Recuerdas… en la superficie terrestre, una explosión de perspectiva atómica y unas letras en rojo sangre. El año próximo, el joven proyecto de Akira del maestro dibujante, el japonés Katsuhiro Ôtomo y su Neo Tokyo con sensación de velocidad y vértigo, cumplirá 45 años… y menudo resultado, un Ser Superior, para un film inigualable en detalles gráficos, estética, planos animados por capas dibujadas y, por supuesto, montaje de escenas en persecución.
Pero, vamos a remontarnos un poquito
más lejos… A la mitología romana, donde residían los dioses heredados de los helénicos,
pero, con otros nombres. Allí en la antigua Grecia de los estados en guerra, el
Hades del inframundo era representado como un viejo de barba cana, con cetro y
tocado de casco, forrado de piel de perro, regalado por los Cíclopes… Aquellos
gigantes con extraña visión de las cosas. Hesíodo el poeta y el comediógrafo
Aristófanes después, decían ser hijo de Cronos y Rea, hermano de Deméter (homónimo
del barco de Drácula), y que el mismo hermano Zeus, cegase para que actuara sin
prejuicios ante el mal. Por eso, además de representar la abundancia de
cosechas o la riqueza, también era emparentado con las malas acciones. Su color
era el verde de las hojas de ciprés, expresión de la melancolía y el dolor.
Para los romanos en cambio, era un
niño con la cornucopia en su lecho, y poseía el poder de arrebatarle sus dones
a los no virtuosos… como crítica a una parte de la sociedad poderosa ateniense.
Curiosamente, uno de los hijos del dios supremo, Zeus, fue representante de la
virilidad y la fortaleza, como el Hercúleo romano, y por tanto, adalid del
orden olímpico o protector del mundo, frente a los ctónicos o espíritus del
inframundo. Cada cual, con una misión…
Su nombre era… Pluto.
Antes de la explosión de la 39 Guerra
Robótica, proveniente de Asia Meno, se forjó un imperio denominado persa,
compuesto por telúricos de Anatolia turca, hititas del oriental o bizantino,
armenios y la gente lejana de la antigua Siria, con su capital en Persépolis
(hoy Irán), posteriormente arrasada por Alejandro el Magno. Claro, en los
dibujos se veía una ciudad estudiantil y más atractiva, humana, como la
excelente película animada basada en novela gráfica de Marjane Satrapi ¡Viva el
Rock y las mujeres, joe! Excepto las de … plástico.
Darío el Grande, amplió el territorio
conquistado por su antecesor Ciro II el Grande, llegando a la India, Egipto,
Grecia, Rusia, Bulgaria, Rumanía y la Ucrania, hoy quemada por los cohetes.
Siempre… la guerra. La tercera pata, o brazo clavado en el suelo, sería Vals
con Bashir.
En la historia real, le sustituye
Jerges I, el de los 300 con su literatura o la imagen de Rodrigo Santoro en
adaptación distópica del cómic de Frank Miller, combatiendo con un Egipto medio
faraónico ya, al que somete, pero no conquista… Cambiando del denominativo babilónico
y del zoroastrismo primero, al de Imperio Persa, que intentando vengar al padre
de su derrota en Maratón, se enfrenta en II Guerra Médica, contra atenienses y
aquellos bravos espartanos, para ser derrotado finalmente en la batalla naval
de Salamina. Hoy alimenta el tronco de los ayatolás, su vieja capital norteña
en Shiraz y la ley abusiva de la sariá administrada por la nueva Teherán, como
se explica en película animada. Es una parte del Islam anacrónico, amigos, y la
sombra alargada que tapa aquellas flores cortadas. Quizá también, otras…
Lo que es meridiano, es que al cine y
la literatura, le gustan los relatos históricos y la mitología, aquellos que
residen en nuestra memoria…
La Mecánica Cuen… Cuántica.
Determinada memoria no se borra… se
diluye como las lágrimas en la lluvia… o la tinta.
Para algunos, en primeros lustros del
siglo XX, eso de los robots, sonaba a instrumentos para la cocina o cuentos
fantásticos, como máximos defensores sociales de las Metrópolis, en el origen cinematográfico
como, para la ídem de Fritz Lang. Esa es
la raíz, de casi todo… hasta que llegaron los replicantes de Blade Runner de
Ridley Scott.
