Cheirokmeta, identificada por Zósimo de Panópolis (c. 300 d.C.).
Película contemporánea basada en las supersticiones y la magia de la Edad Media, cuando los seguidores de la alquimia se dedicaron a establecer las coordenadas para convertir los metales en oro. Simplemente mediante una leyenda generadora de una mitología arraigada en la metafísica y un pedrusco con poderes ocultos.
El filme As Above so Below parte desde dicha premisa en la era actual, para que una pareja de investigadores siguiendo unas indicaciones antiguas, intenten encontrar la consabida y especial piedra filosofal.
Dirigida por John Erick Dowdle y coguionizada junto a su hermano Drew D. (naturales de Minnesota), la película de producción norteamericana de Legendary Pictures tiene otro protagonista geográfico. De nuevo se trata de París, en esta ocasión prácticamente invisible, a pesar de los primeros minutos de visionado.
Una urbe tan idolatrada, fotografiada y romántica, que nos sumergiremos con los protagonistas en los subterráneos que se encuentran en la semioscuridad, y un producto cinematográfico tan sencillo como tramposo, bajo la capital moderna con las famosas Catacumbas excavadas en la antigüedad.
No vamos a vislumbrar en el proyecto ninguno de sus conocidos monumentos al aire libre, porque esta pareja compuesta por los actores Perdita Weeks (La Mujer Invisible, Prowl) y Ben Feldman (Viernes 13, Cloverfield) buscaran aquel poder inescrutable procedente de la alquimia o de un eslabón más perdido bajo tierra. Entonces... ¿para qué rodar en París?
Bien, nos hallamos ante una cinta de terror y nada mejor que zambullirse en una historia sobre la muerte y las puertas de entrada que separan a los humanos del averno, circulando por pasajes de la historia y las famosas catacumbas de la ciudad “ahora” por la penumbra.
Porque en esta historia claustrofóbica, la oscuridad prevalece sobre la luz (no sobre la iluminación cinematográfica) comportándose como una amenaza más. Recovecos por pasadizos intransitados, osarios frecuentados por las ratas y efectos de cámara, estos últimos plagados también de trampas por found footage; todo para que el grupo de osados personajes se atemoricen ante los protectores de los descubrimientos prometidos (tesoros incalculables y el poder reparador de la mística piedra) y salgan primer plano, huidizo de cámara.
Las trampas además de las habituales de cavernas y espacios laberínticos, son introducidas en la forma de rodar. Ya que los recorridos por las distintas cámaras son reiterativos cambiando el motivo de su estancia, con una realización bastante artificiosa. Algunos de los actores llevan incorporada una cámara disimulada, que mágicamente es pinchada en el momento que unos interactúen con los otros.
Así mismo, el argumento te introduce en el engaño sin apenas darte cuenta, repitiendo los escenarios como en una producción de serie B, y el suspense predomina sobre el peso de los personajes (bastante planos) para atraer la atención del público.
Tampoco los efectos especiales son relevantes por su presupuesto, pero el montaje se adorna de trucos efectivos y algunas estructuras mecánicas que facilitan la acción en el subsuelo.
Con la mareante cámara al hombro, los pinchazos dinámicos emergen a golpe de cambio posición y de lente, el punto de vista de los actores a modo de retransmisión en vivo sobre sus cabezas. Mucho mejor cuando la actividad incesante se detiene y se puede paladear la tensión o la fisicidad de la estructura granítica.
Por otro lado, a pesar de la repetición en distintas velocidades y los giros cambiantes de las situaciones, no podemos olvidar la humilde producción y la dificultad para rodar en dicho espacio.
Por tanto, hubiéramos preferido más pausa con los sonidos misteriosos en esta ciudad de los muertos, a través del terror sugerido que esos movimientos mareantes. Que si bien producen un efecto de pérdida en los espectadores, la imaginación de la desesperanza siempre vence a la locura de los expedicionarios bajo las profundidades del París gótico.
Aunque el guion de Así en la Tierra como en el Infierno (título en España), curiosamente mantenga siempre la atención sobre sus protagonistas, es lo de menos, pues prevalece una base histórica suficientemente atrayente, unida al terror invisible, algo paranoico y surrealista. A excepción de un par de ellos que intentan acaparar un cierto pasado en sus relaciones, cuando el interés se centra en los sepulcros sellados, o algún elemento scifi que provoca la sorpresa, y por último, el terror.
La resolución es lo de menos en este tipo de cintas, algo de imaginación basta para recrear una pesadilla entre realidad y sueño, envuelto con misteriosos ruidos y vocalizaciones guturales que abren las puertas al infierno bajo los pies parisinos.
Saldremos o no, a la superficie con menos expectativas que las iniciales.
Como se trata de una producción modesta y decente (salvo mareos), la imagen reflejada es un laberinto inverso con espejos ocultos o deformantes de su presupuesto, ocultando lo importante... que mantiene el dramatismo y el engaño hasta el final.
En As Above so Below, andarás entre carreras alocadas bajo los pies de París, y una leyenda sobre nuestras cabezas de épocas evangélicas que han llegado hasta la literatura moderna e infantil.
Si vas en busca de otra cosa, sólo la encontrarás en sus últimos minutos.
