado la pertenencia a algo, un grupo o pensamiento,
triste. Muy peligroso…
¡Ah!, y pisar duro, sobre todo,
aquellas cabezas sentenciadas, o las que aparecen en multitudes anónimas,
fotocopiadas como en una Matrix sin sentido. De forma que, el pisa-cabezas, el
trepa… alcanzará su objetivo. En otro sentido, del anarquista laboral, que
cualquiera puede hacerse con esa gestión del trabajo y sus estructuras
socioeconómicas, con lo cual se acabaría con esa labor competente de la
excelencia y por supuesto, con una medida drástica que, sin embargo, hizo
avanzar a la sociedad a lo largo de la historia. La competencia y, en cierta
media, el riesgo.
En definitiva, de una u otra forma, ser
triunfador, o clasificado como referente social… para algunos, depende de los
ideales. Puede que… con el fin prioritario de casi siempre, llenarse los
bolsillos. Al final, es la eterna lucha entre el trabajo o el hambre… que
muchas veces vino provocada por las guerras… Esas que causaron la muerte de
millones de ciudadanos por todo el planeta… daba igual si miraron a su
izquierda o a la derecha, les pusieron a trabajar como ´malditos condenados`… Ya no estaban.
Pongamos el caso comunista-stalinista, con sus mortandades millonarias (más bien ejecuciones y purgas), que también mandaron a muchos condenados al frío de un gulag, siendo generosos en trabajos forzados... Y mientras tanto, así ¿quién pagará la fiesta…? Pues, tó quisqui…
El Refinamiento de los Microdatos…
En ese contexto turbio de la explotación más salvaje, dejando aparte esa esclavitud que fue moneda común en las culturas y demás regímenes autoritarios, existen los
exprimidos como esencia de un zumo de Lumon. Se caracteriza por una separación
sistémica, con un sentido u otro, hacia la llamada de la Severance. Es decir, separación de los términos o condiciones de conciliación, consigo mismo (con tu identidad real) o sus familias, de la ruptura de las experiencias de
vida… y por último, derivado al despido, a ser posible con alguna indemnización. Sino, resta el silencio… o la muerte.
Puede que nunca lo sepamos…. De
momento, esa no es la cuestión. Lo principal es la esencia del surrealismo, que
podemos contemplar desde la presentación inolvidable de la serie, en una especie de matrix
laboral de los sentidos. Cambiando píldora, por inyección al trigémino... con consentimiento. Y expresada además con la música de Theodore Shapiro, que crea una
onda encapsulada de ensoñación pesadillesca, sarcástica, respecto a las acciones reales de los compañeros de viaje. Sin lugar a dudas, va a resultar una odisea... dividida en temporadas, que ya esperamos... quiero decir, deseamos pinchar.
Es como la representación de una compañía de actores, pero, sin saber que obra van a representar, ni cual es su significado. En este refinamiento de las cosas,
ponemos el acento viendo la serie de Apple TV+, sobre la cuestión filosófica de
los hechos laborales, en contraste con la percepción personal de sus
protagonistas. Conformando un parte esencial de distorsión planificada, o no, veremos, con el conjunto o familia. Con el Nos
hemos topado, que se ha elaborado dentro de la psique. Y es lo verdaderamente
significativo, para ellos y para los espectadores.
Los datos son como los gruñidos de la
realidad, frente a la pantalla… que empiezan a escucharse cuando surge el
primer abandono, o depuración estratégica, a pesar de los hechos o los compromisos. Tal vez más peligroso de lo que
parecía en la oficina, sentado esperando una especie de casualidad que alimente
el ego del jefe y sus planes de expansión… pues ahora, abrimos los ojos... somos uno. También en el momento que se
presenta “Ella”, esbelta y pelirroja, a su manera sexy, sin alharacas, y que
mantiene una idea elevada en su cabeza, la singularidad. Los demás parecen
embobados, los 4 o más allá… puede que alguno… embelesado hasta la baba.
Ella, como aquellos, es ese dato que fue
seccionado como la sustracción de un viejo compañero sustituido, y posiblemente
amigo de la sección resistente que irá creciendo con el tiempo, a medida que
identifiquemos la separación. La razón frente a nuestros miedos, el hambre, la
falta de trabajo, la creación o el azar… el suicidio de cualquier forma. ¿O un asesinato…? Quizá.
Por tanto, ella, sin nombre al
principio… es un dato incompleto, formado por su vestimenta o aspecto funcionarial, y la
función como ´nueva hija` de… Kier Eagan. Una especie de dios todopoderoso, por
encima del bien o el mal… o un mero dibujo animado.