Sin embargo, esos niños, no lo
recuerdan… son una especie de dioses primitivos… ni los de entonces, ni mucho
menos, los de hoy…
Por el contrario, empezaron a creer a
grandes rasgos, incluido en la España tardía (hoy en descomposición), cuando emergió
la primera imagen resplandeciente de Mazinger Z, en los postreros años 70, como
un reluciente dios. Esa tele animada, los dejaría atónitos, aunque la
generación fuera sesgada de capítulos, empezaron a entender de Mecha, antes de
que supieran pronunciar su nombre manga o a sus dueños, Gô Nagai y su jefe de
Metrópolis, el gran Osamu Tezuka, el genio detrás del samurái Totoro, pero
también de Astroboy.
Antes del planeador rojo de Koji
Kabuto y sus gigantescos puños mecánicos, quién no tuvo unos… Japón creció con
Gigantor, cuyas batallas ciclópeas serían un alto riesgo para la salud de edificios
colindantes, por sus batallas épicas con pilotos. Simplemente amantes de
Metrópolis, como el autor de Iron Man 28, Mitsuteru Yokoyama, otro de los
padres del cómic nipón.
En los 80, quedamos que los robots ya
no se parecían a Robbie, ni los aparatos arquetípicos que sirvieron como guía a
los de Star Wars, personalizados por Douglas Trumbull en sus Naves Misteriosas.
Sin hablar de cuántica aplicada, todavía, sentados frente a Saturno y los
trabajos manuales de Bruce Dern con las plantas. Como los de la generación
anterior, se montaron en las alforjas de Easy Rider y las notas de Steppenwolf,
luego se sentaron en las estelas, casi fotónicas, de Tron.
Esos parajes, se intercalaron en la
novela de Arthur C. Clarke, los que el maestro Stanley Kubrick, desechó para su
viaje odiseíco en el 2001. Siempre, todas las fechas, van quedando atrás,
inmisericordes… En la misma Akira, sería el 2019 y de bomba, por ahora, nada.
Sí, ciudades en llamas, la crisis laboral en aumento y terrorismo,
desgraciadamente. Que igualmente el director de la precisión quirúrgica, obtuvo
en la nombrada Naranja a través del totalitarismo, la censura… y otras bandas
delictivas.
La cuántica robótica, estaba más
diluida en el alma de un experimento genético, cuyos poderes parecían
ilimitados, al estilo de otro. Y la raíz, estaba plantada como la base de la IA
de la era informática, que empezó a traernos recuerdos, de Juegos de Guerra,
´roboces simpas`, destructores, asesinos del tiempo y Kirk Douglas, la versión
rubia del ciborg en Almas de Metal, con origen Michael Crichton.
Eso no es todo, eso no es… todo,
amigos.
Del Cuento… a la Metafísica.
Nivel atómico, molecular… peligro… y
todo quedó atrás, como en el documental de nueva generación, híbrida y
delimitada en desechos, dirigido por Oliver Stone, Nuclear Now. Hoy tomada como
limpia, para gusto de los campos floridos.
Gigantor, Mazingueres… eran abismales
en su concepto y la visión del anime, si bien, las cosas no iban a detener su
crecimiento, como la energía emergente del difusor y de los chips. Generando un
calor y color, monstruosos, hasta la misma trasmutación o la transhumanización,
que generara aquel pequeño unicornio… En cambio, Harrison Ford comía, y eso no
era cosa de robots, excepto para la cuántica alimenticia de Pluto.
Así como en Neo Tokyo, la vianda era
variada, un poco de Metropolis y la estrangulación económica de Alex deLargue
en su ojo, la amistad de los niños con los Mechas, algo de estética europea
como ciencia steampunk en April y luces estroboscópicas de Akira, o el
romanticismo de Elemental de los ídems, sumado al corazón androide de los
replicantes; en Pluto se ´metaelabora` la convivencia con humanos y se genera
la conciencia del sentimiento igualitario hacia el cable, entre carne y máquina.
Elevado a su máximo exponente, la copia exacta. Con una excelente manufactura,
que no llega a la síntesis detallista del dios Ôtomo, pero te deja conforme con
el recuerdo de aquel ´joven`, viejo.
Ah, y los detectives fantasmas…
Todo lo narrativo en Akira, como en
este Pluto de Paramount Global para Netflix, significaba la diferencia
exclusiva de una era, aunque absorbía principios de otros filmes, o incluso, la
odisea de La Tempestad de William Shakespeare, de Fritz y su musa de metal que
escribía como un ángel, real Thea, y de aquellos años de moteros, de
conductores a lo Mad Max, de las clásicas metrópolis plagadas de especies y estética
cyberpunk, en subsuelos, sueños, puertas del cielo como tornados… de sus
famosos Anillos… a la experiencia de un simple, detective.
