domingo, 27 de julio de 2025

Black Mirror. Season VII

 


En la comunicación, todo comenzó con los símbolos, que representaban escenas cotidianas… o los gestos humanos, como retratos de la realidad… o los sueños. Sus terrores, dioses, alimentos... la reproducción...

Después, en orden estrictamente cronológico, se desarrollarían los alfabetos, que conformarían nuestras escrituras mitológicas y místicas, dando paso a la profunda literatura… O no, a la ficción que se reproduciría universalmente a través de la invención de las primeras imprentas. Las impresiones de vidas reales o de nuestra imaginación.

Ahora, se presenta el momento, para el avance hacia un nuevo paradigma tecnológico e informático, donde la Inteligencia Artificial tendrá muchas cosas que decir… O incluso, idear por nosotros. Así en esta séptima temporada de la serie de Netflix, Black Mirror, se da un salto más allá, hacia la implementación entre otras facetas, del propio ADN humano, con esos otros componentes no tan biológicos.

O sí, quién sabe hasta que espacios nos hará viajar o poseer determinados conocimientos… O poder… ¡O negocio!

Del Pasado en el Espejo…

Las historias que se contaban, siempre han ido evolucionando, pero manteniendo ese componente humano que es imprescindible, porque somos lo que somos… Desde los actos más sorprendentes, curiosidades del comportamiento, facetas ocultas, crímenes, temores, deseos, investigaciones, descubrimientos, y toda una serie de intervenciones de nuestros cerebros… Como series en los límites de la realidad o aquella zona de la mente recordada como The Twilight Zone, presentada por el guionista y productos Rod Serling. Que se iniciara con la música compuesta por Bernard Herrmann, colega de Orson Welles y la Guerra de los Mundos, que sintonizara a aquel individuo solitario en un mundo imaginario y, que precedería a la marcha fúnebre por una marioneta de Alfred Hitchcock Presenta, para CBS y Universal.

En cualquier caso, siempre deberíamos estar vigilantes, por las diversas repercusiones que nos trae la nueva ciencia tecnológica… Ojo avizor, en una sociedad cambiante que, cada minuto, se siente más descontrolada ante la exposición o el anonimato, indivisiblemente. Para que las futuras mejoras mentales, biológicas o intelectuales, pudieran estar al alcance seguro… de casi todos… y el espejo oscuro lo conoce muy bien… a lo largo de los años.

Recuperando, o modificando… como aquella memoria ancestral, cuasi salvaje, que descendiendo a la cueva de Platón, entre las imágenes o ideas reproducidas en una pantalla luminosa, a veces, y otras en penumbras… tal que la memoria de la humanidad.

Las referencias se fueron almacenando en distintos sistemas, hasta crear una base de datos que nos supera, en millones de posibilidades por ahora… dando lugar a novedosas leyendas. Programadas o no, para ser reproducidas como aquellos viejos capítulos, dependiendo a quién vayan dirigidos y pudiendo expandirse como las arcaicas obras del filósofo heleno u otros posteriores. De la Juventud, en Transición, hacia la madurez del saber personal, o con los dogmas de una nueva República Universal, siempre con la necesidad de la Dialéctica y la Crítica.

Conocimiento en todas las direcciones… O ninguna. De eso se trataba también, cuando el guionista y creador, Charlie Brooker, inició una antología sobre la televisión y los ecos, que fundaron la comunicación en una multitud de posibilidades… e imágenes. Más, o menos, acertadas.

Del Capítulo I y II…

Se trata de la vida… o la muerte… en paralelo. Compartida, o no. Rechazada, o repudiada por descomposición de los propios valores… Dentro de la realidad, o tal vez, no tanto.

A finales del s. XV, en los estertores de la Edad Media, se imprimieron las obras platónicas en lugares como el Convento de Ripollés, en versión latina o retornos al griego antiguo. Y así, los conocimientos ancianos, se reescribieron de nuevo, en el sitio de Madrid (por Patricio Azcárate de la Biblioteca de Medina y Navarro), sirviéndose de ediciones conocidas a la francesa, para estudiar los 4 niveles fundamentales de la filosofía platónica… primero, Imaginación (o eikónes), como esas imitaciones del mundo exterior.

De ahí, a la creación (o pístis), pasando por el conocimiento deductivo, para el aprendizaje (diánoia) y terminando en la Inteligencia e Intuición (nóesis)… Y en estos dos episodios titulados Gente Corriente o común, y Bête Noire… se entiende que esa imaginación, da paso a una creación que mejora, aunque también manipula, la realidad, buscando un fin. Y que mediante la deducción de los hechos, podemos llegar a la conclusión de los parámetros que la mueven, formando esa inteligencia… Qué ahora llamamos, artificial… incluidos los anuncios molestos, las oportunidades perdidas, las pruebas en las redes, y la humillación…

Hasta llegar a un punto sin retorno… Bip, bip… bip, bip… biiiiiiiiiip!

… entre el III con el V…

Se trata de recuerdos… en películas veladas, vidas impresas en una realidad paralela, o la fotografía más viva, que nosotros mismos. Ya lo dijo Charlie que se basó en la tecnología oculta en Blade Runner, cuando el mismo Harrison Ford (el detective Deckard de la gabardina a lo Bogart) se introducía en las fotografías para encontrar las huellas ocultas.

O cuando, Woody Allen introducía a los personajes en filmes que se reproducían en una realidad aumentada, como una expansión de la aventura, el deseo o el amor. Tal vez, alguna película en blanco y negro, o una partitura de una composición dedicada…

En los siguientes dos capítulos, conocidos mágicamente, e reproducidos como una síntesis de la tecnología avanzada hasta la interpretación de los deseos o necesidades biológicas… como Hotel Reverie, evidentemente en sueños, y Eulogy o apología de la retina perdida… o vuelta a encontrar, cuando ya no recordábamos apenas.

Nos invade una especie de nostalgia, que nos sacude hasta la médula, dejándonos en un limbo, o una instantánea congelada, con lágrimas… o una sonrisa… Quizá tan solo, una mueca… ¡quién sabe! Ni el mismo Paul Giamatti, saliéndose del Red (sangre) que nos había visitado en las anteriores, al primigenio Black Mirror. Como si fuéramos putos, magníficos Replicantes…

Hacia el futuro, del IV al VI.

O representaciones impresas de los Beatles… en clonación.

Siempre que tengamos cobertura… o dinero para pagarla… ¿eh?

Pero a veces la creación tiene muchas puertas abiertas, como el código que puede reescribirse, como aquellas arcaicas ideas platónicas… como las interpretaciones del director David Slade, cuando pasó de intrincadas venganzas de Hard Candy y monstruos en 30 Días de Obscuridad, a los capítulos desasosegantes de Hannibal. O cuando Toby Haynes, se metió en las naves de Andor en otra serie de Star Wars, y las réplicas no tan acertadas, esta vez… de aquel primer episodio USS Calister hacia este perdido, Infinito. Un poco ladrillo por cierto…

Creemos que no acaban de despegar, aunque tienen todas las inteligencias a su servicio, incluyendo las presencias – replicadas o no – de Peter Capaldi, Rashida Jones, Chris O´Dowd, Cristin Milioti, Jimmi Simpson, o un recuerdo planetario y mucho más esbelto, de Jesse Plemons. Es probable que se desviaran algo, al pasa por huelgas de guionistas o pandemias, venidas de un infierno… quién sabe si con prácticas digitales, o esos bichitos llamados Thronglets…

Mas, ¡Seguro qué igualmente, genéticas! xDio. O más lejos…

Y aquí, seguimos…

El ser humano, como reencarnación del Mal… tiene bastantes películas que se imprimen en nuestra reciente retina. Con versiones tecnológicas, que nos dividen en posibles representaciones, quién es ángel y quién demonio…

Bestias más o menos inteligentes, que devoran nuestras capacidades, funcionando como inventos… y abren posibles, nuevos territorios… apenas recién explorados. Nos retrotraerán recuerdos… puede que visiones apocalípticas, o tal vez paradisíacas… para los más fieles, a la globalización y la digitalización.

Lo que no cambia es la Muerte,  nunca. Y mira que, algunos, como el gran David Cronenberg, lo han intentado, desde el pasado de su increíble carrera, hasta la tecnología subterránea, en el genético ocaso de The Shrouds, con Guy Pearce, algo perdido, Sandrine Holt y Diane Kruger, en los diferentes agujeros cárnico-metafísicos, y Vincent Cassel, como el Creador de Todo… Salvo de un intrincado guión del mismo Mr. David.

El resto de la historia… es todo, una interpretación… ¿sí o no? A lo mejor… ¡el muerto al hoyo… y el vivo, al mando…!

Ahora podría empezaros a hablar de otro tipo de robot, a lo Ramba, como Megan 2.0 ... pero como no me apetece mucho, voy a terminar con una frase... que ya dijo, Brandel-Mosca… no me toquéis los… Adn´s… joer.


martes, 1 de julio de 2025

The Last of Us. Season II. O Vegeta…


Según escritos arcaicos, con recopilaciones literarias, más o menos fantásticas y ténebres, se predecía el denominado Apocalipsis en conjunción divina… Tal que una operación quirúrgica entre miembros de fuerzas del Mal y del Bien. Visto a un pensamiento actual, se podría comentar que, constataría hechos imaginarios, ajustados a ciertas acciones definidas por comportamientos de nos, los seres humanos. Pues en esta ocasión, vamos a hablar de la muerte… o no.

Está presente, pero el pueblo no quiere saber nada, en principio. No, hasta que se aproxima y aun así… Dejando su conciencia consigo mismo, lejos de otras figuras, ya fueran divinas, fantasmales o extraterrestres… ese último momento, la denominada transición, converge con la ciencia ficción, a la vez que con las creencias. Ya sea en forma de libros, filmes o juegos, y algún hecho – del que comentaremos al final, más cercano al terror de lo previsible…-; sin embargo, el arte cuenta actos degenerados que se aproximan a nuestra autoeliminación. Y ahí está el tema.