La Óptica… del Diseño.
Ella es una mente voladora, aliada
con la percepción e hija de lo que podría ser un CEO en revisión, sí… es una
actriz con un papel especial, llamada Britt Lower. Pero, sus compañeros de
reparto de Severance, no se quedan atrás, hasta formar un trío mágico y
cómicamente surrealista, con uno que empezó enterrado casi a 6 metros bajo
tierra y se codea con la próxima Madame Web, en la interpretación destacable de
Adam Scott. Más, el descubrimiento de Zach Cherry que, es como un flotador al
que agarrarse, cada vez, que hay turbulencias mentales.
El segundo trío, o incentivo popular,
es el compuesto por tres nombres encabezados con mayúsculas, que pueden ir
desde la sheriff o conductora, hasta la más gótica. Puesto que sus números en
el cine y la televisión, son deslumbrantes, fascinantes o terroríficos, depende
de la idea desempeñada, y sus dotes para la actuación, vienen avaladas por
nombres, como… Patricia Arquette, John Turturro y Christopher Walken, casi nada
para despertarse en esta distopía actual, del futuro.
Pues el tiempo, define las estructuras,
las formas y los sueños… el onirismo es cómplice de lo que vemos, sin
revelarnos la verdad, de momento. Salvo pequeños saltos en el guión, que no se
pueden contar tras la primera presentación en el olvido, y lo que esconde en
realidad su interior. Resaltado con las líneas pulcras y sencillas, marcados despachos como
salas de hospital, asépticos, inmorales, manipuladores de las sensaciones… ya que
recrean hasta el arte clásico. Puede que disfrazado… porque en realidad, nadie
se muestra en consonancia, con la imagen corporativa. Esto es, el humor es diferente al del jefe.
Y en eso, como en el suspense artificial, las interpretaciones son
fundamentales, para hacernos creer lo que vemos, sin hacernos los suecos a
estilo Ikea, tal que un desfile de diseños de producción, pero sin saber el qué, o
para qué producimos. ¿Somos… o seremos acaso, robots…?
La empresa se define por ese frío
carácter, poco emprendedor, salvo pulsar el libre albedrío aparente... que mejora con los demás peones en el tablero cuadriculado de
vinilo o mamparas de cualquier material plástico, oleoso, para envolver nuestras mentes
desnaturalizadas… Porque ellos, son la clave que mantiene el engaño, su
enardecimiento de la empresa secreta, o la excepción que marque la regla, que
desconocemos. Así destacamos la parte blanca, la mala, con reparto de gofres
falsos a la sugerente Dichen Lachman, o el perro fiel, en las arrugas faciales
de Michael Cumpsty y el máximo representante de lo incorruptible o no, Tramell
Tillman, que es esencial como una infiltración.
Y en la jeringa cargada de la realidad, encabezada por el creador del todo, Dan Erickson, con manos y ojos de cámara o producción,
para Aoife McArdle y el mismísimo Ben Stiller. Se filtran con su representación gráfica, las ideas fuera del
trabajo, con Jen Tullock, hermana del prota y su esposo consejero emocional
Michael Charmus, y Yul Vázquez, el liberado momentáneo, esperando otro bocado de realismo, o ser desperdicio
del pensamiento crítico.
Números… y cabritos.
Jugamos a un juego peligroso, que
duró dos años en realizarse, rodeado de cabritos/as como de virus encapsulados,
cuando se produce un mero formalismo, un engaño… o volcado al cubo de la basura.
Todo está milimetrado, hasta el diseño, empujado con un émbolo de mentiras, con
salas como celdas de castigo, para las excepciones más comprometidas o dudosas,
hasta para el supuesto Descanso final… Excepto la aparición de una determinada
expresión, un chiste o un sentimiento oculto en la percepción de las palabras y opiniones… Qué luego, sabremos que son una especie de sacrificio, casi
ritual.
Un ritual que significa el futuro distópico,
que no nos atrevemos a soñar, pues no existe tal descanso, sino que somos
vehículos… ¡Mira, allí hay un aparcamiento! Cabritos, me lo han quitado… en el
último respiro. Mientras que, fuera de los gritos, las pesadillas más negras
aparecen, como lo hacen los susurros, para no despertar sospechas del más
arriba… y los roces, que unen manos en lugares insospechados.
