En el espacio, no se podían escuchar sus gritos... Pero sí, una canción...
Una astronauta se balanceaba, sobre la tela de una araña (como madre)... pero, como veían que no se caía (o sí), fueron a llamar a otra astronauta...
El espacio es la confrontación del tiempo con el frío absoluto, estado físico del cuerpo, gélido; mas, en ciertos punto concretos se materializa un gran contraste, con algunos de los procesos físico-químicos, más calientes del universo remoto. Todo sucede desde su fundación explosiva a nivel molecular, o masiva, dependiendo de los dos tipos de materia, conocida o por conocer... Antimateria, la llaman en el CERT.
Aún queda mucho por descifrar de su comportamiento, ya que nuestro viaje a penas a comenzado, tanto estructural como científicamente. Y más todavía, a ese nivel cuántico donde las moléculas interactúan (o no), cambiando las reglas universales en las partículas que las componen. Tal que algo, pueda estar... y a la vez, no estar, algo así como, The Dude o Jeff Lebowski... hehe.
El par de sujetos ínfimos, materia y antimateria, circunstancialmente con la misma masa, se llegarían a destruir, devorar entre sí, en un combate épico que se inició en los primeros instantes de la existencia. Entonces, estaríamos ante la forma más densa de energía, por ahora solo contrastable en los procesos con detectores de alta sensibilidad controlados por el CERN; o básicamente explicado, se trataría de una verdadera "Aniquilación"... Si se trata de la muerte, lo veremos a continuación siguiendo los pasos del creador de la Constelación, Peter Harness para Apple TV+... o se trata meramente de la caída ante la gravedad de Sir Isaac Newton...
La Escasez... de Antimateria.
Son mecanismos elaborados in vigilando, muy complicados de conseguir -o podríamos decir, desvirtualizarse... mineralizarse y vitaminarse, como aquel SuperRatón-, que significa otra fuerza de la "naturaleza". Aunque no animado eso sí.
Echando la vista a aquel futuro, al 2001 y posteriores entregas de Arthur Clarke, sería algo parecido a aquel monolito misterioso, con un poder inimaginable, a través del cuerpo o materia de Bowman, o su psiquis tras la desintegración narrativa, ficticia, como le ocurriera al bueno del Dr. Manhattan. El Monolito, no hablo de la peli con Lily Sullivan (Evil Dead Rise y la serie Picnic at Hanging Rock), de fantasmas hablamos, cambiando hasta la física de los cuerpos celestes pues la Tierra ya no será igual en lo personal, si bien significaría también una posible fuente de destrucción masiva definitiva.
Mientras... en los escritos sagrados... donde se funden la religión y la metafísica, se explicaría con la concepción de una mujer, creación que se dice como dar a luz, cuando se establece un combate de la misma. Contra las bestias de la obscuridad, Leviatán y Behemoth, que acabarían aniquilados -por su opuesto, por supuesto-, a través de la incineración al ser arrojados a un Lago de Fuego, dando lugar a la creación por Él, a una nueva estirpe de hombres... O tal vez, no hombres o no mujeres.
Luego llegaría la apertura de cada sello, Siete, que culminarían en ese estratosférico Juicio Final, precedidos por un toque de siete trompetas celestiales en total, culminando con el combate contra el gran dragón, de 7 colas... Y la ignición de aquella estrella de destrucción, llamada Amargura.
Todo se completa con la destrucción de la tercera parte de los cuerpos celestes, tres, Sol, Luna y otras estrellas, y por tanto, una aniquilación de la vida conocida, cuya profecía termina con ese dichoso Juicio a los Muertos en... "un reino del mundo que es ya del Señor Nuestro y de su mesías, y que reinarán por todos los siglos"... O no, quién sabe, verdad Monolito... Por lo tanto, como la antimateria parece que existe, es extremadamente inaccesible, y escasa e nuestro universo, como aquellos lores y piedras... Si bien habrá más...
Dos materias... tiempos, universos.
Pero no físicos... sino estructurales o motores... Pues uno confiere de trágico suspense a la serie Constellation, y viene determinado por los acontecimientos que se suceden en dicho espacio, enorme pero minúsculo a la vez. Donde además de las tareas biológico-genéticas, y de resistencia del propio organismo humano -y mente of course-, paralelamente se realiza una investigación más secreta, no residual, para la obtención de, ese nuevo estado de la materia, puede que plasmático o no, indefinido... aunque sea únicamente, por unos míseros nanosegundos... Un abrir y cerrar de ojos... Y luego, ¿qué...?
El segundo round, es el momento en el que se manifiestan los dos combatientes, uno a cada lado del ring o ISS -como rings superpuestos en otra escala más cuántica o espiritual-, y se intenta, no demostrar que es metafísicamente muy complejo, pues los eventos se pueden sobre escribir... redimensionar... solapar uno con otros... hasta quizá, esa aniquilación final. O simplemente, será una autodestrucción...¿? No, porque son dos, bestias... o no.
Aquí, es donde la serie -que huele a Dark Matter o Dark a secas- se resiente. Tras los fantásticos acontecimientos e imágenes del cosmos, y ese interior de fluidos imprevisibles, flotando por una narrativa que atrapa en el principio, pero se deja ir, hacia una escotilla con vistas a la Tierra, cuando lo bello era observarla desde esas ventanillas de la estación espacial.