Creamos a seres antinaturales, para debatir nuestros propios estados tenebrosos, como bestias hambrientas, guardianes infernales, demonios contaminados… o los famosos, muertos vivientes. Que devendrían de otros depredadores legendarios.

Comienza la Extinción…

Es una forma literaria de esquivar las responsabilidad, y pensar que – salvo la creación de armas de destrucción masiva -, nosotros podemos llegar a formar el caos definitivo a base de mordiscos… Cuando las grandes extinciones se producen por procesos más elevados, universales o más diminutos que un espermatozoide marciano. Pero bueno, que cada uno piense lo que quiera, la fantasía va por libre… Profecías trágicas, condiciones ambientales, reproducciones tecnológicas o víricas, sin explicación aparente, o silenciada.

Eso es lo que ocurre en la realidad, como aquel inicio de La Noche de los Muertos Vivientes de George A. Romero, u otros más excéntricos como los no muertos de Sinners, dentro del mundo vampírico y las mitológicas fuerzas extraídas del líquido vital de los enemigos en batalla. Una forma parecida de comerse el cerebro y su potencial intelectual, que en el caso zombie, no sirve de demasiado, porque van planos por la vida, es así… Una especie en continuo mantenimiento letárgico con opioides o productos químicos, y sin necesidad de trabajar en el turno de ThePitt.

Algunos podría coincidir en una cuestión… que la muerte no sería lo último… O sí… Depende por donde entre la bala… Pero la destrucción genérica, intelectual o no, puede tener muchas condiciones, como ocurre en serie basad en videojuego de Neil Druckmann, The Last of Us, que en segunda temporada – tras memorable primera reconversión vegetal – se introduce en la mente, pero sin contar nada científicamente. Para qué…

Se va buscando otro estado más emocional… más que las monumentales estructuras fúngicas en desarrollo, que ocasionalmente recuerdan a los nidos de Aliens… y cuyas esporas se esparcen caprichosamente a base de mordiscos, no precisamente muy vegetarianos. Pero los carnívoros humanos, de dentadura calcificada, siempre se reproducen… así que a  masticar. Porque de otras acciones, no comento… por ahora.

The Last of… they.

En la serie que fue más merodeadora en primera entrega, sobre un mundo apocalíptico con mucho más suspense, ahora sólo lo sentimos a ras de suelo, a través de una valla metálica y basta… dura, un chasquear de lenguas… una conversión calculada para volver a levantarse, tras un acto sexual en una granja o ciudad sitiada por hordas… Ahora vamos a mezclar, castillos contaminados de pestes, de géneros y pieles en vivencias asimétricas… en las tres eses, de las que algo diré… Y no me refiero a la búsqueda del superhombre, con la estilizada consonante.

Esa parte del héroe contra nuestros males, es más somático, con los factores psicológicos y sociológicos, en el horizonte… que esconderíamos como debilidades, mientras que la serie se acerca a los rasgos familiares, de familias descompuestas, y especialmente otros… Sociables, pero sin aportar demasiado a la contaminación… Salvo algún injerto… el futuro. Narrativamente, el sexo es lo menos interesante. Pobres mortales, en guerra… montada por vuestra cuenta… sectarios, abriéndonos en canal tal que vacas, no sagradas… viciosos, desde pancartas representan a alguien, no se sabe bien quién, superior… inmune, por determinado gen que desconocemos… inteligentes, vaya Ud. a saber por qué. Son desvíos, cuando lo esencial son las curvas, determinadas eses…

El punto es que, entre conciencias descolgadas que se distinguen en las crestas fúngicas de los infectados por la micosis, - vegetalmente caninos de chicha, no la de fumar en determinadas zonas… -, ellos son los que tienen más claro, esparcir la simiente, como el baile y la música del Ser de Sinner… y no queda muy claro, que es lo que desearían algunas alteradas, que buscan y meditan, rodeando para infringir daño a sabiendas, incluso a las ´poderosas` cazadoras de la muerte.

Y aquí estamos… sobresaltados tras ese espectacular segundo asalto, a la city nevada con aromas a western norteño… esperando en el tejado… No sé muy bien, a qué… U oteando una zona, ya vista, ahora sobre Seattle.

Deber de limpiar… rastros.

La S, no de pecadores, va después de la R de los rastros esparcidos… Tras  sobrevivir al gran asalto, sabiendo que recuerda a hordas de vikingos, u grupos murales, más al Norte… y el sentido, de todo ello, es que seremos  indemnes a esos amores, a ráfagas, a las pérdidas dolorosas, y ya os lo he dicho… más importantes que los rostros y sus rastros, en una serie en que no predominan demasiado a los que venerar… y al borrarlos, ¡se podrían arrepentir! Pero eso es la huella, dolorosa… Pero la historia es así… no lo sé bien. Y siempre se pueden perder, o ir a peor… ¿Qué podría salir mal…? ¿Regresar a los inicios… a los indicios…?

En conjunción fungicida, dos elementos estrafalarios como Sony y Playstation Productions en un haz televisivo, y Warner del envés, y proyectados ambos en la nieve visual de HBO a través de Max… Ha durado, lo que duró… aunque la infección por Cordyceps está garantizada, hasta dentro de un tiempo. Esos hongos serían… responsables del archiconocido “pie de atleta”, que te deja jodido para resistir en la competición… con toda esa climatología cálida y húmeda, que te recuerda que debemos protegernos del ejercicio físico en ciertas condiciones… o no sabemos… pues las glándulas sebáceas, de determinados cueros cabelludos, se van gangrenando… Hasta que, pumba… dejamos de pensar.

También puede ir acompañado de un ramalazo de tiña, que pica un huevo, y ahí estás… en el sofá, sin parar de rascarte, por fuera y dentro, hacia la perdición, de tu paciencia. En un sexto, sentado, que te reubica y profundiza en el sentimentalismo, hasta retroceder etapas. Nos recuerdan a procesos de incomprensión, rollo paterno-filial… Y mira, de eso ya tenemos docenas… Siempre preocupados por propias vesículas y costras en familia.

Aunque, es mejor acompañar siempre esos momentos íntimos de música, ya sea con versiones a guitarra española, o blues mezclados con rasgos, un tanto románticos… o lo contrario, acosados por tres kas. Sinner es un tipo de venganza, divertido, pero acusador… que ya no existe como tal… tal vez.

Al estallar… ¡Pumba!

Eso es lo que falta… sensaciones, bailes, sangre… caos… es lo que posee a puñados y mordiscos, el director californiano Ryan Coogler, alejado de Creed y Black Panther, mejorándolas y llevando un grupo de intérpretes a la coordinación, de pies y bocas, asaltos y besos… al ritmo de aciertos como el británico Jack O´Connell – que estaría dispuesto al horror de 28 Years Later: The Bone Temple, escrita por el mismo Alex Garland (Ex Machina, o la apocalíptica Annihilation), pero ya sin Danny Boyle.

Y a la interpretación de Michael B. Jordan, hermano de sangre, en endiablada encerrona entre el Chicago años 30 y esta versión oscura de los Marvel Zombies. En los que estaría la voz de Gwen Stacy, o la Ghost Spider de Across the Spider-verse, la sensual de Hailee Steinfeld, que también da réplica sexual a los entes no muertos, y volverá a atacar con Beyond The Spider-verse, o de nuevo en mismos papeles para Beyond the Spider-Verse y en Champions como Hawkeye, junto a Ironheart en piel de Dominique Thorne… de las cuales ignoro.

En definitiva, que Sinners es muy completa, tiene bajos de Chicago en práctica vampírica, hermandades, sexualidad, hemoglobina viscosa, alcohol con ajo, ráfagas de fuego, estacada emocional, y Famiglia rítmica… ajustando cuentas... Lo que no hace la infección programada, del creador o showrunner ése, Craig Mazin, y mira que trasladó las huellas documentadas, de su versión del Chernobyl. Y esta The Last of Us, se queda muy abajo… pero hablando de documentales… es hora de ajustar, no cuentas, sino dentaduras… y otras circunstancias tenebrosas.

Os voy a hablar de The Mortician de HBO… No mejor, no… telita.

Es que los pecadores, se multiplican hasta el finito terrestre, hasta la escalada mística que se sube a la azotea… magín o chaveta. Al descenso musical, con los chasquidos… sin blues adaptado, a los nuevos ritmos, ni la voz de Miles Caton, en recuerdo a una época, con la entonación a la guitarra del viejo Buddy Guy. El que fue honrado junto a Dustin Hoffman, y guiado tras los pasos de los mismos, Led Zeppelin.

Dellamorte, Dellamore…

Pues si os pensabais que esto había acabado, ni de coña… aún quedan algunos ejemplos entre la muerte y el amor. Aunque te conmuten la pena… o el título… y todo sea inversamente, emocionante a siguientes capítulos tras el despertar y acoso zombi, del segundo asalto. Que nos deja algo congelados, según desaparece el frío, y se nos calienta la sangre… visitando la isla de Lesbos. Por no mentar, sentido al crematorio en la serie documental, donde el olor a carne quemada, se siente.

Joer, es que nadie – o no lo recuerdo, desde hace mucho tiempo…-, me había hablado de esta aparición, entre almidonada y rebelde, de Rupert Everet, antes de sus shakespeares, y sus santas madonas, como napoleones. Y esta cinta, homónima, ya aparte del giallo, casi… que dirige Michele Soavi, te agarra, te lame, te muerde… se descojona y no te suelta. Hasta la Muerte, romántica, aunque igualmente lasciva.

Ya que anduvo entre ellos, Lucio, D´Amato, Deodato, los demonios de Lamberto, y hasta en los pechos de la ´fenómena` de Jennifer Connelly y los ojos perturbados de Dario Argento.  Y con un tal, François Hadji-Lazaro que realiza papel inolvidable, entre torrentes y Jesús Franco. Alguien debería haberme recordado antes, esta barroca película…

De Pasadena y aquellos hechos, no borrados, sino digitalizados por los dedos de aquellos que operaron… voy a explayarme, sencillamente… hay que verla, y tú ya verás, qué pensarás… Se llama The Mortician. Y estos dos ejemplos de repercusiones tangencialmente diversas, entre el humor, los amores y el humor, no te voy a recomendar lo más mínimo, las idas y venidas de Until Down, por su reiteración, que no te lleva ni a uno, ni a otro lado.