En esta disgregación entre cuerpo y
alma, los trabajadores son como fotografías deconstruidas de lo que fueron, o
son, en sus vidas privadas… Si las recuerdan… tal vez, no. Son ideas del
pasado, en un pretérito que nos atropella, parecido a un canal o serie de
televisión, pagados con cuotas… que, muchas veces, después ni recuerdas su visualización.
Percepciones que vimos con los
hermanos Coen, en píldoras diseñadas en el Barton Fink o el Gran Salto sobre un
fraude; estuvimos aparcados sin sentido, poniendo el cuerpo en una Matrix que
demostraba la hiperrealidad tecnológica, en nuestros cerebros en peligro; como
en esos momentos de aburrimiento en el empleo de Terry Gilliam en aquella
surrealista Brasil; o pequeños bocados de realidad, Reality Bites, que el Mr.
Ben menos cómico, ya entrevió en generaciones perdidas… Y por supuesto, en
otras producciones más cercanas que te voy a aconsejar, si quieres. ¡Bueno, y
aunque no! Que para eso, sirven los despertadores… de conciencias.
Suicidios… o asesinatos.
Si queremos hablar de pesadillas, y
mentes ofuscadas con su realidad, tenemos que hablar y estudiar, el cine de don
Martin Scorsese. Si no, no sabes o sentirás, lo que es un verdadero
´trabajador` con problemas, bastantes severos…
Con todos esos instantes, que
coinciden en la serie Severance y el resultado laboral, los internos y los externos, los conscientes,
mágicos, esperpénticos, reiterativos, confusos, aleatorios, melódicos,
silentes, polémicos…. fuera de lugar, en otro lugar, en tu casa, con tu familia… se necesita observar, e investigar los
hechos. Los rastros en la memoria, o el cerebro, lo que dijimos en el pasado y regresar a esos cabritos que pueden ser como los corderos en silencio… Porque, sin
ellos, no estaríamos ante una película, como de Mr. Scorsese, o una grieta, o
Ruptura.
Propuestas mentales que dejan etapas sangrientas
entre pasado o el futuro, entre jefes y empleados, a través de sumergir al espectador en un hábitat
prohibido, de atmósferas lunáticas… o en el interior de una jeringa, que tantas
veces sucedió en el cine. Con todos esos brochazos, pringosos u oleaginosos, que
despiertan los consciencias más olvidadas, y que vuelven para enterrar los
fantasmas de otras épocas críticas, o revivirlas, como sicólogos invitados a
la fiesta, que llevan al suicidio, ¿o asesinatos… eh? Como no he estudiado lo suficiente,
prefiero la observación, simple y vouyerísticamente, de la desconocida historia
que sirve para hacer justicia a las mujeres de un pueblo indígena como retrato de zafiedad mental. Memoria, antes
de caer en la alienación o el comportamiento extremo del Taxi Driver o incluso, del Joker.
En la histórica Killers of the Flower
Moon, también se aparece un King, con el espíritu hueco de emociones y un
extraordinario Robert de Niro, entre las figuras amenazantes de Ella, puede que directa al
Oscar, Lily Gladstone y el manipulado compulsivo Leonardo Di Caprio, que se desdibuja física y mentalmente; pero no cierra la constelación de interpretaciones, pues
queda Brendan Fraser y un Jesse Plemons, que hace gala extraordinaria de devora-escenas de postín y de
sombrero a lo Pinkerton. Si no la has visto aún, puedes quedarte en tu pozo de
ambición… porque la flor del tiempo, te supera.
Como decían en aquella isla… “Y la
palabra importante aquí, es vivir, vivir como una pareja libre en el mundo real”.
La Guerra… del empleo.
El ambiente laboral, en ocasiones, es
bastante alienado, casi como un asesinato encubierto de veneno. Tanto grupal como personalmente, puede resultar sofocante como despertar
que se repite una y otra vez, hasta encontrar la salida, pongamos el caso del
agente en Boss Level, que se levanta para rescatar el amor perdido, en todos
sus futuros y halla decesos. Con un Frank Grillo rescatando a Naomi Watts, ¡quién no lo haría…! de
las garras de Michelle Yeoh y un renovado Mel Gibson vestido de King moderno de la Mafia. Más comercial que otros scorsesianos...
En el salto de tiempo, también otro
detective que juega a ser Juez Supremo de En la Sombra de la Luna, con la sangre
de Una como aquellos Santos Elegidos de finales de los 90, que ajusticiaban elementos subversivos y
peligrosos, de una obstinada declaración de soberbia representación o xenofobia
en ramificación, a lo norteamericano de nuevo. Sólo que aquí comparando flores, todo es ficción,
adelantada a una explosión que resuena a pretérito imperfecto. Más tergiversada también la relación familiar.