** Pasable **
Película contemporánea basada en las supersticiones y la magia de la Edad Media, cuando los seguidores de la alquimia se dedicaron a establecer las coordenadas para convertir los metales en oro. Simplemente mediante una leyenda generadora de una mitología arraigada en la metafísica y un pedrusco con poderes ocultos.
El filme As Above so Below parte desde dicha premisa en la era actual, para que una pareja de investigadores siguiendo unas indicaciones antiguas, intenten encontrar la consabida y especial piedra filosofal.
Dirigida por John Erick Dowdle y coguionizada junto a su hermano Drew D. (naturales de Minnesota), la película de producción norteamericana de Legendary Pictures tiene otro protagonista geográfico. De nuevo se trata de París, en esta ocasión prácticamente invisible, a pesar de los primeros minutos de visionado.
Una urbe tan idolatrada, fotografiada y romántica, que nos sumergiremos con los protagonistas en los subterráneos que se encuentran en la semioscuridad, y un producto cinematográfico tan sencillo como tramposo, bajo la capital moderna con las famosas Catacumbas excavadas en la antigüedad.
No vamos a vislumbrar en el proyecto ninguno de sus conocidos monumentos al aire libre, porque esta pareja compuesta por los actores Perdita Weeks (La Mujer Invisible, Prowl) y Ben Feldman (Viernes 13, Cloverfield) buscaran aquel poder inescrutable procedente de la alquimia o de un eslabón más perdido bajo tierra. Entonces... ¿para qué rodar en París?
Bien, nos hallamos ante una cinta de terror y nada mejor que zambullirse en una historia sobre la muerte y las puertas de entrada que separan a los humanos del averno, circulando por pasajes de la historia y las famosas catacumbas de la ciudad “ahora” por la penumbra.
Porque en esta historia claustrofóbica, la oscuridad prevalece sobre la luz (no sobre la iluminación cinematográfica) comportándose como una amenaza más. Recovecos por pasadizos intransitados, osarios frecuentados por las ratas y efectos de cámara, estos últimos plagados también de trampas por found footage; todo para que el grupo de osados personajes se atemoricen ante los protectores de los descubrimientos prometidos (tesoros incalculables y el poder reparador de la mística piedra) y salgan primer plano, huidizo de cámara.
Las trampas además de las habituales de cavernas y espacios laberínticos, son introducidas en la forma de rodar. Ya que los recorridos por las distintas cámaras son reiterativos cambiando el motivo de su estancia, con una realización bastante artificiosa. Algunos de los actores llevan incorporada una cámara disimulada, que mágicamente es pinchada en el momento que unos interactúen con los otros.
Así mismo, el argumento te introduce en el engaño sin apenas darte cuenta, repitiendo los escenarios como en una producción de serie B, y el suspense predomina sobre el peso de los personajes (bastante planos) para atraer la atención del público.
Tampoco los efectos especiales son relevantes por su presupuesto, pero el montaje se adorna de trucos efectivos y algunas estructuras mecánicas que facilitan la acción en el subsuelo.
Con la mareante cámara al hombro, los pinchazos dinámicos emergen a golpe de cambio posición y de lente, el punto de vista de los actores a modo de retransmisión en vivo sobre sus cabezas. Mucho mejor cuando la actividad incesante se detiene y se puede paladear la tensión o la fisicidad de la estructura granítica.
Por otro lado, a pesar de la repetición en distintas velocidades y los giros cambiantes de las situaciones, no podemos olvidar la humilde producción y la dificultad para rodar en dicho espacio.
Por tanto, hubiéramos preferido más pausa con los sonidos misteriosos en esta ciudad de los muertos, a través del terror sugerido que esos movimientos mareantes. Que si bien producen un efecto de pérdida en los espectadores, la imaginación de la desesperanza siempre vence a la locura de los expedicionarios bajo las profundidades del París gótico.
Aunque el guion de Así en la Tierra como en el Infierno (título en España), curiosamente mantenga siempre la atención sobre sus protagonistas, es lo de menos, pues prevalece una base histórica suficientemente atrayente, unida al terror invisible, algo paranoico y surrealista. A excepción de un par de ellos que intentan acaparar un cierto pasado en sus relaciones, cuando el interés se centra en los sepulcros sellados, o algún elemento scifi que provoca la sorpresa, y por último, el terror.
La resolución es lo de menos en este tipo de cintas, algo de imaginación basta para recrear una pesadilla entre realidad y sueño, envuelto con misteriosos ruidos y vocalizaciones guturales que abren las puertas al infierno bajo los pies parisinos.
Saldremos o no, a la superficie con menos expectativas que las iniciales.
Como se trata de una producción modesta y decente (salvo mareos), la imagen reflejada es un laberinto inverso con espejos ocultos o deformantes de su presupuesto, ocultando lo importante... que mantiene el dramatismo y el engaño hasta el final.
En As Above so Below, andarás entre carreras alocadas bajo los pies de París, y una leyenda sobre nuestras cabezas de épocas evangélicas que han llegado hasta la literatura moderna e infantil.
Si vas en busca de otra cosa, sólo la encontrarás en sus últimos minutos.
** Pasable **