Pero diré, dejando las ideologías aparte, qué es deber... Porque lo realmente marcado para evitar la contaminación, - que no el exterminio total, pues proviene de otras materias…-, son las tres palabras que indicaba, entre el amor y la muerte.

Algo que debes aprender, ante el control de la situación y la rutina de las noticias que son teledirigidas en los medios, con los que se riega a la plebe, como una lluvia ácida… ¿te sonaría, no? En todos los lugares cuecen habas, y se tiran unos pedos "fakes" que da gustirrinín... o anestesiando que es gerundio. Y entonces, hijo/a qué… pues, aprende… visiona… y… en tercera.

El, eSo. Me he quedado colgado de otra de zombies, pero no es para tanto, a la espera de visionar lo nuevo de Boyle con sus tótems cadavéricos… Hostia chaval, no te he hablado de The Shrouds, o las mortajas cárnicas de David Cronenberg…. Y su sexo entre la tecnología y la putrefacción… Pues en otra próxima, conexión… con Ella. Esa que suele aparecer en algunos filmes, jugando.

The Last of Us Part II de Gustavo Santaolalla and Mac Quayle


miércoles, 18 de junio de 2025

The Pitt. From 15 to… Tomorrow.

 


En el orden cronológico dentro de la historia literaria, se desarrolla paulatinamente, o impuesto por uso diario, un alfabeto que servirá para contar cosas entre los ciudadanos… Así, en la Medicina se establecieron periodos de investigación y de avances científicos, que mediante el estudio minucioso del cuerpo humano – nuestro pergamino… con disección de cadáveres comprados o robados -, se llega a discernir la vía. Lo que éste, nos habla de sus mecanismos ocultos.

Aún restan muchas letras por descifrar y métodos para contrarrestar las inclemencias externa, o estragos del tiempo. De tal forma que las debilidades propias o enfermedades, queden neutralizadas o inclusive,  corregidas para siempre. Aunque pareciera que nos vamos acercando al completo conocimiento del organismo, gracias a la genética y las intervenciones cuánticas, toda amenaza se renueva o muta… Y algunos problemas podrán ser los mismos con diversos agentes patológicos, que trastocan el ADN y se vuelven más dañinos con la edad. Ese es el reto…

Conocemos más, tenemos más pruebas para analizarlos, más mentes administrando posibles remedios… más medios económicos… y aunque sus efectos, se incrementen debido a nuestros comportamientos defectuosos, accidentamente, o no tanto… todo es una estrategia, de prueba y consecuencia. Pues bien, ese ramillete de males, uniformemente se ven representados dentro de The Pitt.

La serie de Warner Tv que, con su calidad técnica y narrativa - cuasi documental en muchos aspectos -, se ha convertido en referente de cierta urgencia en los hospitales, reales. Con sus aciertos interpretativos – desde el primer rostro hasta el último, que limpia… los restos -,  marcan el límite del aguante profesional y mental, la responsabilidad o no, de los personajes. Pacientes y profesionales… Y los rasgos traumáticos, dependiendo de sus personalidades o comportamientos adictivos… Casos atendidos en una especie de batalla personal en turno de mañana, y desgaste hasta la noche bien entrada, es decir, 24 horas a pie de trasfusión. O más allá… ¡si es que existe!

De momento, esto es la realidad… en carne viva. De una batalla constante, más o menos… y lacerante.

Del mediodía a… más sangre.

Decíamos en el episodio pasado – aquí en mi turno dividido, mañana y tarde… noche -, que la realidad en carne viva, puede ser una experiencia lacerante… a veces gratificante… pues revivimos las sacudidas del despertar con los estertores de lo imposible, que no improbable… Cuando todo va a desembocar en una auténtica masacre. Sabiendo que la sangre a algunos, les confunde… Acercándose peligrosamente, al desvarío total de la eficiencia en nocturnidad, o del apagón definitivo. Ahora se sienten los restos de una carnicería injusta, maquiavélica, sin lágrimas en el suelo. Es como un Desembarco en el día D, pero al contrario…

Con esta, mi segunda división del programa… Observo un verdadero Mash, satírico… sin Labios Ardientes ni Radar… pero igual de sangriento que, en aquella notable película que influyó en toda un generación, y se la llevó al bolsillo de la bata, con una indiscutible serie.  Repleta de obscenidades y sarcasmos, con el tratamiento de la viva voz por medio de los altavoces… todo un descubrimiento cómico. Pero también destaca por buenos gestos, la resistencia y la amistad. Y es fundamental toque humorístico gracias a la disposición del gran Robert Altman, y un reparto inolvidable que acerca realidad y responsabilidad, en términos de la batalla diaria… cuando no puedes hacer otra cosa que, lo que sabes.

Mr. Tom Skerritt, fue y es “Duke”, superviviente noble del Alien de Ridley Scott – junto a Sigourney Weaver y la ensangrentada Veronica Cartwright, sobre aquella mesa de operación forzada…  y especialmente, con Robert Duvall, Elliot Gould y Mr. Donald Shuterland, al que se echa de menos, como auténtico Ojo de Halcón del bisturí bajo aquella Korea indescifrable, esquiva y caricaturesca, inolvidable. Y que posteriormente serían sustituidos, por vacación golfera, en serie mítica para una generación,  por Labios o Morritos Ardientes, Calientes, Loretta Swit y el descubrimiento definitivo de un Alan Alda a corazón abierto. Simpatía al poder y al fonendoscopio...

Y es que el líquido vital es esencial, lo dice en su banda sonora definitiva y en una escena que sería censurada… aún se nota en el doblaje… que condiciona el manejo de las situaciones y las prácticas a oscuras. Si bien, nunca deja de lado en ellas, el humor más ácido e irreverente, que define psicológicamente a los personajes.  En definitiva, un lujazo de las intervenciones quirúrgicas, ipso facto, y de las confesiones en el acto...

The Pitt, es una trama buscadora de las causas más paradójicamente estratégicas, con la extrema actualidad… una historia más que, hiperreal de esta familia médica – no siempre tan bien avenida, como parece -, en el interior húmedo de las urgencias de cualquier establecimiento, como el ficticio Trauma Hospital de Pittsburgh. Y la prosa de sus recetas, que prevalecen científicamente como los accesos prostéticos fabricados por la Autonomous FX, para deslumbrar visualmente. Y meditar…

Sus letras textuales, nos apartan de otras experiencias más cercanas y extremistas… del Este, si bien las sensaciones se extienden en todas direcciones, por sus ramificaciones sociales multiplicadas… desde la entidad criminal, la violencia sin paliativos en secreto, o ilegalidades, irresponsables… o no. Todo condiciona a esta notable escena hemoglobínica de The Pitt, con apuestas vencedoras... pero sin quaterbacks de balón ovalado... sí de otros inflables en los órganos.

La oda de la vida…

El aire pululó viciado, a salpicones desde primera hora… Consecución de tiempo en el paradigma de la salvación… Se abrieron ojos aterrados, frente a frente, desde las sábanas manchadas a las alturas… El grito silenciado en ahogo común… quejidos taciturnos en la fractura… insatisfacciones, imprecaciones a ese mismo oxígeno… a las necesidades vitales… que señalan alguna risa nerviosa, o no… simplemente honestidad.  Y posiblemente demacrado, algún rasgo heroico…

De todo lo imaginado, pero probable por el contrario, te hallas en esta temporada de The Pitt, quizá sería mejor la última… Y encarados al triaje, tan incipiente como necesario en la redención, con que terminar esta fiesta visual y de actuación grupal. Tan directa como las intervenciones o su humor soterrado a lo Korea. No olvidando nunca, que es trato entre personas, con aciertos y traumas… por si las moscas.

Nosotros mismos, héroes o monstruos, representados como débiles o audaces… vivos o… ya sabes, lo que acaba pasando con los cuerpos de los mortales… Y en este punto, me relajo… para contarte que existen determinados filmes en que, este maldito problema de la mortalidad, es tratado como fuente de la ciencia ficción. Desde el planeta de los simios, convidados a la festividad longeva reciclada en Mickey 17, del director surcoreano, - algo exagerado, de nuevo…- con una de cal monstruosa y otra de multiplicidad radical en vena, como Bong Joon-ho. Destripando la irregularidad de la especie, desde la Memoria a los Parásitos… internos. Y en conflicto más aventurero, de pasado piramidal y eterno, nos colamos en el paso efectista de Guy Ritchie, habituado a golpes y excesos corporativos, que bebe de una Fuente de Juventud… atropellada, por guión de James Vanderbilt (Zodiac, productor de Altered Carbon). Y estableciendo el círculo…

Un pequeño milagro de verosimilitud, caso increíble, cuando un joven buzo se enfrenta a la frialdad oceánica del Mar del Norte, resurrección y amor; y tras flotar sin oxígeno, aproximadamente media hora en el cambio de gases, que se escapa por los poros… e irrealidad vital, pero no… y dirigida por Alex Parkinson, mismo autor del tremendo documental homónimo Last Breath. Que no tiene que ver… con el actor chino Simu Liu, próximamente protagonista en otra de Shang-Chi y coralmente en Avengers Dooomsday o la serie Marvel Zombies. El trío de compañeros se complementa con el ex Animal Kingdom, otro de la familia surfera y sus planes, junto al herido física o mentalmente Shawn Hatosy, y perteneciente a la banda jodida de los jodidos Peaky Blinders, Finn Cole;  incombustible, injubilable, Woody Harrelson… tal vez esperando antiguo colega… de sufrimientos en TrueDetective. Ojalá.

Variaciones exageradamente extremas, que te divierten… ¿o no? Ah, qué no… Pues entonces, no veas Muerte de un Unicornio, ni por un ataque de cuernos al recuerdo de Jenna Ortega, o junto al Muse, Dr. Jeckyll de Daredevil Born Again… y antes del próximo Miércoles… en la busqueda de la comedia con horror.