También puede ser un enfrentamiento
de caracteres, como ocurre con los abogados del caso The Burial, para sacar un
beneficio indemnizatorio por la misma cuestión, o parecida sin las muertes forzosas, para la
defensa indígena a través de Tommy Lee Jones y ese despacho variopinto. Bien por Jamie Foxx, que es el reflejo de la piel de los muertos. Escarbando en el
sentido negativo laborioso, se puede conformar como una prisión o The Mill, en la que la
empresa se convierte en carcelero de los destinos de quienes deberían ser
libres, al menos, en su privacidad… Comulgando con piedras de molino, rodando al diario con la inteligencia programada. Y si no caes en ninguno de estos contubernios
o limitaciones, entonces, disfrutas de tu situación en el trabajo. Enhorabuena,
compañeros.
Mientras que, los otros viven en la
opulencia, esa búsqueda de la excelencia estará sesgada, manipulada para
conseguir un efecto placebo que nos haga protagonistas de la historia… sin
serlo. Mecánicos autómatas, como aquellos asistentes en Blade Runner, a través
de unos que retiraban de la circulación a los jubilados, o a punto de serlo,
según su deidad creadora. Ora pro… reprogramados.
No lo sabremos nunca… el futuro. Y
esa es, sin duda, la gran inquietud de Severance, gracias a la aspiración de lo
que queremos llegar a ser, y decírselo a los que nos controlan en estos GH
globalizados, para no ser tratados como monigotes o guiados como un gran “mecha
japonés” hasta el retiro o desempleo. Arrastrando piedras... puede que recuerdes al Prometeo.
En fin, estas representaciones
visuales del nuevo Hollywood de las plataformas, son formas de crear otros
ecosistemas alternativos, guiados a la producción y la dramatización narrativa,
que evite dicha ruptura entre el corporativismo y los egos.
El pelo asilvestrado de la bruja de
Blancanieves, frente a los siete obreros enanitos, que representa la silenciosa
intransigencia del ser, gracias al comportamiento del personaje de Patricia Arquette… Los que fueron esenciales,
en trabajos más allá de Oriones, en metafísicas complejas, o silenciados, ya
sabes King, como meros terrones de azúcar moreno, para el café de los que se
creen dioses… y la alternativa de un 2024 que apenas empezará, con otros caídos
en el paro forzoso o en la guerra que se avecina, intentando
evitar convertirse en títeres sin alma… como aquel Jean Gabin, frente a
la avioneta de Erich von Stroheim, en la gran escapada a La Gran Ilusión de
Jean Renoir. Otra, que rodada en plena batalla aquí, entre verdaderos vecinos y
hermanos, se va acercando al cumpleaños centenario.
Después la 2a gran empresa, con
la llegada del nacionalsocialismo, denominado obrero… la María de Fritz Lang,
huyó de allí en busca de libertad, nada más que añadir, hasta el 27… Bueno sí,
que Severance ´es parecido` a campo de concentración y que ahora el Ser
Supremo, será el dinero digital, como no. Con ello no podremos movernos libremente, ni
para comprarnos… ¡un fucking gofre!
Me falta una, pero quién diría que nos cruzaríamos con un obrero especializado, Un Panadero, vestido para matar tal que en el pasado. Cuando Ron Perlman, que parecía cocido... se vuelve un Santo de aquellos Elegidos, contra el King, que es... el verdadero Mr. Lobo, Don Harvey Keitel. ¡La Masa está preparada!, siempre ha habido clases. Arriba y abajo, como en aquella serie, con diferentes tipos de sangres... y en The Baker hay bastante, aunque parezca falsa.
Servido en Bandeja de Plata, seguro,
puñeteros picapleitos… calculando gracias al dios Mr. Billy Wilder… como diría
aquel director, españolito, que se vistió por primera vez de blanco y oro. ¡ Y
amén! o no… Feliz Navidad, Mr. Lawrence. Y feliz cumpleaños 40, del notable
filme de Nagisa Oshima, el del Imperio de los Sentidos… donde Ryüichi Sakamoto,
la verdad no existe sin el yo, y el otro imperio de David Bowie, se dieron la
mano por última vez. Más música mágica, que fabrica amores como sudokus libres… descansen en paz ya, ambos.