Por lo tanto, monta, uno sobre otra... descompuestos, pululando, sangrando... cuando la antimateria, tiene un carácter metafísico. Filosófico, de ficción con toques realistas en la medida espacial, por ahora. Y entonces, es cuando en el ambiente terrestre de regreso, existen dos tiempos, quizás. Aunque no físico, sino inmateriales en la medida contemplativa o esotérica, que se establece entre relaciones personales, padres-hija y algo más. Sin embargo en la Tierra, esos aspectos son arduos, transitan dificultosa -cuando antes flotaban en ingravidez- y gravemente, con suspense algo aburrido. Bueno entre las dos tierras, pues no llegan a multiverso (ni lo verán sus ojos, porque parece que la Constelación ha sido incinerada, xDio)... luego las explicaciones científicas serán difíciles de analizar y las implicaciones psicológicas de los viajantes, restarán ahí colgadas en el vacío, espacio y tiempo, volando indescifrables en nuestras mentes o inmaterializadas debido a ese litio 7.
Tan solo nos reconfortamos con el transcurso sufrido por William Catlett (Abigail), el recuerdo moribundo de Barbara Sukowa (12 Monos Serie) y Jonathan Banks (Braking Bad, Better Caul Saul), el choque fantasmagórico de las dos gemelas Coleman -que nada tienen que percibir como las de Kubrick- y la propia esencia, o no, de la protagonista Naomi Rapace... con su aspecto de astronauta a la sueca. Por tanto, como decía a veces, nos salva esa vuelta a la narración primitiva, cuando nos subimos a bordo de aquel accidente casual, o lo que fuera...
Es un universo a lo Event Horizont de Paul W.S. Anderson, sin anabolizantes o esteroides sensoriales, algo de esa Dark permanece, pero no existe ni Fundación, ni Moon que la parió -la sangre de David-, porque el Monolito ya lo explicó en su momento, esa división... El universo puede ser gélido, pero realmente es un infierno, entre estados fantasmales en guerra presente o futura, como en aquella simplista película llamada I.S.S de la directora Grabriela Cowperthwait, que al final te dejaba un poco frío, pero quemado internamente.
Bowman... y la viejera de RosCosmos.
Todo en mi día, comenzó con el visionado de la serie Arc, y fue traumático, ya que tuve que dejarlo a las primeras de cambio, cuando observé que aquella aventura espacial no era de mi espíritu y condición, no daba la altura necesaria. Y continuó, repasando algunos filmes que me dejaron entre esas dos tierras -que diría Till Lindermann, a lo Héroe del Silencio, ssshit-, tan grande como Rebel Moon, otra decepción en dos episodios enormemente esparcidos, la incredulidad ante lo acometido por Eli Roth pasando una mala etapa por las Borderlands con Cate Blanchett incluida y ese robot inaguantable, un arma para adolescentes y nada más, con una conciencia videojueguil y el aspecto animado de Girl Tank o El Quinto Elemento, vacío, que no da emoción ni la talla. Y el último acceso al Atlas espacial, es el de un director canadiense llamado Brad Peyton que tiene películas de acción de dudosa aceptación, y cierta pérdida de lo conseguido al principio, con una Jennifer López que se queda bastante encapsulada en su, no traje. ¡Basta de chistes!
En cierta manera, hasta esta Constelación, ha sido un arduo viaje a lo Bowman, pero sin comeduras de coco... todo muy superficial. Surcando tierras fantasmales en la cinematografía actual y la tele, y manifestando el dichoso Juicio Final de esos mismos espacios... Algo no va bien, comandante Tom, y eso que he vuelto a recordar las revolcadas setenteras de Nicolas Roeg, corporalmente morbosas, enfermizas, transgresoras en su tiempo, y aquel David Bowie que se cayó a la Tierra, se puso lentillas de ambos colores y empezó a jugar a los marcianos con su pelo teñido de rojo anaranjado y el sexo a través del cañón... Qué tiempos recordando a su álter ego, Ziggy Stardust y the Spiders of Mars, con uno de los mejores discos y vídeo-conciertos de todos los tiempos, thanks Camaleon. ¡Mr. Starman!
El caso es que con ese espíritu, te quedas más a gusto, pensando en futuros monstruos de la pantalla grande, porque esta Constelación se ha desintegrado en el panorama televisivo y, por tanto, no veremos posibles multiversos suyos ya... ¡Jo, Ericsson! Qué Bowman y el Monolito de Kubrick, te tengan en gloria...
Silencio... las cintas están grabando... los fluidos se condensan en una especie de borbotones burbujeantes de anuncios de perfumes... sangre, el fuego del dragón, espera.
¿Qué es la existencia en realidad? Nuestra existencia... la que percibimos, porque hay otras... ¿o no?
¿Qué es ese ruido...? Nada, es la televisión... Mas no, la de ondas, que se quedó en el ciberespacio del tiempo, recuerdas... Carol Anne. ¡Ahora suena, el sopor plasmático y los juegos de casino, mierda!
Y Bowman se marchó a Júpiter en 2010, incendiado se subió mentalmente en un ascensor a la estratosfera, otros mundos ficticios, y recorrió otras lunas… A lo mejor hasta se viera con otros seres… era o sería el 3001... Quizás, esté tocando ahora mismo con Mr. Bowie... más que monolito endiosado, se trata del mito. De nuestras sensaciones y nuestro pensamiento, como la voz que no regresa de Darth Vader y vuela alto... D.e.p., Mr. James Earl Jones.
Y los vuelos, vuelos son. Fin.
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