Y… el Canto de Sirena.

Hablando de sirenas… no las que alarman, o sí… Abro de par en par, el cartel de Parthepone en la isla preciosa, de las maldiciones, que se sirve de prácticas, atractivamente endiabladas. Como un cantar al unísono, sin emitir la esencia, u oír su entonación en los oídos de los marineros del esperado Ulises. Como él, soportamos la inmensa belleza, su agudeza, casi desapasionada, alejada de sexo explícito… que sólo contempla en Famiglia… Hasta que encallamos en otra vuelta, tal que Odisea, y anclada al terruño napolitano, nos rendimos a los pies de Sorrentino, con sus prismas y aciertos. Hago otro inciso para hablar de esos mini-laboratorios de imágenes de las profundides marinas, que pixelaron hasta la mínima fisura, el poderoso y desfenetrado, Titanic. El documental sobre su imagen capturada en alta definición, es un ejemplo de tecnología, y saber aguantar... hasta denifir el perfecto naufragio, del tiempo. 

Paolo… estudió la vida y la muerte, todos los minutos en una visión, y exacerbó el surrealismo creativo, como antipasto, anticipando una carrera con ella misma, de Diva… sin escrúpulos... hacia los postres. Sugiere un bello documento gráfico, que asesina con la monstruosidad física, que nos descoloca, aísla… entre esos vivos colores fotográficos, y su aire, hasta arrastrarnos a la fealdad, a los rincones ocultos de Nápoles, sumergidos en su obscuridad… valores, insultos, credos… Simbolismo de una generación, de su juventud a la madurez condescendiente, tal que fin de una Diva… Vida.

Y así, como casi todos, paleontólogos, filósofos, forenses, teólogos, antropólogos, cirujanos, amantes… médicos de la Humanidad… perdida en una isla, ya rodeada de cemento, armado… caras armamentísticas al margen. Otra especie de guerra, sin los protagonistas aciagos de Leave the World Behind… frente al caos. Organizado, o provocado…

Bata… el triaje del Poeta.

En una de esas manchas, imperdonables… se instaló la mente. Las vidas al rescate, sin una muerte por triaje… tan necesario, como la guerra que quema… combustión del pensamiento. Y al lado, de logros inhumanos, sobre cuerpos despojados… se vio la humanidad en sus ojos, y la deshumanización, de sus manos al filo del deceso. Asesino… sin nominación, ni lacalidad natal.

Estudio, como la mancha borrada in situ, que investiga la vida en directo, que no la psicología común, pues esta no existe en cerebros desviados… ni sexos perdidos. Ni, en el recuerdo de dedos que desvistieron, a divas incompletas, a niños tiroteados, a venas reabiertas… como heridas del alma. Necesidad de coser los desmanes de una invisibilidad… que es tan dolorosa, como los cantos de sirenas… a tiros. Que, podría ser cualquiera, no el matón, sino el tirado… pues somos vendas, lapsos, cicatrices… Las emergencias, que quedan en silencio… parecemos, el techo en el enjambre. Los aliens del más allá, los odiseos retirados, las divas y sus vidas… El último suspiro, hasta nuevo aviso… La nueva voz, el espíritu en la isla, de Nápoles, Pittsburgh, Madrid… ¡yo qué sé, en el fondo del océano! Cualquier lugar es posible, en este mundo o el otro. Porque suena otra ensalada de tiros… y USA que los conoce bien… y lo acepta… ve a otros que recriminan, a cuchilladas o garrotazos, a fuego lento, como en otras épocas… y también morirán por la boca.

No es exactamente lo mismo, mas cómo si lo fuera… El resultado es parecido, el olvido en la sangre hermana, la frontera o el odio. Así, los profesionales cambian por fuera… sus batas deterioradas, como su pensamiento… repletos de agujeros, baldíos por balas, que quedaron por siempre, muy adentro… y el humor estresado por el ruido, hasta la semana próxima, en otro cuadrante sangrante… significa otro dolor, acompañado, de birras… Que los humores, no nos salpiquen la frente…

La pasión, como el quejido inseguro, crecerá hasta cualquier isla, buscando un libro con sus hojas abiertas… sus monstruosidades, y tal como nos visitó de primera, de improviso… la más habitual, clásica, e irremediablemente eterna… La que nos cantará al oído, en lascivos pechos, hacia nuestro recuerdo… todos, tras el triaje, como carne de cañón. Humeante, o no… en la despedida de M.A.S.H.

Sólo nos queda la cara de Parthénope, Diva descubierta, sin sexo, ante el ocaso de cualquier Cheever, Oldman… hermano. La sonrisa juvenil de Celeste Dalla Porta, sanadora de conciencias mortales… tal que Gioconda de Da Vinci. Despierta ya… bruja en la hoguera de las vanidades… latido.

Caos… otra ciudad… Duerme.

No despiertes aún, como la gerente, blanca o negra, da igual, que es una marioneta del poder, una imagen de la corrupción… que se lleva nuestros ingresos, mientras dormitamos. Somos la línea continua de la censura, sin altavoces pinchados, que nos valgan… votados por la cultura, del bienestar. Parte de nuestra propia quema… prostituidos por la voz controlada… que condiciona el último sístole… robado al corazón.

Duerme… continúa tu turno fantasma… tic, tac… hasta que la ciudad despierte… otra, sangría de 7 a 2… o más allá… como la sangría al final de capítulo del N.Y. de Kingpin. Tan demoledor como expectante...

Ya en la antigua Grecia – todo está inventado…-, Platón dividió los hechos en sus obras… Desde La Juventud, a la Transición… divagando por la Madurez, de sus Dogmas… republicanos… Y acabó con Diálogos, Críticos… Como siempre, como Todos. Aquella Grecia, como cualquier otra ciudad… Hacia un nuevo amanecer.

 

En... fin...

jueves, 5 de junio de 2025

Daredevil: Born Again.

 


I ❤️ N.Y.! … Solía decir aquel famoso alcalde de cuello enorme, pensando en todos los negocios que podría sonsacar en el futuro. Como las grandes comilonas que se metería entre barriga ´laportera` y espalda, gracias a los impuestos de contribuyentes…

Para ello, debería acabar con esos tipejos, los llamados Justicieros, vigilantes… o simplemente, los malditos de las máscaras, que actuaban por su cuenta contra el terror. El terror que creaban, por otro lado, esos mismos políticos… siempre fue así, ¡una especie de mafia!

Sin embargo, algunos enmascarados tenían acciones ultraviolentas, tal que un Diablo en contradicción constante, o un vengativo Castigador… y prometieron no volver como protectores de los ciudadanos. Pero, los crímenes se acercaron a sus círculos… que no podían quedar sin resolución, o castigo casi divino. Definitivamente los mecanismos, han vuelto a encender el fuego de esta jodida Concina del Infierno.

Y si eres una especie de monstruo, o un diablo rojo a los fogones, más todavía. Por otro callejón, el otro atizador, que fue el tránsito de Marvel a la Disney, dejando la conexión Netflix, de manera un tanto especial y desafiante… como ese artista disfrazado. A veces desconcertante, podría ser un programa donde prima la diversión, con inclusiones formales o hasta infantiloides (y continuador en algunos pasajes a los clásicos cómics… para jóvenes), y en otras al contrario, donde reina la obscuridad, y el caos se apodera de la escena de nuestras peligrosas ciudades. Nidos de ratas, para trabajar, o no… focos de delincuencia y guetos.

Alguno, de traje blanco inmaculado, por fuera… se siente bien en esos procedimientos, porque los conoció y ocupó… Y en esta esfera de dos polos, existe una frontera que puede descolocar a algún visionado, dependiendo de su sensibilidad. O echará en falta, más carne en el asador… parrilla, reunión de ovejas descarriadas, programa de tv. En el de hoy, tú qué harías si… ¿Te crees profesional, o eres un intruso, eh?

Hasta que llegó… El Pingüino.

Hasta ese momento, - bueno descatalogando aquella serie bestial con The Punisher…-, todo parecía más o menos tranquilo, casi pacífico. Pululando los argumentos de las historietas, entre cierta espesura y esa dualidad entre lo bueno y lo extremo, decantada hasta ese último calificativo con el Pingüino, otro postulándose para ejercer el poder, aunque fuera desde otras alcantarillas. Ahí DC, siempre tuvo la delantera, hasta que los mafiosos dejaron de llevar mascarillas…

Sin embargo, es como una epidemia, donde las causas se van intercalando y se reinterpretan por cada lado, a cada instante. Tenemos ejemplos como Loki, una estructura lineal del mismo pero caótica, dentro de ese espacio-tiempo. Que se vuelve surrealista en diferentes medios, aunque no acierta como fuera el caso de Vision y Bruja Escarlata. O el sendero no tan luminoso como cabría esperar de un Moon Knight histórico, bailando a la lux de la misma, aunque trastocando el lío marvelita, con la mística del antiguo Egipto. Lágrimas de cocodrilo, ya que volverán… y no sé qué será de Nosotros.

Un Echo quizás… ahí responde la pérdida de tiempo del no fanático, frente a un gélido aparato de televisión, que se reinventa con aventuras tergiversadas. Y donde en el grito propagado, no podemos olvidar la reiteración de escenas por diferentes episodios, un mero copia y pega, que sirve como lanzadera imperfecta de este Daredevil: Born Again. Mientras, el Pingüino se sonríe, porque esta temporada viene con ramalazos a lo Soprano´s, y eso ya estaba inventado… al menos no se involucra con repeticiones indeseables al final de los capítulos, y persigue la guerra de ambos bandos.