Al otro lado de la plutocracia ciega,
más allá de las dimensiones griegas hacia el espacio exterior y sus tabernas,
la mecánica cuántica enarbolaba los
derechos de los trabajadores, pronto… y eliminaciones de determinadas
categorías peligrosas. Es un mundo cruel, con asesinatos en los brazos de
Pluto, de Terminators a lo Sean Connery en una cacería solitaria, como lo fue reflejo
de Hannibal, el caníbal sibarita. No de flores, ni de pieles… sino de yantares.
Donde las esquivas cosas de la mente,
ya no son tan enormes en la materia corpórea, sino que se desbordan a través
del pensamiento del niño, como Ser Superior de la especie, conectada al todo.
Héroes, como los dioses de antaño, vestidos con mono de motero, pelo lacio
oscuro, perfectamente diseñado, o simulaciones con capa de supermanes. Aunque
estén rasgadas por los daños y el dolor de la pérdida. Una generación que se
alimenta de bits.
Esta ciencia, la entienden a estos
ellos, of course.
Una generación con las manos en la
máquina, y la mente en la inteligencia que viene, que los más adultos ni la
recuerdan apenas, salvo los más friquis de más de cuarenta y tantos… Con lo que
cuesta hoy en día, mantener a una familia entera, y luchar para esquivar los
peligros y las injusticias, que acechan en las sombras o las redes.
¡Las guerras no son buenas…!, pensó
Epsilon, ni en la República de Tracia, ni en los Estados Unidos de Naoki
Urosawa, su creador para tv. Es magnífica, sí, padre, luchador contra ellos,
como todos los padres que se precien del mundo, mangakas del mundo, delineado y
aseado, con dotes sensoriales, inteligentes… amorosas. Su capítulo del piano,
es un placer. Tal vez por eso, los cyborgs se parecen a nosotros, para que no
veamos el posible peligro de enfrentarse a una inteligencia más poderosa, que
sin leyes, no se detendría jamás. Bien explicado queda en el documental de
Robots Asesinos, en serie de fabricación, próximamente.
Lo próximo será niños vs Terminators,
o Nexus 7 interrogados por el FBI de David Fincher… ojalá, xDio… Por cierto, recomiendo
encarecidamente para los más afónicos geriátricos, el documental sobre la
historia de los cuernos de Dio, Dreamers Never Die, xDio^2
Y la Traca Final…
Angelicales seres que significaban el
final de su aliento, sin saberlo, recordando sus momentos de gloria… más allá,
de los mismos dioses. Más lejos, más fuertes, sabios como el humeante cañón de
un Blade Runner que terminó su trabajo. Como un niño que se enfrenta al primer
amor, o al último, la última flor arrancada.
Ya con cara de anciano, llena de
arrugas que trae relatos de HAL-9000 cantando su recuerdo, del Skynet en
defensa a ultranza de esta nueva generación por delimitar, del Ghost in the
Shell y sus batallas callejeras, incluso heredero de Aelita, en la
multirepresentación de roles.
Si significará una nueva especie, o
no, con conexiones sinápticas elevadas, es otro cantar de los cantares, u
odisea homérica por desentrañar en el futuro… De momento Plutón, va aprendiendo
del gusto por lo sensible como The Creator, mas, mucho más divertido y
exhuberante, lo lleva al héroe, niño, como partícula subatómica de dios, dentro
de un mundo, cada vez más alterado y extraño.
Un dios Astroboy, frente a los 7
´Roboces` Magníficos… antes de que vuelvan las guerras Médicas 40 y sus ejércitos
de 300 guerreros robóticos, siempre quedará un Mont Blanc para perderse. O
meterse en una grieta a través del subsuelo, según Oppenheimer o Abril, en el
mundo extraordinario de la Europa Steampunk, entre el Napoleón (que veremos su
beligerancia) y sus dragones de fuego, ¡Putain de guerre! C´est magnifique…
là-bas… o Up.
Porque lo de los Venture Bros, no le
entendí… será porqué dejé de ver héroes animados de nueva generación, hace
tiempo… o en los tiempos del primer Evangelion, que peinamos ya 5 canas desde
el 2019, hacia el 49 de la agenda claustrofóbica. Pero qué bonito fue, cuando
nos subimos en el planeador vertical de Koji o montamos en aquella moto pegada
al asfalto post-moderno de Akira, xDio. ^^