¿Sólo es un juego o la vida?
Cuando me llegó el pase para el film Trouble with the Curve distribuida por Warner, y conocer que se trataba de una historia desarrollada en su mayoría en el deporte del béisbol, me pregunté cuándo me pude interesar mínimamente por este juego.
Recordando... me acerqué a esos tiempos de niñez en mi barrió. Un barrio de un pueblo cercano a Madrid, dónde los chavales nos reuníamos en la calle a jugar y establecer lazos de amistad. Una de las actividades que tuvo su momento estelar, fue el béisbol. Ocurría que nos juntábamos entre 20 a 40 niños y niñas, juagando a golpear una pelota de tenis con bates de madera. Muchas veces tallados de ramas caídas de árboles de los parques cercanos.
Cómo pudo ocurrir esto, si en España no hemos dado un sólo golpe de efecto.
Lanzábamos la bola hacia los edificios de entrente, era una calle sin salida superior, por lo que pasaban coches sólo buscando aparcamiento. En ese momento, todo se paraba y nos retirábamos para que el automóvil en cuestión atravesará la mitad de la calle y el terreno de juego. A veces, la pelota bateada paraba en la ventana abierta de algún balcón, e incluso, en el mismo techo del edificio, pues a menudo se cambiaba la madera por el cordaje de una raqueta.
Sí es cierto, esta actividades proporcionaban un nivel de camaradería, competencia sana (en ocasiones enfrentamientos sin llegar la sangre al río) y diversión ante todo.
Así, recuerdo mis primeras incursiones en el béisbol.
No sé quién tuvo la brillante idea de practicar este juego, además de los más habituales claro está.
Lo que si recuerdo es haber visionado una película que me marcaría en edades tan juveniles. Ver entonces a Gary Cooper, tomando los mandos del equipo de sus sueños, entrando al Yankee Stadium y convertirse en un héroe de la sociedad americana encarnando al jugador Lou Gehrig, y enamorado de su sufrida esposa interpretada la guapa Teresa Wright y flanqueado por el omnipresente Walter Brennan. Cómo olvidar aquel discurso ante ojos atónitos y humedecidos por la trágica despedida. Mítico.
En Golpe de Efecto, mucho mejor llamada originalmente Trouble with de Curve, el director Robert Lorenz, su ayudante en dirección en películas como Los puentes de Madison, Mystic River y Million Dollar Baby (aquí en su primeriza e interesante puesta en escena en el rodaje), Clint Eastwood no encarna precisamente al héroe típico americano. Más bien, es el héroe silencioso, observador y oteante, de ruidos y silencios.
Porque en el deporte existe este tipo de personaje. Un ojeador que pasea sus ojos cansados por el tiempo y la experiencia, por campos de juego para futuribles. Pequeñas estrellas por descubrir de manos de estos avezados profesionales, pocas veces reconocidos.
Sin embargo, Clint Eastwood nos vuelve a tocar la fibra sensible. Una mirada o una frase jocosa suya, bastarán para hacernos inclinar ante su personalidad y naturalidad. Una micción de sinceridad, ante la cámara y el público. Admirable.
Trouble with the Curve, es una película sobre perdedores y vencidos. Pero, también de triunfadores en la vida. Por que el talento tiene que ser reconocido al final.
Además, posee un reparto muy acertado y correcto. Destacando a Amy Adams, como la hija del mismo Clint, una actriz que enamora a la cámara y al espectador en cuánto hace acto de presencia.
El béisbol es un nexo, un hilo conductor, para contarnos otras materias más relacionadas con el amor padre-hija, el amor más carnal y la amistad. Un vehículo para establecer un nido de relaciones y sacrificios personales. Para poder vencer hay que arriesgar siempre algo.
El resto del reparto, es perfecto, aunque con nombres como Justin Timberlake, John Goodman, Matthew Lillard, Robert Patrick, Bob Gunton, Ed Lauter, y el propio hijo del jefe, Scott Eastwood (perimiso concedido jiji); es evidente tenía que salir bien forzosamente.
Clint clava otro personaje en plena edad rabiosa de resistencia a la juventud. En este drama mezclado con la comedia romántica y ácida. Sonrisas y lágrimas a dósis justas. Todos buscan encontrar algo importante, Clint a su hija, la hija el reconocimiento y el cariño, el yerno futurible y su búsqueda por el amor de su vida, la gratitud de los viejos amigos de siempre, el castigo de los abusones y trepas, etc.
Pero, al final. Todo es un juego. La vida es un juego.
Un juego en el que se gana o se pierde. El viejo vaquero triunfador en mil duelos fronterizos, se va a encontrar otra vez sólo.
Apoyándose en su profesión y su pasión. Observando bolas con efecto, a la izquierda o a la derecha, altas o bajas, pero siempre intentando encontrar el camino recto de las cosas bien hechas. Capacidades innatas de un ojeador y fenomenal actor.
Debemos disfrutar de este mito viviente, llamado Clint Eastwood. Disfrutar de toda su experiencia y savoir faire, ante y detrás de las cámaras. Hasta en las pequeñas historias que se convierten en regalos cinéfilos que nos proporciona.
Por lo tanto, recomendable disfrutar de esta pequeña bola curvada, por momentos algo envenedada. Con una pequeña sonrisa dibujada en su cara blanquecina y amante de un guante de recepción. Si vale no es nada del otro mundo, pero...
Otro sencillo strike para Robert Lorenz, y su maestro, Clint Eastwood.
*** Buena ***
Trailer End of Watch (Sin Tregua), de David Ayer. Reparto: Jake Gyllenhaal, Michael Peña, Anna Kendrick, Frank Grillo, America Ferrera.
Trailer de la película Invasor, de Daniel Calparsoro. Reparto: Alberto Ammann, Antonio de la Torre, Karra Elejalde, Inma Cuesta.