También mezcla rasgos circenses con la violencia más sangrienta, como ya ocurriera en las anteriores temporadas, aunque menos coreografiadas, ya lejos de la serie de John Wick, o definitivamente, El Intercontinental más cerca de la sangría de Dc. Más tenebroso que Marvel, aspectos del crimen que sin embargo, Daredevil ha agarrado y sumergido a los Fisks en las típicas familias de gánsteres, y en especial esa entrevista de pareja sopranil ante la psicoanalista, - que algo se trae entre mentes -,  además de contar con Michael Gandolfini  y el emerger como cabeza grande de familia, al gran ballenato blanco, nuestro adorado Kingpin. Otra vez interpretado de manera prodigiosa, amenazante siempre, por un Vincent d´Onoffrio, de chapeau, si bien bailar, así así… Un maquinador mastodóntico sin un pelo de tonto, que entronca con el de las fosas sépticas de Colin Farrell para el otro Oz.

Es ahí, en los extremos, donde siempre crece la tensión y se trastocan los hechos, criminalmente hablando, como con la aparición de un serial-killer de manual, el denominado Muse – piel del Jeckyll de Wednesday, del joven actor Hunter Doohan -, por no hablar del baile psicológico de Wilson Bethel como Bullseye y sobre todo, de la bestia Jon Bernthal. Con Muse las cosas se pierden, se condensan demasiado, mientras se discute en juicios paralelos, sobre el castigo, o no. Y entre el público más proclive a acontecimientos justicieros, y los más protestones de las redes sociales, que es donde las historias empiezan a descuadrarse realmente. Con The Penguin eso no pasaba, o estás, o no estás, no hay críticas que meter con el calzador del público, que no interesa nada…

Puede venir del lío de producción, de fuentes alternativas, metiendo la mano y el cuezo en la sartén, de puntos de vista, de puntos y aparte, y algún que otro final. Nacimientos de intereses, reencarnaciones al margen, líneas reescritas, opiniones de pesos pesados, críticas endiabladas… Y gestiones, hacia cambios en dirección o alteración de fases grabadas, con otros posibles timelines… lo que da cierto aspecto de inconsistencia en algunos momentos. Y eso, ha modificado los esquemas de un título que no se corresponde con el original, ni con etapas anteriores de Daredevil, aunque la violencia sigue estando ahí. Pero, se recrea demasiado en la gratuidad, o el rechazo del protagonista, que pierde ante el premio Gordo. Charlie Cox, qué estás en los… cielos.

Todo hace acrecentar dicho caos. El de Dario Scardapane, vaya nombre para un criminal de James Bond, y Matt Corman, que se las tuvieron tiesas para asentar este Marvel mafioso, dentro del wokismo de Disney+, y no desvariar al identificar un producto, que ya no tenía que ver nada con los episodios de David Mazzuchelli y Frank Miller… sino más con la inconsistencia productora de Kevin Feige. Al frente hoy, de la marca del entretenimiento comiquero por excelencia durante varias décadas, desde aquellos años 40 de la Edad Dorada. Y qué, por fortuna me ha sorprendido con su última adquisición. Algo tenía que volar bien…

Aunque DD… se vista de Daredevil.

Antes tendremos que opinar sobre ello… Los Thunderbolts, han tenido un grato aterrizaje en la zona Disney de Marvel, dirigidos por Jake Schreider (Beef, Skeleton Crew), con este grupúsculo de ejemplares rebeldes, alejados de tensiones y derechos de los personajes entre ambas plataformas, - la wokista y la no… lo voy a dejar que me repito…- y sus duplicados famosos, que para sorpresa me han parecido más auténticos. Se definen bien entre la diversión y la obscuridad, entre la excentricidad del poder, y la indecencia de caracteres. Entre la verdad, y la mentira mediática… de la falsedad del Capitán América y el nuevo Hulk Rojo con Harrison Ford, y el oscurantismo mental a lo Fisk. Luego, se restablecen las desapariciones eso sí…

Pero volviendo a los criminales de Marvel, se convierten en los ejemplares indudables del protagonismo esencial de la serie, bastante más que los héroes enmascarados… DD se ablanda en discrepancias, demasiado estúpidas, como que la sentencia sea una bala entregada por la mano de ella… como transgresión en las historias, que nos termina produciendo un poco de desubicación, o pérdida. Y eso no… Esta historia no iba por ahí… Las cosas han cambiado, para mal o peor.

Vale Red Devil, sigue siendo aquel Brian Cox, de gesto calmado y ambivalente, pero se atisba la duda en cada acción, demasiadas objeciones a la violencia, un tanto pesadas. De tal forma, que las féminas como en este era de wokismo genérico, han tomado la delantera en las decisiones, y el héroe se ha transformado en pobre diablo, que ni pincha con tridente, ni parte el bacalao… ¡qué poco salao! Ya veremos que ocurre con el grupo, ése…  Miedo me da el circulito, en el futuro.

Creo que casi todo el mundo, criminal o no, se queda con el majestuoso Kingpin, o Wilson Fisk y esposa, si bien Vanessa no le consigue hacer  sombra, por su gran capacidad volumétrica, fuente de ingresos y tono de voz, en maquinación. En versión mejorada de sí mismo, más enfático y estilizado que aquel ramalazo del Echo… Él es sin duda Daredevil, por su gesticulación, sus decisiones, sus risas apretadas entre labios, su guardia pretoriana corrupta, sus asesores que dejan mucho que desear… incluso un control eléctrico, por medio de apagones incendiarios… nada que ver con el Estado Eléctrico, que esa es otra infantilizada… Es el verdadero ganador, por monumental k.o. técnico, como auténtico white sark depredador en esta pecera de la Gran Manzana, de nuevo.

Mientras que Matt Murdock, es más un pobre hombre, sin amigo ni rollos intensos… se va quedando agazapado como el Harvey Kent juvenil del Pingüino, una especie de sombra, que comienza difundiendo la justicia penal, y se define como balanza. Entre el bien de estamento superior y el mal, encarnado por los demás personajes, más protagonistas a su alrededor, incluido el artista del asesinato, el tirador  de élite Bullseye y por supuesto, el cara de púgil castigado en exceso.

Hasta parece de relleno, como otros personajes que pululan dentro de esa legalidad traslúcida o del lado oscuro, político o de un sistema corrompido. Tal que pequeños bocaditos en la pecera del escualo Mr. Fisk, casquillos con logos de fantasmas, salvo en capítulo final, esperando su lugar… su oportunidad. Y que más de DD, pues… que si Batman, por una vez hubiera finiquitado a alguno de sus enemigos, asesinos peligrosos casi todos – a pesar de las risas y aquella serie televisiva de bocadillos onomatopéyicos…- ; tampoco le ocurriría a DareDevil, al filo de un cadalso, de verdad… flotando en cuentos como verdadero fantasma. Es lo que hay, desde las páginas de los antes llamados tebeos, que el fin no lo es… El Mal siempre responde.

Los Hijos del Zodiaco…

Por tanto, visto lo no visto… Bullseye es un Joker – acompañado de un buen talegazo del Rojo…-  que por la endiablada fortuna, no acaba convertido en triturada papilla. En otro acto milagroso, tal que recibir puñaladas, sangrías y… algún disparo en un ojo. Eso es lo que tiene la ficción, que se lo pregunte a los protas de Lost...

Eso tiene también la fantasía, que si se tiene que volar, se vuela, y si tienes un aterrizaje forzado, no pasa nada. Otra vida, como Zodiac que nunca fue descubierto policialmente, al cien por ciento… Esos evadidos de la justicia, son crueles en los cómics también, misteriosos en acertijos,  inhumanos indescifrables, sanguinarios irredentos, depredadores insaciables, locos… como el Joker con sus bromas y la mueca, anticipada  de la chistera de sus bailes actuales… y actuaciones desencajadas.

Aciertan los disparos más reales de francotirador, directamente al cerebro de sus víctimas, el dolor y la burla, se unen como en la realidad, el artista se viste de Rorschach… los enfermos de psiquiátrico, al fin y al cabo, o como diría aquel otro, serán merecedores y pagados con el mismo sonido en sus cerebros. O no… escaparán como en una historia por capítulos, hasta que llegue otro más puntero, más temible…

Mr. Fisk, ahora, es el más votado por el pueblo… quién sabe cuánto durará en lo alto de la cima… donde estuvo el Pingüino hace poco, merecedor del gran título de Criminal del Año. Gracias a su fatal naturaleza que, es capaz de tomar sorbo sibarita, como de lanzar un gruñido apagado, al enlazar sus brazos y manos, con vehemencia. Y salir triunfal… Sin saberlo, en expresión del blanco y negro, tras aquel apagón buscado para incrementar la inseguridad ciudadana; frente a esta especie de murciélago carmesí, que converge con el dinero tecnológico de Bruce, pero con la justicia que es más ciega… la natural. Esperamos a sus hijos no putativos contra la Gran Mafia, y temblamos legalmente. Como Foggy fue la víctima propiciatoria, caída en reiteración emocional… lo que simplifica una reencarnación del héroe con problemas de conciencia.

Con Frank Miller, en dimisión, con o sin el Woody Allen de Historias de N.Y., con guión galimatías, tras parejas con cambios de parecer, tiros difíciles de explicar… charlas ´sopranas, perdón… terapéuticas` inacabadas, con la profesional en extraña reverencia, y alejamiento del Diablo, eso sí, con simpatía cogida por los pelos. Asesores que son hijos, que por ahora, definen diferencias gigantescas, un grupo de polis que, en Pretoria, serían carne de cañón… Más dudas,  caen como moscas y se reproducen como los pistoleros del Echo… al menos aquí ahí cadáveres, se ven tirados… Y lo peor, lo más fatigoso… el discurso en redes, que… mae mía… mejor no me decanto. Bueno sí, al grafiti con él.

Y esto es todo, queridos compañeros del Barrio Chicken, continuaremos con ese ojo avizor, y no quedar atrapados entre máscaras, evitando los pisotones en bailes patosos… Y especialmente, intentaremos no estafar al personal, con promesas que no se cumplen… ni existen, ni se desean. Musa, del espejismo...

Conclusión… Jurisdicción y letras.

El periodismo, o la opinión que no es lo mismo, aunque lo quieren emparentar… es un mero disfraz ante los poderosos. Normalmente… ya no existen hijos investigadores… casi todos se mueven por interés. O mucho peor, por simplismo lamedor ante el poderoso.

Algunos casos del pasado, se identificaron como verdaderos héroes, en soplos, históricos como watergays, por estado en el sito, como emisiones 5 de Septiembre, o el sorprendente Eleven… Mediáticos por  algunas sentencias condenatorias y, más o menos satisfactorias en la investigación como aquel Zodiaco, u otros más recientes, aquí o acullá… frente a los hijos del crimen, o el asesinato serial.

Pero no te confundas, actualmente, es más habitual… el dorar la píldora, contar trolas, emitir panfletos, sacar líneas de no sé qué red social… y bailar el agua, a un jefe. Y sino, ya sabes, al cajón de los traicionados definitivos, por hampa, o la profesión… Es lo que le ocurre a esa chica de Daredevil, qué no te la crees, y para qué su papel… Son historias fantasmales como la que ocurre en la tal, Holland, con un reparto curioso, pero con una sucesión de escenas, cogidas por pinzas, y otra en la nariz, porque las razones finales huelen… y no a tulipanes precisamente… Y eso que la perpetradora Mimi Cave, tenía como referencia la tensión devoradora de Fresh. La sentencia es calamitosa.

Siempre puede existir algún fantasma, en cada historia ficticia o real, como el Jack Duquese conocido como El Espadachín, que no da un sablazo en la serie ni queriendo; o como Giancarlo Esposito en el Estado Eléctrico que, que está pero no… Y Chris Pratt, que ahora parece un cowboy espacial en retirada… Y eso que el Espadachín está interpretado por Tony Dalton, conexión a Lalo Salamanca, de la genial Better Call Saul.

Ya no me queda nada más que corromper, en este proceso, caligrafía de otros más cercanos… o no. Solamente advertir, que habrá otros documentos, de Natchios, a La Mano, esperemos que sin desconexión Elektrica… y otra manita de Defensores, ay, ay…

Y al prometedor Muse, surgido en el auténtico 2016, que le den por saco… ¡Qué desperdicio de Máscara! Un recuerdo a Resurrección, Seven, el mencionado desbarajuste mental de Watchmen, o el magnífico Hannibal Lecter…  Ts, tss, tsss, síiii. Clarice, los cuadros, xDio. Qué hijo de… Jeckyll. Your Honor, con Bryan Cranston! Link conseguido, yeah!

 

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

Hijack. Season Crash.

 


El pueblo, unido o casi… siempre salva a… Bueno, Idris Elba los salva.

Durante un vuelo, que recuerda lo intrascendente de nuestra existencia, salvo para los más allegados… se produce un movimiento criminal, que puede imbuirnos a la catástrofe. Recordando otras temibles acciones, que supusieron aumentar aquello que los secuestradores serviles querían… propagar el miedo. El pueblo en histerismo colectivo, se levanta y quiere reventarlos todo… Idris, racionaliza primero, esto es un Hijack venido a menos. Por mis sant... a paciencia.

En este incidente caótico, una aeronave de Kingdom Airlines, number 2 + 9 , o eleven, unos secuestradores amenazan con estrellar este avión comercial, sobre el centro de Londres. Para evitarlo, se tienen que dar una serie de parámetros que, en esta ocasión, tendrán como finalidad una perspectiva más básica que trascendentalmente bélica, como aquella fatídica. Así predestinados los pasajeros a la catástrofe, la trama se va enredando con cierta sofisticación de recursos al alcance de la mente, del actor Idris Elba y ciertos métodos de comunicación…

Si bien nada que ver, con la traducción informática del título, esto es, ni malware peligroso al modo de un devorador africano, ni phising que valga hacia los jefes de estado, aquí más ocultos que en la película coprotagonizada con John Cena, ni siquiera con el key logger que abriera, no las puertas de la cabina de pilotaje… sino, de par en par, a un nuevo filme dirigido por Kathryn Bigelow, junto a Greta Lee (Muñeca Rusa, Tron: Ares) y Rebecca Ferguson. Actriz de moda tras protagonizar la serie Silo o su actual participación protagonista en M.I. Sentencia Mortal, las dos unidades universales de Dune con Timothée Chalamet que mira al Messiah (oh, Tyrese Halliburton…) y espera la conclusión, o inicio tal vez, de los todopoderosos gorrillas, Peaky Blinders.

Cuando todo parecía vaticinar el estropicio capitalino, silenciados tal que advenediza pandemia vírica a los ciudadanos, todo se cierra en banda, incomunicándonos… y mientras políticos empiezan a tergiversarlo todo… ese hombre solo, pensando en su familia sanguínea, empieza a caminar por el pasillo entre fuselaje atestado, intacto aún, como un John Wayne negro, dentro de la mítica película del maestro John Ford, El  Hombre Tranquilo. Sin amo, ni amor, eso sí.

Y se enfrenta a las circunstancias, como si de un videojuego online se tratara, armado de joystick, bolígrafo y una paciencia infinita, tal que un vuelo transatlántico con nenes pequeños a bordo pataleando tu asiento… a 4 + 1 pistolera, en busca de… ¡No recuerdo ni la cantidad, ni la madre que los parió…! Pues, la historia es cuadriculada y lo más importante, es la presencia de Mr. Iris… y al resto que le den morcillas. Por ende, lo esencial es que somos carne de cañón… ¡como siempre!

Volando voy… Volando vengo.

Hace una enormidad de kilómetros, los correspondientes a 25 años, que el vuelo 209, once sumando, comandado por nuestros, Jim Abrahams q.e.d. y los hermanos Zucker, gritaron armados de todo tipo de herramientas para el sacudimiento ¡Airplane!, o Aterriza como Puedas.

Al que luego, acompañarían sus secuelas, ya menos estratosféricas en risas, y un sinfín, de otros complejos viajes, más o menos, dañinos o llegando a lo apocalíptico, como aquellas naves de 2012, el año en que todo acabaría… y en eso, estamos… La historia de la humanidad está repleta de esas figuras, que se creen tan preponderantes – a la fuerza, normalmente -, que ejercen su poderío, oponiéndose a la libertad o la vida de los demás. Y sin ningún respeto, nos convierten en objetivos.

Se ven tal que caballeros de la justicia, sin orden, condición, ni caballerosidad ninguna, y se distancia entonces, de aquellos de nuestras letras doradas, a través de la pluma de Don Miguel de Cervantes Saavedra, que creo el mito de la enloquecida elegancia semántica y paradójica… La verdad, mi querido señor como diría el buen Sancho, al Caballero de la Triste Figura, es que no son gigantes, sino pistoleros escupiendo fuego, o no… sin yelmo, coraza, dama, ni Panza…

Únicamente, exigencias. Lo típico en una historia macabra para asustar a los inocentes televidentes, o lectores de tragedias épicas… en los móviles. Dicho, y examinado, concienzudamente… por los detalles y los vaivenes caprichosos, hasta el ras del suelo. Aunque, entretener, lo hace, y basta… ¡Apagando motores!

El Echo…

El eco de todas aquellas desventuras al vuelo… las que duraron 7 horas como una real, aunque no tanto caída por las escaleras de Los Intocables de DePalma… o empezando por peripecias pletóricas a lo Sully de Clint Eastwood con Tom Hanks. Las de aparentes héroes trágicos como el Denzel Whasington de Flight, contrabandistas a lo Tom Cruise, piratas a lo Mel Gibson en Vietnam; por descontado, es que se zarandean entre el drama psicológico o ético, y la violencia girando en diferentes conflictos. Aquí vamos a hacer un apartado… un reservado con diversas calidades para la celebración, o la eyección sin complejos…

Empiezo con el viaje accidental del Jurado Nº 2, donde el director casi centenario, demuestra su buena forma mental, para retratar la realidad según nuestras amenazas modernas, que surgirían desde cualquier momento de debilidad, o fatalidad. Mientras su compañero de fatigas, se sumerge a producir los Masters of the Air y poner voz a los verdaderos en el documental The Bloody Hundredth. Una misión acrobática, que ha ido transformando al Elvis magnético, Austin Butler, en una estrella de la velocidad, catapultado por la odisea de Ari Aster Eddington, la Bala Perdida para Darren Aranofsky, y en expectativa fogosa como The Barrier en el espacio, terrestre en Heat 2 de Michael Mann, más piloto de carreras en American Speed, junto a Tom Holland.

Casi ná… Y mientras Mr. Cruise sigue en piruetas acrobáticas por los cielos de Europa, o bajo del maaar, como entonara aquel otro… las siguientes noticias, no son tan rimbombantes o estratosféricas. Pues, lamentamos profundamente, salvo algunas palabras dedicadas de Mark Wahlberg a sus compañeros de fatigas, que el Flight Risk emprendido por Mr. Gibson es precipitación al desastre, sin contemplación, como lo fue para Wes Craven en Vuelo Nocturno o Red Eye, no sé que tiene que ver... Y un Equipaje de Mano, de Collet-Serra que interpretado por Taron Egerton, pasa de ser un Rocketman de leyenda y magnífico corresponsal en serie Black Bird, a transformarse en un simple, héroe de acción. A veces basta, y otras no… Cosa que le ocurre a Jean-Claude Van Damme en El Jardinero, hace parodia de sí mismo y divierte más, diferente a lo habitual pero a la francesa, y en silencio, mejor… No confundir con serie.

Así, acabara el ingenioso, Alonso Quijano, o fantasioso, aturdido con sus huesos molidos, al emprender batalla contra aquellas aspas, tajantes,  que dejaran maltrecha su triste esencia de contrincante, ya no tan eficaz, no tan majestuoso, para artes bélicas, y físico. Como otro que yo me sé…

Y no me refiero al triunfal Jack Quaid en Novocaine, que lleva también  carrera meteórica coordinando su papel en The Boys, una aparición singular con su Compañera Perfecta y este joven tímido, superhéroe forzoso, con otro de ciertos problemas cognitivos, frente al crimen, en forma de secuestro en la futura Neighborhood Watch. O esos Jefes de Estado ya nombrados, junto al británico Idris Elba. Y el último Eco, de Marvel violento a Disney…



Entre el bien y lo peor, es adentrarme de nuevo, en el mundo de Marvel de la televisión, a través de la serie homónima, intercalada de h aspirada americana… y decir que, a pesar de sus apariciones voluminosas y ese magnetismo de máxima violencia, tiene momentos repetitivos, que te hacen encabritar. Primero repites escenas, y luego no piensas, patada al frente y lo salga… Se queda en artificio para ejemplarizar el espíritu tribal, con Maya López, de la que no conocía spin-off con Hawkeye – como se dice artrítica y semánticamente, hablando -, y más, hija de Caballo Loco, con patrocinio del Kingpin, por los cuernos malditos del Daredevil. Qumaldecirá de nuevo, en próxima amistad… Espero pronto.

Y en esas estoy, para recordar el incidente propagado durante un  September 5, en Juegos Olímpico del Munich en el 72, con cierta tonalidad sepia… que produjo una masacre que se va repitiendo periódicamente y esparciendo como la tinta… Bajas por ambos lados, en cascada oscura, y una maldición interminable… esta Violencia que, nunca, triunfa, sólo sacrifica. Aunque, intentarlo… una y otra vez, otra, otra, otra… y así indefinida… mente. El filme dirigido por Tim Fehlbaum, es una clase teórica, de historia de los atentados sangrientos y la práctica tecnológica, sobre una televisión en directo, en crecimiento experimental… Hasta la globalización, qué asfixia… o contamina.

Además con, el Peter Sarsgaard que tanto nos atrae en sus proyectos, y que está metido en piel de Doctor, con el remake versionado del maravilloso blanco y negro, La Novia de Frankenstein, del genial James Whale. Formando triángulo prometeico, con  Jessie Buckley y Christian Bale, y siendo cuarta pata, el ojo dramático, y temporal con la ubicación, de Maggie Gyllenhall en una dirección, en los Chicago 30. Lleva por título, esquemáticamente, pero rotunda… The Bride!

Para concluir con estos monumentales, desastres y otros desmanes éticos, diabólicos, diremos que en Laroy, Texas… se sigue intentado descifrar, qué ha ocurrido en el lugar… pero ni los divertidos John Magaro – de Orange the New Black y parte de ese elenco del 5 de Septiembre, o The Bride también, la conexión -, ni el Steve Zahn que anduviera en Dallas Buyers Club y Silo, otro viaje, va a ser partener de Samara Weaving en el título Eanie Meanie, un nuevo ejercicio de resistencia femenino… Y prometo que algún día, me pondré con la visualización de Ash vs Evil Dead… estemos Ready, or Not!

Y en aquel 1968, qué tantas conexiones con todo tuvo, y consecuencias, que pasaban del dramatismo de la guerra a, un mundo en cambio, con corcheas... Que pronosticaba que la música Rock & Roll, iba a realizarlo como en un circo vital, episódico, que no llegaría... Hasta que décadas después, la tele trajo el brillo, una ilusión algo inocente, con el colorido de Taj Mahal, las destrucciones sónicas de The Who – ahora en despedida de los escenarios -, la inolvidable Marianne Faithfull, la creación cuasi profética del único Dirty Mac, - bocinazos aparte…-, y sus excelentísimos señores, majestades luciferinas, The Rolling Stones.

Era su mejor momento, su estado de Gracia total, en catarsis rítmica, y del pensamiento, pero no preguntes su nombre… Era el The Rolling Stones Rock and Roll Circus… Ya te digo, y te echo un envido, Mr. Richards, y Mr. Jagger… ¿os atreveríais a reinventar algo, parecido o no, ahora con lo digital y la AI, eh? Ahí, queda el link… ¡Reto Endiablado! Oh, yeah!

 

Qué Será, será... The Kingpin, te lo dirá...


domingo, 18 de mayo de 2025

From. Season I, II &…

 

La vida, se dice que da muchas vueltas, como a los protagonistas de la mítica serie Lost. Como lo fue para las producciones de un joven J.J. Abrams, que cambió – dos años después del estreno, el vuelo con los compañeros de Disney (Touchstone en un principio) a su propia participación, vinculándose a Paramount Pictures o Warner Bros. Algo menos wokeros, pero habría que confirmarlo...

Así, después de aquel programado incidente que transcendería en la historia de la televisión - como hiciera en el pasado Hitchcock o David Lynch, con su afamada serie Twin Peaks -, fue un nuevo impulso que propagó el suspense, dentro de un grupo dantesco de sobrevivientes misteriosos, con conversaciones distorsionadas por el tiempo, las formas de caer… y algún ser, oculto. Y que ahora, está embarcado al timón de M.I. con Tom Cruise, o la nueva película de Ewan Macgregor de título Flowervale Street y se comenta de la adaptación del personaje Emilly the Strange, en animación de miedo… En series, tenemos a Duster, próximamente otro mundo oscuro en Demimonde y la animación de WB con DC, Batman; The Caped Crusader.

Pero bueno, ya llegará el momento, como en 2004 les llegaría a todos su Sanmartín en aquellas cosillas de la isla… Un equipo monstruoso con Javier Grillo (en Embrujadas), Damon Lindelof el productor de las aclamadas Leftovers, con su binomio cigarrillos/desapariciones, incluso de imberbes, y Watchmen, que ya echamos de menos – ahora en preparación de serie DC basada en los Linterns -, y el director Jack Bender que pasara de la mítica Con 8 Basta o Falcon Crest, a muchas otras comenzando por LosSoprano y sus comidas de coco, Mr. Mercedes y las comidas de otras cosas de Juego de Tronos, hasta estos que sirven de aperitivo de De o Desde… MGM.

Faltaría un motor, en el surrealismo terrorífico, con toques circulares, contagiosos o catárticos, como el showrunner John Griffin, y empezaría con aquella famosa tonadilla versionada por The Pixies… Qué Será, Será… La otra pata novedosa que nos traslada en el tiempo del surrealismo terrorífico, circular, contagioso o catártico, es la del showrunner John Griffin de esta From de MGM. Y que empieza con esa famosa tonadilla Qué Será, Será… y no sabremos que más, si la felicidad o qué, en aquella From.

Entrada en… S. XXI

Trascendental para los aficionados de series, con giros entre el suspense y terror básico, sin embargo, un hueco para el presente, salvo capítulos esquivos… que comprometió a terminar algún lustro. Me pesan los años y las temporadas, perezosamente… En cambio, serviría como base referencial a otras producciones futuras en el fantástico, con elevaciones metafísicas y oníricas. Ni confirmo, ni desmiento, pero comprobando la actualidad, así lo creo… Los resultados se marcan, con sal, sudor y sangre, entre naturaleza de las cosas y estereotipos… ¡humanos!

Dos décadas después, la mimetización narrativa es un hecho, con recambios más o menos acertados… A veces, muy esquivos o dudosos, pues muchas series que empiezan desde ese punto de partida interesante y visiones provocadoras, se someten al torbellino inabordable… Dar vueltas a temas sin arribar a ningún lado, esto es, perdiendo a parte del personal según avanzan los capítulos - o más bien se eternizan las temporadas en busca de un final, o no…-, produciéndose un cierto vacío existencial. Como cuerpo vaciado o sin vitalidad, emergiendo errores en los rincones, conspiraciones sin sentido y paradojas, monstruosas.

Donde lo más dramático, sería la caída del favor o el interés del espectador, como disfunción definitiva del entretenimiento. Y eso no, from… lo que seas.

De… ejemplos.

Hay vacuidad que proviene del desorden, o de la semántica embrollada, que perpetran una atención infructuosa. Y esto se puede parecer, a un tipo de muerte en vida. O sueño de relleno… Como algunas series modernas que crearon expectativas a priori… Yellowjackets en caida en barrena desde el flojo amarillismo de la segunda temporada, la flojera de Castle Rock, o el Silo en continuación precaria de escenografía. Ahogadas en la indefinición o el secretismo, que hace abandonar al término de la segunda temporada. Con demasiada floritura, hueca…

Para no recaer en un pozo insustancial, giros concéntricos a su base vertical, que se confabulan en nebulosas circunspectas de la razón. Es decir, hacia el tan temido… aburrimiento sin barreras… Lo mejor es echar una vista al pretérito... y de este modo, te puedes aventurar en el terror clásico de Mr. Romero, con ese grupo de gente acorralada, que tantas veces se copiaría en el género y otros seres, y disfrutar de nuevo de la llegada en blanco y negro, en La Noche de los Muertos Vivientes. Con un final, eso sí. Después del exterminio recalcitrante, con evidentes raíces apocalípticas, nos precipitaríamos a todo tipo de situaciones monstruosas, con o sin resolución, pero entretenidas o más allá. Y no un mero producto, para satisfacer los bolsillos de plataformas y sus jefes, basándose en algún trabajo interpretativo y poco más.

No te quedes colgado, tal que amuleto sin fuerza, ni recomendación mágica, cabreado por la falta de imaginación. Te voy a dar un empujoncito, al futuro, y no por esa condenada ventana… Pues todo lo que bien empieza, debe tener buen fin, para notable o bien…

De… Zona Prohibida

Pasa el tiempo, aunque no la sorpresa de aquel magnífico final… A través de aquellas X, cruces, en el camino de Charlton Heston. Estaba atrapado, casi solitario – salvo mona -, en aquel planeta de silencios y gruñidos, volviendo a un pasado, pretérito de la humanidad… maldita.

Esto significó el comienzo de una saga, tras el gran director Franklin J. Schaffner (Papillon, Los Niños del Brasil), auto diluyéndose, y llegando a revitalizarse en instantes de la actual digitalización, aquí que podría configurarse un círculo completo, sino se prolonga innecesariamente una historia interminable. Y sin más Atreyus, ni fauces draconianas… viajamos por el abismo, de travesuras sin vuelta, sitiados por monstruos, como los animalescos de aquel País de Nunca Jamás, o los monos voladores de Oz… Mientras, luchas por la supervivencia y el regreso, de este From, que tiene reminiscencias circulares, con los ataques en ciertos western, de la misma composición… O acaso no recuerdas lo de Little Bighorn, o su estampida terrorífica hacia el Ravenous o Bone Tomahawk.

Otras películas precursoras, como las de zombis de George A. por centros comerciales, o silos militares subterráneos… se distinguen en comisarías asaltadas en el Distrito 13 de John Carpenter, maldiciones vampíricas por Salem, o invasiones fatídicas con malditos de pelo blanco y ojos inhumanos, que serviría con paralelismo de crash en la aviación y los posteriores embarazos de From, con consecuencias angustiosas… Si es que aguantas hasta la explicación – yo no…-, hablando de niños perdidos. Y familias que intentan permanecer unidas, tal que una noche de Miedo, o los chicos Gecko o Harvey Keitel con Juliette Lewis.

Imagínate, por un irreal instante, que variopintos personajes se ven atrapados en especie de círculo vicioso e inexplicable, donde al enfrentarse a la naturaleza, según su conciencia maldita, sienten que todo ha cambiado alrededor. Alterado por un hecho, más o menos, terrorífico… animales padecen, se alteran en nueva etapa se subsistencia cuando aparecen, cuerpos, devorados por… bueno, eso no importa en esta explicación… Y entonces, como si fueras Butch Cassidy y Sundance Kidd en peli de George Roy Hill, subidos en su colina, como lo sería de otra forma contraria, el mismo Marlon Brando en The Chase de Arthur Penn… Bueno, pues eso… que empiezan las vicisitudes psicológicas y las muestras valerosas, para la supervivencia en grupo.

Así, van apareciendo carencias de víveres, supervisión de los cargos, control de los caracteres extraños, de hombres y alguna mujer primordial, las relaciones familiares, u otras sexuales… para defender o dar explicaciones, en islas solitarias u otras inmensidades con pueblerinos. Y comienzan los ataques de seres, humanos o no tanto, como muertos vivientes u otra especie de hambrientos, de carne o moralidad... Y en un pueblo…  que circunscribía a actores inolvidables como Michel Serrault o el incombustible ¡eh, con segundas!, amante de Haneke - por cierto también posee su Caché con cintas de vídeo -, que parecía la Nueva Escocia canadiense de From, sitiados sobre rescoldos, ya casi olvidados,  repetidos, se lee la denominación de Malevil.

Si bien, pudieran haber sido simios cazando a los hombres de ojos azules… Ah, y ya que estamos te propongo revisar una historia de supervivencia militarizada en el futuro, que haberlas haylas, hasta dominados por un individuo con mandíbulas de acero y sangre de sulfhídrico… una cinta que merecería una revisión de los 90, pues hay material de sobra al provenir de una novela del genio Philip K. Dick, y se titularía La Segunda Variedad, o Screamers con el inolvidable Peter Weller, también conocida como Asesinos Cibernéticos. No es Aliens, ni Atmósfera Cero, pero tiene su encanto, aunque se podría renovar. 

En todas estas situaciones límite, se produce paralelamente la búsqueda de comunicación con otras gentes, capas, o mundos paralelos… como existe algún médico, en la sala y un personaje que pulula por ahí, con ciertos toques misteriosos. O desajustes mentales… aparentemente.

Lo importante, es no dejarte apalancado, ahí colgado de una X en el valle de la muerte, ininteligible, sin ton… con nulo recurso para concluir los términos expuesto o acuerdos, que firmaste… o no son. ¡Diablos from…!

Naturalezas… muertas.

Es caos, verde eléctrico… inhumanos, zombis, sin cerebro, excepto aquel de Day of the Dead, claro,  el sistema supera la descomposición de ideas, de mundos superpuestos, que mutan en distopías voraces o Zooapocalipsis, tratando nuestra condición humana. Y sin caer en zonas reiterativas, invenciones frustrantes, que causan desolación o más, fatalidad de necesidad. Particularmente evitando ese distanciamiento… con imaginación.

Para rodear la nada, es preferible la misma cabeza. Que sirva de talismán en las siguientes, y cortas preferiblemente, temporadas.

Salar las piedras rodantes o, canto rodao en el camino común, donde no esté ausente la implicación imaginativa y esa mirada lógica… necesaria. Lo difícil que es sobrevivir, a los amaneceres, anocheceres, una y otra vez… con algún arco iris de fondo, y sus doroteas multigénero, gritando sin ton ni son… Donde agobia un poco, tanto alarido de From… ¡Vamos, como si fuera un festival de la canción…!

Más, si es en sueños a lo Freddy Krugger… demasiado revoltijo ya, alejados de aquel horizonte primordial, la intranquilidad. Tras esa espiral en que caíste, o te embarcaste… como El Incidente. Y ahora, en cambio, el barquero o piloto, parece ausente. Y te sientes abandonado a ambos lados, u orillas… limítrofes. Porque el mago, lobístico y algo cabroncete, te deja plantado ahí abajo, con gases y sin globo… Por tanto, la muerte serio-lógica, es un hecho.

Cuando en aquella primera temporada, se prometía un potosí por calidad visual y narrativa, ahora, implosiona con ocurrencias fantásticas, de por aquí y por allá, sin definición… Explicación, ni mentar… y convertirse en lugar sin retorno. O autobús sin conductor, consciente, que replica los males, indefinidamente, creando monstruos internos, o nuestros propios cinéfagos, cortando las conexiones, a una vía bien muerta. Irrecuperable, por mucha bilis que le pongas al asunto… ¡Qué tampoco valdría de mucho, verdaderamente! No entiendo ni pajolero, Víctor… Frankenstein. El del chaleco, amarillo… digo.

No existe, un Mr. Lynch del surrealismo, entre pesadillas o los sueños, intranscendentes, como sustos en la historia. Sólo queda la buena ambientación, los espacios naturales y los ocultos, penumbrosos, fuera de visiones tremendistas contaminadas. Mientras una coalición de monstruos repetidos, que andan, depende… empiezan a pensar de alguna forma, sacándote de quicio, y se alimentan… ¡Para qué…!

Creo que voy a cortar, durante algún capítulo de esta tercera entrega… ya no va más, como diría un juez corrupto y manipulador… Es la guerra, a esta naturaleza caprichosa y caótica. Muerta, por indefinición.

La Dimensión… Desconocida.

No creo, como he dicho, que vaya a llegar ahí… pues, tras la ventana ya no quedan ganas, de asomarse y transferirte a esa dimensión real. Ciertamente, prefiero ya, Strangers Things, y acabar con todo el maleficio… como dice la canción… Ya nada importa… Todo tiene su Fiiiiinnn. O Filme, firme.

Pasando de diálogos carentes de ingenio, personajes trillados, ideas que no se desarrollan, hijos por nacer que no importan… monstruos pueblerinos del otro Fromville, que cargan un poco.  De los secretos inconfesables que ocultan, en un espejismo de complejidad que se siente… ¡No es para tanto! F/x a cuentagotas… de bilis o vías muertas en serie. Y lo tradicional de USA, con escenario idóneo para distopía de ultratumba, se reprime más, en la economía también, así como en los vaivenes temperamentales de sus personajes. Algunos, muy cansinos…

En familia, o comunales, juntos aunque igualmente, revueltos al fin, al término, la culpa de este caso es el del Show de Truman, que amenaza con salir al aire, y nada… Pero el real es John Griffin, con lo bien que había explotado primeros guiones, de Brad Turner (por ej. en 24), el mencionado Javier Grillo de Lost, o Vivian Lee, también escritora para el Cristal Oscuro. Junto a los famosos Hnos. Russo, los del actual Estado Eléctrico, me falta por visualizar, como El Agente Invisible; confabulados próximamente en siguientes The Warriors – basada en aquellos de la calle de Walter Hill -, otra para Butch Cassidy & Sundace Kid, también Hércules y, sobre todo, una serie Nemesis con el Gyllenhaall y la Chastain, en tonos rojizo-oscuros.

Catalina Sandino, es cansina en su nuevo rol, de los tiempos del cólera de Gabriel G. Márquez, sintiendo que se parecerá más a una visión, que a gremlins neblinosos de Silent Hill, o… y me lo había guardado para la ocasión final… ¡Al descalzaperros de la serie La Niebla! Ni por asomo, sombra de aquel notable, metafísica, mercantil y espiritual, filme de Frank Darabont. Y ahora que he visto, como en el antiguo desembarco pirata, la película parecida a la Dagon del Brian Yuzna… recomiendo la cinta irlandesa-islandesa, The Dammed, y sus hambrientos, mentales.

Definitivamente, el discurso lingüístico del From, se ha tirado por la ventana. Al otro lado… ya, en ese lugar indeterminado con el que siempre amenazan y promovido como juego… que no llega nunca. Como la solución a un misterio anterior, en mi última entrada… De momento sin solución también… Perdidos en la jungla… From Lost, to the River… aquel. Y la solución es… Di pistas en mi cuenta de redes sociales, X…

No, no es como, una picadura exagerada, hasta el agigantamiento arácnido del REC de Jaume Balagueró, a la francesa con reminiscencias raciales, Vermin… Aunque podría ser, una especie de plaga… Ni es capricho, de un mordisco vampírico en Salem´s Lot, o el abatimiento sueco de Moloch, de nombre extraído de la malignidad de la novela gráfica, Watchmen. Ejemplo de esas familias acosadas por lo diabólico y surrealista en francés… Meanwhile on Earth, con cortes serrados en el bosque, Desapariciones, tan desquiciadamente sangrienta como anárquicas en el fin, y Esperando la Noche… vomitorios de sangre bajo las ciudades dormitorio. Y todo para decir… la familia se rompe…

Aunque Nunca te Sueltes, querida, como Halle Berry. Que, siempre, puede haber una hermana que, tras el fondo del pozo… renazca de la Naturaleza Muerta. Resurrección de cine, del miedo metafísico, familiarmente hablando... Qué podría ser la siguiente… ¡quizás!

Te contaré que este esclarecimiento del asunto de marras, desmantelado cuando vea algunas cosas más normales o veraces… además del nombre silenciado de aquella. Es un caprichoso tema… entroncado con el globo, global.. Sería, será real… no profundo… O sí...